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STEAM, un paso más allá de STEM

Por: Sofía García-Bullé

La educación en las ciencias se vuelve más integral cuando intersecciona con las artes y las humanidades.

La educación en las ciencias es un pilar de la formación didáctica para generar habilidades como la innovación, la lógica, solución de problemas, habilidades de investigación, colaboración, creatividad y demás estructuras cognitivas necesarias para el desarrollo de los estudiantes. En artículos anteriores hemos hablado sobre la importancia de la educación STEM, proyectos que la potencializan y la participación de niñas y mujeres en esta esfera del conocimiento.

Las siglas en inglés del término STEM, significa ciencia, tecnología ingeniería, y matemáticas, el término comenzó a utilizarse aproximadamente a principios del siglo XXI para referirse a carreras y currículos centrados en el ejercicio de las ciencias exactas.

Recientemente, se agregó la letra “A” al acrónimo para designar la disciplina del arte y completar el término para abarcar esta disciplina, ¿qué significa esto para el movimiento STEM y la educación en este rubro?

La integración del arte y las ciencias

El enfoque inicial del movimiento STEM y las habilidades que desarrolla parecía bastante completo, pero su punto ciego era una presencia escasa de las artes y las humanidades. Esto resultó en una disminución de los fondos destinados a su gestión y el problema de una comunidad estudiantil con pocas opciones de carrera que se relacionarán con artes.

Hacer espacio dentro para el arte y el diseño trae consigo beneficios que enriquecen a la educación con base en las ciencias. Además de las habilidades proporcionadas por una educación STEM, el progreso hacia STEAM abre el camino para adquirir facultades propias de disciplinas de artes y humanidades como el diálogo, el pensamiento crítico, la comunicación asertiva y la empatía entre otros.

Las artes también sirven al propósito de presentar a los programas de carrera y ciencia de una forma más atractiva, aprovechar las intersecciones entre las ciencias y las artes al momento de crear currículum y armar las clases. Además es crucial para que el proceso de aprendizaje sea más entretenido y ligero.

¿Cómo se ve un proyecto con STEAM bien aplicada?

El equipo mexicano de robótica Quantum Robotics está conformado por 29 estudiantes del Tec de Monterrey y el Instituto Politécnico Nacional. Los alumnos cubren un total de diversas áreas de conocimiento, entre las que se cuentan mecánica, electrónica, programación, planeación, ciencias biológicas, telecomunicaciones, gestión de negocios, tiempo y recursos, comunicaciones públicas, entre otras.

En artículos anteriores, hablamos de cómo los estudiantes trabajaron en conjunto para construir un robot capaz de explorar la superficie de Marte: Rover-to, cariñosamente apodado por los jóvenes, es un vehículo autónomo diseñado desde cero por los alumnos para participar en concursos internacionales como el Canadian International Rover Challenge y el University Rover Challenge 2022.

Lo que más llama la atención del impresionante proyecto de pasión mexicano no son sus especificaciones técnicas, sino la creatividad con la que le dieron nombre. “Rover-to es resultado de un trabajo conjunto. Quienes le damos vida quisimos bautizar a nuestro robot así en homenaje al idioma español y a la cultura mexicana”, explicó Michelle Sánchez co-fundadora y líder de negocios para el equipo, en entrevista con Forbes México. La también alumna del Tec de Monterrey agradeció a la institución por el apoyo a cada uno de los miembros del equipo, agregando que cada uno de ellos colabora con atributos y habilidades vitales para el éxito del proyecto.

Una acción tan simple como  la de nombrar un vehículo autónomo es suficiente para denotar la diferencia entre lo mucho que amplía la perspectiva cuando se admite un espacio para las artes y las humanidades en el ejercicio de la ciencia. Los participantes del equipo fueron suficientemente creativos para encontrar una forma de englobar su vínculo con la cultura mexicana y homenajear la historia de los Rovers, que han sido invaluables en el descubrimiento y exploración del suelo marciano.

Este es el tipo de detalle que distingue a un proyecto, mantiene alta la moral, facilita el aprendizaje y la colaboración, a grandes rasgos aportaciones pertenecientes al terreno de la intersección entre las artes, las humanidades y las ciencias. Recientemente el equipo inter-universitario participó en la Feria Aeroespacial México (FAMEX) 2021, esto como preparación para competencias como el University Rover Challenge 2022.

“Los integrantes de Quantum Robotics contaron con un stand en el que tuvieron la oportunidad de presentar a Rover-to, así como su misión de promover las actividades #STEAM en los niños y jóvenes mexicanos”, informó la profesora Elizabeth Toriz, mentora de los estudiantes, para el Observatorio. La profesora agregó que las conferencias y los cursos para la difusión de las ciencias son una parte fundamental para el plan de desarrollo del equipo al que apoya.

Actualmente Quantum Robotics se encuentra en búsqueda de patrocinadores para potencializar más proyectos como el de Rover-to. Si te interesa saber más sobre cómo puedes apoyar, consulta en la sección de contacto en su página.

¿Habías oído hablar sobre educación STEAM antes? ¿Qué beneficios crees que puede generar integrar las artes y las humanidades a la formación en la ciencia? Cuéntanos en los comentarios.

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Opinión | Tres temas ausentes en la educación sexual básica

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Hay todo un temario con cuestionamientos de salud vitales más allá de la prevención del embarazo.

La educación sexual en las escuelas siempre ha sido un tema sensible, este año ha sido especialmente rocoso con debates como el del pin parental y los derechos reproductivos. Las grandes conversaciones acerca del tema han sido sobre quién, cuándo y cómo tiene el derecho de instruir a niños y jóvenes sobre la sexualidad. Se ha hablado mucho de la facultad de enseñar este rubro pero son pocos los espacios en los que se discuten los contenidos que se están enseñando.

El eterno protagonista del curriículum es la prevención del embarazo; en un país como México con altísimos niveles de abuso sexual infantil y una epidemia de embarazos adolescentes no podía ser de otra manera. Son estos los asuntos que deben ser el centro de cualquier currículum de educación sexual, pero no por esto deben de ser los únicos. La salud sexual de niños, jóvenes y adultos depende de un conocimiento más pleno de contenidos relacionados, tales como:

El virus del papiloma humano

Si hablamos de enfermedades venéreas, el SIDA es la que normalmente se lleva la mayoría de los incisos en el currículum educativo. Si bien se cataloga como una de las de índice de mortalidad más alto, no es la más común. El Centro de documentación del Instituto Nacional de las Mujeres calcula que aproximadamente el 80 % de la población mexicana está infectada con el virus del papiloma humano. Hay más de 100 tipos diferentes y la mayoría de estos no generan problemas de salud, pero existen algunos que pueden causar verrugas en el área genital o cáncer de cuello uterino.

Ambos efectos de los tipos de virus son tratables, pero las cifras de mujeres con cáncer consecuente del virus del papiloma humano son alarmantes. A partir del 2018 el cáncer cervicouterino se catalogó en México como la cuarta causa de muerte de mujeres por cáncer a nivel nacional. Un número indignante tomando en cuenta que este tipo de cáncer es uno de los más fáciles de prevenir.

Además del uso del condón y del tratamiento de lesiones pre cancerosas, el cáncer de cuello uterino puede ser prevenido con una vacuna contra el virus del papiloma humano. Esta medida se recomienda especialmente para adolescentes, tanto mujeres como hombres, que también están expuestos al desarrollo de otros tipos de cáncer tras la infección.

Cáncer de mama

Contamos con todo un mes para la visibilización y concientización sobre el cáncer de mama. En octubre, internet se pinta de rosa, los equipos de fútbol mexicano sacan playeras de edición especial para conmemorar la fecha y destinar los fondos a la lucha contra este tipo de cáncer. Pero habría que preguntarse, ¿sería necesario todo este esfuerzo si tuviéramos una mejor educación para prevenirlo desde la escuela?

El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en las mujeres a nivel mundial y la primera causa de muerte por cáncer para las mujeres en México. La detección temprana es clave para establecer un diagnóstico favorable con alta tasa de supervivencia. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) emitió recomendaciones generales para prevenir el cáncer de mama. Entre ellas se cuentan una dieta balanceada, ejercicio diario no menor a 30 minutos, disminuir azúcares y grasas, evitar el cigarro y el alcohol, autoexploración mensual y acudir al médico para mastografías periódicas. Estas deben ser cada dos años a partir de los 40 años (o 34 si se tienen antecedentes familiares de cñancer). Si se tiene de 50 en adelante, la frecuencia debe ser anual.

Climaterio y menopausia

Si nos referimos a educación sexual, se nos vienen a la mente temas relevantes para el presente de jóvenes y adolescentes, pero la salud sexual es un aspecto que afecta diferentes etapas de la vida humana, no solamente la juvenil. Para cuando llega la edad de una siguiente fase en el desarrollo sexual de las mujeres son pocas las que están preparadas, y puede decirse lo mismo del aparato social alrededor de ellas.

El climaterio y la menopausia representan un momento importante en las fases de desarrollo sexual de las mujeres y personas menstruantes. La menopausia se define como el cese de la menstruación y la capacidad reproductiva de mujeres y personas menstruantes, sostiene la Asociación Argentina para el estudio del climaterio. Al rango de años antes de este cambio se le conoce como premenopausia, mientras que el climaterio se refiere al período de transición en la vida de las personas menstruantes, e incluye el antes y el después de la menopausia. Las anteriores fases se distinguen por alteraciones hormonales y en el ciclo, así como en la salud física y mental de pacientes que pasan por este proceso; tales como bochornos, depresión u osteoporosis. No hay una edad exacta para entrar a la menopausia que aplique en todos los casos, pero tiende a presentarse entre los 40 y 50 años de edad. Es recomendable consultar a un médico especialista ante la sospecha de premenopausia o menopausia. Para garantizar una transición digna, a nivel personal y las políticas más adecuadas para asegurar el futuro laboral de quienes experimentan la menopausia y sus fases, la educación formal dentro de un programa escolar es clave.

La educación sexual está ligada a muchos temas de dignidad humana y derechos básicos de salud. Es necesario un programa completo que acompañe a niños, adolescentes y adultos en las diferentes etapas de su vida, brindando información crucial. Enseñanzas como la forma de identificar y prevenir el abuso sexual infantil, los embarazos juveniles, las enfermedades venereas. La concientización sobre los periodos y sus fases, cómo gestionarlos en favor de la salud integral y no de la invisibilización de los cuerpos menstruantes. Nociones básicas como la definición y aplicación del consenso, de los derechos reproductivos, de la paternidad responsable, entre otros.

Todos los aspectos que cubre un currículum de educación sexual completo y efectivo no pueden acumularse en un par de clases entre quinto de primaria y tercero de secundaria, la necesidad de una instancia seria de instrucción del rubro se requiere con prontitud, bajo el marco de conmemoraciones como el mes de la sensibilización sobre el cáncer de mama (octubre) y el Día mundial de la Menopausia (18 de octubre). Esperemos que en un futuro próximo se incorpore a los programas escolares una intención didáctica que reduzca las necesidades de asignar días o meses a problemas de salud totalmente prevenibles.

¿Qué piensas del currículum de educación sexual en tu escuelas? ¿Piensas que es suficiente? ¿Que debería incluir los temas anteriores o algún otro? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/faltantes-educacion-sexual

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Opinión | Historia Latinoamericana: ¿Celebrar, conmemorar o reflexionar?

Por: Sofía García-Bullé

La conversación sobre el aspecto crítico de la historia es crucial en el aula para la formación de una identidad cultural más completa y madura del estudiantado.

Bajo el marco del Día de la Raza, se abre de nuevo una conversación siempre presente cada 12 de octubre desde que el revisionismo histórico nos llevó a reevaluar la manera en que recordamos el descubrimiento y colonización de América. La pregunta principal en este tema, la que abre el debate es, ¿debemos seguir celebrando esta efeméride?

Nuevas perspectivas y revisiones históricas han llevado al centro de la conversación lo complicado del legado de los europeos tras descubrir y conquistar el nuevo mundo. Si bien los primeros registros favorecieron a personajes históricos como Cristóbal Colón y Hernán Cortés como héroes y exploradores que hicieron avanzar la historia y trajeron invaluables contribuciones a la cartografía, el comercio y la formación del continente americano, estos recuentos dejaron en un segundo plano la experiencias de quienes pagaron un precio enorme durante la colonización de América: las razas originarias.

Simplemente el título Descubrimiento de América, conlleva un gran número de implicaciones, como el que el continente y sus habitantes no existían como tal hasta que las potencias europeas los “descubrieron” o que se trató de un proceso inocuo o sin violencia, cuando el paso inmediato tras el descubrimiento fue una campaña bélica de conquista. Quizás a este proceso sería más adecuado llamarlo: la invasión de América, pero hacerlo también conlleva una serie de riesgos epistémicos, filosóficos y culturales bastante serios. ¿Cómo la recordaríamos entonces? ¿Cómo una guerra perdida y no como el inicio histórico del continente como lo conocemos? ¿Qué identidad cultural tendríamos entonces? ¿Mayas? ¿Tlaxcaltecas? ¿Yaquis? Entenderíamos México de una forma totalmente diferente, quizás ni siquiera como país, porque no lo éramos antes de la llegada de los españoles y la consecuente liberación tras la independencia. ¿Qué reparaciones pensaríamos que deberían otorgarse desde esta identidad cultural que denuncia el descubrimiento de América como invasión? ¿Cómo complicaría esta situación el panorama geopolítico actual y las relaciones internacionales con Europa? Si creen que estas preguntas son un dolor de cabeza, hay otra más complicada, ¿cómo entenderíamos entonces el concepto y consecuencias culturales del mestizaje? La resignificación total de un evento histórico puede tener aristas muy filosas cuando se realiza desde un pensamiento radical, aún dentro de un contexto de buenas intenciones y búsqueda de justicia.

En el 2019 el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, nos mostró un vistazo de cómo se ve un gobierno mexicano que gestiona relaciones con España a través de la perspectiva de invasión en vez de descubrimiento. El mandatario solicitó del Rey de España y del papa Francisco, una carta de disculpa por los abusos cometidos a los pueblos originarios de México durante la conquista hace 500 años. El gobierno español rechazó con firmeza el contenido de la carta de López Obrador y contestó lo siguiente:

«La llegada, hace 500 años, de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas. Nuestros pueblos hermanos han sabido siempre leer nuestro pasado compartido sin ira y con una perspectiva constructiva, como pueblos libres con una herencia común y una proyección extraordinaria».

Reiteraron también su disposición para trabajar conjuntamente con México para construir un marco apropiado que magnifique la amistad y cooperación entre los países para retos futuros. Este año, el papa Francisco, jefe de Estado del Vaticano, emitió recientemente una carta de disculpa. La comunicación oficial fue leída públicamente por Rogelio Cabrera, cardenal y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano. Este mensaje de reconocimiento y reivindicación tardó más de dos años en producirse. Si bien el proceso con el Estado Vaticano fue lento pero favorable, las relaciones con España abrieron un inciso sin duda complicado. Todo este intercambio es un excelente ejemplo de cómo una perspectiva histórica sin memoria de los oprimidos puede ser tan incompleta y peligrosa que una visión que use la historia como herramienta exclusiva de retribución o rendición de cuentas.

El escritor Leopoldo Mendívil ofrece un punto de vista revelador y crítico acerca de la historia en el primer capítulo del libro “México a tres bandas”, escrito en colaboración con sus colegas Pedro J. Fernández y Juan Miguel Zunzunegu Mendívil habla de dos bandos que se aproximan a la historia de México de maneras opuestas: los antiespañoles, quienes detestan a Cortés y todo lo que vino con la conquista, y los antiaztecas, que aborrecen a este imperio prehispánico por su sistema de tributo y afiliación a los sacrificios humanos. Ambas opiniones son reduccionistas y pasan de largo aspectos importantes de los cómos y porqués del México prehispánico y de la Nueva España. Como el hecho de que la conquista fue concretada por los mismos pueblos originarios. Durante la batalla en la que cayó Tenochtitlán, el registro de españoles presentes varía de 400 a 850. De acuerdo a Zunzunegi, los pueblos originarios pelearon con 150,000 soldados.

“Toda nación existente hoy es el resultado de muchos conquistadores en el pasado”. En su corta pero contundente máxima, Mendívil aboga por una perspectiva de la historia analítica que no simplifique el pasado colectivo a una cuestión de “héroes y villanos”. Reconocer el papel de los indígenas americanos en la conquista de México no tiene porqué borrar las atrocidades cometidas por exploradores, soldados y evangelizadores españoles. El entender que la cultura mexicana es la base de una identidad nacional y es digna de celebrarse, igual que la de todos los demás países en América (latinos o no) no está peleado con reconocer que las circunstancias en las que estas culturas nacieron no fueron la epítome del respeto a los derechos humanos. Pero en una época en la que los países eran creados y establecidos por el poder de las potencias militares, ¿qué conquista está libre de crímenes contra la humanidad?

Entonces, ¿dónde encaja toda esta extensa lección de historia en el cuestionamiento de cómo es correcto significar fechas históricas importantes como el Día de la Raza? Este problema se puede resolver desde el aula. Si hablamos de enseñar historia, es necesario enseñarla como una herramienta de aprendizaje social, el repositorio de una memoria colectiva, el entendimiento de las circunstancias que constituyen el presente, ya sean buenas o malas, no como la base de un culto a eventos y personajes del pasado.

En una fecha como esta podemos tanto celebrar como conmemorar. Celebrar el legado de la cultura de los pueblos originarios, conmemorar la tragedia de las injusticias sobre las cuales se erigieron las colonias en América, quizás tengamos el espacio para hacer ambas cosas, pero lo que no podemos dejar de hacer bajo ninguna circunstancia es reflexionar sobre lo complejos y multidimensionales que son los eventos históricos de esta naturaleza.

La conversación en clase sobre la historia como el recuento de las vivencias de personas, así como el desarrollo de eventos internacionales del pasado que responden a una agenda de intereses, algunos de estos todavía vigentes, es crucial para crear una conciencia histórica capaz de ver los grises y que no esté limitada a celebrar ciegamente eventos a los que está ligado un gran costo humano, pero tampoco invisibilizar los procesos que dieron lugar a los aspectos positivos de las culturas e identidades que tenemos hoy.

¿Cómo hablas de la historia detrás del Día de La Raza en el aula? ¿Abres conversación sobre la complejidad de los eventos que formaron el continente? ¿Te centras en la parte de la celebración? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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¿Qué es la «ciencia DIY»?

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Surgida de un deseo de aprendizaje para mejoras en el hogar y la curiosidad científica, la Do-it-Yourself science (ciencia DIY) ahora es un vehículo de promoción para la obtención de habilidades.

La práctica de la DIY science o “ciencia DIY” ha tomado relevancia especialmente este último año, ya sea como herramienta educativa ante la contingencia de las clases en línea o como camino a generar soluciones que ayuden a aminorar el impacto de esta crisis sanitaria. Para entender lo que es este concepto, primero tendríamos que explicar qué es el movimiento Do it yourself (DIY por sus siglas en inglés) que se podría traducir como “hazlo tu mismo”.

El término DIY engloba hacer o reparar las cosas uno mismo, desde el hogar. El origen de la tendencia vino desde un deseo e iniciativa de producir mejoras domésticas de una forma independiente, pero de la misma manera, siempre estuvo ligada a la curiosidad científica, la inventividad y la innovación.

Pudiera decirse que la práctica DIY ha sido uno de los vehículos de promoción más exitosos de habilidades básicas para el mantenimiento de la casa y la autosuficiencia, y en tiempos de pandemia ha ofrecido un refugio en el que las personas pueden aprender nuevas actividades, sentirse útiles y mantener aspectos importantes de su salud mental en el proceso. ¿Pero qué genera el movimiento DIY en la comunidad científica y como herramienta educativa?

Startups y la agencia del ejercicio científico

Cuando hablamos de ciencia DIY, hablamos de un proyecto que empieza en una cochera, puede ser una tarea escolar, un proyecto por diversión o el primer intento de crear la computadora Apple. Estas instancias se han extendido a otras áreas relacionadas como la química y la biología. A nivel general, tenemos esta idea de que toda la producción científica debería ser realizada por la academia, esta aseveración no está del todo equivocada, pero tampoco está del todo correcta. El rol de la academia es crucial para validar los esfuerzos científicos y en algunos casos para financiarlos, pero no es indispensable para producirlos en todos los casos. Gran cantidad de proyectos inician en las casas de los participantes y se consolidan a través de un modelo de negocios o lanzamiento a través de una startup.

Tal es el caso de Mycoworks, iniciativa mexicana que trabaja con células mycelium cells para producir desde imitaciones de cuero hasta ladrillos. Otro ejemplo es Curative, que se dedica a producir pruebas para diagnosticar COVID-19 y crear un esquema de fácil accesibilidad a las vacunas. “Es emocionante ver cuánto el sector de producción biológica ha tomado de la cultura de la tecnología. Startups tecnológicas, productores independientes de de videojuegos, y la cultura de Silicon Valley, todos nacidos de los primeros días de hackeo y programación de computadoras”, explica Leigh Nicholson, doctorante en biología celular y reproductiva por la universidad de Sidney en un artículo publicado en el World Economic Forum. Agregando que la producción de ciencia biológica a través del esquema DIY sigue siendo una escena pequeña y controversial, pero que ya ha sido consolidada a través de las startups. Si bien los beneficios de los avances tecnológicos son amplios, ¿cuáles son las implicaciones éticas?

La ética de hacerlo tú mismo

Lo más básico de entender acerca del la ciencia DIY es que no se trata de una ciencia nueva, ni de una estructura de producción científica que va a competir o a destituir a la que se hace en la academias y universidades. Es solamente una manera distinta de acercarse al aprendizaje y el ejercicio de la ciencia. La cuestión aquí es que la flexibilidad de realizar un proyecto científico bajo el esquema DIY debe permitir una dinámica en la que la colaboración, la transparencia, la apertura y el deseo de compartir conocimiento sea el motor principal.

El ejercicio científico independiente intersecta constantemente con los recursos de acceso abierto y la filosofía de la autosuficiencia económica, que habilitan a través del emprendimiento A través de estos dos aspectos la DIY science también ha sido un factor importante en la democratización de la ciencia. Pero lo anterior conlleva pros y contras, la ciencia realizada por individuos no tiene que pasar por los mismos controles e instrumentos de validación como la que se trabaja en instituciones. Si bien esto puede representar un ritmo de trabajo más ágil, y quizás llegar a nuevos conocimientos más rápido, el camino para comprobar y normalizar esos conocimientos, cerciorarse que sean seguros para el público general, es una senda más ardua. Especialmente en el sector de la ciencia biológica.

“Quienes hacen las políticas están conscientes que involucrar a miembros del público en la ejecución de investigación presenta retos éticos que requieren atención”.  En el manuscrito “A Cohort of Pirate Ships: Biomedical Citizen Scientists’ Attitudes Toward Ethical Oversight, las autoras Meredith Trejo, Isabel Canfield, Whitney Bash Brooks, Alex Pearlman y Christi Guerrini explican la intención de las instituciones académicas y científicas de establecer guías y regulaciones que permitan el ejercicio de la ciencia en una forma segura y efectiva. Agregan que los Institutos Nacionales de la Salud en Estados Unidos tienen el objetivo de investigar las implicaciones éticas, sociales y legales de la investigación independiente, y han realizado congresos con ese tema desde el 2015. Esfuerzos de esta naturaleza han contribuido al entendimiento de una perspectiva que favorezca la supervisión ética de actividades independiente de ciencia biomédica, por ejemplo.

Si bien existe un debate entre quienes abogan por políticas de éticas más claras para la ciencia DIY y quienes piensan que reduciría su flexibilidad y capacidad de crear colaboración libre, entre más esta práctica siga incursionando e innovando, más necesario será tener esta conversación y establecer un diálogo entre los productores de ciencia de todos los niveles y las instituciones.
¿Habías oído hablar de la DIY science antes? ¿La has aplicado en tus clases? ¿Qué piensas de las implicaciones éticas del ejercicio de la ciencia fuera de las instituciones? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/diy-ciencia

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Sobre la aplicación de recursos audiovisuales en el aula

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El recurso en video ofrece a los alumnos más opciones para trabajar en casa y sentirse acompañados.

El video ha tomado más fuerza que nunca como recurso educativo. En artículos anteriores hemos hablado sobre cómo el video ha revolucionado la idea de enseñar y ser maestro en el siglo XX. ¿Quiénes son los Edutubers? ¿Qué tipo de contenido hacen? ¿Cómo diferenciarlos de otros productores de contenido educativo?, todos estos temas de interés han sido tratados con anterioridad en textos del Observatorio, pero los aspectos técnicos acerca de cómo generar contenido audiovisual específicamente para tu grupo, las compartiremos en nuestro próximo webinar, titulado: ¿Cómo producir videos con narrativa audiovisual y en volumen para la clase?

Este martes 28 de septiembre a las 16:00 horas (Centro de México), nos acompañará Arlette Audiffred Hinojosa, profesora del programa multicultural de Prepa Tec Campus Morelia. Imparte clases de Química y Emprendimiento Social en el Tecnológico de Monterrey. La profesora Audiffred ha aplicado exitosamente diversos programas de educación en video, como un laboratorio de química en TikTok a nivel preparatoria.

Este proyecto, implementado en tiempo de pandemia, buscaba motivar a los estudiantes a realizar las prácticas de laboratorio desde casa. Se diseñaron actividades entretenidas en la que los estudiantes debían documentar y mostrar un fenómeno químico. Se sustituyó la dinámica de pedir un reporte escrito en favor de que los estudiantes subieran a TikTok una explicación de los fenómenos observados en sus experimentos, además de sus conclusiones.

La docente de Prepa Tec también apoyó a los alumnos para que participaran en la convocatoria My World 360°. El objetivo fue que los estudiantes produjeran videos narrativos 360° para exponer problemas reales y despertar conciencia en su comunidad, motivar a la acción y mejorar su entorno. El proyecto en el que se centraron los alumnos abordó el problema del agua en la ciudad de Morelia. Cumplieron con el propósito de desarrollar habilidades digitales, compartir sus perspectivas y promover acciones positivas relacionados con los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible, como lo explicó la profesora para el Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación.

La experiencia y apego de la docente a las plataformas digitales y contenido audiovisual ha garantizado sin duda un gran número de esfuerzos didácticos tanto efectivos como sobresalientes. El rol de estos recursos en la modernización de la educación y como respuesta a las necesidades planteadas por la pandemia no debe ser subestimado.

“El hecho de que los estudiantes sientan una ‘presencia’ constante a través del celular, aunque sea de manera asincrónica, fortalece la relación entre los alumnos y las instituciones educativas”. Declaró la maestra acerca del uso de las apps como herramienta de comunicación y acompañamiento para estudiantes. Esto aplica también para los contenidos audiovisuales, no solamente son una forma de facilitar que los alumnos hagan sus tareas en casa, también es una forma de estar presente y generar la sensación de sentirse acompañado a través de la interacción en línea. En un momento espacio tiempo en el que el bienestar emocional de los estudiantes y su salud mental se ven afectadas por la pandemia, el saber cómo producir estas instancias de cercanía es una herramienta indispensable para maestros de todos los niveles.

Si quieres saber cómo producir contenidos audiovisuales para tus grupos y cómo integrarlos al currículum no te pierdas nuestro próximo webinar el martes 28 de septiembre a las 16:00 hrs. (Centro de México).

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/webinar-contenidos-audiovisuales

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Opinión | ¿Qué nos falta saber sobre las vacunas?

Por: Sofía García-Bullé

El índice de protección contra síntomas severos, hospitalización y muerte es el criterio más importante para determinar la eficacia de una vacuna.

A poco más de un año del inicio de la pandemia y con el surgimiento de una nueva variante del COVID-19, para muchos la sensación general es la de haber regresado al punto de partida. A pesar del esfuerzo mundial para la producción y distribución de vacunas, el rango de la infección parece no disminuir y se perfila un repunte de la enfermedad para este mes a nivel global.

Ante una eventualidad como esta siempre hay dos lados de la conversación: quienes cuestionan y desestiman la efectividad de las medidas preventivas y, sobre todo, de las vacunas, y quienes atribuyen la causa de que la pandemia no haya cedido a las acciones de las personas que no atienden las medidas y que no se vacunan. ¿Quién tiene razón? Si esta es la primera pregunta que nos hacemos, la manera de aproximarnos al tema quizás no sea la correcta, más bien habría que preguntarnos ¿qué nos falta saber?

Sobre la eficacia de las vacunas

El primer argumento en los casos en los que se contrae COVID-19 aún después de haberse vacunado es que “no funciona”. A través de los meses en los que miles de personas han salido positivas a pesar de haber recibido la vacuna, las redes sociales se han inundado de cibernautas compartiendo testimonio acerca de cómo la vacuna no hizo su trabajo pero, ¿tenemos claro cuál es el trabajo de la vacuna?

La vacuna cuenta con dos números que son importantes para definir si sirve o no a su propósito: la tasa de eficacia y el índice de protección a síntomas severos, hospitalización de cuidados intensivos y muerte. La tasa de eficacia, indica el nivel de protección en contra de un contagio. Este número no es un absoluto que asegurará no contraer la enfermedad. Que la tasa de una vacuna sea mayor a la de otra no quiere decir que automáticamente es una mejor vacuna, o que las de tasa más baja sean deficientes o inseguras. La ventana de tiempo y espacios geográficos en los que se probaron influyó significativamente en el porcentaje final asignado.

Por ejemplo, la Pfizer y la Moderna, que tienen una eficacia del 95 % y 94 %, respectivamente, se probaron exclusivamente en Estados Unidos durante el verano del año pasado, cuando las medidas de prevención y el encierro estaban en un punto alto a nivel global. Las pruebas de Johnson & Johnson, si bien iniciaron también en verano, se extendieron hasta el otoño y abarcaron otros países, principalmente Sudáfrica y Brasil. Durante el periodo en que se realizó el estudio, la exposición de los participantes al virus era mayor, y ya existían variantes en las regiones consideradas.

Las circunstancias en las que se probó la Johnson & Johnson impactó seriamente su porcentaje final de eficacia, pero sería un error asumir que se trata de una vacuna insegura o inservible, se trata más bien de una vacuna probada en un ambiente más complicado. Si esta vacuna hubiera sido probada en las mismas circunstancias que la Pfizer o la Moderna, quizás tendría cifras más altas, o viceversa.

Sin embargo, podríamos decir que este no es el mejor número para decidir si vacunarse o no y con cuál opción. Evitar la hospitalización y la muerte por contagio es la prioridad de cualquier vacuna. Si movemos el medidor a ese criterio, los números son mucho más alentadores. Todas las vacunas reducen al 99.9 % la mortalidad por COVID-19 y el ingreso a cuidados intensivos.

Sobre el tiempo y desarrollo de las vacunas

Una inquietud presente en las personas que están renuentes a vacunarse es el tiempo tan expedito en la que estuvieron listas para el público. No son pocos los que piensan que podrían estar formando parte de un grupo de prueba y no estar recibiendo una prevención efectiva. A este cuestionamiento habría que completarlo con otro: ¿Conocemos los tiempos en los que una vacuna confiable es producida?

La primera vacuna contra la gripe española o influenza, se autorizó en 1945, veintisiete años después del brote que inició la primera gran pandemia de infecciones respiratorias en el mundo moderno. Hoy en día se sabe que existen cuatro tipos de influenza, y que los cambios estacionales producen nuevas cepas constantemente por lo que las vacunas también cambian cada año para adaptarse a estas alteraciones. Todo esto es producto de décadas de investigación, que continúa hasta la fecha, e implica que cuando los especialistas en la comunidad científica comenzaron el esfuerzo por desarrollar una vacuna contra el COVID-19, no estaban empezando desde cero. Los coronavirus son un tema largamente estudiado por los responsables detrás de las soluciones médicas. Gracias a todo este fondo epistémico,  la vacuna contra la gripe porcina, la pandemia más reciente antes de esta, tomó menos de cinco meses.

Sobre los efectos secundarios de las vacunas

El miedo a reacciones adversas a la vacuna ha sido un motivo poderoso en el pensamiento colectivo de las personas que no se deciden a recibir su dosis. Aún si síntomas como dolores de cabeza, fiebre, alergia, fatiga y demás dolencias son, para algunos, un deterrente para no vacunarse, se podría argumentar que aquellos pertenecientes al cuadro del COVID-19 como la inflamación pulmonar, la fiebre severa, la dificultad para respirar, la necesidad de cuidados intensivos, entubación, las complicaciones cardiacas y la muerte, serían una razón aún más contundente como para elegir hacerlo.

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La cuestión con los efectos secundarios es que son, en la mayoría de los casos, algo positivo. Para explicarlo de manera simple, la vacuna contra el COVID-19 (y todas las demás vacunas)  funcionan así: Los malestares que sentimos posterior a la inyección no significa que estemos enfermos, por el contrario, son las señales de que el sistema inmune está trabajando para combatir los patógenos debilitados o muertos de los que se compone la vacuna y que no pueden hacernos daño. Ayudan a nuestro sistema inmune a aprender cómo pelear contra una infección real de COVID-19. Por eso es que después de la vacuna hay de 65 % a 97 % de disminución de la probabilidad de contagio y un 99.9 % de protección contra síntomas que provoquen hospitalización de cuidados intensivos y muerte.

Dicho esto, existen personas con afecciones subyacentes y el sistema inmune comprometido que constituyen casos especiales, no porque la vacuna pudiera tener un impacto negativo en ellos sino porque la eficacia de la misma podría reducirse debido a una respuesta débil del organismo.

Desarrollar trombosis es otra de las preocupaciones principales de quienes no encuentran aún confianza para vacunarse. Esta posibilidad es real, pero también mínima. En España, por ejemplo, se presentaron de 2 a 3 casos entre cada millón de personas vacunadas, reportó Juan Carlos Reverter, presidente de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) en entrevista con La Vanguardia. Para poner este número en contexto veamos otras cifras, la trombosis también puede presentarse como síntoma de COVID-19. “Del total de pacientes que ingresan en el hospital, un 20 % sufre trombos. En las UCIs, el porcentaje sube hasta el 40”. Explicó el también Jefe de servicio de hemoterapia y hemostasia del Hospital Clínic de Barcelona. En España, actualmente mueren 190 de 10,000 pacientes de COVID-19, en Estados Unidos 250 de 27,19, en México 371 de 6,543, en Reino Unido 174 de 30,838. La posibilidad de presentar trombosis como síntoma del COVID-19 es mil veces mayor a desarrollarla como efecto secundario de la vacuna.

Sobre el derecho y la responsabilidad de decidir

Más allá de las dudas y temores que experimentan miles de personas que no consideran la vacuna como una opción viable, la decisión de aplicársela o no sigue siendo un tema de libre elección, pero también de responsabilidad personal, ambas van de la mano. La libertad representa la facultad de poder actuar sin control externo, de acuerdo con nuestra voluntad y con lo que consideramos nuestros mejores intereses. La responsabilidad personal significa considerar cuidadosamente nuestro proceder, tomando en cuenta cómo puede afectarnos a nosotros en un futuro o a otros.

Cuando se trata de una crisis de salud como la que enfrentamos desde hace más de un año, cualquier ejercicio de la libertad debe pasar por el filtro de cuestionar cómo nuestras decisiones pueden impactar a otras personas igual o más susceptibles de contraer el virus y/o presentar síntomas severos o morir.

El ex-gobernador de California y actor Arnold Schwarzenegger ofrece un ejemplo categórico pero simple, para comprender las implicaciones éticas ligadas a la decisión de no vacunarse por dar crédito a la desinformación o caer en la falsa percepción de que nuestras libertades están siendo violentadas por la insistente convocatoria a las medidas preventivas y protocolos. “No es diferente a los semáforos, ponemos semáforos en las intersecciones para que nadie mate a otra persona por accidente, no puedes decir:  «Nadie me va a decir que me tengo que parar aquí, la voy a atravesar». Así es como matas a alguien debido a tus acciones”, expresó duramente el republicano en conversación con el coronel y autor Alex Vindman con la moderación de la periodista Bianna Golodryga. Reiteró también la necesidad de confiar en los expertos y creer que los años de investigación y conocimientos recaudados por la comunidad científica son la mejor opción para aproximarse a soluciones reales.

La decisión de vacunarse es y sigue siendo una elección personal en la mayor parte del mundo, pero este panorama está cambiando rápido ante la imposibilidad de erradicar la pandemia antes de que surjan más olas y variantes. Independientemente de las dudas o certezas que puedas tener acerca de la vacuna, es indispensable consultar con tu médico de confianza, la mejor respuesta para ti siempre vendrá de alguien que conozca tu historial médico y pueda generar recomendaciones personalizadas ya sea para la opción de una primera dosis o un refuerzo. Para más información sobre recursos educativos y buenas prácticas frente al COVID-19 visita la sección especializada del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación del Tec de Monterrey.

Fuente de la información e imagen:  https://observatorio.tec.mx/edu-news/opinion-vacunas

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¿Qué es la teoría crítica de raza?

Por: Sofía García-Bullé

Este marco teórico ofrece una perspectiva histórica más completa y un mejor contexto para comprender el presente.

La historia es una ciencia social por demás activa, en artículos anteriores hemos hablado sobre su capacidad de autoanalizarse y reescribirse. La investigación, la perspectiva, los nuevos datos y lecturas son cruciales en la construcción del devenir histórico.

Elementos como la conciencia social o de raza también pueden influir en una reevaluación tanto de la historia, como de la forma en que se escribió. Un movimiento académico dentro de la comunidad de historiadores es ejemplo de estos cambios de óptica sobre el pasado. Estamos hablando de la teoría crítica de raza.

Las consideraciones de un racismo sistémico

La teoría crítica de raza es un marco teórico para enseñar historia y otras disciplinas sociales. El término fue acuñado por la jurista Kimberlé Crenshaw a finales de la década de los 80. Consiste en agregar al currículum y a la conversación esos incisos dentro del evento o tema de estudio que pudieron estar marcados por la raza y la discriminación racial. Por ejemplo, si estamos abordando el final de la Segunda Guerra Mundial, el regreso de los veteranos a Estados Unidos y el consecuente auge de los suburbios americanos durante la década de los 50, no podemos dejar de lado la experiencia de los soldados afroamericanos y todo el marco legal que evitó que evitó que pudieran hacerse de un hogar asequible igual que sus compañeros blancos.

Si dentro de determinado momento histórico existe una barrera legal o costumbre socialmente reforzada que habilite la discriminación racial sistémica, la teoría crítica de raza es necesaria para tener un panorama completo de cómo se desenvolvió ese momento del pasado y qué consecuencias podría seguir teniendo en el presente.

En el caso específico de la situación de vivienda de los veteranos afroamericanos de la Segunda Guerra Mundial, las consecuencias de ese serio desbalance para la obtención de casas puede verse reflejado en las dificultades actuales de la comunidad afroamericana para conseguir precios y préstamos bajos en comparación con los americanos caucásicos.

Este es un ejemplo básico acerca de cómo un análisis del pasado con una perspectiva que cubra aspectos relacionados con el racismo sistémico es vital para comprender las condiciones actuales de un grupo demográfico completo. Como herramienta de investigación y contextualización histórica, el rol de la teoría crítica de raza es difícil de discutir pero su presencia en programas académicos y aulas abre otro debate.

¿Debería enseñarse en las escuelas?

La conversación más acalorada sobre el tema de la teoría crítica de raza es si debería estar presente en las aulas. El racismo es un tema por demás complicado y hay validez en la idea de que no es necesario poner en los niños una carga cognitiva de esa naturaleza. El problema de este argumento, es que solo aplica si los niños en cuestión no pertenecen a ninguna etnia, raza o grupo social que este sujeto a discriminación.

En marzo del presente año, una niña de 9 años testificó en el caso de George Floyd, uno de los eventos de violencia sistémica racial más sonados de la década. Si una infante de tan corta edad puede ser expuesta a presenciar un homicidio y testificar sobre el mismo en la corte, debido a que la violencia racial es así de terrible en su país, ¿por qué privar a los niños de su edad de las herramientas cognitivas para entender y combatir el racismo sistémico bajo el argumento de que “es complicado”?

La raza y el racismo son constructos sociales, como sostiene Tony Morrison, Premio Nobel de literatura y activista para la educación sobre la conciencia de raza. Sin embargo, estos constructos no solo afectan seriamente la vida de millones de personas de minorías raciales en el mundo también juegan un papel importante en el diseño y ejecución de sistemas económicos.

Para erradicar el racismo sistémico es necesario un cambio estructural, y este es prácticamente imposible de gestionar sin una educación histórica y social ciega a la influencia de los desbalances provocados por la discriminación social.

¿Habías oído hablar antes de la teoría crítica de raza? ¿Te parecería buena idea incluir el tema en tus clases? Si eres estudiante, ¿algún curso que hayas llevado incluyó el tema? ¿Cuáles fueron tus impresiones? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/teoria-critica-raza

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