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300 millones de niños respiran aire tóxico debido a la contaminación, según un informe de UNICEF

Nueva York / 02 de noviembre de 2016 / Por: UNICEF / Fuente: http://www.unicef.org/

Casi uno de cada siete de los niños del mundo, un total de 300 millones, vive en una zona donde los niveles de toxicidad del aire en el exterior debido a la contaminación son seis veces superiores a lo que establecen las directrices internacionales, según revela un nuevo informe de UNICEF.

Limpiar el aire para los niños utiliza imágenes de satélite para mostrar por primera vez cuántos niños están expuestos a un nivel de contaminación exterior que supera las directrices internacionales establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y en qué lugares del planeta viven estos niños.

Los resultados se presentan una semana antes de la 22ª Conferencia de las partes, que se celebrará en Marrakech, Marruecos, y en la que UNICEF pedirá a los dirigentes mundiales que tomen medidas urgentes para reducir la contaminación atmosférica en sus países.

“La contaminación atmosférica es un factor importante en la muerte cada año de unos 600.000 niños menores de cinco años, y cada día amenaza las vidas y el futuro de millones más”, dijo el Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake. “Los contaminantes no sólo dañan los pulmones en desarrollo de los niños, sino que también pueden realmente cruzar la barrera hematoencefálica y dañar permanentemente sus cerebros en desarrollo, y por tanto su futuro. Ninguna sociedad puede pasar por alto la contaminación atmosférica”.

Las imágenes de satélite confirman que aproximadamente 2.000 millones de niños viven en zonas donde la contaminación atmosférica causada por factores tales como las emisiones de vehículos, el uso intensivo de combustibles fósiles, el polvo y la quema de residuos, supera las pautas de calidad del aire establecidas por la Organización Mundial de la Salud. En Asia meridional se encuentra el mayor número de niños que viven en estas zonas, 620 millones; África es la siguiente región, con 520 millones de niños. En la región de Asia oriental y el Pacífico hay 450 millones de niños que viven en zonas donde se superan los límites de la OMS.

El estudio analiza también la pesada carga que supone la contaminación en los recintos cerrados, causada generalmente por el uso de combustibles como el carbón y la madera para cocinar y calentarse, que afecta principalmente a los niños de zonas rurales con bajos ingresos.

En conjunto, la contaminación atmosférica en el interior y el exterior está directamente relacionada con la neumonía y otras enfermedades respiratorias responsables de casi una de cada 10 muertes de niños menores de cinco años, lo que hace que la contaminación sea uno de los principales peligros para la salud de los niños.

Los niños son más susceptibles que los adultos a la contaminación atmosférica interior y exterior, ya que sus pulmones, sus cerebros y sus sistemas inmunitarios están aún en desarrollo y sus vías respiratorias son más permeables. Los niños también respiran más rápido que los adultos, e inhalan más aire en relación con su peso corporal. Los más desfavorecidos, cuya salud tiende a ser peor y además su acceso a los servicios de salud suele ser inadecuado, son los más vulnerables a las enfermedades causadas por la contaminación atmosférica.

UNICEF pide a los líderes mundiales asistentes a la 22ª COP que tomen cuatro medidas urgentes en sus países para proteger a los niños de la contaminación atmosférica.

  • Reducir la contaminación: Todos los países deben trabajar para cumplir con las pautas mundiales de calidad del aire de la OMS a fin de mejorar la seguridad y el bienestar de los niños. Para lograrlo, los gobiernos deberían adoptar medidas tales como reducir la quema de combustibles fósiles e invertir en la eficiencia energética y las fuentes de energía renovables.
  • Aumentar el acceso de los niños a la atención de la salud: Invertir en la salud general de los niños –con medidas que abarquen las campañas de inmunización y la mejora del conocimiento, la gestión comunitaria y el aumento de las personas que procuran el tratamiento contra la neumonía (una de las principales causas de mortalidad de niños menores de cinco años)– mejorará su resistencia a la contaminación atmosférica y su capacidad para recuperarse de enfermedades y trastornos vinculados a este problema.
  • Minimizar la exposición de los niños: Las fuentes de contaminación como las fábricas no deben estar situadas en las cercanías de las escuelas y los parques infantiles. Una mejor gestión de los desechos puede reducir la cantidad de residuos que se queman dentro de las comunidades. Unos aparatos para cocinar más limpios pueden ayudar a mejorar la calidad del aire dentro de hogares. La reducción de la contaminación atmosférica mundial puede ayudar a reducir la exposición de los niños.
  • Vigilancia de la contaminación atmosférica: Se ha demostrado que una mejor vigilancia ha ayudado a los niños, los jóvenes, las familias y las comunidades a reducir su exposición a la contaminación atmosférica, a estar más informados acerca de sus causas, y a promover cambios que hagan que el aire que se respira sea más seguro.

“Protegemos a nuestros niños cuando protegemos la calidad de nuestro aire. Ambos son fundamentales para nuestro futuro”, dijo Lake.

UNICEF trabaja en favor de reducir los niveles de contaminación atmosférica, al mismo tiempo que actúa también sobre el terreno para proteger a los niños de sus efectos. Por ejemplo, la organización dedicada a la infancia apoya el desarrollo, la distribución y el uso de limpiadores de aparatos para cocinar en Bangladesh, Zimbabwe y otros países, y trabaja por medio de algunos de sus programas en los países para reducir el impacto de la contaminación atmosférica sobre la salud de los niños. También apoya programas para aumentar el acceso de los niños a la atención médica de calidad y para vacunarlos contra enfermedades como la neumonía.

Fuente noticia: http://www.unicef.org/spanish/media/media_92979.html

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La lucha contra el cólera en Yemen

Asia/Yemen/1 de noviembre de 2016/Fuente: UNICEF

Un brote de cólera en Yemen ha tensado aún más la situación del ya fracturado sistema de salud del país. UNICEF se encuentra en las zonas más afectadas realizando labores de cloración de fuentes de agua, distribuyendo kits de higiene y enseñando a las familias a prevenir la enfermedad.

– Para Um Arafat, de 35 años, las cosas no podrían ir peor. Cuando llevó rápidamente a su hijo de seis años al hospital ante la sospecha de que tuviera cólera, a esta madre de siete hijos le diagnosticaron también la enfermedad y la ingresaron en la habitación de al lado. Frágil y desorientada, trata de relatar lo que le ocurrió a su hijo. Su hija permanece a su lado y la ayuda a terminar las frases cuando a ella le faltan fuerzas para hablar.

“Hace dos semanas, mi hijo, que ya estaba muy débil, tuvo diarrea líquida. Ya había tenido diarreas así antes”, explica, haciendo una pausa para tomar aire. Su hijo Arafat la observa con unos ojos pálidos que reflejan claramente su malestar.

Al otro lado del pasillo, otra madre, Um Dhia, cuida de su hijo de un año. “Eran las cuatro de la mañana cuando, de repente, mi hijo empezó a hacer diarrea. Unos instantes después se puso muy pálido y los ojos se le pusieron en blanco. Pensé que se iba a morir. Lo llevamos rápidamente al hospital”, recuerda. “Gracias a Dios, mi hijo se está recuperando. El primer día le cambié de pañal 20 veces. Hoy solo se lo he cambiado una vez, de momento”, cuenta la madre con los ojos humedecidos y juntando las manos en señal de gratitud.

Un brote de cólera en Yemen era lo último que necesitaba este país asolado por un conflicto, aunque también era de esperar, dado el frágil estado del sistema de salud. Hay más de 600 instalaciones de salud fuera de servicio, y muchas de las que están en funcionamiento tienen poco personal o trabajan bajo mínimos.

“Si los niños no reciben a tiempo un tratamiento adecuado para la enfermedad, pueden morir”, sostiene la doctora Najwa Al Dheeb, Oficial de salud y nutrición para UNICEF en Saná. “Estamos abasteciendo a los hospitales y las instalaciones de salud de todo el país con sales de rehidratación oral, fluidos intravenosos, kits para tratar la diarrea y formación para el personal, de modo que los niños ingresados por cólera puedan recibir tratamiento de inmediato”.

Un grupo de jóvenes voluntarios van casa por casa por la zona de Sawan, en el centro de Saná, distribuyendo los kits de higiene de UNICEF y asesorando a las familias sobre los modos de prevenir el contagio del cólera. Trabajan con la Fundación para el Desarrollo y la Respuesta de Yemen, una ONG local que colabora con UNICEF. Los voluntarios señalan cada hogar que visitan para llevar un registro de las personas a las que han atendido.

“En nuestro plan de prevención del cólera nos estamos centrando en esta comunidad porque es aquí donde se han confirmado 11 casos”, explica Mohammed, Oficial de agua, saneamiento e higiene de UNICEF y responsable de las labores de respuesta. Explica que su estrategia se divide en tres partes: “Primero, cloramos todas las fuentes y los tanques de agua para que esta sea segura. Al mismo tiempo, distribuimos a las familias kits de higiene que incluyen jabón, detergente y bidones, entre otros. Finalmente, vamos casa por casa explicando a las familias cómo se contagia el cólera y cómo pueden prevenirlo.

En las dos últimas semanas se han confirmado al menos 18 casos de cólera en todo el país, la mayoría de ellos en Saná, la ciudad con más densidad de población de Yemen. También se han registrado casos en el sur y el centro del país. En medio del conflicto y la inestabilidad, UNICEF y sus aliados siguen proporcionando ayudas para las instalaciones de salud y las comunidades.

Contener el cólera es la prioridad de la agencia dedicada a los niños. Si se produjera una escalada en el brote, muchos niños como Arafat, de seis años, volverían a caer en el horror y el dolor de las etapas de esta enfermedad, y algunos de ellos no sobrevivirían.

Fuente: http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/yemen_92955.html?utm_source=unicef_news_es&utm_medium=rss&utm_campaign=rss_link_es&utm_source=twitterfeed&utm_medium=twitter

Imagen: http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/yemen_92955.html?utm_source=unicef_news_es&utm_medium=rss&utm_campaign=rss_link_es&utm_source=twitterfeed&utm_medium=twitter

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Los niños y las familias desarraigadas del estado de Borno, en Nigeria

África/Estado de Borno/Nigeria/ 25 de octubre de 2016/Fuente y autor/ UNICEF/Por Kent Page

Desde 2014, la escalada de la insurgencia de Boko Haram ha causado una situación de inseguridad y ha provocado desplazamientos masivos en el noreste de Nigeria y en la región del lago Chad. Hay alrededor de 2,6 millones de desplazados internos, y más de la mitad de ellos son niños.

UNICEF y sus aliados están trabajando juntos para abordar los numerosos aspectos que conciernen a esta crisis humanitaria, como las alarmantes tasas de malnutrición, el reciente brote de poliomielitis, el limitado acceso a las escuelas, el deterioro de los servicios de salud y agua y las consecuencias psicosociales de vivir en medio de la violencia.

El epicentro de esta crisis se encuentra en el estado de Borno, donde más de 1,4 millones de personas han tenido que desplazarse como resultado de la violencia de Boko Haram. Siga leyendo para conocer la historia de algunas de las personas que se han visto afectadas por esta crisis.

Les presento a Maryam Sandabe

Maryam fue una de las muchas víctimas de los insurgentes de Boko Haram en Bama, en el estado de Borno. Durante un ataque, los insurgentes quemaron y destruyeron su casa, su vehículo y todas sus pertenencias personales. Maryam, su marido y sus cinco hijos tuvieron que marcharse a pie hasta Maiduguri, a 67 kilómetros de distancia, para poder sobrevivir. Ahora viven en el campamento para desplazados internos de Daliro, en Maiduguri, donde ella trabaja como profesora voluntaria en una escuela establecida con la ayuda de UNICEF que cuenta con 1.272 estudiantes. “Tengo un certificado nacional en educación [y] ahora me dedico, como voluntaria, a enseñar matemáticas, inglés y ciencias a los niños desplazados internos”. Comprometida a mejorar su vida y la de sus hijos, Maryam también estudia a tiempo parcial un grado en Educación para la Salud en la Universidad de Maiduguri.

 

Estos son los estudiantes de Maryam

Todos los estudiantes de Maryam acabaron en el campamento de Dalori después de que los obligaran a abandonar sus hogares por los ataques insurgentes que había en sus ciudades, en algunas zonas del estado de Borno. “A pesar de los obstáculos que han vivido (algunos de ellos han estado hasta dos años sin ir a la escuela, mientras que otros han perdido a algún familiar) todos los niños están felices y orgullosos de regresar a la escuela”, asegura Maryam, que también es una desplazada interna. Ahora los niños pueden asistir a clases resguardadas del sol, del viento y del polvo en una de las tiendas proporcionadas por UNICEF que se usan como espacios temporales de aprendizaje en el campamento de Dalori. Además de haber distribuido mochilas, pupitres, uniformes escolares y materiales de aprendizaje y enseñanza, UNICEF ha proporcionado más de 130 tiendas como esta, que se utilizan como espacios temporales de aprendizaje en varios campamentos del estado de Borno.
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“A pesar de los obstáculos vividos, todos están felices y orgullosos de regresar a la escuela”.
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Les presentamos a Zara, Falamata y Aicha

Estas tres mujeres desempeñan un papel fundamental en la contención del brote reciente de poliomielitis en el noreste de Nigeria. Zara es vacunadora contra la poliomielitis; Falamata recibió formación de UNICEF y es movilizadora voluntaria de la comunidad; y Aicha es registradora de datos. Juntas componen un equipo de vacunación contra la poliomielitis y, como tal, formaron parte de una campaña de inmunización de emergencia a gran escala que se llevó acabo del 13 al 18 de octubre. UNICEF Nigeria colaboró con la campaña ayudando a procurar vacunas y tratando de involucrar a la gente mediante una movilización de los medios de comunicación y las comunidades. La campaña incluyó un despliegue de casi 39.000 trabajadores de la salud que distribuyeron vacunas contra la poliomielitis para niños menores de cinco años procedentes de zonas en situación de alto riesgo de Nigeria, el Chad, el Níger, Camerún y la República Centroafricana.

 

Él es Zainab Mohammed

Esta es la primera visita –y, seguramente, la más importante– de Zainab, de tres años, a un centro de atención primaria establecido con la ayuda de UNICEF en la comunidad de Dalaram, en el área de gobernación local (LGA) de Jere. Zainab padece malnutrición aguda grave y, como principal intervención médica, está recibiendo un tratamiento a base de alimentos terapéuticos listos para el consumo acompañado de micronutrientes y antibióticos. La madre de Zainab, de 18 años, también está recibiendo asesoramiento sobre la alimentación para bebés y niños pequeños. Durante las próximas ocho semanas del programa de tratamiento se supervisará a la madre y al niño mientras este recupera su peso y mejora su salud. Zainab es uno de los 80.178 menores de cinco años con malnutrición aguda grave a los que se ha admitido en los programas de alimentación terapéutica organizados por UNICEF en los estados de Borno, Yobe y Adamawa, al noreste de Nigeria.


Les presentamos a Alhaji Goni Abatcha

Natural del LGA de Monguno, en el estado de Borno, Abatcha escapó de su hogar con su familia después de que los ataques de los insurgentes provocaran una situación de inseguridad en todo el noreste de Nigeria, incluida su ciudad natal. Ahora, Abatcha y su familia viven en el campamento de Bakassi para desplazados internos, donde desempeña un papel fundamental como secretaria colaborando con la administración general del campamento. UNICEF colabora con los campamentos y las comunidades de acogida en las que viven la mayoría de los desplazados en la actualidad ofreciéndoles servicios de salud, nutrición, educación, protección infantil, agua y saneamiento y campañas de inmunización contra el sarampión.

 

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“Me arrastraron hasta un coche… Me retuvieron allí dos meses y después me obligaron a casarme con uno de los insurgentes”.
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Ella es ‘Aminata’

Aminata (no es su nombre real) es una niña de 17 años que fue secuestrada por Boko Haram. “Me arrastraron hasta un coche. Me habían secuestrado a mí y a otras 14 niñas de mi vecindario. Me retuvieron allí dos meses y después me obligaron a casarme con uno de los insurgentes”, relató. Según estimaciones de UNICEF, este grupo militante ha retenido y sometido a más de 7.000 mujeres y niñas. Se cree que a la mayoría las han violado y obligado a casarse con sus secuestradores y muchas, como Aminata, quedaron embarazadas. International Alert, aliado de UNICEF, proporciona asistencia psicosocial a las niñas y las mujeres que han sido víctimas de violencia sexual, incluidas las nacidas de este tipo de abusos. Asimismo, UNICEF ofrece asistencia psicosocial a los niños y las familias afectadas por el conflicto de Nigeria con medidas como los espacios adaptados a los niños, la formación psicosocial de profesores y la provisión de servicios de educación en entornos educativos protegidos y seguros.


Ella es Iisa

Iisa tiene cinco años y es uno de los muchos niños desplazados internos que viven en el campamento de Muna Garage, en Maiduguri. La niña posa con su pizarra en el exterior del espacio adaptado para niños establecido con la ayuda de UNICEF en el campamento. Los equipos de educación y protección de la infancia de UNICEF trabajan juntos para ayudar a niños de entre tres y 18 años con espacios adaptados para niños que cuentan con asistencia educacional, suministros escolares y maestros a través de la Junta de Educación Básica Universal del estado. Esta medida garantiza que los espacios adaptados a los niños sean también espacios seguros de aprendizaje para niños como Iisa.


Les presentamos a Aisha

Aisha Bulama es vacunadora contra la poliomielitis y una de las mujeres más populares de Maiduguri durante la campaña de inmunización contra la poliomielitis. “Esta mañana, solo en unas horas, mi equipo ya había vacunado a más de 500 niños”, sostiene orgullosa antes de marcar la uña de un niño pequeño al que acaba de vacunar. La marca morada en la uña es algo que muchas madres muestran orgullosas a su familia, amigos y vecinos, especialmente después del brote reciente de poliomielitis en el noreste de Nigeria. Los equipos de vacunación contra la poliomielitis de algunas partes del estado de Borno, en Nigeria, también llevarán a cabo controles de malnutrición simultáneos para detectar malnutrición aguda grave en niños menores de cinco años, y derivarán a los malnutridos a los programas de tratamiento terapéutico.

 

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“Solo podemos proporcionar una atención médica limitada porque nuestro centro de salud quedó muy dañado”.
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Les presentamos a Hajiya Bashir

Hajiya Bashir es Oficial Jefe de Enfermería en el centro de Atención Primaria de Gamboru que está siendo rehabilitado por UNICEF. El centro tuvo que repararse urgentemente después de haber sido objeto de ataques, saqueos y bombas por parte de los insurgentes, lo que redujo el acceso a atención médica y materna a los residentes de Gamboru y las numerosas personas desplazadas que viven allí. “Ahora mismo, solo podemos ofrecer una atención médica limitada a nuestra gente porque el centro quedó muy dañado”, dice Hajiya. El gobierno nigeriano ha declarado que casi todas las instalaciones médicas de las zonas que han vuelto a ser accesibles en el noreste de Nigeria han sido objeto de saqueos y vandalismo y han quedado destruidas. Gracias a la ayuda de UNICEF, en el centro de atención primaria se ha atendido a 2.777.579 personas afectadas por el conflicto con servicios de emergencia, tales como alimentación terapéutica y provisión de micronutrientes para niños, atención materna para mujeres embarazadas, inmunización sistemática y tratamiento de enfermedades como el paludismo o la diarrea y las infecciones respiratorias graves.

Fuente: http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/nigeria_92938.html

Imagen: https://www.icrc.org/sites/default/files/document/image/nigeria-yola-150415-13.jpg

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La dificultad de ir a la escuela en el este de Alepo

Por UNICEF República Árabe Siria

Judy tiene nueve años y está ilusionada por regresar a la escuela, aunque ir a clase no siempre es fácil. Siga leyendo para conocer las dificultades a las que se enfrentan ella y otros niños del este de Alepo cuando, simplemente, tratan de recibir una educación.

ALEPO, República Árabe Siria, 14 de octubre de 2016 – A finales de septiembre comenzó el nuevo año escolar en varias zonas de la República Árabe Siria.

Para Judy, una niña de nueve años que vive en la ciudad vieja del este de Alepo, regresar a la escuela es un motivo de ilusión. Su asignatura favorita es inglés. “Mi hermana mayor me ayuda a estudiar. Me encanta esta asignatura”, confiesa.

Sin embargo, ir a la escuela de forma regular suele representar un desafío para Judy y sus compañeros de clase.

Imagen del UNICEF
© UNICEF/UN034443/Zayat
Judy regresa de su primer día de escuela pasando por los escombros de unas casas cercanas. “Voy a la escuela cada día, excepto cuando oigo los aviones”, sostiene.

“Voy a la escuela cada día, excepto las veces que oigo los aviones”, sostiene.

La violencia y las bombas han dañado la escuela de Judy varias veces en los últimos años. Las casas cercanas a la escuela han sufrido grandes destrozos, pero cada mañana Judy camina con sus amigos por los escombros para ir a la escuela.

Para niños como Judy, procedentes del este de Alepo y de otras zonas del país, la primera semana de escuela no es igual que para otros niños del mundo. Desde que comenzó la crisis siria en 2011, las escuelas han sido atacadas en más de 4.000 ocasiones. Hoy en día, una de cada cuatro escuelas del país no presta sus servicios. Hay casi dos millones de niños que no van a la escuela y 1,35 millones que están en peligro de abandonarla, dado que la escalada del conflicto, los desplazamientos y las dificultades económicas los obligan a dejar los entornos que los protegen, como la escuela y los patios de recreo.

Imagen del UNICEF
© UNICEF/UN034442/Zayat
Los compañeros de clase de Judy regresan de su primer día de escuela pasando por los escombros de unas casas cercanas.

Otra dificultad que hay en Alepo es la electricidad: millones de personas se encontraron sin electricidad después de que la infraestructura eléctrica de la ciudad fuese dañada. En el este de Alepo, donde vive Judy, hay una disponibilidad prácticamente nula de electricidad, especialmente después de la escasez de combustible. “Ojalá pudiésemos recuperar algo de electricidad para poder ver los dibujos animados en la televisión”, decía Judy.

Sin embargo, lo que más deseaba Judy era que se volviera a abrir la carretera: “Espero que la carretera se abra pronto para poder ir a ver a mi hermano, que vive en otra ciudad y acaba de casarse. Ni siquiera he conocido a su esposa”, explicó.

Pero la carretera no se abrió. Al contrario, unos bombardeos intensos sacudieron la ciudad y, de nuevo, la escolarización de Judy ha quedado interrumpida.

La violencia y el conflicto siguen siendo una dura carga para los niños del este de Alepo y de otras zonas de la República Árabe Siria. UNICEF ha realizado un llamamiento a todas las partes del conflicto para que acaten sus responsabilidades al amparo de la legislación humanitaria internacional y protejan a los niños y a sus escuelas.

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La dificultad de ir a la escuela en el este de Alepo

Asia/25 de octubre de 2016/Fuente:  UNICEF República Árabe Siria

Judy tiene nueve años y está ilusionada por regresar a la escuela, aunque ir a clase no siempre es fácil. Siga leyendo para conocer las dificultades a las que se enfrentan ella y otros niños del este de Alepo cuando, simplemente, tratan de recibir una educación. ALEPO, – A finales de septiembre comenzó el nuevo año escolar en varias zonas de la República Árabe Siria.

Para Judy, una niña de nueve años que vive en la ciudad vieja del este de Alepo, regresar a la escuela es un motivo de ilusión. Su asignatura favorita es inglés. “Mi hermana mayor me ayuda a estudiar. Me encanta esta asignatura”, confiesa. Sin embargo, ir a la escuela de forma regular suele representar un desafío para Judy y sus compañeros de clase.

“VoJudy regresa de su primer día de escuela pasando por los escombros de unas casas cercanas. “Voy a la escuela cada día, excepto cuando oigo los aviones”, sostiene.y a la escuela cada día, excepto las veces que oigo los aviones”.

Imagen del UNICEF

La violencia y las bombas han dañado la escuela de Judy varias veces en los últimos años. Las casas cercanas a la escuela han sufrido grandes destrozos, pero cada mañana Judy camina con sus amigos por los escombros para ir a la escuela.

Para niños como Judy, procedentes del este de Alepo y de otras zonas del país, la primera semana de escuela no es igual que para otros niños del mundo. Desde que comenzó la crisis siria en 2011, las escuelas han sido atacadas en más de 4.000 ocasiones. Hoy en día, una de cada cuatro escuelas del país no presta sus servicios. Hay casi dos millones de niños que no van a la escuela y 1,35 millones que están en peligro de abandonarla, dado que la escalada del conflicto, los desplazamientos y las dificultades económicas los obligan a dejar los entornos que los protegen, como la escuela y los patios de recreo.

Otra dificultad que hay en Alepo es la electricidad: millones de personas se encontraron sin electricidad después de que la infraestructura eléctrica de la ciudad fuese dañada. En el este de Alepo, donde vive Judy, hay una disponibilidad prácticamente nula de electricidad, especialmente después de la escasez de combustible. “Ojalá pudiésemos recuperar algo de electricidad para poder ver los dibujos animados en la televisión”, decía Judy.

Sin embargo, lo que más deseaba Judy era que se volviera a abrir la carretera: “Espero que la carretera se abra pronto para poder ir a ver a mi hermano, que vive en otra ciudad y acaba de casarse. Ni siquiera he conocido a su esposa”, explicó.

Pero la carretera no se abrió. Al contrario, unos bombardeos intensos sacudieron la ciudad y, de nuevo, la escolarización de Judy ha quedado interrumpida.

La violencia y el conflicto siguen siendo una dura carga para los niños del este de Alepo y de otras zonas de la República Árabe Siria. UNICEF ha realizado un llamamiento a todas las partes del conflicto para que acaten sus responsabilidades al amparo de la legislación humanitaria internacional y protejan a los niños y a sus escuelas.

>  Aquí puede saber más acerca de las necesidades humanitarias de los niños de la República Árabe Siria.

Fuente: http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/syria_92921.html?utm_source=unicef_news_es&utm_medium=rss&utm_campaign=rss_link_es&utm_source=twitterfeed&utm_medium=twitter

Imagen: www.unicef.org/spanish/infobycountry/images/13466ibc1.jpg

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Medio millón de niños viven en las zonas de Haití más golpeadas por el Huracán Matthew

Haití/08 de octubre de 2016/Fuente: UNICEF

Según las primeras estimaciones, UNICEF necesitará 5 millones de dólares para hacer frente a las necesidades más inmediatas.

Se estima que 500.000 niños viven en los departamentos de Sur y Grande Anse, en el sur de Haití, las zonas más golpeadas por el Huracán Matthew, según UNICEF. Tres días después de la tormenta sigue sin poder determinarse cuántos niños necesitan asistencia de emergencia, dado que los daños a las carreteras siguen impidiendo los esfuerzos de evaluación y asistencia.

“Estamos lejos de tener una imagen completa de la magnitud de los daños”, afirmaba Marca Vincent, representante de UNICEF en Haití. “Esperamos lo mejor, pero preparándonos para lo peor”.

Se ha informado de que hasta el 80% de los hogares en el sur han sufrido daños y cerca de 16.000 personas permanecen en refugios temporales. Se estima que aproximadamente 175 colegios han sufrido graves daños, y que al menos otros 150 están siendo utilizados como refugios de evacuación por todo el país.

Un equipo de UNICEF que ha conseguido llegar a Les Cayes, una de las áreas más afectadas en el Gran Sur, ha informado de enormes inundaciones, especialmente en las zonas bajas, y de daños en el hospital de la ciudad y en otros centros de salud. Las familias están luchando para encontrar agua potable y letrinas adecuadas.

UNICEF había preparado suministros de emergencia con las autoridades nacionales para llegar a 10.000 personas. Se han enviado suministros de agua y saneamiento adicionales, como tabletas purificadoras de agua, bidones de agua y lonas de plástico, a los departamentos más afectados en la punta occidental de Haití. Las evaluaciones de necesidades humanitarias están en marcha, se necesitarán más suministros de asistencia humanitaria cuando el impacto del huracán sea más claro.

UNICEF ha informado hoy que se necesitarán al menos 5 millones de dólares para hacer frente a las necesidades más urgentes de los niños, lo que incluye:

• Proporcionar agua potable y saneamiento adecuado para ayudar a prevenir la propagación de enfermedades transmitidas por el agua
• Restaurar los servicios de salud para prevenir y tratar la desnutrición entre los niños más jóvenes, y proporcionarles vitaminas esenciales y tratamiento contra la diarrea
• Establecer espacios temporales de aprendizaje con el objetivo de que los niños puedan reanudar su educación
• Apoyar los servicios de protección de los niños contra la violencia, la explotación y el abuso.

“Cuanta más información podamos reunir sobre el terreno, mejor apoyo podremos dar a los esfuerzos del gobierno para ayudar a los niños y a sus familias a hacer frente a la magnitud de la destrucción”, añadió Vincent.

Fuente de la Noticia:

http://www.unicef.org/spanish/media/media_92887.html

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Según Informe de UNICEF: Cargan 40% más en niñas el trabajo en casa; el 11 de octubre celebran su día

América del Norte/CIUDAD DE MÉXICO/excelsior.com.mx

Las niñas de entre 5 y 14 años de edad dedican 40% más de tiempo que los niños a realizar trabajos no remunerados, como las tareas del hogar, reveló un informe del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef) hecho público con motivo del Día de Internacional de la Niña, el cual se conmemora cada 11 de octubre.

El informe, titulado Harnessing the power of data for girls: taking stock and looking ahead to 2030 (Sacar partido al poder de la información para las niñas: balance y previsiones hacia 2030), contiene las primeras estimaciones globales sobre el tiempo que dedican las niñas a realizar trabajos no remunerados, entre ellos las tareas del hogar, como cocinar, limpiar, cuidar de algún miembro de la familia y recoger agua y leña.

De acuerdo con el informe publicado por Unicef, la carga desproporcionada de tareas domésticas comienza  a temprana edad, en niñas de entre 5 y 9 años, que dedican 30% de tiempo más que los niños de su edad a realizar tareas del hogar.

Las desigualdades aumentan conforme las niñas  crecen, con niñas de entre 10 y 14 años, que dedican 50% de tiempo adicional respecto de los niños de la misma edad.

De acuerdo con datos de 2013 del  Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México, casi un millón de niños, niñas y adolescentes de entre 5 y 17 años realizaban tareas domésticas y no asistían a la escuela. Un 70% de esta población eran niñas, y 30% niños.

“La sobrecarga de las tareas domésticas no remuneradas comienza en la primera infancia y se acrecenta cuando las niñas llegan a la adolescencia”, explicó Anju Malhotra, asesora principal de Unicef en materia de género.

“Las niñas sacrifican oportunidades como aprender, crecer y disfrutar su infancia por la imposición de tareas domésticas”.

CONTRIBUCIÓN

Hasta 2015, en México había 19.4 millones de niñas y adolescentes, equivalente a 16.2% de la población del país, de acuerdo con el Inegi.

El organismo explicó que, a diferencia del trabajo doméstico como actividad económica, el realizado por niñas y adolescentes en el hogar contribuye de manera importante en la reproducción de la vida social de las familias, e incluso facilita que los adultos puedan dedicarse a trabajos remunerados.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/nacional/2016/10/08/1121277

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