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La gamificación, un juego muy serio

Por: La Vanguardia

  • Si hacemos del aprendizaje algo lúdico y le añadimos las múltiples posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, los resultados positivos en las aulas y en los alumnos no se hacen esperar.
  • Quién no ha escuchado o, incluso, verbalizado alguna vez eso de “Niño, deja ya de jugar y ponte a estudiar”. La manida cantinela de la educación paterno-filial está perdiendo autoridad gracias a multitud de estudios que demuestran que el aprendizaje, a través del juego, es más eficaz que el que se realiza “hincando los codos”. Obligar al alumno a aprender de memoria unos datos que le resultan poco o nada significativos, solo consigue alejarle del aula.

    Todo cambia cuando jugamos. Aprendemos sin darnos cuenta. ¿Se imaginan aprender geografía a través de un juego de zombies? ¿Suena divertido, verdad? Pues existe. Zombie-Based Learning (ZBL) es un proyecto educativo de David Hunter, exprofesor de la escuela Bellevue Big Picture (Seattle). Hunter creó una narrativa apocalíptica para la enseñanza de una asignatura tan árida como esta y en 2015 se hizo con el “Outstanding Support for Geographic Education”, un galardón que otorga anualmente NCGE (Consejo Nacional de Educación Geográfica).

    Esta organización, sin ánimo de lucro, se constituyó en 1915 con el objetivo de mejorar el estado y la calidad de la enseñanza, y el aprendizaje de la geografía en Norteamérica.

    ¿Te imaginas aprender geografía mediante un juego que simula un apocalipsis zombie? Pues esa posibilidad ya existe y ha demostrado tener mejores resultados que memorizar listas de ríos y cordilleras

    Y es que si hacemos del aprendizaje algo lúdico, y le añadimos las múltiples posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, los resultados en las aulas no se hacen esperar. Los expertos aseguran que el juego como método de aprendizaje, desarrolla habilidades y competencias como la motivación, la concentración y el esfuerzo.

    “El juego permite crear una zona segura de aprendizaje donde el error está permitido y equivocarse mola, porque se aprende de ello y se utiliza como base para crear aprendizajes sostenidos en el tiempo”, afirma Sergio Jiménez, cofundador de Gamification World Congress.

    El juego como método de aprendizaje desarrolla habilidades y competencias como la motivación, la concentración y el esfuerzo

    Y, aunque este evento tiene un enfoque más empresarial, las iniciativas en el aula crecen cada día. Class of Clans, juego de estrategia online desarrollado por los docentes Javier Espinosa y Carlos Mata Ladrón, fue galardonado con el Premio Nacional de Innovación el año pasado. El juego integra cuatro asignaturas en una misma gamificación que mete a los alumnos en un viaje por el paleolítico, en el que deben sobrevivir y avanzar como civilización en equipo.

    “El juego expone los contenidos reglados de forma vivencial, práctica y divertida, lo que fomenta que el aprendizaje sea realmente significativo y que no se olvide fácilmente”, asegura Espinosa. Y es, en esa participación del alumno en su propio aprendizaje, donde reside gran parte de su éxito. Ya lo decía Benjamin Franklin, “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”.

    “El juego permite crear una zona segura de aprendizaje donde el error está permitido y equivocarse mola, porque se aprende de ello y se utiliza como base para crear aprendizajes sostenidos en el tiempo”

    Y no es el único ejemplo. GamificaTuAula es una comunidad abierta formada por profesores de primaria, secundaria y universidad, que han decidido aunar fuerzas para convertir las aulas de España en territorio de juego. Y eso es la gamificación, una innovación que no tiene que apoyarse necesariamente en las nuevas tecnologías para su implementación. Pongamos por caso la realización de un Escape Classroom (totalmente offline) para el aprendizaje de una asignatura como matemáticas.

    Resolver un enigma o dar solución a un misterio a través de una dinámica de juego (pistas, acertijos, cálculos…) y una narrativa (detener al ladrón, descubrir dónde está la joya robada…), implicaría inesperadamente un incremento de la atención y motivación de los alumnos, que asimilarían más amigablemente los conocimientos, además de desarrollar sus habilidades de comunicación, trabajo en equipo y resolución de problemas, entre otras.

    (Andy Ryan / Getty Images)

    Para todos aquellos que quieran iniciarse en esta metodología, en la plataforma de aprendizaje de Telefónica, www.scolartic.com, pueden encontrar el MOOC, “Introducción a la gamificación para docentes”

    Evidentemente, no podemos negar que los alumnos desmotivados están a la orden del día. Pero en esta guerra contra la desmotivación, el juego cuenta con dos componentes que lo hacen imbatible: la interactividad, que hace a cualquiera protagonista de un universo fascinante, y su capacidad social.

    (Hero Images / Getty Images)

    En este sentido, añade Ángel González de la Fuente, periodista, escritor, reconocido gamer del mundo de la educación, y jefe de Proyecto en Telefónica Educación Digital, “los juegos siempre van a ganar la batalla. Eso sí la victoria nunca es eterna. Hay que reinventarse y tirar de magia e ingenio constantemente”.

    Y para todos aquellos que quieran iniciarse en esta metodología, en la plataforma de aprendizaje de Telefónica, www.scolartic.com, pueden encontrar el MOOC, “Introducción a la gamificación para docentes” en abierto y gratuito donde podrán aprender aspectos como la relación existente entre juego y aprendizaje, cómo diseñar un juego en términos didácticos, los distintos elementos de juego, etc.

    Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20171215/433642664344/la-gamificacion-un-juego-muy-serio-brl.html

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“Contra el terrorismo, educación”

Por: La Vanguardia

El Proyecto Integra ofrece formación universitaria a diez jóvenes refugiados que han huído de diferentes países en guerra y pueden retomar sus estudios en la Universidad Camilo José Cela de Madrid.

Se llama Khan Alkozee, tiene 23 años y llegó solo en avión a España desde Afganistán en el año 2015. Cuando cumplió los 18 años, Almotaz Almala se inscribió en la Universidad de Siria para evitar el servicio militar. Mientras estudiaba filología hispánica en Kabul (Afganistán), Lutfullah Salimi trabajaba como intérprete para los militares españoles. Ahora, todos huyen de sus países debido a la guerra y a las constantes amenazas que reciben. En septiembre, gracias a una beca de la Universidad Camilo José Cela, volverán a retomar sus estudios junto con otros siete compañeros más.

Desde Damasco, Alepo, Siria, Ucrania, Irak y Afganistán han llegado diez refugiados para realizar, este año, el curso cero en la universidad madrileña gracias al Proyecto Integra. Un programa de educaciónemocional dirigido a víctimas del terrorismo que ofrece herramientas educativas que ayuden a superar los procesos traumáticos que han vivido.

El pasado mes de octubre, estos tres chicos (junto con otros siete compañeros) empezaron el curso inicial con asignaturas como ‘Español para extranjeros’, ‘Refuerzo psicosocial’, ‘Conocimientos sobre valores constitucionales’, ‘Prevención a la radicalización violenta’ o ‘Cultura española’ para poder incorporarse en los respectivos títulos de grado que han seleccionado.

El director de la beca, Ignacio Sell, considera “muy necesario reforzar conocimientos respecto al idioma, nuestra identidad como sociedad, nuestra cultura y el funcionamiento legislativo” para asegurar “una adecuada integración” en sus respectivas carreras universitarias. Khan quiere estudiar Derecho, Criminología y Seguridad el curso que viene para “poder volver a su país y contribuir a la mejora de la vida de sus ciudadanos”.

Gracias al Proyecto Integra, diez refugiados de diferentes países pueden volver a la Universidad.

Gracias al Proyecto Integra, diez refugiados de diferentes países pueden volver a la Universidad. (Jorge Zorrilla Pascual)

Por su parte, Almotaz va a cumplir su sueño y comenzará el doble grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y Fisioterapia. “Cuando acabé mi bachiller en Siria tuve que inscribirme en Ingeniería Mecánica pero no me gustaba nada, lo hice porque no quería ir a la guerra”, reconoce. “Mis padres siempre me han dicho que la mejor manera de luchar contra el terrorismo es la educación y la ética”, explica Khan, el joven afgano.

A sus 28 años, Lutfullah estudiará el grado en Ciencias de Transporte y Logística. En Kabul acabó su primer grado pero todavía no ha podido conseguir el título para que se lo convaliden aquí. “No tengo ninguna intención de volver porque mi vida corre mucho peligro si vuelvo”.

Todos comparten espacio en la residencia de estudiantes que tiene la universidad en Madrid. “Nos llevamos muy bien entre nosotros, cada uno ha escogido lo que quiere hacer y ahora nos seguiremos viendo entre clase y clase”, señala Almotaz.

Sus padres, al igual que los de Khan y Lutfullah, están “muy contentos de que puedan seguir estudiando”. Entre 19 y 28 años, los diez estudiantes pueden presumir de tener buenas notas académicas y son expertos, después de varios meses aprendiendo el idioma, manejando el español.

Todos los alumnos nos aportan muchos conocimientos sobre la radicalización porque conocen bien el submundo que rodea la captación, la asimilación y el adoctrinamiento de los jóvenes”

IGNACIO SELL

Director del Proyecto Integra de la Universidad Camilo José Cela

Una de las áreas a las que más tiempo han dedicado en estos primeros meses ha sido, precisamente, la “Prevención de la radicalización violenta”. “Estamos investigando el perfil emocional de los jóvenes que sonsusceptibles de ser radicalizados y ellos [los alumnos] nos aportan muchos conocimientos sobre el tema porque conocen bien el submundo que rodea la captación, la asimilación y el adoctrinamiento de los jóvenes”, continúa Sell. “Todos muestran un rechazo al fanatismo religioso y se han implicado en la búsqueda de soluciones” para conocer cuáles pueden ser las claves que motivan a otros jóvenes a buscar refugio en la radicalización”, añade.

Sus primeros pasos en España

Durante su primer año en España, Khan estuvo viviendo en un piso por su cuenta en la capital. Más tarde, se trasladó a un centro de acogida donde recibía 100 euros al mes para su manutención. “Cuando me enteré de esta iniciativa, pensé que era mi oportunidad”, confiesa.

En sus primeros tres años, Almotaz fue pasando de trabajo en trabajo en Valencia, Alicante y Alcoy. “Conocí el proyecto gracias a un trabajador social de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), no me entusiasmaba demasiado mi trabajo en aquel momento y esta iniciativa me daba la posibilidad de estudiar lo que yo quería”, admite.

Tras pasar los primeros seis meses en un centro de refugiados, Lutfullah encontró rápidamente trabajo como auxiliar administrativo en otro situado en Alonso Martínez (Madrid). Fue ahí donde conoció la iniciativa y, sin dudarlo ni un instante, envió su currículo. “Todavía compagino este trabajo haciendo funciones de conserje y recepcionista, los fines de semana, con la Universidad”, responde el joven afgano.

Una iniciativa que te permite tener la posibilidad de estudiar lo que realmente quieres

Almotaz Almala es uno de los estudiantes que, gracias al Proyecto Integra, va a comenzar sus estudios en el doble grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad.
Almotaz Almala es uno de los estudiantes que, gracias al Proyecto Integra, va a comenzar sus estudios en el doble grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad. (Jorge Zorrilla Pascual)

Antes de llegar a la Península, Khan pudo estudiar un año en China pero el país asiático le denegó el visado por razones que desconoce. Volvió a Afganistán pese a la insistencia de sus padres de que fuera a estudiar al extranjero. “Yo no quería irme de mi país. Quería luchar contra los terroristas porque he perdido a mucha gente y, de alguna manera, quería vengarme”, reconoce ahora Khan. Pero, “mis padres me ayudaron a despojarme de la violencia y a contestar con la educación y los valores”. Razón que sirvió para convencer a Khan de emprender su viaje a España.

“Si puedo, intentaré quedarme por aquí cuando termine mis estudios. Volver es imposible ahora porque soy un criminal en Siria al haber escapado del ejército”, confirma a La Vanguardia, Almotaz. Como Khan, ambos “sufrían amenazas constantes” en sus respectivos países.

“Mi padre tuvo la oportunidad de estudiar medicina en Turkestán y, al volver, nos acusaban de comunistas y nos querían matar a todos por ello. Ha habido muchos intentos de matarnos a mí y a mi hermano mayor. Los radicales querían acabar con todo aquel que supiera lenguas extranjeras o hubiera tenido algún contacto con el exterior”, explica Khan.

Lutfullah Salimi es otro de los alumnos que cursará, este año, el grado en Ciencias del Transporte y la Logística en la Universidad Camilo José Cela.
Lutfullah Salimi es otro de los alumnos que cursará, este año, el grado en Ciencias del Transporte y la Logística en la Universidad Camilo José Cela. (Jorge Zorrilla Pascual)

“Mi familia todavía está en Afganistán y estoy muy preocupado porque los terroristas les están amenazando. Esroy esperando a que la Oficina de Asilo me diga algo porque estoy intentando que vengan conmigo aquí, a España” responde contundente Lutfullah.

Aunque hablan por teléfono todos los días, Lutfullah quiere que la espera pase rápido porque “ha sufrido toda la vida la amenaza del terrorismo. Cuando era pequeño, en la época de los talibanes, detuvieron a mi padre por trabajar en un hospital como médico y ayudar a todo el mundo”. Tras dos años en prisión, Lutfullah reconoce que ha vivido con miedo intentando luchar contra los terroristas.

En la educación está “la verdadera clave” de la integración

Khan Alkozee estudiará Derecho, Criminología y Seguridad, gracias al Proyecto Integra, en la Universidad.
Khan Alkozee estudiará Derecho, Criminología y Seguridad, gracias al Proyecto Integra, en la Universidad. (Jorge Zorrilla Pascual)

Para él, “la educación y la ética son muy necesarias para servirse a uno mismo y a la sociedad”. Sell, el director, también está de acuerdo que “en la educación está la verdadera clave de la integración”. “Nosotros pensamos que se puede tener éxito si estudiamos, siempre intentamos aprender que hay luz y esperanza”, argumenta Almotaz. “Nosotros siempre queremos aclarar que nuestra religión no permite hacer daño a los demás, se aprovechan de la palabra “yihad”, pero esta palabra no significa eso”, apostilla Lutfullah.

“Ojalá se pudieran construir escuelas para los niños que están ahí. Acogerles. Enseñarles algo bello, algo más que la guerra. Cuando yo estaba ahí, solo veía destrucción. Cada día se mueren como 10 o 20 personas en cada pueblo, no conoces otra cosa”, confiesa Kahn quien se ha dado cuenta, desde que vive en España, “del valor que tiene la vi da”.

Cerca de medio millón de los refugiados sirios que han abandonado su país por la guerra están en edad de ir a la universidad. Por ese motivo, la Universidad Camilo José Cela no es el único centro universitario que ofrece este tipo de becas a los jóvenes refugiados que huyen de sus países. Desde el pasado septiembre, Barcelona tiene una sede del organismo Alianza por la Educación Superior para los Refugiados (HEAR en sus siglas en inglés) con el objetivo de conseguir un método híbrido en el que los jóvenes refugiados puedan combinar formación virtual impartida por profesores de universidades de referencia con la asistencia a facultades de allí donde se encuentren los refugiados.

En Barcelona está la sede del organismo ‘Alianza por la Educación Superior para los Refugiados’ con el objetivo de que los jóvenes refugiados puedan seguir estudiando

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170826/43610475080/contra-el-terrorismo-educacion.html

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Investigadores diseñan una herramienta para medir la resiliencia de los refugiados sirios adolescentes

Por: La Vanguardia

  • Investigadores de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, junto con socios de universidades de Canadá, Jordania y Reino Unido, han desarrollado una herramienta breve y fiable para medir la resiliencia en niños y adolescentes que han sido desplazados por el conflicto en Siria. Más de cinco millones de personas han sido forzadas a huir del conflicto de seis años en Siria y más de 650.000 sirios están ahora reconstruyendo sus vidas en la vecina Jordania.

El restablecimiento de la resistencia en las personas afectadas por la guerra es una prioridad para los trabajadores humanitarios, pero no hay una medida establecida que pueda ayudar a evaluar las fortalezas que los jóvenes de Oriente Próximo tienen en la adversidad, lo cual dificulta la evaluación de la naturaleza de la resiliencia y el seguimiento de los cambios en el tiempo.

Los investigadores, en colaboración con organizaciones humanitarias que trabajan en la frontera sirio-jordana, han diseñado y probado una herramienta culturalmente relevante en inglés y árabe, cuyos resultados se detallan en un artículo publicado este jueves en ‘Child Development’.

«Las organizaciones humanitarias se esfuerzan por aliviar el sufrimiento y también nutren la resiliencia de los refugiados, su capacidad para superar la adversidad –explica la principal autora del estudio, Catherine Panter-Brick, profesora de Antropología y Asuntos Mundiales de la Universidad de Yale–. Si sólo te concentras en lo negativo –el trauma de la gente– entonces te falta la imagen completa. Hemos desarrollado una herramienta para medir con precisión la resiliencia en los jóvenes que hablan árabe. Esta encuesta ayudará a los investigadores y proveedores de servicios a diseñar intervenciones eficaces que refuercen las fortalezas de las personas».

La herramienta es útil para medir rápidamente la resiliencia en las comunidades de refugiados y de acogida. Identifica fortalezas a nivel individual, familiar y cultural, incluyendo así fuentes individuales, interpersonales y colectivas de resiliencia. Pide a los encuestados que califiquen 12 declaraciones, incluyendo «tengo oportunidades de desarrollarme y mejorar para el futuro», «mi familia está a mi lado en tiempos difíciles» y «la educación es importante para mí», en una escala de cinco puntos desde «en absoluto» a «mucho».

En consulta con grupos de jóvenes refugiados sirios y anfitriones jordanos, el equipo de investigación examinó primero la comprensión local de la resiliencia. Luego, adaptaron y tradujeron una herramienta que se ha utilizado con éxito en otras culturas con poblaciones vulnerables –la Medida de Resiliencia del Niño y la Juventud– para hacerla contextualmente relevante para su uso en comunidades de refugiados de habla árabe.

MENOS ESTRÉS A MAYORES NIVELES DE RESILIENCIA

Para probar la herramienta, los investigadores entrevistaron a 603 niños y niñas de 11 a 18 años de edad, incluidos refugiados y no refugiados, que vivían en cinco ciudades cerca de la frontera sirio-jordana. Como era de esperar, encontraron que los niveles más altos de resiliencia se asociaron con menos estrés y menos problemas de salud mental, además de diferencias interesantes en las fuentes de resiliencia dentro de las poblaciones encuestadas.

Los niños y las niñas pusieron un énfasis diferente en la importancia del apoyo familiar, la participación en actividades religiosas y la educación como puerta de entrada al «futuro». Y mientras que los jordanos identificaron modelos de roles como importantes para la resiliencia, los jóvenes refugiados sirios sacaron fuerzas de superar sus experiencias traumáticas, sintiéndose reestablecidos, manteniendo la ambición y creyendo que la educación formal era todavía importante.

Para todos estos jóvenes, la confianza en los lazos familiares fue primordial, más que las relaciones con los compañeros, señalaron los investigadores. «Esta nueva herramienta mide un aspecto importante del bienestar, que examina la fuerza positiva, más que la vulnerabilidad y las dificultades –afirma la coautora Rana Dajani, líder del equipo, en la Universidad Hachemita, en Jordania–. Ayudará a las organizaciones humanitarias a evaluar sus programas para los jóvenes y sus familias».

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170615/423417912094/investigadores-disenan-una-herramienta-para-medir-la-resiliencia-de-los-refugiados-sirios-adolescentes.html

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Menor pobreza si todos los adultos tuvieran secundaria

Por: Vanguardia

Presenta Unesco informe sobre reducir la pobreza por medio de la educación.
La tasa de pobreza mundial podría reducirse a la mitad si todos los adultos terminaran sus estudios de nivel de secundaria, aseguró este miércoles la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Advirtió que nuevos datos muestran que prácticamente no ha habido progreso alguno en la reducción de las tasas de las personas no escolarizadas en los años recientes, de acuerdo con el Instituto de Estadística de la organización.

El equipo del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo de la Unesco publicó el documento Reducir la pobreza mundial a través de la educación primaria y secundaria universal, que demuestra la importancia de reconocer que la educación es clave para acabar con la pobreza en todas las latitudes, señaló la agencia de las Naciones Unidas en un reporte enviado a La Jornada.

El análisis basado en los efectos promedio de la educación sobre el crecimiento y la reducción de la pobreza en los países en desarrollo de 1965 a 2010, muestra que “cerca de 60 millones de personas podrían escapar de la pobreza si todos los adultos tuvieran tan sólo dos años más de escolaridad.

Si todos los adultos terminarán la educación secundaria, 420 millones de personas podrían salir de la pobreza, al reducir el número total de personas pobres en más de 50 por ciento a escala mundial y en casi dos tercios en África subsahariana y Asia Meridional, afirma el documento.

Pero a pesar del potencial de la educación para reducir la desigualdad, los nuevos datos del Instituto de Estadística de la Unesco (IEU) revelan que a escala mundial, a 9 por ciento de todos los niños en edad de cursar la primaria todavía se les niega el derecho a la educación, con tasas que alcanzan 16 y hasta 37 por ciento para los jóvenes en edad de acudir a la secundaria inferior y superior, respectivamente, y que en total, 264 millones de niños, adolescentes y jóvenes no asistieron a la escuela en 2015.

África subsahariana es la región con las tasas más elevadas de personas no escolarizadas en todos los grupos etarios. Cincuenta y siete por ciento de los jóvenes de entre 15 y 17 años; 36 por ciento de los adolescentes de entre 12 y 14 años, y 21 por ciento de los niños de entre seis y 11 años no asisten a la escuela, refiere la Unesco.

Etiopía, India, Indonesia, Nigeria, Pakistán y Sudán son los países que albergan a más de un tercio de los niños que no asisten a la primaria.

De persistir las tendencias actuales, de los 61 millones de niños en edad de asistir a la escuela primaria que actualmente no lo hacen, 17 millones nunca acudirán a un aula, alertó.

Las niñas de países pobres aún enfrentan obstáculos para educarse, de acuerdo con datos del IEU. En países de bajos ingresos, más de 11 millones de niñas de edad escolar primaria están fuera de la escuela, en comparación con casi 9 millones de niños. Aunque las niñas que logran comenzar tienden a completar el ciclo primario y continuar en el nivel de secundaria.

Para maximizar sus beneficios y reducir desigualdad de ingresos, la educación debe alcanzar a los más pobres, pero el informe muestra que en los países de ingresos bajos, es ocho veces más probable que los niños de las familias más pobres (menos de 20 por ciento), estén fuera de la escuela, que los niños más ricos (más de 20 por ciento). También que es nueve veces más probable que los niños en edad escolar primaria y secundaria en los países más pobres, estén fuera de la escuela, que sus pares en los países más ricos.

El documento hace hincapié no sólo en mejorar la educación, sino en reducir los costos directos e indirectos de la educación para las familias.

En otro informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos publicado este miércoles, el organismo afirma que colocar guardería y educación prescolar bajo una misma autoridad y disponer de programas coordinados a partir de un año de edad mejoran la calidad de la enseñanza y puede ayudar a reducir desigualdades.

Fuente: http://www.vanguardia.com.mx/articulo/menor-pobreza-si-todos-los-adultos-tuvieran-secundaria

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Una catedrática sueca destroza el sistema educativo catalán (y el español) en La Vanguardia

Por: La Vanguardia

En una breve entrevista en el diario catalán La Vanguardia, la catedrática de Español y asesora del Ministerio de Educación sueco Inger Enkvist describe los pilares fundamentales sobre los que estima que debe asentarse la educación en occidente donde «se ha creído que la educación era un bien ya conquistado y han dejado de exigir esfuerzo a los alumnos».

La también colaboradora de Libertad Digital y La Ilustración Liberal cree que es un error considerar que todos los alumnos se esfuerzan y por eso no exigir resultados, motivo por el que ahora, el alumno se percibe como algo «intocable». Para Enkvist, «para que haya inclusión» de los alumnos «todo el mundo tiene que aceptar hacer su trabajo. Si anteponemos la convivencia al aprendizaje se hunde todo». La clave es «que el aprendizaje mejora la convivencia» y no al contrario.

El modelo educativo a imitar es aquel que logra los mejores resultados. En este caso, el finlandés, con un estilo de escuela «tradicional, la que había en Suecia hace medio siglo», dice Enkvist. En Finalndia «preparan muy bien a los niños en primaria, establecen buenas costumbres de trabajo con apoyo inmediato al alumno que lo necesita para que no acumule retraso». Lo que hay que hacer es dejar claro a los alumnos que «no pasarán de curso si no se saben las materias«.

Ante las preguntas de la periodista de La Vanguardia sobre si «¿no nos iremos al extremo?» o si no cree que «exagera», Enkvist sentencia que «si el alumno no llega al segundo ciclo sabiendo leer de manera fluida y no tienen un conocimiento del mundo, están completamente perdidos en el entorno educativo, en su mundo privado y lo estará en el laboral».

Contra la inmersión lingüística

Tratándose de una entrevista en La Vanguardia no podía faltar la pregunta sobre la inmersión lingüística. Después de recordar que la educación debería primar la calidad de la enseñanza sobre la cantidad de horas que se pasa en el colegio -«los finlandeses están 5 horas en el colegio y no tienen demasiados deberes porque en casa se dedican a leer»- Enkvist destaca que «la educación no debería ser una cuestión política. Cataluña debería permitir a la familia elegir entre el castellano y el catalán como lengua vehicular si lo que queremos priorizar es el dominio del lenguaje».

No se quedó ahí porque «lo más importante es que los niños tengan vocabulario y conocimientos, y para eso escuela y padres deben estar de acuerdo y fortalecer la lengua materna, así es más fácil aprender el otro idioma, pero como materia. En mi país se dan tres clases de sueco por semana en sueco y todo el mundo habla sueco» porque hay que tener claro, dice esta catedrática de español, que «la lengua es un instrumento, no una meta«.

Para rematar, explica que en su universidad hay un acuerdo con la universidad pública de Cataluña para el intercambio de estudiantes porque los alumnos suecos «han estudiado español y quieren perfeccionarlo«. Así, «si una sociedad se cierra está quitándole oportunidades a sus jóvenes».

Finalmente, destaca la necesidad de tener buenos profesores y recuerda que en países como Finlandia, «a los profesores de preescolar se les exigen una nota de corte muy alta, y todos tienen un máster. Los padres saben que están muy preparados y los alumnos que ser profesor es muy difícil y que los suyos están entre los mejores del mundo. De un buen profesor no te olvidas jamás», sentencia.

Fuente: http://www.libertaddigital.com/espana/2016-08-26/una-catedratica-sueca-destroza-el-sistema-educativo-catalan-y-el-espanol-en-la-vanguardia-1276581190/

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La cara, reflejo del alma y de posibles enfermedades

Por: La Vanguardia

Nuestro rostro puede transmitir información sobre nuestro carácter e incluso nuestra salud

Aquel dicho de que la cara es el reflejo del alma podría tener cierta base científica a partir de diversos estudios que se han elaborado a partir de las conclusiones extraídas de los resultados de la observación del retrato de una persona. Incluso un análisis de nuestras características faciales puede dar pistas sobre los riesgos de padecer algún tipo de enfermedad.

Se tiende a pensar que una persona atractiva reúne otro tipo de rasgos de personalidad positivos como pueden ser la inteligencia o el compromiso. Los psicólogos consideran que la gente que advierte estas características está condicionada por el efecto halo, que consiste en la percepción de rasgos particulares positivos o negativos de una persona influidos por la observación de rasgos anteriores.

Un estudio de la Universidad de Texas a partir del análisis de los retratos de 123 personas, a las que se permitía posar con una expresión neutra o mostrando la actitud que quisieran, resolvió que de una simple imagen los participantes deducían si eran personas extrovertidas, su grado de autoestima, si eran o no muy religiosas, si eran personas agradables o si eran meticulosas.

Pistas faciales para intuir valores

Los rasgos faciales pueden llegar a transmitir a quien observan valores que parecen difíciles de deducir a simple vista si no se conoce a una persona, como es la capacidad de liderazgo. Así, en 2013 un grupo de psicólogos y neurocientíficos europeos y estadounidenses realizaron un estudio a partir de 47 retratos de hombres y 83 de mujeres de raza blanca con la intención de deducir su altura y su capacidad de liderazgo. Los encuestados inferían a partir del género y los rasgos faciales la altura de las personas, y el resultado fue que las que aparentaban ser altas pertenecían a personas más dotadas para el liderazgo.

Nuestra estructura facial también puede transmitir cuan agresivos o no somos. Los hombres con caras más anchas y pómulos grandes tienden a ser personas agresivas y con conductas difíciles de manejar, según un estudio del University College London. Por su parte, las personas con una expresión feliz en su rostro se las considera más amables y dignas de confianza que aquellas que tienen un rostro de enfado.

Una persona agresiva, no es sinónimo de transmitir confianza
Una persona agresiva, no es sinónimo de transmitir confianza (aylinstock / Getty)

Claro que la ciencia aplicada a lo que refleja nuestro rostro puede fallar alguna vez. En 2015, un grupo de investigadores realizó un estudio mostrando 200 fotos de criminales de Florida que estaban en el corredor de la muerte para ver cuáles tenían aspecto de poderse confiar en ellos. Los resultados fueron que los encuestados consideraban que los que fueron exonerados de morir tenían menos apariencia de ser personas en las que confiar que aquellos que fueron ejecutados.

Cara de buena salud

Otra expresión habitual relacionada con nuestro rostro es aquella de ‘tienes cara de buena salud’, aunque nuestro rostro puede esconder pistas sobre nuestros estado de salud. Varias investigaciones han señalado como algunas características faciales pueden ser indicativas de enfermedades que podemos ser proclives a padecer.

El número de arrugas puede ser indicativo de padecer algún problema cardíaco
El número de arrugas puede ser indicativo de padecer algún problema cardíaco (Vladimir Godnik / Getty)

Las arrugas, además de ser un indicativo de nuestra edad, pueden sugerir el riesgo de padecer problemas de corazón en función de su cantidad. Un estudio de 2012 comparó la cantidad de arrugas de 261 personas con padres longevos con las de un grupo aleatorio de 253 personas de la misma edad. Las mujeres con un menor riesgo de sufrir enfermedades coronarias aparentaban una edad dos o más años menos que aquellas con una alto riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.

Los ojos también pueden transmitir problemas de salud subyacentes. Es el caso de las manchas rojas en la retina, que son signo de padecer diabetes, al romperse los vasos sanguíneos de la retina cuando los niveles de azúcar en la sangre son muy altos.

La longitud de los dedos de las manos de los hombres también pueden ser indicativos de padecer cáncer de próstata. Un estudio publicado en el British Journal of Cancer reflejaba como aquellos hombres cuyo dedo índice medía lo mismo que su dedo anular eran menos propensos a padecer cáncer de próstata que aquellos cuyo índice es relativamente más corto.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20160803/403635103150/estudios-rostros-cara-caracter-enfermedades.html

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