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Informe Mundial de Educación: aprendizaje conjunto contra el miedo a la inmigración

Redacción: Dw/09-01-2019

La UNESCO presenta su informe por primera vez en Berlín. El lema: «construir puentes en vez de muros». El organismo de Naciones Unidas para la educación describe cómo esta integra mejor a refugiados e inmigrantes.

Berlín fue por primera vez escenario de la presentación del Informe Mundial sobre Educación, que este año se centra en el tema migración y formación. Es un honor para el país, que desde 2015 ha acogido a más de un millón de refugiados y se cuenta entre los cada vez menos numrosos defensores de una política migratoria y de asilo humanitaria. La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, presentó el informe.

El informe examina cómo migraciones y refugiados afectan a los sistemas educativos en todo el mundo. El documento, de 362 páginas, analiza el progreso que ya se ha hecho hacia la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para la Educación. Y, de hecho, hay algunos avances positivos con respecto al programa de acción mundial «Educación para todos».

Entre 2000 y 2015, el acceso de las mujeres a la educación secundaria ha mejorado significativamente. Aunque el 63 por ciento de todos los analfabetos siguen siendo mujeres, la mayoría de las personas que inician la educación terciaria en la actualidad, como los estudios universitarios o la formación profesional, son también mujeres. Un gran paso adelante en términos de justicia global de género.

El informe se centra conscientemente en las oportunidades y los éxitos fruto de la interacción de la educación y la migración. Pues demasiado a menudo, según se quejan los autores, discursos «oportunistas» acaparan el tema de la migración y el exilio para «construir muros en lugar de puentes».

Las cifras lo demuestran: en promedio, una de cada ocho personas en el mundo es un migrante interno, es decir, alguien que tuvo que mudarse a otra región en su propio país. Una migración que tiene un impacto en los que se van, pero también en los que se quedan, especialmente en los países de ingresos bajos y medios. Para los países anfitriones, ciertamente supone oportunidades económicas, sostiene el informe. La razón: la gente con educación superior es mucho más propensa a decidir mudarse a otra región, otro país u otro continente. Una tendencia que es reconocible a nivel mundial.

 Kenia Slum und Apartmentsiedlung grenzen aneinander, Nairobi (picture-alliance/imageBROKER/U. Doering)El acceso a la educación: en los barrios marginales de Nairobi es mucho más difícil que en el vecino barrio acomodado.

Especialmente el éxodo rural priva a muchas personas desplazadas internamente de sus oportunidades educativas. Al menos 800 millones de personas viven en barrios marginales donde no hay acceso a electricidad, agua y educación. Lo que esto significa está ilustrado por el ejemplo de Bangladesh. Allí, en 2016, la proporción de adultos jóvenes en la escuela secundaria que no asistían a clase era el doble en barrios marginales que en otras áreas urbanas. Por lo tanto, el informe llama a los gobiernos de todo el mundo a la planificación urbana. Las escuelas públicas tendrían que estar también en estos asentamientos informales y barrios marginales, de lo contrario el derecho universal a la educación sería papel mojado.

Garantizar el derecho a la educación, abordar el tema de los refugiados

La migración internacional  también afecta cada vez a más sistemas educativos. En 2017, según el informe, había 258 millones de migrantes internacionales. En la mayoría de los países miembros de la OCDE, al menos una quinta parte de los estudiantes de 15 años en 2015 eran migrantes o tenían un trasfondo migratorio. Este es un reto para los sistemas educativos.

Con una extensa lista de ejemplos de buenas prácticas y de recomendaciones, el informe muestra lo que puede ser correcto o incorrecto en la práctica concreta del sistema educativo. Por ejemplo, los refugiados deben tener derechos educativos exigibles, lo que significa eliminar las barreras discriminatorias. Un ejemplo es que el certificado de nacimiento ya no puede convertirse en una condición para el ingreso al sistema escolar nacional. «Las regulaciones existentes no deben incluir lagunas o áreas grises que permitan la interpretación de funcionarios individuales a nivel local o escolar», escriben los autores.

Kongo DRK Schulkind (DW/Flávio Forner )Todos los niños tienen derecho a ir a la escuela, sean migrantes o refugiados.

Y critican duramente la extendida práctica de tratar a los migrantes y refugiados como grupos de presencia temporal y, por tanto, relegados a una educación separada. Tanto la integración a largo plazo como el éxito educativo a corto plazo de los estudiantes inmigrantes son mayores cuanto menos se los separa de sus compañeros nativos. Esto queda claramente demostrado por los estudios científicos.

Para mejorar la coexistencia de sociedades heterogéneas, los autores del estudio también recomiendan una revisión del programa de estudios. En lugar de describir el asilo y la migración como un problema, también se debe enseñar a los estudiantes el otro lado de la historia de cada huida y cada exilio, por ejemplo la «contribución de la migración a la prosperidad y al bienestar» de la sociedad de acogida.

El gasto educativo de la ayuda al desarrollo se multiplicó por diez

Para que esto tenga éxito, los maestros deben poder presentar los temas con sensibilidad y con los conocimientos adecuados. Según el informe, recae sobre ellos una importante función de guía. «Si bien los maestros no son terapeutas, pueden ser capacitados para reconocer el estrés y el trauma y para remitir a los estudiantes que lo requieran al correspondiente especialista».

Sin embargo, la llegada de refugiados ha agravado la preexistente falta de maestros en muchos países. Por ejemplo, actualmente faltan 42.000 maestros en Alemania, 80.000 en Turquía y 7.000 en Uganda.

Además, los autores del Informe Mundial sobre la Educación recomiendan que se otorgue mayor importancia a las capacidades y las competencias de los refugiados y migrantes. «Aprovechar este potencial requiere mecanismos más simples, más baratos, más transparentes y más flexibles para reconocer las calificaciones académicas y las habilidades profesionales», reiteran. En el documento que la ONU prepara sobre migración para alcanzar un acuerdo global en 2019, el Pacto Global para una Migración Segura, Ordenada y Regular, se presta especial atención a este tema.

En particular, la cooperación global para el desarrollo demanda oportunidades educativas para los migrantes y refugiados. Los autores derivan esto del reconocimiento de que si bien dos tercios de los migrantes internacionales aspiran a irse a países de ingresos altos, nueve de cada diez refugiados terminan en países de ingresos bajos y medios. «Para cubrir estas necesidades, la proporción de ayuda humanitaria para la educación tendría que ser diez veces mayor». Una simple mirada a la situación en el África subsahariana muestra cuánta inversión se necesita en el sector escolar.

Fuente: https://www.dw.com/es/informe-mundial-de-educaci%C3%B3n-aprendizaje-conjunto-contra-el-miedo-a-la-inmigraci%C3%B3n/a-46368448

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Otros 50 millones de niños vivirán en los barrios marginales de África Subsahariana para 2030

Redacción: Europa Press/09-01-2019

UNESCO advierte de las necesidades educativas que tendrán estos menores y apela a elaborar planes para garantizar este derecho

La urbanización continuada del África Subsahariana, unida al fuerte crecimiento de población que está experimentando el continente, hará que para 2030 haya 50 millones de niños más viviendo en los barrios marginales de sus ciudades, unos niños que necesitarán tener cubiertas sus necesidades, sobre todo en lo relativo a la educación.

Así se desprende del informe Seguimiento de la Educación en el Mundo 2019 (GEM) publicado esta semana por la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en el que se advierte de que para esa fecha habrá 80 millones de niños más viviendo en los llamados ‘slums’, 50 de los cuales en el África Subsahariana.

La tasa de urbanización del África Subsahariana ha pasado del 15 por ciento en 1960 al 38 por ciento actual. Entre 1995 y 2015, el número de residentes urbanos en el continente prácticamente se duplicó y se espera que ocurra casi lo mismo nuevamente para 2035. Para 2050 se estima que el 56 por ciento de la población sea urbanita.

Muchos de quienes se instalarán en los ‘slums’ no serán desplazados internos llegados desde otras partes del país por distintos motivos, como los conflictos, el cambio climático o la falta de oportunidades, sino también refugiados llegados de países vecinos.

Estos niños necesitarán recibir una educación, un derecho universal reconocido internacionalmente. Se prevé que serán necesarias 1,8 millones de clases más en esta parte del globo para 2030. Otros 50 millones de niños vivirán en los barrios marginales de África Subsahariana para 2030. En concreto, según la UNESCO, Nigeria, el país más poblado de África, necesitará 400.000 clases; República Democrática del Congo, el país con la mayor cifra de desplazados del continente, 290.000; Etiopía, el segundo país más poblado, 120.000, y Tanzania, 116.000.

«A medida que el número de personas que viven en y alrededor de las ciudades sigue creciendo en los países pobres, necesitamos una gestión sistemática de las necesidades educativas en esos barrios marginales», defiende el director del informe, Manos Antoninis.

«Sin esta información, los gobiernos pueden hacer la vista gorda con facilidad», advierte, insistiendo en que «si queremos no dejar a nadie atrás, este debería ser el punto de partida, no una ocurrencia tardía».

EDUCACIÓN DE BAJA CALIDAD EN LOS ‘SLUMS’

La poca información de que se dispone demuestra que la educación en estos barrios marginales es mucho peor que en otras zonas urbanas. Otros 50 millones de niños vivirán en los barrios marginales de África Subsahariana para 2030. Los estudios realizados en dos ‘slums’ de Nairobi demostraron que el porcentaje de mujeres con al menos algún grado de educación pasó del 32 por ciento en 2000 al 51 por ciento en 2012, muy lejos del 68 por ciento de media en la ciudad.

Según denuncia la UNESCO, los migrantes en estos barrios chabolistas son incapaces de beneficiarse de los esfuerzos de los gobiernos por ampliar los programas sociales, incluida la educación, a las zonas urbanas, ya que a menudo necesitan demostrar su residencia. En Kenia, el programa de protección social urbano exigió identificación nacional, lo que excluyó al 5 por ciento de los residentes en estas barriadas preseleccionados, que eran refugiados.

Por otra parte, la falta de escuelas gubernamentales en estas zonas ha llevado a que el espacio lo cubra  las ONG y actores privados.

En cuatro zonas de bajos recursos de Kampala, la capital de Uganda, el 84 por ciento de los niños matriculados desde la guardería hasta secundaria acudían a centros privados. Más del 40 por ciento de los migrantes y otros residentes en dos barrios informales en Nairobi acudieron a escuelas privadas entre 2003 y 2010. Más del 40 por ciento de los migrantes y otros residentes en dos barrios informales en Nairobi acudieron a escuelas privadas entre 2003 y 2010.

Otros 50 millones de niños vivirán en los barrios marginales de África Subsahariana para 2030

HAY QUE PLANIFICAR LA EDUCACIÓN

Aunque las estimaciones nacionales apuntan a que menos de la mitad de la población de África vive en zonas urbanas, UNESCO destaca que nuevas estimaciones basadas en una metodología mejorada, que incluye el escaneo vía satélite, sugieren que realmente más del 80 por ciento lo hacen, por lo que la necesidad de planificar y proveer educación se hace más acuciante.

La falta de datos hace que los gobiernos subestimen la demanda educativa. Por ejemplo, el censo de Kibera, el ‘slum’ más grande de Nairobi, ofrecía datos un 18 por debajo de los recabados en un ejercicio de mapeo casa por casa.

Por otra parte, el informe de la UNESCO llama la atención sobre la falta de profesionales de planificación urbanística en África capaces de empujar hacia una urbanización sostenible que proteja a los más pobres e incluya la educación como parte del paquete de regeneración.  Por ejemplo, en Kenia solo hay uno de estos expertos por cada 200.000 habitantes mientras que en Uganda la cifra es de uno por cada 400.000.

Fuente: https://www.europapress.es/internacional/noticia-otros-50-millones-ninos-viviran-barrios-marginales-africa-subsahariana-2030-20181124091241.html

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Understanding the teaching crisis facing South Africa

Africa/ South Africa/ 07.01.2018/By: Natasha Robinson/ Source: www.thesouthafrican.com.

What will it take to improve teacher quality and professionalism in the country?

Half of all South African pupils who attended school for five years can’t do basic calculations. This is according to a 2015 TIMMS report on mathematics achievements among Grade 5 learners in South Africa.

At the same time, it’s calculated that 10% of the country’s teachers are absent from school each day, while researchfound that 79% of South African Grade 6 mathematics teachers were classified as having content knowledge levels below the level at which they were teaching.

Given that teacher quality is one of the biggest factors determining the learning outcomes of students, what will it take to improve teacher quality and professionalism in the country?

Numerous suggestions have been floated. But one idea has recently generated particular interest among education departments, statutory bodies, and academia – the introduction of “teacher professional standards”. These can be broadly defined as a set of common standards that include the professional knowledge, skills and conduct that characterise good teaching.

Their development began in the US in the late 1980s. It was stimulated by the view that higher expectations for student learning could be accomplished only by higher expectations of teaching quality. In the South African context, teacher standards are a response to a lack of teacher accountability. This has been identified as a cause of the poor quality of South African education.

The basic premise of teacher standards is that if you expect more from teachers, don’t allow them into the classroom until they’ve met a basic set of criteria, and hold them to account if they fall short, then the quality of teachers will improve.

But introducing teacher standards in South Africa also comes with a caveat. Research into the value of teacher standards for South Africa warns that this approach could serve to de-professionalise the country’s teaching force if not approached carefully.

This is because there are effectively two types of teacher standards, and it’s important not to conflate the two. There are standards that professionalise teaching and standards that simply manage teachers. While standards which professionalise create cultures of collegiality, expertise and pride among teachers, standards that manage can leave them feeling brow-beaten, untrusted, and demotivated.

Yet management standards are often mistaken for professional standards. When this happens, teacher morale drops. This is a common trend in countries like South Africa which have a “vicious” rather than “virtuous” schooling cycle.

How the schooling cycle works

The quality of a nation’s teachers cannot be divorced from the quality of its learners exiting schools. This is because successive cohorts of learners progress through school, enter university as student teachers, and graduate as teachers where they nurture the next cohort through the cycle. The end of school is therefore the beginning of higher education.

In a virtuous schooling cycle, such as Finland, education is a desirable career choice for top graduates. This allows for competitive entry requirements for teacher education programmes, which in turn allows for rigorous and challenging courses. This, in turn, produces high quality teachers who improve learner outcomes. The quality and professionalism of the teachers nurtures the next generation of high-quality teacher trainees.

In a virtuous cycle the system can afford to set standards that reflect the best professional knowledge internationally. Initial teacher education is intensive and teachers exit the programmes with high levels of subject and pedagogical knowledge. As a result, their learners perform well and the school system enjoys a high level of public esteem.

Consequently teaching is a prestigious and attractive profession which recruits the brightest and most motivated school graduates, who don’t require continual monitoring and oversight. Teachers instead enjoy professional autonomy; they are trusted in key decisions about their teaching and professional development.

Compare this to South Africa, which has a vicious schooling cycle. Initial teacher education is highly variable but generally insufficient. For example, a study found that three out of five of the Higher Education Institutions that were sampled provided no English language, literature, or linguistic education for teacher trainees not specialising in this subject, despite poor English language proficiency among teacher trainees being a ubiquitous concern.

Unsurprisingly then, research on newly qualified teachers indicates that students enter their studies with very poor skills, and leave with little more. Consequently, their learners do very poorly and teaching is perceived as a low status career. Teacher education programmes are therefore in general unable to reliably attract high quality graduates, and so tend to be less demanding. The vicious cycle repeats itself.

In vicious schooling cycles governments take it upon themselves to hold teachers accountable. Standards are used to manage teachers, and to protect students from the worst educators through supervisory surveillance and control. Invariably, the relationship between teacher unions and governments becomes antagonistic and generates feelings of fear and mistrust. This, in turn, alienates the best school graduates who frankly have better career options.

While in-service training programmes attempt to make up the backlog, and some are succeeding in achieving small learning gains, they cannot fully compensate for the lack of teacher skills resulting from poor initial teacher education and generally unskilled matriculants.

Not all standards professionalise teaching

Given its vicious cycle, management standards may be more likely than professional standards in South Africa. Does this mean that South African teachers are damned to the stick, rather than the carrot? Not necessarily. There are many excellent teachers who are hungry for opportunities to develop in ways that nurture autonomy and collegiality.

South Africa should not shy away from developing and promoting professional best practice, and providing the opportunities for teachers to reach them.

At the same time, management standards must be considered carefully. While they may prevent the worst teaching, they’re unlikely to create the professional culture that promotes the best teaching and attracts the best candidates.

Source of the notice: https://www.thesouthafrican.com/south-africa-school-teacher-crisis/

 

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Migrants don’t leave their right to education behind

By: Audrey Azoulay.

The number of migrant and refugee children in the world today could fill more than half a million classrooms. Their parents are perhaps seeking new opportunities in the city, or even in another country. Others are forced to flee conflict or natural disaster.
In all, there has been a 26% increase in children on the move since 2000.

These children have the right to education, no matter where they are from and what they have been through. This is the focus of the United Nations Educational, Scientific and Cultural Organisation’s (Unesco’s) Global Education Monitoring (GEM) Report.

Migrants, refugees and internally displaced people are some of the most vulnerable in the world. Sometimes simply being in school means being safe. Eight-year-old Jana, a Syrian refugee at the Unesco-run school in the Zaatari refugee camp, Jordan, says she felt happy just to escape the sound of gunfire. School has also given her hope; she wants to be a teacher when she grows up.

When possible, these children should be placed in the same schools as host populations to help them to thrive. Teachers are on the front line supporting children who face discrimination or who suffer from trauma. They also need support to manage multilingual, multicultural classes and the psychological consequences of what they have endured.

A well-designed curriculum that challenges prejudices is also vital and can have a positive ripple effect beyond the classroom walls, enhancing social cohesion. Unfortunately, some textbooks include outdated depictions of migration and undermine efforts towards inclusion.

Adults also need educational support. Many have qualifications, but in Europe and North America only about one in 10 of those who have gained a higher education degree work in a job that matches their skills. The Unesco Global Convention on the Recognition of Higher Education Qualifications, due to be adopted next year, aims to resolve this problem.

The cost of educating immigrants is often exaggerated. Financing for refugee education, however, is woefully inadequate — only a third of the funding gap for refugee education has been filled. It is a collective responsibility to ensure that development aid plugs the holes, providing predictable and long-term funding so the burden does not fall on those countries least able to cope.

The world is poised to adopt the Global Compact for Safe, Orderly and Regular Migration and the Global Compact on Refugees, both of which highlight the crucial role of education and reaffirm the importance of “leaving no one behind”. This year’s GEM Report offers a blueprint for countries to deliver on their promises. We hope all governments will use it to turn despair into hope for a brighter future for all.

Source of the article: https://mg.co.za/article/2018-11-22-00-migrants-dont-leave-their-right-to-education-behind

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Un mapa con 11 historias para acabar con el estereotipo de niño pobre africano

Redacción: El País

Un viaje por África a través de reportajes que ayudan a replantearse las ideas preconcebidas negativas sobre la infancia del continente

Lo primero que se nos ocurre al pensar en los asentamientos informales de Luanda, la capital de Angola, es lo peligroso que son y en el triste destino de los niños que viven allí, aunque probablemente nunca hayamos pisado sus calles. Cuando hablamos de los menores esclavos de Benín, Togo y Gabón, pensamos que no van a poder disfrutar nunca de una existencia digna. ¿Y hay opciones para los pequeños de República Centroafricana que no quieran ser soldados o están condenados? Recopilamos aquí 11 historias que desmontan estos estereotipos asociados a África con ejemplos de lucha, valor y superación. Viajamos desde Kenia para conocer a niñas que han huido de la mutilación genital femenina, hasta Mozambique, donde un sistema para detectar el VIH puede revolucionar el diagnóstico; desde Nigeria, que está experimentando lo útil que puede ser un botijo, a Senegal, que ha celebrado una conferencia para recaudar casi 2.000 millones de euros para educación; pasando por Zimbabue, Tanzania, Uganda y Sudán del Sur.

ANGOLA: Mozart suena en los suburbios de Luanda

BENÍN: Los niños que hallaron la puerta secreta para salir de la esclavitud

El nuevo proyecto documental de la fotógrafa Ana Palacios describe lo que ocurre con miles de menores vendidos y explotados de Benín, Togo y Gabón cuando consiguen escapar de una vida de trabajo forzado

REPÚBLICA CENTROAFRICANA: El refugio de los que no quieren ser soldados

La isla de Longo se ha convertido en escondite para los pescadores de Haute-Kotto, una región de República Centroafricana donde los secuestros y el enrolamiento forzoso son habituales

KENIA: La huida de una práctica que han sufrido 200 millones de niñas

Cuatro mujeres jóvenes cuentan cómo es la vida después de haber logrado escapar de la mutilación genital femenina

MOZAMBIQUE: 50 minutos para saber si tu bebé tiene VIH

Una herramienta revolucionaria que reduce el tiempo de diagnosis de semanas a menos de una hora demuestra ser eficaz en la contención de esta epidemia en Mozambique

NIGERIA: El botijo que permite que las niñas nigerianas vayan a la escuela

Una española ha estudiado el mecanismo de una vasija similar llamada ‘pot in pot’ que se utiliza en África para conservar las verduras. Incluso refrigera los viales de insulina

SENEGAL: Ni un solo niño fuera de la escuela

La Conferencia de la Educación en Dakar ha sido un éxito: 1.860 millones de euros recaudados para los próximos tres años. Por primera vez aportan dinero China, Emiratos Árabes y Senegal. España dona tras la crisis y 50 países en desarrollo elevan su gasto al 20%. El impulso de Senegal y Francia ha ayudado

ZIMBABUE: Esta escuela es una basura

Un programa de la Unión Europea para mejorar los hábitos de higiene y la gestión de residuos en Zimbabue convierte a este colegio de educación primaria de Nyanga en un ejemplo de buenas prácticas

TANZANIA: Frenar agresiones sexuales con una bicicleta

Un programa de préstamos de transporte a pedales en Tanzania se ha convertido en una herramienta eficaz para evitar el abandono escolar y prevenir los abusos

SUDÁN DEL SUR: Más de 200 niños soldado son liberados en Sudán del Sur

Ganiko y Jackson [nombres ficticios], de 12 y 13 años, son dos de los 207 niños soldado que el martes 17 de abril fueron puestos en libertad por grupos armados en Sudán del Sur. Se espera que, a lo largo de los próximos meses, otros 1.000 abandonen los grupos armados que los secuestraron

UGANDA: Salir de la calle es posible

Esta es la historia de Kimuli Isaac, que pasó de una infancia en la mendicidad a ayudar, durante la última década, a más de 200 menores de Kampala, capital de su país, Uganda

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/12/20/planeta_futuro/1545320405_490421.html

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Más de 1.350 menores refugiados han sufrido palizas, humillaciones y robos en las fronteras, según Save the Children

La cifra de niños desplazados alcanza el récord de los 30 millones.

En agosto, cuatro menores y su madre, solicitantes de asilo, fueron encarcelados en Bélgica.

La organización ‘Save the Children’ ha contabilizado más de 1.350 casos de niños refugiados que han sido obligados, en muchos casos con violencia, a apartarse de las fronteras del este europeo entre enero y noviembre de 2018.

En un informe divulgado este lunes, la organización no gubernamental (ONG) señala que casi un tercio de estos casos estuvo rodeado por la violencia perpetrada por la guardia fronteriza, especialmente a niños que viajaban solos o quedaron separados de sus familias.

La mayor parte de estos incidentes ocurrió en la frontera entre Croacia y Serbia, pero en Serbia también hubo niños que fueron empujados de las fronteras de Bulgaria, Macedonia, Grecia, Hungría, Rumanía y Bosnia-Herzegovina.

De acuerdo con algunos testimonios, los guardias fronterizos en el oeste de los Balcanes  utilizaron gas pimienta, les quitaron los móviles, les sacaron dinero y les obligaron a quitarse ropa y calzado, mientras que otros afirmaron haber permanecido recluidos en unos centros de detención sin comida ni agua.

«Deberían asumir la responsabilidad»

«La Policía húngara nos retuvo, nos obligó a sentarnos y después nos pegaron brutalmente y nos humillaron durante cuatro o cinco horas antes de empujarnos otra vez hacia Serbia. Nos tiraron agua fría, nos echaron aerosol pimienta e incitaron a los perros a que nos mordieran», dijo un niño de 14 años de Afganistán.

«La protección fronteriza se puede hacer de una manera humana sin usar la violencia», dijo Jelena Besedic, directora del área de migración en los Balcanes de «Save the Children».

«Los guardias fronterizos deberían asumir la responsabilidad y garantizar que los niños estén seguros, registrados y puedan solicitar el asilo. Una mejor vigilancia en las fronteras, ya sea por guardias fronterizos europeos u organismos humanitarios independientes pueden ayudar a prevenir incidentes violentos», agregó Besedic.

La organización afirma, además, que el número de refugiados que llegan a Europa ha disminuido al nivel más bajo desde 2007, aunque los menores aún afrontan una respuesta violenta de la Policía en las fronteras comunitarias y les resulta difícil acceder al asilo.

«Los países europeos deberían poder cuidar mejor de los refugiados y los niños migrantes. Estos niños ya afrontan unos desafíos únicos que les hacen vulnerables.

Los que están en posición de autoridad no deberían intimidarles, robarles las posesiones o pegarles, deberían asegurar que están protegidos», agregó. «Save the children» indica que ha trabajado con otra organización no gubernamental en Serbia, «Praxi», para elaborar este documento.

Fuente: https://www.20minutos.es/noticia/3524200/0/menores-refugiados-sufren-palizas-humillaciones-robos-fronteras-save-the-children/

 

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Guía para hombres: acciones para conseguir una sociedad en la que las mujeres vivan sin miedo

Por: Toño Fragua

No des por hecho que no das miedo. Tú también puedes ser percibido como una amenaza. Analiza el contexto y ponte en el lugar de las mujeres
Un grupo de expertos y hombres con voluntad feminista proponen y analizan qué hacer y qué no hacer. Son 12 medidas
Si en tu camino te toca andar detrás de una mujer que va sola en una calle o área aislada, cámbiate de acera e intenta adelantarla entrando en su campo visual. Si no es posible, adelántala rápido o detente y deja que se aleje

 

No mates, no violes, no agredas, no acoses, no amenaces, no insultes a nadie hoy. Y no insistas. Esta debería ser la única guía que tendrían que seguir al pie de la letra los hombres para acabar con la violencia machista. Ojalá no fuese necesario nada más; pero desgraciadamente no es así. Guías hay muchas, pero dirigidas a mujeres. Son enumeraciones de consejos sobre cómo minimizar los riesgos ante una posible agresión machista: caminar en grupo, por zonas iluminadas, pactar una palabra de seguridad con una amiga ante una situación de peligro, tener en el marcado rápido del móvil el número de la policía… Así, es fácil pensar que la responsabilidad de que no las violen y las maten es de ellas si no cumplen las recomendaciones de la guía; pero, ¿y los hombres?, ¿podemos hacer algo los hombres para minimizar la sensación de inseguridad, además de no matar, violar, agredir, acosar, amenazar, insultar e insistir?

Un grupo de expertos y ciudadanos con voluntad feminista proponen y analizan qué hacer y qué no hacer. Son 12 medidas.

1) Lo primero que hay tener en cuenta es una obviedad: no todas las mujeres son iguales y no a todas les incomoda lo mismo. Habla con amigas y con mujeres de tu familia sobre sus experiencias de acoso, miedo e intimidación. Es el primer paso para ponerte en su lugar, es decir, para empatizar.

2) Asume que, en determinados contextos, la mera presencia de un hombre ya puede ser percibida como una amenaza. ¿En qué contextos? En muchos. En una calle solitaria, en mitad del campo, en un ascensor, en una consulta médica, en una visita a domicilio. En general, en cualquier situación que suponga quedarse a solas con una mujer, aunque sea en un espacio público.

“Es muy duro el proceso de reconocer que ‘te pueden ver como a una amenaza’. Que perteneces a una mayoría opresora. Tú (yo), que nunca has hecho nada a nadie. Tú, que piensas que al estar solo en la calle con una mujer te partirías la cara por defenderla y en realidad aumentas su inseguridad con tu presencia… Una vez que comprendes eso y ‘pasas el duelo’ por ser hombre (en el contexto de que vivimos en una sociedad en la que regularmente hombres vejan -y matan- a mujeres por el hecho de ser mujeres) se vuelve más sencillo. Pero no es fácil”, señala el periodista y activista Stéphane M. Grueso.

Desde la asociación Masculinidades Beta (MMβ), Patricia Del Rosal, Iñaki Alastrué y Miguel Lázaro indican que los hombres suelen adoptar una “actitud defensiva” cuando se les hace ver que pueden ser percibidos como una amenaza. “Tenemos que dejar de quejarnos y empezar a reflexionar si estamos contribuyendo a que cambien las cosas”, afirman.

Afortunadamente, cada vez son más los hombres que se interrogan sobre estas cuestiones, sobre cómo “minimizar la sensación de amenaza”, en palabras de David Kaplún, secretario de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE). Ese debate está también cada vez más presente entre grupos de amigos y en redes sociales.

3) En cualquier situación de soledad junto a una mujer desconocida evita comunicar tu intención de ‘tranquilizar’. No te dirijas a la mujer con expresiones del tipo ‘no voy a hacerte nada’, o ‘tranquila’. Es obvio que estas palabras tendrán el efecto contrario. Simplemente, no te dirijas a ella. Ni con gestos, ni silbando ‘tranquilizadoramente’. “El hecho de que un hombre te ignore te hace sentir segura”, señala Patricia del Rosal, de MMβ.

«Anoche, salí del portal en el momento que subía por la calle una chica joven. Íbamos en la misma dirección y caminaba detrás de ella. Hasta que me di cuenta de que estaba acelerando el paso. Giré en la siguiente esquina. Nunca había sido consciente de que yo pudiera dar miedo.» (Twitt de 

4) Si en tu camino te toca andar detrás de una mujer que va sola en una calle o área aislada, cámbiate de acera e intenta adelantarla entrando en su campo visual. Si no es posible, adelántala rápido o detente y deja que se aleje. O bien elige una ruta alternativa. A estas alturas ya habrás entendido que se trata de que no camines detrás de una mujer, ni cerca de ella (aunque vayas por delante). Da igual si es de día o de noche. Evidentemente de noche la sensación de amenaza se acrecienta; pero de día también existe.

“Si estoy en un parking de noche y coincido con una mujer, también me hago visible enseguida. E incluso alguna vez he sacado el móvil y he fingido una conversación para que me oyera la voz y se quedara tranquila. Eso solo lo hice una vez porque la chica con la que coincidí parecía un poco nerviosa con mi presencia”, apunta Manuel C., publicista.

5) Si vas en grupo con otros hombres caminando detrás de una mujer que va sola en una calle o área aislada, deteneos y esperad hasta que se aleje y la perdáis de vista. Además, evita los gritos y los cánticos de cualquier tipo. “No sólo intimida nuestra presencia, también intimida nuestra voz, por lo tanto, sé consciente del volumen en el que hablas cuando usas el espacio público”, indican desde la AHIGE

6) Acompañar o no acompañar. “Si conoces a la chica, no des por sentado que se sentirá más segura si va contigo, en caso de que hagáis un recorrido similar, pregúntale si quiere que la acompañes”, señala David Kaplún. Es importante no insistir, respetar su voluntad. “La caballerosidad no es lo mismo que tener educación”, apunta Patricia del Rosal.

7) El ascensor. Desde MMβ recomiendan distinguir si es un ascensor de trabajo, si el de la propia casa, si es un edificio concurrido… En general, si una mujer y tú estáis esperando un ascensor y vais a subir solos, opta con naturalidad por la escalera (como si lo hicieses habitualmente) o deja que suba ella sola primero. Si varias personas vais en un ascensor y ves que se bajan todas menos una mujer, no la escrutes cuando os quedéis solos. Mira el móvil. Métete en tus asuntos. Si una mujer y tú vais a subir unas escaleras, sube tú primero.

“La mirada es importante. Los hombres tenemos el privilegio de escudriñar, de escrutar, de mirar de arriba abajo. Esto es intimidatorio y hay mujeres que pueden sufrirlo decenas de veces al día”, señala Miguel Lázaro.

«Voy a contar algo. Una noche regresaba tarde a casa. Era en Madrid, a esas horas de pocos taxis y mucha borrachera. Iba solo y de repente noté unos pasos detrás de mí. El pulso se me aceleró. Es la reacción innata ante la señal de alarma, el posible peligro.
(Twitt de 
 
8) En un vagón de tren o metro vacíos, en un andén o en una estación vacíos, sitúate lo más lejos posible de ella. Si os toca bajaros en el mismo sitio, quédate en el andén durante unos minutos, hasta que ella se haya ido. Stéphane M. Grueso apunta: “Si voy solo con una mujer en un vagón de metro o algo así me muestro tranquilo y reservado”.

9) El ocio, salir de fiesta, ligar: Desde MMβ proponen reinterpretar el ocio masculino. Las dinámicas masculinas suelen girar en torno al hecho de ‘salir a ligar’. Esa no es necesariamente la dinámica femenina. “Muchas chicas salen simplemente para pasarlo bien, con sus amigas, amigos o con quien sea”, señalan desde esta asociación. Los hombres tenemos que plantearnos ante todo “no molestar”.

10) El cortejo, el rechazo: No piropees a las mujeres, especialmente a desconocidas, ni comentes su indumentaria. Aunque consideres que es un comentario elogioso. No existe el ‘derecho a elogiar’. Sí existe el derecho a la seguridad, y a la sensación de seguridad. Además de la mirada cosificadora que ya hemos comentado, otra actitud masculina que genera miedo es el no saber aceptar un ‘no’ por respuesta.

“Los hombres tienen que aprender a aceptar el rechazo y cuestionarse por qué a veces incluso erotizan el rechazo e incluso el miedo de una mujer”, señala Patricia Del Rosal. “En general, a nosotras se nos baja el deseo cuando un hombre pasa de nosotras, a ellos les ocurre al revés”, añade. “Lo aconsejable es erotizar el consentimiento (es decir, el deseo), y no erotizar ni la intimidación, ni el rechazo, ni la conquista”. Esta experta hace hincapié en la necesidad de que los hombres no insistamos cuando recibimos una negativa. “Parece que insistir no es violento, porque son solo palabras, pero sí lo es. Hay un lema feminista famoso: ‘insistir es acosar y acosar es agredir”.

Pregúntate por qué nunca escrutas o intentas ligar con una chica que va acompañada de un hombre. Pregúntate cómo te comportas en presencia de otro hombre y por qué. En la misma línea, pregúntate por qué no haces ciertos comentarios cuando hay una mujer delante.

11) Si ves que un hombre está molestando a una mujer, desde MMβ recomiendan intervenir. Una opción es distraer al acosador. Preguntarle algo para despistarlo y darle a la mujer la oportunidad de irse. Los hombres debemos posicionarnos frente a otros hombres. “Hay que romper el pacto tácito entre machos sobre cómo comportarse con la mujeres”, apunta Iñaki Alastrué.

12) Grupos de Whatsapp. Este posicionamiento tiene que hacerse también en los grupos de Whatsapp donde hay comentarios machistas, cosificadores, denigrantes e incluso amenazantes hacia las mujeres. “Los hombres feministas debemos incomodar a nuestros pares”, apunta Miguel Lázaro. “A veces en esos grupos se produce el ‘efecto espectador’: hombres que no están de acuerdo con lo que leen pero no dicen nada”. Es importante llamar la atención, porque eso puede animar a otros hombres de ese grupo a expresarse. Llegado el caso incluso es bueno abandonar el grupo. “Cuando no te posicionas eres cómplice. Hay que pedir responsabilidad a otros hombres sobre su propio comportamiento”, señalan desde MMβ.

En resumen y con independencia del contexto: piensa si en la situación en la que estás puedes ser percibido como una amenaza y, en caso afirmativo, haz que esa situación no se prolongue. Y otra cosa: suscita este debate entre tus amigos y en tu entorno laboral.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=250532

 

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