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El regalo del cielo para la extrema derecha

Redacción: Geneviève Gencianos/El País

El falso discurso que presenta a los migrantes como causantes de todos los males desvía la atención de las razones reales del deterioro de la calidad de la educación, la atención sanitaria, el transporte o el saneamiento

Su nombre es George. Cada mañana, este empleado de la Agencia del Agua del Norte del Líbano se despierta con la obsesión de proporcionar agua potable a todas las familias de la aldea de Wadi Khaled. Un reto gigantesco, porque la población de la aldea se ha duplicado desde 2011 con la llegada de decenas de miles de sirios que huyen de los bombardeos. Incluso antes de la guerra, pocos hogares tenían acceso a agua corriente. Desde entonces, el número de refugiados ha superado al de los ciudadanos libaneses, lo que ha exacerbado las tensiones en esta región desfavorecida.

Se llama Moradeke, pero todos la llaman Abi. De niña, ya soñaba con ser enfermera, para salvar vidas. Desde 2009, esta vocación tiene más sentido que nunca, en una Nigeria donde millones de personas se ven obligadas a exiliarse, aterrorizadas por la secta islamista Boko Haram. Se encuentran en campamentos improvisados, asolados por la desnutrición y el cólera. Las enfermeras trabajan día y noche en este contexto de crisis humanitaria, a menudo arriesgando sus vidas: Boko Haram ha secuestrado y asesinado a docenas de ellas.

Su nombre es Luciana, es directora de una escuela en Talismán, en la frontera entre México y Guatemala. Con un pequeño equipo, la funcionaria decidió ayudar a algunos de los miles de niños que llegaron, a veces solos, desde Guatemala, Honduras o El Salvador, huyendo la miseria y la violencia de las pandillas. Ella les permite mezclarse con los niños de Chiapas, construyendo una vida todavía pobre, pero más normal.

George, Moradeke, Luciana… Como ellos, una legión de héroes desconocidos se enfrenta cada día a la realidad de los que tienen que huir sus países. No se piensa mucho en ello, pero son los empleados del servicio público los que están en primera línea en la hora de atender a los inmigrantes, los solicitantes de asilo y los refugiados. Son responsables de la distribución de agua y alimentos, el saneamiento, la atención de la salud, la vivienda, la educación y la asistencia social. También ellos que responden a las emergencias, los desastres y la reconstrucción.

Alrededor de 258 millones de personas (una de cada 30) vivían fuera de su país de nacimiento en 2017

Los desplazamientos forzados de población son ahora un fenómeno mundial que ya no puede tratarse como una crisis puntual. La inestabilidad política, la violencia, la pobreza y el cambio climático son responsables de los mayores movimientos migratorios jamás registrados. Alrededor de 258 millones de personas (una de cada 30) vivían fuera de su país de nacimiento en 2017. Muchos otros han perdido la vida en viajes cada vez más peligrosos. Este fue el caso de 30.000 en los últimos cinco años, según el proyecto Migrantes desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones.

El cambio climático está haciendo que las perspectivas sean aún más sombrías. Según un informe reciente del Banco Mundial, es probable que más de 140 millones de personas de tres regiones del mundo en desarrollo emigren dentro de sus países de origen para el año 2050, sumándose a los ya de por sí abarrotados barrios pobres.

Es un regalo del cielo para los dirigentes políticos de extrema derecha, que presentan al extranjero como la fuente de todos los males. Estos candidatos nacionalistas y populistas, cuyas campañas se basan en la propaganda racista y xenófoba, llegan cada vez más al poder en los países desarrollados y en vías de desarrollo. No es casualidad que más de una docena de países ya hayan rechazado el Pacto mundial por una migración segura, ordenada y regular, más conocido como el Pacto de Marrakech, que debe ser validado por los jefes de Estado y de Gobierno en Marruecos los días 10 y 11 de diciembre.

La hostilidad de los ciudadanos ordinarios hacia los migrantes se alimenta de la sensación de tener que compartir recursos cada vez más escasos con ellos. Les dicen que los recién llegados no solo son criminales en potencia, sino que también toman los mejores puestos de trabajo. Y agregan que debido a ellos, los alquileres están subiendo, el nivel de la educación pública baja, y la fila en el hospital se está haciendo más larga. En las zonas más pobres, se les considera responsables del racionamiento, especialmente del agua. Pregúntenle a George en el Líbano, tiene mucho que decir al respecto.

Este discurso xenófobo desvía la atención de las razones reales del deterioro de la calidad de la educación, la atención sanitaria, el transporte o el saneamiento. En realidad, este declive se debe principalmente a las políticas de austeridad, ya que la mayoría de los gobiernos atacan sus propios servicios públicos, reduciendo sus presupuestos o privatizándolos. Los migrantes no son responsables de esta situación.

Comprender la importancia de los servicios públicos y darles presupuestos adecuados es la única manera de evitar que empresas codiciosas se beneficien de la miseria

También hay que mencionar las empresas privadas que aprovechan lo que se presenta como una crisis migratoria. En Estados Unidos, la política de inmigración Cero toleranciade Donald Trump significa mucho dinero para el sector privado, desde las prisiones y las compañías tecnológicas hasta las empresas de defensa y transporte. En toda la Unión Europea, los gobiernos contratan a empresas privadas para gestionar la detención, el seguimiento y el trato diario de los refugiados y migrantes. Y no hay ningún incentivo financiero para que proporcionen servicios decentes en los refugios – atención de la salud, alimentación, educación o incluso acceso a agua caliente.

En la Internacional de Servicios Públicos, una federación sindical internacional, estamos convencidos de que, en una sociedad democrática, el acceso al trabajo, a la educación, a la salud, a una jubilación digna, a una infraestructura de calidad, a la movilidad de las personas, a la igualdad entre mujeres y hombres, a la cultura, todo ello respetando el medioambiente, no son solo servicios, sino derechos.

Como George, Moradeke, Luciana y muchos otros muestran cada día, los empleados de los servicios públicos y sus sindicatos tienen un papel crucial que desempeñar en la gestión de los movimientos migratorios en todo el mundo. A través de su trabajo, luchan contra la desigualdad y contribuyen a la construcción de sociedades inclusivas.

Comprender la importancia de los servicios públicos y darles presupuestos adecuados es la única manera de evitar que empresas codiciosas se beneficien de la miseria en todas sus formas. También es la mejor respuesta para los que propagan el miedo, la mentira y el odio. Los servicios públicos son la base de la solidaridad. Los servicios públicos son derechos humanos.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/01/17/planeta_futuro/1547742824_040792.html

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La nueva escuela de una aldea de Marruecos que se sostiene con un libro

Redacción: Levante

La ONG Sendes Solidàries de la Safor y la Vall d’Albaida la construcción del centro a través de «El Mirall d’Àfrica», escrito e ilustrado por Edgar Juan y la profesora Dolors Todolí

Edgar Juan, un bombero de Gandia, y otros cuatro compañeros alpinistas, se toparon, casi de casualidad, con la aldea de Mareb, en plena cordillera del Toubkal, en Marruecos, cuando regresaban de una ascensión al que es el pico más alto de todo el norte de África. Tras un primer contacto con sus habitantes, uno de los aspectos que más le llamó la atención de este poblado, ubicado a 2.200 metros de altitud, fue el abandono que sufría el colegio. «No tenía ni electricidad ni agua. Teniendo en cuenta que se encuentra en medio de la cordillera, donde se hace de noche muy pronto, las horas de clase ya se puede imaginar que eran muy escasas», explicaba ayer el propio Juan. Aquella experiencia marcó a las personas que formaban la expedición, naturales de Gandia y Castelló de Rugat, lo que les llevó a fundar la ONG Sendes Solidàries. El proyecto, oficialmente, no fue una realidad hasta finales del 2007, pero sus miembros no esperaron a estar registrados como entidad y empezaron a trabajar antes. Ese año, con sus propios manos y una aportación de unos 700 euros que lograron a través de diferentes campañas, adecentaron la escuela. Instalaron suministro eléctrico y ventanas y adquirieron material escolar.

Hace tres años pusieron los cimientos para la construcción de una nueva escuela. Esto fue posible gracias a los fondos conseguidos con la venta de «El Mirall d’Àfrica», un libro infantil escrito por el propio Edgar Juan e ilustrado por la maestra gandiense Dolors Todolí. El cuento, dirigido a niñas y niños de entre 6 y 8 años, busca concienciar a los más pequeños de la necesidad de la cooperación para las zonas subdesarrolladas.

El dinero recaudado con su venta se destina a la adquisición del material necesario para la construcción del centro, de la que se encargan los propios aldeanos. «Nosotros no entregamos el dinero directamente, sino que les surtimos de los materiales que compramos bien allí en Marruecos o los llevamos desde aquí». Solo trabajan durante los meses de verano, ya que en invierno las bajas temperaturas impiden que se puedan llevar a cabo los trabajos.

Actualmente, el edificio ya muestra toda su estructura, el techo y los cerramientos exteriores, «algo que para nosotros era muy importante», señalaba Juan. «Falta la electricidad, el alisado de las paredes, la pintura, suministros, etc». El objetivo, señalaba, es que «el próximo mes de septiembre, cuando se inicie el nuevo curso, ya pueda estar en funcionamiento». Para ello, además del dinero recaudado con el libro, han puesto en marcha un proyecto de crowdfounding con el que quieren llegar a los 5.000 euros necesarios para acabar el proyecto.

El trabajo de Sendes Solidàries ya se nota. Cuando en 2006 la entidad tuvo el primer contacto con la aldea había apenas 70 niños y niñas escolarizados. Actualmente hay unos 120. Los fondos también han servido para adecentar las viviendas de los maestros. Y es que, además de las deficientes instalaciones, otro de los problemas con que se encontraban en el pueblo era que los docentes no querían dar clase allí. En primer lugar por el mal estado de las casas que les ofrecían y en segundo por el emplazamiento. Pues esto también ha cambiado. «Se ha pasado de cuatro maestros en 2007 a los ocho que hay ahora, siete que viven allí y uno que va y viene», explicaba el activista.

Mareb cuenta con 1.500 habitantes. Se dedican eminentemente a la agricultura y la ganadería. Antes de las remodelaciones, muchos de los niños trabajaban en las tierras porque «estaban mejor que en la escuela», señalaba Edgar Juan a Levante-EMV. «Ahora se ha invertido. Van al colegio porque realmente están mejor allí». El Ayuntamiento de Gandia, a través de las concejalías de Educación y Políticas con la Ciudadanía que dirigen Laura Morant y Nahuel González también han dado su apoyo a la iniciativa. El consistorio ha adquirido 400 libros que han sido repartidos en los centros escolares para que sea utilizado como material didáctico por parte del profesorado.

Fuente: https://www.levante-emv.com/safor/2019/01/18/nueva-escuela-aldea-marruecos-sostiene/1822608.html

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Kenia: Todos los libros del cole en el móvil

África/Kenia/17 Enero 2019/Fuente: El país

Tonee Ndungu llega con una chaqueta de chandal morada con el logo de Kytabu, la aplicación que creó hace seis años en Kenia. Recién llegado de Barcelona de participar en el V Ship2B Impact Forum, un evento donde se presentan start-ups de impacto social. En la sede de la Fundación Open Value, centrada en la filantropía y la inversión de impacto, explica cómo llevó a cabo Kytabu —que en suajili significa libro— y que ha permitido que más de 12.700 estudiantes kenianos hasta el momento puedan tener disponibles en su dispositivo móvil todos los de texto que necesitan en la escuela a un precio muy bajo.

“Un libro puede costar unos seis dólares pero para un curso escolar un estudiante necesita siete manuales de media. Si eso lo multiplicas por los cuatro hijos e hijas que puede tener una familia el precio aumenta muchísimo. Además, a eso hay que sumarle las matriculas de la escuela y los uniformes, por lo que para muchas familias se convierte en una cifra inasumible”, comenta Ndungu.

Este emprendedor nació y creció en Nairobi. Con 13 años, se dio cuenta de que sus problemas de aprendizaje se agudizaban con el paso de los cursos escolares y años más tarde supo que sufría dislexia. “Fui un buen alumno en primaria, cuando había imágenes en los libros y todo se explicaba a través de ellas, pero cuando pasé al instituto se acabaron y todo era texto y más texto. Ahí fue cuando empezaron mis problemas. La dislexia significa que tu puedes leer pero tu mente no sabe ni entiende lo que lees”, explica. Para él, lograr graduarse en la universidad fue un gran reto. Lo hizo en relaciones internacionales y periodismo.

En 2008 creó una techub, un espacio para lanzar al mercado negocios emergentes relacionados con la tecnología. “Ese tipo de negocios eran muy nuevos en África en ese momento y en Kenia estaban empezando a surgir. Logramos crear algo fantástico y en pocos años ganamos cinco millones de euros. Conocí muchos proyectos y me di cuenta que con pequeños avances tecnológicos puedes impactar positivamente en mucha gente”.

Gracias a la aplicación móvil que creó, tanto los escolares en cuyo centro esté implementado el sistema como aquellos que simplemente se descarguen la aplicación, pueden alquilar durante días, semanas o todo un curso escolar, un libro por tan solo unos 0,018 céntimos. “La conversión es ridícula y además no tienes la copia física con los problemas que tiene, por ejemplo, para el transporte”, comenta Tonee y añade que esto permite evitar la obsolescencia del papel que deja los manuales desactualizados.

La aplicación permite que los estudiantes tengan acceso a los libros en suajilii y en inglés, gracias al acuerdo que sustentan con diez editoriales que les han permitido digitalizar mas de 1.700 ejemplares. Además, los profesores suben videos explicativos, gráficos, imágenes y simulacros de exámenes para que los alumnos tengan más herramientas. Los padres también forman parte de este sistema y en las escuelas donde está implantado —174 en la actualidad— pueden seguir la evolución académica de sus hijos, conocer los días que han faltado a clase durante el año y participar en las decisiones del centro. “Queríamos una plataforma en la que estuvieran implicados profesores, alumnos, padres y madres y escuelas, para que pudieran interactuar juntos”, recalca Ndungu.

Para Tonee los principales retos de la educación en Kenia son que, a pesar de que en 2003 se introdujo la educación primaria gratuita en el país, un millón de niños y niñas siguen sin poder acceder a la escuela debido a la distancia entre sus casas y los centros educativos, la baja calidad de la enseñanza y que la educación sigue siendo cara en el país. “Esta aplicación puede ser una herramienta para llegar a esos lugares donde los menores no pueden acceder a la educación por diferentes motivos pero quizás sí dispongan de un teléfono móvil básico”. Según las últimas cifras del gobierno keniano, en 2012 alrededor del 70% de la población ya disponía de un teléfono móvil.

Kytabu utiliza un servicio de suscripción que se basa en el dinero móvil para alquilar los libros y pagar solo por la cantidad de tiempo que quieras utilizarlo. “En Kenia tenemos un sistema muy avanzado de pago a través del móvil por lo que se convierte en tu cartera y en el lugar donde tienes todas tus aplicaciones relacionadas con la salud, financieras, educativas o de ocio. Además, la gente cada vez tiene teléfonos mejores con baterías mas duraderas. Con la entrada de China, ahora puedes encontrar en el mercado móviles a precios muy accesibles, por unos 30 dólares por lo que cada vez más gente dispone de uno”, explica Ndungu. El país ha vivido en la última década una gran revolución tecnológica y el dinero móvil se ha convertido en la lógica financiera de la mayoría de personas en el país. Los pagos móviles se han convertido en la manera de pago más común, porque el acceso a la banca tradicional es más complicado y costoso. Según el GSMA, asociación de operadores móviles y empresas, en 2015, el 59% de la población adulta de Kenia utilizaba algún servicio de dinero móvil.

“El futuro de la educación es conectarla a los trabajos del futuro. Hay que educar a los africanos y africanas para que sean participes de estos nuevos empleos que están surgiendo. Somos el continente con mayor número de gente joven”, una generación que para Tonee va a cambiar su realidad y la del mundo.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/01/04/planeta_futuro/1546621535_929098.html

Imagen: https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2019/01/04/planeta_futuro/1546621535_929098_1546621926_noticia_normal.jpg

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ACNUR pide 296 millones de dólares para asistir a refugiados de Burundi

África/Burundi/17 Enero 2019/Fuente: La Vanguardia

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) lanzó hoy una petición para conseguir este año 296 millones de dólares con el fin de asistir a 345.000 refugiados de Burundi desplazados en países vecinos y con problemas de acceso a necesidades básicas.

Estos refugiados, huidos de Burundi por la inestabilidad política que atraviesa desde 2015, se han asentado en Tanzania, la República Democrática del Congo (RDC), Uganda y Ruanda, y su situación es una de las más olvidadas y con más problemas de financiación globalmente, destacó en rueda de prensa el portavoz de la ACNUR Charlie Yaxley.

«Los niños, que componen más de la mitad de esta población refugiada se llevan la peor parte», destacó Yaxley, que señaló que mujeres y niñas sufren altos niveles de explotación, violencia sexual y de género.

Viviendas sin las adecuadas condiciones de salubridad, aulas masificadas para los niños que tienen acceso a la educación, falta de acceso a medicinas o reducciones en las raciones alimentarias (impuestas por las autoridades en RDC, Tanzania y Uganda) son algunos de los problemas que atenazan a estos refugiados.

El portavoz subrayó que cierta estabilización en Burundi ha permitido que 57.000 refugiados hayan regresado al país desde mediados de 2017, aunque persisten problemas de seguridad y dudas sobre la situación de los derechos humanos, y como media unas 300 personas siguen huyendo cada día de la nación africana.

La ACNUR subraya que las condiciones no son aún las suficientes para promover un retorno generalizado de las poblaciones desplazadas, aunque asiste a aquellos que desean volver de forma voluntaria y urge a los gobiernos de la zona a «garantizar que ninguno regresa contra su voluntad», recordó Yaxley.

El pasado año la agencia solicitó una partida superior para estos refugiados, por valor de 391 millones de dólares, pero sólo consiguió un 35 % de esa cantidad, por lo que para 2019 urge a la comunidad internacional a adoptar un mayor compromiso.

Burundi sufre una alta inestabilidad política y social desde la oleada de protestas desatada en abril de 2015, cuando el presidente, Pierre Nkurunziza, anunció que se presentaría por tercera vez consecutiva a las elecciones, algo prohibido que violaba los acuerdos que acabaron con una larga guerra civil en 2005.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/politica/20190115/454156193304/acnur-pide-296-millones-de-dolares-para-asistir-a-refugiados-de-burundi.html

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La médica Ozó Ibeziako se alza con el Premio Harambee España a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana

Por: opusdei.org/16-01-2019

El Premio Harambee España a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana, patrocinado por los Laboratorios René Furterer, ha sido concedido este año a la farmacéutica nigeriana, Ebele Okoye, como promotora del Proyecto social AMAD de Women Board.

Vendrá a Madrid para recoger el premio el próximo 6 de marzo, de manos de S.A.R. Doña Teresa de Borbón dos Sicilias, Presidenta de Honor de Harambee.

Ebele Okoye, sin abandonar su profesión de farmacéutica, desarrolla un ambicioso proyecto en las comunidades de Iloti, Irawo y Odelewu de las regiones de Nsukka, Ibadán y Lagos, en el sudoeste de Nigeria.

Su proyecto tiene como objetivo:

– La alfabetización de niñas para que puedan incorporarse al sistema escolar

– Proporcionar a las adolescentes autoestima, habilidades para la vida y refuerzo escolar

– Proporcionar servicios médicos y dentales básicos a los más pobres

– Capacitación profesional de mujeres y acceso a microcréditos

– Obtención de habilidades en la industria artesanal: fabricación de textiles, jabón líquido, tintado de tejidos, panadería y pastelería

– Adquisición e instalación de herramientas y máquinas simples para el procesamiento de la yuca

– Gestión de recursos para aumentar la productividad

– Gestión con proveedores de microcréditos y administración de los mismos

Ebele Okoye nos dice que la gran desigualdad en su país no es solo entre hombres y mujeres sino sobre todo entre unos pocos muy ricos y la mayoría muy pobre. “En las zonas rurales las mujeres están totalmente sometidas”. Ella sabe que formando a las mujeres, para que puedan ganarse la vida y ser independientes, a las adolescentes para que no abandonen los estudios o aprendan un oficio y facilitando a las niñas el acceso a la educación, África puede cambiar en pocos años, porque son las mujeres las que transmiten la educación, la cultura y la tradición. “Educando a una mujer, nos dice, se educa a toda la familia y con las familias a todo el país”.

“África, asegura, necesita líderes responsables y el proyecto AMAD es un modelo excelente porque no solo imparte seminarios de liderazgo, sino que también aborda los problemas sociales, especialmente la lucha contra la pobreza. Como ejemplo, la aplicación del programa AMAD en la comunidad de Iroto, en el área del gobierno local de Ijebu-Ode, del estado de Ogún se han beneficiado cerca de 4.000 mujeres y niños de la zona”.


Harambee –que en swahili significa todos juntos- es un proyecto internacional de solidaridad con África subsahariana que colabora con proyectos educativos, sanitarios o asistenciales, impulsados y realizados por los mismos africanos en sus países. Todos sus voluntarios trabajan de forma solidaria, sin percibir remuneración alguna. En 2018 Harambee desarrolla proyectos en Benín, Bwrundi, Congo, Camerún, Costa de Marfil, Kenia, Nigeria, Rwanda, Sudáfrica, Togo y Uganda.

René Furterer – marca de los laboratorios Pierre Fabre, ofrece una gama de cuidados de cuero cabelludo y cabello, así como una serie de rituales que conforman una experiencia única y personalizada al servicio de la belleza capilar. Formulados a base de aceites esenciales 100% naturales y extractos de plantas rigurosamente seleccionados por sus propiedades específicas, los cuidados René Furterer aportan unos beneficios rápidos, visibles y duraderos.

Como marca precursora en el uso del karité en cosmética, René Furterer ha iniciado una colaboración a largo plazo con una joven organización productora de karité en Burkina Faso. De esta manera mejora día a día las condiciones de trabajo de más de 200 mujeres, proporcionando a los productos para cabellos muy secos de la marca, una manteca con la garantía KARITÉ ÉTICO, elaborada sumando la tradición africana más auténtica, a nuestro rigor farmacéutico. Este junto con otros proyectos solidarios, convierten a la marca René Furterer, en una marca equitativa, solidaria y responsable.

*Fuente: https://opusdei.org/es-es/article/ebele-okoye-premio-harambee-promocion-igualdad-mujer-africana/

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Entrevista a Amilton: Las escuelas de Mozambique, un golpe de realidad (Audio)

Redacción: Cadena Ser/16-01-2019

Escuchar en: https://play.cadenaser.com/audio/1546604329_124443/#

Amilton es profesor en la Escola Ignacio de Loyola en Mozambique, conocemos el día a día de la educación, la ratio de alumnos y hasta su vinculación con el Deportivo, gracias a la entreviata con  Mayte Gonzalez  en Hoy por Hoy A Coruña.

Fuente: https://cadenaser.com/emisora/2019/01/05/radio_coruna/1546646400_980171.html

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Nigeria: Al rescate de la generación Boko Haram

Redacción: El País/16-01-2019

El Gobierno nigeriano reubica en escuelas de todo el país a 2.300 jóvenes afectados por la violencia terrorista

No fue de repente, sino poquito a poco, pero a Mohamed Abdulai se le fueron llenando los ojos de muertos y de miedos. Con solo 11 años se pasó dos días escondido en el bosque cuando aquellos locos de Dios de entraron en Gulani, su pueblo, raptando niñas y matando a destajo. La familia se mudó a Damaturu, pero poco después se presentaron en su nuevo colegio y degollaron al director. Porque sí, porque la educación occidental es pecado, dijeron ellos. Ahora, por fin y gracias al Gobierno nigeriano, Abdulai estudia en lugar seguro y sueña con ser abogado, no tanto por quitarse los muertos de la cabeza, sino por tratar de hacerles justicia.

Instituto público de Kwali, en Abuja, en el que estudian 33 chicos trasladados desde el noreste del país.
Instituto público de Kwali, en Abuja, en el que estudian 33 chicos trasladados desde el noreste del país.THOMAS IMO GIZ
En el instituto público de Kwali, en Abuja, la capital de Nigeria, estudian 33 de los 2.300 chicos y chicas acogidos al programa SSI. Binta Abdul Kadir, la directora del centro, no tiene ninguna duda al respecto: “Ahora estos pueden ejercer su derecho de tener una educación que les permita acceder a una vida mejor”. Eso sí, la integración no es siempre fácil. En primer lugar, los jóvenes llegan con un historial de violencia y huida a sus espaldas que no siempre es sencillo de superar. Luego está el problema del idioma: la mayoría de los desplazados hablan hausa y apenas inglés. Además, su nivel educativo está muy por debajo de los chicos de su edad y deben hacer un esfuerzo por ponerse a la altura.

Boko Haram se ha fijado como objetivo la educación y ha destrozado o provocado daños a unas 1.400 escuelas en los estados de Borno, Yobe y Adamawa

“Tienen muchas ganas de aprender y gradualmente los vemos cómo se van aceptando unos a otros y juegan juntos, se hacen amigos y a partir de ahí todo es más fácil”, remata Abdul Kadir. Al frente de ese proceso, con la intención de engrasar las bisagras de la integración, se encuentra Hadjara Yakubu, que se ha convertido en una madre para todos ellos. “Son muy buenos, pero traen historias terribles”, explica. Como el pequeño Abderramán Aba, de 16 años, que vio morir a varios de sus familiares a manos de los terroristas. “Le preguntaron a mi padre si quería que yo viniera aquí y aceptó. Quiero estudiar Contabilidad en la Universidad de Kaduna”, explica.

El 70% de los estudiantes acogidos al programa SSI son chicas. Como Rosemary Ismaya, natural de Chibok, de 18 años. “Mis padres también se han trasladado a Abuja para que todos podamos estar cerca”, asegura. El Estado se hace cargo de todos los gastos de desplazamiento, manutención, matrícula y material escolar. Casi todos los adolescentes proceden de familias humildes y muchos de ellos se hubieran visto forzados a abandonar los estudios incluso sin la violencia de Boko Haram por medio, así que lo consideran una gran oportunidad. A Sudibu Baba Kano, de 18 años, le gustaría ser soldado. “Boko Haram atacó mi pueblo y toda mi familia tuvo que huir a Michika, allí no pude continuar con los estudios así que me ha tocado ponerme al día en esta escuela”, apunta.

Binta Abdul Kadir, directora del instituto público de Kwali, en Abuja.
Binta Abdul Kadir, directora del instituto público de Kwali, en Abuja. THOMAS IMO GIZ
Los jóvenes están en régimen de internado. No salen del centro educativo entre semana y allí tienen a su disposición un comedor, salas de juego, una televisión y un teléfono para llamar a sus padres. “Jugamos mucho al fútbol”, dice Aba. Los fines de semana, con un permiso especial y si viene a recogerles algún familiar, pueden salir y darse un paseo pero no es lo habitual. Hoy hay clase de Inglés y Rosemary está especialmente atenta porque ella quiere ser profesora. “Tengo cinco hermanas y un hermano y me gustaría ayudarles a ellos en cuanto pueda ganar algo de dinero. La vida en el pueblo es muy dura”, dice con una media sonrisa.

Tienen muchas ganas de aprender y gradualmente los vemos cómo se van aceptando unos a otros y juegan juntos, se hacen amigos y a partir de ahí todo es más fácil

El sol aprieta sin piedad, pero los jóvenes no se quitan la chaqueta verde del uniforme y los calcetines. “Debemos ir bien vestidos a la escuela, no de cualquier manera, esta es una de las primeras cosas que aprendemos aquí”, dice Kayki Mallum, también de Chibok que sueña con encontrar trabajo en Abuja y quedarse en la capital cuando acabe sus estudios. “Hay de todo, grandes autopistas y edificios, centros comerciales, lugares donde ir a pasear sin miedo. Al principio se hace cuesta arriba, pero luego te das cuenta de que somos unas privilegiadas”, comenta.

La insurgencia de Boko Haram se ha reactivado en los últimos meses y ha provocado una nueva ola de desplazados internos y refugiados hacia los países vecinos. Los dos brazos armados de la organización se han atrincherado en la zona fronteriza con Camerún y en los alrededores del Lago Chad y siguen contando con capacidad operativa para golpear a la población. Más de 20.000 muertos y unos tres millones de personas huidas de sus hogares en la última década no son cualquier cosa. Sin embargo, no parece que vayan a poder doblegar el empeño y las ganas de salir delante de los jóvenes de Borno, Yobe y Adamawa que ya han dibujado un sendero por el que quieren transitar y que pasa, inevitablemente, por ir a la escuela.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/01/10/planeta_futuro/1547132072_395440.html

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