www.amnesty.org/03-08-2016/Por: Camille Roch, Tale Longva
Las sesiones de diálogo sobre derechos humanos con las comunidades locales están encontrando soluciones para poner fin a la doble discriminación que sufren las mujeres que viven con discapacidad física en Senegal.
Una decena de mujeres están sentadas frente a la Asociación Nacional de Personas con Discapacidad Motora de Senegal (ANHMS) en Thies, Senegal, después de una sesión de diálogo sobre la discriminación.
“Cada día encontramos dificultades”, dice Absa Seye, una joven que ha participado en la sesión. “Las mujeres embarazadas que viven con una discapacidad hacen frente al estigma, y muchas dudan antes de salir de casa durante el embarazo.”
En Senegal, las mujeres que viven con discapacidad se enfrentan a menudo a una doble discriminación, por ser mujer y por su discapacidad. Debido a los prejuicios negativos, corren un riesgo especial de ser estigmatizadas y hacen frente a desventajas desproporcionadas en comparación con el resto de la población.
Las dificultades que comporta su condición física hacen que sean especialmente vulnerables a todas las formas de violencia sexual y de género. En 2014, un estudio de HELITE y Handicap International reveló que el 9,3 por ciento de las mujeres senegalesas que viven con discapacidad denunciaron sexo bajo coacción durante su primera experiencia sexual.
Casi nunca se habla de los derechos sexuales y reproductivos de estas mujeres, como sus necesidades específicas durante el embarazo. El acceso a los servicios de atención de la salud es a menudo complicado, y la falta de personal médico cualificado impide que reciban la atención adaptada que por su condición necesitan.
Las mujeres embarazadas que viven con una discapacidad hacen frente al estigma, y muchas dudan antes de salir de casa durante el embarazo.
Para responder a estos desafíos, la ANHMS y Amnistía Internacional Senegal están reuniendo a mujeres con discapacidad física para celebrar sesiones de diálogo con el fin de identificar la discriminación y desarrollar soluciones para abordarla.
Basado en debates participativos en los que intervienen miembros de la comunidad local, este enfoque basado en derechos contribuye a reforzar su conocimiento de los derechos sexuales y reproductivos y a impulsar la participación de las autoridades y los centros de salud en la prevención del trato discriminatorio.
“Estas sesiones ayudan a abordar cuestiones relativas a la accesibilidad a la atención de la salud para las mujeres embarazadas, las dificultades que encuentran en su papel de madres, y cuestiones relacionadas con la sexualidad, que para muchas es algo de lo que nunca hablan”, explica Aminata Dieye, coordinadora de educación en derechos humanos de Amnistía Internacional Senegal.
“He aprendido mucho sobre los derechos sexuales y reproductivos. Gracias a la formación, comprendemos la importancia de asistir a los controles de salud, ya que las mujeres con discapacidad tienen necesidades especiales que deben ser vigiladas durante el embarazo. La formación también fue reveladora en el sentido de que ahora puedo imaginar una vida de mujer casada como cualquier otra mujer”, dice Absa.
Doscientas mujeres han participado en las sesiones de diálogo y actúan como defensoras para informar a otras mujeres en el seno de su comunidad.
“Durante la formación sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres con discapacidad aprendimos algunas cosas que no me gustaría explicar aquí delante de hombres”, dice Absa Seye (en primer plano), haciendo reír a la audiencia. Thies, Senegal, marzo de 2015. © Amnesty International
Llegar a comunidades de todo el país
Partiendo de este enfoque para poner en marcha un cambio de actitud, el proyecto se combina con programas de radio interactivos para llegar a una audiencia más amplia más allá de la región de Thies.
En los programas de radio de una hora de duración en Sud FM y Best FM han intervenido expertos médicos y especialistas de organizaciones internacionales para concienciar sobre los derechos de las mujeres que viven con discapacidad.
Las entrevistas con expertos jurídicos sobre la ratificación por Senegal en 2010 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad se centró también en el marco jurídico que rodea su derecho a denunciar el clima de discriminación que aún prevalece.
“Este proyecto ha fomentado los conocimientos sobre la situación de las personas que viven con discapacidad, desde la sensibilización que hemos llevado a cabo en el seno de nuestras familias hasta la comunidad en general, a la que se ha llegado a través de los programas de radio. Incluso ha habido personas que me han parado en la calle para decirme que han escuchado el programa de radio y que no eran conscientes de todas las dificultades a las que se enfrentan las personas que viven con discapacidad”, dice Diobe Ndiaye, una joven que participó en la sesión de diálogo.
Los mismos derechos para todas las mujeres
Los esfuerzos sostenidos para proteger los derechos de las mujeres con discapacidad han dado lugar a mejoras. Las reuniones con miembros de la comunidad local y la formación del personal médico han resultado eficientes para difundir información, mejorar la accesibilidad a las instalaciones de atención de la salud y abordar las barreras específicas para la discapacidad.
En el centro maternal de Thies, por ejemplo, pequeñas modificaciones están cambiando las cosas, observa Aby Cisse, que trabaja en la ANHMS. Se ha instalado una nueva rampa para mejorar el acceso, y se ha trasladado la sala de obstetricia a la planta baja para que a las mujeres les resulte más fácil la consulta con el personal.
La mayor visibilidad generada por los programas de radio también ha dado lugar a la distribución de muletas por el socio principal de la asociación, a disposición de las personas de la asociación.
El proyecto liderado por la ANHMS y Amnistía Internacional Senegal se hace eco de la implementación de nuevas medidas sociales en todo el país para apoyar a las personas con discapacidad, como la distribución de la tarjeta de igualdad de oportunidades (carte d’égalité des chances), que da derecho a su titular a ventajas económicas, como la contribución total o parcial al costo de la atención médica que necesite.
Pero todavía queda un largo camino por recorrer para que las mujeres con discapacidad disfruten de los mismos derechos que las demás mujeres.
“Se necesitan nuevas medidas como la carte d’égalité des chances para las personas que viven en la pobreza extrema ya que les permite acceder a atención y servicios médicos. Pero aún queda mucho por hacer en todos los ámbitos para que estas medidas sean plenamente efectivas. Por ejemplo, sensibilizar a los centros de salud para que garanticen que las personas titulares de la tarjeta se benefician realmente de las ventajas a las que tienen derecho.”
“Este proyecto también está creciendo, y es importante hacer participar a personas jóvenes y organizar sesiones de diálogo con asociaciones juveniles, para prevenir la discriminación y cambiar las mentalidades”,dice Aminata Dieye.
En Senegal, la formación de mujeres que viven con discapacidad forma parte del programa Educación – Empoderamiento – Justicia (EEJ), que tiene como objetivo reforzar los derechos humanos y contribuir a una mayor justicia a través de la educación en derechos humanos e iniciativas de empoderamiento, con especial atención a la igualdad de género y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las niñas.