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Senegal: Estrechar los lazos entre las comunidades para proteger los derechos de las mujeres con discapacidad.

www.amnesty.org/03-08-2016/Por:  Camille Roch, Tale Longva

Las sesiones de diálogo sobre derechos humanos con las comunidades locales están encontrando soluciones para poner fin a la doble discriminación que sufren las mujeres que viven con discapacidad física en Senegal.

Una decena de mujeres están sentadas frente a la Asociación Nacional de Personas con Discapacidad Motora de Senegal (ANHMS) en Thies, Senegal, después de una sesión de diálogo sobre la discriminación.

“Cada día encontramos dificultades”, dice Absa Seye, una joven que ha participado en la sesión. “Las mujeres embarazadas que viven con una discapacidad hacen frente al estigma, y muchas dudan antes de salir de casa durante el embarazo.”

En Senegal, las mujeres que viven con discapacidad se enfrentan a menudo a una doble discriminación, por ser mujer y por su discapacidad. Debido a los prejuicios negativos, corren un riesgo especial de ser estigmatizadas y hacen frente a desventajas desproporcionadas en comparación con el resto de la población.

Las dificultades que comporta su condición física hacen que sean especialmente vulnerables a todas las formas de violencia sexual y de género. En 2014, un estudio de HELITE y Handicap International reveló que el 9,3 por ciento de las mujeres senegalesas que viven con discapacidad denunciaron sexo bajo coacción durante su primera experiencia sexual.

Casi nunca se habla de los derechos sexuales y reproductivos de estas mujeres, como sus necesidades específicas durante el embarazo. El acceso a los servicios de atención de la salud es a menudo complicado, y la falta de personal médico cualificado impide que reciban la atención adaptada que por su condición necesitan.

Las mujeres embarazadas que viven con una discapacidad hacen frente al estigma, y muchas dudan antes de salir de casa durante el embarazo.
Absa Seye, que participó en la sesión de diálogo sobre derechos humanos

Para responder a estos desafíos, la ANHMS y Amnistía Internacional Senegal están reuniendo a mujeres con discapacidad física para celebrar sesiones de diálogo con el fin de identificar la discriminación y desarrollar soluciones para abordarla.

Basado en debates participativos en los que intervienen miembros de la comunidad local, este enfoque basado en derechos contribuye a reforzar su conocimiento de los derechos sexuales y reproductivos y a impulsar la participación de las autoridades y los centros de salud en la prevención del trato discriminatorio.

“Estas sesiones ayudan a abordar cuestiones relativas a la accesibilidad a la atención de la salud para las mujeres embarazadas, las dificultades que encuentran en su papel de madres, y cuestiones relacionadas con la sexualidad, que para muchas es algo de lo que nunca hablan”, explica Aminata Dieye, coordinadora de educación en derechos humanos de Amnistía Internacional Senegal.

“He aprendido mucho sobre los derechos sexuales y reproductivos. Gracias a la formación, comprendemos la importancia de asistir a los controles de salud, ya que las mujeres con discapacidad tienen necesidades especiales que deben ser vigiladas durante el embarazo. La formación también fue reveladora en el sentido de que ahora puedo imaginar una vida de mujer casada como cualquier otra mujer”, dice Absa.

Doscientas mujeres han participado en las sesiones de diálogo y actúan como defensoras para informar a otras mujeres en el seno de su comunidad.

“Durante la formación sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres con discapacidad aprendimos algunas cosas que no me gustaría explicar aquí delante de hombres”, dice Absa Seye (en primer plano), haciendo reír a la audiencia. Thies, Senegal, marzo de 2015. © Amnesty International

Llegar a comunidades de todo el país

Partiendo de este enfoque para poner en marcha un cambio de actitud, el proyecto se combina con programas de radio interactivos para llegar a una audiencia más amplia más allá de la región de Thies.

En los programas de radio de una hora de duración en Sud FM y Best FM han intervenido expertos médicos y especialistas de organizaciones internacionales para concienciar sobre los derechos de las mujeres que viven con discapacidad.

Las entrevistas con expertos jurídicos sobre la ratificación por Senegal en 2010 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad se centró también en el marco jurídico que rodea su derecho a denunciar el clima de discriminación que aún prevalece.

“Este proyecto ha fomentado los conocimientos sobre la situación de las personas que viven con discapacidad, desde la sensibilización que hemos llevado a cabo en el seno de nuestras familias hasta la comunidad en general, a la que se ha llegado a través de los programas de radio. Incluso ha habido personas que me han parado en la calle para decirme que han escuchado el programa de radio y que no eran conscientes de todas las dificultades a las que se enfrentan las personas que viven con discapacidad”, dice Diobe Ndiaye, una joven que participó en la sesión de diálogo.

Los mismos derechos para todas las mujeres

Los esfuerzos sostenidos para proteger los derechos de las mujeres con discapacidad han dado lugar a mejoras. Las reuniones con miembros de la comunidad local y la formación del personal médico han resultado eficientes para difundir información, mejorar la accesibilidad a las instalaciones de atención de la salud y abordar las barreras específicas para la discapacidad.

En el centro maternal de Thies, por ejemplo, pequeñas modificaciones están cambiando las cosas, observa Aby Cisse, que trabaja en la ANHMS. Se ha instalado una nueva rampa para mejorar el acceso, y se ha trasladado la sala de obstetricia a la planta baja para que a las mujeres les resulte más fácil la consulta con el personal.

La mayor visibilidad generada por los programas de radio también ha dado lugar a la distribución de muletas por el socio principal de la asociación, a disposición de las personas de la asociación.

El proyecto liderado por la ANHMS y Amnistía Internacional Senegal se hace eco de la implementación de nuevas medidas sociales en todo el país para apoyar a las personas con discapacidad, como la distribución de la tarjeta de igualdad de oportunidades (carte d’égalité des chances), que da derecho a su titular a ventajas económicas, como la contribución total o parcial al costo de la atención médica que necesite.

Pero todavía queda un largo camino por recorrer para que las mujeres con discapacidad disfruten de los mismos derechos que las demás mujeres.

“Se necesitan nuevas medidas como la carte d’égalité des chances para las personas que viven en la pobreza extrema ya que les permite acceder a atención y servicios médicos. Pero aún queda mucho por hacer en todos los ámbitos para que estas medidas sean plenamente efectivas. Por ejemplo, sensibilizar a los centros de salud para que garanticen que las personas titulares de la tarjeta se benefician realmente de las ventajas a las que tienen derecho.”

“Este proyecto también está creciendo, y es importante hacer participar a personas jóvenes y organizar sesiones de diálogo con asociaciones juveniles, para prevenir la discriminación y cambiar las mentalidades”,dice Aminata Dieye.

En Senegal, la formación de mujeres que viven con discapacidad forma parte del programa Educación – Empoderamiento – Justicia (EEJ), que tiene como objetivo reforzar los derechos humanos y contribuir a una mayor justicia a través de la educación en derechos humanos e iniciativas de empoderamiento, con especial atención a la igualdad de género y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las niñas.

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África: 3 de Julio de 2016 El drama de los chicos excluidos de la educación

África/ Julio de 2016/La Capital

En el mundo son más de 260 millones los niños, niñas y jóvenes que todavía permanecen fuera de la escuela.

En el mundo más de 260 millones de niños, niñas y jóvenes están aún fuera de la escuela. Las nenas son las que corren con mayor desventaja. Desde la Unesco instan a los gobiernos a garantizar políticas inclusivas para alcanzar la meta mundial de llegar a 2030 con todos los chicos aprendiendo en las aulas.

Unos 263 millones de niños y jóvenes, cifra equivalente a la cuarta parte de la población de Europa, no están escolarizados, según nuevos datos del Instituto de Estadística de la Unesco. La cifra total incluye 61 millones de niños en edad de cursar la educación primaria (6-11 años), 60 millones en edad de cursar el primer ciclo de secundaria (12-14 años) y, por primera vez, la estimación de los jóvenes en edad de cursar el segundo ciclo de educación secundaria (15-17 años), que ascienden a 142 millones.

Estos datos se presentan en un nuevo documento publicado conjuntamente por el Instituto de Estadística de la Unesco y el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo. «Los países han prometido que, para 2030, todos los niños podrán cursar la educación primaria y secundaria. Estos nuevos datos muestran la ardua labor que tenemos por delante para alcanzar este objetivo», afirmó la directora general de la Unesco, Irina Bokova, quien agregó: «Debemos centrarnos en la inclusión desde la edad más temprana y durante el ciclo completo de aprendizaje, en las políticas destinadas a eliminar las barreras en cada etapa, prestando especial atención a las niñas, que siguen encontrándose en una situación de mayor desventaja».

La región más excluida

De todas las regiones del mundo, el Africa Subsahariana es la que tiene los índices más altos de exclusión. Más de una quinta parte de los niños de edades comprendidas entre los 6 y los 11 años no están escolarizados, seguidos por una tercera parte de los jóvenes de entre 12 y 14 años. De acuerdo con los datos del Instituto de Estadísticas de la Unesco, casi el 60% de los jóvenes de entre 15 y 17 años no asiste a la escuela. Un obstáculo importante para alcanzar la meta son las disparidades que siguen existiendo en lo que respecta a la participación en la educación y que tienen que ver con el sexo, la ubicación y los recursos económicos.

Los conflictos armados constituyen otra importante barrera a la educación. En todo el mundo, el 35% del total de los niños no escolarizados en edad de cursar la educación primaria (22 millones), el 25% de los adolescentes en edad de cursar el primer ciclo de secundaria (15 millones) y el 18% de los jóvenes sin escolarizar en edad de cursar el segundo ciclo de secundaria (26 millones) viven en zonas afectadas por conflictos.

En general, los jóvenes de más edad (15-17 años) tienen cuatro veces más probabilidades de no estar escolarizados que los niños de edades comprendidas entre los 6 y los 11 años. Esto se debe en parte a que la educación primaria y el primer ciclo de la educación secundaria son obligatorios en casi todos los países, mientras que el segundo ciclo de secundaria no lo es. Al mismo tiempo, esos jóvenes suelen tener la edad legal para trabajar. Muchos de ellos no disponen de más opción, mientras que otros intentan combinar la asistencia a la escuela con el empleo.

Diferencias de género

Las niñas tienen más probabilidades que los niños de no asistir nunca a la escuela, pese a todos los esfuerzos realizados y los avances logrados en las dos últimas décadas. De acuerdo con los datos aportados por Unesco, 15 millones de niñas en edad de cursar la educación primaria no tendrán nunca la oportunidad de aprender a leer ni a escribir en la escuela primaria, en comparación con 10 millones de niños. Más de la mitad de esas niñas (9 millones) vive en el Africa Subsahariana.

La pobreza constituye un obstáculo adicional para las niñas. De acuerdo con los análisis que figuran en el Informe de Seguimiento, en Africa Septentrional y Asia Occidental, las diferencias son aún mayores entre la población más pobre de la región: solo 85 niñas por cada 100 niños en edad de cursar el primer ciclo de educación secundaria asisten a la escuela. Entre los que tienen edad de cursar el segundo ciclo de secundaria, solo 77 de las niñas más pobres por cada 100 de los niños más pobres asisten a la escuela.

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/el-drama-los-chicos-excluidos-la-educacion-n1195536

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África: Euskadi actúa preventivamente contra la mutilación genital femenina

África/17 de Julio de 2016/ Álava

Informar, educar y concienciar son acciones más efectivas que amenazar y castigar. Gracias a la formación y a la información hay niñas de origen africano que viven en Euskadi, y también muchas que están en sus países, que no sufrirán la mutilación genital femenina, una práctica tradicional en muchos países y etnias de África que se ha hecho presente en nuestra sociedad con la llegada de inmigrantes procedentes de esas zonas. Algunas de esas niñas podrán viajar a sus países de origen libres del riesgo de “ser cortadas”, porque sus padres y madres ahora ya saben que esa acción daña a sus hijas y tiene consecuencias. Además, algunos padres se habrán comprometido por escrito a no permitir que las niñas sean mutiladas.

La labor preventiva contra la mutilación genital femenina (MGF) que desde hace años desarrollan instituciones y organizaciones de Euskadi es un trabajo constante y a lo largo del tiempo, pero se pone a prueba durante los meses de verano, cuando las niñas en edad escolar tienen vacaciones y muchas viajan con sus familias a los países de origen, donde se mantiene la práctica de la ablación.

Según las estimaciones de los departamentos del Gobierno vasco que han trabajado en el protocolo contra la MGF y de la ONG Médicos del Mundo, en Euskadi residen unas mil niñas menores de 14 años procedentes de países en los que la ablación genital es una tradición aún vigente. Evidentemente no todas esas niñas, que estadísticamente están consideradas en riesgo de sufrir MGF, viajarán a sus países o se verán sometidas a la presión familiar y de la comunidad, pero el riesgo existe. Iratze Pérez, voluntaria del Grupo MGF de Médicos del Mundo de Euskadi, recuerda que “ahora es cuando las niñas y niños tienen vacaciones y también los padres que están trabajando. Durante el verano aumenta el movimiento entre países y muchos inmigrantes aprovechan para viajar a su país. El hecho de que muchas niñas se vayan de vacaciones durante estos meses hace que aumente el riesgo, aunque solo sea por la presión familiar y social que siente la niña y por su mera presencia en un país donde se practica la MGF. Viajar no implica que necesariamente sean mutiladas, pero el riesgo aumenta exponencialmente”.

Tras asumir la realidad de que en Euskadi residen mujeres que han sido mutiladas, el objetivo de instituciones y asociaciones es evitar que sus hijas pasen por lo mismo que ellas, hacer que las que ya están ablacionadas conozcan las consecuencias para su salud y que sepan que ni lo impone la religión, ni es un requisito para pertenecer a la comunidad. Aunque se presenta arropada o justificada por la tradición y la costumbre, y por algunos mitos sobre la fertilidad, la fidelidad o el rol social, la mutilación genital femenina es un acto de violencia contra las mujeres.

El trabajo de información y concienciación dentro del colectivo de personas de origen africano ha demostrado ser la mejor manera de evitar la mutilación y los matrimonios forzosos.

Cuatro hermanas Hace un año la sociedad vasca se vio conmocionada por la noticia de que cuatro hermanas originarias de Malí y residentes en Araba habían sido sometidas a la mutilación genital durante un viaje de vacaciones a su país. Este caso, que no es el único detectado por la Fiscalía de Menores en Euskadi, se había producido unos años antes y está en manos de la Justicia. Como ellas, otras menores procedentes de Nigeria, Somalia, Malí, Mauritania, Guinea, Senegal u otros países con mayor o menor prevalencia de la MGF y residentes en el País Vasco, corren el riesgo de ser mutiladas -como por lo general lo han sido sus madres- si sus progenitores no son conscientes de las consecuencias físicas y psicológicas de la ablación o de sus repercusiones legales.

Desde el pasado mes de febrero Euskadi cuenta con un protocolo preventivo de la MGF que se irá extendiendo y ampliando poco a poco y que se fundamenta sobre los servicios de Osakidetza. Esta guía de actuación está dirigida al sector sanitario pero prevé actuaciones coordinadas con los ámbitos educativos y sociales, así como una formación específica de los profesionales sanitarios. Entre las actuaciones contempladas figura la posibilidad de suscribir un “compromiso preventivo” dirigido a los padres de las niñas en riesgo de sufrir mutilación. Se trata de un documento que los tutores de las menores deben firmar antes de viajar con ellas a sus países de origen y en el que se comprometen a que no se les practique la MGF.

Goizane Mota, técnico de inmigración del Ayuntamiento de Bilbao, lleva ya varios años trabajando en la realidad de la mutilación genital y realizando labores preventivas en el colectivo africano afincado en la capital vizcaina. La labor principal es de información y de formación, pero tras lograr que las mujeres conozcan los daños derivados de la mutilación, también se les proporcionan herramientas para que puedan oponerse a que se les realice a sus hijas, hermanas o sobrinas. “El compromiso preventivo, -explica Goizane Mota- es una herramienta para ellas, no es un instrumento penal para perseguir a esas familias; nosotros lo usamos como una herramienta para que ellas puedan enseñar el documento a la familia y así sepan que ‘si pasa esto con mi hija voy a ir a la cárcel, no voy a enviar remesas, no voy a poder volver, ni tener recursos económicos…”

Itziar Urtasun, concejala de Igualdad, Cooperación, Convivencia y Fiestas de Bilbao, señala que “desde el Ayuntamiento siempre hemos trabajado sobre la desigualdad de la mujer, y si una mujer, solo por serlo, sufre desigualdades estructurales, en el caso de las inmigrantes el riesgo de discriminación y desigualdad es mayor. Así, sacamos una guía sobre Mujer, salud y violencia, que se edita en 8 idiomas, y para muchas mujeres ha supuesto una apertura a la salud sexual y reproductiva. Luego, en 2012, a raíz de dos casos de mujeres ablacionadas detectados en el Hospital de Basurto se empieza a hablar del tema y vemos que Bilbao es una de las ciudades que tiene más casos de mujeres que han sido mutiladas, son mujeres inmigrantes de Guinea, Nigeria… y la preocupación empieza a crecer”.

La labor de formación y de “conversión” en agentes contra la MGF de las mujeres inmigrantes que asisten a los cursos que imparte el Ayuntamiento de Bilbao ha dado un gran paso con la incorporación de hombres de la comunidad africana que reside en la capital vizcaina. “Sabemos que desde su punto de vista, esto de la mutilación es un tema de mujeres, pero también sabemos que en sus culturas la opinión de los hombres cuenta. Los hombres no suelen estar en la práctica, porque la ablación la practican generalmente otras mujeres, y ellos creen que eso facilita los partos… Hemos hecho una experiencia piloto con un grupo de 8 hombres de Guinea Bissau, Guinea Conakry, Malí y Nigeria y cuando les hemos explicado en qué consiste la mutilación y cuáles son las verdaderas consecuencias se han quedado asombrados. Les hemos hecho ver que ellos pueden ser responsables de las consecuencias que pueda tener esa ablación porque ellos son padres de las chicas que son mutiladas. También son sus hijas. Hasta ahora no eran conscientes de eso”, indica Itziar Urtasun.

informar a los hombres “Un 65% de los hombres que han participado en este primer grupo eran padres de niñas -añade Goizane Mota-. Todos conocían la práctica y la consideraban algo natural”. Sobre la reacción de las personas que asisten a las charlas informativas sobre la MGF, Mota indica que “las mujeres se sorprenden mucho al saber que podían haber perdido la vida, o haber contraído una gran cantidad de enfermedades y es que hasta que no se lo cuentas ellas no son conscientes de que con una misma cuchilla igual cortan a 15 niñas”. Una vez informadas, estas mujeres africanas que han sufrido la MGF en su propio cuerpo, se convierten en “activistas” contra la ablación y convencen a otras mujeres para que no sometan a sus hijas a la práctica.

Goizane Mota destaca que muchas de estas mujeres que actúan como “agentes” contra la MGF han enviado a sus pueblos y a sus comunidades la guía sobre Mujer y salud y el compromiso preventivo. “Muchas nos dicen -apunta la técnica municipal- que han discutido con sus madres y que poco a poco están cambiando las cosas, por eso decimos que desde aquí estamos generando una experiencia de codesarrollo, pues en la que medida en que estamos interviniendo aquí hay repercusiones en otros países”.

En ese sentido, Iratze Perez, de Médicos del Mundo de Euskadi, opina que “hay muchos países en los que se practica la MGF y en ellos hay asociaciones que trabajan contra la práctica, por lo que reforzar y conocer el trabajo de esas asociaciones es lo más básico y lo mejor que se puede hacer para erradicarla. El hecho de que mujeres de esos países lleguen aquí y se trabaje con ellas, está bien, pero la existencia de millones de niñas en los países donde se practica la mutilación nos hace pensar que es importante trabajar allí para evitar que esas niñas pasen por eso. Una vez que están aquí es importantísimo que existan redes de apoyo y prevención, que exista una legislación, pero la base de todo siempre tiene que ser la información porque si una familia hace algo mal por desconocimiento resulta muy duro aplicarle la ley”.

 

Fuente: http://www.deia.com/2016/07/17/sociedad/euskadi/euskadi-actua-preventivamente-contra-la-mutilacion-genital-femenina

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Tracoma, el mal que ciega el futuro del África negra

África/18 de Julio de 2016/La Rioja

Hay pocos lugares del mundo donde el futuro se sienta más borroso que en poblados como el de Mayuge, en Uganda. Por eso, el doctor Bandobere Eleager se afana desde hace años en operar tantos ojos como puede. Practica una media de seis operaciones cada mañana a pacientes que sufren tracoma, una enfermedad que no tiene cura y en la que, solo a veces, se puede hacer algo por salvar parcialmente la visión del afectado. A la pregunta de cuántas operaciones hace, responde que «demasiadas». «Además, muchas veces tienen que volver en unos días y hay que repetir la intervención», explica sin dejar de coser los ojos de un anciano que soporta con estoicismo los bisturíes y el remiendo sobre sus párpados. Junto a Eleager, otro colega opera a toda velocidad en el humilde pero aséptico quirófano del dispensario del pueblo apoyados por otros dos facultativos. Fuera, un nutrido grupo de hombres y mujeres esperan su turno.

Más de 200 millones de personas de 51 países de África, Asia y América Latina corren el riesgo de padecer tracoma, conocida como la ceguera de los pobres porque solo se registra en los países con graves carencias en su desarrollo. De hecho el 90% de los invidentes del mundo se concentran en ese medio centenar de estados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Este organismo insiste en que África es el continente más afectado. La desnutrición, la exposición al aire libre en zonas de arena y polvo y la intensidad de la luz solar forman un cóctel explosivo, que acaba de ‘eclosionar’ debido a las graves carencias de salud. En Mayuge se da toda esta combinación de factores. «Aquí el tracoma era endémico hasta hace nueve años -continúa el doctor Eleager mientras sus larguísimos dedos operan con soltura-. Uno de cada siete niños lo padecía, ahora hemos bajado esa cifra hasta el 2%», afirma orgulloso.

 «La combinación de agua potable y unas simples letrinas ayudarían a detener el mal»

En esas cifras ha tenido bastante que ver la cooperación global. La Iniciativa Internacional contra el Tracoma (ITI), junto a la Coalición Internacional para el control del Tracoma (ICTC), tienen como ambicioso objetivo erradicar la dolencia en 2020. Pero los antecedentes son esperanzadores. Estados como Omán, China, Irán, Marruecos o Vietnam fueron declarados libres de tracoma en 2012. En los últimos 30 años, los afectados en el mundo han bajado de 360 millones a menos de 80. Pero todavía hay 230 millones de personas en riesgo.

La ITI, creada por la Fundación Edna McConell Clark, y la farmacéutica Pfizer, ha donado 500 millones de dosis de zitrimocina, un antibiótico que se ha mostrado eficaz contra la ‘Chlamydia trachomatis’, la bacteria que provoca la dolencia. Un avance para paliar sus efectos, que se agravan por las dolorosas úlceras de las córneas. El contagio se produce por secreciones oculares y nasales entre personas, gente que comparte objetos de higiene personal o ropa y luego se frotan los ojos. Los insectos son otro ‘aliado’ de la propagación. En Uganda ocho de sus 40 millones de habitantes viven en alguno de los 41 distritos en los que la enfermedad es endémica. Pero el mundo está lleno de escenarios como Mayuge. Zonas rurales de África (en especial subsahariana), América Central y del Sur, Oriente Medio y Asia. Lugares en los que «la combinación de agua potable y unas simples letrinas contribuirían a detener el mal», concluye el oftalmólogo Eleager mientras remata el cosido de su último paciente.

Un paciente con tracoma en lugares con tantas carencias se convierte en una vida lastrada y que agota una parte importante de los recursos y esfuerzos de la comunidad que debe atenderle. Una vez más, el futuro está en las aulas. En la cercana escuela comunal de Kyebando, a unas pocas decenas de metros del hospital, estudian algo más de mil niños en aulas que superan de largo los 60 o 70 críos. Pero todos participan en los programas para evitar pasar por la misma dolencia que sus padres y abuelos. Cuando su profesor pregunta «¿quién tiene un familiar que sufra tracoma?» solo un chico extiende la mano. «Hace una década la habría levantado más del 60%», dice con orgullo su director, Muwubani Fred. Son barracones muy sencillos pero, en el programa educativo del centro, los planes de formación incluyen maestros de apoyo para responder a las necesidades específicas de cada alumno: «incluidos los que puedan estar afectados en casa por una pandemia como el tracoma», saca pecho el maestro Fred.

Fuente: http://www.larioja.com/culturas/201607/17/tracoma-ciega-futuro-africa-20160717000405-v.html

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Senegal: una escuela que premia la diferencia

Senegal/14 de julio de 2016/ Fuente: radiopolar
Khady llevaba cinco años en casa con su abuela cuando la fueron a buscar. Estaba tumbada en un banco, totalmente ida, con la mirada ausente. Su madre la abandonó al descubrir que tenía discapacidad mental y de su padre nunca se supo. Tras un accidente de coche, se quedó coja de la pierna izquierda y desde entonces, camina con cierta dificultad. Khady llevaba años sin pisar la escuela porque no era capaz de seguir el ritmo de la clase. Todos los niños se burlaban de ella y, para defenderse, iba por ahí con su cantimplora pegando a todo el mundo. Además, no articulaba una sola palabra y la relación que tenía con su entorno era, en consecuencia, muy negativa.
La realidad de una persona con discapacidad en Senegal, especialmente en las zonas rurales, puede ser muy dura, aunque Khady es una niña afortunada. En el año 2014 empieza a asistir al centro Jacobo Romero Rivera, la segunda escuela pública de educación especial en Senegal, situada en Palmarin, una comunidad rural en la región de Fatick. Hoy no queda ni rastro de esa niña problemática, marginada y solitaria que era Khady. Ahora es muy sociable y sonriente, ya sabe hablar, tiene muchos amigos, además le encanta bailar sin avergonzarle su cojera y asiste a todos los eventos culturales de su comunidad. Es una alumna constante, motivada y trabajadora. “Me pidió una libreta para escribir y dibujar en casa”, dice su abuela. «Estoy muy contenta con su cambio de actitud, está mejorando mucho y al fin está integrada». Que Khady vaya a la escuela, aprenda y tenga cierta autonomía es posible gracias a Bego y Jon, la pareja gallego-francesa de cooperantes que impulsó la iniciativa de crear un centro en Palmarin.
Todo empezó en el año 2010, cuando Bego trabajó como psicóloga y maestra de educación especial en las distintas escuelas de la comunidad gracias a una beca del Centro Universitario de Cooperación Internacional para el Desarrollo (CUCID) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Durante un año trabajó con los alumnos que presentaban dificultades de aprendizaje y problemas del lenguaje, como ya había hecho en otros centros de Perú, Bolivia y Nepal. Mientras desarrollaba su trabajo, descubrió varios casos de niños que no asistían a la escuela o que la abandonaban debido al escaso apoyo que recibían y al estigma que arrastraban por su discapacidad. En Senegal, 59 de cada 1.000 personas tienen alguna discapacidad y esta realidad afecta más a las mujeres que a los hombres, según un informe de la Agencia Nacional de Estadística y Demografía publicado en 2014. Además, la situación es compleja porque las personas con discapacidad a menudo son rechazadas por sus familias debido a sentimientos de vergüenza o culpabilidad.
Durante su estancia en Palmarin, Bego aprendió serer, el idioma local, y comenzó una labor de sensibilización en la comunidad acerca de la discapacidad física e intelectual que todavía continúa hoy. “Es imprescindible eliminar el estigma, sobre todo en los niños, que son rechazados debido a las falsas creencias conectadas al castigo divino”, asegura Bego. Su compañero Jon añade: “Antes de arrancar el proyecto nos hemos reunido con los padres, los jefes del pueblo, los profesores, el cura, el imán, el alcalde y también con el departamento de inspección educativa senegalés. Es fundamental que todas las partes implicadas estemos bien informadas, nos coordinemos y nos apoyemos”.
La escuela está ubicada en el recinto del colegio público de Palmarin, lo que garantiza la integración y la interacción con todos los niños del pueblo. Además, comparten los espacios de juego, los recreos y la biblioteca. “Algunos niños, con un refuerzo escolar y algunas horas de apoyo, pueden seguir el ritmo de la clase, otros no pueden y necesitan una atención más individualizada y adaptada a sus capacidades”, asegura Bego. “Aquí asisten los niños que, debido a sus necesidades educativas especiales, no se benefician de la educación en un colegio convencional. Aunque si algún alumno tiene posibilidades de reintegrarse en una escuela ordinaria, los maestros hablan con la familia y con el centro para que así sea. Es el caso de Cecile, que después de un año en el Jacobo Romero Rivera, comenzó a hablar, a leer y escribir con solo seis años. Actualmente asiste sin apoyo al sistema público ordinario”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 15% de la población mundial presenta alguna discapacidad y, según la UNESCO, un 90% de los niños y niñas con discapacidad no asisten a la escuela en los países en desarrollo. Y Palmarin era un claro ejemplo. Este colectivo son uno de los grupos más marginados del mundo y constituyen la mayor minoría del planeta. Entre las razones por las que son rechazados destacan las relacionadas con las viejas supersticiones y el castigo divino. Debido al fuerte arraigo de estas ideas, las personas que presentan alguna discapacidad sufren incomprensión, marginación, rechazo e incluso son perseguidos en algunos casos.
Así ocurrió con Charles Camile, el alumno más joven de la escuela, que tiene tres años y padece una parálisis cerebral infantil debido a las complicaciones que tuvo su madre durante el parto. “Cuando nació CC –así le llaman– y se enteraron en el pueblo, algunos me perseguían porque querían deshacerse del bebé, convencidos de que mi hijo era una reencarnación del diablo”, afirma Rosalie, su progenitora. “Estoy muy orgullosa de mi hijo y no me importa lo que digan los demás, pero al principio no salía de casa y tenía mucho miedo de que le pudiera pasar algo”. CC tiene una movilidad muy reducida y una dependencia absoluta, sin embargo, está bien cuidado y recibe la atención que necesita. Gracias a la labor de sensibilización que ha hecho la Asociación J’aime Rever en la comunidad, Rosalie ya no teme por la vida de su hijo. “No solo han dejado de perseguirlo, sino que ahora todo el pueblo protege a mi bebé. En la escuela, todos los niños le adoran y cuidan de él”, dice.
Bego y Jon, fundadores de la asociación e impulsores del proyecto educativo, fueron puerta por puerta explicando a los padres que los niños con diversidad funcional no son reencarnaciones del demonio, sino que las causas de una discapacidad son otras y nadie es culpable de la situación.
La escuela Jacobo Romero Rivera, cuyo nombre hace honor al primo de Bego, que fue víctima del accidente de tren ocurrido en Santiago de Compostela en Julio del 2013, abrió sus puertas en Octubre del 2014 con el objetivo de proteger y defender el derecho universal a la educación, como recoge el Artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La evolución de los alumnos es la mejor garantía de su capacidad de aprendizaje. Gracias a ellos, al apoyo de la comunidad y al permiso del ayuntamiento la construcción de la escuela fue posible. Los obreros, electricistas y pintores del pueblo se involucraron en el proyecto y realizaron la obra con la ayuda de varios abuelos, que también quisieron aportar su granito de arena.
Hoy, el centro tiene 17 alumnos repartidos entre dos aulas. El programa educativo y los materiales pedagógicos están adaptados a las necesidades específicas de cada alumno. “Evaluamos a cada niño para conocer sus habilidades, su contexto socio-familiar, sus deseos, intereses y necesidades, que luego definen su programa de desarrollo individualizado (PDI). Este incluye el aprendizaje de tareas prácticas, como ir a la compra o cocinar pequeños platos; el desarrollo de habilidades sociales, como saludar, presentarse o conversar con los miembros de la comunidad; y tareas básicas de higiene, cuidado personal y autonomía en general. Asimismo, los alumnos aprenden lenguaje, lectura, escritura y cálculo”, comenta Bego, encargada de desarrollar el programa educativo. «Utilizamos como base el programa de educación pública senegalesa junto con diferentes programas de educación especial y lo adaptamos a la realidad del país», abunda. Para ello, cuentan con dos profesoras locales que han sido formadas específicamente para el puesto.
Agnés, de casi 24 años, tiene una historia similar a la de Khady. Vivía con su abuela porque su madre también la abandonó. Preocupada por su futuro, Anne Marie acudió a la escuela para inscribir a su nieta. Agnés jamás había cogido un lápiz hasta ese momento. Cada actividad era un descubrimiento y un nuevo estímulo al que respondía con ilusión. A pesar de su discapacidad intelectual y de la privación total de educación que ha tenido, Agnés ahora sabe escribir, pintar, coser, contar y hasta puede leer algunas palabras.
Cuando encontraron a Paul, andaba por el pueblo vagando, recogiendo basura y estaba casi siempre solo. Le expulsaron de la escuela porque no paraba quieto y no hablaba. Paul tiene 13 años y un trastorno generalizado del desarrollo no especificado. Presenta algunos rasgos de autismo que afectan a su interacción social, comunicación y conducta, aunque eso no le impide asistir a la escuela y aprender, como los demás. Tampoco queda nada del Paul de hace años. Le encanta jugar al fútbol con sus compañeros, reparar aparatos electrónicos como radios, linternas o ventiladores y le fascina amasar plastilina.
Casi todos los alumnos tienen autonomía para ir y venir solos de la escuela. Además, se ayudan unos a otros durante las horas de clase. En los recreos juegan con los alumnos que antes se burlaban de ellos y hoy han aprendido a quererlos y aceptarlos como son.
El trabajo que realiza la escuela hace posible que las personas con discapacidad participen de manera activa y efectiva en la sociedad, como recoge el artículo 24 de la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas discapacitadas, aprobada en diciembre del 2006 y ratificada por Senegal en la ley de orientación social nº 2010-15 relativa a la promoción y protección de los derechos de las personas discapacitadas, aprobada el 6 de Julio del 2010.
En pocos años, el cambio en la manera de ver y entender la discapacidad en la comunidad de Palmarin demuestra que es posible alcanzar el objetivo de escolarización universal de todos los niños con independencia de sus capacidades físicas o mentales. Al menos, en este lugar es posible, y ahora están más cerca de alcanzar una sociedad más igualitaria, más inclusiva y, por tanto, más justa. Nada de esto habría podido ocurrir sin la participación y el apoyo de toda la comunidad, que ya no entienden la discapacidad como un castigo de Dios sino como una diferencia que enriquece y refuerza la visión de la comunidad. En Palmarin, finalmente, cada niño es valorado por lo que es, y no por lo que sabe.
Esta comunidad rural y aislada, con acceso limitado al agua o la energía, y un porcentaje altísimo de analfabetismo, ha podido, ha querido y ha sabido transformar su mentalidad predominante por una más sensible y comprensiva frente a las personas más vulnerables. Este pequeño cambio supone un paso gigante hacia un desarrollo más sostenible y humano. Ahora es un lugar donde todos los niños tienen derecho a ser niños.
Fotografía: Paul, de 13 años, tiene un trastorno del desarrollo no especificado y ahora asiste a la escuela y está aprendiendo a relacionarse con los demás (M. M.).
(Por Marta Moreiras, publicado en elpais.com)

Fuente: http://www.radiopolar.com/noticia_121272.html

Imagen: http://www.radiopolar.com/images/noticias/20160706142815.jpg

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Los efectos de El Niño aún no han terminado: 26 millones de niños en África necesitan ayuda

África/14 de julio de 2016/Fuente: iagua

A pesar de que el fenómeno climático El Niño –activo durante 2015 y 2026- ha llegado a su fin, su impacto devastador sobre los niños está empeorando. Esto se debe a que el hambre, la desnutrición y las enfermedades continúan aumentando después de las graves sequías e inundaciones que ha generado este fenómeno, uno de los peores en la historia.

Son algunas de las conclusiones del informe de UNICEF «Aún no ha terminado: Las consecuencias de El Niño sobre la infancia«. La publicación alerta además de las grandes posibilidades de que La Niña –el fenómeno inverso de El Niño– comience su actividad en algún momento de este año, agravando aún más la dura crisis humanitaria que está afectando a millones de niños en algunas de las comunidades más vulnerables.

Los niños que viven en las zonas más afectadas ya están pasando hambre. En África oriental y meridional –las regiones que han sufrido las peores consecuencias de este fenómeno– unos 26,5 millones necesitan ayuda, incluidos más de 1 millón que necesitan tratamiento para la desnutrición aguda grave.

En África oriental y meridional unos 26,5 millones necesitan ayuda, incluidos más de 1 millón que necesitan tratamiento para la desnutrición aguda grave.

En muchos países, los recursos que ya eran escasos han llegado a su límite, y las familias afectadas han agotado sus mecanismos para superar la situación llegando a saltarse determinadas comidas o a vender sus activos. Si no se moviliza ayuda que incluya el envío urgente de suministros nutricionales para los niños pequeños, la situación podría socavar varias décadas de progreso en favor del desarrollo.

El Niño ha afectado también el acceso de poblaciones de numerosos países al agua potable y se ha relacionado con un aumento de enfermedades como el dengue, la diarrea y el cólera, que son las principales causas de mortalidad infantil. En América del Sur, y especialmente en Brasil, El Niño ha generado unas condiciones favorables para la reproducción del mosquito Aedes, que puede transmitir el virus del Zika, así como el dengue, la fiebre amarilla y la chikungunya. Si La Niña evoluciona, podría contribuir a la propagación del virus del Zika en zonas que no han sufrido sus efectos hasta la fecha.

Para UNICEF es también preocupante la posibilidad de que en África meridional, el epicentro mundial de la pandemia del SIDA, se produzca un aumento en la trasmisión del VIH como consecuencia de los efectos de El Niño. La falta de alimentos influye en el acceso a la terapia antirretroviral, ya que los pacientes tienden a no tomar el medicamento con el estómago vacío y, además, muchas personas prefieren utilizar sus limitados recursos para obtener alimentos en lugar de emplearlos en el transporte a un centro de salud. La sequía también puede forzar a las adolescentes y las mujeres a practicar relaciones sexuales transaccionales para sobrevivir. La mortalidad de los niños que viven con el VIH es de dos a seis veces mayor entre los niños que están gravemente desnutridos en comparación con aquellos que no lo están.

Millones de niños y sus comunidades necesitan apoyo para poder sobrevivir. Necesitan ayuda para prepararse ante la eventualidad de que La Niña agrave la crisis humanitaria que confrontan. Y necesitan ayuda que les permita acelerar las medidas para la reducción del riesgo de desastres y la adaptación a los cambios climáticos que están causando fenómenos meteorológicos extremos más intensos y más frecuentes”, dijo la directora de programas de emergencia de UNICEF, Afshan Khan. “Los mismos niños que han sufrido los efectos de El Niño, y que están amenazados por La Niña, se encuentran en primera línea ante el cambio climático”.

Fuente: http://www.iagua.es/noticias/unicef/16/07/08/efectos-nino-aun-no-han-terminado-26-millones-ninos-africa-necesitan-ayuda

Imagen: http://img.rtve.es/i/?w=1180&i=1467944642773.jpg

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Senegal: No es país para docentes

Senegal/12 de julio de 2016/Fuente: elpaís

Senegal vive su último ‘tira y afloja’ entre el Gobierno y los profesores en pleno final de curso.

El calor aprieta en Ndiagne. Ahora mismo en todo Senegal el clima es asfixiante, sobre todo si se es profesor. Amadou Ba lo es, imparte clases en el instituto de Ndiagne, perteneciente a la región de Louga, en el norte del país. En unas semanas comienzan las vacaciones de verano y, aunque esta etapa previa al periodo estival suele ir acompañada de cierta presión para el profesorado por la entrega de las calificaciones de final de curso, este año lo está siendo más que nunca.

Los centros de enseñanza pública han recibido la visita de las autoridades policiales y los profesores han sufrido recortes de sueldo y amenazas de despido ante la negación del cuerpo de docentes de hacer entrega de las evaluaciones. Esta medida responde a la falta de respuesta del Gobierno senegalés ante la huelga convocada desde enero por los colectivos sindicales de educación FUSE y GRAND CADRE, pero se remonta a mucho antes de principios de año, concretamente al inicio del mandato del presidente Macky Sall, en 2012. Entonces el nuevo Ejecutivo llegó a un acuerdo con los sindicatos de enseñanza para dar respuesta a las demandas del profesorado, principalmente: la mejora del acceso al cuerpo de funcionarios de enseñanza, el aumento del apoyo económico y la mejora de las condiciones de trabajo, que en algunos centros supone dar clases sin electricidad ni agua. El plazo para cumplir estas reclamaciones fue primero de seis meses, luego aumentó a un año y según los representantes sindicales todavía no se han cumplido.

A día de hoy, los profesores de la escuela pública apenas reciben 165.000 francos CFA, aproximadamente 250 euros mensuales. Amadou es uno de ellos. “Vivo explotado con un salario miserable en un Senegal carísimo y con una familia que mantener”, explica este profesor de Ndiagne. Y este no es el único inconveniente al que se enfrentan los docentes, tampoco han obtenido su plaza de funcionario de enseñanza aquellos que han formalizado los requisitos establecidos por la Administración, por lo que trabajan sin ninguna garantía de no ser despedidos. “Yo pasé todos los exámenes y todavía sigo esperando para ser funcionario desde 2004”, señala Amadou. Una situación laboral que se extiende a todo el país y que afecta a todos los niveles de la enseñanza pública, desde la educación primaria hasta la Universidad.

Hasta ahora el silencio ha sido la respuesta. Al igual que en los tres últimos periodos escolares, el Gobierno ha hecho caso omiso a las huelgas que los profesionales de la escuela pública han ido llevando a cabo curso tras curso para reclamar el cumplimiento del acuerdo de 2012. Hasta ahora. Las últimas protestas a las que se han unido unos 5.000 docentes, según los datos que maneja la prensa senegalesa, no sólo han consistido en suspender las clases sino también en guardar las calificaciones de los exámenes. Sin ellas no hay registro del progreso de los alumnos para pasar al siguiente curso escolar, de ahí que el Ejecutivo de Macky Sall tomara cartas en el asunto.

Los docentes se negaron a entregar las notas de evaluación de los alumnos para forzar al Gobierno a que atendiera sus reivindicaciones.

La primera respuesta fue precisamente atacar una de las demandas de los profesores, la remuneración digna, y se les disminuyó el sueldo drásticamente. Amadou reconoce: “A veces a los profesores nos da vergüenza decir lo que nos encontramos en el banco. Por ejemplo, yo este mes al ir a buscar mi salario sólo he encontrado 19.000 francos CFA”. Una cifra que corresponde a unos 29 euros. Una acción que no sólo fue efectuada en pleno mes de Ramadán, en el que al tratarse de una festividad los gastos aumentan; sino que además fue llevada a cabo de manera generalizada, ya que incluía a todo el profesorado de la enseñanza pública, incluidos aquellos que no habían seguido la huelga o incluso que se encontraban de baja laboral.

Aún así, las medidas de reivindicación continuaron y entonces la Gendarmería fue enviada a los centros escolares con un requerimiento que les instaba a entregar las notas para que el sistema educativo del país continuara su curso. La posición de los sindicatos fue unánime y el requerimiento no fue recogido. Entonces el Gobierno dio un ultimátum a los docentes advirtiéndoles que o bien proporcionaban las evaluaciones o bien serían despedidos sin derecho a pensión. Lo cierto es que la legislación senegalesa les ampara. Los artículos 7 del Estatuto General de los Funcionarios y 279 del Código de Trabajo establecen que la negativa a recibir una orden de movilización supone el riesgo de ser despedido con la suspensión de derechos de pensión para el empleado, así como el despido sin previo aviso.

El ultimátum tenía una fecha límite de tres días antes de los cuales, el movimiento sindical tendría que cumplir con lo exigido o atenerse a las consecuencias. La noche anterior al fin del plazo, los representantes sindicales se reunieron en la ciudad de Touba con Abdoul Aziz Sy Amine y Serigne Bass Abdou Khadre, portavoces las cofradías religiosas de los Tidjane y los Mourides, así como con Alioune Badara Cissé, anterior ministro de Asuntos Exteriores, como mediador del Gobierno. Su decisión fue acceder a hacer llegar las notas a la Administración tras el compromiso de que el presidente accedería a reunirse con ellos para avanzar en sus demandas pendientes desde 2012. Sin embargo, esta tregua también tenía fecha de caducidad y el coordinador del colectivo sindical GRAND CADRE, Mamadou Lamine Dianté, establecía un periodo máximo de una semana para que el Estado diera muestras de avanzar en la negociación. “Si éste no es el caso, vamos a tener que reanudar la lucha”, advertía endeclaraciones recogidas por el portal Seneweb. Algunos ni siquiera aceptaron esta interrupción, tanto es así que el día siguiente del anuncio del cese de la incautación de las calificaciones, veinticuatro profesores se manifestaron ante esta decisión y fueron arrestados por la policía en Mbour, al este del país, mientras los alumnos y compañeros presentes se quejaban de esta detención.

En cualquier caso, el profesorado va contrarreloj para cumplir con la entrega de las evaluaciones de un curso escolar que se ha retrasado hasta finales de julio. Y el Gobierno, por la parte que le toca, ha anunciado la devolución del salario descontado a aquellos docentes que no habían seguido la huelga o estaban de baja; no así a los que sí expresaron su disconformidad con sus condiciones laborales. Pese a esto último, parece que desde el Ejecutivo se ha dado un paso importante. Ocurría el pasado 29 de junio, cuando el Congreso senegalés aprobaba la modificación de la Ley de Finanzas Rectificativa que prevé asignar más de 28.000 millones de francos CFA (más de 42 millones de euros) para “la corrección de las derramas de integración y ascenso en instancia del personal de enseñanza y el aumento de la inversión del sueldo de los profesores y maestros contratados inicialmente previsto para 5.000 agentes en la ley de finanzas iniciales 2016 y que pasa a 10.000 agentes”, según ha explicado el ministro de Economía Amadou Bâ a APS.

Vivo explotado con un salario miserable en un Senegal carísimo y con una familia que mantener”

AMADOU, PROFESOR

La Unión Nacional de Padres de alumnos y Estudiantes de Senegal (UNAPEES, por sus siglas francés) ha instado a los sindicatos de docentes a ver esta medida con buenos ojos. A través de un comunicado difundido en los medios, han calificado esta previsión de incremento económico destinado a los profesionales de la enseñanza como un acto positivo que llevará por fin “paz a las escuelas durante el próximo curso”. Pero para los colectivos sindicales cuentan más los hechos que las previsiones y, dos días después del anuncio de la posible asignación monetaria a la escuela pública, denunciaron que los profesores han sufrido de nuevo recortes en sus salarios este mes de julio, tras cumplir con su compromiso de hacer entrega de las calificaciones de los alumnos.

Mientras tanto, Amadou el profesor lee todas estas informaciones en la prensa sin encontrar ninguna concordancia entre los gestos del Gobierno y su cuenta bancaria. Desde un aula de su centro de enseñanza en Louga, echa la vista atrás al 2012, el año en el que los representantes sindicales del profesorado pactaron con el entonces nuevo Gobierno de Macky Sall un acuerdo para mejorar su situación laboral que se fue disuadiendo en el tiempo. A Amadou le invade una sensación de dèja vu y explica: “Somos muchos profesores pensando cómo comprar arroz y cómo pagar medicinas para nuestros hijos delante de nuestros alumnos. En estas condiciones, ¿cómo conseguir una educación de calidad?”.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/07/11/planeta_futuro/1468232724_676663.html

Imagen: http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2016/07/11/planeta_futuro/1468232724_676663_1468248119_noticia_normal_recorte1.jpg

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