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Washington ha convertido la Covid-19 en un arma contra Irán, Venezuela y Cuba, asegura Oliver Stone

América/Estados Unidos/08/04/2020/Autor: Internacional VTV/Fuente: tercerainformacion.es

El reconocido cineasta norteamericano, Oliver Stone, acusó a su país natal, Estados Unidos, de convertir el nuevo coronavirus en un arma contra Irán, Venezuela, Cuba y Nicaragua, países sobre quienes ha impuesto medidas coercitivas y unilaterales, reseña un artículo publicado por el periódico New York Daily News citado por Hispan TV.

En dicho artículo,  el director de cine estadounidense Oliver Stone y el profesor de derechos humanos internacionales en la Facultad de Derecho de la Universidad de Pittsburgh, Pennsylvania, Daniel Kovalik, exigen el fin de las “sanciones terriblemente crueles” de la administración de Donald Trump contra los referidos países en medio de la pandemia del Covid-19.

En cuanto a Venezuela, Stone y Kovalik repudian que las sanciones obstaculicen la adquisición de medicamentos y suministros necesarios para combatir el virus, e incluso Trump está intensificándolas, bajo la falacia de que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, está traficando drogas.

“Pero los propios datos del Gobierno de Estados Unidos desmienten esta afirmación. Aun así, el sufrimiento que causará el aumento de las sanciones de Trump será muy real”, alertan.

Asimismo, lamentan que Washington haya actuado así mientras muchos otros países representan una solidaridad internacional y muestran la humanidad que el mundo necesita en este momento.

Fuente e imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/internacional/2020/04/06/washington-ha-convertido-la-covid-19-en-un-arma-contra-iran-venezuela-y-cuba-asegura-oliver-stone

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¡Bajar el ritmo en el receso de primavera!

América/Estados Unidos/08/04/2020/Autor y fuente: morecaucusnyc.org

El Movimiento de Educadores de Rango y Archivo pide una ralentización en las vacaciones de primavera.

La semana pasada, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ordenó a todos los distritos que cancelaran sus vacaciones de primavera programadas regularmente y que continuaran sin pausa con la instrucción obligatoria. En la ciudad de Nueva York, siete días no laborables que abarcan del 9 al 17 de abril han sido eliminados, incluyendo días de importantes festividades religiosas para muchos neoyorquinos. A cambio de eso hasta el momento sólo se han acordado cuatro días adicionales de CAR. Se espera que los miembros de la UFT brindemos instrucción regular durante lo que eran nuestras vacaciones de primavera. Esta es una decisión imprudente del gobernador Cuomo que daña a estudiantes, familias, educadores y otros trabajadores escolares. Y es una decisión que exige una fuerte respuesta de los miembros y el liderazgo de la UFT.

Los educadores (muchos de los cuales son padres), junto con nuestros estudiantes y sus familias, estamos experimentando importantes interrupciones en nuestras vidas, en una escala que incluye desde la muerte de familiares, hasta la falta de tecnología o acceso a Internet, a hacer malabares con la enseñanza y el cuidado de los niños simultáneamente, a las dificultades en adaptarse al aprendizaje remoto (especialmente para los estudiantes que están aprendiendo inglés y los estudiantes con discapacidades). A todo esto, se suma la masiva pérdida de empleos e ingresos entre todas las familias de Nueva York. En medio de estos enormes desafíos, los educadores, los padres y los estudiantes merecen un descanso. Continuar apilando más instrucción obligatoria sólo añade estrés a lo que ya es una situación enormemente estresante, a menudo traumática.

En cambio, este debería ser un momento en el que los educadores están priorizando la salud y el bienestar socioemocional de los estudiantes y las familias, en contraposición a la instrucción tradicional. Esto podría tomar la forma de contactar individualmente a los estudiantes y sus familias para garantizar que estén seguros y saludables, discutir sobre la adaptación de los estudiantes al aprendizaje remoto y el progreso académico general, y coordinar con el personal relacionado con la escuela que pueda proporcionar asistencia adicional.

Tanto el gobierno de la ciudad como los líderes de la UFT han argumentado que, si la enseñanza no continúa, es más probable que los estudiantes violen las pautas de distanciamiento social. Rechazamos esta premisa. Existen formas de mantener a las familias seguras sin aplastarlas bajo el peso del rigor académico. El Departamento de Salud de la Ciudad y el Departamento de Parques deben, durante este tiempo, ser más activos en la aplicación de las pautas de distanciamiento social en parques y espacios públicos para mantener a los estudiantes seguros. Estos departamentos pueden solicitar maestros como voluntarios si están tan dispuestos, como se hizo para los Regional Enrichment Centers. Hay un sesgo implícito inherente a la idea de que algunas familias no entienden el papel que deben desempeñar para aplanar la curva permaneciendo dentro.

Sin embargo, en lugar de organizar a los miembros para luchar contra este drástico exceso por parte del gobernador Cuomo, nuestra dirección sindical lo ha aplaudido, expresando un desacuerdo educado o dirigiendo la culpa al alcalde que, de hecho, sólo está siguiendo las órdenes de Cuomo. Todos merecemos un descanso y nos lo están quitando. Nosotros, como miembros del sindicato, tendremos que defendernos.

Por lo tanto, hacemos un llamamiento a todos los miembros de la UFT para que formen parte de una reducción del ritmo de trabajo desde el jueves 9 de abril hasta el viernes 17 de abril, el periodo de nuestro descanso originalmente programado, en beneficio de estudiantes, familias y educadores de toda la ciudad.

¿Qué significa reducir el ritmo de trabajo?

En resumen, significa eliminar o reducir drásticamente la cantidad de instrucción obligatoria para los estudiantes. Por supuesto, los miembros de la UFT se encuentran en contextos diferentes en función de su filial y administración. No todas las filiales o miembros individuales se sentirán cómodos haciendo esto. Así que aquí hay algunas opciones que los miembros de la UFT pueden seguir con sus colegas.

  • En primer lugar, alentamos a todas las filiales de la UFT a reunirse a principios de la semana del 6 de abril y discutir cómo podría ser un plan sostenible para la enseñanza y el aprendizaje durante el tiempo que debería haber sido nuestro descanso. Este debate también debería incluir la cuestión de cancelar todas las reuniones obligatorias del personal durante lo que era nuestro descanso programado regularmente.
  • En segundo lugar, si esto es posible para su escuela, no envíe ningún trabajo obligatorio para los estudiantes. Puede tomar este tiempo como una oportunidad para que los estudiantes se pongan al día con el trabajo en el que se han retrasado. Algunos estudiantes y familias sin duda querrán actividades de enriquecimiento adicionales para sus hijos, y los maestros pueden proporcionar las mismas como opcionales para aquellos que los desean.
  • Si no es posible una eliminación total del trabajo obligatorio en su escuela, implemente una reducción importante en el trabajo asignado. Piense en asignar el 20% o el 10% o el 5% de lo que normalmente pide a los alumnos que hagan.

Por último, pedimos a los dirigentes de la UFT que negocien un paquete de compensación para todos los empleados afectados equivalente a siete días hábiles. Sin duda, muchos miembros de la UFT se verán obligados por los administradores a trabajar un horario normal durante este tiempo (y como muchos educadores han observado durante el aprendizaje remoto, ahora estamos trabajando mucho más de lo normal).

Como esta transición al aprendizaje remoto ha dejado muy claro, los educadores hemos estado dispuestos a superar limites por nuestros estudiantes. Pero exigir una instrucción continua es contraproducente para todos los involucrados. Necesitamos un descanso.

Traducido por Luis Meiners.

Fuente: https://morecaucusnyc.org/2020/04/08/bajar-el-ritmo-en-el-receso-de-primavera/

Imagen: https://www.shutterstock.com/image-photo/businesswoman-works-multiple-devices-smartphone-calculator-1653245620

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Entrevista a Noam Chomsky sobre la pandemia: «La escasez de ventiladores revela la crueldad del capitalismo neoliberal»

El renombrado filósofo y disidente Noam Chomsky en su oficina del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en septiembre de 2016 (MARTIN BIALECKI / PICTURE ALLIANCE VIA GETTY IMAGES)

Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

El Covid-19 ha tomado el mundo por asalto. Hay cientos de miles de personas infectadas (posiblemente muchas más que los casos confirmados), la lista de muertes crece exponencialmente y las economías capitalistas se han estancado, lo que hace prácticamente inevitable una recesión global.

La pandemia había sido anticipada mucho antes de su aparición, pero las acciones tendentes a prepararse para esa crisis se restringieron a causa de los crueles imperativos de un orden económico en el que “la prevención de una catástrofe futura no produce beneficios”, señala Noam Chomsky en esta entrevista exclusiva para Truthout. Chomsky es profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y profesor laureado en la Universidad de Arizona, autor de más de 120 libros y de miles de artículos y ensayos. En esta entrevista argumenta que el propio capitalismo neoliberal es responsable de la respuesta inadecuada de Estados Unidos ante la pandemia.

C.J. Polychroniou: Noam, la epidemia de la nueva enfermedad del coronavirus se ha propagado a la mayor parte del planeta, y Estados Unidos tiene ya más casos que cualquier otro país, incluyendo China, donde se originó el virus. ¿Cree que es una evolución sorprendente?

Noam Chomsky: La escala de la plaga es sorprendente, impactante diría yo, pero no su aparición. Ni el hecho de que Estados Unidos esté teniendo la peor respuesta ante la crisis.

Los científicos llevan años avisando de la aparición de una pandemia, insistiendo en ello desde la epidemia de SARS de 2003, causada también por un coronavirus, para la cual se desarrollaron vacunas que no pasaron de la fase preclínica. Ese era el momento de empezar a poner en práctica sistemas de respuesta rápida que nos prepararan para otra epidemia y guardar la capacidad de reserva que pudiera necesitarse. También se podrían haber puesto en marcha iniciativas para desarrollar defensas y modos de tratamiento para una probable reaparición de un virus relacionado.

Pero los avances de la ciencia no son suficientes. Tiene que haber alguien que tome decisiones. Y esa opción se ve obstaculizada por la patología del orden socioeconómico contemporáneo. Las señales del mercado eran evidentes: la prevención de una catástrofe no produce beneficios. El gobierno podría haber intervenido, pero lo impide la doctrina imperante: “el gobierno es el problema”, nos dijo Reagan con su sonrisa radiante, lo que significaba que es preciso delegar la toma de decisiones, aún más, al mundo empresarial, comprometido con la obtención de beneficios y libre de la influencia de quienes deberían preocuparse por el bien común. Los años siguientes inyectaron una dosis de brutalidad neoliberal al orden capitalista sin restricciones y a la retorcida forma de mercado que desarrolla.

La gravedad de la patología se pone en evidencia a través de uno de sus fallos más dramáticos (y letales): la falta de respiradores, que constituye uno de los principales cuellos de botella a la hora de enfrentarse a la pandemia. El Departamento de Salud y Servicios Sociales anticipó el problema y contrató a una pequeña empresa para que fabricara respiradores baratos, fáciles de usar. Pero intervino la lógica capitalista. La empresa fue adquirida por una gran corporación, Covidien, que marginó el proyecto y “en 2014, sin haber entregado ningún respirador al gobierno, la dirección de Covidien comunicó a funcionarios del instituto [federal] de investigación biomédica su deseo de rescindir el contrato, según tres antiguos funcionarios federales. Los directivos se quejaron de que el contrato no era lo bastante beneficioso para la compañía”.

Es una verdad que no admite duda.

Pero entonces intervino la lógica neoliberal, que dictó que el gobierno no podía intervenir para salvar el enorme fallo del mercado que ahora está creando el caos. Tal y como argumentó muy diplomáticamente el New York Times, “la paralización de la iniciativa que pretendía crear un nuevo tipo de respirador barato y de fácil uso pone de manifiesto los peligros de subcontratar a empresas privadas proyectos con grandes implicaciones de salud pública; su foco en la obtención del máximo beneficio no siempre está en consonancia con el objetivo del gobierno: estar preparado para una futura crisis”.

Dejando a un lado la reverencia ritual al bondadoso gobierno y a sus loables objetivos, el comentario no deja de tener razón. Podríamos añadir que el foco en el máximo beneficio tampoco está “siempre en consonancia” con la esperanza de “supervivencia de la humanidad”, tomando prestada la frase de un informe eliminado del JPMorgan Chase, el mayor banco de Estados Unidos, en el que se advertía de que “la supervivencia de la humanidad” estaba en peligro de seguir el rumbo actual, al que contribuía las inversiones del propio banco en combustibles fósiles. Así que Chevron canceló un proyecto de energía sostenible rentable porque obtenía más beneficios destruyendo la vida en la Tierra. ExxonMobil ni se planteó una inversión de ese tipo porque antes habría realizado cálculos de rentabilidad más precisos.

Y era totalmente lógico, según la doctrina neoliberal. Como nos explicaron en su día Milton Friedman y otras luminarias neoliberales, la tarea de los directivos de las grandes empresas es maximizar los beneficios. Cualquier desviación de esta obligación moral destruiría los cimientos de la “vida civilizada”.

En todo caso, nos recuperaremos de la crisis del Covid-19, pagando un precio importante y posiblemente terrible, especialmente para la población más pobre y vulnerable. Pero no nos recuperaremos del deshielo de la banquisa polar y de otras consecuencias devastadoras del calentamiento global. También en este caso la catástrofe será producto de un fallo del mercado, en este caso de proporciones verdaderamente demoledoras.

La Administración actual había sido ampliamente informada de la probabilidad de una pandemia. De hecho, el pasado octubre tuvo lugar un ejercicio de simulacro a alto nivel. Durante todos sus años como presidente, Trump ha reaccionado de la manera a la que nos tiene acostumbrados: retirando la financiación y desmantelando cualquier parte relevante del gobierno e implementando regularmente las instrucciones de sus amos corporativos para eliminar las regulaciones que dificultan los beneficios y salvan vidas –y dirigiendo la carrera hacia el abismo de la catástrofe medioambiental, con diferencia su mayor crimen; de hecho el mayor crimen de la historia si consideramos las consecuencias.

A principios de enero ya había poca duda de lo que estaba ocurriendo. El 31 de diciembre China informó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la propagación de síntomas similares a los de la neumonía de causas desconocidas. El 7 de enero, China informó a la OMS de que los científicos habían identificado el origen de la enfermedad como un coronavirus y habían conseguido secuenciar el genoma, que pusieron a disposición del mundo científico. A lo largo de enero y febrero, la inteligencia estadounidense intentó captar la atención de Trump de todas las formas posibles sin conseguirlo. Los funcionarios informaron a la prensa de que “no conseguían convencerle de que hiciera nada a ese respecto aunque las luces de alarma estaban encendidas”.

Pero Trump no permaneció callado. Emitió una serie de declaraciones confiadas informando al público de que el coronavirus no era más serio que una tos; que tenía todo bajo control; que estaba manejando la crisis a la perfección; que era muy grave pero que él ya sabía que era una pandemia antes que nadie; y así sucesivamente, con todo el repertorio de lamentables afirmaciones. La técnica está bien diseñada, como la práctica de ir soltando mentiras tan deprisa que el propio concepto de verdad desaparece. Pase lo que pase, Trump está seguro de que sus leales seguidores le defenderán. Cuando disparas flechas al azar, alguna tiene que dar en el blanco.

Para rematar este impresionante record, el 10 de febrero, con el virus recorriendo el país de punta a punta, la Casa Blanca publicó su propuesta de presupuesto anual, que amplia aún más los fuertes recortes en todas las principales partidas sanitarias responsabilidad del gobierno (de hecho, en prácticamente cualquier cosa que pueda ayudar a la gente) al tiempo que incrementa la financiación de lo que realmente importa: el ejército y el muro [con México].

Una consecuencia de esto es el escandaloso retraso de las pruebas y lo limitado de estas, muy por debajo de otros países, lo que imposibilita el uso de estrategias de seguimiento de los contagios que han evitado que la epidemia se descontrole en las sociedades funcionales. Incluso los mejores hospitales carecen de suficiente equipamiento básico. Estados Unidos es en estos momentos el epicentro de la crisis.

Este ejemplo es apenas una pequeña muestra de la malevolencia trumpiana, pero lamentablemente ahora no tenemos más espacio para profundizar.

Aunque resulta tentador echar la culpa a Trump de la desastrosa respuesta ante la crisis, si queremos prevenir futuras catástrofes, es preciso que miremos más allá de su figura. Trump asumió el poder en una sociedad enferma, afligida por 40 años de neoliberalismo profundamente enraizado.

La versión neoliberal del capitalismo lleva en vigor desde los tiempos de Reagan y Margaret Thatcher. No debería hacer falta detallar sus funestas consecuencias. La generosidad de Reagan con los superricos tiene una relevancia absoluta en la crisis actual, cuando se prepara un nuevo rescate. Reagan se apresuró a levantar la prohibición de los paraísos fiscales y otros mecanismos destinados a trasladar la carga fiscal al público, además de autorizar la recompra de acciones –un mecanismo para inflar el valor de las acciones y enriquecer a la dirección de las empresas y a los muy ricos (que poseen la mayor parte de las acciones) al tiempo que se debilita la capacidad productiva de la compañía.

Estos cambios en la regulación tienen enormes consecuencias, del orden de decenas de billones de dólares. Por lo general, las reglas se han diseñado para beneficiar a una pequeña minoría mientras el resto tiene que luchar por mantenerse a flote. De esa manera hemos llegado a tener una sociedad en la que el 0,1 por ciento de la población posee el 20 por ciento de la riqueza y la mitad de abajo tiene un patrimonio neto negativo y vive a base de endeudarse un mes tras otro. Mientras los beneficios crecían y los salarios de los grandes directivos se disparaban, los salarios reales se han estancado. Como muestran los economistas Emmanuel Saez y Gabriel Zucman en su libro The Triumph of Injustice, los impuestos son básicamente planos en todos los grupos de renta, excepto en el más elevado, donde descienden.

El sistema sanitario privado (y con ánimo de lucro) estadounidense es desde hace tiempo un caso de escándalo a escala internacional, pues tiene un coste que duplica al de otras sociedades desarrolladas y uno de los peores resultados. La doctrina neoliberal le asestó otro golpe al introducir en él medidas empresariales de eficiencia: servicio bajo demanda y falta de reservas para contingencias. A la menor alteración, el sistema se viene abajo. Lo mismo ocurre con el frágil orden económico forjado sobre los principios neoliberales.

Este es el mundo heredado por Trump, el objetivo de su ariete. Aquellos interesados en reconstruir una sociedad viable a partir de las ruinas que queden tras la crisis actual harían bien en prestar atención al aviso de Vijay Prashad: “No volveremos a la normalidad, porque la normalidad era el problema”.

Sin embargo, incluso ahora, con el país en mitad de una emergencia de salud pública distinta de cualquier cosa que hayamos visto en mucho tiempo, al público estadounidense se le sigue diciendo que la sanidad universal no es una propuesta realista. ¿Es el neoliberalismo el único responsable de este punto de vista típicamente estadounidense sobre la salud?

Es una historia compleja. Para empezar, durante mucho tiempo las encuestas mostraban actitudes favorables hacia la sanidad universal, a veces incluso un fuerte apoyo. En los últimos años de la era Reagan, en torno al 70 por ciento de la población pensaba que la Constitución debería garantizar los cuidados sanitarios y el 40 por ciento pensaba que de hecho ya era así –asumiendo que la Constitución era la depositaria de todo lo que es evidentemente correcto. Las encuestas mostraban un gran apoyo al derecho a la sanidad universal, hasta que comenzó la ofensiva de propaganda de las compañías, advirtiendo de la enorme carga fiscal que eso supondría, algo parecido a lo que hemos visto recientemente. Entonces el apoyo popular desapareció.

Como suele ocurrir, la propaganda tiene un elemento de verdad. Los impuestos subirán, pero los gastos totales descenderán bruscamente, como muestran los datos de países comparables. ¿Cuánto? Hay algunas estimaciones interesantes. Una de las principales revistas médicas del mundo, The Lancet de Reino Unido, publicó recientemente un estudio que estimaba que la implantación de la sanidad universal en Estados Unidos “probablemente supondría un ahorro del 13 por ciento en el gasto sanitario nacional, equivalente a más de 450.000 millones de dólares anuales (según el valor del dólar en 2017)”. El estudio continuaba afirmando:

“Todo el sistema podría financiarse con un menor desembolso que el que contraen las empresas y las familias que pagan las pólizas sanitarias junto con las partidas asignadas por el gobierno. Este cambio a una sanidad de un solo pagador beneficiaría especialmente a los hogares de menores ingresos. Además, estimamos que el acceso a los cuidados sanitarios para toda la población estadounidense salvaría más de 68.000 vidas y 1,73 millones de años de vida cada año, en relación con la situación actual”.

Pero los impuestos tendrían que subir. Y parece que muchos estadounidenses prefieren gastar más dinero siempre que no sea en impuestos (aunque por otro lado eso suponga la pérdida de decenas de miles de vidas cada año). Este es un indicador sintomático del estado de la democracia estadounidense, según la percibe la gente; y, desde otra perspectiva, de la fuerza del sistema doctrinario diseñado por el poder empresarial y sus lacayos intelectuales. El ataque neoliberal ha intensificado este elemento patológico de la cultura nacional, pero las raíces son mucho más profundas y se pueden observar en muchos ejemplos. Se trata de un tema que merece la pena investigar más.

Algunos países europeos están gestionando la propagación del coronavirus mejor que otros, pero parece que los que han tenido más éxito en esta tarea se sitúan fuera del universo occidental (neo)liberal. Hablamos de Singapur, Corea del Sur, Rusia y la misma China. ¿Cree que este dato nos aporta información sobre los regímenes capitalistas occidentales?

Ha habido diferentes reacciones frente a la propagación del virus. China parece haberla controlado, al menos por ahora. Al igual que los países de su periferia, incluyendo a democracias no menos dinámicas que las occidentales, que tomaron muy en serio los primeros avisos. La mayor parte de Europa retrasó la toma de decisiones, pero algunos países actuaron con presteza. Alemania parece mantener el record global en cuanto a baja mortalidad, gracias a la reserva de instalaciones sanitarias y capacidad de diagnóstico y a la respuesta inmediata. Lo mismo parece ocurrir con Noruega. La reacción de Boris Johnson en Reino Unido fue vergonzosa. Pero los Estados Unidos de Trump van a la cola.

Sin embargo, la diligencia con que actuó Alemania con su población no se extendió más allá de sus fronteras. La Unión Europea ha demostrado estar cualquier cosa menos unida. No obstante, las sociedades europeas enfermas podrían pedir ayuda al otro lado del Atlántico. La superpotencia cubana está lista para ayudar una vez más con médicos y equipo. Mientras tanto, su vecino yanqui se ha dedicado a retirar la asistencia sanitaria a Yemen, donde ha contribuido a crear la mayor crisis humanitaria del mundo, y utiliza la oportunidad que le presenta la devastadora emergencia sanitaria para endurecer sus crueles sanciones y asegurar el máximo sufrimiento de sus supuestos enemigos. Cuba es su víctima más prolongada, desde los tiempos de las guerras terroristas y el estrangulamiento económico de Kennedy, aunque milagrosamente ha conseguido sobrevivir.

A propósito, debería ser extremadamente perturbador para los estadounidenses comparar el circo montado por Washington con los informes serenos, comedidos y objetivos de Angela Merkel sobre cómo manejar la epidemia.

Las distintas maneras de responder a la crisis no parecen depender de si el país es una democracia o una autocracia, sino de si su sociedad es funcional o disfuncional –lo que en la retórica de Trump se resume como “países de mierda”, como el que él mismo se esfuerza en crear bajo su mandato.

¿Qué piensa del plan de rescate económico del coronavirus, valorado en 2 billones de dólares? ¿Es suficiente para prevenir otra posible gran recesión y ayudar a los grupos más vulnerables de la sociedad estadounidense?

El plan de rescate es mejor que nada. Ofrece un alivio limitado a algunos de los que lo necesitan desesperadamente y contiene fondos suficientes para ayudar a los verdaderamente vulnerables: las lastimosas corporaciones que acuden en tropel a papá Estado, con el sombrero en la mano, ocultando sus copias de Ayn Rand* y suplicando una vez más que el sector público las rescate tras haber pasado sus años gloriosos amasando inmensos beneficios y ampliando estos con una orgía de recompra de acciones. Pero no hay de qué preocuparse. La caja negra será supervisada por Trump y su Secretario del Tesoro, en quienes se puede confiar que serán justos e imparciales. Y si deciden ignorar las demandas del nuevo inspector general y del Congreso, ¿quién va a evitarlo? ¿El Departamento de Justicia de Barr? ¿Un impeachment?

Deberían haberse diseñado mecanismos para que la ayuda llegue a quienes la necesitan, a los hogares, más allá de la miseria que parece habérseles asignado. Eso incluye a las personas trabajadoras que tenían verdaderos empleos y al enorme precariado que malvivía con empleos temporales e irregulares, pero también a otros: a quienes ya habían tirado la toalla, los cientos de miles de víctimas de “muerte por desesperación”** –una auténtica tragedia americana–, los sin techo, los presos, todos los que habitan viviendas tan inadecuadas que no es posible el aislamiento y el almacenamiento de comida, y muchos otros que no son difíciles de identificar.

Los economistas políticos Thomas Ferguson y Rob Johnson lo han explicado llanamente: Mientras la sanidad universal que es común en otros lugares se considere algo inalcanzable en Estados Unidos, “no hay ninguna razón por la que se deba aceptar un seguro único financiado por las empresas” Estos autores hacen un compendio de maneras sencillas de superar esta forma de robo corporativo.

Como mínimo, la práctica habitual de rescatar con dinero público al sector empresarial debería exigir como contrapartida la estricta prohibición de recompra de acciones, una participación importante de los trabajadores en la gestión de la empresa y el final de las escandalosas medidas proteccionistas de los mal llamados “acuerdos de libre comercio”, que garantizan enormes beneficios para las grandes farmacéuticas mientras aumentan el precio de los medicamentos mucho más de lo que sería razonable. Como mínimo.

Esta entrevista ha sido editada para facilitar su lectura.

N. de T.: *Filósofa y escritora rusa que obtuvo la nacionalidad estadounidense y que defendía el egoísmo racional, el individualismo y el laissez faire y rechazaba el altruismo y el socialismo.

**Chomsky hace aquí referencia a la “epidemia” de suicidios de trabajadores en EE.UU. (del orden de 150.000 cada año), y a un libro de Anne Case y Angus Deaton, ganadores del Nobel de Economía en 2015 y autores del libro Deaths of Despair and the Future of Capitalism, al que cita indirectamente el filósofo.

Fuente de la entrevista: https://rebelion.org/la-escasez-de-ventiladores-revela-la-crueldad-del-capitalismo-neoliberal/

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EU pierde 10 millones de empleos en sólo dos semanas

América del Norte/Estados Unidos/05-04-2020/Autor(a): David Brooks/Fuente: www.jornada.com.mx 

Nueva York. Las consecuencias económicas del manejo de la crisis del coronavirus han dejado a 10 millones de trabajadores en el desempleo en las pasadas dos semanas, cifra sin precedente en la historia de Estados Unidos, mientras la pandemia, lejos de culminar, sigue clausurando más zonas del país y abrumando a su fraccionado e insuficiente sistema de salud a tal extremo que ahora el superpoder está recibiendo apoyo caritativo internacional.

Mas de 6.6 millones de estadunidenses solicitaron beneficios de desempleo la semana pasada, reportó ayer el Departamento de Trabajo.

Combinado con los 3.3 millones de desempleados registrados la semana anterior, un total de 10 millones de trabajadores se quedaron sin empleo en sólo dos semanas, un número sin precedente en un periodo tan breve.

Pero estas cifras únicamente registran los que tienen derecho a estos seguros de desempleo estatales, y no a los que no tienen acceso a este tipo de asistencia oficial, entre ellos gran parte de la comunidad inmigrante indocumentada.

La devastación económica, resultado en gran medida por el manejo tardío y caótico de la pandemia por el gobierno federal, apenas se está registrando, provocando cada vez más dudas sobre un retorno a la normalidad y alarmas de una recesión no sólo profunda, sino posiblemente mucho más extendida de lo que se contemplaba apenas hace unas semanas.

En el plazo inmediato, algunos pronostican una tasa de desempleo de 10 por ciento, el triple del nivel que prevalecía hace sólo un mes, con otros ofreciendo cifras mucho más altas. Algunos economistas ya contemplan la posibilidad de que el desplome en la actividad económica podría ser de las dimensiones del peor momento de la Gran Depresión en los años treinta.

Mientras tanto, en medio de todo esto, Donald Trump envió un mensaje furioso al liderazgo demócrata, acusándolo de fomentar división en un juego político en medio de una pandemia, en respuesta al anuncio de que los demócratas en el Congreso iniciarán una investigación sobre la respuesta a la crisis por la Casa Blanca. Y una vez más, Trump regresó a su contraataque de siempre: esto es una cacería de brujas.

Pero cada vez hay más evidencia de que el mal manejo de la crisis durante los últimos dos meses por el gobierno de Trump multiplicó las consecuencias que hoy día abruman a un país con ahora aproximadamente 80 por ciento de su población nacional bajo algún tipo de cuarentena, y que enfrenta el colapso en varias partes de su sistema de salud.

Estados Unidos sigue como el número uno en el mundo en casos de contagio, más de 234 mil, y el número de muertes como resultado ya supera 5 mil 700.

La reserva de emergencia de equipo de protección personal, como mascarillas, guantes y batas del gobierno federal, está casi agotada, mientras continúa la carencia de aparatos de asistencia respiratoria por todo el país, lo cual está llevando a que doctores en lugares como Nueva York tengan que tomar decisiones innecesariamente difíciles sobre cuál paciente merece o no vivir.

Ante ello, se están aceptando donaciones caritativas del exterior. Algunos observadores señalan que Estados Unidos, antes proveedor de asistencia humanitaria internacional, se está volviendo en país receptor, al aceptar un cargamento de mascarillas medicas y otro equipo enviado el miércoles a Nueva York después de que Trump aceptó el ofrecimiento de asistencia de su hómólogo ruso, Vladimir Putin.

Hace un par de semanas, el multimillonario asiático Jack Ma y su fundación Alibaba en China anunció una donación médica privada a Estados Unidos de un millón de mascarillas y 500 mil pruebas diagnosticas. Una entrega de equipo médico a Cuba por el mismo Ma fue frenada hace unos días debido a las medidas del embargo estadunidense.

Pero un sector de la economía parece estar experimentando un auge: el de las armas de fuego personales. Hay un incremento en la demanda, con la Oficina Federal de Investigación recibiendo durante marzo 3.7 millones solicitudes de verificación de historial que son necesarias para autorizar algunas ventas de pertrechos, más que en cualquier otro mes en tiempos recientes.

El gobierno de Trump proclamó que durante la pandemia las tiendas de armas de fuego son negocios esenciales, permitiendo que sigan abiertas, al igual que farmacias y supermercados.

Algunos doctores están rogando que la gente evite disparar, para dejar lugar en los hospitales a los enfermos de Covid-19.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/04/03/politica/002n2pol

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USA: Amazon-owned grocery chain workers stage ‘sickout’ for better safety & benefits as retail giants hit by sweeping strikes

North America/United States/05-04-2020 / Author and Source: www.rt.com

Whole Foods employees have called in sick from work en masse to demand better pay, benefits and a safer working environment amid the coronavirus outbreak. They join the Amazon and Instacart workers already on strike.

Whole Worker, a group representing employees of the Amazon-owned Whole Foods grocery chain, called for a mass “sick-out” on Tuesday demanding hazard pay for those working during the epidemic, personal protection equipment and in-store safety measures, free testing and treatment for employees, and guaranteed paid leave for all workers who are self-quarantining. They also want an immediate shutdown of any location where workers test positive for the virus and an expansion of healthcare benefits to part-time and seasonal employees.

1.430 personas están hablando de esto
Demand for delivery services like those offered by Whole Foods has skyrocketed with three out of four Americans under some form of lockdown due to the coronavirus epidemic. While the grocery chain and its parent Amazon currently offer two weeks’ paid leave to anyone who has tested positive for coronavirus, that doesn’t help those who want to avoid getting sick – or the customers and fellow employees who will be infected during the incubation period before a sick worker takes note of their symptoms and gets tested. The company announced a $2 per hour hazard-pay bump earlier this month, which would remain in effect through the end of April, but has at the same time cited increased customer demand in its threats to cut benefits for employees unable to work 70 percent of peak hours.

Riley@DrylyRiley

A little reminder regarding the . These dollars were earned off the hard-working backs of these workers:

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Amazon employees are striking too, demanding safe working conditions and transparency. As many as 200 workers at a Staten Island fulfillment center walked off the job at noon on Monday, asking that the building be shuttered and sanitized – and that workers be fully compensated during that period. The lead organizer of that strike, management assistant Chris Smalls, complained management has not been forthcoming with workers about how many have tested positive for coronavirus – they will only acknowledge one case, while the real number is “at least 10,” he said on Monday.

According to a statement posted to Twitter later that day, Smalls was fired later that afternoon over the strike.

 

Make the Road NY 🦋@MaketheRoadNY

OUTRAGEOUS. Amazon just fired our member Chris Smalls, who helped organize today’s walkout to demand the company .

His statement: «Amazon would rather fire workers than face up to its total failure to do what it should to keep us…safe.»

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725 personas están hablando de esto

Make the Road NY 🦋@MaketheRoadNY

«We are walking out on @Amazon because they are lying to us, not caring about our health & safety.

There’s people sick in the building, they’re not caring about this pandemic, it’s affecting us the hardest here in NY.

They don’t care at all»

Video insertado

1.857 personas están hablando de esto
The New York warehouse workers were joined by Amazon employees in Chicago, who also walked out on Monday demanding basic safety measures. “We don’t even have time to wash our hands!” one striking employee exclaimed. Queens warehouse employees staged a similar protest earlier this month when Amazon failed to shut down and disinfect a warehouse following an employee’s coronavirus diagnosis. At the same time, the company announced it plans to hire 100,000 new employees across the US to keep up with epidemic-fueled shopping. 

Eric Blanc@_ericblanc

Amazon workers walked out in Chicago yesterday.

Listen to them explain why.

Video insertado

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The upheaval at Amazon coincides with a strike by Instacart employees, who walked off the job on Monday demanding safety protections and an extra $5 per order in hazard pay. Gig Workers Collective, which organized that strike, said “at minimum thousands of workers” participated in the first day of work stoppage and called for customers to do their part by not placing orders on the platform.

The grocery-delivery service reportedly tried to head off the impending strike over the weekend by offering to provide workers with hand sanitizer and removing the “no tip” option for deliveries, as well as extending the period in which workers who test positive for coronavirus will be allowed to take paid leave. But like Amazon, it only offers two weeks of paid leave to employees who have tested positive for the virus. Workers want paid leave for those who can produce a doctors’ note attesting to a preexisting condition placing them at risk.

Gig workers like those at Instacart, which has 200,000 shoppers on its payroll, are independent contractors and thus lack basic employment protections guaranteed even to their comrades at Whole Foods. Shoppers describe a competitive, even dystopian environment where workers scramble to poach high-dollar orders and photograph other shoppers breaking protocol – bringing their kids with them on the job, for example – in order to get them fired. The company insists business is booming amid the epidemic, and announced plans last week to hire 300,000 more workers. “Over the last 72 hours, more groceries were sold on our platform than ever before,” a spokesperson told the LA Times on Monday.

The striking workers form the core of the “essential” workforce – grocery stores and delivery services are some of the few businesses allowed to stay open with most of the US under various forms of lockdown. If they walk off the job, the system grinds to a halt. Amazon may have fired one strike leader, but it can’t fire them all.

Source and Image: https://www.rt.com/usa/484606-whole-foods-strike-instacart-amazon/

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Estudiantes en Estados Unidos navegan por territorios desconocidos mientras la pandemia los obliga a estudiar en línea

Redacción: CNN Español

Los estudiantes de todo el país están haciendo la transición a un formato en línea para terminar el año escolar. Puede parecer unas pequeñas vacaciones para algunos, pero para otros, su carga de trabajo se volvió un poco más difícil.

Varias universidades y escuelas públicas y privadas decidieron cerrar sus recintos para detener la propagación del coronavirus.

Mientras los estudiantes se preparan o pasan por el cambio en los entornos de aprendizaje, comparten sus experiencias en TikTok, la popular aplicación de redes sociales de vídeos cortos.

Aquí hay un vistazo a cómo se ven algunas de sus vidas académicas en este momento:

“No pagué todo este dinero de matrícula para sentarme en mi piso”

Syera Plitt es estudiante de primer año en la Universidad del Sur de California y se especializó en danza en la Escuela de Danza Glorya Kaufman. Ella ha estado tomando cursos en línea durante los últimos tres días.

“Normalmente estoy en el estudio casi todo el día haciendo actividad física”, dijo a CNN. “Alterno diariamente entre aproximadamente tres horas de ensayos en algunos días o clases de improvisación y acondicionamiento en otros días”.

La universidad llevó oficialmente a los estudiantes a Zoom, un servicio de video conferencia en línea.

“Ha hecho que todas mis clases sean menos activas”, dijo. “Mis compañeros de clase y yo estamos confinados a una cantidad limitada de espacio (dormitorios, pasillos, exteriores, etc.) donde no podemos hacer físicamente lo que normalmente hacemos. Nos reunimos con nuestros profesores en línea para clases modificadas”.

A Plitt le preocupa que esto afecte sus calificaciones y actuaciones programadas para abril.

“Mi especialidad requiere que mis compañeros de clase y yo nos juntemos”, dijo. “Tenemos que estar juntos para ensayar, aprender y actuar entre nosotros. Si no obtenemos nuestro tiempo de ensayo asignado, no estaremos listos para actuar, y hay una buena posibilidad de que mis presentaciones sean canceladas o pospuestas”.

Plitt dijo que se siente mal por las personas mayores cuyos proyectos deben terminarse y realizarse para que se gradúen.

“Nuestras actuaciones son calificadas, nuestras pruebas finales están en curso, así que no estoy segura de qué harán (la universidad) para combatir eso”, dijo.

“También es una pérdida de dinero. Esto es más un problema universitario, pero no pagué todo el dinero de la matrícula para sentarme en mi piso y apenas moverme. Pero en este punto está fuera de nuestras manos”.

Estudiantes de cine suspenden sus producciones

Camryn Brescia es estudiante de cine en la Universidad de Nueva York e hizo un video en TikTok de su profesor dándole a su clase en línea un descanso entre las clases.

El video de la canción salió de una clase de educación general que se supone que tiene 300 estudiantes, dijo. Y, sin embargo, sus profesores han hecho que las conferencias sean más personales y divertidas.

Un profesor de la Universidad de Nueva York (NYU) toma un “descanso musical” mientras trata de orquestar una clase en línea.

“Como estudiante de cine, las clases en línea han sido bastante extrañas”, dijo a CNN. “Como mis clases están relacionadas con la producción o con grandes debates sobre la película que hemos visto juntos, es bastante difícil hacer lo que es esencialmente un FaceTime gigante”.

Brescia, una estudiante no residente (en el campus universitario), dijo que sus clases en NYU cambiaron a un formato en línea el miércoles. Ella agregó que su clase de producción plantea un desafío.

“Es extremadamente difícil obtener la experiencia completa ya que la clase es extremadamente práctica”, dijo. “Estamos listos para hacer algunos cortometrajes para la clase antes de que termine el semestre y NYU ha detenido toda la producción hasta nuevo aviso, por lo que ha sido bastante decepcionante para los chicos de cine”.

Prepararse para solo tener clases en línea

Trevor Patchen, estudiante de último año de secundaria en Warren, Ohio, dijo a CNN que los estudiantes recibieron el 11 de marzo una encuesta en línea para evaluar la conectividad de cada hogar.

Pantallazo de la encuesta sobre conectividad enviada a estudiantes en preparación para recibir clases en línea.

Patchen dijo que las clases en línea comenzarán este martes.

“El viernes fue el primer día libre de clases desde que el gobernador instituyó el cierre de tres semanas ayer”, dijo.

“Lo que parece que estamos haciendo es tener asignaciones en línea a través de Google Classroom y Renweb. También estamos usando Remind para configurar notificaciones sobre el trabajo”.

Si los estudiantes o las familias no tienen acceso confiable a las herramientas que necesitan para completar las tareas, Patchen dijo que la notificación de la escuela indica que los arreglos se pueden hacer caso por caso.

¿Habrá más trampa durante los exámenes?

Tia Stamp-Querry, estudiante de primer año de ingeniería en la Universidad James Madison en Harrisonburg, Virginia, publicó un video en TikTok sobre la lucha por recordar todas las lecciones de matemáticas que aprendió en clase.

“Va a ser difícil para algunos como en matemáticas”, dijo Stamp-Querry a CNN. “Recibir respuestas será difícil”.

El video de TikTok de Tia Stamp-Querry sobre la dificultad para recordar lo que aprendieron en las clases de matemáticas durante el año.

Stamp-Querry tiene cuatro clases. Ella dijo que los profesores le dijeron que todos los exámenes y pruebas estarán ahora en línea, y algunos profesores están publicando lecciones en video y otros quieren probar una plataforma similar a FaceTime.

“Estoy segura de que los profesores no están contentos con la cantidad de trampas que se realizarán con los exámenes y pruebas en línea”, dijo. “No comenzaremos hasta el 26 de marzo porque muchos profesores no estaban completamente preparados para esto”.

Aunque no ha hecho la transición oficialmente, dijo que algunas de sus clases ya dan tarea en línea. La única diferencia ahora será que los exámenes también se realizarán en línea.

Stamp-Querry dijo que es estresante y que sabe que sus compañeros están molestos por no ver a sus amigos, pero está un poco aliviada.

“Estaba en medio de un proyecto que me estaba matando y ahora está cancelado”, dijo. “Puedo relajarme y ya hago la mayoría de mis tareas en línea, por lo que no será un gran cambio. El único cambio real serán las clases y los exámenes en línea”.

Graduación a través de FaceTime

Nora Alghazaly estudia ciencias conductuales y biológicas en la Universidad de Michigan. Ella vive en casa y no en los dormitorios universitarios, por lo que no se vio obligada a hacer las maletas y regresar a casa como resultado del cierre de la universidad.

“En este momento, nuestros profesores están trabajando muy duro para hacer la transición de nuestros cursos a un formato en línea durante el resto del semestre, que es hasta el 17 de abril”, dijo Alghazaly a CNN. “Esperamos pacientemente recibir noticias suyas y esperamos comenzar esta transición el lunes 16 (de marzo)”.

Como estudiante de último año que esperaba graduarse en mayo, Alghazaly hizo una broma de TikTok con sus padres y su abuela sobre graduarse de la universidad a través FaceTime.

Los padres y la abuela de Alghazaly estuvieron en su video en TikTok sobre graduarse a través de FaceTime.

“La abuela con el harmal/salvia porque cree que esa es la cura para este virus”, escribió en su video.

Con respecto a su graduación, Alghazaly dijo que no estaba preocupada y que hizo el video de TikTok para reír.

“Espero que Estados Unidos tenga esto controlado y resuelva este problema con bastante rapidez”, dijo. “Mis preocupaciones están con los que enfrentan dificultades durante estos tiempos”.

Territorio inexplorado

Sharnelia Johnson enseña a alumnos de séptimo y octavo grado en el sur del Bronx, en la ciudad de Nueva York. Su escuela cerró el viernes, unas horas antes de que ella hiciera un video sobre cómo maneja ser maestra durante el coronavirus.

“Me alegro de que hayamos cerrado”, dijo la maestra a CNN. “Quiero que mis alumnos estén seguros y no sean susceptibles a este virus”.

En el video, que estaba destinado a ser divertido, se puede ver a Johnson usando guantes mientras interactúa con sus alumnos. A medida que los estudiantes se acercan a ella para chocar los cinco, se la puede ver practicando el distanciamiento social.

“Ahora enseñamos en línea”, dijo. “Es algo que sé que el 99% de nosotros nunca habíamos hecho antes”.

Johnson dijo que su escuela entrevistó a los estudiantes y equipó a todos con computadoras portátiles antes de que la escuela cancelara las clases.

Practicando para el futuro

Ari Green está en el último año de la escuela secundaria en The Frisch School en Paramus, Nueva Jersey, y le dijo a CNN que su experiencia con sus clases en línea ha sido excelente hasta ahora.

El día virtual de Green consiste en seis clases de 10 a.m. a 2:35 p.m. Su primer día de clases formales fue el jueves y se extenderán hasta la próxima semana. Dijo que sus clases tienen entre 16-25 niños.

Una fotografía del salón virtual de Green con los estudiantes que participaron recientemente en la derecha.

“Al ir a una escuela física durante toda mi vida académica, no estaba segura de cómo funcionaría”, dijo. “Pero la administración de la escuela es progresista y los maestros han sido fantásticos trabajando en este momento tan delicado”.

Green publicó un video en TikTok preguntándole a su maestro si podía usar el baño con el subtítulo “Así son las clases virtuales”. En el video, su maestro responde riéndose y diciendo: “¿Tienes que preguntarme eso aquí? Vete de aquí”.

“Estar estrictamente frente a una pantalla podría obviamente ser una distracción, pero esta es una buena práctica para cuando esté trabajando en el futuro y tenga reuniones en línea”, dijo. “Afortunadamente, los maestros están bien organizados y pueden mantener a los estudiantes interesados”.

Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/2020/03/16/estudiantes-en-estados-unidos-navegan-por-territorios-desconocidos-mientras-la-pandemia-los-obliga-a-estudiar-en-linea/

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Texas se suma a los estados que suspendieron los abortos para “priorizar” la atención a la emergencia sanitaria

América del Norte/EEUU/LAdiaria

La decisión puede provocar que las mujeres tengan que viajar a otro estado o se vean forzadas a llevar a término un embarazo no deseado.

Los servicios para atender abortos quedaron suspendidos temporalmente en Texas, Estados Unidos, mientras dure la pandemia de coronavirus en el país. Así lo determinó el martes un tribunal federal de apelaciones después de analizar un fallo de un tribunal inferior que el día anterior había bloqueado la prohibición, que fue ordenada por el fiscal general de Texas,

La semana pasada, en el marco de la emergencia sanitaria, el gobernador de Texas, Greg Abbott, emitió una orden ejecutiva que prohibía los procedimientos médicos “no esenciales”, sin dar detalles sobre los casos concretos. Paxton se basó en esta orden para decretar después la suspensión “inmediata” de todos los servicios de aborto, excepto aquellos que sean “necesarios para preservar la vida o la salud” de la mujer embarazada. El fiscal aseguró además que quienes incumplan la orden se enfrentarán a penas de hasta 180 días de cárcel y a una multa de 1.000 dólares.

El martes, después de que se conoció la decisión del tribunal federal, Paxton dijo en un comunicado que “la orden temporal prioriza de manera justa los suministros y el equipo de protección personal para los profesionales médicos que lo necesitan en el combate al Covid-19”.

Organizaciones que apoyan el aborto legal aseguraron que el fiscal general de Texas hizo una interpretación “ideológica” de la orden del gobernador y presentaron una demanda para intentar revertir la medida. Las activistas se basan en el conocido fallo Roe vs Wade con el que la Corte Suprema de Justicia estadounidense reconoció en 1973 el derecho de las mujeres a abortar, sin mencionar ninguna cláusula de suspensión en caso de una emergencia sanitaria.

Texas es uno de los tres estados en los que organizaciones reclaman órdenes judiciales para evitar la suspensión del acceso al aborto durante la pandemia. También se presentaron demandas similares en Iowa y Oklahoma. En otros dos estados –Alabama y Ohio– las prohibiciones que habían sido impuestas fueron levantadas esta semana por jueces federales que las calificaron de “inconstitucionales”.

En los estados donde los abortos quedaron suspendidos, cientos de mujeres se verán obligadas a viajar a un estado vecino para acceder a la práctica –pese a la recomendación sanitaria de quedarse en casa– o directamente se verán obligadas a seguir adelante con un embarazo no deseado. “Los abortos se retrasarán y, en algunos casos, se negarán por completo”, dice por ejemplo la demanda que presentaron las organizaciones en Iowa. “Como resultado”, sigue, “las mujeres de Iowa se verán obligadas a llevar embarazos a término, lo que resulta en una privación de su derecho fundamental de determinar si quieren tener un hijo y cuándo quieren tenerlo”.

“El tribunal está aumentando el miedo y la confusión que las mujeres que buscan abortar en Texas ya están experimentando”, aseguró por su parte Nancy Northup, presidenta y directora ejecutiva del Centro de Derechos Reproductivos, en un comunicado que detalla la situación en ese estado. Northup recordó además que el lunes, en primera instancia, el tribunal inferior había determinado que, si las clínicas se cierran, “las mujeres sufrirán daños irreparables”.

Fuente: https://feminismos.ladiaria.com.uy/articulo/2020/4/texas-se-suma-a-los-estados-que-suspendieron-los-abortos-para-priorizar-la-atencion-a-la-emergencia-sanitaria/

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