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México – Los fines de la educación: reflexión base para una verdadera transformación

Los fines de la educación: reflexión base para una verdadera transformación

J. Carlos R. Acosta*

Hace ya más de 30 años, el filósofo español Juan Delval publicó un pequeño librito titulado Los fines de la educación (1990), en los que, de acuerdo son sus palabras, exponía algunas de las ideas que surgieron de un debate sobre los fines de la educación con el historiador Juan Francisco Fuentes. La obra plantea que antes de plantear una reforma educativa de “pretendidamente amplio alcance, se discutan los problemas de fondo relativos a los objetivos y fines de la educación en una sociedad moderna.” (p. IX). Sin duda que quizás quienes propusieron la Nueva Escuela Mexicana (NEM) los tienen claros, o al menos eso debería pensarse. Pero ¿qué pasa con las y los agentes educativos, con los y las docentes?

Sin duda que sobre el tema de los fines de la educación se han escrito infinidad de libros y artículos, pero el pequeño texto que ahora traemos a colación nos parece de gran actualidad debido al papel tan importante que debe tener dicho debate en la base magisterial ante el reto de la implementación de la llamada NEM. Escribo estas líneas porque, entre otras cosas, los y las docentes se están enfrentando precisamente ante el reto de tomar en sus manos el rumbo de la educación del país. Y aunque la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha emitido los documentos de “Los fines de la educación para el siglo XXI” y los “Principios y orientaciones pedagógicas” de la NEM, resultan unilaterales y ambiguos, por lo que se hace necesaria la participación y profunda reflexión sobre los mismos.

Al menos para la educación básica (¿cómo responde la educación superior?), se han estado llevando a la práctica las propuestas de la NEM, en los niveles primarios y secundarios –en piloto en éste último-, y para el próximo semestre se comenzará a poner en práctica en el nivel medio superior. ¿Qué resultados ha arrojado su puesta en práctica en esos niveles?, ¿Cómo están afrontando el reto los y las docentes del nivel medio? Sin embargo, es aquí en donde surgen las preguntas de fondo de las que habla Delval.

Han existido muchos comentarios y opiniones sobre los materiales que se han puesto a revisión y discusión entre los y las docentes de los diversos niveles. Incluso a estas alturas, para el nivel medios superior siguen existiendo compañeros y compañeras que quizás no hayan revisado los documentos base del nuevo Marco Curricular Común para la Educación Media Superior (MCCEMS). Eso nos plantea una serie de cuestionamientos sobre los mecanismos en los que se han dado a conocer tales documentos, o si existieron esos mecanismos. Muchos documentos recién han sido dados a conocer en sus en sus versiones finales y para el caso de la Unidad de Aprendizaje de “Laboratorio de Investigación” recién se han publicado sus progresiones hace unos días.

Ante el desconocimiento al que nos enfrentamos y la premura de su puesta en práctica, las preguntas sobre los fines quizás sean las menos relevantes y lo más urgente será responder a la pregunta sobre el cómo se va a llevar a la práctica las propuestas de la NEM. Sin embargo, el riesgo que se corre al dejar sin respuesta a la pregunta del para qué o sobre los fines que se persiguen con esta propuesta educativa, puede ser no solamente una cuestión de “errores de implementación”, sino de arrancar sin los cimientos necesarios para construir una práctica educativa verdaderamente transformadora, y que en su lugar continúe la reproducción del hábito de la adaptación formal o burocrática de acuerdo con lo que señalan las autoridades “superiores” como en cada reforma educativa en sexenios anteriores.

De ahí la importancia que los y las docentes estén al tanto de lo que se propone: ¿cuáles son los fines de la educación en la propuesta de la NEM?, ¿cómo se están discutiendo o reflexionando tales fines?, ¿existen los espacios y tiempos para llevar a cabo esa reflexión?, ¿tenemos las herramientas teórico-conceptuales para poder llevar a la práctica una verdadera educación enfocada al humanismo y que no terminen en una mera “adaptación” de formatos que solamente agreguen carga burocrática?, ¿cómo influye en éste vacío el control de la educación que hacen las empresas privadas de editoriales en el nivel medio superior, y de las instituciones lucrativas que ofrecen cursos estandarizados para la implementación de las progresiones, así como las grandes empresas tecnológicas estadounidenses?

Los obstáculos y retos que enfrentan los y las docentes son variados en diversos niveles, y por lo que parece, dependerá mucho de la voluntad y el trabajo en colectivo que puedan ir concretando. Si bien no es una cuestión cerrada, el proyecto que se plantea con la NEM debería contar con los recursos en tiempos y espacios que se requieren para reflexionar a profundidad, y de manera seria, una propuesta tan relevante y necesaria como la de una verdadera transformación de la educación.

*Sociólogo, docente de Colegio de Bachilleres del Estado de Querétaro

 

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/los-fines-de-la-educacion-reflexion-base-para-una-verdadera-transformacion/

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Nueva Escuela Mexicana: lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer

Por: Erick Juárez Pineda*

 

El sexenio está por concluir y la Nueva Escuela Mexicana no termina de nacer.

En mayo del 2018, el entonces candidato a la presidencia Andrés Manuel López Obrador, presentó en Oaxaca los “10 compromisos por la educación en México”. Uno de ellos, el séptimo, indicaba que, de llegar a la presidencia, debería elaborar conjuntamente con los maestros, padres de familia y pedagogos especialistas, “un plan educativo que mejore, de verdad, la calidad de la enseñanza sin afectar los derechos laborales del magisterio” (AMLO, 2018); y, al mismo tiempo, eliminar la “mal llamada Reforma Educativa” impulsada por el ex presidente Enrique Peña Nieto.

Al ganar las elecciones y consolidar los cambios al artículo tercero de la Constitución, comenzó la elaboración de las leyes secundarias que dieron cuerpo a los cambios legales. De ellas, surgió la Ley General de Educación, la cual menciona por primera vez de manera oficial, un nuevo concepto: La Nueva Escuela Mexicana (NEM), la cual, según el documento, tiene por objetivo “el desarrollo humano integral del educando, reorientar el Sistema Educativo Nacional, incidir en la cultura educativa mediante la corresponsabilidad e impulsar transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad” (DOF, 2019).

Sin embargo, la concepción sobre los alcances y acciones puntuales de la NEM no fueron claros. Los diversos titulares de la Secretaría de Educación Pública (SEP) que han desfilado por este gobierno han dado una interpretaciòn completamente distinta durante sus respectivas administraciones: Para Esteban Moctezuma, la NEM buscaba, sin decir cómo, una “educación de excelencia y calidad” (SEP, 2020); Delfina Gómez dio prioridad en concretar la implementación de nuevos planes y programas de estudio que fueron frenados por organizaciones de corte conservador por medio de amparos judiciales, y Leticia Ramírez trata de presentar nuevos libros de texto para el ciclo escolar 2023-2024, los cuales nacen al final del sexenio y en medio de diversas críticas y debates sobre el aterrizaje de los contenidos y las implicaciones que ellos tienen en la práctica docente.

Lo que también preocupa, es que la continuidad del proyecto educativo que no termina de nacer esté ligado directamente a los procesos electorales del 2024. No hay certeza de su seguimiento y corremos el riesgo que, como sucedió en esta administración, todo lo ya construido se elimine y comience de nuevo la implementación de políticas educativas que eliminen todas las acciones ya concretadas.

La Nueva Escuela Mexicana aún es un enigma para buena parte del magisterio nacional. No solo es un problema de falta de criterios y definiciones básicas, sino de tibias estrategias de comunicación, difusión y divulgación de todo lo que esto implica.

Por años, los diversos especialistas de todas las corrientes han señalado la importancia de tener proyectos educativos transexenales que vayan más allá de los posicionamientos partidistas y electorales. Hoy estamos, otra vez, ante el abismo y la incertidumbre.

Ya lo decía Antonio Gramsci: “El viejo mundo se muere; el nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos.”

*Periodista especializado en educación.

Fuente de la información: https://revistaaula.com

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¿Qué es el pensamiento complejo?

Por: Rubí Román

El pensamiento complejo es una macro competencia valiosa que los estudiantes y los futuros profesionistas deben desarrollar para enfrentar los retos actuales y futuros que tenemos como humanidad, en un mundo cada vez más Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo.

Vivimos en un mundo cada vez más Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo (VICA). El pensamiento complejo es una macro competencia relevante que todos los estudiantes deben desarrollar para enfrentar los desafíos actuales y futuros de la humanidad. En nuestro webinar del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación (IFE), el Dr. José Carlos Vázquez Parra nos explicó la importancia de esta competencia para la formación de los estudiantes. En este artículo te comparto un resumen de esta interesante charla.

Los estudiantes tienen que estar preparados para enfrentar problemáticas tan relevantes como son: el cambio climático, la migración, las necesidades laborales que plantea la industria 4.0, los avances científicos y tecnológicos, así como su impacto en nuestra vida. Son desafíos para los cuales los estudiantes necesitan desarrollar habilidades y competencias igualmente proporcionales para poder afrontar estas situaciones tan complejas. Así lo explicó el Profesor Vázquez en nuestro webinar del Observatorio IFE. Si no tuviste oportunidad de verlo en vivo puedes consultarlo aquí y compartirlo con tus colegas.

“El pensamiento complejo es útil para tomar decisiones argumentadas, innovadoras y objetivas”.

La competencia de pensamiento complejo es un conjunto de habilidades cognitivas asociadas con el desarrollo del pensamiento integrador, es decir, a la capacidad de ver las partes de un problema como un todo. Como un sistema formado por elementos que interactúan entre sí, para la toma de decisiones argumentadas innovadoras y lo más objetivas posibles.

El pensamiento complejo se compone de las siguientes habilidades cognitivas de alto nivel:

  • Pensamiento sistémico
  • Pensamiento crítico
  • Pensamiento científico
  • Pensamiento innovador o creativo

Vinculación de la inteligencia artificial y el desarrollo de habilidades complejas

Las herramientas basadas en Inteligencia Artificial (IA) tienen muchas aplicaciones en la educación que seguimos explorando, pero esta tecnología no es la primera ni tampoco será la última que nos muestre una manera más eficiente de hacernos de información y conocimiento. Antes de ChatGPT, teníamos Google, Wikipedia, YouTube, los MOOC, las charlas por expertos internacionales TED TALKS, en fin, muchísimas tecnologías que nos han acercado a más información para nuestro aprendizaje. Asimismo, el Dr. Vázquez nos compartió que, lo que sí ha sucedido es que, estos avances tecnológicos no han llevado a la necesidad de revalorar lo que es la educación y el rol que desempeñan los docentes en los procesos formativos. También, las nuevas tecnologías nos han hecho pensar y reflexionar sobre lo que significa la educación y el aula como un espacio de interacción educativo. Es muy importante que las instituciones educativas se replanteen la relevancia de los modelos pedagógicos existentes para formar a las nuevas generaciones y aplicar los cambios necesarios para una formación eficiente y de calidad para los estudiantes.

Usar ChatGPT de manera correcta, ética y eficiente implica competencias y habilidades”.

Más que un conocimiento tradicional lineal, el conocimiento aplicado es la clave. Una herramienta como ChaGPT bien utilizada, nos puede ayudar a promover el saber, pero también necesitamos proveer competencias como es el pensamiento complejo para llevar este saber, a un saber hacer y de ahí construir un ser. Asimismo, necesitamos generar modelos de evaluación donde no solo se replique la información, sino que mida competencias, para ello, el conocimiento aplicado puede ser la clave más que un conocimiento lineal tradicional. El profesor también nos comentó que es muy importante que las aulas sean una representación del mundo actual donde se practique el aprendizaje activo.

Transversalidad de la competencia de pensamiento complejo

El pensamiento complejo puede cruzar múltiples competencias. Puede impactar a la competencia de la inteligencia social, a la comunicación, al sentido ético y ciudadano, así como a cualquier disciplina; pero también desarrolla habilidades cognitivas valiosas para hacer elecciones, tomar decisiones y afrontar problemas con una visión argumentada, crítica, sistemática, innovadora e integrada. Para formar en la competencia de pensamiento complejo, los estudiantes deben:

  1. Desarrollar un conocimiento objetivo y metodologías asociadas a sus disciplinas (el pensamiento científico).
  2. Reconocer las problemáticas que afrontan como parte de un sistema (el pensamiento sistémico).
  3. Tener la capacidad para cuestionar lo existente considerando diferentes perspectivas antes de tomar una decisión (el pensamiento crítico).
  4. Ser creativos para considerar los caminos ya recorridos e identificar y plantear nuevos senderos (el pensamiento creativo e innovador).

“El aula debe ser una representación de la realidad compleja que viven los profesionistas”.

Recomendaciones para las instituciones ante la inteligencia artificial

El foro económico mundial sugiere tres elementos que toda universidad debe considerar ante la inteligencia artificial:

  1. La universidad debe estar un paso adelante, saber hacia dónde caminar o evolucionar y posteriormente actuar, no solo reaccionar.
  2. Promover en los estudiantes el desarrollo de competencias y actitudes, no solo conocimiento.
  3. La universidad debe tener programas flexibles en constante actualización.

Aunado a lo anterior, el Dr. José Carlos Vázquez Parra, agregó las siguientes sugerencias para las instituciones ante la IA.

  1. Las universidades deben promover el desarrollo de habilidades y competencias transversales que desarrollen al individuo y no solo al profesionista.
  2. Las universidades deben generar su propio conocimiento a través de la investigación para presentar en el aula con resultados propios.
  3. Promover el aprendizaje activo con diversas colaboraciones para lograr que cualquier clase sea más valiosa que ver un video.

El pensamiento completo es una macro competencia indispensable ante la oportunidad que brinda y exige el correcto uso de la inteligencia artificial. De acuerdo con el profesor Vázquez Parra, los docentes debemos formar en competencias que desarrollen un juicio en los estudiantes para hacer uso correcto de la IA como una herramienta. Asimismo, ante la IA los estudiantes requieren ser críticos, saber plantear sus necesidades de manera correcta, tener claridad en los elementos que buscan, tener criterio, ser sensibles ante las necesidades de su entorno, tener inteligencia social, conocer su realidad y ser innovadores. El pensamiento complejo es una excelente manera de apreciar la IA como un elemento que implica sus propias necesidades cognitivas. Las herramientas basadas en IA nos pueden ayudar a promover el saber y nosotros promover competencia de pensamiento complejo para saber hacer y de allí con construir un ser.

Revive este webinar. Si tu idioma nativo no es el español puedes activar la traducción instantánea subtitulada de YouTube incluida en este artículo. Para activar esta opción selecciona en YouTube la opción Subtítulos (aparecerán los subtítulos en español) posteriormente selecciona la opción Configuración ->Subtítulos -> Traducir automáticamente y selecciona el idioma que prefieras.

El Dr. José Carlos Vázquez Parra (jcvazquezp@tec.mx) es profesor de la Escuela de Humanidades y Educación e investigador del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey. Es parte del grupo de investigación interdisciplinar R4C en donde se especializa en el estudio de la competencia de pensamiento complejo y sus subcompetencias. Es líder del proyecto Social Entrepreneurship Learning for Complexity, desde el cual investiga la relación entre el emprendimiento social y el pensamiento complejo.

Fuente de la información e imagen:  https://observatorio.tec.mx

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Sobre timing pedagógico para la evaluación formativa

POR: ÁNGEL DÍAZ-BARRIGA

La evaluación formativa es una acción del estudiante como sujeto de formación, no un documento que entrega y formula el docente.

Varios docentes me han preguntado cuáles son los fundamentos y como se puede determinar el timing pedagógico en las acciones de evaluación formativa. Es importante insistir en que esto significa que la evaluación formativa en esta sección, pues puede hacer otra después de la revisión de exámenes o de trabajos de los estudiantes en donde se dé oportunidad para que ellos analicen cuáles fueron las respuestas o la información que dieron, qué faltó en ellas, donde esta el punto de mejora que pueden realizar. Partiendo siempre de la idea que si el estudiante como sujeto de formación y aprendizaje no se involucra en el análisis de lo que realiza, sencillamente no se puede apropiar de los significados que pueden tener las actividades realizadas, Aprender del error, pero sin hacer énfasis en el error sino analizando las razones por las cuáles se cometió.

Pero el Timing pedagógico para abrir un espacio para la evaluación formativa esta dado por la misma acción pedagógica, por las mismas actividades que se realizan dentro del salón de clase o que se traen como resultado de una tarea específica. Con relación a las actividades que se realizan en el salón de clases partimos del principio didáctico que la docencia es un espacio de múltiples interacciones. El principio de interacción didáctica es fundamental en esta perspectiva.

Docentes y estudiantes interactúan entre sí, interactúan con una tarea o una meta de aprendizaje, interactúan con un docente y también interactúan con información. En esta interacción se pueden producir diversos fenómenos: mostrar interés por la tarea, confusión, incertidumbre, desinterés, realizarla en forma superficial.

Todos los docentes percibimos esta forma de actuar de nuestros estudiantes en el proceso de actividades que se realizan desde el proyecto de formación y aprendizaje del que partimos. O dicho en otras palabras en las actividades que están realizando los alumnos. En algún momento “crucial”, “especial” o “significativo”, el docente puede interrumpir la actividad que se está realizando y proponer que los estudiantes en grupo o en pequeños grupos analicen las razones por las que muestran alguno de estos comportamientos (confusión, incertidumbre, desinterés, trabajo superficial). Lo que significa que el docente abra un espacio de análisis y reflexión con el grupo de estudiantes en un “aquí y ahora”, promoviendo que sean ellos y no el docente el que encuentre las razones del comportamiento que están asumiendo y sobre todo que ofrezcan sugerencias para realizar el trabajo. Estas sugerencias pueden referirse a aclaraciones o formas de trabajo que el docente puede proponer, hasta la manera como pueden responsabilizarse de su aprendizaje. Esta reflexión es la evaluación formativa, el docente no la planifica, sino que está atento al “momento didáctico” en que el espacio de evaluación formativa se puede abrir.

Asumiendo el principio de que si el alumno, como sujeto de aprendizaje, no se asume como responsable de la evaluación formativa sencillamente está no se realiza. Lo que he llamado timing para realizar la evaluación formativa, parte del principio didáctico de las múltiples interacciones que se realizan en el trabajo escolar y de la formación docente para detectarlas y desde una perspectiva grupal devolver al grupo el problema observado para que ellos sean los que lo analicen, lo expliquen y ofrezcan algunas acciones de solución.

El otro momento de la evaluación formativa es el que se puede llevar a cabo una vez que se ha calificado algún entregable (examen, trabajo, tarea) en donde el docente considere importante que los estudiantes analicen las razones por las que entregaron esa información, lo que no alcanzaron a integrar y lo que pueden hacer frente a ello.

La evaluación formativa es una acción del estudiante como sujeto de formación, no un documento que entrega y formula el docente.

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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México: El docente como intelectual y la Nueva Escuela Mexicana

El docente como intelectual y la Nueva Escuela Mexicana

J. Carlos R. Acosta*

A pocos meses de arrancar con la implementación del Marco Curricular Común en Educación Media Superior (MCCEMS), la subsecretaría de éste nivel a través de la Coordinación Sectorial de Fortalecimiento Académico (COSFAC), ha puesto a disposición del personal docente una serie de “cursos” y “diplomados” exprés en modalidad virtual con la intención de capacitar al personal docente para dicha tarea. A pesar de que se han estado impartiendo estos cursos virtuales desde que se dio a conocer el proyecto de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), lo cierto es que no han existido otros mecanismos más adecuados tanto para dar a conocer los fundamentos de la misma, como la forma en que se pretenden implementar tales propuestas en las aulas.

Esto en gran medida por la situación de emergencia sanitaria en la que aún nos encontrábamos hasta el año pasado, y otra por la falta de trabajo de la misma subsecretaría para llevar de manera seria y adecuada al personal docente el conocimiento del MCCEMS. Si bien los documentos se han estado revisando, comentando y analizando en foros diversos (incluyendo los “espacios” a principios del año pasado), eso no ha sido fructífero pues existen docentes que siguen sin entender muy bien de qué trata la propuesta de la NEM. A todo esto, además, debemos agregar que hasta la fecha no se han propuesto programas de estudio para las llamadas ahora “unidades de aprendizaje”, antes asignaturas (tema que debe debatirse a profundidad).

Por otra parte, también cabe decir que la atención del debate a nivel nacional se ha concentrado en la educación primaria y secundaria (y a veces más en el nivel primario), que en el nivel medio superior. No sorprende dicha situación, ya que la mayoría del gremio docente de este nivel se encuentran divididos en sindicatos estatales (charros en su mayoría), o bien a subsistemas de universidades autónomas o pertenecen al sector privado, concentrados en los asuntos locales más que los nacionales, o incluso sin inmiscuirse en asunto alguno sobre el debate educativo.

Por otro lado, es notoria la irresponsabilidad por parte de la subsecretaría al dejar a las y los docentes sin una guía concreta y segura para la implementación del MCCEMS, pues no implementaron pruebas piloto ni se tiene conocimiento hasta la fecha de la elaboración de programas de estudio, como ya mencionamos. Sin embargo, el vacío generado por la omisión de las autoridades educativas representa también una gran oportunidad para llevar acabo lo que el doctor Ángel Díaz Barriga plantea sobre el papel del docente como intelectual en la creación de planes y programas de estudio.

Díaz Barriga reflexiona en Didáctica y currículum (1984) y en El docente y los programas escolares (2005) sobre la reducción que se ha hecho de los y las docentes a simples “ejecutores y cumplidores de programas”, impuesta por la visión pragmática estadounidense sobre la educación con gran influencia en nuestro país. Y a pesar de que en la NEM se han propuesto y establecido líneas generales sobre las nuevas áreas de conocimiento, como las progresiones y algunas orientaciones pedagógicas para las unidades de aprendizaje, un área de oportunidad se presenta precisamente en la ausencia de programas de estudio. Como bien señala Díaz Barriga, el programa de estudios es el instrumento idóneo para el trabajo intelectual de las y los docentes, es donde en colectivo (esto es vital) puede recuperarse su imaginación creadora. Ahí confluyen, como lo menciona Díaz Barriga, tanto las concepciones amplias del mundo de cada docente, su análisis sociohistórico del contexto, su desarrollo intelectual, pero sobre todo lo que puede aportar desde su experiencia para el trabajo didáctico alternativo en el aula.

A todo esto, el intercambio de reflexiones y trabajo colectivo de los y las docentes en su papel de intelectuales, deberán realizar la fuerte tarea de lograr hacer confluir los fines educativos de fondo que plantea la NEM (aun no muy claros) y las diferentes estructuras institucionales, con sus marcos normativos y legales, así como las pretensiones más finas del MCCEMS y el trabajo que se realice a partir del análisis del contexto escolar particular inmerso en uno más amplio: el de la comunidad.

En relación a esto último, debemos tener conciencia que para su puesta en práctica un papel fundamental lo tiene la conexión de la vida escolar y la comunidad. Eso se logra, de acuerdo con el MCCEMS, al seleccionar las problemáticas sociales que han de abordarse desde el aula para poner en marcha las propuestas de aprendizaje a partir de la vida cotidiana, los métodos activos, la transversalidad y sobre todo la transformación social, y desde ahí el trabajo intelectual del colectivo de las y los docentes puede comenzar.

Sin duda que la premura hace prácticamente imposible que el colectivo docente realice tal tarea. Pero consideramos que parte de esta discusión puede realizarse en los espacios de formación intersemestral o aquellos que decidan los grupos docentes, para arrancar con acuerdos mínimos para la implementación del MCC. A lo largo del semestre los y las docentes a nivel plantel y regional puedan intercambiar las experiencias de éxito y de fracaso para poder ir sorteando los obstáculos de la mejor forma posible y, sobre todo, poniendo en marcha su papel como intelectual en el trabajo educativo.

Uno de los retos más fuertes es que gran parte del documento se fundamenta en conceptos filosóficos y de corrientes teóricas que pueden resultar totalmente desconocidos para los y las docentes, como se ha manifestado con los docentes de educación básica y su texto Un libro sin recetas. Las y los docentes deberán empaparse de los conceptos de las epistemologías del sur, teorías de género, transversalidad, aprendizajes activos, y un largo etcétera. Sin duda que el reto que se le ha arrojado al colectivo docente de educación media es enorme.

Aquí debe asumirse la responsabilidad por parte de las autoridades educativas a nivel federal, estatal y regional para brindar no solamente los espacios y tiempos necesarios la discusión e intercambio de ideas, sino las condiciones materiales y de formación que se requieren de acuerdo al nivel de exigencia que representa llevar a la praxis algunas de las premisas de fondo de la NEM. Sin esto, todo quedará como en el pasado: un proyecto educativo muy ambicioso en el papel y un rotundo fracaso en las aulas.

Al final, el papel protagónico es el que los y las docentes en colectivo debemos asumir como intelectuales en la construcción de no solo de los programas, sino de las condiciones para llevar a cabo esa enorme tarea y dejar de ser meros ejecutores, una forma en la que también puede hacerse efectiva la revalorización docente. Sin las exigencias de las responsabilidades que le toca a cada autoridad y sin la organización del colectivo docente, seguiremos siendo presas inconscientes de proyectos ajenos a las realidades de las escuelas y comunidades, beneficiando solamente a unos cuantos en perjuicio de las mayorías.

*Sociólogo Docente del Colegio de Bachilleres

Fuente: https://www.educacionfutura.org/el-docente-como-intelectual-y-la-nueva-escuela-mexicana-2/

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Revalorización magisterial: a 5 años

 

 

¿Al cursar tal o cual curso la y el docente amplía sus capacidades y logra enseñar mejor? No sabemos.

Varias propuestas educativas del actual gobierno federal no fueron originales o reconstituyentes, sino descalificadoras y reivindicativas. La ciudadanía tiene un año más para ver si esta narrativa popular puede ligarse con buenos resultados.

En 2018, se creía que “una nueva etapa” educativa se abría para revalorizar al magisterio, el cual era “la simiente de la transformación educativa y social” (Programa Sectorial de Educación 2020-2024). En materia de formación docente, se sostenía que era “injusto” esperar que un plan de estudio funcione sin una pertinente formación continua. Por ello, el programa sectorial propuso una “estrategia prioritaria”, la cual contenía diez “acciones puntuales”. La primera de ésta era “diseñar” un diagóstico de las necesidades de formación, capacitación y actualización del docente.

En segundo lugar se quería “garantizar” la oferta de formación con énfasis en “capacidades disciplinares”, pedagógicas, didácticas y digitales. Fortalecer los posgrados era la tercera acción, mientras que la cuarta era “impulsar la figura educativa con funciones de asesoría técnica pedagógica itinerante en la educación básica comunitaria”. Quinto, había que incorporar figuras educativas gracias a otros programas como el de Jóvenes Construyendo el Futuro, sexto: “capacitar al personal” en temas como el desarrollo socioemocional e integral de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Las cuatro acciones restantes eran “favorecer” el intercambio de saberes mediante redes, definir “directrices” para la formación en contextos en desventaja, “incentivar” la cooperación internacional, y complementar los contenidos de la oferta de formación continua con las perspectivas intercultural, de género e inclusión.

¿Qué ha ocurrido desde entonces? De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el Programa para el Desarrollo Profesional Docente basa sus avances sólo en el porcentaje de conclusión de los cursos y en otras medidas indirectas. No hay evaluaciones de impacto. ¿Al cursar tal o cual curso la y el docente amplía sus capacidades y logra enseñar mejor? No sabemos.

Además, este programa no ha logrado atender a la población objetivo (111,232 docentes) quedándose, en 2021, con un nivel de cumplimiento de 54% y lo peor: su cobertura ha disminuido por los recortes presupuestales aunados a la pandemia. En 2018, cuando la 4T llegó al poder se asignaron 962 millones de pesos a la formación del maestro y para 2021 sólo le destinaron 141 millones. Una reducción a la séptima parte del monto original. Esto no es congruente con el discurso de la “revalorización” del magisterio. La prioridad del gobierno está en otro lado como en las grandes obras del presidente o en mantener el poder vía las campañas anticipadas (e ilegales).

En este escenario, el 15 de junio la SEP comunicó que instalaría el Comité Nacional de Formación Continua como una espacio de “deliberación” para valorar las acciones de formación docente, aunque en la composición de su Mesa Técnica no advierto la presencia de las y los maestros, sino de varios representantes de órganos dependientes de la Secretaría. Quizás valga la pena que este Comité aclare cómo va a deliberar con el docente, qué hará para mejorar la eficacia del programa diseñado para su desarrollo, qué resultados tienen en cada una de las diez “acciones puntuales” que ellos mismos propusieron, cómo se pueden fortalecer los colectivos docentes a partir de mejores condiciones de trabajo, y qué posibilidades reales existen para que la y el docente establezca libremente su trayectoria laboral y profesional. Que inicie la deliberación.

Fuente de la información:  https://revistaaula.com

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México: La fuerza de las mujeres indígenas, sus dolores y desafíos

Por: Gloria Muñoz Ramírez.

Fotos: Gerardo Magallón


Huetosachi, Chihuahua / Desinformémonos. Reunidas en una paraje de Huetosachi, donde los rarámuri defienden su territorio, mujeres de distintos pueblos indígenas hablan de sus dolores, de la defensa de la tierra, de su nuevo rol dentro de las comunidades, de los obstáculos que enfrentan, del racismo, machismo, de las violencias internas y externas, y también de sus esperanzas, su fuerza y sus desafíos.

Las anfitrionas son las mujeres rarámuri que tienen a su cargo el comedor y tienda turística dentro del concepto “Experiencias rarámuri”, en el que el turista se incorpora de manera respetuosa al conocimiento de su y las artesanías de su pueblo. Un proyecto que une a un grupo de diez mujeres entorno a no sólo a la generación de recursos, sino a la puesta en marcha de otro futuro posible, en el que ellas, al menos en ese lúdico espacio de sabores, colores y juegos, son las que ponen las reglas.

Primero defendieron la tierra que les corresponde, y después todo lo demás. Habla la gobernadora de Huetosachi:

En la comunidad soy gobernadora. La gente me eligió para ayudarle. Lo hago por la comunidad, por las personas. Tengo que ir a reuniones, dicen que porque me pagan, pero no.

Cuando teníamos 18 años, éramos unas niñas, no sabíamos nada ni cómo. María, mi prima hermana, salió a buscar a quién nos asesorara. Ellos nos dieron palabras, porque nosotros no sabíamos hablar ni entendíamos. Fuimos aprendiendo a defender el territorio. Llevamos 15 años peleando. Antes nos cerraban el camino, nos ponían un candado para que no entraran los carros.

Vivíamos muy tristes. Ahora ya ganamos la mitad. Fuimos a varias partes, fuimos a México en caravana. Platicamos con compañeros que viven en otras comunidades. Defendemos la tierra que nos dejaron nuestros abuelos y por los hijos que están creciendo. Si no defendemos, a los hijos les va a tocar sentir ese golpe que nos tocó a nosotros.

Antes aquí era un rancho, vivían 18 personas. Ahorita los jóvenes ya hicieron sus casas y somos 40 personas ya, pero viven muy retirado porque buscan dónde sembrar, dónde hay agua de manantiales. Nos gusta vivir así, escondidos. Muchos de los que visitan dicen que no hay gente, pero más adentro del camino hay muchas casas, porque a los rarámuri nos gusta vivir en los bosques, donde no nos pega el aire.

Cuando ganamos el territorio llegó el proyecto de la cocina. De ahí vino el salón comunitario. Tenemos una escuela y kínder también. Ya tenemos cuatro años trabajando.

Recibimos pocas personas porque a veces andamos ocupadas y salimos. Somos diez mujeres organizadas en una cooperativa. Los que estudiaron salieron a trabajar, pero regresan”.

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Las diferencias con los hombres, sus esposos y padres, no son pocas, como no lo son en ninguna parte. Pero aquí ellas han ido al frente de la defensa de estas tierras. Desde febrero de 2014, de acuerdo a información de Consultoría Técnica Comunitaria AC (CONTEC), que las ha acompañado en el camino legal, “se declaró a los integrantes de la comunidad indígena como legítimos propietarios de 253 hectáreas, identificadas con medidas y colindancias. También se otorgó a la comunidad una servidumbre de paso”.

Del proceso de recuperación y de su organización, habla otra de sus compañeras:

Como los señores de la casa no quieren defender esto, tenemos que hacerlo nosotras las mujeres. Empezamos tres, cuatro mujeres, y después conformamos el grupo de diez. Buscamos capacitaciones para poder capacitar a la comunidad, no solamente a las mujeres, sino también a los jóvenes, a los niños, y a la comunidad en general.

Es mucho arriesgarse cuando tienes que ir a hacer un trámite a Chihuahua o a otro lugar porque es también enfrentarte sola con muchos problemas, como el racismo y la discriminación. En las oficinas vas a encontrar no a mujeres que te atiendan, sino a hombres, y sientes ese peso. Y si va alguna compañera que no conoce el caso y te ve entrando a una oficina con puros hombres va con el chisme a la comunidad y te enfrentas con otros problemas.

Hay veces en las que se pregunta una si le sigue o no le sigue, pero sientes el respaldo de las otras compañeras y de la comunidad y dices «si me van a estar apoyando, tenemos que continuar». Hemos trabajado mucho la violencia de género, porque a algunas compañeras les ha tocado recibir golpes de los hombres porque no llegan a tiempo a casa, porque se tardaron dos o tres días. Tenemos que empezar desde ahí, que entiendan que no es ir a una fiesta, sino a buscar maneras de que se nos reconozca y se nos respete.

También nos han tocado casos de que nos preguntan para qué queremos todos esos pinos si tenemos muchos, si cuando nos muramos no nos los vamos a llevar. No nos los vamos a llevar pero son los que nos ayudan a mantener buenas nuestras tierras, a tener agua, ahí seguirán nuestros hijos y nuestros nietos, no es para nosotros. Nos hemos fijado que muchas veces desde fuera a todo le ponen precio, hasta a una piedra.

Estamos defendiendo el territorio porque nos talaron todo. Llevamos cuatro años en la lucha y estamos recuperando esa parte y haciendo trabajos comunitarios, plantando árboles. No se nos paga el trabajo, pero el trabajo es para la comunidad.

Es complicado y no todas las mujeres nos animamos a esa lucha, muchas veces dicen que es cosa que tienen que hacer los hombres, pero no. Muchas veces somos las mujeres las que tenemos que enfrentar esas cosas. Ellos están apoyándonos, pero no dicen que irán a tomar las capacitaciones. Nosotras lo compartimos.

Muchas veces para el transporte batallamos, las que tenemos hijos los tenemos que dejar solos en las comunidades, a veces hasta una semana. Es la preocupación de saber qué está pasando en la comunidad, y son cosas que también desaniman a otras. Pero ver a las mujeres que hay en otros lugares nos da fuerza, y decimos que si ellas pueden nosotras también. Compartimos conocimientos y las luchas que han seguido muchas mujeres decimos que si ellas pueden nosotras ráramuri por qué no podemos hacerlo también.

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La potente voz de las anfitrionas da paso a una cadena de testimonios sobre la vida de la mujer indígena en otras geografías. El encuentro se convierte en un espejo que las fortalece.

De la tribu yaqui, procedente de la comunidad Loma de Bácum, se escucha esta historia de violencia, amenazas y fortalezas:

Para nosotras como mujeres de la tribu yaqui, cuando decidimos tomar acción en la defensa del territorio implicó compromiso pero también la responsabilidad de no dejar la lucha tirada. Si iniciamos algo no podíamos dejarlo. Hubo violencia, hubo desprestigio, tuvimos amenazas y los hombres nos señalaban. Decían a los medios que éramos cinco mujeres argüenderas y que no pasaba nada, que sólo queríamos llamar la atención. Pero nada de lo que queríamos decir como mujeres en la lucha ni tampoco de nuestra autoridad tradicional salía en los medios.

Decidimos usar toda la información que ellos pusieron en los medios de comunicación contra nosotras, y con las herramientas de Marabunta Filmadora hicimos un pequeño video. Así pudimos parar de alguna manera el desprestigio y lo que estaban diciendo. Hicieron ellos videos en contra nuestra diciendo que teníamos nexos con el narco y que por eso no queríamos que pasaran el gasoducto por ahí.

Teníamos un poco de temor porque algunos hombres nos habían enviado mensajes de que si no salíamos de la lucha nos iban a violar. Pero algunas mujeres empezaron a decir «ah, pero yo quiero que me viole ese», y los hombres dejaron de decirnos eso. Nos querían amedrentar. Había cinco mujeres principales, pero habías más atrás de nosotras y ellas fueron las que dijeron «si las quieren violar, a mí también, y quiero que sea este», y pararon con eso ellos.

Fue usar todo lo que decían ellos y convertirlo de alguna manera en positivo. Tuvimos que demostrar con pruebas y videos a los que apoyaban que pasara el gasoducto por nuestro territorio, que eran la mayoría, lo que ellos nomás rechazaban con palabras. Lo hicimos en apoyo a nuestra autoridad. Antes ya estábamos en las asambleas, pero no nos preguntaban nuestra opinión. Eso lo logramos.

Y aquí la voz de la mujer nahua de Tlaola, Puebla, defensora de sus derechos y constructora de alternativas. El racismo y el machismo versus el trabajo comunitario.

A mí me daba muchísima vergüenza asumirme indígena, yo decía que no lo era. Sufrí violencia por mi color de piel, por mi tamaño, por la manera en la que hablaba. Pero tuve el privilegio de que gracias a todo lo que hizo mi mamá pude estudiar una carrera universitaria y me fui a la ciudad, y ahí me sentí perdida, porque no sabía quién era. En ese momento dignifiqué a mi mamá y su lucha, abracé todo ese dolor.

Hemos trabajado a nivel familiar todos esos dolores que nos tocó vivir como mujeres indígenas y como mujeres que hacen cosas diferentes y a que al pueblo le enoja muchísimo. Los hace sentir mucha furia que unas mujeres indígenas, una «indias ignorantes», estén trabajando un montón de cosas en la comunidad. Es una violencia para la que muchas veces las mujeres indígenas no estamos preparadas. Por eso tenemos que sanar, porque esa violencia es avasalladora y por eso muchas mujeres abandonan la lucha.

Entendí que el hecho de que yo estuviera en la universidad era gracias a que mi mamá me dejó unos días para irse a su taller y a sus pláticas sobre derechos. Ella siempre decía que estaba abriendo camino para las que venían atrás de ella, y yo iba atrás de ella. Ella tiene claro que hay muchas cosas de las que ha soñado que ya no va a ver ni a disfrutar, pero siente mucha paz consigo misma de que lo que hizo en la comunidad en el futuro valdrá la pena.

Para todas las mujeres que defendemos y trabajamos de manera comunitaria esto no es algo que hagamos para nosotras mismas. Aprendimos que es nuestra responsabilidad el cuidado, y llevamos ese cuidado no sólo a la familia, sino también a la comunidad. Es un cuidado colectivo. Hemos creado muchos procesos que van liderados por mujeres, pero no es que ahora queramos ser las nuevas caciques de Tlaola o ser las nuevas ricas o las que decimos «muerte a los machos». No queremos mandar, sólo queremos un poco de justicia y que ellos tengan un poco de conciencia.

Las mujeres mayas de la Península de Yucatán hablan de la vida y su defensa, de la discriminación, del autocuidado y de la identidad

Para nosotras es importante reforzar los derechos porque da a paso a entender por qué necesitamos defender el territorio. En el caso de nosotras, somos puras mujeres indígenas, algunas somos neurodivergentes y hemos sufrido algún tipo de violencia, discriminación, abuso y violación. Todo esto nos une y nos hace discutir si el feminismo o la sororidad va con nuestro contexto y nuestra forma de ver la vida.

Foto: Colectivo Maya de los Chenes

Nos dimos cuenta de que teníamos reconocer que nos faltaba muchísimo por sanar para defender a otras mujeres. Porque si vamos a defender a otras mujeres y no hemos sanado ni analizado lo nuestro, terminamos muchísimo peor emocional y físicamente. No podemos maternar a todas las mujeres ni salvarlas. Es importante poner límites en nuestro trabajo y en el autocuidado en el sentido político. Hemos tenido reuniones con el gobierno y a veces tardan un montón de horas, y comprendimos que nos quieren cansadas para que ya no sigamos luchan ni participando en espacios políticos.

Nosotras también usamos nuestra vestimenta, que es el hipil, y lo hacemos en el sentido político, porque eso nos visibiliza en una forma en la que reconocemos nuestra identidad y la herencia de nuestras ancestras. Eso hace que las niñas y las juventudes nos vean como un referente de que también se puede ser profesional, indígena y luchar por algo vistiendo tu vestimenta, reforzando tu identidad y tu lengua.

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Del pueblo maya quiché, se escucha la voz de la mujer que lucha, no sin dolores, y que asume que hay que cambiar, aprender y transformar.

Defender el territorio como mujer implica muchas emociones y necesidades. Ser una mujer maya quiché, asumir espacios de organización o de esto que le dicen liderazgo, ser cabeza a veces para abrir brechas y empezar procesos, implica de nosotras mucha energía y mucha tenacidad.

Ha implicado bastante violencia, en la casa para empezar. Los primeros espacios donde limitan tu quehacer están en la propia familia, en las comunidades, diciendo que estas cosas no son para que las hagan las mujeres. A mí me han dicho que debería estar mejor aprendiendo a cocinar y no estar molestando con mis preguntas.

Ha sido un proceso de fortalecernos entre otras mujeres que estamos avanzando y nos preguntamos muchas cosas sobre los roles impuestos en nuestras casas y en la comunidad. Ha sido revelarnos de ciertas formas y marcar límites en espacios de organización comunitaria, invitar a la reflexión a los compañeros y compañeras sobre las formas en las que nos tratamos y reproducimos violencias.

En los últimos años ha sido un proceso de sanación política, por ser una mujer maya que ha decidido y optado por un proceso de justicia con sus propias manos, en medio de vivir en un estado capturado por mafias y grupos violentos. Es encontrarnos con las abuelas, con la sanación, con el fuego, con la espiritualidad, como un sostén político importante de nuestro quehacer.

En este tiempo de violencia patriarcal, de este momento de despojo del territorio, sanarnos es hacernos justicia. Es poder ayudarnos a levantarnos y tomar energía de la tierra para caminar y abrazarnos con otras mujeres. No existimos en la individualidad, somos posibles y somos resultado de las luchas de otras que avanzaron un montón antes que nosotras para abrir brechas que nosotras tenemos que ensanchar, para que más vengan, para que las más niñas participen y tengan oportunidad de hacer preguntas.

Para mí ha sido una alegre rebeldía ser una mujer maya quiché, pero esto ha venido acompañado de una serie de aprendizajes que varias veces han tenido que pasar por situaciones duras para poder cambiar, aprender, transformar.

Y desde la Sierra Sur de Oaxaca, llegó la voz chontal que habla de autonomía, libre determinación, derechos y, también, de la doble lucha que tienen que enfrentar como mujeres.

Para las mujeres chontales en la Sierra Sur de Oaxaca, defender el territorio tiene que ser por el sentido de pertenencia que se tiene con la tierra, con la montaña, con ser parte de esa comunidad. Partiendo de ahí, de la relación que tenemos las mujeres con nuestra comunidad y la raíz de donde nacemos, el territorio es algo que nadie nos puede quitar ni negar, ni los hombres tienen derecho a decirnos que no podemos sentir eso con la Madre Tierra, con los ríos, con la montaña, con el aire o con los animales.

Esto podemos traducirlo al otro derecho reconocido de la libre determinación, y que esto se lleva a la autonomía de cómo cada comunidad, no sólo cada pueblo, ejerce su autonomía a través de las instancias e instituciones. Es cómo se vive y cómo se hace que las mujeres podamos decir que esto es nuestro, de aquí somos y lo vamos a defender.

Desde la chontal estamos convencidas de que somos parte desde dos luchas, la lucha que se libra al interior de la comunidad como mujeres, y la lucha que libramos allá afuera frente al Estado y las instituciones. Librar esta lucha al interior de las comunidades en un contexto en el que las mujeres tenemos una condición desigual trae muchas implicaciones, como la violencia en todas sus modalidades, la ausencia del derecho a tener una titularidad sobre la tierra comunal y a ser parte de ella, a heredar en la práctica comunitaria la tierra, a tener voz y voto en las asambleas comunitarias tanto municipales como agrarias.

En ese contexto también a las mujeres nos toca la mayor parte del cuidado y de la crianza, de todo lo que hay en la vida comunitaria. En las comunidades chontales, cuando se habla del proceso ya más regional de defensa del territorio frente a un proyecto minero, a las mujeres les atraviesa la pregunta «¿qué es eso de la minería?, ¿por qué hablan de extractivismo?, ¿por qué hablan de despojo?».

Hablan de que tenemos derecho a la libre autodeterminación, a la autonomía, que tenemos derechos como pueblos. Preguntan qué va a pasar, si nos vamos a quedar sin agua, qué significa eso, que tenemos que defendernos e interponer un amparo. Eso para las mujeres implica hacer frente a todas esas violencias pero también a aprender otros conceptos, otra información.

Es aprender qué significa extractivismo, qué dicen las legislaciones en relación con los derechos de los pueblos indígenas, dónde se interpone un amparo, tomar el micrófono para dar una palabra y exigir, pararse frente a un juez, estar en una audiencia. Todo esto forma parte de la defensa del territorio para las compañeras, aprender estas herramientas y echar mano de todo lo que hay.

También es librar la lucha interiormente como mujeres, nuestras inseguridades y miedos, cómo vamos a negociar con nuestros compañeros y la asamblea para salir de la comunidad, de nuestras casas, cómo le haremos con los nenes. Implica muchas tareas. Recuerdo que cuando interpusimos el juicio de amparo hubo compañeras que tuvieron que ir con sus bebés a las audiencias, porque también estaban librando otras luchas para el reconocimiento de sus derechos agrarios y que pudieran ser comuneras, tener voz y voto en la asamblea y ocupar cargos comunitarios.

Se han creado algunas instancias al interior de la comunidad, donde las mujeres tienen un papel de coordinar y convocar a otras compañeras desde la comunidad, y construir los derechos propios, más que sólo tomar los que ya están colocados en las legislaciones nacionales e internacionales. Desde las mujeres se empiezan a crear estos derechos propios basados en cómo queremos que se nos reconozca, que se nos respete en la comunidad.

Esto ha implicado abrir un costalito en el que se han dejado ver muchas cosas. Cada compañera se ha ido descubriendo en la capacidad y en la potencialidad que tiene con relación a cómo coordinar una asamblea, tomar fotografías, hacer videos, presentarse ante una instancia para exigir sus derechos.

*Encuentro convocado por el Fondo Christensen, en la Sierra Tarahumara, junio de 2023.

 

Fuente de la información e imágenes:  https://desinformemonos.org
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