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OIT: Eliminar el trabajo infantil en las cadenas de producción ¡Es cosa de todos!

12 Junio/Fuente y Autor: OIT

GINEBRA – Este año, el Día mundial contra el trabajo infantil  – que se celebra el 12 de junio – está dedicado al trabajo infantil en las cadenas de producción. Con 168 millones de niños que todavía son víctimas del trabajo infantil, todas las cadenas de suministro, de la agricultura a la manufactura, de los servicios a la construcción, corren el riesgo de que el trabajo infantil esté presente.

“El trabajo infantil no tiene cabida en mercados que funcionen bien y esten bien regulados, ni en ninguna cadena de producción. El mensaje de que el trabajo infantil ya no puede ser tolerado y debe ser combatido con urgencia fue confirmado por los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Actuando juntos, podemos hacer del futuro del trabajo un futuro sin trabajo infantil”, declaró el Director General de la OIT, Guy Ryder.

A fin de apoyar a las empresas en sus acciones para eliminar el trabajo infantil en sus cadenas de producción, la OIT y la Organización Internacional de Empleadores (OIE) crearon conjuntamente una herramienta de orientación sobre trabajo infantil , dirigida a las empresas que desean fortalecer sus conocimientos y capacidad de llevar a cabo sus negocios respetando las normas internacionales del trabajo relativas al trabajo infantil.

La herramienta se basa en la larga experiencia del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil de la OIT (IPEC, por sus siglas en inglés) de colaboración con los empleadores para combatir el trabajo infantil en las cadenas de suministro e incluye contribuciones de una gran diversidad de empresas como Coca-Cola Company, AngloGold Ashanti, Vale, Japan Tobacco y Sterling Manufacturing. 

Además, la OIT propicia el intercambio de conocimientos y buenas prácticas entre homólogos a través de su Plataforma sobre el trabajo infantil , cuyo objetivo es identificar los obstáculos a la implementación de los Convenios de la OIT sobre trabajo infantil en las cadenas de suministro, desarrollar métodos prácticos para superar estos obstáculos y catalizar la acción colectiva.

Es posible consultar estudios de casos de buenas prácticas  para luchar contra el trabajo infantil en las cadenas de suministro en.

“Con la globalización, las cadenas de suministro son cada vez más complejas, involucrando a trabajadores, pequeños productores y empresas en todas partes del mundo. Poner fin al trabajo infantil en este contexto es un asunto de todos”, declaró Beate Andrees, Jefa del Servicio de principios y derechos fundamentales en el trabajo de la OIT.

Fuente de la noticia: http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_488425/lang–es/index.htm?ssSourceSiteId=ipec

Fuente de la imagen: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_norm/—ipec/documents/image/wcms_459627.jpg

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Entrevista a Justa Ezpeleta:»La implementación es un momento clave de una política educativa»

12 Junio 2016/Fuente:Ministerio de Educación/Autora:Ana Abramowsk

Justa Ezpeleta nació en la ciudad de Córdoba. Estudió pedagogía y sociología en la Universidad Nacional de Córdoba y trabajó en el ámbito del planeamiento educativo. En los años setenta se exilió en México, donde reside hasta hoy. Es profesora del Departamento de Investigación Educativa (DIE) del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV). En abril visitó la Argentina, invitada por el Ministerio de Educación de la Nación, para dictar un seminario sobre «Propuestas de educación rural»

A lo largo de las dos últimas décadas, Justa Ezpeleta ha desarrollado una sólida línea de investigación sobre las escuelas y los maestros. Al señalar la importancia del cotidiano escolar y de la identidad docente, produjo una mirada renovada sobre el quehacer de las instituciones educativas. En los últimos años fue contratada para evaluar varios programas educativos nacionales y regionales en México, lo que la llevó a pensar acerca de la relación entre políticas educativas y las escuelas. Las suyas no son evaluaciones que buscan determinar la «eficacia» de un programa en los términos clásicos, sino que tratan de pensar cómo se vinculan los intentos de cambio del sistema con los sujetos y las instituciones concretas. Sobre esta experiencia habla en la siguiente entrevista.

-A partir de su desempeño como evaluadora de programas educativos en el ámbito de la educación primaria, ¿nos puede contar cuáles son las características centrales de los programas que ha estudiado? 
-En general, los programas que son objeto de evaluaciones suelen apuntar a problemas del sistema educativo. Y una de las dificultades que he visto evaluando estos programas es que, con frecuencia, vienen excesivamente armados, reglamentados, tratando de responder con un modelo más o menos racional al problema que quieren enfrentar. Por diversos condicionamientos, pero también por las maneras de hacer las cosas desde la burocracia, terminan siendo modelos muy rígidos. Y además suele entrar mucho el factor del financiamiento, en función del cual hay que rendir cuentas sobre distintos niveles de gastos. Este es un componente que me parece importante incorporar. Pero una cosa es incluir el criterio, el sentido ético que esto implica; y otra cosa es burocratizarlo, formalizarlo. Porque se rigidizan los procedimientos, las formas de encarar las distintas realidades y se burocratizan muchas de las acciones que se proponen como necesarias. En los programas que he evaluado veo una cosa doble: una propuesta interesante para enfocar un problema, y un modo de implementar la propuesta que suele traer serios inconvenientes para la realización.

-¿En dónde radican los inconvenientes a la hora de implementar esas políticas educativas? 
-Creo que la implementación es un momento clave de cualquier política de cambio, y en particular de la política educativa. Y hay una tendencia a darle poca imimportancia. Por implementación entiendo las formas a construir para acilitar que las cosas se hagan. Lo que he estado viendo es que, normalmente, estos programas insisten mucho en los aspectos referidos a aquello que se quiere lograr, al «deber ser», y se atiende mucho menos al cómo hacerlo. Cuando se quieren implementar programas en los que están implicados cambios de planes de estudio, etcétera -que son en realidad cambios de concepción relativos a cómo los maestros piensan- , me parece que existe casi siempre la tentación de responder a eso con las estructuras habituales para bajar prescripciones a los maestros.

-¿Cómo se hace para no quedarse en la mera prescripción y poder pasar al momento del acompañamiento? 
-Por ejemplo, estoy pensando con qué equipos técnicos se realiza el acompañamiento de estos procesos. Tanto en la Argentina como en México, existen regiones donde hay equipos técnicos y regiones donde no los hay, o donde los equipos técnicos no disponen de la capacidad profesional necesaria para sustentar el proceso que se quiere motorizar en los maestros. Entonces, el problema de disponer de equipos técnicos, o de su capacidad técnico-pedagógica, es un eslabón muy decisorio en la posibilidad de acompañar el proceso de los maestros.

También creo que desde las estructuras clásicas de los Ministerios de Educación se pensaba poco en acompañar, se pensaba más bien en bajar línea, en orientar hacia dónde caminar. Lo cual no me parece mal, pero no debe ser lo exclusivo de una propuesta de cambio. Desde las estructuras que motorizan estos programas se encuentra con frecuentemente la creencia implícita de que solo insistiendo en el nuevo discurso se va a lograr que el cambio empiece a tener algún espacio.

En los últimos años, por ejemplo, en muchos países de América Latina, se ha insistido muchísimo con la autonomía del maestro, de la escuela, con la capacidad de tomar decisiones, etcétera, dentro de estructuras escolares donde los maestros y las maestras o los directores no tienen muchas posibilidades de tomar decisiones. Y no las tienen por la estructuración de sus trabajos, de los controles, y por la estructuración de la propia administración. Entonces me parece que ahí hace falta buscar un equilibrio entre el punto de partida, las metas que se proponen y, sobre todo, el acompañamiento para caminar hacia las nuevas metas a partir de lo que somos y de lo que tenemos. Todo esto entra dentro de lo que yo llamo las políticas de implementación que, insisto, es un momento de la política, tan importante como el momento de la formulación de la nueva política, y que pienso que ha sido objeto de poca atención.

-Usted ha hablado de propuestas de cambio. ¿Cuál es la concepción de cambio social y educativo subyacente a los programas que ha evaluado? ¿Cómo piensa usted el cambio educativo? 
-En los programas que he evaluado me parece que hay un notable desfase de tiempos en el control de los procesos de reaprendizaje que hay que hacer en las escuelas para que estas puedan funcionar de otro modo. Que los maestros deban reaprender y, para ello, desaprender prácticas y concepciones en las que se han formado -en una institución que no cuestionaba estas formas de hacer sino que más bien las orientaba-, es un proceso que necesita mucho tiempo y, a la vez, mucho acompañamiento. También necesita generación de condiciones para que empiecen a rearticularse diferentes modos del hacer cotidiano.

Entonces pienso que, cuando se lanza un programa y se espera que al año no solo el proceso esté en marcha sino que además haya resultados reflejados en aprendizajes de los estudiantes, se trata de un despropósito o de un desconocimiento serio de lo que son los procesos escolares. Sabemos que se pueden implementar muy buenas capacitaciones teóricas para los maestros, pero también sabemos que esto no significa que al día siguiente el maestro va a cambiar sus formas de hacer habituales, sedimentadas, probadas en años de práctica. La propuesta de cambio escolar que le exige al maestro revisar las relaciones con sus colegas, cuando por ejemplo le piden trabajo colectivo, es un replanteo profundo de relaciones profesionales y sociales al interior de la escuela. Entonces, construir otras formas de diálogos profesionales entre los maestros supone una cierta manera de instalar el problema de modo que la gente le encuentre sentido. A veces precisa también, rever las reglas de poder que están sosteniendo las formas de relación vigentes. Este es un asunto un tanto complejo porque, que logremos que haya un colectivo de maestros discutiendo cada quince días alguna cosa sobre el proyecto escolar, no necesariamente se va a ver reflejado, al cabo de uno o dos años escolares, en los resultados de aprendizaje de los estudiantes.

El cambio en la escuela es un proceso que afecta las prácticas de las personas, que son prácticas sociales en el marco de instituciones, que afecta a las prácticas de gobierno sobre la escuela. Es decir, que afecta a aspectos sustantivos de la propia organización de esa institución. Por lo tanto, hay que esperar que esos parámetros se rearticulen con cierta lentitud. Si se tiene presente que esta rearticulación es lenta, quizás se puedan acompañar mejor esos procesos, en lugar de estar exigiendo metas que son excesivas para el corto plazo. Porque en la medida en que se está poniendo como expectativa que estas metas pueden lograrse en poco tiempo, en realidad se está alimentando el descreimiento de la gente acerca de la posibilidad que tiene esa meta de realizarse. Los reformadores suelen estar imbuidos de un sentido de la urgencia un tanto exagerado, y me parece que si se enfoca el asunto desde la perspectiva de los procesos de implementación se pueden aprender muchas cosas que dicen las propias realidades que se están queriendo cambiar.

-Con relación a ese descreimiento de los actores, ¿qué les diría a los directores y docentes de las escuelas que reciben los programas? ¿Cuál es la mejor manera de apropiarse de ellos, de hacer que sean parte de la trama que sostiene la vida institucional? 
-Les podría decir que seleccionen lo que les hace sentido en función de la realidad que tienen. A veces la realidad suele servir como pretexto para decir «esto no funciona». Pero pensemos en la gente que con compromiso sabe que tiene una realidad difícil pero responde a la altura de sus obligaciones profesionales. Yo creo que cuando las estructuras sobrepasan la capacidad de hacer de una escuela, necesariamente hay que seleccionar y trabajar a partir de lo que allí interesa. No todas las escuelas presentan la misma base como punto de partida, o la misma jerarquización de problemas. Entonces me parece que tiene mucho sentido el criterio de quien conduce la escuela para seleccionar, motorizar, incorporar elementos que los programas no prevén, suprimir elementos que los programas prevén pero que en su ambiente de trabajo no son viables. Tener conciencia del lugar donde se está parado y valorar los elementos que aportan y los que condicionan. Hay cosas que es imposible prever desde el nivel Nación o desde el nivel provincia y que un director tiene claras en función de lo que le plantea su medio inmediato. Me parece que sería importante que los directivos aprendieran a pelear o construir sus espacios de decisión dándoles la relevancia que tienen a los componentes locales que ellos están manejando.

-¿Y qué les diría a los Ministerios de Educación? 
-Como decía antes, creo que no se trata solo de insistir en el nuevo discurso sino de saber quién es tu interlocutor y desde qué situación concreta está partiendo. Es fundamental saber cómo se encuentran los maestros, actores principales y decisivos, y cómo se encuentran las estructuras de la organización escolar y de la administración educativa para posibilitar que esto que se está proponiendo como dirección pedagógica sea posible.

Fuente de la entrevista:http://www.me.gov.ar/monitor/nro13/entrevista.htm

Fuente de la imagen: http://www.me.gov.ar/monitor/nro13/images/entrevista1.jpg

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12 Junio: Día Mundial contra el Trabajo Infantil

12 Junio 2016/Fuente y Autor: Prensa Córdoba

Desde el año 2002, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) celebra cada 12 de junio el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, con el propósito de divulgar el alcance del problema y promover iniciativas para resolverlo, con la participación de gobiernos, empresas, sindicatos y sociedades civiles.

En Córdoba, alumnos de distintas escuelas se sumarán a las actividades de la jornada mundial bajo el lema “Voces y música por una infancia con derechos, NO al trabajo infantil”, y compartirán una suelta de globos, coros y narraciones de Cuenta Cuentos, para celebrar sus derechos.

La iniciativa pretende concienciar sobre la deuda que aún se mantiene relativa a esta problemática, que constituye un obstáculo para el ejercicio de los derechos de miles de niños a la educación, al juego, a la práctica de deportes, al tiempo libre.

Fuente de la noticia:http://prensa.cba.gov.ar/politica/cordoba-se-suma-al-dia-mundial-contra-el-trabajo-infantil/

Fuente de la imagen: http://prensa.cba.gov.ar/wp-content/uploads/2015/06/trabajoinfantil.jpg

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Cambio climático en zonas tropicales amenaza economía mundial, según estudio

Por © EFE 2016 |

Washington, 10 jun (EFEUSA).- Los efectos del calentamiento global en las zonas tropicales con industrias al aire libre como la minería y la silvicultura se harán sentir no sólo en las economías de estas regiones, sino en la economía mundial, según informa un nuevo estudio publicado hoy por la revista Science Advances.

Los resultados sugieren que el aumento de la interdependencia de muchos países con los suministros de las regiones tropicales pueden suponer un riesgo económico.

«Estudios anteriores han demostrado que las altas temperaturas y las perturbaciones meteorológicas debido al cambio climático disminuyen la productividad del trabajo en las industrias al aire libre como la silvicultura, la minería y la construcción», cita el estudio.

Sin embargo, esta investigación, liderada por Leoni Wenz, combina datos diarios de temperatura, población y la red económica mundial entre 1991 y 2011, de manera que interrelaciona los efectos del calentamiento con las pérdidas de producción causadas por el calor.

Los autores hallaron que durante ese período se dio un cambio en «la estructura de la red global» en relación a un aumento de la susceptibilidad del sistema económico con la pérdida de producción, desde el año 2001.

«Si bien la dependencia de un país sobre los suministros de otro país se estancó durante la última década del siglo pasado, esta dependencia saltó, y aumentó de manera constante, a principios del siglo XXI», apunta.

Los autores advierten, no obstante, que su investigación no está diseñada para capturar la totalidad de los efectos económicos globales o los costos del cambio climático, sino que ofrece una idea de cómo el aumento de temperaturas provocan pérdidas en la producción de trabajo en ciertas regiones, en cortos periodos de tiempo cortas, que a su vez puede desencadenar una cadena de pérdidas para la economía mundial.

Fuente: http://www.holaciudad.com/noticias/ciencia/Cambio-climatico-tropicales-economia-estudio_0_924807800.html

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Un llamado a atrevernos a volver a ser humanos

Blanca Heredia

En esta ocasión quiero utilizar este espacio para compartirles un relato doloroso y un texto que obliga a mirar y a sentir lo que ya no queremos ver ni sentir, que me compartió mi querido amigo Antonio Cervantes.

En Toluca, el miércoles 17 de febrero unos sujetos entraron a robar en la casa de Elena Mireles, de 42 años, y terminaron matándola a ella, a su hermana y a su madre. Aquí el texto que Antonio escribió y circuló en redes sociales la madrugada del día siguiente.

Hoy la tragedia me ha tocado cerca. A una cuadra de la casa en la que crecí, en la colonia Américas, en Toluca, Estado de México. Hoy dejó de existir Elenita, una niña hermosa que fue mi compañera en la Secundaria 7. Siempre sonreía.

Siempre. A veces caminábamos juntos a la escuela, porque era amiga de mi hermana mayor. Alguna vez su papá me regañó en plena calle porque me cachó tocando los timbres de los vecinos y echándome a correr antes de que abrieran.

Hoy robaron y mataron, en su casa, a Elenita, a su hermana y a su mamá. A su papá, el señor que me regañó, simplemente lo tiraron al piso porque hace tiempo está inmóvil por un ataque cerebral.

Quien descubrió la terrible escena, manos amarradas, bolsas en la cabeza, etcétera, fue Emanuel. El hijo de nueve años de Elenita que venía llegando de la escuela y que corrió a buscar a su mamá. Como pudo les quitó las bolsas de la cara y trató de reanimarlas. Nada pudo hacer.

Acabo de colgar con mi madre, quien me contó esta historia y sabe todo esto porque cuando vio todas las patrullas y el alboroto se acercó a ver qué pasaba en casa de nuestros vecinos. Y pasado un rato, vio y abrazó a Emanuel y se lo llevó a su casa para consolarlo y ofrecerle algo de comer.

Dice que el niño lloraba mucho y le preguntaba que ahora quién lo iba a cuidar, que quién lo iba a atender si se enfermaba. Y al mismo tiempo se lamentaba por haber ido a la escuela hoy, “porque soy bien bueno para esconderme y me hubiera escondido y cuando se fueran los malos yo hubiera salido a quitarles las bolsas y ellas estarían vivas”, eso le decía a mi mamá.

Antes de irse con su papá, Emanuel le pidió a mi jefa que ella fuera a hablar con su maestra a la escuela, porque él no iba a saber explicar lo que pasó. “¿Qué les voy a decir en la escuela? ¿Que mi mamá ya no viene porque se murió? ¿Porque la mataron ayer?”.

También le preguntó si sabía jugar al trompo, o que le dijera quién sabe, porque su mamá le había regalado uno y quería aprender a echarlo.

Emanuel significa ‘Dios con nosotros’, ¿no? Pero yo creo que Dios no está con nosotros.

Sólo nosotros estamos con nosotros y tenemos que empezar a cuidarnos.

No hay político, Papa o superhéroe que vaya a venir a salvarnos.

En honor a Elenita escribo esto con lágrimas de rabia que se me escurren y con el deseo profundo de lograr mover alguna o algunas conciencias por esta vía, para que nos veamos como personas unos a otros y nos tratemos bien todos los días, especialmente a los niños, y que nos ayudemos y procuremos, y siempre que veamos a alguien en problemas le tendamos la mano como podamos.

Atrevámonos a volver a ser humanos.

Ante la impresionante respuesta en Facebook a su texto, Antonio convocó a una ceremonia en honor de las muertas y en solidaridad con el pequeño Emanuel el domingo pasado. Acudieron decenas de personas al evento. En su mensaje, Antonio se preguntaba: ¿cómo pasamos de temer, hace 30 años, que se accidentaran nuestros hijos, a temer que entren a nuestra casa y nos maten? Invitó a los asistentes a empezar por cuidar a los niños –los propios y los ajenos–, a tratarlos y enseñarlos a tratar a otros como seres humanos. Un llamado que convierte el dolor punzante en posibilidad de esperanza; un llamado a atrevernos a volver a ser humanos, indispensable y urgente.

Los asistentes al evento del domingo en Toluca están convocando a una marcha ciudadana en esa ciudad el domingo 20 de marzo a las 4 de la tarde para protestar contra la violencia creciente en Toluca y para exigirle a las autoridades terminar con el cerco informativo que ha invisibilizado esta situación terrible.

Fuente del articulo: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/un-llamado-a-atrevernos-a-volver-a-ser-humanos.html

Fuente de la imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2014/03/04/53160c6b498b5.jpg

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Internationalisation needs to be two-way

América del Norte/Canadá/Junio 2016/Autor: Karen McBride / Fuente: universityworldnews.com

Resumen:  En la década pasada, la internacionalización se ha convertido en una estrategia central para la mayoría de las instituciones canadienses, con el apoyo de las políticas y prácticas sólidas.

Over the past 50 years, as the national voice advancing international education on behalf of its 150 member institutions ranging from K-12 to universities, the Canadian Bureau for International Education or CBIE, has encouraged, assisted and closely monitored internationalisation in Canada. We take a look here at what this success entails and at the prospects for Canada’s next 50 years in international education.

Internationalisation by numbers

CBIE’s 2016 membership survey identified the top three internationalisation priorities as:

  • International student recruitment (66%);
  • Increasing the number of students engaged in education abroad (59%); and
  • ‘Internationalisation at Home’, including internationalisation of the curriculum (52%).

In a survey conducted by Universities Canada in 2014, 95% of Canadian universities indicated that internationalisation or global engagement is included as part of strategic planning, with 82% identifying internationalisation as a top five priority.

In addition, 81% offer collaborative academic programmes with international partners. Moreover, Canada has twice the world average of international co-authorship – 43% of Canadian papers are co-authored with one or more international collaborators.

Given the value placed by Canadian institutions on internationalisation – and the centrality to that effort of hosting international students on campus – it comes as no surprise that there are more students from abroad in Canada than ever before.

In 2014, the country hosted 336,000 international students holding study permits (all levels combined: K-12, college, university undergraduate and graduate), an 83% increase since 2008 and an increase of 10% over 2013.

This number does not include short-term students such as exchange or second language students, who do not require a study permit, and therefore significantly underrepresents Canada’s international student population.

Unfortunately, the increase in inbound students to Canada is not mirrored in the outbound student population. Canadian students have traditionally not studied abroad in large numbers and Universities Canada reports that annually fewer than 3.1% of full-time Canadian students at all levels have an education abroad experience.

This is despite reports from Canadian students who have studied abroad on the transformational nature of the experience, its many contributions to their academic and career achievements, and its value in enhancing their communication skills, self-awareness and adaptability.

Institutions are on board: 78% of universities provide funding to support student participation in study abroad programmes and both colleges and universities are finding innovative ways to offer more flexible learning abroad options.

It is not only participating students and their institutions who value the career skills they gained. In a 2015 survey by the Leger polling firm, 82% of employers who hire recruits with international experience reported that these employees enhance their company’s competitiveness.

Two-thirds of hiring managers stated that Canada is in danger of being left behind by the growing economies of China, Brazil and India unless young Canadians learn to think more globally. The economic implications for Canada are significant, given that we are a country heavily dependent on international trade, accounting for 3.3 million jobs. We need to develop our talent to ensure that we are competitive.

Internationalisation for all

Increasingly, internationalisation is a central pillar in the quest for excellence of Canadian educational institutions. Recently, CBIE’s Internationalisation Leaders’ Network released an Internationalisation Statement of Principles for Canadian Educational Institutions designed “to serve as a guidepost in their demanding, fast-paced and complex work”.

It could be said that consensus on the need to reinforce fundamental principles – what we have called ethical internationalisation – is the most important recent trend in internationalisation. The next stems from this, and it is making internationalisation pervasive throughout our educational institutions, including bringing significant reform to curriculum, teaching practices, research and campus life.

In 2015, we saw a greater focus on ‘Internationalisation at Home’ – that is, internationalisation infused in the ethos of the institution and that leads to positive learning outcomes for all students.

Given the vast benefits of internationalisation, and recognising that mobility is not possible for every student, providing an avenue to prepare every student for the global context is imperative. Canada must take a proactive, inclusive approach and make the full spectrum of international education a priority, as other countries have done.

The global engagement challenge

Canada faces the task of getting more of its students outbound for educational experiences in other countries and preparing them to become global citizens in all the ways that the term implies.

Beyond economic imperatives, education institutions play a critical role in developing Canadians who are prepared to participate and lead in the global village, the leaders of tomorrow who can negotiate, analyse, connect and engage in meaningful ways at the international level.

CBIE endorses the recommendation of the government’s Advisory Panel on Canada’s International Education Strategy, seeking 50,000 study abroad awards annually for Canadian students.

With its emphasis on youth engagement in international cooperation activities, and Prime Minister Justin Trudeau’s personal interest (he is in fact also minister of youth), CBIE is urging the new government to establish a signature programme in time for Canada’s 150th anniversary in 2017. We are also urging the private sector to step up to the challenge and pledge its support to such an effort.

What about the next 50 years?

As we move forward in making international education achievable for all students, we will need to expand the conversation to answer these important questions:

How do we increase the scale and scope of international experiences for students, thereby ensuring that they have the knowledge, skills and competencies they need in a globalised world?

How do we enlist the support of the professoriate broadly, in order to ensure that all students benefit from global perspectives in their studies?

How do we ensure that both government and the private sector are seized with the issue?

And how do we raise public awareness of the long-term benefits of global engagement and the richness that stems from our interdependence?

While celebrating past successes, there is much work yet to do.

Fuente de la noticia: http://www.universityworldnews.com/article.php?story=20160607135127850

Fuente de la imagen: https://www.google.com/search?q=Canadian+Bureau+for+International+Education&client=ubuntu&hs=y3q&channel=fs&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwixuvmc3aDNAhXH2R4KHUDOBYUQ_AUICigD&biw=1301&bih=673

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EEUU: We behave a lot more badly than we remember

América del Norte/EEUU/Junio 2016/Autor: Francesca Gino y Maryam Kouchaki  / Fuente: theconversation.com

ResumenEn una encuesta realizada en EEUU en el año 1997. realizada por News and World Report, a 1.000 estadounidenses se les hizo la siguiente pregunta: «¿Quién es la persona que es más probable que entre en el cielo?» Según los encuestados, el entonces presidente Bill Clinton tuvo la oportunidad de un 52 por ciento; estrella del baloncesto Michael Jordan tuvo la oportunidad de un 65 por ciento; y la Madre Teresa tuvo la oportunidad de un 79 por ciento.

In a 1997 U.S. News and World Report survey, 1,000 Americans were asked the following question: “Who do you think is most likely to get into heaven?” According to respondents, then-president Bill Clinton had a 52 percent chance; basketball star Michael Jordan had a 65 percent chance; and Mother Teresa had a 79 percent chance.

Guess who topped even Mother Teresa? The people who completed the survey, with a score of 87 percent. Apparently, most of the respondents thought they were better than Mother Teresa in regards to their likelihood of getting into heaven.

As the results of this survey suggest, most of us have a strong desire to view ourselves in a positive light, especially when it comes to honesty. We care very much about being moral.

In fact, psychological research on morality shows that we hold an overly optimistic view of our capacity to adhere to ethical standards. We believe that we are intrinsically more moral than others, that we will behave more ethically than others in the future and that transgressions committed by others are morally worse than our own.

So, how do these beliefs of our moral selves play out in our day-to-day actions? As researchers who frequently study how people who care about morality often behave dishonestly, we decided to find out.

Unethical amnesia

One key result of our research is that people engage in unethical behavior repeatedly over time because their memory of their dishonest actions gets obfuscated over time. In fact, our research shows, people are more likely to forget the details of their own unethical acts as compared to other incidents – including neutral, negative or positive events, as well as the unethical actions of others.

We call this tendency “unethical amnesia”: an impairment that occurs over time in our memory for the details of our past unethical behavior. That is, engaging in unethical behavior produces real changes in memory of an experience over time.

Our desire to behave ethically and see ourselves as moral gives us a strong motivation to forget our misdeeds. By experiencing unethical amnesia, we can cope with the psychological distress and discomfort we experience after behaving unethically. Such discomfort has been demonstrated in prior research, including our own.

How forgetting works

We found evidence of unethical amnesia in nine experimental studies we conducted on diverse samples with over 2,100 participants, from undergraduate students to working adults. We conducted these studies between January 2013 and March 2016.

We chose a wide range of populations for our studies to provide a more robust test of our hypotheses and show that unethical amnesia affects not only college students but also employed adults.

In our studies, we examined the vividness and level of detail of people’s memories when they recalled unethical acts as compared with other acts.

For instance, in one of our studies, conducted in 2013, we asked 400 people to recall and write about their past experiences: some people recalled and wrote about their past unethical actions, some about their past ethical actions, and others recalled and wrote about other types of actions not related to morality.

We found that, on average, participants remembered fewer details of their actions and had less vivid memories of unethical behaviors as compared to ethical behaviors or positive or negative (but not unethical) actions.

In follow-up studies conducted either in the laboratory at a university in the northeast United States or online in 2014 and 2015, we gave people the opportunity to cheat on a task. A few days later, we asked them to recall the details of the task.

For instance, in one study, we gave 70 participants the opportunity to cheat in a dice-throwing game by misreporting their performance. If they did, they would earn more money. So, they had an incentive to cheat.

When we assessed their memory a few days later, we found that participants who cheated had less clear, less vivid and less detailed memories of their actions than those who did not.

Why does it matter?

Is having a less vivid memory of our misdeeds such a big problem? As it turns out, it is.

When we experience unethical amnesia, our research further shows, we become more likely to cheat again. In two of the studies we conducted out of the nine included in our research, we gave over 600 participants an opportunity to cheat and misreport their performance for extra money.

A few days later, we gave them another chance to do so. The initial cheating resulted in unethical amnesia, which drove additional dishonest behavior on the task that participants completed a few days later.

Because we often feel guilty and remorseful about our unethical behavior, we might expect that these negative emotions would stop us from continuing to act unethically.

But we know that is not so. Our experiences and news headlines from across the globe suggest that dishonesty is a widespread and common phenomenon.

Our work points to a possible reason for persistent dishonesty: we tend to forget our unethical actions, remembering them less clearly than memories of other types of behaviors.

So, what if people actively pursued scheduled time to reflect on their daily acts? In our research we showed that unethical amnesia most likely happens because people limit the retrieval of unwanted memories about when they engaged in dishonesty. As a result, these memories are obfuscated.

Perhaps creating a habit of self-reflection could help people keep such memories alive and also learn from them.

Fuente de la noticia: http://theconversation.com/we-behave-a-lot-more-badly-than-we-remember-59727?utm_medium=email&utm_campaign=Latest%20from%20The%20Conversation%20for%20June%2010%202016%20-%205020&utm_content=Latest%20from%20The%20Conversation%20for%20June%2010%202016%20-%205020+CID_ebbef61515f7d9803c2b1149ba7502ef&utm_source=campaign_monitor_us&utm_term=We%20behave%20a%20lot%20more%20badly%20than%20we%20remember

Fuente de la imagen: https://62e528761d0685343e1c-f3d1b99a743ffa4142d9d7f1978d9686.ssl.cf2.rackcdn.com/files/125414/width926/image-20160606-13043-1nm51pa.jpg

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