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EE.UU: Georgia’s governor vetoes bill to allow concealed weapons at public colleges

América de Norte/EE.UU/Mayo 2016/Fuente: Thechronicle/Autora:Katherine Mangan

Resumen: El gobernador, un republicano que ha apoyado la ampliación del derecho a llevar armas de fuego en lugares tan sensibles como bares e iglesias, esperó hasta el último día para anunciar su decisión. Se emitió una orden ejecutiva para líderes de sistemas de la universidad pública del estado para informar acerca de las medidas de seguridad antes del 01 de agosto.

Protesters rallied against the campus-carry legislation last month in Athens, Ga., home of the U. of Georgia. Gov. Nathan Deal said the measure failed to give campuses flexibility to set their own rules.

Gov. Nathan Deal of Georgia vetoed legislation on Tuesday that would have made his state the 10th to allow licensed gun holders to carry concealed weapons in most locations on public-college campuses.

The governor, a Republican who has supported expanding the right to carry guns in places as sensitive as bars and churches, waited until the final day of a 40-day bill-signing period to announce his decision on the politically explosive issue of campus carry.

«From the early days of our nation and state, colleges have been treated as sanctuaries of learning where firearms have not been allowed,» the governor wrote. «To depart from such time-honored protections should require overwhelming justification. I do not find that such justification exists. Therefore, I veto HB 859.»

All of his options on the campus-carry bill carried risks. Sign the law and anger those in higher education who have flooded his office with emails and letters saying they would feel less safe — not more — if guns were allowed on their campuses.

Or veto it and further enrage conservatives who are still stinging about his veto of a «religious liberty» bill that critics said would discriminate against gay people.

If Governor Deal neither vetoed nor signed the legislation by Tuesday, it would have automatically become law.

That’s the approach Tennessee’s governor, Bill Haslam, took late Monday, when a bill allowing faculty and staff members — but not students — to be armed on public-college campuses became law without his signature.

Both governors had expressed misgivings about the bills introduced in their states, and wanted more flexibility for campuses to set their own rules.

The Georgia measure would have allowed anyone 21 or older with a weapons license to carry a concealed gun anywhere on a public-college campus unless the area was specifically excluded. The areas lawmakers carved out for exclusions included dormitories, sporting-event venues, and fraternity and sorority houses.

In the final days of the legislative session, Mr. Deal asked lawmakers to tweak HB 859, to give individual colleges the flexibility to ban guns from campus day-care centers, disciplinary hearings, and faculty and administrative offices. He also expressed concern about the safety of high-school students who are also enrolled in college courses.

Lawmakers refused to change the bill, saying that doing so would gut the intent of the legislation.

Fuente de la noticia: http://chronicle.com/article/Governors-Veto-Wont-End/236343
Fuente de la imagen: https://chronicle-assets.s3.amazonaws.com/5/img/photos/biz/photo_76769_landscape_850x566.jpg
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examen, evaluación, cooperación genuina

El examen, instrumento de poder y control en la educación: Díaz Barriga

El examen, instrumento de poder y control en la educación: Díaz Barriga

Autora del artículo: Judith Ureña

Ciudad de México. 3 de mayo de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Uno de los grandes dolores de cabeza de cualquier estudiante son los exámenes, herramienta que en un mundo moderno como el nuestro, pretende medir el nivel de conocimientos adquiridos, de igual forma, parece ser la única vía para ingresar a instituciones o alcanzar una plaza. Al respecto, hay un coahuilense que, desde 1975 se centró a investigar el papel de este tipo de pruebas dentro de la educación.

Ángel Díaz Barriga Cásales es egresado de la Escuela Normal Superior de Coahuila, maestro y doctor en pedagogía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), desde el año 2000. Además fue director, a lo largo de ocho años, del Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU); se ha especializado en temas de formación docente, didáctica y evaluación, lugar en donde el examen juega un papel preponderante.

.No obstante, este no es un tema nada nuevo. Hace casi 20 años el doctor Díaz Barriga fue compilador del texto El examen (Grupo Ideograma Editores, 1997), antología que reúne a diversos expertos, quienes debaten en torno a esta herramienta desde diversas ópticas y en el que Díaz Barriga afirma que se trata de “una política educativa de corte neoliberal”, cuya intención es, básicamente, reducir la partida presupuestal que el Estado destina a cada alumno.

“A partir de la instauración de una política educativa de corte neoliberal se buscan justificaciones ‘académicas’ que permitan fundamentar la restricción del ingreso a la educación” y una de estas justificaciones es precisamente el examen, afirma el investigador en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.

Según indica el investigador, se trata de una relación de poder entre el profesor-estudiante (concepto Foucaultniano), por tanto de control, más que de una relación de igualdad e intercambio de conocimientos, en donde se ha hecho creer que a través de una calificación se puede definir qué tanto sabe un educando, perdiendo así la dimensión de los problemas y la objetividad.

Es decir, se cree que el examen es un elemento inherente del proceso educativo; sin embargo, hay tres momentos históricos que refutan este punto: su origen es resultado de la burocracia china para seleccionar a algunos miembros de las castas inferiores, existe evidencia de que en la Edad Media no había un sistema de evaluación ligado a la educación y, finalmente, las calificaciones son una herencia del siglo XIX a la pedagogía, herencia que dejó un sinnúmero de problemas que subsisten al día de hoy, señala el investigador emérito.

El también honoris causa recomienda que más allá de poner a competir a los alumnos, en lo que se tendría que trabajar es fomentarles confianza y seguridad. Insistir en terminar un plan de estudios porque es obligatorio es un error, así como que las evaluaciones no sean hechas por el profesor sino por las autoridades educativas (SEP).

Reconoce que en Argentina existe un sistema en que los profesores evalúan directamente a los alumnos, una vez que tienen los resultados se reúnen y discuten en torno a los buenos y malos resultados, cómo atenderlos y cómo mejorar la comprensión del alumno. Es en este punto donde aparece el tema de la didáctica, en el que Díaz Barriga también es experto y ejemplifica de forma clara: «A raíz de que la Secretaría de Educación Pública repartió tabletas, hubo educadores que innovaron en la forma de enseñar. Un profesor de literatura medieval dejó una lectura a su grupo, una vez en el aula, les puso 10 minutos de un video de Batman y haciendo tres preguntas básicas desató la discusión entre los alumnos sobre la lectura».

En otras palabras y citando a Müller, Díaz Barriga explica que «el placer del estudio se ha acabado; el joven piensa solo en el examen» y este se reduce a ser solo un muestreo de una parte enseñada a lo largo del curso. Así, con el paso de los años el examen se transformaría en test y posteriormente en evaluación con el objetivo de brindarle una connotación más académica, pero el problema central no está en el examen per se, sino en el reduccionismo que hay detrás de este, pues se le quiere ver como la solución para todos los males de la educación, y para dar una solución efectiva tendrían que converger distintas instancias e incluso diversas ciencias, debido a que se perdió la óptica en este asunto. El examen está sobredimensionado y sobrevalorado, asimismo se ha convertido en un objeto con el que se pretende medir de la misma forma todo el sistema educativo y sus integrantes, sin considerar las necesidades específicas de cada uno.

Por tanto, el experto subraya que la calificación “es una convención por medio de la cual la escuela certifica un conocimiento”, pero sería muy aventurado creer que con esa calificación los sujetos evaluados tienen un conocimiento integral, por tanto, lo que hay que hacer es recuperar el aula como espacio de reflexión y construcción de propuestas, en donde —reconoce— la pedagogía cayó en la trampa de preocuparse más por los exámenes y la calificación que por los problemas medulares del sistema educativo, pero una vez recuperando este espacio, el tema del examen pasará a un segundo término.

Finalmente, el experto recuerda que en la asignación de una calificación interviene un término que él acuño: «arbitrarios», que no es lo mismo que arbitrariedades. Es decir, el alumno y profesor pueden negociar sobre los elementos de mayor preponderancia para alcanzar una buena calificación, incluso se puede tomar una media, ya sea para beneficiar o perjudicar al educando. Es precisamente este un elemento importante que también queda fuera del propio mecanismo evaluador que es el examen.

Fuente: http://www.conacytprensa.mx/index.php/ciencia/humanidades/7014-educacion-examen-evaluacion-profesores

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México: Continuarán las protestas en contra de la reforma educativa, advierte la Ceteg

México/07 de Mayo de 2016/La Jornada Guerrero

Continuarán las protestas en contra de la reforma educativa, advierte la Ceteg

Maestros de Acapulco señalan que no permitirán que ningún maestro sea cesado por la SEP

Héctor Briseño ( )

Maestros de Acapulco continuarán sus protestas contra la reforma educativa.

El vocero de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg) Walter Emanuel Añorve Rodríguez, señaló que no permitirán que ningún maestro sea despedido.

La mañana del viernes, profesores de diversas corrientes sindicales se reunieron en la Subcoordinación de los Servicios Educativos de la región Acapulco-Coyuca de Benítez, dependiente de la Secretaría de Educación Guerrero, para tomar decisiones de los próximos movimientos contra las reformas estructurales.

El vocero de la Ceteg, región Acapulco, recalcó que “nosotros vamos a continuar en la defensa de nuestro trabajo y de la educación pública”.

Añorve Rodríguez manifestó que “no aceptaremos una ley injusta, no vamos a aceptar una sola notificación, no vamos a permitir que maestros sean despedidos”. Señaló que “ya hemos sostenido asambleas con padres de familia que se han manifestado también contra esta mal llamada reforma educativa”.

En otro tema, el integrante de la comisión política de la Ceteg en este puerto, lamentó el fallecimiento del dirigente del Frente de Organizaciones Democráticas del Estado de Guerrero, Bertoldo Martínez Cruz, al señalar que “representaba un pilar fuerte de la lucha social y la izquierda del estado de Guerrero”.

Añorve Rodríguez expresó que “es muy lamentable el fallecimiento de don Bertoldo, pero él se queda con nosotros, la lucha social así lo entiende, físicamente no, pero va a seguir mientras continuamos clamando justicia por aquellos que no la han alcanzado”.

Fuente: http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2016/05/07/index.php?section=sociedad&article=007n1soc

Fuente de la imagen: www.google.co.ve/search?q=protestas+educativas&biw=1024&bih=489&noj=1

 

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Educación de Calidad o Barbarie.

 

Luis Bueno Rodríguez.

La superación de la fragmentación[1]

Educación de Calidad para las Mayorías Nacionales

La educación (como aquí se entiende)es el vehículo y proceso de preservación, sistematización, transmisión y creación de las culturas materiales e inmateriales, que expresadas en conocimientos son producto, patrimonio y propiedad de la humanidad y de las sociedades, naciones, etnias y grupos sociales diversos que la integran. La docencia, la investigación, la preservación, (re)creación y difusión de la cultura y el servicio expresan las funciones sustantivas que las diversas instituciones educativas y culturales que, en todos los niveles, tienen el imperativo del cumplimiento de esta función social. Las entidades educativas y de la cultura son la organización institucionalizada de esas labores que las sociedades sostienen y les encomiendan con el propósito de recibir a cambio conocimientos, culturas y servicios preservados, sistematizados, renovados y enriquecidos permanentemente.

A partir de esta concepción, el acceso al binomio conocimiento-cultura deviene en un derecho humano universal, alcanzable sólo con una educación pública, gratuita y científica, alejada de la comercialización y el lucro que la prostituyen y deterioran. La combinación de su carácter público, gratuito y científico, junto con la coexistencia de alumnos y profesionales de la educación en condiciones laborales, de vida y estudio satisfactorios, además de las condiciones materiales y técnicas apropiadas de las instituciones, propician, en un ambiente de pluralidad y democracia, la generación de conocimientos y procesos de enseñanza-aprendizaje de calidad.

La educación también produce a los individuos que participan en su proceso, a la vez que transforma incesantemente los contenidos y orientación del propio conocimiento y la naturaleza exterior con la que se relaciona a través de las habilidades, destrezas, actitudes, costumbres, máquinas, herramientas conceptuales y simbólicas, sociales y técnicas creadas y aprendidas. Bien vista, este tipo de relación es en el fondo el propósito último de la educación y la cultura, única esperanza para hacer realidad “la plena unidad del hombre con la naturaleza, la verdadera resurrección de la naturaleza, el naturalismo realizado del hombre y el realizado humanismo de la naturaleza.” (Marx).

El carácter científico del conocimiento no significa otra cosa más que la búsqueda de la(s) verdad(es) histórica y socialmente construidas, a la vez siempre cuestionadas y puestas en duda. Su tarea es ubicar los prejuicios, fanatismos y los conocimientos chatarra en el cesto de la basura. En consecuencia, se tiene en el centro y como meta la formación de sujetos críticos y activos en el propio proceso educativo, en la relación entre los profesores y los alumnos, pero también entre todos ellos y sus instituciones con la sociedad y los poderes públicos. En este sentido, la calidad en la educación no puede ser más que la expresión de la cercanía del conocimiento con las verdades y culturas descubiertas y construidas en el pasado, en el presente y para el futuro por las distintas disciplinas, en la búsqueda constante de la reconstrucción de la unicidad entre hombre y naturaleza.

El conocimiento es la materia de trabajo para los trabajadores de la educación y la cultura sin importar el nivel ni la institución de que se trate ni del puesto de trabajo que se desempeñe. La centralidad del trabajo del conocimiento expresada en las funciones sustantivas de las instituciones educativas y de la cultura –docencia, investigación, difusión de la cultura y el servicio-  debe reconocer la participación de todo tipo de trabajadores, desde el más renombrado científico e intelectual de las más altas categorías académicas hasta el trabajador de limpieza, pasando por bibliotecarios, oficinistas, vigilantes, secretarias, etc., como partícipes y autores directos e indirectos, pero todos concurrentes, en la creación y difusión del conocimiento y la cultura.

Sin embargo, en una sociedad de clases, el conocimiento padece distintas fragmentaciones a objeto de facilitar su uso para fines lucrativos, a través del deterioro de sus fines formativos para ubicarla en simple adiestramiento y la adopción de valores acordes a la ética del capital. Este hecho convive en permanente tensión con su carácter liberador e incluso subversivo cuando lo que se construye, imparte y difunde es el conocimiento científico como posibilidad para conocer y, sobre todo, transformar la realidad social, humana y la naturaleza toda. Esta es la importancia de la lucha por una educación científica, pública y gratuita para todas y todos y la oposición a su mercantilización y privatización.

El Trabajo y los Trabajadores del Conocimiento. La doble fragmentación

Consecuencia de la división entre el trabajo manual y el intelectual, el trabajo del conocimiento sufre la misma lógica de la fragmentación del trabajo manual aterrizando en las así conocidas como disciplinas, cada vez más especializadas y cada vez más relatadas a más temprana edad y en niveles escolares inferiores. La división entre las ciencias ¨duras¨, las sociales y las humanidades son una primera expresión de esta fragmentación pero que ya da cuenta de su posterior profundización rumbo a la configuración de una oferta educativa atenta a las necesidades del mercado laboral. La separación entre teoría y práctica, entre ciencia y tecnología, entre ciencias básicas y ciencias aplicadas son otras manifestaciones del mismo fenómeno. La misma separación entre las funciones de docencia, investigación y difusión de la cultura expresa otra modalidad de la fragmentación. Las diversas combinaciones de las distintas divisiones del trabajo del conocimiento se expresan de manera organizada en las múltiples instituciones relacionadas con el ámbito educativo y de la cultura en sus diversos niveles con resultados en diversas especializaciones enajenantes. La última y quizá más grave pretensión de continuar por este camino se anuncia con la iniciativa de creación de la Secretaría de Cultura que da continuidad a la mal llamada “Reforma Educativa”.

Es desde esta parcelización como podríamos entender la desconexión de los distintos niveles educativos e instituciones. A lo que se suma la antinatural  división entre instituciones de carácter público y privado, además de la diversa ubicación arbitraria de sus estatus jurídico entre instituciones autónomas, federales, estatales, federales-estatales, descentralizadas, públicas descentralizadas, etcétera, que da cuenta de la aplicación absurda de distintas normatividades laborales: Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado (Apartado “B”), Ley Federal del Trabajo (Apartado «A”), Capítulo Especial para las Universidades e Instituciones Públicas Autónomas por Ley de la Ley Federal del Trabajo, leyes laborales estatales, leyes reglamentarias diversas y combinaciones varias.[2]

Por otra parte, la existencia en México del gigantesco Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), no oculta una segunda y trágica fragmentación: la de las organizaciones sindicales de este sector de trabajadores de la educación y la cultura, que imita el caos organizativo del “sistema”[3] educativo mexicano ya señalado, para no hablar de la gran cantidad de trabajadores, particularmente del sector privado, que no cuenta con sindicato.[4] Es obvio advertir que esta circunstancia de debilidad sindical, a la que se suma el entreguismo de la dirección charra del SNTE y la pasividad de una buena parte del sindicalismo universitario, es la que ha permitido que en el pasado y en el presente avancen una serie de medidas mercantilizadoras y privatizadoras de la educación y la cultura.

En cuanto al sindicalismo universitario, los continuos esfuerzos de una de sus expresiones no han sido suficientes para remontar las derrotas y distintas medidas legales regresivas[5]. Las cuales, por ejemplo le otorgaron exclusividad a las instituciones para la definición de los términos de ingreso, promoción y permanencia del personal académico, sustrayéndo estas temáticas laborales de la negociación y pacto bilaterales.

Es esta doble fragmentación lo que explica la grosera precariedad de los trabajadores de la educación, particularmente de los niveles medio superior y superior, expresada en casi el 70% de docentes contratados por horas como promedio (más del 85% en las instituciones privadas), circunstancia que hace inviable cualquier propósito de mejoramiento de la calidad. (Ver Gráfica 1) Es así que el principal reto de los trabajadores de la educación y la cultura es justamente superar su dispersión y fragmentación organizativa si se quiere realmente defender sus derechos laborales y sindicales,  y como condición para construir su proyecto alternativo de educación y cultura nacionales si se pretende que tenga alguna viabilidad.

La precariedad laboral en las universidades

La palabra precariedad, como lo son pobreza, progreso, desarrollo, bienestar u otras, ha sido comúnmente usada a diestra y siniestra; adquiriendo significados y significantes diversos ad hoc para quien la utiliza según el caso. Es decir que, para poder encuadrar la condición de precariedad para un sector particular de los trabajadores, en este caso, las y los trabajadores de la educación superior y la cultura, un primer paso es entender en sí mismo el concepto mismo de precariedad.

De manera resumida, se parte de diferenciar entre la precariedad del trabajo por un lado; y la precarización del trabajo por el otro. Para después visualizar algunas de las expresiones de ambos conceptos en el sector educativo y cultural.

La precariedad del trabajo, hace referencia a una condición permanente, una tendencia siempre presente en las economías capitalistas, basadas en la ‘libre’ compra y venta de fuerza de trabajo y en la generalización del intercambio mercantil, así como del trabajo asalariado en sí mismo. Es una condición inherente al capitalismo [Sotelo : 2016]. Es decir, al ser las y los trabajadores, sujetos de una institución social ajena (el mercado de trabajo y su dinámica), la incertidumbre externa (fuera de las capacidades laborales, de la productividad misma o del desenvolvimiento de las distintas actividades laborales en sí mismas); léase precariedad, existen permanentemente.

Sin embargo, poco nos dice esta somera definición; de ahí la importancia de pensar, al mismo tiempo la precarización del trabajo, entendiendo a ésta última, no como una condición permanente, inherente; sino como una dinámica, un proceso, momentos históricos particulares, que se cristalizan en leyes, reglamentos, existencia (o no) de sindicatos, de contratación colectiva, entre otros factores. Es decir, la precarización del trabajo, vendría a ser una forma de analizar qué tan extendida está la permanente condición de precariedad laboral en un momento dado. Inversamente, es un botón de muestra del nivel de resistencia sindical y social a las medidas de  precarización misma del trabajo; de ser la primera mínima, la segunda resultaría maximizada.

Para nuestra época, la del neoliberalismo, marcada por derrotas generalizadas del movimiento obrero y de sus organizaciones, de la extensión de distintas reglamentaciones contrarias a los intereses de la clase trabajadora, podríamos decir, en general, que la precarización del trabajo no sólo ha avanzado, sino que se ha desprendido del abandono, por parte del estado, de importantes funciones de reproducción social (salud, educación, transporte público, cuidados, entre otros). Finalmente, huelga decir que es la condición de incertidumbre, el canal conector entre los dos conceptos referidos. Incertidumbre en el empleo que, a diferencia de otras condiciones (informalidad, subempleo, etc.), al hablar de precariedad se puede presentar de múltiples formas: contratos, facilidad de despido, entre otras. Todo lo cual, de alguna manera, podría pensarse que la precarización del trabajo sería una especie de antónimo conceptual al concepto más conocido y difundido en el mundo del trabajo, como lo es el de trabajo decente.

Por lo tanto, es en el sector de la educación y la cultura, donde pueden encontrarse algunas de las expresiones más nítidas de lo anteriormente referido. Máxime en el nivel superior si, como ya se mencionó, el avance de la iniciativa privada por sobre la escuela pública es más extendido que en los niveles básico o medio. Es así que se puede explicar que la descapitalización de la educación pública, venga acompañada de medidas de precarización del trabajo en las universidades: la extensión de contratos por horas, un mayor peso de estímulos y bonos de productividad como proporción del ingreso, por sobre el sueldo base.

 

Educación de Calidad o Barbarie

Las medidas de privatización/mercantilización en la educación iniciaron con la instalación de las políticas neoliberales de los gobiernos priístas y panistas, bajo indicaciones de organismos multilaterales como la OCDE o el Banco Mundial. Buscan utilizar al sistema educativo como un aparato de control social así como para la formación de los cuadros técnicos enfocados a un mercado laboral precario.

Desde esferas gubernamentales e institucionales, se instrumentan fuertes dispositivos, tales como los estímulos, los miles de convenios universidades-empresas, y el modelo de educación dual del nivel medio superior, para el control de las comunidades y colectivos académicos, incluidos sus organizaciones sindicales, para fomentar el individualismo y la competencia, así como la reorientación de su trabajo de investigación y docencia hacia las problemáticas empresariales.

Es en los niveles medio superior y superior dónde más claramente se puede notar el avance de la privatización educativa, al día de hoy. Es decir, conforme se avanza de nivel educativo, la presencia de instituciones públicas se debilita en favor de las privadas. (Ver Gráfica 2)

Perspectivas y Tareas

De ninguna manera es aceptable, bajo el pretexto de la devaluación del peso o la caída de los precios del petróleo, el aumento de la deuda pública y las bajas previsiones de crecimiento se atente contra la educación pública, gratuita, científica y de calidad, contra las condiciones laborales y la estabilidad en el empleo de los trabajadores administrativos, docentes, investigadores y de la  cultura de estos sectores. Por el contrario, la Ley de Egresos de la Federación debe  contemplar una mejoría real a los presupuestos de nuestras instituciones, que les permita cumplir cabalmente con su función social ya expuesta.

La Reforma Educativa carece de legitimidad, no tiene un contenido pedagógico, no contiene un planteamiento preciso e integral de la educación y del sistema educativo nacional y de los fundamentos filosóficos y pedagógicos.Es regresiva y lesiva, contiene un retroceso en los derechos laborales y sindicales de los trabajadores de la educación y en los derechos  de los estudiantes de recibir una educación pública y gratuita. En lo cultural, se reemplazan valores históricos y nacionales por valores que provienen de la globalidad mercantil trasmitidas a través del adoctrinamiento a las nuevas generaciones con patrones culturales de la clase dominante.

Es un retroceso que rompe el pacto social y político de la Revolución Mexicana y que dieron estabilidad a la nación, dada la importancia que ha tenido la escuela pública mexicana como parte de la identidad nacional y cultural, como factor de movilidad social y desarrollo económico.

Es por esto que es urgente convocar y construir un movimiento nacional basado en la unidad de todas las organizaciones democráticas de trabajadores de todos los niveles de la educación; que pueda desembocar en un Paro Nacional Educativo(en lo inmediato, una primera convocatoria, ya en curso y preparación, es el 16 de mayo próximo) que exprese el rechazo nacional al intento de privatizar la educación y despojar a sus trabajadores del derecho a un trabajo permanente.

GRÁFICOS

Gráfica 1: Precarización del Trabajo Académico en los niveles Medio Superior y Superior

grafico 1

 

Gráfica 2 Privatización de la Educación Media Superior y Superior

grafico 2

[1]El presente documento es una versión ampliada de una primera versión aprobada por la Nueva Central de Trabajadores (NCT) y presentada en la Segunda Convención Nacional de los Trabajadores de la Educación organizada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Esta nueva versión todavía se encuentra en proceso de revisión y aprobación por la NCT.

[2]El caso de la Universidad Autónoma Metropolitana ejemplifica una suerte de hibridez en la norma aplicable: Capítulo especial de la LFT (Apartado “A”) más Apartado “B” (ISSSTE, FOVISSSTE, PENSIONISSSTE) en materia de seguridad social.

[3]El caos es de tal magnitud que difícilmente se puede hablar de la existencia de un sistema educativo en México. Todo parece indicar que, en todo caso, se trata de todo un sistema de control de los trabajadores del conocimiento, basado en la fragmentación.

[4]Para mayor detalle sobre la dispersión sindical, ver la presentación en Power Point “Educación y Sindicalismo democrático educativo”.

[5]La reforma al artículo 3° Constitucional de 1980 o, dentro del Capítulo de Trabajos Especiales de la LFT, del Capítulo XVII “Trabajo en las Universidades e Instituciones de Educación Superior Autónomas por ley

*Fuente de la imagen destacada: http://redlatinasinfronteras.bligoo.com/mexico-educacion-de-calidad-o-barbarie

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Disertaron en México sobre la educación como agente de cambio para lograr igualdad de género

EDUCACIÓN

Elementos claves en el sistema educativo son los maestros y los libros de texto y tratar los temas de género desde la primaria, señaló Nelly Stromquist

 

Agregó que dos elementos claves en el sistema educativo son los maestros y los libros de texto. En la región de América Latina, dijo, el problema principal no es el acceso a las escuelas públicas sino la calidad que brindan.

“En calidad estamos hablando que aún tenemos escuelas públicas con muy poca proporción de acceso a los libros, a la presencia de docentes capacitados en cuestiones de género y tampoco contamos con la disposición de programas de estudios completos.

“Entonces, proporcionar una mejor educación significa que debemos tener un plan de estudio que busque específicamente transformar el género, no se puede esperar cambios automáticos en la escuela, tiene que ser un enfoque directo (…) tener un currículo de género a lo largo de la vida escolar, desde la primaria hasta la secundaria”, señaló Stromquist.

La investigadora de la Universidad de Maryland, -quien tiene entre sus temas de estudio la dinámica de las políticas y prácticas educativas, relaciones de género y la equidad, particularmente en América Latina- indicó que es necesario abordar todos los temas relacionados a la perspectiva de género.

“Temas que se dejan de lado porque son controversiales o porque son incómodos. Hay que darle a los estudiantes conocimiento sobre temas que incluyen la vida diaria, la violencia doméstica, la violencia sexual, los derechos civiles, las consecuencias del acoso sexual y las consecuencias negativas de la división del trabajo por género en la esfera privada”, enfatizó la especialista durante la conferencia El papel de las innovaciones basadas en el género en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas, dentro de la Cumbre de Género 2016 que se realizó el viernes pasado en la Ciudad de México.

América Latina una región heterogénea

En la misma conferencia, Gloria Bonder, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, en Argentina, dijo que para hablar de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se debe tomar en cuenta el contexto.

“América Latina es una región muy heterogénea en donde el diez por ciento posee el 70 por ciento de la riqueza”, detalló Bonder.

Explicó que los resultados donde se aplicaron los ODS (17 objetivos para transformar el mundo, entre ellos fin de la pobreza, hambre cero, salud y bienestar, educación de calidad e igualdad de género) se registró un incremento en la inversión en educación, ciencia y tecnología en países como Brasil, Chile, Argentina y México.

Agregó que también aumentaron los centros de estudios de género: “Estamos en la etapa de visibilidad, en donde mostramos que la desigualdad existe”, finalizó la investigadora argentina.

En la conferencia también participaron Heisook Lee, de Women in Science, Engineering and Technology (WISET) de Corea del Sur, Juan Casasbuenas, de Science & Technology for Global Development, SciDev.Net y Holly Falk-Krzesinki, de Elsevier, Estados Unidos. La moderadora fue Elizabeth Pollitzer, de PORTIA, Reino Unido.

Fuente: http://ht.ly/4nuLjM

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Higher education and neoliberal temptation A conversation with Henry Giroux

Fuente: Eurozine / 7 de Mayo de 2016

Henry Giroux, Almantas Samalavicius

Higher education and neoliberal temptation

A conversation with Henry Giroux

If the university is to survive, faculty are going to have to rethink their roles as critical public intellectuals, connect their scholarship to broader social issues and learn how to write for and speak to a broader public. Of this much, the cultural critic and doyen of critical pedagogy Henry Giroux is convinced.

Almantas Samalavicius: The neoliberal agenda that came into being a few decades ago in the northern hemisphere, and was eventually globalized, now seems to threaten systems of higher education worldwide. The persistence of this phenomenon has become alarming to many who care about its social consequences. As you have correctly and insightfully observed in your 2014 book Neoliberalism’s War on Higher Education, «a full-fledged assault is also being waged on higher education in North America, the United Kingdom and various European countries. While the nature of the assault varies across countries, there is a common set of assumptions and practices driving the transformation of higher education into an adjunct of corporate power and values». Why is this agenda taking over societies that are so different from each other? What makes neoliberalism so overwhelmingly powerful and resistant to criticism as well as to social action? Why do governments give themselves up to neoliberal ideology, even if they claim to represent quite different ideological positions?

Henry Giroux: For all of its differences, neoliberalism brings together a number of elements that makes it appear almost insurmountable, if not universal, in its ability to normalize itself and convince the rest of the world that there is no alternative as Margaret Thatcher once argued.

First, it has created a new set of power relations in which power is global and politics is local. The financial elite now operate in the global flows of capital and have no allegiance to the nation-state or to the social contract that mediated between labour and capital in the post-war period. This separation points to a crisis of agency on the part of the state and a crisis of politics in terms of the ability to develop social formations that can challenge capital on a global rather than simply a local scale. The nation-state can no longer make concrete decisions on the economic level or create social provisions necessary to limit the effects of the market and offer the most basic services for people.

At the nation level, state sovereignty has been transformed into economic sovereignty. Governments don’t give themselves up, they have been hijacked by the institutions, power and wealth of the global elite. There is no way for states to challenge global forms of governance. We must remember that neoliberalism is very powerful not only because of its economic structures but also because of its pedagogical and ideological power. It not only consolidates wealth and power in different wars for the ultra-rich, it also controls all of those cultural apparatuses and pedagogical sites that function to produce identities, desires and values that mimic the market. In this sense it is a mode of governance that controls all of social life and not simply the market.

As a mode of governance, it produces identities, subjects and ways of life free of government regulations, driven by a survival of the fittest ethic, grounded in the idea of the free, possessive individual and committed to the right of ruling groups and institutions to accrue wealth removed from matters of ethics and social costs. As a policy and political project, neoliberalism is wedded to the privatization of public services, the selling off of state functions, the deregulation of finance and labour, the elimination of the welfare state and unions, the liberalization of trade in goods and capital investment and the marketization and commodification of society. As a form of public pedagogy and cultural politics, neoliberalism casts all dimensions of life in terms of market rationality.

AS: As public higher education withers in a number of countries, either various policies of privatizing higher education are introduced or the logic of the market takes over. More and more universities and other institutions of higher education are being run as if they were large multinational companies seeking immediate profit; politicians and administrators speak out for efficiency, marketability of knowledge, institutional sensitivity and adaptability to the market, etc. What do you think will be the social and cultural price if this tendency continues to retain the upper hand? And do you see any possibilities to resist this global transformation of universities as well as higher education in general?

HG: If this tendency continues, it will mean the death of critical thinking and higher education will simply become another ideological apparatus dedicated to training rather than education, stifling critical inquiry rather than nurturing it – and will narrow if not kill the imagination rather than cultivate it. One consequence will be that knowledge will be utterly commodified, students will be defined in utterly instrumental terms and the obligations of citizenship will be reduced to the private orbits of self-interest, consumption and commodification. This nightmare scenario will reinforce one of the central tendencies of totalitarianism; that is, a society dominated by thoughtlessness, stupidity and diverse modes of depoliticization.

In the United States and in many other countries, many of the problems in higher education can be linked to low funding, the domination of universities by market mechanisms, the rise of for-profit colleges, the intrusion of the national security state and the lack of faculty self-governance, all of which not only contradicts the culture and democratic value of higher education but also makes a mockery of the very meaning and mission of the university as a democratic public sphere. Decreased financial support for higher education stands in sharp contrast to increased support for tax benefits for the rich, big banks, military budgets and mega corporations. Rather than enlarge the moral imagination and critical capacities of students, too many universities are now wedded to producing would-be hedge fund managers, depoliticized students and creating modes of education that promote a «technically trained docility».

Strapped for money and increasingly defined in the language of corporate culture, many universities are now driven principally by vocational, military and economic considerations while increasingly removing academic knowledge production from democratic values and projects. The ideal of the university as a place to think, to engage in thoughtful consideration, promote dialogue and learn how to hold power accountable is viewed as a threat to neoliberal modes of governance. At the same time, higher education is viewed by the apostles of market fundamentalism as a space for producing profits, educating a docile labour force and a powerful institution for indoctrinating students into accepting the obedience demanded by the corporate order.

However, it is crucial to remember that power is never without resistance and this suggests that faculty, students, unions and broader social movements must fight to regain higher education as a democratic public sphere. In addition, it must be made clear to a larger public that higher education is not simply about educating young people to be smart, socially responsible and adequately prepared for what ever notions of the future they can imagine, but that higher education is central to democracy itself.

Without the formative culture that makes democracy possible, there will be no critical agents, no foundation for enabling people to hold power accountable and no wider foundation for challenging neoliberalism as a mode of governance and political and ideological rationality. The struggle over higher education and its democratic misuse cannot be separated from the struggle to undo the reign of markets, neoliberalism and the ideologies informing this savage market fundamentalism. We see this struggle being taken up in precisely these terms in many countries in Latin America, the United Kingdom and the United States. Time will tell if they can spark a global movement to transform both higher education and the political and economic system that holds it hostage.

AS: The American research university has been a model institution of higher education during the last half-century in many places of the globe. Despite the spectacular ascent of multiversity, proclaimed as early as 1963 by Clark Kerr in his famous book The Uses of the University, the production of research is in fact just one of the university’s functions. However, this function is taken for granted and even fetishized. Meanwhile, the teaching and education of informed, responsible citizens, capable of critical scrutiny as well as many of the other tasks of higher education, have been largely neglected and ignored. Do you see this imbalance in the functions of the university as threatening? What are the potential dangers of imagining the university exclusively as a research enterprise that relinquishes any commitment to teaching and cultivating a critical consciousness?

HG: The role of research in the university cannot be separated from the modes of power that influence how research is defined and carried out. Under the reign of neoliberalism and given the encroaching power of the military-industrial complex, research is prioritized and rewarded when it serves the interests of the larger society. In this instance, research becomes armed and instrumentalized, serving largely the interests of powerful corporations or the ongoing death-machine of the military and its corporate allies. Research that matters informs teaching and vice versa. Universities are not factories and should not be defined as such. They are there to serve faculty, students and the wider community in the interests of furthering the public good. When the latter become subordinated to a research agenda that is simply about accumulating capital, the critical, moral and political essence of the university withers and everybody who believes in a democracy is marked for either failure, exclusion or punishment.

The corporate university is the ultimate expression of a disimagination machine, which employs a top-down authoritarian style of power, mimics a business culture, infantilizes students by treating them as consumers and depoliticizes faculty by removing them from all forms of governance. Clearly all of these defining relations produced by the neoliberal university have to be challenged and changed.

AS: Traditionally, the university has been understood as community of scholars and students. However, there are multiple reasons for the university hardly existing any more in these terms. Back in the 1970s, the American social thinker Paul Goodman still articulated a vision of a community of scholars but during recent decades, academics either function simply as obedient personnel afraid to lose their diminishing rights and «privileges» (if there are any at all) or otherwise their collective voice is hardly heard. How can public criticism get back to where it should belong – i.e. in the universities?

HG: The increasing corporatization of higher education poses a dire threat to its role as a democratic public sphere and a vital site where faculty can address important social issues, be self-reflective and learn the knowledge, values and ideas central to deepening and expanding the capacities required to be engaged and critical agents. Unfortunately, with the rise of the corporate university which now defines all aspects of governing, curriculum, financial matters and a host of other academic policies, education is now largely about training, creating an elite class of managers and eviscerating those forms of knowledge that conjure up what might be considered dangerous forms of moral witnessing and collective political action.

Many faculty have bought into this model because it is safe for them and they get rewarded. If the university is to survive, faculty are going to have to rethink their roles as critical public intellectuals, connect their scholarship to broader social issues and learn how to write for and speak to a broader public. Neoliberal modes of governance reinforce the worse dimensions of the university: specialisms, a cult of distorted professionalism, a narrow empiricism, unwillingness to work with others and a mode of scholarship steeped in obtuse and often mind-numbing discourse. All of this must change for faculty or they will not only be unable to defend their own labour as academics, they will continue to lose power to the corporate and managerial elite.

AS: Higher education is intrinsically connected to what is usually termed as a public good, however, as you penetratingly observe «under the current regime of neoliberalism, schools have been transformed into a private right rather than a public good». Do you think it is possible for higher education to reclaim its role in creating and providing a public good or at least providing a setting where a public good might be created? Under what conditions can are universities able to perform such a task? How can they get support from the public? Can one count on public intellectuals at all?

HG: Universities are suffering from a crisis of legitimacy and a crisis of agency. If they are going to regain their role as a public good, faculty, students and other educational progressives are going to have to strongly challenge the current role of higher education. This means that faculty, students and various groups outside of the university are going to have to engage in a range of acts of civil disobedience extending from occupying classrooms to mobilizing larger populations in the street to force the hand of corporate power and its allies.

We saw this happen in Quebec a few years ago and such actions must be repeated on a global level. Public intellectuals are absolutely necessary to participate meaningfully in this role. We rarely hear about them but there are plenty of academics acting as public intellectuals, not only in the liberal arts, social sciences and humanities, but also in the health sciences where faculty are working closely with communities to improve the conditions of the often poor residents who reside in these communities. While public intellectuals can ask important questions, provide a critical language, help write policy and work with social movements, any real change will only come from the outside when social formations, educators and other progressive groups can force the hands of political power, governance and legislation.

AS: Despite higher education’s present orientation toward the market and the reign of an ideology that glorifies the market even in those spheres where it is not supposed to and cannot work, what is your vision of the coming tendencies in higher education during the next decades? Do you expect the present trends concerning the marketization of higher education to be finally reversed? Or will we witness the final triumph of neoliberalism?

HG: I am not optimistic but hopeful. That means, I don’t think progressive change will come by default, but only by recognizing the problems that have to be faced and then addressing them. The latter is a matter of real hope. The cruelty, barbarism and violence of neoliberalism is no longer invisible, the contradictions it produces abound and the misery it inflicts has become extreme. Out of the ashes will hopefully rise the phoenix of hope.

Link original: http://www.eurozine.com/articles/2016-05-04-giroux-en.html#.VywfBucKSeU.facebook
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EEUU: Planned Parenthood Defunded in Kansas

América del Norte/EEUU/Mayo 2016/Autor: Gabriella Dunn/ Fuente: McClatchyDC

Resumen: El centro de Planificación Familiar del estado de Kansas manifestó que recibió una carta de la oficina del gobernador, de dicho estado, en la que les informa que serán retirados los fondos a partir del 10 de mayo del año en curso.

Planned Parenthood says it received a letter from the state announcing that it will be defunded beginning May 10.

The governor’s office, the Kansas Department of Health and Environment and the Centers for Medicare and Medicaid Services did not immediately comment.

“This is an outrageous attempt by Governor Brownback to punish the women and men who have freely chosen Planned Parenthood for their health care for decades,” Laura McQuade, president and CEO of Planned Parenthood of Kansas and Mid-Missouri, said in a written statement.

The state money comes through , which provides health care for low-income and disabled Kansans. Some of the services it covers include annual exams, birth control, preventative care and breast exams. Medicaid does not cover abortions.

Gov. Sam Brownback previously promised to defund Planned Parenthood in his State of the State address in January and cited video images that anti-abortion activists say show Planned Parenthood executives arranging for the sale of fetal tissue and organs for medical research.

He did not apologize to Planned Parenthood when the videographers were indicted a few days later.

Eileen Hawley, the governor’s spokeswoman, said in an e-mail Wednesday that the governor called for this action “in order to protect the unborn and support a culture of life in Kansas. Planned Parenthood has been fully informed of the reasons for this decision, including their own refusal to submit to a lawful inspection of their premises.”

The letter from the Kansas Department of Health and Environment says the order was made at the direction of the governor, through the head of the state health department.

Brownback cited these reasons for taking away Planned Parenthood’s funding: noncompliance with laws, administrative regulations or with providing medical provider information; noncompliance with provider agreements; unethical or unprofessional conduct; and “other good cause.”

Kansas Department of Health and Environment Division of Health Care Finance notified Planned Parenthood of the state’s plan to defund the program in a March 10 letter, which alleges that Planned Parenthood’s Overland Park facility prevented a waste inspector from KDHE from completing a December inspection and photographing certain portions of the facility. The letter notes that Planned Parenthood’s attorneys have rejected this claim.

The March 10 letter also cites the videos from Houston as evidence “that warrant termination of (Planned Parenthood Fedaration of America) PPFA’s Kansas affiliates.”

Lawyers representing Planned Parenthood on April 29 presented arguments about why it shouldn’t be defunded during an administrative review with representatives from the Division of Health Care Finance.

“After a thorough review of all information presented, it is the decision of DHCF (the Division of Health Care Finance) that your participation in KMAP (the Kansas Medical Assistance Program) will be terminated effective May 10, 2016,” the letter read.

A statement from the American Civil Liberties Union of Kansas said 10 other current and former Planned Parenthood medical providers were also terminated.

The statement went on to say that the Centers for Medicare and Medicaid Services does not allow states to exclude providers for offering abortion services.

“Medicaid recipients have the right to receive services from any Medicaid-eligible provider,” the ACLU statement read.

Sen. Laura Kelly, D-Topeka, the ranking Democrat on the Senate Public Health and Welfare Committee, called it an attack on women, saying that it would affect low-income and young women who rely on Planned Parenthood for gynecological services.

“By withdrawing these funds, which were not used for abortions, all you’re doing is taking away primary healthcare for women,” Kelly said.

“If people were truly concerned about reducing the number of abortions they would be enhancing funding for entities like Planned Parenthood and our community health clinics, so that women could get good family planning care,” she added. “The only way we’re ever going to reduce abortions is to reduce the number of unintended pregnancies.”

Troy Newman, president of Operation Rescue, an anti-abortion group, said “hallelujah” when he heard about the announcement.

“Mark my words, this is the beginning of the end of Planned Parenthood,” he said, adding that he foresees federal legal issues for Planned Parenthood.

“Really, the stripping of their money is the least of their worries,” Newman said.

If it disagrees with the decision, Planned Parenthood has a month to formally request a hearing with the state’s Office of Administrative Hearings.

Planned Parenthood announced March 22 that it was expanding access to the abortion pill in Wichita as well as treatments for menopause and HIV prevention medicine along with transgender care.

Fuente de la noticia: http://readersupportednews.org/news-section2/318-66/36698-planned-parenthood-defunded-in-kansas

Fuente de la imagen: http://readersupportednews.org/images/stories/article_imgs20/020916-pp-050516.jpg v

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