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Repensar la educación

Por: Hilario Vélez Merino

Con el tiempo, una prensa mercenaria, demagógica, corrupta y cínica crea un público tan vil como ella misma.

Joseph Pulitzer

El contexto

El domingo 4 de abril se iniciaron las campañas políticas con la difusión de 19 000 000.5 de spots en todas las estaciones de radio y televisión que hay en el país; el ritmo de transmisión fue de 314 516 spots al día, esto es, 17 473 cada hora de las 18 horas que se pautaron de 6 de la mañana a la medianoche.

Veamos algunos ejemplos del empleo de recursos estratosféricos. En la elección de quince gobernadores, al estado que menos recursos le asignó el Instituto Nacional Electoral (INE) fue Colima; el de más recursos para la campaña, Sonora.  En Colima, el Consejo Local del INE del Estado de Colima determinó que el máximo de gastos de campaña por candidato será de 16 565 988 pesos, y en Sonora lo fijó en 85 311 342 pesos.

Para la elección de diputados federales, el INE determinó un tope máximo de gastos de campaña por candidato de 1 648 189 pesos; serán votados 300 diputados de mayoría relativa; suman la “módica cantidad” de 494 456 700 pesos de gastos.

Más allá del financiamiento ordinario, este año los partidos políticos dispondrán de 3 361 293 411 pesos para lo que se conoce como “obtención del voto ciudadano”; las campañas durarán 60 días e implicaría un gasto diario de 56 000 000 de pesos en proselitismo político.

Estos gastos exagerados los pagamos los ciudadanos con la contribución que hacemos al Servicio de Administración Tributaria (SAT). México es uno de los países que más invierte en elecciones y en financiamiento a los partidos políticos.

Dejemos de lado el gasto que genera obtener el voto ciudadano. Vayamos a la lluvia de spots que las familias reciben a diario de la televisión y radio. Son 17 473 cada hora, representan 291 spots por minuto que escuchan los niños y adolescentes en edad escolar.

Fundamento

Pero vayamos a los contenidos de cada spot. En la investigación realizada por Enrique Castañeda Tenorio y Patricia Fabiola Coutiño Osorio (profesor investigador en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y profesora investigadora en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, respectivamente), los resultados del análisis revelan que en las campañas electorales no importa a quién se descalifique ni las consecuencias siempre y cuando las campañas en contra del adversario se ajusten a la normatividad vigente. Finalmente, se examinan los anuncios de distintos partidos políticos a la luz de la última reforma. Estos dan cuenta de la reiterada descalificación hacia los contendientes como estrategia política para atraer votos.

Analicemos ahora qué impacto tiene la publicidad y los spots de la televisión en los niños en edad escolar y sus familias

Muñoz Alonso sostiene que los medios, y muy especialmente la televisión, son los que moldean el entorno social. Gran parte de la percepción de la realidad de cualquier persona está tamizada en buena medida por los medios de comunicación y en concreto por la televisión; vivimos en una cultura mediatizada por la televisión.

    Los medios como televisión y radio influyen en los esquemas infantiles de tres formas diferentes pero no excluyentes entre ellos:

  • Los medios de masas pueden cambiar los esquemas emocionales cuando son débiles, pobremente integrados, aislados o inaprovechables.
  • Pueden cambiar los esquemas emocionales cuando son centrales, sobresalientes, importantes y bien integrados, e incluso si son también insuficientemente desarrollados para manejar eventos nuevos.
  • Pueden cambiar la consideración del esquema y de su proyección o desarrollo gracias a exposiciones sistemáticas, continuas y consistentes de los mensajes (efectos de cambios gota a gota) muy característicos de la televisión).

    Causan una verdadera confusión entre realidad y ficción. Una de las razones que defendemos los profesores es que los niños son muy vulnerables a los mensajes televisivos porque toman por realidad lo que ven en el televisor.

   Vivimos una saturación propagandista impregnada de publicidad comercial y ahora la publicidad electoral que cansa y llega al hartazgo total.

Esta sarta de descalificaciones, mentiras y ofensas de los spots no sólo influyen en distorsionar la realidad de los alumnos, sino que vulneran los estados socioemocionales ya golpeados por la pandemia.

Propuesta

En la actualidad, los docentes reconocemos que los medios de comunicación de masas son considerados un elemento que forma parte de la vida de los escolares e influyen de manera directa en su percepción de la realidad y del mundo en el que viven.

En consecuencia, son una fuente de aprendizaje para ellos y se convierten, en definitiva, en agentes que influyen en su proceso de aprendizaje y socialización, aunque con pocos resultados.

La estrategia de la SEP Aprende en casa cambió la concepción de que los medios de comunicación ofrecían información contradictoria en relación con el aprendizaje que los niños adquirían en la escuela. Supone una intromisión en el trabajo realizado por el docente a lo largo del proceso de enseñanza y aprendizaje porque se les consideraba como intrusos que actúan perjudicando el producto del trabajo docente.

Este paradigma se puede fundamentar en los siguientes elementos que conforman los acción educativa y pedagógica de la escuela:

  • Tendencia a ignorar los medios de comunicación por la influencia negativa que ejercen sobre el aprendizaje.
  • Acciones de protección para los alumnos con el fin de frenar su influencia.
  • Puesta en práctica de un proceso de enseñanza y aprendizaje en contra de los medios.

La pandemia nos está planteando otros escenarios debido a que los docentes implementamos nuevas pedagogías para generar aprendizajes virtuales y trabajamos con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), incluidos los programas establecidos en la TV

Con esta nueva percepción la escuela debe plantearse nuevos retos en relación con los medios de comunicación:

  • Enseñar al estudiante a seleccionar la información que recibe.
  • Considerar a las TIC como un recurso didáctico y un elemento de apoyo para el proceso educativo que determine aquellos que se pueden utilizar en los procesos de enseñanza y aprendizaje, y se descarten aquellos que se limitan al entretenimiento.
  • Analizarlos como objetos de estudio y de conocimiento.
  • Incorporar las TIC como objeto de estudio a través de los temas transversales con el fin de que el alumnado adquiera una actitud que conlleve al análisis crítico y reflexivo del contenido que estos transmiten.
  • Enseñar a los alumnos a analizar el papel que desempeñan los medios de comunicación en nuestra sociedad.
  • Aprender a analizar la forma en que los medios organizan nuestro modo de ver el mundo.

Los medios de comunicación son un espejo donde se puede observar el acontecer diario y lo que sucede en nuestro alrededor. Permiten al alumno acercarse a los principales problemas y provocan la toma de posición y la decisión personal.

La escuela no puede competir con los medios, pero tampoco puede ignorarlos o tratar de estigmatizarlos porque fracasará rotundamente. No es con el rechazo con lo que se puede neutralizar su influencia sino con la aceptación, el acercamiento y el conocimiento de todos los mecanismos que lo conforman.

La mejor manera de proceder es formando a los docentes y a los alumnos para que sean espectadores inteligentes y críticos, capaces de filtrar la información, elegir los programas y navegar por la red de una manera consciente y bien pensada, sin dejarse manipular ni recibir de forma pasiva mensajes que atenten contra su dignidad personal.

Dejemos las descalificaciones y el hartazgo que nos está causando los mensajes de cada partido en esta campaña electoral.

 Los recursos que están gastando los partidos y candidatos mucha falta nos hacen en cada escuela: no tenemos internet, ni tenemos equipos de cómputo ni contamos con docentes de las asignaturas de Educación artística, de Vida saludable y de Tecnologías. Y, para colmo, no tenemos recursos para comprar medidores de temperatura, gel desinfectante y jabón para el regreso a clases.

Se suma que gran cantidad de las escuelas fueron objeto de robos, solo en mi zona escolar de secundarias técnicas de 9 escuelas en total, cuatro fueron visitadas por ladrones que se llevaron: aires acondicionados, equipo de cómputo, mobiliario, cablería eléctrica, tubería de agua potable, más la destrucción de protectores de ventanas y puertas.

Todo ese dinero malgastado en campañas de desprestigio, que vulneran la realidad y la ética de los alumnos, bien puede servir para fortalecer los centros educativos: contratar a los docentes que nos faltan y contar con trabajadores sociales y orientadores escolares que muchas escuelas no tenemos; en fin, sobraría para construir más escuelas con amplias instalaciones, mobiliario y equipos electrónicos modernos.

Fuente: educacionfutura.org

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Lecciones de pandemia

Por: Angel Santiago Villalobos

Mantenerse en forma saludable es sinónimo de una mayor defensa ante los virus como el que actualmente azota al mundo…

 

Ya hemos notado en este periodo de pandemia por el que estamos pasando que el mantenerse en forma saludable es sinónimo de una mayor defensa ante los virus como el que actualmente azota al mundo y que en nuestro país todavía seguimos padeciendo los estragos del mismo, con olas de rebrote dispersas en varias regiones.

 

Si tomamos nota de los índices de morbilidad y mortalidad  desde el inicio de la pandemia a la fecha, podremos notar que afecta principalmente y de mayor gravedad a personas sedentarias con problemas de obesidad, hipertensión, etc. Males ocasionados por la falta del habito del ejercicio o la cultura física; a simple vista podemos notar que más personas lo han reconocido y están optando por mantenerse activos de alguna manera, practicando algún deporte individual o simplemente optando por realizar rutinas de ejercicio personal, esto es una lección aprendida por la pandemia de manera personal.

 

Pero en el ámbito de la sociedad en general y como colectivo aún hay mucho por hacer, no solo en la promoción de la actividad física, si no en la creación de proyectos comunitarios, municipales, estatales y nacionales en donde se involucre a toda la población sin excluir a nadie, ya que todavía muchos piensan que con la creación de ligas deportivas llegamos a toda la sociedad, pero nos olvidamos de las personas con alguna discapacidad o impedimento para la práctica de estos, tales como la edad, el factor económico, etc.

 

Por todos ellos hay que crear proyectos en los cuales podamos incluir a todos, agregando actividades que puedan practicarse de manera individual o en conjunto pero de acuerdo a las necesidades de toda la población, opciones como juegos predeportivos, juegos modificados, juegos de convivencia, juegos tradicionales y de mesa; difusión y espacios para la práctica del ciclismo, atletismo, el baile tradicional, actividades con rutinas musicales, natación,  por citar algunos, así también el continuar con la creación, restauración y mantenimiento de parques recreativos infantiles y deportivos, en la mayor cantidad de poblados, barrios y colonias para un mejor acceso a estos.

 

Esto en conjunto con el mantenimiento y equipamiento de hospitales, es en verdad invertir en la salud.

Fuente: https://profelandia.com/lecciones-de-pandemia/

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Retos para la formación docente post-pandemia: ¿Hacia dónde dirigir la mirada?

Por: Miguel Ángel Pérez Reynoso

Comienzan a abrirse algunos espacios pensados en reflexionar y debatir en torno a la formación de las y los nuevos docentes después de la pandemia. Existen algunos convocatorios en torno a la realización de Congresos de Educación Normal tanto a nivel local como en el ámbito nacional, cuyo centro de discusión y deliberación está relacionado con la formación docente en medio de la pandemia. Sin embrago el error que pueden volver a cometer las instituciones formadoras de docentes (escuelas Normales y otras instituciones formadoras de docentes), es dirigir la mirada hacia el pasado hacia lo que ya hacíamos y era exitosos en un contexto que ya no es este contexto.

Dentro de las diversas enseñanzas que nos ha dejado la pandemia, es que la mirada deberá estar dirigida en prospectiva, pensar en lo que viene o en lo que está por venir por encima de lo que ya ha pasado. La pandemia nos enseñó que no todo es virtualidad ni educación remota o a distancia; la pandemia nos enseñó también lo frágiles y lo vulnerables que somos no solo en el aspecto médico o biológico también en lo educativo

Formar docentes hoy en día bajo este contexto post-pandémico tiene que ver con ser sensibles a una realidad inédita que ha movido casi todo de la vida cotidiana de las personas y por su supuesto también de las instituciones que hacen educación, que forman docentes, junto con las diversas tendencias que hablan de formación docente (ahí ya es posible hablar de una pedagogía de la pandemia), etc.

Por lo tanto, la formación docente comienza por reconocer la diversidad de posibilidades de atención educativa y la exigencia de formarse para reconocer dicho abanico de posibilidades.

Formar docentes bajo esta nueva serie de exigencias, está relacionado con lo que se llama la “versatilidad curricular” a partir de reconocer que han cambiado los contextos (se han hecho diversos) han cambiado los sujetos y se han modificado los medios y las formas de atención escolar. Al final de ello se puede hacer una matriz que abra las distintas posibilidades de atención educativa. Entonces la exigencia ahora es formarse para un mundo lleno de elementos impredecibles y de los cuales no se tiene control, solamente (y de manera parcial) de la capacidad profesional de quien realiza la tarea.

El rol o el perfil de las y los docentes que habrán de arribar a las instituciones en el escenario post-pandémico, deberán ser lo suficientemente competentes para crear ambientes de aprendizaje bajo distintos formatos (virtual, presencial, híbrido), deberán saber hacer adaptaciones curriculares para distintos sujetos de contextos muy diversos. Y, por último, la claridad y la verificación del logro de aprendizajes deberá ser a partir de nuevos aprendizajes, en este último aun no tenemos propuestas claras, ni evidencias de instancias que hayan sido exitosas con sus propuestas educativas y con la forma de evaluar los aprendizajes esperados durante este contexto de ninguna instancia, que eduqué o que evalué los aprendizajes esperados.

Como podrá verse la tarea no es sencilla de ahí la urgente necesidad de cambiar la mirada y de dirigirla ahora ante un escenario totalmente nuevo y mucho más demandante de que lo hacinamos o conocíamos con anterioridad.

Fuente: https://www.educacionfutura.org

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México: Cambios en la USICAMM: Sale Francisco Cartas y llega Adela Piña Bernal

Por: Erick Juárez Pineda

La Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros tendrá cambio de titular: saldrá Francisco Cartas y entra la diputada Adela Piña Bernal.

La Secretaría de Educación Pública confirmó que este cambio se realizará los próximos días.

Adela Piña es licenciada en Educación. Se desempeñó profesora de educación básica de 1984 a 1998, hasta que se convirtió en coordinadora sindical en la Sección 9 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Finalizó su comisión sindical en 2007 y retornó a sus labores docentes hasta 2016.

De 2013 a 2016 fue además presidenta del comité ejecutivo municipal de Cuajimalpa, Ciudad de México de Morena, partido del cual también se desempeña como consejera política nacional y estatal.

En 2018 fue elegida diputada federal por la vía plurinominal a la LXIV Legislatura que concluye en 2021. En ella se desempeña como presidenta de la comisión de Educación e integrante de la comisión de Medio Ambiente, Sustentabilidad, Cambio Climático y Recursos Naturales.

Fuente e imagen: https://www.educacionfutura.org

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Ajuste al calendario escolar 2021-2022. ¿Y el Sindicato de Maestros?

Por: Abelardo Carro Nava

El SNTE legalmente tiene la representación del magisterio, no así al magisterio. ¿Acaso no lo sabe la maestra?…

Con la llegada de la profesora Delfina Gómez a la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), a través de su dirigente, el profesor Alfonso Cepeda, vio la posibilidad de lograr un acercamiento con la responsable de la política educativa mexicana; algo que no pudo hacer con el ex titular de esta dependencia, Esteban Moctezuma. Y desde luego, la profesora se ha dejado seducir por aquella vieja, romántica y falaz idea que priva en el ámbito político: el SNTE son los maestros; y no es cierto. Este Sindicato legalmente tiene la representación del magisterio, no así al magisterio. ¿Acaso no lo sabe la maestra? En fin.

En las últimas semanas hemos sido testigos de ese acercamiento que refiero; se ha visto muy cómoda a la titular de la SEP y, por supuesto, al Secretario General del SNTE, en diversos eventos, por ejemplo: en la negociación salarial de este año y de la que se obtuvo un “incremento” paupérrimo y el tan difundido bono extraordinario de 720 pesos, o en el encuentro en el que acordaron una serie de medidas para un regreso seguro a las escuelas.

Acciones que, sin duda, pudieran considerarse como una muestra de la “consideración” que, tanto la SEP como el SNTE, tienen para con estos trabajadores de la educación quienes, durante la pandemia, han redoblado esfuerzos para continuar con el proceso formativo de los millones de estudiantes que cursan sus estudios en alguno de los niveles educativos, pero, desafortunadamente, no fue así. Se trató de “encaminar”, sin ningún contratiempo y en alianza, el calendario escolar del próximo ciclo escolar. Era obvio, la profesora necesitaba del apoyo de esa representación sindical para que el magisterio no se inconformara ante la serie de decisiones tomadas y plasmadas en éste.

Como era de esperarse, el sentir de la base trabajadora sobre este asunto se dio a conocer a través de diversos medios de comunicación con un par de demandas: ajuste al calendario escolar y dignidad al trabajo docente (El Universal, 2021).

Y es que, a raíz de que se difundió el contenido del Proyecto publicado en la página oficial de la Comisión Nacional Regulatoria sobre calendario escolar 2021-2022 (Profelandia.com, 2021), las redes sociales se inundaron de diversas expresiones de rechazo puesto que, como tal, dicha propuesta de calendario planteaba: que el próximo ciclo escolar para educación preescolar, primaria, secundaria iniciara el 30 de agosto de 2021 y concluyera el 28 de julio de 2022, mientras que para la educación normal y demás para la formación de maestros de educación básica, que comenzara el 30 de agosto de 2021 y terminara el 19 de julio de 2022.

Además de ello, esta propuesta también contemplaba, que los docentes de educación básica tuvieran un taller intensivo del 17 al 20 de agosto de 2021 y la sesión intensiva del Consejo Técnico Escolar del 23 al 27 de agosto. Aunado a un periodo de identificación del abandono escolar y evaluación diagnóstica comprendida del 30 de agosto al 10 de septiembre, y un periodo de recuperación de aprendizajes del 13 de septiembre al 23 de noviembre, así como también, 8 sesiones de Consejo Técnico a lo largo del ciclo escolar.

Una vez que la SEP tuvo conocimiento de estas reacciones – quiero pensar que así fue –, ni tarde ni perezosa a través de su cuenta de Twitter difundió lo siguiente: “Respecto a los señalamientos del día de hoy, referentes al calendario escolar 2021-2022, es nuestra responsabilidad aclarar que: el documento publicado en la Comisión Nacional de la Mejora Regulatoria, no ha entrado en vigor; se garantizan 20 días de descanso al personal docente y administrativo al término del presente ciclo escolar; es responsabilidad de las autoridades educativas locales garantizar el cumplimiento del próximo calendario lectivo 2021-2022; la próxima semana se dará a conocer, de manera oficial, el calendario escolar 2021-2022, que contempla 200 días de clases”. Además de ello, en este mismo tuit, sugirió revisar el comunicado de la SEP No. 127 que, palabras más palabras menos, aborda lo mismo, pero con otras palabras y detalles sin que haya dado a conocer, de manera puntual y precisa, la o las razones por las que se extendería el ciclo escolar 2021-2022. Probablemente ésta o éstas aluden a “las condiciones impuestas por la pandemia de Covid-19” pero el texto no es explícito en este sentido.

Dicho lo anterior, de esta propuesta llama la atención cuatro aspectos que son dignos de análisis: el taller intensivo de capacitación docente, la sesión intensiva del Consejo Técnico Escolar, el periodo de identificación del abandono escolar y evaluación diagnóstica y el periodo extraordinario de recuperación.

Sobre el primero habría que preguntarse, ¿sobre qué se capacitaría a los docentes si, como se sabe, la oferta que brinda la SEP no se ha ajustado a las demandas y necesidades reales del magisterio? Peor aún, ¿quién o qué instancia brindará esos cursos?, ¿cuál es la responsabilidad de los estados en estos asuntos?

Sobre el segundo, ¿de nueva cuenta se trabajará sobre los Programas Escolares de Mejora Continua de las Escuelas (PEMC)?, ¿no cuenta la SEP con un plan estratégico para que las instituciones educativas decidan qué aspectos, temas o problemas pueden abordar en ese Consejo Técnico?, ¿de qué manera se retroalimentará a los colectivos docentes y directivos sobre los resultados que obtuvieron en los PEMC del ciclo que está por terminar? En fin, ¿no se conoce otra estrategia? Si se conoce, ¿cuál es esa estrategia?

Del tercero, ¿qué pasó con los lineamientos federales para el establecimiento de un sistema de seguimiento y apoyo para estudiantes de educación preescolar, primaria y secundaria cuyo objetivo consistía en procurar su permanencia y continuidad académica tal y como lo mandataba el Acuerdo 12/06/20?, ¿elaboró esos lineamientos y los publicó la SEP? Si fue así, ¿en dónde se encuentran?, ¿qué acciones emprendieron las autoridades locales con base en dichos lineamientos?, ¿qué pasó con los reportes de incidencias que les fueron solicitados a los profesores durante todo el ciclo escolar 2020-2021?, ¿quién tiene esa información y para qué se ha empleado? Peor aún, si se cuenta con toda esta información, ¿qué ha hecho la SEP sobre el abandono escolar y para la evaluación diagnóstica?

Del cuarto punto, sobre el periodo extraordinario de recuperación surgen varias dudas, ¿recuperar qué, para qué y por qué?, ¿acaso la SEP piensa que lo sucedido en todo este periodo de tiempo fue un asunto perdido?, ¿acaso no han leído los estudios que ha venido publicando la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación?, ¿acaso desconoce que los profesores y profesoras, conjuntamente con alumnos y padres de familia, han puesto en marcha diversas acciones para continuar con su proceso formativo? No niego que en todo este camino hayan existido desavenencias en diferentes contextos y con diferentes actores, pero ¿asegurar que todo está perdido?, ¿por qué no reconoce la SEP el gravísimo error que cometió al trasladar la escuela a la casa cuando sabemos (y muchos lo expresamos desde que inicio el confinamiento) que los procesos educativos requieren del tratamiento de un especialista como lo es el maestro y no de un aparato televisivo?, ¿por qué no se dosificaron contenidos y se brindó la oportunidad de aprender con los recursos y materiales propios de los contextos?, ¿por qué la imperiosa necesidad de agotar el currículo? Una pregunta más, si la SEP considera que debe desarrollarse un periodo extraordinario de recuperación, ¿qué información tiene para plantearlo?

Bien se dice que el león cree que todos son de su condición, y no es cierto. El que la SEP y el SNTE no hayan hecho lo corresponde desde que inició la pandemia, no significa que las maestras, maestros, padres de familia y alumnos hayan detenido ese proceso formativo. Repito, con seguridad habremos de señalar algunos casos en los que no sucedió de esta manera, principalmente, por la responsabilidad o irresponsabilidad de ciertos actores, pero, como también se dice, generalizar no es del todo bueno; esa es harina de otro costal que espero abordar en siguientes artículos.

Referencias:

Redacción El Universal. (2021). Piden ajuste al calendario escolar 2021-2022. El Universal. Recuperado de: https://www.eluniversal.com.mx/nacion/piden-sep-ajuste-al-calendario-escolar-2021-2022?fbclid=IwAR0dV7l294PjmGw9iXx2_BlDUFLIZwi5yw6hal5dZphJwMeppX2p_Byyr-s

Redacción Profelandia.com. (2021). Calendario escolar 2021-2022 (propuesta). Profelandia.com. Recuperado de: https://profelandia.com/calendario-escolar-2021-2022-propuesta/?fbclid=IwAR2ypJh_7kEliUCQlienAIridoc7_zViX4wyCg6PHmoxDd6DT2vj8ZQqaLk

SEP. (2021). Boletín No. 127. Garantiza Sep tres periodos vacacionales para el ciclo escolar 2021-2022. SEP. Recuperado de: https://www.gob.mx/sep/articulos/boletin-sep-no-127-garantiza-sep-tres-periodos-vacacionales-para-el-ciclo-escolar-2021-2022?state=published

Fuente: https://profelandia.com/ajuste-al-calendario-escolar-2021-2022-y-el-sindicato-de-maestros/

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Educación Superior y Pospandemia

Educación Superior y Pospandemia

Mtro. Octavio Mercado G.

Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Cuajimalpa

Si bien es claro, para el inicio de 2021, que la Pandemia iniciada en 2020 ha transformado de manera radical todos los aspectos de la vida cotidiana a nivel global, imaginar el futuro en el mundo pospandémico, si bien es impostergable, resulta difícil cuando las condiciones cambian día con día debido a la aparición de nuevas cepas del COVID-19 y de las variables relativas a la producción y aplicación de vacunas en los países que están condiciones de hacerlo. Probablemente pasaran varios años antes de que podamos entender completamente la forma de funcionamiento del virus, sus implicaciones y posibles consecuencias en el mediano y largo plazo, así como las variables precisas que incrementan la mortalidad. Poco a poco, hemos ido adquiriendo algún nivel de certidumbre acerca de los mecanismos de transmisión, que nos pueden ayudar a tomar medidas y que comienzan a orientarse no la desinfección de las superficies, sino la mayor ventilación posible en los espacios físicos. La certeza al respecto es indispensable para poder trazar una ruta de regreso a algún nivel de presencialidad.

Las restricciones a la movilidad son, posiblemente, el aspecto que ha trastornado con mayor fuerza nuestra experiencia cotidiana, llevando, en los casos en que esto fue posible, al teletrabajo y en otros, al franco desempleo, particularmente en los sectores del entretenimiento y la cultura. Ello representa, sin embargo, solamente una de las facetas de un proceso de cambio que está afectando todas las parcelas de la vida cotidiana. En las siguientes líneas, realizaremos una reflexión especulativa sobre el futuro de la educación superior en México en un contexto pospademia al cual, optimistamente, esperamos arribar entre el último trimestre de 2021 y los primeros meses de 2022.

Durante febrero de 2020, las Universidades chinas fueron las primeras en el mundo en comenzar a cerrar sus campus, como una primera medida de contención, que fue seguida en los primeros días del mes de marzo por universidades del resto del mundo, hasta que, para el final de ese mes, se encontraban suspendidas las actividades presenciales en casi todas las instituciones de educación superior del orbe, las cuales comenzaron a plantear alternativas emergentes que permitieran mantener algún nivel de operatividad en modalidades a distancia. En el caso mexicano, el 20 de marzo la Secretaría de Educación Pública sugiere la suspensión de actividades presenciales, permitiendo a las universidades autónomas la última palabra al respecto. Entre el 17 y el 20 de marzo suspenden clases presenciales la gran mayoría de las universidades del país. Cabe señalar que, al momento de esta primera suspensión, el escenario planteado por las distintas instituciones y por el ánimo popular, era la de un confinamiento, relativamente breve, de algunas semanas, en una situación que quizás fuera solamente un poco más grave que la suscitada a partir de la pandemia de la influenza H1N1 en 2009. Este diagnóstico, sin embargo, se desvaneció en unos cuantos días

El 24 de abril, el Consejo Nacional de la ANUIES emite el “Acuerdo Nacional por la Unidad en la Educación Superior frente a la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19” en el que establece el compromiso de salvaguardar la salud de las comunidades y el aseguramiento de la continuidad de los servicios académicos.

Aquí, es importante hacer un señalamiento que es, de hecho, el origen de este texto: lo que ha ocurrido durante el último año en el contexto de la educación superior a nivel global ha sido (y de esta manera ha sido asumido repetidamente por las instituciones), un mecanismo para enfrentar una emergencia que, en un primer momento parecía que tomaría algunas semanas o, en el peor de los casos, algunos meses. En la primera mitad de 2020, no existía claridad sobre la duración del confinamiento, y no había condiciones para plantear, en ese momento, un programa razonado y planeado de educación a distancia. Explico la diferencia: un programa de educación a distancia tiene, necesariamente que habilitar a los profesores, adaptar los contenidos de los planes de estudio, las actividades didácticas e incluso, de ser necesario, los objetivos curriculares a aquello que es posible alcanzar a través de actividades no presenciales. En estos momentos, en las universidades trabajamos sobre planes diseñados en su mayoría para el trabajo presencial y en los que distintas actividades están siendo omitidas o postergadas y en los que, necesariamente, habrá algún nivel de perjuicio en la formación, en un problema cuya dimensión comienza apenas a ser valorada una vez que se ha hecho visible que las condiciones de la pandemia implicarán ajustes y adaptaciones en la operación del sistema educativo en todos sus niveles durante varios años. Esto porque, es también evidente, el problema de la educación remota en condiciones de emergencia afecta no solamente a las universidades, sino a todos los niveles educativos, en los cuales se están produciendo altos niveles de rezago y abandono, así como la ausencia de actividades prácticas que, necesariamente, impactaran en la formación, provocando carencias que tendrán que ser asumidas por los niveles educativos superiores, en la medida de los recursos disponibles.

La operación de los mecanismos emergentes se ha encontrado con múltiples obstáculos, el más evidente quizás sea la brecha tecnológica no solamente entre el país y el primer mundo, sino, de manera más preocupante, entre las distintas regiones al interior del país.

El problema principal no está, sin embargo, en la tecnología sino la manera en que se ha asumido el paso a la educación a distancia no solamente desde la emergencia sino desde una falsa normalización de las condiciones de trabajo de profesores y alumnos y donde algunas instituciones parecieran diagnosticar el éxito de la estrategia implementada sin acabar de sopesar lo perdido en esta etapa.

Es enorme la diversidad de la educación superior en México, no solamente por los distintos subsistemas que la conforman, sino por los recursos y por tanto posibilidades diferenciadas de adaptación a nuevas condiciones de las distintas instituciones. Aquí, es pertinente aclarar que el presente texto está orientado al problema de la docencia, reconociendo que la investigación se encuentra en un problema de mayores dimensiones y complejidad y por lo mismo, requiere de mayor espacio y de otro enfoque para poder abordarlo.

Particularmente en el caso mexicano, al momento de escribir estas líneas (primer semestre de 2021), y dado el rezago en la entrega de vacunas con respecto al primer mundo, particularmente EEUU y Europa, es muy probable que exista un retraso de varios meses en la vacunación frente a estos espacios, lo que producirá un desfase en la reanudación de actividades presenciales, así como en los programas de movilidad y en las posibilidades de alumnos y egresados nacionales para la realización de estudios de posgrado en el extranjero.

El calendario de vacunación, que contempla importantes avances para el último trimestre de 2021, si bien aliviará enormemente la situación, no resuelve por completo el problema de una planta docente, que en las instituciones públicas tiene una baja movilidad y por lo mismo, cuenta con altos porcentajes de profesores en edad de riesgo y con comorbilidades que amenazarán seriamente su retorno a actividades presenciales en el futuro inmediato, al menos mientras no estén totalmente claros temas como la duración de la inmunidad de la vacuna o las implicaciones de la reinfección.

De tal forma, si bien estamos todos sujetos a condiciones y tiempos globales a partir de la producción y distribución de vacunas para su posterior aplicación, o bien, el descubrimiento y desarrollo de tratamientos eficaces que logren disminuir la tasa de mortalidad del COVID-19, comienza a ser evidente que hay un conjunto de acciones sobre las que es necesario comenzar a trabajar para ir preparando a nuestras instituciones para el retorno a actividades en un clima que difícilmente podrá seguir siendo descrito como “normalidad” y que, por el contrario, obligará a redefinir, en las medidas de cada institución, condiciones particulares para el retorno a una nueva realidad que, casi con total seguridad, sabemos hoy que no será la de diciembre de 2019.

Decíamos al inicio del texto, que se trataba de una reflexión especulativa sobre el futuro, esto es, sobre todo, porque hay como pocas veces en la historia, total incertidumbre sobre las condiciones y tiempos del futuro inmediato, marcado por variables como las señaladas respecto a reinfección y tiempo de inmunidad, pero también por las afectaciones producto de la crisis económica global como primera consecuencia de la pandemia, y las posibilidades de aprender algo sobre la operación remota que sea posible aplicar en la nueva realidad a la que nos enfrentaremos, con las implicaciones que esto tiene en términos no solo pedagógicos sino incluso, de dinámicas laborales.

 

El futuro que es posible imaginar hoy

A partir de la observación de la manera en que distintas universidades han reaccionado frente a la pandemia, es posible comenzar a imaginar la manera en que, durante la segunda mitad de 2021, y posiblemente por un par de años más, al menos, se transformarán las dinámicas de los procesos de enseñanza-aprendizaje en la educación superior, particularmente en las instituciones públicas de nuestro país.

Regreso en fases y en horarios escalonados

Es muy probable que el ritmo de avance en la campaña de vacunación, sumado a la diversidad de edades de los integrantes de la comunidad, lleve a la organizar al personal de las universidades, distinguiendo aquellos ya vacunados, de los que aún no han pasado por el proceso, y a quienes se encuentran dentro y fuera de los grupos de riesgo. A partir de estas distinciones, será posible planear el retorno, mes con mes, de una cantidad cada vez mayor de integrantes de la comunidad universitaria, en una dinámica que, de cualquier manera, requerirá muy probablemente de horarios escalonados para mantener cantidades reducidas de alumnos en los salones con el mínimo indispensable de actividades presenciales.

Grupos reducidos o en espacios abiertos

El retorno no puede ser inmediato, la diversidad de condiciones de profesores y alumnos, así como de infraestructura física y digital, habrá de llevarnos a modificar las dimensiones de los grupos, Ahí donde en diciembre de 2019 era posible que 20 alumnos tomaran clase, probablemente  permitirá solamente el acceso de 10 alumnos para mantener condiciones de distancia y circulación del aire, Esto, por mera aritmética, obligará a establecer otra organización para cada clase, separando a cada grupo en fragmentos que, seguramente, tendrán que ser atendidos por el mismo profesor y en el mismo espacio, abriendo un problema cuya solución inmediata podría estar en esquemas semipresenciales y la utilización de la figura de ayudante de profesor o incluso, en casos extremos, de alumnos de los grados superiores, como apoyo para los profesores en la gestión de esos grupos multiplicados. Una variante al respecto será la modificación de los espacios para la docencia, habilitando espacios abiertos, sin muros, en los que sería posible mantener algún nivel de actividad en grupos de mayor tamaño, dependiendo, por supuesto, de que existan condiciones de infraestructura para una planeación semejante.

Mantenimiento de oferta a distancia

Algunas de las experiencias de educación remota, posiblemente las menos, han resultado claramente exitosas, cubriendo los contenidos establecidos y, además, estableciendo posibilidades de discusión a través de videoconferencias. Estos casos de éxito permiten plantear el establecimiento de modalidades semipresenciales como una constante en la educación superior en nuestro entorno, reconociendo que, como señalamos antes, cualquier cambio requerirá de un proceso de discusión amplio respecto a cuáles son las posibles materias en las que la modalidad a distancia puede resultar funcional.

Un buen proceso de planeación en este camino puede llegar a facilitar enormemente la operación de la docencia, al contar con diversidad de materiales didácticos y actividades diseñadas y listas para su utilización dentro de plataformas académicas, que pueden ser fácilmente activadas y complementadas con sesiones de discusión y retroalimentación con el profesor (pero donde el grueso del trabajo de preparación de clase ha sido realizado ya y solamente requerirá de actualizaciones)

Frente a este futuro, es importante comenzar a dar los primeros pasos que permitan adaptar a las universidades para los cambios que se aproximan:

Sometiendo a revisión los planes de estudio y perfiles para hacer frente a las modificaciones que podemos percibir en el entorno, reforzando habilidades y conocimientos relacionadas con medios digitales, autonomía y trabajo remoto.

En el mismo sentido, se debe de verificando cuales contenidos son susceptibles de mantenerse en modalidades no presenciales para pasar a realizar los cambios pertinentes que permitan que se mantengan operando a distancia.

Diseñando programas de capacitación para el reforzamiento de las habilidades en el uso de TICs del personal académico.

Estableciendo programas de equipamiento, o bien, de uso del equipo de las instituciones en condiciones seguras, para evitar que la brecha en recursos tecnológicos empuje a los alumnos a abandonar sus estudios.

Construir un futuro no en condiciones ideales, si en las mejores condiciones posibles

El funcionamiento de una oferta semipresencial de manera permanente, apoyará el desarrollo de una mayor autonomía por parte de los alumnos, pero requerirá también, de reforzar las formación de profesores para la producción de material didáctico y sobre todo, para replantear el papel del docente en un escenario de educación no presencial, en donde, lejos de impartir cátedra, ha de servir como una suerte de asesor que planee, supervise el acceso a los materiales y después pueda establecer mecanismos de retroalimentación y aplicación con los alumnos, señalando con claridad los mecanismos para realizar las tareas de acompañamiento en la modalidad que sea posible.

El tamaño de la posible demanda obligará a diversificar los mecanismos de solución para el equipamiento de la comunidad, en un conjunto de alternativas que puede incluir, el préstamo de equipos existentes, el otorgamiento de becas en especie y la posibilidad de tener un uso extendido de los equipos de computo existentes en las instituciones. Todo esto, entendiendo los distintos niveles de compromiso que se deben de plantear al respecto en los casos de profesores y de alumnos.

El proceso de cambio al cual están a punto de entrar las universidades, no es sino el reflejo de un macrocosmos, de un mundo cambiante en el que las dinámicas laborales y por lo mismo, las habilidades y conocimientos que requerirán los alumnos para integrarse al campo profesional, también se están transformando y donde, no nos queda, como parte de las instituciones, sino reaccionar reflexivamente, pero sin la menor dilación, para ajustar nuestras formas de trabajo al nuevo mundo que se está dibujando frente a nuestros ojos.

Biliografía

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Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/educacion-superior-y-pospandemia/

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