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Argentina: Ley de Educación Ambiental dos años de muchas palabras y poca integración en las aulas

La norma aprobada en 2021 está lejos de ocupar la centralidad encomendada a los ministerios de Educación y Ambiente. El educador y especialista Pablo Sessano advierte que el Estado aún niega en la currícula la actual crisis ecosocial, al igual que los gremios docentes, y propone un giro en la matriz educativa para abordarla desde una perspectiva de los derechos humanos y de la naturaleza.

Por Pablo Sessano para Agencia Tierra Viva

Se cumple otro año más. El segundo desde que se sancionó la Ley de Educación Ambiental Integral. Era una buena idea que tuviera un espacio en el III Foro de Derechos Humanos, realizado entre el 20 y 24 de marzo, pero el hecho no se concretó porque su organización fue fallida a último momento (quizá estaba más pensado para la foto que para ampliar el necesario diálogo entre derechos humanos y educación ambiental).

Planteado como un encuentro interministerial para informar y exponer el estado de avance de la implementación de esa ley, el espacio en el Foro fue propuesto desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, y, como históricamente ha ocurrido, el Ministerio de Educación participaría, pero menos comprometidamente, pese a que la implementación de la educación ambiental depende de un área que trabaja los derechos humanos en esa cartera.

Más allá de la retórica desplegada por los gobiernos en sus informes oficiales, siempre condescendientes respecto de sí mismos (puede verse el informe sobre los avances de la ley presentado en 2022 al Congreso Nacional), lo que hacen ambos ministerios en términos de política educativa es todavía mucho menos que insuficiente e invisible para la sociedad.

¿Qué avances tuvo el Ministerio de Educación en la implementación de la Ley de Educación Ambiental?

El Ministerio de Educación ofrece, a través del Programa Nacional de Formación Docente, cinco cursos de capacitación, entre ellos, uno específico sobre el Riachuelo, a cargo de ACUMAR. No es poco contrastado con años anteriores, pero no es mucho si se evalúa la irrelevancia de la cuestión ambiental en el programa educativo oficial.

En tanto, la publicación aleatoria de efemérides ambientales popularmente conocidas en el Instagram oficial del Ministerio no logra poner de relevancia el tema. Es justo mencionar que el material sobre educación ambiental integrado al dossier por los 40 años de democracia, en la web del Ministerio, es, desde lo pedagógico, interesante, pero en modo alguno novedoso. Además de naturalizar la “problemática ambiental” como un hecho del presente, elude tomar posición frente a las causas, convalida la idea del subdesarrollo como estado transitorio, omite criticar en forma directa el modelo productivista y resulta ambiguo en la definición del cambio climático en tanto expresión del modelo civilizatorio. Se trata de un material bastante más neutral que los malogrados Manuales de Educación Ambiental censurados en 2011.

Por otra parte, la página oficial de la cartera educativa no refleja interés alguno por la educación ambiental y, si bien existe un Área de Educación Ambiental Integral, su importancia relativa dentro del Ministerio es nula y no responde ni de lejos al compromiso que la Ley de Educación Ambiental Integral derivó en ese Ministerio.


Todo revela que la gestión educativa no atina a darle la relevancia que ha adquirido de hecho en el presente o, en otras palabras, la crisis ecosocial no constituye para la autoridad educativa un suceso lo suficientemente significativo, en los términos de su impacto en la vida de las personas, especialmente de las que se educan, las nuevas generaciones, como para darle un tratamiento prioritario y específico dentro del programa educativo nacional.


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¿Qué avances tuvo el Ministerio de Ambiente en la implementación de la Ley de Educación Ambiental?

El Ministerio de Ambiente, por su parte, mantiene —no sin controversias internas— una cierta dignidad pública discursiva respecto al tema, algunas propuestas educativas y mejor visibilidad en su sitio web, aunque sin dejar de plantear enfoques clásicos y repetidos. Además, Ambiente sostiene la red de secretarías y ministerios homólogos provinciales que dan o deberían dar soporte y consenso a la política pública nacional. Pero se sabe que el Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) encuentra límites, también para la educación ambiental, en las conveniencias políticas poco sustentables de las provincias, amparadas en el desacertado artículo 124 de la Constitución Nacional sobre el manejo de los recursos naturales que se encuentran en sus territorios.

Pese a que la Ley de Educación Ambiental “establece el derecho a la educación ambiental integral como una política pública nacional”, propone “construir una cultura ambiental” y “defiende la sustentabilidad como proyecto social”; lo cierto es que, a dos años de su sanción, no puede decirse que haya una política pública de educación ambiental en el país. Ello implicaría un presupuesto que la Ley reclamó, pero no existe; una organicidad institucional que apenas avanza y debería incluir equipos de personas dedicadas —hasta el momento inexistentes— y un plan de trabajo, aún en ciernes, siempre en ciernes.

No obstante, vista en perspectiva, la sanción de la Ley constituye un avance en la concepción de la interrelación entre derechos humanos, educación y ambiente. Una relacionalidad fundamental que transforma la concepción hasta ahora sostenida sobre cada uno de estos temas por separado. Una cuestión clave del proceso de constitución de nuevos derechos, nuevos sujetos de derecho y de la educación ambiental, sobre lo cual el recientemente fallecido Antonio Brailovsky supo insistir enfáticamente.

Probablemente el espacio en el Foro de DD. HH. para la educación ambiental no hubiese sido propuesto siquiera si la Ley de Educación Ambiental Integral no hubiese sido aprobada hace dos años, abriendo definitivamente un espacio dentro de la política pública. En ese sentido es que reconocemos un avance, al menos en la intención del Legislativo, pero que espera su traducción en políticas y acciones concretas y sustantivas de parte del Poder Ejecutivo.

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El problema no es la Ley de Educación Ambiental, el problema es la negación de la crisis ecosocial

El problema no es la ley en sí, sobre cuya génesis, resultados, debilidades y potencialidades he opinado en anteriores columnas y artículos. El problema, obviamente, es la debilidad de la gestión pública, el no cumplimiento de las leyes, que es sin duda un síndrome que afecta a la democracia argentina y excede nuestro particular tema, pero impacta muy sensiblemente. La minimización de la relevancia de la crisis ecosocial resulta de entenderla apenas como un tema más de las problemáticas contemporáneas (un contenido) y no como el nudo subyacente de una crisis de civilización que, de no modificar su rumbo, se encaminará a la autodestrucción, según reconoce el consenso científico mundial, diluye los compromisos que la ciudadanía ha de adoptar para contribuir a reencaminar los procesos sociales hacia escenarios reconstitutivos y no meramente resilientes. Este no reconocimiento o negación por parte de la autoridad educativa y, en general, por el mundo pedagógico y docente constituye también una de las grandes debilidades del proyecto educativo progresista —si es que hay uno más allá de la resistencia— en América Latina y en Argentina en particular.

La Ley ya tiene dos años, pero la lenta y burocrática rutina de las instituciones —tanto nacionales como provinciales, más las de la misma sociedad civil, que debe participar de la gestión de la Ley, pero se muestra boba para asumir el compromiso— se constituye como el primer obstáculo en su cumplimiento. Muchas leyes no logran superar este primer escollo organizativo y, aún cuando ya rigen por estar sancionadas y publicadas, su concreción resulta fallida o nula. Ojalá no sea el destino de la Ley 27.621.

Depende en mucho o en todo del compromiso de las organizaciones de la sociedad. Porque, como también ya señalamos en las notas citadas, buena parte de las políticas de educación ambiental que la Ley ahora respalda legalmente pudieron ser llevadas a cabo sin necesidad de norma alguna. La superficialidad del compromiso que el Estado está, realmente, dispuesto a asumir no se ha modificado. Solo el empuje de las organizaciones sociales, que han quedado representadas y legitimadas para opinar y participar en la estructura de la Ley, será la clave para habilitar el debate y las prácticas necesarias que en el campo educativo deben desplegarse en torno a la crisis ecosocial.

Otro problema es que los gremios docentes, las universidades y hasta las organizaciones de la sociedad civil —pasando por los colectivos indígenas— asumen que la transformación integral del diseño educativo es un componente estratégico e indispensable de la tarea, de la lucha, por develar la posibilidad de un otro país y mundo posible. Ni que las modificaciones menores, retóricas, adición de contenidos e incluso invitaciones a interpretaciones alternas del mismo diseño curricular no solo son insuficientes, sino que terminan siendo funcionales al maquillaje educativo del extractivismo progresista o neoliberal.

A esta altura de la crisis ecosocial y dadas las connotaciones no cuestionadas que tienen los términos desarrollo y sostenibilidad, o la denominada Educación para el Desarrollo Sostenible, que bajo el eufemismo de educación ambiental integral se invoca en la Ley, es en sí un oxímoron, es decir, una contradicción en los términos. Sostener la ilusión de que bajo el mismo régimen formativo, que es funcional al productivismo ecocida, será posible desarmar las lógicas hegemónicas, que moldean hace siglos nuestra forma de entender el mundo y la vida, es una variante del negacionismo. O una “negación implicatoria”, según la expresión de Stanley Cohen, es decir, una negación “que no niega el problema (de la crisis ambiental y el cambio climático) ni sus causas –antropogénicas–, pero niega las implicaciones de esos hechos”. O acaso una variante más sutil de “amnesia intermitente”, por la cual “miramos (esa realidad) por una fracción de segundo y luego miramos hacia otro lado (…) o miramos, pero nos convencemos de que estamos demasiado ocupados para preocuparnos por algo tan distante y abstracto”, según lo explica Naomi Klein. Y sostenerlo desde el campo educativo es decepcionante.

Bien sabemos que los criterios de selección de formas y contenidos del saber, que será transmitido en el proceso de educativo, en especial, el instituido, son pautas que llevan implícitas las relaciones sociales (relaciones de poder) en las cuales se constituyen axiomas, prejuicios, mitos o sonseras (Jauretche/Merenson), que configuran esa óptica históricamente construida que oblitera toda opción de imaginar un mundo (y una educación) por fuera del instituido. Por eso, hemos insistido tanto en la responsabilidad compartida que el constructo educativo moderno, y al servicio del modelo hegemonizador, ha tenido en la crisis civilizatoria y en la importancia de un examen autocrítico hacia dentro.

Educar para un modelo extractivo o para otro mundo posible

Cada gobierno elige la educación que quiere, por acción u omisión. Y aunque, en democracia, el campo educativo debería contar con mayor grado de autonomía para desarrollar miradas no condescendientes con el status quo social, no es factible esperar que las políticas educativas de un gobierno contradigan las bases ideológicas que lo explican y sostienen.

Así, como dijera Ivan Illich hace 50 años: “Se mantiene la ilusión de que, pese a que se posea una economía precaria, la escuela [léase educación instituida] podrá producir una amplia clase media, con virtudes análogas a las que predominan en las naciones altamente industrializadas”. Lo que traducido a la actualidad equivale a mantener vivo el mito de un desarrollo con justicia, sobre la base de un perfil exportador de commodities —monocultivos, minería, madera, agua, recursos estratégicos— que supone necesariamente métodos de extracción destructivos e injustos.

El horizonte del desarrollismo —rico o pobre, facho o progresista— se ha topado con los límites de la naturaleza. La pregunta que subyace al problema entonces es si un Estado-Gobierno progresista-extractivista puede efectivamente desplegar una educación ambiental que contradiga esa lógica depredadora y excluyente de hacer uso de los bienes comunes. Más aún, la duda se extiende a si es posible, en ese marco, una educación ambiental definida como proceso de concienciación en defensa de la vida. E, incluso, si definida como “Educación para el Desarrollo Sostenible” es realmente educación ambiental. Es por eso que la Ley por sí misma no garantiza nada y librada a la decisión y voluntad gubernamental, en un contexto de gestión pública proclive a lógicas y métodos extractivistas y contrarios a la sustentabilidad, puede incluso resultar funcional a las mismas.

De hecho, la Ley no ha molestado a nadie. De allí la estratégica importancia de la participación consciente, activa, sostenida y no condescendiente de organizaciones de la sociedad civil que quedaron representadas y autorizadas a participar en la gestión de la Ley para hacer de ella, al menos, un instrumento útil para interpelar la conciencia social, especialmente en escenarios educativos.

Lo cierto es que en el complejo Educación-DD. HH.-Ambiente, la fragmentación persiste y, pese a las evidencias relacionales, no logra constituirse conceptualmente la amalgama que, en verdad, representan. Las reivindicaciones de género, mal que bien, ya son parte constitutiva en la concepción de los derechos humanos, las ambientales no. Es que no se trata de incluir a los derechos humanos a la agenda de minorías ambientalistas, sino de comprender que el derecho al ambiente sano consagrado constitucionalmente debe entenderse, no en forma limitada como la salud o conservación del entorno humano, sino extensivamente como el derecho de la naturaleza. O sea, la red de ecosistemas para conservar sanas y salvas las condiciones que garantizan su fisiología y reproducción, condición necesaria de la vida en general y de los humanos como parte de la misma.

Este “giro” conceptual es el núcleo de la educación ecosocial en la cual derechos humanos y derechos de la naturaleza son componentes del derecho a la vida como valor primordial, y, a partir del cual, habría que reordenar (refundar) la totalidad de los valores, derechos y obligaciones. Acaso una ética de mínimos que incluya a la naturaleza como sujeto de derecho.

En lo que a políticas públicas refiere, en Argentina, tanto en el campo de los derechos humanos como en el de la educación, todavía estamos lejos de asumir y, más lejos aún de practicar, esta concepción, los sucesos cotidianos lo demuestran. Pero lo más patético es corroborar cómo, más allá del Estado, el campo específicamente educativo, inconsciente o negligente frente a los tiempos en juego, cae en la “negación implicatoria”. Pues conviene recordar que los plazos para realizar las transformaciones necesarias, que también son técnicas, pero fundamentalmente sociales, para no ingresar en un proceso de colapso irreversible (según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) no rebasan el tiempo que ocupa en educarse una sola generación. Los plazos están vencidos, el dinero del mundo rico no llegará a tiempo y, si acaso lo hiciere, no será para transformar el modelo, sino para apuntalarlo. No necesitamos una educación que colabore a este reciclado hegemónico, sino una que lo desarme.

*Por Pablo Sessano (*) para Agencia Tierra Viva / Imagen de portada: Agencia Tierra Viva.

(*) Educador ambiental. Diplomado Internacional en Transformación Educativa. Máster en Eco auditorías y Planificación Empresarial del Medio Ambiente. Especialista en Gestión Ambiental Metropolitana y políticas públicas ambientales.

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Argentina: Un alumno apuñaló a una compañera y expareja en el interior de la escuela

América del Sur/Argentina/12-05-2023/Autoría y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

El agresor, de 19 años, es buscado por la policía y la joven, de 20, fue llevada al hospital.

Una joven estudiante del terciario del departamento mendocino San Martín, fue apuñalada por un compañero y expareja en el interior de la escuela a la que asisten.

El hecho se registró ayer, cerca de las 19.30 en el auditorio que tiene esa institución educativa del Este de Mendoza y la joven tuvo que ser hospitalizada.

Según se pudo establecer de forma inicial los jóvenes cursan en el terciario Administración de Empresas y fueron pareja, tienen un hijo en común y conviven aún en la misma vivienda.

El joven, R. V, de 19 años, habría herido a la chica, que tiene 20 años, en una pierna a la altura del gemelo, con un arma blanca u objeto punzante y luego escapó de lugar.

La joven solicitó ayuda a los compañeros y docentes que llamaron a la policía denunciando el caso y luego la trasladaron al hospital Perrupato donde fue asistida por los médicos.

La Fiscalía de San Martín, tiene un primer informe del caso y se espera que hoy la joven sea llevada al Cuerpo Médico Forense para constatar la herida y luego pueda declarar y contar cómo se produjo el ataque. Mientras tanto hay un pedido de captura para el presunto agresor que tendría una condena en suspenso por lesiones leves y desobediencia.

Fuente: Los Andes

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/policiales/Un-alumno-apunalo-a-una-companera-y-exparejaen-el-interior-de-la-escuela-20230511-0049.html

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Laura Gallo: entre el mundo poético del teatro y el mundo interior de les niñes

Por: Soledad González

 

Dos voces de la escena teatral cordobesa conversan en esta oportunidad sobre el fascinante mundo del teatro para las infancias y juventudes. Soledad González entrevista a Laura Gallo, quien da cuenta, en sus recorridos formativos y actorales, el camino que ha ido forjando, sus participaciones en espacios colectivos y su compromiso por construir un teatro que abrace a todes.

—Te conocí en Córdoba, durante los primeros Festivales Latinoamericanos de Teatro, en los años ochenta. Fui conociendo tu poética y tu compromiso con las infancias, los derechos al arte y a la diversidad, y tu activismo en los colectivos de hacedores del teatro independiente, siempre presentando alternativas en relación a las políticas de fomento. ¿Cuál es tu proyecto utópico y cuáles las intervenciones que lo construyen a lo largo de las dos décadas de este siglo XXI? ¿Cuáles son los puntos por iluminar hoy en tu biografía, tus trayectos y tus migraciones biopolíticas?

—Tengo que situar mi palabra atravesada por los años de formación desde la infancia en la esfera de lo público. Todo empezó cuando, un día, nos invitaron a les niñes a un “juego dramático” en el gimnasio provincial del barrio. El espacio se había transformado con telas y luces. De a poco, íbamos entrando a otro mundo, de ficción, siendo espectadores y partícipes de ese juego. Ahí se produjo la fascinación. Asistí a una obra de títeres en la Alianza Francesa de Córdoba y, después, a ver Doña Rosita la soltera, con Telma Biral en el Teatro provincial San Martín. Yo quería habitar ese mundo. Y, en 1978, con 12 años, comencé el taller de teatro para niñes en el Seminario Jolie Libois. Mis maestras fueron Olga Hormaeche, María Rosa Tea y Nora Martínez, quienes lograban conciliar el juego, la libertad, la imaginación con la responsabilidad y el compromiso grupal. Realizábamos producciones como un trabajo integrador para presentar al público sin ningún fin comercial. Las profes se encargaban de la iluminación, el sonido, el vestuario y los trabajos se presentaban en la sala Luis de Tejeda del Teatro provincial San Martín. Era todo disfrute y juego, pero sentíamos que hacer teatro era algo muy serio. La obra que más recuerdo es Monoblok de Ernesto Heredia, que hablaba de la amistad en un vecindario de edificios y tenía muchas poesías. Mi mayor deseo, al finalizar la secundaria, era que terminara la dictadura militar y estudiar teatro.

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En 1983, volvió la democracia, pero mi segundo deseo no fue posible, ya que el único lugar en el que podía estudiar era el Seminario de Teatro Jolie Libois y, en el año 1984, el gobernador de Córdoba, Eduardo Angeloz, lo cerró. Llovieron los reclamos y el seminario se reabrió en agosto de ese mismo año. Recordemos que el Departamento de Teatro de la Universidad Nacional de Córdoba había sido cerrado por el gobierno militar. En el Seminario Jolie Libois, estudié durante cinco años la especialidad actoral y la pedagógica. Recuerdo con mucho cariño a la profe Beba Aranda, con quien me inicié en el teatro para niñes y también en la pedagogía teatral para las infancias; ella lograba conciliar la didáctica, la práctica de la enseñanza con la especificidad del juego teatral de una manera magistral. Ricardo Ceballos nos daba lenguaje gestual y sus clases eran un viaje sensorial, en el que todo el grupo se embarcaba, llegando a niveles increíbles de exploración, de profundidad, de conexión. Sus clases eran elaboradas y abordadas con un cuidado minucioso y amoroso. Recuerdo también a Roberto Videla, en un taller que tomé en la sede de la Asociación Argentina de Actores, muy generoso con sus conocimientos y experiencias. En la Escuela Integral de Teatro Roberto Arlt, tuve excelentes docentes en las materias relacionadas a la pedagogía teatral y su práctica, Martha Torres e Inés Funes, quienes, además, llevaron adelante el proyecto de profesorado de Teatro en Córdoba. Más tarde, en la licenciatura en Gestión y Producción Teatral de la Universidad de Cuyo, tuve la materia “Dirección actoral” con Víctor Arrojo y esa experiencia generó confianza y posibilitó que me “habilitara”, me diera permiso para dirigir. El trabajo de esa pequeña experiencia se transformó en la primera obra que dirigí, Vaquitas en la cabeza, versión libre de un cuento, Una vaca en la cabeza, de la querida Silvina Reinaudi, maestra de la vida.

—¿Qué filiaciones poéticas-políticas construiste con otres hacedores y con espacios de formación y producción?

—Hago este relato de mi formación porque ese rito iniciático que fue ser partícipe de un “juego dramático” fue una actividad gestionada por la Secretaría de Cultura de mi provincia y tiene que ver con lo que es “mi proyecto utópico de estos últimos años”. Desde hace 25 años, desde el espacio grupal Ulularia Teatro, junto a Marcela Albrieu, Héctor Luján y Rodrigo Gagliardino, nos dedicamos al teatro para niñes y jóvenes. Aclaro que quizás pase a referirme en plural, me resulta muy difícil hablar en singular, sólo desde mi persona, ya que mi identidad teatral es grupal, colectiva, se constituyó de esta manera. Son años de trabajar juntes desde los procesos creativos, la gestión y la docencia, pensando y vivenciando, articulando saberes, prácticas, teorías acerca del teatro para las infancias. Estas acciones son propulsadas desde un deseo muy potente: un teatro que pueda abrazar a todes.


Sabemos que las artes escénicas pueden ser la puerta y la llave para acercarnos a un mundo que fascina a niñes y, cuando las condiciones mínimas son suficientes, nos permiten compartir momentos de diversión y reflexión, de sensaciones e imaginación, un quehacer de identidad difícil de olvidar. Es así que el accionar del grupo se orienta hacia el acceso democrático a las artes escénicas.


En plena crisis del 2001, nos unimos con otros grupos, La Chacarita, Tres Tigres Teatro, Impresentables, Tañe tein y Piedra Papel Tijera, y conformamos el Colectivo Señores niños: ¡al teatro! Convencides de que las salidas son colectivas, entendíamos que era necesario correrse del centro grupal para aportar al desarrollo del campo escénico para la niñez en Córdoba, era necesario trabajar aunades en lo concerniente a la capacitación, la creación, la gestión, producción y difusión. Recién desde ese fortalecimiento y crecimiento del campo escénico, con esa pulsión colectiva, pudimos comenzar el recorrido de un teatro más ancho, más abarcador, más inclusivo. Llegamos a ciudades, parajes, teatros, comedores, plazas, con obras de nuestra provincia, de Latinoamérica y de Europa. Fue una verdadera usina en Córdoba, que ha permitido generar redes laborales, crecimiento cuantitativo y cualitativo del teatro para niñes, jóvenes y para todo público. Su acción más reconocida fue el Festival anual que realizamos por 20 años, que es una celebración, un acontecimiento inclusivo, de participación, la práctica de un derecho a la imaginación y lo lúdico. Una pequeña batalla en la gran batalla cultural.

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Siguiendo este derrotero, intentando ir un poco más allá con el deseo y con la certeza de que los derechos deben ser garantizados por el Estado, en el año 2018, junto a artistas escénicos del país, conformamos el Colectivo ESFERA (Escena Federal de la República Argentina) y, a través de la diputada nacional Gabriela Estévez, presentamos la Ley nacional de Acceso democrático a las artes escénicas Héctor Di Mauro, en homenaje al gran maestro titiritero de Córdoba. Una ley que articula arte y educación, ya que el acceso se propone a través de todo el sistema educativo, en todas sus modalidades y niveles. Puede que este sea el más utópico de todos los proyectos.

Creemos que es necesario y urgente considerar a las infancias como un sector prioritario de las políticas culturales públicas. Con mi compañera de grupo, Marzu Albrieu, también integramos La Pulcinella: Varieté de titiriteras. Una grupa de mujeres titiriteras de diferentes ciudades de nuestra provincia, con diversas poéticas y formaciones artísticas que, desde el año 2019, gestionamos y presentamos varietés en diversos espacios y salas de Córdoba, nos reunimos para ensayar juntas, capacitarnos, brindarnos una mirada generosa y reflexiva sobre nuestras prácticas y nuestras creaciones desde una perspectiva de género. También, participamos con les títeres en las marchas Ni una menos, pañuelazos, el 8M y realizamos acciones performáticas.

En los últimos años, algunas identidades teatrales se han ido autodefiniendo, me refiero a grupos de Artes Escénicas que trabajamos en forma itinerante, llegando con nuestros “teatros móviles”, autos que cargan escenografías, vestuarios, equipos de luces y sonido, a espacios donde no hay salas, a espacios no convencionales. Conformamos el Colectivo ITINERANTES (Colectivo de Artistas de la Escena de Córdoba). Intentamos reflexionar, investigar y definir nuestras prácticas, poner en valor nuestra actividad y tener estadísticas de los espectadores a los que llegamos, los recorridos geográficos, las condiciones en que se realizan nuestras funciones, hasta cómo nos equipamos, cuáles son nuestros públicos.

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—¿Cómo se reconoce esta actividad nómade, arrojada, al servicio del público? ¿Y cómo se apoya?

—Quizás haya una falta de conocimiento de la envergadura del trabajo de los grupos itinerantes. Generalmente, no sale en la prensa, ya que las funciones se realizan en plazas, escuelas, cárceles, el monte, lugares en donde no hay internet ni electricidad (en ocasiones, hay que utilizar generadores o iluminar con las luces de nuestros autos). Cuando se hacen estadísticas de públicos, en general, sólo se cuentan les espectadores de las salas. A veces no se reconoce la tarea de generación de público que realizamos, ese público que luego irá a las salas. Es nuestra tarea, poner en valor eso y en eso estamos. Y es un punto relevante poner en consideración o en crisis desde las políticas de fomento. En la pandemia, se profundizó la precariedad del sector, al ser uno de los más castigados; desde les Itinerantes, se gestaron acciones solidarias, de contención y de unión en los reclamos y en la visibilización de nuestra situación.

—¿Con qué voces, valores éticos y estéticos, diseños utópicos, seguís dialogando hoy?

—En uno de esos Festivales Internacionales de Córdoba, a finales de los 80, conocí a Susanne Lebeau, de Canadá, una referente internacional del teatro para la niñez. Ver la obra Una luna entre dos casas, de su Compañía El Carrusel, fue un punto de inflexión en mi corto recorrido teatral. Fue un impacto fuerte. Pude comenzar a entrever una concepción en torno al acontecimiento teatral para la niñez, desde la dramaturgia, los temas, el pequeño gesto de sentar a les más pequeñes adelante, separades de sus padres, las actrices en escena tocando instrumentos musicales, creando un clima cálido, mientras el público se acomodaba. Luego, pudimos apreciar obras como El ogrito, Cuentos de niños reales, puestas alejadas de toda estridencia, de todo participacionismo, cerca de la poesía y de la intimidad.

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Del mismo modo o con la misma intensidad o luminosidad, están siempre presentes el maestro Héctor Di Mauro y la maestra Silvina Reinaudi, guías del arte y de la vida desde un recorrido largo y generoso que nos ha ayudado a entender el modo de vivir y compartir nuestro teatro, como trabajadores de la escena. Y, en lo literario, hay voces que resuenan y acompañan, personalidades de la narrativa argentina para la niñez, como Graciela Montes, Ema Wolf, Laura Devetach, Liliana Bodoc, nuestras cordobesas María Teresa Andruetto, Estela Smania, Silvina Reinaudi. En la actualidad, desde Latinoamérica, Proyecto Perla, Teatro Al Vacío, Alumbra Teatro son grupos que nutren, enriquecen, iluminan. Y, en nuestra provincia, los grupos con quienes interactuamos, trabajamos, reflexionamos, son Tres Tigres Teatro, Teatro de Ilusiones Animadas, KIKA producciones, La Jauja, Chíngaras. Formamos una red sin adentro y sin afuera.

—Y, hoy, ¿qué importa?

—A la luz de un presente de fuertes transformaciones, en relación a la perspectiva de género, a leyes y movimientos sociales, la IVE y Ley de Interrupción Legal del Embarazo ILE, Ley de Identidad de Género, la ESI y la gran marea verde que nos abraza, estamos en constante movimiento, en una dinámica de revisión, cuestionando saberes y prácticas, respecto del acontecimiento teatral con les niñes. Esto se traduce en una mirada atenta a los contenidos y tratamiento de las obras. Hacer teatro para las infancias sigue siendo, hoy más que nunca, un desafío, una responsabilidad. Se ha abierto un amplio abanico de temáticas, antes poco transitadas, temas “de difícil tratamiento” que siempre formaron parte de la realidad de les niñes. Tenemos ahora una información, un conocimiento que se suma a leyes promulgadas y nos permiten abordar estos contenidos bajo el amparo de estas nuevas legislaciones.


Como grupo, nos anima la posibilidad de trabajar para la construcción de un mundo más inclusivo, equitativo e igualitario, desde un proyecto poético y político, acercarnos a un teatro que se haga preguntas, que expanda los sentidos, que interpele a les niñes, que pulse el crecimiento de infancias libres y diversas.


Trabajar para estas edades es una responsabilidad que asumimos con la felicidad enorme que nos da poder vivir ese momento, ese instante irrepetible e infinito en el que se crea un lazo sensible entre el mundo poético del teatro y el mundo interior de les niñes.

Más información

María Laura Gallo (Córdoba, 1966). Estudió actuación y pedagogía teatral en el Seminario de Teatro Jolie Libois. Es profesora en Técnicas Teatrales por la Escuela Integral de Teatro Roberto Arlt de Córdoba y cursó la licenciatura en Gestión y Producción Teatral de la Universidad Nacional de Cuyo. Se ha especializado en el teatro para la niñez y la juventud, en los roles de actriz, titiritera, dramaturga, directora y productora. En el año 1987, comienza su labor en teatro independiente y, en 1997, integra el grupo Ulularia Teatro, desde donde trabaja con el deseo de aportar a la democratización del acceso al arte, sosteniendo la certeza de que el teatro no es exclusivo de nadie ni patrimonio de pocos, es convite al que todos pueden asistir. Desde el año 1990, es docente en diferentes ámbitos educativos formales y no formales. A partir del año 2001, integra el Colectivo y Festival Señores niños: ¡al teatro!, donde gestiona eventos y espacios de reflexión sobre el teatro para la niñez y la adolescencia.

Imagen de portada: Laura Gallo

Fuente de la información e imagen:  La Tinta

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Argentina: Intersindical de Mujeres “Hay que renovar la fuerza del movimiento sindical”

Comenzó el proceso eleccionario en la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) y, desde la Intersindical de Mujeres Córdoba, se pronunciaron sobre la importancia de que un gremio integrado mayoritariamente por mujeres cuente con la conducción de una mujer. A la vez, rechazaron las prácticas hostiles y de hostigamiento individuales que obturan el protagonismo de mujeres con amplia trayectoria en el arco sindical. Conversamos con Ilda Bustos, Secretaria General de la Unión Obrera Gráfica e integrante de la CGT Córdoba y la Intersindical de Mujeres Córdoba.

Por Redacción La tinta

La Intersindical de Mujeres de Córdoba publicó un comunicado la semana pasada, en el que expresaron su posicionamiento respecto del proceso eleccionario de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC): “Apostando a las construcciones políticas basadas en el diálogo, el consenso y la negociación, planteamos aquí la importancia de que un gremio integrado en su mayoría por mujeres cuente con la conducción de una compañera con amplia trayectoria sindical y demostrado compromiso con las luchas docentes. (…) Son las mujeres que vienen militando sindicalmente desde sus inicios y quienes han desempeñado de manera responsable cargos de conducción, como la Secretaria Adjunta, quienes pueden asumir los desafíos actuales de la representación sindical”.

Desde La tinta, conversamos con Ilda Bustos, Secretaria General de la Unión Obrera Gráfica e integrante de la CGT Córdoba y la Intersindical de Mujeres Córdoba, que explicita el panorama actual de la situación: “Desde la agenda sindical con perspectiva de género y contemplando la diversidad que tenemos desde la Intersindical, nos hemos pronunciado frente a la puja de intereses para que la Secretaria Adjunta, Zully Miretti, sea candidata a Secretaria General. La cuestión de fondo en esta disputa es que pueda quedar afuera de la conducción y eso representa una lógica común a otros espacios sindicales, que se ven teñidas de presiones machistas y ninguneo -que las mujeres conocemos muy bien en estos ámbitos-.  No se pueden permitir, a esta altura, las prácticas hostiles, de presión y de violencia verbal, y de no permitir la discusión sobre el tema de la candidatura, y nos toca defender esta posibilidad y apostamos a los espacios de diálogos”,  detalla Bustos.


Un espacio de representación sindical como la UEPC, donde el 85% son mujeres e históricamente los cargos de conducción han sido ejercidos por hombres, es una realidad que muestra una foto de la desigualdad de género en el sindicalismo de nuestro país.


Este 2023, por primera vez en 76 años de historia de SADOP (Sindicato Argentino de Docentes Privados), el máximo cargo de conducción nacional será ejercido por Luz Marina Jaureguiberry. “Que la compañera sea Secretaria General por primera vez en la historia de ese gremio muestra un avance, pero hay que remarcar que esto sucede recién ahora, en 2023, y cuando todas las conducciones anteriores han sido masculinas”, precisó Bustos.

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La Intersindical nació en 2017 al calor de las movilizaciones feministas que también se extendieron hacia los ámbitos sindicales y laborales, y como un espacio de articulación que nuclea conducciones de numerosos sindicatos y espacios de diversos sectores del trabajo, y que además integran distintas centrales obreras. “Desde que se formó la Intersindical, observamos que no hubo un incremento de la participación de las compañeras en espacios de representación, dirección y conducción, es decir, en espacios vinculados con la acción y la toma de decisiones. Los cargos que ocupan son los relacionados con vocalías, suplencias. Esta realidad no escapa a lo que pasa a nivel nacional. Ante esta preocupación, nuestras acciones están encaminadas a visibilizar lo que pasa y, el año pasado, apostamos por un proceso formativo continuo para incrementar la participación”, explica la sindicalista.

Para la Secretaria General de Gráficos, hay múltiples causales que pueden, a priori, explicar esta situación. En primer lugar, señala que la pandemia retrajo la participación y generó un retraso en las elecciones con las renovaciones de autoridades; en segundo lugar, existe un incremento de resistencia a la presencia de compañeras en los cargos de conducción en algunos sectores encabezados por varones. Esto es lo que les llevó a acompañar el proceso eleccionario de la UEPC.

“Desde la Intersindical -donde están presentes CGT Córdoba, las CTA y todos los espacios sindicales que la conforman-, queremos dar un mensaje de unidad y demostrar cómo se puede trabajar en forma conjunta. Que no es una utopía y que sí es realizable, más allá de lo partidario y los intereses corporativos. Creemos que las presiones, hostilidades y el despliegue de artilugios para que las compañeras con iniciativas de conducir dejen de disputar los espacios de conducción es una muestra de lo que sucede en otras organizaciones. Tiene que haber una chance de que el sindicalismo siga siendo la herramienta para transformar la realidad donde las mujeres y diversidades no participan en igualdad de condiciones y equitativamente”. 

Una de las tareas más importantes que llevan adelante es concientizar sobre la necesidad de discutir qué vamos a votar, ante las figuras que representan a una derecha que ponen en juego los derechos y leyes laborales que el movimiento sindical ha conseguido con tantos años de lucha. “Es muy importante de renovar la fuerza del movimiento sindical donde la participación de la mujeres y la diversidad es fundamental, porque son las agendas de las mujeres, las disidencias y las juventudes, son claves para la revitalización del movimiento obrero, para que siga siendo una herramienta de defensa, conquista y avance de derechos laborales y sociales”, concluye Bustos.

Ahora queda esperar novedades y que haya discusiones y se avance para que Miretti sea candidata. Las elecciones serán en agosto y aún no se cierran las listas.

*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Intersindical de Mujeres Córdoba.

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Argentina: Lanzan 7.000 becas para que jóvenes de entre 16 y 18 años aprendan sobre finanzas personales

Lanzan 7.000 becas para que jóvenes de entre 16 y 18 años aprendan sobre finanzas personales

Es un programa digital diseñado para trabajar nociones básicas sobre la planificación y herramientas financieras.

Escuelas y docentes con estudiantes de entre 16 años y 18 años de escuelas públicas y privadas con subvención de todo el país podrán participar de 7.000 becas para ingresar a Finanzas Personales, un programa digital diseñado para trabajar nociones básicas sobre la planificación y herramientas financieras.

La propuesta de la ONG Junior Achievement Argentinay del Banco BBVA pone a disposición becas completas para participar del programa que busca que los estudiantes puedan desarrollar habilidades para administrar su economía y comprendan como funcionan los instrumentos financieros, para que tengan habilidades para presupuestar, ahorrar, invertir y administrar su dinero.

Temas de la propuesta sobre finanzas personales

Entre otros temas, se incluyen conocimientos sobre ahorro e instrumentos financieros básicos (interés e inflación), planificación de pasos de la bancarización, criterios e instrumentos de inversión (bonos, acciones y fondos comunes) y juegos de inversiones con tests lúdicos para fijación de contenidos.

Según una investigación a cargo de la Universidad Di Tella y con el apoyo de BBVA, 7 de cada 10 jóvenes argentinos creen que la educación financiera y económica es la materia más relevante para el futuro que podrían recibir en la escuela, seguida por matemática y, en tercer lugar, por informática.

«Apoyar la educación financiera es clave para contribuir a la construcción de sociedades más igualitarias y equitativas. Este año fortalecemos nuestra alianza con Junior Achievement, con el compromiso de llegar cada vez a más jóvenes de todo el país», señaló Hernán Carboni, director de Relaciones Institucionales de BBVA en Argentina.

A través de un recorrido digital e interactivo, el programa busca que los jóvenes comprenden la importancia planificar y considerar criterios clave, mientras desarrollan habilidades como la colaboración, el pensamiento crítico, la argumentación y la interpretación de datos.

Los docentes cuentan con una capacitación previa y soporte remoto durante todo el programa, que se desarrolla en el Campus virtual de Junior Achievement Argentina y tiene una duración estimada de 5 horas, para el que se otorga certificado de participación.

El programa se realiza en modalidad online y de manera autogestionada en el Campus Virtual de Junior Achievement.

Para más información e inscripciones https://bit.ly/3Kwply1

Fuente de la Información: https://aptus.com.ar/lanzan-7-000-becas-para-que-jovenes-de-entre-16-y-18-anos-aprendan-sobre-finanzas-personales/

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Argentina: Ante las dudas de los docentes por la liquidación de sueldos, Educación habilitó mesa de consultas

América del Sur/Argentina/05-05-2023/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Está ubicada en la planta baja del Centro Cívico y funciona toda la semana de 8 a 17 horas.

Tras la última determinación del gobierno provincial de elevar el piso de los empleados públicos a 180 mil pesos, algunos docentes manifestaron dudas respecto a cómo fue liquidado su sueldo. Por eso, se habilitó una mesa de consultas para salvar dudas.

La mesa está ubicada en la isla del Ministerio de Educación, en la planta baja,  de lunes a viernes de 8 a 17 horas, y cuenta con personal especializado para responder la consulta de cada maestro.

Además, se habilitó un correo electrónico: consultasueldo@sanjuan.edu.ar

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Ante-las-dudas-de-los-docentes-por-la-liquidacion-de-sueldos-Educacion-habilito-una-mesa-de-consulta-20230503-0017.html

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Argentina: Desafíos de un 1º de Mayo

Desafíos de un 1º de Mayo

Jorge Elizondo

Urge una respuesta activa frente a los intentos de la derecha de avasallar derechos laborales.

Hace 133 años el Congreso de la Segunda Internacional Socialista, reunido en París, declaró el 1° de Mayo como Día Internacional de los Trabajadores, en homenaje a los mártires de Chicago. El 1º de mayo de 1886, a iniciativa de la Federación Americana del Trabajo, se convoca a una huelga destinada a lograr el reconocimiento de la jornada de ocho horas a partir de ese día. El 4 de mayo se movilizan 20.000 trabajadores en la plaza Haymarket de Chicago. La policía dispara contra la multitud, matando e hiriendo a numerosos obreros. Una bomba ocasiona la muerte de un policía. Se inicia un proceso penal contra 31 dirigentes sindicales y como resultado el tribunal condena a muerte a cinco, a prisión perpetua a otros dos, y a uno a quince años de trabajos forzados. Nunca se probó en el juicio que fueran culpables. Como suele ocurrir en los procesos políticos promovidos por las clases dominantes –en la línea de lo que hoy se llama lawfare– poco importaba que lo fueran o no. El objetivo del proceso era escarmentar a los trabajadores en lucha. El 11 de noviembre de 1887 se cumple la sentencia y los militantes anarquistas August Spies, Adolph Fischer, George Engel, Albert Parsons y Louis Lingg son ahorcados.

Luego de la primera celebración del 1° de Mayo de 1890 a través de multitudinarios actos en Buenos Aires y Rosario, los trabajadores debieron enfrentar la feroz represión policial. El 1° de Mayo de 1909, el jefe de policía Ramón Falcón ordena atacar el acto anarquista de Plaza Lorea, provocando 14 muertos y 80 heridos. Como consecuencia de estos crímenes, se unen las diversas tendencias (socialistas y anarquistas) y durante más de una semana se paralizan todas las actividades en la ciudad de Buenos Aires. Meses después, Falcón muere por una bomba arrojada por Simón Radowitzky.

La Liga Patriótica, una de las primeras organizaciones de ultraderecha en nuestro país, fue creada por el político de extracción radical Manuel Carlés. Se ocupaba de contratar rompehuelgas, premiar a quienes no se incorporaban a los sindicatos, organizar provocaciones y atentados, participando activamente en la represión y muerte de trabajadores durante la Semana Trágica de 1919.

La continuidad de la lucha de los trabajadores y sus organizaciones políticas y sindicales hizo posible que los objetivos planteados por los mártires de Chicago se cumplieran parcialmente durante el siglo XX.

Uno de los capítulos heroicos de la lucha de la clase trabajadora fue la huelga de los peones rurales de la Patagonia en 1921, que reclamaban salarios dignos, jornada limitada de trabajo, el derecho a la organización sindical, higiene y seguridad en el trabajo. La huelga concluye con la masacre de miles de peones y la mayor parte de sus dirigentes, realizada por el Ejército Argentino a las órdenes del teniente coronel Héctor Varela, enviado por el Presidente Hipólito Yrigoyen.

Durante varias décadas, la ley 11.544 de 1929 (sobre las ocho horas diarias y 48 semanales de trabajo) sólo tuvo aplicación en la actividad industrial, comercial y financiera. Los trabajadores rurales fueron excluidos de ella. La primera ley dictada en beneficio de los mismos es el Estatuto del Peón de Campo, sancionado por decreto 28.169 del 8 de octubre de 1944, impulsado por el entonces coronel Juan Domingo Perón, que les garantiza el derecho al salario y condiciones dignas de trabajo, la jornada limitada, los descansos obligatorios, alojamiento, vivienda y alimentación en condiciones de higiene adecuadas, provisión de ropa de trabajo, asistencia médica, vacaciones pagas e indemnización por despido. El Régimen del Trabajo Agrario de la dictadura significó un claro retroceso a épocas pretéritas.

Durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, la ley 26.727 de 2011 deroga el regresivo Régimen del Trabajo Agrario con el que la dictadura había reemplazado en 1980 al Estatuto del Peón, y crea una nueva regulación del trabajo rural que –entre otros beneficios– reconoce a los trabajadores una jornada laboral de ocho horas diarias y 44 semanales.

Los proyectos antagónicos

En artículos anteriores nos referimos a la brutal ofensiva de los grupos económicos y la derecha contra las luchas colectivas de los trabajadores y sus organizaciones sindicales. A ello se agregan las amenazas de sancionar una “reforma laboral” –en el supuesto de ganar las elecciones– que implicaría liquidar el Derecho del Trabajo existente y un retroceso a las condiciones socio-laborales de comienzos del siglo XX.

Con matices y formas de estilo diferentes, se sumó a estas ideas Antonio Aracre, ex directivo de Syngenta, días después de ser designado jefe de asesores del Presidente Alberto Fernández, proponiendo “una modernización laboral para pibes menores de 30 o adultos mayores de 50 con dificultades para insertarse en el mercado de trabajo”, y llamando a “flexibilizar y modernizar los procesos para que seis millones de argentinos con trabajo formal o precarizado puedan incorporarse más fácil al mundo laboral”. En síntesis: para que exista regularidad en la registración, es necesario que los nuevos “favorecidos” accedan a un régimen de trabajo flexibilizado, con menos derechos.

A dos meses y medio de ser designado, Aracre renunció a su cargo con el fin de “desactivar cualquier operación tendiente a intranquilizar los mercados”, cuando fue él mismo quien generó y/o incentivó dicha “intranquilidad” con rumores tales como una posible devaluación, desdoblamiento cambiario y hasta la posibilidad de renuncia de Sergio Massa.

Los hechos demuestran que los representantes del gran capital no incurren en contradicciones, y que así como plantean la necesidad de una reforma laboral regresiva, también son partidarios de una fuerte devaluación y de la eliminación de cualquier tipo de control de cambios.

Los legisladores de Juntos por el Cambio no sólo han presentado proyectos de supresión de las indemnizaciones por despido arbitrario sino de criminalización de las medidas de acción sindical.

Los proyectos presentados por los diputados del Frente de Todos Claudia Ormaechea –secretaría de género e igualdad de la Asociación Bancaria– y Hugo Yasky –secretario general de la CTA de los Trabajadores– que plantean la reducción de la jornada de trabajo, sin reducción salarial, el primero a seis horas diarias o 36 semanales, y el segundo ocho horas diarias o 40 semanales, tanto en el ámbito público como el privado, ni siquiera han sido tratados en el Congreso de la Nación.

La reducción de la jornada, sin reducción salarial, constituye una necesidad social impostergable a fin de crear más puestos de trabajo, distribuir el trabajo de forma más homogénea entre la población, reduciendo el malestar asociado al desempleo, a las largas jornadas y al escaso o nulo control de los trabajadores sobre el tiempo de trabajo.

No obstante el tiempo transcurrido desde la sanción de la ley 11.544, el avance tecnológico y el crecimiento de la productividad de las empresas, la jornada máxima de trabajo en nuestro país sigue siendo la misma. El tiempo efectivamente trabajado suele ser mayor, uno de los más extensos del mundo. Estamos muy por encima de los promedios anuales de los países más desarrollados, como consecuencia de la generalización de los turnos rotativos, de los turnos de 12 horas en determinadas actividades, las horas extras, el desconocimiento de los descansos diarios y semanales, entre otros factores.

La resistencia de las clases dominantes a cualquier reducción de la jornada laboral ha sido sistemática y permanente. Ningún convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) referente al tiempo de trabajo posterior a los Convenios 1 y 30 han sido ratificados por nuestro país. El Convenio 47 (de 1935) sobre las 40 horas semanales tampoco fue ratificado.

La Recomendación 116 sobre Reducción de la Duración del Trabajo, aprobado en 1962 por la Conferencia General de la OIT, no ha merecido ninguna atención por parte de los sucesivos gobiernos de nuestro país. Cabe destacar que dicha Recomendación –que hace referencia en su Preámbulo a la semana de 40 horas como “una norma social que ha de alcanzarse, por etapas si es necesario”– determina: “a) que la duración normal del trabajo debería reducirse progresivamente, cuando sea apropiado, con el objeto de alcanzar la norma social indicada en el Convenio 47, sin disminución alguna del salario que los trabajadores estén percibiendo en el momento en que se reduzca la duración del trabajo” [1].

El carácter autoritario del neoliberalismo

El oligopolio mediático más importante del país, el que participa con mayor entusiasmo en esta campaña contra la clase trabajadora, acaba de materializar la violencia simbólica que despliega habitualmente mediante el despido de al menos 48 trabajadores. Cuatro años antes, en 2019, el grupo Clarín había despedido a otros 65. Se negó durante casi dos días a acatar la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la Nación, conforme a la cual debió retrotraerse la situación a la existente con anterioridad al inicio del conflicto, reincorporándose a los despedidos y cesando las medidas de fuerza. No permitieron el reingreso de los despedidos a las instalaciones del multimedio, por lo que se realizaron asambleas y un acto frente al edificio. El grupo no parece dispuesto a retroceder en este ejercicio de violencia del poder privado, que no responde a razones económicas sino a su voluntad de disciplinar a los trabajadores.

La voluntad de disciplinar a los trabajadores y sus organizaciones a través de métodos legales e ilegales es uno de los objetivos fundamentales de la derecha local, tanto la nucleada en Juntos por el Cambio como la de los fascistas “libertarios”, para hacer posible la transformación regresiva de las condiciones socio-económicas.

La realización de estos objetivos requiere necesariamente el establecimiento de un régimen político de carácter autoritario, que tiene como el ejemplo más cercano el de la dictadura de Pinochet, quien gobernó con una pléyade de asesores de la Escuela de Chicago encabezada por Milton Friedman.

Cabe recordar que el régimen de Mussolini –elogiado por Von Hayek y otros economistas de la escuela neoclásica– puso en marcha en sus comienzos profundas reformas que promovían la austeridad fiscal, monetaria e industrial. Estos cambios impusieron duros esfuerzos y sacrificios a las clases trabajadoras y garantizaron los intereses del gran capital.

Se ha dicho al respecto que “entre las reformas que consiguieron acallar cualquier impulso de cambio social podemos mencionar la drástica reducción de los gastos sociales, los despidos de funcionarios (más de 65.000 sólo en 1923) y el aumento de los impuestos sobre el consumo (el IVA de la época, regresivo porque lo pagaban principalmente los pobres). Todo ello junto a la eliminación del impuesto progresivo sobre las herencias, acompañado de un aumento de los tipos de interés (del 3 al 7% a partir de 1925) así como de una oleada de privatizaciones que estudiosos como el economista Germà Bel han calificado como la “primera privatización a gran escala en una economía capitalista”. “Además, el Estado fascista aplicó leyes laborales coercitivas que redujeron drásticamente los salarios y prohibieron los sindicatos. La derrota final de las aspiraciones de los trabajadores llegó con la Carta del Trabajo de 1927, que cerró cualquier vía de conflicto de clase. La Carta codificó el espíritu del corporativismo cuyo objetivo, en palabras de Mussolini, era proteger la propiedad privada y ‘reunificar dentro del Estado soberano el pernicioso dualismo de las fuerzas del capital y del trabajo’, que se consideraban ‘ya no necesariamente opuestas, sino como elementos que debían y podían aspirar a un objetivo común, el más alto interés de la producción’”[2].

Consideraciones finales

Frente a los desafíos de esta etapa, las organizaciones sindicales de los trabajadores, más allá de sus diferencias, no pueden adoptar una posición meramente defensiva. Creemos que se imponen algunos objetivos:

  • Reformular los ejes de acumulación política y organizativa sobre la base de la lucha por el trabajo, los convenios colectivos, el aumento de salarios: por suma fija, aguinaldo y paritarias, sin perjuicio de un nuevo aumento del salario mínimo, vital y móvil.
  • La mejora de las condiciones de trabajo, los sistemas de prevención de accidentes y enfermedades, la obligatoriedad en todo el país de las comisiones mixtas de salud y seguridad en el trabajo.
  • La reducción de la jornada laboral sin reducción salarial y la participación de las organizaciones sindicales en el control del proceso de trabajo.
  • Defensa de los puestos de trabajo, contra los despidos y suspensiones. Luchar por el reconocimiento de la estabilidad en el empleo de todos los trabajadores, estatales y privados.
  • Contra toda discriminación en el empleo y contra la violencia en el trabajo.
  • Por la regularización de los contratados en el Estado nacional, provincial y municipal; contra la utilización abusiva de las pasantías.
  • Conformar intersindicales y coordinadoras regionales; y fortalecer la organización sindical dentro y fuera de las empresas.
  • Abolición del secreto comercial y bancario; y ejercicio del derecho al control de la producción, administración y comercialización por parte de los trabajadores en las empresas.
  • Re-estatización de las empresas privatizadas. Nuestro país –con sus riquezas naturales, la capacidad de sus trabajadores, técnicos e intelectuales– está en condiciones de superar la dependencia, el hambre y la desocupación si los recursos ayer privatizados y aún no recuperados, fundamentalmente el comercio exterior y los puertos, son puestos bajo el control del Estado.

Notas:

[1] Elizondo, Jorge, “La reducción del tiempo de trabajo y el control del proceso productivo”, publicado en www.jurisbibliotecadigital.com

[2] Mattei, Clara E, “Cuando los liberales se enamoraron de Benito Mussolini”, 13/11/22.

Fuente: https://www.elcohetealaluna.com/desafios-de-un-1o-de-mayo/

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/desafios-de-un-1o-de-mayo/

 

 

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