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Macrismo recargado y las tareas que nos esperan. Argentina elecciones parlamentarias.

Por: Atilio A. Boron

La inobjetable victoria del macrismo a nivel nacional plantea un enorme desafío para el conjunto de fuerzas que bregan por un país justo, democrático y soberano. Hoy, debido al lento pero irresistible –irresistible por ahora, como una vez dijera Hugo Chávez- ascenso de la derecha, la Argentina se ha convertido en un país más injusto, menos democrático y más dependiente. ¿Qué hacer ante tamaña involución? ¿Cómo enfrentar a esta conjura de la plutocracia local, sus mandantes en Washington y su ejército de publicistas y propaladores de eficaces “posverdades” que lograron que un 41.7 % de la población votase alegremente por quienes han demostrado que gobiernan para los ricos y con los ricos y que están dispuestos a llevar hasta sus últimas consecuencias una suerte de eutanasia de los pobres, los viejos, los jóvenes, los excluidos? Para responder a esta pregunta es preciso primero reconocer exactamente la fortaleza del adversario y, autocrítica mediante, nuestras debilidades. Ambas se combinaron para producir esta nueva derrota del espacio progresista y de izquierda nucleado en torno a la figura de Cristina Fernández de Kirchner.

Una celebración desmesurada

La gritería de la derecha ha incurrido en toda clase de hipérboles para celebrar el triunfo del macrismo. Victoria “enorme”, “histórica”, “¡hazaña histórica!” dijo uno, “arrasadora”, “líder de otra galaxia” según uno de los principales consultores políticos, son algunas de las expresiones utilizadas para caracterizar lo ocurrido el pasado domingo. ¿Cómo calificar entonces la victoria de Raúl Alfonsín en 1983, que consagró la primera derrota presidencial del peronismo a lo largo de su historia? ¿O, sin ir más lejos, el 54% de CFK en el 2011? Es obvio que un desbordante optimismo campea en las filas de la derecha. Sin embargo, el analista no puede dejarse llevar por ninguno de estos excesos, que con signo contrario también se escucharon luego de conocido el veredicto de las urnas en el bunker de CFK en Sarandí. Una actitud más sobria, menos propensa a esa “desmesura” que muchos de los operadores macristas le achacaban con exclusividad al kirchnerismo demuestra que los guarismos obtenidos por Cambiemos son prácticamente idénticos a los que Néstor Kirchner cosechara en su primera elección parlamentaria luego de llegar a la Casa Rosada: 41.7% para el macrismo, 41.6% para el santacruceño en el 2005. En ambos casos, quedan por debajo de lo conseguido por Raúl Alfonsín en las legislativas de1985 cuando se alzó con el 42.3 % de los votos. En ambas ocasiones, 1985 y 2005, el reconocimiento de la victoria oficial ahorró la grandilocuencia imperante en estos días. En suma: muy buena elección del macrismo, pero lejos de ser un triunfo sin precedentes en la política argentina.

Va de suyo que lo anterior no tiene por objeto restar los méritos del adversario sino calibrarlos en su justo término. La subestimación conduce inexorablemente a la derrota, como lo prueba la temeraria ingenuidad del kirchnerismo al “elegir” como un rival fácil de doblegar, aún por Daniel Scioli, al por entonces jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Se lo despreció y ridiculizó durante años –desoyendo a quienes advertíamos el peligro- hasta que se produjo el amargo despertar de Noviembre del 2015 y para sorpresa de propios y ajenos el rival despreciado terminó entronizado en la Casa Rosada. En línea con esta actitud es preciso reconocer que Cambiemos prevaleció en 13 distritos: Buenos Aires, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, Chaco, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Salta, Santa Cruz, Santa Fe, mientras que el justicialismo –en sus múltiples variantes, algunas más cercanas a Macri que a Cristina- obtenía la victoria en once, una vez establecido el triunfo del kirchnerismo en Tierra del Fuego y, por un puñado de votos, en la provincia de La Pampa, otrora bastión inexpugnable del peronismo. El macrismo mejoró su representación en diputados y senadores nacionales, y si bien no tiene quórum propio en ninguna de ambas cámaras la irresistible atracción de la chequera que maneja la Casa Rosada y la volubilidad de sectores y líderes políticos que se presentan como “oposición” hace prever que a partir del 10 de diciembre Macri contará con mejores chances de aprobar la legislación necesaria para viabilizar la segunda, y más radical, fase del ajuste. A lo anterior súmesele que al día de hoy Cambiemos es la única fuerza de alcance nacional y que triunfó en los cinco distritos (Ciudad de Buenos Aires, provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza) donde se concentra el 70% del electorado nacional. Una gran victoria, sin duda, pero que en la historia de nuestra democracia reconoce varios precedentes como para ser calificada como “hazaña histórica”. Raúl Alfonsín y Carlos Menem así lo demuestran.

En una nota publicada en la Revista Anfibia Alejandro Grimson señala tres factores explicativos de la victoria macrista. Uno, la eficacia movilizadora del relato de Cambiemos con el cual la población fue bombardeada día y noche a lo largo de casi dos años gracias a la formidable, diría inédita y profundamente antidemocrática, concentración oligopólica en la prensa, la radio y la televisión que hace que la Argentina viva, mediáticamente hablando, bajo una “cadena nacional permanente”. En los temas fundamentales los dos principales medios gráficos del país tienen tanta diferencia entre sí como la que existía entre el Pravda y el Izvestia en el apogeo de la extinta Unión Soviética, pese a lo cual los exégetas de la derecha siguen diciendo que “antes”, es decir durante el gobierno de CFK, la libertad de prensa estaba amenazada. En este funesto escenario mediático el mensaje transmitido por el relato de la derecha era claro: “el kirchnerismo es el pasado, y fue una perversa combinación de incompetencia y corrupción que creó una falsa ilusión de bienestar que demostró ser insostenible. El país sobrevivió a aquella pesadilla y ahora debe afrontar, con esperanzada resignación, los sacrificios necesarios para retornar a la normalidad”. La interminable repetición de este mensaje, taladrando día y noche el cerebro de los argentinos, más la sistemática supresión de voces disidentes realizada por los autoproclamados custodios de la república –eliminación de Telesur de los canales de cable, purgas en Radio Nacional, “apriete” en emisoras y televisoras privadas para acallar voces molestas, manejo arbitrario de la pauta oficial para perjudicar a los medios disidentes- unido al infame desplome de lo que había sido el aparato mediático del kirchnerismo más la oportuna sucesión de citaciones de la justicia federal a altos personeros del gobierno anterior durante la campaña terminaron por instalar un sentido común ampliamente compartido en la sociedad, no exento de ribetes tragicómicos. Ante la observación de que ahora el salario se deteriora día a día, el desempleo crece inconteniblemente y el país se endeuda de manera exorbitante por varias generaciones la respuesta estandardizada de la víctima suele ser algo así como: “sí, pero se robaron todo”. En otras palabras, la ilusión de un futuro mejor (que no la esperanza) así como la execración del pasado fue hábilmente inoculada en la población por la pléyade de inescrupulosos “marketineros” contratados por aún más inescrupulosos líderes de la derecha. El dato de que hay muchos más miembros del gabinete de Mauricio Macri que de Cristina Fernández procesados por la justicia no hizo mella en aquel sentido común. Tampoco tuvo efecto alguno el conocimiento de que Mauricio Macri llega a la Casa Rosada estando procesado por la justicia; o que se encuentra involucrado en negocios turbios detectados en losPanamá Papers (que originaron la renuncia del Primer Ministro de Islandia), situación compartida por varios miembros de su entorno como Claudio Avruj, Esteban Bullrich, Gustavo Arribas y su primo, Jorge Macri entre otras figuras de Cambiemos. La prensa (dizque) “independiente” se encargó de blindar meticulosamente el tema y la noticia se la tragó la tierra y jamás fue examinada en profundidad por la opinión pública. Lo mismo ocurrió con la escandalosa iniciativa del presidente de perdonar una deuda contraída por su padre, Franco Macri, durante su gestión al frente del Correo Argentino, cosa que ante el clamor de la opinión pública finalmente tuvo que ser revertida y enviada a la justicia en medio de un fuerte escándalo que, sin embargo, no tuvo consecuencias políticas. Lo mismo que una dirigente social, Milagro Sala, fuese enviada a la cárcel y retenida allí por casi dos años sin condena y, cual “Estado canalla”, desoyendo la medida cautelar emitida por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y las recomendaciones de varios comités de Naciones Unidas exigiendo su inmediata liberación. El caso de la desaparición forzada de Santiago Maldonado a manos de la Gendarmería fue tan sólo el último escandaloso eslabón de esta trama de mentiras, ocultamientos y desinformación premeditada. Un proceso en donde la perversidad de una de las “candidatas estrella” del macrismo, Elisa Carrió, llegó a extremos pocas veces vistos en la Argentina al proferir tal cantidad de exabruptos (“20% de posibilidades que esté en Chile”, “como Walt Disney”, etcétera) que no sólo exhiben el lado oculto de sus convicciones supuestamente republicanas y humanitarias y su desenfrenada búsqueda de protagonismo en los medios sino también del triste retroceso cultural de la ciudadanía porteña (que por décadas había sido un baluarte en la exigencia de juicio y castigo para los culpables de la represión de los años setentas) que ahora premia con el 51 % de sus preferencias a un personaje que dijo tales aberraciones.

A lo anterior nuestro autor agrega dos otros factores: por una parte el papel de la ya anotada concentración mediática que impidió que el relato macrista pudiera ser críticamente examinado ante el gran público. Pocas veces en nuestra historia hubo tal nivel de “unanimismo mediático” como el que hoy asfixia a la Argentina. Esto es una nefasta innovación en nuestra vida política, pero hay que recordar que siempre, aquí y por doquier, las fuerzas políticas de izquierda y progresistas debieron luchar contra ese enemigo atrincherado en los medios de comunicación, y a menudo lo hemos derrotado. Y en segundo lugar, la gran fragmentación de la oposición y, sobre todo, la implosión del peronismo en una multiplicidad de organizaciones políticas construidas sobre las frágiles arenas de diversos liderazgos provinciales o locales que impidieron se pudiera enfrentar la ofensiva de la derecha con eficacia. Obviamente, esto remite a la crucial cuestión de lo que es hoy el peronismo. ¿Es Cristina, como lo reafirmó claramente en la reciente campaña senatorial, o es ella junto con todos, o algunos, de los siguientes: Gioja, Insfrán, Pichetto, Verna y Rodríguez Saá junto a los perdidosos Urtubey, Massa, Randazzo, Menem, Alicia Kirchner, Schiaretti y De la Sota ¿Puede este heteróclito conjunto converger en una propuesta común? De hecho no pudo, y esa dispersión llevó aguas al molino del gobierno. Lo más probable es que muchos de estos personajes ya estén en conversaciones con el gobierno nacional para asegurar la “gobernabilidad” en los próximos dos años y “un lugar bajo el sol» del presupuesto nacional en los nuevos tiempos que se avecinan.

¿Cómo construir una alternativa?

El exitismo oficial encuentra un sorprendente paralelismo en ciertos miembros del entorno del cristinismo. La autoproclamación ser de “la única oposición real”, reiterada en cuanta ocasión se pueda, tropieza con los duros datos de la realidad. Los poco más de cinco millones de votos obtenidos a nivel nacional constituyen sin la menor duda un piso importantísimo para futuras competencias electorales. Pero como lo hemos dicho en múltiples ocasiones, el problema de CFK no es su piso –sólido, confiable, leal- sino su techo, carente de elasticidad para captar nuevas voluntades todo lo cual conspira contra su capacidad para lanzar una propuesta atractiva no sólo para los kirchneristas sino también para quienes no lo son, tanto dentro y especialmente fuera del peronismo. Si algo enseña la historia reciente de la Argentina es que con el peronismo sólo ya no se ganan elecciones a nivel nacional. El triunfazo de Cristina en el 2011 es impensable en nuestros días, porque la trama política y cultural del país cambió en una dirección contraria a la esperada. La Argentina hoy es un país más conservador que antes, más refractario a las interpelaciones progresistas o de izquierda, anatemizadas como un irresponsable “populismo”; además, el ancho y heteróclito campo de la izquierda y el progresismo se encuentra profundamente fracturado. Por ello, sólo una convocatoria amplia que avance por izquierda mucho más allá de los límites del contradictorio universo peronista estará en condiciones de canalizar las “energías nacionales” como decía Antonio Gramsci y derrotar al proyecto macrista. Si esta empresa de creación política no se lleva a cabo la derecha podría llegar a gobernar por largo tiempo en la Argentina. Una banca en el Senado no es precisamente el mejor instrumento para plantear una oposición eficaz al macrismo. En ese ámbito Cristina seguramente terminará conformando un monobloque, porque sus antiguos aliados peronistas no parecen demasiado entusiasmados con su incorporación a la Cámara Alta. Dada esta realidad, su capacidad para inclinar el fiel de la balanza a favor de sus propuestas o de arrastrar tras su liderazgo una mayoría de senadores para poner coto a la virulencia de Cambiemos es por lo menos dudosa. No sólo eso: el Frente para la Victoria que había sido el instrumento político-electoral del kirchnerismo durante doce años fue despachado a mejor vida sin ofrecérsele a sus deudos el beneficio de un modesto funeral para explicarles las razones de tan súbito e inesperado deceso. Lo mismo cabe decir de la creación de la Unidad Ciudadana: ¿qué asamblea de militantes y dirigentes aprobó su creación, con qué fundamentos, cuál es su programa, quiénes son sus autoridades, cuál será su política de alianzas? Nada se sabe al respecto.. Sólo que ambas cosas, la disolución del Frente para la Victoria como la creación de Unidad Ciudadana expresan un estilo de conducción política –desde arriba, vertical, personalista- que la historia demuestra que en la sociedad actual termina en el fracaso. Lamento decirlo porque se trata de una tradición fuertemente arraigada en el movimiento popular y quizás tuvo eficacia en el pasado. Pero hoy ya no funciona. Fracasó en el 2013, en el 2015 y de nueva cuenta el pasado domingo. Nada peor que ocultar lo que hoy es una conclusión irrefutable; ese estilo de conducción es un anacronismo político, seguro padre de nuevas derrotas.

La tarea de derrotar al proyecto de la derecha requerirá de todas nuestras fuerzas y toda nuestra inteligencia. Vuelvo a Gramsci con aquello de pesimismo de la razón pero acompañado por el optimismo de la voluntad. Sin una profunda autocrítica, reclamada insistente pero infructuosamente por muchos sectores dentro y fuera del kirchnerismo desde el 2015, no se podrá encontrar el rumbo para construir un gran frente de liberación nacional y social, claramente anticapitalista y antiimperialista. Las políticas de corrimiento hacia el centro político están condenadas a terminar en una nueva frustración. Hay una ley sociológica que dice que los pueblos prefieren el original a la copia. Si una coalición progresista “suaviza” su discurso (en un país tan flagrantemente injusto y saqueado por la CEOcracia como la Argentina) y adopta uno más centrista lo más probable será que la ciudadanía elija votar por la derecha original y no por un progresismo que modere su discurso y sus propuestas y se vaya pareciendo cada vez más a la derecha. Si de administrar al capitalismo se trata, nadie mejor que la burguesía y sus representantes políticos para hacer esa tarea. No le ayudó a Cristina guardar silencio ante el crimen de Santiago Maldonado; o referirse sólo al pasar al escándalo judicial en torno a la detención de Milagro Sala, equiparar a ésta con un sedicioso como Leopoldo López en Venezuela y decir que en ese país no hay un estado de derecho, o abstenerse de felicitar a Nicolás Maduro por la magnífica victoria cosechada en las elecciones regionales. Todo eso, a la vez que se optó por imitar el estilo de campaña, y la escenografía new agedel PRO, lo cual no le agregó un solo voto a CFK. Los que llegaron no procedían de esos territorios sociales donde prevalece el eclecticismo y el nihilismo posmoderno, que es el lugar en el que Cambiemos cosecha sus votos.

La nueva construcción tendrá que trascender el plano electoral e internarse en la creación de un amplio espacio político-cultural. Este deberá ser la culminación de un proceso de diálogos sin exclusiones entre todos quienes saben que al macrismo no se le combatirá con promesas de un “capitalismo serio o racional”. La tercera vía es, digámoslo de una vez, una vía muerta. Sólo podrán librar una efectiva batalla en contra de Cambiemos quienes estén dispuestos también a luchar contra el capitalismo (y no sólo el neoliberalismo) y el imperialismo y puedan comunicarlo socialmente de modo eficaz. En la nueva construcción política que necesitamos las propuestas de los críticos del capitalismo y el imperialismo deberán ser las que le asignen una “tonalidad ideológica” a la nueva propuesta. Para lo otro, para hablar de un capitalismo inclusivo y racional, está Cambiemos. Seamos claros: sólo desde la izquierda se podrá disputar la hegemonía político-cultural del macrismo, de la cual se desprende su preponderancia electoral. Es debido a ello que la elaboración de un programa político con nítidos contenidos democráticos, anticapitalistas y antiimperialistas será indispensable para cimentar la unidad de acción de un amplio conjunto de fuerzas políticas y movimientos sociales procedentes de distintas tradiciones y suficientemente vigoroso como para enfrentar las batallas que se avecinan y derrotar a una derecha organizada como nunca antes en su historia. Si fracasamos en este empeño tendremos macrismo para rato. Es una cuestión que remite tanto a la necesidad de crear una real alternativa que así sea percibida por una ciudadanía castigada por los rigores del ajuste neoliberal como de simple aritmética política. Sin esa gran coalición de signo anticapitalista y antiimperialista no podrá construirse una mayoría electoral.

El papel de Cristina

Tras la ratificación del rumbo actual en las elecciones del pasado domingo el gobierno acelerará la marcha hacia una restructuración regresiva del capitalismo argentino. Será necesario impedir que se consume un proyecto que retrotraería nuestro país a la situación imperante en las vísperas de la aparición del peronismo en 1945. Lo que ocurre en Brasil despierta la admiración de la Casa Rosada. El ataque al salario, a los trabajadores y al sindicalismo combativo será inminente. El endeudamiento tan irresponsable como desenfrenado y el desmantelamiento de la legislación protectiva de los trabajadores y, en general, de los pobres, de los adultos mayores, de los jóvenes será implacable. Los argentinos haríamos bien en mirarnos en el espejo brasileño para advertir lo que nos espera: congelamiento de los gastos en salud y educación, fin de la jornada de ocho horas, derogación de las principales piezas de la legislación laboral y jubilación sólo para el titán que venciendo indecibles contingencias y todo tipo de enfermedades pueda hacer aportes jubilatorios durante 49 años y llegar a su ancianidad con restos como para disfrutar de una modestísima pensión antes de despedirse de este mundo y disfrutar de un módico funeral. Ante ello una construcción debilitada por un arcaico verticalismo sólo serviría para acelerar la destrucción de la ciudadanía económica, social y política que se propone el macrismo y que con tanto esfuerzo fuera conquistada en años pasados. Será necesario crear una suerte de Frente Amplio, como el uruguayo; o un movimiento tan plural y heterogéneo como lo fuera el 26 de Julio en Cuba. Y el liderazgo deberá enriquecerse del diálogo, la discusión, el debate de ideas. Ya no hay lugares privilegiados de conducción porque todos, absolutamente todos, hemos sido derrotados. Eso es precisamente lo que nos une: la derrota.

Y esta nueva construcción tendrá que librar una batalla organizacional, política y cultural. Deberá ser aquel “Príncipe Colectivo” del que hablaba Antonio Gramsci para desde su novedad y frescura llegar a sumar millones de voluntades que, sin duda, cuando se disipe el espejismo hábilmente creado por Cambiemos, estarán a la búsqueda de una ruta de escape que no puede ser volver al pasado. Que quede claro: el liderazgo de Cristina no está en discusión; ningún otro político del campo de la oposición tiene su estatura y sus votos como para disputarle su lugar. Lo que sí está en cuestión es su estrategia de construcción política, como lo demuestran las recientes derrotas electorales, los sonados fracasos del FPV, la Cámpora y Unidos y Organizados y, más recientemente, su empecinamiento en no aceptar ir a las PASO para competir con Florencio Randazzo, que probablemente le hubiera permitido alzarse con la victoria nada menos que en la provincia de Buenos Aires. Una Cristina que escuche (“dicen que Cristina escucha poco”, anotaba Norberto Galasso en una entrevista para Zoom), que confíe menos en su intuición (que la ha traicionado muchas veces), que valore positivamente a quienes disputan sus argumentos con la intención de colaborar en su empeño y no con el ánimo de erigir obstáculos. Una Cristina que descrea de los adulones que le dicen que es infalible y que cuando ven que se encamina al abismo no le dan la voz de alerta. Una Cristina que recuerde el consejo de Evita, cuando le recomendaba a Perón desconfiar de los alcahuetes y gentes de confianza que lo rodeaban. ¿Cuántos de ellos, que parecían kirchneristas “de paladar negro”, no se pasaron al bando contrario ni bien CFK dejó de ser presidenta? ¿Qué lecciones deben extraerse de ello?

Para concluir, sólo con el “vamos a volver” no va a ser suficiente para seducir a esos contingentes sociales agredidos y ofendidos por el macrismo pero atrapados por los traicioneros efluvios de un relato científicamente concebido para desmovilizar y estimular la pasividad y la resignación. Esto es así porque la campaña propagandística del macrismo ha sido muy efectiva y, además, porque las asignaturas pendientes luego de doce años de gobierno kirchnerista son inocultables. Se hizo mucho y bien, pero no lo suficiente; y muchas cosas se hicieron mal y otras ni siquiera se hicieron (por ejemplo: una reforma tributaria, o la nacionalización del comercio exterior). Y, lo que se hizo bien se comunicó mal. Ensimismado en la engañosa seguridad de su indisputada hegemonía el gobierno perdió capacidad de leer lo que estaba ocurriendo en la sociedad, y especialmente lo que le estaba sucediendo a las propias bases sociales del electorado kirchnerista. Tampoco supo entender sus nuevas demandas económicas y sociales y tomar conciencia del vertiginoso cambio cultural que tornaba a las clases y capas populares impermeables a la interpelación del progresismo y críticas de las políticas asistencialistas del gobierno. Fenómeno epocal, no exclusivo de la Argentina. En Bolivia, Ecuador y Venezuela ha ocurrido lo mismo, si bien no tan intensamente como entre nosotros.

Será preciso elaborar un programa político que sistematice las propuestas de transformación social que llevará a cabo la nueva coalición política. Un programa de “desmercantilización” de la salud, la educación y la seguridad social, convertidas por el actual gobierno en infames mercancías cuando en realidad son derechos humanos. Un programa de recuperación de la democracia en el espacio público, hoy férreamente controlada por la oligarquía mediática. De preservación de los bienes comunes; de efectiva reforma del estado, para que pueda regular al mercado y no al revés, como ocurre en estos días. En suma, a partir de esta nueva construcción política realizar efectivamente un tránsito desde el gobierno al poder y, de ese modo, elevar el bienestar material y espiritual de millones de argentinas y argentinos. Un programa, en suma, que sea totalmente ajeno al eclecticismo de la “tercera posición” o la ilusión de un “capitalismo serio”. Un programa, en suma, tendencialmente orientado hacia el socialismo.

Estamos en vísperas de un nuevo comienzo, desde el llano, con aliados titubeantes, o desconfiados, y enemigos envalentonados. Será una marcha cuesta arriba y difícil, pero si tenemos el rumbo claro y la organización adecuada, podríamos evitar lo peor en el 2019. Es más, diría que si actuamos con inteligencia y sin desmayos podríamos revertir el revés del 2015. Para ello será preciso creer en nuestras propias fuerzas y contar con un programa político de avanzada: antioligárquico, anticapitalista y antiimperialista. No hay que olvidar que el gobierno de Macri se enfrenta a un complejo panorama económico que sin un desenlace catastrófico a la vista; es decir, sin un 2001 en el horizonte, igual será muy duro para la gestión. La crisis general del capitalismo y el descrédito del neoliberalismo global, ahora condenado por el amo imperial, serán fuente de innumerables obstáculos para el éxito del proyecto de Cambiemos. Pero dejemos que nuestros enemigos hagan lo suyo, y no soñemos que van a trabajar para nuestra victoria. Somos nosotros quienes debemos aprestarnos adecuadamente para la batalla, y no esperar que ellos se equivoquen o caer nuevamente en el error de subestimar su vocación de dominio. El clima cultural los favorece, pero eso puede cambiar si se actúa con decisión y de cara a la verdad. El programa macrista acarreará enormes sufrimientos a nuestro pueblo. Debemos ser capaces de mostrar que hay otro camino, que otro mundo es posible, y que la nueva construcción política en ciernes podrá ser el instrumento idóneo para construir esa alternativa, superadora de las inexorables lacras del capitalismo en cualquiera de sus versiones.

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Libro: Política de protección la primera infancia colombiana en contexto de conflicto armado

Política de protección la primera infancia colombiana en contexto de conflicto armado 

María Camila Ospina Alvarado. [Autora]

Colección Red de Posgrados en Ciencias Sociales. 
ISBN 978-987-722-009-4
CLACSO.
Buenos Aires.
Diciembre de 2013

El artículo describe la normatividad internacional y nacional que cobija, desde un enfoque de protección, a los-as niño-as de la primera infancia que han vivido en contexto de conflicto armado en Colombia. Describe algunas estrategias nacionales y locales orientadas a la protección de niños-as colombianos que han vivido en contexto de conflicto armado y están actualmente en el área metropolitana de Bogotá. Menciona algunos antecedentes investigativos relacionados con la protección de los-as niños-as en contextos de conflicto armado y otros referidos a las medidas de protección de niños-as. Por último expone la mirada crítica que propone la autora desde la perspectiva construccionista social frente a la política de protección de los-as niños-as en contextos de conflicto armado en Colombia.
Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/buscar_libro_detalle.php?id_libro=855&campo=titulo&texto=infancia
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Argentina: Los maestros de la Unter se oponen al examen Aprender

Argentina/Octubre de 2017/Fuente: Imcipolletti

Cuestionaron el acuerdo entre Río Negro y Nación para relevar el nivel de aprendizaje de los alumnos. Rechazan las razones y aseguran que los resultados pueden manipularse.

El gobierno rionegrino adhirió a la realización de pruebas para medir el aprendizaje de los alumnos que propone el gobierno nacional y la Unter ya adelantó su rechazo. “Nos oponemos a los mecanismos de pruebas estandarizadas, porque desvirtúan esta premisa, además porque da crédito a las instituciones privatizadoras y al poder económico para avalar los ajustes que siempre les interesan”, manifestaron los docentes.

“Para este gobierno la evaluación es una de las estrategias elegidas para justificar todas las transformaciones que quieren imponer en el campo educativo desde una perspectiva meritocrática, estandarizante, mercantilista y privatizadora”, aseguró el sindicato que conduce Patricia Cetera. Para la dirigente, “la única finalidad es medir “la calidad educativa”, con el único objetivo de bajar la inversión del Estado, reducir el presupuesto, conducir a la privatización de la educación y promover el lucro de diferentes empresas.

“La única finalidad es medir la calidad educativa, con el único objetivo de bajar la inversión del Estado, reducir el presupuesto, conducir a la privatización de la educación”. Unter El gremio docente fijó una postura oficial sobre el acuerdo

Además del rechazo ideológico, los docentes aseguraron que el examen Aprender que realiza la Nación, se puede manipular ya que agrupa las preguntas por rango de dificultad. “Si se ponen las preguntas más difíciles en otro rango se puede engrosar” la cantidad de estudiantes que se consideren con bajo nivel de aprendizaje. “Puede manipularse para conseguir los porcentajes a medida de las necesidades de quien evalúa y no de los estudiantes”, afirmaron.

Fuente: https://www.lmcipolletti.com/los-maestros-la-unter-se-oponen-al-examen-aprender-n569004

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Argentina: Piden profesores de educación física en las Plazoletas de la salud

Argentina / www.el-periodico.com.arg / 25 de Octubre de 2017

Se trata de un proyecto de resolución presentado por el bloque de Cambiemos para asesorar a los vecinos en rutinas de ejercicios con las máquinas instaladas, ya que sostienen que se utilizan de forma incorrecta, lo que puede ocasionar problemas físicos.

Con la llegada del calorcito la gente aprovecha los días lindos para hacer algo de actividad física en los distintos espacios verdes de la ciudad. Desde la implementación de las Plazoletas de la salud en distintos plazas barriales- conformadas con distintas máquinas para hacer actividades físicas-, los vecinos aprovechan los aparatos para realizar distintas rutinas, sin embargo, según algunos profesores de educación física, muchos los utilizan mal, lo que puede ocasionar distintas lesiones.

Esta inquietud fue elevada a la concejal por Cambiemos, Paola Colombano que elaboró un proyecto de resolución para establecer una asesoría con profesores de educación física para que en los horarios picos de actividad física en las plazas saludables de la ciudad orienten a los vecinos sobre los aspectos a tener en cuenta al momento de organizar su rutina de actividad física.

Mala utilización 

La concejal explicó que su proyecto surgió luego de una reunión con un grupo de profesores de educación física quienes le advirtieron que mucha gente utiliza mal los aparatos de las Plazoletas de la salud, con lo cual, de mantener una rutina periódica, en el mediano o largo plazo esto puede ocasionar problemas físicos, musculares, lesiones lumbares, entre otras.

“La propuesta consiste en ofrecer al vecino la posibilidad de hacer sus ejercicios físicos con una orientación profesional. Sobre todo porque en algunas plazoletas muchos carteles indicadores ya no están y la gente desconoce la correcta utilización de las máquinas”, expresó la edil.

El proyecto plantea que la orientación de los profesores se brinde en los horarios de mayor concurrencia de los vecinos a las plazas, sobre todo en horas de la siesta y a la tardecita después de la jornada laboral.

Estaciones de hidratación

Por otra parte también se prevé la necesidad de colocar bebederos o “estaciones de hidratación” claramente identificadas. Sobre todo con canillas de tipo de corte automático que impidan la pérdida agua.

“Es necesario que haya agua cerca de las plazoletas, por ejemplo en la que se está construyendo en plaza Vélez Sarsfield no hay bebederos en la cercanía y es importante para la hidratación”, destacó la concejal.

Otros asesoramientos

Además de indicar la mejor forma de realizar una rutina de ejercicios los profesores asesores también podrán indicar la utilización de determinada indumentaria, la mejor forma de elongación previa y posterior a la actividad, formas de administrar la carga en la ejercitación, entre otras.

Fuente:https://el-periodico.com.ar/noticia/34031/piden-profesores-de-educacion-fisica-en-las-plazoletas-de-la-salud

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El nuevo modelito argentino de gobernabilidad y desarrollo

Argentina / www.elcronista.com / 25 de Octubre de 2017

Fue el doctor Cristiano Rattazzi, no la Casa Rosada, quien días atrás dialogó con el periodismo acerca de tres de los motivos que inducen a acelerar las gestiones oficiales encaminadas a lograr la plena membresía del país en la Organización Económica de Cooperación y Desarrollo (OCDE).

El presidente de Fiat dijo que ser parte del club de ayuda a captar inversiones, en tácita alusión al valor que la comunidad internacional asigna a sus juicios y al sólido trabajo de asesoramiento que realiza en el campo de los diagnósticos y prácticas de gobernabilidad y desarrollo sostenible.

Rattazzi enfatizó que, aún con esos pertrechos intelectuales, acercarnos al nivel de gobernabilidad ya alcanzado por Chile, nos puede demandar un ciclo de reformas que insumirá más de diez años.

Al terminar las elecciones el Presidente Macri comenzó a hablar de reformas que no detalla pero tiene relación con lo anterior, mientras el próximo 1´ de noviembre el subsecretario Marcelo Scaglione irá al CARI para informar sobre los avances registrados en París.

La OCDE no es una organización contractual. Sólo se conduce con mecanismos sutiles, orgánicos y eficientes de persuasión y presión ambiental. La membresía del foro (hasta ahora 35 países y regiones, entre los que sobresalen las potencias tradicionales de Occidente) suele explotar la ansiedad y vanidad política de las naciones que aspiran a ingresar con atajos a las filas del Primer Mundo, induciéndolas a formular un plan de adaptación al planeta desarrollado. A veces, a costa de generar compromisos de discutible utilidad (por ejemplo, la noción de respetar las mitologías y achaques proteccionistas de los países más ricos de la tierra).

Entender las reglas no escritas de ese foro puede ser un ejercicio alucinante cuando se observa la atronadora influencia del gobierno de Donald Trump en sus actividades. De ahí que parezca tentador preguntarse qué papel asumirá Washington en un club donde la racionalidad, el multilateralismo y la integración regional suelen ser materia de crítica razonable y constructiva, no de menosprecio y ruptura.

En ese tinglado no era común ningunear sin fundamento la vigencia de la OMC o de los organismos nacidos en la Conferencia de Bretton Woods.

Si se desestiman algunos rasgos de bisoñería, todo indica que la estrategia Macri-Pompeo para definir los términos de acceso de la Argentina a la OCDE registra un buen progreso.

Hay quienes piensan (mal hecho, pensar es una detestable costumbre), que negociar con un sí más o menos eterno en la boca, tener buena química con Angel Gurría, el Secretario General del club, y apostar un gran número de fichas al patrocinio de Estados Unidos para afianzar nuestra candidatura, lo que implica recostarnos en una potencia que dejó de ser previsible, para ser incontrolable y detractora de la arquitectura de poder que alumbró la existencia de ese foro, no sólo es insuficiente, sino implica tocar los nervios sensibles de socios y aliados necesarios.

Dejar heridos cuando uno está en un planeta en el que son los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) quienes se auto-proclaman como los nuevos adalidades de la globalización y la liberalización del comercio mundial, y el MERCOSUR sigue divagando sobre un provechoso Acuerdo político birregional con la Unión Europea (quien tiene sus pupilos en el paquete de accesiones de la OCDE hoy en debate), es una táctica de alto riesgo.

Por otra parte, las candidaturas del foro responden a algo más que a la dedocracia del lugar. Sus decisiones están acotadas por la cantidad y calidad de los recursos disponibles para incorporar nuevos Miembros.

Y si bien no es cuestión de acomplejarse, nadie olvida que la candidatura de nuestro país exhibe baldosas flojas (voraz endeudamiento público y déficit fiscal, insólitas patinadas del Ministerio de la Producción, llamativos reflujos inflacionarios, un déficit comercial inquietante y otras costuritas sueltas). Y aunque en París ningún peso pesado se abstiene de aplicar la regla no escrita del haz lo que yo digo, más no lo que yo hago, tal privilegio no corre para los aspirantes.

El otro puntito que marca la gran distancia entre Chile y la Argentina es que, tras un comienzo mesiánico y torpe, el gobierno trasandino entendió que las reformas que se llamaron milagro económico debían asociarse a un axioma central que suelo repetir hasta la náusea: «apertura económica, sin promoción de exportaciones, es una apuesta sin futuro» (ingeniero Hernán Büchi, ex Ministro de Hacienda).

Con o sin OCDE la estabilidad argentina debería administrarse con la idea de que es una condición necesaria, nunca suficiente, en especial cuando se trata de orquestar una inserción viable en un mundo difícil, contractual, incierto, muy competitivo, objetivamente tramposo y viciado por una muy seria y prolongada crisis de sobre-producción industrial generada por China, India y otros distinguidas naciones asiáticas.

En los últimos días la Argentina no registró el volcánico estallido de la cuarta reunión Ministerial vinculada con la renegociación del NAFTA entre Estados Unidos (país anfitrión), México y Canadá. Los dos segundos le dijeron al Embajador Robert Lighthizer, titular del USTR, que las propuestas que llevó a las deliberaciones ponían en serio peligro la subsistencia del Acuerdo existente, cuyo proceso de renegociación fue sucesivamente propuesto y saboteado por el Presidente Donald Trump, hecho que levantó una masiva y fuerte condena de su propio partido y del sector empresario. Visto el ambiente, los ministros sólo acordaron extender al primer trimestre de 2018 la renegociación de ese acuerdo, en cuyo contexto se expandió en 300% el comercio regional.

El aludido episodio tiene numerosas aristas que se intentará explicar en una futura nota ad hoc, pero vaya, a título de anticipo, el saber que las tres naciones que intentan modernizar y evitar la disolución del NAFTA, están en la larga lista de las que fueron contactadas en forma individual por el Ministerio de Producción de nuestro país con la difusa idea de negociar sendos Acuerdos regionales de integración cuya viabilidad potencial se desconoce.

Sería muy útil que el gobierno y las organizaciones de la sociedad civil se impongan de la clase de disparate que parece haber llevado la delegación de Estados Unidos a las antedichas deliberaciones, para determinar si esa es la clase de inserción mundial que se desea.

Fuente: https://www.cronista.com/columnistas/El-nuevo-modelito-argentino-de-gobernabilidad-y-desarrollo-20171024-0042.html

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Reseña de Libro: Representaciones, emergencias y resistencias de la crítica cultural .

Mujeres intelectuales en América Latina y el Caribe

Nelly Prigorian. Cármen Díaz Orozco. [Editoras] 

Beatriz Sarlo. Marta Traba. Márgara Russotto. Mirla Alcibíades. Sara Castro-Klaren. Sylvia Molloy. Beatriz González-Stephan. Josefina Ludmer. Marilena Chaui. Miriam Muñiz Varela. Nelly Richard. [Autoras de Capítulo]
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Colección Antologías del Pensamiento Social Latinoamericano y Caribeño. 
ISBN 978-987-722-256-2
CLACSO.
Buenos Aires.
Julio de 2017

Las mujeres que traemos a colación en este volumen −algunas más conocidas que otras y muchas marcadas por la persecución política, el exilio y otras experiencias de represión y desarraigo− despliegan una reflexión crítica potente acerca de problemas neurálgicos de la cultura en América Latina y el Caribe, desde una conciencia lúcida y manifiesta de su propia condición de mujeres en la lucha por un espacio de enunciación −e interpretación− singular en la cultura. Muchos de los nombres que consideramos al respecto no son ni extraños, ni desconocidos en el campo del pensamiento latinoamericano contemporáneo. No podríamos tampoco afirmar que el de estas mujeres haya sido un pensamiento `sumergido´ o `silenciado´, en los términos en los que se suele asumir esta categoría. Sin embargo, queremos recuperar de ellas los trabajos por los que merecieron una distinción ineludible en el campo donde se abrían paso con no pocas dificultades: sus producciones más relevantes, sus momentos más significativos y de ruptura: la singularidad de su estilo.
Fuente: 
http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1261&pageNum_rs_libros=3&totalRows_rs_libros=1236
Imagen: http://www.clacso.org.ar/clacso/novedades_editoriales/img_tapas/1261_Tapa.gif
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Las jóvenes argentinas que quieren «cambiar el mundo» a través de la educación en contextos vulnerables.

Son graduadas universitarias y participan de Enseñá x Argentina, un programa que promueve la incorporación de jóvenes profesionales en comunidades educativas postergadas.

América del Sur/Argentina/24.10.2017/Autor y Fuente:http://www.lanacion.com.ar/

Lucía Hermelo y Lourdes Ollivier son dos jóvenes profesionales que «quieren cambiar el mundo» a través de la educación. Así se presentan en el primer minuto de diálogo con LA NACIÓN, sentadas en el despacho de Omar Brandan, el director de la Escuela de Educación Secundaria Técnica Número 1 de Vicente López. Tienen 30 y 28 años y hace 9 meses participan del programa de Enseñá x Argentina, una ONG que promueve el trabajo colaborativo entre docentes y graduados universitarios con el objetivo de mejorar la calidad educativa en escuelas de contextos vulnerables de Buenos Aires, Córdoba, Salta y Jujuy.

«Me uní al programa para cambiar el mundo y los estudiantes me enseñan todos los días que ellos son los que lo van a cambiar», dice Lucía Hermelo, que es abogada, estudió Comunicación Social y ahora cursa el Profesorado en Educación Media y Superior en la Universidad del Salvador con una beca de la fundación. Lucía y Lourdes dedican quince horas de sus semanas al voluntariado en la escuela técnica de Vicente López y cinco horas a un proyecto institucional anual que desarrollaron luego de hacer un relevamiento del estado de la educación en el colegio. «Hicimos encuestas a todo el personal e identificamos distintas situaciones a tratar durante el año, entre las cuales la convivencia y la comunicación eran una de las más requeridas. En base a eso planificamos talleres con la idea de que sea un espacio seguro y de que nadie se quede afuera», explica Hermelo.

La fundación le acercó la propuesta a la institución a fines del año pasado y concretaron una reunión con el personal del colegio para ofrecer el trabajo en conjunto con las PExAs (Profesionales de Enseñá x Argentina). «El objetivo estaba claro: que los chicos se sientan más contenidos y más acompañados en el aula con el fin último de mejorar el rendimiento y redefinir el paradigma de enseñanza de acá a dos años», dice Omar Brandan, director y docente. Enseguida algunos docentes de materias como geografía, matemática y electrónica se mostraron interesados y en marzo de este año conocieron a Lourdes y a Lucía, que durante dos años serían sus «parejas» pedagógicas en las aulas.

Sobre el trabajo colaborativo, ambas resaltan que las recibieron con los brazos abiertos y se sintieron muy cómodas desde el inicio: «Que nos reciban en sus aulas es un gesto de humildad enorme y nosotras nos fuimos adaptando a la necesidad de cada docente anfitrión y de cada curso», relata Hermelo, al tiempo que Ollivier destaca la retroalimentación positiva entre ella y su pareja.

Una de las mayores preocupaciones era cómo las recibirían los alumnos. «Los chicos lo naturalizan por completo, tienen la posibilidad de tener dos ‘profes’ y eso es algo muy rico para ellos. Si tienen alguna duda y una está explicando la otra está disponible», afirma con convicción Ollivier, que es licenciada en psicopedagogía. Al principio fue una cooperación más accesoria, ligada a tareas de asistencia: «Una de las primeras clases me causó mucha gracia porque una de las chicas estaba sosteniendo un mapa de la Argentina. Su primera función fue de perchero más o menos», bromea Brandan, y afirma, ahora serio, que los primeros resultados se vieron en la modalidad de enseñanza.

A medida que transcurrió el tiempo, el vínculo entre las nuevas docentes con los demás integrantes del aula se fue fortaleciendo. Observaron el trabajo de su pareja, aprendieron los nombres de cada uno de los estudiantes, los conocieron en profundidad y empezaron a intervenir en la dinámica de la clase. «El 70% de las aulas tienen equipos multimedia. El recurso está, pero muchas veces el docente no tiene el tiempo ni la experiencia necesaria para usarlo y la incorporación de las chicas fue muy valiosa en este sentido, porque han colaborado mucho en la preparación del material, asistencia en el aula y el trabajo en equipo», indica Brandan.

Walter Suszynski, un alumno de sexto año de la escuela, cuenta en diálogo con LA NACION que la incorporación de las chicas lo ayudó a mejorar en las dinámicas grupales: «Es bueno tener a alguien formado de esa manera para que te ayude a mejorar, que te anime y que te enseñe a trabajar en grupo en la escuela».

«Yo el cambio lo noté sobre todo en las habilidades socioemocionales que intentamos trabajar. Al ser una escuela técnica hacemos esfuerzo en esa otra pata, que el día de mañana les van a servir no sólo en la escuela, sino para la vida misma», relata Hermelo con los ojos entrecerrados por su sonrisa. «Ellos mismos notan el cambio y enseguida lo quieren dar a conocer; es hermoso para el poquito tiempo que llevamos en la escuela», continúa.

Ollivier hace hincapié en la evolución que hicieron los chicos desde que empezó a trabajar con ellos: «Si uno los motiva y les muestra que el camino es por el esfuerzo realmente hacen un cambio y poder dedicarse a cada uno de los chicos en particular es lo más rico», cuenta, a la vez que opina que «si uno busca un motor de cambio tiene que empezar por la educación».

Abren las búsquedas de voluntarios para 2018

Hace unos días, la fundación anunció que comenzó el proceso de reclutamiento de jóvenes profesionales que, como Lucía y Lourdes, quieran contribuir en mejorar la problemática educativa argentina. El plazo de inscripción finalizará cerca de fin de año y tienen como objetivo sumar a 20 profesionales en CABA, 20 en Córdoba, 8 en Salta y 10 en Jujuy.

Al comenzar el programa, en enero de 2018, realizarán una capacitación de un mes que los prepara para estar en el aula y, además, recibirán una beca total para cursar un profesorado en enseñanza media y superior y encuentros de formación especialmente diseñados por la organización. Durante todo el programa serán acompañados por un tutor que los guía en su crecimiento y los ayudará en la reflexión de sus prácticas dentro de las escuelas.

Sobre el final de la charla, Lucía y Lourdes concluyen sobre la experiencia. «Es un desafío constante y requiere mucho esfuerzo pero lo que te devuelve la experiencia vale la pena. No sólo te encauza en tu vocación, sino que te enseña valores que te marcan para el resto de la vida», dice Lucía, mientras Lourdes la mira con aprobación.Los interesados podrán inscribirse a través de su página web o contactándose al e-mail: quieroserpexa@ensenaporargentina.org .

Fuente:http://www.lanacion.com.ar/2073111-las-jovenes-argentinas-que-quieren-cambiar-el-mundo-a-través-de-la-educacion-en-contextos-vulnerables

Imagen:http://bucket2.glanacion.com/anexos/fotos/17/educacion-2552517w640.jpg

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