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La reforma pendiente frente a la universidad de mercado

Entrevista a Roxana Pey (R.P) Ex Rectora Universidad de Aysén. Realizada por Alex Ibarra Peña y Hans Schuster (I.y.S).

I.y.S: Agradecemos que nos haya aceptado la entrevista a meses de la polémica que le tocó vivir con la destitución de su cargo como Rectora de la Universidad de Aysén, una de las universidades que se ofreció crear después del movimiento social que iniciaron las movilizaciones estudiantiles de los últimos años. ¿En su motivación al aceptar este cargo consideraba que estaba frente a una situación política y no sólo académica?

R.P: Por supuesto, en Chile, por largas décadas, crear una nueva universidad había consistido en entrar en el mercado. Sólo desde que se reconoce la crisis de la educación superior, y el gobierno gana las elecciones con la promesa de reforma profunda, de gratuidad y de sacar a la educación del mercado, es posible la creación de una nueva Universidad estatal. Y se hace en la Región de Aysén que tiene evidente aislamiento, menores oportunidades para sus jóvenes, es estratégica, donde el mercado de la educación es inoperante. Es en ese entendido que acepté el cargo. Es decir, siempre entendí y entendimos muchos que no tenía sentido crear una nueva Universidad estatal instalándola con los mismos problemas que se buscaba resolver para luego, más adelante, venir a enderezarlos. Fue una oportunidad de iniciar las nuevas características de un sistema de educación superior modificado. Una tarea académica, y también política. Justamente el cambio político del que todos hemos sido testigos y víctimas, y que ha llevado a empantanar la reforma, es lo que operó en el episodio que ustedes recuerdan.

I.y.S: Para la sociedad chilena, el principal foco de la demanda estudiantil, tenía que ver con el tema de la gratuidad, cuestión que se anunció con bombos y platillos incluso generándose una imagen internacional de que en Chile la educación sería gratuita y además de calidad. Usted se enfrentó a la tan cuestionada ministra Delpiano y al Gobierno sosteniendo la imposibilidad de las reformas debido a los intereses comprometidos. ¿Nos puede entregar un balance en torno a esta bullada reforma que otorgaría la gratuidad que el movimiento social chileno demandaba?

R.P: La crisis de la educación superior es muy compleja y profunda. No es sólo de financiamiento, aunque sin duda es el elemento de mayor impacto. Endeudamiento estudiantil, acceso inequitativo, financiamiento institucional precario, lucro encubierto, calidad efectiva que no se cumple, esos son algunos de los grandes problemas que persisten hasta el día de hoy. Se prometió gratuidad universal, sin voucher, desmercantilizando y eso es justamente lo que se está cumpliendo parcialmente. Es indudablemente un avance significativo que se haya iniciado la gratuidad por glosa presupuestaria. De no haber sido así, no habría nada en este minuto. Pero es insuficiente. A mi entender, siendo que el voucher es su motor, los intereses e interesados por mantener el esquema de mercado, lo han defendido ejerciendo un lobby feroz y bastante eficaz a juzgar por los resultados. Porque recursos hay! Con lo que el fisco ya entrega, alcanza para dar gratuidad inmediata a dos tercios de toda la población estudiantil, o dicho de otro modo, para cubrir a la totalidad de los 9 deciles de más bajos ingresos dejando pendiente solo al decil de mayores ingresos que representa un tercio del estudiantado. Insisto, los recursos están, falta la decisión o la fuerza política de pasar a gratuidad real los cuantiosos montos que se están entregando como voucher o becas.

I.y.S: En la polémica que terminó siendo la causa de su destitución, además de reclamar que esta nueva universidad no tenía que ser financiada, en parte, por el pago de aranceles de los alumnos, usted apuntaba a otro reclamo bastante importante. Nos referimos a la demanda de instalar un sistema alternativo de ingreso a la universidad. ¿Considera que el actual sistema de ingreso a las universidades estatales chilenas contribuye a la segregación social? ¿Nos puede resumir parte de su propuesta al ministerio?

R.P: El acceso a la educación es un grave problema nacional ampliamente reconocido. Se lo ha intentado resolver con soluciones parciales que terminan siendo meras limosnas. Accesos por vías especiales, ranking de notas, programa PACE, cupos especiales, etc., como complementos de un sistema de acceso que no responde a las necesidades actuales. Cada año se mantiene a la mitad de los estudiantes bajo el umbral de puntaje y a ellos sólo les queda la opción de ir a una de las enormes instituciones no selectivas, que son las más puras y duras representantes del mercado. El sistema de acceso además de las evidentes brechas socioeconómicas, introduce brechas de género, de ruralidad, de regionalidad. Debe ser revisado para atender bien el sentido verdadero de un sistema de educación superior que esté al servicio del país, de sus jóvenes, de su futuro. Lo que habíamos propuesto es justamente eso, reconocer las características de los muy valiosos jóvenes de la Región de Aysén y no discriminarlos con mediciones que se ajustan más a otras realidades.

I.y.S: En las declaraciones emitidas durante su decisión de no presentar la renuncia frente a la solicitud de la ministra, lo que produjo la firma de la destitución por parte del ministro Fernández, agradecía el apoyo que le prestaban los rectores de universidad. En este caso el apoyo no se fundaba sólo en una regla de cortesía básica de solidaridad, el argumento de fondo estaba en que estaba ocurriendo una violación al principio de la autonomía que deberían tener las universidades. Desde su trayectoria profesional ligada a las universidades, ¿considera real la existencia de la autonomía de la universidad y los gobiernos? ¿Al interior de las universidades es extendido el principio de autonomía, por ejemplo hasta el respeto de la libertad de cátedra?

R.P: La autonomía universitaria es imprescindible para una verdadera universidad, y lo es también para la democracia. Asegura que se pueda realizar con independencia aquello que es la esencia de una universidad: abocarse al estudio, a la generación y transmisión del conocimiento. La autonomía debe ser atesorada y defendida con la mayor fuerza, por las comunidades universitarias y por la sociedad. La pretensión de imponer a las universidades estatales un órgano de gobierno superior con la mitad de sus integrantes nombrados por el gobierno nacional de turno, es una vulneración gravísima en la autonomía. Es una idea muy absurda, que atenta contra la calidad y que permitiría una intromisión política ajena a las comunidades universitarias.

I.y.S: Se ha resaltado el hecho de que fue la primera mujer que ocupó el cargo de Rectora al interior de una universidad de las llamadas estatales, lo cual puede ser leído como un hito dentro de lo que se conoce como paridad de género. ¿Considera que hay avances al interior de las universidades en torno a este tópico de la paridad de género? ¿En el ejercicio de su cargo, aunque sea en lo anecdótico, sintió discriminación de género en alguna ocasión?

R.P: En Chile falta mucho por resolver en esta materia. Recordemos la brecha salarial como signo de la discriminación. La educación superior también exhibe estos problemas, las mujeres no están igualmente representadas en las más altas jerarquías académicas, por ejemplo, no acceden a cargos directivos de igual manera. Son evidencias de enormes inequidades, pero también ésta se expresa más sutilmente en estereotipos esperados. El caso de una mujer que se exprese con “exceso de libertad o independencia”, que tenga “demasiada opinión”, o que abiertamente no esté alineada ni sea sumisa, es a veces resentido y rechazado. El lenguaje que se use puede ser también discriminador, y no es algo meramente anecdótico, ni fácil de frenar. Por ejemplo, soy bastante baja de porte, pero que me digan en público “oye chiquita” es impertinente e inaceptable, y me ha ocurrido que se lo permitan algunos hombres y un par de mujeres en abierta grosería.

I.y.S: Una deuda política y social de los gobiernos chilenos se relaciona al reconocimiento de nuestros pueblos originarios, los cuales han sufrido una fuerte discriminación. ¿Cómo la Universidad viene en parte a dar cumplimiento del Convenio 169 de la OIT, destinado a contribuir a la revitalización y fomentar las expresiones artísticas y culturales de los pueblos indígenas presentes en Chile y de la comunidad afrodescendiente de la Región de Arica y Parinacota?

R.P: Es una deuda efectivamente y esto se suma a las múltiples fuentes de discriminación y desigualdades de nuestra sociedad, indiscutiblemente más agudas con los pueblos originarios y afrodescendientes. Las universidades, especialmente las estatales, tienen la obligación de reconocerse con la misión de revertir las discriminaciones de todo tipo, de trabajar para construir una sociedad más equitativa, igualitaria, inclusiva, justa, solidaria y, más democrática. En esto también, el sistema de educación superior chileno falla, inmerso como se mantiene hasta hoy en la jungla del mercado.

Fuente: http://piensachile.com/2017/03/la-reforma-pendiente-frente-la-universidad-mercado/

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Chile: Gobierno por decisión de Piñera de descartar gratuidad «No ve la educación como un derecho»

América del Sur/Chile/26 Marzo 2017/Fuente y Autor: ADNradio.cl

La vocera Paula Narváez respondió este jueves a Sebastián Piñera, quien aseguró que no continuará con el sistema de gratuidad si es que el sale electo presidente.

En conversación con ADN Hoy, el exmandatario sostuvo que «nosotros llegamos a avanzar, no a retroceder. Pero igual como vamos a reconocer los derechos de las personas, también vamos a exigir los deberes de las personas».

«No me parece justo que la sociedad chilena, con recursos de todos los chilenos, le siga financiando la educación a un alumno que no cumple con sus deberes», agregó.

Al respecto, la secretaria de Estado destacó que «lo que dijo Piñera sincera una postura, donde ellos ven que no es el Estado el que debe garantizar la educación sino más bien que se debe dejar al arbitrio del mercado».

«Hoy en día la gratuidad es una realidad y se logró durante el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet», enfatizó.

Fuente de la noticia: http://www.adnradio.cl/noticias/politica/gobierno-por-decision-de-pinera-de-descartar-gratuidad-no-ve-la-educacion-como-un-derecho/20170323/nota/3416273.aspx

Fuente de la imagen: http://www.adnradio.cl/images/3416273_n_vir3.jpg

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Entrevista a Carol Arcos Herrera: Maternidades y feminismo

Conversamos con Carol Arcos Herrera, doctora en Estudios Latinoamericanos y académica del Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos (CECLA) de la Universidad de Chile, quien actualmente se encuentra en la última etapa de un proyecto FONDECYT titulado “Maternidad y nación en Chile: reversos liberales en la cultura impresa del siglo XIX”. A partir de este proyecto, la académica ha logrado concebir lo que será su próxima publicación, «Maternidades republicanas. Deseo, política y poder en el Chile de siglo XIX».

La maternidad es sin duda uno de los temas más conflictivos para el pensamiento y el activismo feminista, pues en él se entrelazan posturas que, en cierta medida, podrían resultar disímiles. La maternidad entendida por siglos como la obligación primaria de toda mujer ha sido puesta en cuestión por un importante número de feministas, quienes han defendido y pregonado por una maternidad sujeta a la elección consciente y libre de ser madres y no a una respuesta única, es decir, a la imposición generada por el orden patriarcal.

Carol Arcos ha realizado clases tanto de pre como de postgrado y los cursos de los que se ha hecho cargo han tenido que ver, en su mayoría, con autorías femeninas latinoamericanas y feminismos latinoamericanos. Desde su consideración, las sesiones con sus estudiantes de la Universidad de Chile han sido de total y absoluta relevancia para el desarrollo de sus proyectos e investigaciones, así como también su participación en el pasado como editora de la sección “Feminismos y sexualidades” del diario español Rebelion.org.

En tu proyecto FONDECYT “Maternidad y nación en Chile: reversos liberales en la cultura impresa del siglo XIX”, hay una perspectiva que resulta evidente, me estoy refiriendo al feminismo y es en cuanto a esto que me interesa saber cómo surge en ti el interés por abordar la concepción de “maternidad” desde el pensamiento y la teoría crítica feminista

– En primer lugar, me gustaría situar brevemente mi lugar de hablada y el enfoque general del proyecto para que se entienda la significancia que tienen los feminismos en él. Se trata de un proyecto que busca historiar el problema de la maternidad o maternidades, desde el punto de vista de la cultura, en el Chile republicano, más específicamente en un siglo XIX largo (1810-1910). Sin embargo, no es un proyecto que nazca del ámbito de la historiografía. Siempre me ha interesado mucho la historiografía y el trabajo de historiadoras e historiadores, pero no creo ser una ni me interesa. Este es más bien el trabajo de una «historizadora», como acostumbro a llamar a este lugar particularmente heterogéneo desde el que escribo. Un cronotopo entre la literatura, la historia y la filosofía que mediante variadas constelaciones de textos busca trazar un relato acerca de un problema central para las mujeres y el feminismo.

¿Y cómo figura el problema de la maternidad en esta posición tuya?

– En el marco del circuito que establece la reciente cultura impresa y la preeminencia del proyecto moderno del liberalismo en Chile, durante el siglo XIX, abordo la maternidad como una experiencia particular de género y sexualidad que se institucionaliza a lo largo del siglo y cristaliza el reverso de las escrituras fundacionales. Preguntarse por la maternidad en el siglo XIX, no solo en Chile sino también en el resto de América Latina, es interrogar el discurso neurálgico que redefinió la relación entre las mujeres y la soberanía del Estado-nación y, asimismo, renovó su lugar subalterno actualizando genealogías y modelos de feminidad coloniales, pero inaugurando formaciones modernas que proyectarán el camino para las políticas del siguiente siglo.

Uno de los grandes nudos gravitacionales de los discursos que ponen en circulación los feminismos regionales en América Latina dice relación con la maternidad, trama simbólica y material que funciona paradojalmente en una “política del cuerpo” (Federici, Calibán y la bruja) que, por una parte, orquesta un «disciplinamiento» y domesticación del trabajo y vida femenina y, por otra, permite un territorio de resistencia que disloca dicho ideal de dominio del cuerpo forjado por el liberalismo en alianza con la ciencia y la técnica como soporte de las sensibilidades modernas (Musachi, Mujeres en movimiento). Bien sabemos que las mujeres entran en los discursos nacionalistas decimonónicos, no todas claro está, sino principalmente aquellas pertenecientes a la elite criolla, como madres cívicas, como cuidadoras garantes de la nuda vida (en el sentido que propone Giorgio Agambem) de la patria-patriarcal.

La función materna se desarrolla en el contexto de emergencia y paulatina preeminencia de una ideología de la domesticidad y del sistema de valores burgueses, alentada por el liberalismo de cuño ilustrado, que relegará a las mujeres al ámbito de lo privado, terreno de lo afectivo, del cuidado y mantenimiento de la vida. Sin embargo, es también en los márgenes y disputas con esa ideología cuando las feministas construyen un sentido para pulsiones y conflictos que las mujeres en América Latina hasta ese entonces no habían simbolizado conscientemente. Desde las primeras manifestaciones feministas, justamente visibles en el siglo XIX mediante el reclamo de emancipación mental de las mujeres por parte de varias escritoras, hasta la emergencia de la primera ola, cuando a partir de 1890 el feminismo se articula desde miradas anarquistas y socialistas para decantar más tarde, alrededor de 1920-30, en un discurso de derechos que levantará la propuesta sufragista; la maternidad es un nudo político (en el sentido que entiende la palabra nudo Julieta Kirkwood) que instalará a las mujeres como objetos y sujetos de controversia.

En este sentido, la maternidad operaba en el marco simbólico que relegaba a las mujeres a sus funciones domésticas y reproductivas, pero a la vez ese mismo discurso se volvía condición de posibilidad del feminismo decimonónico. Entonces, cómo dejar de tratar la cuestión de la maternidad si, por un lado, es tan central en la erección de un discurso moderno hegemónico sobre las mujeres, la mujer doméstica, y, por otro, está tan presente en la reflexión y las prácticas que las mujeres feministas pondrán en juego en las dinámicas del marco liberal o en rebeldía frente a él. Se trata de una compleja y poderosa cesura simbólica susceptible de «historizar» mediante toda una red de economía política, cultural, material y vital, que deviene en variadas representaciones que circulan y se consumen en también variados ámbitos, de ellos a mí me interesa el de la cultura impresa en particular.

¿Entonces esta es la articulación que desarrollas entre maternidad y feminismo?

– La relación entre maternidades y feminismos no solo tiene que ver, para mí, con esta importante historia de las mujeres y el feminismo, sino que también con mi propio territorio político-teórico feminista al abordar este problema de lo que prefiero llamar trabajo materno. Cuando hablo de trabajo materno estoy pensando en el debate que se ha venido dando desde la teoría feminista marxista (principalmente, considero en este ámbito los trabajos de Silvia Federici) y la economía feminista a partir de los noventa (autoras tales como Amaia Pérez Orozco, Esther Velásquez, Valeria Esquivel, entre otras).

Estas perspectivas heterodoxas respecto de los análisis económicos tradicionales, centrados grosso modo en las lógicas del mercado y la reproducción del capital, han contribuido a actualizar el debate acerca del nudo producción/reproducción ya presente en el feminismo de los setenta del siglo XX, pues recogen las premisas acerca del trabajo doméstico y conceptos analíticos específicos de aquel feminismo, como por ejemplo la división sexual del trabajo, para además agregan otros nuevos como organización social del cuidado y trabajo del cuidado.

Algunos de los asuntos centrales de estos enfoques, entonces, se refieren al modo en que las sociedades resuelven la reproducción cotidiana de la vida con el fin de resaltar el trabajo afectivo-reproductivo, concomitante con ello también la necesidad de incorporar la variable de género a la reflexión económica para analizar la diferente posición que ocupan hombres y mujeres como agentes económicos y sujetos de políticas económicas; complejizando, asimismo, las relaciones al interior de los hogares y su nexo con la ganancia y la acumulación de capital.

Sé que también el psicoanálisis es una herramienta teórica importante para tu proyecto, ¿cómo abordas esta perspectiva?

– Sí, justamente, para mi perspectiva crítica son sumamente importantes los trabajos desde el terreno de entrecruce entre psicoanálisis y feminismo, principalmente los de Julia Kristeva, Silvia Tubert, Elisabeth Roudinesco, como también mi lectura feminista de Freud, Klein y Lacan. El psicoanálisis me interesa desde el punto de vista de una teoría de la cultura y técnica de lectura en su conexión con la crítica feminista, que me ha permitido indagar en el complejo parental o la pregunta edípica. Exploración tan necesaria para pensar en la maternidad y paternidad alrededor de la familia «heteronormativa» del siglo XIX, como receptáculo en donde se inscribe el deseo sexual en la doble ley de la alianza (matrimonio) y la filiación (los hijos), que tiene en su base el principio de prohibición del incesto. La valoración paulatina del matrimonio por amor nos habla de una revolución de la afectividad, que en Chile y América Latina es posible de observar sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo, la que se tradujo en la elaboración de una moral civilizada en cuyo marco era posible la expansión también civilizada de la sexualidad femenina y masculina.

En el título de tu trabajo mencionas un concepto que me parece sumamente relevante, estoy hablando de los reversos liberales. Me gustaría, en primera instancia, que nos hablaras de esa noción en el contexto del liberalismo del siglo XIX en Chile, a la vez que nos contaras, luego, cómo se relaciona esto con la maternidad.

– La hipótesis general que propongo en mi trabajo es que la instalación moderna del concepto de maternidad y su cristalización a fines del siglo XIX en Chile, se deviene a lo largo del mismo a través de una lógica «biopolítica». Dicha lógica en nombre de la vida: su afirmación, conservación y proliferación; estatiza y nacionaliza lo materno como una forma, por una parte, de regulación y racionalización de la procreación “en favor de la patria” y por otra de «ontologización» de lo femenino como cuerpo individual y cuerpo político.

En este sentido, hablo de reversos liberales para definir las biopolíticas de un discurso nacionalista que constituirá, paulatinamente y en el proceso de conformación del Estado republicano, una ciudadanía fronteriza o incompleta, la otra cara de la República, que verá en la maternidad una función productiva para la patria.

¿Podrías profundizar un poco en esa idea de una biopolítica en relación con la maternidad?

– Esta trama histórica que denomino biopolítica de lo materno, y que está por supuesto relacionada con la idea de trabajo materno a la que me refería antes, pues considero que en el centro del problema de la vida y el nacimiento está la tópica simbólica y material que «semantiza» el cuerpo de las mujeres. Las madres del Estado tienen la labor, el trabajo, de parir y cuidar el nacimiento de la nación, por su parte, el Estado tiene la atribución de proteger y administrar la vida de las mujeres mediante mecanismos globales que reubican sus cuerpos en procesos biológicos de conjunto, son las mujeres quienes favorecen la fecundidad y equilibrio de la población.

Cuando hablo de biopolítica de lo materno me estoy refiriendo a que el fenómeno del nacimiento, no solo concebido como el hecho de parir, sino también de pertenencia a una comunidad de sentido nacional, está íntimamente imbricado con la maternidad como experiencia moderna de las mujeres y su proceso de nacionalización y estatización a lo largo del siglo XIX y sobre todo en sus últimas décadas.

¿Pero lo femenino y lo maternal se construyen históricamente como un lazo indisociable?

– Lo femenino y lo maternal mantienen relaciones lógicas complejas y no son del todo indisociables; sin embargo, es, por una parte, el lazo de obligatoriedad patriarcal y la idea de subjetividad femenina biologizante que sostiene y, por otra, la naturalización que conlleva y no permite comprender la maternidad como un trabajo en la compleja red de relaciones sociales y económicas, lo que estoy discutiendo a partir de la noción de biopolítica de lo materno y su expresión más material en el trabajo materno. Pero también en este umbral biopolítico que es la maternidad como trabajo reproductivo es en donde yo veo, por ejemplo, que las escritoras chilenas, y por qué no también latinoamericanas, ensayarán las primeras mutaciones de lo decible e imaginable respecto de las mujeres y su sexualidad.

Más adelante me gustaría volver sobre el rol de las escritoras en el siglo XIX, pero ahora quisiera que siguieras ahondando en la idea de los reversos liberales.

–Un lugar central en esta dinámica histórica lo ocupa el proceso de hegemonía ideológica y estatal del liberalismo, racionalidad que institucionaliza y homogeniza la maternidad como la experiencia de género y sexualidad de las mujeres por antonomasia, otorgándoles una función productiva en el nuevo orden social y político republicano. El trabajo materno, desde este despliegue, preservaría, nutriría y educaría para la vida social en la nueva nación que se busca conformar. De ese modo, la posibilidad biológica de reproducción y de dar a luz de las mujeres se convierte en un precepto social que naturaliza las prácticas de género e implica ciertos discursos que dan garantía a ese ordenamiento, dentro de ellos aquel que cobrará mayor relevancia en la cultura impresa de la época tiene que ver con el eterno maternal, vale decir, el significado «biologizante» del cuerpo femenino a través del que se afirma que el amor o instinto maternal es universal y deseable para/por todas las mujeres.

Abunda la literatura prescriptiva para las mujeres en la época, sobre todo a partir de la década del 40 cuando la asunción del discurso liberal-ilustrado en el ámbito de la cultura es más clara y comienzan a circular ideas que se comprometen con la educación femenina, la “ilustración del bello sexo” como se acostumbraba a decir en la época, inaugurando el deseo republicano de la maternidad cívica. En este ámbito, las figuras prevalentes para la ideología nacional son la madre letrada o el ángel del hogar, las que valoran social y cívicamente a las mujeres por sus funciones reproductivas y el trabajo doméstico que ejercen en su rol de madres de ciudadanos. Estos «ideologemas» representativos dan cuenta de una racionalidad que promueve un nuevo orden político liberal, que en Chile no logra hegemonía estatal hasta la década del 60, y el anhelo de sancionar a través de la familia los valores burgueses que le sirven de base.

Gran parte de tu investigación se centra en figuras importantísimas del quehacer literario femenino de la época, algunos nombres como Mercedes Marín del Solar, Rosario Orrego, Celeste Lassabe, Martina Barros, Delfina Hidalgo y Carmen Arriagada, entre otras, parecen constituir otro eje central en tu trazado. En relación con ello, ¿cómo visualizas la conformación de la figura de la mujer letrada y escritora por esos años? ¿y cuál es la razón de tu especial atención en la prensa escrita?

– Este trabajo vuelve sobre algunos de los problemas que abordé en mi tesis doctoral “Autorías femeninas fundacionales: escritoras chilenas y brasileñas del siglo XIX (1840-1890)” (Universidad de Chile, 2014). En él me interesaba estudiar la problemática emergencia de la figura de la autora en los circuitos de cultura letrada en Chile y Brasil. En términos generales, este ciclo lo denominé autorías femeninas fundacionales, en un sentido genealógico, y daba cuenta de la inscripción paradojal de las escritoras respecto de los poderes enunciativos e interpretativos hegemónicos, los que las llevan a utilizar ciertas estrategias retóricas y discursivas para posicionarse como sujetos de discurso y por qué no también políticamente desde el domus –como espacio privilegiado de gestión femenina en la nueva lógica liberal que se institucionaliza a lo largo del siglo– hacia una participación en la sociedad civil como madres del Estado. Escritoras chilenas como: Mercedes Marín, Rosario Orrego, Quiteria Varas, Lucrecia Undurraga, Hortensia Bustamante, Victoria Cueto, Delfina Hidalgo, Martina Barros y Celeste Lassabe; y brasileñas como: Juana Manso, Narcisa Amalia, Presciliana Duarte de Almeida, Maria Benedita Câmara Bormann, Júlia Lopes de Almeida, Anália Franco, Josefina Álvares Azevedo e Inês Sabino, desde mi perspectiva, «presentificaban» la autoría como una forma particular de subjetividad moderna en las mujeres, la que se caracteriza por un modo de figuración que se establece desde un “entre lugar” respecto de la cultura escrita e impresa en el siglo XIX. Espacio contradictorio que ahora preferiría llamar, a partir de Silvia Rivera Cusicanqui, taypi (comunión problematizada) al pensar en el malestar de las escritoras brasileñas y chilenas hacia el cambio de siglo, por ejemplo, en lo que respecta a la maternidad, entendida esta como trabajo reproductivo en un nuevo ciclo del capitalismo mundial y neocolonial que pondrá en función en la región el proceso de modernización finisecular.

Bien, ¿y en qué ha cambiado tu posición al respecto hoy en día?

– Ese era el eje central de mi argumento en ese entonces, no obstante, su sentido menos evidente, y que es aquel que quiero seguir hoy en este nuevo proyecto con respecto a Chile, tenía que ver con la idea de rastrear los inicios del feminismo a través de la noción de autoría y sus efectos de sentido cuando comienza a madurar la demanda de emancipación por parte de las escritoras, fundamentalmente a fines de siglo. Las mujeres feministas en diferentes momentos han alterado la grafía de lo simbolizable, al provocar mutaciones efectivas de diverso carácter tanto en las políticas nacionales y regionales como en las relaciones materiales, sexuales y raciales. Campos de disputa por el poder/saber/desear/hacer que las mujeres escritoras del XIX perturbaron con su malestar e insolencia ante los interdictos patriarcales.

Respecto de la prensa, que era algo que estaba en tu pregunta de hace un rato, esta fase fundacional de la escritura de mujeres para un público y en lo público se caracteriza por su constante actividad literaria en la economía impresa de la época, sobre todo en periódicos y revistas que son los soportes más usuales y legitimados. Las escritoras no solo daban a la prensa sus escritos, sino que también aparecen como gestoras culturales, ellas tenían medios propios, por ejemplo, Rosario Orrego, Lucrecia Undurraga, Celeste Lassabe.

Finalmente me gustaría que comentaras el desarrollo del movimiento feminista hacia fines del siglo XIX en América Latina y especialmente en Chile. Además, no puedo dejar pasar la oportunidad de preguntarte por la actualidad. Haciendo mención principalmente a las discusiones recientes respecto a cuestiones tan trascendentales para las mujeres y el feminismo como es el aborto, ¿cuál es tu visión respecto a los movimientos feministas y a la maternidad en América Latina en pleno 2017?

– El ejercicio de la palabra por parte de un grupo significativo de escritoras chilenas y latinoamericanas, del que veníamos hablando, se presenta como un hito fundamental en la historia de las mujeres y del feminismo en América Latina. Yo parto por ahí con la historia del feminismo moderno, es decir, cuando estas escritoras comienzan a demandar educación para las mujeres, bajo el rotulo inaugural de la emancipación, nombres como Martina Barros y Lucrecia Undurraga en Chile, Juana Manso y Juana Manuela Gorriti en Argentina, Clorinda Matto y Carolina Freire en Perú, Presciliana Duarte de Almeida e Inés Sabino en Brasil, Adela Zamudio en Bolivia, entre muchas, muchas más. Estas autoras ajustan cuentas con el deseo de familia y maternidad hegemónico, ensayando nuevas arenas de simbolización.

¿Qué lugar social ocupaban estas mujeres escritoras?

– Si pensamos en la instancia de la letra y su circulación en el siglo XIX, son principalmente las mujeres de la élite criolla quienes son apeladas por este tipo de discurso público y también quienes se sienten más seducidas por la importante posición social que deben y pueden ocupar ahora. El deseo de la madre regulado por la ley del pater familias y el Estado impondrá a las mujeres ciertas costumbres arregladas como muestra de una maternidad civilizada, tales como ser castas antes del matrimonio, ser virtuosas y por ello rechazar el lujo, aprender a administrar la economía doméstica, ser solícitas y sumisas con sus maridos y además, en el ámbito más público, ejercer la caridad con los más vulnerables. No obstante, no todas las mujeres de la élite asumirán este mandato sin prerrogativas, muchas de ellas mediante la escritura de novelas, ensayos, poesía y la publicación de medios impresos inscribirán no solo un discurso emancipador, sobre todo a partir de la década del 70 en adelante, sino también disputarán su entrada en la cultura escrita como autoras.

¿Y cuándo el feminismo como movimiento?

– El feminismo como proyecto mancomunado de liberación deviene a fines del siglo XIX y comienzos del XX, como sabemos, desde la experiencia de proletarización de las mujeres trabajadoras. Las ideas anarquistas tendrán una amplia circulación, articulándose en torno a ellas los primeros colectivos feministas, cuya figura faro será la anarquista catalana Belén de Sárraga (1874-1951), quien viaja por toda América Latina propugnando el feminismo y el anticlericalismo. La experiencia ampliada de la familia patriarcal o «patricéntrica», figurada a lo largo del XIX a partir de las construcciones de género y sexualidad patricias, es interrogada desde este primer feminismo, codificando las variaciones del cronotropo del padre. Ahora bien, la idea de la familia romántica no era del todo una vivencia cotidiana para las mujeres del “bajo pueblo”, quienes muchas veces debían levantar una familia monoparental y vivir la experiencia del “huacherío” de sus hijos como marca de la infamia. No obstante, la carencia del concepto familiar hegemónico posibilitó que estas mujeres ensayaran vías de liberación y desarrollo social, cultural y económico mediante el trabajo productivo y la participación en agrupaciones sindicales, mutualistas y específicamente feministas, a la vez que cuestionaban la división sexual del trabajo afectivo y del cuidado al interior del matrimonio y el sacramentado hogar mariano de la oligarquía.

Este primer feminismo, desde mi perspectiva, da una vuelta importante a la noción que venía trabajando de biopolítica de lo materno en los márgenes de una comunidad falócrata. La nacionalización e institucionalización de la maternidad es puesta en cuestión para ensayar formas diferentes de femineidad y articulaciones alternativas de la familia moderna, a través de una nueva noción política que se sumaba a la agenda anarquista y socialista, la del feminismo. El ideario de este feminismo inicial abogaba por el reconocimiento de la capacidad intelectual y laboral de la mujer, y el derecho a participar de la vida cívica y política de los países de la región, todo lo cual se asumiría en la necesaria organización de las mujeres en contra de la desigualdad “entre los sexos” y a favor de la lucha de clases. Un caso ejemplar, en este sentido, es la obrera tipógrafa Carmela Jeria, quien publica el primer periódico anarco-feminista en Valparaíso, La Alborada (1905-1907).

Ya en el siglo XX, ¿cómo ves la situación de ciudadanía fronteriza de las mujeres?

– Para que la situación de ciudadanía fronteriza de las mujeres cambiara en algo debieron pasar varias décadas más. Alrededor de los años de 1920 y 30, el sufragismo será el núcleo aglutinador hacia donde se dirigirá la primera ola del feminismo latinoamericano, bajo el territorio del feminismo liberal agenciado desde las clases medias y altas. Esta segunda fase de los feminismos latinoamericanos a comienzos del siglo XX perderá la radicalidad que caracterizaba a los feminismos anarquistas y socialistas, para configurar lo que se ha llamado en Brasil, por ejemplo, “feminismo bien comportado”, es decir, un feminismo de damas respetables que negocian dentro de los límites del liberalismo. El discurso «maternalista» se volverá hegemónico luego de la Segunda Guerra Mundial en la lucha por alcanzar la ciudadanía, sobre todo en aquellos países en que el voto todavía estaba negado a las mujeres. Así, por ejemplo, en México el igualitarismo cede su lugar a la reivindicación de una ciudadanía específica de las mujeres, vale decir, una proyección en la sociedad de sus cualidades o capacidades maternas, ellas eran quienes podían lograr el efecto moralizador tan caro a la política. Hermila Galindo, una de las figuras más relevantes para la discusión sobre el sufragismo en México, publicó el semanario La Mujer Moderna (1915-1919), órgano de politización feminista, y colaboró en la organización de los Congresos Feministas de Yucatán, los que reunieron a profesoras de primaria en torno a la búsqueda de reformas en la legislación civil en el período posrevolucionario. Si bien el discurso de Galindo abogaba por el igualitarismo, también sustentaba el derecho al sufragio en la idea de la responsabilidad social de las mujeres como madres. Son muchas las mujeres o organizaciones de este feminismo liberal que ajustarán cuentas con el deseo de maternidad republicana: en Perú, María Jesús Alvarado; en Brasil, Bertha Lutz; en Uruguay, María Abella o Paulina Luisi; en Argentina, Julieta Lanteri o Alicia Moreau; en Chile, Elena Caffarena o Amanda Labarca, entre muchas más.

¿Cuáles serían estas dos fases?

– Como bien sabemos, el feminismo se reactiva a nivel continental a fines de la década de los setenta. Luego de un largo período que Julieta Kirkwood llamó “silencio feminista”, se articula una segunda ola feminista o neofeminismo, como prefiere llamarlo por ejemplo Nelly Richard; en cuyo territorio destacan los feminismos de la resistencia política en las dictaduras militares o cívico-militares del Cono Sur. El feminismo en este nuevo escenario adquiere la fuerza de un movimiento político regional, se celebran los primeros encuentros feministas de América Latina y El Caribe, también el decenio de las mujeres de Naciones Unidas será un nudo de discusión importante para la diversidad de feminismos; no obstante, una de las características que singulariza a este nuevo momento tiene que ver con la articulación de conocimiento teórico feminista y la inauguración de conceptos como patriarcado y género que vienen a desentrañar el anquilosado espectro del eterno maternal. En Chile, un colectivo clave fue el Círculo de Estudios de la Mujer del que la propia Kirkwood fue una de sus fundadoras. Quiero destacar y solo muy brevemente, que la función mortuoria de la «gubernamentalidad» moderna vuelta hipérbole en el terrorismo de Estado, es pensada por las feministas en este nuevo ciclo de lucha a través de una retórica política de los cuerpos que se pregunta por las vidas que importan o que merecen morir en los sistemas simbólicos y materiales de dominación. Creo fundamental que las feministas latinoamericanas abran esta pregunta en el pleno proceso de financiarización descarnada de la vida que el neoliberalismo comenzará a poner en juego, lo que no hace más que demostrar que lo personal es político.

En los noventa no solo asistimos a la institucionalización del feminismo en la academia o a su «oenegización» de nuevo cuño como demanda tan fuerte la feminista boliviana María Galindo a las que ella llama “tecnócratas de género”. El debate en torno a la autonomía feminista es un nudo que encontramos en el feminismo ochentero, pero que de los noventa en adelante –sobre todo a partir de la experiencia del colectivo feminista boliviano Mujeres Creando o el feminismo comunitario indígena de Julieta Paredes, como también el de Las Cómplices, orquestado por chilenas y mexicanas– se ha posicionado como el espacio necesario para poder idear y practicar el feminismo como fuerza «despatriarcalizadora», anticapitalista, antirracista y anticolonial, como también una agencia crítica contra la heterosexualidad obligatoria, todo lo cual nos habla de una nueva fase.

En la diversidad de estos feminismos, veo el deseo de un pachakuti feminista, retomando palabras de la gran socióloga y activista aymara Silvia Rivera Cusicanqui, como el horizonte de expectativas hacia donde debe dirigirse la lucha antipatriarcal y anticolonial. El tejido simbólico en torno a la biopolítica de lo materno se trama, sobre todo en Bolivia, desde las diferencias de género, clase, raza y espacio geopolítico, inaugurando un pensamiento feminista creativo y provocador que pone en jaque la posibilidad de Estados neoliberales o “posneoliberales” con perspectiva de género.

Y brevemente, ¿qué pasa en Chile?

– No puedo dejar de advertir que el peso que en Chile tiene la biopolítica de lo materno explica, entre otras razones claro está, la permanente saturación de los discursos pro-vida en la lucha que hoy damos por el derecho legítimo al aborto o contra los códigos misóginos que perpetúan el femicidio. Biopolítica cruzada por las dinámicas del capital transnacional, que requiere de nuevos ciclos de acumulación originaria o quema de brujas, como señala la feminista italiana Silvia Federici, en la región.

Fuente: http://www.eldesconcierto.cl/2017/03/19/carol-arcos-academica-de-la-universidad-de-chile-conversa-sobre-maternidades-y-feminismo/ 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Imagen tomada de: https://blogpalavrademae.files.wordpress.com/2014/05/parir-ita.jpg

 

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En Chile: Diputados aprueban proyecto de ley que permite inclusión laboral para personas en situación de discapacidad

America del Sur/Chile/ ElCiudadano

La Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley que incentiva la inclusión de personas con discapacidad al mundo laboral. La iniciativa establece un sistema de inclusión que apunta a que los organismos públicos, civiles y militares, y las grandes empresas privadas con 100 o más trabajadores, reserven al menos el 1% de la dotación de personal para personas con discapacidad o que reciban pensión de invalidez.

La medida se hará obligatoria en el caso de empresas de 200 o más trabajadores, que en el caso de Chile, representan al 55,5% del total de las relaciones laborales.

La iniciativa legal, que modifica la ley 20.422, incluye la modificación del Estatuto Administrativo, para establecer de manera explícita la prohibición de todo acto de discriminación que se traduzca en exclusiones o preferencias basadas en motivos de discapacidad. “Junto a lo anterior, se modifica de la edad límite para suscribir contrato de aprendizaje con personas con discapacidad, la cual se fija en 26 años, asimilándola a la edad de término de la educación especial”, enfatizó la ministra Alejandra Krauss.

Aduciendo al permanente cambio del mercado laboral y de la necesidad de adecuar el sistema de inclusión laboral a esta iniciativa, se incorpora formalmente la obligación de los Ministerios del Trabajo y Previsión Social y de Desarrollo Social de evaluar conjuntamente su cumplimiento cada 4 años.

Tras la aprobación del proyecto en la Cámara de diputados, ahora está en manos del Senado discutir la iniciativa.

El Ciudadano

Fuente: http://www.elciudadano.cl/2017/03/22/368465/diputados-aprueban-proyecto-de-ley-que-permite-inclusion-laboral-para-personas-en-situacion-de-discapacidad/

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Día Internacional del Síndrome de Down: Cifras y desafíos para Chile

Chile/Marzo de 2017/Fuente: Ahora Noticias

Este martes 21 de marzo se celebra un nueva versión del Día Internacional del Síndrome de Down, efeméride que se realiza con el fin de concientizar a la población sobre las necesidades que tienen las personas que viven con esta condición.

Esta anomalía cromosómica que se caracteriza por la presencia de una tercera copia, parcial o total, del cromosoma 21, es toda una realidad en Chile debido a la gran cantidad nacimientos que hay con esta condición.

Según datos del Estudio Colaborativo Latinoamericano de Malformaciones Congénitas (Eclamc), conformado por 180 hospitales de 76 ciudades de 9 países latinoamericanos, esta trisomía  se presenta en uno de cada 600 a 700 nacimientos en el mundo, mientras que en caso de Chile esa cifra llega a uno en cada 450, según el Estudio epidemiológico global del síndrome de Down publicado en la Revista Chilena de Pediatría de 2011.

Esta cifra se suma a otras dadas a conocer por el mismo estudio, que confirma el aumento de nacimientos con esta condición en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile entre 1973 y 2009 (período donde se pasó 1,03 por mil nacimientos a 2,93 por mil nacimientos).

Día del Síndrome de Down: Cifras y desafíos para Chile

Esta tendencia al alza también se da en centros de salud de regiones, donde en cifras de 2005, las tasas de nacimientos de bebés con síndrome de down era mayor al promedio de Eclamc, que alcanzaba los 1,88 por cada mil nacimientos.

Día del Síndrome de Down: Cifras y desafíos para Chile

«El Síndrome de Down es la anomalía cromosómica más prevalente y es la causa más frecuente de discapacidad cognitiva psíquica congénita», precisó la doctora Silvia Castillo, jefa del Servicio de Genética del Hospital Clínico de la U. de Chile (Hcuch).

EL CAMINO HACIA LA INCLUSIÓN

«En Chile ha habido un cambio significativo en la integración social de las personas con Síndrome de Down. Sin embargo, falta aún la integración escolar y laboral, más efectiva y real, una inclusión con cariño», agregó la doctora Castillo, especificando que «es esencial plantear un programa educativo temprano e integral». Esto, debido a la importancia que hay de que sean estimulados tempranamente e incluidos en el sistema social.

«Estos son niños que tienen capacidades y potencialidades similares a los otros niños. Todo depende del grado de compromiso que tengan. Si es leve van a poder tener una vida bastante normal, incluso incorporándose al mundo del trabajo. Si es más severa, les va a costar un poco más y van a ser más dependientes», añadió.

En tanto, Mauricio López, académico del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales (Facso), y quien ha diseñado programas de formación y perfeccionamiento en el ámbito de la educación inclusiva, recalcó que en todas las escuelas todos los niños sin distinción de ningún tipo, deberían tener derecho a educarse.

«Evidentemente, los niños con Síndrome de Down se benefician de la educación inclusiva. Lo que ha ocurrido es como están segregados, los niños se educan toda la vida sólo con niños con discapacidad, y por lo mismo, tanto quienes tienen Síndrome de Down, como quienes no, van a tener menor capacidad después para relacionarse porque es algo desconocido», explicó.

Desde el Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis), en tanto, hicieron un llamado a «dejar de lado los estigmas, la segregación y mitos que existen en torno a este síndrome. Es una tarea de todos y todas propiciar su inclusión en el trabajo, la educación y participación social en igualdad de oportunidades».

«En este día también destacamos la labor y compromiso de las familias, amigos y profesionales por la inclusión de las personas con síndrome de Down, así como de las organizaciones sociales que trabajan con este mismo fin a lo largo de todo el país. Fortalezcamos los lazos para una participación de las personas con síndrome de Down en igualdad y con una perspectiva de derechos. Trabajemos por un Chile Inclusivo», finalizó el organismo.

Fuente: http://www.ahoranoticias.cl/noticias/nacional/193024-dia-internacional-del-sindrome-de-down-cifras-y-desafios-para-chile.html

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Chile estará presente en Educator Exchange en Toronto

Chile / www.mba.americaeconomia.com /22 de Marzo de 2017

Se trata del evento anual de Microsoft en donde se dan cita los docentes más innovadores del planeta.

Del 21 al 23 de marzo se llevará a cabo en Toronto, Canadá, el Educator Exchange E2, el evento anual de Microsoft que reconoce y celebra los logros de aquellos educadores que combinan contenido, pedagogía y tecnología para preparar a sus estudiantes al éxito.

La agenda gira en torno de proveer a estos profesores las oportunidades de aprender, colaborar, inspirar y crear para que transformen los procesos de enseñanza, y prepararen a sus alumnos con las habilidades que demanda el siglo XXI.

Chile es representado por Marisol Smith y Erwin Recabarren y son parte de los 300 educadores que con ayuda de la tecnología transforman todos los días el salón de clases y sus proyectos.

Entre los proyectos destacados está el de Marisol Smith, quien posee un método que establece qué herramienta digital es la más adecuada de acuerdo a la neurociencia. “El cerebro no logra aprender bajo mucho estrés, por lo que facilitar varios tipos de herramientas a los estudiantes y dejar que seleccionen la que le acomode ayuda a su aprendizaje”, comentó la profesora. Esta selección de la herramienta adecuada es por lo que fue seleccionada para asistir y compartir con sus colegas internacionales.

El evento contará con transmisión en vivo en línea, disponible para todos los educadores el 22 de marzo de 9:00 am a 11:00 am EDT. Los educadores se pueden registrar de manera gratuita y realizar preguntas. Además, todos los asistentes en línea recibirán una insignia de participante a E2 y 500 puntos en el Educator Community de Microsoft.

“En Microsoft estamos comprometidos en crear oportunidades para transformar América Latina y atender las necesidades específicas de la región, con una base sólida de procesos de enseñanza y aprendizaje, que propicie que los jóvenes empoderen con conocimientos de Ciencias de la Computación que los inspiren para seguir carreras de STEM – Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas – y logren las ideas que imaginen o resuelvan cualquier problema que les preocupe” explicó Mariana Maggio, gerente de Programas Académicos de Microsoft América Latina.

Para más información sobre estos proyectos y sobre Educator Exchange, sigan la cobertura del Microsoft News Center Latinoamérica y la conversación en Twitter con los hashtags #E2 #MicrosoftEDU #MakeWhatsNext y #MIExpert.

Fuente:http://mba.americaeconomia.com/articulos/notas/chile-estara-presente-en-educator-exchange-en-toronto

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Chile:EL DIEZMO CON EL QUE FELIPE KAST QUIERE REEMPLAZAR EL CRÉDITO UNIVERSITARIO

América del Sur/Chile/21.03.2017/Autor y Fuente:http://www.lanacion.cl/

El diputado y candidato presidencial de Evopoli, Felipe Kast sorteó algunas bromas sobre el video en el que se disfrazó de dama para el Día de la Mujer durante su participación en el programa Estado Nacional de TVN, pero también logró deslizar algunas de sus propuestas de su programa.

El candidato presidencial destacó que la inversión que se necesita para potenciar la educación inicial asciende a cerca de 150 millones de dólares, pero que la brecha es mayor cuando se considera el entorno y la formación de los padres. «Hay que tomar en cuenta dos cosas: a las familias de escasos recursos y adicionalmente la oferta del Estado en esos lugares que es desigual respecto a sectores de mayores ingresos», dijo sobre una agenda que comparte urgencias con las pensiones y la salud a su juicio.

Criticó el desempeño en estas materias del Gobierno quién hasta ahora «no ha definido a quienes va a tener que decir que no», dijo sobre el apoyo de un sector en materia social respecto a otros. «Va a pasar lo de la canción de Los Prisioneros: «Nunca quedas mal con nadie». Pero la política se trata de un liderazgo claro, no de decir que nunca vamos a abordar la gratuidad universal», dijo citando a otros críticos de la educación como Mario Waissbluth.

Luego se refirió en extenso a la fórmula con la que, en un eventual gobierno, espera reemplazar el Crédito con Aval del Estado y que consiste en devolver sin intereses el préstamo de los titulados con el 10% de los ingresos mensuales a lo largo de 10 años.

«Mi solución es mucho más simple y solidaria. La solución es que ningún joven estudiante se quede fuera de la universidad por no tener recursos», dijo sobre la propuesta. «Tú no pagas mientras estudias, pero una vez que sales le devuelves la mano al país por 10 años no con intereses, simplemente en el valor real con el 10% de tus ingresos. Si eres un buen ingeniero comercial, alguien al que le va muy bien, le devuelves al país con parte de ese éxito. Por otro lado, si tu universidad es más o menos mala y te va mal, le devuelves menos al país. Eso le da más recursos al gobierno para darle fondos a urgencias sociales como salud, pensiones y la educación inicial», dijo en el panel de TVN.

«Si logramos igualdad en los niños, la desigualdad en los adultos será legítima. Si no, esto será producto de la visión de justicia que estamos proponiendo», finalizó sobre el asunto.

Fuente:http://www.lanacion.cl/noticias/pais/politica/el-diezmo-con-el-que-felipe-kast-quiere-reemplazar-el-credito/2017-03-19/124532.html

Imagen:http://www.lanacion.cl/noticias/site/artic/20170319/imag/foto_0000000720170319124532.jpg

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