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“Si tu candidato no sabe cómo cambiar la educación, cambia de candidato”

Por: Julián de Zubiria

El columnista Julián De Zubiría invita a tener presente en las elecciones presidenciales de 2018 y a a construir un acuerdo nacional en torno a lo fundamental en la educación.

“Si tu candidato no sabe cómo cambiar la educación, cambia de candidato”, con esta consigna, en Ecuador, el movimiento ciudadano Contrato Social por la Educación (CSE), alcanzó reconocimiento durante la campaña del 2002. Llegó el momento de pensar algo similar en Colombia: un gran movimiento nacional que ponga la educación en la agenda pública, que garantice la interlocución con el Ministerio de Educación Nacional, de la cual hemos carecido, y que conduzca a la sociedad a un “acuerdo en torno a lo fundamental”, como solía decir Álvaro Gómez. Muy seguramente se han dado las condiciones para hacerlo. En los setenta generamos uno de los Movimientos Pedagógicos más importantes de América Latina, el cual logró impulsar la Ley General de Educación de 1994, ley que quisieron desmontar los gobiernos de Pastrana y Uribe, al dejar de lado lo pedagógico, lo participativo y lo democrático, para concentrarse exclusivamente en los aspectos administrativos de la educación. En años recientes, miles de jóvenes han sido convocados en torno a la pertinente iniciativa de ¡Todos por la educación! Experiencias ambas muy importantes, pero que todavía no logran convocar de manera masiva a la ciudadanía. Por ello, creo que llegó el momento de hacer realidad la consigna. Sería la manera de decir a voz en cuello que le llegó la hora a la educación en Colombia.

¿Por qué podemos hacer realidad esta consigna si no ha sido posible en las dos décadas anteriores? Daré dos argumentos para responder esta pregunta.

El primero es que ya están firmados los acuerdos de paz; ahora debemos asegurar su construcción. Y en esta tarea la educación cumplirá un papel de primer orden.  Ya tenemos a la guerrilla más grande del continente americano durante el siglo XX concentrada en las zonas veredales y a días de entregar sus armas y de intentar cambiar las balas por votos. Hasta hace muy poco, los amigos de la guerra nos querían convencer de que las Farc no iban a cumplir, que no se iban a desarmar y que las disidencias conducirían a un estado de anarquía e inseguridad. Pero fueron falsas sus predicciones: Las Farc están cumpliendo, las disidencias son marginales y estamos ad portas de una entrega masiva de armas a las Naciones Unidas.

Pero una cosa es la entrega de armas y otra es la paz. La sociedad colombiana sigue enferma de odio, venganza e intolerancia. Es la herencia de una sociedad que ha vivido en medio de la guerra, las mafias y la corrupción. Vemos a diario los síntomas de esta enfermedad, cuando algunos de los que manejan un carro se sienten con el “derecho” de colarse en una fila; cuando se consideran “vivos” quienes roban al Estado, evaden impuestos o discriminan a los otros. También los vemos en los debates políticos en el Congreso de la República, ya que una buena parte de la clase política sigue pensando en exceso en las próximas elecciones y muy poco en las nuevas generaciones.

Necesitamos un gran esfuerzo colectivo para superar la herencia que nos dejan la convivencia con la guerra y las mafias. Demoraremos décadas en cambiar esa cultura de la exclusión y la discriminación tan arraigada, hasta que transitemos hacia una sociedad más tolerante con quienes difieren de nosotros en ideas, religión o género. No será la educación la única que jalone este cambio cultural, pero es claro que será una de las tareas más importantes que tendremos que asumir los educadores en las próximas décadas.

La guerra afectó la ética de la sociedad. Nos impuso una estructura valorativa más propia de las mafias que de una cultura democrática. Por ello es tan difícil comprender plenamente la constante invitación que algunos políticos lanzan en defensa dela ira y la venganza. Son políticos sintonizados con la enfermedad emocional de la sociedad y que la aprovechen para sus fines electorales. Invitan a que la gente marche y vote no por ideas, sino porque está “emberracada”. Son hábiles políticos de la manipulación emocional. No generan argumentos, sino emociones primarias. Son políticos, muy parecidos a lo que Donald Trump representa en Estados Unidos. Como él, también han ganado elecciones a punta de mentiras, que de tanto repetir parecen verdades, y de manipular las emociones primarias del electorado. Nos traen a la memoria a Voltaire cuando decía: “Calumnia, calumnia y calumnia, que de ello, algo quedará”.

Por primera vez en la historia reciente, los colombianos tenemos la oportunidad de vivir en paz, después de décadas de convivir en medio de masacres, desapariciones, secuestros y violaciones de los derechos humanos no conocidas antes. A partir de ahora le podemos apostar a resolver las diferencias sin tener que matarnos. La meta es que sean los argumentos y no las balas los que diriman las discusiones. Lo que hemos acordado es que respetemos y cuidemos el disenso, promovamos las discusiones y ganemos todos con las divergencias.

Como educador, no creo en la venganza, ni en el odio, ni en la muerte. Ni en la enorme adicción que tienen algunos al poder. Y sé que son muchísimos más los que creen lo mismo.

La paz la construiremos todos, pero ello solo será posible si impulsamos una profunda e innovadora revolución pedagógica que ponga el desarrollo individual y social en el centro de las finalidades educativas. En este contexto, no basta una cátedra de paz, aislada y marginal. Se requiere que todas las asignaturas, de todos los grados y áreas, fortalezcan las competencias ciudadanas y éticas que nos ayuden a ser mejores seres humanos y a convivir sin atropellar a los otros. Necesitamos construir comunidades educativas más fuertes y que cuenten con mayor participación; que enseñen a los estudiantes a respetar las diferencias y a participar en el debate político de manera crítica y autónoma, pero pensando siempre en el bien común.

Todas las guerras se alimentan del odio y la venganza. Estos son sus combustibles esenciales. Necesitamos candidatos que renueven la esperanza, que puedan convertir el odio en alegría y las dificultades en oportunidades para construir. Candidatos que inviten a la sociedad a defender la paz que algunos nos quieren arrebatar y que transmitan la alegría de un país que marcha, por primera vez en décadas, hacia la convivencia pacífica entre los colombianos. Estamos tan acostumbrados a la guerra que parece que no supiéramos celebrar la paz. Seguimos aferrados al pasado. La inercia de la guerra sigue, en buena parte, ganando la partida. En este contexto, fortalecer la tolerancia es la tarea más importante que tiene la escuela en la coyuntura actual.

Mi segundo argumento tiene que ver con una experiencia alentadora. Colombia está construyendo su Plan Decenal de Educación para el periodo 2016-2026. Es la oportunidad de pensar qué tipo de individuo y de sociedad estamos ayudando a formar, y de definir qué nos falta para lograrlo. Un millón de colombianos se han manifestado al respecto. Ellos claman para que el Estado les garantice a todos los ciudadanos el derecho a recibir una educación de calidad consagrado en la Constitución y para fortalecer una educación inicial, que todavía sigue muy atrás en cobertura y calidad. Sin embargo, para lograrlo debemos enfrentar un problema político de primer orden: en Colombia hemos carecido de política pública educativa, de política de Estado. Cada ministro llega como Adán a volver a pensar hacia dónde ir. Es así como ni siquiera para el segundo gobierno de Santos se mantuvieron los importantes acuerdos logrados durante su primer periodo en torno a la educación superior y a lo avanzado en la educación básica con su exitoso Programa Todos a aprender (PTA), dedicado a fortalecer la equidad, apoyando a los docentes y estudiantes más abandonados del país.  Tenemos políticas de gobierno de muy corto plazo y poco vuelo. El Plan Decenal es la mejor ocasión para construir un acuerdo general de la sociedad en torno a lo fundamental, pero eso no lo podemos lograr si no convocamos a la sociedad como un todo a su construcción y si no le damos recursos económicos y fuerte apoyo político a lo pactado.

Educadores, padres de familia, docentes, medios de comunicación, estudiantes, políticos, iglesias, intelectuales y empresarios, entre otros, tendremos que suscribir un acuerdo que haga posible que garanticemos el derecho a una educación de muy alta calidad a todos los colombianos. Y no lo haremos posible si seguimos haciendo lo mismo que hemos hecho desde tiempos inmemoriales.

Por lo anterior, en la campaña electoral de 2018 hay que levantar la bandera de la transformación educativa. De esta manera, político que no sepa cómo cambiar la educación de manera innovadora, no debería recibir los votos de los ciudadanos. Muchísimo menos si algunos de los que se postulan representan precisamente las fuerzas que quieren impedir que construyamos la paz, que son los mismos que han liderado una educación que no desarrolla el pensamiento crítico, la comprensión lectora, la autonomía y la tolerancia entre los colombianos. Un pueblo poco educado y culto, es fácil de manipular por quienes defienden oscuros intereses electorales. Ellos lo saben y también saben que nosotros parece que perdiéramos la memoria en el momento de votar. El país debe exigir a su clase política que anteponga el interés nacional de construir una paz estable y duradera a los intereses electorales. Y al hacerlo, necesariamente hay que pensar en cómo transformar la educación que hoy reciben niños y jóvenes. De lo contrario, ellos terminarán doblegando los intereses nacionales, con tal de reconquistar el poder en el 2018.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/elecciones-presidenciales-en-colombia-propuestas-de-los-candidatos-presidenciales-en-educacion/519913

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El Estado debe garantizar la educación en las zonas más apartadas:

América del Sur/Colombia/1 Abril 2017/Fuente: Vanguardia

La Corte recordó que la educación es un derecho que debe ser garantizado y que es inadmisible que en algunas zonas no haya ni un docente. El transporte también debe garantizarse.

El Gobierno Nacional debe garantizar la educación de las comunidades ubicadas en las zonas más apartadas del país, a pesar de las dificultades geográficas y de estrategia que esto traiga.

El pronunciamiento se dio a la hora de estudiar una tutela presentada por integrantes de la vereda La Cabaña, del municipio de Paujil, Caquetá, en donde hace más de cuatro años los menores de edad no reciben clase en una escuela cercana por falta de personal docente.

Esto obligó a los menores a acudir a otras veredas para recibir clase, haciendo largos y peligrosos recorridos.

La Corte advirtió que “en vista de las dificultades de acceso que ello representa, varios menores de edad han optado por interrumpir sus estudios y emprender otros proyectos de vida; las jóvenes conforman hogares y quedan en embarazo a temprana edad”.

Por esa razón, la Corte recordó que la educación es un derecho que debe ser garantizado y que es inadmisible que en algunas zonas no haya ni un docente, por lo que el Gobierno debe garantizar tanto la posibilidad de un transporte como de planta de persona,

“El papel de las autoridades públicas es consolidar estrategias de servicio que tengan en cuenta las particularidades regionales, para diseñar los mecanismos de acción que les permitan cumplir su obligación de asegurar en todo su territorio la prestación del servicio educativo. Esto quiere decir que las dificultades geográficas de acceso no pueden excusar al Estado para prestar los servicios que internacional y constitucionalmente está obligado a proporcionar, pues ni estos ni la efectividad y exigibilidad de los derechos de los asociados pueden estar condicionados por las condiciones que rodean a los niños”, dice el fallo de la Corte.

fuente:http://www.vanguardia.com/colombia/393013-el-estado-debe-garantizar-la-educacion-en-las-zonas-mas-apartadas-corte

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Colombia: Hay que enseñar a los niños a ser felices

América del Sur/Colombia/01 Abril 2017/Fuente: Semana 

La educación positiva es una metodología pedagógica que se fundamenta en el bienestar de los estudiantes. Estas son algunas de sus ventajas si se implementara en Colombia, como recomiendan los expertos.

Una de las grandes críticas a los sistemas educativos contemporáneos es que no forma el carácter, ni preparan a las mentes para los retos de la vida, sino que se centra más en la obtención de resultados cuantificables. Los recién graduados de los colegio salen a las universidades sin saber cómo llevar sus vidas o darles un propósito. Es por eso que la necesidad de formar a los jóvenes en competencias blandas se ha convertido en una tendencia que va a en aumento.

Dentro de estas nuevas tendencias se han fundado nuevas metodologías y filosofías de enseñanza, entre ellas la educación positiva, la cual se basa en la psicología cognitiva, la neurociencia y las mejores prácticas del aprendizaje. Esta se diferencia de otros enfoques que incluyen las habilidades socioemocionales y las competencias ciudadanas, ofreciendo herramientas para la formación del carácter y el desarrollo de los procesos emocionales y motivacionales para que los estudiantes se conviertan en agentes de cambio para el desarrollo de sus comunidades.

“En días como hoy la educación está sintiendo una fuerte necesidad en cambiar el camino a seguir para formar a las personas del mañana. Pasa en los colegios y pasa al interior de las familias en donde se ha presentado un mayor interés en formar personas con base en la integridad, la honestidad y la compasión”, señaló en entrevista con Semana Educación Tom Harrison, director de Educación del Jubilee Center of Character and Virtue de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), institución pionera a nivel mundial en la investigación y aplicación práctica de la ética y los valores en los colegios, universidades y empresas.

Según el experto que estará en el país gracias al Instituto Florecer, la educación positiva se basa en crear en las aulas un ambiente caracterizado por una mayor atención y pensamiento positivo y holístico. “Los niños tienen la necesidad de sentirse queridos, por eso es necesario que estimulemos su sentimiento de autosuficiencia y expectativas de éxito en la vida”, agregó.

Para él, los modelos tradicionales de educación se han anclado en evaluar a los estudiantes mediante pruebas, pero lo que realmente importa es cómo lograr desarrollar y potenciar las habilidades de los estudiantes. Y es que esta tendencia, ligada a la inteligencia emocional ha comenzado a ser uno de los rasgos más valorados por las empresas. La razón tiene que ver con que muchas veces el éxito profesional o familiar tiene más que ver con la forma cómo las personas se enfrentan a la vida que con el coeficiente intelectual o las calificaciones académicas.

Harrison recalcó que es importante formar el conocimiento de los jóvenes desde el carácter y competencias como la lealtad y la ética en los estudiantes más jóvenes, pero también en los profesionales.

La inteligencia emocional hizo su aparición en 1995, cuando el psicólogo estadounidense Daniel Goleman publicó su libro del mismo nombre.. La obra acaparó la atención tanto de sus colegas, como también de los publicistas  y los empresarios. Para Harrison, que ha trabajado con los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido en desarrollar metodologías encaminadas a formar el conocimiento y competencias como la lealtad, asegura que la gestión adecuada de las emociones permite a las personas ser más creativas e innovadoras. “Cuando uno se siente pleno y feliz con sus emociones es mucho más fácil enfrentar el fracaso. La clave está en el ensayo y el error”, concluye Harrison.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/educacion-positiva-que-es-la-educacion-positiva/519847

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Estandarización, una amenaza para la educación

Por: Ángel Pérez Martínez

Hoy la mayoría de colegios responden a las exigencias de la sociedad en términos de calidad de la educación con los puntajes que obtengan los estudiantes en dichas pruebas. Los maestros obligados por rectores o por la necesidad de resultados reproducen y estandarizan las evaluaciones en el aula. Esto se traduce en que niños, niñas y jóvenes son medidos en los salones de clase con el mismo rasero, igual metodología y sistema de puntaje. Entre más se parezca lo que se hace en el aula con los aplicativos como Saber, Pisa, Timss, Terce y otras, mejor; al final no importa la educación, tampoco cómo formar buenos seres humanos, aquí lo vital es el puntaje.

Este panorama empeora con toda clase de contratistas externos que se traen a los colegios con el propósito de mejorar los puntajes, mediante procesos de refuerzo o en cursos tipo Pre-icfes, o preuniversitarios, en los cuales se trabaja sobre la técnica para responder la prueba. Instrucción pura, poca educación y menos formación, pero se supone que eso es calidad.

Hace un tiempo publiqué un pequeño ensayo sobre por qué la educación básica era de buena calidad en Finlandia y no en Estados Unidos, a partir de la experiencia de la profesora Americana Janet English, quien fue distinguida en los Estados Unidos con el premio Fullbright a la enseñanza. Como estímulo ella pudo viajar a Finlandia para observar, estudiar y comparar durante 6 meses el sistema educativo de ese país en el año 2013. Ella de entrada se preguntó: ¿por qué los estudiantes americanos de la educación básica, con un gasto promedio por estudiante de los más altos del mundo, no obtienen los logros de los estudiantes finlandeses en resolver problemas científicos o de matemáticas en las pruebas internacionales donde ellos participan?

La profesora English, en su análisis “Finland from a Teacher‘s Perspective”, encontró que la calidad de los docentes es similar en los dos países: como ocurre en todas partes, ella observó buenos y malos profesores. La diferencia es que el sistema educativo finlandés apoya la enseñanza y la evaluación individual para medir los avances del proceso educativo, más que las pruebas estandarizadas anuales que se aplican en Estados Unidos. Los maestros comparten sus ideas educativas para mejorar y tienen entre sus objetivos hacer seguimiento y apoyo personalizado a cada estudiante. La profesora English observó en Finlandia que todos los días, en cada clase, los profesores y estudiantes trabajan en resolver problemas a fondo. Los maestros están en la búsqueda de temáticas que interesen a los muchachos, se enseña lo que ellos quieren aprender.

En Estados Unidos hay muy poco tiempo para ir a profundidad en un tema, mucho menos uno de interés para los estudiantes. Lo más grave es que los profesores americanos están más centrados en preparar las pruebas estandarizadas que en hacer lecciones interesantes y emocionantes para los muchachos, no existe como objetivo el apoyo y seguimiento individual del estudiante, ni existe el estudiante mismo como sujeto.

En Finlandia, las necesidades y el ritmo del aprendizaje del estudiante son los que determinan el ritmo de la enseñanza y la progresión del plan de estudios en el aula. El estudiante tiene libertad de trabajar sobre tópicos de su interés. Los alumnos participan con sus profesores en resolver problemas relacionados con su entorno, con calma y tranquilidad, no hay estrés en el aula. El aprendizaje y el juego van de la mano; por cada 45 minutos de trabajo en primaria, 15 minutos son de descanso. En Estados Unidos a los maestros se les obliga a desarrollar un exceso de contenidos que, dada la rapidez con la cual son asumidos y tratados en el aula, frecuentemente dejan una cantidad de trabajos o de temas sin finalizar y sin profundizar.

Ella concluye que el sistema público educativo Finlandés “es equitativo y respetuoso de sus estudiantes, a los niños finlandeses le son dados la libertad y el suficiente apoyo para empezar a desarrollar su propia personalidad”.

Con los niños hay que tener cuidado, los docentes y los colegios deben evitar la estandarización y evaluación en masa al interior del aula, mediante la cual se reproduce en los salones escolares evaluaciones despersonalizadas y sin ninguna contribución al proceso educativo, dejando de lado el hecho irrefutable de que todos los estudiantes son distintos y ellos no aprenden a la misma velocidad. Las pruebas estandarizadas son importantes para comparar y para tomar decisiones de política educativa, pero no son definitivas para determinar la calidad de la educación, y menos en el aula donde el maestro tiene la obligación de tratar, de hablar, de compartir, de expresar emociones y de formar a la persona, es una relación humana.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/la-estandarizacion-es-negativa-para-la-educacion-por-angel-perez/219556

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Analfabetismo moderno

Por: Ignacio Mantilla

En sentido estricto, el analfabetismo se refiere a personas mayores de 15 años que no saben leer ni escribir.

Se estima que en el mundo hay 787 millones de habitantes que son analfabetas. En América Latina la tasa de analfabetismo asciende a 9%, con países en situación crítica como Haiti, Guatemala o Nicaragua. En el caso de Colombia, no deja de sorprender y preocupar que la tasa de analfabetismo para 2015 sea del 5.7%, de acuerdo con reportes del DANE.

Ahora bien, más importante que buscar culpables del analfabetismo es encontrar soluciones para que Colombia pueda ser una nación moderna en un período de tiempo razonable, tras un acuerdo de paz que nos permita superar problemas históricos y afrontar el grave rezago. No basta con que nuestra economía sea influyente, con que personalidades nacionales figuren como los más ricos o que algunos se destaquen en el arte, la ciencia o el deporte, porque no se trata de impulsar unos pocos para que salgan adelante. Se trata de romper con la desigualdad y ofrecer a las próximas generaciones un país más equitativo, libre de analfabetismo y con una educación de calidad que no sea exclusiva para élites.

Sin embargo, sumado al problema de este analfabetismo, que podemos llamar absoluto, surgen hoy nuevas formas de analfabetismo, como el funcional: entendido como la incapacidad de las personas de comprender textos escritos y de formular ideas a través de la escritura, con graves consecuencias que limitan seriamente la interacción social y la comunicación de los individuos que lo padecen.

A diferencia del analfabeta en estricto sentido, el funcional se encuentra en cualquier estrato social, algunos de ellos han llegado a ser profesionales, pero sus capacidades de comunicación y recepción de ideas o su nivel de comprensión de instrucciones están dramáticamente limitadas, lo que les excluye, adicionalmente, de los beneficios fundamentales del conocimiento, la creación y la innovación.

Las pruebas Pisa arrojan como resultado que Colombia está en los peores lugares en cuanto a las competencias en matemáticas, lectura y escritura. Pero, además, es preocupante saber, por estas pruebas, que 6 de cada 10 estudiantes evaluados no entienden bien lo que leen; estaríamos frente a una cifra altísima de potenciales analfabetas funcionales.

Paradójicamente, se estima que en la actualidad, en cada minuto se envían cerca de 170 millones de correos electrónicos y se llevan a cabo unas 700.000 búsquedas en Google. A través del Banco Mundial se ha conocido esta semana una cifra sorprendente: el 90% de los datos existentes hoy en el mundo fueron producidos en tan solo los últimos dos años. El volumen de información y la velocidad con que se difunde nos obliga entonces a desarrollar cada día nuevas habilidades.

A pesar de estos indicadores, en la actualidad también se reconoce lo que se ha dado en llamar “analfabetismo tecnológico”, que bien mezclado con el anterior conduce a una parálisis intelectual. En un mundo tan globalizado como el actual, que promueve las comunicaciones y la gestión de la información por múltiples y diversos canales, con una gran cantidad de individuos de amplia movilidad internacional, es indispensable desarrollar algunas habilidades relacionadas con la comunicación de ideas y la comprensión de las mismas, a través de distintos lenguajes, soportes, plataformas y tecnologías. En este sentido, la limitación o incapacidad de las personas para comunicarse, a pesar de saber leer y escribir, impide su buen desarrollo personal.

En la mayoría de casos el analfabetismo tecnológico obedece a una brecha generacional o, inclusive, al temor a asumir nuevos retos o resistencia a usar herramientas que los más jóvenes nos pueden enseñar a utilizar. Con estos casos, probablemente nos podemos referir a personas de una erudición ejemplar, ilustradas, como cientos de profesores universitarios, que son ampliamente respetados por su conocimiento, pero que no son capaces de comunicarse con esta sociedad llena de personas “hipertecnológicas” que asumen la construcción del conocimiento desde otro espacio influenciado por internet, las redes sociales y el auto aprendizaje.

De otra parte, hay quienes afirman que el monolingüismo es el analfabetismo del siglo XXI. Creo que aunque ésta se constituye, en muchas ocasiones, en una barrera de comunicación o en una limitante para obtener un trabajo o para desempeñarse exitosamente en una profesión, no es estrictamente una forma de analfabetismo.

Más bien y complementario con lo anterior, no puede aceptarse la creencia según la cual, dejarían de ser analfabetas funcionales quienes hablan una segunda lengua y se desenvuelven de maravilla con las herramientas tecnológicas. Por el contrario, aunque muchas de esta personas escriben a gran velocidad en teclados y pantallas, es lamentable la incapacidad de algunas para escribir a mano, para leer y entender más de una línea en forma continua o para calcular un porcentaje. Basta hablar con los profesores universitarios que deben calificar pruebas escritas y están sometidos con frecuencia a la tortura de tener que interpretar algunos textos de puño y letra de sus estudiantes.

Como puede observarse, aún siendo muy eruditos, siempre estaremos en riesgo de convertirnos en modernos analfabetas, de ser o de volver a ser analfabetas tecnológicos. Lo importante es nunca dejarse “desalfabetizar” o “analfabetizar”, manteniendo una actitud de asombro e interés por comprender los cambios; pues en el caso del analfabetismo no vale la esperanzadora máxima de que: “la ignorancia, una vez se pierde, ya nunca vuelve”.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/opinion/analfabetismo-moderno-columna-632212

Imagen: https://conceptosydefiniciones.wordpress.com/2011/05/15/definicion-de-analfabetismo/

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Boletín N. 1. Grupo de Trabajo de CLACSO sobre Reformas y Contrarreformas Educativas

Boletín
N. 1. Grupo de Trabajo de CLACSO sobre Reformas y Contrarreformas Educativas 

Volumen I, N°. 1, FEBRERO,  AÑO. 2017

 

CONTENIDO

  1. Apagón Pedagógico Global. Dr. Luis Bonilla – Molina.
  2. ¿Simplificación o Hipercomplejización para Transformar la Universidad?. Dr. Jorge Díaz Piña.
  3. Centralidad Pedagógica. ¿Dónde está la pedagogía y la pedagógica en la educación? Aproximaciones. Dra. María Magdalena Sarraute Requesens.
  4. La educación en Nicaragua 2017: una valoración. Reto: Consolidar avances en cobertura y alcances; y construir escenarios coherentes con el proyecto político pedagógico nacional. Dr. Herman Van de Velde.
  5. Repensando la Concepción del Niño y la Niña para Resignificar las Reformas de la Educación Inicial. Dra. Iliana Lo Priore Infante.
  6. La Educación Universitaria a Distancia mediada por Tecnologías de Información y Comunicación: alertas de su uso como vehículo del Apagón Pedagógico Global. Dra. Marianicer Figueroa Agreda

 

INTEGRANTES  DEL GT

  • Luis Bonilla – Molina, [Coordinador – Venezuela].
  • Felipe José Hevia, [Coordinador – México].
  • María Magdalena Sarraute, [Secretaria – Venezuela].
  • Oswualdo González, [Secretario- México].
  • Herman Van de Velde, [Nicaragua].
  • Iliana Lo Priore, [Venezuela].
  • Jorge Díaz, [Venezuela].
  • Jorge Gantiva, [Colombia].
  • Marianicer Figueroa, [Venezuela].
  • Etelvina Sandoval, [México].
  • Carlos Bracho, [Venezuela].
  • Luz Palomino, [Venezuela].
  • Rodrigo Cornejo , [Chile].
  • Rodrigo Sánchez, [Chile].
  • Jesús Puerta, [Venezuela].
  • Pedro González, [Venezuela].
  • Daniel Libreros, [Colombia].
  • Rubén Reinoso, [Venezuela].
  • Myriam Southwell, [Argentina].
  • Alejandro Vassiliades, [Argentina].
  • Lidia Mercedes Rodríguez, [Argentina].
  • Rosa María Masson, [Cuba].

OBJETIVOS DEL GT

  1. Generar capacidades de análisis compartido, comparativo y convergente que ponga de relieve tanto la diversidad de aspectos como los elementos comunes que en la actualidad signa las causas, la implementación y las consecuencias de las reformas y contrarreformas educativas en Nuestra América, así como su relación con los procesos de globalización, internacionalización, las tendencias productivas, las fuerzas políticas internacionales y nacionales, y la multiplicidad y pluralidad de acontecimientos que acompañan y llegan a determinar el hecho educativo, haciendo énfasis en el impacto de dichas reformas y contrarreformas en las políticas docentes.
  2. Constructor de sentidos, resignificaciones y como un generador de rutas posibles, que desde múltiples y diversas miradas existentes en la Región, puedan contribuir al conocimiento crítico de los procesos políticos, económicos, sociales y culturales que acontecen detrás y desde las reformas y contrarreformas educativas latinoamericanas, incluyendo elementos para el desarrollo de análisis alternativos sobre la problemática docente, así como para la construcción de propuestas y alternativas humanistas y progresistas de los sistemas educativos latinoamericanos tanto para cada país como para la región.
  3. Contribuir al desarrollo de conocimiento en co­labor sobre las implicaciones y determinaciones de la praxis sobre las políticas educativas, desde un marco de comprensión geohistórico y crítica de las reformas y contrarreformas educativas, desde metódicas no invasivas, basadas en un profundo respeto y compresión por las múltiples visiones políticas y pedagógicas de los Estados­territorios, así como los valores y manifestaciones culturales de los colectivos y sujetos de co­investigación, como acto de incidencia e impacto político transformador y crítico, para seguir impulsando las transformaciones necesarias para conseguir a través de la educación pública, gratuita y de calidad, mayores cuotas de emancipación y soberanía, en el marco de la integración de Nuestra América en el desarrollo de una geopolítica pluripolar.

Para descargar el boletín, haga click aquí:

Boletín N.1. del GT CLACSO Reformas y Cotrarreformas Educativas

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Colombia: Preocupación por contaminación del aire en Los Mártires

Colombia/Marzo de 2017/Fuente: Kienyke

La problemática ambiental que está atravesando la ciudad de Medellín, ha encendido las alarmas de las demás ciudades y departamentos del país. Sin embargo, son pocas las cifras y datos revelados por las autoridades. La Alcaldía de Bogotá, respondió a un llamado que hizo el Concejo de la ciudad de verificar e informa sobre el verdadero estado del aire que respiran los habitantes de la capital.

La Secretaría de Ambiente afirmó que en Bogotá no es necesario declarar la alerta roja:  en materia de contaminación del aire, la ciudad está por debajo de los índices nacionales. Sin embargo, un estudio realizado por el magíster en Toxicología de la Universidad Nacional de Colombia Johan Álvarez, señala que el aire en la localidad de Los Mártires contiene altas concentraciones de material particulado, es decir, gases de cadmio, cromo y plomo, los cuales son perjudiciales para la salud de los habitantes de la zona.

En diálogo con KienyKe.com, Johan Álvarez afirmó que según los estudios realizados, se pudieron identificar dos puntos que están aportando a que esta problemática se profundice. El primero es la gran cantidad de vehículos que transitan por las vías de la localidad y emiten altas concentraciones de material particulado. El segundo tiene que ver con los dos puntos industriales que hay en Los Mártires: Samper Mendoza donde se concentra una buena parte de la industria de metalmecanica, y Ricaurte, donde funcionan empresas de técnica de oxicorte de metales.

“Aparentemente las personas que solo transitan por la localidad, no van a sufrir las consecuencias de respirar este tipo de aires. Lo que se quiere evidenciar en el estudio, es que las personas que están expuestas a altas concentraciones durante periodos de tiempo muy prolongados, pueden llegar a sufrir enfermedades en el sistema nervioso central y problemas pulmonares”, señaló Álvarez.

Según un vídeo publicado por la Secretaría de Ambiente, en Bogotá no hay razones para declarar la alerta roja, ya que a diferencia de Medellín, la ciudad no está rodeada por montañas, lo que permite que el material particulado emitido por vehículos y fabricas circule normalmente y no se concentre. “Bogotá está muy por debajo de los indices de contaminación establecidos por las autoridades”, sentenció Francisco Cruz Prada, Secretario Distrital de Ambiente.

Por otro lado, los investigadores llaman la atención sobre el hecho de que las enfermedades respiratorias —que perjudican ante todo a los niños—, ocupan un 14,4 % de las consultas médicas y un 2,45 % de las hospitalizaciones en la zona.

El ingeniero Johan Álvarez fue enfático al afirmar en que se tienen que empezar a trabajar en esta problemática, ya que quienes pueden llegar a padecer sus consecuencias son los niños y adultos de la tercera edad, los cuales al vivir y estudiar en la localidad de Los Mártires, pueden desarrollar enfermedades en un periodo de cinco a ocho años.

Fuente: https://www.kienyke.com/tendencias/medio-ambiente/preocupacion-por-contaminacion-del-aire-en-los-martires

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