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La Directora General destaca la importancia de la educación como cimiento para la paz en Colombia

La Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, participó el 2 y 3 de febrero en Bogotá en la 16ª Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz y subrayó la importancia de la educación para construir una paz sostenible y como instrumento de resolución de conflictos.

Por: UNESCO.

En su intervención en la mesa redonda titulada «Paz y educación, el círculo virtuoso», que tuvo lugar el 3 de febrero, Irina Bokova subrayó la importancia de la educación como un bien público y felicitó al gobierno de Colombia por ponerla como una prioridad de su agenda política. Asimismo, mencionó los puntos fuertes necesarios para alcanzar una educación de calidad, en particular la capacitación de docentes, el uso de nuevas tecnologías y la igualdad de género. “Hay que apoyar a las niñas con una formación científica y técnica, empezando por las niñas desfavorecidas, acompañándolas en todos los niveles de la educación”, afirmó la Directora General.

“Es importante que los jóvenes desarrollen una actitud crítica hacia la sociedad para generar una mentalidad de tolerancia y cultura basada en el diálogo y la inclusión social”, agregó.

Junto a Irina Bokova y a la Ministra de Educación de Colombia, Yaneth Giha Tovar, participaron en este panel los laureados del Premio Nobel de Paz Kailash Satyarthi (2014); Anthony Lake, representante de UNICEF (organismo premiado en 1965); Marcelo Kohen, Secretario General del Instituto del Derecho Internacional (galardonado en 1904); Ahmed Üzümcü, representante de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (entidad laureada en 2013); Ouided Bouchamaoui, una de las integrantes del Cuarteto para el Diálogo Nacional en Túnez (premiado en 2015).

El Presidente Juan Manuel Santos, Premio Nobel de Paz 2016, inauguró la Cumbre el 2 de febrero rindiendo homenaje a las víctimas del conflicto y a las generaciones futuras. “Debemos trabajar desde la educación, desde la formación de nuestros niños y jóvenes, en la enseñanza de una cultura de tolerancia, de respeto al otro y a sus diferencias, de apreciación y defensa de la diversidad», declaró el jefe del Estado.

La Directora General, que participó en esta conferencia por invitación de la Secretaría Permanente de la Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz y la Cámara de Comercio de Bogotá, pronunció también uno de los discursos de fondo en la sesión plenaria del 2 de febrero, titulada, “La prevención de conflictos, manteniendo la paz». “Es preciso tener coraje, pero es preciso también tener una nueva visión, una visión de nueva convivencia, una nueva visión de esperanza en el futuro, una visión nueva de dignidad y de derechos para cada colombiano”, dijo la Directora General al referirse al conflicto colombiano.

La Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz reúne anualmente a laureados del Premio Nobel de Paz, líderes de alto perfil, organizaciones, estudiantes y docentes universitarios en diferentes ciudades en todo el mundo. Bogotá, elegida por su capacidad para evolucionar y responder al desafío de la paz, es la primera ciudad de América Latina que acoge esta cita.

Fuente: http://es.unesco.org/news/directora-general-destaca-importancia-educacion-como-cimiento-paz-colombia

Imagen: http://es.unesco.org/sites/default/files/styles/img_688x358/public/dg_colombia_debate_peace_688px.jpg?itok=bTKmQMa5

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Entrevista a Irina Bokova: ‘La educación ayudará a superar la violencia’

Entrevista a: Irina Bokova

Directora general de la Unesco estuvo en Bogotá para reunirse con representantes del Gobierno.

Irina Bokova, directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), estuvo en Bogotá para reunirse con representantes de alto nivel del gobierno colombiano y delinear juntos la contribución de la Organización al proceso de consolidación de la paz. Además, fue una de las invitadas y panelistas especiales en la 16 Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz.

Bokova es un referente internacional para hablar de educación,ciencia y cultura. Además, es una abanderada de la lucha por los derechos de las mujeres en el mundo y de la educación y la cultura como las claves para humanizar el mundo.

 Usted se reunió con ministros para hablar sobre el posconflicto, ¿Cuál será la participación de la Unesco en este proceso?

Primero, quisiera decir que estoy muy impresionada por el coraje político del Presidente Juan Manuel Santos, y también de las otras partes que han participado en el proceso de paz: las Farc y los otros que lo han apoyado. Me sorprende la convicción de todos, de que la paz es el único modelo de vivir y seguir adelante. Colombia se está refundando y nosotros podemos aportar con nuestro mandato en la educación, y especialmente en cuanto a la educación profesional y técnica para dar competencias a los jóvenes, pero también, a través de la cultura, de la diversidad, del respeto de esta diversidad.

Usted dijo este jueves en la sede del Sena de Mosquera: “no sé qué reunión es más importante, si la que tuve en la mañana con ministros del país y con Nobeles de paz, o con ustedes, aprendices del SENA que están construyendo la paz”. ¿Qué reunión es más importante? ¿Por qué estos aprendices del Sena pueden tener la misma importancia que nobeles de paz y que ministros?

Es que en ellos está la paz. Los dos eventos son importantes, desde luego. La Cumbre es clave por el compromiso político que significa, también por la muestra de apoyo de la comunidad internacional que es importante para avanzar. Pero yo estoy convencida que lo que pasa en el Sena es igualmente de importante porque es un ejemplo de inclusión social, es el futuro del país. Es increíble lo que hacen por millones de jóvenes en el país, por eso, hemos incluido al Sena en nuestra red Univoc para compartir buenas prácticas. Además, es importante porque es una muestra del objetivo de proponer la educación como la tarea más importante en este proceso de reintegración, y especialmente la educación pensada para la paz.

Suele darse más importancia a los resultados en matemáticas, ciencias y lenguaje, pero, ¿dónde quedan las competencias ciudadanas? ¿Cuál cree usted que es la importancia de que se fortalezcan esas competencias en Colombia?

La Unesco es líder del objetivo número 4 en la agenda de objetivos 2030, en ese punto se habla de inclusión, de equidad, de calidad en la educación, y especialmente de la construcción de una ciudadanía global con valores. El error es entender que la educación es solo para escribir, leer, y sumar, que son importantes, pero también es para adquirir valores cívicos. Todavía, en muchos sistemas educativos, uno de los desafíos más grandes es introducir una vez más las ciencias sociales, la ética, los derechos humanos, el respeto a la diversidad. Todas, competencias que se cultivan desde muy pequeños en las escuelas. Para nosotros eso es muy importante porque el gobierno puede tomar muchas medidas, pero si no se cambia la mentalidad de la gente no se logrará avanzar. Colombia está en un buen momento para poner los baluartes de la paz en la mente de los colombianos. El conflicto puede terminar, pero la violencia puede continuar y por eso es importante que a través de la educación se construya esta nueva mentalidad de paz, de tolerancia, de respeto mutuo y de ciudadanía, y que cada joven sepa que de él o ella depende el futuro de este país.

Usted dijo en el Foro Económico de Davos que es urgente replantearse los sistemas de educación y de competencias para velar por el acceso universal y el aprendizaje pertinente en tiempos inciertos y complejos. ¿Hacia dónde debe mirar la educación?

Hemos tenido muchos debates sobre cuál es la educación para el siglo XXI y pensamos que hay que cambiar toda la actitud porque hoy en día no hablamos solo de educación sino de aprendizaje, aprendizaje en el sentido de tener una actitud y una mentalidad crítica. Es muy importante que los maestros no solamente entregen información sino que abran los espíritus, las mentes, para formar en un sistema de valores. Me parece importante revisar todos los currículos de las escuelas y adaptarlos a la economía contemporánea. No hay una conexión entre lo que la escuela y la universidad enseñan, y los empleos. Hay profesiones que desaparecen y otras que aparecen. Además, debemos prepararlos para un mundo interconectado,un mundo muy diverso, donde hay que vivir juntos. Me impresionó del discurso del presidente que dijo que somos una humanidad, vivimos en un planeta. Hay que crear este tipo de mentalidad en los jóvenes. Eso incluye la protección del planeta, la biodiversidad,la lucha contra el cambio climático, todo esto no puede alcanzarse ni lograrse sin cambiar la mentalidad y eso es responsabilidad de la educación.

El 2016 terminó como un año en el que hubo un retroceso en cuanto a la unidad de la humanidad, se crean muros por un lado y se construyen más fronteras entre razas, religiones, ideologías, ¿puede la educación ser la forma de detener esa construcción de muros?¿Cómo?

Yo estoy preocupada por esta expansión de la xenofobia y de la intolerancia, porque me parece que en el mundo globalizado la solución no es construir muros. La solución es, como nosotros decimos, por medio de la alfabetización cultural porque uno puede ser educado pero sin conciencia hacia el otro. Primero es necesario conocer su propia cultura, esto también es un desafío. En este sentido, lo que ha venido pasando en América Latina estas últimas décadas últimas es que se ha iniciado una nueva búsqueda de sus raíces, de su identidad con la inclusión cultural, por ejemplo de los pueblos indígenas. Es maravilloso porque así se crean oportunidades para tener sociedades en paz consigo mismos. Entonces, el conocimiento de la cultura de los otros y la tolerancia con el sentido de convivir juntos es muy importante. Yo creo que sí existe una división pero es entre los que creen que podemos vivir juntos y los que no lo creen. Me parece que esta es la división, y si la gente que cree que podemos vivir juntos crece más y podemos convencer a los otros, haremos un cambio. Esa es nuestra responsabilidad.

Esta frase le debe sonar: “puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”. Colombia vivió 50 años de guerra, ¿cómo cambiar esa mentalidad de la violencia, del odio? ¿Cómo debemos erigir los baluartes de la paz en las mentes de los colombianos?

Esa es la frase de la constitución de la Unesco, es una frase hermosa, además nuestra constitución es un documento poético. Yo recomiendo leerlo porque es además la base de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Hay frases que han sido tomadas de nuestra constitución y han sido puestas ahí. Exactamente por eso la Unesco existe, para trabajar con nuestros países, con la sociedad civil, con los gobiernos, con los académicos y universitarios para ver cómo a través de la educación podemos enseñar en la diversidad, en el respeto y contra la violencia. Y por otro lado, desde la cultura podemos valorar la diversidad, respetarla, comunicarla. Esa es la mejor manera de educar a la gente en el respeto. La Convención de Patrimonio Mundial es muy relevante para Colombia y América Latina porque es la mejor manera de generar diálogo intercultural. Por ejemplo, mire el caso del magnífico proyecto Qhapaq Ñan (o El Camino Principal Andino fue la columna vertebral del poder político y económico del Imperio Inca. Tiene una extensión de más de 30.000 kilómetros que van desde el suroeste de Colombia hasta el centro de Argentina y Chile. Fue declarado por la Unesco como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en el 2014), es nuestro proyecto más grande con una dimensión enorme. Por primera vez en la historia de la Unesco y de la humanidad, seis países se han reunido para trabajar juntos para cuidar un patrimonio. Este es un ejemplo de cómo hacer inclusión social en varios países. La otra consecuencia es tener una cooperación más cerca de estos países, puede que tengan otros problemas entre ellos, pero trabajar en conjunto para hacer algo que sobrepasa las fronteras me parece extraordinario. Esta es la manera como podemos construir los baluartes de paz en la mente de la gente.

Usted es la primer mujer en ocupar este cargo, es un ejemplo de que la lucha por la equidad de género está teniendo cada vez más éxito. Pero, aún queda un largo trecho por recorrer, ¿cómo hacer para que el mundo sea cada vez más equitativo?

Para nosotros en la Unesco, la equidad de género es una prioridad transversal. Hemos puesto en el objetivo 4 de la Agenda 2030 de desarrollo sostenible (que Colombia integró en su política nacional, de hecho fue uno de los primeros países en integrar todos los objetivos de desarrollo en su política), la educación de niñas como un eje central. Yo sé que en países de América Latina, especialmente de Centroamérica el problema es con los varones, el 70 por ciento de los niños abandonan la escuela después de primaria y eso desencadena en violencia, drogadicción, pandillismo, etc., pero en la mayoría de los países, la educación de niñas es todavía un desafío, entonces ponemos mucho énfasis en ese tema y también en la violencia contra las mujeres. Consideramos que es importante incluir la igualdad de hombres y mujeres en los textos escolares porque los problemas comienzan desde una edad muy temprana.También hacemos muchos programas de mujeres y ciencia, damos cada año un premio a mujeres científicas en los cinco continentes y ya tenemos mujeres que recibieron nuestro premio y luego premios Nobel. También tenemos una campaña para que hayan más mujeres científicas, matemáticas, ingenieras. No es solamente una cuestión de justicia histórica, no solamente es cuestión de derechos humanos, para mi es normal, es también por el bien de toda la sociedad, por los hombres también, es la importancia de tener el talento, la energía de las mujeres.

¿Cómo está Colombia en la búsqueda de equidad de género?

Colombia va bien, pero hay mucho trabajo por hacer, al igual que en todos los países. Yo pienso que todavía la violencia contra las mujeres es un problema endémico en todo el mundo. El número de mujeres en el sector privado todavía es bastante bajo. Lo más importante es no retroceder, desgraciadamente en algunos países se está viendo un retroceso. Colombia, en este momento, debe trabajar mucho con las mujeres víctimas de conflicto.

Fuente: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/entrevista-a-la-directora-general-de-la-unesco-en-colombia/16809342

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Barranquilla y Panamá firmaron acuerdo de cooperación

Colombia/06 de Febrero de 2017/El Universal

Los alcaldes Alejandro Char Chaljub y José Blandón Figueroa, firmaron un acuerdo para establecer mecanismos que contribuyan al desarrollo económico, social y cultural de Barranquilla y Panamá.

En desarrollo del acuerdo, las dos administraciones distritales trabajarán con el objetivo de crear las condiciones adecuadas para el intercambio de experiencias, conocimiento mutuo e identificación de desafíos y problemas comunes en los cuales la cooperación se constituya en una de las herramientas.

El alcalde Alejandro Char destacó los beneficios que tendrán tanto Panamá como Barranquilla en lo que respecta a la experiencia en la organización de los Juegos Centroamericanos y del Caribe y otros asuntos de ciudad.

“Nuestro alcalde hermano quiere conocer cómo transcurre la organización de los Juegos Centroamericanos de Barranquilla, dado que en Panamá realizarán los mismos Juegos en el 2022. Barranquilla se pone desde ya a su disposición para sumar nuestras experiencias para que estas justas sean de la mejor manera. Queremos evaluar también los avances de Panamá en asuntos de espacio público, movilidad y asuntos de cultura y turismo, nos interés tener esa experiencia directa del alcalde”, señaló el mandatario distrital.

El alcalde de Panamá, José Blandón Figueroa, destacó el apoyo que le brindará Barranquilla en lo que respecta a la organización de los Juegos Centroamericanos y dijo que esperan compartir temas logísticos y requerimientos.

“Las ventajas de esta relación con Barranquilla son importantes, esta ciudad será sede el próximo año y nosotros lo seremos en 2022, y esperamos poder compartir con todo el equipo encargado de la organización para conocer toda la parte logística y ver los requerimientos de ODECABE, aprendiendo de la experiencia de Barranquilla seguramente nos ayudará a hacerlo mejor”, apuntó Blandón Figueroa.

Las iniciativas comunes y proyectos apuntarán a promover visitas técnicas e institucionales de los respectivos gobiernos con el fin de afinar el conocimiento y la experiencia de ambas ciudades.

También se comprometieron en promover la participación de las instituciones económicas, culturales y educativas de Barranquilla y Panamá en la consecución de los objetivos establecidos en el acuerdo.

Acordaron que se organizarán y facilitarán encuentros de expertos, autoridades y representantes de diversas entidades, con el fin de identificar temáticas para la construcción de futuros acuerdos de cooperación y el desarrollo de planes de acción.

El acuerdo firmado no conlleva gastos presupuestales para ninguna de las ciudades y cualquier soporte financiero para las acciones que se deriven de él se decidirá libremente por las partes.

Fuente: http://www.eluniversal.com.co/regional/barranquilla-y-panama-firmaron-acuerdo-de-cooperacion-245935

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Colombia: Gobierno pide a la Fiscalía investigar deforestación especulativa

Colombia/Febrero de 2017/Fuente: W Radio

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia solicitó a la Fiscalía General que investigue presuntos delitos de carácter ambiental por la deforestación especulativa en departamentos del centro y el sur del país, algunos de ellos de la región amazónica.

«Hemos pedido a la Fiscalía que inicie procesos de investigación por las afectaciones que está provocando la tala ilegal de bosques promovida por personas con intereses especulativos en las tierras de las regiones del Meta y el Guaviare», dijo hoy a Efe el ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, en una visita a la localidad de Guamal (Meta).

La petición llega después de que varios funcionarios del Ministerio de Ambiente se desplazaran al Meta, Guaviare, Putumayo y Caquetá y comprobaran la magnitud de la alerta emitida por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) sobre la desforestación en esos departamentos del país.

Los departamentos del Guaviare, Putumayo y Caquetá hacen parte de la región amazónica, mientras que el Meta está en los límites.

«También solicitamos investigaciones por los posibles efectos ambientales causados por la ejecución en algunos tramos de obras como la Marginal de la Selva y la (carretera) Uribe-Macarena-Vista Hermosa y la Macarena-San José del Guaviare, que al parecer en algunos tramos se están desarrollando sin los permisos ambientales correspondientes», agregó Murillo.

En su solicitud ante la Fiscalía, el Ministerio de Ambiente también alerta de la deforestación en bosques naturales en el municipio de El Retorno (Guaviare), que suponen «daños ambientales irreversibles».

Asimismo, recordó que está en marcha un plan de choque denominado «Burbuja del medio ambiente» que contempla protocolos y estrategias para contener la deforestación causada por prácticas como la minería ilegal o los cultivos ilícitos.

«No puede suceder que el país siga perdiendo sus recursos naturales por prácticas ilegales», lamentó Murillo quien visita Guamal para explicar a líderes locales la política ambiental en el posconflicto.

El Ministerio aportó a la Fiscalía todo tipo de información técnica elaborada por el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono del Ideam para facilitar las investigaciones.

Fuente: http://www.wradio.com.co/noticias/actualidad/gobierno-pide-a-la-fiscalia-investigar-deforestacion-especulativa/20170204/nota/3375027.aspx

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Reto de país: mejorar las facultades de educación

Por: Ángel Pérez Martínez

Lo contrario también es cierto, ¿cuánto daño puede hacer un mal docente a un estudiante, quien lo debe padecer durante el año escolar? según la evidencia, un niño no se recuperará nunca de un mal docente.

En el año 2007, el estudio de la firma McKinsey (Michael Barber y Mona Mourshed) indagó y buscó respuestas en los países que obtuvieron los mejores resultados en calidad en las diferentes pruebas internacionales donde se medían los resultados de los estudiantes. Dicho estudio concluyó que las dos principales variables fueron: primero, comprender que “la calidad de un sistema educativo tiene como techo la calidad de sus docentes”, y segundo, que “la única manera de mejorar los resultados es mejorando los procesos de enseñanza”. Estas dos variables inciden para lograr que el éxito educativo sea de la mayoría de los estudiantes (inclusión) y no se limite a unos pocos (exclusión).

En el caso de Colombia el estudio de la Fundación Compartir: «Tras la Excelencia Docente, cómo mejorar la calidad de la educación para todos los colombianos», encontró que en el país hay docentes con menos de 4 años de educación superior. Aún más grave una parte importante de ellos en primaria (cerca del 34%). También, dicho estudio señaló que en 80 universidades estudiadas se ofrecían 376 programas profesionales de formación docente, y sólo el 18% de ellos estaban acreditados con parámetros mínimos de buena calidad en el año 2012.

Otros tres resultados del estudio mencionado resaltaron lo siguiente: en primer lugar, las facultades de educación exigían escasa práctica pedagógica a los futuros docentes; segundo, dichas facultades no promovían en los estudiantes desarrollo y formación en investigación; y tercero, los docentes de los colegios oficiales en Colombia devengaban un 18% menos del salario mensual que recibían profesionales egresados de programas como medicina, economía, derecho e ingeniería, entre otros. Lo anterior explica en parte por qué los mejores bachilleres del país no quieren ser docentes, así como los bajos puntajes en las pruebas Saber 11 que se requieren para acceder a los programas de educación, cuando se compara con los puntajes mínimos exigidos en otras profesiones.

Producto del paro de docentes del año 2015, el Gobierno eliminó la evaluación de competencias para que los maestros ascendieran en el escalafón docente, lo cual, junto con lo antes expuesto, nos obliga como sociedad a proponer políticas y programas para apoyar el desarrollo de las facultades de educación en nuestras universidades y, en general, acciones encaminadas a fortalecer la formación de los futuros y actuales docentes tanto de colegios públicos como privados.

Para empezar, se requiere aumentar los $9 millones o menos que las universidades pedagógicas y facultades de educación invierten por estudiante; las mejores universidades públicas y privadas invierten más de 18 millones de pesos al año por estudiante. Recordemos que más de 400.000 docentes inciden de manera directa en la educación de más de 10 millones de estudiantes de la educación básica y media.

También, las facultades de educación requieren las mejores instalaciones, aulas y dotaciones en su proceso de formación. Un docente en su formación debe adquirir un sentido de la belleza humana, el arte, la estética, el confort, así como la atención y el cuidado a los demás, formación que para otras disciplinas del conocimiento quizás sea menos necesaria. Los futuros maestros no pueden estudiar en espacios oscuros, sucios y mal dotados, estas condiciones después se reproducen en las escuelas con los niños.

Además, las facultades de educación deben apoyar de manera decidida a los actuales profesores. Así como tener la meta de lograr que las próximas generaciones de maestros sean bilingües –ojo, bilingües, no cualquier formación o nivel en otro idioma—. Además, el gobierno debe promover, a través de Colciencias y de las universidades, el desarrollo de la investigación en educación con sus estudiantes y financiar prácticas pedagógicas a los futuros docentes, entre uno o dos años (tanto de facultades públicas como privadas). Eso hacen otros países con buenos resultados en educación.

El Informe McKinsey cita en el estudio antes mencionado que en “Tennessee se demostró que si dos alumnos promedio de 8 años fueran asignados a distintos docentes –uno con alto desempeño y el otro con bajo desempeño–, sus resultados diferirían en más de 50 puntos porcentuales en un lapso de tres años”

Por último, ¿por qué el MEN no propone un plan para fortalecer y mejorar las facultades de educación a 10 años? con fuentes de recursos serias, que vaya más allá de los lineamientos de calidad para las licenciaturas en educación, que son un indudable avance, pero no suficientes. Esta decisión será el fundamento sobre el cual se construirá una política de mediano plazo coherente para mejorar la calidad de la educación de niños y jóvenes.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/opinion-sobre-como-mejorar-las-facultades-de-educacion-en-colombia/219163

Imagen de archivo

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Entrevista a Jesús Martín Barbero: «Necesitamos jóvenes problemáticos»

05 de Febrero 2017/Fuente: Colombia2020/Autor: Nicolás Sánchez

Con casi 80 años, el académico es contundente en criticar las políticas educativas del gobierno de Juan Manuel Santos y en aseverar que no aportan a la paz ni reflejan las necesidades de los jóvenes. Tal y como, según él, pasa con las escuelas.

Jesús Martín Barbero recuerda el momento, en los años 60, en el que Manuel Marulanda Vélez, más conocido como ‘Tirofijo’, declaró que Marquetalia, Riochiquito y El Pato Guayabero como zonas libres de América. Se encontraba en la Universidad Nacional y el furor revolucionario hacía parte de la vida estudiantil.

Desde aquella época, Martín se ha dedicado a estudiar las transformaciones culturales y es testigo de los cambios que ha habido en Colombia. En Cali fundó el Departamento de Comunicaciones de la Universidad del Valle, en donde trabajó de la mano con referentes de la cultura caleña como el escritor Andrés Caicedo y el cineasta Carlos Mayolo. “Yo me enamoré de la gente joven de Cali”, cuenta. Sin embargo, de esa ciudad tuvo que salir en 1996 porque las presiones del Cartel del Norte del Valle se cernían sobre la universidad.

Martín no es políticamente correcto. Asevera que en Colombia “hay escuelitas para formar periodistas, pero les falta mucho país”. Ha criticado las posturas de la izquierda frente a la cultura y cuenta que tuvo problemas con gobiernos del siglo XX “por pensar con mi propia cabeza”, dice. Además, entre el 2000 y el 2003 se tuvo que exiliar en México.  

Su producción ha girado en torno a dos temas: la juventud y la cultura. Sus libros son consultados en las facultades de periodismo y de trabajo social en todo el país. Al filo de cumplir 80 años, está por publicar un nuevo libro sobre la juventud.

Ese nuevo texto que estaría listo en abril de 2017 verá la luz en un momento en el que la juventud ha empezado a reclamar espacios en la construcción de paz. Esto, luego de que se conocieron los resultados del plebiscito para refrendar el Acuerdo de La Habana entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc.

Los jóvenes han empezado a tomarse las calles de varias ciudades del país pidiendo que su consigna de paz no se fuera al traste debido a la victoria del No. Desde ese momento, han pedido celeridad en el cumplimiento del acuerdo al que llegaron el Gobierno y la guerrilla. A su vez, se han reunido en la Plaza de Bolívar de Bogotá para exigir que el proceso de diálogo con el ELN arranque cuanto antes.

Jesús Martín Barbero camina pausadamente pero su tono es vivaz.  “Cuando uno está viejo, regular es lo mejor que se puede estar”, bromea. Este español llegó a Colombia en 1963, se fue en el 68, y regresó en el 72. Volvió a buscar a la mujer que sería su esposa y con quien echó raíces y tuvo dos hijos.

En esta entrevista habla sobre lo que el país tiene que cambiar para que “la paz” dialogue con los jóvenes.

-¿Cómo siente usted que las universidades están preparando a los jóvenes para este momento histórico donde se empieza a hablar incluso de posconflicto? 

La verdad es que los jóvenes no son una referencia para las universidades, son alumnos. La palabra alumno está por encima de niño, adolescente y joven. Pidiéndole perdón a Gina Parody, ella no se ha enterado de eso. En sus pretendidas reformas no se ha enterado de lo que son las escuelas. Los maestros que no son capaces de entender ni a los niños, menos a los adolescentes y menos a los jóvenes. Hay un desconocimiento muy fuerte de lo que está pasando en el mundo joven. Hay un montón de clichés religiosos y psicológicos que vienen muy bien para calmar la consciencia de los papás y de los maestros.

La clase media en Colombia apenas acaba de subir y tiene mucho miedo de bajar, entonces le apuesta a que sus hijos, con el mayor amor del mundo, salten y puedan llegar más lejos que ellos. La obsesión es el éxito social. Allí hay una trampa que se le está haciendo al país.

Hay una cierta mala consciencia de que el país no está entendiendo a sus jóvenes y por eso se ha venido toda esta vaina educativa, pero lastrada por esta huevonada de Pisa. No saben qué es Pisa ¡Es una empresa privada, no es pública! Depende de un conglomerado de empresas privadas. Hay un documento contra Pisa de cientos de investigadores europeos y gringos, pero en este país nadie lo ha leído.

-¿Cómo salir de esas trampas para hacer de los jóvenes un sector social que impulse la construcción de paz?

El lugar clave para eso es la escuela, el sistema educativo. Por eso yo soy muy duro en mi crítica porque las dos primeras ministras que tuvo Juan Manuel Santos no tenían nada que ver con la educación y la última es una señora que ha trabajado la mitad de su vida en el Ejército, que es de lo más retrogrado y de lo más inculto que haya habido.

Las claves para entender el mundo de los jóvenes son la escuela y los cambios de costumbres. No estoy diciendo que los maestros no quieren entender a los jóvenes, el tema es que ellos no están ahí para entenderlos, están para hacer lo que dicta el Estado.

En este momento estoy trabajando con un pequeño grupo de la Secretaría de Educación de Bogotá en formación de maestros, eso es cambiarles el chip. Por más de que el sistema de Estado haga los programas, ellos tienen que asumir la transformación de esos programas para que realmente sirva a la vida de los niños y de los jóvenes como sujetos humanos. Eso significa que tienen vida propia, que hay cosas que les gustan y cosas que les revientan.

-¿En Colombia se ha dejado de lado a los jóvenes como sujetos?

La prueba que tengo que en este país no se forman sujetos es que la gente no aprende a escribir, aprende a hacer tareas, no a escribir, no a contarse, no saben contar su vida. Pasan a la universidad y les preguntan de dónde vienen, pero no saben cómo responder. Sus padres y sus abuelos son eso, la memoria. Un mínimo de memoria.

-Usted ha hecho un llamado a poner el presente de los jóvenes en historia. Estamos en un momento histórico en el que necesitamos empezar a construir memoria ¿Cómo aterrizar el llamado que usted hace a esa construcción de memoria que estamos por empezar?

Ese es uno de los temas más importantes de mi vida. Yo nací con una España que estaba en guerra y viví las transformaciones de la memoria. Es decir, qué se recordaba antes de la guerra y qué se podía recordar después, porque tuvimos 50 años de franquismo.

Los historiadores estudian historia de atrás para adelante, los niños, los adolescentes y los jóvenes la estudian a partir de su presente. Para que la historia se convierta en memoria de los muchachos hay que partir de su presente. Hay que poner el presente en historia, eso nunca lo ha hecho la escuela.

Los profesores tendrían que escribir sobre la memoria de los niños. Ahí vamos a empezar a saber para dónde vamos. Si fuéramos capaces de empezar las clases diciendo de dónde vengo yo, de dónde vienes tú. Poner eso en común es transformar un montón de alumnos en una escuela de aprendizaje mutuo.  Lo que tú eres es el resultado de unas culturas, de unas memorias.

-Existe mucho miedo de mostrarles a los niños y a los adolescentes las atrocidades que se han cometido en el país ¿Cuál es su opinión frente a eso?

Yo pienso que no es solo miedo, es no entender qué es un país. Un país es una historia en común y esa historia tiene un montón de relatos. Yo descubrí que contar es la palabra más importante del castellano y de todos los idiomas. Contar significa contar cuentos, saber narrar, saber contar. Segundo, contar es tener en cuenta o no al otro, eso es vital en las relaciones sociales. Finalmente, hacer cuentas, contar es contar números.

Hay que aprender a contar con sus propias palabras. Lo que usted ha vivido no lo puede contar nadie más. Hay que aprender a contar su cuento para ser tenidos en cuenta y también hacer cuentas para la reparación.

-¿Usted cree que en Colombia se ha construido memoria excluyendo a la juventud?

Esa es la pregunta del millón ¿Qué tienen que ver los jóvenes con la memoria hoy? Primero con la memoria del país. La memoria del país está, en buena parte, en las novelas, los cuentos y los relatos, ahí está y ahí sigue. Gabriel García Márquez es un memorioso, él ha hecho memoria del país.

No es que este país no tenga memoria. En términos de relatos, sí ha habido. Pero no en la gente. Hoy lo que está descubriendo el país es que la gente tiene derecho a tener memoria y a que esa memoria sea tenida en cuenta para hacer cosas con la gente. Que sea con ella, no utilizándola, sino contando con ella, ahí hay un cambio radical.

-¿Qué espacio tienen ahí los jóvenes?

Yo diría que primero son sujetos, no solamente un objeto sobre el cual contar cosas. Son los jóvenes los que tienen que contar su cuento. No lo puede contar nadie por ellos. No todo tiene que ser escrito, hay muchas maneras de contar ahora. Yo por salud mental no estoy en Facebook porque solo con correos electrónicos tengo. El día que me escribiste tú me escribieron otros seis o siete y a ninguno lo invité, no sé por qué te invité. La verdad algo leí que me pareció distinto, pero podías haber caído según el humor que tengo cada mañana cuando me levanto.

Los jóvenes son los mediadores entre lo que está pasando en la escuela y lo que está pasando en la sociedad. Pero la escuela tiene que asumir que los jóvenes son capaces de contar su memoria, su historia, su familia, su barrio, su país ¿De qué país habla la gente jóven? ¿Dónde están los que están haciendo libros con relatos de la gente joven? El lugar donde se podría cocinar eso con sentido es sacándolo de la palabra tarea. Esto no se hace por tareas ¿dónde la escuela está desarrollando gente creativa e innovadora? En los países en los que la escuela no es una sumatoria de tareas, sino de dimensiones de la vida con proyectos.

-¿Qué sensación tuvo cuando después del plebiscito los jóvenes invitaron a marchar y se tomaron las calles?

Lo lindo, para mí, es que fueron jóvenes, fueron viejos, fueron indígenas, fueron incluso enfermos de hospitales que pidieron que los ayudaran. Fue un país en chiquito, pero enormemente diverso y creativo. Fue realmente un movimiento político en su más profundo sentido.

Fue una sorpresa para todos porque ese país no existía, no se había visto desde hacía mucho tiempo. Siento que los jóvenes pusieron la primera piedra y después la continuidad. Fueron ellos los que sacaron al país a caminar.

-Usted dice que occidente se jodió cuando el juego dejó de ser importante para la educación ¿A qué se refería con eso?

En un simposio al que me invitaron en Barcelona coincidí con un sociólogo alemán que a la mitad de la conferencia se quedó en silencio y gritó: “¿Cuándo se jodió occidente?” y se respondió: “Cuándo separó el trabajo del juego”.

Hubo un tiempo en que el trabajo y el juego estaban juntos y este tenía que ver no sólo con la producción, sino con la creación que tiene que ver mucho más con el juego que con otras cosas. Empezando con que los niños jueguen con su cuerpo ¿Qué pueden hacer con el cuerpo? Pecados. Nacimos en esa iglecita católica que nos encerró en unos sustos porque el cuerpo era peligrosísimo, tanto el sexo como la imaginación eran los enemigos del mundo y de la sociedad.

Occidente perdió la capacidad de pensar su propio sentido: para dónde va, qué quiere, qué está haciendo. Donald Trump es un primer punto de llegada de eso que empezamos a percibir hace mucho tiempo. Se forman gerentes, es decir alguien que sabe hacer cosas, pero no sabe, es un saber instrumental. No es un saber de cuerpo, de barrio, de ciudad, de país, no. Es un saber instrumental así le pongamos muchos títulos.

-Un ejemplo…

Estoy planteando, que lo que estamos viviendo hoy es una mutación a nivel mundial, sobre todo en occidente, una mutación cultural. La modernidad fue un tiempo en el cual la clave era el progreso. Fue muy bueno porque la modernidad fue la liberación de muchas cosas: libertad y creatividad. Eso se fue poco a poco.

El fenómeno joven es estratégico para entender la mutación. Quien está viviendo la mutación y, de alguna manera, disfrutándola es la gente joven. La mutación tanto en sentido de transformación de los modos de escribir, de leer y de jugar, de todo. Está cambiando el juego, por lo tanto, está cambiado la clave de la vida.

El cuento viene a esto si queremos entender al mundo de los jóvenes tenemos que pensar en esta palabrita, hay una mutación cultural, como si hubiera una mutación genética.

-¿Esa mutación cultual hacia dónde va?

No va para un solo sitio. Por ejemplo, hoy el vestido es otra cosa. El vestido para la gente joven es otra cosa distintísima a lo que fue para sus padres y no es que los jóvenes no tengan vanidad. El sentido de la moda cambió.

-¿Cómo la paz puede aterrizar en las escuelas?     

Preguntándoles a los niños, a los adolescentes y a los jóvenes por el país del que vienen. Construyendo con ellos sujetos problemáticos y complejos que son los sujetos verdaderos. La escuela se tiene que conectar con los cambios que piden los alumnos y trabajar para construir una imagen de país que tenga que ver con ellos y que cuente con ellos, todo lo demás va a ser muy pasajero.

Lo que se ha hecho de bulla con la educación, con las ministricas de Santos, no vamos a tener memoria para nada. Para que la escuela geste memoria tiene que empezar por saber de qué estamos hablando porque los maestros en su mayoría piensan que los que tienen memoria son los mayores. Ya no hay historia de Colombia en bachillerato, lo que me parece atroz porque no tienen idea de lo que se ha hecho en su país. En la mayoría de las casas de este país no hay libros, la gente joven no se va a enterar de dónde viene y si no se entera de dónde viene mucho menos va a saber a dónde va.

Fuente de la entrevista: http://colombia2020.elespectador.com/pedagogia/las-12-peliculas-para-aterrizar-eso-que-llaman-paz

Fuente de la imagen:http://colombia2020.elespectador.com/sites/default/files/styles/gallery_custom_user_md_1x/public/gallery-files/gus_6548.jpg

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¿Sirven las tareas escolares?

Por: Julián de Zubiría

Parlamentarios, investigadores, padres de familia y educadores han pedido la abolición de los deberes extraescolares. ¿Es razonable su propuesta?

En noviembre del año pasado, en España, los padres de familia se revelaron y marcharon para pedir la eliminación de los deberes escolares de sus hijos. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud ha dicho que ve muy limitado su impacto y pide su abolición; al mismo tiempo, algunos parlamentos, en diversos países del mundo, han terminado por prohibir las tareas en casa. En Colombia, el Instituto Pedagógico (IPN) ha decidido eliminarlas recurriendo a argumentos similares, a los que se suma la presunción de que limitan el tiempo libre de niños y jóvenes para hacer deporte, socializar o simplemente para descansar.
Aun así, me temo que sus detractores cometen un error elemental, pero muy generalizado: confunden los síntomas con la enfermedad. Ven la fiebre, pero no la infección que la está produciendo. Sin duda, si evaluamos el impacto sobre el aprendizaje de resolver múltiples algoritmos en casa, la conclusión será que no lo favorece. Lo mismo encontraremos si hacemos un seguimiento para ver de qué sirve escribir infinidad de planas, copiar la biografía de un prócer, hacer listados de plantas, accidentes geográficos o reglas ortográficas. Y no hallaremos una respuesta diferente si de lo que se trata es de copiar apartes del libro al cuaderno, construir el sistema solar con esferas de icopor o responder preguntas mecánicas y repetitivas, como efectivamente suele preguntársele a los niños y jóvenes colombianos en la mayoría de ejercicios que los docentes dejamos a los alumnos para sus casas. Esas tareas no sirven y no ayudan al aprehendizaje, porque no favorecen la reflexión, la interpretación, la convivencia, el diálogo o a la lectura reflexiva, entre otros. Son impertinentes. De eso no hay duda. Eso es lo que demuestran dichas investigaciones, pero nada más.

En lo que se equivocan los contradictores de las tareas en casa es en no identificar adecuadamente el problema: La enfermedad no está en las sábanas. Las tareas son impertinentes, porque también lo es el modelo pedagógico que las genera. El que está enfermo es el sistema educativo basado en la trasmisión de informaciones. No tiene sentido que, en pleno siglo XXI, la mayoría de las clases sigan consistiendo en transmitir datos fragmentados a los estudiantes. No obstante, ese modelo logra sobrevivir, porque sigue siendo el que domina la representación de las Secretarías y los Ministerios de Educación, las editoriales y los medios masivos de comunicación. También, porque los padres y maestros –casi sin saberlo– lo defienden en sus prácticas, aunque lo rechacen verbalmente.
Lo que hay que acabar es el modelo pedagógico tradicional sustentado en la transmisión de la información y las tareas que genera. Tanto estas clases como estos deberes, deben ser completamente abandonados. No deberíamos ir a la escuela a aprender informaciones. Mucho menos si son impertinentes y descontextualizadas.

Pero si las clases consistieran en ejercitar el pensamiento. Si en ellas se trabajara sobre situaciones hipotéticas; si fortaleciéramos en el aula la clasificación, las competencias investigativas y las deducciones; si fuéramos a los colegios a aprehender a argumentar y a hacerle preguntas a la vida, o si la escuela fuera un espacio democrático y participativo para favorecer la tolerancia y el respeto a la diferencia, la situación sería muy distinta.

En cualquiera de los casos anteriores, las tareas no desaparecerían, sino que tendrían que reinventarse. Podríamos, por ejemplo, pedirles a los alumnos que llevaran ideas o preguntas originales a las clases o que entablaran diálogos con los padres y abuelos sobre cómo era la vida cuando ellos eran niños. Podríamos, mediante tareas, conocer las aspiraciones, los hitos en sus vidas o las angustias de sus compañeros. Podrían consistir en cambiar el final de un cuento o en encontrar diversas estrategias para resolver el mismo problema. Si hiciéramos eso, las nuevas tareas generarían nuevas preguntas, ideas y soluciones creativas a problemas ya resueltos. Si los niños aprehendieran a leer y escribir en la escuela, las tareas serían otras. Si los niños aprehendieran a pensar en los colegios, las nuevas tareas podrían desarrollar sus procesos cognitivos y la reflexión y conciencia sobre ellos, o metacognición.

En consecuencia, comparto plenamente la necesidad de replantear por completo las tareas. Pero lo que pienso es que hay que ir mucho más allá. Hay que volver a pensar el sentido y el fin de la escuela. Hay que garantizar que vayamos a la escuela a cosas muchísimo más importantes de las que hoy lo hacemos. Si hiciéramos esa profunda reforma en los fines, los currículos y los sistemas de formación de los docentes, sin duda, aparecerían nuevas y creativas tareas que ayudarían a consolidar los procesos cognitivos y valorativos de los estudiantes. Serían tareas más breves y creativas para los niños, y más profundas, reflexivas y diversas para los jóvenes. Enfatizaríamos más en la relectura y la reescritura. En la duda y la reflexión, que en la certeza. En la pregunta, que en la respuesta. En el compartir y colaborar, que el competir.

Lo que necesita el país no es acabar las tareas, sino con un modelo pedagógico tradicional enquistado en el sistema educativo colombiano. En un mundo en el que tenemos acceso a casi todas las informaciones con tan solo teclear una tecla del computador o del celular, necesitamos y podemos abandonar por completo la transmisión de la información como la finalidad de la escuela. La información está al alcance de todos en las redes, los satélites, las memorias externas y en los computadores. No tiene sentido seguir transmitiendo informaciones en las clases y solicitándolas luego, en las tareas escolares y en las evaluaciones. Como puede verse, lo que necesitamos en una verdadera revolución que ponga el desarrollo humano en el centro de todo proceso educativo.
Si los padres quieren más tiempo con sus hijos, ojalá apaguen los televisores y salgan a los parques y las ciclovías a compartir con ellos. Si los padres quieren compartir más tiempo, ojalá no conviertan los centros comerciales en las nuevas iglesias del siglo XXI. Tiempo de sobra tendría un niño si perdiéramos menos en una educación trivial, en los centros comerciales o frente a los televisores.

Pero si vamos a construir escuelas que favorezcan el desarrollo, ello no será posible si al mismo tiempo no impulsamos un cambio cultural. Lo que nos muestran los estudios es que los niños ven televisión en exceso y que interactúan hasta la saciedad en las redes. Lo que está en cuestión no es que les falta tiempo; lo que les falta son padres, madres y hermanos para que dialoguen e interactúen con ellos en sus casas. También les faltan vecinos y primos para jugar y compartir en el parque. No están los niños agobiados de tiempo. Lo que los agobia es la falta de posibilidades para hacer deporte en los espacios libres, actividades culturales y artísticas en los barrios, y, sobre todo, diálogo, juego y conversación profunda en sus casas. Por eso es que viven conectados al computador y al televisor.
Cuando enviemos a los anaqueles de la historia esta escuela que hemos construido a imagen de las fábricas y, al hacerlo, repensemos la educación y el modelo pedagógico, también replantearemos las tareas. Porque si en clases enseñamos a pensar, a convivir y a comunicarse, en la casa lo que deberán hacer los niños es seguir pensando, formulando nuevas preguntas, creando nuevos espacios e interactuando con amigos y hermanos. Sin duda, habrán desaparecido estas tareas impertinentes que hoy dominan la educación colombiana. Pero antes de ello, habrá desaparecido una escuela pensada para formar empleados y trabajadores de bajo nivel y que sean fácilmente manipulables por los intereses políticos y económicos que hoy nos gobiernan. Intereses, que siguen ajenos a las necesidades del desarrollo humano.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/las-tareas-sirven/514195

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