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¿Sirven las tareas escolares?

Por: Julián de Zubiría

Parlamentarios, investigadores, padres de familia y educadores han pedido la abolición de los deberes extraescolares. ¿Es razonable su propuesta?

En noviembre del año pasado, en España, los padres de familia se revelaron y marcharon para pedir la eliminación de los deberes escolares de sus hijos. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud ha dicho que ve muy limitado su impacto y pide su abolición; al mismo tiempo, algunos parlamentos, en diversos países del mundo, han terminado por prohibir las tareas en casa. En Colombia, el Instituto Pedagógico (IPN) ha decidido eliminarlas recurriendo a argumentos similares, a los que se suma la presunción de que limitan el tiempo libre de niños y jóvenes para hacer deporte, socializar o simplemente para descansar.
Aun así, me temo que sus detractores cometen un error elemental, pero muy generalizado: confunden los síntomas con la enfermedad. Ven la fiebre, pero no la infección que la está produciendo. Sin duda, si evaluamos el impacto sobre el aprendizaje de resolver múltiples algoritmos en casa, la conclusión será que no lo favorece. Lo mismo encontraremos si hacemos un seguimiento para ver de qué sirve escribir infinidad de planas, copiar la biografía de un prócer, hacer listados de plantas, accidentes geográficos o reglas ortográficas. Y no hallaremos una respuesta diferente si de lo que se trata es de copiar apartes del libro al cuaderno, construir el sistema solar con esferas de icopor o responder preguntas mecánicas y repetitivas, como efectivamente suele preguntársele a los niños y jóvenes colombianos en la mayoría de ejercicios que los docentes dejamos a los alumnos para sus casas. Esas tareas no sirven y no ayudan al aprehendizaje, porque no favorecen la reflexión, la interpretación, la convivencia, el diálogo o a la lectura reflexiva, entre otros. Son impertinentes. De eso no hay duda. Eso es lo que demuestran dichas investigaciones, pero nada más.

En lo que se equivocan los contradictores de las tareas en casa es en no identificar adecuadamente el problema: La enfermedad no está en las sábanas. Las tareas son impertinentes, porque también lo es el modelo pedagógico que las genera. El que está enfermo es el sistema educativo basado en la trasmisión de informaciones. No tiene sentido que, en pleno siglo XXI, la mayoría de las clases sigan consistiendo en transmitir datos fragmentados a los estudiantes. No obstante, ese modelo logra sobrevivir, porque sigue siendo el que domina la representación de las Secretarías y los Ministerios de Educación, las editoriales y los medios masivos de comunicación. También, porque los padres y maestros –casi sin saberlo– lo defienden en sus prácticas, aunque lo rechacen verbalmente.
Lo que hay que acabar es el modelo pedagógico tradicional sustentado en la transmisión de la información y las tareas que genera. Tanto estas clases como estos deberes, deben ser completamente abandonados. No deberíamos ir a la escuela a aprender informaciones. Mucho menos si son impertinentes y descontextualizadas.

Pero si las clases consistieran en ejercitar el pensamiento. Si en ellas se trabajara sobre situaciones hipotéticas; si fortaleciéramos en el aula la clasificación, las competencias investigativas y las deducciones; si fuéramos a los colegios a aprehender a argumentar y a hacerle preguntas a la vida, o si la escuela fuera un espacio democrático y participativo para favorecer la tolerancia y el respeto a la diferencia, la situación sería muy distinta.

En cualquiera de los casos anteriores, las tareas no desaparecerían, sino que tendrían que reinventarse. Podríamos, por ejemplo, pedirles a los alumnos que llevaran ideas o preguntas originales a las clases o que entablaran diálogos con los padres y abuelos sobre cómo era la vida cuando ellos eran niños. Podríamos, mediante tareas, conocer las aspiraciones, los hitos en sus vidas o las angustias de sus compañeros. Podrían consistir en cambiar el final de un cuento o en encontrar diversas estrategias para resolver el mismo problema. Si hiciéramos eso, las nuevas tareas generarían nuevas preguntas, ideas y soluciones creativas a problemas ya resueltos. Si los niños aprehendieran a leer y escribir en la escuela, las tareas serían otras. Si los niños aprehendieran a pensar en los colegios, las nuevas tareas podrían desarrollar sus procesos cognitivos y la reflexión y conciencia sobre ellos, o metacognición.

En consecuencia, comparto plenamente la necesidad de replantear por completo las tareas. Pero lo que pienso es que hay que ir mucho más allá. Hay que volver a pensar el sentido y el fin de la escuela. Hay que garantizar que vayamos a la escuela a cosas muchísimo más importantes de las que hoy lo hacemos. Si hiciéramos esa profunda reforma en los fines, los currículos y los sistemas de formación de los docentes, sin duda, aparecerían nuevas y creativas tareas que ayudarían a consolidar los procesos cognitivos y valorativos de los estudiantes. Serían tareas más breves y creativas para los niños, y más profundas, reflexivas y diversas para los jóvenes. Enfatizaríamos más en la relectura y la reescritura. En la duda y la reflexión, que en la certeza. En la pregunta, que en la respuesta. En el compartir y colaborar, que el competir.

Lo que necesita el país no es acabar las tareas, sino con un modelo pedagógico tradicional enquistado en el sistema educativo colombiano. En un mundo en el que tenemos acceso a casi todas las informaciones con tan solo teclear una tecla del computador o del celular, necesitamos y podemos abandonar por completo la transmisión de la información como la finalidad de la escuela. La información está al alcance de todos en las redes, los satélites, las memorias externas y en los computadores. No tiene sentido seguir transmitiendo informaciones en las clases y solicitándolas luego, en las tareas escolares y en las evaluaciones. Como puede verse, lo que necesitamos en una verdadera revolución que ponga el desarrollo humano en el centro de todo proceso educativo.
Si los padres quieren más tiempo con sus hijos, ojalá apaguen los televisores y salgan a los parques y las ciclovías a compartir con ellos. Si los padres quieren compartir más tiempo, ojalá no conviertan los centros comerciales en las nuevas iglesias del siglo XXI. Tiempo de sobra tendría un niño si perdiéramos menos en una educación trivial, en los centros comerciales o frente a los televisores.

Pero si vamos a construir escuelas que favorezcan el desarrollo, ello no será posible si al mismo tiempo no impulsamos un cambio cultural. Lo que nos muestran los estudios es que los niños ven televisión en exceso y que interactúan hasta la saciedad en las redes. Lo que está en cuestión no es que les falta tiempo; lo que les falta son padres, madres y hermanos para que dialoguen e interactúen con ellos en sus casas. También les faltan vecinos y primos para jugar y compartir en el parque. No están los niños agobiados de tiempo. Lo que los agobia es la falta de posibilidades para hacer deporte en los espacios libres, actividades culturales y artísticas en los barrios, y, sobre todo, diálogo, juego y conversación profunda en sus casas. Por eso es que viven conectados al computador y al televisor.
Cuando enviemos a los anaqueles de la historia esta escuela que hemos construido a imagen de las fábricas y, al hacerlo, repensemos la educación y el modelo pedagógico, también replantearemos las tareas. Porque si en clases enseñamos a pensar, a convivir y a comunicarse, en la casa lo que deberán hacer los niños es seguir pensando, formulando nuevas preguntas, creando nuevos espacios e interactuando con amigos y hermanos. Sin duda, habrán desaparecido estas tareas impertinentes que hoy dominan la educación colombiana. Pero antes de ello, habrá desaparecido una escuela pensada para formar empleados y trabajadores de bajo nivel y que sean fácilmente manipulables por los intereses políticos y económicos que hoy nos gobiernan. Intereses, que siguen ajenos a las necesidades del desarrollo humano.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/las-tareas-sirven/514195

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Colombia: Se buscan profesores de 80 años

América del Sur/Colombia/4 Febrero 2017/Fuente: Semana 

Una ley extiende la edad máxima de retiro forzoso de los docentes de universidades públicas. ¿Es un justo reconocimiento a quienes dedican su vida a la docencia?

El pasado 30 de diciembre se expidió la Ley 1821, según la cual se modifica la edad para el retiro forzoso de las personas que desempeñan cargos públicos que no son de elección popular. Ahora se establece a los 70 años: “Una vez cumplidos, se causará el retiro inmediato del cargo que desempeñen sin que puedan ser reintegradas bajo ninguna circunstancia», dice la ley.

La norma extiende este plazo para los docentes universitarios de instituciones oficiales que ahora podrán desempeñar su labor hasta los 80 años. Antes, con la Ley 344 de 1996, podían hasta los 75, 10 años más que el resto de profesionales. Esta normativa no aplica para las universidades privadas, allí no hay límite de edad para el retiro.

La pregunta que surge de esta medida es si es pertinente ampliar la edad profesional de los maestros hasta los 80. ¿Están en condiciones mentales y físicas para dictar clase? ¿Se les está quitando la oportunidad a otros más jóvenes para que puedan renovar la planta docente? Según expuso Ignacio Mantilla, rector de la Universidad Nacional, en una columna para El Espectador, hace más de 12 años en esta institución las directivas presionaron para que se retiraran de su cargo los docentes que estaban en edad de jubilación, con el objetivo de que hubiera una renovación en el profesorado. Mantilla cuestionó entonces dicha medida y aseguró que los profesores de avanzada edad debían ser tenidos en cuenta por razón de su experiencia.

En el ámbito académico se dice que la madurez, la experiencia y conocimientos de una persona que ha trabajado toda su vida en la docencia es invaluable, y que hace falta reconocerles su labor como se merecen. Alexander Amézquita, docente de la Universidad del Valle, considera que la experiencia es fundamental en cualquier profesión y dice conocer profesores de la tercera edad que están más actualizados sobre su profesión que profesionales que se han pasado 15 años o más estudiando teorías que no saben si son pertinentes o aplicables en la vida cotidiana.  “Si cumple con altos niveles de calidad, escribe publicaciones y publica investigaciones, que el docente pueda trabajar hasta los 80 años de edad es importante, necesario y pertinente”, sostiene Amézquita.

Por otro lado, hay quienes opinan que si bien estas medidas reconocen la labor de los profesores de avanzada edad, es importante abrirle campo a nuevas generaciones, a quienes quieren comenzar a hacer carrera en la docencia. Así lo asegura Sebastián Guerra, profesor de la Universidad del Rosario: “En las últimas décadas ha crecido exponencialmente el número de aspirantes a profesores, quienes, además, no encuentran un espacio laboral ante la baja capacidad de absorción de las universidades, que en principio no son tantas y sus plazas ya están ocupadas”. Sin embargo, Guerra considera que el aporte de estos profesores con una trayectoria amplia es importante y no se puede desconocer: “La sabiduría es algo que ha perdido terreno ante la especialización y la técnica, por lo que apostar por mantener y valorar el conocimiento producto de muchos años de trabajo es importante”.

¿Son justas estas medidas que reconocen la labor de los docentes? ¿Es una oportunidad para que las universidades se sigan beneficiando con el conocimiento y la sabiduría que traen los años? Los profesores consultados coinciden en que sí, pero también exponen la falta de cupo en las instituciones de educación superior para quienes aspiran a ser maestros (además de no ser una profesión bien remunerada), y que hace falta más universidades públicas de calidad en donde se diera cabida a más profesores. “Lo que sobra son universidades privadas y, sobre todo, instituciones de baja calidad”, concluye Guerra.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/ley-1882/514224

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La UNESCO y Colombia estrechan cooperación para consolidar la paz

América del Sur/Colombia/4 Febrero 2017/UNESCO

En su primer día de visita oficial a Colombia, la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, se reunió el 1º de febrero en Bogotá con representantes de alto nivel del gobierno para delinear juntos la contribución de la Organización al proceso de consolidación de la paz y la reconciliación en el país.

Irina Bokova se entrevistó con la canciller María Ángela Holguín Cuéllar, a quien felicitó por la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia / Ejército del Pueblo (FARC/EP) y por la organización de la 16ª Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz, ue se celebra en Bogotá del 2 al 5 de febrero y en la que participará la Directora General. La Ministra colombiana de Relaciones Exteriores solicitó el acompañamiento de la UNESCO en el punto del acuerdo de paz relativo a la reintegración social y política a través de la educación técnica, una prioridad para su gobierno.

A continuación, la Directora se reunió conjuntamente con la Ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba, el Ministro de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones, David Luna Sánchez, y la Ministra de Educación, Yaneth Giha Tovar.

Durante su entrevista con la Ministra de Cultura, la Directora General destacó la importancia de los patrimonios material e inmaterial y las industrias culturales como motores del desarrollo sostenible.

El Ministro de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones agradeció el apoyo de la UNESCO en materia de regulación de medios de telecomunicación y mencionó la necesidad de reforzar la cooperación sobre la alfabetización digital en zonas transicionales. “Las nuevas tecnologías permiten la educación y la formación de docentes a distancia, ámbitos en los cuales la UNESCO puede ofrecer su experiencia”, destacó Irina Bokova.

La Ministra de Educación enfatizó la relevancia de la educación para la ciudadanía, así como para el desarrollo económico y social. La Sra. Bokova reafirmó el compromiso de la UNESCO con una educación de calidad inclusiva y subrayó la importancia de la Enseñanza y Formación Técnica y Profesional (EFTP) para la movilidad social. Este último punto fue enaltecido por el Director del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), Alfonso Prada Gil. La Directora también felicitó al Director del Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación (Colciencias), Alejandro Olaya Dávila, por el trabajo conjunto que están realizando los investigadores y las autoridades gubernamentales para el diseño de políticas públicas en ciencias.

La Directora General tuvo igualmente la oportunidad de intercambiar ideas con la Directora para el Posconflicto, Gloria Ospina y la Directora del Coldeportes, Clara Luz Roldán, sobre sus respectivos ámbitos de competencia.

El mismo día, la Directora General visitó el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC), centro de categoría 2 de la UNESCO, y la Universidad Nacional de Colombia, que celebra este año su 150º aniversario.

Fuente: http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/unesco_and_colombia_strengthen_cooperation_to_consolidate_pe/

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Levantará Colombia bibliotecas en areas de desmovilización de FARC-EP

América del Sur/Colombia/4 Febrero 2017/Fuente: Prensa Latina

Colombia construirá hasta el año 2018 unas 200 bibliotecas públicas, especialmente en las zonas afectadas por el conflicto armado o por la pobreza, incluidas zonas verdales donde ocurrirá la deposición de las armas de las FARC-EP.
El Ministerio de Cultura informó este viernes que una de estas bibliotecas ya está lista en la vereda Santa Helena, en el oriental departamento del Meta, a unos 200 kilómetros de esta capital.

En esa demarcación el ejército colombiano, con la colaboración de la propia guerrilla y de otros países, realizó antes labores de desminado humanitario.

Este tipo bibliotecas rurales están conformadas por contenedores metálicos que los adecuan para convertirlos en salas de lectura, ludoteca, área informática y de investigación, entre otros usos propios de esas instituciones.

La inversión para la construcción y dotación de esos centros de lectura, el ministerio del ramo calcula que puede alcanzar un precio del equivalente a unos 125 mil dólares por módulo. Los locales contarán con una estructura impermeable, con aislamiento termo-acústico, iluminación interna, conectividad de equipos y servicios sanitarios, a la vez permite el mejor uso del espacio con divisiones internas de materiales ligeros.

Añade la dependencia gubernamental que la iniciativa de este modelo de bibliotecas tuvo en cuenta que muchos municipios de difícil acceso no cuentan con lugares disponibles para la construcción de esos centros culturales.

Una nota de prensa de esa cartera comenta que otra biblioteca similar comenzó a construirse ya en Pueblo Nuevo, en el municipio de Briceño, occidental departamento Antioquia, donde se quiere beneficiar a los habitantes de veredas cercanas como Orejón y La Calera.

Esos locales contarán con los suministros del Programa Nacional de Lectura y Escritura ‘Leer es mi cuento’ que tiene como meta aumentar el índice de lectura del país, pasando de 1.9 a 3.2 libros leídos por habitante al año.

Se indicó que estos espacios tendrán una adecuada conexión a internet, junto a una constante labor de capacitación y formación de los bibliotecarios.

Dentro de ese plan a dos años, está prevista una inversión particular de dos millones de dólares para crear Bibliotecas Públicas móviles, las cuales se instalarán en 20 zonas de tránsito de la insurgencia, donde se implementa actualmente el proceso de paz alcanzado con las FARC-EP.

Estamos convencidos de que la cultura y la educación son herramientas transformadoras de la sociedad, que permitirán construir la Colombia en paz que todos queremos, enfatiza el comunicado ministerial.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=61470&SEO=levantara-colombia-bibliotecas-en-areas-de-desmovilizacion-de-farc-ep
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Colombia exige una mayor financiación y acreditación de la educación superior

América del Sur/Colombia/3 de febrero de 2017/Fuente: dinero.com

A pesar de un mejoramiento de la cobertura educativa superior en Colombia durante los últimos años, el país aún está en deuda en materia de acreditación y financiación dados los altos costos de las matrículas actualmente.

Un reciente informe de Fedesarrollo, denominado Tendencia Económica, expuso en términos generales cómo se encuentra Colombia con respecto a cobertura, financiación y acreditación de la educación superior actualmente.

La entidad planteó que en los últimos 15 años, la cobertura de educación superior ha aumentado de manera importante en el país.

En ese lapso de tiempo, la cobertura se ha duplicado, pasando de 22,8% en el año 2000 a 49,4% en 2015. A pesar de ese incremento, Colombia todavía registra niveles de cobertura inferiores a los de países de la región como Chile o Argentina y al promedio de los países de la Ocde.

“En respuesta a ello y como parte de las acciones encaminadas a producir mejoras significativas en diferentes áreas de la educación, el gobierno se ha propuesto elevar el indicador de cobertura de educación superior a 57% en 2018 y a 67% en 2025”, afirmó Fedesarrollo.

Las necesidades de la financiación

Una de las causas por las cuales una porción de la población sigue sin acceso a la educación superior es: el elevado costo de las matrículas. A consecuencia de esto, la probabilidad de acceso para los jóvenes de menores ingresos es particularmente baja en el país (apenas un 10,2%).

Probabilidad de ingreso a la educación superior

Fuente: Fedesarrollo

“El propósito de mejorar el acceso a la educación ha llevado a los gobiernos a poner en marcha mecanismos de financiamiento, focalizados por lo general, hacia los estudiantes con buen desempeño académico y más necesitados económicamente”, afirma Fedesarrollo.

El anterior fue, precisamente, el objetivo para el cual se crearon entidades como el Icetex. Según cifras oficiales, en la actualidad el 22% de los jóvenes que ingresan a la educación superior con financiamiento obtienen un crédito del Icetex, cuando en 2003 este porcentaje estaba alrededor de 15%.

Lea también: Padres de familia, sin su participación no es posible la calidad de la educación

En términos del número de créditos, mientras en el 2000 el stock de créditos era cercano a 38.000, en 2015 esta cifra superó los 635.000. Además, al año la entidad está extendiendo aproximadamente 60.000 nuevos créditos.

Limitaciones y retos del Icetex a futuro

El presupuesto del Icetex ha aumentado pasando de cerca de $775.000 millones en 2011, a más de $1,5 billones en 2015.

No obstante, según la investigación de Fedesarrollo, actualmente las restricciones de fondeo del Icetex están entre sus principales dificultades para ampliar su cobertura y expandir su actividad, pues este depende del presupuesto general.

Para poder alcanzar una meta de financiación de 40% de acuerdo con el marco del Plan Decenal de Educación, se requeriría un esfuerzo tres veces superior en colocaciones, es decir, entre 150.000 y 170.000 nuevos créditos al año para 2025, lo que exigiría encontrar nuevas fuentes importantes de fondeo.

De hecho, el pasado 30 de enero de 2017, el Directorio Ejecutivo del Banco Mundial aprobó un préstamo por el total de US$160 millones, el cual, a través del Programa de Acceso y Calidad de la Educación Superior (Paces), busca mejorar el acceso y calidad de la educación terciaria en Colombia y cerrar las brechas socioeconómicas y regionales en el acceso.

Entre los objetivos de este proyecto, se destacan el financiamiento de créditos para estudiantes de educación terciaria de contextos socioeconómicos desfavorables y créditos condonables para estudios de maestría y doctorado.

Según se informó, Paces también busca la conformación de alianzas entre instituciones de educación superior (acreditadas y no acreditadas), instituciones internacionales de alto nivel y del sector privado en ecosistemas que apoyen la investigación e innovación y el fortalecimiento institucional del Icetex.

2016 estuvo marcado por las críticas

El Icetex tiene cerca de 409.000 beneficiarios, de los cuales el 86% se encuentra al día y el restante 14% (59.000 usuarios), tienen intereses en mora superior a 30 días.

En el año anterior, durante el mes de septiembre, las quejas de cientos de estudiantes colombianos se expusieron en las redes sociales de la organización ‘Icetex te arruina’, la cual denunció censuras por parte de la entidad en múltiples ocasiones.

De hecho, en una entrevista concedida a Dinero, uno de los voceros de los deudores denunció que la cuenta de Twitter de los estudiantes inconformes fue bloqueada por parte del Icetex.

El vocero expresó que dicho hecho constituía una violación al derecho a la información, pues se impedía que los deudores que se comunican por medio de esa red social, se enteraran de los hechos de actualidad, expresaran sus comentarios y compartieran sus denuncias.

Por otro lado, en el mismo mes de septiembre de 2016 Icetex informó de la apertura de una jornada de ‘normalización de la cartera’ en diferentes ciudades del país.  Dicha jornada estuvo abierta a aquellos beneficiarios que se encontraban en estado de mora mayor a 90 días.

Por medio de ‘Icetex te arruina’ (que al mes de septiembre de 2016 contaba con alrededor de 1.700 seguidores en Twitter y más de 7.600 en Facebook), reclamó que la jornada de normalización anunciada por Icetex no resolvía las necesidades reales de los jóvenes.

El grupo anunció que Icetex había querido “disfrazar” su jornada de normalización bajo el título de jornada de amnistía. “Todo esto, con el fin de dar continuidad al inmoral negocio de endeudar aún más a los morosos agobiados por los abusos”, declararon.

Colombia, en deuda con la acreditación

La acreditación es el método por excelencia para asegurar y estimular la calidad de la educación superior, no obstante, cifras revelan que los niveles de acreditación son aún bastante bajos en el país, afirma Fedesarrollo.

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Al 2015 existían cerca de 6.400 programas de educación superior de los cuales 909 (14,2%) estaban acreditados. De un total de 287 instituciones de educación superior sólo 39 (13,6%) contaban con acreditación. Del total de acreditaciones institucionales, 24 correspondían a instituciones privadas y 15 a oficiales.

Fuente: http://www.dinero.com/economia/articulo/financiacion-y-acreditacion-de-la-educacion-superior-en-colombia/241504

Imagen: static.iris.net.co/dinero/upload/images/2017/1/31/241506_1.jpg

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Colombia: Unesco apoyará reinserción de las FARC-EP a la educación

Colombia/02 febrero 2017/Fuente: telesurtv

La directora general de la Unesco expresó que Colombia puede contar con su apoyo en el proceso de paz. Visitará centros de formación de capacitadores.
La directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco por si sigla en inglés), Irina Bokova, se comprometió a acompañar los procesos de paz en Colombia, que calificó de históricos, así como la reinserción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) a la educación profesional y técnica.

“Nuestra responsabilidad es acompañar la reinserción de los combatientes y apoyar con la búsqueda de excelencia en cuanto a la educación profesional y técnica, movilidad, apoyar otros aspectos de la calidad de la educación, continuar con los esfuerzos de alfabetizar», dijo Bokova, quien está de visita en Colombia por motivo de la XVI Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz.

Junto con la cumbre, la directora participará en varias reuniones con miembros del gobierno colombiano, entre ellos el presidente colombiano Juan Manuel Santos. También visitará uno de los centros de formación del Sena en el que se prepara a los capacitadores en materia educativa.

Colombia “Puede contar con nosotros, con la Unesco”, expresó Bokova

La canciller de Colombia, María Ángela Holguín, explicó que el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) tiene preparados a los capacitadores que se encargarán de ir a las zonas veredales para aportar en la preparación educativa. Este organismo del Ministerio del Trabajo es el encargado de los programas de responsabilidad social y educación.

Estas capacitaciones forman parte del esfuerzo para reincorporar a los más de seis mil miembros de las FARC-EP a la vida civil, social y económica de Colombia.

Los procesos de paz se encuentran a la espera de definir el mecanismo de transición de estas fuerzas hacia un partido político.

Fuente: http://www.telesurtv.net/news/Unesco-apoyara-reinsercion-de-las-FARC-EP-a-la-educacion-20170201-0049.html

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Los profesores: el verdadero problema de la educación en Colombia

Colombia/02 febrero 2017/Autor: Fabio Alberto Lopera Pérez /Fuente: Las 2 Orillas

Los malos resultados de las pruebas Pisa es la falta de vocación y la mediocridad de tantas personas que escogieron este oficio.

Leyendo el artículo “docentes rémoras; una triste realidad”, recientemente publicado por Las 2 Orillas, puedo decir que estoy casi de acuerdo con su autor, Fernando García, y con todos quienes en las redes sociales han dejado sus comentarios expresando un pensamiento y postura similar. Y digo casi, porque a diferencia del autor y muchos de sus lectores, estimo que, el porcentaje de “docentes rémoras” es muy superior al de quienes  se esmeran por dignificar el ejercicio educativo, pues mis experiencias, primero como alumno y luego como docente, me permiten afirmar que uno de los grandes motivos de la pésima calidad de la educación colombiana es la falta de vocación de tantos hombres y mujeres que ante su mediocridad, inseguridad material, diarrea mental  y falta de decencia, optaron por ser docentes.

 Sin embargo, en defensa de estos desventurados, desposeídos de principios y valor para transformar sus tristes realidades, considero que, si bien son parte del problema, no son el problema, dicho de otra forma, no son la enfermedad, son simplemente un síntoma, pues éstos infaustos  que deambulan por nuestras aulas con la consabida consigna de adoctrinar, llenando a sus alumnos de contenidos atomizados y estandarizados, que es una vil manera de aculturación, más que culpables, son víctimas (resultado) de un nefasto sistema educativo.
El principal problema de nuestro sistema educativo radica en que tenemos un modelo tan inhumano como quienes nos gobiernan; un modelo obsoleto y descontextualizado, hecho a la imagen y semejanza de la revolución industrial y que por lo tanto corresponde a los intereses del mercado, quien además de controlar a la comunidad controla también al estado, y éste a su vez a la comunidad, es decir, nuestro sistema educativo se mueve en una lógica de mercado, de ahí que tenga como eje fundamental la formación en competencias, donde el profesor actúa como un conferencista desde una tarima desde la cual emite un mensaje, sin que haya espacio para la crítica; todo lo que el profesor dice es palabra de Dios, creando, con insospechada complicidad, borregos que sean en el futuro  ciudadanos obedientes y trabajadores productivos para la industria.
Nuestro país tiene una riquísima diversidad cultural, que desafortunadamente está siendo devastada por un perverso sistema educativo que, lejos de ser el resultado de una construcción social, es decretado desde oficinas por “intelectualoides” que no saben absolutamente nada del asunto y que ignoran (o tratan de ignorar) las realidades y los contextos de los diferentes territorios.  Esto evidencia  que a nuestra clase dirigente lo que menos le interesa de la educación es su calidad y pertinencia,  pues sobre todo priman las cifras y estadísticas populistas de cobertura y retención, a tal grado que para incrementar el número de personas escolarizadas y disminuir los índices de deserción, no conformes con invadir el espacio familiar, han utilizado a la escuela, convirtiéndola en la plataforma desde la cual han sabido catapultar toda su política asistencialista.

En la escuela se desayuna, se almuerza y hasta se merienda; en la escuela se recibe ropa para asistir a ella, se dan útiles escolares, y bajo programas como “Familias en Acción”, hasta se les paga a los chicos y chicas para que asistan a estudiar. Todo parece ser válido con tal de mantener buenas cifras de “inclusión”.

Llega a tal punto la desvergüenza que para justificar la función asistencialista, que le han pretendido dar a la escuela pública, hasta se atreven buscarle un sentido pedagógico a todos estos beneficios, de dudosa filantropía, a los que se pueden  acceder: en la escuela hay que enseñar a comer, a vestir, a ahorrar. Mierda. Pura mierda y justificaciones. La escuela no tiene por qué enseñar valores que ya se deben traer de los hogares.

Pero como las inflexibles exigencias del mercado, y las regresivas políticas económicas y laborales, obligan a los padres a permanecer cada vez más ausentes de la casa, para ganar el sustento para sus hijos y satisfacer las necesidades creadas por el mismo mercado, el estado ha aprovechado la coyuntura, para usurpar el lugar del padre, presentándose como el padre putativo, único capaz de cumplir con las necesidades económicas del hogar;  y como todo padre necesita una madre, ahora pretenden hacer de la escuela la madre sustituta, única capaz de velar por el cuidado y crianza de los hijos. Muestra de ello es que no se están ahorrando esfuerzos por  ampliar el número de años y horas de escolarización, con la excusa de disminuir los índices de delincuencia, consumo de drogas, embarazos en menores, paternidad temprana y violaciones, entre otros, lo que no es más que una descarada manera de culpabilizar a la familia de todos los problemas sociales,  con lo que el mismo estado se está convirtiendo en el principal violador. Triste realidad, pero cierto, con todo esto lo único que está haciendo el estado es violar el espacio, la unidad y la convivencia familiar. Es el estado mismo quien mientras nos dice que la familia es la base de la sociedad, paradójicamente, la está destruyendo, con el pretexto de mejorar la calidad de la educación, al tiempo que acaba con el verdadero propósito que debe tener la escuela.

Si es cierto, como piensan muchos, que no hay mejor sistema que mamá escuela para garantizar el acceso a estas limosnas o dádivas de papá gobierno, habrá que buscar e implementar otros, si lo que realmente se busca es mejorar la calidad de la educación, cosa que sólo será posible cuando la escuela retome su verdadera función, que no debe ser otra diferente, que lejos de formar personas para la adaptación y resignación, forme sujetos críticos, propositivos, con capacidad para decidir e incidir, capaces de confrontar y trasformar sus realidades, y responsables con ellos mismos, con la sociedad y con el entorno natural.

Amigo lector, no puedo concluir este artículo sin aclarar que no estoy en contra de las ayudas del gobierno, puesto que,  el estado más que un deber está en la obligación de garantizar el bienestar y el cumplimiento de los derechos de sus ciudadanos, por lo que estas acciones no las debemos recibir como un reglado, sino como un derecho. Lo que cuestiono es la manera,  y el carácter de asistencialismo, con que se  ha venido deformando el concepto de política social; mientras el primero, (coincidiendo con muchas personas) “tiende a generar una situación de dependencia y a perpetuar la pobreza”; el segundo, “impulsa políticas de promoción de la persona, en donde el hombre sea sujeto y motor de su propio desarrollo”.  Por consiguiente, el asistencialismo le da a la pobreza un tratamiento de “desgracia personal”, de manera que se actúa con generosidad esperando agradecimiento; mientras que las políticas sociales están encaminadas a incidir y cambiar las causas estructurales de la pobreza, desigualdad y exclusión. Las políticas sociales tratan a los pobres como ciudadanos de derechos, a quienes hay que garantizar los mismos; en cambio, el asistencialismo trata a los pobres como pobres, a quienes hay que llegar con soluciones pobres, para que sigan siendo pobres, pues al fin de cuentas son los pobres quienes en las urnas depositan sus votos, que finalmente resultan siendo el pago a “tanta generosidad”. Es así como, vemos que los pobres no son un invento de Marx, sino el resultado de las políticas decretadas por los oligarcas que democráticamente elegimos cada cuatro años y quienes, como canta Serrat, “no se han enterado que Carlos Marx está muerto y enterrado”.

Desde esta perspectiva, siendo la educación una importante variable de las políticas públicas que impactan simultáneamente sobre otras como la equidad, la justicia, la convivencia  y el desarrollo social, además de ser la principal herramienta para construir una paz estable y duradera, hoy más que nunca, se precisa la necesidad de políticas públicas educativas, contextualizadas, encaminadas a formar personas con criterio, capaces de transformar sus realidades, no de adaptarse a ellas. Es necesario repensar la escuela como un escenario de cambio y no de adaptación; sólo cuando estas condiciones estén dadas se podrá invertir el orden de la pirámide y devolver al ciudadano su puesto en la misma, dicho de otra forma, una auténtica educación de calidad y pertinencia, nos debe conducir a que sea la comunidad quien controle tanto al estado como al mercado.

Bien describió Nelson Mandela a la educación como “el arma más poderosa para cambiar el mundo”, pero esto lo desconoce nuestra clase dirigente, por lo que hoy más que nunca se aboga por una educación diferente, que debe empezar por la construcción participativa de nuevos currículos, acordes a los contextos socio-culturales determinados; que corresponda a las verdaderas necesidades, intereses y expectativas de cada uno de los actores de la comunidad educativa; que acerque nuevamente la familia a la escuela para poner fin a ese divorcio ocasionado por el estado. Se precisa un modelo educativo más humano, que empiece por educar y humanizar a quienes hacen las leyes y las representan. Tarea difícil.

Fuente:http://www.las2orillas.co/los-profesores-verdadero-problema-la-educacion-colombia-2/

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