La economía puede leerse como una herramienta de construcción al servicio de comunidades y personas, si se entiende, interpreta y analiza a la luz de la clase, el género y la raza. A partir de aquí nace la propuesta de la Asociación Colombiana de Economistas Negras por una economía descolonizada.
Según información recopilada del censo nacional de 2018 y publicada por la Asociación Colombiana de Economistas Negras, en Colombia existen 1 millón y medio de mujeres negras, afrocolombianas, palenqueras y raizales, de las cuales solo el 43,4% estuvieron ocupadas durante ese año. De igual manera, las mujeres negras solo representan el 0,4% de las personas matriculadas en la educación superior, y su promedio de ingreso supera por poco los 700 mil pesos mensuales, muy por debajo del salario mínimo vigente en el país ($877.803).
“La Asociación nace a raíz de la necesidad principalmente de compartir la invisibilidad estadística que hay actualmente sobre los grupos étnicos y principalmente sobre las mujeres negras afrocolombianas. Aunque muchos documentos, muchas relatorías de organismos internacionales han sugerido que Colombia debe avanzar en la desagregación de sus estadísticas por grupos étnicos para mejorar las políticas públicas con un enfoque diferencial que se realiza, para conocer la situación real y actual de los grupos étnicos y mejorarla, realmente los esfuerzos que se han hecho hasta ahora no son suficientes”, afirmó Ana María Valencia, integrante de la Asociación Colombiana de Economistas Negras.
La Asociación se declara abierta y participativa y está conformada por mujeres que evalúan de manera crítica las formas a través de las cuales se ha estudiado y ejecutado la economía en el mundo, a partir de la visión del hombre blanco privilegiado. Frente a esto Valencia afirma que “nosotras creemos en la economía como una herramienta al servicio de las comunidades y personas. Para eso, toca descolonizarla, entender una economía desde nosotras, mujeres históricamente discriminadas”.
Así, se concibe la economía como una herramienta que puede contribuir a la apropiación y el empoderamiento de las comunidades, con el fin de “enfrentarse a un Estado que es tecnocráta, un Estado donde sus funcionarios se ufanan de un conocimiento técnico que en ocasiones los representantes de las organizaciones de los Consejos Comunitarios no tienen. La Asociación quiere contribuir con esas herramientas analíticas, metodológicas, consensuales de proyectos de ley, de iniciativas, de temas presupuestales, para que la gente negra organizada tenga mejores herramientas para discutir sus derechos y las garantías de sus derechos con el Estado”, enfatiza Ana María Valencia.
Una de sus propuestas consiste en el contraste de las fuentes que exponen este tema; “evaluar lo que han dicho otras instituciones, investigaciones, lo que nosotros decimos también. Es importante para cuestionar esas cifras, para ponerlas a hablar entre ellas, pero también con la realidad. Por ejemplo cuando el gestor de Departamento Nacional de Planeación -DNP- nos dice que una persona que tiene $250.000 al mes ya hace parte de la clase media. Nosotras tenemos que ir a los documentos a las fuentes de las que se están pegando esos funcionarios para salir con esas teorías (…) Es difícil con entidades oficiales porque esos son los indicadores que se tienen en cuenta para tomar decisiones en el país, pero nuestra tarea es desnudarlos, es primero: darle la información a la gente para que no piense que esa es la última palabra, y segundo: que se sepa que se puede exigir y contribuir a la generación de información”
La mirada crítica que proponen también se puede aplicar a los modelos de crecimiento y desarrollo, cuestionando la visión que ubica a la comunidad y al territorio como elementos lucrativos, “pero que va en detrimento de las cosmogonía y cosmovisión de las comunidades negras. Nosotras como economistas también queremos desarrollo en los territorios afro, pero un desarrollo que sea consultado, que vaya en la misma vía con lo que nosotros pensamos que es el buen vivir y el bienestar”.
En concreto su propuesta busca analizar y ejercer la economía desde una perspectiva de género y de raza que parte de reconocer las dinámicas de poder, basadas en el racismo y género en Colombia.
La Asociación, cuya inauguración fue el pasado 25 de julio, Día de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora, se propone crear acciones enfocadas en la “información, investigación y análisis crítico de las situaciones socioeconómicas del pueblo negro en Colombia, particularmente de las mujeres negras”. Esta declaración incluye además un horizonte de valores y principios orientados hacia las garantías de Derechos Humanos y la autodeterminación como derecho colectivo de las comunidades negras.
Por lo pronto, la Asociación Colombiana de Economistas Negras resume su objetivo en «contribuir a que las organizaciones del pueblo negro y de las mujeres en particular puedan tener herramientas para la exigibilidad de los derechos, pero además para que la economía deje de ser ese pedestal de gente que habla cosas que las personas no entienden. Queremos que la economía sea algo cercano, sea visto como una herramienta útil que se pueda entender de forma sencilla y para que no nos metan los dedos a la boca. En últimas lo que queremos con la Asociación es darle poder a la gente, darle poder a las mujeres negras”.
Fuente: https://www.colombiainforma.info/entrevista-lo-que-queremos-es-darle-poder-a-la-gente-a-las-mujeres-negras/