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Colombia: 34 secretarías de Educación están listas para iniciar alternancia

América del Sur/ Colombia/ 19.07.2020/ Fuente: noticias.caracoltv.com.

El regreso a clases en algunos municipios no COVID o con bajo contagio se dará durante agosto. Así lo confirmó la ministra de Educación María Victoria Ángulo.

“Tendremos 34 secretarías de Educación que iniciarán un proceso de alternancia, allí hay 16 departamentos, 18 municipios, 11 comunidades indígenas”, explicó la funcionaria.

Además, aclaró que ciudades como Armenia, Bogotá, Manizales, Cali, Cartagena, Barranquilla, así como los departamentos de Montería, Huila, Atlántico y Bolívar seguirán en el mes de agosto con educación en casa.

No obstante, instó a que sigan preparando todos los protocolos de bioseguridad para iniciar el modelo de alternancia tan pronto como la pandemia del COVID-19 lo permita.

“Cada rector del colegio irá comentando los detalles”, añadió la ministra Ángulo.

Según el gobierno, se invirtieron siete mil millones de pesos en elementos de protección para quienes harán parte de este modelo de alternancia de la educación en Colombia.

Fuente de la noticia: https://noticias.caracoltv.com/colombia/regreso-a-clases-34-secretarias-de-educacion-estan-listas-para-iniciar-alternancia

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La violencia sexual contra las mujeres indígenas: más que indisciplina

El trabajo de la brasileña Rita Segato y las dominicanas Ochy Curiel y Yuderkys Espinosa, introduce la palabra colonialismo para pensar lo específico de la relación entre el “Estado”, y las comunidades indígenas y afro que habitan territorios propios.

En mi columna anterior llamé la atención sobre la importancia de pensar la situación de la violencia sexual contra las mujeres indígenas y afro en nuestro país a la luz del lente de lo interseccional. Sugerí que si seguimos pensando que la violencia sexual siempre es la misma, la expropiación de la subjetividad de las mujeres, no vamos a avanzar mucho en comprender por qué se despliega de manera distinta entre distintos actores en distintos lugares ni vamos a poder reflexionar sobre las mejores maneras de prevenirla y repararla.

No es solamente darnos cuenta que la violencia sexual contra mujeres indígenas y afro tiene características de crueldad y sevicia, de desprecio, que generalmente no están presentes en la violencia sexual contra otras mujeres. Es darnos cuenta que los cuerpos de distintas mujeres están marcados por distintos significados y, por tanto, que “tomarlos” quiere decir cosas diferentes.

Me ha costado mucho trabajo empezar a entender el punto de vista de las mujeres indígenas y afro. Cuando intenté trabajar con algunos grupos indígenas en la pregunta por las mujeres y mandé como mensajera a una de las estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes, la respuesta que recibí es que “ellos no quieren pasar otra vez por esa línea de preguntas. Les basta decir que su mundo está estructurado por dos polos complementarios y que en esa complementariedad hay igualdad”.

Por mucho tiempo no encontré lecturas relacionadas con el feminismo indígena que no replicaran esta frase de cajón. En la torre de marfil que es la Universidad de los Andes, he tenido pocas oportunidades de aprender de mujeres afro. Encontré algunas en mis estudios en el exterior. En mis cursos de los últimos años, y haciendo homenaje al reclamo de que las voces de mujeres diversas entren en los salones de clase, he asignado lecturas que me sugieren mis estudiantes y hemos visto juntos vídeos en los que se expone el proyecto del feminismo negro.

La reciente aparición de los eventos de violencia sexual contra mujeres indígenas por parte de militares y policías es por esta razón sorprendente y muy importante. Esos datos, que hace rato están en manos de las organizaciones de mujeres y funcionarios públicos, han dormido en los cajones y archivadores por más de diez años sin diferenciación y sin relevancia en el mar de impunidad que es la “violencia sexual del conflicto armado”.

En un trabajo que hicimos para el Ministerio de Justicia en 2016, mostrábamos ya que la violencia sexual contra mujeres indígenas y afro es distintiva; no solamente porque la ejercen con más frecuencia las fuerzas “regulares”, sino porque cuando la realizan grupos armados irregulares es parte de un conjunto de agresiones que generalmente termina en la muerte. Sugerimos, como lo han dicho muchos en este debate, trabajar en la reforma de las fuerzas militares.

Pero ya en ese momento estábamos convencidas de que se necesitaba algo más que las capacitaciones éticas y de género. Esta reforma estructural es parte de las transiciones y supone depuración y profesionalización de los ejércitos para darles herramientas y prestigio que les conduzca a un respeto de la normatividad que están destinados a proteger.

También sugerimos un trabajo con las jurisdicciones indígenas para fortalecer su capacidad de investigación y sanción de los daños que sufren las mujeres de la comunidad. Pensamos en ese momento, en línea con lo que han sugerido otras autoras en América Latina, que por difícil que sea la lucha interna por los derechos, la discriminación en la rama judicial es de tal magnitud que es difícil hablar de justicia: no hay traductores oficiales, no hay abogados con entrenamiento específico, se reproducen los estereotipos raciales y culturales, se prolonga indefinidamente la solución del asunto. No pudimos participar en los proyectos que siguieron a este, pero parecería que en cuatro años poco ha pasado en estos dos frentes.

El trabajo de la brasileña Rita Segato y las dominicanas Ochy Curiel y Yuderkys Espinosa, introduce la palabra colonialismo para pensar lo específico de la relación entre el “Estado”, representado como fuerzas militares, y las comunidades indígenas y afro que habitan territorios propios. En los casos que han aparecido recientemente en la prensa, ha sido difícil encontrar un enfoque que nos explique, en línea con lo que sugieren estas autoras, cómo y por qué están los militares viviendo tan cerca de los territorios indígenas. Si los territorios indígenas son los remansos de paz que nos han dibujado cuando los declaran reservas naturales, con los indígenas cuidando sabiamente a la madre tierra, ¿por qué necesitan la vigilancia de militares en las calidades y cantidades que finalmente propician estos ataques a las comunidades? Sería difícil creer que no hay intereses económicos de gran envergadura que subyacen a la movilización de esas tropas. No estoy en contra de esta estrategia en abstracto, pero es difícil no sospechar cuando se supone que el conflicto ya terminó (para unos en 2005 y para otros en 2016). ¿Será que ahora el Estado va a proteger a quienes infringen normas?

Por otra parte, ¿por qué sale todo el mundo a decir que lo que pasa es que a las comunidades indígenas no les importa la violencia sexual y que por eso a los militares hay que condenarlos con las penas más altas posibles de prisión ante la justicia ordinaria? En particular, la Corte Suprema de Justicia (según lo reporta El Espectador) ha anunciado que estos casos no pueden “salir” de la justicia ordinaria, así se cumpla el criterio de que el delito haya ocurrido en el territorio indígena, porque en la justicia indígena las víctimas carecen del acompañamiento psicológico y las garantías procesales que les ofrecen los jueces ordinarios. Por ser sujetos de especial protección, solamente pueden ser “cuidados” por los jueces “blancos”.

Raro que el proceso profundamente espiritual que han propiciado las comunidades como forma de sanación para sus víctimas, ahora resulte menos bueno que un tratamiento psicológico sometido a las lógicas del financiamiento estatal de la salud: tres citas de 15 minutos para que se cure del todo. Tampoco hay que descartar que en muchos casos las autoridades indígenas carezcan de los recursos para proteger a sus propios miembros y que castigar a personas ajenas a su cultura puede terminar en sanciones como el encarcelamiento.

El balance que habría que hacer es por cómo construimos un mundo en el que empecemos restituir el equilibrio destruido, para las mujeres y para las comunidades. Definitivamente creer que las comunidades ancestrales carecen de sistemas normativos suficientemente fuertes como para proteger a sus miembros agrega el desprecio cultural a la explotación económica que parece estar cada vez más presente en la relación entre el “Estado” y estos pueblos.

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Colombia: “Están dejando de aprender”: profesores defienden la alternancia en medio del coronavirus

Frente al anuncio del inicio de la alternancia en la educación en algunas regiones no COVID-19 o con bajo contagio, varios profesores se pronunciaron a favor del regreso a clases.

El anuncio es muy bienvenido en este momento. El cierre de colegios está causando unos efectos muy negativos en los estudiantes, en muchas dimensiones: están dejando de aprender, muchos niños están en riesgo de abuso, de maltrato, de desnutrición”, opina Sandra García, profesora de la Universidad de los Andes.

En el mismo sentido se pronunciaron padres de familia como Ana Núñez que, si bien tienen sus dudas, creen que esta situación hace parte de los nuevos desafíos del sistema educativo en Colombia.

En municipios no COVID como Pensilvania, Caldas, la rectora de una institución educativa asegura que para ellos es imperativa la alternancia, pues la virtualidad para sus alumnos no ha sido posible.

“Los niños no tienen ni siquiera televisión, son muy poquiticos los que tienen celular y conexión a internet. Desde un principio, nosotros siempre hemos estado trabajando con guías y con talleres. Queremos la alternancia, la necesitamos y esperamos tener todas las medidas de bioseguridad para poder entrar a laborar”, señala Ofelia Giraldo, rectora de la institución rural Santa Rita.

Este método de alternancia -una parte en casa y otra presencial- iniciará en agosto y será una apuesta del Ministerio de Educación para sobrellevar la pandemia.

Fuente: https://noticias.caracoltv.com/colombia/estan-dejando-de-aprender-profesores-defienden-la-alternancia-en-medio-del-coronavirus

 

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Colombia: Gobierno lanza 2.500 créditos educativos condonables para comunidades negras

América del sur/Colombia/16 Julio 2020/semana.com

Mientras los estudiantes financian sus estudios, sus comunidades se beneficiarán con los proyectos que ellos se comprometen a adelantar en territorio.

El Gobierno abrió este lunes una convocatoria para otorgar 2.500 créditos educativos condonables en la categoría de educación superior permanencia y graduación de estudiantes que busca beneficiar a comunidades negras de todo el país, con un presupuesto total de $6.583’522.500.

Los créditos, disponibles a través del Ministerio de Educación, el Ministerio del Interior y el Fondo Especial de Créditos Educativos de Comunidades Negras, que administra el Icetex, se destinarán a financiar distintas modalidades de educación superior, como carreras técnicas, tecnológicas, pregrados, especializaciones, maestrías, doctorados y postdoctorados.

El Fondo de Comunidades Negras se destina, desde el año 1996, a estudiantes afrocolombianos, raizales y palenqueros de bajos recursos económicos y buen desempeño académico.

Para que el crédito sea condonable, el Icetex tiene en cuenta que el estudiante culmine sus estudios y que presente un proyecto de trabajo comunitario, social o académico.

La ministra del Interior, Alicia Arango, resaltó que “como responsables de las políticas públicas con enfoque diferencial para las comunidades Narp”, desde su cartera el Gobierno busca garantizar el proceso para que aspirantes a la convocatoria puedan participar, es decir, “expedir los certificados de auto reconocimiento de la población e inscribir y actualizar a las formas y expresiones organizativas de comunidades negras que avalan a los aspirantes al fondo”, esto es los consejos comunitarios y las organizaciones de base.

Fechas a tener en cuenta

13 de julio al 26 de agosto: Inscripciones convocatoria

17 de julio al 28 de agosto: Entrega de Documentos de Inscripción

7 de septiembre al 25 de septiembre: Evaluación de los proyectos (Trabajos Comunitarios) presentados por los aspirantes al Fondo de los diferentes departamentos.

14 de octubre: Publicación de los resultados de la Convocatoria 2020-2.

14 de octubre al 6 de noviembre: Legalización de los créditos ante IES y oficinas ICETEX (A partir de la aprobación de legalización se procederá con los desembolsos)

12 de noviembre: Publicación de los resultados de la Convocatoria 2020-2 Segundo Grupo.

12 de noviembre al 2 de diciembre: Legalización de los créditos ante IES y oficinas ICETEX Segundo Grupo (A partir de la aprobación de legalización se procederá con los desembolsos).

La ministra Arango destacó que, con estos créditos, mientras “los estudiantes financian sus estudios, las comunidades se benefician con los proyectos que ellos se comprometen a adelantar en territorio”.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/creditos-educativos-condonables-para-comunidades-negras–noticias-colombia/686330

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¿Qué pasará con los estudiantes extranjeros amenazados de deportación en EE.UU.?

América del Norte/ EEUU/ 14.07.2020/ Fuente: www.semana.com.

 

La preocupación aumenta entre decenas de miles de estudiantes extranjeros en Estados Unidos amenazados de deportación por el gobierno estadounidense si no regresan a clases presenciales, cuando siguen creciendo los casos y muertes por coronavirus en el país.

Solo en las universidades públicas de California, que anunciaron cursos virtuales a partir de septiembre, cuando comienza el primer semestre del año académico, hay más de 40.000 estudiantes extranjeros. En Harvard, que suspendió los cursos presenciales por todo el año, son unos 5.000.

El lunes la policía migratoria estadounidense (ICE) anunció la revocatoria de las visas de estudiantes universitarios que no tengan cursos presenciales.

Los estudiantes extranjeros se convirtieron así en víctimas colaterales de la pulseada del presidente estadounidense, Donald Trump, para forzar la reapertura de todas las escuelas y universidades del país, a pesar de que la pandemia está lejos de estar controlada y ha dejado desde marzo casi tres millones de casos y más de 131.000 muertes.

La Universidad de Harvard y el MIT pidieron el miércoles a la justicia que bloquee la decisión «arbitraria y caprichosa» del gobierno. «Llegó sin aviso, y su crueldad solo es superada por su irresponsabilidad», dijo el presidente de Harvard, Lawrence Bacow.

«Podría verme afectado si no proponen cursos en persona», se inquieta Taimoor, estudiante paquistaní de 25 años en la universidad pública Cal State de Los Ángeles.

«Estoy preocupado, podría cambiar mi futuro y mis proyectos», confesó.

Un estudiante indio inscripto en una maestría en una gran universidad de Texas explica que pensaba seguir cursos en línea este otoño para evitar contagiarse la enfermedad covid-19. Ya tuvo cursos virtuales en el último semestre. Pero ahora se ve obligado a regresar físicamente a la universidad para no perder su visado.

«El costo del tratamiento en el hospital (en caso de hospitalización si se contagia el coronavirus) es mucho más alto que en mi país», señala este joven que pidió el anonimato y tiene 25 años. «Así que tengo miedo».

«Hablo con mucha gente que está realmente atemorizada», añadió. «Estamos solos en un país extranjero. No tengo a nadie que me cuide» en caso de enfermedad, afirmó.

Otra estudiante india que cursa una maestría en ingeniería electrónica en una gran universidad de Arizona, otro foco de la epidemia, también tiene temor.

Sabe que deberá regresar al campus para terminar sus trabajos de investigación y garantizar su puesto de tutora de estudiantes más jóvenes, a pesar de que «parece muy difícil controlar la propagación del virus en un campus tan poblado».

La mayoría de las universidades estadounidenses (84%, según el sitio Chronicle of Higher Education) se orientan hacia una fórmula en persona o híbrida, que combina cursos virtuales y enseñanza en el campus, lo cual permitiría a los estudiantes evitar la deportación con la cual les amenaza el gobierno Trump.

Algunas, como la Universidad del Sur de California (USC), que al inicio anunció que casi todos los cursos serían en línea, estudian ofrecer más cursos presenciales.

 «Injusto»

Pero muchos temen un resurgimiento de la pandemia en el otoño boreal. Esto obligaría a los establecimientos a regresar a la enseñanza virtual, y a los estudiantes extranjeros a dejar el país.

El gobierno «no puede controlar el virus. Esto puede terminar mal», opinó la futura ingeniera india.

Dijo que hasta acabe el semestre de otoño vivirá «en un estado de inquietud permanente». «Invertí tres años de mi vida y trabajé duro para obtener este diploma. Si mi visa es revocada, sería terrible», afirmó.

El número de estudiantes extranjeros en Estados Unidos se duplicó en 15 años, y desde 2015 está estable en cerca de un millón, según el Instituto de Educación Internacional (IEE).

El costo prohibitivo de la mayoría de las universidades estadounidenses, el aumento de universidades competidoras, sobre todo en Europa, y la política migratgoria de Trump han tornado a Estados Unidos en un país menos atractivo para estudiar.

Las recientes decisiones «corren el riesgo de debilitar una de las mayores ventajas de Estados Unidos, su sistema educativo, el mejor del mundo» para los estudios superiores, advierte Aaron Reichlin-Melnick, del Consejo Estadounidense de Inmigración (AIC por sus siglas en inglés).

Hasta ahora, la futura ingeniera que estudia en Arizona quería quedarse en Estados Unidos para hacer un doctorado, y quizás incluso más. Pero hoy duda debido «al trato a los inmigrantes y las personas con visados temporarios por parte del gobierno».

Fuente de la noticia: https://www.semana.com/educacion/articulo/que-pasara-con-los-estudiantes-extranjeros-amenazados-de-deportacion-en-eeuu/685215

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Computadores e Internet para garantizar el derecho a la educación

Por: Ángel Pérez Martínez. 

 

Sin estos dos bienes no se garantizará el derecho a la educación y se ampliará la brecha social. 

Con la pandemia, las escuelas cerradas y el confinamiento, el peso de la familia y las condiciones donde viven y estudian los niños cobró renovada importancia. La riqueza material e inmaterial (cultura, formación, tipo de trabajo e intercambios sociales) de la familia y el tiempo que puedan destinar los padres de familia, la calidad de estos acompañamientos y las capacidades para involucrarse en el proceso educativo de los hijos en la casa, ahora, resultan imprescindibles. 

Desde los años setenta del siglo pasado Pierre Bourdieu y otros señalaron que gran parte de la vida y de la forma como nos involucramos en la sociedad, así como las oportunidades de desarrollo de las personas dependen del capital económico, el capital cultural y el capital social de las familias (entorno) en el que nacen los seres humanos y transcurre su vida.  

Esta es una de las razones por la que sociólogos, economistas y educadores han insistido que en el ordenamiento social los niños con desventajas económicas, culturales o sociales tienen menos oportunidades educativas que su contraparte, los niños que nacen o provienen de familias con mayor riqueza.

Luego, en países como Colombia, donde existe una altísima concentración de los ingresos y de la riqueza, no hay nada nuevo cuando se afirma que una minoría de niños tienen mayores recursos (materiales e inmateriales) para aprender, y que, si la sociedad y el Estado no buscan compensar estas inequidades con los otros niños, a través, por ejemplo, de un sistema educativo de buena calidad para todos, estas desventajas se ampliarán en el tiempo.

Estas desventajas de los niños, a futuro, se legitimarán por la vía del mérito, porque en aparentes condiciones de igualdad, competirán unos y otros para acceder a instituciones educativas de educación superior de calidad o para acceder al mercado laboral, mediante concursos, donde se vincula el conocimiento con habilidades profesionales o personales.  

El sociólogo y pedagogo Emile Durkheim, desde comienzos del siglo pasado, sustentó la necesidad de considerar la educación como un hecho social, donde la escuela es una institución que permite a la humanidad un método privilegiado de integración, de socialización y de aprendizaje. En este proceso, los países desarrollados, de manera especial los europeos, después de la segunda guerra mundial, enfatizaron en la inversión y calidad de los sistemas educativos, como una forma de cerrar brechas sociales y de luchar contra la pobreza y las inequidades que producen no solo la riqueza material, sino la pobreza cultural y las interacciones sociales de las familias.  

La cantidad y calidad de los recursos materiales que los hogares destinen para apoyar el proceso educativo en casa del niño o adolescente pasan por: destinar un lugar y un escritorio o mesa donde el estudiante pueda concentrarse y realizar las labores educativas, con o sin virtualidad; contar con libros y otros utensilios educativos, de acuerdo con el grado escolar y las necesidades que determine el docente y; tener acceso a Internet y a un computador, por lo menos. Los padres que trabajan en casa y tienen un hijo, o más, saben que un solo computador no resuelve el problema. 

Sobre los recursos materiales en casa para estudiar, diversos estudios muestran que los niños con desventajas económicas durante el encierro están muy afectados. Como lo mencioné en el artículo anterior, una encuesta aplicada en Inglaterra por investigadores del Institute for Fiscal Studies a 4.000 padres de familia de estudiantes entre 4 y 15 años encontró que los niños, ubicados en la quinta parte de ingresos más altos de las familias pasan 5,8 horas al día en actividades educativas, 75 minutos más que sus pares, en el quinto más pobre de los hogares 4,5 horas al día.

También, el estudio señaló que 58% de los niños más pobres, de primaria, no cuentan con un espacio donde estudiar en casa. En Chile otra encuesta del proyecto Educación 2020 encontró que el 67% de los estudiantes no tienen materiales para realizar tareas y el 63% no tienen un espacio cómodo para estudiar.  

En Colombia los datos del DANE señalan que mientras el 97% de las familias estrato 5 y 6 tienen conexión a Internet, solo el 17% de las familias que pertenecen al estrato 1 acceden a este servicio. Además, se conoce que cerca de 5 millones de estudiantes de los colegios oficiales no tienen en sus casas ni conexión a Internet, ni computadores. Este dato nos permite afirmar que más del 60% de los estudiantes más pobres hoy no tienen posibilidades de recibir de los colegios oficiales y de sus maestros enseñanza en línea, de manera virtual. 

Con pandemia o sin pandemia, la sociedad y el Gobierno deben reconocer que sin computadores y sin Internet de buena velocidad no existen posibilidades reales de educación de buena calidad para los niños más pobres.  

Por fortuna el país empieza a reaccionar para solucionar este problema de inequidad y de exclusión. En el último mes el MEN anunció la compra de 101.771 portátiles a $526.416 cada uno. La ministra de las TIC sostuvo que el país comprometerá recursos en los próximos 10 años por $2,1 billones para lograr conectar a 10.000 sedes educativas rurales, con la ventaja adicional que se beneficiarán las familias que viven en el entorno. Además, varias secretarías de educación ya anunciaron esfuerzos similares. 

Destaco el caso de Bogotá que adquirió 100.000 computadores con su respectivo acceso a Internet para suplir las necesidades de 300.000 estudiantes en la ciudad, y lo más importante, de manera complementaria, convocó a una Donatón (entre el 29 de junio y el 31 de julio) a los empresarios, a las cooperativas y en general a los ciudadanos que estén en capacidad de hacerlo, para que donen dinero, o computadores nuevos o usados (en buen estado), de tal manera que se puedan entregar equipos a una mayor parte  de los 200.000 niños de la ciudad que aún no cuentan con computador. ¡Invito a ser solidarios en favor de los niños de la ciudad!

Fuente del artículo: https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/computadores-e-internet-para-garantizar-derecho-a-la-educacion-por-angel-perez/292420

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¿Cómo va la educación virtual en Colombia?

¿Cómo va la educación virtual en Colombia?

Balance de las ventajas, desventajas y retos que la virtualidad enfrenta en nuestro país después de tres meses de cuarentena.

Francisco Cajiao*

Educación y Escolaridad

Antes que nada, es importante esclarecer la diferencia entre dos conceptos que suelen usarse como sinónimos: educación y escolaridad. Si bien la educación abarca el proceso gradual de adquisición de competencias cognitivas (escolaridad), también involucra procesos de desarrollo emocional fundamentales para la formación de ciudadanos capaces de vivir en sociedad.

Teniendo en cuenta esta distinción, es necesario preguntarse qué efectos ha tenido la virtualidad en el aprendizaje formal y en procesos de desarrollo emocional como la formación de vínculos, la colaboración con pares, el reconocimiento de la diversidad y la participación activa en procesos democráticos, como la construcción de identidad y la capacidad de autocontrol.

Estos últimos tienen un lugar preponderante en la educación presencial: el intercambio continuo entre niños, familias, maestros y funcionarios administrativos permite el aprendizaje de valores cívicos y morales. Sin duda, una de las funciones fundamentales de este tipo de educación es construir comunidades educativas.

Por otra parte, es importante señalar que el aprendizaje de los contenidos formales que permite el desarrollo sistemático de competencias lingüísticas, matemáticas, científicas y artísticas varía dependiendo de la edad, la motivación, la madurez biológica y emocional y la experiencia vital de cada individuo. En ese sentido, también debemos preguntarnos por la eficacia de la virtualidad entre personas de edades diferentes.

Ventajas y desventajas de la virtualidad

Indudablemente, los programas informáticos de alta calidad que usan inteligencia artificial resultan más eficientes que la didáctica tradicional para acceder a información, proveer ejercicios interactivos y explicar las ideas y procedimientos de las diversas disciplinas porque combinan recursos que no tienen profesores en un salón de clases: imágenes, sonido, videojuegos, simulaciones, hipertexto, etc.

En ese sentido es cierto que la instrucción virtual puede tener efectos notables en los procesos de instrucción. Sin embargo, desde una perspectiva práctica, no es tan claro, al menos en Colombia, pues en las últimas pruebas Saber Pro, las universidades que cuentan la oferta virtual más amplia, estuvieron en el grupo de aquellas que tuvieron los puntajes más bajos

Sobre este punto es importante aclarar que, si los profesores se limitan a dictar clases tradicionales a través de computadores, tabletas y celulares, es imposible aprovechar las capacidades que se obtienen con el diseño de Objetos de Virtuales de Aprendizaje (OVA)

Desde que llegó la pandemia, ha predominado el uso de aparatos tecnológicos para dar cátedras tradicionales, enviar lecturas y poner tareas. Como han señalado los rectores de varias universidades, lograr una verdadera educación virtual es costoso y requiere un cambio de mentalidad difícil de conseguir.

Mientras no aprovechemos el verdadero potencial que ofrecen las nuevas tecnologías, no podemos esperar que la educación virtual tenga efectos positivos en los estudiantes.

En la educación básica resulta aún más complicado emitir juicios de valor porque, aunque chicas y chicos parecen estar familiarizados con los aparatos tecnológicos, su relación con la virtualidad se limita principalmente a juegos y redes sociales, así que no está claro cómo responden a los procesos de aprendizaje formal.

Habrá que esperar a que regresen a las clases presenciales para saber a ciencia cierta cuánto progresaron en lectura crítica, matemáticas, ciencias e historia. Esa evaluación será fundamental para discriminar el progreso por grupos de edad, condición socioeconómica y nivel educativo de sus cuidadores.

La importancia de la sociabilidad

Desde comienzos del siglo XX, pedagogos, psicólogos y neurólogos han insistido en que el juego tiene un papel fundamental en el desarrollo biológico del cerebro humano porque es la forma como los niños se acercan al mundo usando los sentidos y la motricidad.

Piaget señaló acertadamente que los niños comprenden los objetos a través de la acción. Así pues, comprenden qué es un balón y para qué sirve pateándolo y lanzándolo, no leyendo sobre él ni contemplándolo. Entonces, ¿qué imagen del mundo están construyendo los pequeños a través de pantallas que únicamente muestran representaciones de las cosas? No en vano, muchos ‘gurús digitales’ les prohíben las pantallas a sus hijos hasta que cumplen doce años.

Es innegable que la educación virtual presenta grandes limitaciones en términos de sociabilidad. En estos meses llenos de video llamadas, los niños han perdido la oportunidad de socializar con los pares que tenían en las aulas de clase. El contacto físico es tan importante que a pesar de que estas tecnologías existen hace dos décadas, los altos ejecutivos siguen viajando de un lugar a otro para resolver problemas, hacer negocios y emprender nuevos proyectos.

La brecha digital

Además de las limitaciones que presentan las nuevas tecnologías en materia de sociabilidad, tenemos un problema aún más difícil de resolver: la desigualdad en el acceso a los aparatos fantásticos que permiten viajar del interior de una célula a la última frontera del universo en segundos.

Para visitar virtualmente los mejores museos del mundo, oír música proveniente de todas las latitudes, visitar bibliotecas remotas, editar vídeos y diseñar edificios es necesario contar con equipos de cómputo de última tecnología porque los equipos viejos cada vez soportan menos programas y no pueden procesar información compleja. En Colombia, la brecha digital es enorme: solo los más privilegiados contamos con conexión a internet y equipos en buen estado.

Un artículo publicado recientemente por el portal 070 señala que, de acuerdo con el
DANE, apenas el 9,4% de los hogares en zonas rurales cuenta con un computador de escritorio, portátil o tableta. Así mismo, menciona que el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana (LEE) advirtió que el 96% de los municipios del país no podrá impartir lecciones virtuales porque menos de la mitad de sus estudiantes de grado once tiene computador e internet en su casa.

Esto significa que pese a los esfuerzos realizados por el Ministerio, las Secretarías de Educación y los maestros, gran parte de la población se ha visto damnificada por la brecha digital. Los más pobres no tienen más remedio que acudir a transmisiones televisivas o radiales como si aún vivieran en el siglo pasado.

Incluso si tuviéramos equidad digital —a pesar de los costos y la obsolescencia programada—, tendríamos que enfrentar las numerosas limitaciones que presenta la virtualidad, y las desigualdades sociales que caracterizan a Colombia.

Por ahora, todo parece indicar que el miedo al virus hará que el confinamiento de los niños se extienda en gran parte del país lo que queda del año.

[1] Los OVAs son diseños instruccionales que incorporan contenidos digitales autocontenibles, interoperables, flexibles y accesibles; están basados en un propósito educativo, capaces de incorporar actividades de aprendizaje y de evaluación, utilizando herramientas de contextualización.

Autor: Francisco Cajiao

Fuente de la Información: https://razonpublica.com/va-la-educacion-virtual-colombia/

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