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Computadores e Internet para garantizar el derecho a la educación

Por: Ángel Pérez Martínez. 

 

Sin estos dos bienes no se garantizará el derecho a la educación y se ampliará la brecha social. 

Con la pandemia, las escuelas cerradas y el confinamiento, el peso de la familia y las condiciones donde viven y estudian los niños cobró renovada importancia. La riqueza material e inmaterial (cultura, formación, tipo de trabajo e intercambios sociales) de la familia y el tiempo que puedan destinar los padres de familia, la calidad de estos acompañamientos y las capacidades para involucrarse en el proceso educativo de los hijos en la casa, ahora, resultan imprescindibles. 

Desde los años setenta del siglo pasado Pierre Bourdieu y otros señalaron que gran parte de la vida y de la forma como nos involucramos en la sociedad, así como las oportunidades de desarrollo de las personas dependen del capital económico, el capital cultural y el capital social de las familias (entorno) en el que nacen los seres humanos y transcurre su vida.  

Esta es una de las razones por la que sociólogos, economistas y educadores han insistido que en el ordenamiento social los niños con desventajas económicas, culturales o sociales tienen menos oportunidades educativas que su contraparte, los niños que nacen o provienen de familias con mayor riqueza.

Luego, en países como Colombia, donde existe una altísima concentración de los ingresos y de la riqueza, no hay nada nuevo cuando se afirma que una minoría de niños tienen mayores recursos (materiales e inmateriales) para aprender, y que, si la sociedad y el Estado no buscan compensar estas inequidades con los otros niños, a través, por ejemplo, de un sistema educativo de buena calidad para todos, estas desventajas se ampliarán en el tiempo.

Estas desventajas de los niños, a futuro, se legitimarán por la vía del mérito, porque en aparentes condiciones de igualdad, competirán unos y otros para acceder a instituciones educativas de educación superior de calidad o para acceder al mercado laboral, mediante concursos, donde se vincula el conocimiento con habilidades profesionales o personales.  

El sociólogo y pedagogo Emile Durkheim, desde comienzos del siglo pasado, sustentó la necesidad de considerar la educación como un hecho social, donde la escuela es una institución que permite a la humanidad un método privilegiado de integración, de socialización y de aprendizaje. En este proceso, los países desarrollados, de manera especial los europeos, después de la segunda guerra mundial, enfatizaron en la inversión y calidad de los sistemas educativos, como una forma de cerrar brechas sociales y de luchar contra la pobreza y las inequidades que producen no solo la riqueza material, sino la pobreza cultural y las interacciones sociales de las familias.  

La cantidad y calidad de los recursos materiales que los hogares destinen para apoyar el proceso educativo en casa del niño o adolescente pasan por: destinar un lugar y un escritorio o mesa donde el estudiante pueda concentrarse y realizar las labores educativas, con o sin virtualidad; contar con libros y otros utensilios educativos, de acuerdo con el grado escolar y las necesidades que determine el docente y; tener acceso a Internet y a un computador, por lo menos. Los padres que trabajan en casa y tienen un hijo, o más, saben que un solo computador no resuelve el problema. 

Sobre los recursos materiales en casa para estudiar, diversos estudios muestran que los niños con desventajas económicas durante el encierro están muy afectados. Como lo mencioné en el artículo anterior, una encuesta aplicada en Inglaterra por investigadores del Institute for Fiscal Studies a 4.000 padres de familia de estudiantes entre 4 y 15 años encontró que los niños, ubicados en la quinta parte de ingresos más altos de las familias pasan 5,8 horas al día en actividades educativas, 75 minutos más que sus pares, en el quinto más pobre de los hogares 4,5 horas al día.

También, el estudio señaló que 58% de los niños más pobres, de primaria, no cuentan con un espacio donde estudiar en casa. En Chile otra encuesta del proyecto Educación 2020 encontró que el 67% de los estudiantes no tienen materiales para realizar tareas y el 63% no tienen un espacio cómodo para estudiar.  

En Colombia los datos del DANE señalan que mientras el 97% de las familias estrato 5 y 6 tienen conexión a Internet, solo el 17% de las familias que pertenecen al estrato 1 acceden a este servicio. Además, se conoce que cerca de 5 millones de estudiantes de los colegios oficiales no tienen en sus casas ni conexión a Internet, ni computadores. Este dato nos permite afirmar que más del 60% de los estudiantes más pobres hoy no tienen posibilidades de recibir de los colegios oficiales y de sus maestros enseñanza en línea, de manera virtual. 

Con pandemia o sin pandemia, la sociedad y el Gobierno deben reconocer que sin computadores y sin Internet de buena velocidad no existen posibilidades reales de educación de buena calidad para los niños más pobres.  

Por fortuna el país empieza a reaccionar para solucionar este problema de inequidad y de exclusión. En el último mes el MEN anunció la compra de 101.771 portátiles a $526.416 cada uno. La ministra de las TIC sostuvo que el país comprometerá recursos en los próximos 10 años por $2,1 billones para lograr conectar a 10.000 sedes educativas rurales, con la ventaja adicional que se beneficiarán las familias que viven en el entorno. Además, varias secretarías de educación ya anunciaron esfuerzos similares. 

Destaco el caso de Bogotá que adquirió 100.000 computadores con su respectivo acceso a Internet para suplir las necesidades de 300.000 estudiantes en la ciudad, y lo más importante, de manera complementaria, convocó a una Donatón (entre el 29 de junio y el 31 de julio) a los empresarios, a las cooperativas y en general a los ciudadanos que estén en capacidad de hacerlo, para que donen dinero, o computadores nuevos o usados (en buen estado), de tal manera que se puedan entregar equipos a una mayor parte  de los 200.000 niños de la ciudad que aún no cuentan con computador. ¡Invito a ser solidarios en favor de los niños de la ciudad!

Fuente del artículo: https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/computadores-e-internet-para-garantizar-derecho-a-la-educacion-por-angel-perez/292420

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¿Cómo va la educación virtual en Colombia?

¿Cómo va la educación virtual en Colombia?

Balance de las ventajas, desventajas y retos que la virtualidad enfrenta en nuestro país después de tres meses de cuarentena.

Francisco Cajiao*

Educación y Escolaridad

Antes que nada, es importante esclarecer la diferencia entre dos conceptos que suelen usarse como sinónimos: educación y escolaridad. Si bien la educación abarca el proceso gradual de adquisición de competencias cognitivas (escolaridad), también involucra procesos de desarrollo emocional fundamentales para la formación de ciudadanos capaces de vivir en sociedad.

Teniendo en cuenta esta distinción, es necesario preguntarse qué efectos ha tenido la virtualidad en el aprendizaje formal y en procesos de desarrollo emocional como la formación de vínculos, la colaboración con pares, el reconocimiento de la diversidad y la participación activa en procesos democráticos, como la construcción de identidad y la capacidad de autocontrol.

Estos últimos tienen un lugar preponderante en la educación presencial: el intercambio continuo entre niños, familias, maestros y funcionarios administrativos permite el aprendizaje de valores cívicos y morales. Sin duda, una de las funciones fundamentales de este tipo de educación es construir comunidades educativas.

Por otra parte, es importante señalar que el aprendizaje de los contenidos formales que permite el desarrollo sistemático de competencias lingüísticas, matemáticas, científicas y artísticas varía dependiendo de la edad, la motivación, la madurez biológica y emocional y la experiencia vital de cada individuo. En ese sentido, también debemos preguntarnos por la eficacia de la virtualidad entre personas de edades diferentes.

Ventajas y desventajas de la virtualidad

Indudablemente, los programas informáticos de alta calidad que usan inteligencia artificial resultan más eficientes que la didáctica tradicional para acceder a información, proveer ejercicios interactivos y explicar las ideas y procedimientos de las diversas disciplinas porque combinan recursos que no tienen profesores en un salón de clases: imágenes, sonido, videojuegos, simulaciones, hipertexto, etc.

En ese sentido es cierto que la instrucción virtual puede tener efectos notables en los procesos de instrucción. Sin embargo, desde una perspectiva práctica, no es tan claro, al menos en Colombia, pues en las últimas pruebas Saber Pro, las universidades que cuentan la oferta virtual más amplia, estuvieron en el grupo de aquellas que tuvieron los puntajes más bajos

Sobre este punto es importante aclarar que, si los profesores se limitan a dictar clases tradicionales a través de computadores, tabletas y celulares, es imposible aprovechar las capacidades que se obtienen con el diseño de Objetos de Virtuales de Aprendizaje (OVA)

Desde que llegó la pandemia, ha predominado el uso de aparatos tecnológicos para dar cátedras tradicionales, enviar lecturas y poner tareas. Como han señalado los rectores de varias universidades, lograr una verdadera educación virtual es costoso y requiere un cambio de mentalidad difícil de conseguir.

Mientras no aprovechemos el verdadero potencial que ofrecen las nuevas tecnologías, no podemos esperar que la educación virtual tenga efectos positivos en los estudiantes.

En la educación básica resulta aún más complicado emitir juicios de valor porque, aunque chicas y chicos parecen estar familiarizados con los aparatos tecnológicos, su relación con la virtualidad se limita principalmente a juegos y redes sociales, así que no está claro cómo responden a los procesos de aprendizaje formal.

Habrá que esperar a que regresen a las clases presenciales para saber a ciencia cierta cuánto progresaron en lectura crítica, matemáticas, ciencias e historia. Esa evaluación será fundamental para discriminar el progreso por grupos de edad, condición socioeconómica y nivel educativo de sus cuidadores.

La importancia de la sociabilidad

Desde comienzos del siglo XX, pedagogos, psicólogos y neurólogos han insistido en que el juego tiene un papel fundamental en el desarrollo biológico del cerebro humano porque es la forma como los niños se acercan al mundo usando los sentidos y la motricidad.

Piaget señaló acertadamente que los niños comprenden los objetos a través de la acción. Así pues, comprenden qué es un balón y para qué sirve pateándolo y lanzándolo, no leyendo sobre él ni contemplándolo. Entonces, ¿qué imagen del mundo están construyendo los pequeños a través de pantallas que únicamente muestran representaciones de las cosas? No en vano, muchos ‘gurús digitales’ les prohíben las pantallas a sus hijos hasta que cumplen doce años.

Es innegable que la educación virtual presenta grandes limitaciones en términos de sociabilidad. En estos meses llenos de video llamadas, los niños han perdido la oportunidad de socializar con los pares que tenían en las aulas de clase. El contacto físico es tan importante que a pesar de que estas tecnologías existen hace dos décadas, los altos ejecutivos siguen viajando de un lugar a otro para resolver problemas, hacer negocios y emprender nuevos proyectos.

La brecha digital

Además de las limitaciones que presentan las nuevas tecnologías en materia de sociabilidad, tenemos un problema aún más difícil de resolver: la desigualdad en el acceso a los aparatos fantásticos que permiten viajar del interior de una célula a la última frontera del universo en segundos.

Para visitar virtualmente los mejores museos del mundo, oír música proveniente de todas las latitudes, visitar bibliotecas remotas, editar vídeos y diseñar edificios es necesario contar con equipos de cómputo de última tecnología porque los equipos viejos cada vez soportan menos programas y no pueden procesar información compleja. En Colombia, la brecha digital es enorme: solo los más privilegiados contamos con conexión a internet y equipos en buen estado.

Un artículo publicado recientemente por el portal 070 señala que, de acuerdo con el
DANE, apenas el 9,4% de los hogares en zonas rurales cuenta con un computador de escritorio, portátil o tableta. Así mismo, menciona que el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana (LEE) advirtió que el 96% de los municipios del país no podrá impartir lecciones virtuales porque menos de la mitad de sus estudiantes de grado once tiene computador e internet en su casa.

Esto significa que pese a los esfuerzos realizados por el Ministerio, las Secretarías de Educación y los maestros, gran parte de la población se ha visto damnificada por la brecha digital. Los más pobres no tienen más remedio que acudir a transmisiones televisivas o radiales como si aún vivieran en el siglo pasado.

Incluso si tuviéramos equidad digital —a pesar de los costos y la obsolescencia programada—, tendríamos que enfrentar las numerosas limitaciones que presenta la virtualidad, y las desigualdades sociales que caracterizan a Colombia.

Por ahora, todo parece indicar que el miedo al virus hará que el confinamiento de los niños se extienda en gran parte del país lo que queda del año.

[1] Los OVAs son diseños instruccionales que incorporan contenidos digitales autocontenibles, interoperables, flexibles y accesibles; están basados en un propósito educativo, capaces de incorporar actividades de aprendizaje y de evaluación, utilizando herramientas de contextualización.

Autor: Francisco Cajiao

Fuente de la Información: https://razonpublica.com/va-la-educacion-virtual-colombia/

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Denuncian nuevo asesinato de líder indígena en Colombia

América del Sur/Colombia/12-07-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Rodrigo Salazar era un líder de la comunidad indígena Awa destacado por su labor comunitaria.

Organizaciones sociales colombianas denunciaron el asesinato este jueves del líder indígena y gobernador suplente del resguardo Piguambi Palangala, Rodrigo Salazar.

De acuerdo con informaciones de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), el crimen ocurrió en el departamento Nariño, en el corregimiento de Llorente, del municipio de Tumaco, Colombia.

La noticia se conoció minutos más tarde, durante una audiencia pública “en la que participaban comunidades del Pacífico y la Procuraduría”, y en la que se estaba abordando, coincidentemente, la situación social y de orden público en la región.

Rodrigo Salazar era un líder de la comunidad indígena Awa destacado por su labor comunitaria y en defensa de los derechos humanos, siendo con anterioridad consejero de la guardia indígena en la zona del Pacífico.

Según declaraciones del gobernador del resguardo Piguambí Palangala, Jaime Cortez Pai, Salazar había denunciado con anterioridad amenazas contra él, mientras que una de sus hermanas fue asesinada años atrás.

Datos del Instituto colombiano de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ) refieren que durante el primer semestre de 2020 fueron asesinados unos 157 líderes sociales y defensores de derechos humanos, principalmente del departamento del Cauca, donde 51 fueron ultimados.

Por su parte, un informe del Gobierno colombiano asegura que desde el 1 de enero y hasta el 30 de junio pasado se han verificado 37 homicidios contra líderes sociales y defensores de derechos humanos, mientras que aún restan 49 asesinatos por esclarecer.

En este sentido, la ONIC denunció el silencio del presidente colombiano, Iván Duque, sobre los asesinatos sistemáticos a esta comunidad, una situación que se ha acrecentado desde la cuarentena decretada para detener la pandemia del nuevo coronavirus.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/colombia-denuncian-nuevo-asesinato-lider-indigena–20200709-0037.html

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Entrevista a Jairo Torres Oviedo: «Gratuidad en universidades públicas costaría $677 mil millones». Colombia

Según el Sistema Universitario Estatal, la matrícula de 621 mil estudiantes de pregrado de las 32 instituciones está garantizada para el segundo semestre.
El rector de la Universidad de Córdoba y presidente del Sistema Universitario Estatal, SUE, Jairo Torres Oviedo, destacó el esfuerzo que han hecho el Gobierno y los entes territoriales para garantizar la educación de los más de 621 mil estudiantes de pregrado de las 32 universidades públicas del país. No obstante, hizo un llamado a mantener esta política en el tiempo y no aplicarla solo por la pandemia.

SEMANA: ¿Cómo ha avanzado el semestre académico para las universidades públicas en medio de la pandemia?
Jairo Torres Oviedo (J.T.O.): Desde 2018, las universidades públicas hemos tenido anormalidad académica, el paro nacional, que tuvo como resultado unos acuerdos históricos por 4,5 billones de pesos para las universidades. Eso retrasó a algunas instituciones. En 2019, las marchas y movilizaciones también afectaron el calendario académico. Por esta razón, cuando empieza la pandemia, 12 de las 32 universidades públicas no habían terminado ni siquiera el segundo semestre académico de 2019. Todo el tema del coronavirus, como es bien conocido, cambia el panorama de la educación superior y nos enfrenta a unas realidades que en este país nos han significado un verdadero reto para dar continuidad a la educación; por ejemplo, el tema de la brecha tecnológica.
SEMANA: ¿Pudieron terminar el semestre las universidades públicas?
J.T.O.: Hubo plataformas estudiantiles pidiéndonos que suspendiéramos el semestre debido a todas las dificultades. Mantuvimos el pulso, cada una de las universidades hizo esfuerzos importantes y las 12 universidades que venían culminando el pasado semestre académico lo hicieron y se disponen a iniciar el primer semestre académico de 2020. En las otras universidades culminamos semestre a tiempo.
SEMANA: ¿Qué balance tienen las universidades públicas tras cuatro meses de pandemia?
J.T.O.: Es positivo haber acabado el semestre y también lo es el hecho de que pudimos recibir apoyos por $97.500 milones por parte del Gobierno, para garantizar la educación de estratos 1 y 2, que están en condición de vulnerabilidad en las universidades públicas. Hemos solicitado apoyo para superar las brechas en materia de conectividad y hemos conseguido recursos. Esa parte es positiva.
SEMANA: Muchas universidades prevén un desplome en las matrículas. ¿Cuál es la proyección en las públicas?

J.T.O.: Como SUE hicimos un sondeo y evidenciamos que la deserción para el próximo semestre sería muy compleja debido a la crisis económica que ha generado el coronavirus. Hay que tener en cuenta que el 70,9 % de los 621 mil estudiantes matriculados en las 32 universidades públicas son de estratos 1 y 2. Sin duda, la deserción nos preocupa porque, por la pandemia, las familias de esos estudiantes se han visto afectadas, han perdido sus empleos. Por esa razón, para evitar esa deserción que creemos podía ser del 50 %, propusimos el modelo de gratuidad en la educación para las universidades públicas.

SEMANA: ¿Qué le propusieron al Gobierno respecto a la gratuidad?

J.T.O.: Pusimos como ejemplo lo que hicimos en la Universidad de Córdoba y que se ha replicado en otras universidades públicas. Hay que tener en cuenta varios factores. El 48 % de los recursos de las 32 universidades del SUE son propios. Eso equivale a 3,5 billones de pesos al año. De esos 3,5 billones, 1,1 billones equivalen a las matrículas, que 677 mil millones son de matrículas de pregrados y el resto son de posgrados. En ese orden de ideas, si el Gobierno quisiera montar una política pública de gratuidad para los estratos 1 y 2, eso costaría 677 mil millones de pesos al año. Eso les planteamos.

SEMANA: ¿Es factible tener esos recursos?
J.T.O.: Lastimosamente, no es la realidad. Por esa razón, las universidades buscan otras fuentes de financiación. Primera fuente: las matrículas de pregrado. Por eso, las matrículas en universidades públicas tienen un valor que oscila entre 380 mil y un millón de pesos en las universidades regionales. Por ejemplo, en Córdoba una matrícula de pregrado cuesta 500 mil pesos. Además, están las matrículas de posgrado, venta de servicios, laboratorios, diplomados, seminarios y cursos, que nos ayudan a constituir los recursos de ese 48 %. El Gobierno nos dio la línea de crédito para solventar nómina y los 97.500 millones para repartir entre las 32 instituciones públicas. Algunas recibieron 3.000 millones pesos; otras más y otras menos.
SEMANA: ¿Alcanzaron los 97.500 millones para el modelo que proponen? 

J.T.O.: En Córdoba, las matrículas de los 17 mil estudiantes nos cuestan 13 mil millones de pesos al año, es decir, por semestre son 6.500 millones. Una fuente fueron los $2.500 millones que nos tocaron del total que dio el Gobierno, la Gobernación nos dio 1.000 millones de pesos, la Alcaldía de Montería nos dio 600 millones, a lo que sumamos otros recursos que teníamos del monto que se consiguió durante el paro de 2018. Los teníamos destinados para otras cosas pero se usaron para la gratuidad. Ese mismo modelo lo hicieron Magdalena, Cartagena, Cundinamarca y la gran mayoría de instituciones. Pero es un modelo transitorio. El reto es volver este modelo permanente en el tiempo, porque después del segundo semestre la crisis no desaparecerá como si nada.
SEMANA: ¿Cómo establecer ese modelo de gratuidad de manera permanente?

J.T.O.: Proponemos al presidente Duque que se incrementen esos 97.500 millones a 200 mil millones en forma permanente para la gratuidad. En Córdoba, a través de ordenanza de la asamblea, se creó el Fondo de Educación Superior, que lo componen 15 % del impuesto de registro y 5 % de licores; es decir, que va a manejar 3.200 millones fijos que se actualiza año tras año. Nosotros con ese fondo, que va a perdurar, tendremos la fuente de recursos. Propusimos al alcalde de Montería que haga un fondo similar. Creemos que ese modelo se puede replicar en todo el país.

SEMANA: ¿Entonces está asegurada la educación de los 620 mil estudiantes de universidades públicas de cara al segundo semestre?
J.T.O.: La educación de nuestros estudiantes en las 32 universidades públicas está garantizada. Como digo, por la procedencia de nuestros estudiantes, esos estratos 1 y 2 tienen su gratuidad. Eso está garantizado. Hay que reconocer el esfuerzo del Gobierno nacional y los entes territoriales.
SEMANA: ¿Qué pasa con el 30 % de otros estratos? La crisis ha tocado prácticamente a todos los sectores…
J.T.O.: La clase media está sin empleo. Sé que las prioridades de un padre de familia en esa situación no es el estudio para sus hijos. En las universidades públicas, al haber hecho el esfuerzo tan grande para la gratuidad en los estratos 1 y 2, también incluimos al resto de comunidad estudiantil. En Córdoba eran 350 muchachos. Los vinculamos en estos modelos de gratuidad y lo mismo se está aplicando en otras regiones. En un futuro se debe mirar el tema de esos sectores, teniendo en cuenta las posibilidades de cada estudiante y su familia. De eso se trata un modelo de gratuidad justo y equitativo: que cada quien aporte de acuerdo con sus posibilidades para garantizar la educación de los más vulnerables.
SEMANA: ¿En el segundo semestre del año volverán a la presencialidad?
J.T.O.: En el caso de las ocho universidades del Caribe, decidimos que no retomaremos la presencialidad, ya que esta región ha sido muy impactada por la pandemia. No queremos correr ningún riesgo con la alternancia. En las otras regiones cada universidad será autónoma, aunque otras se han sumado, como es el caso de la Universidad Nacional. Hay que tener en cuenta que adoptar los lineamientos del ministerio costaría a las universidades grandes inversiones, y en el momento no están los recursos.
Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/es-posible-la-educacion-superior-gratuita-entrevista-al-presidente-del-sue/683724
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Entrevista a: El rector de la Universidad de Córdoba y presidente del Sistema Universitario Estatal, SUE, Jairo Torres Oviedo»Gratuidad en universidades públicas costaría $677 mil millones»

Entrevista/09 Julio 2020/Autor y fuente: Semana.com

Según el Sistema Universitario Estatal, la matrícula de 621 mil estudiantes de pregrado de las 32 instituciones está garantizada para el segundo semestre.

El rector de la Universidad de Córdoba y presidente del Sistema Universitario Estatal, SUE, Jairo Torres Oviedo, destacó el esfuerzo que han hecho el Gobierno y los entes territoriales para garantizar la educación de los más de 621 mil estudiantes de pregrado de las 32 universidades públicas del país. No obstante, hizo un llamado a mantener esta política en el tiempo y no aplicarla solo por la pandemia.

SEMANA: ¿Cómo ha avanzado el semestre académico para las universidades públicas en medio de la pandemia?
Jairo Torres Oviedo (J.T.O.): Desde 2018, las universidades públicas hemos tenido anormalidad académica, el paro nacional, que tuvo como resultado unos acuerdos históricos por 4,5 billones de pesos para las universidades. Eso retrasó a algunas instituciones. En 2019, las marchas y movilizaciones también afectaron el calendario académico. Por esta razón, cuando empieza la pandemia, 12 de las 32 universidades públicas no habían terminado ni siquiera el segundo semestre académico de 2019. Todo el tema del coronavirus, como es bien conocido, cambia el panorama de la educación superior y nos enfrenta a unas realidades que en este país nos han significado un verdadero reto para dar continuidad a la educación; por ejemplo, el tema de la brecha tecnológica.
SEMANA: ¿Pudieron terminar el semestre las universidades públicas?
J.T.O.: Hubo plataformas estudiantiles pidiéndonos que suspendiéramos el semestre debido a todas las dificultades. Mantuvimos el pulso, cada una de las universidades hizo esfuerzos importantes y las 12 universidades que venían culminando el pasado semestre académico lo hicieron y se disponen a iniciar el primer semestre académico de 2020. En las otras universidades culminamos semestre a tiempo.
SEMANA: ¿Qué balance tienen las universidades públicas tras cuatro meses de pandemia?
J.T.O.: Es positivo haber acabado el semestre y también lo es el hecho de que pudimos recibir apoyos por $97.500 milones por parte del Gobierno, para garantizar la educación de estratos 1 y 2, que están en condición de vulnerabilidad en las universidades públicas. Hemos solicitado apoyo para superar las brechas en materia de conectividad y hemos conseguido recursos. Esa parte es positiva.
SEMANA: Muchas universidades prevén un desplome en las matrículas. ¿Cuál es la proyección en las públicas?

J.T.O.: Como SUE hicimos un sondeo y evidenciamos que la deserción para el próximo semestre sería muy compleja debido a la crisis económica que ha generado el coronavirus. Hay que tener en cuenta que el 70,9 % de los 621 mil estudiantes matriculados en las 32 universidades públicas son de estratos 1 y 2. Sin duda, la deserción nos preocupa porque, por la pandemia, las familias de esos estudiantes se han visto afectadas, han perdido sus empleos. Por esa razón, para evitar esa deserción que creemos podía ser del 50 %, propusimos el modelo de gratuidad en la educación para las universidades públicas.

SEMANA: ¿Qué le propusieron al Gobierno respecto a la gratuidad?

J.T.O.: Pusimos como ejemplo lo que hicimos en la Universidad de Córdoba y que se ha replicado en otras universidades públicas. Hay que tener en cuenta varios factores. El 48 % de los recursos de las 32 universidades del SUE son propios. Eso equivale a 3,5 billones de pesos al año. De esos 3,5 billones, 1,1 billones equivalen a las matrículas, que 677 mil millones son de matrículas de pregrados y el resto son de posgrados. En ese orden de ideas, si el Gobierno quisiera montar una política pública de gratuidad para los estratos 1 y 2, eso costaría 677 mil millones de pesos al año. Eso les planteamos.

SEMANA: ¿Es factible tener esos recursos?
J.T.O.: Lastimosamente, no es la realidad. Por esa razón, las universidades buscan otras fuentes de financiación. Primera fuente: las matrículas de pregrado. Por eso, las matrículas en universidades públicas tienen un valor que oscila entre 380 mil y un millón de pesos en las universidades regionales. Por ejemplo, en Córdoba una matrícula de pregrado cuesta 500 mil pesos. Además, están las matrículas de posgrado, venta de servicios, laboratorios, diplomados, seminarios y cursos, que nos ayudan a constituir los recursos de ese 48 %. El Gobierno nos dio la línea de crédito para solventar nómina y los 97.500 millones para repartir entre las 32 instituciones públicas. Algunas recibieron 3.000 millones pesos; otras más y otras menos.
SEMANA: ¿Alcanzaron los 97.500 millones para el modelo que proponen? 

J.T.O.: En Córdoba, las matrículas de los 17 mil estudiantes nos cuestan 13 mil millones de pesos al año, es decir, por semestre son 6.500 millones. Una fuente fueron los $2.500 millones que nos tocaron del total que dio el Gobierno, la Gobernación nos dio 1.000 millones de pesos, la Alcaldía de Montería nos dio 600 millones, a lo que sumamos otros recursos que teníamos del monto que se consiguió durante el paro de 2018. Los teníamos destinados para otras cosas pero se usaron para la gratuidad. Ese mismo modelo lo hicieron Magdalena, Cartagena, Cundinamarca y la gran mayoría de instituciones. Pero es un modelo transitorio. El reto es volver este modelo permanente en el tiempo, porque después del segundo semestre la crisis no desaparecerá como si nada.
SEMANA: ¿Cómo establecer ese modelo de gratuidad de manera permanente?

J.T.O.: Proponemos al presidente Duque que se incrementen esos 97.500 millones a 200 mil millones en forma permanente para la gratuidad. En Córdoba, a través de ordenanza de la asamblea, se creó el Fondo de Educación Superior, que lo componen 15 % del impuesto de registro y 5 % de licores; es decir, que va a manejar 3.200 millones fijos que se actualiza año tras año. Nosotros con ese fondo, que va a perdurar, tendremos la fuente de recursos. Propusimos al alcalde de Montería que haga un fondo similar. Creemos que ese modelo se puede replicar en todo el país.

SEMANA: ¿Entonces está asegurada la educación de los 620 mil estudiantes de universidades públicas de cara al segundo semestre?
J.T.O.: La educación de nuestros estudiantes en las 32 universidades públicas está garantizada. Como digo, por la procedencia de nuestros estudiantes, esos estratos 1 y 2 tienen su gratuidad. Eso está garantizado. Hay que reconocer el esfuerzo del Gobierno nacional y los entes territoriales.
SEMANA: ¿Qué pasa con el 30 % de otros estratos? La crisis ha tocado prácticamente a todos los sectores…
J.T.O.: La clase media está sin empleo. Sé que las prioridades de un padre de familia en esa situación no es el estudio para sus hijos. En las universidades públicas, al haber hecho el esfuerzo tan grande para la gratuidad en los estratos 1 y 2, también incluimos al resto de comunidad estudiantil. En Córdoba eran 350 muchachos. Los vinculamos en estos modelos de gratuidad y lo mismo se está aplicando en otras regiones. En un futuro se debe mirar el tema de esos sectores, teniendo en cuenta las posibilidades de cada estudiante y su familia. De eso se trata un modelo de gratuidad justo y equitativo: que cada quien aporte de acuerdo con sus posibilidades para garantizar la educación de los más vulnerables.
SEMANA: ¿En el segundo semestre del año volverán a la presencialidad?
J.T.O.: En el caso de las ocho universidades del Caribe, decidimos que no retomaremos la presencialidad, ya que esta región ha sido muy impactada por la pandemia. No queremos correr ningún riesgo con la alternancia. En las otras regiones cada universidad será autónoma, aunque otras se han sumado, como es el caso de la Universidad Nacional. Hay que tener en cuenta que adoptar los lineamientos del ministerio costaría a las universidades grandes inversiones, y en el momento no están los recursos.
Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/es-posible-la-educacion-superior-gratuita-entrevista-al-presidente-del-sue/683724
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Colombia: Reanudan la entrega de bonos alimentarios en colegios oficiales de Bogotá

América del sur/Colombia/09 Julio 2020/semana.com

La Secretaría de Educación informó que hasta el momento se han redimido más de dos millones de bonos y se han entregado cerca de 64 mil canastas de alimentos.

El próximo 13 de julio, cuando se acaban las vacaciones en los colegios oficiales de Bogotá, se reanudará la entrega de bonos alimentarios a cientos de estudiantes que se benefician de ellos.

De acuerdo con la Secretaría de Educación, en los primeros días de este mes se agendaron solicitudes de padres y acudientes de estudiantes que están inscritos para recibir bonos, pero que tienen algunos pendientes desde meses anteriores por no redimirlos.

La entidad distrital aseguró que a la fecha se han redimido 2.067.708 bonos y entregado 63.032 canastas de alimentos para estudiantes de colegios rurales. Igualmente, se han inscrito 738.547 para recibir este apoyo.

De otra parte, Carlos Reverón, subsecretario de acceso y permanencia de la Secretaría de Educación, indicó que, «sumado al impacto en términos de la nutrición de niños y niñas, hicimos una encuesta y cerca del 97 % de los padres y acudientes calificaron como ‘buena‘ o ‘muy buena‘ la estrategia del bono de alimentación escolar. Del mismo modo, califican como ‘muy bien‘ la forma en que la Secretaría realizó el proceso de inscripción o la comunicación, incluso con puntajes de 4,5 sobre 5,0″.

La entidad también pidió a los padres de familia tener en cuenta el procedimiento para acceder y reclamar los bonos:

1. Si ya había adelantado la solicitud de apoyo de alimentación escolar antes de julio, no es necesario que haga la inscripción nuevamente.

2. Solo debe esperar el mensaje de texto al celular registrado en donde le determinarán la fecha y hora en la que debe acercarse al supermercado o almacén asignado para el cambio del bono.

3. Los estudiantes que no se hayan inscrito solo deben solicitar el beneficio a partir de julio en la página www.educacionbogota.edu.co, diligenciando el formulario solicitud de complemento de alimentación escolar.

Por ahora, el regreso de las clases presenciales en los colegios públicos es incierta, pues tanto funcionarios de la Secretaría de Educación como del Ministerio de Educación han sido claros en decir que todo tiene que ver con el comportamiento de la curva epidemiológica de la covid-19; sin embargo, no se descarta una modalidad mixta, es decir, clases presenciales y continuar con las virtuales.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/reanudan-la-entrega-de-bonos-alimentarios-en-colegios-oficiales-de-bogota/684787

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Libro (PDF): Desarrollo y aprendizaje en el ciclo inicial: valoración y abordaje pedagógico. Una reflexión a partir de la experiencia

Reseña: CLACSO

Esta publicación da cuenta del proceso de formación y acompañamiento desplegada por el IDEP en los últimos años con el fin de contribuir al mejoramiento de los procesos pedagógicos del ciclo inicial. Dada la incidencia de este período educativo, se desarrolló el estudio centrado en la valoración y el abordaje pedagógico de los procesos de aprendizaje y sus dificultades en el ciclo inicial, cuyos resultados se dan conocer en este libro. El proyecto vinculó a más de 4.400 personas, entre docentes, directivos docentes,orientadoras y estudiantes de 37 colegios distritales.

 

Autor/a:   Acuña Beltrán, Luisa Fernanda –  Albarracín Lizcano, Luz Clemencia –  Amaya Rosario, Gladys –  Bustamante Ramírez, Andrea Josefina –  León Canro, Jenny Rocío –   Ortiz Espitia, Geidy –   Zea Silva, Liced Angélica –   Blanco Carrillo, Yolanda 

Editorial/Editor:  Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico, IDEP

Año de publicación:  2015

País (es):  Colombia

Idioma: Español.

ISBN :   978-958-8780-34-4

 

Descarga:   Desarrollo y aprendizaje en el ciclo inicial: valoración y abordaje pedagógico. Una reflexión a partir de la experiencia

Fuente  e Imagen:  http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?a=q&r=1&hs=1&t=1&q=aprendizaje&j=dl&c=general&fqf=TX&Submit=buscar+en+CLACSO

 

 

 

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