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Ecuador: Educación firma convenio en defensa de los derechos de niños, niñas y adolescentes

Guayaquil / 31 de diciembre de 2017 / Fuente: https://educacion.gob.ec/

El Ministerio de Educación y el Instituto Superior Tecnológico Bolivariano (ITB) firmaron hoy un convenio de cooperación para trabajar en la prevención, atención y acompañamiento a los niños, niñas y adolescentes en el caso de vulneración de derechos, dentro de la campaña, contra la violencia en los espacios escolares, Más Unidos, Más protegidos.

En la firma del convenio participaron, Jaime Roca Gutiérrez, ministro de Educación subrogante y Manuel Tolozano, rector del Instituto Tecnológico Bolivariano.

Entre los principales objetivos del acuerdo está el diseño de estrategias para apoyar la ejecución de los procesos establecidos por el Ministerio de Educación, referentes a las necesidades de prevención, atención y derivación de casos de vulneración de derechos cometidos en el sistema educativo.

Apoyo a los Departamentos de Consejería Estudiantil para reforzar la socialización de las rutas de protocolo en casos de violencia sexual y actuación frente a situaciones de embarazo, maternidad y paternidad de estudiantes en el sistema educativo. Así como, coordinar mecanismos para el fortalecimiento a los docentes en la formación continua y la realización de procesos de investigación.

Estas acciones que fortalecen el sistema de protección de derechos de la niñez y la adolescencia, se enmarcan en el Plan Nacional de Convivencia Armónica y Cultura de Paz – Más Unidos Más Protegidos.

El acto se realizó en las instalaciones del Instituto Tecnológico Bolivariano (ITB) ubicado en Víctor Manuel Rendón 236 y Pedro Carbo, piso 1, a las 10h00.

Fuente noticia: https://educacion.gob.ec/educacion-firma-convenio-en-defensa-de-los-derechos-de-ninos-ninas-y-adolescentes/

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‘Da Dignidad’, un programa solidario de Ecuador para generar equidad

América del Sur/ Ecuador / 28.12.2017 / Fuente:  www.andes.info.ec.

Este programa permanente para erradicación de la mendicidad en el Ecuador procura enviar un mensaje a la sociedad de que es preciso crear una sociedad mucho más solidaria y corresponsable, afirmó a Andes la ministra Berenice Cordero.

 La titular del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), Berenice Cordero, señaló que el programa ‘Da Dignidad’, promovido por el gobierno de Ecuador desde el año 2007, ha permitido reducir el número de personas que salen a las calles a mendigar, fundamentalmente, en esta época del año.

En entrevista con Andes, la ministra señaló que en 2016 se contabilizaron 916 ciudadanos que realizaban esta práctica, en comparación con los más de 8 mil registrados en 2010, lo cual evidencia un resultado, que va atado también a los programas gubernamentales para posibilitar la inclusión de las personas en situación de vulnerabilidad.

¿Cuál es el espíritu de esta campaña navideña que ha devenido un programa gubernamental y en qué consiste?

En el año 2007 se creó la campaña «Da Dignidad», pero ya estructurada como un programa del MIES en realidad es a partir del año 2010. Es un programa de erradicación progresiva de la  mendicidad que busca trabajar, por un lado, en la búsqueda activa de las personas que están expuestas a la mendicidad y, por otro, en el acompañamiento familiar y en la contención comunitaria, por eso se trabaja por ejemplo en colonias vacacionales con los niños y en actividades de las familias a fin de contenerlas en aquellas zonas expulsoras de niños, niñas, adolescentes y especialmente adultas mayores que van a las calles o las carreteras en actividades de mendicidad.

Este programa trabaja en acompañamiento familiar, contención comunitaria, y coordinación intersectorial para promover el acceso de estas personas a los servicios sociales de la salud, educación, y de aquellos que corresponden al MIES.

Para el año 2010, el MIES había abordado a 8. 200 personas que estaban mendigando, para el año 2016 solamente identificamos a 983 personas. Es decir, ha habido una reducción importante de la mendicidad en el país y la idea es sostener justamente esta campaña para generar la corresponsabilidad pública y social, también estableciendo los puntos ‘Da dignidad’.

En el año 2016, por ejemplo, cerca de 100.000 personas han participado en actividades de sensibilización y en ese mismo año se aperturaron 203 puntos ‘Da dignidad’, con la idea de establecer centros de acopio de productos de buena calidad y en buen estado  que ayuden a garantizar tanto la seguridad de las personas como su dignidad.

La idea es reemplazar el concepto de la caridad por la dignidad y generar las estrategias en estos puntos, donde se receptaron en el año 2016 cerca de 65.000 donaciones.

¿Cuánto se logró recaudar y a cuántas personas se benefició? 

Están previstos los cierres (de los puntos de acopio) para próxima semana. Todavía no tenemos los datos ya específicos de las donaciones logradas en los puntos ‘Da dignidad’ pero la idea ha sido generar una corresponsabilidad, una sociedad más solidaria, y ese es el trabajo que se ha venido haciendo.

¿Cómo debe debería corresponder a este programa?

Este programa permanente ‘Da dignidad’ de erradicación de la mendicidad en el Ecuador procura enviar un mensaje a la sociedad de que es preciso crear una sociedad mucho más solidaria y corresponsable. Es decir, esto no es solamente un rol del Estado, los ciudadanos tenemos corresponsabilidad ya sea desde la vía tributaria, del apoyo y del voluntariado, de las aportaciones en los puntos ‘Da Dignidad’, y el acompañamiento familiar en el cuidado del adulto mayor. Hay varias fórmulas de la corresponsabilidad.

Esta no es una política pública asistencial, implica una movilización general de varios actores respecto al cuidado de estas personas que enfrentan situaciones de pobreza. Unas se dan en el ámbito privado, otras en el ámbito público, pero hay que hacer una movilización muy grande. Como ecuatorianos tenemos que estar alertas de que todavía tenemos muchas familias, adultos mayores, personas con discapacidad, niños pequeños que están en una situación de pobreza que requieren intervenciones de todo tipo.

En este caso las transferencias monetarias (Bono de Desarrollo Humano) que se atan a la corresponsabilidad de la familia; el incentivo promueve el acceso de los niños a los servicios sociales, es decir la generación de oportunidades para estas personas.

¿Qué programas de inclusión social impulsa el gobierno para encontrar soluciones de fondo a este fenómeno de la mendicidad?

Se ha reducido el número de personas que piden caridad en estas fechas festivas en calles, carreteras y en lugares públicos del país. Reitero, en 2010 se habían abordado 8. 200 personas mientras que el año pasado fueron 983.

Tenemos que identificar este año qué ha pasado con esta situación económica un poco más apretada y más difícil para las familias con menos flexibilidad para poderse adaptar a nuevos cambios en la economía. Si las clases medias tenemos dificultades  para adaptarnos a estos cambios en la situación del empleo, etcétera, más aún las familias más pobres; por lo tanto, en los datos de 2017 tenemos que ver si  se mantiene la tendencia de reducción o eventualmente aumentó el número de personas que están pidiendo esto que llamamos caridad o que están mendigando en las calles.

Hemos trabajado también con el Ministerio del Interior en coordinación muy activa porque también se han presentado en años anteriores situaciones de orden delictivo. La configuración de delitos de trata que es el uso de niñas, niños y adolescentes con fines de explotación laboral y de trata de personas.

Los datos todavía tenemos que revisar pero conforme a los operativos que se han realizado hemos notado que eventualmente el decrecimiento continúa.

Para eso es importante el desarrollo de otras actividades a cargo del MIES, por ejemplo, los programas Misión Ternura o Mis Mejores Años, Menos Pobreza más Desarrollo, en el marco del Plan Toda una Vida, cuyo objetivo es asegurar que los niños menores de 18 años, en particular de 0 a 5,  y las personas adultas mayores en una situación de pobreza extrema reciban una transferencia económica que ayude a protegerlos y que al mismo tiempo nos ayude, en el caso de niños y jóvenes, a incorporarlos al sistema educativo y en el caso del adulto mayor a hacer acompañamiento familiar y a mejorar su capacidad de consumo, su nutrición, su salud, etcétera.

Son medidas adicionales que el Plan Toda una Vida está tomando en relación con esta estrategia nacional.

¿En cuanto al Bono de Desarrollo Humano qué cambios se plantean en su administración? 

El Bono de Desarrollo Humano, esta transferencia monetaria,  es una política de protección social muy legítima y ahora el planteamiento es incrementarlo de acuerdo al número de hijos,  justamente para asegurar la corresponsabilidad de la familia en integrar al niño a los servicios educativos y de salud para el control de la desnutrición, etcétera. Hay toda una estrategia que estamos programando para trabajar con los municipios. También se va a trabajar en dotación de agua segura, por ejemplo, con miras a integrar varios componentes en la política pública.

El Bono tiene que ver con el acompañamiento familiar, la prestación de servicios de desarrollo infantil, la oferta de educación inicial, básica, y bachillerato, las prestaciones en salud, los controles de niños sanos, el monitoreo de nutrición, etcétera; y en el caso del adulto mayor efectivamente hay que trabajar el acompañamiento familiar y elementos que tienen que ver con su propio autocuidado y con su inserción en las actividades de salud.

Fuente de la noticia: https://www.andes.info.ec/es/noticias/sociedad/1/da-dignidad-una-campana-solidaria-de-ecuador-para-generar-la-equidad

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Turquía asegura apoyo a la educación en Ecuador

Asia/Turquía/25 Diciembre 2017/Fuente: Trn

La TIKA envió materiales laboratorios a una unidad educativa de Ecuador

La Agencia Turca de Cooperación y Coordinación (TIKA) aseguró equipamientos laboratorios de física y biología para el laboratorio de la Unidad Educativa de San Gabriel de Piquiucho que muestra actividades en el estado Carchi de Ecuador.

La Unidad Educativa de San Gabriel en la zona de Piquiucho, donde viven los nativos de Awa y que está situada entre Ecuador y Colombia, recibió en una ceremonia los equipamientos de laboratorio.

Gracias a esta ayuda de TIKA cerca de 650 alumnos tendrán recursos educativos más diversificados y modernos y podrán dar importantes pasos en su educación.

Los alumnos tendrán ya oportunidades a estándares internacionales en el área de las ciencias con la ayuda de los equipamientos y sets educativos, compuestos por materiales como microscopios, modelos de esqueletos del ser humano y sets de pruebas de ingeniería.

Fuente: http://www.trt.net.tr/espanol/vida-y-salud/2017/12/15/turquia-asegura-apoyo-a-la-educacion-en-ecuador-869213

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Amplían nexos en materia educativa Ecuador y Cuba

América del sur/Ecuador/25 Diciembre 2017/Autora: Sinay Cespedes Moreno/Fuente: Prensa Latina
Ecuador y Cuba ampliaron hoy sus nexos en materia de educación con la firma de un acuerdo que permitirá el intercambio de docentes y experiencias, entre ambos países.
El convenio fue suscrito en Azogues, provincia de Cañar, por el embajador cubano en esta nación sudamericana, Rafael Dausá, y el rector de la Universidad Nacional de Educación (UNAE), Freddy Alvarez.

El documento legal facilita la movilidad de docentes de la UNAE a Cuba y de especialistas del Ministerio de Educación (Mined), del archipiélago caribeño al centro de altos estudios ecuatoriano.

Con el intercambio, ambas partes podrán desarrollar la cooperación recíproca en las áreas de docencia, investigación y vínculos con la comunidad.

Según explicó en declaraciones a Prensa Latina el jefe de la misión diplomática, el acuerdo reviste gran importancia porque le permitirá a Cuba aportar su experiencia educativa, de más de 50 años de pedagogía revolucionaria. 

‘Ya tenemos la experiencia de varios compañeros del Ministerio de Educación trabajando en la UNAE que regresan en estos días y en enero se incorporará un grupo ampliado de ese organismo’, aseguró.

‘Creo que será sumamente importante porque se abrirá nuevamente el camino de la colaboración entre Cuba y Ecuador en esta materia y existe una voluntad muy grande por parte de las autoridades de la UNAE de incrementar ese intercambio y la presencia de educadores cubanos en importantes estamentos de la universidad.

Según adelantó, el rector de la UNAE participará en el XI Congreso Internacional de Educación Universidad 2018, donde establecerá una serie de contactos, que abrirán posibilidades extraordinarios para ambos países en educación primaria y secundaria.

Asimismo, afirmó que educadores ecuatorianos viajarán a Cuba para recibir capacitación y cursos de especialización, ‘lo cual será muy beneficioso no solo para este intercambio, sino desde el punto de vista económico para nuestro país’.

Pese a que el convenio está recién firmado, los primeros pasos se dieron con la presencia aquí de tres especialistas, dos de la Empresa de Informática y Medios Audiovisuales perteneciente al Mined (Cinesoft) y uno del Ministerio rector, encargados de asesorar y preparar a docentes de este territorio andino.

Esto es una nueva puerta hacia un intercambio profundo y bello, entre el magisterio de ambas naciones, concluyó Dausá.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=139283&SEO=amplian-nexos-en-materia-educativa-ecuador-y-cuba
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Revista Economía de la Universidad Central del Ecuador: El supra-poder monetario

Reflexiones desde una economía dolarizada

Por: Jhon Cajas Guijarro

“El estudio del dinero, por sobre todos los otros campos en la teoría económica, es uno en donde la complejidad se utiliza para disfrazar la verdad o para evadir la verdad, no para revelarla. El proceso por medio del cual los bancos crean dinero es tan simple que repele la mente. Con algo tan importante, un misterio más profundo sería lo decente.”

 John Kenneth Galbraith (1908-2006)

El dinero es de los mayores enigmas de la -mal llamada- “ciencia” económica. Si uno quiere ver a un economista llenar su rostro de colores, podría preguntarle ¿qué es el dinero? Unos dirán que el dinero es la “mercancía universal” que refleja el valor de las demás mercancías (Marx, 1867, p.100). Otros, que el dinero es “aquello” que permite saldar deudas y precios, y sirve de reserva de un “poder general de compra” (Keynes, 1930, p.3), o que el dinero es como un “bono” (es decir, crédito) (Minsky, 1985, p.13). También habrá quienes vean al dinero como mero aceite que mantiene “engrasada a la máquina económica” (Friedman, 1968, p.13), e incluso quienes -ya colmando la paciencia- afirmen que “el dinero es lo que el dinero hace” (Hicks, 1967, p.1).

Más allá de las definiciones, algo es claro: quien tiene dinero, tiene un poder social estructural, es decir, puede influir en las estructuras sociales creadas por las relaciones humanas. Aunque esa influencia puede ser consciente, no siempre genera los resultados deseados por quienes la poseen (ver Dutt, 2015; Guzzini, 1993). Pero aun así, el dueño de dinero tiene a su alcance prácticamente “todas las habilidades humanas” (Marx, 1844, p.325):

[E]l dinero es el verdadero cerebro de todas las cosas […] el idiota puede comprar a los inteligentes, ¿y, acaso, quien tiene poder sobre los inteligentes no es más inteligente que ellos? (1844, p.324, traducción propia).

Tal es el poder que adquiere el dueño del dinero que hasta puede -en cierta manera- extender su propia vida apropiándose de la vida de los demás. Para su dueño, el dinero “es la otrapersona” (Marx, 1844, p.323, énfasis en el original). En términos psicológicos, el dinero parece disminuir nuestra ansiedad frente a la exclusión social, frente al dolor (Zhou et al., 2009) e incluso frente a la muerte (Zaleskiewicz et al., 2013). Semejante potencia del dinero podría ayudarnos a entender algunos de los “elementos psicológicos” que están detrás de la preferencia por la liquidez y el miedo frente a la incertidumbre (Keynes, 1936, p.168). Si la incertidumbre, en un sentido “fundamental”, implica desconocer los resultados futuros posibles (Lavoie, 2014, p.74), ¿no es acaso la muerte también uno de esos posibles? El dinero podría verse como un vínculo entre un presente en el que estamos vivos, y un futuro en el que -gracias al dinero- continuamos vivos. Como bien diría Keynes: “La importancia del dinero esencialmente fluye del hecho que este es el vínculo entre el presente y el futuro” (Keynes, 1936, p.293, traducción propia).

Si el dueño de dinero puede ejercer un gran poder, entonces quienes influyan sobre el dinero (y sus funciones), influirán sobre el poder que éste permite ejercer. Es decir, tales personas ejercerán una especie de “poder sobre el propio poder”, un “supra-poder”. Una de las mayores expresiones de ese “supra-poder” es el paso del dinero-mercancía (con valor intrínseco) a la forma simbólica del dinero-moneda (sin valor intrínseco). Ese paso, en cierta forma, se logró porque las personas adquirieron la confianza de que la moneda les permitiría ejecutar el mismo poder que el dinero-mercancía (Marx, 1867, pp.135-140; 1857-1858, p.70). Es decir, una de las principales formas del “supra-poder” de quienes influyen sobre el dinero está en la creación de confianza en las personas para que acepten el uso del símbolo que llamamos “moneda” (sea papel o digital). Tal situación es completamente viable, especialmente si las preferencias son endógenas y manipulables por medio del propio poder (ver Bowles, 1998). Además, ¿podría ser que la “confianza” en la moneda sea, en realidad, el resultado de una imposición hegemónica de una clase sobre otra? No olvidemos que la moneda -un instrumento que debería otorgar soberanía- en el fondo encierra hay violencia (Aglietta y Orléan, 1990).

Vemos, entonces, que la moneda es un símbolo de poder estructural, y los grupos que influyen sobre ésta pueden ejercer un “supra-poder-monetario”. Quizá la cuestión de la moneda sea, en definitiva, una gran disputa de poder en diferentes niveles (y quizá hasta una disputa entre clases, donde la hegemonía de una clase “impone confianza” a la otra). Por todo esto, es crucial entender qué es el dinero y la moneda, cómo funcionan, por qué la moneda da poder a su dueño y, sobre todo, quienes pueden ejercer el “supra-poder-monetario” y cómo lo hacen.

Con esta introducción me permito presentar el número 108 de la Revista Economía de la Universidad Central del Ecuador, en donde se exponen algunas reflexiones sobre el dinero, su origen y su funcionamiento, junto con algunas propuestas de cómo usar (o no usar) el “supra-poder-monetario”. Tales cuestiones son vitales, más aún en el capitalismo ecuatoriano, el cual -al momento de publicar esta revista- utiliza al dólar como moneda que simboliza un poder ajeno al nacional y, además, es un capitalismo en grave crisis exacerbada -pero no originada- por la caída de los precios del petróleo, la apreciación del dólar y el encarecimiento del endeudamiento externo. Según la concepción que tengamos sobre el dinero y la moneda, vendrán nuestras propuestas monetarias para enfrentar la crisis.

Ahora, dada la especificidad del tema, vale la pena exponer algunas ideas previas antes de entrar en la lectura misma del número 108 de la Revista Economía.

Entre los aspectos más estudiados por las teorías económicas está el entender cómo varía la cantidad de moneda y cómo ésta influye sobre la dinámica capitalista. Respecto al primer tema encontramos, al menos, dos grandes enfoques: “dinero exógeno” y “dinero endógeno”. En cambio, respecto al segundo tema también encontramos, al menos, dos grandes enfoques: “neutralidad” y “no neutralidad” del dinero.

El enfoque del “dinero exógeno” plantea que el “supra-poder-monetario” está en el Estado vía un Banco Central o cualquier otro agente que, exógenamente, cambia la cantidad de moneda ofertada y la controla por completo. En cambio, el enfoque del “dinero endógeno” menciona que el “poder monetario” no está en el Estado o en un agente exógeno, sino en manos de los agentes que endógenamente reciben, por parte de la sociedad, la confianza necesaria para influir sobre el dinero. Gracias a esa confianza, tales agentes (p.ej. bancos) pueden crear moneda ex nihilo (de la nada) vía crédito, el cual responde endógenamente a la dinámica capitalista (p.ej. los bancos otorgan créditos según las necesidades endógenas de la acumulación de capital). En tales circunstancias, el “supra-poder-monetario” del gobierno estaría, a lo sumo, en el manejo de las tasas de interés, pero no de la oferta monetaria. Así, en este punto los enfoques discuten sobre quiénes se reparten el “supra-poder-monetario”.

En cuanto al enfoque de la “neutralidad”, ésta plantea que las variaciones en la cantidad de moneda ofertada no tienen, a largo plazo, ningún efecto sobre las “variables reales” (p.ej. producción, empleo, salario real, acumulación de capital). Por tanto, el alcance del “supra-poder-monetario” sería temporal, pero aun así el uso de ese “supra-poder” podría generar inestabilidad a la dinámica capitalista (y hasta llevarla a una crisis). Por su parte, la “no neutralidad” implica que las variaciones en la cantidad de moneda ofertada y, por tanto el “supra-poder-monetario”, influyen tanto en el corto como en el largo plazo -y hasta de forma permanente– sobre las “variables reales”. Entonces, aquí la discusión se enfoca en entender cuál es el alcance del “supra-poder-monetario” sobre la “economía real”.

Dados estos múltiples enfoques sobre el dinero y la moneda, es posible pensar, asimismo, en múltiples combinaciones de dinero: exógeno-neutro, endógeno-neutro, exógeno-no neutro, endógeno-no neutro, o incluso un enfoque semi-endógeno y semi-neutro.

¿En cuál de estas u otras categorías cae el comportamiento del dólar en el capitalismo ecuatoriano? Si bien los autores del número 108 de la Revista Economía no brindan una respuesta explícita a esta pregunta, ofrecen importantes pistas para responder a la realidad económica de un país que, por lo pronto, carece de moneda propia y ha perdido espacios de soberanía nacional, ocupados de facto por el “supra-poder-monetario” externo de los Estados Unidos. Según esa respuesta, las diferentes políticas monetarias (notemos, por cierto, que incluso la “inacción” monetaria ya es una política) tendrán una u otra implicación esperada.

A fin de ampliar la reflexión actual y futura, se podrían sugerir algunos puntos a analizar respecto al enfoque exógeno-endógeno en el caso ecuatoriano:

a) Como el Banco Central no emite dólares en la forma de papel moneda ni controla la cantidad total de dólares ofertados que realmente circulan en el país (un caso drástico es el lavado de dinero), tendríamos un punto a favor del enfoque del “dinero endógeno”. Aquí el “supra-poder” no estaría bajo control del gobierno nacional.

b) A pesar de la dolarización, los bancos privados, e incluso las propias empresas, pueden crear dinero vía crédito, el cual es otro punto a favor del “dinero endógeno”. Aquí tampoco el “supra-poder-monetario” está en manos del gobierno, sino en manos privadas (y, no está por demás recordar, que la banca privada ecuatoriana posee graves problemas de concentración oligopólica, ver Acosta y Cajas Guijarro, 2017).

c) Los flujos de dólares, como papel moneda, que provienen del saldo de la balanza de pagos, parecerían tener un comportamiento mixto. Tales flujos parecen endógenos respecto a importaciones y exportaciones no petroleras, pero a su vez parecen exógenos cuando el gobierno adquiere financiamiento externo (vía decisión política que afecta la masa monetaria), al igual que parecen exógenos los flujos por exportaciones petroleras (no dependen de la dinámica capitalista interna, sino de la dinámica exógena de los precios del petróleo). Aquí, el “supra-poder monetario” correspondería, por un lado al gobierno en tanto pueda adquirir financiamiento externo (aunque, quien realmente tendría el poder son los acreedores) y, por otro lado, a las fluctuaciones del capital especulativo transnacional.

Por su parte, el alcance del “supra-poder monetario”, podría reflexionarse para el caso ecuatoriano a partir de las siguientes hipótesis:

a) En épocas de fuertes expansiones exógenas (p.ej. altos ingresos petroleros), parecería que la dolarización impone cierta neutralidad. Por ejemplo, por más que el Ecuador incrementó con fuerza sus ingresos de dólares vía exportaciones petroleras (y deuda), al no haberse dado una transformación productiva (ni tecnológica ni en las relaciones sociales) (ver Acosta y Cajas Guijarro, 2016a), la mayor cantidad de moneda ofertada no generó cambios reales duraderos. Es decir, la mayor cantidad de dólares por sí misma parecería neutral (además, cabe notar que el crecimiento de los años de dolarización ha sido, en promedio, menor al del boom de los años setenta, con un Ecuador en sucres). Es decir, la dolarización al parecer hizo que el “supra-poder monetario” pierda alcance sobre las “variables reales”, al menos en términos de políticas pro-cíclicas en etapas de expansión.

b) En las épocas de crisis, en cambio, la dolarización parece que no es neutra sino que impone severas restricciones monetarias con posibles efectos de largo plazo, como una crisis de varios años y estancamiento en la producción. Esto porque, en crisis, las personas podrían incrementar con fuerza su preferencia por liquidez en moneda física para el atesoramiento (expresión máxima de la incertidumbre, exacerbada incluso porque el dólar, en sí mismo, es una moneda relativamente fuerte). Semejante situación podría generar un “cortocircuito” en la circulación de mercancías. En otras palabras, la dolarización hizo que el “supra-poder monetario” tenga un mayor alcance y, de hecho, se vuelva un elemento pro-cíclico en medio de la crisis.

c) La dolarización se impuso en el imaginario colectivo como el punto final de una gran crisis (pues, luego de dolarizar, se vuelven imposibles las devaluaciones de moneda doméstica y se crea en el imaginario colectivo la idea de mayor confianza y estabilidad en la moneda). En cambio, la salida de la dolarización podría generar en el imaginario colectivo la idea de que tal es el punto inicial de una gran crisis (por la posibilidad de que, terminada la dolarización, vuelvan las grandes devaluaciones de la moneda doméstica y surja el miedo a perder el dólar). Es decir, la entrada y salida de la dolarización y, por tanto, el “supra-poder monetario” en dólares genera importantes “asimetrías” y hasta posibles mitos e ideologías (¿fe en el dólar?) que requieren ser superadas. Aquí podría incluso complicarse la crisis por un posible efecto de “profecías autocumplidas” (Merton, 1948; Obstelfeld, 1986).

d) Una complicación particular que podría asociarse a la neutralidad del dinero en el Ecuador es el manejo de la emisión monetaria con una política monetaria independiente, la fijación del tipo de cambio y la libre movilidad de capitales. De hecho, tal situación conduce al llamado trilema macroeconómico, que solo permite funcionar dos de las tres variables mencionadas (Mundell, 1963; Fleming, 1962). Así, para el caso ecuatoriano, un ambiente de apertura de la cuenta de capitales y un tipo de cambio rígido harían perder la capacidad de influencia de la política monetaria sobre: crecimiento, tasas de interés, mecanismo de respuesta ante shocks externos o internos. La apertura de la cuenta corriente y de capitales representa una renuncia a la política comercial y a los controles de capitales. A esto se suma la dolarización, que reduce los márgenes de operación de la política ya no solo monetaria sino fiscal inclusive. Todo esto vuelve al país más dependiente del capital y de los mercados externos, alentando aún más la explotación de recursos naturales (supuesta ventaja comparativa del Ecuador).

Todavía no hay una respuesta definitiva al problema monetario en dolarización, y los puntos antes expuestos duras penas son un esbozo de hipótesis que intentan ayudar en algo a la discusión. Lo crucial es no quedarnos indiferentes ante un tema relevante, no solo en lo teórico sino, sobre todo, en el contexto actual de la economía ecuatoriana. La inacción en medio de la crisis nos puede volver cómplices del aumento de la explotación que posiblemente vivirá nuestra población si no actuamos a tiempo: una salida desordenada de la dolarización o el sostener la dolarización a la fuerza podrían tener enormes costos sociales y ambientales.

Dicho todo esto, pasamos a presentar los diferentes artículos que componen la sección de dossier y estudios socioeconómicos del número 108 de la Revista Economía, todos brindando aportes interesantes a la discusión monetaria.

El primer artículo titulado Dolarización y desarrollo en la crisis: ¿es relevante discutir la soberanía monetaria?, presentado por Monika Meireles se enfoca en el debate monetario heterodoxo. Luego de una breve mención a Hume y al origen de la Teoría Cuantitativa del Dinero, Meireles recuerda que las reflexiones monetarias del dinero endógeno y exógeno tienen importantes raíces en Schumpeter (1942) (raíces fortalecidas luego por algunos de sus alumnos, p.ej. Minsky). Luego la autora presenta algunas diferencias entre las concepciones monetarias post-keynesiana y neo-monetarista, haciendo hincapié en los aportes post-keynesianos y las implicaciones a la política monetaria del Banco Central. Después, Meireles incorpora en su exposición el aporte latinoamericano, resaltando los trabajos de Noyola Vázquez así como sus vínculos con Kalecki y Aujac. Incluso la autora invita a recuperar el diálogo entre economistas latinoamericanos y los demás economistas del mundo (p.ej. recordar los vínculos entre Furtado y Kaldor). Cerrando su exposición, la autora recuerda la situación histórica tanto de cómo se adoptó la dolarización en el Ecuador y cómo llegó al poder el gobierno “progresista” de la Revolución Ciudadana. También nos habla de las limitaciones que, a su criterio, la dolarización impone al país especialmente en los requerimientos de dólares líquidos. Al final, concluye su exposición indicando que en los últimos años el Ecuador perdió una oportunidad histórica de transformar su estructura productiva y, en especial, recuperar su soberanía monetaria.

Como segundo artículo tenemos el trabajo de Grace Llerena, Vínculos monetarios y fiscales con las políticas de estabilización. Llerena abre su exposición hablando de los shocks que han golpeado al Ecuador desde 2014: caída de precios de petróleo y apreciación del dólar. También presenta el comportamiento de depósitos (creciendo) y créditos (cayendo), implicando un aumento de la preferencia por la liquidez de los bancos. Luego, la autora da una profunda discusión teórica sobre el vínculo entre política monetaria, oferta monetaria y el ciclo económico. En esa discusión, explica que el enfoque del dinero endógeno posee dos perspectivas: a) Según la nueva síntesis neoclásica el dinero solo sirve al intercambio, el Banco Central define una tasa de interés según la Regla de Taylor (sustentada teóricamente, en la “tasa natural de interés” de Wicksell), además que los ahorros financian los depósitos y la inversión; b) Según los post-keynesianos hay que abandonar la “tasa natural de interés” (incluso se hace una breve mención a la controversia de los Cambridge), el dinero tiene importancia no solo como medio de circulación sino también como reserva de valor, y los bancos crean dinero ex nihilo (de la nada) vía créditos según los requerimientos endógenos de las empresas para financiar inversiones que luego, al circular por la economía, regresan como depósitos: inversiones generando ahorro. Dicho esto, Llerena concluye proponiendo la necesidad de completar el enfoque post-keynesiano con la propuesta de preferencia por la liquidez de Keynes (1936), indicando que las empresas también podrían financiar su inversión vendiendo directamente bonos a los hogares. Finalmente, la autora sugiriere también la necesidad de incluir en el análisis el caso de una economía abierta pues, según ella, una de las limitaciones de la dolarización es la balanza de pagos.

El tercer artículo, Dollarization: some theoretical preliminary thoughts, tiene como autor a Marco Missaglia, para quien la neutralidad del dinero es algo propio del mero intercambio y la “armonía”. Sin embargo, el capitalismo no es armónico, sino que tiene pugnas tanto entre clases como entre facciones de clase. Así, la moneda no solo sirve a la circulación, sino esencialmente a la acumulación, análisis que Missaglia hace retomando los esquemas de circulación de Marx (1867) y los estudios de Keynes sobre esos esquemas (1933). Como evidencia de la pugna capitalista, el autor da una breve descripción histórica de los ciclos. En expansión, los trabajadores adquieren fuerza para exigir salarios más altos. Como respuesta, surge el neoliberalismo –buscando reducir salarios–, a la vez que ganan fuerza los rentistas y el Banco Central eleva las tasas de interés. Estos movimientos tienden a quitar participación a los capitalistas industriales en las ganancias y, con eso, la acumulación disminuye. Sin embargo, al disminuir la acumulación, los salarios se debilitan y las ganancias industriales futuras se pueden sostener (por un tiempo). Cuando, junto con el neoliberalismo llega la crisis, el Banco Central pasa a reducir las tasas de interés buscando la “eutanasia del rentista” (Keynes, 1936, p.376), es decir, se presiona a reducir el peso de los rentistas. Tal movimiento -y la explotación a los trabajadores lograda en el neoliberalismo- da el espacio a que los capitalistas industriales reanimen la acumulación. Así, el Banco Central adquiriría, a criterio del autor, un papel distributivo. Ahora, para una economía capitalista pequeña dolarizada donde la preferencia por billetes es endógena al ciclo, Missaglia propone que semejante ajuste del ciclo no es viable pues la dolarización genera una “asimetría fundamental”. En animación, como las cosas “van bien”, las personas tienen baja preferencia por billetes, haciendo posible congelar la economía con políticas contra-cíclicas incrementando tasas de interés -y dando fuerza al rentista. Pero, en crisis, las cosas “van mal” y las personas incrementan su preferencia por billetes. Eso quita efecto a una política contra-cíclica de reducción de tasas de interés pues, por más bajo que ésta sea, la gente se queda con papel moneda guardado para el futuro en vez de hacerlo circular. Con eso, el Banco Central no puede ejecutar la “eutanasia del rentista” (incluso los bancos mantendrían altos depósitos y liquidez), pudiendo motivar a que el Banco Central cree depósitos ex nihilo en favor del gobierno para una política expansiva. Sin embargo, en dolarización tal política sería muy riesgosa pues, además de no poder pagar con billetes para sostener el crédito al gobierno (esa necesidad es alta en crisis pues la preferencia por billetes es elevada), la política expansiva podría sacar más dólares (p.ej. vía importaciones) y hasta generar un caos financiero. Missaglia concluye que la dolarización se vuelve una suerte de “seguro” para los rentistas, y que sería deseable cambiar el régimen monetario pero en expansión, con un verdadero plan nacional. Sin embargo, es poco probable que eso suceda y claramente existe el riesgo de una salida “espontánea” de la dolarización.

Pasando de la teoría a la experiencia, el cuarto artículo La dolarización más allá de la estabilidad monetaria, de Pablo Lucio Paredes, reflexiona desde los límites de la política monetaria en la economía dolarizada ecuatoriana. El autor comienza hablando sobre los sistemas monetarios en el mundo y cómo, a su juicio, el dinero es neutral pues facilita los procesos reales pero no los crea (ver Friedman, 1968). Luego, Pablo Lucio Paredes recuerda los problemas que Ecuador vivía unos años antes de dolarizarse (guerra con el Perú, crisis internacional, caída de los precios del petróleo, fenómeno del Niño, sistema bancario frágil, créditos vinculados, y malas políticas económicas). En respuesta a esos problemas hubo una emisión monetaria masiva y una gran devaluación. Al final se impuso la dolarización, “rompiendo” con la desconfianza monetaria según el autor. Posterior a ese análisis histórico, Lucio Paredes reflexiona sobre la devaluación, indicando que, a la larga, ésta solo transfiere recursos en favor de gobierno y exportadores, afectando a todos los demás sectores de la economía cuando, en realidad, lo adecuado sería hacer ajustes de precios y salarios solo en los sectores que lo necesiten. Sin embargo, con la dolarización no son posibles los ajustes específicos a menos que exista una “zona monetaria óptima”, recogiendo el concepto de Mundell (1961). A pesar de esa limitación, la dolarización poseería varios puntos a favor: estabilidad, equidad –todos cubiertos por un mismo “paraguas monetario”–, productividad, desaparición del prestamista de última instancia y, en especial, el dinero como factor de libertad pues la clase política perdió el poder de manipularlo. También el autor propone que, por la rigidez de la dolarización, el desenvolvimiento de ésta en épocas malas depende de cómo se actúe en épocas buenas. Ahí surgen los problemas pues el gobierno de la Revolución Ciudadana habría cometido excesos, en particular, la no generación de reservas. Además, según Lucio Paredes, el uso de política monetaria “ingeniosa” generaría varios problemas, en especial si se usa liquidez del sistema financiero e incluso si se emite “cuasi-dinero” (p.ej. dinero electrónico) para aplicar políticas de estímulo, pues se contagiaría al sistema financiero de problemas monetarios en épocas de crisis. Finalmente, el autor reconoce que la estabilidad de la dolarización no fue suficiente para generar transformaciones y que, a la larga, lo que el Ecuador necesita no es abandonar la dolarización, sino fortalecer la libertad monetaria.

En contraste con el artículo de Lucio Paredes, Jürgen Schuldt y Alberto Acosta en su artículo Hacia una “moneda electrónica paralela” para afrontar la crisis plantean precisamente un esbozo de política monetaria expansiva enfocada a que el Ecuador supere los problemas económicos que vive desde mediados de 2014. Luego de mencionar que, con la dolarización, la influencia monetaria estatal dentro del país pasó a manos de la Reserva Federal de Estados Unidos, presentan la propuesta de que el país pase a adoptar un bi-monetarismo, en donde entren en competencia el dólar norteamericano con un dólar ecuatoriano paralelo. Tal idea, en cierta forma, retoma las propuestas originales de Silvio Gesell (1916), considerado por Keynes como un “olvidado profeta” y llegando a decir que “creo que el porvenir aprenderá más del espíritu Gesell que del de Marx” (Keynes, 1936, p.355) (incluso Gesell sería admirado debido a su “brillante estilo” por Albert Einstein). La propuesta consiste en que, luego de generar todas las condiciones institucionales necesarias, se pague inicialmente un 10% de las remuneraciones del sector público en Dólares Ecuatorianos emitidos en dinero electrónico (con una posible emisión futura en papel moneda). Quienes reciban esos dólares ecuatorianos obtendrían beneficios tales como un descuento de 4 puntos en el impuesto al valor agregado. En el caso que las personas no usen esos dólares ecuatorianos, podrían devolverlos al gobierno pagando impuestos, pero luego de dos años de su emisión original. En caso de no entregarse los dólares ecuatorianos luego de dos años, estos “caducarían” (siguiendo la visión de la oxidación del dinero de Gesell, a fin de que se limite la capacidad de acumular). Junto con esta propuesta, Schuldt y Acosta hablan de algunos de los potenciales beneficios que ésta traería: menores costos de transacción, inclusión financiera, menor carga tributaria indirecta, e incluso la contribución a la reactivación pues, con la emisión de dólares ecuatorianos, se liberarían dólares norteamericanos en billetes, que podrían usarse para aplicar política contra-cíclica en crisis. La propuesta, según los autores, se compondría de las siguientes etapas: preparación (resolver ex ante problemas políticos, legales y administrativos), introducción (la emisión monetaria inicial en dólares electrónicos), maduración y auge (ampliación del esquema, junto con posibles emisiones físicas), reactivación post-crisis (gracias a la política expansiva) y una fase final en donde se podría incluso pensar en recuperar plenamente una moneda propia, o mantener el bi-monetarismo (Schuldt y Acosta apuestan a recuperar la moneda). Al final, los autores concluyen que, si bien la emisión de moneda propia (paralela) ayudaría a enfrentar la crisis, sin embargo no resolvería los problemas fundamentales de la economía ecuatoriana (sobre todo, la falta de una transformación productiva).

Por último, en la sección de estudios socioeconómicos, Antonio Mora Plaza contribuye con su artículo Introducción a Sraffa. Una teoría de la inflación no monetaria a partir de Sraffa. En ese artículo Mora Plaza brinda un acercamiento al economista italiano Piero Sraffa y su principal obra Producción de Mercancías por Medio de Mercancías. Preludio a una Crítica de la Teoría Económica (1960) (piedra angular en la crítica que el Cambridge inglés hiciera al Cambridge norteamericano respecto a la teoría del capital). Como señala el autor, la obra de Sraffa es quizá de las más importantes (y las más subestimadas) en el pensamiento económico. De hecho, Sraffa propone replantear la economía, dejando cualquier idea de escasez, y demostrando que se puede tener una teoría de la distribución entre salarios y ganancias sin siquiera utilizar el término “capital”. A eso sumemos que Sraffa probó que no existiría la típica relación entre tasa de interés y capital propuesta por Wicksell y continuada por la economía ortodoxa. Pero Mora Plaza no se queda ahí, sino que además de difundir las ideas de la Producción de Mercancías…, propone las bases para una teoría de la inflación no monetaria, sino distributiva: una de las posibles explicaciones de la inflación no sería la política monetaria, sino elevados salarios y ganancias. Sin embargo, mientras que los precios crecen linealmente respecto a los salarios, crecerían exponencialmente respecto a las ganancias. Es decir, el incremento de ganancias generaría más inflación que el incremento salarial (completamente en contra a la típica idea de que el incremento salarial es altamente inflacionario). Tal teoría no monetaria es relevante para la economía ecuatoriana dolarizada para explicar, por ejemplo, por qué a pesar de tener la misma moneda, Ecuador posee una inflación más alta que Estados Unidos. Posiblemente, siguiendo el modelo que propone Mora Plaza, las proporciones de rentabilidad que imponen, en especial los sectores oligopólicos del país (ver Acosta y Cajas Guijarro, 2016b), son desproporcionadamente altos para una economía en dolarización. Finalmente, Mora Plaza concluye que la obra de Sraffa podría servir no solo para desarrollar una teoría de precios, sino muchas otras teorías (incluso una posible teoría distributiva con lucha de clases), pero eso sí, Sraffa y el marginalismo serían incompatibles.

Como se puede ver, la propuesta del número 108 de la Revista Economía está enfocada en temas cruciales, tanto monetarios, pero también distributivos, e incluso de política. Ojalá tal discusión aporte, en algo, a mejorar nuestro entendimiento sobre la moneda y la economía en general. No por un simple afán intelectual, sino como una forma de contribuir a que nuestras sociedades vivan mejores días en el futuro, sin el sometimiento de ningún tipo de poder o “supra-poder”.

Referencias

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Acosta, A. y Cajas Guijarro, J. (2016b). Ocaso y muerte de una revolución que al parecer nunca nació. Rebeion.org. Disponible en: http://www.rebelion.org/docs/216525.pdf

Acosta, A. y Cajas Guijarro J. (2017). La banca gana… ¡siempre!. Rebelion.org. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=231160

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John Cajas Guijarro es profesor de la Universidad Central del Ecuador y de la Escuela Politécnica Nacional. Se agradecen los valiosos aportes y revisiones de Alberto Acosta en el presente texto.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=235449&titular=revista-econom%EDa-de-la-universidad-central-del-ecuador:-el-supra-poder-monetario-

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Ecuador: 102 casos de abuso sexual en centros educativos al año

América del sur/Ecuador/16 Diciembre 2017/Fuente: El tiempo

Existen informes que desde 2015 alertaban de la gravedad del problema. Por ejemplo, el estudio ‘Una mirada en profundidad al acoso escolar’ señala que 3 de cada 5 estudiantes son víctimas de actos violentos en la escuela y que el 23% de alumnos de 11 a 18 años son acosados. Según el Ministerio de Educación, desde 2008 hasta octubre de 2017 se contabilizan 919 denuncias de violencia sexual en escuelas y colegios.

El 51% lo cometieron docentes. Desde 2008 hasta octubre de 2017, el Ministerio de Educación contabilizó 919 denuncias de violencia sexual en espacios educativos, lo que equivale a un promedio de 102 casos cada año. Antes de este período no existen estadísticas. Del total de casos se desprende que el 51% (469) fueron cometidos por docentes.

En estos delitos también están involucrados compañeros de las víctimas, conserjes y hasta conductores de buses de transporte escolar. Las cifras se elevan a partir de 2014. En ese año se reportaron 34 denuncias, mientras que en 2015 la cifra llegó a 94; en 2016 a 389; y de enero a octubre de 2017 suman 402.

Según el Ministerio de Educación, en 2014 se registraron 26 denuncias de delitos sexuales en el sistema educativo; en 2015 el número llegó a 79; en 2016 la cifra subió a 247; y de enero a octubre de 2017 suman 230.

Mientras tanto, fuera del sistema educativo se registraron 8 denuncias de delitos sexuales en 2014; en 2015 se reportaron 15; en 2016 llegaron a 142 y de enero a octubre de 2017 se contabilizaron 172.

Sin embargo, las estadísticas de la Fiscalía en relación a abusos sexuales no concuerdan con las del Ministerio de Educación (ver gráfico).

Por ejemplo, según cifras de la Fiscalía y del Consejo de la Judicatura, en 2015 reportaron 264 delitos sexuales en espacios educativos, mientras que el Ministerio de Educación habla de 94 casos.

De esos 264 casos, 152 se dieron en las aulas de los establecimientos educativos. Lo curioso es que solo 24 fueron denunciados por las autoridades del ramo; se realizaron 84 audiencias de juzgamiento por delitos sexuales en espacios educativos y apenas 57 tuvieron sentencias. El Ministerio de Educación informó que ha referido a 453 docentes investigados por abuso sexual.

El debate se centra por ahora en endurecer o no las penas

Las últimas denuncias de delitos sexuales cometidos contra escolares han dado paso a un debate político-jurídico. Amapola Naranjo, de la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional, dijo que trabajan en un proyecto de ley de reforma al Código Orgánico Integral Penal (COIP), para aumentar las penas. Cree que es necesario realizar una política pública sobre el tema, con una Policía especializada en casos de abuso sexual y con trámites específicos en este sentido.

“Estamos proponiendo una condena de las tres cuartas partes de la pena máxima que se le da a un agresor sexual, que es de 40 años, para todo implicado en delitos como acoso sexual, estupro”, indicó la asambleísta de PAIS. Augusto Espinosa, exministro de Educación y presidente de la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional, apoya el endurecimiento de penas, siempre y cuando se haga primero un análisis minucioso sobre el tema.

Espinosa es partidario de que las condenas no prescriban. Propone también la prevención como una forma de proteger a los menores. Con respecto a la polémica desatada sobre procesos de abuso sexual en instituciones educativas que fueron archivados, pese a que están judicializados, Espinosa estima que es necesario conciliar los procesos judiciales con los administrativos. “Se debe analizar la responsabilidad de cada persona que decidió el archivo de los casos”. Guillermo Estrella, maestro por casi 40 años y miembro del directorio de la Unión Nacional de Educadores, no es partidario de aplicar condenas más fuertes. Dijo que si bien se han dado estos penosos casos en varios centros educativos del país, se debe aclarar que la mayoría de maestros son personas nobles, que educan a la niñez y juventud con gran sacrificio.

Otro maestro, quien pidió la reserva, lamentó que en los últimos días a los docentes se los está etiquetando como depravados, cuando los denunciados por abuso sexual son un segmento pequeño. Otros profesores consultados mostraron preocupación de que estos casos de denuncias contra maestros dé paso a una especie de “chantaje por parte de estudiantes que estén por perder el año”. En este punto, Estrella duda de que esto se produzca.

Con esa opinión concuerda Espinosa, quien ve imposible que los alumnos extorsionen a los maestros a cambio de una buena calificación. Sybel Martínez, del colectivo Rescate Escolar, apunta a una educación especialmente en valores, para prevenir el abuso sexual en los escolares. “Lo importante es hacer que las escuelas y colegios se conviertan en sitios seguros para los chicos.

El aumento de la pena no tendría sentido si se da la imprescriptibilidad de la misma”, sostuvo. Para un padre de familia de un colegio de Quito que pidió no ser citado, sería bueno que los centros educativos, públicos y privados, coloquen en sus páginas web la hoja de vida de los maestros. Dijo que eso sería de gran ayuda, porque así estarían al tanto de quiénes educan a sus hijos. Igualmente, propuso un sistema de videovigilancia tipo ojos de águila, ya que muchos de los abusos sexuales denunciados se cometieron en las aulas, baños y otras zonas al interior de los establecimientos.

Otros estudios realizados en 2015 arrojan datos alarmantes

El estudio denominado ‘Una mirada en profundidad al acoso escolar’, realizado en 2015, revela que 3 de cada 5 estudiantes han sido víctimas de actos violentos en la escuela. También destaca que el 23% de estudiantes entre 11 y 18 años han sido acosados.

El estudio fue realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), Visión Mundial y el Ministerio de Educación. En cambio, según el estudio efectuado también en 2015 por el Grupo Rescate Escolar en el Distrito Metropolitano de Quito, 1 de cada 2 estudiantes es víctima de actos violentos en la escuela.

De ellos, el 20% reiterativamente y 6% constantemente. Sobre actos violentos por medios telemáticos (ciberacoso), el estudio señala que el 10% de estudiantes de 11 a 18 años fueron víctimas de esa forma de agresión. Estos datos revelan que el ciberacoso también es un problema educativo, tanto más que hay estudios que demuestran que los ciberagresores, por lo general, son amigos, compañeros y excompañeros de las víctimas.

Ecuador carece de datos sobre violencia sexual digital, que al igual que la violencia de género termina por afectar mayormente a las mujeres, en especial a adolescentes y adultas jóvenes. Conforme al estudio, el 16% de mujeres víctimas de acoso escolar consideró suicidarse a consecuencia de la difusión de rumores o secretos, frente al 7% de hombres.

El 20% del total de víctimas de acoso escolar que pensaron en quitarse la vida tenían entre 11 y 14 años. Por su parte, la ‘Encuesta de Niñez y Adolescencia en el Marco de la Intergeneracionalidad’ determinó que el 17,6% de los adolescentes de 12 a 17 años fallecieron en 2013 a causa del suicidio y homicidios. “Es evidente que el acoso escolar incrementa las tasas de suicidio así como las de depresión infantil y adolescente”, se advierte. El estudio ‘Una mirada en profundidad al acoso escolar’ destaca que ni un solo acto de violencia en la escuela debe ser admisible y que ningún estudiante debe sufrir maltrato de sus compañeros, menos de sus profesores. Añade que la convivencia en las escuelas de Ecuador todavía dista “y mucho” del nivel mínimo exigible, que sería aquel en que los episodios violentos, en el peor de los casos, sean esporádicos y ocasionales, inmediatamente detectados, de forma colectiva rechazados y resueltos de la mejor manera desde un punto de vista social, legal, educativo y de salud a favor de los niños, niñas y adolescentes. Recomienda que se debe hacer un estudio y análisis específico con desagregaciones territoriales, etnia, sexo y edad sobre violencia escolar, incluyéndose pero no limitándose a abuso sexual. Señala que se debe categorizar a la violencia contra niños, niñas y adolescentes, incluida la violencia escolar, como un problema de salud pública y así hacerlo constar en el Código Orgánico de la Salud. “Garantizar la protección administrativa y judicial en todos los casos de vulneración de derechos en el sistema educativo, generando mecanismos eficientes y eficaces de protección a las víctimas de violencia escolar, en especial de abuso sexual”, concluye el estudio.

Fuente: http://www.eltiempo.com.ec/noticias/ecuador/4/426128/ecuador-102-casos-de-abuso-sexual-en-centros-educativos-al-ano

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