América del sur/Ecuador/06 Diciembre 2018/Fuente: La Vanguardia
El gobierno de Ecuador ha implantado el aprendizaje en línea con el apoyo de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC) para incrementar la formación de la educación superior en el país.
Según ha informado hoy en un comunicado la UOC, un equipo de la universidad catalana se ha desplazado al país andino para impartir un taller en el que ha mostrado las experiencias, los modelos y los beneficios de los estudios en línea a las universidades ecuatorianas que están en proceso de implementar este método educativo.
El gobierno ecuatoriano tiene el objetivo de implantar diez programas de grado en línea en cinco universidades públicas ecuatorianas: la Universidad Técnica de Manabí (UTM), la Universidad Estatal de Milagro (UNEMI), la Universidad Central del Ecuador (UCE), la Universidad de las Fuerzas Armadas (UFA-ESPE) y la Universidad Técnica del Norte (UTN).
La universidad catalana en línea ha firmado un convenio con el Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior de Ecuador (CACES), el organismo encargado de ejercer la rectoría política para la evaluación, la acreditación y el aseguramiento de la calidad de las instituciones de educación superior.
Con este acuerdo, los trabajadores públicos de la entidad ecuatoriana se formaran a través de la oferta oficial de la UOC, una acción que forma parte del plan del Gobierno de Ecuador para mejorar la calidad de la formación superior.
Según la universidad, más de 7.000 jóvenes del país ecuatoriano se han matriculado en diversos grados universitarios como Psicología, Trabajo Social, Educación Inicial, Economía o Comunicación Social y empezarán el próximo semestre.
El convenio entre universidad y CACES también determina la concesión de becas de estudio a los trabajadores públicos de esa entidad de una duración de cuatro años, con posibilidad de extensión.
América del sur/Paraguay/06 Diciembre 2018/Fuente: Prensa Latina
El rechazo rotundo de más de 20 organizaciones al acuerdo entre el Ministerio de Hacienda y el Banco Mundial (BM) de cara al proyecto de reforma educativa 2030, matiza hoy el panorama del sector que pide su rescisión.
Líderes de entidades religiosas, docentes, estudiantes, académicos de universidades públicas y de la Universidad Católica así como sindicatos de docentes y funcionarios del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), rechazaron el tratado al que le auguran un fracaso total.
Según se pudo conocer, todos ellos criticaron fuertemente al MEC por su postura improvisada en la audiencia pública celebrada la víspera en la biblioteca del Congreso Nacional.
La mayoría consideró que la reforma de la década de los años 90, asesorada por el BM, resultó un fracaso.
Por esa razón -dijeron las fuentes-, todas las organizaciones presentes en el Congreso y en particular los docentes y funcionarios del MEC, pidieron igualmente que sea la cartera educativa la que encabece el proyecto de reforma 2030.
En ese sentido, también indicaron que ni la Unidad Ejecutora (UEPP), ni el consejo del Fondo de Excelencia para la Educación y la Investigación (FEEI), con fuerte influencia del sector privado, encabecen esta iniciativa.
Un millón de dólares le costará al Estado paraguayo el acuerdo con la entidad bancaria que elegirá asesores, sin recursos y ‘proyectará un programa mercantil de la educación’, aseguraron los conocedores
El acuerdo entre el Hacienda y el BM fue firmado en noviembre del año pasado, acto al que no fue invitado el MEC, que no tuvo participación alguna en la elaboración de ese documento.
América del sur/Argentina/06 Diciembre 2018/Fuente: Prensa Latina
Un estudio del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reveló aquí que el 48 por ciento de los niños y adolescentes en Argentina son pobres, de ellos el 20 por ciento viven en condiciones »severas».
En el informe difundido por Unicef Argentina, que mide la pobreza multidimensional, toma en cuenta varios patrones, desde una vivienda adecuada hasta la escolaridad, y se precisa que hay una gran cantidad de menores de edad de entre siete y 17 años que nunca han ido a la escuela.
Para elaborar el estudio, ese ente de la ONU contó con investigadores del Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico de la Universidad de Salta, la Universidad Nacional General Sarmiento y la organización Equidad para la Infancia.
Los especialistas se apoyaron en la última información oficial disponible correspondiente al primer semestre del año 2018, de la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Censos y concluyeron que midiendo la pobreza multidimensional el 48 por ciento de niñas y niños son pobres desde una perspectiva no monetaria (6,3 millones).
Este análisis toma en cuenta distintas dimensiones que vulneran los derechos en la infancia y adolescencia y determinan situaciones de pobreza: educación, protección social, vivienda adecuada, saneamiento básico, acceso al agua segura y un hábitat seguro, precisa la fuente.
Los datos revelan que la pobreza entre los menores se sitúa 10 puntos por encima de la población en general (38 por ciento).
Estos valores son aún más altos en aquellos hogares donde el jefe o jefa tienen bajos niveles educativos y empleos informales, o se encuentra desempleado, alerta el informe.
‘La pobreza tiene cara de niño y de niña’, afirmó Sebastián Waisgrais, Especialista en Inclusión Social de Unicef Argentina.
El experto precisó que si bien los niveles de pobreza son muy altos, se observa una caída de todos los indicadores monetarios y no monetarios entre 2006 y 2018 aunque los datos primer semestre del año en curso ‘no están captando los efectos de la actual situación macroeconómica y fiscal’.
Según el revelamiento, al medir la pobreza montearia se refleja que el 27 por ciento del total de la población vive en situación de pobreza (12 millones), el 4,9 en una situación de pobreza extrema, el 42 de niños y adolescentes vive en situación de pobreza (5,5 millones) y el ocho por ciento de la población infantil vive en situación de pobreza extrema.
El estudio recomendó para alcanzar la primera meta de los de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: ‘reducir al menos a la mitad la proporción de hombres, mujeres, niñas y niños de todas las edades que viven en pobreza en todas sus dimensiones, con arreglo a las definiciones nacionales’.
Por: tercerainformacion.es/Verónica Ferrucci y Valeria Scardino/05-12-2018
Nos encontramos con Raúl Zibechi en San Cristóbal de las Casas, México, en el marco del Taller de Reflexión Crítica: “La revolución del 68 en América Latina y los movimientos actuales” y “Eurocentrismo y revolución: Fanón y Quijano” en la Cosecha Librería, y en la presentación de su nuevo libro “Los desbordes desde abajo. El 68 en América Latina” en el Cideci-Unitierra.
Así comienza la presentación de su libro:
“Cuando se hablaba del 68, lo primero en que se pensaba era en París y eso me molestó un poco, porque si bien en París pasaron cosas bien importantes, sobre todo a nivel del movimiento estudiantil y del movimiento obrero, el 68 sucedió en todo el mundo. Más aún, el 68 empieza en la periferia y lo que sucede en el centro es una caja de resonancia de lo que se hizo en la periferia.
En los 60, hubo fuertes luchas, que empezaron con la Revolución Cubana, sin la cual no podríamos entender nada de lo que sucedió en la década del 1960 en América Latina. Tampoco podríamos entender lo que sucedió en el 68 mexicano sin remontarnos a Chihuahua y a todo el proceso campesino y el asalto al cuartel de Madera. Tampoco podemos de pensar en Argelia en su guerra de liberación que estuvo presente en toda Europa y en todo el mundo. O los procesos de descolonización en África, Asia y América Latina. No podemos entender el 68 sin Norteamérica, que fue importante con una masiva presencia de estudiantes por la guerra de Vietnam, país que produce la ofensiva donde, por primera vez en la historia, campesinos pobres armados en un ejército popular derrotan a la mayor potencia militar del mundo. La marcha a Washington que protagonizaron los negros y el famoso discurso de Martin Luther King ‘I have a dream’, o la lucha de los panteras negras que comienza a organizar a la población negra en los barrios pobres de ciudades del estado de California, o la invasión de la Unión Soviética a Checoslovaquia.
Los movimientos negros que hoy conocemos en Colombia y Brasil, el conjunto de los movimientos indígenas, que no nacen en este periodo, pero sí tienen una reconfiguración a partir de ese momento.
En este punto geopolítico, acepto las ideas de Imannuel Wallerstein quien dice que el 68 fue una revolución exitosa porque no tomó el poder, porque fracasó. El 68 es un ciclo de lucha de unos 3 años más o menos, que abre nuevos períodos a nivel macro; como la decadencia de los Estados Unidos y a nivel micro comienza un deterioro importante de la autoridad; del varón en la familia, con un protagonismo cada vez mayor de las mujeres y los jóvenes y las jóvenas; la lucha contra el patriarcado aunque comenzó mucho antes es de alguna manera hija del 68 o la lucha en las aulas contra la autoridad del profesor/a”.
(Imagen: Colectivo Manifiesto)
—En tu nuevo libro, nos convidas esta lectura sobre los movimientos anti sistemas, tales como el feminista, el indigenista, el ambientalista, el campesino desde mirada de la periferia y desde abajo: ¿Qué implicaron para vos esos desbordes, por qué fueron posibles y qué transformaciones instalaron?
—Ya que estamos con un medio de Córdoba, el caso más claro de desborde fue el Cordobazo. Hay un trabajo muy lindo de Mónica Gordillo y James Brennan: “Las guerras obreras en Córdoba” que, justamente, cuenta cómo los obreros fabriles, no el sindicato, sino los obreros en las secciones más duras: pintura y mecánica, empezaron un proceso de insurgencia y desobediencia que termina en el Cordobazo y en el Viborazo. Yo creo que es un caso típico de desborde de sus propios sindicatos, los obreros desbordan a sus dirigentes, al propio Tosco que era un tipo impresionante, pero Tosco no tenía previsto el Cordobazo, nadie lo tenía previsto. Los desbordes son eso, ir más allá de lo establecido y de lo previsible, desbordar los cauces organizativos, establecidos y, en el caso obrero, fue muy claro y, por eso, la respuesta tan dura, porque no sólo hubo represión, sino que con el tiempo empezaron a desmontar las viejas fábricas, el trabajo en cadena y empezaron con la robotización, la desestructuración de las fábricas y la precarización laboral.
Pero, en general, el 68 fue un período muy rico y muy potente de luchas, no sólo de luchas visibles, sino de luchas invisibles, como, por ejemplo, lo que pasaba en la familia, en el aula, espacios concretos que empezaron a ser ocupados y desbordados por las mujeres y jóvenes: los dos actores principales del 68.
Las consecuencias fueron muchas, la más positiva fue que, en este período, cuajan, nacen y se desarrollan los movimientos sociales más importantes. El feminista es el que hoy estamos viendo con más fuerza, pero, en períodos anteriores, se vieron jóvenes con su propia cultura, con sus propios espacios de socialización que ocuparon, inicialmente, las luchas armadas y que, después, fueron apareciendo en otros espacios.
(Imagen: Colectivo Manifiesto)
Hubo cambios a nivel macro y micro; por ejemplo, a nivel macro, las dictaduras fueron la gran respuesta a todo ese período de insurgencia y desobediencia. Por otro lado, los cambios macros son el declive del imperialismo, de la Unión soviética, de la bipolaridad, el ascenso de los países no alineados, el tercermundismo, el crecimiento de la importancia de países que, hasta ese momento, no habían tenido ningún papel en América Latina.
—A partir de esta matriz de análisis que vos hacés desde el análisis de los movimientos del 68, ¿qué potencia creés que tienen los actuales movimientos sociales en la complejidad de la realidad que estamos viviendo en la Región?
—Yo creo que los que cambian el mundo son los movimientos sociales, no los gobiernos, los gobiernos pueden reprimir o pueden tolerar, o, en algunos casos, pueden apoyar. Chávez, durante años, apoyó los movimientos, los progresistas, a diferencia de Chávez, no los apoyaron, trataron de cooptarlos, socavarlos. Yo creo que los que cambian el mundo son los movimientos, porque lo cambian en todos los espacios, en la micro cotidianidad y en el espacio intermedio. En lo macro, entonces, la potencialidad es esa, la de los movimientos que estamos viendo hoy en América Latina, básicamente, el movimiento de mujeres, el movimiento negro en Brasil y Colombia, los movimientos indígenas, los movimientos contra la minería, los monocultivos que han tenido triunfos importantes, han logrado frenar grandes mineras, se ha logrado frenar a Monsanto en Córdoba. Son triunfos que no son fáciles, pero ahí está la potencialidad de los movimientos sociales que están cambiando el mundo.
Cuando me cuentan que, en Argentina, irrumpen las chicas de once y doce años con sus demandas feministas (y que los varones no sabemos donde colocarnos, porque ese es el otro gran lío) es un potencial de lo que sucede en la vida cotidiana. Después, puede sancionarse legalmente el aborto, ese año o diez años después, pero ya hay una legitimidad, hoy el aborto en Argentina es algo legítimo o, por ejemplo, ocupar tierras en Brasil es legítimo, después puede venir un gobierno que las reprima, pero eso es otra historia. Quienes no miramos tanto para arriba, sino más bien en horizontal, para abajo, vemos que hay una tendencia muy fuerte de la gente a hacer por sí misma, a organizarse por sí misma, a no depender de caudillos, de líderes, de dirigentes y hacer. Esa es la parte destituyente de los movimientos o la parte que destituyen la autoridad y el autoritarismo, después está la creatividad, ¿no?
He visto, en algunas ciudades de Argentina y Uruguay, que empiezan a haber espacios que son femeninos u otros donde también hay algunos varones, y lo que se hace es, básicamente, la reproducción de la vida, donde el cuidado de la vida es fundamental; radios, centros culturales, bibliotecas, espacios que están creando algo nuevo ya, no sólo destituir, sino también crear. Algunos de estos espacios son visibles, pero otros que no se definen como “estamos creando el mundo nuevo”, pero realmente están haciendo cosas nuevas. No tienen el cartel de mundo nuevo o de creación de un proyecto emancipatorio, pero, cuando hay alguna movida, se suman y es un síntoma claro de que los movimientos ya no sólo resisten y tratan de avanzar en esa resistencia, sino que también crean y son importantes porque son necesarios esos lugares, como acá en el Cideci donde sentirse tranquilo, seguro, cómodo y poder hablar.
(Imagen: Colectivo Manifiesto)
*Publicado por LA TINTA
La opinión del autor no coincide necesariamente con la de TerceraInformación
Los cambios en las instituciones, en la manera en que se enseña y en que se aprende, en los vínculos entre generaciones y en las demandas que surgen de la relación escuela-comunidad complejizan la tarea que los docentes llevan adelante día a día. A partir de distintos ejes temáticos, Escuela de maestros explora el trabajo de los docentes en diferentes escuelas del país.
Fuente de la reseña: https://www.youtube.com/watch?v=yzsuvBzsnfk
Este es el canal del Foro Feminista Contra el G20. Podes ver las sesiones del foro en vivo. Hoy: 10hs. Dos Años de Movilizaciones: OMC, G20 y más allá: aprendizajes, nuevos temas y desafíos desde una perspectiva Feminista del Sur Global pensando alternativas y estrategias. 13hs. Tribunal Ético Feminista contra las políticas de explotación capitalistas, racistas y patriarcales. 16:45hs. Asamblea Popular Feminista Internacionalista frente a las políticas del G20. Cierra con Festival de los Pueblos: 19:30hs. Daniel Devita 20:15hs. Kumbia Queers 21:15hs. Arbolito 22:15hs. Sudor Marika
Fuente de la reseña: https://www.youtube.com/watch?v=JUWNPy8verk&feature=youtu.be
En entrevista a la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), la coordinadora de Políticas Educativas de la Campanha Nacional pelo Direito à Educação, de Brasil, analiza el contexto de la educación pública en el país, así como los desafíos y amenazas que este derecho ha enfrentado en los últimos tiempos. Comenta, asimismo, lo que representa la cumbre del G20 para la educación brasileña.
Según Andressa Pellanda, “la educación debe mirarse como derecho y no un servicio. Necesita garantizarse con calidad, de manera pública y gratuita para todas y todos, desde un financiamiento adecuado”.
Lea la entrevista completa:
¿Cómo está la situación de la educación pública en Brasil?
Andressa Pellanda – Todavía tenemos en Brasil 2,8 millones de niñas, niños y adolescentes que no están en la escuela. Frente a esta situación, vemos que todavía tenemos un reto inmenso de acceso escolar. Para que se entienda la dimensión, esta cantidad de personas es más grande que toda la población de 59 países en el mundo.
Además, todavía tenemos el reto de la inclusión de todas y todos las/os niñas, niños y adolescentes, muchas y muchos de las/os cuales están en la escuela, pero no están efectivamente incluidas e incluidos, sufren discriminaciones por su raza, etnia, color, género, orientación sexual, discapacidad, etc.
Parte del desafío de la inclusión dice respecto a la falta de políticas anti-discriminatorias y también a la falta de calidad en la educación. La baja calidad está relacionada especialmente a la precaria infraestructura de las escuelas y a la casi inexistente valorización de las y los profesionales de la educación, que necesitan una buena formación inicial y contínua, buenas condiciones de trabajo y un salario que sea equivalente al de otras profesiones con la misma formación.
Todo eso está directamente relacionado al bajo nivel de financiamiento para el área y al hecho de que las políticas de educación no han tenido importancia central a mediano y largo plazo, como es el caso del Plan Nacional de Educación, que llegará a junio de 2019 en su 5º aniversario, probablemente, con el mismo diagnóstico de descumplimiento.
¿Cuáles son las principales amenazas que la educación brasileña enfrenta actualmente?
Andressa Pellanda – La educación en Brasil viene sufriendo una amenaza ultraconservadora, movilizada por grupos que defienden una educación acrítica, con censura, de pensamiento único y que no incluye las diversidades. Este movimiento tiene como principal bandera el proyecto de ley “Escuela sin Partido”. Frente a tales presiones, la dimensión de la inclusión y la libertad de enseñar y aprender están amenazadas.
Hay un movimiento de precarización de la educación pública, especialmente a través de recortes en el financiamiento de la educación, sintetizados por la Emenda Constitucional 95, que impone un límite de inversiones para el área hasta el 2036. En paralelo a este proceso de precarización, hay un avance de la privatización desde la gestión de las escuelas, lo que no garantiza el cumplimiento del derecho, por lo contrario, lo amenaza. De esta manera, las dimensiones del acceso y, especialmente, de la calidad, están perjudicadas.
¿Qué significa la cumbre del G20 para la educación brasileña? ¿Sobre cuáles aspectos de este encuentro el país debe estar atento?
Andressa Pellanda – El G20, como un foro de líderes que históricamente ha mirado hacia las economías de la región, así como sus retos comunes en términos políticos y sociales, representa un momento oportuno para analizar los impactos negativos que han traído las políticas de austeridad económica y de endeudamiento para los Estados como garantes de derechos.
Esperamos que los líderes reunidos puedan hacer este análisis y comprender la necesidad urgente de retomar las inversiones para las áreas sociales, ante el riesgo de haber un aumento brutal de las desigualdades, de la pobreza y de la disminución de los indicadores sociales en la región.
¿Qué se puede negociar en el G20 en términos de educación?
Andressa Pellanda – La educación debe mirarse desde la perspectiva de que es un derecho y no un servicio. Debe garantizarse con calidad, de manera pública y gratuita para todas y todos, con un financiamiento adecuado.
La educación no es solamente el aprendizaje de contenidos cognitivos. Es la formación integral y para la ciudadanía, dimensiones que muchas veces no pueden ser medidas por una política de evidencias y de evaluaciones estandarizadas. La educación como un derecho humano y uno de los vectores para la justicia social es innegociable.
Fuente de la entrevista: https://redclade.org/noticias/brasil-en-el-g20-la-educacion-como-un-derecho-humano-y-uno-de-los-vectores-para-la-justicia-social-es-innegociable/
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