América del Sur/Uruguay/PrensaIE
El Día Internacional de los Pueblos Indígenas nos recuerda que, en muchas partes del mundo, los pueblos indígenas se enfrentan de manera sistemática a la exclusión, la discriminación, la pobreza y la violencia. En Paraguay, tras siglos de invasión de sus tierras, la colonización europea y la violación de sus derechos humanos por los sucesivos Gobiernos, la población indígena ha sido diezmada y marginada.
Para los cerca de 2 000 docentes indígenas que residen en Paraguay la situación no es muy diferente. Su conocimiento cultural no es reconocido, no siempre disponen de acceso a los mismos derechos y beneficios relacionados con la antigüedad que otros docentes, y no se valora su plurilingüismo y su experiencia.
Derechos humanos y derechos profesionales
Ante esta situación, el sindicato de trabajadores y trabajadoras de la educación OTEP-AUTENTICA NS de Paraguay trabaja para organizarse con los docentes indígenas con el fin de luchar por sus derechos humanos, laborales, culturales y profesionales.
El sindicato ha modificado sus estatutos para incluir la Secretaría de los Pueblos Originarios, a través de la cual los docentes indígenas se organizarán y elaborarán propuestas destinadas a obtener el reconocimiento de los derechos y sus reivindicaciones.
Una de las reivindicaciones del sindicato, publicada en una declaración oficial, exige que el Gobierno de Paraguay «garantice la educación pública como un derecho universal y reconozca el derecho de los pueblos indígenas a poner en marcha sus propias escuelas, conectadas al mundo, sin menoscabar su derecho fundamental a una comunidad, una cultura y una vida digna».
El «compromiso de nuestro sindicato como organización es el de servir como herramienta de liberación y convertir la educación gratuita, de calidad, democrática y pública en una realidad para todos», afirma la declaración.
Educación con respeto
La Internacional de la Educación (IE) apoya plenamente estas iniciativas y considera que la educación debe ser accesible para todos y todas sin discriminación.
El derecho de los pueblos indígenas a la educación significa tener acceso a una educación de calidad que les permita tomar decisiones dignas y apropiadas, ofreciendo a los niños/as y a los jóvenes indígenas una educación que les ayude a desarrollar su potencial y que respete su cultura.
La educación también resulta fundamental para el pleno disfrute de otros derechos humanos que son fundamentales para las comunidades indígenas, tales como el derecho al trabajo, los derechos de las mujeres y las jóvenes indígenas, el derecho a la salud, el derecho al agua, el derecho a los derechos colectivos, el derecho a un consentimiento libre, previo e informado, el derecho a la autodeterminación, a sus tierras, territorios y recursos, y el derecho al desarrollo.
Para la Internacional de la Educación, la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) constituye una oportunidad de hacer progresar los derechos de los pueblos indígenas. Requiere adoptar una conciencia de que se necesita un planteamiento del desarrollo basado en los derechos humanos, pues no se han reconocido los derechos colectivos de los pueblos indígenas a sus tierras, territorios y recursos, y no se hace suficiente hincapié en el consentimiento libre, previo e informado, tal y como se estipula en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, en las conclusiones de la Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas, en el Convenio nº 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre pueblos indígenas y tribales, así como en el Convenio sobre la eliminación de todas las formas dediscriminación contra la mujer.
La Internacional de la Educación cree que los docentes y el personal de apoyo, sean indígenas o no, deben contribuir a que se respeten el conocimiento y el patrimonio indígena en las instituciones educativas, y conectar tanto con los estudiantes indígenas como con los estudiantes no indígenas. Así pues, la IE considera que es imposible disociar las lenguas indígenas de la identidad y del modo de vida de los pueblos indígenas y de su conocimiento.
Por consiguiente, la IE invita a todas las organizaciones miembros a promover y a respaldar la declaración de Coolangatta sobre los derechos de los pueblos indígenas en la Educación, aprobada en la Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas de 1999, que se celebró en Hilo, Hawai, Estados Unidos. «Dicha declaración representa la voz colectiva de los pueblos indígenas de todo el mundo» y «sostiene que los derechos fundamentales resultan esenciales para el logro de la reforma y transformación de los pueblos indígenas»
Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/detail/15935/paraguay-sindicato-encabeza-esfuerzos-para-defender-los-derechos-de-los-docentes-ind%C3%ADgenas
Considero un gran acierto el nombramiento de María Victoria Angulo como ministra de Educación. Cuando llegué al Ministerio tuve la oportunidad de conocerla y trabajar con ella; sé de su disciplina y grandes capacidades. La nueva ministra conoce el sector en todos sus niveles y estoy segura de que sabrá articular el trabajo con los diferentes actores y aliados para continuar transformando el sector educativo de nuestro país.


Le veo tres cosas positivas. Primero, tiene experiencia como nadie; segundo, ha demostrado que puede liderar transformaciones profundas que se necesitan, por ejemplo cuando lideró el modelo de PAE en Bogotá, que considero ha sido revolucionario; y tercero, es capaz de hacer alianzas y de trabajar con distintos actores, como lo hizo en la Secretaría de Educación de Bogotá con los proyectos de innovación educativa. Sin embargo, enfrenta dos retos: primero, lograr un diálogo fluido con Fecode y segundo, conseguir los recursos para resolver el problema que hay en el Sistema General de Participaciones, ya que si ella no lo hace, será difícil que pueda implementar alguna reforma.
El nombramiento de María Victoria Angulo es sin duda un gran logro. La educación de nuestro país necesita un líder de la cartera que no solo conozca el sector, sino que entienda sus retos y la compleja gestión del sistema. María Victoria es una persona que sabe escuchar y apoyar; lo sabemos porque la organización que ella dirigía cuando la conocimos fue uno de los primeros organismos que creyó en el Pacto por la Educación y la necesidad de respaldar una voz que faltaba: la de los jóvenes líderes que conforman este movimiento.
La próxima ministra de Educación es una persona que conoce muy bien la dinámica de la educación superior y dista diametralmente de las anteriores ministras, quienes sorpresivamente aterrizaron en un importante Ministerio. María Victoria Angulo tiene el reto de designar a un presidente del Icetex que reconozca e interiorice las dificultades existentes, purgue la rampante corrupción que carcome la entidad y sea un gerente osado para implementar cambios profundos que den un viraje a la desnaturalización del Icetex.






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