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Desalarización, inseguridad alimentaria y desasistencia: alarmante informe sobre las universidades en Venezuela

Una encuesta reveló datos significativos sobre la salud mental de la comunidad universitaria: 69% de los estudiantes y 61% de los docentes presentan tres o más síntomas de depresión

 

El Observatorio de Universidades publicó un informe que revela una situación crítica en las universidades de Venezuela, que destaca el proceso de desalarización, la inseguridad alimentaria y la desasistencia han afectado tanto a los profesores como a los estudiantes.

 

Señala que 69% de los docentes universitarios realiza otra actividad para obtener ingresos extras, 110% recibe ayuda de un familiar o amigo en el país y otro 19% recibe ayuda de un familiar o amigo en el exterior.

 

Según los datos recabados, 51% del ingreso se concentra entre 61 y 325 dólares, y destaca que 83% tiene ingresos menores a 325 dólares.

 

Casi 100% de los estudiantes no recibe becas

Los datos relacionados con los estudiantes revelan que 56% tiene otro trabajo para obtener ingresos extras, 24% recibe ayuda de familiares o amigos en el país y 10% recibe ayuda de familiares o amigos en el exterior.

 

Resalta que 97% de los estudiantes de las instituciones públicas no recibe becas y 92% no cuenta con bonos del sector público.

 

Imagen: Observatorio de Universidades

 

El Observatorio de Universidades señala que 45% de los profesores y 39% de los estudiantes han tenido que vender o intercambiar bienes para comprar alimentos. Indica además que 82% de los profesores y 69% de los estudiantes disminuyeron sus porciones de comida, pese a que utilizan 79% de sus ingresos para gastos relacionados con la alimentación.

 

Síntomas de depresión en docentes y estudiantes

La encuesta reveló datos significativos sobre la salud mental de la comunidad universitaria: 69% de los estudiantes y 61% de los docentes presentan tres o más síntomas de depresión.

 

Asimismo, 51% de los estudiantes y 31% de los docentes muestran síntomas de ansiedad persistente.

 

Debido a la compleja situación humanitaria y las condiciones precarias en las universidades, 7 de cada 10 profesores han considerado dejar su trabajo, y 6 de cada 10 estudiantes han pensado en abandonar sus estudios en el último año.

https://www.elnacional.com/venezuela/desalarizacion-inseguridad-alimentaria-y-desasistencia-alarmante-informe-sobre-las-universidades-en-venezuela/

 

 

 

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Paraguay finalmente recibe clases de educación sexual, pero muchos se preocupan por las lecciones

Antes de cumplir 15 años, el cuerpo de Diana Zalazar había crecido tanto que ya no cabía en el vestido que compró para su fiesta de quince años para celebrar su paso a la edad adulta en Paraguay.

Su madre buscó la ayuda de un médico, quien sospechó que dentro de la niña de 14 años del coro católico podría estar creciendo un tumor gigante. Lo siguiente que supo Zalazar fue que un ginecólogo estaba limpiando la sonda que le había aplicado en el vientre y le informó que estaba en su sexto mes de embarazo.

Esto no tenía sentido para Zalazar, quien recientemente había tenido relaciones sexuales por primera vez sin darse cuenta de que podría quedar embarazada.

En el católico Paraguay, que tiene la tasa más alta de embarazo adolescente en Sudamérica, muchas madres jóvenes explicaron a The Related Press que sus embarazos adolescentes eran el resultado de haber crecido en un país donde los padres evitan a toda costa el diálogo sobre los pájaros y las abejas y educación sexual nacional es indistinguible de una lección de higiene.

“Yo no decidí ser madre”, dijo Zalazar. “No tuve la oportunidad de elegir porque no tenía los conocimientos necesarios”.

A lo largo de los años que Zalazar, que ahora tiene 39 años, ha pasado de la ignorancia y la vergüenza sexual a criar a su hijo de 23 años y defender los derechos de los niños, la falta de educación sexual en Paraguay no ha cambiado… hasta ahora. Por primera vez, el Ministerio de Educación ha respaldado un plan de estudios nacional de educación sexual. Pero en un giro sorprendente, son los educadores en salud sexual y las feministas quienes están en pánico. Los lobbystas conservadores están encantados.

El programa, del que AP obtuvo una copia, promueve la abstinencia, explica el sexo como “una invención de Dios para la gente casada”, advierte sobre la ineficacia de los condones y no cube nada sobre la orientación o identidad sexual.

“Tenemos una cultura judeocristiana muy fuerte que aún prevalece, y hay una resistencia feroz a cualquier cosa que vaya en contra de nuestros principios”, dijo Miguel Ortigoza, un defensor clave del plan de estudios y pastor evangélico de Capitol Ministries, una organización sin fines de lucro con sede en Washington que dirigió estudios bíblicos para el gabinete del expresidente Donald Trump.

Como una nueva generación de activistas que hacen campaña por aborto authorized Y mientras los derechos de los homosexuales ganan en América Latina, en Paraguay se ha generado una reacción conservadora. El país ya tiene una de las leyes de aborto más estrictas del mundo. castigable con pena de prisión incluso en casos de incesto o violación, aunque no cuando esté en peligro la vida de la madre.

“En todas partes las leyes permiten ahora que las niñas maten a sus bebés, pero Paraguay es uno de los pocos países que todavía cube no, por amor a Jesús”, dijo Oscar Ávila, director de un refugio antiabortista para madres jóvenes en la capital de Paraguay. En una misa matutina celebrada hace poco, las niñas de no más de 15 años llenaban los bancos, algunas con avanzados embarazos, otras con bebés en sus caderas.

Los críticos explican el enorme poder de los grupos de presión de derecha de Paraguay como consecuencia de una historia peculiar. El conservador Partido Colorado ha gobernado el país durante 76 de los últimos 80 años, incluso durante una dictadura abiertamente simpatizante de Adolf Hitler.

“Cuando crecí bajo la dictadura, me decían que la homosexualidad period una desviación”, dijo Simón Cazal, fundador del grupo paraguayo de derechos LGBTQ+ SomosGay. “La dictadura terminó legalmente, pero los mismos clanes políticos siguieron dirigiendo el espectáculo”.

Más recientemente, el ascenso de la extrema derecha en América Latina ha dado a la plataforma del partido gobernante, compuesta por religión, familia y “patria”, una nueva resonancia, envalentonando a los guerreros culturales conservadores con vínculos evangélicos a llevar sus batallas a las aulas.

En 2017, Paraguay se convirtió en el primer país en prohibir los debates sobre identidad de género en las escuelas, una iniciativa involuntaria de los populistas europeos y los gobernadores republicanos. Ahora, su programa de educación sexual se ha convertido en un punto de conflicto nacional.

“El texto es muy peligroso, es un atentado contra la ciencia”, dijo la senadora izquierdista Esperanza Martínez ante un comité gubernamental convocado recientemente para debatir el plan de estudios.

El ministro de Educación, Luis Fernando Ramírez, restó importancia a la controversia y destacó que aún hay tiempo para mejorar el currículo antes de implementarlo. “No hay gasto de fondos estatales”, dijo a los legisladores. “No juzguemos hasta que hagamos un trabajo más profundo”.

Las autoridades han reunido equipos para revisar el programa, denominado “12 ciencias de la educación sexual y afectiva”, que se prevé poner a prueba en septiembre en cinco regiones del este antes de extenderlo a nivel nacional. Los grupos de derechos de los padres elogian los 12 libros, uno para cada grado, como una forma de enseñar ethical y proteger a los jóvenes.

“Es una verdadera batalla por la vida, por la familia, por los verdaderos derechos de los niños y por la libertad de los padres”, dijo la autora del plan de estudios, María Judith Turriaga. “Es la razón por la que los padres lucharon para que se incluyera en las escuelas públicas”.

El plan de estudios enseña a los niños a tratar a los demás con respeto y cultivar relaciones saludables.

Pero al desalentar la anticoncepción y hacer cumplir las normas de género tradicionales, se ha convertido en un pararrayos de tensiones sociales. Los críticos dicen que perpetúa estereotipos sexistas: “Los hombres conquistan, no seducen”, “las niñas tienen cerebros más pequeños y livianos”, “los niños no lloran fácilmente”, “a las niñas no les gusta correr riesgos”.

La masturbación, cube, causa “frustración y aislamiento”. El amor conyugal dura para siempre. Las chicas deben tener cuidado con “cómo su forma de vestir hace que los hombres se comporten”. La pubertad femenina es “el cuerpo que se prepara para convertirse en esposa y madre”.

Los libros también están llenos de afirmaciones inesperadas: “Los niños no perciben claramente las voces agudas”, cube.

Cualquier conversación sobre sexo se refiere al ámbito heterosexual.

“Sin una educación verdaderamente inclusiva que te permita entender tu realidad, da miedo”, dijo Yren Rotela, una activista trans cuya identidad como mujer a los 13 años la empujó a la servidumbre por deudas y al trabajo sexual en un país donde la identidad transgénero no está legalmente reconocida, no hay legislación que reconozca los crímenes de odio y la discriminación está muy extendida.

En un taller realizado en agosto, los participantes expresaron su alarma sobre partes del plan de estudios que enfatizan el deber de obediencia a los padres y las autoridades e instan a las adolescentes embarazadas a confiar en sus familias, incluso cuando las agresiones sexuales suelen perpetrarse en el hogar.

“Nunca recibí ayuda de mi familia, me amenazaban para que no se lo contara a nadie”, dijo Liliana, quien fue violada por su padrastro y quedó embarazada a los 13 años, hablando bajo condición de que solo se usara su primer nombre porque su caso está bajo investigación.

El énfasis en la deferencia incuestionable conlleva una carga política en Paraguay, donde los expertos dicen que la dictadura más antigua de América Latina inculcó una tradición autocrática duradera.

“En este país es fácil crear proyectos autoritarios que jueguen con los miedos de la gente”, dijo Adriana Closs, presidenta de Feipar, un grupo paraguayo que promueve la educación integral. “Las facciones políticas se están aprovechando de esto debido al contexto world favorable”.

Mientras la política del conservadurismo social se expande desde Brasil hasta Hungría, los legisladores paraguayos han encontrado una inmensa promesa en la agitación contra lo que consideran una conspiración occidental para feminizar a los niños y convertir a las niñas en homosexuales.

El pánico por la influencia extranjera se nutre del trauma colectivo de la Guerra de la Triple Alianza, que enfrentó a Paraguay con Argentina, Brasil y Uruguay y diezmó a más de la mitad de su población. Los paraguayos todavía tienen la costumbre de evocar el conflicto de 1865-1870 como si hubiera ocurrido la semana pasada.

“Paraguay es el caldo de cultivo perfecto para las conspiraciones globalistas”, dijo Esteban Caballero, asesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, un grupo de investigación regional. “No se trata de un grupo marginal de fanáticos que promueven esta narrativa, es una sociedad conservadora aterrorizada por las identidades no binarias. Eso significa votos”.

Antes de las elecciones parlamentarias de 2023, una transferencia anual de fondos de la Unión Europea al Ministerio de Educación de Paraguay sumió a los políticos en una batalla galvanizadora.

El debate electoral giró desde la corrupción rampante de Paraguay y las escuelas descuidadas hasta las acusaciones de que la UE adoctrina a los niños sobre la “ideología de género” a través de su acuerdo de financiación “Transformando la Educación”.

El Senado rechazó por un estrecho margen un proyecto de ley que arrasó en la Cámara Baja y que ordenaba a las autoridades revocar los fondos de la UE que en realidad apoyan iniciativas contra el hambre.

En medio de la controversia, diplomáticos europeos celebraron una ceremonia para cambiar el nombre del acuerdo a “Fortalecimiento de la Educación” por temor a que la palabra “transformación” resultara ofensiva. El presidente Santiago Peña apareció en la iglesia evangélica más grande de Paraguay y prometió a los líderes religiosos una mayor influencia sobre la agenda educativa nacional.

“Vemos un apoyo más fuerte que en ocasiones anteriores”, dijo el pastor Ortigoza. “Hay una mayor sensibilidad hacia nuestras causas”.

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Colombia: Aprobado en segundo debate proyecto de educación emocional en colegios del país.

Redacción La Última

En segundo debate fue aprobado el proyecto de ley de autoría del senador Carlos Julio González Villa, que introduce la educación emocional en el sistema educativo colombiano a través de las competencias socioemocionales. El propósito es impactar las dramáticas cifras de deterioro de salud mental de la niñez y la juventud.

“Ante la grave radiografía de la salud mental de la niñez y juventud colombiana, respondemos con educación emocional”, manifestó González Villa.

La iniciativa propone introducir en el modelo educativo colombiano, a través de los Proyectos Educativos Institucionales (PEI), la formación en educación y competencias socioemocionales de manera transversal en todos los niveles desde preescolar hasta secundaria.

“La iniciativa busca complementar la educación académica con herramientas que fortalezcan el bienestar emocional y social de niños y jóvenes”, indicó el congresista.

Esta propuesta va más allá de simplemente incluir una cátedra en el currículo; abarca diversas estrategias que van desde la planificación de actividades, el diseño de espacios, la implementación de acciones y la realización de evaluaciones, todas orientadas al desarrollo integral de los estudiantes.

“Propongo fortalecer el desarrollo integral de la niñez y la juventud mediante la conciencia, autonomía y regulación emocional, además de fomentar el desarrollo de las habilidades sociales, así como las habilidades para la vida, así como el bienestar”, indicó el senador.

El proyecto incluye también la formación y capacitación de los docentes, además de herramientas pedagógicas específicas para abordar de manera efectiva la educación y las competencias socioemocionales de los estudiantes. Así mismo, se contempla el diseño de guías metodológicas por parte del Ministerio de Educación Nacional para garantizar su adecuada implementación.

“La educación emocional es fundamental para enfrentar los retos y los desafíos de la construcción del proyecto de vida humana, de cómo enfrentar vicisitudes, cómo enfrentar conflictos, cómo manejar toma de decisiones, cómo conocerse, expresarse, regularse y proyectarse en la sociedad. A eso es a lo que le estamos apuntando”, puntualizó.

Panorama desalentador
El proyecto de ley es una respuesta a las problemáticas tan preocupantes como la farmacodependencia, el suicidio y la violencia escolar, entre otras amenazas a la salud mental, cuyas cifras alarmantes en el país requieren una intervención inmediata en el sistema educativo.

Según los datos revelados en las audiencias públicas sobre salud mental, promovidas por el senador González Villa, de cada diez niños, 4.4 presentan síntomas relacionados con el deterioro de su salud mental. Además, mensualmente, 190 niños y jóvenes pierden la vida por suicidio, según lo revelado por la Procuraduría.

El Estudio Nacional de Consumo SPA arroja una cifra impactante: en los últimos 12 meses, cerca de 258.000 escolares han consumido drogas, y en el último año medido, 473.000 niños y niñas abandonaron el sistema educativo.

Aprobado en segundo debate proyecto de educación emocional en colegios del país

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ONU reporta 83 millones de personas con inseguridad alimentaria en Latinoamérica

Más de 83 millones de personas en Latinoamérica sufren inseguridad alimentaria, advirtió este martes la ONU en el X Foro Regional de Alimentación Escolar para América Latina y el Caribe, que reunirá a 200 participantes de más de 20 países para fortalecer compromisos regionales en el sector.

«Aún en este momento 83,4 millones de personas sufren inseguridad alimentaria en la región (Latinoamérica) y 43 millones sufren de desnutrición«, informó el coordinador residente del Sistema de Naciones Unidas en México, Peter Grohmann.

El evento, organizado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Gobierno de México como anfitrión del foro, contó en su sesión inaugural con representantes de Gobierno, de instituciones financieras internacionales y de las Naciones Unidas. 

Alta tasa de inseguridad alimentaria

El coordinador señaló también la problemática en la región, donde desde el año 2000 hasta la actualidad se ha registrado un gran aumento en la prevalencia del sobrepeso y la obesidad, pero todavía el 11,5 % de menores de edad presentan retrasos en el crecimiento por la mala alimentación.

«Tenemos un grave problema de obesidad y de sobrepreso en nuestra región (…) 50 millones de niños y niñas lo sufren actualmente», citó la directora regional del PMA, Lola Castro.

Según explicó Castro, la pandemia por covid-19 aumentó hasta en tres y cuatro veces el número de personas en situación de inseguridad nutricional, algo que cuatro años después todavía es un problema en Latinoamérica, donde el costo de una dieta saludable aumentó hasta en un 10 % desde el pasado año por la inflación.

Pobreza económica y educativa

La oficial para asuntos sociales de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Daniela Trucco, recordó que «en 2022 la pobreza afectaba en Latinoamérica el 29 % de la población, unos 231 millones de personas».

Trucco, además, remarcó que el 11,2 % de la población en la región estaba en pobreza extrema, y resaltó que niños y adolescentes «enfrentan una incidencia de la pobreza mayor, el 48,5 % de la población entre 0 y 17 años lo sufren».

Mientras que el representante de la Unesco en México, Andrés Morales, alertó que «desde la pandemia, alrededor de 9,6 millones de estudiantes siguen fuera de la escuela en Latinoamérica».

El funcionario advirtió de que sin una buena educación es difícil ofrecer herramientas y habilidades para una buena alimentación.

En la misma línea, se mostró la representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Laura Ripani, quien declaró que la región tiene «una grave crisis de aprendizaje que afecta a millones de estudiantes».

«Los estudiantes de 15 años tienen cinco años de retraso con relación al promedio de los países que forman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)», explicó Ripani.

La representante del BID explicó además que, según los últimos informes PISA, tres de cada cuatro estudiantes tiene bajo desempeño en matemáticas y la mitad no alcanza habilidades básicas en lectura en primaria y secundaria.

https://www.elcaribe.com.do/panorama/internacionales/onu-reporta-83-millones-de-personas-con-inseguridad-alimentaria-en-latinoamerica/

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Brasil: Lula, el agronegocio y los sin tierra

    Lula, el agronegocio y los sin tierra

Tyler Antonio Lynch

Lula ha apostado a las concesiones a las élites del agronegocio como elemento necesario para avanzar en su proyecto redistributivo. Sin embargo, esas mismas élites pueden poner un freno a todo su programa.

En septiembre de 2023, Brasil, el mayor exportador neto de productos agrícolas del mundo, anunció la mayor cosecha de cereales de su historia. Los agricultores produjeron la asombrosa cifra de 322 millones de toneladas de maíz, soja y trigo, según el jefe de estadísticas agrícolas del gobierno, 50,1 millones más que el año anterior. Durante el primer año de Luiz Inácio Lula da Silva como Presidente, el enorme sector agroindustrial brasileño nunca había sido tan productivo.

Pero las cosechas récord no han hecho que Lula o su Partido de los Trabajadores (PT) se sientan cómodos con el sector. Este oponiéndose ferozmente a los mandatos medioambientales y sociales de Lula, desde la conservación de la Amazonia hasta la redistribución de la tierra. Con un Congreso dominado por partidos de derecha aliados incondicionalmente al agronegocio, apaciguar a los agricultores a gran escala en función de alcanzar objetivos sociales más amplios sigue siendo uno de los principales retos de Lula. Su programa redistributivo pende de un hilo.

La bancada ruralista

La condición de Brasil como uno de los países más desiguales del mundo se hace patente en su sector agrícola. El 3% de la población brasileña posee dos tercios de la tierra cultivable, mientras que el 50% de las explotaciones más pequeñas se concentran en solo el 2% de ese territorio. Mientras gigantes de la alimentación y la energía como Cargill y Raízen disfrutan de cosechas récord, la mitad de los brasileños del medio rural son pobres. Unos 4,8 millones de familias rurales carecen totalmente de tierras. No es de extrañar que la agroindustria siga siendo tan conservadora y se resista incluso a reformas moderadas de sus prácticas laborales y medioambientales.

La agroindustria disfrutó de su edad de oro bajo Jair Bolsonaro. Luego de que la extrema derecha brasileña derrocara al Partido de los Trabajadores en 2016, el sector dominó el Congreso, obtuvo subvenciones masivas, dictó directamente la política agrícola y reprimió violentamente cualquier tentativa de reforma. Al volver el PT al gobierno en 2022, Lula heredó un Estado que había sobrealimentado el poder de los agrocapitalistas a niveles inimaginables.

Ese poder sigue vigente hoy en día. Mientras Lula ocupa la presidencia, el lobby del agronegocio domina el Congreso. La llamada «bancada ruralista» cuenta con 374 de los 594 diputados y senadores del Congreso, y es firme opositora. Como señala André Singer en New Left Review, el agronegocio está ansioso por reinstaurar un gobierno de derecha dispuesto a atender a sus políticas preferidas: «más armas, menos impuestos a la agroindustria y retroceso sostenido de los derechos de los trabajadores, la protección del medio ambiente y la demarcación de los territorios indígenas».

La agricultura es una de las principales líneas de fractura de la presidencia de Lula. A su derecha, el poderoso grupo del agronegocio se opone a cualquier protección laboral o medioambiental que reduzca sus beneficios. A la izquierda de Lula, movimientos sociales como el Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST) pretenden presionar al gobierno para que actúe con mano dura con los grandes terratenientes y apruebe la reforma agraria. Lula, en un precario punto intermedio, ha procurado dialogar con los dos polos.

Ambos bandos siguen siendo clave para la visión socioeconómica de Lula: el agronegocio como pilar esencial de la economía brasileña, el MST como el mayor movimiento social de América Latina y viejo aliado del PT. El gobierno de Lula no ha satisfecho plenamente ni a los terratenientes ni a los sin tierra, al tiempo que ha ofrecido a ambos suficientes concesiones para evitar que rompan del todo con el PT. Este incómodo equilibrio de fuerzas ha enfriado la lucha a tres bandas entre el gobierno, la agroindustria y los trabajadores rurales hasta llevarla a un punto muerto para todos insatisfactorio.

Lula y el agronegocio

Desde el momento en que comenzó su campaña electoral en 2022, Lula reconoció la importancia de apaciguar los temores de la agroindustria ante un gobierno de izquierda. Quien pensara que trataría al agronegocio «de forma ideológica», aseguró Lula al sector, se equivocaba.

Hizo nombramientos políticos clave pensando en la agroindustria, eligiendo un vicepresidente, Geraldo Alckmin, con profundos vínculos con el sector. El Ministerio de Agricultura recayó en el exmagnate de la soja Carlos Fávaro, continuando una larga tradición de colocar a personas del sector a la cabeza de la política agraria. Lula también tardó en sustituir a los burócratas nombrados por Bolsonaro para el INCRA, la agencia estatal de reforma agraria, un hecho que desencadenaría la discordia con el MST a los pocos meses de su segundo gobierno.

Las concesiones aún mayores han llegado a través de enormes subsidios estatales. En junio de 2023 se lanzó el mayor plan de financiación agrícola de la historia de Brasil: 364 millones de reales, que superaron en casi un tercio los presupuestos de Bolsonaro. A estos fondos se sumaron tipos de interés muy favorables e incentivos para que los agricultores emplearan métodos de cultivo respetuosos con el medio ambiente. Para la agroindustria, el balance final siempre ha estado por encima de las diferencias ideológicas. «Saben que, desde el punto de vista económico, no tienen ningún problema con nosotros», declaró Lula a la prensa.

En el centro de estas políticas se encuentra la visión del PT de la «agricultura moderna»: una versión más ordenada del sistema agrícola industrial orientado a la exportación que ha dominado el Brasil rural durante décadas. Sin cambiar las estructuras fundamentales de la propiedad de la tierra y la producción de monocultivos, el PT pretende reformar las prácticas más regresivas del sector desde el punto de vista ecológico y social para convertir a Brasil en una superpotencia agrícola elegante y sostenible. Las prácticas recientemente toleradas por el gobierno de Bolsonaro —desde el trabajo forzado y la deforestación hasta el acaparamiento de tierras— son ahora pasivos para un sector agrícola estable.

Tal vez el mejor ejemplo de «agricultura moderna» sea la intención de Lula de convertir a Brasil en un exportador líder de biocombustibles. El gobierno pretende duplicar su producción de energía verde, principalmente a través del etanol de caña de azúcar, con el fin de recaudar 10.000 millones de dólares en bonos verdes en Wall Street. Este nuevo énfasis en la agricultura sostenible sigue los principios clásicos del lulismo: persigue el crecimiento dentro de los límites, así ganan todos. Si no se hacen reformas, Brasil deja de ser atractivo para el capital extranjero. «El agro sabe que si no se aprueba esta agenda», concluyó el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, «perderá el mercado internacional».

Al presionar en favor de la protección medioambiental y social como condiciones necesarias para la continuidad del crecimiento y el comercio, el gobierno de Lula intenta aprovechar las ventajas naturales del sector agrícola. De hecho, la agroindustria brasileña no es un monolito. El PT percibe una brecha creciente entre los agricultores más tradicionales, bolonaristas, agrupados en el corazón agrícola del centro de Brasil, y los defensores de una «agricultura consciente» más inclinada a la reforma, y está intentando ganarse a estos últimos. Aún está por ver si los llamamientos a una creciente prima mundial por la sostenibilidad pueden atraer a parte suficiente del agronegocio.

Los esfuerzos de Lula por restablecer las protecciones ecológicas y pro indígenas en la Amazonia post-Bolsonaro sugieren que será difícil lograr grandes victorias con la agroindustria. El agronegocio —especialmente la ganadería— es una de las principales causas de deforestación en la cuenca amazónica, y la «bancada ruralista» ha respaldado leyes que abren la región a la ganadería, la minería y el acaparamiento de tierras. Incluso las victorias de la agenda de sostenibilidad de Lula demuestran la dificultad de presionar al lobby agrícola. Aunque las leyes de «plazos» que restringen los derechos de los indígenas a la tierra acabaron siendo vetadas por el Tribunal Supremo, Lula no pudo evitar que se aprobaran en ambas cámaras del Congreso.

En última instancia, sin embargo, es poco probable que la agroindustria se arriesgue a una guerra abierta con el gobierno. El agronegocio necesita al Estado: las subvenciones, las exenciones fiscales, las infraestructuras y la diplomacia comercial son cruciales para que el sector funcione. Con los beneficios sobre la mesa, a la agroindustria no le cuesta mucho ignorar las diferencias ideológicas en nombre del pragmatismo político.

Para los agricultores más conservadores, la actitud dominante, en el mejor de los casos, es de control de daños. Aun así, mientras los precios mundiales de las materias primas se mantengan boyantes, Lula tiene una buena oportunidad de llevar a cabo una reforma gradual de las prácticas más destructivas de la agroindustria sin alienar por completo al sector. Puede que esta regulación nunca sea popular entre la clase política, pero las élites agrícolas podrían tolerarla si se produjera una mejora económica general.

Sin embargo, la tregua rural de Lula no solo se ve amenazada por los beneficiarios del paradigma agrícola vigente, sino también por aquellos a los que este ha desposeído.

El MST y Lula

El dilema de Lula se presenta a menudo como la gestión de un gobierno progresista limitado por los intereses de élites enquistadas, tanto en los bancos como en las empresas agrícolas. Sin embargo, el Presidente ha mostrado habilidad para esculpir un proyecto político que eleva a los trabajadores sin poner en peligro los altos mandos del capital. Al fomentar el crecimiento y poner pocas trabas a la acumulación de capital, el lulismo amortigua sectores clave como la agroindustria, dejando espacio político para medidas como la construcción de viviendas públicas y las transferencias de efectivo que benefician a millones de brasileños.

Así, la hostilidad pública entre Lula y el agronegocio oculta una afinidad más profunda. Lula nunca ha cuestionado seriamente las profundas jerarquías del sector agrícola brasileño. Más bien ha promovido el paradigma corporativo existente al tiempo que intentó utilizar sus beneficios para mejorar gradualmente la vida de las clases trabajadoras. Los terratenientes se han beneficiado sistemáticamente del enfoque win-win del lulismo. El PIB agrícola aumentó nada menos que un 75% durante los primeros mandatos de Lula, y las recientes concesiones demuestran su compromiso permanente de promover el crecimiento del sector.

Lula ha gestionado de forma impresionante un sector agrícola incondicionalmente derechista. Sin embargo, no es el gobierno ni la «bancada ruralista» quienes suponen una amenaza, sino una tercera fuerza. La actividad del MST en los últimos meses sugiere que cualquier «solución» a la desavenencia entre Lula y el agronegocio que ignore a los trabajadores sin tierra puede acabar construyéndose sobre arena. Aunque apaciguar al poderoso bloque agrario claramente es crucial para que Lula mantenga el poder, proteger el statu quo supone sus propios riesgos.

La larga relación del Movimiento de los Sin Tierra con el PT le ofrece puntos de apoyo únicos. El MST carece de poder para enfrentarse abiertamente al agronegocio, pero puede alterar la estabilidad rural, que sigue siendo la mayor fuente de legitimidad de Lula a ojos de la industria. Así pues, Lula se encuentra en un doble aprieto. Enfrentarse al agronegocio es políticamente suicida, mientras que descuidar al MST supone el riesgo de ocupaciones de tierras, bloqueos y reacciones populares que el gobierno no puede permitirse.

Para el MST, la elección de Lula creó unas expectativas que el gobierno apenas puede cumplir. A cuatro meses de iniciado el mandato, los movimientos de reforma agraria seguían lamentando la «falta de prioridad para la cuestión agraria». En marzo de 2023, el gobierno había instalado pocos sustitutos para los burócratas rurales de Bolsonaro, con nombramientos en organismos clave como el INCRA atascados en negociaciones interminables. Con más de dos tercios de las oficinas del INCRA dirigidas por aliados de Bolsonaro, meses después de que Lula asumiera la presidencia unas cien mil familias sin tierra languidecían en campamentos temporales con pocas posibilidades de solucionar su situación.

Molesto por la lentitud de la redistribución de la tierra, el MST lanzó en abril de 2023 una campaña nacional de protestas, bloqueos de carreteras y ocupaciones para presionar al Gobierno. Aunque las ocupaciones sacudieron a los terratenientes de todo Brasil, fue la decisión del MST de ocupar tierras propiedad de Embrapa, un centro de investigación estatal, lo que encendió las alarmas al gobierno. Un gobierno incapaz de impedir las invasiones de su propio territorio, advirtió la «bancada ruralista», era un lastre inaceptable para el agronegocio.

Deseoso de restaurar su credibilidad, Lula tomó medidas drásticas contra la ocupación, negándose a negociar hasta que el MST se retirara de la propiedad de Embrapa. Tras una serie de reuniones de emergencia del gabinete y tensas negociaciones, el MST puso fin a la acción a los pocos días de iniciada, reacio a perjudicar aún más a sus aliados políticos más cercanos.

Aunque desestabilizadores para todos los bandos, los acontecimientos de abril de 2023 no se saldaron con una ventaja clara para ninguno de ellos. El MST no está más cerca de conseguir reformas agrarias básicas, aunque ha obligado a Lula a prestar más atención al asentamiento de familias sin tierra y a apoyar financieramente los asentamientos existentes. Lula lanzó una ofensiva seductora dirigida al agronegocio, pero ni siquiera las subvenciones agrícolas récord han tranquilizado del todo al sector.

En cuanto a la «bancada ruralista», la debacle de Embrapa le dio el pretexto que necesitaba para lanzar una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) con el objetivo de criminalizar al MST y manchar a Lula por delegación. Una investigación abrumadoramente partidista —veintitrés de sus veintisiete miembros pertenecían al lobby agrario—, la CPI ha proporcionado abundante munición a los medios de comunicación opositores. Sin embargo, para octubre de 2023, la investigación se había agotado con escasos efectos tangibles. Lula se alió con los partidos centristas para frenar la investigación, y los líderes del MST celebraron la publicidad nacional que había proporcionado la CPI. «El gran perdedor fue el agronegocio», admitió el ponente principal de la Comisión.

Tyler Antonio Lynch. Magíster en Política y Estudios Internacionales por la Universidad de Cambridge. Escribe en Crooked Places en Substack.

Traducción: Natalia López

Fuente: https://jacobinlat.com/2024/08/lula-el-agronegocio-y-los-sin-tierra/

Fuente de la Información: https://rebelion.org/lula-el-agronegocio-y-los-sin-tierra/

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Argentina: Volver a la naturaleza, educando

Volver a la naturaleza, educando

“El trabajo y cuidado de la naturaleza enaltece y eleva el espíritu de las personas. La huerta no es solo la huerta, es una multitud de valores que reciben los niños naturalmente mientras no paran de crear. Es enorme la energía creadora de los chicos . Cuando vamos cosechando hacemos comidas con los niños y las compartimos”. dice Joaquín Hernandez Martin, quien da clases de Huerta Orgánica en escuelas de Ituzaingó Buenos Aires

Ver a un maestro enseñando fuera del aula, con sus alumnos atentos para aferrar lo que se está viendo, oyendo, oliendo y apresando en su cabecita en un proceso de aprehender, es emocionante. Pero a la vez tan sencillo de multiplicarlo si hubiera entera voluntad de inclusión en todos los Programas Educativos Institucionales (PEI).

“Se pueden presentar proyectos para llevar experiencias similares en colegios del estado, sólo hay que sentarse y armarlo” dice Joaquín Hernandez Martin, quien da clases de Huerta Orgánica en escuelas de Ituzaingó Buenos Aires , de nivel primaria , una de ellas lleva el nombre “Huerta Siglo 21”

“Recrearlo en otros lugares del país, sería bueno que lo implementen en todos los Colegios del Estado”. Nacido en Madrid, España hoy sus raíces están afianzadas en Ituzaingó, donde vive con su familia. Estudió en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) huerta orgánica y energías alternativas, más otros cursos de Jardinería con orientación paisajística en otras instituciones.

“ El trabajo y cuidado de la tierra enaltece y eleva el espíritu de las personas. La huerta no es solo la huerta, es una multitud de valores que reciben los niños naturalmente mientras no paran de crear. Es enorme la energía creadora de los chicos . Yo aprendo de ellos todos los días, en este maravilloso ida y vuelta que es la enseñanza. Cuando vamos cosechando hacemos comidas con los niños y las compartimos”.

Una madre orgullosa de la huerta también aprende del maestro de sus hijos preguntando “ Qué cuidados le tengo que dar a una planta de jengibre, puse un trozo en una maceta y me brotó” dice entusiasmada. A lo que “Joaco” como lo llaman sus amigos le contesta:

“ No lo riegues demasiado porque es un rizoma. Si tiene espacio crecerá como 15 x 15 . cuando se seque lo verde lo desentierras y vuelves a enterrar un trozo con yema y así siempre” ,mientras los niños siguen en la huerta conociendo flores y olores.

“Estoy a full con el colegio preparando los canteros, que eran un bosque de yuyos en las vacaciones. Marzo fue muy lluvioso y tenemos que arrancar sembrando antes que llueva de nuevo” dice el maestro. A los niños se los ve con herramientas, sus manitas y entusiasmo , un deleite que bien subrayaba el matemático y filósofo inglés Alfred Whitehead manifestando que “ Desde los primeros pasos de su educación el niño debe experimentar el placer del descubrimiento”.

“El trabajo y cuidado de la tierra enaltece y eleva el espíritu de las personas. La huerta no es solo la huerta, es una multitud de valores que reciben los niños naturalmente mientras no paran de crear. Es enorme la energía creadora de los chicos . Cuando vamos cosechando hacemos comidas con los niños y las compartimos” dice Joaquín Hernandez Martin, quien da clases de Huerta Orgánica en escuelas de Ituzaingó Buenos Aires

Ese placer que aun no fue manchado ni cooptado por los agronegocios , esos que se incrustan con engaños y premios que no sirven de nada como estas experiencias aquí descriptas.

Tampoco son “usados” los alumnos en sus vacaciones por concursos de Nidera cooptando las escuelas Agrotécnicas del país , y las Escuelas de la familia agrícola (EFA) experimentando sus semillas amorfas con los niños. No, aquí no hay lugar para la tranza , como en muchas Universidades Agrarias con laboratorios y bibliotecas donadas por las multinacionales.

Volver a la tierra , es “ Propiciar programas y acciones de educación ambiental, tanto en el sistema educativo formal como en el informal, tendientes a elevar la calidad de vida de la población” dice el Acta Constitutiva del Consejo Federal de Medio Ambiente, firmada en agosto de 1990. “Conciencia ambiental” reza el Pacto Federal Ambiental firmado en julio del año 1993. “La educación ambiental será un instrumento de la política y de la gestión ambiental” señala la Ley Nacional 25.675 del año 2002 .

Pero nada de ello se refleja en los claustros, allí donde el frío o el calor castiga a los niños por falta de infraestructura, los paros de docentes los obligan a mirar la TV , esa maestra indeseable. El ambiente no es política de Estado, solo parece serlo la minería, mientras se afianza el status cuo de la renta de la soja, ambas prácticas insostenibles e insustentables.

“La naturaleza no genera residuos” dicen los alumnos de la EEM. 214 Francisco de Asis , de Moreno Buenos Aires, quienes reciclan y trabajan todos los días, hasta después de clases, con el olor nauseabundo de los desechos de un frigorífico ubicado detrás de la escuela. “ Para lograr la calidad educativa se debe dar una articulación entre teoría y práctica en la enseñanza.Una metodología de trabajo donde los docentes y estudiantes se preparen y salgan a darle forma de gestión con la gente” Expresa su maestra inspiradora Yamila Rearte.

Otra de las profesoras que aboga por la educación ambiental es la Licenciada Graciela Pózzer de la Cátedra de Introducción a la Economía de la Universidad de Flores, Bs As. Su trabajo “ Del discurso único a la tercera vía” describe el llamado Sistema Económico, donde la persona se vuelve cosa y es el consumidor. La Economía Ambiental, cuya dificultad es asignar valor y precio a los bienes : la flora , la fauna, los recursos de agua dulce. Pero ” La Tercera Vía es la Economía Ecológica que trata estos temas desde fuera de la propia Economía, nutriéndose de cada saber científico, y de cada vocablo campesino o ciudadano”.

“Rescata a los nuevos pobres, que hasta ayer engrosaban la clase media , los datos sobre degradación ambiental, el saber indígena, popular, personal y aspira al ecodesarrollo. La inclusión social, la estabilidad, la precaución , la persona humana, la ética, la justicia (…) Esto no se impone a las comunidades desde arriba hacia abajo por unos pocos afortunados , sino por el contrario, es de las comunidades de base de donde emerge”, dice Pozzer.

Por todo ello es que la agroecología fue, es y seguirá siendo una alternativa viable para el futuro y la soberanía alimentaria.

“ Es llamativo como se maneja en este país la cuestión de la sustentabilidad. El discurso sobre la sustentabilidad y la “ecoeficiencia” ha sido cooptado en la Argentina por los impulsores de este modelo de siembra directa. Detrás de ellos están las grandes compañías de agroquímicos y semillas, que promueven las bondades de sus productos. Casi ochenta años después, las acciones de política gubernamental parecen ser copiadas de aquellas que planteara la Secretaria de Agricultura en los años treinta” dice el Dr Walter Pengue, en referencia a la creación de un nuevo Comité de Luchas contra Plagas Resistentes hasta las formas de comunicación parcial utilizadas y la demanda hacia los agricultores, como si estos fueran los culpables de la aparición de malezas resistentes al glifosato”.
“Lo único que evidencia es que el problema nuevamente no está siendo revisado como corresponde. Mientras tanto “Las compañías biotecnológicas y sus partenaires de la agroquímica sintética, festejan los nuevos escenarios por venir” advierte Pengue (1).

Volver a la Tierra será un Derecho como lo es Educar en lo ambiental. La agricultura debe volver a sus raíces y redescubrir el valor del suelo sano libre de venenos y agrotóxicos.

“Pues claro que sí” , termina la charla el maestro Joaquín Hernandez Martin, “Mis genes de Hortelano vienen de Salamanca y mi Madrid, algún día también volveré como el salmón vuelve al río que lo vió nacer, yo volveré al Manzanares!.-

(1) Bioinvasiones, Agricultura Industrial y transformaciones ambientales, Dr.Walter Pengue (GEPAMA-FADU-UBA)

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/temas-especiales/educacion-ambiental/volver-a-la-naturaleza/

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Un ajedrez de desigualdad y desafíos estructurales

En un contexto de retroceso en materia de políticas contra la violencia de género es fudamental repensar y reponer las herramientas para su erradicación.

La violencia contra las mujeres y diversidades en Argentina persiste como un problema profundamente arraigado, con un impacto devastador no solo en las víctimas directas, sino también en el tejido social y económico del país. En un contexto de crisis económica y políticas de ajuste, las consecuencias de esta violencia se hacen aún más evidentes y graves.

Según datos del observatorio “Ahora Que Sí Nos Ven,” en 2024 se ha registrado un femicidio cada 37 horas, lo que evidencia la persistencia de la violencia de género en el país. Este dato es solo un reflejo de una problemática más amplia que afecta todos los niveles de la sociedad. Los casos de violencia contra figuras públicas de la política argentina como Fabiola Yáñez, esposa del expresidente Alberto Fernández, y Lourdes Arrieta, diputada nacional, han reavivado el debate sobre la gravedad de este flagelo, destacando las carencias en los sistemas de protección, la transversalidad del problema, y la urgente necesidad de políticas más efectivas y coherentes para enfrentarlo desde sus raíces.

Violencia y economía: un ciclo vicioso

De todas las posibles violencias contra mujeres y diversidades, la violencia económica es una de las formas más insidiosas, aunque sean otras las que más prensa obtienen. En un contexto de ajuste y recesión, muchas mujeres se ven atrapadas en ciclos de dependencia financiera que les impiden escapar de relaciones abusivas. Este tipo de violencia no solo afecta a las mujeres a nivel individual, sino que también tiene un impacto significativo en el desarrollo económico del país. Según un informe de la OCDE, la violencia de género puede reducir el PIB global en aproximadamente un 2% al año, lo que equivale a una pérdida anual de más de 1,6 billones de dólares.

En Argentina, donde la economía enfrenta una de sus peores crisis en décadas, este impacto es aún más agudo. Las políticas de ajuste, que incluyen recortes en programas sociales, los programas de contención a víctimas de violencia de género, y una reducción en las transferencias a las provincias, a lo que se suma un discurso antifeminista extremo, agravan las desigualdades y perpetúan la dependencia económica de las mujeres. La administración nacional actual, con su enfoque radical de terapia de shock y su agenda de liberalización económica y desmantelamiento de programas de protección, contención y promoción, ha exacerbado estas dinámicas, dejando a muchas mujeres y diversidades en una situación de vulnerabilidad extrema.

Política y violencia de género

La violencia de género no es solo un problema social o económico; también es un fenómeno profundamente político. Según un informe de ONU Mujeres, alrededor del 60% de las mujeres que ocupan cargos públicos en América Latina han sufrido algún tipo de violencia política. En Argentina, este fenómeno se ha manifestado con especial intensidad en el ámbito de las redes sociales, donde el discurso de odio y las agresiones son moneda corriente. Y esto no solo sucede contra políticas opositoras, sino que como se ha visto en los últimos meses, también sucede contra las propias aliadas políticas como una herramienta de disciplinamiento, que no escapa a las lógicas más conocidas de la política global.

La administración actual ha tomado medidas que no solo han aumentado la desigualdad, sino que también han debilitado las bases de la democracia al crear un ambiente de confrontación y polarización constante. La falta de un liderazgo opositor cohesivo y la fragmentación de las fuerzas políticas han dejado a amplios sectores de la sociedad, incluidos aquellos más vulnerables a la violencia de género, sin una representación efectiva. Aunque se repudia ampliamente lo que se ha revelado sobre la situación de la ex pareja presidencial, no existe una voz o conjunto de voces unificadas que retomen con fuerza la agenda de diversidades y, al mismo tiempo, cuenten con el apoyo ciudadano mayoritario, lo que presenta un desafío significativo de cara a las elecciones intermedias de 2025.

El impacto global de la derechización y sus efectos en la igualdad de género

Pero no somos nunca una excepción. Este escenario de violencia y crisis no es exclusivo ni autóctono. A nivel global, la derechización de la política global plantea una amenaza real para los derechos humanos y la igualdad de géneros. La expansión de partidos de extrema derecha, que promueven agendas nacionalistas y antiinmigración, especialmente en Europa y los Estados Unidos, podría erosionar los avances logrados en las últimas décadas en materia de derechos de las mujeres y diversidades.

En este contexto, la promoción de la independencia económica de las mujeres y la lucha contra la violencia de género se convierten en imperativos no solo para la justicia social, sino también para la estabilidad económica y política a largo plazo. La historia económica de Argentina y otros países muestra que las políticas que ignoran la equidad y la inclusión social no solo son moralmente indefendibles, sino que también son insostenibles a largo plazo.

La necesidad de un cambio de paradigma

Promover la autonomía financiera de las mujeres es esencial, no solo como una estrategia para combatir la violencia de género, sino también como un motor de crecimiento económico. En países como Argentina, donde las mujeres constituyen una parte considerable de la población en edad laboral, la violencia de género actúa como un freno al crecimiento económico sostenible y equitativo. La exclusión de las mujeres y diversidades del mercado laboral, emprendedor, productivo y financiero, debido a los diferentes tipos de violencia económica, más o menos visibles o conscientes, no solo perpetúa la desigualdad de género, sino que también priva a la economía de una fuerza creativa, inversora y de trabajo esencial para su desarrollo.

Los esfuerzos para la promoción de la autonomía financiera no solo son cruciales para la seguridad de las mujeres, sino que también tiene un impacto positivo en la economía general, al aumentar la participación femenina en la economía formal y reducir los costos asociados con la violencia de género. La independencia económica de las mujeres, desde pequeñas emprendedoras hasta grandes empresarias, contribuye significativamente al crecimiento económico y la equidad social del país.

Abordar la violencia de género con seriedad y eficacia es una necesidad imperiosa para asegurar un futuro próspero y equitativo para todos. La erradicación de la violencia contra las mujeres y diversidades y su empoderamiento económico en todos los niveles es, en última instancia, una inversión en el desarrollo sostenible del país. Promover un enfoque integral que incluya la mejora de los sistemas de protección, la promoción de la independencia económica de las mujeres y diversidades y el fortalecimiento de las políticas públicas que aborden las causas profundas de la violencia de género es, en última instancia, pensar en un programa de estabilización y desarrollo inclusivo y sostenible en el largo plazo.

Fuente de la información e imagen:  https://elestadista.com.ar

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