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Venezuela: Más de 2 millones de estudiantes de educación media se incorporaron a las aulas

Venezuela / 05 de octubre de 2016 / Fuente: http://www.entornointeligente.com/

El Gobierno Nacional tiene previsto entregar más de 300.000 computadoras Canaima, más de 20 millones de libros de la Colección Bicentenario para llegar a 120 millones, además de la inauguración y reinauguración de más de 200 escuelas

Más de 2 millones de estudiantes de la educación media se incorporaron este lunes 3 de octubre a los planteles educativos del país.

Venezuela tiene el 74 % de la población en edad escolar de 12-18 cursando estudios de educación media, 79 % de los niños y niñas entre 3-6 en educación inicial y 93 % en educación básica.

El vicepresidente Ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela, Aristóbulo Instúriz, reinuaguró este lunes en el estado Monagas U.E. “Antonio José de Sucre”.

Durante una transmisión conjunta de radio y televisión, el vicepresidente recordó que el país latinoamericano cuenta con una matrícula escolar que asciende los 7 millones 700 mil estudiantes.

Istúriz recordó que el Gobierno Nacional tiene previsto entregar más de 300.000 computadoras Canaima, más de 20 millones de libros de la Colección Bicentenario para llegar a 120 millones, además de la inauguración y reinauguración de más de 200 escuelas.

Fuente noticia: http://www.entornointeligente.com/articulo/9037632/VENEZUELA-Maacute;s-de-2-millones-de-estudiantes-de-educacioacute;n-media-se-incorporaron-a-las-aulas-03102016

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Argentina: Este martes paran los universitarios y el miércoles la docencia provincial

Argentina / 05 de octubre de 2016 / Fuente: http://www.ellitoral.com/

Los profesores nucleados en la Conadu Histórica -de la cual la Asociación de Docentes de la Universidad Nacional del Litoral (Adul) es uno de sus sindicatos de base-, llevarán a cabo mañana un paro de actividades en reclamo de un incremento salarial.

En la medida confluyen Conadu Histórica, Conadu y UDA. En tanto, ya está decidida otra huelga de 48 horas para los días 13 y 14 de octubre.

El plan de lucha se realiza “ante la respuesta negativa de la Secretaría de Políticas Universitarias al reclamo de incremento salarial para la docencia universitaria y preuniversitaria”.

Además de un mejoramiento en el sueldo, reclaman un aumento del presupuesto universitario, la aplicación “plena” del Convenio Colectivo de Trabajo y se expresan en rechazo al impuesto al salario.

Movilización

El próximo miércoles, en tanto, la docencia pública y privada de la provincia realizará un nuevo paro de actividades con movilización. En el caso de Amsafe -gremio que nuclea al magisterio público-, definió la realización de una marcha provincial que partirá de la Plaza del Soldado, pasará por Casa de Gobierno y llegará a la Legislatura.

Entre sus reclamos figuran “la reapertura de la paritaria, la recuperación del poder adquisitivo del salario, rechazo a la armonización previsional y a la limitación de las licencias docentes y eliminación del impuesto a las Ganancias del salario docente”.

El Sadop -sindicato del magisterio privado- argumenta la medida de fuerza “ante la pérdida del poder adquisitivo que ha sufrido nuestro salario por la escalada inflacionaria y la negación del gobierno provincial a responder a esta situación”. En el pliego de reclamos, incluye la preocupación por los derechos previsionales y la necesidad “urgente” de avanzar con los escalafones y concursos en colegios de gestión privada.

Fuente noticia: http://www.ellitoral.com/index.php/id_um/137058-este-martes-paran-los-universitarios-y-el-miercoles-la-docencia-provincial-semana-de-protestas

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Doble vara para medir

Por: Boaventura de Sousa Santos

¿Cuál es el significado del acto de rendición judicial detrás del golpe que se ha producido en Brasil? El papel central del sistema judicial brasileño en los equilibrios y desequilibrios del periodo posterior a 1985 debe ser analizado en detalle, ya que puede ayudar a comprender comportamientos posteriores. La operación Lava Jato presenta grandes ambivalencias. Si, por un lado, hizo que grandes empresarios, políticos y contratistas fueran procesados penalmente, rompiendo, de algún modo, con la sensación de impunidad; por otro lado, su gran base de apoyo es el involucramiento de personajes de la izquierda brasileña, sobre todo del PT. Es decir, el gran apoyo social y mediático que recibe la operación Lava Jato se debe a que persigue a la izquierda. Esto resulta evidente cuando comparamos la operación Lava Jato con la operación Satyagraha, que investigó casos de corrupción y blanqueo de capitales que involucraban, principalmente, al banquero Daniel Dantas con las privatizaciones del gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Esta última fue dirigida por el juez Fausto de Sanctis y por el delegado de la Policía Federal Protógenes Queiroz. La reacción del Supremo Tribunal Federal (STF) a esta operación fue muy diferente a la actual: Queiroz fue condenado penalmente y expulsado de la Policía; el juez De Sanctis sufrió la persecución del entonces presidente del STF, Gilmar Mendes, que dirigió un oficio en el Consejo Nacional de Justicia (del que también era presidente) para investigar la conducta del juez. El arresto del banquero Daniel Dantas, que llegó a ser esposado, fue, en el fondo, el origen real del sumario vinculante 11 del STF, que establece: “Solo es lícito el uso de esposas en casos de resistencia y de riesgo fundado de fuga o peligro para la integridad física propia o ajena, por parte del preso o de terceros, justificada la excepcionalidad por escrito, bajo pena de responsabilidad disciplinar, civil y penal del agente o de la autoridad y de la nulidad de la prisión o del acto procesal al que se refiere”.

Tal vez esto baste para concluir que en Brasil el éxito de la justicia criminal contra ricos y poderosos parece estar fuertemente relacionado con la orientación político-partidaria de los investigados. Pero hay más. La nominación del ex presidente Lula como ministro llevó al juez Sérgio Moro a cometer uno de los actos más flagrantemente ilegales de la justicia brasileña contemporánea: permitir la divulgación de un audio entre la presidenta Dilma y el ex presidente Lula cuando ya sabía que él no era competente para el procesamiento. El ministro del STF Teori Zavascki escribió en su despacho: “Fue también precoz y, al menos parcialmente, equivocada la decisión que anticipó juicio de validez de las interceptaciones, obtenidas, en parte importante, sin abrigo judicial, cuando ya había determinación de interrumpir las escuchas”. Esa divulgación dio un nuevo impulso al movimiento a favor del impeachment de la presidenta Dilma. A propósito, el hecho de que la presidenta Dilma haya nominado a Lula como ministro, incluso si la motivación exclusiva fuese la alteración del foro competente para el juzgamiento, no constituye por sí sola una obstrucción de la justicia. En efecto, en la época en que era presidente, Fernando Henrique Cardoso dio status de ministro al entonces Abogado General de la Unión, Gilmar Mendes, con un objetivo semejante. De hecho, a fines del siglo pasado e inicio del siglo XXI, por cuenta de las privatizaciones y el aumento de la carga tributaria, varios jueces federales comenzaron a pronunciar decisiones preventivas (interrumpiendo acciones en curso) y a intervenir en el programa económico neoliberal de Cardoso. El ministro Mendes era entonces Abogado General de la Unión y criticaba fuertemente la postura de los jueces. Hubo varias acciones de improbidad y acciones populares en contra del gobierno de Cardoso y del propio Mendes. Ante el peligro de que Mendes tenga que responder a procesos en primera instancia fue decretada la Medida 2049-22, del 28 de agosto de 2000, que le garantizó un fuero de privilegio y lo preservó. En su artículo 13 dispuso: “Son ministros de Estado los titulares de los ministerios, el jefe de la Casa Civil, el jefe del Gabinete de Seguridad Institucional, el jefe de la Secretaría General y el jefe de la Secretaría de Comunicación de Gobierno de la Presidencia y el Abogado General de la Unión”. En ese momento no hubo ningún tipo de cuestionamiento, ninguna alegación de inconstitucionalidad o “criminalización” del presidente Cardoso por obstrucción de justicia.

La idea de que en la justicia brasileña hay dos pesos y dos medidas parece confirmada y es altamente probable que pronto surjan más pruebas. A título de ejemplo valdrá la pena observar la discrepancia entre el ritmo de la operación Lava Jato centrada en Curitiba y el ritmo de la misma operación centrada en Río de Janeiro, la que investiga a los empresarios ligados más a la derecha, al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), al ex gobernador Sergio Cabral y al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSBD).

Es necesario no perder de vista dos hechos importantes. Por un lado, el sistema judicial continúa teniendo un papel central en la institucionalidad democrática brasileña, sobre todo mientras prevalezca el actual sistema político. Por otro lado, hubo fracturas al interior del sistema judicial y, dependiendo de las circunstancias, estas pueden ser una contribución importante para renovar la credibilidad de la democracia brasileña. En el momento en que el sistema judicial parece apostar a criminalizar a cualquier precio a una personalidad de la talla nacional e internacional del ex presidente Lula, tal vez sea bueno recordar a los jueces que en la época de Cardoso fueron objeto de vigilancia y persecución cuando intervenían con medidas preventivas contra la política económica neoliberal del gobierno. La política económica que viene de ahí no será menos dura y llega poseída por un fuerte impulso revanchista. También la derecha tiene su “¡Nunca Más!”. La mayor incógnita es saber si las condiciones que en el pasado construyeron la credibilidad del STF y dieron verosimilitud a la idea de un sistema judicial relativamente independiente del poder político, desaparecerán para siempre después de esta lamentable trama político-judicial. El letargo del Consejo Nacional de Justicia (CNJ) y del Consejo Nacional del Ministerio Público (CNMP) es verdaderamente preocupante.

Luchas institucionales y extrainstitucionales. Lo más probable es que el acto de ruptura institucional provocado de arriba hacia abajo (de las elites contra las clases populares) tendrá que confrontarse en el futuro con actos de ruptura institucional de abajo hacia arriba (de las clases populares contra las elites). En ese caso, el sistema político funcionará durante algún tiempo con una mezcla inestable de acciones políticas institucionales y extrainstitucionales, dividido entre luchas partidarias y decisiones del Congreso o de los tribunales, por un lado, y acción política directa, protestas en las calles o acciones ilegales contra la propiedad privada o pública, por otro. Estas últimas serán combatidas con elevados niveles de represión y su eficacia es una cuestión abierta.

Con el golpe parlamentario-judicial, el régimen político brasileño ha pasado de ser una democracia de baja intensidad (eran bien conocidos los límites del sistema político y del sistema electoral, en particular, para expresar la voluntad de las mayorías sin manipulación por parte de los medios y del financiamiento de las campañas) a una democracia de bajísima intensidad (mayor distancia entre el sistema político y los ciudadanos, mayor agresividad de los poderes fácticos, menos confianza en la intervención moderadora de los tribunales). Siendo este el régimen político, ¿cuál será la mejor estrategia para que las fuerzas democráticas puedan llevar a cabo luchas políticas que frenen la deriva autoritaria y refuercen la democracia? De las fuerzas democráticas de derecha no es posible esperar una acción vigorosa. Cuando están en el gobierno, las diferentes fuerzas de derecha se unen más de lo que lo hacen las fuerzas de izquierda. La razón es que las fuerzas de derecha tienen el control del gobierno y también el control reforzado del poder económico que siempre ejercen en las sociedades capitalistas. En cambio, cuando las fuerzas de izquierda están en el gobierno, no tienen el control del poder económico. Las fuerzas democráticas de derecha son importantes, pero tenderán a ser relativamente pasivas en la defensa de la democracia aún existente. Por eso, guste o no, es en las fuerzas de izquierda donde reside la defensa activa de la democracia y la lucha por su refuerzo.

 Fuente:http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-310807-2016-10-03.html
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UNESCO celebra el Día Mundial de los Docentes

unesco / unesco.org / 5 de Octubre de 2016

El Día Mundial de los Docentes, celebrado anualmente el 5 de octubre desde 1994, conmemora el aniversario de la suscripción de la Recomendación UNESCO/OIT relativa a la Situación del Personal Docente en 1966.

Es la ocasión de rendir homenaje a los docentes y al papel esencial que desempeñan para una educación de calidad a todos los niveles.

El Día Mundial de los Docentes de 2009 hace hincapié en la escasez mundial de maestros y los retos que el magisterio afronta actualmente

En nuestro mundo, que cambia con rapidez y es muy interdependiente, los docentes no sólo tienen que velar por que los alumnos adquieran competencias sólidas en temas esenciales, sino también por que lleguen a ser ciudadanos responsables, tanto el plano local como en el mundial, dispuestos a usar las nuevas tecnologías y capaces de tomar decisiones bien fundadas en materia de salud, medio ambiente y otros asuntos.

Para crear un cuerpo docente bien formado y motivado es preciso contar con inversiones permanentes. Se calcula que en el mundo entero deberán contratarse a unos 10,3 millones de maestros entre 2007 y 2015, tan sólo para alcanzar el objetivo de brindar enseñanza primaria universal. En un momento en que la recesión económica mundial amenaza con imponer graves restricciones a los presupuestos de educación, es esencial que los gobiernos apoyen la contratación, la capacitación y el desarrollo profesional de los docentes.

Fuente: UNESCO PRESS

 

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Chile. Intelectuales de movimientos sociales latinoamericanos y referentes del pensamiento crítico debatirán sobre los sentidos de la Educación en Chile, América Latina y el Caribe

Chile / http://kaosenlared.net/ 5 de octubre de 2016

Entre el lunes 3 y el jueves 6 de octubre se realizará, en Santiago, el taller “Debate Actores Sociales: Sentidos de la Educación hacia el 2030”, organizado por la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe -OREALC/UNESCO Santiago-; el Observatorio Chileno de Políticas Educativas -OPECH-; el Grupo de Trabajo

Entre el lunes 3 y el jueves 6 de octubre se realizará, en Santiago, el taller “Debate Actores Sociales: Sentidos de la Educación hacia el 2030”, organizado por la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe -OREALC/UNESCO Santiago-; el Observatorio Chileno de Políticas Educativas -OPECH-; el Grupo de Trabajo Estado en América Latina y el Caribe de CLACSO y el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe de la Universidad de Buenos Aires. Dicho taller reunirá a destacados actores de Organizaciones Sociales y a representantes de diferentes disciplinas del conocimiento.

Los resultados de este taller se sistematizarán en un documento que será aporte a la discusión sobre la Agenda de Educación 2030, el cual espera “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todo”, y que ha sido adoptada por todos los países de América Latina y el Caribe.

En palabras de Henry Renna, coordinador UNESCO del Programa Regional de Actores Sociales E2030: “el Taller convocado por la UNESCO junto a diferentes socios de la región, es un esfuerzo por escuchar la palabra de los movimientos sociales y referentes del pensamiento crítico sobre el sentido que debe tener la educación. Esto, en un contexto de profundas metamorfosis sociales, signado por la de la radicalización de la desigualdad, la fragilización de lo público y profundización de la violencia en sus distintas expresiones”.

Por la importancia del tema y la relevancia de los invitados, éstos realizarán una serie de charlas y conferencias para conversar abiertamente sobre los diferentes temas que se relacionan con el Sentido de la Educación. Es así como el lunes 3, a las 18.00 horas, el destacado educador popular colombiano Marco Raúl Mejía llevará a cabo un conversatorio sobre “Trabajo Docente y Pedagogías Críticas en el Capitalismo Actual”, que se realizará en la biblioteca del Liceo Confederación Suiza, ubicado en General Urriola 680, Santiago. Este conversatorio cuenta con el apoyo del Observatorio Chileno de ´Políticas Educativas -OPECH- y la Red de Estudios de Trabajo docente ESTRADO. Y se enmarca en los constantes encuentros que se realizan, desde hace algunos años, entre destacados investigadores y docentes de escuelas básicas y secundarias que se organizan en función de construir un nuevo proyecto educativo curricular contra hegemónico. El martes 4 el profesor Mejía visitará la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, donde dictará la charla “Calidad de la Educación y Educación Popular en América Latina”, esta actividad se realizará en el Auditorio Pedro Ortiz de FACSO.

La actividad central “Bases para las transformaciones educativas en América Latina”, se llevará a cabo en el Auditorio Pedro Ortiz de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile el 6 de octubre a las 18:00. Oportunidad en la que Tiago Manggini y Hernán Ouviña, representantes del área educativa de los movimientos sociales de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil y el Movimiento Popular la Dignidad de Argentina, junto a referentes del pensamiento crítico latinoamericano como la argentina María Rosa Goldar, recientemente electa como miembro del Comité Ejecutivo del Consejo de Educación Popular para América Latina y el Caribe -CEAAL- y Mabel Thwaites Rey, directora del Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe de la Universidad de Buenos Aires y autora del polémico libro “La autonomía como búsqueda, el Estado como contradicción” analizarán de manera colectiva las metodologías que deben emplearse para generar transformaciones en la educación.. Para Juan González, investigador de OPECH y uno de los organizadores de este evento, “ésta es una oportunidad de abrir el debate educativo en Chile, secuestrado por la economía y la retórica de la calidad educativa. El pensamiento crítico latinoamericano y la experiencia de los movimientos sociales nos permiten revisar nuestras demandas educativas, sacudiendo así el sentido común neoliberal”.

Todas las actividades son gratuitas y abiertas.

Sebastián Ligüeño Espinoza

Celular: 56-9-84978702

Fuente: http://kaosenlared.net/chile-intelectuales-de-movimientos-sociales-latinoamericanos-y-referentes-del-pensamiento-critico-debatiran-sobre-los-sentidos-de-la-educacion-en-chile-america-latina-y-el-caribe/

Imagen:https://www.google.co.ve/search?q=Chile+educacion+unesco&espv=2&biw=1000&bih=553&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjKsuadzMHPAhVCpR4KHfdiAY0Q_AUIBigB#imgrc=oEUNbSDTjoYCfM%3A

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Uruguay:En busca de emprendedores con ideas para la educación

Uruguay / www.elpais.com.uy / 5 de octubre de 2016.

Bajo el lema “La Educación necesita emprendedores ¿te sumás?” SocialLab quiere encontrar ideas innovadoras para aplicar en la educación pública media

SociaLab organiza el Desafío Educación, una convocatoria que invita a emprendedores a proponer ideas y proyectos para solucionar problemas educativos mediante el uso de tecnologías. Bajo el lema “La Educación necesita emprendedores ¿te sumás?” buscan premiar ideas innovadoras para aplicar en la educación pública.

El llamado es abierto y está en curso. En una primera etapa habrá una pre selección de cinco proyectos. Luego, tres iniciativas serán elegidas y recibirán dos mil dólares como capital semilla y tendrán cuatro meses de pre-incubación con expertos y asesoramiento de especialistas. En ese tiempo se les brindará apoyo para el desarrollo del proyecto y se trabajará en la creación de un prototipo.

Ya en abril de 2017 un jurado será el encargado de elegir entre esos tres al proyecto ganador. Esa idea y ese equipo volverá a trabajar e incubarse en SocialLab por tres meses y con nuevas inversiones para ponerla en práctica.

Las convocatorias se reciben hasta el 10 de noviembre en la plataforma de SociaLab.

 Fuente: http://www.elpais.com.uy/vida-actual/busca-emprendedores-ideas-educacion.html
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EL NEOLIBERALISMO Y LA EDUCACIÓN (1997)

Por: Prof. Orietta Caponi, USB

        Prof. Humberto Mendoza, UCV

 

Resumen:
El objetivo de la presente investigación es analizar las situaciones económicas, sociales y políticas concretas que determinaron el afianzamiento de la hegemonía neoliberal en el mundo actual, para inadagar de que manera la oferta de modernización económica, profundización de la democracia, bienestar y justicia social presente en el discurso oficial, se transforma en la realidad, gracias a la racionalidad instrumental del paradigma neoliberal, en promotora de una sociedad autoritaria, antidemocrática, ingobernable y violenta.
Este análisis permite examinar las consecuencias del neoliberalismo para el sistema educativo y sus implicaciones en la política educativa, especialmente en lo que se refiere a la Universidad Venezolana.Palabras clave: Neoliberalismo, educación.Abstract
This research objective is to analyze the economical, socials and political situations that determining the establishment of the neoliberal hegemony, to investigate how the economical modernism, democracy deep, confort and social justice could be transform in reality, thanks to the instrumental rationality of the neoliberal paradigm.This analysis let us to examine the neoliberalism consequences in the educative system specialty in the Venezuelan universities.Keywors. Neoliberalism, education.

 

I.- Elementos fundamentales del Neoliberalismo
No obstante, la afirmación de Fukuyama (1992) del «fin de la historia», de que la economía de mercado es el único modelo de organización de la sociedad para producir, de que ya no existen utopías y que el capitalismo ha demostrado ser el paradigma social incuestionable y eterno, es innegable la crisis actual de todo el Sistema Capitalista Mundial.

Esta crisis se anunció con el agotamiento del modelo de acumulación de posguerra y la aparición, después de un período de expansión sostenido de más de dos décadas, de dos fenómenos inquietantes: el aumento de la inflación y el declinar lento pero constante de la tasa de crecimiento. Esto determinó la aparición de la «estanflación» fenómeno inédito en el funcionamiento del Sistema Capitalista Mundial en el que coexistieron simultáneamente recesión e inflación y, al mismo tiempo, inició la crisis del sistema monetario internacional, que tuvo su punto culminante con la devaluación del dólar en 1971.

La intensidad de la acumulación de capital durante el período de la posguerra tuvo en su seno su propia parálisis, pues para valorizar esas grandes masas de capital se requería, por un lado, llevar a cabo una revolución tecnocientífica que elevara la productividad del trabajo a niveles hasta entonces desconocidos y, por el otro, invertir enormes volúmenes de capital tanto en investigación y desarrollo como en la renovación del parque industrial, lo que determinaba rentabilidad sólo a largo plazo.

La crisis del sistema financiero internacional fue consecuencia de este proceso, pues al no poder ser invertido rentablemente, el capital se deslizó hacia el sector financiero, que para garantizar las ganancias apetecidas procedió a la desregularización del flujo de capitales, produciendo una especulación salvaje en la que se inscribe, entre otras cosas, el proceso de endeudamiento de América Latina. Durante los años setenta se produjo un inusitado crecimiento de la liquidez de los mercados financieros y el surgimiento de una gran permisividad en los oferentes de créditos. Precisamente, una de las causas de la deuda externa de los países latinoamericanos fue la crisis general del Sistema Capitalista Mundial; en efecto, gracias a las condiciones leoninas de los préstamos se financió buena parte de la «prosperidad» estadounidense de los ’80, cuya contrapartida fue la «década perdida» para América Latina.

A finales de los 70, el capital consideró que si en la teoría de Keynes no existía explicación frente a esta crisis generalizada, tampoco su política podía ser efectiva para enfrentar el problema. Por el contrario, miró al pasado para buscar solución y encontró en el viejo capitalismo salvaje del siglo XIX, basado en la teoría liberal y en la escuela neoclásica, la ideología para instrumentar una política económica y social favorable a sus intereses. El abandono de la macroeconomía keynesiana signó el inicio del embate contra el «Estado de Bienestar», dada su utilización de estrategias de gasto social inspiradas por la teoría de Keynes. Nace así como solución a la «estanflación», el neoliberalismo, cuyo objetivo declarado es la destrucción del «Estado de Bienestar» para dinamizar la expansión económica a través de la «fuerza del mercado». Se presentó como solución la autorregulación de la sociedad por parte del mercado, de manera que la amenaza de desempleo sirviera de freno a las demandas de alzas de salario e impidiera el continuo aumento de la inflación.

El Sistema Capitalista Mundial, fundamentándose teóricamente en la escuela neoclásica, inició una estrategia de recuperación y rearticulación de la economía internacional, en un nuevo escenario planetario liberado de restricciones a la expansión del capital, en medio de una renovada lucha por la hegemonía mundial entre las grandes potencias, dentro de un panorama político caracterizado por la desaparición del así llamado «socialismo real» y por la tendencia a nuevas correlaciones de fuerzas.

Esta rearticulación de la economía se centra en una estrategia que tiene como uno de sus objetivos fundamentales elevar la productividad del trabajo, para incrementar la tasa de ganancia y facilitar el proceso de acumulación del capital a escalas consistentes con las elevadas inversiones en investigación y desarrollo y la renovación del parque industrial que demanda tal rearticulación, de manera de poder relanzar la economía capitalista a nuevos niveles de crecimiento.

El capital no tiene otra lógica que la de su constante acumulación que es lo que determina la tendencia siempre presente por reforzar la productividad del trabajo, incorporando constantemente nuevos adelantos técnicos y científicos, con la finalidad de desvalorizar el trabajo, revalorizando el capital. La competitividad que está también en el centro de esta política no es más que poder vender mercancías más baratas, porque se ha reducido su costo de producción, principalmente, el de la fuerza de trabajo. El trabajo debe quedar sujeto a las leyes del mercado laboral, eliminándose cualquier tipo de subsidio, ayuda social, fijación por parte del Estado de salarios mínimos, etc. A la base de la estrategia de reacomodo capitalista, o de las políticas de «ajuste» como se ha dado en llamarlas, está una ofensiva descomunal del capital contra los trabajadores.

Elevar la productividad del trabajo y la competitividad genera un incremento en la producción de las mercancías, lo cual exige ampliar el escenario de su realización: el mercado, de manera de garantizar la materialización de la ganancia y evitar que se rompa el ciclo industrial. Esta es la verdadera razón que se esconde detrás de las tesis de la «globalización» de la economía y del «aperturismo» comercial. Se busca integrar el proceso productivo a nivel mundial, para que los capitales monopolistas puedan acceder libremente a las ramas más rentables de la economía, sin ningún tipo de restricción y más bien obteniendo facilidades adicionales, especialmente en los países periféricos, para incrementar las ganancias y promover la acumulación de capital necesaria para financiar la revolución tecnocientífica y la renovación del parque industrial.

La «globalización» no es otra cosa que la concentración y homoge-neización de los patrones tecnológicos, culturales y de los estilos de desarrollo. Los avances tecnológicos resultado de la revolución tecnocientífica extendidos a todas las esferas de la actividad humana, la conformación de una economía cada vez más mundial y, en particular, la concentración e internacionalización del capital, han borrado distancias y superado barreras acercando a todos los pueblos y naciones de la tierra y han permitido la difusión de la ilusión de la «aldea global» macluhaniana. Pero este proceso no es de manera alguna univalente, uni-direccional o sinónimo de progreso social, al contrario, está lleno de contradicciones, de grandes paradojas, de amenazas y desafíos, de extrema agudización de los problemas de la humanidad especialmente para los pueblos latinoamericanos. La otra cara de la globalización es la regionalización y exclusión de los países subdesarrollados que imposibilitados de acceder a tales adelantos, son integrados en condiciones onerosas a los grandes bloques.

Este proceso de globalización de la economía ha venido operándose bajo la égida y el control de los grandes monopolios internacionales con la subjeción y el apoyo de los estados nacionales. La internacionalización del capital ha llegado a niveles que hacen inoperante el estado nacional como regulador de la economía. Es la formación de un sistema económico transnacional dominante, definido por flujos monetarios, frente al cual el manejo de la economía es cada vez menos nacional, incluso para los países más desarrollados. El poder mundial reside en el capital y en la información que adquieren una posición dominante frente a poderes y gobiernos locales. Los programas económicos de ajuste no obedecen a políticas internas sino a programas impuestos por organismos internacionales.

Aunque la globalización se presenta como un escenario favorable para el desarrollo, saneamiento y modernización de toda la economía internacional bajo los auspicios del FMI y del BM, a través de sus «Políticas de Ajuste», la realidad es que, hasta ahora, los resultados para los países de América Latina han sido: desvalorización del trabajo y de las materias primas, generación de desempleo, incremento sustancial de la pobreza, desmejora de la seguridad social, deterioro ambiental, debilidad de la sociedad civil y disminución del poder de contratación de los trabajadores.

Por el otro lado, simultáneamente y como complemento de la política anterior, se establece la «apertura» comercial como eliminación de cualquier protección para el mercado de los países periféricos, mientras se erigen barreras proteccionistas de los mercados de las grandes potencias, a través de la constitución de bloques, megamercados, mercados regionales y acuerdos comerciales.

Este nuevo proceso de concentración y centralización del capital a nivel planetario, en las condiciones concretas del mundo actual, tiene grandes implicaciones. En primer lugar, determina un nuevo tipo de alianzas y un nuevo rol de las clases dominantes en el ámbito internacional, particularmente de las de los países en desarrollo, que han establecido nuevas articulaciones con el capital financiero de los países desarrollados. En segundo lugar, introduce cambios importantes en el papel del estado nacional para facilitar las nuevas formas de acumulación del capital: se trata de un «estado mínimo», con carácter de gendarme, de naturaleza fuertemente autoritaria, con falsa cobertura democrática.

Junto a la globalización surge otro fenómeno, aparentemente contradictorio, pero que en realidad es la otra cara de la misma moneda: la fragmentación. Por un lado, tenemos la internacionalización de los circuitos productivos, comerciales, financieros y tecnológicos, la globalización de las pautas y expectativas de consumo y de los campos culturales. Por el otro, se acentúa la contradicción económica entre los países y, más grave aún, la desintegración social al interior de cada país. Por una parte, grupos sociales de países diferentes comparten un estilo de vida similar; por la otra, aumenta la distancia entre sectores sociales diferentes dentro de una misma ciudad.

En los años ’70, se agotó en América Latina el modelo de «desarrollo hacia adentro» y el Estado desarrollista. La crisis del Estado desencadenó la crítica al Estado, abriendo el paso a las políticas de ajuste de corte neoliberal. El neoliberalismo condenó cualquier intervención estatal como cosustancialmente negativa y nefasta y redefinió el modelo de desarrollo latinoamericano, privilegiando la oferta productiva y desestimando las demandas sociales; imponiendo una economía de mercado y eliminando el intervencionismo estatal; reprimiendo las reivindicaciones sociales e imponiendo la flexibilización y desregularización laboral.

La tensión entre globalización y fragmentación se ha hecho mucho más fuerte en los países de nuestra región. La apertura al exterior ha profundizado las ya graves diferencias sociales al interior de las sociedades latinoamericanas y ha hecho más rígida e infranqueable la brecha entre los sectores más ricos y los sectores más pobres. Más de un tercio de la población latinoamericana ha quedado así excluida del proceso de desarrollo y ha entrado a niveles de pobreza crítica y pobreza atroz.

Las tesis del liberalismo clásico-ortodoxo recobran en nuestra época nuevo vigor en el movimiento neoliberal, en un panorama marcado por la debacle del socialismo real y la crisis del Estado de Bienestar que, en general, determina la tendencia a buscar más en la sociedad civil que en el Estado, los medios necesarios para asegurar derechos y libertades.

Una de las diferencias más importante del neoliberalismo respecto a la teoría tradicional es quizás la relativa a la indiferencia frente a los problemas sociales. En los defensores actuales del neoliberalismo existe un rechazo profundo de todos los derechos sociales y en general de cualquier forma de política de bienestar, argumento que no a la base de esta doctrina existe una vehemente polémica en contra de los derechos sociales que desemboca en una renovada valoración del derecho a la propiedad privada. Esta reivindicación del derecho a la propiedad privada, estrechamente ligada a la reivindicación de la libertad individual va acompañada de una fuerte crítica al gobierno. A pesar de que el neoliberalismo considera necesario un aparato tan peligroso como es el Estado, sin embargo, declara que todos los esfuerzos deben estar dirigidos a reducir al mínimo su poder, reafirmando que su tarea esencial tiene que ser la de garantizar los derechos básicos de libertad y propiedad.

Para el neoliberalismo los derechos económicos y sociales son «falsos derechos»: las libertades básicas de la tradición liberal son demandas legítimas, las cuales tienen un destinatario preciso que es el «Estado de derecho»; al contrario, los derechos al trabajo, a la educación y a la seguridad social, de ningún modo son un desarrollo de las libertades básicas, más bien son exigencias arbitrarias sin referente preciso, las cuales no deben verse como derechos sino como necesidades a las que puede responder el mercado, siempre y cuando no exista intervención gubernamental.

Vemos así que la «democracia liberal», es decir, la «profundización de la democracia» tan propagandizada por el discurso hegemónico neoliberal, no es de ninguna manera el «gobierno del pueblo para el pueblo», entendido como un sistema politico-social basado en el respeto de todos los derechos humanos; al contrario se trata simplemente de una sociedad regulada por las fuerzas del mercado.

El acceso a la riqueza social sólo es posible a través del mercado el cual es el único que, según los neoliberales, asigna racional y eficazmente los recursos, el mercado autorregulado es el regulador de la economía y la sociedad. Esta función del mercado es posible, según los neoliberales porque las fuerzas económicas tienden por si mismas al equilibrio: la oferta crea su propia demanda, solucionando el problema de los precios; todo se convierte en mercancía y el dinero en la mercancía universal.

Esta «democracia neoliberal», que ha trasformado el principio de la democracia liberal representativa: un hombre, un voto en el nuevo principio: un dólar, un voto, en cuanto se decide, se cuenta sólo en función de la capacidad económica que se posee, ha logrado reducir la esfera de la participación política de los ciudadanos y obtener un consenso pasivo, demostrando que la minimización de la función estatal a través de la «mano invisible» del mercado necesita una sociedad siempre más autoritaria. La democracia política no es un objetivo consustancial del modelo neolibera.

En el campo ideológico, el neoliberalismo se presenta como respuesta única frente a los problemas actuales y en el campo político, lo que realmente está en el fondo de la crítica antiestatal del neoliberalismo es la guerra contra su verdadero enemigo que es la democracia. No es al Estado al que combate sino al Estado democrático. Para que un sistema político sea una verdadera democracia debe existir la obligación de que los poderes públicos, libremente elegidos, controlen, corrijan y dirijan el juego de la economía y del mercado, en defensa de los derechos de la gran mayoría de los ciudadanos, para impedir que la voracidad de una minoría se apropie de toda la riqueza de una nación.

La racionalidad neoliberal concibe al mercado no sólo como la institución social que asigna eficientemente los recursos, sino como regulador de decisiones sociales y hasta como conductor de políticas, desplazando así al Estado, reducido a su mínima expresión. Dentro de esta lógica los objetivos primordiales son el individualismo, la atomización social y el predominio de las élites, sin preocupación alguna por la justicia social. Ahora bien, la experiencia ha demostrado que el mercado es incapaz de resolver los problemas que afectan a la humanidad. Esta idea del mercado autorregulado como directriz de la sociedad es una ficción que históricamente ha amenazado con destruir la propia sociedad, obligando al estado a regular y controlar la economía, a fortalecer sus estamentos políticos y a garantizar la redistribución de la riqueza, como precisamente sucedió en el período de postguerra que fue, paradójicamente para los neoliberales, el de mayor crecimiento para el capitalismo. Además, el mercado no es un escenario neutral, donde interactúan iguales, ya que es inobjetable el predominio de los monopolios. La «bondad» del mercado se fundamenta en su capacidad de satisfacer las necesidades de los hombres, pero en el mercado sólo se expresan las necesidades de quienes tienen poder de compra. Las necesidades de los más necesitados no se muestran.

En el neoliberalismo se vuelve a presentar con mayor fuerza, un rasgo común de todas las economías de libre mercado: el «darwinismo» social, disfrazado de eficiencia, que tiene como resultado el incremento del ingreso de los sectores más ricos de la población y la acentuación de la marginación y exclusión de las personas, grupos sociales, regiones y países más pobres.
Dentro de una racionalidad diferente, el mercado pudiera muy bien ser considerado como un elemento más dentro de un conjunto de mecanismos para lograr equilibrios y distribuir riquezas, pero la racionalidad dominante, a través de su discurso político, presenta una sóla forma, la neoliberal, de asumir el mercado, porque lo que en realidad se está imponiendo es una nueva forma de totalitarismo: la supremacía del poder económico sobre las instituciones democráticas.

La ideología neoliberal plantea la validez de su modelo de forma atemporal, universal, presentando como inmutables las instituciones que defiende: la propiedad privada de los medios de producción y el mercado como único mecanismo de asignación de recursos. El proyecto neoliberal no es otra cosa que el intento disfrazado del poder económico por quitarse el yugo impuesto por el poder político democrático. Por esta razón, su discurso:
Impulsa la creación de mercado supranacionales totalmente libres e independientes de la actuación de los estados nacionales.

Afirma que la única posible solución al problema del desempleo es la flexibilización laboral, la total libertad en el mercado de trabajo, sin presiones sindicales ni normativas legales o intervenciones estatales.

Anuncia que el control de la inflación es su finalidad primordial, demostrando, de esta manera, que el dinero es un asunto demasiado importante para dejarlo en manos del mercado.

Manifiesta un enorme odio a lo público, en cuanto es imprescindible aumentar al máximo y a cualquier costo la ganancia de los empresarios.

Expresa una extrema virulencia en todo lo relativo a gastos sociales.

Sobre estos supuestos el neoliberalismo se reclama paradigma social incues-tionable, en el cual las leyes definen fundamentalmente prohibiciones y están ligadas a la institución de propiedad privada como máxima expresión de la individualidad libre. Según esta racionalidad basta sólo con seguir las estrategias de liberalización total de la economía nacional en todas sus esferas y procesos y participar incondicionalmente en la globalización económica internacional para lograr la modernización económica y el avance tecnocientífico, garantes del bienestar de todos. Por otra parte, el credo neoliberal impone una reforma política para minimizar el estado y excluir su injerencia en el proceso económico, privatizando todos sus activos (que van a manos de los grandes monopolios) y contrayendo drásticamente el gasto social. Se trata en fin, de desmembrar el «Estado de Bienestar Social» para, supuestamente, restituir sus derechos a la sociedad civil, ampliar las libertades individuales y estimular la iniciativa privada.

Sin embargo, la experiencia de estos útlimos años demuestra fácilmente que existe un marcado desfase entre lo que anuncia y promete la teoría neoliberal y los resultados reales derivados de los ajustes macroeconómicos, inspirados en esta teoría:

La formulación del discurso neoliberal de globalización, crecimiento económico, cambio social y bienestar de las mayorías, deviene en la realidad en su contrario: recesión económica, atraso social y generalización de la pobreza, motivados por la acelerada concentración de la riqueza en el vértice de la pirámide social.

La oferta de profundización de la democracia deviene en la realidad en un Estado autoritario, represivo y violador de los derechos humanos, pues sólo mediante la represión y la violencia es posible lograr una paz social que convenga con el violento proceso de pauperización de las amplias mayorías.

El sujeto social que promueve el neoliberalismo, lejos de ser un sujeto libre y plenamente realizado es un sujeto fragmentado, enajenado a patrones socio-culturales irracionales y objeto y vehículo a la vez, de una violencia que caotiza totalmente la sociedad, convirtiéndola en un espacio hostil para la vida social vital y gratificante.

II.- Consecuencias para el sistema educativo
Bajo la racionalidad neoliberal, que acabamos de exponer, el sistema educativo es analizado en relación a tres ideas fundamentales: eficiencia, eficacia y calidad, que fueron originalmente acuñadas por la pedagogía estadunidense del eficientismo industrial que traslada al campo pedagógico y, en general al de las ciencias humanas, conceptos empresariales. De esta manera, se vincula lineal y mecánicamente el sistema educativo con el aparato productivo, subordinando el primero a los intereses del segundo. Se considera a la educación como producción de capital humano, como inversión personal y colectiva, la cual debe, por lo tanto, ser rentable en términos económicos.

Estos son los principios que rigen los programas educativos para América Latina de organismos internacionales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Según este razonamiento, invertir mejor no significa invertir más, sino desarrollar aquellas áreas educativas que demanda el mercado y considerar la educación como una empresa que debe mostrar su eficiencia, eficacia, rentabilidad y calidad.

Es bajo esta filosofía que nuestro «Ministro de educación» califica a la educación impartida por las universidades venezolanas como cara y de flacos resultados, de elevado costo personal y social, sin beneficios económicos porque no se adapta al mercado ni a la producción. Dicho de otra manera, anacrónica porque no atiende a la opinión e intereses de los empresarios.

El Ministro ha manejado muy bien, durante el reciente paro, los factores y elementos del sistema educativo venezolano que favorecen a este programa. El Ejecutivo Nacional, a través del cerco presupuestario impuesto desde hace varios años a las universidades públicas, ha incrementado la crisis universitaria y promovido el deterioro de la calidad pedagógica y humana del docente. El Ministro ahora le imputa a la Universidad los males y problemas que el mismo Estado ha provocado en ella.

Muchos profesores universitarios al vivir diariamente la frustración y la fatiga impuesta por limitaciones presupuestarias institucionales y personales, terminan por asimilar el fracaso del sistema como propio y el sentimiento de culpa los lleva a asimilar el discurso de los adversarios. Bajo la consigna de la transformación necesaria, se abre la brecha a las ideas individualistas y mercantiles del neoliberalismo.

Dentro de este panorama debemos entender y analizar el conflicto universitario y la imposición del Nuevo Trato por parte del Ministerio de Educación. Las universidades no deben lógicamente cerrarse al cambio, pero estar bien alerta y conscientes de cuáles son los principios y la dirección de cualquier tipo de transformación que se quiera emprender.

Es importante aclarar que la educación no puede ciertamente divorciarse del trabajo, pero el trabajo no es productivo únicamente en términos mercantiles. El trabajo vincula al hombre consigo mismo, con los demás y con su medio, en este sentido es realización humana. Por esta razón, la relación educación – trabajo no debe limitarse al éxito en el mercado laboral ni transformar a los trabajadores en apéndices de las máquinas.

Una educación de calidad bajo una visión muy diferente y opuesta a la neoliberal, debe formar profesionales críticos, capaces no sólo de asimilar tecnologías sino de crearlas y de asumir posiciones transformadores en todos los aspectos. Lo que debe buscar la Universidad es la formación de hombres creadores, conscientes del mundo en que viven, de la historia, de la realidad y de sus procesos sociales.

IMPLICACIONES EN LA POLITICA EDUCATIVA
En el marco descrito hasta ahora, el neoliberalismo impulsa el desarrollo de algunos conceptos en materia educativa de base extrictamente mercantil que es necesario examinar:

  1. Sustitución de la definición de la educación como derecho por la educación como mercancía.
  2. La educación como una inversión, valga decir, como una empresa necesariamente rentable.
  3. La definición del hombre como medio y no como un fin al quedar reducido a una vulgar y despersonalizada definición de «recurso humano».
  1. La educación: de derecho a mercancía
    Es necesario para el modelo neoliberal eliminar el derecho a la educación para hacerla comercializable, fuente de lucro y de dominación.Al reducir la educación a una simple mercancía se le deja como objeto de consumo: a ella tendrán acceso quienes dispongan de los recursos suficientes para comprarla en los términos en los cuales se ofrezca en el mercado.

La educación queda, de esta manera, despojada de cualquier sentido formativo, sustituido grotescamente por un sentido lucrativo. Se imparte una educación según un modelo tecnocrático: se trata de entrenar mano de obra hábil pero acrítica, por ello, se jerarquizan los campos tecnológicos en detrimento de lo humanístico, ético y social.

Una clara expresión de esta tendencia de mercantilizar la educación lo constituye el planteamiento relativo a la «imperiosa necesidad» de cobrar la matrícula estudiantil. Esta propuesta no es realmente de carácter financiero como se ha venido planteando. Cualquiera que conozca medianamente el problema presupuestario de las universidades sabe que el ingreso por concepto de matrícula es irrisorio y está lejos de tener un impacto significativo en materia presupuestaria. Lo que está realmente planteado es la conversión de la educación en mercancía: los que tienen bienes de fortuna adquirirán esta mercancía con dinero, los pobres, siempre y cuando la puedan adquirir, la pagarán con su rendimiento y buen comportamiento.

  • La educación como una inversión
    La apreciación de la educación como mercancía significa entenderla como una inversión. Se convierte en una vía para generar altos resultados económicos en el marco del esquema de transferencia y captación de la renta nacional, donde la oligarquía financiera y los grupos económicos son los principales beneficiarios del poder político.En el sistema educativo se ha impuesto el concepto economicista neoliberal de la «eficiencia» referida a la «relación entre factores de producción y productos finales». La educación es considerada como una empresa y desnaturalizada de su finalidad: el pleno desarrollo del ser humano y de su sociedad en el sentido más integral.
  • El hombre como medio y no como fin
    Una de las principales deformaciones introducidas por la concepción neoliberal de la educación es la de ver al hombre como un medio y no como un fin, desconociendo todo el ordenamiento jurídico internacional y nacional. Los organismos internacionales, controlados por el capital transnacional, al referirse al hombre hablan de «recurso humano». Esta noción es asimilable al concepto de «capital humano» de la racionalidad económica liberal que entiende al hombre como «medio» para fines netamente mercantiles. Así la educación, en cuanto mercancía y «medio de producción», es una especie de fábrica de «recursos humanos».El sentido formativo de la educación es sustituido por una moral pragmática, orientada por la ganancia y el máximo beneficio individual.

 

EL PAQUETE EDUCATIVO NEO-LIBERAL
La negación de la educación como un «derecho humano» es continuamente sustentada con distintos artificios difundidos a diario por personeros gubernaentales; uno de ellos es la pertinaz declaración de «falta de recursos», acompañada de medidas gubernamentales orientadas al estrangulamiento presupuestario de la educación pública en sus distintos niveles y modalidades, en tanto se procede al estímulo cada vez mayor de la educación privada.

La definición neoliberal de la educación como mercancía y con ello su negación como derecho humano, supone principios fundamentales que orientan el diseño de las políticas educativas del gobierno venezolano en consonancia con los dictados del Banco Mundial y del FMI. En nuestro concepto, estos principios son:

 

  1. La radical sustitución del principio de Estado Docente, contemplado en la Constitución Nacional, por un difuso y etéreo principio de Sociedad Docente, especie más bien de Sociedad Mercantil. Siguiendo los más puros preceptos neoliberales se pretende despojar al estado de su función educativa y de formación ciudadana, para dejar ésta abandonada al capricho de las actividades e intereses particulares, como cualquier otra mercancía en el mercado.
  2. La privatización con la cual se aspira suplantar el principio constitucional de la gratuidad de la enseñanza. Solapadamente se introducen, a través de los medios de comunicación, una serie de argumentos que justifican la necesidad de pagar la educación para que ésta sea de mejor calidad y para que con la ayuda de quienes poseen más recursos llegue a los sectores «menos afortunados».
  3. La elitización de la educación para reducir al máximo el proceso de democratización de la educación. Lo que se persigue con la erradicación del Estado Docente y con la instauración de la privatización de la educación es eliminar la intervención estatal de cualquier tipo en el proceso educativo, sujetarlo a criterios economicistas de «eficiencia y eficacia» y despojarlo de cualquier contenido social de mejora-miento de las condiciones de vida de la población en general.

CONCRECION DEL MODELO NEOLIBERAL EN LA UNIVERSIDAD VENEZOLANA
Se aprecia, sobre todo en los últimos años, un avance importante del modelo neoliberal, tanto como marco de referencia conceptual para plantearse la problemática universitaria y nacional, como en la aplicación de medidas concretas. En lo atinente al marco conceptual la creencia en los postulados neoliberales conlleva a priorizar ciertos problemas sobre otros realmente apremiantes desde el punto de vista nacional y universitario.

Es así como el financiamiento de la Educación Superior toma tal relevancia que elimina del centro de las preocupaciones de los universitarios asuntos tan vitales como el estrangulamiento de oportunidades de estudio de los estratos más desfavorecidos.

De igual manera la tendencia a privilegiar la evaluación institucional de carácter eficientista desplaza el eje central de la polémica: la redefinición del proyecto estratégico de las universidades con el fin de promover el interés nacional.

En lo relativo a la instrumentalización de medidas concretas, pueden destacarse, entre otras, las siguientes:

La reducción permanente del presupuesto universitario y demoras e incumplimientos reiterados de los acuerdos, manteniendo las universi-dades públicas en situación de quiebra, con la finalidad de generar una atmósfera propicia a la degradación de la calidad institucional que justifique la privatización.

La creación de fundaciones y otras empresas de servicios que liberan gastos y eliminan responsabilidades, debilitando las instituciones universitarias,

La figura de la «contratación»: puesta en práctica de una política de ingreso del personal académico la cual no aparece en la normativa legal vigente y que significa la inestabilidad laboral del personal académico o la imposibilidad de formación de los cuadros de relevo académico, promocionando
además una perversa política de clientelismo partidista.

Descalificación constante del concepto autonómico, en cuanto resulta inaceptable que la Universidad use
el fuero de la Autonomía para oponerse a las políticas gubernamentales desnacionalizadoras.

Presión por aprobar una nueva normativa legal que permita la vinculación de las universidades con los intereses de los grupos económicos y reduzca su papel en pro del beneficio público.

Intentos permanentes de desconocimiento del gremio universitario en una clara intención de modificar el marco de las relaciones laborales para llevarlas de la contratación colectiva a la contratación individual.

CONCLUSIONES
Frente a esta agresión teórico-práctica, frente a este proceso de desfiguración de la realidad nacional en todos los sectores, es fundamental el papel de la educación y sobre todo de las universidades como conciencia crítica y moral de la sociedad. Es deber de los universitarios cerrar filas en un movimiento nacional que signifique no sólo la defensa de la autonomía, sino de la dignidad humana y académica, de la solidaridad y de una democracia real que se fundamente en la defensa de los derechos socio-económicos de todos los venezolanos.

La Autonomía en Venezuela expresa un modelo de universidad definida y asumida como laica, igualitaria, científica, crítica, antidogmática, creadora y defensora de los valores humanos. La universidad autónoma no sólo elabora y transmite conocimiento sino que funge de escuela de democracia real.

La lucha de los universitarios, de los «intelectuales» dentro de la realidad que hemos descrito no puede ser una lucha estéril de académicos encerrados en una torre de marfil, sino la lucha de seres humanos conscientes, que viven y se desarrollan en una determinada sociedad y a ella dirigen sus esfuerzos y conocimientos para mejorar-la en aras del bien común.

La Universidad dentro de este panorama debe ser órgano de cohesión de los sectores progresistas, punto de referencia fundamental en el acontecer nacional como verdadera instancia de oposición crítico-constructiva para la transformación del país en procura del bien de todos los venezolanos.

Fuente:http://www.actaodontologica.com/ediciones/1997/3/neoliberalismo_educacion.asp

Imagemen: http://revistaideele.com/ideele/sites/default/files/styles/500px/public/educacic3b3nfc3a1brica.jpg?itok=AyBstzQW

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