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Los desafíos de la educación popular latinoamericana: aportes desde el Foro Mundial de Educación

 

Nicolás Arata, coordinador de la Red de Posgrados de CLACSO.

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Todo proyecto pedagógico es un proyecto de sociedad.

En las últimas tres décadas, dos grandes posiciones político-pedagógicas han antagonizado posturas dentro del campo educativo. La primera combina argumentos filosóficos neoliberales y neoconservadores para argumentar que toda sociedad debe regirse por los principios del mercado. La misión de la educación: formar individuos competentes capaces de procesar el enorme flujo informacional de nuestra época, desplegar sus competencias en el mercado laboral y fomentar la sensibilidad por el consumo de bienes y servicios. La segunda emana de un corpus heterogéneo de tradiciones donde abrevan las teorías críticas, las perspectivas desescolarizantes y reproductivistas y las posiciones nacional-populares, entre muchas otras. Su perspectiva reivindica la educación como un proceso emancipatorio, a la escuela como un derecho humano inalienable y al aprendizaje como un proceso social y colectivo.

Dos proyectos pedagógicos, dos visiones del mundo.

Frente al despliegue avasallante del mercado, en las últimas décadas se alzaron múltiples voces reivindicando que otro mundo es posible. Entre los espacios de resistencia al proyecto neoliberal, el campo educativo tiene una relevancia singular en tanto facilitó la convergencia de gran cantidad de movimientos sociales, sindicatos docentes, grupos académicos, agrupaciones estudiantiles y frentes en defensa de la escuela pública. A grandes rasgos, todos ellos se muestran comprometidos con una visión de la educación amparada en el principio de la justicia social, crítica, respetuosa de las diferencias, intercultural, laica (en tanto está abierta al diálogo de creencias y saberes) y comprometida con la educación ambiental.

El Foro Mundial de Educación (FME) ha sido, en el marco de este proceso, el principal catalizador global donde se ha expresado un rechazo al proyecto educativo neoliberal y desde el cual se postuló una plataforma político-pedagógica alternativa. A su vez, ha sido una plataforma desde donde repensar las relaciones entre educación pública, educación popular y educación ciudadana.

Un breve repaso por su historia

El FME surgió en 2001 como un espacio de intercambio y diálogo en torno a la educación en el marco del Foro Social Mundial. Desde sus inicios, el FME destacó como una forma organizativa autogestionada, de carácter global y no gubernamental, una plataforma que reivindicó una educación para la paz, el respecto por la diversidad cultural, la defensa y promoción de los derechos humanos, y se plantó en abierta confrontación con las perspectivas sexistas, colonialistas, patriarcales, racistas y las políticas educativas neoliberales que subordinan la educación a los principios del capital, convirtiéndola en una mercadería más.

Desde entonces, el FME fue realizándose en diferentes ciudades y adoptando diferentes temas: las ediciones del 2001, 2003 y 2004 tuvieron lugar en Porto Alegre. La primera lo hizo bajo la consigna Educación en el mundo globalizado; la segunda instó a pensar las relaciones entre Educación y transformación acompañado del que sería el santo y seña del FME: la educación en la construcción de otro mundo posible. El título de la tercera edición no hizo más que cristalizar en su título la bandera de lucha, con un añadido programático: La educación para otro mundo posible: construyendo una plataforma de luchas. La cuarta edición tuvo lugar simultáneamente en Caracas (Venezuela), Bamako (Mali) y Karachi (Pakistán). El título del Foro de Caracas tuvo como impronta un viejo y perdurable anhelo latinoamericanista: La integración americana y la lucha por un proyecto educativo emancipador. En Nairobi (Kenia) -durante 2007- se aprobó la plataforma mundial de la educación donde se cifran los grandes principios articuladores del FME. La sexta edición se mudó al norte de Brasil, más precisamente a la ciudad de Belém -al igual que en el foro anterior- no tuvo un tema específico.

En paralelo, y como muestra de su prolífica capacidad de diversificación y enraizamiento territorial, tuvieron lugar otros Foros Temáticos, como el realizado en San Pablo en 2004 bajo el lema Educación ciudadana para una ciudad educadora. Fuera de Brasil, el primer encuentro se desarrolló en Cartagena de Indias durante 2004, donde se llamó a pensar la relación entre Educación y Globalización. También en 2004 tuvo lugar un encuentro en Montevideo, mientras que en 2005 las actividades se congregaron en Chile y en 2006 se trasladaron a Buenos Aires.

En cada Foro se elaboró un documento colectivo -verdaderos manifiestos pedagógicos- como resultado de un enorme trabajo colectivo en el que intervenían los relatores que participaron en cada uno de los grupos y espacios a fin de sintetizar y reflejar en el mismo el conjunto de las ideas debatidas. Las cartas expresan la reivindicación de la educación popular y pública como un derecho inalienable de los pueblos. A propósito de ello, Moacir Gadotti afirmó: “Nunca hubo en la historia de la educación mundial un movimiento popular tan grande en favor del derecho a la educación como el organizado por el FME”.

La educación popular

Hace unos pocos días, del 19 al 23 de enero, se llevó a cabo en Porto Alegre, Brasil, una nueva iniciativa del Foro Social Mundial (FSM). Su agenda temática fue tan extensa y plural como diversos son los intereses y las preocupaciones de la agenda global alternativa: la lucha contra el imperialismo, los derechos de las personas mayores, la articulación entre participación social y cultura digital, el derecho al amor libre, la economía solidaria, la emergencia climática, entre muchos otros. A 15 años del primer Foro Social, el nuevo encuentro se emplazó en un gran espacio público, el Parque da Redenção, locus preferencial de las movilizaciones populares en Rio Grande do Sul. Los organizadores estimaron que más de 15 mil personas participaron de la marcha con la que se abrió formalmente el nuevo Foro.

Como parte de la agenda de movilización ciudadana por la educación, en el marco del FSM, tuvo lugar el Foro Social de Educación Popular, una iniciativa impulsada por FLACSO (Brasil), el Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra (Portugal), el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y el Consejo de Educación de Adultos de América Latina (CEAAL), entre otras instituciones. La piedra de toque de esta convocatoria fue la consigna: “La democratización de las sociedades pasa necesariamente por la democratización del conocimiento”.

Durante esos días, en una de las carpas del Parque da Redenção, un amplio y heterogéneo conjunto de colectivos y activistas de la educación popular se aglutinaron alrededor de dos centros de interés. Por un lado, la necesidad de pensar la educación popular como un espacio desde el cual compartir teorías, enfoques y métodos que faciliten la difusión de saberes gestados en experiencias llevadas adelante en el campo de la salud, las políticas medioambientales, los estudios de género y las economías solidarias, por mencionar algunos. Por otro, la necesidad de hacer de la educación popular un componente indisoluble y constitutivo de todos los planos y niveles del campo educativo: universidades, movimientos sociales, educadores de adultos, maestros y profesores, frentes de padres que defienden la educación pública, sindicalistas, movimientos estudiantiles. En definitiva, poner el centro gravitacional del debate educativo en la relación entre escuela pública y educación popular, siendo su telón de fondo las diferentes formas de imaginar las diversas formas de articulación entre Estado y sociedad civil.

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Sedimentos

Las reflexiones producidas en este nuevo Foro también son una oportunidad para revisitar el concepto de educación popular desde una perspectiva histórica, que permita identificar la pluralidad de actores y de tiempos que otorgan densidad al campo de la educación, mucho más abonada por los matices discursivos y las zonas grises que por los fuertes contrastes y los claroscuros.

Las representaciones sobre el campo de la educación popular – sostiene Adriana Puiggrós – fueron abonadas por sujetos cuyas inscripciones políticas e ideológicas conforman un espectro de experiencias muy amplio en el que pueden identificarse tanto puntos de contacto como fuertes divergencias. Desde grupos guerrilleros en Centroamérica hasta organismos de corte neoliberal, desde pedagogos al servicio del Estado hasta estudiantes que impulsan experiencias de extensión universitaria, alfabetizan en un barrio popular o dentro de una vieja fábrica recuperada por sus trabajadores. Muchos lo hacen al margen de los proyectos estatales, mientras que otros son impulsados desde algún organismo público del que reciben, incluso, financiamiento.

Ante la diversidad de situaciones espaciales, propósitos y sujetos intervinientes que desenvuelven experiencias a las que ellos mismos consignan bajo el rótulo de educación popular, lo que está claro es que no hay un sentido unívoco que pueda asignársele a la educación popular; se trata de un concepto cargado de historicidad (con su mitología, sus héroes y sus muertos) y un significante en disputa.

¿De dónde vienen estas diferencias?  Si enfocamos el asunto desde una perspectiva histórica, al menos cuatro capas de sedimento le dan espesor y densidad al término.

Entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX comienza a circular una noción de educación popular en el mundo Atlántico que tiene, a mi parecer, dos connotaciones fuertes.

Por un lado, la que promueven Campomanes y Jovellanos y dan forma al programa educativo ilustrado que tendrá amplia recepción entre las gentes de saber en las colonias españolas en América. Sus intervenciones se levantan contra dos prejuicios sumamente extendidos en el mundo ibérico: la educación profesional y la educación de las mujeres. Campomanes atacaba la ociosidad y la miseria en la que estaban sumergidas cientos de miles de familias a causa de la mala reputación que tenía el trabajo manual, pero también el férreo control que ejercían los gremios de artesanos sobre la transmisión y enseñanza de los oficios. En su Discurso sobre la educación popular (1774) Campomanes exaltó y promovió la industria popular a través de la formación en oficios mecánicos. Para el asesor de los reyes de España, el espacio de intervención privilegiado de la educación popular no era la escuela sino la familia, entendida como núcleo de producción.

Por su parte, Jovellanos sostenía en su Informe sobre el libre ejercicio de las Artes (1785) de manera categórica la importancia de la educación femenina, poniendo en pie de igualdad ambos géneros: “La mujer tiene el mismo uso de razón que el hombre”. Esta idea es refrendada por Campomanes en cuyas páginas ya asomaba la noción de educación común: “Si la educación no les es común [a hombres y mujeres] las mujeres e hijas de los artesanos preservarían ociosas; y no podrían inspirar a sus hijos y maridos una conducta laboriosa”.

El otro referente de la educación popular es el caraqueño Simón Rodríguez. Su obra, dispersa, no compone tanto un tratado pedagógico como un plan de acción para la emancipación americana: “Muchos tratados se han publicado sobre la Educación en general – sostenía –, y algunos sobre los modos de aplicar sus principios, a formar ciertas clases de personas; pero todavía no se ha escrito para educar pueblos que se erigieron en naciones, en un suelo vastísimo, desierto, habitable en gran parte y transitable en casi todas direcciones”.

Educar pueblos: he ahí una ruptura con el modelo educativo colonial que había establecido murallas entre la cultura a la que tenía acceso la población blanca y su terminante negación a los grandes sectores sociales compuestos de indios, negros y mulatos, que no recibían otra educación que no fuera la impartida en el marco de la catequesis.

Un segundo momento transcurre durante la segunda mitad del siglo XIX, cuando la educación popular comienza a crecer al abrigo de los Estados modernos y sus constituciones liberales – en confrontación abierta con la Iglesia, que detentó durante siglos el monopolio de la enseñanza. El pensamiento liberal consolidó una noción de educación popular cuyos principios se encarnaron en la escuela pública obligatoria, vector de congregación de la Nación y dínamo del progreso. A grandes rasgos, la educación popular era vehículo para formar al ciudadano a través de la alfabetización en una lengua y una identidad nacional. En el reverso de la trama, la educación popular era via reggia para la superación de la barbarie americana y medio de lucha contra los saberes y las sensibilidades populares.

El advenimiento de las experiencias populistas en Brasil con Vargas, en Argentina con Perón y en México con Cárdenas le imprimieron a la noción de educación popular un nuevo giro, articulado a la cultura de masas. El caso argentino es tal vez donde la nueva configuración se haya plasmado de un modo elocuente, en tanto lo popular fue intersectado por una formidable potencia plebeya que desafió la jerarquía cultural liberal y le imprimió a la educación popular un sentido político cargado de impugnaciones y de nuevas reivindicaciones.

Las décadas del 60 y 70 fueron escenario de cimbronazos y grandes acontecimientos. En el primer mundo, los movimientos pacifistas que se levantaron contra la guerra de Vietnam y que reivindicaron los derechos civiles de la comunidad negra, los movimientos feministas y estudiantiles. En el llamado Tercer Mundo, surgieron como campo orégano los movimientos de liberación nacional y anticolonialistas; en el Caribe, la Revolución Cubana y su enorme irradiación política. En ese contexto, la lucha contra el analfabetismo continuó siendo eje gravitacional de las iniciativas educativas, pero comenzó a gestarse a la par una fuerte sensibilidad de época: la articulación entre política y educación como instrumento de transformación social. Uno de los puntos más altos de la redefinición de la educación popular se construye en torno al concepto de educación dialógica freireano. La educación popular se forja en otra horma – que es decir en otra tradición –, poniendo en entredicho el supuesto sobre el cual se había asentado la matriz pedagógica moderna: educador y educando no son más identidades fijas e inmutables, sino posiciones intercambiables que se organizan en torno a las tareas de educar.

Este primer eje temporal guarda un propósito: recordarnos que al hablar de educación popular, resulta de gran valor poder conectar estas vertientes, comprender que significados perviven, cuál es su origen, a qué problemas y desafíos buscaban responder desde una perspectiva de larga duración. Alargar la mirada para ser capaces de reconocer que la educación popular tiene raíces profundas y que su comprensión puede ayudar en los diversos modos en que imaginamos y fundamentamos nuestras prácticas.

Experiencias

Otro registro temporal es el que puede medirse a partir de las experiencias que tienen lugar en las iniciativas concretas de personas y colectivos. En los diálogos que suscitó este nuevo Foro, la experiencia fue enunciada como punto de partida insoslayable y condición imprescriptible para producir una reflexión legítima sobre la educación popular.

No se trata de impugnar esta afirmación (que tiene sus razones de ser, entre ellas, el recelo que experimentan los educadores populares cuando los investigadores de gabinete se acercan a “estudiarlos” y construir complejas teorías en lenguaje de jerga) sino de aprovechar para plantear cuál es la noción de experiencia que subtiende esta afirmación.

Como señaló Martin Jay, una maraña de denotaciones y connotaciones a menudo incompatibles envuelven como nubarrones el término ‘experiencia’. Una de ellas afirma que podemos comunicar las experiencias que vivimos, aunque hay un punto donde ese acto es intransferible: sólo el sujeto sabe en qué consistió su experiencia, siempre hay un excedente que escapa a las palabras. Para este enfoque, la experiencia no puede ser objetivada, definida; la narración de la experiencia está unida al cuerpo y a la voz. Nace con ella, puede ser evocada, pero el cuerpo es su prisión. Medio en serio, medio en broma, el boxeador argentino Nicolino Locche acuñó una frase que sintetiza esta idea. El púgil decía que “la experiencia es un peine que te dan cuando te quedas pelado”.

Por otro lado, están quienes sostienen que nada que resulte significativo puede producirse fuera de los contornos de una mediación lingüística. Ningún termino puede orbitar más allá del campo de gravedad que ejerce sobre su contexto semántico. Dicho de otro modo: “experiencia” es , ante todo, una palabra, un producto de un sistema discursivo y por lo tanto es esencialmente “algo” que se produce y existe por la palabra.

No es que haya que optar por una u otra posición, sino ser capaces de sostener la tensión que genera esta paradoja, identificar el punto donde se produce la intersección entre lenguaje público y subjetividad privada para pensar quienes, desde dónde y bajo que narrativas podemos hablar de educación popular desde la perspectiva de las experiencias.

La reivindicación de la experiencia es importante para plantear un problema que suele reiterarse hasta el hartazgo: el del divorcio entre teoría y prácticas.

El conocimiento científico, riguroso y crítico debe ser capaz de desarrollar una sensibilidad por los saberes que brotan de la intuición, aprendiendo a dejarse interpelar por sus incógnitas y descubrimientos. Al mismo tiempo, ese saber de caminantes, ese saber indiciario, debe ser capaz de incorporar los elementos del discurso científico en tanto son útiles para formular preguntas, fundamentar prácticas, sistematizar actividades y hacer archivo.

Las experiencias pueden ser “habladas” desde ambos registros impulsando lo que Boaventura de Sousa Santos caracterizó como una ecología de saberes: una racionalidad alternativa a la del capitalismo que promueva los diálogos entre el saber científico y humanístico que producen las universidades y los saberes legos, populares, urbanos y campesinos, tradicionales, gestados en las sociedades no occidentales.

Horizontes

¿Bajo que aspiraciones podría pensarse el campo de la educación popular en América Latina en el siglo XXI, cuando se lidia con proyectos mercantilistas del porte de una ballena blanca? Las experiencias y el empoderamiento acumulado en los FME resultan de gran valor para ensayar una respuesta que nunca será definitiva y que probablemente tenga, en cada región y para los diferentes grupos, variaciones.

En el Foro realizado recientemente en Porto Alegre, se han ensayado respuestas con diferentes entonaciones, alcances y consecuencias. Boaventura de Sousa Santos (CES, Universidad de Coimbra) ha sido quien alzó la voz para reclamar que la educación popular debe apoyarse sobre tres patas: ser, ella misma, descolonializadora, despatriarcalizadora y democratizadora.

El segundo aspecto fue advertido por Pablo Gentili (CLACSO) cuando llamó a asumir la tensión entre educación pública estatal y educación popular, planteando que la defensa de una escuela pública de calidad e inclusiva no anula ni inhabilita la posibilidad de fomentar otros tipos de experiencias educativas públicas no estatales que desarmen las nociones de público y privado acuñadas por el derecho eurocéntrico. Lo popular, en América latina, intersecta con lo público.

El tercer elemento estuvo puesto en la construcción de colectivos de pensamiento. Tal vez uno de los puntos donde el FME puede trabajar con mayor énfasis para recuperar su fuerza fundacional es reconstruir un intenso y fluido dialogo intergeneracional. No es que esto haya estado ausente en este nuevo Foro. La presencia de Camila Lanes (presidenta da UBES), joven referente del movimiento de estudiantes secundarios, llamaba a pensar una educación popular que no solo procure formar en pensamiento crítico, sino que sea hospitalaria con todos los que presentan dificultades para el aprendizaje.

El cuarto elemento se centró en la necesidad de repensar los alcances de la educación popular, reafirmando la idea de que la educación popular es, antes que nada, una opción política. En ese sentido, preguntarse por los destinatarios implica recordar – como señala Lidia Rodríguez – que la educación popular no se dirige a los sectores populares solamente, sino que debe apostar a ser la educación de todos, porque uno de sus objetivos es “la construcción del espacio común democrático. Lo común se construye con el aporte de todos, en vínculos de negociación y lucha.”

Coda

El FME ha hecho algo mucho más importante que sostener un interés por la educación en el tiempo. Ha contribuido a empoderar movimientos, sujetos sociales y colectivos militantes.

Si se lo piensa desde América latina (aunque la imagen puede hacerse extensiva a todas las regiones y los pueblos que sufrieron y sufren la colonización económica, cultural, política y militar), lo que el FME ha contribuido a construir es un imaginario transformador desde el cual las sociedades latinoamericanas pueden concebir la historia como oportunidad y no como fatalidad; pueden percibirse a ellas mismas – como alguna vez sentenció John Berger – no como parte del mundo que fue conquistado, sino entre los derrotados a los que los vencedores temen.

Esta conciencia es sólo fruto de la esperanza que produce el trabajo cotidiano, cuerpo a cuerpo, en procesos que se saben lentos, pero donde se aprende de manera categórica que el tiempo de los vencedores es corto, mientras el nuestro es inconmensurablemente largo.

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Nicolás Arata es doctor en educación por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Magíster en Ciencias Sociales con orientación en educación (FLACSO, Argentina). Es docente de la UBA y la Universidad Pedagógica, donde dicta Historia de la Educación Argentina y Latinoamericana. Dirige la colección Lecciones para la Formación Docente de la editorial Novedades Educativas. Actualmente, es Coordinador de la Red de Posgrados del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

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Así esta Perú 2016: El uso de tecnología en la educación de nuestro país.

Lima, Perú / 02 de marzo de 2016 / Fuente: RPP Noticias

El Ministerio de Educación identificó que solo el cuarenta por ciento de colegios a nivel nacional cuenta con Internet.

2 de marzo de 2016.- En el Perú hay cerca de 80 mil colegios públicos y la falta de uso de tecnologías en estas instituciones educativas es un tema de preocupación que tendrá que resolverlo el siguiente gobierno.

El Ministerio de Educación indicó que solo el cuarenta por ciento de centros educativos a nivel nacional cuenta con acceso a Internet, que a estas alturas es básica para el mejor desempeño de los escolares.

Un estudio del 2013 reveló que más del 90% de centros educativos de nivel primario en las zonas rurales no contaba con acceso a Internet; sin embargo, para el 2015 hubo una mejora: 9 mil escuelas estatales recibieron la conexión gratuita a Internet, con lo que la brecha se acortó.

El Minedu resaltó que hasta la fecha, el gobierno de Ollanta Humala entregó más de 800 mil laptops en escuelas públicas de primaria y secundaria. A esto hay que añadir la implementación de nuevos softwares en más de 1, 600 escuelas.

Pese al avance de implementación de tecnología en la educación, es imposible una comparación con Chile, donde 9 de cada 10 estudiantes cuenta con acceso a Internet.

fuente de la imagen:  http://marco.edu.mx/images/marco/19594411_06_2014_02_59_47_1901936499.jpg

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El desafío del cerebro

Aurora Lacueva

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Cada vez más, las investigaciones nos revelan que el cerebro es un órgano activo, capaz de cambiar a lo largo del tiempo. Las cosas no están ya dadas al nacer, lejos de eso. Contamos con una base genética que ofrece potencialidades y límites, pero mucho va a depender de las experiencias que tengamos y de las actividades que desarrollemos en el transcurrir de nuestra existencia. Las conexiones entre las neuronas pueden fortalecerse o debilitarse, reestructurando el “cableado” del cerebro. Y si ocurre una lesión, el sistema nervioso actúaparatratar de que otras regiones suplan a la dañada y permitan la recuperación, al menos parcial. Lo que es más, antes se creía que no era posible la generación de nuevas neuronas luego del nacimiento, pero hoy sabemos que ello no es así: existen células madre que las producen. De manera que incluso a edades muy avanzadas podemos mejorar nuestro funcionamiento mental, si utilizamos los estímulos adecuados.

La cierto es que lo que hacemos día a día va modelando nuestro cerebro: ¿cómo pasamos nuestro tiempo?, ¿qué tipo de actividades alcanzamos a poner en práctica?, ¿cómo nos relacionamos con los demás?, ¿cuál es nuestro estado de ánimo?, ¿qué alternativas de descanso y recreación buscamos? Es decir: ¿aprovechamos bien la plasticidad de nuestro cerebro o la desaprovechamos? La sociedad, para ser digna y justa, debe ofrecer a cada una y cada uno de sus miembros las oportunidades para esculpir su cerebro de la mejor manera.

En particular, esto le plantea hermosos desafíos a la escuela: las niñas y los niños dependen mucho de ella para configurar sus cerebros. ¿Los estamos ayudando hoy en la escuela a construir estructuras cerebrales consistentes y flexibles? Nos referimos no solo a lo cognitivo, sino a lo afectivo y lo ejecutivo. ¿Los apoyamos para que sepan evaluar y ser críticos, así como para que puedan autoevaluarse y regular su acción? ¿Los estimulamos a desarrollar su creatividad, y a ser afables y animosos?¿Los incitamos a organizarse y a desarrollar iniciativas? Porque la plasticidad del cerebro significa mucho más que adaptarse a lo dado, significa hacer junto a otras y otros su propia historia, imaginar y construir el mundo. ¿Cómo debe ser la escuela que ayude a ello? (lacuevat@hotmail.com). Publicado en Ultimas Noticias 

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Perú: Problemática y potencialidades de la Escuela Multigrado

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Perú, 01 marzo de 2016

Dra. Mahia Beatriz Maurial MacKee

Doctora en Teorías y Políticas Educativas

 

En este breve artículo trataremos la problemática y las potencialidades de la escuela multigrado, cuya característica principal es que cuenta con al menos un aula con alumnos de más de un grado en la escuela; también se incluye en esta categoría la escuela unidocente que cuenta con un solo docente, quien es a su vez el Director de la escuela.

 

Problemática de la escuela multigrado

El problema del aislamiento de docentes condiciona el bajo desempeño profesional. Como menciona IPEBA (2011), el trabajo en soledad del profesor de una IE unidocente redunda en su falta de reflexión y diálogo sobre su labor docente.

Asimismo, la alta rotación de docentes condiciona la baja calidad del servicio pedagógico. IPEBA (2011) señala que un estímulo monetario junto con otro tipo de estímulos mejoraría el servicio pedagógico y retendría al docente en la IE multigrado rural.

También, como señala USAID- PERU SUMA (2011, como se citó en IPEBA, 2011), los costos de operación de las IE multigrado son mayores a los estimados. Ello sería porque se trata de atender a la diversidad presente entre los estudiantes de este tipo de escuelas. El documento recién citado considera en los costos de paquete por alumno(a) los recursos humanos y materiales, equipos y mobiliario, infraestructura, gestión y servicios y bienestar estudiantil.

Otro problema que IPEBA (2011) hace notar es el ausentismo de los maestros en las IIEE rurales y sus variadas causas o razones, que los hace perder muchas clases: «enfermedad, gestiones diversas de directores de instituciones educativas con aula a cargo» (IPEBA 2011, p. 37).

Un problema pedagógico es que los docentes tienen dificultades para comprender la progresión de las competencias de sus estudiantes. Como señala Perrenoud (2007) en el aula comúnmente el docente no está preparado o no ha desarrollado las competencias para planificar y gestionar la progresión de las competencias de sus estudiantes dada la diversidad existente en el aula y la autonomía de los temas. Para Perrenoud, una perspectiva a largo plazo como parte de la estrategia del docente lo ayudaría a resolver el problema, más presente en aulas multigrado y unidocentes.

Otro problema pedagógico radica en el hecho que cuando se conducen aprendizajes de grupos diversos en forma simultánea la interacción entre docente y alumnos/as es menor, por lo que se requiere que los estudiantes tengan altas posibilidades de interacción con los materiales educativos. Y un último problema pedagógico que consideramos es la escasa formación docente inicial sobre didáctica multigrado (Maurial, 2000).

 

Potencialidades de las IE multigrado: Autonomía y colaboración

A nivel de la IE multigrado se presentan 2 especificidades de este tipo de aula que influyen en la autonomía del aprendizaje del estudiante con respecto al docente; estas son, la existencia de estudiantes monitores (Boix, 2011), que se constituye en un factor fundamental, por lo0s diversos niveles de avance de los estudiantes; y la presencia de un microsistema social (Boix, 2011). El microsistema social reproduce conductas e interacciones de la vida de la comunidad y de los hogares en el aula; por ejemplo, que los que más saben les expliquen a los que menos saben, o que los hermanos mayores expliquen a los hermanos menores (Maurial, 2000). Además, la comunidad y el territorio rural influyen en el quehacer del aula y de la IE multigrado rural (Boix, 2011) , por ejemplo, en el hecho que el calendario agro-comunal y festivo sea el punto de partida para la planificación en el aula multigrado; o en el hecho que se incorporen formas organizativas de la comunidad en los contenidos del aprendizaje, o que el entorno natural como el río, el bosque, la chacra o la huerta sirvan de escenarios de aprendizaje.

Boix (2011) se refiere también a la importancia del respeto a las normas de convivencia y al desarrollo del aprendizaje cooperativo y la solidaridad como parte de la naturaleza de aula multigrado. En esta línea postulamos que el docente promueva una práctica democrática.

Sobre la potencialidad de las IE multigrado nos dice Ames (2004) que en los años 60s y 70s y hasta en la actualidad, en países o regiones avanzadas como Norte-América, Inglaterra y Suecia, se veía como una riqueza el hecho de juntar a niños y niñas de diversas edades, y de brindar una educación centrada en el niño. Pratt, 1986; Miller, 1990; y Little, 2011 (como se citó en Ames, 2004) señalan que el aula monogrado en realidad trae una separación artificial en niños y niñas de diferentes edades. La escuela multigrado, por el contrario, imita la relación que establecen niños y niñas en los hogares y en los barrios, en la vida misma.

Las escuelas multigrado son diversas por naturaleza. Sumada a la co-educación o educación mixta, de niños y niñas, la escuela multigrado posee junto con la existencia de más de un grado en el aula, múltiples edades de los niños y niñas, así como diversos niveles de aprendizaje. También «variarán los estilos y ritmos de…experiencia de vida familiar y cultural » (Zapata, 2004, p. 12). Maurial (2003) propone que se trata de «Círculos de Diversidad en el Aula Multigrado» (2003), círculos que se entretejen y que trabajados de una manera articulada constituyen potencialidades para el aprendizaje.

 

Referencias bibliográficas

  • Ames, P. (2004). Las escuelas multigrado en el contexto educativo actual: desafíos y posibilidades. Lima: MED, DINFOCAD; GTZ-PROEDUCA.
  • Boix, R. (2011). Algunas reflexiones sobre la realidad pedagógica del aula multigrado. En Profesorado. Revista de currículum y formación de profesorado. Volumen 15, número 2.
  • IPEBA, Instituto Peruano de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Básica. (2011). Ruralidad y escuela. Apuntes para la acreditación de instituciones educativas en áreas rurales. Lima: IPEBA.
  • Maurial, M. (1992). El impacto de la educación escolarizada y no escolarizada en la comunidad de Callatíac, valle del Vilcanota, Cusco. Tesis para optar el título de Licenciada en Antropología. Lima: PUCP.
  • Maurial, M. (2000). Condiciones de aprendizaje en el aula multigrado (documento de trabajo). Lima: UNICEF.
  • Maurial, M. (2003). Círculos de diversidad en el aula multigrado. En: Zariquiey, Roberto (compilador). Realidad multilingüe y desafío intercultural. Ciudadanía, política y educación. Actas del V Congreso Latinoamericano de Educación Intercultural Bilingüe. Lima: GTZ, Ministerio de Educación, Pontificia Universidad Católica del Perú. Pp. 465-470.
  • Perrenoud, P. (2007). Biblioteca de aula 196. Barcelona: Editorial Graó.
  • Zapata, C. (2004). Articulación entre las estrategias metodológicas aplicadas por los docentes y las orientaciones metodológicas proporcionadas por el Ministerio de educación para la atención a las aulas multigrado en la UGEL de Huaral. Informe de Investigación. Lima: Universidad Peruana Cayetano Heredia, GRADE.

 

Tomado de la revista Educación Cayetano. Año N° 3/N° 27/ Febrero 2016

 

Fuente de la noticia:

http://www.upch.edu.pe/faedu/portal/noticias/933-problematica-y-potencialidades-de-la-escuela-multigrado.html

 

Fuente de la foto:

http://4.bp.blogspot.com/-vjzm9m9PsIQ/UBcYiDgkDRI/AAAAAAAAAjY/GRjd0lglHds/s1600/IMG_3244.JPG

 

Procesado por:

Hans Mejía Guerrero

Hans_mguerrero@hotmail.com

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Colombia: Junta Nacional aprobó plan de acción para el 2016

La Junta Nacional sesionó el pasado 19 de febrero y tomó decisiones importantes respecto al accionar del magisterio en el presente año.

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La Junta Nacional de Fecode, que sesionó en Cartagena, discutió y definió el plan de trabajo a desarrollar por la federación en este 2016.

Rafael Cuello Ramírez, secretario general de Fecode, concretó las conclusiones: “luego de una larga discusión del magisterio colombiano, representado en sus 85 delegados de las juntas filiales y el Comité Ejecutivo, la Junta acordó participar en la movilización del próximo 17 de marzo, con marchas y tomas de las principales plazas de las capitales de los departamentos; como consecuencia de la carga de impuestos y políticas que el gobierno viene imponiendo para favorecer la oligarquía, el capital financiero y las trasnacionales; de la reforma tributaria que se discute como alternativa de solución para paliar la crisis económica que enfrenta el país; de la crisis que vive el magisterio en materia de prestación de servicios médico asistenciales y la negociación que se adelantan en materia de la nueva contratación en salud; y finalmente, por la actitud y posición ciega del ministerio de Hacienda y la señora Ana Lucía Villa, de poner trabas para no pagar las deudas del magisterio por concepto de ascensos, zonas rurales de difícil accesos, horas extras, homologaciones, primas extralegales; entre otras”.

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Perú: Colegios privados de Lima subirán sus pensiones y cuotas de ingreso

Estudio del Grupo Educación al Futuro revela el crecimiento y segmentación de las instituciones educativas privada

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Según el estudio realizado en el mes de enero del presente año por el Grupo Educación al Futuro (GEF), en una muestra de 320 Instituciones Educativas Privadas (IEP) de la ciudad de Lima, se puede apreciar que el 71% incrementará sus pensiones escolares para el año lectivo 2016 en 6% en promedio. Específicamente, un mayoritario 43% lo hará entre el 6% y el 10%, mientras que un 26% en menos del 6%; otro 22% incrementará del 10% hasta el 16% y, finalmente, un 9% lo hará en más del 16%. Si comparamos estas cifras con las del año anterior, podemos concluir que para el 2016 las pensiones escolares han subido ligeramente menos, ya que el promedio anterior fue de 8%, de 82% de colegios que subieron sus pensiones[1].ba

Entre las principales IEP que más han aumentado sus pensiones son el  St. George College, Pestalozzi, Antonio Raimondi, Abraham Lincoln, Salcantay, Nuestra Señora del Carmen, Alexander Von Humbolt, Santa Úrsula, San Agustín, Champagna y el Peruano Británico. Por ejemplo, el primero de los colegios privados pasó de S/ 175 en el 2005 a S/, 1.785 en el 2016, el incremento del Pestalozzi fue, S/ 301 a S/ 2.900. y el Peruano Británico, con S/.300 o más[2].

En cuanto a la cuota de ingreso, más del 50% de IEP  han realizado incrementos. Al respecto, los montos mayores se dieron en el Colegio Peruano Británico, de US$10,000 a US$15,000; el Markham pasó de US$15,000 a US$17,500; Newton de US$12,500 a US$15,000; Franco Peruano de S/.15,000 a S/.21,000. Por su parte, las variaciones por encima del 100% se dieron en los colegios María Nicol (S/.3,000 a S/. 8,000), André Malraux (S/.6,000 a S/.12,000) y San Francisco de Borja (US$600 a US$1500). En otros casos, cambiaron los montos de soles a dólares, tales como el Humboldt, que pasó de S/.19,000 a US$8,500; y Los Álamos, de S/.2,500 a US$1,500.Si se comparan las cuotas de ingreso entre los años 2005 y el 2016, estas se han incrementado en un 230% en promedio.Incluso varias IEP subieron más del 300%, en un contexto de libre mercado,reveló el estudio[3].

En declaraciones al diario «Gestión», Justo Zaragoza, de GEF, explicó que el alza se debe a que aún la demanda supera la oferta, sobre todo en los segmentos de más ingresos[4].

Si bien las IEP existen desde la colonia bajo la administración de entidades religiosas. Fue durante los gobiernos neoliberales entre 1990 y 2016, que se emitieron un conjunto de normasy políticas tributarias para promover la inversión privada en el sector educación. Entre ellos destaca el Decreto Legislativo N° 882. Ley de promoción de la inversión en la educación[5], que dio nacimiento al mercado educativo y por ende a una burguesía educativa que vive del lucro. En ese contexto, existieron situaciones extremas donde “crear un colegio privado era más fácil que abrir un restaurante; la proliferación de colegios ha sido tal que la educación privada es todo un mundo heterogéneo, muy distinto a lo que se cree”[6].

Al 2015, según el Ministerio de Educación MINEDU (2016), en el Perú, existen 104.160 Instituciones Educativas (IE) de Educación Básica Regular (EBR), equivalente al 95.5% del total de las Instituciones de educativas del sistema educativo peruano por etapa, modalidad y nivel educativo.De ellas, 77 % (79.839)son de gestión pública, mientras que 23% (24.321) son de gestión privada. Esta realidad, es diferente entre la región Lima y el resto de regiones del interior, donde 40 % (7.494) de IE son de gestión pública y 60% (11.200) son de gestión pública[7]. Esta situación, evidencia el crecimiento de la educación privada, que atenta contra la gratuidad de la enseñanza y el derecho a la educación, como lo afirma Madeleine Zúniga, Coordinadora dela Campaña Peruana por el Derecho a la Educación (2014):

Si los empresarios pudieran probar que no ganan nada o casi nada con su empresa promotora de la educación, entonces podríamos creerles que están garantizando el derecho a la educación. Para empezar, el derecho a la educación es un derecho a la educación gratuita; eso está en la Constitución, y lo que ellos ofrecen no es gratuito. De ahí que se puede probar que lo que están diciendo es una falacia, no es verdad”(TAREA, pág. 2)[8]

 

En relación a las IEP, Manuel Iguiñizafirma que“hay unadiversidad, ampliación y, además, pluralidad de formasde educación privada” (TAREA, pág. 3). En este abanico, se evidencia la existencia y brechas entre las escuelas privadas para pobres y las escuelas privadas para ricos. Según algunos estudios,

lo que crece son las escuelas privadas para pobres, es decir, las escuelas pobres privadas. Son pobres ellas mismas en recursos y, por lo tanto, su oferta de educación es también pobre. Los sueldos que pagan a los maestros son bajísimos. Y la otra cosa, importantísima, es que no le ofrecen ninguna estabilidad al docente. Por eso hay una gran movilidad de esos docentes, lo que no ocurre en la escuela pública. (TAREA, pág. 2)

 

Para graficar lo heterogéneo en torno a la calidad educativas de las IEP, el GEFconsidera que se debe analizar los resultados de la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE) 2014, en el cual:

Los resultados satisfactorios en comprensión lectora fueron en promedio de 57% en colegios particulares, mientras que en la escuela pública, 38%; es decir, 19 puntos de diferencia. Sin embargo, en cuanto a razonamiento matemático, la escuela pública y la privada están empatadas con apenas 26%. Por otro lado, se conocieron los resultados de algunos colegios privados como el Trener de Monterrico, donde el 99% se encuentra en el nivel superior en comprensión lectora y el 91% en matemática. Otro caso es el Innova Schools, que logró 85% en comprensión lectora y 71% en matemática, y sabemos de otros colegios privados con resultados similares. Estos dos hechos nos llevan a una conclusión: para que el promedio satisfactorio, sobre todo en matemática, sea de solo 26%, significa que existe un grupo importante de colegios privados con resultados pobrísimos que están muy por debajo de la media.[9]

A modo de conclusión, el aumento de las pensiones o mensualidades, así como de las cuotas de ingreso en la IEP, como consecuencia de la demanda en las clases acomodadasde más ingresos, evidencia la continua expansión y diversidad (escuelas privadas para pobres y las escuelas privadas para ricos) de la escuela privada, que en Lima alcanza al 60% de la Instituciones Educativas de Educación Básica Regular. Por otro lado, se evidencia que a más de 25 años de aplicación de las reformas educativas neoliberales se ha profundizado la desigualdad educativa(escuelas para ricos y escuela para pobres), que, según el Proyecto Educativo Nacional(PEN), refuerza las desigualdades sociales.En la medida, que las “oportunidades continúan siendo distribuidas de forma desigual, cuestionado el sentido mismo del derecho a la educación y transformándolo en un bien de consumo directamente proporcional a la capacidad adquisitiva de aquello que aspiran beneficiarse de él” (Gentili, 2013, pág.25)[10]. Además, se pone en evidencia la doble moral de Estado neoliberal peruano, que por un lado promueve la inversión privada en la educación(mercado educativo) mediante una serie de benéficos económicos y tributarios para el empresariado que lucra con la educación y por el otro lado, mantiene estancado la inversión educativa (3.8% en el 2016)[11] por debajo de la tendencia Latinoamericana que alcanzaba valores alrededor del 6% del PIBo superior (UNESCO, 2014)[12][13]

AUTOR:

Hans Mejía Guerrero

Hans_mguerrero@hotmail.com

FUENTES CONSULTADAS:

http://educacionalfuturo.com/noticias/avatares-de-la-educacion-privada-en-el-peru/

https://es.scribd.com/doc/296016009/Lista-de-Los-Colegios-Mas-Caros-de-Lima-2016

NOTAS:

[1]http://educacionalfuturo.com/noticias/avatares-de-la-educacion-privada-en-el-peru/

[2]http://larepublica.pe/sociedad/735837-conoce-los-diez-colegios-mas-caros-del-peru-fotos

[3]https://es.scribd.com/doc/296016009/Lista-de-Los-Colegios-Mas-Caros-de-Lima-2016

[4]http://elcomercio.pe/lima/ciudad/colegios-privados-sube-mensualidad-hasta-6-noticia-1871993

[5]http://www.unmsm.edu.pe/occaa/documentos/DL_882.pdf

[6]http://educacionalfuturo.com/noticias/avatares-de-la-educacion-privada-en-el-peru/

[7]http://escale.minedu.gob.pe/magnitudes-portlet/reporte/cuadro?anio=21&cuadro=367&forma=C&dpto=&dre=&tipo_ambito=ambito-ubigeo#privada

[8]http://tarea.org.pe/wp-content/uploads/2014/10/Tarea86_02_M-Zuniga_M-Iguiniz_P-Sanz.pdf

[9]http://educacionalfuturo.com/noticias/avatares-de-la-educacion-privada-en-el-peru/

[10]http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20140211104135/desencanto.pdf

[11]http://inversionenlainfancia.net/blog/entrada/noticia/2832/0

[12]http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Santiago/pdf/Informe-Regional-EFA2015.pdf

[13]http://datos.bancomundial.org/indicador/SE.XPD.TOTL.GD.ZS

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Com bom professor, alunos permanecem na escola

capaRésumen: Hablamos con los autores del libro Juventudes na escola, sentidos e buscas: Por que frequentam?, los investigadores de FLACSO Brasil Miriam Abramovay y María García Castro, que publican el trabajo co-escrito por el sociólogo Julio Jacobo Waiselfisz, también la institución. El proyecto, iniciado en noviembre en asociación con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y el Ministerio de Educación (MEC) de Brasil, señala que una buena relación con los maestros ayuda a los estudiantes a permanecer en la escuela y puede influir en su elección de carrera. El estudio completo está disponible en la biblioteca virtual de la FLACSO.

Conversamos com as autoras do livro Juventudes na escola, sentidos e buscas: Por que frequentam?, as pesquisadoras da Flacso Brasil Miriam Abramovay e Mary Garcia Castro, que publicaram a obra em coautoria com o sociólogo Julio Jacobo Waiselfisz, também da instituição.  A obra, lançada em novembro em parceria com a Organização dos Estados Ibero-americanos (OEI) e o Ministério da Educação (MEC), aponta que uma boa relação com professores contribui para que os estudantes permaneçam na escola e pode influenciar suas escolhas profissionais. O estudo completo está disponível na biblioteca virtual da Flacso.

A pesquisa apresenta motivos que levam alguns estudantes a permanecerem na escola e outros, a abandonarem. A metodologia utilizada buscou escutar essas narrativas e olhares sobre o contexto escolar e o que os jovens pensam em relação às políticas públicas relacionadas à educação. O objetivo é conhecer quem são as pessoas que frequentam a escola e assim identificar o lugar da escola na produção do conhecimento, o clima escolar, as relações com os professores e entre os alunos.

As entrevistas foram realizadas com estudantes do Ensino Médio, do Programa Nacional de Inclusão de Jovens (ProJovem Urbano) e do projeto de Educação de Jovens e Adultos (EJA), em escolas públicas. A maioria dos entrevistados vem de famílias com rendimento médio mensal de até três salários mínimos.

A partir do conceito de juventudes, no plural mesmo, Miriam Abramovay explica que “‘juventude” é “um conjunto muito diferente de pessoas, com dificuldades, facilidades e nível de estudo variados”. Segundo ela, é preciso considerar questões como classe social, gênero, raça-cor e contexto histórico. “As juventudes são um conjunto social muito diverso”, diz.

Para Mary Garcia Casto, a escola “é ou deveria ser um dos principais lugares de socialização para a vida em sociedade, para cultivo da solidariedade, para o saber viver de forma gregária e com respeito ao outro e a outra”, estimulando o pensamento crítico e o gosto por conhecimento “além da comum busca por formação, informação e um diploma”, uma exigência do mercado de trabalho. Mas para ela, a escola pode também “colaborar para um bem viver consigo e identificar como o conhecimento pode significar prazer”.

O estudo buscou explicar, justamente, o que leva alunos e alunas a continuarem frequentando as salas de aula. Os três autores têm um histórico de produções críticas à escola, como explica Garcia Castro, “mas acreditamos que outra escola é possível”. Defendem que o ambiente escolar e os estudos são importantes para o combate às violências destes tempos e também para uma boa convivência pessoal e com outras pessoas, além da importância de se descobrir “as potencialidades do saber” como uma motivação para estudar: “os jovens que permanecem na escola o fazem por obrigação, por imposição e muitos outros deixam a escola”, comenta Garcia Castro.

Para Abramovay, diversas causas estão relacionadas ao abandono da escola, como a necessidade de ingressar no mercado de trabalho, alunas que vivenciam uma gravidez e questões de violência, principalmente entre homens. “Os jovens que continuam frequentando as aulas “têm consciência que permanecer na escola é fundamental para seu futuro”, explica. São estudantes que “querem alguma estabilidade e têm muita consciência que isso se dá através do estudo. Muitos querem fazer universidade, e estudantes mais pobres e com menor escolaridade sabem do esforço que fazem para isso. Isso é muito importante na relação juventude-escola, porque por muitos anos se acreditava que os jovens não davam importância para a escolaridade”, avalia.

As entrevistas mostram que jovens que abandonaram a escola, quando voltam, são alguns dos que mais se referem a ela de forma positiva, indicando que perceberam que ela é necessária “quer para fins pragmáticos, instrumentais – como ter um emprego – quer pelo clima de sociabilidade e de socialização que ela pode possibilitar” diz Garcia Castro.

Preconceitos e Senso-Comum

Uma das perguntas elaboradas foi: “Quem você não gostaria de ter como colega de classe?”. No topo dos grupos de identidade apontados como preteridos estão travestis (7,1%), e homossexuais (5,3%). “Temos que pensar o que as escolas estão fazendo e porque elas não dão conta da questão da homofobia, que é tão forte na nossa sociedade e que a escola não consegue trabalhar”, avalia Abramovay. Ela conta que a tendência é de que não se fale de temas considerados “tabus” na nossa sociedade como questões relacionadas a gênero e sexualidade.

Garcia Castro aponta que não faz parte do projeto da escola a construção de um conhecimento para pensar por si e questionar o conteúdo disseminado pela mídia, redes sociais e outros meios de comunicação. Embora na pesquisa a maioria dos jovens indique que a escola deveria discutir sobre preconceitos, “nos debates sobre temas polêmicos relacionados às identidades e reconhecimentos de direitos – como cotas, racismo, homofobia, aborto, maioridade penal e outros – predomina a reprodução de valores de senso comum, por achismos e preconceitos”.

Relação com Professores

As autoras apontam a importância da relação dos estudantes com os professores como uma das principais descobertas.  “Se eles têm um professor de alguma matéria que ensina bem e que, além disso, escuta e tem uma boa relação com os alunos, eles permanecem na escola”, diz Abramovay. A descoberta demonstra que os alunos “querem aprender e precisam de uma boa relação com os adultos nas escolas para isso”.

E para Garcia Castro, os professores “não se dão conta do seu poder na história de vida de jovens”. Outra questão importante levantada é que muitos alunos e alunas escolhem uma carreira porque o professor daquela disciplina “é ‘maneiro’, ou ‘me despertou para a sociologia, mas mudaram o professor e não quero mais saber de ser professor disso não, é muito chato’”, relembra a pesquisadora sobre os discursos coletados durante o estudo.

Gênero

Gravidez, responsabilidade de cuidar da família, orientação sexual, sexismo e sensação de insegurança no trajeto até a escola são dimensões presentes em testemunhos de jovens mulheres, em especial do ProJovem Urbano, para um dia ou várias vezes terem que ter deixado a escola.

A divisão sexual do trabalho que leva muitos homens a serem considerados como provedores e as mulheres as cuidadoras no doméstico está presente também nos discursos de jovens homens, que deixaram de estudar para “sustentar” a família. Garcia Castro afirma que, apesar disso, a questão de gênero vem deixando “uma outra sutil marca”: “a determinação de muitas jovens mulheres em enfrentar aquelas barreiras e voltar a estudar”.

Ela destaca também que convivências hostis que têm como base preconceitos gênero, como a discriminação a estudantes LGBT, são um dos fatores que “podem levar o/a jovem a abandonar a escola”.

Trabalho

A pesquisa mostra que o trabalho é um impulsor básico nas trajetórias escolares, tanto para continuar ou voltar a estudar, como para abandonar a escola. Garcia Castro ressalta que, em muitas sociedades, exercer uma atividade profissional não compete com a continuidade da educação formal. O trabalho “se equaciona com os estudos, por meio de estágios e atividades de meio tempo não muito cansativas, possibilitando uma integração entre aprender na escola e aprender com o trabalho”, diz. No Brasil, especialmente em camadas pobres da população, ele se torna “um empecilho ao bem estudar”. “Jovens que estudam e trabalham chegam à escola, em especial se estudam à noite, cansados. Não podem continuar os estudos e fazer tarefas depois do turno escolar”, explica.

Hoje, uma outra incompatibilidade na combinação bem estudar e trabalhar é o tempo gasto em deslocamentos casa – trabalho – escola, destaca a autora. O aluno chega na escola cansado e “faz de conta que se estuda”, diz. “Os professores, até por sensibilidade com as dificuldades de vida dos alunos que trabalham, fazem de conta que ensinam, limitando-se a transmitir um conhecimento que não exija pesquisas e atividades além das classes”, conclui.

Por Marina Baldoni Amaral – Flacso Brasil

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