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Zoe, la «profesora» creada con inteligencia artificial, debutó en un aula argentina

La primera “docente” virtual de Latinoamérica se estrenó en un colegio santafesino y mostró su potencial en el ámbito educativo.

El 11 de agosto pasado, el Colegio San José de Villa Cañás, en la provincia de Santa Fe, se convirtió en el escenario del debut de Zoe, una inteligencia artificial diseñada para enseñar y acompañar el aprendizaje de estudiantes. Impulsada por Humanversum Academy y liderada por Chris Meniw, la iniciativa busca sumar tecnología al aula sin desplazar al docente humano.

Durante la jornada, Zoe interactuó en tiempo real con los alumnos, propuso actividades y resolvió dudas, marcando un momento inédito para la educación argentina y generando expectativas sobre su futuro en las aulas.

Qué es Zoe y cómo funcionó en su debut

Zoe fue desarrollada por Humanversum Academy con la idea de actuar como complemento digital para la enseñanza. En su presentación en Villa Cañás, la plataforma se conectó con los estudiantes mediante videollamadas y mensajería, adaptando el contenido a cada grupo.

La inteligencia artificial puede cambiar de idioma, ajustar el nivel de dificultad y priorizar habilidades como razonamiento lógico, creatividad y resolución de problemas. También ofrece seguimiento personalizado y acceso a cursos en Google Classroom, que refuerzan los contenidos vistos en clase.

En su primera jornada, Zoe mostró fluidez al responder preguntas y propuso actividades adaptadas a las respuestas de cada estudiante, un rasgo que llamó la atención de los docentes presentes.

Un proyecto que nació lejos del aula

Chris Meniw, cofundador de Humanversum Academy y director de la Space Kids Foundation, comenzó a imaginar a Zoe en 2013, tras un viaje a Dubái. Su intención era alejarse de la educación centrada en la memorización, y acercar a los estudiantes a un aprendizaje crítico y dinámico.

Según Meniw, la IA puede automatizar tareas repetitivas, lo que permite a los docentes concentrarse en los aspectos más humanos y estratégicos de la enseñanza. Para esta primera experiencia, se eligió el Colegio San José por su apertura a proyectos de innovación educativa.

En declaraciones previas, el impulsor del proyecto señaló que Zoe no pretende reemplazar al profesor, sino potenciarlo con nuevas herramientas.

Un debate que recién comienza

La llegada de Zoe abre un capítulo en la discusión sobre el rol de la inteligencia artificial en la educación argentina. En otros países, como los Estados Unidos y China, experiencias similares ya se están implementando de forma controlada, siempre con un docente al frente.

El desafío estará en equilibrar innovación y cuidado, asegurando que la tecnología complemente la enseñanza sin reemplazar la interacción social y emocional que caracteriza al aprendizaje humano.

La prueba del 11 de agosto deja una certeza: la conversación sobre la educación con inteligencia artificial ya es parte de la agenda y los estudiantes argentinos fueron testigos directos de ese primer paso.

https://www.lagaceta.com.ar/nota/1097326/sociedad/zoe-profesora-creada-inteligencia-artificial-debuto-aula-argentina.html

 

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Colombia registra 2,49 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan, la mayoría son mujeres

Esta situación limita el desarrollo social y económico del país y ahonda las desigualdades de género.

Por: Dahana Ospina

El impacto de este fenómeno recae en su mayoría sobre las mujeres, ya que 1,69 millones (el 68%) son mujeres, frente a 795.000 hombres en igual condición. – crédito John Paz/Colprensa

Colombia cuenta con 2,49 millones de jóvenes que viven una situación que compromete no solo su presente, sino también el futuro del país, pues no estudian ni trabajan, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). El impacto de este fenómeno recae en su mayoría sobre las mujeres, ya que 1,69 millones (el 68%) son mujeres, frente a 795.000 hombres en igual condición. El país enfrenta así una fractura persistente entre el sistema educativo y el mercado laboral, especialmente en la población joven.

 

Aunque en los últimos meses los indicadores de desempleo general han mostrado una leve recuperación, la situación de la juventud continúa siendo crítica. En junio de 2025, la tasa nacional se ubicó en 8,6%, marcando un descenso de 1,7 puntos porcentuales frente al mismo mes del año anterior, pero el panorama para la población de 14 a 28 años revela otro escenario. Según la Alianza por la Inclusión Laboral (AIL), el 43% de la juventud colombiana está desconectada del sistema educativo y del mercado laboral, lo que refleja la fragilidad del puente entre estudiar y acceder a un empleo digno.

Brechas que marcan la desconexión

Los datos revelan la magnitud del problema, aún más en departamentos como Guainía o Vaupés, donde la cobertura en educación media apenas llega al 11% entre quienes deberían cursar grados 10 y 11, de acuerdo con cifras del Ministerio de Educación. Además, solo 4 de cada 10 jóvenes logran ingresar directamente a la educación superior tras terminar el colegio.

 

Jóvenes de Colombia, con la tasa de desempleo más alta, según Dane – crédito Colprensa

El panorama laboral no es más alentador. El 57,1% de quienes trabajan lo hacen en condiciones de informalidad, sin contrato, protección social ni estabilidad económica, con ingresos que en promedio no superan los $907.200 mensuales, por debajo del salario mínimo vigente. Este contexto se traduce en empleos mal remunerados, inestabilidad y precarización.

La Alianza por la Inclusión Laboral advierte: “Cuando se cruzan la pobreza, el género o el lugar donde se nace, el hilo se tensa más. Y cuando demasiados hilos se rompen, el tejido social ya no abriga, se vuelve frágil, desigual e insuficiente”.

Desigualdad territorial: el acceso a la universidad y el empleo formal

La desconexión no golpea de igual forma a todo el país. La ubicación geográfica determina profundamente las posibilidades de desarrollo. “En estas zonas, la escasez de empresas formales y la limitada oferta de empleo para profesionales calificados obliga a muchos jóvenes a migrar. Quienes no pueden hacerlo enfrentan un panorama desolador, donde el acceso a educación superior de calidad y a formación técnica es deficiente”, explica Andrés Delgado, executive manager de Michael Page.

La exigencia de experiencia previa, incluso en cargos iniciales, complica aún más el acceso de los jóvenes al mundo laboral. Delgado lo describe como “el cuento de nunca acabar”, es decir, “muchos jóvenes terminan la universidad o una carrera técnica con un conocimiento increíble, pero se encuentran con que la mayoría de las ofertas de trabajo exigen experiencia previa. ¿Cómo ganas experiencia si nadie te da la primera oportunidad?”.

 

El 57,1% de quienes trabajan lo hacen en condiciones de informalidad, sin contrato reportada por el DANE – crédito MinEducación

Además, la falta de habilidades transversales demandadas por el mercado y la carencia de redes de contacto dificultan la búsqueda de empleo. “La falta de una buena red de contactos puede ser tan decisiva como la falta de experiencia”, enfatizó Delgado.

Decisiones determinantes a edades tempranas

La edad promedio de matrícula en grado 11 es de 16,4 años. Es decir, la mayoría de los jóvenes deben tomar decisiones cruciales sobre su futuro laboral o académico siendo aún menores de edad, en un contexto donde no pueden firmar un contrato formal sin autorización legal.

Sobre este punto, Daniel Uribe, director ejecutivo de Fundación Corona, subraya: “La educación media es ese instante en la vida de los jóvenes que no se repite. Perder ese punto de apoyo es arriesgar su futuro y el del país”. La falta de orientación vocacional y la baja calidad educativa dejan a millones de jóvenes sin las herramientas necesarias para transitar hacia la educación superior o acceder al empleo formal.

Pese a las dificultades, se reconoce que los jóvenes representan un potencial invaluable para Colombia. Actualmente hay más de 12 millones de personas entre 14 y 28 años, y esta generación podría convertirse en pilar de un mercado laboral más diverso e innovador si recibe las oportunidades necesarias.

Estrategias y rutas de solución

El documento de la AIL no se limita a exponer el problema. Plantea como solución los modelos de transición que incluyan primeras experiencias laborales desde el colegio, la formación adaptada al territorio (que responda a las realidades de cada región) y las redes juveniles que fortalezcan el capital social y faciliten acceso a oportunidades.

 

Actualmente hay más de 12 millones de personas entre 14 y 28 años, y esta generación podría convertirse en pilar de un mercado laboral más diverso e innovador si recibe las oportunidades necesarias. – crédito iStock

“Se pueden desarrollar programas de prácticas y pasantías bien estructuradas, actualizar los currículos de acuerdo con las demandas actuales del mercado y fomentar la formación dual. Solo a través de esta colaboración podremos construir un puente sólido que garantice una transición fluida y exitosa de la vida académica a la profesional”, sostiene Delgado.

Radiografía del empleo joven

Al cierre del segundo semestre del año, hubo 2,49 millones de personas entre los 15 y 28 años de edad que no estudian ni trabajan, según reveló el Dane, representando el 22,4% de las personas en edad de trabajar en este rango de edad. El 7,1% corresponde a hombres (795.000 personas) y el restante 15,2% corresponde a las mujeres (1,69 millones de personas).

Si se amplía el espectro a la totalidad de la población joven, la tasa de desempleo de la población joven se ubicó en 15,3%, lo que representa una disminución de 2,4 puntos porcentuales frente al mismo periodo del año anterior (17,7%).

En cuanto a distribución por sectores, el comercio y la reparación de vehículos emplean al mayor número de jóvenes (977.000 empleados), seguidos del agro (732.000), la industria manufacturera (573.000), alojamiento y servicios de comida (515.000), administración pública, educación y salud (466.000), y actividades artísticas y de entretenimiento (421.000). Los sectores con menor presencia juvenil son las actividades inmobiliarias, el suministro de electricidad, gas y agua, la explotación de minas y canteras y las actividades financieras y de seguros.

https://www.infobae.com/colombia/2025/08/18/colombia-registra-249-millones-de-jovenes-que-no-estudian-ni-trabajan-la-mayoria-son-mujeres/

 

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Perú: docentes de la región dialogarán en defensa del derecho a la educación en el VII Encuentro Regional del Movimiento Pedagógico Latinoamericano

VII Encuentro Regional del Movimiento Pedagógico Latinoamericano se realizará los días 21, 22 y 23 de agosto en Lima, Perú

Las organizaciones afiliadas a la Internacional de la Educación América Latina (IEAL) se reunirán en el VII Encuentro Regional del Movimiento Pedagógico Latinoamericano, el cual se realizará los días 21, 22 y 23 de agosto en Lima, Perú. El séptimo Encuentro del Movimiento Pedagógico Latinoamericano permitirá a las delegaciones de la región dialogar para encontrar estrategias de defensa del derecho soberano a la educación pública en América Latina.

 

El Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (SUTEP), es la organización anfitriona del Encuentro, el cual se llevará a cabo en Asia, departamento de Lima. El SUTEP, afiliado a la IEAL, ha desarrollado un trabajo en jornadas de intercambio de experiencias y formulación de propuestas pedagógicas que buscan contribuir a la transformación del sistema educativo peruano. El SUTEP presentará en el VII Encuentro su propuesta para un “Modelo pedagógico emancipador para la transformación”.

 

VII Encuentro del Movimiento Pedagógico Latinoamericano

El Movimiento Pedagógico Latinoamericano (MPL) es un espacio de reflexión y debate que permite a las organizaciones sindicales afiliadas a la IEAL crear sus propias propuestas pedagógicas frente a las políticas neoliberales. También invita a los sindicatos de la educación a proponer estrategias y políticas para una administración educativa con perspectiva democrática y soberana.

 

En el marco de la solidaridad sindical internacional, el Movimiento Pedagógico Latinoamericano impulsa un proceso de reflexión en el que las organizaciones sindicales discuten sus propias visiones sobre política educativa pública, modelo pedagógico, gestión democrática, presupuesto, formación docente, currículo inclusivo, valoración del trabajo docente, y evaluaciones no estandarizadas.

 

Además de las organizaciones afiliadas a la IEAL, participarán en el VII Encuentro del Movimiento Pedagógico Latinoamericano representantes de la Federación Americana de Maestros de Estados Unidos (AFT) y la Federación Nacional de Profesores de Portugal (FENPROF).

 

Evelyn DeJesus de AFT e integrante del Comité Ejecutivo Mundial de la Internacional de la Educación (IE), expondrá la experiencia de lucha de su organización en Estados Unidos ante el contexto de retroceso antidemocrático que vive ese país. Manuela Mendonça de FENPROF y también integrante del Comité Ejecutivo de la IE, compartirá la propuesta de declarar a la relación existente entre docentes y estudiante como Patrimonio Intangible de la Humanidad.

 

El Encuentro Regional incluirá espacios de diálogo, exposiciones y comisiones de trabajo para articular la defensa del derecho a la educación en Perú y todos los países de la región.

 

El Movimiento Pedagógico Latinoamericano se lanzó en el año 2011 en Bogotá, Colombia, y el Encuentro Regional más reciente se realizó en la ciudad de Recife, estado de Pernambuco, Brasil, en el contexto de la conmemoración del centenario del nacimiento de Paulo Freire en 2022. Desde el 2022 se realizaron Encuentros Pedagógicos Internacionales en Honduras, Paraguay y Perú.

 

https://www.ei-ie-al.org/noticias/docentes-de-la-region-dialogaran-en-defensa-del-derecho-la-educacion-en-el-vii-encuentro

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Venezuela: Montos de prestaciones sociales a jubilados del ministerio de educación no llegan a 400 dólares

El gremio docente, administrativo y obrero de Venezuela rechazó el monto en los pagos de prestaciones sociales con motivo de jubilaciones de parte del Ministerio del Poder Popular para la Educación (Mppe): por 30 años de servicio, el pago no llega a los 400 dólares.

 

El pago, que gremialistas consideran “irrisorio” por la actual crisis inflacionaria que atraviesa el país, se realizó a unas 8582 personas de la plantilla ministerial de educación.

 

La profesora Carmen Teresa Márquez, presidenta de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), resaltó en el programa En Este País de Radio Fe y Alegría Noticias, que este escenario “es alarmante” para el sector educacional, porque hay docentes categoría seis que deberían tener un cálculo “más justo” sobre sus años en servicio y nivel académico.

 

“Los docentes, administrativos y obreros afectados deben acercarse a las oficinas regionales de jubilaciones para exigir revisión de esos faltantes”, aseveró Márquez.

 

Ante esta situación, la FVM va a orientar a los docentes desde los sindicatos para que puedan saber exactamente cuáles son los montos justos de jubilaciones, según la profesora Márquez.

 

Gremialistas rechazan que el salario permanezca congelado desde el 2022

La llamada desvalorización de las actuales prestaciones sociales del gremio docente, administrativo y obrero de la educación en el país es parte del reclamo perenne y la petición tanto al Gobierno nacional como al Mppe, para dignificar los ingresos de este sector profesional.

 

Márquez afirmó que desde el año 2022 el salario no incide sobre prestaciones sociales en Venezuela “y esto sin duda es una consecuencia de lo que pagaron a los jubilados desde el Mppe”.

 

Márquez lamentó que los pagos por concepto de Bono de Guerra Económica y cestaticket no son parte del salario, l que ha llevado a que prácticamente esté desapareciendo al igual que el pago de las vacaciones, aguinaldo y prestaciones sociales.

 

Sobre el artículo 91 de la Constitución Bolivariana de Venezuela, “el salario mínimo debe ser suficiente para cubrir las necesidades del trabajador”. La docente entrevistada lamentó que, en contraste, el sueldo mínimo equivale a menos de un dólar en el país, mientras el costo de la canasta básica y alimentaria supera los 500 dólares.

 

Montos de prestaciones sociales a jubilados del ministerio de educación no llegan a 400 dólares

 

 

 

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Argentina: El presidente del CONICET apoyó una propuesta para que no ingresen más investigadores de Ciencias sociales al organismo

Durante una reunión del Directorio en la que se decidía el ingreso a la Carrera de Investigador del 2023, Daniel Salamone apoyó la propuesta presentada por uno de sus alfiles, que finalmente no fue aceptada.

El presidente del CONICET apoyó una propuesta para que no ingresen más investigadores de Ciencias sociales al organismo

Durante una reunión del Directorio en la que se decidía el ingreso a la Carrera de Investigador del 2023, Daniel Salamone apoyó la propuesta presentada por uno de sus alfiles, que finalmente no fue aceptada.

Daniel SAlamone votó a favor de una propuesta para cerrarle el ingreso al organismo a investigadores de Ciencias Sociales.

El presidente del CONICET, Daniel Salamone, apoyó una propuesta de uno de los ocho miembros del directorio del máximo organismo de ciencia y tecnología que proponía cerrar el cupo de ingreso a investigadores del área de las Ciencias Sociales, en una reunión en la que debían definirse el resultado del Concurso de ingresos a la Carrera de Investigador Científico (CIC) del 2023, que había quedado postergada con la asunción de Javier Milei.

 

De acuerdo con el informe presentado por el Doctor en Física e investigador integrante del directorio, Jorge Aliaga, la situación se dio cuando el presidente del CONICET, Daniel Salamone, anunció que si bien estaba prevista la apertura de 845 cargos, por decisión del Poder Ejecutivo se abrirían apenas 400 cupos para ese llamado, es decir un ajuste de más del 50%.

Preocupación en la comunidad científica

Por la situación un grupo de investigadores compartió un documento de firmas manifestando la preocupación por lo acontecido durante la reunión del directorio del organismo de ciencia y tecnología: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfGznN85Cs7avmio-fcF07ey8WX7ytZ85WDO5pOy1f0_4iVXg/viewform

“Los/las abajo firmantes, investigadores/as del CONICET manifestamos nuestra profunda preocupación por lo acontecido en la reunión del Directorio del CONICET, realizada el día 12 de agosto, que resolvió la convocatoria a ingresos a Carrera del Investigador correspondiente al llamado 2023”, sostienen en el documento y denuncian que “al recorte general de financiamiento que sufre la ciencia argentina se le suma la reducción del cupo establecido en 845 nuevos ingresantes que ahora serán solo 400. Siguen demoradas las altas de ingresos de la convocatoria 2022 y tampoco se han abierto concursos CIC 2024 y 2025”.

“Además, resulta inaceptable desde todo criterio científico internacional que algunos miembros del Directorio hayan propuesto no otorgar vacantes al área de Ciencias Sociales y Humanidades, con el afán de destruir el equilibrio disciplinar histórico del CONICET. Esta iniciativa, discriminatoria y carente de toda justificación, atenta contra la calidad de nuestra institución”, cierran.

📢 INGRESOS CIC 2023: Alerta y movilización frente al intento de profundizar el ajuste pic.twitter.com/GRzA88Rim5

— ATE CONICET Capital (@ateconicet) August 13, 2025

¿Cero ingresos para las ciencias sociales en el CONICET?

La situación desencadenó una confrontación al interior del directorio, que se dirimió con la presentación de dos propuestas para dirimir la distribución de esos cupos entre las grandes áreas de investigación del organismo. Una de esas propuestas (que finalmente perdió y no se implementó) proponía que de esos 400 cargos no hubiese ninguno para investigadores que se postulasen a integrar el “gran área de Ciencias Sociales” del organismo.

El directorio del CONICET: https://www.conicet.gov.ar/conicet-autoridades

Lo increíble es que la propuesta, elaborada por José María Bruniard, un ingeniero agrónomo que fue designado como miembro del Directorio del CONICET en representación de las organizaciones del agro, fue apoyada por el propio presidente del organismo, Daniel Salamone.

Escándalo en el organismo

La situación puso sobre la mesa cuál es el pensamiento del presidente del organismo, que debería mediar para tomar decisiones equilibradas sobre los ingresos a la Carrera de Investigador (CIC) y de Personal de Apoyo (CPA), pero, lejos de eso, quedaron expuestos sus prejucios con respecto a las discplinas de las ciencias sociales, que tanto pregonan desde los ámbitos más militantes del espacio libertario.

 

José María Bruniard, el autor de la propuesta anti Ciencias Sociales.

La orden del ajuste en los ingresos vino directamente desde el Poder Ejecutivo y así lo consignó Jorge Aliaga, físico e investigador y representante de Ciencias Exactas y Naturales en el directorio del organismo de ciencia, y la idea de no otorgar ingresos a los investigadores de las ciencias sociales la apoyó también Walter Sione, otro integrante del directorio (en representación de las provincias y la CABA), además de Salamone y Bruniard.

Convocatoria de ingresos a la Carrera del Investigador Científico y Tecnológico 2023

Pero la situación no terminó allí, porque la propuesta (que finalmente se votó en minoría dentro del directorio) desencadenó el enojo del representante del Gran Área de las Ciencias Sociales en el CONICET, Mario Pecheny, quien se levantó y se fue de la votación por considerar “inaceptable” la presentación de la propuesta de Bruniard.

Finalmente, la iniciativa que ganó fue la de Claudia Capurro, vicepresidenta de Asuntos Científicos del CONICET, quien propuso una distribución equitativa de esos 400 cupos.

Los gremios rechazaron la propuesta y el ajuste

A la par, los gremios se hicieron eco de la situación y salieron a repudiar la propuesta apoyada por Daniel Salamone y sus alfiles libertarios en el organismo científico y volvieron a reclamar por los 1400 aspirantes que no ingresaron al organismo debido al ajuste del gobierno nacional.

“Tradicionalmente se reparte 25% para cada una de las 4 grandes áreas. Los libertarios en el Directorio proponen que den cero al gran área de cs sociales”, denunciaron desde ATE, en diálogo con Periferia.

El concurso de ingreso a la carrera de investigador del CONICET tiene dos instancias. La primera es cuando dan los resultados, y la otra es cuando los que ganan el concurso son efectivizados e ingresan a la planta.

“Acá se definía la primera instancia del concurso 2023, mientras aún queda pendiente la efectivización del concurso 2022 y todos los de CPA“, le explicó a Periferia Gonzalo Sanz Cerbino, Doctor en Historia, investigador del CONICET y Secretario General Adjunto de ATE CONICET Capital, quien advirtió que “aún están pendientes las altas de concursos anteriores” y que en total suman unos 1.400 cargos para científicos y científicas (doctores y doctoras que se forman y trabajan de ello) que esperan ingresar al organismo.

Daniel Salamone aseguró que las ciencias sociales serán foco del ajuste en CONICET

El CONICET

El CONICET está conducido por un Directorio integrado por ocho miembros y un Presidente, designados por el Poder Ejecutivo Nacional.

El Presidente es definido por el PEN y los ocho miembros restantes del Directorio surgen de ternas propuestas al Poder Ejecutivo Nacional y constituidas de la siguiente manera:

Cuatro ternas electas por los investigadores activos en cada una de las grandes áreas del conocimiento: Ciencias Sociales y Humanidades, Ciencias Biológicas y de la Salud, Ciencias Exactas y Naturales, y Ciencias Agrarias, Ingeniería y de Materiales.

Una terna propuesta por el Consejo de Universidades establecido por la Ley Nº 24.521.

Una terna propuesta por las organizaciones representativas de la industria.

Una terna propuesta por las organizaciones representativas del agro.

Una terna propuesta por los máximos organismos responsables de la ciencia y la tecnología de los Gobiernos Provinciales y el Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires. Los miembros del Directorio duran cuatro años en sus funciones siendo renovados por mitades cada dos años y sus cargos son ad honorem.

El Directorio elige entre sus miembros dos Vicepresidentes, uno de Asuntos Científicos y otro de Asuntos Tecnológicos. Tanto el Presidente como los Vicepresidentes duran en sus funciones dos años, pudiendo ser reelegidos por otro período consecutivo una sola vez.

El presidente del CONICET apoyó una propuesta para que no ingresen más investigadores de Ciencias sociales al organismo

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UCHILE abre convocatoria al 3° Congreso de Estudiantes de Postgrado

El Congreso de Estudiantes de Postgrado se realizará los días 29 y 30 de octubre y busca ser un espacio de encuentro, colaboración y difusión de investigaciones realizadas por estudiantes de postgrado de la U. de Chile. La instancia, que este año lleva por nombre Fronteras del conocimiento y transformación digital, incluye ponencias orales, pósteres y presentaciones de tesis en un minuto.

 

El Departamento de Postgrado y Postítulo (DPP) convoca a inscribirse al 3° Congreso de Estudiantes de Postgrado de la Universidad de Chile. Evento que se realizará el 29 y 30 de octubre de este año y que será un espacio para que el estudiantado, de este nivel de formación, pueda presentar sus proyectos de investigación, debatir ideas y establecer redes de colaboración con otros/as estudiantes de los postgrados de la universidad.

 

En esta tercera versión, el congreso llevará por nombre “Fronteras del conocimiento y transformación digital: Encuentro entre ciencia, tecnología, artes y humanidades». Y como los años anteriores, tendrá tres modalidades para que las y los estudiantes presenten sus investigaciones: tesis en un minuto, ponencia oral y póster.

 

“El Congreso de Estudiantes de Postgrado de la Universidad de Chile representa un espacio único y enriquecedor donde convergen diversas disciplinas que conforman el postgrado y postítulo de nuestra institución. Este encuentro fomenta un diálogo abierto y constructivo, promoviendo el intercambio de ideas, experiencias y conocimientos que son fundamentales para el avance de las ciencias, las tecnologías, las humanidades y las artes. El congreso no solo funciona como un punto de encuentro, sino también como una plataforma para establecer nuevas colaboraciones, fortalecer redes de contacto y potenciar el crecimiento personal y profesional de los/as participantes”, comenta el director del Departamento de Postgrado y Postítulo, profesor Osvaldo Salazar.

 

Así mismo, el director extendió una cordial invitación a “todos y todas los y los estudiantes de Postgrado y Postítulo a participar activamente en esta importante instancia: una oportunidad para ampliar horizontes, potenciar sus ideas y formar parte de una comunidad académica vibrante y comprometida con la innovación y el conocimiento. La participación de cada estudiante en este evento aporta una perspectiva única y valiosa”.

 

La convocatoria e inscripciones ya están disponibles y puedes revisarlas aquí.

 

El DPP deja a todas y todos invitados a participar y vivir esta enriquecedora experiencia académica. Más informaciones y detalles de este evento multidisciplinario estarán siendo publicados en el Instagram @congresopostgradouchile y @postgradouchile. Si tienes dudas, puedes escribir a congresopostgrado@uchile.cl.

 

Revisa más información al respecto aquí

https://forestal.uchile.cl/dam/jcr:c4cd2d5f-598b-41a7-8de2-ac17fb66e4ff/convocatoria-congreso2025-completo.pdf

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Argetina: Resistencias invisibles: desafíos para una escuela más inclusiva

Resistencias invisibles: desafíos para una escuela más inclusiva

En los últimos años, diversos colectivos han comenzado a debatir y reclamar la incorporación de prácticas más inclusivas en los sistemas educativos con el fin de garantizar el derecho a la educación de todos los estudiantes, especialmente aquellos que presentan discapacidades, neurodiversidades/neurodivergencias, condiciones de salud o situaciones de vulnerabilidad psico-social que requieren apoyos específicos, ajustes razonables y medidas de accesibilidad (1). Sin embargo, a pesar de los avances normativos y pedagógicos, todavía persiste una resistencia significativa por parte de algunos docentes y directivos escolares hacia la figura del Acompañante Terapéutico (AT) o Profesional de Apoyo (PA), y a la implementación de dispositivos que aseguren la inclusión y la accesibilidad.

En muchas escuelas, hablar de inclusión escolar todavía genera incomodidad. En otras las palabras “Inclusión”, “Diversidad”, “Convivencia” o “Diseño Universal” aparecen repetidas hasta el hartazgo en currículas, planes de trabajo y hasta en el nombre de la institución, pero a la hora de llevar adelante acciones reproducen prácticas de exclusión, discriminación y estigmatización. Aquí podemos utilizar el concepto de Skliar de Exclusión a través de la Inclusión, en donde la aproximación a la inclusión es sólo momentánea, cayendo en el asistencialismo e “inclusionismo” que no garantiza el derecho a una educación en igualdad de oportunidades (2).

Uno de los puntos más conflictivos es la presencia del AT o el PA en el aula. Estos profesionales no pertenecen al plantel docente, pero su rol es clave para sujetos pedagógicos que necesitan apoyo emocional, cognitivo y/o conductual. A pesar de eso, su participación muchas veces es vista con desconfianza o rechazo por parte de algunos docentes, como si supusiera una amenaza a su trabajo o pusieran en evidencia su desconocimiento en el tema. Esto también se da a nivel institucional, cuando directivos o miembros del gabinete los excluyen de actividades porque su presencia en vista como una confesión de que no cuentan con los conocimientos o las herramientas para llevar adelante una educación inclusiva, diversa y que fomente la convivencia, en lugar de verlos como una oportunidad de trabajo en equipo para mejorar a la institución y garantizar derechos de los estudiantes.

Tensiones y competitividad: cuando el AT se convierte en un “otro incómodo”

Quienes trabajamos en inclusión y acompañamiento educativo somos profesionales capacitados para asistir a estudiantes con necesidades específicas dentro del ámbito escolar, con el fin de favorecer su inclusión, autonomía, bienestar y acceso al conocimiento. Nuestro trabajo no consiste en controlar o evaluar la labor pedagógica de un docente, interferir en la diada que forma con el estudiante o invadir el trabajo que es exclusivamente su responsabilidad.

Esta resistencia, muchas veces inconsciente e incongruente, puede tener que ver con diversos factores: 1) la falta de formación específica en inclusión; 2) los prejuicios sobre la discapacidad, neurodiversidad/neurodivergencias, determinadas condiciones de salud o vulnerabilidad psico-social; 3) el desconocimiento sobre el rol específico de los profesionales de apoyo o los prejuicios a determinadas profesiones; 4) las propias inseguridades del docente respecto a su trabajo, que ve al profesional de inclusión como una amenaza en lugar de aprovechar esa oportunidad para ampliar sus conocimientos a través del trabajo inter-multi o transdisciplinar; y 5) por una bajada de línea institucional de evitar intromisiones de agentes externos que no forman parte de la planta laboral.

La escuela, por tradición, ha sido un territorio muy cerrado a la intervención de otros, incluso cuando su participación es necesaria para garantizar derechos. Lejos de comprender al acompañante como un recurso valioso que favorece el desarrollo integral del estudiante y alivia parte de la carga docente, se lo percibe como un «observador externo» o una amenaza a la autonomía del educador: “se entromete en el aula”, “me corrige constantemente”, “me reclama ver las planificaciones todo el tiempo”, “no me deja trabajar tranquilo” o “quiere decidir sobre el estudiante” son frases que suelen escucharse.

Este tipo de competitividad suele estar alimentada por una escuela muy centrada en el rol protagónico del docente, que históricamente ocupó un lugar jerárquico y unívoco en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En ese marco, los profesionales de inclusión aparecen como figuras difusas, sin autoridad formal o que pretenden ejercerla, pero con gran influencia sobre el estudiante, lo que puede generar inseguridades o celos profesionales.

Frente a esta situación, Norma Filidoro llama a cuestionar la obediencia y devolverle a la escuela algo de lo profano que supo tener en otros tiempos (3).

Muchos docentes e instituciones también desconocen el trabajo no visible que realizan los profesionales de apoyo a la inclusión: contener una crisis emocional, acompañar en la regulación de la conducta, anticipar una situación de frustración, mediar con otros actores sociales y escolares, interpretar señales de angustia, ansiedad, estrés o malestar emocional, proponer estrategias de acceso al contenido, realizar informes, mantener reuniones con las familias y equipos profesionales, estudiar minuciosamente los trabajos escolares o los Boletines de calificación para poder planificar mejor su trabajo, y también -como somos seres humanos emocionales y sintientes- trabajar nuestro propio malestar que se puede ver agravado cuando el ambiente de trabajo no es saludable. Esto es curioso ya que los mismos docentes también tienen mucho trabajo invisible que se hace fuera de su horario laboral pautado, lo que debería hacer que pudieran comprender y empatizar mejor con los profesionales con los que comparten el aula.

Esta invisibilidad se extiende también a las familias, que muchas veces subestiman o desconfían de nuestro trabajo, considerándonos simplemente un acompañante, cuidador o incluso un vigilante sin formación específica. Acá hay que aclarar sobre la formación que tenemos quienes desempeñamos este trabajo. Además de las formaciones específicas en Acompañamiento Terapéutico y en Inclusión Educativa, también hay otras carreras que cursamos quienes trabajamos en esta área: Ciencias de la Educación, Psicología, Psicomotricidad, Psicopedagogía, Estimulación Temprana o Formación Docente, para citar solo algunas. Por lo tanto contamos con los conocimientos y las certificaciones necesarias para ejercer de manera responsable este trabajo.

Otra cuestión que lleva a esta situación es que no siempre se logra un trabajo articulado entre los equipos de salud que tratan al niño o niña, la Supervisión del profesional (en caso que exista), la familia (que son quienes conocen mejor al niño o a la niña) y la escuela, lo que refuerza el aislamiento profesional que termina afectando el trabajo de inclusión.

En este contexto, resulta fundamental generar espacios de intercambio, reconocimiento y escucha entre docentes y profesionales de apoyo a la inclusión educativa. La mirada colaborativa no surge de la noche a la mañana: se construye con tiempo, confianza y formación mutua. Cuando se logran acuerdos y respeto recíproco, el trabajo conjunto puede potenciar las trayectorias escolares de estudiantes que, de otro modo, quedarían desamparados dentro del sistema. Además se beneficia a los demás estudiantes del aula o a los que vendrán con las obras de accesibilidad y ajustes razonables que surjan del trabajo en equipo, así como a la institución que se volverá cada vez más inclusiva para recibir a la diversidad.

Los Ajustes Razonables no son un favor: SON UN DERECHO HUMANO

Otro punto de fricción es la necesidad de implementar ajustes razonables, que son adaptaciones pedagógicas y metodológicas que permiten que todos los estudiantes puedan acceder a los contenidos y evaluaciones en igualdad de condiciones. No se trata de privilegios ni de bajar los estándares académicos, sino de garantizar el derecho a aprender desde la diversidad. No obstante, en muchas aulas se observa una resistencia a implementar estos ajustes.

Algunos docentes argumentan que “no es justo” hacer diferencias entre estudiantes o que «si se les facilita a unos, se perjudica a los otros«. Esto no es cierto, ya que los ajustes que realicemos para un estudiante también pueden ser de utilidad para otros, mostrando que existen formas diversas de acceder al conocimiento y al aprendizaje. Otros se sienten sobrepasados por la demanda que implica atender la diversidad sin contar con suficientes recursos, formación o acompañamiento institucional. Al decir de Skliar, la Diversidad se confunde con la Alteridad, viendo al otro como un “desconocido” (4). Esto se puede solucionar aceptando al profesional de apoyo como alguien especializado en estos temas que puede trabajar junto con el docente y la institución en el reconocimiento de esta diversidad.

Como señala un informe de 2017 de la UNESCO: «la educación inclusiva no es una estrategia para ayudar a unos pocos estudiantes a integrarse en el sistema educativo existente, sino un proceso que implica transformar el sistema para que responda a la diversidad de todos los estudiantes» (5).

Lo mismo sostienen Corredor y Romero Cruz cuando nos recuerdan que un ambiente educativo debería ser un medio físico y teórico estructurado y diseñado específicamente para adaptarse a las necesidades y características diversas de los estudiantes (6).

¿Qué se puede hacer ante esta resistencia?

Como sostenemos, la resistencia puede deberse a inseguridad, desconocimiento, prejuicios, sobrecarga laboral o presión institucional. Por eso, las estrategias para superarla deben ser colectivas y cuidadosas, realizadas desde un Modelo Social y de un Paradigma de la Inclusión, la Diversidad y la Convivencia. Algunas claves que podemos sugerir son:

  • Formación docente en inclusión continua y sensibilización. No se puede incluir lo que no se comprende. Es fundamental que los docentes reciban capacitación en educación inclusiva, neurodiversidad y derechos de las personas con discapacidad. La comprensión del marco legal y ético puede ayudar a cambiar representaciones erróneas. En ese sentido, quienes trabajamos en el área tenemos que impulsar Proyectos Legislativos que apunten a la formación permanente, continua y de base científica en discapacidad, neurodiversidad o condiciones de salud para todo el personal que trabaja en instituciones educativas (no solo los docentes), a fin de que puedan contar con las herramientas necesarias para trabajar la inclusión.
  • Trabajo Inter o Multidisciplinario real. No alcanza con aceptar a los profesionales de apoyo en el aula como un “visitante o asesor externo” sino como un actor necesario para construir una trayectoria educativa inclusiva. Es necesario construir canales de diálogo y articulación con equipos externos, docentes, equipos de orientación, familias y acompañantes para favorecer una mirada integral, compartida y que intercambien conocimientos.
  • Acompañar el trabajo de los docentes y profesionales de la inclusión. Incluir no es hacer más, sino hacerlo distinto, en equipo y con la intencionalidad de derribar las barreras físicas, mentales y actitudinales que excluyen y marginan. Muchas veces, la resistencia no surge por falta de voluntad, sino por agotamiento, miedo o inseguridad profesional. Brindar espacios de escucha, contención y formación puede marcar la diferencia. Pero para eso, los docentes y acompañantes necesitan tiempo, apoyo, reconocimiento y saber que no están solos.
  • Cambio cultural e institucionalLas instituciones educativas deben revisar sus propias lógicas de normalidad, promoviendo una cultura que valore la inclusión, la diversidad y la convivencia como una oportunidad de aprendizaje para toda la comunidad. Esto implica revisar prácticas, discursos y normas que perpetúan modelos excluyentes y avanzar hacia una cultura que abrace la diversidad y la convivencia. La inclusión con la que se pensó la escuela -como sostiene Aizencang- hoy es injusta, por lo que es necesario realizar el “giro contextualista” que proponen Terigi y Baquero (7). Esto no se puede llevar a cabo si no se escucha la voz de los profesionales formados en el tema.
  • Defender los derechos laborales de los trabajadores de la educación y de la salud. No puede haber verdadera inclusión si quienes se desempeñan en el área tienen que trabajar en jornadas extenuantes, debiendo hacer turnos dobles o triples para poder pagar el alquiler, los impuestos, el transporte y la canasta alimentaria. Sin salarios u honorarios dignos que se actualicen de acuerdo a la inflación, sin horarios de trabajo flexibles, sin reconocimiento de las horas extras o de los días de estudio (ya que señalamos la importancia de la formación continua) y sin vacaciones pagas no se pueden llevar adelante las reformas necesarias para asegurar la inclusión. Los derechos de los estudiantes a una educación inclusiva, diversa y en igualdad de oportunidades requiere previamente del reconocimiento de los derechos de los trabajadores del sector.
  • Luchar por una sociedad más inclusiva. No alcanza con que el estudiante cuente con ajustes razonables, obras de accesibilidad o diseño universal de aprendizaje dentro de la institución si puertas afuera la sociedad le sigue poniendo barreras. Si no hay rampas de acceso para personas que se movilizan en silla de rueda, bastones o tienen dificultades en la movilidad, señalizaciones en braille o semáforos sonoros para personas con discapacidad visual, traductores en Lengua de Señas, subtitulados o aros magnéticos para personas con discapacidades auditivas, carteles con lenguaje de pictogramas para personas neurodivergentes o con desafíos del lenguaje, o acceso a tratamientos, medicamentos e insumos necesarios, la exclusión seguirá existiendo, y los profesionales de la educación y de apoyo a la inclusión tendrán que contener dentro del aula las consecuencias que generan estas prácticas en la salud mental y emocional del estudiante y de sus familias. Como nos recuerda un informe de la Vicepresidencia y el Ministerio de Educación de la República del Ecuador, la inclusión educativa requiere de una cultura y de políticas inclusivas (8).

El camino a seguir…

Los ajustes razonables y la accesibilidad universal no son un acto de generosidad o de caridad que las escuelas pueden realizar de manera opcional, sino una obligación para asegurar derechos de acuerdo a legislaciones internacionales que en Argentina tienen rango constitucional, tales como la Convención Internacional de los Derechos del Niño (1989) o la Convención Internacional para la Protección de los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006). En este sentido los profesionales de apoyo a la inclusión cumplimos un rol fundamental que debe ser reconocido y acompañado en lugar de ser visto como una competencia profesional con el docente o como una intromisión al “proyecto institucional” de la escuela.

La inclusión es una obligación ética, pedagógica y legal, así como una oportunidad de repensar la escuela como un espacio de construcción, donde el saber docente no se pierde al ser compartido, sino que se enriquece con otras miradas y saberes. Docentes, familias, equipo de salud y profesionales de apoyo a la inclusión tenemos diferentes conocimientos que deben ser escuchados, difundidos y transformados mediante el intercambio respetuoso y abierto.

Como recuerda el pedagogo Philippe Meirieu: “educar es luchar contra la exclusión, es negarse a aceptar que algunos están condenados al fracaso desde el inicio” (9). Fracaso -que en realidad es expulsión- por el que luego se culpabiliza a las infancias, cuando en realidad los adultos que debían asegurar sus derechos no fueron capaces de coordinar un trabajo en conjunto.

Derribar estas barreras mentales y actitudinales es un acto de ética profesional y un compromiso político en defensa de la inclusión, la diversidad y la convivencia en una sociedad democrática que asegure la igualdad de oportunidades.

Bibliografía:

  1. Sobre este tema se pueden consultar los siguientes trabajos: Valencia, Luciano Andrés; “¿Qué son la Accesibilidad, el Diseño Universal y los Ajustes Razonables?”, en: Retazos de la diverso. Escritos sobre salud mental y discapacidad, Villa Constitución, Editorial Laia, 2025; y Gotusso, Noelia V. y Valencia, Luciano Andrés; “Educación Inclusiva: de las Adecuaciones Curriculares a los Ajustes Razonables y el Diseño Unviesal”, en: El Despertador de Lavalle, https://despertadorlavalle.com.ar/2024/08/educacion-inclusiva-de-las-adecuaciones-curriculares-a-los-ajustes-razonables-y-el-diseno-universal/, 14 de agosto de 2024.
  2. Skliar, Carlos; ¿Y si el otro no estuviera ahí? Notas para una pedagogía (improbable) de la diferencia, Buenos Aires, Miño y Dávila, 2002, pp. 65-66.
  3. Filidoro, Norma; “Notas para un diálogo posible acerca de la educación inclusiva”, en: Rusler, Verónica y otras (comps); Miradas hacia la educación inclusiva: II Jornadas de Educación y Psicopedagogía, Buenos Aires, Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras (EFFIL), Universidad de Buenos Aires, 2024.
  4. Skliar, Carlos; “Acerca de la alteridad, la normalidad, la anormalidad, la diferencia, la diversidad, la discapacidad y la pronunciación de lo educativo. Gestos mínimos para una pedagogía de las diferencias”, en: Almeida, María Eugenia y Angelino, María Alfonsina (comps); Debates y perspectivas en torno a la discapacidad en América Latina, Paraná, Facultad de Trabajo Social, Universidad Nacional de Entre Ríos, 2012.
  5. UNESCOGuía para asegurar la inclusión y la equidad en la educación, 2017.
  6. Corredor, Olga Lucía León y Romero Cruz, Jaime Humberto; Ambientes de aprendizaje accesibles que fomentan la afectividad en contextos universitarios, Bogotá, Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Serie Temas N° 3, 2020.
  7. Aizencang, Noemí; “Sobre las prácticas psicopedagógicas en el Nivel Inicial: ¿prácticas inclusivas?”, Rusler, Verónica y otras (comps); Miradas hacia la educación inclusiva…, op. cit.
  8. Vicepresidencia y Ministerio de Educación de la República del EcuadorMódulo I: Educación Inclusiva y Especial, Quito, 2011.
  9. Meirieu, Philippe; La opción de educar, Barcelona, Octaedro, 2008.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/resistencias-invisibles-desafios-para-una-escuela-mas-inclusiva/

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