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Las manzanas podridas de la revista Time

Por: Luis Bonilla Molina |  | Aporrea

En OLDBOY la novela gráfica1 de Garon Tsuchiya (1947-) y Nobuaki Minegishi (2), su personaje central Joe Doucett es secuestrado durante 10 años y retenido en el piso siete y medio. Su único contacto con el exterior son sus carceleros y un destartalado televisor. Un día es liberado y despierta en el mundo real, una década después de su aislamiento.

Como Doucett a veces nos auto encerramos en una burbuja y creemos que nuestra realidad, es la del resto de habitantes del planeta. Al contrario, de lo que ha ocurrido en Venezuela, los sistemas educativos del mundo han vivido en el último décimo y medio de siglo, la mayor ofensiva conocida contra la educación como derecho humano fundamental. Para comprenderlo mejor necesitamos hacer un poco de memoria histórica.

Educación para todos y todas

La educación para todos y todas es en gran medida un aporte de la revolución bolchevique (1917) a la sociedad mundial. La revolución liderada por Lenin (1870-1924) y Trotski (1879-1940) le demostró al mundo que con voluntad política y compromiso social de un gobierno, se podría llevar -como lo hicieron con Rusia- a un país prácticamente sin escuelas, a ser una nación con expansión permanente de la matrícula y cobertura para todos y todas, independientemente del origen social de su población.

Una vez finalizada la segunda guerra mundial, la educación se convirtió en la bandera y la esperanza de la humanidad para evitar otra conflagración mundial. El éxito soviético en la materia se redimensionó. En consecuencia, en la arquitectura institucional derivada de Bretton Woods (1944) -especialmente la recién creada UNESCO (1945)- acoge este clamor y comienza a trabajar en construir consensos entre los Estados nacionales para masificar la educación, eso sí, conforme al nuevo modelo productivo industrial, que a partir de ese momento tiene como eje los EEUU. El discurso oficial al respecto está referido al hecho que la educación constituye el camino para garantizar la paz mundial.

Rápidamente el capital trasnacional y las burguesías nacionales se dan cuenta de las implicaciones financieras y presupuestarias de esta orientación, considerando a la educación para todos y todas como un coste y no como una inversión social. A partir de ese momento -casi desde los propios orígenes de la UNESCO- el capital inicia una ofensiva planetaria para frenar este logro de la humanidad. Esta acometida tiene múltiples aristas, de las cuales en este artículo destacaremos sólo siete (7) de ellas, aparentemente aisladas pero que forman parte de un mismo corpus de elitización de la educación y subordinación a los intereses del mercado.

  1. La despedagogización de la educación

La primera de ellas, la despedagogización de la educación. La pedagogía con cada uno de sus componentes y elementos posibilita una interpretación de la totalidad educativa como hecho político, desde la especificidad concreta del aula y sus interrelaciones con la realidad social histórica. En este sentido, la educación adquiere una potencia revolucionaria pues no solo tiene una epistemología que vincula lo local con lo global como totalidad sistémica, sino que entiende la dialéctica entre contexto, centros educativos y transformación de la realidad. Esto convierte a la pedagogía en una profesión subversiva para el capitalismo de la postguerra y más aún en su etapa neoliberal. La pedagogía es contraria a la premisa de fragmentación de la realidad y la acción de sumisión que demanda el modo de producción capitalista, especialmente desde Bretton Woods.

Para el capitalismo del llamado nuevo orden mundial, era evidente que tenían que actuar en consecuencia y ello implicaba romper la pedagogía como profesión con perspectiva transdiciplinaria y convergente. Para ello desarrollaron la estrategia desarticuladora de las “modas educativas”.

A partir de los años 50 del siglo pasado, progresivamente se comienza a dejar de hablar de pedagogía como totalidad sistémica y esta se sustituyó -en marcos temporales concretos- por énfasis en uno u otro de sus componentes. Así vivimos la moda del didactismo que enfatizó en enseñar técnicas de enseñanza. La didáctica, uno de los componentes de la pedagogía se desmembró de su árbol de conexión para convertirla en simple tecnología de uso. La perspectiva taylorista hace ver el aula como un taller de ensamblaje en el cuál al maestro le corresponde “fijar” contenidos en la mente de sus estudiantes. La justificación conceptual de esta orientación es que la didáctica constituye la esencia del acto educativo. Paradójicamente, la mayoría de los Ministerios de Educación de la región, gobernados en ese entonces por gestores obedientes al nuevo orden imperante no crearon direcciones de didácticas en su estructura, pero tampoco de Pedagogía. Era evidente que esa era una operación política para romper con la centralidad pedagógica, encubierta con buenos cursos de tecnología de la enseñanza.

Esta moda tuvo corta duración, pues muchos docentes comprometidos con su trabajo y norte teleológico, no solo “transferían” conocimientos sino que promovían reflexión y pensamiento crítico en el aula a través de “materias” que eran más o menos comunes en la época, como historia de América, historias nacionales o formación ciudadana.

Los muchachos seguían pensando mucho y el foco de la rebeldía en los sesenta estaba en buena medida en las aulas. Parafraseando el refrán popular venezolano diríamos que al capitalismo “se le escaparon las cabras del corral”. Para la lógica de los capitalistas, eso había que cambiarlo sin perder la ruta de la desarticulación de la Pedagogía. En el imaginario colectivo esta época se conserva como el periodo en el cual los maestros mejor sabían enseñar.

Vino la época de oro de la planeación –por cierto heredada de la planificación soviética que el capitalismo intentaba domesticar para los fines del libre mercado- con la creación del ILPES3 (1962- ) y la moda fue entonces la planeación. Se organizaron cursos, talleres y programas de formación en servicio, no sólo del propio organismo de planificación sino también por parte de la OEA4, que posteriormente replicarían la CRESALC5 y las oficinas regionales y nacionales asociadas a UNESCO. Fue la época de esplendor de instituciones como el CIER6 o el Mácaro7 que además servían de anfitriones a educadores de los países de la región.

La didáctica dejó de ser el centro y el énfasis fue la planificación en formación: (a) de los equipos de planificación de los Ministerios de Educación, (b) de supervisores centradas en el cumplimiento de metas y la fundamentación de requerimientos o necesidades de los sistemas educativos y, (c) de directivos de los centros escolares para desarrollar las estrategias asociadas a las metas. Aunque inicialmente separadas la moda de la planeación se asocio en un segundo momento a la moda de la formación de supervisores y directivos escolares. La pedagogía comenzaba a verse difusa, confundida con didáctica o planificación de la actividad educativa. Conceptualmente se justificaba, señalando ahora que la planeación era el centro de la actividad educativa y hacia converger a todos y cada uno de los componentes de la “vieja” Pedagogía. En el imaginario colectivo esta época se conserva como el periodo en el cual los sistemas escolares contaban con buenos directores.

Agotada la moda de los objetivos concatenados con metas y resultados, se generó el desarrollo de la moda por los materiales instruccionales que posibilitaron el desarrollo de una poderosa industria cultural escolar de los contenidos y los negocios de tecnología para el aula florecieron. El foco de la mirada parcial, que desvaloraba la pedagogía como esfuerzo interpretativo global, era ahora cercano al aula. La pedagogía comenzaba a ser un rompecabezas roto, cuyo lenguaje de armado parecía heredado de la Torre de Babel.

Luego vino la moda de la evaluación, derivada de los resultados que mostraban las estadísticas de prosecución y deserción escolar en los sistemas educativos nacionales. La culpa no fue de la desarticulación de la pedagogía ni de la precaria inversión pública para alcanzar las metas educativas, ni del impacto de la creciente incorporación femenina en el mundo del trabajo con horarios prolongados que la obligaban a estar todo el día fuera del hogar, sino de la evaluación. El debate fue entonces la dicotomía expresada entre evaluación cualitativa versus evaluación cuantitativa. Esta moda coincidió con el emerger de corrientes de izquierda que comenzaron a criticar y a hegemonizar el discurso respecto a las ciencias, el método científico y lo cuantitativo. Se creó a mi juicio, una falsa dicotomía entre quantum y cualidades singulares.

En otro artículo espero poder desarrollar los riesgos del discurso anticientífico en la escuela como obstáculo real al desarrollo de una ciencia al servicio de los más pobres y de los explotados, pero eso -aunque relacionado- en este momento es “harina de otro costal”.

Como de costumbre, desde el poder se genera una apropiación de ideas y resemantización de su orientación, respecto a lo que de manera progresista surge desde la izquierda. Así la evaluación cualitativa emerge como progresista y las ponderaciones numéricas como retrogradas; nos sumergimos en un debate en el que –a mi juicio- perdimos la noción de integralidad y cada quien se atrinchero en posiciones irreconciliables.

La moda de la evaluación cualitativa vino acompañada de varios elementos sobre los cuales me referiré en otros artículos, y que llevados a sus últimas consecuencias se expresaron así: (a) el aprendizaje no depende de nadie, es una construcción social de cada individuo –entonces para que profesionales de la docencia- , (b) la ciencia no explica a la sociedad -desvalorando el propio papel de las ciencias sociales-; (b) multidisciplinariedad como antítesis del conocimiento alcanzado por la ciencia; (b) subjetividad como negación de la objetividad, entre otros. En el periodo de la moda de la evaluación cualitativa se popularizaron seudopedagogías que parecían más modelos de auto ayuda que reflexión seria, por supuesto siempre barnizados con lenguaje progresista. Esta experimentalidad sin método, estas prácticas de ensayo y error permanente por supuesto que afectaron el sector de la educación en la que más se experimentaba: la de los pobres. Fue una época en que algunos señalaron que la escuela había muerto y que, por ejemplo, no era necesaria la fijación de conceptos -desde la teoría y praxis- para poder adentrarnos en el análisis crítico.

Finalmente desembarco en los ochenta -para quedarse por un largo periodo- la moda del currículo. Moda por capítulos: currículo por objetivos, currículo por contenidos, currículo globalizado, currículo problémico, currículo transdiciplinario, currículo por competencias desplazaron a la pedagogía como dinámica integradora y los curricologos se convirtieron en los nuevos profesionales de la educación.

Esta moda comienza a ser desplazada en el presente por las modas de las pruebas estandarizadas como eje vertebrador de la educación, diseñadas por los organismos económicos internacionales como el coordinado por Andreas Schleicher (1964- ) desde la OCDE8 y cuyos resultados son interpretados, entre otros, por especialistas del BID9 como Emiliana Vegas. Hoy es urgente e impostergable la recuperación de la unidad y la centralidad pedagógica, no sólo como posibilidad cierta de resistencia desde la educación sino como rearme profesional para frenar los ataques contra la educación como derecho humano fundamental.

  1. La desvalorización social y profesional del docente

La segunda arista fue y es la desvalorización social y profesional de los docentes. La despedagogización tiene un capítulo especial en el ataque a la profesión docente y los docentes como líderes sociales. En las últimas 6 décadas la profesión docente ha recibido a escala planetaria todo tipo de ataques, disparados desde distintos lugares y francotiradores, pero facturados casi todos en el gran capital.

El primer ataque lo hallamos en la desprofesionalización del educador y su ubicación como técnico calificado, con lo cual se le despojaba de la autoridad del conocimiento para orientar la transformación de las sociedades, para opinar y reflexionar sobre asuntos generales, del cual habían sido envestidos por su papel estelar en las independencias nacionales, la lucha por los derechos sociales y humanos, las resistencias anticapitalistas y el ecologismo. Por supuesto el maestro como líder social resaltaba la noción subversiva para el orden dominante, de la educación como un hecho político.

Se procuraba reducir al maestro(a) y profesora(or) a un rol instrumental estrictamente escolar. En el caso de Venezuela esta ofensiva tuvo un especial desarrollo a partir de la ruptura de Luis Beltrán Prieto Figueroa con AD10 y la creación del MEP11 cuya base social en gran medida estuvo conformada en un principio por maestros(as) y profesoras(es). Para AD era urgente desacreditar la militancia crítica de los maestros y desarrollar un modelo clientelar y de sumisión instrumental de los maestros al modelo de democracia representativa; tarea que sólo lograron cumplir parcialmente.

El segundo ataque se ubicó en la línea directa de confrontación que tenían los educadores con los gobiernos respecto a sus condiciones salariales y de trabajo. Se fueron cerrando uno a uno los foros de debates educativos12 para concentrar la imagen social de la relación entre gobiernos y maestros en la lucha gremial, publicitando desde el poder especialmente los temas salariales. Eso procuró cambiar la percepción social del maestro como líder social y profesional solvente a la de “lochero”, ó “pesetero”, solo interesado por el tema de sus salarios.

Las discusiones por las contrataciones colectivas fueron prolongadas el mayor tiempo posible, para obligar al magisterio a ir a conflictos huelgarios, que a la par eran denunciados por los aparatos mediáticos -tanto del gobierno como del sector privado- como exigencias elitescas de un sector que quería colocarse por encima de los demás profesionales y que además privaban a los niños y jóvenes de la educación en los periodos de conflicto.

La partidización –no su politización- de los gremios educativos atándolos al carro del clientelismo en la otorgación de cargos y asensos de jerarquía docente contribuyeron a minar la imagen del docente.

La proletarización de los docentes permitió a una franja importante su repolitización pero sumió en el desconcierto y el “sin sentido” profesional respecto a su trabajo, a otra franja no menos significativa.

La pérdida del poder adquisitivo del docente en el mundo en las últimas décadas varió según la región y el tipo de gobierno que eligieran los pueblos. La percepción social comenzó a ser que la profesión docente era un oficio de sobrevivientes. En muchos pueblos se popularizó la frase: “esta más pobre que un maestro de escuela”.

La desvalorización del rol social del docente y el desconcierto que generó entre el magisterio el caos epistémico al fragmentarse la pedagogía en partes y modas, posibilitaron que el capitalismo lograra propinar con ello un certero golpe estratégico al propio concepto de la educación como derecho humano fundamental.

El tercer ataque fue dirigido a la carrera docente generando una constante de modificaciones en sus programas de estudio; eso sí garantizando la desaparición de temas centrales como la formación en historia de América, además de una profunda devaluación de las historias nacionales, así como la desaparición de la historia de las ideas pedagógicas en el mundo, la región y el país, aún más en las localidades.

Si me preguntan cuál fue el resultado sustantivo de la operación política de las fuerzas contrarias a la educación como derecho humano en la formación de docentes en este periodo (1950-2010), tendría que decir sin ninguna ambigüedad que lograron afectar el corazón de su actividad, es decir la capacidad de enseñar a enseñar.

El cuarto ataque a la profesión docente, resultó en un titánico esfuerzo por generar una matriz social y discursiva que señalara que cualquiera pueda ser profesor, independientemente que tenga título profesional o no. En Venezuela ello tuvo su máxima expresión en la resolución número 1 del Ministerio de Educación en la década de los noventa, amparada en la premisa que hacía falta docentes para cubrir las demandas de ampliación de la cobertura escolar. Si cualquiera podía enseñar ¿para qué invertir fondos públicos en el sostenimiento de escuelas o facultades de educación que “no implicaban, ni aportaban” ningún capital profesional específico y concreto? En consecuencia cada día se desprestigiaba más la pertinencia de una carrera docente como tal.

Ello fue acompañado de ideas aparentemente progresistas, como aquellas que sin ton ni son señalan “que nadie enseña a nadie, ni nadie aprende con otro”, que le restan autoridad profesional, moral y social al educador. En la misma orientación se señaló que nadie puede llamarse maestro sino facilitador o dicente, que aún con la mejor de las intenciones, sus resultados prácticos resultaron funcionales a la desvalorización del maestro en la ruta para aniquilar a la educación como derecho humano y permitir que muchos Estados nacionales eludieran con distintos subterfugios buena parte de sus responsabilidades en esta materia. A nadie se le ocurre decir que un médico o galeno puede ser llamado de manera distinta a cómo históricamente se le denomina a su profesión, sin que ello afecte la identidad y autoestima profesional. Entonces, ¿Por qué el docente tendría que ser la excepción? ¿Por qué entonces es parte de una operación de subvaloración social de su trabajo?

Hoy sectores docentes, ONG progresistas y del sindicalismo organizado en la Internacional de la Educación -entre otras expresiones internacionales- que hoy pugnan por recuperar el orgullo de ser docente y el papel protagónico de los maestros en la transformación de los sistemas educativos. En Venezuela la consulta por la calidad de la educación estableció el desafío de la recuperación del protagonismo de los docentes en el hecho pedagógico pero también en el devenir de la sociedad.

En el presente, sectores de avanzada del magisterio y los docentes a escala mundial impulsamos el debate respecto a la urgencia de asignar un porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) y del presupuesto asignado a la educación a mejorar las condiciones de trabajo de los docentes(as) auspiciando la unificación internacional del salario del magisterio y potenciando su desarrollo profesional, estudio y superación permanente en la perspectiva de la agenda de Educación Para Todos (EPT) y los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

  1. Paradigma de la sociedad educadora

La tercera arista es el abandono de la obligación de los Estados nacionales con el desarrollo y sostenimiento de la educación. El neoliberalismo pretendió hegemonizar la idea y el concepto que la educación es una responsabilidad de las sociedades y las familias que debe ser apoyada en la medida de las posibilidades por los Estados. Esta propuesta procuraba romper con el concepto y la práctica del Estado Docente, es decir de los Estados como garantes y responsables de la educación para todos y todas. Gracias al papel de gobiernos progresistas y revolucionarios como el venezolano y de la resistencia de los pedagogos y educadores a nivel mundial esta idea no pudo ser implementada impunemente.

La Revolución Bolivariana se convirtió en un buen ejemplo de inversión estatal en educación. Sin embargo, en muchos lugares -nuevamente cubierto de un manto aparentemente progresista- el capitalismo globalizado continuo atacando, por ejemplo, proponiendo la sustitución de conceptos como centro educativo o escuela por el de “ambientes de aprendizaje”. Si bien la educación popular -desde sus inicios- ha defendido que cualquier lugar es un espacio para la educación y el aprendizaje, la perspectiva capitalista de la educación “tomo prestada” estas premisas para viabilizar sus políticas de contrarreforma. La obligación del Estado en el sostenimiento del derecho a la educación tiene expresiones concretas en sus aportes para la construcción, dotación y el sostenimiento de los centros educativos; por lo tanto la idea de ambientes de aprendizaje nos lleva a su abandono y el emerger ya no solo de “universidades de garaje” en buena parte del continente, sino de “escuelas en contenedores” como recientemente lo hiciera el alcalde de ciudad de Buenos Aires, el tristemente célebre Macri.

  1. Mercantilización de la educación

La cuarta arista la constituye la subordinación de la educación y los sistemas escolares nacionales a los intereses del mercado. La caída del muro de Berlín y el supuesto fin de la historia de Fukuyama (1952- ) tuvieron implicaciones directas en la educación. Si ya el relato socialista se consideraba obsoleto y el propio Estado de Bienestar Keynesiano comenzaba a desmantelarse, el mercado fue presentado como triunfador y por ende resultaba “lógico” atar los sistemas educativos a los vaivenes del la producción globalizada. Chávez y la Revolución Bolivariana les demostraron a Francis Fukuyama y los apologistas del capitalismo en educación lo equivocados que estaban.

Sin embargo, en casi una década previa al emerger de la nueva situación política en América Latina y el Caribe, sus preceptos lograron avanzar y aún permanecen, por ejemplo, en la certificación de carreras universitarias o de postgrados valorados desde el punto de vista de las relaciones entre las competencias curriculares y el perfil del egresado. Desde los planteamientos expresados en esta arista el mayor golpe propinado a la educación, como derecho humano lo constituye el progresivo abandono de las tareas para la formación de ciudadanía por parte de la educación y los sistemas escolares como lo veremos respecto a los sistemas de medición de la calidad.

  1. Calidad educativa

La quinta arista la constituye la calidad educativa. La mayoría -por no decir la totalidad- de las contrarreformas educativas que se desarrollan e intentan implementar en los distintos sistemas educativos nacionales y locales del mundo hoy, suelen desembarcar con el discurso de la calidad. Los sistemas educativos golpeados, vapuleados y desestimados sus docentes, suelen presentar deficiencias que le sirven a quienes quieren privatizar la educación para construir consensos respecto a la necesidad de revisar la calidad educativa. La oposición educación pública versus educación regentada por el sector privado resulta ser una invariante de este discurso de contrarreforma.

Calidad educativa aparece entonces, asociada a los aprendizajes que requiere el modo de producción capitalista en la era del neoliberalismo globalizado: habilidades numéricas y lecto escritura para comprender instrucciones, manuales y realizar cálculo fragmentados, así como conocimiento sobre tendencias y hechos puntuales de las innovaciones científicas y tecnológicas. Desaparece el énfasis en la historia, la educación artística o la formación ciudadana al evaporarse la tarea escolar de construcción de ciudadanía.

El concepto capitalista de calidad educativa tiene su apogeo a partir del modelo ISO de las empresas en los ochenta, pero no es cierto que la izquierda pedagógica no tenga un discurso propio e histórico respecto a la calidad en educación. En este tema la izquierda pedagógica ha sido muy reactiva y ha abandonado la disputa sobre la calidad, práctica que a mi juicio debe corregir rápidamente como punto de referencia para el combate a las contrarreformas educativas.

La calidad educativa es un término polisémico. Desde una perspectiva emancipadora se refiere a la educación que los pueblos demandan y que los marcos jurídicos nacionales establecen como mínimo. Desde la perspectiva de los pueblos la educación debe servir para lo que dice servir –según los marcos constitucionales y las leyes específicas casi siempre muy progresistas- y sus políticas deben ser construidas con el mayor consenso social posible. Desde estas premisas la calidad tiene contextualización local y nacional, a partir de la cuál ir al encuentro de las dinámicas internacionales, nunca al revés. Un marco de referencia para esta perspectiva lo constituye el documento titulado “Informe Mundial sobre Calidad de la Educación: ¿en este debate de que estamos hablando? (2014)”. (Ver link:http://www.aporrea.org/educacion/n259194.html)

  1. Virtualización de la educación

El voltear y revisar un libro biográfico por leer me permite tomar aliento. Y es que el sincretismo de Paul Gauguin (1848-1903) expresado en su obra “¿de dónde venimos? ¿Qué somos? ¿A dónde vamos?” (1897) y especialmente “pechos con flores rojas” (1899) y “Otahi” (1893) alientan -poéticamente hablando- a continuar este oscuro recorrido por lo más sórdido del capitalismo, el ataque a la educación como derecho humano fundamental. Continuemos pues.

La sexta arista la constituye la presión por la virtualización de la enseñanza. Ante la revolución científico tecnológica -que ha implicado en algunos lugares del planeta el que un porcentaje importante de familias dispongan de internet, computadores, tablet y dispositivos electrónicos de acceso a la web- se comienza a hablar de la sustitución de la escuela por las clases virtuales en casa y la conversión de los espacios escolares en lugares de evaluación de lo que aprenda el niño y el joven con sus padres y familiares.

Esta propuesta denominada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como de pirámide invertida de la enseñanza -aunque ya la eliminó de su web de manera silente- es un nuevo ataque a la educación pública y el papel del Estado en su sostenimiento.

Si el aula es sustituida por la clase en casa a través de un aparato informático que trasmite la sesión escolar previamente grabada, por supuesto que ello abarata los costos en educación, pero también crea una barrera para las inmensas mayorías que aprenden socialmente, es decir junto a otros, con otros; amén de sus implicaciones en la construcción de ciudadanía.

Si bien estamos de acuerdo en el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) como apoyo en la educación inicial, básica y media, estamos en total desacuerdo con la sustitución total del papel socializador e integrador de la escuela y el rol del docente en los procesos de enseñanza-aprendizaje en estos niveles. No podemos permitir que con discursos aparentemente progresistas y generalizantes nos mareemos ante la vorágine virtual.

Así mismo celebramos y auspiciamos que estos momentos la educación virtual tenga creciente interés y presencia en la educación de postgrado y la formación permanente de los profesionales, lo cual es positivo y digno de replicar, sin que ello obvie el interés por compartir conocimientos que suele resultar en la creación de redes que posibiliten encuentros presenciales de los participantes.

  1. Crisis permanente de los sistemas educativos nacionales

La séptima arista es la tendencia a la generación de una “sensación” socialmente aceptada de crisis permanente de los sistemas educativos como camino para avanzar año a año en contrarreformas educativas. Los resultados de las reformas o contrarreformas educativas nunca son evaluados de cara a la sociedad y cada día tienen menor duración; apenas acabamos de conocer una reforma y ya comienza a escucharse de otra en ciernes.

Esta tendencia tuvo sus orígenes en la crisis de la sociedad norteamericana ante los avances de la carrera espacial en su competición con la unión soviética. La justificación de los administradores educativos y las autoridades gubernamentales del norte, ante la ventaja que le sacó la URSS a los EEUU al colocar el primer satélite en el espacio, fue hablar de las bondades del sistema educativo ruso y cuestionar el funcionamiento del propio. A partir de ese momento, se estableció como regla discursiva de la plutocracia gringa el asignar al sistema educativo la responsabilidad de todos los problemas sociales, contribuyendo a cuestionar la importancia de la escuela y la inversión presupuestaria hecha en ellas. Esta tendencia se fue expandiendo progresivamente en la región y el mundo y hoy es un discurso oficial del sistema capitalista y sus gobiernos, para auto justificarse y para seguir implementando medidas que cercenen el derecho humano a la educación.

El caso Vergara o Los educadores como manzanas podridas

En ese contexto no debe extrañarnos la portada del 3 de Noviembre de 2014 de la prestigiosa revista Time, quienes para abordar su posición respecto al caso Vergara tituló: Manzanas podridas:»Es casi imposible despedir a un mal profesor”. La revista Time aprovecha un caso específico para disparar contra todos los maestros al identificarnos con manzanas podridas.

Ello no podemos verlo aislado sino en el contexto del desarrollo de una de las más feroces operaciones de propaganda y actuación mediática, generada desde sectores financieros de la tecnología, las industrias editoriales y militares, entre otras -apoyados desde los gobiernos locales- para obligar al gobierno de Obama a impulsar una contrarreforma general del sistema escolar estadounidense.

Hagamos un brevísimo repaso a algunas de las ofensivas llevadas a cabo por el sector más conservador de la educación norteamericana en los últimos tiempos. Comenzaron con las críticas y resistencias a los estándares educativos, luego vino la campaña de descredito a educadores como William Ayers (1944- ), continuaron con la decisión del alcalde Chicago de cerrar decenas de escuelas que denominaba de bajo rendimiento pero que en realidad cobijaban a inmigrantes y población norteamericana de color, hasta llegar al capítulo de las manifestaciones en 2012 donde más de 10.000 maestros(as) y profesoras(es) protestaron por la negativa de la firma del contrato colectivo pero también en oposición a las políticas educativas neoliberales del alcalde Rahm Emanuel (1959- ).

En ese hilo conservador y de ensayo de contrarreformas surge el caso Vergara. En esta oportunidad y mediante la jurisprudencia que genera esta decisión, la corte habilita a los estudiantes para solicitar la destitución de un profesor que consideren de “mala calidad”. En realidad fue una querella auspiciada y financiada por la derecha norteamericana y públicamente impulsada por David Welch, un empresario de Silicon Valley de 53 años quien durante los últimos años se ha concentrado en asociar el mejoramiento de los centros escolares al uso de tecnologías y a quien el Juez Rolf Michael Treu le concedió la razón. La derecha pedagógica le considera un héroe que dedica sus esfuerzos a mejorar el sistema educativo estadounidense. Pero en realidad lo que estaba en juego es el esfuerzo del capital trasnacional para romper con el concepto de estabilidad docente, última frontera que tiene para intentar eliminar la profesionalidad del magisterio en la ruta de eliminar el compromiso del Estado con la educación pública. Estas prácticas tuvieron un capítulo especial en la más reciente contrarreforma educativa mexicana que mediante la aprobación de pruebas de eficiencia a los maestros (as) en servicio hecho que borra de un plumazo la conquista magisterial de la estabilidad laboral. Esfuerzo que además empalma con la tendencia que refleja cada una de las aristas analizadas anteriormente.

En ese marco, la portada de la revista Time con su expresión de “manzanas podridas” -haciendo una supuesta analogía con el caso Vergara- lo que en realidad procura es generar una matriz contraria al reconocimiento social de los docentes que posibilita romper con la estabilidad de su ejercicio profesional. El titular de la Revista Time generó un amplio rechazo de sectores progresistas de la sociedad norteamericana y la reacción de la American Federation of Teachers (AFT) quienes iniciaron la recolección de firmas en repudio a esta tendenciosa portada. Más de 100.000 ciudadanos de Estados Unidos firmaron la carta que entregara la presidenta de la AFT Randi Weingarten al equipo editorial de la revista en Nueva York. Ello obligó a la revista a pedir disculpas pero significó otro capítulo de la ofensiva neoliberal contra la educación.

La otra mirada

Los pedagogos venezolanos debemos estar muy atentos a lo que ocurre en uno de los laboratorios sociales predilectos para los neoliberales en educación, la propia sociedad norteamericana. Acciones como las descritas evidencian que el capitalismo no tiene patria pero también nos permiten valorar los inmensos logros educativos alcanzados en estos 15 años navegando a contra corriente de los intereses de la agenda educativa del capitalismo en las primeras décadas del siglo XXI.

1 También existe la versión cinematográfica de esta obra
2 No logré ubicar la fecha de nacimiento de este artista japonés
3 Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social, dependiente de la CEPAL
4 Organización de Estados Americanos
5 Comisión Regional para la educación superior en América Latina y el Caribe, predecesor del IESALC-UNESCO, UBICADO EN Caracas.
6 Centro Interamericano de Educación Rural, ubicado en Rubio, Estado Táchira, Venezuela, predecesor del Instituto Pedagógico Rural “Gervasio Rubio” de la UPEL.
7 Ubicado en el estado Aragua, predecesor del Pedagógico de Aragua
8 Organización para la Cooperación y el desarrollo Económico
9 Banco Interamericano de Desarrollo
10 Partido Acción Democrática
11 Partido Movimiento Electoral del Pueblo
12 Un muestra es el declive de la revista Educación en Venezuela, que era una instancia de convergencia plural sobre el hecho pedagógico o de la propia revista Tricolor que al llegar a todas las escuelas fomentaba debates diversos, intensos y pedagógicamente hablando muy potentes .

Articulo publicado el

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En Venezuela: Ministerio de Educación impulsa proyecto educativo para fortalecer identidad cultura de niños indígenas

Caracas, 18 de marzo de 2016 | VTV

El Ministerio del Poder Popular para la Educación está impulsando una política educativa que estipula la incorporación de docentes indígenas en los centros de enseñanza ubicados en zonas geográficas donde hacen vida los pueblos originarios, con el propósito de fortalecer en los niños y adolescentes su identidad e idiomas.

«En el pueblo Wayúu, en el estado Zulia, se está llevando la experimentación en esta fase para poder revitalizar la educación propia de ese pueblo. Asimismo, en el estado Bolívar se está culminando el proyecto educativo en los pueblos indígenas Yecuana y Pemón, así como en el pueblo Warao de Delta Amacuro», detalló la directora de educación intercultural del MPPE, Karim Herrera, durante la celebración del Día Nacional del Niño, Niña y Adolescente Indígena, realizado este viernes en las instalaciones del Museo de Ciencias, en Caracas.

Herrera, quien es de origen Wayúu, agregó que en este programa se trabaja de forma efectiva y articulada con los líderes intelectuales de las comunidades aborígenes para que se encarguen directamente del refuerzo cultural.

En la actividad conmemorativa del Día del Niño y el Adolescentes Indígena se presentaron tres grupos musicales pertenecientes a unidades educativas que tienen presencia de niños de origen indígenas, centros ubicados en la parroquia caraqueña de San Agustín.

En el encuentro el Ministerio de los Pueblos Indígenas obsequió instrumentos musicales a los mencionados niños para que desarrollen actividades culturales propias de las etnias ancestrales del país. /JF

Fuente de la noticia: Foto de la noticia: http://www.vtv.gob.ve/articulos/2016/03/19/ministerio-de-educacion-impulsa-proyecto-educativo-para-fortalecer-identidad-cultura-de-ninos-indigenas-1617.html

Fuente de la foto: http://www.vtv.gob.ve/articulos/2016/03/19/ministerio-de-educacion-impulsa-proyecto-educativo-para-fortalecer-identidad-cultura-de-ninos-indigenas-1617.html/indigenas.jpg/@@images/fb714122-de53-4c87-8834-8f9bb3bfe911.jpeg

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La construcción del autoconcepto académico en el marco de los Estudios Abiertos (Parte 1)

Myriam Anzola

La autodefinición de quiénes somos como profesionales es una tarea que regularmente creemos conocer a través de la elaboración de un currículum vitae (CV). La elaboración y presentación de ese CV normalmente la hacemos con un orden riguroso arbitrariamente preestablecido que contempla: los estudios realizados con su fecha de culminación, las instituciones otorgantes con los soportes de los títulos obtenidos, los roles laborales desempeñados con períodos de tiempo defi nidos con los avales institucionales que los respaldan, otros cursos y experiencias que puedan ser constatables, y por último los reconocimientos a los que haya sido merecedor o merecedora el postulante.

Este baremo personalizado que pretende ser objetivo, nunca es tal por varias razones:

1º Desde el punto de vista de la valoración de credenciales académicas, conocemos sobradamente que no todas las instituciones ofrecen cursos (conducentes o no a grado) con comprobada idoneidad para garantizar el “dominio” por parte del estudiante de los temas cursados. Las posibles fallas son multifactoriales: formación del profesorado, selección y organización del currículum, pertinencia del material de apoyo e insumos, dominio de contenidos y carencias en el manejo de la lengua escrita y del discurso oral por parte del que estudia, entre otros factores.

2º El prestigio que ganan las instituciones con certificaciones y avales de la oficialidad sobre los cursos que ofrecen tampoco es garantía de sapiencia de sus egresados ya que tal como lo demuestran los avances sobre la administración curricular, una cosa son los programas que se presentan acompañados de las credenciales de los profesores que los dictan y otra muy diferente es la puesta en ejecución de dichos programas durante la administración curricular.

3º Quien elabora el documento del CV organiza sus recaudos de acuerdo a la estructura solicitada pero está consciente de que conoce muchas más cosas de las que puede demostrar o de que en el recuento demuestra otras que en realidad no son parte de su experticia real.

En resumen, la presentación de un CV en los términos que conocemos ofrece apenas una aproximación muy somera del perfil de quien lo presenta, que puede en algunos casos hacer menospreciar o en otros sobredimensionar las capacidades reales del postulante a un cargo. Siendo así, la presentación de credenciales académicas no da fe per se de la dimensión humana de la persona que las presenta. Es decir, no es la mejor ni la única manera de demostrar las capacidades, los dominios, las percepciones, convicciones y potencialidades de un ser humano.

A partir de estas y de otras convicciones, algunos teóricos del currículum se han propuesto revisar las posibilidades de ponderación de los aspirantes a cualificaciones, considerando la estructuración de los planes de estudio y particularmente de la administración de los mismos. De esa revisión parten nuevos esquemas de organización curricular y nuevas concepciones para las valoraciones reales de la trayectoria de los sujetos. Así aparecen nuevas categorías epistémicas como la acreditación de experiencias, el reconocimiento de saberes, y la certificación de conocimientos científicos. En este trabajo pretendemos hacer una diferenciación y definición de estas terminologías del imitando algunas diferencias que pueden resultar sutiles pero que conviene destacar a la luz de nuestra experiencia de más de un lustro administrando el Programa Universitario de Estudios Abiertos de la UPTM “Kléber Ramírez”.

LA ACREDITACIÓN DE EXPERIENCIAS Por experiencia entendemos el conocimiento de algo, o la habilidad, que se adquiere al haber realizado, vivido, sentido o sufrido una o más veces algún evento o proceso. La experiencia sin duda genera aprendizaje. Ahora bien, la Acreditación del Aprendizaje por Experiencia (AAE) pretende sustentar con fines académicos ese tipo de aprendizaje.

La acreditación de experiencias se inició en Venezuela en la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR) bajo la denominación de Programa de Acreditación del Aprendizaje por Experiencia (PAAPE) en el año 1981. Históricamente sufrió cambios importantes en el tiempo. En la década de los 80 cuando dicho programa se inició, se atendieron solicitudes de acreditación de participantes de centros regionales de la UNESR en Barquisimeto, Ciudad Bolívar, Maracay, Barcelona y Caracas que fueron atendidos de manera experimental. A partir de 1996, se da un crecimiento cuantitativo de participantes con título de técnicos superiores. Actualmente se aprecia una demanda estable de solicitudes de acreditación ubicada en un promedio de unas 9000 solicitudes por año con una ampliación de la cobertura del sistema hacia otras regiones del país, un predominio de acreditación de cursos formales, por la vía de acreditación y convenios.

El sustento teórico y metodológico de esta propuesta inicial parte de educadores venezolanos innovadores como Adam, Díaz, y Brandt con los postulados de la escuela progresista, la andragogía, y la educación permanente. En esa perspectiva se considera al individuo como una persona capaz de tomar sus decisiones en el aprendizaje, se valoran los procesos de formación extramuros de la educación formal. Es decir, se reconoce la esencia de la legitimación de los aprendizajes obtenidos por fuentes no formales diversas y múltiples, por las vivencias culturales y afectivas de cada persona. Brandt (1982).

De acuerdo con el documento de Salazar y Andrade (2004) el Programa de Acreditación del Aprendizaje por Experiencia, en el contexto del Centro de Educación para el Aprendizaje Permanente (CEPAP), la Universidad Simón Rodríguez: …busca sincronizar, armonizar,coordinar la manera de acreditar estos aprendizajes de acuerdo con la especialidad seleccionada por quien aspira ingresar a una carrera y constituye el problema fundamental,ya que no existen patrones que permitan determinar hasta cuánto sabe una persona… (p.6). Félix Adam, un visionario de la educación de este país, decía ya por 1987: Desconocer el valor del aprendizaje por experiencia, fuera de un plan de estudios, cuya conceptualización es rígida desvirtúa el sentido humanístico de la acreditación y la convierte en una simple “equivalencia” u “homologación” de estudios . Por eso, la participación del aspirante en el proceso, permite negociar los términos de la acreditación y determinar los nuevos aprendizajes a realizar. (p.12).

Orietta Caponi, quien fuera la primera rectora de la Universidad Bolivariana de Venezuela (2004) expresa: Como producto de la aplicación de esta práctica educativa en la UNESR se demostró la pertinencia del proceso de reconocimiento de los aprendizajes obtenidos durante la actividad laboral y de vida; de aprendizajes formales obtenidos en otras instituciones de educación universitaria y de aprendizajes obtenidos desde orígenes distintos. Pero para alcanzar esta aspiración se debe asumir el reto de traspasar las fronteras del currículo preestablecido en la universidad. Esto significa la superación a la subordinación rígida de la misma, a los planes de estudio y programas de la Universidad. Estos solamente constituyen un aspecto de la relación de la universidad, entendida como mundo académico con los otros escenarios que conforman el mundo de la vida, que sirven de caldo de cultivo a la generación de aprendizajes por experiencia. De modo que se requiere de una transformación profunda de la Universidad venezolana…el problema no es solamente incluir a las personas en el sistema educativo de educación superior actual, sino la conveniencia de incluirlos en instituciones enclaustradas, excluyentes, cuyos pensa de estudios son concebidos y ejecutados fuera de los contextos comunitarios y las necesidades más urgentes, con programas que proponen un conocimiento desagregado, fragmentado, unidireccional, escolástico y poco participativo (p.6). 13 «La acreditación del aprendizaje por experiencia tendrá como propósito el reconocimiento y la valorización de los hacedores de cultura en la promoción, divulgación y creación de las manifestaciones de nuestro pueblo» Es decir, que el proceso de Acreditación de Experiencias se enmarca en un currículo abierto, fexible, dinámico e innovador que provea la implementación de modalidades de formación como: la presencial, la semipresencial, la educación a distancia y la no convencional. Tal como lo plantean los postulados de las nuevas universidades bolivarianas.

Siendo así, la acreditación del aprendizaje deberá entenderse como un proceso complejo que involucra un tejido heterogéneo para la transformación de las condiciones de vida de un colectivo, con énfasis en la búsqueda de la identidad, en respeto a la diversidad étnica y pluricultural. La acreditación del aprendizaje por experiencia tendrá como propósito el reconocimiento y la valorización de la acción de los hacedores de cultura en la promoción, divulgación y creación de las manifestaciones de nuestro pueblo, con base en su participación y compromiso con las comunidades. Se considera que todas las actividades culturales generan aprendizajes que guardan relación con algún tipo de conocimiento y por tanto pueden ser reconocidas académicamente por la universidad.

Cuando surge la Misión Cultura para reconocer a los cultores que nunca había recibido título universitario desde el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, se pretende superar los tres elementos que fueron identifi cados como debilidades en la sistematización de la experiencia del CEPAP de la UNESR, a saber: la desvinculación entre los aprendizajes no formales valorados para la acreditación del aprendizaje por experiencia y su vínculo con la prosecución de estudios en la universidad; el marcado predominio de acreditación de aprendizajes formales; y la escasa participación del participante en la toma de decisiones para la acreditación de sus propios saberes. Esa propuesta que se presentó en teoría revalorizaba el carácter dialógico, horizontal, cooperativo, participativo, y cualitativo de la acreditación del aprendizaje por experiencia. Por eso planteaba combinar como estrategias de formación el aprendizaje por proyectos para dar respuesta a problemas comunitarios concretos, sostenidos en torno al trabajo colectivo.

Sin embargo, en la práctica la Misión Cultura no logró darle una forma que fuera coherente con los planteamientos a la acción emprendida. En este momento la UNESR se planea la Acreditación de Experiencias dirigida a bachilleres con experiencia laboral, bachilleres con estudios de nivel superior no concluidos, técnicos superiores que aspiran continuar estudios universitarios, graduados universitarios que aspiran estudiar alguna carrera que ofrece la Universidad y otros participantes regulares de la UNESR.

En el caso de nuestro programa de estudios Abiertos desde la Universidad Politécnica Territorial de Mérida Kléber Ramírez la Acreditación de Experiencias y Saberes Acumulados constituye un programa especial para ciudadanos y ciudadanas venezolanas que poseen amplia trayectoria, destrezas y saberes acumulados en algún área del conocimiento a través de una forma de evaluación educativa alternativa dirigida a todos los ciudadanos y que pueden o no ser egresados o egresadas de otras carreras universitarias o medias y de estudiantes en ejercicio laboral.

Artículo publicado en la REVISTA DIGITAL DE DIVULGACIÓN ACADÉMICA Contracorriente

http://saberesliberadores.cenditel.gob.ve/files/2016/02/ContraCorriente.pdf

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Investigadores venezolanos con apoyo del PPD-FMAM y PNUD Venezuela hacen llamado a la protección de la Cuenca Alta del río Cojedes y a las nuevas especies halladas en la zona

Prensa PNUD/ Marzo 2016 /

En la sede del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Venezuela, se llevó a cabo una rueda de prensa y la presentación formal del proyecto para la restauración y conservación ambiental de la Cuenca Alta del Río Cojedes, implementado por el Instituto Venezolano Alemán de Ciencias Ecológicas Aplicadas (IVACEA), financiado por el Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ESRI Venezuela y en alianza con la Alcaldía de Montalbán, la Fundación Hoffmann Salud Integral y la Asociación Europea Caribeña, de Constanza, Alemania.

La Representante Residente a.i. del PNUD, Maribel Gutiérrez, dio inicio a la actividad señalando que “este proyecto nos ha dado una gran noticia, como lo es el hallazgo de nuevas especies, pero sobre todo este estudio nos llama a la reflexión sobre el trabajo que hay que realizar para que estas nuevas especies puedan permanecer en su hábitat natural y para lograr un manejo efectivo de esta cuenca. Precisamente, ahora que estamos siendo llamados a desarrollar una mayor conciencia del uso de los recursos hídricos, este proyecto presenta cómo el resguardo de un cauce de agua implica un beneficio a diversas escalas: humanas, de flora y de fauna, de todo un sector”.

La presentación del proyecto estuvo a cargo de Andrés Eloy Osorio, Presidente del IVACEA, Arnaldo Ferrer, investigador de Fundación La Salle y Máximo Sánchez, Coordinador nacional a cargo del Programa de Pequeñas Donaciones del FMAM, quienes destacaron que los esfuerzos del proyecto se han concentrado en el diagnóstico de las principales causas que han mermado la producción hídrica de la Cuenca Alta del río Cojedes, que se extiende por 3 estados: Carabobo, Cojedes y Yaracuy, incluye 5 municipios y ocupa un área de 276.000 hectáreas, para diseñar medidas que contrarresten las actividades predatorias que han tenido un impacto negativo en la producción de la cuenca y de esta manera en la calidad ambiental de las comunidades que se surten de este caudal.

Al respecto, Arnaldo Ferrer señaló que una de las principales causas que han generado la degradación de los bosques y así de la biodiversidad del sector han sido la deforestación y quemas de terreno para los cultivos y el pastoreo de ganado, hecho que repercute en el daño de los suelos y su vegetación.

Por su parte,  Andrés Eloy Osorio destacó que a través de estudio realizado se identificaron 119 familias y 330 especies, de las cuales se reportan cinco endémicas, tres raras y una exótica, estas últimas reportadas solo en muy pocos lugares del planeta; además del hallazgo de cinco potenciales nuevas especies, de las cuales 2 están amenazadas de extinción, 1 en peligro de extinción y 1 vulnerable; las cinco especies nuevas incluyen 2 anfibios, un reptil, una planta y un pez.

Según lo señalado por Arnaldo Ferrer, estas especies aún se encuentran en análisis y bajo el cotejo de rigurosidad científica correspondiente para proceder a realizar su anuncio académico-formal como nuevas especies ante el mundo científico.

Máximo Sánchez, informó sobre el apoyo otorgado por el PPD, FMAM y el PNUD, a través de la implementación del proyecto Permacultura, Centro de Ecodesarrollo Socio-Productivo-Comunitario en el Municipio Montalbán en alianza con la Fundación Hoffmann Salud Integral, para la implementación de acciones locales concretas para la remediación de los impactos ambientales en esta cuenca y contribuir a su restauración y conservación.

Estas acciones se centran en el empoderamiento de los habitantes de estas localidades, quienes son los que pueden lograr el objetivo de la restauración ambiental de la cuenca para la conservación del agua. El proyecto contempla programas de educación, capacitación y adiestramiento en prácticas de permacultura y agroecología (agricultura de bajo impacto), producción de energía desde el reciclaje, la conservación, defensa y mejoramiento del ambiente, técnicas de bioconstrucción y el desarrollo de otras prácticas sustentables.

En la actividad también estuvo presente una representación del municipio Montalbán (Cojedes), encabezada por el Concejal José Leonardo Salazar y principales aliados lugareños de la investigación, quienes agradecieron al IVACEA y PPD-FMAM-PNUD por las acciones realizadas e informaron sobre la devastación que se está generando en la zona y la necesidad de contar con mayor apoyo de parte de las autoridades, organismos y actores competentes para alcanzar la restauración de este valle.

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IDEAS PARA UN POSIBLE PROYECTO LATINOAMERICANO. MIRADAS DESDE LO FORMATIVO

america latina

Julio C Valdez/ Venezuela
Un posible proyecto para América Latina implica un horizonte hacia donde ir. Una visión de lo que queremos ser, una utopía que nos aliente y nos inspire.
Hay palabras que sentimos por todas partes, cuando nos referimos al porvenir de América Latina. Por ejemplo, una nueva civilización. Es decir, una forma alterna de relacionarnos, de pensarnos y de hacer las cosas en libertad y con responsabilidad. Vivir con la naturaleza, respetándola, incluso venerándola… Desarrollar, procesar, socializar los recursos necesarios para que todos –sin excepción- vivamos a plenitud, invocando un modo de desarrollo desde la solidaridad y la mutualidad hacia el vivir bien… Pero también hay que avanzar desde los pueblos buscando una integración que preserve las diferencias y las cualidades específicas, hacia formas de integración de carácter horizontal, reticular.
Esta visión ideal no es unívoca, lineal, sino que está abierta a múltiples lecturas e interpretaciones. No obstante, pese a su carácter relativo, puede constituir una referencia que nos convoque.
…Para seguir construyendo una propuesta formativa latinoamericana, conviene caracterizarnos desde el presente. Un presente que deviene permanentemente en una red histórica compleja, diversa, multiforme.
Los que habitamos América Latina somos seres en profunda contradicción. Llevamos con nosotros una ancestralidad que, a pesar de guerras y tensiones sociales, apunta a esquemas relacionales de tipo mutualista, con carácter de reciprocidad. Pero al mismo tiempo, al internalizar el esquema civilizatorio dominante, tendemos a ser personas individualistas, materialistas, con afán de lucro.
Por otra parte, desde ese modelo dominante despreciamos nuestros orígenes. Hablamos de globalización como un modo de suscribirnos a ciertos modos de ver, pensar y hacer, según las pautas de poderosas empresas transnacionales. Sin embargo, las vivencias ancestrales habitan nuestra habla, nuestro sentido de corporalidad, y sobre todo nuestros modos de relacionarnos. No obstante, desde las grandes empresas de difusión nos sumergimos en un mundo donde tenemos que suprimir a los otros para afianzarnos y maximizar el ego para preservarnos.
La educación latinoamericana vive también esta contradicción. El sistema escolar asume una estratificación piramidal, y un sistema de promociones que se apoya en un comportamiento individualista, competitivo, de manejo de saberes fragmentarios, de anclas en haceres predeterminados (competencias), sustentado por el ejercicio permanente de valorización/ desvalorización según la discrecionalidad del cuerpo docente. Se logra mayor éxito en la medida que los estudiantes se desarraigan de sus contextos vitales y respiran una lógica de instrucciones y de obediencia irrestricta a la autoridad. Además, buena parte de las instituciones educativas, desde el ejercicio de empresas privadas, se adhieren a la búsqueda del máximo beneficio y el amor al lucro.
Por otra parte, este sistema escolar lleva en sí mismo la coexistencia de dos circuitos claramente identificados: uno donde entran los sectores más desfavorecidos socialmente y egresan trabajadores subalternos, de los que el sistema requiere obediencia. El otro circuito alberga a los hijos de las clases dirigentes, y los forma para ejercer jefaturas.
Claro que ningún sistema es completamente homogéneo ni lineal. Existen fracturas, vacíos, desde donde se van organizando grupos de resistencia y organizaciones alternas. Así, desde el propio corazón de la escolaridad, emergen grupos de presión y se van conformando ámbitos de liberación.
No obstante, más allá del sistema escolar, existen otros espacios educativos. Uno, generado por las propias empresas, desde sus planes de capacitación, inducción y desarrollo de recursos y de talentos que incrementen las ganancias. Y otro espacio, cada vez más fuerte y socialmente significativo: Se trata de una inmensa región heterogénea, desde donde emerge lo socio comunitario, lo gremial alternativo y los movimientos sociales. Esta región ha generado, y más aún en los últimos años, interesantes y valiosas propuestas políticas, sociales, culturales y formativas.
Así, en la dinámica de los movimientos y procesos sociales, desde ámbitos comunitarios como de espacios de resistencia al interior del sistema escolar, emergen nuevas constelaciones cargadas de futuro. Veamos algunas de esas propuestas que apuntan a lo formativo. Son espacios generados en buena parte fuera del sistema escolar, pero que pueden enriquecerlo, renovarlo, reconstituirlo.
La primera constelación implica una lucha intensa contra nosotros mismos, lucha que nos permite acompañarnos unos con otros. Intentaremos, hombro con hombro, superar los egoísmos e individualismos y participar en todos los colectivos posibles (familia, amigos, organizaciones, instituciones). En vez de poner al mundo como un gigantesco tablero de recursos para la propia individualidad, hemos de mirarlo como un conjunto de posibilidades de relaciones y encuentros que nos ayudarán a crecer como seres humanos. Así, estaremos resistiendo a la cultura dominante, apuntalada por las grandes agencias mediáticas, que nos arrastra al individualismo materialista.
La segunda constelación conlleva otra batalla contra la fragmentación de la realidad, que lleva en sí la desintegración de nosotros mismos como personas. El llamado método científico, que más bien es un camino trazado desde determinados centros de poder, termina sometiéndonos a ciertos métodos, cierto lenguaje y a ciertas autoridades del conocimiento. Esto se reproduce al interior de las instituciones educativas, recargadas de disciplinas desconectadas entre sí, y signadas por las unidades créditos… De otra forma, al conformarnos como colectivos, podemos darnos el permiso de multiplicar las posibilidades de expresión, reinventando nuestras visiones del mundo integrando lenguajes desde lo científico, ancestral, espiritual, artístico.
La tercera constelación deviene de los colectivos que enriquecen sus modos de nombrar y resignificar el mundo. Buscan formas más integradas de mirar y de concebir, visualizando relaciones antes inéditas. Es una visión de mayor riqueza y complejidad que apunta a la creación de diversas síntesis, que nos hacen ver el universo como un organismo vivo, integrado, unificado. Al asumir esta constelación, estaremos superando la visión fragmentaria, cosificada, utilitaria, que sustenta esta sociedad capitalista.
La cuarta constelación sintetiza las anteriores. Es la generación de procesos compartidos, conscientes, intencionados, que persiguen la superación de esquemas y patrones de injusticia, desigualdad e inequidad. Se trata de proyectos tendentes a la transformación de ciertos contextos socioculturales en espacios humanos y naturales más vivibles, más integradores, más saludables y más armónicos.
Desde estas constelaciones se asoman algunos esquemas estratégicos para la educación latinoamericana:
1. Los procesos formativos pasan por la constitución de comunidades de aprendizaje. Hablamos de colectivos que, además de las tareas cotidianas de vivir, trabajar y transformar, se dedican consciente y sistemáticamente a generar e intercambiar aprendizajes, mediante el diálogo de saberes, reinventando modos de aprender, de dialogar, de abrir y alimentar espacios para compartir ideas, afectos y valores. Estas comunidades pueden surgir en el seno de los movimientos sociales, pero también, y especialmente, en el mundo de la educación formal. No se limitan a reunir individualidades, sino a abrir un proceso complejo, delicado, de creación y reaprendizaje de modos de relación y reenfoque de nuevos tejidos societales.

2. Se aprende desde la experiencia, con la experiencia y para la experiencia. La vida entera (con todos los sentires, pensares, haceres) es el eje indiscutible de los procesos formativos. Si los requerimientos académicos, curriculares, nos alejan de la vitalidad cotidiana, hay que repensar y reformular tales requerimientos. Aprender de la experiencia implica aprender con otras personas, puesto que todos nos movemos y hacemos mover tejidos históricos complejos, multidimensionales. Las historias personales, familiares, locales, nacionales, regionales y universales son las protagonistas de los procesos formativos. Esto apunta a la generación de espacios que simultáneamente dan sustento a los procesos transformadores y a la configuración de aprendizajes profundos. En algunas instancias, llamamos a estos espacios ensayos.

3. Los ensayos son invenciones sociales que se acercan (al decir de Anders Hallstrom) a utopías concretas, en el sentido de que se hacen realizables en el aquí y el ahora. Son modos de hacer de los colectivos para crear espacios compartidos en lo social, cultural, económico, político, entre otros. Ejemplos concretos de ensayos son los llamados movimientos sociales. Así, si nos fijamos en los zapatistas, veremos que ellos han inventado nuevos esquemas de relaciones vitales… En el campo de la formación, las innovaciones más profundas vienen desde el campo de la educación comunitaria; no obstante, se hace perentorio ensanchar estos espacios en el campo del sistema escolar. El ensayar procesos alternos, sus correspondientes evaluación y sistematización, y su renovación constante, constituyen procesos formativos de gran riqueza. Esto lleva una nueva mirada a los procesos de aprendizaje.

4. El aprendizaje se inscribe en el desarrollo consciente e intencionado de proyectos de formación/ acción. Se trata de procesos de aprendizaje que integran como un todo el crecimiento personal y espiritual y la transformación de los espacios sociales, culturales, políticos y económicos. Los proyectos también permiten integrar lo teórico y lo práctico, el pensar, el sentir y el hacer, en acciones sistemáticas destinadas a generar, con otros y otras, ensayos de libertad, de creación compartida, de bienestar colectivo.

5. Los proyectos, en su desarrollo desde el ámbito de los ensayos, se imbrican e interpenetran entre sí, apuntando a la generación de redes de procesos libertarios, creadores de sociedad. Así, es posible forjar lenta y progresivamente tejidos relacionales entre personas, comunidades, pueblos, países y regiones, en relaciones que medien lo cultural, lo social, lo político y lo económico.

6. Podemos asumir la reconfiguración del saber. Ello implica dialogar con el mundo en toda su complejidad y profundidad. Abrir el campo perceptivo e interpretativo, asumir un permanente preguntar. Y, aunque ese diálogo tenga diversos caminos (científico, ancestral, espiritual, artístico) es imprescindible no sólo abrir canales de comunicación entre ellos, sino también buscar modos de integración y de síntesis. No se trata sólo de saberes inter y transdisciplinarios, sino de saberes transvitales, transpersonales y transformacionales. Esto tiene que ver con un proceso de regeneración y recreación del lenguaje.

7. Apuntemos a la regeneración de lenguajes y creación de nuevas formas expresivas. La reconfiguración de la percepción y el saber implica tanto romper con los moldes impuestos desde los diversos modos de dominación que hemos sufrido, como el enriquecimiento del lenguaje y la creación de nuevas formas de expresión. Ello incluye lo artístico, lo científico, lo espiritual, lo cotidiano. La recreación permanente de lenguajes renovará nuestros modos de ver y de concebir el mundo. Esto sólo es viable a través de procesos innovadores de educación y de generación de cultura.

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Jurjo Torres: «Al fracaso escolar se le invisibiliza las caras»

En el marco de la convocatoria que a comienzos del  año 2014 se formulara en Venezuela, en aras de iniciar un debate nacional sobre la Calidad de la Educación, Jurjo Torres Santomé (JT) conversa con Luis Bonilla-Molina sobre la importancia del debate abierto que alrededor de la calidad educativa se está dando en Venezuela, dejando clara su posición respecto a la ola de contrarreformas educativas que recorren el mundo. Jurjo Torres Santomé es catedrático de la Universidad de La Coruña, España, además de prolifero autor de obras pedagógicas desde la perspectiva de las teorías críticas. Jurjo es una de los más importantes estudiosos de las dinámicas curriculares en el mundo.

L.B: En esta oportunidad conversamos con el catedrático de la universidad de Cataluña, Jurjo Torres, uno de los teóricos que más ha hecho trabajos en los últimos años sobre el tema curricular y sobre la caracterización de la escuela neoliberal sobretodo en estos tiempos neoliberales. Ha sido también un actor fundamental en el tema de la reforma educativa española, cuestionándola en los aspectos que considera son regresiones, es decir, lo que nosotros denominamos como contrareformas educativas. En ese marco, para ti ¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta la educación a escala planetaria hoy en día?

J.T: Si, yo creo que es un desafío, además muy duro porque no es como muchas veces se suele decir, no es que retrocedemos. Yo creo que no, creo que nunca hubo atrás. Si hubo efectos que al final van a ser efectos parecidos en el sentido de que cada vez más grupos sociales son excluidos del campo de la educación y excluidos social y políticamente, ambas cosas. Pero yo creo que el proyecto es nuevo, digo que cada vez que analizamos un poco más las políticas educativas, la única forma por la que podemos tener una idea un poco clara de lo que está pasando, es cuando nos damos cuenta de que los ministerios de educación son parte de un gobierno que a su vez tiene otros ministerios y cuando miramos todas esas políticas desmenuzándolas, las cosas cobran el verdadero significado de lo que está pasando.

Es decir, si tu miras lo que está pasando en el mundo de la economía, en el mundo de las finanzas, en el mundo de los ministerios de trabajo, en cada una de esas esferas, en el ministerio de asuntos sociales, estás viendo que se están dando un tipo de políticas, políticas que todo el mundo ve y etiqueta y percibimos claramente como políticas neoliberales. Ese mismo proyecto se va a producir, se está produciendo en los sistemas educativos solo que aquí tiene dos finalidades. Por un lado, la intención de convertir el sistema educativo en un negocio, en un mercado más, donde compite como cualquier otro sistema productivo, y por otro lado, lo que lo hace más importante va a ser educar a un nuevo tipo de ciudadanía, que ahí es donde vemos lo que es el contenido relevante, las materias que van a estar incluidas en el currículo que son importantes y cuáles son las menos importantes. Por otro lado, como políticas neoliberales claras, sería producir la privatización de los sistemas educativos o que el pequeño resto que se quede en la educación pública quede para grupos muy marginales por así decirlo, pero que se hagan cargo de ellos las iniciativas privadas, porque también hay en ello mucho dinero en juego. Entonces esas son un tipo de políticas que tiene una línea muy determinante, que si quieres podemos comentar, y por último está construir esa personalidad neoliberal, que es una personalidad que ya va a ser diferente a las de otros sistemas si tu revisas los discursos, como se venían haciendo reformas educativas anteriores y sobre todo en la medida que hubiese algún gobierno mínimamente progresista , incluso una cosa un tanto descafeinada pero progresista como puede ser el partido socialista español cuando se hablaba de reformar el sistema educativo, que hablaba y se levantaba una alarma cuando empezábamos a constatar que quienes estaban fracasando eran grupos sociales determinados, que las clases sociales más populares tenían un fracaso, que abandonaban el sistema o eran expulsadas, etc. o que se centraban en ciertas especialidades de ese sistema educativo, eso primero eran los grupos sociales más populares y luego pasaron a ser las minorías étnicas que venían de países que tenían más problemas que nosotros aquí. Entonces ese tipo de fracaso tenía cara, como se suele decir, tú veías las caras de esas personas, a ello llevaba un tipo de reformas educativas. El problema es que cuando se nos habla de fracaso, de abandono, de calidad del sistema educativo y además no se utiliza la cara de las personas, no sabemos quiénes son, se utilizan estadísticas, entonces te dicen el 30% de fracaso, y parece que es un porcentaje que está hecho a sorteo, al que le tocó, pero no hay detrás una estructura clasista de la sociedad, una estructura racista o sexista, sino que eso no existe, que el fracaso se distribuye proporcionalmente. Ese es el gran problema que tenemos hoy, que no se visibiliza quienes son los colectivos sociales cronológicamente más desfavorecidos que están teniendo la peor parte. Incluso desaparece del mismo sistema el reconocimiento de que es ese mismo sistema, que sigue siendo capitalista, es el que produce enormes desigualdades económicas y culturales. Eso se invisibiliza y pasamos a lo que es esa construcción de un ser neoliberal, que es un ser por un lado neoliberal pero por otro lado neocolonialista, porque los países que estamos en eso que se denomina o etiqueta como el primer mundo, viven la vida que viven y su riqueza se basa en una gran explotación de pueblos africanos o hasta hace poco incluso latinoamericanos. Era necesario educar a una especie de persona neocolonialista, que es una persona que no viese eso, o por lo menos que no viese que la explotación de recursos en esos países más dependientes no era robo, sino que ellos no tenían capacidades, o no sabían o no les interesaba ese tipo de cuestiones.

Yo creo que ese es el cambio enorme que se está produciendo, la privatización por un lado sobre ese estado de bienestar deja de encargarse de garantizar unos mínimos derechos sociales en los sistemas capitalistas, sino que al revés, incluso es ese estado el que se pone al servicio de esos grandes poderes económicos para facilitarles la labor de hacer el mercado. Porque en el neoliberalismo más clásico, el que dice que el estado desaparece, el estado sigue ejerciendo una labor importante. Lo que pasa es que está al servicio de otros colectivos que no son los que tradicionalmente beneficiaba.

L.B: El tema de la calidad educativa es un tema de agenda de primera línea en estos momentos, recientemente incluso la reunión mundial de Educación Para Todos de la UNESCO que se realizó en Opal, subrayó la importancia de una inclusión con calidad. Ahora bien, el tema de calidad como la mayoría de términos en la educación y en teoría en general no son neutros, la calidad de la educación es trasversal inclusive a las luchas generales del magisterio, de los estudiantes, en la historia. En la reforma de Córdoba había mucho de inspiración en una educación de calidad, en el mayo francés, en las reformas universitarias y educativas que se impulsaron desde las calles, desde la década de los 70y 80. Sin embargo en los 90 se resemantizó y se vinculó mucho al tema de la productividad, y lo marcan colocándole un sello a un tema que preocupa. Hoy en día cuando se quiere hacer contrarreformas en cualquier país argumentan en buena medida con el discurso de la calidad desde la perspectiva de las IS0, ¿qué es para ti el tema de la calidad en un contexto emancipador?

J.T: Primero, ISO es un ejemplo más de eso que está pasando, es decir, los gobiernos cuando quieren tener algo de éxito es en la medida que ellos nos roben el lenguaje. Yo creo que durante todo el siglo XX Página 3 de 8 prácticamente no quedo ninguna palabra que la izquierda quisiese disputar su significado, sino que fue al revés, ellos fueron cogiendo lo que podíamos decir, esas palabras que eran tan interesantes que tenían capacidad de movilización de la sociedad, porque la sociedad sabía su verdadero significado, y las fueron resemantizando, le fueron otorgando otro tipo de significado. Y ese es el gran problema porque la calidad hoy qué es, es el resultado de una serie de test que se están pasando y que nadie se detiene a analizar cómo se está midiendo la calidad de los estudiantes en los sistemas educativos, sino que se da por sentado que la calidad es lo que miden ciertos instrumentos que hoy en este momento están potenciando las grandes organizaciones mundialistas. Un ejemplo más claro, qué es lo que significa el rol que está jugando la OCDE, cuya E es de economía, no de educación, es una organización para el desarrollo económico, no para el desarrollo educativo, y el rol que está jugando es el de intentar visibilizar que determinados países tenemos poca calidad a través de una serie de instrumentos y de mediciones, de una serie de contenidos curriculares y de lo que es el sistema educativo que nunca se somete al debate. Pero te das cuenta de que si hiciéramos una historia y viéramos, incluso en esos países más hegemónicos como puede ser Estados Unidos, de donde viene muchos de todos estos males, verías haciendo una revisión histórica muy superficial pero importante, te darás cuenta que siempre las grandes reformas conservadoras se justificaron en visibilizar y presentar una especie de dibujo de lo que era el sistema educativo público como un auténtico fracaso, de una carencia total de calidad. Y si vas mirando las décadas tienes que algunas veces publican su libro, su gran manual de lo que es el neoliberalismo, a partir de ahí, determinados mecanismos se van a estar aplicando continuamente a la educación, y una muestra de ello son las evaluaciones, los estándares, etc. Si tú revisas por ejemplo la autobiografía que escribió Magarette Tatcher en ella describe la importancia enorme que da a estas evaluaciones. Pero qué evalúan, sólo determinadas materias. Entonces tú vas viendo, década de los 50: Se utiliza la crisis famosa de los sputnics, los rusos se adelantan en la carrera espacial con esos dos o seis sputnics que fueron lanzados y los Estados Unidos se comienza a preocupar y a pensar qué está pasando, por qué ellos están perdiendo peso en esa carrera espacial y armamentísta porque ambas cosas estaban vinculadas, en una carrera armamentística y espacial; y de repente se dan cuenta que la culpa la tiene el sistema educativo, construyen la imagen de un sistema educativo horroroso y para evaluar se consideran sólo dos cosas que son la matemática y las ciencias, y a partir de ahí quieren potenciar sólo matemática y las ciencias y eliminan otras materias. Claro, tú piensas que en ese momento se están fraguando las grandes luchas sociales. En los Estados Unidos comienza toda la década de los 60 y 70 con las luchas en contra de los Apartheid y en contra del racismo que tenía lugar en aquellas comunidades, las luchas anti sexistas, las luchas de los propios movimientos latinos. Era como una explosión de los grupos sociales más desfavorecidos pidiendo justicia. Eso les facilita la entrada al poder, que son las décadas de Kennedy, pero a partir de ahí vuelven a retomar el discurso de que se esperaban pedagogías muy light, muy de jugar, porque se hablaba de la relevancia del sistema educativo de la motivación, de la relevancia de los contenidos , del implicar a los estudiantes. Se hablaba de quienes eran los estudiantes, donde vivían, bajo qué condiciones vivían, quienes eran sus familias, que presagios tenían, todo ese tipo de cuestiones. Entonces la política tenía mayor alcance. Cuando los gobiernos de derecha comienzan a buscar otro discurso para redimir el fracaso, lo encuentran Página 4 de 8 cuando los japoneses a partir de la fábrica Toyota, entran en el mercado norteamericano con un modelo de producción diferente, un modelo incluso de organización del trabajo del que tenían, y sacaban la hegemonía de la Ford. Nuevamente surge un gran debate en Estados Unidos. ¿Qué está pasando que nuestras empresas se están viniendo abajo?; vuelven a aparecer las ciencias y las matemáticas, y aprueban un acta donde van a potenciar las ciencias y las matemáticas, y la evaluación de estándares sólo de estas materias. El resto de las materias no interesan. Ese discurso se vuelve a repetir a partir de los años 2000, pero el problema ya no es ni las sputnis, ni las empresas automotrices. Si no que va a ser PISA, y a partir del 2000 cada tres años PISA nos vuelve locos dirigiéndonos, asustándonos, presionándonos, midiendo nuestros sistemas educativos; algunos salen bien, los que no, no tienen ninguna explicación. Los que salen un poco mejor, como Finlandia, no te explican por qué, qué está pasando. Por qué en determinadas ciudades asiáticas están teniendo éxito educativo. Pero sólo se han visibilizado las materias que te ayudan a mercantilizar tu sistema educativo, y si son las materias que te impiden ver que estás viviendo en sociedad, que eres un ser político en el sentido más maravilloso de la palabra, que somos seres interdependientes y que necesitamos crear un espacio en el que podamos vivir todos juntos y no cada quien por su lado. Todo ese conocimiento social va desapareciendo y se pone como prioritario en todos los sistemas educativos, al que le van a dedicar más horas, son básicamente dos materias que son matemática, ciencias y la educación financiera, aunque esta no la han visibilizado mucho todavía. Esto significa que vamos haciendo personas educadas con un conocimiento en el que ellas no tienen control, porque el que va a decir que líneas de trabajo tienes que trabajar matemáticamente, o científicamente, al servicio de que hay que poner a ese conocimiento a funcionar, va a ser ese conocimiento social. Es ese el que te ayuda a verte como ciudadano, el que te da esa perspectiva social, a tener una perspectiva histórica, a aprender de los errores que cometimos en el pasado para no repetirlos en el futuro. Si nos cercenan la memoria, si nos hacen una especie de lobotomía en nuestro cerebro en cuanto al conocimiento más social, más humanístico, más artístico, el problema será que va a ser mucho más fácil redirigir ese conocimiento, y que reconstruyan ese conocimiento en función de un pequeño colectivo que va a poder pagar, de una minoría que se va a poder apropiar de ese capital. Yo creo que ese es el gran riesgo al que nos estamos enfrentando.

Se va formando a ese ser humano más neoliberal y además muy conservador, eso se ve claramente en España con el peso que se le dio a la religión, es decir, la religión se introduce con mucha fuerza al sistema educativo, se pone como asignatura obligatoria aunque se va a ofertar conjuntamente con otra materia pero que es más fuerte, la materia optativa se llama valores. No hay forma de que se construya una ética laica, siempre va a depender de la religión. Pero encima esa religión es a la que se le otorga ese monopolio de decidir los contenidos, las materias, las evaluaciones del profesorado, todo. No es al ministerio de educación, es la conferencia episcopal que es un órgano ultraconservador, fundamentalista, que a su vez va a reforzar los valores de ese ser neoliberal, miedoso, que teme equivocarse, que no quiere protestar porque cree que las injusticias son pruebas que da Dios, no pueden ver que son modelos construidos por seres humanos, por empresas, por modelos económicos y modelos políticos, y por modelos laborales, sino que le echa la culpa a lo divino, con lo cual tú también estas construyendo a un ser hasta carente de imaginación, porque tampoco su conocimiento social le va a permitir tener una idea de que fue lo que pasó en el pasado y redimirlo, sino que es un ser auténticamente miedoso, que no va a reivindicar, ni a luchar por sus derechos porque va a creer que esas son pruebas divinas.

L.B: Pero en consecuencia, y compartiendo todo lo que has dicho, ¿Se puede hablar de calidad de la educación en un proyecto emancipador, en un proyecto con equidad social, de justicia y solidaridad?

J.T: Siempre que desde la izquierda se pidió revisar los sistemas educativos, la reivindicación histórica durante todo el siglo XX es la calidad. Que la educación que reciban los colectivos sociales más desfavorecidos tiene que ser una educación de calidad, eso a nadie se le pasa por la cabeza. El problema es que la calidad la miden por esos tres aspectos. Si PISA pasa por esas tres competencias: matemática, lingüística y científica, pues, lo que diga PISA es la calidad educativa. Claro, nunca se discute lo que esto significa ni cómo PISA obtiene estos resultados. Esto es muy grave. La lucha por la calidad fue la que nos llevó a decir que chicos y chicas debían estar integrados en las mismas aulas, porque tenemos que aprender a vivir juntos. Que los chicos y chicas que venían de otros pueblos tenían que convivir en las mismas aulas, porque teníamos que aprender a convivir juntos, ya que el siglo XX es el siglo de los derechos humanos y es cuando esos propios colectivos sociales estuvieron luchando por sus derechos. En todas las convenciones sobre derechos humanos realizadas en el siglo XX, todas tienen un apartado que versa las obligaciones de ese sistema educativo para con esos colectivos. La lucha por la calidad era eso, primero mirar en qué condiciones están esas escuelas, sus dotaciones, su ubicación, quiénes son las familias que participan en la escuela, en qué núcleos de población viven, qué características poseen, qué posibilidades laborales tienen, qué estímulos culturales hay ahí, qué condiciones sanitarias reinan, qué tipos de viviendas tienen esas personas, y exhortar simultáneamente a esos ministerios correspondientes, a que se encarguen de desarrollar políticas alrededor de esos centros. Ver qué recursos necesitan esos centros, bibliotecas, laboratorios, redes informáticas, revisar con qué materiales están estudiando, verificar si los materiales son incluyentes, xenófobos, racistas, clasistas, homófobos, militaristas, etc.

La calidad la pensamos con ese tipo de cuestiones: analizar las condiciones del profesorado, en qué condiciones ejercen el proceso de enseñanza, qué estímulos y qué políticas de actualización del profesorado tenemos. Todo ese tipo de aspectos es lo que nos va hablando de la calidad. Entonces, la calidad es ver como esos chicos y chicas van avanzando, progresando, pero, tomando en consideración una dimensión que es el análisis de las condiciones iniciales en que se incorporaron a este sistema, con qué contaban, qué sabían, qué necesitaban, etc., para ver en qué progresan, porque por el contrario, hasta en la evaluación se está haciendo una farsa. Imagina que PISA trata de jerarquizarnos, sin embargo, en una olimpiada, los jueces de una carrera se encargan de que los corredores salgan del mismo lugar en las mismas condiciones. En el sistema educativo no, solo se evalúa a donde llega el estudiante. Ese tipo de distorsiones está a la orden del día, incluso pretender medir la calidad del profesorado con el avance de los estudiantes como si todos estuvieran en igualdad de condiciones. Claro, si no se toma en consideración esto, es muy peligroso, pero es una estrategia que le favorece al neoliberalismo porque los grupos más desfavorecidos tendrán los peores resultados y, ante un fracaso, la culpa es del profesorado, por lo tanto es algo que facilitará el proceso de privatización, porque los sectores con mejores resultados serán los sectores menos desfavorecidos.

Juegan luego con palabras bonitas como “Libertad”, es decir, te dicen “¿A quién no le gusta tener libertad?, que las familias elijan el centro educativo que quieran.” Eso es una mentira, una farsa. Es el centro educativo el que dirá que chico o chica posee un capital cultural, a que familia pertenece, que es lo que sabe, porque yo quiero que mi centro tenga muy buenos resultados en esos rankings, y por lo tanto voy a tratar de eliminar a todos aquellos colectivos que puedan tener mayores problemas ahí. La perversidad que se ve es que, al mismo tiempo que se llevan a cabo este tipo de políticas, nunca el profesorado de las redes públicas ha sido tan atacado como está siendo atacado en este momento.

L.B: En los últimos años te has dedicado a estudiar, el tema curricular. Por tu intervención entiendo que hay cerca de 4 ejes vertebradores para la promulgación de una educación de calidad en un proyecto emancipatorio. El primero es una cuestión de ciudadanía realmente solidaria, el otro es la recuperación de noción de historia, romper con la atemporalidad de un currículo que solo nos hace vivir en un presente. El tercero es una educación que forme de manera crítica y el otro es trabajar en una ética solidaria y laica que nos permita realmente un imaginario ligado a una sociedad democrática del siglo XXI. ¿Es así?

J.T: Totalmente de acuerdo, sin embargo, este país está apostando por la historia, va a apostar completamente por la historia. Pero es una historia que la decide exclusivamente el ministerio de educación, con lo que es una historia que te va a narrar y mostrar como lógica científica objetiva, la lógica o la perspectiva histórica del grupo que decida esa historia, siendo la historia, algo muy complejo de explicar. Siendo esto así, obviamente los matices en la historia desaparecen, la filosofía, la sociología, la propia historia social, porque ya Margaret Tatcher lo decía, como buena exponente del neoliberalismo: lo que importa en la historia es que la cronología este bien explicada. Claro, ella no hablaba del significado de la historia, de los colectivos sociales, quiénes sufrían, quiénes se beneficiaban. Solo se mostraba la historia de los reyes, de las princesas y de las batallas que ganaron los vencedores. Entonces el campo de las ciencias sociales, incluyendo el campo de las artes, siendo este un mundo importante porque es donde los colectivos sociales se expresan, muestran la historia y el desenvolvimiento histórico de estos colectivos. La danza, la pintura, siempre narraron de estos grupos sociales más oprimidos. Estos artes tardaron mucho en ser reconocidos.

Ahora bien, si pregunto a muchos cultos en el área, que adolescentes han dinamizado estos procesos artísticos a lo largo de la historia, me responden que ninguno, cosa que es falsa, sabemos que muchos jóvenes han dinamizado procesos artísticos y hasta tecnológicos. Pero, claro, si reconoces que la juventud ha formado parte de procesos importantes, tienes que reconocerle su derecho a la participación en la sociedad, a tomar decisiones, y eso no se puede hacer. Eso ha ocurrido con todos los colectivos sociales oprimidos han pasado por eso. Uno iba a un museo y decía: ¿Qué pasa? ¿África no tiene arte? ¿No hay música? ¿No hay pintura? ¿No hay esculturas? ¿No hay danza?, No, hay cosas de esas “populares” pero no dignas de estar en los museos. Fue, en la medida en que fuimos avanzando en nuestras luchas sociales que los museos empezaron a colocar Arte Africano, Danza Africana de tales países, y sobre esto hay historia. Occidente dijo que solo 4 ó 5 países habían producido música clásica durante casi 5 siglos. El resto de los países había producido nada. Es esto, la construcción de la estética del gusto la que iba conduciendo a la persona oprimida a que no tenía derecho de reivindicarse porque no producían ni hacían nada.

En el sistema educativo, todo esto es muy importante porque nos ayuda a construir una memoria, y en la medida que nos ayuda a construir una memoria, nos ayuda también a pensar en la utopía de cómo tiene que ser el futuro, y que luchas tenemos que hacer, viendo también donde estuvimos en el pasado para no volver caer en ese punto. Si nos cercenan la memoria y esa es la práctica común de los grupos sociales de derecha; siempre atacarte la memoria, construirte una memoria totalmente falsificada donde solo ellos son los vencedores, y que tenemos que convencernos de eso, tenemos entonces frente a ese cercenamiento de la memoria un gran problema: se piensa que toda dominación se puede llevar a cabo, en un primer momento sin que les cueste militarmente, pero inmediatamente para evitar ese costo militar tienes que buscar convencer a sus propios colonizados, a esas personas dominadas, de que son inferiores y que incluso tienen que estar agradecidos, con las migajas que caen de la mesa de los amos. Entonces, claro, los sistemas educativos juegan muchísimo ese rol de convencerte de que en esta sociedad había igualdad de oportunidades, inclusive, ese concepto de igualdad de oportunidades desapareció del debate público en este país, y se da por sentado de que estamos en una sociedad con igualdad de oportunidades, y por lo tanto, si hay diferencias, estas son de carácter individual debida a tu esfuerzo. Claro, la cultura del esfuerzo hay que crearla, pero ella es hija de la motivación, y todo el mundo hace esfuerzo cuando ve que algo merece la pena, cuando ve que se está haciendo algo interesante. Si a mí me exigen solo el esfuerzo por esfuerzo, es muy fácil que caiga en el concepto de trabajo alienado, siendo este un trabajo que no se para que sirve y que hago porque me da un salario aunque no vea las bondades de esa labor.

Entonces, la cultura del esfuerzo está sirviendo para convertir el trabajo en el sistema educativo en un trabajo alienado, porque lo que busco es un título, y así pasar, acumular papeles, y para que el día de mañana me garanticen una vida digna y luego vemos que es lo que va a pasar. Pero en principio no se ve la necesidad de una educación para enriquecerse, porque cada día saben cosas nuevas, les permiten enfrentarse a los problemas de mejor manera, les permite participar en su comunidad y tomar decisiones más compartidas y cooperativas, pero eso va desapareciendo cada vez más, y lo que vemos es una persona que no sale de sí misma, preocupada de acumular papeles y certificados que el día de mañana le sirvan en el mercado de trabajo, y todo lo demás que circunde el mercado laboral, pasa a ser algo secundario, poco importante.

L.B: Jurjo para ir cerrando este primer contacto, quisiera que le dirigieras a los maestras y maestras, a los profesores y profesoras venezolanas, que hoy están debatiendo en las aulas, el proyecto de consulta nacional sobre la calidad educativa.

J.T: Yo creo que han logrado lo que tenían que hacer, y es, ser conscientes de que tienen una plataforma para poder opinar y poder debatir. Ya quisiéramos en este país los profesores, que el gobierno abriese un debate semejante, y que pudiesen participar u opinar. Es lo que piensa cada colectivo pero, la libertad de expresarse para mi es fundamental. Entonces, yo creo que la primera cosa que les diría es, que sean conscientes de que tienen un espacio donde pueden opinar, y podemos decir que cosas funcionan bien y cuáles no, ofrecer alternativas, etc., porque en otros sitios no hay eso. Y, luego les diría, cada vez que analicemos el sistema educativo, piensen en los colectivos que tienen más problemas y piensen como pueden ayudar cada vez más a esos colectivos. No piensen en los que tienen más éxito, porque esos no nos precisan como profesores. Nuestro autentico papel es con los que tienen más problemas, porque esos son los que nos precisan a nosotros.

Si nosotros aprendiéramos a analizar el sistema educativo pensando en esos colectivos, y viendo en que forma les estamos ayudando día a día, en qué medida la práctica que yo hago cada día sirve para mejorar su vida, para que ese chico o chica sean más optimistas sobre sus propias capacidades, que crean que pueden hacer cosas, eso es importante. Hacer estudiantes democráticos, críticos, optimistas de que el mundo se puede cambiar y que esto tiene solución, yo creo que es nuestra labor. Y yo en el debate les diría eso. Analicen las características de su sistema educativo, las propias instalaciones, los recursos que tienen, los materiales que precisan, la formación que tienen, los programas que tienen y los programas de actualización que precisarían, los apoyos que precisarían, analizar las cosas desde esas perspectivas, y exijan al gobierno que esas cosas se hagan realidad y yo creo que la ventaja que tiene su gobierno es que es un gobierno que por lo menos desde acá nos parece más lejano de obtener en nuestras tierras, que piense en los más desfavorecidos. Yo sé que en estos momentos hablar sobre Venezuela es un problema porque la información esta distorsionada y manipulada y escuchando las voces de un lado no se escucha la voz del otro. En ningún medio de comunicación de relevancia no veo a nadie de este gobierno hablando o debatiendo. Aprovechen estas circunstancias. Es bueno que existan gobiernos que crean en el dialogo y debate porque el futuro o es de todos o será un futuro muy difícil.

Para ver y oir la entrevista:

 

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Venezuela: Informe El Rol de la Educación en la sociedad

La educación plantea un debate estructural sobre la sociedad que se tiene y la sociedad que se sueña.  En el caso de Venezuela aparecen identificadas claramente un conjunto de posiciones que se vinculan a modelos de sociedades.  Este documento contiene una de ellas. En los sucesivos días publicaremos otras posiciones en la perspectiva de avivar el debate pedagógico.

El informe que hoy publicamos está basado en investigaciones documentales y en entrevistas a profundidad. Desarrollo para la Ciencia y la Tecnología quiere agradecer a las siguientes personas (listadas en orden alfabético según el apellido) por haber participado en el programa de entrevistas: • Claudio Bifano, presidente de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales • Trina Carmona, presidenta de la Asociación Venezolana de Educación Católica • Peter Cernik, vicepresidente ejecutivo de la Cámara Venezolana de Empresas de Tecnologías de la Información • Raúl López Sayago, rector de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador • Ángel Marín, presidente de la Federación de Educadores de Venezuela • Ramón Eladio Rengifo, presidente de la Federación Nacional de Profesionales de la Docencia – Colegio de Profesores de Venezuela • Benjamín Scharifker, rector de la Universidad Metropolitana

 

El Rol de la Educación en la Sociedad

 

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