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Los refugiados afganos que vuelven a su hogar se enfrentan a difíciles decisiones después de años en el exilio

Asia/Afganistán /7 de febrero de 2017/Fuente: ACNUR

El ACNUR hace un llamamiento al Gobierno de Afganistán y a la comunidad internacional para que redoblen sus esfuerzos para crear las condiciones para un retorno sostenible.

El año 2016 presenció el retorno de refugiados afganos desde Pakistán, país que ha acogido grandes cantidades de refugiados afganos durante cuatro décadas. Más de 370.000 refugiados afganos registrados retornaron a su hogar desde Pakistán en 2016, comparado con los poco más de 58.000 del año anterior. Pakistán continúa acogiendo a cerca de 1,3 millones de refugiados registrados.

ACNUR recién ha completado un análisis de los datos del monitoreo de los retornos para entender de mejor forma el contexto y la situación actual de los refugiados que retornan en Afganistán. El estudio estuvo basado en entrevistas cara a cara con 4.285 personas en los puntos de llegada, así como entrevistas telefónicas con alrededor de 1.300 retornados. Este se basó en un muestreo aleatorio tres meses después de que las personas retornaran.

De acuerdo con los datos, los refugiados presentan múltiples factores interrelacionados que influyen sus decisiones de retornar. Estos incluyen dificultades económicas, acoso, temor a ser arrestado y deportado a Pakistán, con ciertas diferencias entre la primera y la segunda ola del 2016. En los primeros seis meses del 2016, 73 por ciento de los refugiados que retornaron citaban las dificultades económicas como razón clave para retornar, mientras que únicamente un 41 por ciento mencionó esta razón en noviembre. En la segunda mitad del año, factores relacionados con la presión de las autoridades, particularmente en Khyber Pakhtunkhwa; así mismo, el temor al arresto y la deportación figuraron más significativamente en las decisiones para retornar a sus hogares. Por ejemplo, solo 8 por ciento citaron el temor al arresto y la deportación como un factor en la primera mitad de 2016, mientras que 37 por ciento lo mencionó en noviembre. Los refugiados también citaron una mejor percepción en la situación de seguridad en partes de Afganistán, un menor temor a la persecución, las promesas gubernamentales de tierra y albergue a la llegada, el paquete de asistencia del ACNUR y el deseo de reunirse con sus familias, como factores decisivos.

El aumento en los retornos inició a mediados del año, y tuvo su punto máximo en octubre de 2016, en medio de un empeoramiento en el entorno para los afganos y pakistaníes el verano pasado. Otros varios factores fueron identificados a través de nuestras entrevistas con los afganos antes de retornar a casa, entre ellos:

  • la introducción de controles de manejo fronterizo formales en Torkham, los cuales requieren que los afganos y pakistaníes tengan pasaportes y visas para entrar a los países por primera vez, separando familias y afectando los negocios entre ambos países;
  • una creciente ansiedad sobre la validez de las tarjetas de prueba de registro, su extensión y el registro de la estadía futura en Pakistán;
  • el mejoramiento en la implementación del Plan de Acción Nacional de Pakistán contra el terrorismo que afectó tanto a los nacionales pakistaníes como a los afganos. Mientras que el mayor grupo de nacionales indocumentados en el país son afganos, estas operaciones de seguridad sí tuvieron un impacto directo en muchos afganos indocumentados viviendo en Pakistán;
  • la campaña del Gobierno afgano en Pakistán, llamada Khpal Watan, Gul Watan (“hogar dulce hogar”) pidiendo a los afganos que regresaran a sus hogares.

Los afganos han tenido que tomar difíciles decisiones de regresar o quedarse de acuerdo con las opciones disponibles para ellos y los refugiados se han visto impactados por los cambios en las dinámicas políticas y de seguridad a nivel regional. Durante 2016 en Pakistán, ACNUR ha informado a los afganos sobre sus derechos, intervino en casos de arrestos y detenciones ilegales y trabajó de cerca con las autoridades a todos los niveles cuando se recibieron los reportes de acoso. Junto con nuestros socios, hemos intervenido en 5.895 casos de arrestos y detenciones de afganos en Pakistán, asegurando la liberación de todos ellos. El número de arrestos conocidos disminuyó de su punto máximo de 1.691 en agosto a 216 en diciembre de 2016. ACNUR continúa abogando con las autoridades pakistaníes para la extensión de las tarjetas de Prueba de Registro para los refugiados afganos más allá del 2017.

El ACNUR no promueve el retorno de los refugiados a Afganistán debido a la continuidad del conflicto en diferentes partes del país y su limitada capacidad de absorción. Sin embargo, es nuestro claro mandato ayudar a aquellos que decidan regresar. Nuestra encuesta de monitoreo mostró que la asistencia en efectivo de $400 dólares generalmente duró de dos a tres meses y apoyó a las personas con sus necesidades iniciales de reintegración en Afganistán. La gran mayoría de los refugiados (75%) gastó la subvención en efectivo para satisfacer sus necesidades humanitarias inmediatas: alimentos, albergue y transporte. 15 por ciento fueron capaces de hacer inversiones en negocios o medios de vida sostenibles, el 11 por ciento dijo que pudo construir una casa sostenible.

De los encuestados por teléfono tres meses después de su regreso a Afganistán, el 52 por ciento dijo que pudo regresar a su provincia de origen. El 48 por ciento restante dijo que eligió otra provincia debido a la falta de albergue, tierras, oportunidades de medios de vida o debido a la inseguridad en sus áreas de origen. A pesar de los retos, el 93 por ciento de los encuestados dijeron que fueron recibidos calurosamente por las comunidades y el 75 por ciento dijo que tres meses después de su repatriación sentían que habían tomado la decisión correcta de regresar.

El ACNUR comparte la preocupación de que el ritmo de los retornos en 2016 supere ampliamente la capacidad de Afganistán de ayudar a las personas a reintegrarse después de años, en la mayoría de los casos décadas, de asilo en Pakistán. Muchos de los refugiados regresaron a un futuro incierto en Afganistán. Los refugiados que retornan tienen que reconstruir sus vidas en medio de niveles cada vez mayores de desplazamiento interno, inseguridad y niveles de violencia no vistos desde la caída de los talibanes en 2002.

El ACNUR hace un llamamiento al Gobierno del Afganistán y a la comunidad internacional para que redoblen sus esfuerzos para que creen las condiciones para un retorno sostenible. Observamos que 15,2 miles de millones de dólares fueron comprometidos por los donantes en Bruselas en octubre del año pasado para Afganistán. Se necesitan progresos urgentes para convertir estos compromisos en programas concretos dirigidos por el gobierno que beneficien a todos los afganos, incluidos los refugiados que regresan, los repatriados indocumentados y los desplazados internos.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/los-refugiados-afganos-que-vuelven-a-su-hogar-se-enfrentan-a-dificiles-decisiones-despues-de-anos-en-el-exilio/

Imagen: www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_02.2017.03_Retornos_Afganistan_d54c2e4e60.jpg

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El Estado Islámico secuestra a 14 clérigos y profesores en Afganistán

Asia/Afganistán/24 de enero de 2017/Fuente: el mundo

El Gobierno provincial de Nangarhar, al este de Afganistán, ha informado del secuestro por parte del Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés) de 14 clérigos y profesores de religión en la zona de Shapoli, situada en el siempre conflictivo distrito de Haski Mina, que bordea Pakistán y en el que tanto los talibán como el IS operan abiertamente a pesar de la insistencia por parte del Gobierno de Kabul de que ha sido «despejado».

«Un grupo de ulemas [clérigos expertos en las disciplinas religiosas y jurídicas musulmanas] se encontraba realizando los exámenes a los estudiantes de la Madrasa [escuela coránica] en Shapoli cuando los rebeldes atacaron y se llevaron por la fuerza a 14 de ellos hacia una localización hasta ahora desconocida», según ha informado a ATN News el portavoz del gobernador de Nangarhar, Attaullah Khogiani.

Por su parte, el portavoz del Departamento de Educación, Mohammad Asif Shinwari, ha informado de que «el secuestro fue llevado a cabo por tres hombres armados que no han sido identificados». A pesar de que el IS no ha reclamado oficialmente la autoría del ataque, tanto la policía como el Gobierno afganos han asegurado que el grupo yihadista está detrás de los hechos.

Los ulemas son sobre todo poderosos en el chiismo, donde su papel está institucionalizado y, por lo tanto, tienen una gran importancia en esa corriente de pensamiento islámico que es enemiga acérrima de la visión radical suní que practica el Estado Islámico. Por este motivo, Khogiani ha insistido en que «las fuerzas de seguridad ya han sido movilizadas para encontrar a los secuestrados y conseguir su puesta en libertad», y ha declinado ofrecer más información «para salvaguardar la seguridad de los secuestrados».

La madrasa de Shapoli es una de las más importantes de la zona y en ella estudian alrededor de 200 niños, que aspiran a convertirse en mulá. Por otro lado, el centro religioso ha sido acusado en numerosas ocasiones de defender las tesis de los talibán que, a su vez, también están en guerra contra el IS. Por ello, no se descarta que éste sea un nuevo incidente de la lucha a muerte entre los dos grupos yihadistas para liderar el extremismo Islámico en Afganistán.

Nuevo ridículo del Gobierno de Kabul

A pesar de que la Administración del presiente afgano, Ashraf Ghani, lleva insistiendo desde agosto de 2016 en que «el distrito de Haski Mina, junto a los de Kot, Achin y Nazian», todos ellos conocidos por ser centros neurálgicos de los talibán y el Estado Islámico, «han sido despejados de militantes del IS», según ha informado el gobernador provincial, Salim Kunduzi, parece que los yihadistas no han abandonado del todo la zona.

Hacía meses que fuentes de la OTAN y de Estados Unidos habían indicado que las zonas de Papeen y Gorgory, dentro del distrito, estaban siendo utilizadas por el IS como centro de operaciones, logística y entrenamiento, motivo por el que el Cuerpo Militar 201 del ejército nacional afgano (ANA, por sus siglas en inglés) comandado por el brigadier Mohammad Sangin, lanzó una operación en agosto pasado que Kabul describió como «totalmente exitosa».

«Los terroristas del IS controlaban casi todo el distrito y llegaron a decapitar al jefe policial y a siete de sus policías, pero gracias al esfuerzo de las fuerzas de seguridad afganas ahora el grupo está desintegrado«, informó entonces Mohammad Ayoub Hassankhail, uno de los comandantes de la policía operando en la zona.

Después de que el distrito fuera «liberado», Salim Kunduzi insistió en que «ahora el Gobierno tiene que desplegar las fuerzas suficientes para asegurar lo conquistado y proteger el distrito», así como que «las operaciones contra el IS tienen que continuar para que no vuelvan a la zona».

A lo que el ministro de Fronteras y Asuntos Tribales, Gulab Mangal, respondió que «el Gobierno reforzará la zona con nuevas tropas y asegurará el distrito para que éste pueda desarrollarse con nuevos proyectos agrícolas y la construcción y reconstrucción de escuelas, clínicas y casas de los habitantes».

Una promesa que ahora está en entredicho, ya que el IS ha demostrado que, a pesar de haberse retirado del distrito de Haski Mina tras sufrir numerosas bajas, no sólo sigue operando abiertamente en el mismo, trasportar a 14 secuestrados sin ser interceptados por las fuerzas de seguridad afganas es una prueba irrefutable, sino que también podría estar volviendo a sus bases para reconquistar el territorio perdido y cebarse con uno de sus objetivos favoritos: la comunidad chií afgana.

Fuente: http://www.elmundo.es/internacional/2017/01/16/587cacd5268e3e01388b466c.html

Imagen: e02-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2017/01/16/14845684986496.jpg

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Secuestrados catorce profesores y trabajadores del Ministerio de Educación en el este de Afganistán

Asia/Afganistán/17 de enero de 2017/Fuente: ecodiario.eleconomista

El Gobierno de Afganistán ha confirmado este domingo el secuestro de catorce profesores y trabajadores del Ministerio de Educación en la provincia de Nangarhar (este), acusando al grupo yihadista Estado Islámico de estar detrás del rapto. El propio ministerio ha detallado que el suceso ha tenido lugar en una madrasa de la localidad de Kot, en el momento en el que los estudiantes hacían un examen, según ha informado la cadena de televisión local Tolo TV.

Así, ha indicado que un grupo de yihadistas irrumpió en las instalaciones, secuestrando a catorce personas. Por último, ha pedido a las fuerzas de seguridad y los líderes tribales que trabajen para conseguir la liberación de los secuestrados.

La provincia de Nangarhar se ha visto sacudida en los últimos meses por numerosos ataques de los talibán y el grupo yihadista, así como por enfrentamientos entre ambos grupos integristas.

El Ejército de Afganistán, junto a las fuerzas de Estados Unidos, ha puesto en marcha varias operaciones militares contra Estado Islámico en Nangarhar, en un intento de frenar la actividad de los milicianos.

El aumento de las ofensivas contra los yihadistas busca frustrar la intención de Estado Islámico, que trata de coordinar sus operaciones en Afganistán con las de sus bases en Irak y Siria, de extender su influencia en el país.

Fuente: http://ecodiario.eleconomista.es/internacional/noticias/8085289/01/17/Secuestrados-catorce-profesores-y-trabajadores-del-Ministerio-de-Educacion-en-el-este-de-Afganistan.html

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El Estado Islámico secuestró a 14 personas de escuela religiosa en Afganistán

Afganistán/16 de Enero de 2017/RCN Radio

El Estado Islámico (EI) secuestró este domingo a 12 profesores y 2 empleados administrativos de una escuela religiosa en la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán, donde las autoridades han lanzado un operativo para su rescate.

“Desafortunadamente, nuestros 12 profesores y 2 empleados administrativos fueron secuestrados hoy por guerrilleros armados del EI en Nangarhar”, indicó el Ministerio de Educación en un comunicado.

Los profesores fueron capturados mientras supervisaban los exámenes de mitad de curso en el patio del centro.

“Nuestras actividades no son políticas ni militares, son imparciales, y tales acciones contra nuestros empleados no son justificables”, indicó el Ministerio, que agregó que todos los profesores son religiosos.

Attaullah Khogyanai, un portavoz del Gobernador de Nangarhar, confirmó el secuestro e indicó que las autoridades locales han comenzado a realizar “serios esfuerzos” para el rescate y liberación de los profesores.

Nangarhar ha sido el principal bastión del EI desde su aparición en 2015, donde mantienen combates no solo con las fuerzas de seguridad afganas sino con los talibanes.

La presencia del grupo terrorista en esta provincia se ha reducido de 10 a apenas 2 o 3 distritos tras varias operaciones de las fuerzas afganas con apoyo de Estados Unidos.

No obstante, el EI continúa perpetrando atentados y acciones de gran impacto en diversas partes del país.

Afganistán atraviesa una situación de recrudecimiento de la violencia desde el fin, al término de 2014, de la misión militar de la OTAN, que se mantiene en el país con alrededor de 13.000 efectivos en tareas de asistencia y capacitación a las tropas afganas.

Fuente: http://www.rcnradio.com/internacional/estado-islamico-secuestro-14-personas-escuela-religiosa-afganistan/

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ONU alerta de que un tercio de afganos necesitará ayuda humanitaria en 2017

Afganistán/16 de Enero de 2017/El Sol de Margarita

Para responder a esta crisis, la ONU cuenta con un Plan de Respuesta Humanitaria que atenderá en 2017 a 5,7 millones de personas (el 57 % de ellos menores de edad), un proyecto que necesita una financiación de 550 millones de dólares para ser ejecutado.

Naciones Unidas alertó hoy de que casi un tercio de la población de Afganistán, unos 9,3 millones de personas, necesitará en 2017 asistencia humanitaria, lo que supone un incremento del 13 % con respecto al año pasado, y que el número de desplazados internos alcanzó la cifra récord de 623.345 en 2016.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) en Afganistán atribuyó, en un informe titulado «La Perspectiva de las Necesidades Humanitarias de 2017», este aumento a los «incesantes desplazamientos y la exposición a continuos choques» que sufre la población del país.

De los 9,3 millones de personas citados en el estudio, alrededor de 76 % corresponden a quienes no tienen acceso a servicios esenciales, el 17 % representa a refugiados y el 17 % padece una situación de grave inseguridad alimentaria, detalló el estudio.

Además, el organismo calcula que el país tendrá unos 835.000 desplazados internos a causa del conflicto este año.

«La de Afganistán es una de las emergencias humanitarias más prolongadas en el mundo. Trágicamente para muchos afganos, en el año 2016 no se produjeron avances», destacó el informe de la ONU, que añadió que el conflicto ya afecta a «casi todo el país».

La oficial de Comunicación de la OCHA en el país asiático, Danielle Moylan, explicó a Efe que Afganistán registró un «incremento significativo» de desplazados internos en el último año

«Más de 623.345 afganos abandonaron sus hogares debido al conflicto, una cifra que incluye a casi 350.000 niños y que supone alrededor de 1.700 desplazados internos al día», dijo.

Según el estudio, el 56 % de los desplazados son menores de edad que se enfrentan a posibles abusos, explotación laboral e interrupción de su escolarización.

La cifra de desplazados dentro del país de 2016 «triplica» la registrada en 2014 y es seis veces mayor que la de 2012, detalló la fuente, y coincide con el regreso al país de refugiados afganos provenientes de Pakistán.

El año pasado 618.218 afganos volvieron a su país de origen desde Pakistán, donde permanecían refugiados, de los que 370.000 fueron registrados como refugiados, lo que supone un aumento del 500 % respecto a las cifras de 2015.

El estudio alerta también de que en el país asiático se violan «regularmente» las leyes humanitarias y los derechos humanos con asesinatos selectivos, reclutamientos forzosos y ataques contra centros educativos y de salud.

Además, la libertad de movimiento de los civiles se ha visto reducida por los continuos enfrentamientos y por las minas terrestres.

Entre enero y septiembre de 2016, se contabilizaron 57.346 casos de heridas por armas, lo que casi triplica la cifra de 2011, con 19.749 casos registrados.

Fuente: http://www.elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:182344/ONU-alerta-de-que-un-tercio-de-afganos-necesitar%C3%A1-ayuda-humanitaria-en-2017-

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Las pruebas de virginidad, un azote para las afganas

Asia/Afganistán/10 de enero de 2017/Fuente y autor: la gaceta/Zahra Nader y Mujib Mashal/

Una acusación de adulterio no comprobada había enviado a una turba a perseguir a una muchacha y al joven con el que se la había relacionado. La multitud prendió fuego al auto en el que fueron encontrados en Kabul (Afganistán). Apenas lograron escapar, pero la Policía pareció más interesada en la acusación a la chica que en la violencia. Por eso dieron con ella y la arrestaron unas horas después. “Ya que había sospecha de relación sexual, enviaron a la muchacha con un médico forense para que realizara una prueba de virginidad”, reveló Fraidoon Obaidi, jefe del Departamento de Investigación Criminal.

El episodio se produjo meses después de que el presidente Ashraf Ghani hubiera prometido a activistas de derechos humanos que las pruebas forenses de virginidad -un examen invasivo para verificar si el himen está intacto- serían abolidas como procedimiento oficial. Años antes, estudios y grupos de derechos humanos habían desacreditado la práctica por completo, considerándola inválida y equivalente a abuso sexual.

La realidad es que pese a los esfuerzos para proteger a las mujeres y a las niñas afganas, los exámenes siguen siendo ordenados por los funcionarios, agravando el trauma para quienes han sido violadas o sometidas a otro tipo de abusos.

El principal centro médico forense en Kabul realizó 42 pruebas de virginidad durante el primer semestre de 2016. Durante 2015 fueron 80 pruebas en total. El número es más alto, dado que es difícil seguir los registros oficiales en todo el país. Una subestación de Policía en Kabul envió 26 casos de “crímenes morales” -que incluyen los casos de violación- a medicina forense en 2015, y la mayoría involucró pruebas de virginidad.

“La prueba de virginidad ha sido prohibida. Sin embargo, es una antigua práctica usada erróneamente por las autoridades ejecutoras de la ley, especialmente la Policía”, observó el Poder Ejecutivo afgano en un comunicado.

La declaración reconoció, sin embargo, que esas pruebas seguían realizándose. “Aunque está mal, va a llevar algún tiempo que sean suspendidas y eliminadas. Pero estamos decididos a cambiar esta práctica”, apuntaron voceros del presidente.

Un problema cultural

Históricamente, los esfuerzos para alterar el estatus de las mujeres en una cultura profundamente machista han producido fuertes reacciones adversas. Eso se refleja en las extendidas y agresivas críticas que dicen enfrentar las mujeres afganas que trabajan, y también en la percepción de que el apoyo básico y general a los derechos de la mujer ha descendido en los últimos años.

Un estudio reveló que las pruebas de virginidad eran tan rutinarias que la Justicia seguía ordenando que las víctimas de abuso doméstico pasaran por el procedimiento.

“Las circunstancias de la prueba de virginidad nunca son humanas -enfatizó Soraya Sobhrang, de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán-. Al realizar las pruebas de virginidad, nadie pide el consentimiento de la víctima o la sospechosa; 99% de las pruebas de virginidad se realizan por la fuerza y sin consideraciones sobre su legalidad”.

El temor a la devastación social también ha dado paso a empresas clandestinas que prometen reparar hímenes por unos 1.500 dólares, una fortuna en Afganistán.

En una entrevista con The New York Times, una mujer, que tuvo miedo de permitir que se usara su nombre, describió cómo había buscado el procedimiento de reparación para ocultar a su prometido que había tenido relaciones sexuales antes. “Es un gran problema en Afganistán -explicó-. Si tu himen está roto es el fin; caes en el infierno”. Pero el costo era demasiado alto y decidió que tenía que decírselo a su prometido. Él canceló el compromiso y demandó que la familia de ella le pagara todo lo que había gastado durante el noviazgo.

Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/714359/educacion/pruebas-virginidad-azote-para-afganas.html

Imagen: https://roxanalevinson.files.wordpress.com/2008/12/beating5.jpg?w=535

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Afganistán: «¿Volverán los españoles a Qala-e-now?»

Asia/Afganistán/3 de enero de 2017/Fuente: el mundo

La localidad afgana de Qala-e-now añora a las tropas: desde que se fueron, es menos segura y se cierran escuelas.

Un policía con un kalashnikov está plantado en medio de la carretera y hace señas a nuestro conductor para que se detenga. No quiere ver la documentación, ni registrar el vehículo. Sólo busca una rueda de recambio, porque se ha pinchado una del coche patrulla. Otros agentes hacen lo mismo con otro vehículo: un todoterreno al que también paran a punta de fusil y arrebatan sin contemplaciones una rueda de recambio que lleva en la parte trasera.

La carretera que une la ciudad afgana de Herat con Qala-e-now -la capital de la provincia de Badghis donde las tropas españolas estuvieron desplegadas durante casi ocho años- continúa sin asfaltar. Ahora los vecinos recurren a un camino alternativo: otra carretera también de tierra y en peores condiciones, pero más corta. Se ahorran así 30 minutos de viaje, que les permite llegar a Qala-e-now en cuatro horas y media. Eso, claro está, si no se encuentran con ningún imprevisto en el trayecto.

Desde que los efectivos españoles se replegaron de la provincia de Badghis en septiembre de 2013, circular por sus caminos se ha vuelto más peligroso. Hasta por esa carretera que une Herat con Qala-e-now, que siempre fue la más segura. La gente ya no sólo tiene miedo a los talibán, sino a cualquiera que lleve un arma, aunque sea la policía.

Durante los últimos tres años, ni un solo militar español ha vuelto a poner los pies en Badghis. Se pasó del todo a la nada. Por eso la presencia inesperada de esta periodista en Qala-e-now fue recibida en la Oficina del Gobernador Provincial con la exclamación de alegría: «¡Que vuelven los españoles!», como si llegara una comitiva, aunque sólo se tratara de una persona.

Soldados locales, en la antigua base española en Badghis. | M. B.

A simple vista, parece que nada ha cambiado en Qala-e-now. La base militar construida por los españoles continúa en el mismo lugar, pero en manos del Ejército afgano. Y el hospital en el que la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (Aecid) invirtió tanto dinero también sigue abierto.

«Los españoles pensaban que, cuando ellos se fueran, nos llevaríamos todo a nuestras casas y no dejaríamos ni un alfiler en la base militar», dice con su característico vozarrón el general de brigada Mohammad Zai Shirzad, actual responsable del Ejército afgano en la provincia de Badghis. «Pero mire, todo está intacto o incluso mejor. Ya lo puede explicar en España», añade con evidente posado de orgullo.

Y es cierto, las instalaciones militares da gusto verlas. Se ha construido un taller para vehículos, se han habilitado cuatro zonas de aparcamiento, se han instalado placas solares para tener electricidad de forma sostenible, e incluso se han plantado flores y césped por doquier hasta el punto de que, en muchas zonas, la base, más que un recinto militar, parece un jardín.

«La seguridad en la provincia también es mejor que cuando estaban los españoles», asegura el general de brigada Shirzad. «Nosotros tenemos mejor relación con la población local», apostilla. La versión oficial de la Oficina del Gobernador Provincial también es la misma: en Badghis todo va viento en popa y a toda vela. La marcha de los españoles no habría supuesto ningún revés para la provincia.

Sin embargo, las estadísticas parecen decir otra cosa. Según el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Crimen (UNODC) publicado en octubre, Badghis fue en 2016 la segunda provincia de Afganistán donde se cultivaron más hectáreas de opio: un total de 35.234. Nunca antes había ostentado tal récord.

El Departamento de Contra Narcóticos en Qala-e-now -que es el que, en teoría, se debe encargar de la erradicación de los campos de adormidera- es una oficina cochambrosa, con sillones sobados, una mesa con una gruesa capa de polvo y poca luz. Su responsable, un hombre con turbante, Mohammad Ibrahim, explica que disponen de siete tractores para destruir los cultivos de opio, pero que sólo tres funcionan y no tienen «ni un litro de gasolina» para ninguno.

«Este año no hemos contratado a ningún trabajador para la destrucción de los campos de adormidera», confirma Ibrahim. ¿Porque con qué medios iban a hacerlo? «Y aunque los tractores hubieran funcionado, nadie estaba dispuesto a ir a las zonas donde están los campos de opio a jugarse la vida con los talibán», argumenta.

El responsable del Departamento de Educación en Badghis, Abdul Qayum Sajid, se apresura también a mostrar sus propias estadísticas. «Tengo muy buenos recuerdos de los españoles», empieza diciendo. «En Badghis hay 478 escuelas, de las que 103 son para niñas», detalla. En 2014, un año después de que se fueran las tropas españolas, ya cerraron cuatro colegios, asegura mientras ojea varios documentos. «En 2015 se clausuraron 42», asegura. Éste, ya ni lo sabe. Todas las escuelas cerraron por la misma razón: la guerra. El responsable de Educación se queda pensativo y suelta: «¿Los españoles volverán algún día?». No es el único que lo pregunta. Es la cuestión del millón en Qala-e-now.

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