El país asiático destina el 20% de sus recursos al sistema académico estatal. Los profesores, a través del método cognitivo, observan el desarrollo del alumno.
Mérito, esfuerzo, bilingüismo, presión familiar, docentes capacitados e inversión pública en educación son las claves del éxito de Singapur en las últimas pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA).
Los estudiantes del país asiático obtuvieron 564 en matemáticas, 535 en comprensión lectora y 566 ciencias en el examen de 2015 (fue el primero en todas las categorías).
Mike Thiruman, presidente del Sindicato de Maestros de Singapur, contó a un medio internacional que el sistema educativo que funciona en su país pasó por cuatro fases: supervivencia, eficiencia, de formación de habilidades y desarrollo del talento de los estudiantes.
Hasta 1978 -detalló- se nacionalizó el sistema educativo y se construyó un currículo nacional enfocado en ciencias y matemáticas. Aunque el inglés no es la lengua nativa, fue el idioma de instrucción para los estudiantes.
Cuando se estabilizó la economía -continuó- se pagaba mejor a los docentes en las escuelas privadas. “Los buenos profesores emigraron hasta que el Estado se planteó un reto: mejorar los salarios y construir un currículo para que los catedráticos que no estuvieran en el nivel alto logren capacitarse”, recordó a un medio colombiano. En cuatro años todos los catedráticos se capacitaron y sus salarios aumentaron.
El exministro de Educación del Ecuador, Augusto Espinosa, explica que el éxito de la nación oriental se debe a que consideró que la educación es la base fundamental del desarrollo de toda sociedad.
Singapur destina el 20% de su presupuesto estatal al sector. “En la historia de esa nación nunca se ha recortado en educación. Ni siquiera en los tiempos de crisis económica”, expresó Harvey Sánchez, director del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineval).
El método educativo de Singapur surgió hace 50 años y se basa en la cognición, es decir, el profesor observa el desarrollo del alumno para aprender y pensar.
Los profesores y directivos son seleccionados por el Gobierno por sus méritos. La educación es gratuita en los 12 años.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en Singapur, la mejora de los resultados educativos ha sido notable, porque se ha apostado fuerte por atraer, desarrollar y retener al mejor talento humano. “No puede ser que solo se conviertan en maestros aquellos que no saben a qué otra cosa dedicarse”.
Asimismo, se recluta al 5% de los mejores graduados para que se dediquen a la cátedra.
Situación de Ecuador
Espinosa recuerda que los profesores ecuatorianos recibían la peor remuneración de América Latina en la década del noventa. En la actualidad -dice- el salario para estos profesionales está en un nivel medio: un docente ingresa al magisterio con un sueldo de $817.
A esto se suma la actualización profesional de cada maestro. Hoy el país cuenta con un programa público de 330 horas.
En ese lapso actualizan sus conocimientos sobre las innovaciones tecnológicas de la academia. A esto se suman los 5.000 profesores beneficiados con una beca posgrado y los catedráticos de idioma extranjero que se capacitaron en el exterior con el programa Go Teacher.
Por su parte, Wilmer Santacruz, coordinador de la Red de Maestros, considera que la capacitación de su gremio ha sido la clave en el desarrollo de la educación nacional.
El líder del gremio resaltó la necesidad de formación permanente para los educadores. Anualmente, el gremio recibe cerca de 100 horas de capacitación.
Espinosa es optimista en cuanto a los resultados de la primera participación de Ecuador en las pruebas PISA (ya se hizo un piloto de la evaluación). El exministro sostiene que el país se ubicará en un rango medio. Es decir, sus resultados serán similares a los obtenidos por Uruguay o Costa Rica. La media internacional es de 493 en ciencias y lectura, y de 490 en matemáticas.
De acuerdo con la Unesco, Ecuador es el país de la región que más ha mejorado en calidad educativa. En nuestro territorio está previsto que los estudiantes realicen los exámenes en 2017. Los resultados se conocerán en 2018. (I).
Perú es el país de la región que más progresó en la última evaluación
En 2012, Perú ocupó el último lugar entre los 65 países valorados por la Prueba Pisa.
Entonces las alarmas se dispararon: los bajos niveles de comprensión de lectoría, la falta de desarrollo en habilidades matemáticas y una pobre relación con el desarrollo científico, aparecieron como los indicadores causantes de esa ubicación.
Cuatro años después, Pisa vuelve a dar resultados, esta vez, alentadores para el campo educativo. De acuerdo con las mediciones realizadas en 2015 a 7.000 estudiantes, con edad promedio de 15 años, Perú es el país con mayor progreso en ciencia, lectura y matemáticas.
Escaló 10 puestos por encima de la última posición: dentro de los 73 evaluados en esta ocasión, Perú ocupa el puesto número 63. Es el cuarto país que más ha crecido en la relación entre el estudiante y la ciencia, el quinto que más ha avanzado en temas de lectoría, y el sexto que más ha mejorado en matemática.
La Prueba Pisa se repetirá en 2018 y se espera que para ese año gran parte de la brecha de desigualdad entre educación pública y privada en este país se haya reducido, permitiendo que los resultados sean positivos.
“Es como escalar una montaña de 8.000 metros de altura: los resultados de la Prueba Pisa son apenas la indicación de que hemos recorrido los primeros 1.000, no debemos dejar que el triunfalismo nos limite el crecimiento”, comentó Jaime Saavedra, ministro de Educación. (I)
Asia/Singapur/17 Diciembre 2016/Autora: Gemma Tramullas/Fuente: El periódico
Este singapurense de adopción da su visión sobre el sistema educativo más exitoso del mundo.
Los estudiantes de una ciudad-estado del sureste asiático con un tamaño similar al área metropolitana de Barcelona y cinco millones de habitantes arrasan en el ranking del último informe PISA. ¿Son un modelo a seguir? Antonio Codinach (Barcelona, 1973), uno de los pioneros de la colonia catalana en Singapur, comparte vía Skype su conocimiento directo de este sistema educativo.
-¿Por qué eligió vivir en un país que poca gente de aquí sabría situar en el mapa?
-En el 2003 me casé y por unos contactos de la que hoy es mi exmujer aterrizamos en Singapur sin casa ni trabajo, a la aventura. En el 2005 abrimos la que fue (y sigue siendo, aunque ya no tenemos nada que ver), la primera escuela de español en Singapur. Sigo vinculado al sector educativo, ahora en el ámbito de la formación corporativa en Cegos.
-¿Qué tiene este sistema educativo para imponerse al de las grandes potencias?
-En la escuela singapurense se enseña disciplina y respeto. Las clases empiezan a las siete de la mañana y los alumnos se ponen en pie cuando entra el profesor. No es que esto último me agrade especialmente, pero ni esto ni el cachondeo que reina en las aulas catalanas y españolas.
-Disciplina y respeto. No suena precisamente a pedagogía revolucionaria.
-He empezado por ahí porque para mí es un tema muy importante, pero obviamente son punteros en tecnología, robótica, programación… Hay otras muchas razones, como la estabilidad política, que permite planificar las políticas educativas, aplicarlas y darles continuidad.
-Pero si en algo no es número uno Singapur es en calidad democrática. Gobierna el mismo partido… ¡desde 1959!
-Esto no es la panacea, es una dictadura democrática y si somos capaces de entender este concepto entenderemos lo que pasa. Por ejemplo, si en el país hay un 70% de chinos, un 12% malayos, un 7% indios y el resto de otras nacionalidades, el gobierno obliga a las escuelas públicas (menos a las musulmanas) a replicar estos porcentajes en el aula. Y otra cosa, que a lo mejor gustará menos…
-Diga.
-En mi clase de los jesuitas de Sarrià había un grupito de superlistos, una mayoría que iba tirando y unos cuantos que tenían dificultades. En Singapur esto es oficial. A medida que los alumnos avanzan cursos, se los agrupa según sus capacidades y se les asignan profesores adecuados a su nivel. Se llama meritocracia.
-¿Usted a qué grupo pertenecía?
-Nunca fui un buen estudiante. ¿Pero usted recuerda algo de la clase de geografía?
-No.
-Nuestras cualidades sociales son principalmente las que hemos absorbido con la familia y con los amigos. Está muy bien que en la escuela enseñen matemáticas, ciencias y lengua, pero es muy importante que enseñen a pensar, a solucionar problemas, a comunicarse, a tener inteligencia emocional y cultural, porque son estas cualidades, y no los másteres que tengas, lo que te permitirá tener un futuro mejor.
-¿Los residentes extranjeros como usted llevan a sus hijos a la escuela pública?
-La mayoría no. Hay un debate entre llevarlos a la pública o a la privada internacional, donde todo es mucho más flexible, holístico, bohemio y carísimo. Yo soy un defensor de la pública, pero también tiene cosas negativas. Lo ideal sería una mezcla de lo mejor de ambos sistemas.
-¿Qué tiene de negativo la pública?
-En Singapur los padres quieren hijos fuera de serie; no se contentan con un 9,5, les presionan para que saquen un 10 y los suicidios de estudiantes están en boca de todo el mundo. El Gobierno está hablando con las familias y suavizando el sistema para no centrarlo tanto en los exámenes.
Asia/Singapur/8 de diciembre de 2016/Fuente: el país
«La educación es una inversión, no un gasto», afirman las instituciones del país
Singapur encabeza el Informe PISA, que mide los conocimientos de los alumnos cercanos al final de la educación obligatoria. La educación española se estanca, a pesar de haber tramitado tres leyes educativas desde que comenzó esta evaluación. Aunque no se pueden establecer comparaciones entre países en contextos diferentes, muchos se preguntan desde hace años por el secreto del éxito del país asiático. Sus instituciones educativas ya tienen una respuesta preparada.
La presencia en los últimos años de Singapur en los primeros puestos del mismo, al igual que en el Estudio de las Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMMS, en sus siglas en inglés), coloca a su sistema educativo como ejemplo de éxito.
Antes de enumerarlas, el profesor aclara en la grabación que las instituciones educativas de su país «no se centran tanto en los resultados del informe PISA como en la educación de los estudiantes en las escuelas». Los tres principios de su sistema son los siguientes:
1.- Uno de los aciertos de Singapur, según sus palabras, es «entender la educación como una inversión y no como un gasto». Nunca se han recortado sus presupuestos, «ni siquiera en tiempos complicados desde el punto de vista financiero», asegura.
2.- «Reclutamos muy buenos profesores y prestamos atención a su desarrollo profesional», comenta Pak Tee Ng,
3.- «El trabajo conjunto para objetivos comunes» entre el Gobierno, el Ministerio de Educación, las escuelas y los profesores, es también un acierto.
El programa Edusave es la columna vertebral de la educación singapurense. Se lanzó en 1993 con el objetivo de maximizar las oportunidades para los estudiantes de escuelas financiadas por el Ministerio de Educación. Uno de sus objetivos es el de buscar que los alumnos sobresalgan en «áreas académicas y no académicas», explica en su página web.
La contribución inicial del Gobierno para el programa Edusave fue de 1.000 millones de dólares y se ha ido incrementando a lo largo de los años hasta alcanzar los 5.500 millones de dólares en el año fiscal 2013, informa su web oficial. Su población es de 5,5 millones de habitantes y se coloca como el séptimo país por PIB per capita.
Calidad mejor que cantidad
Calidad de la educación en vez de cantidad es uno de los conceptos a seguir. Intentan centrarse en aspectos como la creatividad y el pensamiento crítico en vez de hacerlo bien en los exámenes. De esa idea nace el eslogan «Enseña menos, aprende más», explica.
Centrar la descentralización es, aunque parezca paradójico, una táctica del Ministerio de Educación de Singapur, un país soberano formado por 63 islas. «Todas las escuelas se alían en unos objetivos nacionales comunes, pero se anima a cada escuela a que diseñe un sistema de enseñanza y aprendizaje propio que se adapte a sus estudiantes».
Pak Tee Ng menciona justamente las tres materias que evalúa el informe PISA para destacar que en Singapur se celebran por igual otras áreas de éxito, representadas en asignaturas como el deporte y las artes.
Adaptarse a los tiempos es igualmente importante, por lo que la receta educativa actual no será la misma en el futuro. «Ojalá tenga que hacer otro vídeo dentro de 20 años explicando el secreto de nuestro éxito. «No cambiamos nuestro sistema educativo por el mero hecho de cambiar, sino de manera meditada».
El modelo de escuela del futuro, con el que el Gobierno prepara a todos los alumnos desde que tienen tres años para que aprendan a programar circuitos, drones y videojuegos, es también un ejemplo a seguir a nivel internacional.
Un alumno probando Pump, el videojuego creado por su compañero en un colegio público de Singapur.B. G.
The Conversation, web estadounidense que recopila informaciones e investigaciones relacionadas con la educación, analizaba en 2014 el «Enseña menos, aprende más» de Singapur. Recordaba que el sistema surgió entre 2004 y 2005 y que no supuso una transición sencilla para un país con reglas institucionales muy establecidas hasta ese momento. Su determinación para adaptarse a las necesidades del siglo XXI le llevará a lograrlo, augura el texto.
La solución de los países occidentales no es tanto copiar paso a paso esa metodología como adaptarla. Es necesario asegurar «un equilibrio en nuestros sistemas de enseñanza y que no se basen tanto en obtener buenos resultados en los exámenes como en involucrar a los alumnos en el modo de adquirir conocimientos específicos de una materia», concluye.
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Asia/Singapur-Corea del Sur/02 de diciembre de 2016/Por: Sandra Quevedo Maulén/www.publimetro.cl
Finlandia es otro país que destaca por los niveles de aprendizaje que logran sus alumnos con una educación diferente.
Este martes se dieron a conocer los resultados del último informe del Estudio Internacional de Tendencias en Matemática y Ciencias 2015 (Timss), donde Chile no logró los mejores puntajes para los estudiantes de 4º y 8º básico, donde si bien han tenido una trayectoria al alza aumentando 30 puntos en Matemática, no superan el promedio de la escala internacional de 500 puntos.
Según los datos entregados por la Agencia de Calidad de la Educación, todos los resultados chilenos se encuentran muy distantes de los primeros lugares, donde Singapur y Corea del Sur lideran el ranking.
En el caso de Ciencias de 4º básico, Singapur aparece en el primer lugar con 590 puntos y en segunda posición está Corea del Sur con 589 puntos, muy alejado de los 478 puntos que logró Chile, situación que se repite en la misma asignatura en 8º básico, ya que Singapur logró 597 puntos y Japón 571 puntos.
En el área de Matemática la tónica es similar, e incluso los países asiáticos aumentan en 100 puntos, llegando a posicionarse como pioneros Singapur (618) y Hong Kong (615), y en 8º básico el primer puesto vuelve a ser para Singapur (621) y Corea del Sur (606).
Estas altas puntuaciones se condicen con los últimos resultados de otro estudio internacional, la prueba Pisa que es realizado por la Ocde, donde aparecen Shanghai, Singapur y Hong Kong dentro de los tres primeros puestos en matemática, lectura y ciencias.
Los logros que ha tenido la educación de países asiáticos se viene reflejando desde hace algunos años, lo que es consecuencia de la estricta enseñanza que tienen los alumnos, con extensas jornadas y clases variadas que necesitan concentración extra.
Otro tipo de enseñanza que logra buenos resultados, pero se aparta de lo estricto de Singapur y Corea del Sur es Finlandia, país que se posiciona en el séptimo lugar en ciencias de 4º básico con 554 puntos.
“La metodología de evaluación es muy distinta en Finlandia porque no se relaciona con exámenes estandarizados, los profesores enseñan de formas diversas a cada uno de los estudiantes. Lo esencial es la enseñanza interactiva donde cada alumno se involucra y resuelve sus propios problemas”, explica Eevamaija Vuollo, profesora finlandesa magíster en educación intercultural y pasante de política educativa de Educación 2020.
Según agrega la investigadora finlandesa, los desafíos para Chile son disminuir el número de estudiantes y cambiar el foco de enseñanza.
“En las escuelas publicas chilenas tienen clases con muchos más alumnos que en Finlandia y por eso cuesta más enfrentar a todos los niños como personas distintas, además se ve que la segregación en Chile es muy grande lo que no contribuye al desarrollo pedagógico”, añade.
Tomado de: http://www.publimetro.cl/nota/cronica/malos-resultados-en-timss-singapur-y-corea-del-sur-son-los-ejemplos-a-seguir-en-ciencias-y-matematica/xIQpkD!iAVLFjCyKuao/
Singapur está cambiando su riguroso sistema de calificaciones para reducir la presión escolar sobre los niños, según da cuenta el Financial Times en su artículo titulado Singapore’s strict schools start to relax, sobre el cual se inspira esta nota.
Esto demuestra que la preocupación por mejorar los modelos educativos no solo es un privilegio de quienes figuran en los últimos lugares a nivel de los sistemas del mundo, sino también de los países que lideran los ranking a nivel de logros en la educación
Como se sabe, el sistema escolar de Singapur siempre logra los mejores resultados en las pruebas educativas internacionales. Sin embargo, el examen que cientos de niños están obligados a pasar a los 12 años y que determina el tipo de escuela secundaria a la que asistirá, y posiblemente su éxito en la vida, está abriendo el debate sobre la enorme presión que se ejerce sobre los estudiantes.
Estos pueden perder la oportunidad de entrar a la secundaria de su elección solo por decimales, a pesar del esfuerzo que han realizado a lo largo de toda su educación primaria, lo cual genera un estrés innecesario en padres e hijos.
Singapur sigue un sistema educativo similar al antiguo sistema meritocrático inglés. Se estratifican a los niños en secundarias de mayor a menor nivel (Express, Normal Academic, Normal Technical) de acuerdo a los puntajes obtenidos en el examen PSLE (Primary School Leaving Examination).
A pesar de que los estudiantes de escuelas asiáticas (Singapur, Taiwan, Korea y Japón) tienen los mejores resultados en matemáticas, lectura y ciencias, y que el PSLE evalúa estas materias y el inglés, el gobierno ha decidido hacer modificaciones al examen para reducir la presión y el estrés escolar. Para el 2021, los estudiantes serán evaluados en base a criterios predeterminados en vez de hacerlos competir entre ellos, se enfatizarán las clases de educación física y se dejará menos tarea para la casa.
Para Nge Chee Meng, ministro de educación, es importante que los niños tengan tiempo y espacio para otras actividades que contribuyan a su desarrollo. El mes pasado, lanzó una campaña mediática que busca tranquilizar y resaltar las virtudes del aprendizaje para el propio beneficio, a pesar de fallar en las pruebas.
Otros países también están cambiando sus enfoques educativos. En Corea del Sur se ha prohibido la práctica común del “aprendizaje avanzado”, por acelerar el currículo educativo, y en Seúl desde el 2017 ya no se dejarán tareas a los estudiantes más jóvenes de primaria. En China, a pesar de que entre las familias acomodadas es común la idea de una infancia lúdica y el gobierno impulsa iniciativas para reducir la presión escolar, es difícil virar el enfoque de un sistema educativo exigente y competitivo de una sola vez. Además, si en la escuela se reduce la presión, en casa los padres la aumentan.
Las reformas de Singapur buscan promover una sociedad más creativa y de pensamiento independiente, cualidades que traen ventajas económicas en el largo plazo.
SINGAPORE – Parents may be glad to know that more pre-schools have got that «spark».
Resumen; Los padres pueden estar contentos de saber que más pre-escuelas se han ganado el sello de calidad del Marco de Acreditación de preescolares en Singapur(Chispa). Esto fue anunciado en la conferencia anual de la Primera Infancia celebrada en Singapur este viernes 30 de septiembre,
To be precise, one in three pre-schools here have now earned the Singapore Pre-school Accreditation Framework (Spark) quality mark, up from one in four in 2015.
This was announced at the annual Early Childhood Conference held at Suntec Singapore Convention & Exhibition Centre on Friday (Sept 30).
At the event, 249 childcare centres and kindergartens received their Spark certificates, bringing the total pre-schools with the quality mark to 601. Spark is part of the Early Childhood Development Agency (ECDA)’s national pre-school accreditation scheme.
Fifteen pre-schools also received the Spark (Commendation) certificate, which is for Spark-certified centres with outstanding teaching and learning practices. This brings the total number of such pre-schools to 70.
Meanwhile, for pre-school operators, Spark re-certification will become less tedious.
The quality certificates awarded from Friday will be valid for six years instead of three, with a mid-term «developmental visit» by ECDA officers to replace the current re-certification assessment.
Parliamentary Secretary for Education Low Yen Ling, guest of honour at the conference, said: «We have observed that more Spark-certified centres are now able to achieve higher standards. Close to all Spark-certified centres have been successfully re-certified.
«These solid improvements in quality have led us to take stock and adjust the current Spark certification framework, to place an even stronger focus on development and self-appraisal by centres.»
The Spark assessment will also be adjusted to focus more on centres’ teaching and learning practices, instead of areas such as planning and administration. More details will be given in 2017.
Introduced in 2011, the Spark accreditation is voluntary, but serves as a guide for parents to identify good pre-schools. It evaluates education programmes for children aged four to six in childcare centres and kindergartens in the areas of leadership, planning and administration, staff management, resources, and curriculum and pedagogy.
Said Ms Low: «Even though Spark is a voluntary quality assurance framework, I am heartened that many centres recognise its value and have worked hard to be certified… We look forward to more centres joining the Spark family.»
Singapur/29 septiembre 2016/Fuente: El Confidencial
Cuando estás en lo más alto, lo único que puedes hacer es bajar. Es lo que ha debido pensar la república asiática, que está introduciendo cambios para no perder su posición.
¿Qué haces cuando tu país aparece en el primer puesto en los ‘rankings’ internacionales, es inspiración para otras naciones y la OCDE alaba tus métodos? Muchos quizá se dormirían en los laurales basándose en la lógica de “si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?”, pero los verdaderos innovadores no son así. Especialmente si en sus últimos análisis han sugerido que la situación no es todo lo buena que podría ser y que quizá los buenos resultados estén ocultando problemas que se agravarán con el paso del tiempo.
Es lo que ha ocurrido en Singapur, cuyos estudiantes de 15 años ocuparon el primer puesto en el ‘ranking’ de matemáticas y ciencias, muy por delante de sus vecinos y no digamos ya de países europeos como Reino Unido, en las evaluciones más recientes de PISA. Sin embargo, el trabajo del antiguo director de currículo, enseñanza y aprendizaje del Instituto Nacional de Educación de Singapur, Manu Kapur, ha señalado que quizá las buenas notas hagan quedar muy bien en los ‘rankings’, pero no sirvan de gran cosa a los estudiantes a la larga.
Enseñar no consiste solo en la nota final, sino en equipar a los estudiantes con habilidades para enfrentarse a la vida
“El aprendizaje y el rendimiento no siempre se pueden medir”, explicaba en la introducción de un ‘paper’ publicado en ‘Educational Psychologist’ en el que examinaba el fracaso y el éxito productivos, es decir, si de verdad lo que aprendían los estudiantes de Singapur servía para algo una vez se terminaba el examen. Y en muchos casos no era así: “Si uno ve la adquisición de conocimiento básico sin entendimiento profundo o la capacidad de transmitirlo como un problema, no es duro categorizar la instrucción directa como un éxito poco productivo”.
En otras palabras, como explica en un reportaje publicado en ‘Quartz’, los alumnos exitosos pueden sacar las mejores notas, pero ese conocimiento no se traslada al mundo real como debería. En muchos casos, añade, la obsesión por los exámenes provoca que se obtengan muy buenos resultados que harán figurar a dicha República en los mejores puestos en los exámenes internacionales, pero también, que muchos alumnos sufran un estrés innecesario (un tema que también se ha planteado en relación con los exámenes externos realizados en países como España) y de ahí al fracaso. Incluso aquellos que obtienen sobresalientes pueden no sacar provecho de lo aprendido.
El lado oscuro de la cultura del esfuerzo
Un nuevo vídeo publicado por el Ministerio de Educación de Singapur resume el problema que encuentran muchos estudiantes. Basado en hechos reales, en él, Shirley, una alumna de secundaria, se echa a llorar al ver que su calificación en un examen de matemáticas es de 10 sobre 100. Su profesora se presta a ayudarle de manera individual, y la joven parece empezar a entender el contenido de la asignatura. Hasta llega a explicar a un familiar que el motivo por el que llueve tanto es porque se encuentran en la estación del monzón.
Aquí es donde viene el giro de la historia: cuando vuelve a realizar el examen, no aprueba, sino que obtiene una puntuación de 40 sobre 100. Sin embargo, el mensaje que la profesora ha escrito junto al resultado es “¡bien hecho!” (“well done!”), reconociendo el esfuerzo realizado por la alumna. La conclusión del lacrimógeno spot es que “todo empieza con un profesor”. Pero este no solo tiene como objetivo reivindicar el trabajo de los docentes, sino también, como señala la página de Facebook del Ministerio, que “enseñar no consiste únicamente en centrarse en la nota final, sino en equipar a los estudiantes con habilidades para enfrentarse a los retos de la vida”.
El último estudiante de la clase sabe que ha quedado por detrás de todos sus compañeros porque lo ven en los ‘rankings’
Es fácil entender este anuncio, por lo tanto, como un tirón de orejas a profesores y padres singapurenses, uno de los grandes estandartes de la escuela del esfuerzo. (hay “una obsesión nacional con la educación”, como diría AndrésOppenheimer, con sus pros y sus contras). De ahí que las autoridades educativas del país estén intentando cambiar la percepción que existe sobre los exámenes. El primer gran cambio se ha producido en la manera de evaluar a los alumnos. Como señalaba un artículo publicado en ‘Straits Times’, el sistema –que no se implantará hasta el año 2021– sustituirá las puntuaciones actuales por ocho niveles de capacidad, de manera muy similar a la actual división que existe en España (suspenso, aprobado, notable, sobresaliente).
El objetivo es minimizar la competición entre estudiantes que provoca el sistema actual, en el cual los estudiantes son listados en un ‘ranking’ que los compara a sus compañeros. A través de dicho sistema, el último estudiante de la clase sabe que ha quedado por detrás de todos sus compañeros, lo que según los detractores del sistema es el camino más corto para la desmotivación del mal alumno. Además, los alumnos de Singapur pueden escoger su escuela en función de sus notas, lo que provoca una presión aún mayor por obtener buenos registros.
La nueva reforma intenta, además, tener en cuenta las opciones secundarias de los estudiantes, de manera que la posibilidad de terminar en un centro que no se desea bajo ningún concepto se reduzcan. No obstante, muchos críticos del competitivo sistema educativo de Singapur han señalado que estos cambios son superficiales. Ante ello, el ministro Ng Chee Meng ha respondido que “es mejor que algunas cosas evolucionen poco a poco y no se revolucionen”.
El milagro del último medio siglo
Singapur suele aparecer siempre entre las listas de países-milagro, tanto en lo que se refiere a educación como a economía. Hace apenas medio siglo, los niveles de analfabetismo eran altísimos, pero las diferentes reformas llevadas a cabo le lanzaron a convertirse en uno de los grandes referentes mundiales en educación. Es un caso quizá semejante al de Estonia, un país que en apenas unas décadas pasó de no tener una red de teléfonos a convertirse en uno de los más innovadores del mundo. En ambos casos se construyó sobre la nada; también se trata de países muy pequeños (1.300.000 habitantes en Estonia, algo más de cinco en Singapur) donde resulta fácil implantar nuevas medidas.
Los exámenes miden nuestra habilidad para aplicar lo que sabemos, no nuestra capacidad para inventar o generar nuevo conocimiento
El método de las “matemáticas de Singapur” ha sido utilizado con frecuencia en países occidentales como EEUU, Reino Unido, Canadá o Israel. Este sistema, recogido en los innovadores libros de texto diseñados a principios de los ochenta (hasta entonces, Singapur los importaba), se centra ante todo en la resolución de problemas y los modelos de aprendizaje heurístico. Muchos de los padres estadounidenses que sacaban a sus hijos del colegio para que aprendiesen en casa utilizaban este sistema, que luego fue recogido por los currículos oficiales de otros países con ganas de darle un nuevo impulso a sus metodologías educativas.
Como señalamos en otro artículo, la OCDE señaló en su reciente informe ‘Critical Maths for Innovative Societies’ que Singapur debía ser la inspiración para otras naciones con problemas en rendimiento matemático. La metacognición, la capacidad para reflexionar sobre el propio proceso de aprendizaje, es clave. Otras características que diferencian el currículo educativo singaporense del de otros países es estudiar menos temas pero en mayor profundidad, el proceso de aprendizaje en tres fases (concreto, pictórico y abstracto) o la utilización de modelos visuales para comprender los contenidos matemáticos.
Desde luego, resulta paradójico que el país que en un día fue referente en el pensamiento abstracto esté recibiendo tantas críticas por aquellos que lo han analizado en profundidad. El Ministerio de Educación sigue señalando que su manera de abordar las matemáticas “tiene en cuenta la adquisición y aplicación de conceptos matemáticos en un amplio abanico de situaciones, incluyendo problemas del mundo real no rutinarios y no concluyentes”.
Kapur no está de acuerdo en dicho veredicto, como él mismo explica en un artículo publicado en ‘Today Online’ a propósito de las recientes reformas en el sistema de evaluación singaporense. Los exámenes estandarizados pueden dar una imagen más o menos aproximada de ciertas capacidades de los estudiantes, pero otras pasan desapercibidas. “Los exámenes miden nuestra habilidad para aplicar lo que sabemos, no nuestra capacidad para inventar o generar nuevo conocimiento”, explicaba.
La forma de realizar exámenes y ‘rankings’ en Singapur para evaluar al rendimiento se ha adoptado en muchos países occidentales
No es el único problema con esta forma de hacer exámenes. “Los tests estandarizados miden el rendimiento sin que tengan recursos como herramientas, expertos, trabajen con los demás, tengan retroalimentación, etc.”. Es decir, las condiciones en las que se trabaja en el mundo real. Por último, los exámenes se realizan en un momento muy determinado, por lo que dicen poco de la capacidad del estudiante para aplicar dicho conocimiento a largo plazo. Es una enmienda a las maneras de enseñar en Singapur, pero también puede aplicarse a los cada vez más habituales exámenes estandarizados que preocupan a los estudiantes de los países occidentales.
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