Asia/Singapur/8 de diciembre de 2016/Fuente: el país
«La educación es una inversión, no un gasto», afirman las instituciones del país
Singapur encabeza el Informe PISA, que mide los conocimientos de los alumnos cercanos al final de la educación obligatoria. La educación española se estanca, a pesar de haber tramitado tres leyes educativas desde que comenzó esta evaluación. Aunque no se pueden establecer comparaciones entre países en contextos diferentes, muchos se preguntan desde hace años por el secreto del éxito del país asiático. Sus instituciones educativas ya tienen una respuesta preparada.
El Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA en sus siglas en inglés) evalúa, cada tres años y a través de varios exámenes, el rendimiento de alumnos de 15 años en áreas temáticas clave. En la edición de 2015 se centraba en matemáticas, ciencias y lectura.
La presencia en los últimos años de Singapur en los primeros puestos del mismo, al igual que en el Estudio de las Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMMS, en sus siglas en inglés), coloca a su sistema educativo como ejemplo de éxito.
Pak Tee Ng es decano asociado y responsable del liderazgo en el Grupo de Estudios Académicos del Instituto Nacional de Educación del país. En un vídeo colgado en YouTube en 2014, titulado «Enseña menos, aprende más», comentaba las tres claves del éxito de su país.
Antes de enumerarlas, el profesor aclara en la grabación que las instituciones educativas de su país «no se centran tanto en los resultados del informe PISA como en la educación de los estudiantes en las escuelas». Los tres principios de su sistema son los siguientes:
1.- Uno de los aciertos de Singapur, según sus palabras, es «entender la educación como una inversión y no como un gasto». Nunca se han recortado sus presupuestos, «ni siquiera en tiempos complicados desde el punto de vista financiero», asegura.
2.- «Reclutamos muy buenos profesores y prestamos atención a su desarrollo profesional», comenta Pak Tee Ng,
3.- «El trabajo conjunto para objetivos comunes» entre el Gobierno, el Ministerio de Educación, las escuelas y los profesores, es también un acierto.
El programa Edusave es la columna vertebral de la educación singapurense. Se lanzó en 1993 con el objetivo de maximizar las oportunidades para los estudiantes de escuelas financiadas por el Ministerio de Educación. Uno de sus objetivos es el de buscar que los alumnos sobresalgan en «áreas académicas y no académicas», explica en su página web.
La contribución inicial del Gobierno para el programa Edusave fue de 1.000 millones de dólares y se ha ido incrementando a lo largo de los años hasta alcanzar los 5.500 millones de dólares en el año fiscal 2013, informa su web oficial. Su población es de 5,5 millones de habitantes y se coloca como el séptimo país por PIB per capita.
Calidad mejor que cantidad
Calidad de la educación en vez de cantidad es uno de los conceptos a seguir. Intentan centrarse en aspectos como la creatividad y el pensamiento crítico en vez de hacerlo bien en los exámenes. De esa idea nace el eslogan «Enseña menos, aprende más», explica.
Centrar la descentralización es, aunque parezca paradójico, una táctica del Ministerio de Educación de Singapur, un país soberano formado por 63 islas. «Todas las escuelas se alían en unos objetivos nacionales comunes, pero se anima a cada escuela a que diseñe un sistema de enseñanza y aprendizaje propio que se adapte a sus estudiantes».
Pak Tee Ng menciona justamente las tres materias que evalúa el informe PISA para destacar que en Singapur se celebran por igual otras áreas de éxito, representadas en asignaturas como el deporte y las artes.
Adaptarse a los tiempos es igualmente importante, por lo que la receta educativa actual no será la misma en el futuro. «Ojalá tenga que hacer otro vídeo dentro de 20 años explicando el secreto de nuestro éxito. «No cambiamos nuestro sistema educativo por el mero hecho de cambiar, sino de manera meditada».
El modelo de escuela del futuro, con el que el Gobierno prepara a todos los alumnos desde que tienen tres años para que aprendan a programar circuitos, drones y videojuegos, es también un ejemplo a seguir a nivel internacional.
Un alumno probando Pump, el videojuego creado por su compañero en un colegio público de Singapur.B. G.
The Conversation, web estadounidense que recopila informaciones e investigaciones relacionadas con la educación, analizaba en 2014 el «Enseña menos, aprende más» de Singapur. Recordaba que el sistema surgió entre 2004 y 2005 y que no supuso una transición sencilla para un país con reglas institucionales muy establecidas hasta ese momento. Su determinación para adaptarse a las necesidades del siglo XXI le llevará a lograrlo, augura el texto.
La solución de los países occidentales no es tanto copiar paso a paso esa metodología como adaptarla. Es necesario asegurar «un equilibrio en nuestros sistemas de enseñanza y que no se basen tanto en obtener buenos resultados en los exámenes como en involucrar a los alumnos en el modo de adquirir conocimientos específicos de una materia», concluye.
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Fuente: http://verne.elpais.com/verne/2016/12/06/articulo/1481026974_898082.html
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