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Rebelión policial con apoyo popular contra el gobierno de Moise en Haití

América/Haití/26/02/2020/Autor y fuente: https://www.tercerainformacion.es

Reporte del militante haitiano Henry Boisrolin: «La grave situación que vive Haití hace más de un año se desbordó nuevamente. Hubo fuertes enfrentamientos entre los policías que apoyan la formación de un sindicato (Sindicato de la policía nacional de Haití), que ni el gobierno ni la dirección de la policía aceptan. Hubo fuertes incidentes el lunes y el miércoles donde fueron incendiados varios stands, preparados para el carnaval, en el Campo de Marte, y tambien cerca del estadio , el equipo de sonido y carros.

El gobierno respondió diciendo que eran terroristas y revocó a cinco miembros de la cúpula del sindicato que se quiere formar, entre los cuales la figura más visible es la agente en actividad, Yanick Joseph. La policía rechazó la revocación y ahora están exigiendo la renuncia del jefe de policía, la del presidente y del primer ministro. Entonces el gobierno se atrincheró en señalar «que va a haber carnaval lo mismo», pero la policia organizó una marcha hacia el Campo de Marte donde se suele desarrollar tal desfile. Hubo fuertes enfrentamientos y barricadas.

Los tiroteos se intensificaron y los policías atacaron un cuartel del Ejército dejando 2 muertos y una decena de personas heridas. El Ministerio de Defensa dijo que para evitar un baño de sangre cancelaba el carnaval del martes.

Mientras esto ocurría, se sumaron a la rebelión numerosos militantes de movimientos sociales y organizaciones populares, apoyaban así, en las calles, al movimiento de la policía contra el gobierno y la policía nacional. Jovenel Moise, el odiado presidente haitiano, había formado hace un tiempo un grupo especial represivo al que denomina como «el nucleo de las nuevas fuerzas armadas de Haití». Algunos de esa uniformados habían tomado en estos días de crisis, posición en una torre, y dispararon desde allí hacia la gente, que tuvo que desalojar la zona. Muchos empezaron a huir, y se hicieron con el dominio de los tanques, los carros blindados que son de una unidad especial que asegura la seguridad del presidente. Hay un vídeo en que se ve que rodean un carro, y hacen bajar a los ocupantes que son miembros de esa fuerza especial. Se reportan en la tarde del domingo enfrentamientos y se sienten disparos en distintas partes de la capital, hay barricadas de fuego y muchos manifestantes gritando por la caída del gobierno de Moise.

Eso se repite tambien en otras ciudades populosas del país. La situación cada hora se agrava cada vez más. El pueblo se está agrupando frente a las unidades de policía disidente para reforzar su apoyo a las mismas y exigir juntos la caída definitiva del gobierno. Moise estudia con sus allegados la alternativa de llamar a un toque de queda. No se sabe donde está el presidente, ni el primer ministro».

Reporte de Prensa Latina

Los policías, que desde octubre pasado piden aumentos salariales, sindicatos y mejores condiciones laborales, salieron este domingo a las calles, a los que se sumaron cientos de simpatizantes, para reiterar sus demandas y expresar su desaprobación a la celebración de los festejos populares en medio de la creciente inseguridad. Los enfrentamientos estallaron frente a la sede del ejército, cuyos efectivos intervinieron para asegurar, sin éxito, las gradas que debían alojar a los altos funcionarios del gobierno durante las festividades previstas a iniciarse esta noche. Al menos dos militares e igual número de policías resultaron heridos, indicaron varios medios de prensa. Los agentes fueron atendidos en el Hospital Estatal Universitario de Haití, principal institución de su tipo en el país. Aunque las exigencias de los oficiales no son nuevas, sus protestas se radicalizaron esta semana cuando efectivos y partidarios prendieron fuego a los stands de los carnavales en el Champs de Mars y a las carrozas resguardadas en el estadio Sylvio Cator.

También intercambiaron disparos frente a la sede de la Dirección General de la Policía, en Petion Ville, y prendieron fuego a las oficinas del abogado y presidente de la Fundación Je Klere, Samuel Madistin. Por su parte, las autoridades despidieron a cinco agentes implicados en las movilizaciones, entre ellos Yanick Joseph, coordinadora del sindicato policial, aún no autorizado. En las protestas de este domingo, policías exigieron la reintegración de los oficiales, y la autorización para la formación sindical. La víspera, el presidente, Jovenel Moïse, prometió mejorar las condiciones de vida de los agentes y anunció un aumento de cinco mil gourdes (poco más de 50 dólares) a las tarjetas de débito de los oficiales a partir de marzo. Instruyó asimismo, otorgar urgencia al proyecto de construcción de unas 600 viviendas y pidió calma al gremio. Sin embargo, no mencionó la sindicalización, uno de los puntos más álgidos de las demandas policiales.

Fuente e imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/internacional/2020/02/24/rebelion-policial-con-apoyo-popular-contra-el-gobierno-de-moise-en-haiti

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El FMI y su papel en la crisis de Haití

El FMI y su papel en la crisis de Haití

Por Aneli Ruiz Garcia

El pasado 25 de noviembre, el controvertido Fondo Monetario Internacional (FMI)  afirmó que la actual crisis de Haití no tiene precedentes y puede contraer un 1,2 por ciento el Producto Interno Bruto.

Nicole Laframboise, directora del equipo del FMI, tras una breve visita a la nación caribeña, señaló que si la crisis continúa, podría tener consecuencias ‘devastadoras’ a largo plazo, incluyendo las pérdidas de capital físico y humano.

Laframboise hizo referencia al empeoramiento de la pobreza y la inseguridad, y cómo el Gobierno ha sido privado de los medios para realizar inversiones productivas y actividades de apoyo, aunque omitió la responsabilidad del organismo financiero en la situación que vive el país.

Movilización general

A mediados de septiembre, debutó la más reciente oleada de protestas antigubernamentales, la más larga e intensa desde la llegada al poder del presidente Jovenel Moïse en febrero de 2017.

Las manifestaciones estuvieron precedidas por una fuerte escasez de combustible que casi triplicó su precio en el mercado informal, a pesar de las prohibiciones de autoridades oficiales.

Aunque el suministro de los carburantes se estabilizó, ya el polvorín de décadas de inconformidad, desempleo, mínimas políticas públicas, aumento de la desigualdad, falta de acceso a servicios básicos y oportunidades, se diseminó por casi todo el territorio nacional.

‘Jamás en el desarrollo de este siglo XXI, hubo tanta conciencia de que las cosas tienen que cambiar, y hay un pueblo inmenso a nivel de todos los sectores, hay un rechazo de la población’, dijo en conversación con Prensa Latina, Susy Castor, reconocida intelectual e historiadora.

Exiliada durante la dictadura de los Duvalier (François y Jean Claude), Castor señala que más allá de las claras reivindicaciones, no se trata solamente de que un gobierno se vaya, sino del reclamo a la ciudadanía y la soberanía, ‘la gente quiere vivir y ser ciudadanos de un país verdadero’.

En la reciente crisis salieron a las calles casi todos los sectores de la vida nacional, con demandas como cambio de sistema, gobierno de unión nacional y juicio contra quienes desfalcaron el tesoro público.

Pese al reclamo popular, en un país donde el 60 por ciento vive por debajo de la línea de la pobreza, el 70 por ciento de la población activa está desempleada, y casi cuatro millones padece de inseguridad alimentaria, el mandatario Jovenel Moïse insiste en mantener su puesto y llama a unidad y diálogo nacional.

Su propuesta ha sido rechazada en reiteradas ocasiones por sectores opositores, que ya oficializaron un comité de transición para guiar al país tras una eventual renuncia del jefe de Estado.

Las protestas antigubernamentales estuvieron acompañadas de una forzada recesión de actividades económicas, el cierre de algunas empresas o la reducción de personal en otras, además de cortes de carreteras y el precario funcionamiento de la administración pública.

Desde el debut de la movilización, se estima que unos dos millones de niños no han podido asistir a clases, y aunque en noviembre Haití experimentó una tensa tregua, aún muchas escuelas de la capital y la periferia de Puerto Príncipe permanecen cerradas.

Papel del FMI en la crisis nacional

La crisis que llenó titulares en buena parte de la prensa regional, con acuciosas historias de corrupción, implicación del mandatario en defalco de fondos públicos que debieron atender las urgencias de la desgastada nación, muchas veces pasaron por alto el papel del cuestionado FMI en la degeneración de la economía nacional, y sus consecuencias en la sociedad haitiana.

En el ocaso del régimen de Jean Claude Duvalier (1971-1986), cuando huyó del país en medio una insurrección popular contra su gobierno, el FMI y otros organismos internacionales, liderados por Estados Unidos, vieron en Haití un mercado virgen y cercano para el arroz subsidiado de los agricultores norteamericanos.

En esa fecha, la nación caribeña producía todo el grano que necesitaba para sobrevivir, pero los ‘amigos’ del FMI, a cambio de un préstamo de 24,6 millones de dólares, esencial para un país saqueado por la dictadura, exigieron la reducción de los aranceles comerciales que protegían su producción arrocera y agrícola nacional.

Tres décadas después, el llamado país más pobre del hemisferio norte, tiene una total dependencia del arroz estadounidense, mientras los agricultores tuvieron que abandonar el campo al no poder competir con los productos importados.

Más recientemente, a mediados de 2018, el FMI condicionó un préstamo al Gobierno, a la eliminación de la subvención del combustible, lo que generó una ‘insurrección popular’ de aquellos a quien la vida se le encarecería sustancialmente.

Algunos expertos señalan ese momento como el debut de la crisis que se extiende hasta estos días y cuya resolución no se avizora en un corto o mediano plazo.

Sin embargo, estas causas no aparecen en el informe del organismo internacional, que se limita a indicar la necesidad de designar a un Gobierno ‘comprometido con la reforma de la economía’.

La prioridad inmediata de las autoridades, según el texto, debería ser estabilizar la economía, aumentar la recaudación de impuestos, reducir las exenciones fiscales y tomar medidas para racionalizar el gasto público.

Una conclusión similar a la de expertos nacionales, que también abogan por la urgente revitalización de la producción agrícola, que le permitirá al país una mayor independencia económica, mientras disminuye la cifra de desempleo, y se reduce la inseguridad alimentaria.

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2020/02/el-fmi-y-su-papel-en-la-crisis-de-haiti-por-aneli-ruiz-garcia/
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Libro(PDF): «La educación en Haití : del abandono al caos»

Reseña: CLACSO

Haití está en ruinas. Su sistema educativo se encuentra entre las instituciones más afectadas del país como consecuencia del reciente terremoto que dejó doscientos mil muertos y un vendaval de calamidad. La información que suministraron el gobierno local y las agencias internacionales da cuenta de la destrucción física de más de la mitad de los establecimientos educativos nacionales, la muerte de cientos de docentes y personal escolar, además de varios miles de alumnos y alumnas en todos los niveles del sistema. El Ministerio de Educación ha sufrido también severos daños y la pérdida de técnicos y administrativos que se desempeñaban en la gestión educativa.

Después del terremoto, la educación haitiana se encuentra, como el país, en el más absoluto caos. Antes, estaba simplemente abandonada

Autores (as): Gentili, Pablo

Editorial/Editor: Siglo XXI

Año de publicación: 2011

País (es): Argentina

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-629-172-9

Descarga: La educación en Haití : del abandono al caos

Fuente e Imagen: http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?a=q&r=1&hs=1&t=1&q=Pedagog%EDa&j=dl&c=general&fqf=TX&Submit=buscar+en+CLACSO

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Sindicato de maestros denuncia corrupción en sistema de Haití

Centro América/ Haití/ 28.01.2020/ Fuente: www.telesurtv.net.

Los docentes afirma que, desde la nacionalización de las escuelas comunitarias, la Dirección Departamental de Educación deduce los impuestos de maestros, pero no los transfiere al ente respectivo.

La Plataforma de Sindicatos de Docentes del departamento haitiano de Artibonite (PSEA) denunció este lunes actos de corrupción al interior de la Dirección Departamental de Educación.

El presidente de la Plataforma, Didier Pierre, denunció durante una conferencia en la Unión Nacional de Normalistas y Educadores de Haití (Unnoeh), distrito de Deschaos, que cada año son malversados unos 7 millones de gourdes, que representan más de 76.000 dólares.

Pierre sostuvo que, luego de la nacionalización de las escuelas comunitarias en 2014, la Dirección Departamental de Educación deduce los impuestos de maestros y directivos, pero no los transfiere a la Dirección General de Impuestos (DGI).

«Hablo de 45 directores de escuela, a los cuales se les deduce 27.740 gourdes, alrededor de 300 dólares, de su salario anual; a 421 maestros 11.900 gourdes, 130 dólares, y 90 cuidadores, unos 10.800, más de 120 dólares», explicó Pierre.

El profesor apuntó que los docentes no solo están mal pagados, sino que se vieron obligados a pagar de su propio bolsillo para obtener la declaración final del impuesto sobre la renta.

Por su parte, medios locales reseñaron que la organización está a favor de las reivindicaciones del gremio y reiteraron sus reclamos de aumento salarial, cobertura de seguro médico, por lo que fijaron un plazo hasta el próximo 1º de marzo para recibir respuesta.

De no cumplirse sus demandas posterior a esa fecha, los profesores y docentes del departamento de Artibonite evalúan detener las clases en esa localidad, situada a unos 156 kilómetros al noreste de la capital del país, Puerto Príncipe.

Fuente de la noticia: https://www.telesurtv.net/news/haiti-sindicato-maestros-corrupcion-sistema-educativo-impuestos-20200127-0020.html

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La Educación resiste en Haití tras diez años del seísmo

Centro América/ Haití/ 21.01.2020/ Fuente: www.magisnet.com.

Este año se cumple el décimo aniversario de una de las mayores catástrofes que el planeta ha sufrido en el siglo XXI: un terremoto de grado 7,0 de magnitud que sacudió la capital de la República de Haití, Puerto Príncipe. El terremoto se llevó 220.000 vidas y causó 300.000 heridos, aproximadamente. Además, 1,5 millones de personas quedaron sin hogar.

El país incrementó el número de ayudas en el periodo de 2010 a 2013, contando con numerosas ONG que se volcaron en la restauración del país.

Hoy en día siguen luchando por combatir los problemas que causó el famoso terremoto y los fenómenos que le siguieron (ciclones en 2012 y 2016, sequías de 2013-14, otro terremoto en 2018, o la epidemia de cólera en 2010, solo unos meses después del terremoto de dicho año).

50%
DE NIÑOS haitianos en edad de escolarización están fuera de las aulas.

Escuela para todos

Las labores humanitarias llegaron a todos los ámbitos, incluido el de la Educación. Alrededor del 90% de las escuelas de Haití fueron dañadas o destruidas por el terremoto.

Las ONG, como Aldeas infantiles SOS, Entreculturas o Foi et Joie (Fe y Alegría) Haití, entre otras, se han encargado de volver a levantar escuelas y ayudar en las mejoras educativas, como la ampliación de escuelas y reconstrucción de centros educativos, formación de docentes, o Educación técnica de jóvenes para la reconstrucción del sistema educativo de la República de Haití.

Cerca de un 50% de niños haitianos en edad de escolarización, se encuentran fuera de las aulas, y uno de cada dos haitianos de 15 años en adelante, están sin alfabetizar, según el último informe de la ONU (2018).

Haití fue un país pionero en la región, instaurando una Ley de Educación Obligatoria. Sin embargo, su sistema educativo es uno de los más privatizados. Alrededor del 90% de sus escuelas son de Educación privada y se encuentran bajo la dirección de las iglesias, ONG o pequeños empresarios, donde estudian el 80% de la población escolar. La tasa de alfabetización adulta no llega al 60% y la de niños que asisten a un centro educativo no supera el 50%.

Estas ONG han tenido que paliar con el incumplimiento del compromiso del Ministerio de Educación de Haití. En muchos casos, han asumido el pago de salarios del personal docente y su formación, para garantizar una Educación de calidad a los niños y jóvenes de los centros de enseñanza.

Celigny Darius, Director de Aldeas Infantiles SOS en Haití «Los niños no pueden ir a la escuela y la vida se ha vuelto extremadamente difícil.

«

Educando en valores

Otra de las labores importantes, que en este caso ha puesto en marcha Entreculturas y Foi et Joie, de manera cooperativa, es la realización de proyectos específicos contra la violencia de género en los espacios de enseñanza, la transversalización de la equidad de género en programas curriculares, el respeto al medioambiente y el trabajo por la valorización y defensa de la cultura haitiana.

Pilar López-Dafonte, responsable de Acción Humanitaria de Entreculturas, agrega que, “a día de hoy las 17 escuelas que hemos construido se han convertido en un actor educativo de referencia en el país”.

Celigny Darius, director de Aldeas Infantiles SOS narra la realidad actual en Haití, “los niños no pueden ir a la escuela, las personas no pueden ir a trabajar y la vida se ha vuelto extremadamente difícil. El malestar social y el caos que vive el país nos recuerda al que siguió al terremoto de 2010”.

El 12 de enero de 2010 Haití sufrió un terremoto de grado 7,0 en la escala de Richter. Desde entonces, el país lucha por reconstruir el sistema educativo.

Fuente de la noticia: https://www.magisnet.com/2020/01/la-educacion-resiste-en-haiti-tras-diez-anos-del-seismo/

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Ministerio de Educación de Haití celebra reanudación de clases

América Central/Haiti/Telesur

Tras la súbita interrupción de las labores educativas, los estudiantes vieron vulnerado el calendario escolar, por lo que el Ministerio de Educación anunció que en los próximos días publicará el nuevo programa escolar.

El Ministerio de Educación Nacional y Formación Profesional de Haití (Menfp) resaltó este jueves 5 de diciembre a través de un comunicado, la reanudación de actividades escolares en algunas instituciones educativas en los pasados días, tras tres meses de intensas jornadas de protestas contra el primer mandatario de esa nación caribeña, Jovenel Moïse.

«El Ministerio de Educación Nacional y Formación Profesional acoge con beneplácito el compromiso del público en general y la comunidad educativa, en particular, por el respeto del derecho a la educación y la realización de actividades escolares», reza el comunicado de prensa del Ministerio de Educación de Haití.

Asimismo, el máximo rector educativo haitiano se mostró satisfecho por la vuelta a clases, a la vez que informó que hará lo justo por reajustar el calendario escolar y permitir que los educandos recuperen sus actividades académicas.

Con esta reactivación de clases las escuelas de Puerto Príncipe, capital haitiana, retoman el calendario escolar que debió ser interrumpido por las manifestaciones de calle que piden la renuncia del presidente Moïse.

En este sentido, algunas escuelas de la capital y otras ciudades del país dieron apertura a las clases para aquellos grados que debían tomar exámenes finales, de acuerdo con la agenda dictaminada por el Ministerio de Educación haitiano.

«El Menfp se complace en que la mayoría de los actores respondieron al llamado del Ministerio y entendieron que el derecho a la educación no puede esperar y debe ser respetado en todas las circunstancias», dijo.

La junta directiva de este pequeño grupo de instituciones que volvieron a abrir sus puertas, manifestaron que irán ampliando la atención de los estudiantes de manera paulatina, como una medida para resguardar la seguridad y el derecho a la educación de los menores de edad.

Fuente:

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Haití y la raza: tensiones y contradicciones para el feminismo antirracista y plurinacional (I)

Mujeres Haitianas
Haití y la raza: tensiones y contradicciones para el feminismo antirracista y plurinacional (I)

Diana Carolina Alfonso

Tanto la historia como el presente del pueblo haitiano pueden servir de vidriera para la historia del continente. El rol de las mujeres haitianas presiente revanchismo colonial y revolución social.
En el relato oficial de los años ‘90, las aperturas neoliberales se predisponían a diseñar al brazo del capitalismo internacional un porvenir marcado por el fin de la historia. Es decir, el fin de las ideologías y procesos de masas de carácter universalista, como el comunismo, el anarquismo, e incluso el mismo liberalismo filosófico republicano. El fin de la historia, como premisa destructiva de las históricas utopías emancipadoras mundiales, condensaba además un proceso de largo aliento, cuyo quiebre estratégico tendría que ver con el desgaste de los Estados de bienestar.
A este discurso nordocéntrico (situado en las realidades del norte de poder internacional: EE.UU. y los países céntricos de Europa) debemos sumar los procesos de descolonización en África y Asia. Lo que el neoliberalismo lee como fin de la historia, las periferias mundiales lo vivimos como el deterioro de la dominación eurocéntrica, con sus formas de dominación directa colonial. Como lo atestigua Frantz Fanon en los Condenados de la tierra, los procesos de descolonización, aunque tuvieron por objetivo la destrucción del sistema colonial europeo y estadounidense, fueron fuertemente torpedeados por el colonialismo interno y la cooptación estratégica de los mandos altos y medios de poder.
Las burguesías nacionales habían sido educadas durante décadas en el corazón imperial europeo. En la actualidad, aunque formalmente las periferias del mundo gocemos de aparatos autónomos devenidos de luchas cruentas contra la dominación extranjera, como Constituciones, Sistemas Educativos e Instituciones Financieras Nacionales, en la realidad estamos lejos de gozar de autonomía política, financiera o cultural.
La colonialidad persistente es un grave lastre de las dependencias colonialistas. El resultado es el reforzamiento de discursos y prácticas basados en el odio racial, clasista y machista.  En el caso haitiano, el racismo sexo-genérico está relacionado con una impronta de clase.
Las viejas élites mulatas de Pétionville (Ciudad de Petión, en nombre del prócer revolucionario mulato, letrado y propietario) coordinaron la vida política y económica del país durante años, dejando a fuera a la totalidad de la población. En la actualidad el cuerpo jurídico está en francés y los Liceos prohíben el creol al 99% del pueblo que habla la lengua local.
En una operación historiográfica desastrosa Jean-Jacques Dessalines, referente máximo de la revolución anti esclavista, por negro e iletrado, es degradado y puesto linealmente, codo a codo con Petión. Otra de las operaciones historiográficas de la colonialidad del saber, fue borrar el papel prominente de las mujeres en la revolución. Cécile Fatiman, la responsable de convocar la rebelión dedal de la revolución en Bois Caimán, ha sido totalmente olvidada. Olvido premeditado, dicho sea de paso, por las lógicas del poder epistemológico patriarcal y colonial.
En el libro más leído sobre revoluciones al interior de nuestras academias, El Siglo de las Revoluciones de Eric Hobsbawm, la revolución haitiana -primera revolución independentista de la modernidad, primera gesta anti esclavista de la historia universal moderna- solamente aparece en dos menciones: un renglón sobre esclavitud y un pie de página.
En Haití, la colonialidad racista y misógina es un lastre del revanchismo que tuvo que pagar la Nación por atreverse a reventar las cadenas de la esclavitud y gritar, por vez primera en el continente “Libète ou lanmò”, libertad o muerte en palabras del gran Dessalines.  Tras el terremoto del 2010, Haití viene sufriendo un total desguace de sus recursos.
El negocio de la lástima campea. Según el sociólogo Lautaro Rivara, de la Brigada Dessalines, el negocio de la ayuda internacional, vehiculizado por cientos de ONGs de los centros de poder, ha provocado un desdoble total de la economía.
El capital que circula a través de la llamada ayuda internacional ronda buena parte del Producto Interno Bruto del país. Sin embargo, el injerencismo internacional no puede pensarse sin la ocupación del territorio y de la humanidad que en él habita.  Tras el terremoto, más de un millón y medio de personas fueron evacuadas a las periferias de Puerto Príncipe y otras urbes en campamentos totalmente desprovistos de acondicionamiento digno para la vida. En esos días se registraron 250 casos de violación, cifra nimia si se tiene en cuenta la globalidad del proceso destructivo que se ha perpetrado desde entonces.
En los últimos dos años el pueblo haitiano se ha rebelado contra el imperialismo que les empuja a la muerte, la explotación o la prostitución. En mayo de este año, las organizaciones de izquierda, movimientos políticos, y organizaciones juveniles, tomaron las calles para reclamar contra la violencia sexual devenida tras la ocupación del país por organismos como la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) donde la bota militar de los países participantes franquearon toda ética, violando, abusando laboralmente y explotando sexualmente a mujeres, niños y niñas.
La movilización se llevó a cabo en las inmediaciones de la Universidad de Quisqueya en la capital, Puerto Príncipe. Bajo el hashtag #PaFèSilans (“No te calles”, en creol haitiano) surgió el primer movimiento masivo de mujeres que esboza definiciones programáticas de carácter feminista, urgentes para la democratización de la vida nacional.  Uno de los requerimientos fue la creación de un cuerpo jurídico que tipifique la violencia contra las mujeres y las infancias.
Ya en el 2015 había sido llevado a cabo un proyecto que no pudo adelantarse por el cierre del Parlamento. Otra de las medidas que exigen las mujeres tiene que ver con la capacitación efectiva en problemas de violencia sexo-genéricas. Al día hay una total escasez de capacitación en el tema, como de políticas de asistencia y acompañamiento a víctimas. En síntesis, Haití expresa la inagotable fuerza del revanchismo colonial. Al agravio del hambre se suma la total desregulación del mercado de trabajo.
El peso de las maquilas textiles agudizan las pésimas condiciones de vida de las mujeres que mal viven para trabajar en los talleres. La miseria de las maquilas es la esclavitud del presente y tiene cuerpo de mujer.  Ver a Haití es ver un futuro posible. Tanto si nos movilizamos para cambiar la historia, a pesar de los límites de la imaginación, como si nos quedamos viviendo y parasitando al rededor de la lástima como cualquier ONG.

(*)La Autora es Integrante de la Cátedra de feminismos populares y latinoamericanos “Martina Chapanay”

Autor: Diana Carolina Alfonso
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