Acceso inclusivo al sistema educativo a todos los niveles, institucionalidad y garantías en materia de aseguramiento, son de los principales objetivos del plan.
La Asociación para una Sociedad más Justa-Honduras (ASJ-H) y diversas instituciones educativas presentaron este lunes una propuesta para revitalizar y fortalecer el sistema educacional, duramente afectado por la pandemia de la Covid-19, generando deserción masiva de docentes, y la crisis multifactorial que afecta a ese país.
Bajo el nombre de Propuesta de Fortalecimiento Educativo por Honduras (Foreduh) y con protagonismo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec), y la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (Upnfm) en su creación, el programa tiene en el acceso inclusivo al sistema educativo uno de sus principales objetivos.
Al que se suma el aseguramiento de aprendizajes pertinentes relevantes y eficaces, y la institucionalidad descentralización y democratización de la enseñanza, en medio de un escenario actual que vive la nación con más de un millón de estudiantes fuera de las aulas; y que entre 2018 y 2021 vio caer en un 17 por ciento la cifra de estudiantes matriculados en el sistema educativo público.
“Debemos despojarnos de los intereses políticos y conducir el país hacia una transformación del sistema educativo que traiga más equidad, mayor calidad, más cobertura, y una buena gestión descentralizada”, indicó el rector de Unitec, Marlon Breve.
Por su parte, el director de la ASJ-H, Carlos Hernández, destacó que lograr a corto plazo el retorno de los educandos a las aulas y el acceso a la tecnología y la conectividad, en función de recuperar niveles de aprendizaje, y mejorar el rendimiento constituyen prioridades.
Entre las que también expresó se encuentra la rehabilitación de centros escolares cuya infraestructura es precaria, y su déficit se profundizó tras el paso de los meteoros Eta e Iota; sumado al abandono a las aulas durante cerca de dos años como efecto de la pandemia del coronavirus.
Justamente la Covid-19 forzó a las autoridades a establecer la metodología virtual dentro de los planes de enseñanza, solo que durante 2020 únicamente unos 800 mil estudiantes lograron recibir clases virtuales y, como consecuencia, se perdió un 30 por ciento de aprendizaje en lectura y matemáticas.
Además, hacia el 2019, la cobertura educativa en el país de séptimo a noveno grado era de un 48.5 por ciento, mientras que actualmente solo se abarca un 44.7, siendo el grupo más afectado según lo develado por ASJ-H, el de la enseñanza preuniversitaria con una cobertura de apenas 24 puntos porcentuales.
Añaden estudios realizados que la generación educativa de 2020 tendrá un promedio de ingresos económicos 3 por ciento menor, debido a la pérdida de habilidades escolares; al tiempo que la diferencia de aprendizaje entre los alumnos de escuelas públicas respecto a los de instituciones privadas, aumentará de dos a tres años en cuanto al tiempo de aprendizaje.
El economista Alejandro Aronne, cuestionó que en Honduras se tenga en total abandono el sistema educativo y se invierta más en seguridad.
“Sabemos muy bien que hay un presupuesto que se incrementó en 20 mil millones de lempiras, llega a los 288 mil millones de lempiras. El problema tradicional que se ha presentado en Honduras en materia presupuestaria son las malas reasignaciones”, señaló.
Recriminó que en lugar de destinar recursos a salud y educación, tradicionalmente se han destinado a defensa y seguridad.
Con la pandemia de la COVID-19 reconoció que hubo un cambió por la crisis sanitaria que obligó a una reasignación presupuestaria para algunas secretarías y sectores que no habían recibido reasignaciones antes.
“Tenemos un presupuesto aprobado en el Congreso Nacional y el nuevo gobierno tendrá que sujetarse al mismo, sin embargo, se denota la falta de priorización en el hondureño en el sentido que sí queremos transformar Honduras, se debe educar al hondureño porque el capital humano es importante, la transformación de Honduras viene por ahí -educación- y es lo que menos se ha priorizado”, agregó.
Reprochó que se haya puesto en segundo plano el tema educativo, no obstante, espera que el próximo gobierno sin importar el color político, conduzca a una reforma educativa y siente las bases para un cambio educativo y transformación de Honduras.
La Comisión Nacional para la Erradicación Gradual y Progresiva del Trabajo Infantil en Honduras definió este martes la hoja de ruta para dar cumplimiento al plan 2021-2025 para la prevención y erradicación del trabajo infantil en todas sus formas.
El documento fue aprobado durante la primera sesión ordinaria que celebra ese año la Comisión Nacional, que dirige la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social, según un comunicado de la estatal Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf).
El subsecretario hondureño de Trabajo, Cristóbal Corrales, destacó la importancia de «unir esfuerzos» para erradicar el trabajo infantil en el país centroamericano.
Además, es necesario que exista «voluntad» entre todas las instituciones gubernamentales y organismos involucrados en la construcción de la hoja de ruta, para que «no sólo quede en papel, sino que trascienda a la práctica para que en el 2025 el escenario sea diferente».
Un total de 364.765 niños y adolescentes hondureños de entre 5 y 17 años trabaja en Honduras, principalmente en labores agrícolas, según cifras oficiales.
El 66,8 % se concentra en el área rural y un 33,2 % en el urbana, y la mayoría de los menores trabaja en labores agrícolas, silvicultura, caza y pesca, comercio, industria manufacturera y construcción.
La hoja de ruta comprende diez líneas estratégicas orientadas a «asegurar que antes de la edad mínima permitida para trabajar en el país (14 años), los niños, niñas y adolescentes no se dediquen a una ocupación o empleo, máxime si es perjudicial para su salud, educación, o impida su desarrollo físico, mental o moral», según la información.
El documento contempla el desarrollo de cursos básicos sobre el trabajo infantil y adolescente peligroso, visibilizar las buenas prácticas desarrolladas en la lucha contra el trabajo infantil, así como la elaboración de una guía autodiagnóstico para empresas, organizaciones y micro emprendimientos en cumplimiento a la legislación en trabajo forzoso e infantil.
Las autoridades hondureñas también acordaron realizar un proceso de socialización de la hoja de ruta para prevenir el trabajo infantil en los 298 municipios del país.
Con la hoja de ruta, que demanda «una aplicación y ejecución conjunta», el Estado de Honduras se suma al compromiso de Naciones Unidas de declarar 2021 Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil, y fortalecer el Sistema de Garantía de Derechos Niñez y Adolescencia en el país, señala la información oficial.
América Central/Honduras/23-08-2021/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net
“No hay vacunas para todos los hondureños», dijo el presidente del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras, Fidel García
El magisterio de Honduras rechazó este martes la medida de reiniciar clases presenciales desde el próximo 16 de agosto, aludiendo que no hay garantías a causa de la pandemia que azota a la nación centroamericana.
El presidente del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras, Fidel García, declaró ante medios locales que solo faltan 65 días para terminar el año escolar, pero no es posible un llamamiento a clases, «ni siquiera de manera semipresencial», agregó.
García insistió que en estos momentos lo que se trata es de salvar vidas y en eso se fundamenta la posición de los docentes. “No hay vacunas para todos los hondureños” afirmó.
“Lo que debieron hacer hace seis meses lo están queriendo hacer de cara a la carrera electoral”, reafirmó Fidel García. Por su parte el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) precisó que en el país han sido vacunados 3.292.889 de ciudadanos, cifra muy inferior a lo presupuestado.
“La infraestructura básica sigue colapsada y no hay material de bioseguridad para las escuelas”, denunció el dirigente, mientras que el ministro de Educación de Honduras reafirma en que existe un protocolo de seguimiento.
“El personal de los centros educativos cuenta con los protocolos necesarios para la reapertura de la semipresencialidad que incluye estructura, agua y saniamiento, vacunación del personal docente y administrativo y también la bioseguridad”, indicó el ministro Arnaldo Bueso.
En el último parte de actualización de la situación de la Covid-19 en el país, la Secretaría de Salud precisó que se reportan 3.596 nuevos positivos a la Covid-19 para un acumulado de 319.831 diagnosticados y un total de 8440 casos confirmados.
Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/honduras-profesores-rechazan-clases-presenciales-pandemia-20210817-0037.html
Los centros educativos públicos estarán iniciando el retorno gradual a clases semipresenciales el próximo 26 de agosto.
El ministro de Educación Arnaldo Bueso, manifestó que el proceso de retorno a clases semipresenciales será gradual, tanto para centros gubernamentales como no gubernamentales.
El funcionario indicó que el regreso a las aulas será de manera paulatina debido a que hay que seguir todo un proceso que incluye vacunación y medidas de bioseguridad.
Bueso agregó que los maestros ya cuentan con la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus, y esperan a que llegue la fecha de la segunda dosis para un retorno a clases semipresenciales de forma gradual.
“El 26 de agosto es la fecha para que los centros educativos gubernamentales inicien; que de igual forma no significa que el mismo 26 todos arranquen va a ser un proceso gradual”, sostuvo.
Algunos de los centros educativos que van a iniciar clases semipresenciales están en Choloma, Comayagua, San Pedro Sula, Distrito Central, La Ceiba y Copán Ruinas.
La aceleración impuesta por las autoridades a las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) ha sido fuertemente criticada por amplios sectores de la sociedad hondureña. Las protestas se han multiplicado en todo el país y cada día hay organizaciones de diferentes ramas que se suman al rechazo de las ‘ciudades modelo’ (charter cities).
Mientras estoy escribiendo la segunda parte de este reportaje, llega la noticia de movilizaciones y tomas de puentes y carreteras en La Ceiba. Los grupos aglutinados en el Movimiento Social Organizado (MOSO) exigen que se derogue la Ley Orgánica de las ZEDE, y que en todos los 298 municipios del país se realicen cabildos abiertos para declarar los territorios libres de ZEDE.
Miriam Miranda, coordinadora de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh), asegura que no se trata de un proyecto aislado, sino que es parte de un proyecto político bien definido, de un modelo perverso de vaciamiento y venta de territorio nacional y de expulsión de comunidades.
“Es una apuesta de la narco-dictadura que gobierna en Honduras. Tenemos una década luchando contra este proyecto. Comenzamos a recolectar firmas y presentamos recursos de inconstitucionalidad en contra de las Regiones Especiales de Desarrollo (RED). Sabíamos que los pueblos indígenas, las comunidades garífunas, iban a ser las más afectadas”, explica Miranda.
“Finalmente logramos que se declararan inconstitucionales y tuvieron que dar un golpe de estado técnico en contra de la Sala de lo Constitucional para revertir el proceso. Eso fue gravísimo porque hundieron aún más la institucionalidad del país, que ya estaba quebrantada después del golpe de 2009. Luego les cambiaron el nombre a las RED y se inventaron las ZEDE”, recuerda la dirigente garífuna.
– ¿Qué pasó después?
– El proyecto quedó como dormido durante varios años, hasta que de repente, en marzo, explotó la protesta en Crawfish Rock contra la ZEDE ‘Roatán Próspera’, montada por un consorcio de inversionistas internacionales (Honduras Próspera) sin consultar a nadie.
Eso despertó una alarma y la gente comenzó a reaccionar. Hay como un despertar del pueblo, de las comunidades y también de algunas municipalidades. Se están organizando y movilizando de forma espontánea. Están pidiendo declarar sus territorios libres de ZEDE. Es muy interesante lo que está pasando.
– ¿De qué manera está participando Ofraneh?
– Somos parte de la campaña contra las ZEDE y nos estamos coordinando con movimientos y organizaciones de La Ceiba para impulsar acciones. Hay toda una efervescencia alrededor de esta lucha y también hay alcaldes dignos que la están asumiendo y respaldando.
– Decías que las ZEDE no son algo nuevo.
– Desde los tiempos de la Colonia nos han venido imponiendo una economía de enclaves, entregando territorios enteros a las compañías bananeras, a las mineras, a la agroindustria y, más recientemente, a las maquilas (zonas francas).
Las ZEDE son una profundización, una extremización de ese mismo modelo. Un modelo entreguista al capital trasnacional, que le garantiza enormes privilegios en nombre de un falso progreso y de la ilusión del desarrollo y la generación de empleo.
Tal vez no fuimos capaces de entenderlo de inmediato, pero se trata de un proyecto político bien estructurado y muy peligroso, que viene con todo para vaciar territorios, expulsando comunidades y pueblos.
– ¿Qué es lo que más le preocupa?
– Un elemento que nos preocupa sobremanera es la tercerización de la justicia, la renuncia de la soberanía. ¿Qué va a pasar con todos aquellos mecanismos internacionales de protección de los derechos humanos? ¿Qué va a pasar con los tratados internacionales, con el Convenio 169 de la OIT, con las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre las comunidades garífunas de Triunfo de la Cruz y Punta Piedra?
También va a haber más desplazamiento. Ya hay comunidades garífunas que han quedado medio vacías y esto va a empeorar. La gente se va a ir no solamente por la miseria, la violencia, la presencia del crimen organizado, sino porque los que impulsan las ZEDE van a meter mucha plata (dinero) para “convencerla” a desplazarse. Necesitan de territorios vacíos y las pequeñas comunidades van a ser las principales afectadas.
Una vez más, Honduras se convierte en un laboratorio para experimentar nuevas estrategias y modelos nefastos. Lo hicieron con el golpe de Estado de 2009, lo repitieron con el golpe técnico de 2012 y lo volvieron a hacer con el golpe electoral de 2017. Y como les funcionó, vuelven ahora a montar otro laboratorio para ensayar un modelo que legaliza la destrucción de la institucionalidad y la soberanía, dejando ‘cancha abierta’ a los intereses de la oligarquía nacional y el gran capital transnacional.
Lo más valioso ahora, como te decía, es la reacción del pueblo. No está aceptando esta imposición, se está organizando y se está rebelando en varias partes del país. No quieren ZEDE en sus territorios. La pregunta del millón es: ¿respetarán la decisión del soberano?
– Ya han aprobado tres ZEDE. ¿Hay informaciones sobre otras en territorios garífunas?
– Además de Roatán y La Ceiba (Honduras Próspera LLC), Choloma (Ciudad Morazán) y San Marcos de Colón (Orquídea), sabemos que ya está identificada otra en la Bahía de Trujillo, donde están los inversionistas canadienses y donde, en los últimos diez años, ha habido un enorme pérdida de territorio ancestral garífunas y una profundización de la criminalización y judicialización de líderes comunitarios y defensoras de la tierra. Lamentablemente hay un secretismo absoluto de parte del gobierno alrededor de nuevas ZEDE.
– Faltan pocos meses para las elecciones generales. ¿Qué relación hay con el tema de las ZEDE?
– La aceleración impuesta a las ZEDE también tiene que ver con el tema electoral. El partido de gobierno y el mismo Juan Orlando Hernández, ambos deslegitimados y cuestionados nacional e internacionalmente, necesitan de una tabla de salvación y están jugando esta carta, prometiendo como siempre la falacia de más empleo y desarrollo.
En Honduras hay casi el 80% de economía informal y a las personas no les queda otra opción que el rebusque. Es a ellas que les van a ofrecer la ilusión de las ZEDE, para crear una expectativa y ganar credibilidad. Sin embargo están equivocados, porque desde hace rato que se les cayó la mentira.
Como pueblo tenemos un reto grande que es derogar la ley de las ZEDE. Lamentablemente, la política no ha sabido o querido conformar una plataforma de oposición unificada para parar este proyecto. Hasta el momento la política no ha hecho prevalecer el bien común y el futuro del país sobre los intereses personales.
En un país postrado como el nuestro, con una institucionalidad quebrantada, debemos apuntar a crear un nuevo modelo de convivencia, un nuevo modelo de país que sepa romper definitivamente con esta oligarquía y el capitalismo voraz.
Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Joel Perdomo)
Antes tenía que salir a la calle a pedir para poder comer, pero un día vine aquí y él (Mario) me dijo que no debería andar pidiendo, que si yo quería podía ayudarle y él me daría al menos la comida, y así fue como me quede aquí, dijo Elvin Sánchez, un adolescente de 14 años que colabora en un pequeño negocio de venta de verduras y frutas.
– La niñez acorralada por la pandemia ha migrado de la escuela al trabajo, dice experta.
– El trabajo infantil tiene en riesgo al 16% de la niñez en Honduras.
Todos los días y muy temprano baja caminando de lo más alto de la colonia Raúl Girón en Talanga, su caminata dura un poco más de 20 minutos hasta llegar a la avenida principal del municipio, donde muchas personas, venden sus productos, en el lugar es muy común ver a infantes ganarse el pan de cada día.
La población infantil en Honduras es de 2 millones 472 mil 798, esa cifra representa el 26% de en un país con más de 9.6 millones; de esa cantidad de menores, 412 mil 122 son niños y adolescentes que trabajan para ganarse la vida, es decir que el 16.67% desarrolla labores que representan un riesgo, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), define el trabajo infantil como toda aquella acción que priva a los niños de su infancia, su potencial y su dignidad, es además perjudicial para su desarrollo físico y psicológico; porque los excluye de sus derechos como el acceso a la salud y a la educación.
Trabajo por el estudio
Él (Elvin) actúa como si fuese el dueño del negocio, sabe a la perfección dónde está ubicado cada producto, conoce el precio de más de 15 de estos, que se venden en cuatro carretas llenas de frutas, verduras y otras mercancías; a la par está Mario, (propietario) quien, por su parte, atiende a las personas y es quien cobra, lo que Elvin le indica.
Elvin sabe sumar y restar, no necesita calculadora para saber cuánto gastan los clientes; siempre está listo para atender a quien llega a lugar, su faena inicia las 7:30 AM y termina a las 4:00 PM, entre esas horas se gana dos tiempos de comida y algo de dinero para llevar a su hogar, donde vive con su abuela y su mamá.
Antes de la llegada de la pandemia, trabajaba media jornada en la mañana, porque en la tarde estudiaba, ahora su día es distinto ya que solo trabaja, pues las clases en línea no son de su agrado. “Espero que esto termine para poder regresar al colegio”, dijo mientras se acomoda su desgastada mascarilla para protegerse del COVID.
A su padre no lo conoció y su madre es una mujer que se dedica a lavar ropa, su abuela por su edad, ya no puede laborar, “pero ella cuida la casa mientras nosotros salimos a trabajar” cuenta Elvin, justo en el momento en que amarra dos libras de tomates que un cliente le requiere.
¿Y te contagiaste de COVID? Le consultó al infante el enviado de Proceso Digital, mientras le observa y acompaña, y respondió: No, que yo sepa no, nunca he sentido nada, ni tos, ni gripe, tampoco mi mamá ni mi abuela, ellas están bien gracias a Dios, concluyó.
En Honduras más 50.5% de menores de edad realizan labores agrícolas, un 20% en el comercio, un 10.6% en la industria manufacturera, 3% en la construcción y el restante 17% entre otras labores que son consideradas de alto riesgo para los niños y niñas en Honduras.
Niños en condición vulnerable
Como Elvin, hay al menos 412 mil 122 menores, el 16% de la población infantil de la nación, que trabajan a diario para ganarse la vida, desarrollan labores que suelen ser sumamente peligrosas ya que les toca salir de sus viviendas, tomar sus propias decisiones, además por trabajar, se autoexcluyen de derechos fundamentales como la salud y la educación.
Basta con un pequeño recorrido por el Bulevar Morazán en la capital de Honduras, donde se aprecian decenas de menores de edad vendiendo cacahuates, dulces, bolsitas de agua, mascarillas, repuestos para automóviles, otros se dedican a limpiar vidrios en los escasos 120 segundos que marca la parada de vehículos en los dos semáforos que funcionan en el lugar.
Cuando solo faltan 10 segundos para que semáforo se ponga en verde, Carlitos, abandona la calle y se coloca a la orilla, espera nuevamente la señal en rojo para poder ofrecer cacahuates en el mayor tiempo posible a unos cuatro o cinco conductores de vehículos para ofrecer sus productos, pocos le compran, pero él sigue ofreciendo.
Dinero para la comida
Carlitos sale todos los días de la colonia El Carrizal, ubicada en salida al norte de la capital, hasta el bulevar en mención, para comenzar su día a ofrecer cacahuates con sal y dulces, los vende a cinco lempiras y generalmente se logra ganar un poco más de 130 lempiras diarios, ese dinero lo lleva a su hogar para costear la alimentación.
¿Y porque vienes hasta acá para vender? Le consultó el interlocutor de Proceso Digital, – “Pues porque aquí se me permite vender libremente, allá (en la zona donde vive), los lugares buenos para vender ya están muy ocupados, entonces se vende menos y se gana menos, por eso yo prefiero venir hasta acá”, comentó.
Dijo que no viene solo, que en la otra cuadra un amigo está trabajando. ¿Y a qué se dedica tu amigo? – “él limpia vidrios y a veces vende mascarillas”.
La pandemia, el detonante
El “Análisis Situacional de Derechos de la Niñez y Adolescencia en el Municipio del Distrito Central” elaborado cada año por Aldeas Infantiles SOS, Save The Children y World Visión, indica que más de 17 mil menores en edades de entre 5 y 7 años se encuentran laborando. Esta cifra representa un 6% de una población infantil de 400 mil en el municipio.
La pandemia ha sido un detonante que ha provocado el colapso de las sociedades sin excepción, Honduras se encuentra muy golpeada y eso ha incrementado considerablemente el trabajo infantil, eso nos indica que la niñez no tiene un futuro prometedor, comentó Elsa Ramírez, directora de Previsión Social de la Secretaría del Trabajo.
El trabajo infantil es permitido en Honduras, pero para adolescentes mayores de 14 años, sin embargo, la mayoría de los menores que trabajan no cuentan con permiso laboral, porque prefieren el sector informal donde no hay tantos requisitos para desarrollar una actividad que le permita obtener algo de dinero. Se trata de la diferencia entre comer o no y muchas veces entre vivir o dejarse de la mano de Dios.
Las ciudades con trabajo infantil
Al respecto, Ramírez, sostiene que no todo lo que se mira en la calle, es trabajo infantil, ese es un problema mayor para el país, porque esos son menores que están en un riesgo inminente, que, pese a que desarrollan una actividad para lucrarse, no hay disciplina para mejorar las oportunidades, su esfuerzo se encamina a obtener dinero y nada más.
El país afronta una grave crisis de mendicidad, este fenómeno se manifiesta cuando uno de los miembros de la familia está presente en las actividades laborales que desarrollan los menores en las calles y avenidas de una determinada ciudad, “es lamentable porque los padres creen que si su hijo les ayuda van a mejorar su condición económica”.
Tegucigalpa, San Pedro Sula, La Ceiba, Choluteca y Roatán, son las ciudades donde el fenómeno del trabajo infantil se ha acentuado; es por ello por lo que son esos lugares los que deberían intervenirse para reducir el impacto de este tema que afecta a más de 400 mil menores que no tienen oportunidad de estudio.
Pocos permisos y falta de presupuesto
“Las cifras podrían ser mucho mayores, porque no se tiene un dato preciso, sin embargo, estos infantes no tienen un buen futuro, porque no están estudiando, no se están preparándose para mejorar su condición de vida, es decir están cerrando la puerta a las oportunidades”, contó Ramírez.
A todo esto, la Secretaría del Trabajo, apenas otorgó 342 permisos de trabajo a adolescentes a nivel nacional, esta cifra tiene que ver con que son pocas las familias interesadas en que sus hijos trabajen conforme a la ley; porque gran parte de ellas se dedican al comercio informal entonces sus hijos siguen esa línea.
“Yo considero que Honduras debe tomarse tiempo para revisar las peores formas de trabajo infantil y erradicarlas, ya que aquí tenemos muchas como: la minería, cohetería, agricultura, buceo, melón, langosta y trabajos domésticos; tenemos programas preventivos pero los mismos no son suficientes”, indicó la funcionaria.
Añadió que una de las debilidades que afronta el país para contrarrestar ese fenómeno, es que no se tiene un presupuesto asignado para atender como corresponde, tampoco se tiene un dato exacto de los niños trabajando, no se sabe quiénes son y dónde están exactamente.
Dos amigos y un trabajo
En el centro de la ciudad capital, Álex de 13 años, hala en su silla de ruedas a su viejo amigo –José-, ambos viven en una colonia cercana al lugar donde todos los días se mueven para vender productos como gel de manos, mascarillas y alcohol clínico.
Ellos tienen un poco más de dos años de trabajar juntos, y no precisamente vendiendo productos para la bioseguridad, ya que, para poder vender, buscan mercancías de acuerdo con la época “ahorita lo que más vendemos son mascarillas, porque ya sabe estamos en pandemia”, comentó José.
El pequeño Alex recorre todo el centro de la ciudad con su amigo, mientras lo carga va anunciando que lleva mascarillas, guantes, gel antibacterial y alcohol; su acompañante acomodado en una vieja silla de ruedas muestra las mercancías a las personas que deambulan por una de las zonas más visitadas de centro de la ciudad.
Como ya se acercan las 4:00 de la tarde, ambos se ponen de acuerdo para merendar algo después de una cansada y soleada jornada, entonces Alex deja a José en un sector con sombra en el parque Central de Tegucigalpa y se desplaza a comprar la comida, ese día decidieron comprar una pizza de 100 lempiras para llevar a casa.
“A veces gano hasta 150 lempiras, para mi es bueno porque es peor no tener nada, desde que le ayudo a él, pues tengo algo de dinero, más que todo a mí me sirve para comer y comprar ropa de vez en cuando, hay días que nos va mal, pero al menos sacamos la comida”, relató.
Alex no estudia porque prefiere trabajar, pues de no hacerlo, no tendría como ayudarles con la comida a sus tíos con quienes vive desde hace 6 años. Conoce poco de sus padres, pero vive agradecido porque al menos tiene que comer y por ello no tienen nada de qué avergonzarse.
El Ministerio Público
El Ministerio Público, cuenta con dos dependencias para atender conflictos en menores de edad, la Fiscalía Especial de la Niñez y la Unidad Contra la Trata y Explotación Laboral; ambas constantemente están desarrollando acciones preventivas de abusos contra niños y niñas.
“Son estas dos dependencias las que casi siempre le dan el seguimiento respectivo a los casos que se detectan, los mismos están fuera del marco legal de trabajo de los menores”, comentó un funcionario del Ministerio Público en conversación con Proceso Digital, al tiempo que sostiene que las acciones son constantes durante el año.
Hace escasos días, ambas fiscalías en el marco de la Operación Omega VI, realizaron inspecciones en sectores como: El Hatillo, La Tigra, La Cantadora, El Piliguin, Los Plancitos, con la finalidad de verificar que no se está utilizando mano de obra infantil en labores de agricultura en la siembra de repollo, zanahoria y cultivo de flores ornamentales.
La Fiscalía acciona cuando el ente administrativo – en este caso la Secretaría del Trabajo-, considera que existen ilícitos en una determinada acción, si la investigación comprueba, entonces se procede con la denuncia. Otra forma es cuando se realizan operaciones sorpresas en los campos donde se presuma que hay menores, concluyó.
Sin datos exactos sobre el trabajo infantil
Olvin Villalobos, ministro de la Secretaría del Trabajo y Seguridad Social, dijo que es lamentable que esa gran cantidad de menores se encuentren en esa situación, ya que los niños y adolescentes, no deberían estar trabajando sino estudiando porque esa es la base fundamental para su desarrollo de un país.
Sin embargo, asegura que se hacen esfuerzos máximos de parte de la Secretaría, para realizar constantemente inspecciones a nivel nacional de manera que se verifique que en algunas empresas no se esté utilizando fuerza laboral infantil “porque es inaceptable desde todo punto de vista”, indicó el funcionario.
“Nuestros esfuerzos están encaminados a que esas cifras disminuyan; estamos buscando alternativas de solución, pronto tendremos apoyo de la comunidad internacional, lograr tener una base de datos, así como mediciones completas para saber dónde están y que hacen los niños”, indicó Villalobos.
Asimismo, sostiene que urge la implementación de un plan de intervención para erradicar el trabajo infantil, ya esa propuesta debe seguirse construyendo mientras a la par se siguen desarrollando acciones para no dejar que problema sea aún mayor.
El trabajo infantil se expande…
Según la OIT unos 160 millones de niños trabajan en todo el mundo y en los últimos cuatro años, se registra un incremento de 8.4 millones de infantes que decidieron trabajar; la mayoría de ellos se encuentran en situación de riesgo debido a las labores que desarrollan y a la llegada de la pandemia del COVID-19.
Un informe publicado recientemente por el organismo, señala que “los avances para erradicar el trabajo infantil se han estancados por primera vez en 20 años”, que además la tendencia de esos esfuerzos se han invertido, esto, en relación a que entre el periodo 2000 – 2016, las cifras de estos casos se redujeron en 94 millones.
Según la Organización Internacional del Trabajo, el 70% de los casos de trabajo infantil -112 millones de niños y niñas- desarrollan labores en el sector agrícola, seguido del 20% -31,4 millones de infantes que se dedican a brindar servicios y el 10 por ciento -16,5 millones de menores trabajan en el sector industrial.
De los 9 millones 444 mil 679 de hondureños, según el Instituto Nacional de Estadística, el 51.33% son mujeres y 48.67 hombres; pero de ese total, 2 millones 472 mil 798 son niños y niñas y por sexo representan el 50% para cada uno, es decir que el 26% conforman la urbe infantil del país.
La llegada de la pandemia a Honduras disparó el desempleo abierto de 5.7 al 10.9 %, según cifras oficiales, este incremento significó más de 445 mil nuevos desempleados en la nación, que cuenta con una Población Económicamente Activa de 3 millones 655 mil 653.
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