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Educación pública, muerte silenciosa y pandemia

Por; javier Suazo

La Covid-19 profundizó las brechas de desigualdad en la educación, ya que más de 1600 millones de estudiantes, a nivel mundial, abandonaron las aulas porque cerraron las escuelas.

Cada vez se hace más necesario contar con individuos críticos y creativos que comprendan su mundo, lo cuestionen y persigan lo perfectible”

Andrews Paiva

 

Las llamadas políticas públicas universales, hace mucho tiempo desaparecieron de Latinoamérica. Cada vez más el Estado ha ido trasladando parte de las competencias, funciones y recursos en este campo a actores privados, algunos disfrazados de ONGs y otros de iglesias evangélicas. Igual, la descentralización y sus modalidades “impuras” como la desconcentración y terciarización, han acelerado este proceso, ya que los gobiernos subnacionales y locales encuentran más fácil negociar con centros de enseñanza privada para que presten este tipo de servicios, que asumir la responsabilidad que implica la enseñanza pública, garantizando acceso permanente y educación de calidad a la población.

Los gobiernos asignan menos recursos a los presupuestos de educación, salud y protección social, por lo que, en el caso de la educación, las familias se ven orilladas a buscar conocimiento en escuelas y universidades privadas, o simplemente, por los altos costos y aumento del desempleo y pobreza, renunciar a dicho conocimiento. La alta deserción escolar tiene explicación en esta realidad, pero también en la ausencia de nuevos enfoques y metodologías de enseñanza que utilicen al máximo recursos locales que ligan la presencia en las aulas o talleres de clase, con el trabajo material que se realiza dentro y fuera del hogar.

Varios países latinoamericanos, entre lo que destaca Uruguay y Costa Rica, le apostaron a la educación con políticas de cobertura universal, incluso en el marco de la vigencia de programas de ajuste económico, donde la orden del día era recortes de gastos sin excepción; prácticamente, con el respaldo de la población, convencieron a los OFIs, de la importancia de mantener o aumentar en forma vegetativa el gasto en educación. Con todo lo que ha significado el bloqueo a Cuba, la educación es uno de los pilares donde ha descansado el desarrollo a escala humana, aunque recién, por el bloqueo histórico y la crisis financiera, en lo económico se flexibilice la ejecución de políticas económicos para permitir mayor participación de inversión externa.

Antes del Covid-19, era evidente que, en la mayoría de los países, se apostaba a una educación acrítica, donde los valores del mercado, tecnicismo y los idiomas, eran más importantes que el humanismo. Y es que no puedan coexistir, sino que su avance se ha hecho a costo del debilitamiento de la educación en valores universales, derechos y culturas propias. Hay escuelas privadas donde se enseñanza el idioma inglés como segunda lengua, pero los jóvenes asumen que debe acompañarse con estilos de vida como en el país del norte. Como escribieron algunos miembros de la escuela de Fráncfort, “el conocimiento se constituye en la realidad y no por producción de conceptos, no hay que separar sujeto y realidad, ya que todo conocimiento depende de la práctica, de la época y de la experiencia”.

Con el Covid-19, la Relatora Especial de la ONU para el Derecho a la Educación, Koumbou Boly Barry, demanda que la población reciba una educación, pero una educación con pensamiento crítico. La Covid-19 profundizó las brechas de desigualdad en educación, ya que “más de mil seiscientos millones de estudiantes, de todos los sistemas juntos, a nivel mundial, abandonaron las aulas porque hubo que cerrar bastante rápido las escuelas”. El cierre se dio por decreto de las Secretarias de Educación, sin que se tuviera certeza de volver a la educación presencial, incluso después que entrara la vacuna en los países que hicieron contratos a tiempo, como Panamá, Costa Rica, Bolivia, Chile y México, no así países como Honduras que confiaron en la OPS-OMS y su mecanismo COVAX, que se retrasó y orilló a las autoridades a negociar directamente la compra de vacunas con empresas comerciales y países, incluyendo la vacuna Sputnik V, y a obtener unas 5,000 vacunas (dosis) donadas por Israel a cambio de apoyar sus propuestas de tipo político e ideológico.

En el caso de la educación, los países latinoamericanos debieron aprender de Uruguay, el primer país que retomó la presencialidad con mucho éxito, efectividad y responsabilidad. La valorización de sus autoridades educativas es que la educación es más que un aula de estudio, es vida, contario al encierro que es muerte. En el caso de Costa Rica, una de las justificaciones para abrir las escuelas y colegios, lo fue el ausentismo generado por la pandemia, donde muchos alumnos y alumnas se retiraban por no contar con los recursos para acompañar la educación en línea.

 

Debido a la ausencia de las comidas escolares, los niños están hambrientos y su nutrición está empeorando. A causa de la falta de interacciones diarias con sus compañeros y la reducción de la movilidad, están perdiendo su forma física y están mostrando síntomas de trastornos mentales. Asimismo, al no disponer de la red de seguridad que suele brindarles la escuela, los niños están más expuestos al abuso, el matrimonio infantil y el trabajo infantil”. (unicef.org. nicaragua/prensa 12-01-2021),

A ello se agrega, el problema del inmovilismo, especialmente en los colegios de secundaria y la universidad, donde las asociaciones de estudiantes y los grupos estudiantiles no han podido seguir con la lucha dentro de los centros de estudio para enfrentar las reformas educativas promovidas por los gobiernos y apoyadas por los Organismos Financieros Internacionales, caso particular del Fondo Monetario Internacional (FMI). Estas organizaciones de estudiantes siguen saliendo a las calles para protestas por la falta de educación presencial antes y durante el Covid-19, manteniéndose activas en las redes sociales; pero también lo harán una vez que se profundicen las reformas neoliberales por los gobiernos Post-Covid-19, en tanto los niveles de endeudamiento público serán inmanejables, sobre todo los pagos del servicio de la deuda externa.

Los procesos de innovación educativa también han sido afectados por el Covid-19, pero no aquel tipo de “innovación” que entrega 8,000 “tabletas” a niños y niñas para que puedan conectarse al internet y seguir las clases virtuales (que en mayoría son abandonadas), tal como sucede en Honduras; hablamos de aquella innovación que rescata las lenguas e idiomas ancestrales y valores comunitarios, donde se sigue con un tipo de enseñanza participativa liderada por maestros de las comunidades. En el caso de Nicaragua, la educación a distancia forma parte de este proceso de enseñanza-aprendizaje.

Hay evidencia que los costos por pago de maestros, materiales y servicios públicos de los gobiernos, han bajado por la pandemia, ya que, en el caso particular de la educación secundaria y universitaria, el ausentismo escolar es alto. Se argumenta que, la reingineria tecnológica en las universidades para enfrentar la demanda de la educación en línea, implica un gasto adicional, pero ello es mucho menor que el gasto de la educación presencial. A ello se debe que varios gobiernos que enfrentan problemas financieros por la caída de los ingresos tributarios, no estén muy interesados en volver a la normalidad, y sigan trasladando los costos de la educación virtual a la población.

Finalmente, los grupos y partidos de oposición y gobiernos deben concretar una alianza para priorizar la educación como una de las principales políticas públicas de los Estados, conjuntamente con la salud, generación de empleo masivo y el ambiente. Ocupamos asignar los recursos necesarios cada año para que se garantice una educación universal y de calidad, sustentada en un pensamiento crítico que involucre a las organizaciones sociales y comunitarias. Esta (s) políticas públicas no deben ser negociadas con el FMI y Banco Mundial, ya que es un mandato de la voluntad popular hecho gobierno.

Tegucigalpa, DC, 24 de febrero de 2021

Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/211115

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Honduras: Una juventud que avanza a costa de la ausencia de sus madres

Por: Jénnifer Ávila Reyes/Contracorriente

Familias enteras huyen de Honduras a causa de la pobreza y la violencia, que normalmente van juntas. Y aunque la migración más conocida y documentada es la que tiene como destino Estados Unidos, cada vez más aumenta la población que migra hacia España, sobre todo las mujeres.

Rebeca tiene 54 años y vive en San Pedro Sula en el norte de Honduras. Ella se quedó sosteniendo el hogar que dejó Karla, su hermana menor cuando decidió emigrar a España. Karla dejó a su cuidado a tres hijos adolescentes. Ese 8 de noviembre de 2016 que se despidieron, Rebeca sintió el peso que caía sobre su espalda: lograr la estabilidad de la familia mientras Karla conseguía un trabajo en España, y lidiar con el vacío que dejaba en sus hijos. Pero Karla y Rebeca ya tenían su familia partida por la migración, de siete hermanas: tres están en Estados Unidos, donde también está el esposo de Rebeca. Las relaciones a distancia no eran nuevas para ellas.

Karla y Rebeca vivían juntas, aportaban a la familia conjuntamente para sobrevivir, ambas trabajaban y ganaban un sueldo fijo cada mes. “Al inicio fue muy difícil. Cuando ella llegó a España nos faltaba su ingreso. Yo le pude aportar y su esposo también. Mi familia nos ayudaba a pagar la comida, las facturas. Fue apretado los primeros seis meses. Los muchachos estaban finalizando el año escolar y ya venía el siguiente pago de matrículas. Pese a las dificultades, salimos adelante” cuenta.

Rebeca no tiene hijos, pero ayudó con la crianza de los de Karla. Le preocupaba que no pudieran superar la partida de la madre.

“Tuve que llevar a uno de ellos al psicólogo”, explica. El muchacho se encerraba en su cuarto y empezó a tener bajo rendimiento en la escuela, a pesar que los tres eran muy apasionados con sus estudios. Dos de los hijos de Karla estudiaron música a la vez que la secundaria. “Se veían bien, pero hay un punto en el que no puedo penetrar en sus vidas. Les preguntaba si sentían que su mamá los había abandonado, si se sentían amados. Después la psicóloga me explicó que la ausencia de su madre impacta y eso ocurre a la edad que sea, la madre siempre hace falta”, dice.

Rebeca es abogada y tiene su despacho privado con otra de sus hermanas. El trabajo le ayudaba a tener lo suficiente para vivir y a contribuir con la familia extendida que vive con ella. Pero los costos de tener hijos que ya iban a la universidad se elevaban mucho. Por eso, cuando Karla decidió emigrar, ella la apoyó.

“Karla siempre estaba pensando en emigrar a otro país por la situación de aquí, tanto económica como por la delincuencia: por el riesgo que corría ella, los muchachos, todos nosotros. Maduró la idea, empezó a averiguar y a ver cómo hacía para irse. Cuando vi que iba en serio me asusté”, explica, sobre todo por la lejanía, porque la migración en su familia puede estar normalizada, pero duele igualmente.

De las más de 370.000 mujeres que estaban registradas en el Régimen Especial de Empleo de Hogar en agosto de 2020, el 70% eran extranjeras. En 2017 CCOO Catalunya publicó que el 81,7% de las mujeres hondureñas que estaban dadas de alta en la seguridad social, trabajaban en el Régimen Especial de Trabajadoras del Hogar. Los datos actualizados a 1 de enero de 2020 del Padrón Continuo indican que en España hay unas121,695 personas empadronadas con nacionalidad hondureña. De ellas 86,297 son mujeres. Hay 21,299 mujeres de Honduras con algún tipo de permiso de residencia, lo que nos deja un total de 64.998 mujeres sin papeles.

Karla –dice Rebeca– siempre pensó en llevarse a sus hijos. Honduras es un país del que quería huir. Cuatro años después, los hechos demuestran que estaba en lo acertado.  Honduras pasa una crisis humanitaria sin precedentes. Sumida en una pandemia, dos tormentas devastaron toda la zona norte del país dejando a cientos de miles de personas damnificadas, incontables muertosy la economía aún más golpeada. El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) proyecta que Honduras aumentó el porcentaje de población viviendo por debajo del umbral de la pobreza: del 60% ha pasado al 70% tras la pandemia y las dos tormentas.

San Pedro Sula ha sido una de las ciudades más violentas del mundo, en 2018 bajó su puesto en el ranking mundial de ciudades violentas, pero a pesar de esa mejora, personas como Karla y Rebeca siguen teniendo una percepción alta de inseguridad. Rebeca dice que no hay sitio donde la violencia no llegue: “ni en las mejores colonias se salva uno”. Asegura que vivir con miedo de que algo pueda le pasar a sus hijos es algo que no le desea a nadie, mucho menos a su hermana.

Entre 2006 y 2010, Honduras ocupó los primeros lugares de peligrosidad del mundo por su tasa de homicidios. Aunque esta se ha reducido, la violencia es ya endémica en este país. En 2019 Honduras se convirtió en el país más violento de Centroamérica con una tasa de 41.2 homicidios por cada 100.000 habitantes, según el informe Balance de InSight Crime, de los homicidios en 2019. Entre los departamentos con mayor número de homicidios se encuentran Cortés, Francisco Morazán, Yoro, Atlántida y Olancho. La crisis humanitaria que ahora vive el país solo avizora más violencia y conflictividad social en un país que según el Bertelsman Transformation Index (BTI) 2020 ha sido catalogado como una autocracia.

Familias enteras huyen de Honduras a causa de la pobreza y la violencia, que normalmente van juntas. Y aunque la migración más conocida y documentada es la que tiene como destino Estados Unidos, cada vez más aumenta la población que migra hacia España, sobre todo las mujeres.

Rebeca lamenta que Karla se haya perdido los cumpleaños de sus hijos, sus graduaciones, pero rápidamente añade que quizá las graduaciones no habrían sido posibles sin Karla trabajando en España y enviando la remesa que mes tras mes no les faltó desde que, a los seis meses de llegar, encontró trabajo.

“Comida siempre hubo, pero ahora no tengo que preocuparme de que se acabe el dinero y no tenga para comprar. Ella cubre las necesidades mensualmente, nos ayuda a pagar las facturas”. Otro de los ámbitos en los que necesitaban más recursos económicos era en el de la salud. En Honduras los progenitores pueden asegurar a sus hijos e hijas en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), bastante precario, hasta sus 11 años. Después sólo les queda el seguro privado. Por ello, cada vez que uno de los tres hijos de Karla enfermaba, los gastos se disparaban.

“A mí no me gusta preocuparle. Si algún hijo cae enfermo, trato de solucionarlo sin decirle nada. Pero si veo que es fuerte y no puedo cubrir el gasto, se lo cuento y su respuesta inmediata es que le lleve al médico, que ella me manda de inmediato el dinero para hacerlo todo: los exámenes, comprar las medicinas…”, explica Rebeca.

Este año Karla tenía planificado viajar a Honduras durante la Semana Santa para visitar a la familia. El plan era llevarse a uno de los hijos con ella. Pero llegó la pandemia y el viaje se postergó de manera indefinida. Ahora el muchacho, de 20 años, con su ticket de avión comprado, no sabe cuándo se va a reunir con su madre. Mientras, se ha matriculado en la universidad de manera virtual.

La pandemia sacudió al mundo y la vida de esta familia partida. Rebeca se preocupaba por Karla porque le llegaban las noticias de la tragedia y la crisis sanitaria en ese país cuando en Honduras aun no se sabía nada del virus.

“Cuando a ella le pegó el covid ni siquiera supimos si era eso o una gripe. Ella me dijo que fue al doctor, pero que no le mandaba a hacer los exámenes porque los hospitales estaban saturados. Tenía los síntomas, pero no es fácil aceptarlo, nos habría dado terror”, recuerda Rebeca.

En Honduras, la pandemia ha sido gestionada con ineptitud, corrupción y desidia. El presidente Juan Orlando Hernández, cuyo mandato está en entredicho desde su reelección ilegal en 2017,mintió al declarar que había pasado la enfermedad en el mes que Honduras registró la mayor cantidad de contagios, hospitalizaciones y decesos por la COVID19. Los hospitales móviles que el gobierno compró para la atención de la emergencia en marzo fueron una estafa: de los 7 adquiridos solo 4 han llegado al país y, de estos, solo dos funcionan. En Honduras el temor no solo es a enfermar, sino a sufrir las consecuencias de un sistema sanitario colapsado y sin recursos para tener posibilidades de ser atendidos dignamente.

A finales de octubre, la economía estaba comenzando a reabrirse, gracias también a la flexibilización de las restricciones horarias y a la flexibilización del toque de queda decretado en marzo. Rebeca, por ejemplo, dejó de trabajar en marzo, todos dependían de su hermana.

Comenzaban a estabilizarse en casa, cuenta Rebeca, cuando tocaron tierra dos huracanes, Eta y Iota, que devastaron el valle de Sula.

“Fue algo terrible. No hemos salido de la pandemia cuando llega el primer huracán Eta.  Vivimos en una zona que nunca se ha inundado. El día del huracán empezó a azotar y, de repente, yo me siento responsable de los niños, del esposo de Karla, de decidir qué hacer. Sale una alerta de que mi colonia está en alto riesgo y en ese momento se va la energía, empieza a soplar el viento, mi hermana llamándome desde España, llorando, pidiéndome que me fuera a la casa de otra hermana, que tiene dos plantas. Empieza el shock, ella desesperada, estábamos a la deriva”, recuerda Rebeca y explica que en ese momento se imaginaba la impotencia de su hermana, que, desde lejos, habría querido volar para sacarlos de allí.

Rebeca sacó a toda la familia de la casa. Al día siguiente regresaron y la colonia no había sido afectada. La periferia de San Pedro Sula parece ahora un campo de refugiados tras la caída de una bomba. Lo que antes eran ciudades, contiguas a San Pedro Sula, ahora son grandes pantanos donde familias enteras buscan, aún meses después de la tormenta, muchos buscan pertenencias debajo del fango, mientras otras intentan huir en caravana migrando hacia Estados Unidos.

Si Karla quisiera regresar, podría decirse que no tiene un país al que hacerlo. Después de las dos tormentas, el 10 de diciembre una caravana de migrantes salió con rumbo a Estados Unidos desde San Pedro Sula. Familias enteras caminaron hacia la frontera con Guatemala donde la marcha fue disuelta por autoridades migratorias hondureñas. Esta vez, el muro del sur de México se corrió hasta Honduras. Las mujeres lloraban porque no las dejaban salir de su país, como si fuera una cárcel, como si nunca más quisieran volver a ver sus casas hundidas en el lodo.

Rebeca cree que es un precio muy caro el que se paga si se decide emigrar y que por más que al inicio las personas, como Karla, piensan que trabajarán un tiempito, ahorrarán y regresarán a su país, eso no sucede. “No se puede decir que el sacrificio vale la pena porque es mucho lo que hay que pagar por la estabilidad. Pero si ella hubiera estado aquí, habría tenido más dificultad para graduar a sus hijos”, dice Rebeca, que ahora ve más cerca el momento en que los hijos de Karla se reúnan con su madre, lejos de Honduras. Ese día continuará su vida y su plan: migrar a Estados Unidos donde la espera su esposo después de esta prolongada pausa en su vida.

Fuente: https://desinformemonos.org/una-juventud-que-avanza-a-costa-de-la-ausencia-de-sus-madres/

Imágenes: Martín Caliz/Contracorriente

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Honduras prohíbe de forma absoluta el aborto

Honduras prohíbe de forma absoluta el aborto

Honduras se consolidó en el grupo de países que prohíbe el aborto en todas las circunstancias: El Salvador, Nicaragua, República Dominicana, Haití y Surinam.

 

El Movimiento de Mujeres por la Paz Visitación Padilla de Honduras expresó este viernes el “repudio total” a la aprobación por parte del Parlamento de un decreto de ley que prohíbe de forma absoluta el aborto al blindar el artículo 67 de la Constitución que ya rechazaba la interrupción del embarazo por cualquier causa.

En un comunicado, el movimiento feminista manifestó “su repudio total” al decreto 132 que “blinda toda posibilidad de despenalizar el aborto en Honduras”.

La ley aprobada este jueves por el Parlamento hondureño, añade, sentencia a “niñas, adolescentes y mujeres al aborto en condiciones de clandestinidad e inseguridad”.

El Movimiento de Mujeres por la Paz Visitación Padilla, una organización con más de 30 años de trayectoria en la defensa de los derechos humanos en Honduras, indicó que rechaza la actitud del Congreso Nacional al aprobar el decreto y tildó de “enemigos” a los diputados que votaron a favor de la ley.

Los parlamentarios que aprobaron la ley son “enemigos” y “nos niegan la obligación estatal de respetar, proteger y hacer vigentes nuestros derechos sexuales y reproductivos”, añadió.

El colectivo también condenó que la despenalización del aborto en Honduras sea consultada a las iglesias, pues el Estado es laico.

“Repudiamos la manipulación por parte del oficialismo cachureco (Partido Nacional), ya que éste es un problema grave de salud pública que, según cifras oficiales de la Secretaría de Salud, solo en 2019 se dieron más de 1.000 egresos hospitalarios por aborto en el sistema de salud pública y se dieron 882 partos en niñas de entre 10 y 14 años producto de violencia sexual”, enfatizó.

“Adefesio legal”

Honduras se consolidó en el grupo de seis países de la región que prohíbe el aborto en todas las circunstancias y que completan El Salvador, Nicaragua, República Dominicana, Haití y Surinam.

“Nos indigna la demagogia al utilizar un problema vital para las mujeres como distractor, en medio de los señalamientos que sufre el (poder) Ejecutivo en estos momentos por sus vínculos con el narcotráfico”, señaló el colectivo feminista.

Señaló además que el Código Penal de Honduras ya contempla la penalización del aborto. “Este adefesio legal sólo puede ser producto de mentes retorcidas que buscan blindar sus intereses, codicia y sed de poder”.

“¿Por qué no blindan la Constitución y ponen un escudo contra la corrupción?,¿íPor qué no modifican el Código Penal para asegurar cadena perpetua a los ladrones del erario público?”, agregó.

El movimiento indicó además que la “democracia como modo de vida y sistema que garantiza la pluralidad y goce de derechos ha sido eliminada, las mujeres solo significamos ÚTEROS para procrear la especia humana que luego nos apuñala por la espalda y nos pisotea a su libre antojo”.

Instó a las mujeres y a los hombres dignos “a no votar” en las elecciones generales de noviembre de 2021 por los diputados que apoyaron el decreto y “nos traicionan, asesinan y criminalizan”.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas de Derechos Humanos (Oacnudh) lamentó la víspera la aprobación de la reforma constitucional para la prohibición absoluta del aborto y recordó que “contraviene obligaciones internacionales y recomendaciones específicas al Estado de Honduras sobre los derechos de las mujeres”.

Fuente de la Información: https://www.vanguardia.com/mundo/honduras-prohibe-de-forma-absoluta-el-aborto-CJ3319271

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Honduras: Caravana de migrantes, un fenómeno trasnacional que requiere una estrategia regional

América Central/Honduras/24-01-2021/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec

Las caravanas de migrantes evidencian que la migración es un fenómeno trasnacional que debe ser atendido con un enfoque de derechos humanos y requiere estrategias regionales para atacar sus causas estructurales, alertó este jueves la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Honduras.

El director de FLACSO Honduras, Rolando Sierra, dijo a Efe que las caravanas de migrantes, un hecho que comenzó en octubre de 2018 en el país centroamericano, refleja que la migración es «un fenómeno trasnacional».

La migración es un proceso «trasnacional», por lo que requiere de «estrategias regionales» de Centro y Norteamérica, pero «no bajo la lógica del únicamente del control (de los migrantes), sino bajo una lógica de desarrollo» de los países, subrayó el experto en temas migratorios.

Enfatizó que migrar es un «derecho de todas las personas», por lo que los países de Centroamérica, México y Estados Unidos deben garantizar un enfoque de derechos humanos sobre la migración y «no un enfoque de represión y de control» como ocurrió los últimos días en Guatemala contra miles de hondureños que intentan llegar a EE.UU. en una caravana.

Según autoridades guatemaltecas, más de 9.000 migrantes hondureños entraron en ese país en su camino para llegar a Estados Unidos, pero no pudieron avanzar del departamento de Chiquimula, fronterizo con Honduras, donde fueron reprimidos por las fuerzas de seguridad de Guatemala.

Enfoque en Derechos Humanos

Sierra, de profesión sociólogo, llamó a ver y atender el fenómeno de la migración con un «enfoque de derechos humanos y no de represión».

«Uno de los principales retos es dar un enfoque de derechos humanos a todo el tratamiento del tema migratorio», subrayó Sierra, quien recordó que los países de Centroamérica han ratificado el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de la ONU.

Pese a los obstáculos de la ruta, señaló el experto, cada vez son más las personas que deciden partir en caravanas, una modalidad que inició en octubre de 2018 en la ciudad de San Pedro Sula, norte de Honduras, con la idea de llegar a Estados Unidos.

Sierra instó a los países centroamericanos, donde viven más de 45 millones de personas, casi la mitad de ellos pobres, a promover programas e iniciativas que generen oportunidades para que las personas puedan mejorar sus condiciones de vida y desistan de migrar ilegalmente.

Estos programas deben tener «un fuerte impacto» en la población y deben ser ejecutados «con transparencia, eficiencia y eficacia» para que las personas puedan «sentir que tienen una alternativa real en el país», subrayó Sierra
Fenómeno de desplazamiento

La pobreza, el desempleo y la desigualdad, problemas que se han agudizado por la pandemia de la covid-19 y el paso devastador de las tormentas tropicales Eta e Iota por la región, figuran entre las causas que impulsan a la gente a dejar sus hogares para buscar el sueño americano, añadió.

Se suman la reunificación familiar, la violencia que afecta al país, que a diario registra entre nueve y diez muertes violentas, y los efectos del cambio climático, señaló Sierra, quien considera que atacar esas causas es «sumamente difícil».

Honduras tiene «problemas estructurales de fondo (…), pero hay que decir que este no es un fenómeno migratorio, sino de desplazamiento, la migración es cuando las personas deciden trasladarse de un lugar por su propia decisión, pero estas personas (de las caravanas), por la situación estructural y falta de oportunidades y la violencia, se ven obligadas a salir», explicó.

Otra causa de la migración de hondureños que destacó el experto es la «inestabilidad sociopolítica» que vive Honduras desde 2009, cuando fue derrocado el entonces presidente de Honduras Manuel, cuando promovía una consulta popular para reformas constitucionales que la ley le impedía.

«La mayoría de personas solicitando refugio en México son hondureños, solo en 2019 fueron 26.000 solicitudes, y esto tiene que ver principalmente por la crisis socio política del país y la violencia», enfatizó.

Honduras, así como El Salvador y Guatemala, países que conforman el Triángulo Norte de Centroamérica, es considerado uno de los países más violentos del mundo, pese a que no se desarrolla una guerra convencional, lo que alienta a muchos a migrar.

Estados Unidos firmó en 2019 con el Triángulo Norte de Centroamérica acuerdos de cooperación de asilo migratorio, con los que se busca desalentar la inmigración de personas que pagan a traficantes, pero según expertos hasta ahora no se ha logrado parar la salida de miles de centroamericanos.

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102338842/caravana-de-migrantes-un-fenomeno-trasnacional-que-requiere-una-estrategia-regional

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Niños de la caravana migrante regresan a Honduras heridos y traumatizados

Los motores fundamentales de la migración en los países del norte de América Central, como la pobreza, la falta de empleo y la violencia, no son nuevos, pero se han visto exacerbados por acontecimientos recientes, en particular la pandemia de COVID-19 y los huracanes Eta e Iota. La ONU se moviliza para ayudar a los migrantes retornados y a aquellos estancados en Guatemala y llama a las autoridades a que no empleen la fuerza injustificada o excesiva contra ningún migrante.

Las agencias de la ONU están atendiendo a los hondureños que han abandonado la caravana de migrantes y han retornado a su país. UNICEF ha asistido a más de 100 niños, el 80% de los cuales viajaban solos.

Algunos de los menores están heridos, extremadamente cansados o con traumas psicológicos, informó el sistema de la ONU en Honduras.

Se calcula que unos 3000 hondureños han regresado y en Guatemala aún hay pequeños grupos dispersos.

Según informaciones de prensa, unos 7000 hondureños partieron hace una semana hacia el norte huyendo de la violencia, la pobreza y los estragos causados por los huracanes Eta e Iota.

IOM Guatemala/Jonathan Mazariegos
Caravana migrante en Guatemala.

Ayuda para los migrantes

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) desplegó dos equipos para brindar asistencia humanitaria y monitorear la situación de las aproximadamente 7500 personas migrantes que decidieron migrar en una caravana desde Honduras hacia México y los Estados Unidos.

La OIM informó en un comunicado difundido este jueves que ha entregado 1000 kits de asistencia humanitaria a la Casa del Migrante de ciudad de Guatemala. “Estos elementos servirán para atender las necesidades básicas de agua y saneamiento, higiene y abrigo de migrantes vulnerables que acuden a esta institución en búsqueda de asistencia”, afirma la declaración.

La agencia también ha puesto a disposición de las personas migrantes su programa de Retorno Voluntario Asistido para aquellos que han quedado varados en Guatemala y desean retornar a su país de origen. Este programa brinda ayuda humanitaria, atención médica y psicosocial, albergue, y transporte para quienes libremente toman la decisión de regresar y solicitan personalmente el apoyo de la Organización.

“Nos hemos acercado a las personas migrantes que se encuentran en Guatemala para brindarles información sobre opciones de migración regular, y asistencia humanitaria inmediata. Preliminarmente podemos atestiguar que la mayoría de las personas migrantes lamentablemente no considera que migrar en caravana represente riesgos adicionales a su salud física o mental”, indicó Ugo Ramos, experto en salud de la Misión de la OIM para El Salvador, Guatemala y Honduras.

Asimismo, esta agencia de la ONU ha coordinado con las autoridades del gobierno la atención en salud y asistencia psicosocial a las personas migrantes, en el contexto de la pandemia por la COVID-19.

“Hemos observado que hay un significativo número de personas migrantes en situación de vulnerabilidad ante grupos criminales que pudieran estar aprovechando la coyuntura para el tráfico ilícito de migrantes o para la trata. Es muy importante que la población tenga acceso a fuentes de información verificada sobre los requisitos para migrar, sobre la protección contra la COVID-19, y que puedan acceder a las instituciones que pueden proveer asistencia humanitaria. Por ello, la OIM ha reforzado su estrategia de comunicación para prevenir la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes, así como para facilitar el acceso de las personas migrantes a servicios de protección apropiada”, indicó Jorge Peraza, jefe de la misión de la OIM.

IOM Guatemala/Jonathan Mazariegos
Caravana de migrantes hondureños en Guatemala.

De Honduras a Guatemala

Numerosos migrantes, especialmente provenientes de Honduras, entraron a Guatemala en forma masiva durante los días 15 y 16 de enero. El avance de unas 5000 personas fue detenido en un punto de control en Chiquimula (Guatemala) desde el día 16.

Al verse imposibilitado continuar con su trayecto, el contingente de las personas migrantes que conformaban la caravana se disgregó en este punto el pasado 19 como consecuencia de las medidas tomadas por las autoridades guatemaltecas, que incluyeron el uso de la fuerza.

“La OIM, en coordinación con el Sistema de las Naciones Unidas en la región, hace un llamado para que no se emplee fuerza injustificada o excesiva contra ningún migrante, solicitante de asilo o refugiado durante las acciones de control migratorio, policial o sanitario, y que los Estados se adhieran a los instrumentos internacionales aplicables. Al mismo tiempo, pedimos a los migrantes que hagan todo lo posible por respetar y cumplir las leyes de migración, así como las órdenes legales del personal encargado de hacer cumplir la ley”, pidió Michele Klein Solomon, directora regional de la OIM para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe.

De acuerdo con las últimas cifras disponibles del Instituto Guatemalteco de Migración, al 20 de enero el gobierno de ese país había realizado el retorno de 3962 personas procedentes principalmente de Honduras, e incluyendo grupos más pequeños de salvadoreños y nicaragüenses.

Mientras tanto, se estima que pequeños grupos de migrantes hondureños que hacían parte de la caravana han llegado hasta la localidad guatemalteca de Tecún Umán, fronteriza con México.

“Los motores fundamentales de la migración desde los países del norte de América Central, como la pobreza, la falta de empleo y la violencia, no son nuevos, pero se han visto exacerbados por acontecimientos recientes, en particular la pandemia de COVID-19 y los huracanes Eta e Iota”, explicó Klein Solomon. “En este contexto, la desesperación combinada con información falsa y engañosa, incluso sobre posibles cambios en las políticas migratorias, a menudo difundidos intencionalmente por contrabandistas de personas y otras organizaciones delictivas, alimenta grandes movimientos irregulares de personas en caravanas que buscan acceso a la seguridad y a las oportunidades en el extranjero”.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2021/01/1486952

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Educación y energía solar: La energía fotovoltaica ilumina escuelas rurales en Nicaragua

Energía Limpia XXI. La energía solar sigue creciendo en comunidades rurales aisladas de toda Nicaragua, un claro ejemplo de esto es el Centro

Educativo San Jacinto Arriba del Municipio de Wiwili, Nueva Segovia, aquí los paneles solares garantizan la energía necesaria para los estudiantes. El sistema ayuda a generar la electriciad que se utiliza en el sistema eléctrico y en las aulas informáticas y laboratorios de inglés. Datos de la publicación especializada Energía Limpia XXI destacan que en los últimos 13 años el gobierno ha llevado el servicio eléctrico a más de 3 millones de nicarguenses. Hasta el año 2006, Nicaragua era el país que tenía el nivel más bajo de cobertura eléctrica en toda Centroamérica. En julio de 2020 la cobertura eléctrica fue del 98%, un hecho sin precedentes.

Los proyectos solares en Nicaragua no son extraños. En la última década casi todos los hospitales de Nicaragua cuentan con techos solares o pequeños calentadores solares que ayudan a garantizar el suministro eléctrico 24/7, gracias al uso de baterías y sistemas de almacenamiento.

Fortalecimiento de capacidades técnicas de la juventud.

Por otra parte el Instituto Nacional Tecnológico y la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) han promovido en la última década la capacitación de miles de jóvenes a nivel medio, técnico y profesional, garantizando que nadie se quede fuera en esta revolución renovable.

Fuente: https://energialimpiaparatodos.com/2020/12/21/la-energia-solar-ilumina-escuelas-rurales-ennicaragua-hoy/

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Mateo Crossa: Honduras, un valle de lágrimas y de resistencias

El Valle de Sula, actualmente arrasado por los huracanes Eta y Iota y fuertemente afectado por la pandemia de covid-19, ha sido históricamente el corazón de la ocupación trasnacional en Honduras. También ha sido el corazón de una resistencia vigorosa. Las estructuras para resistir la explotación laboral sirven hoy para organizar la solidaridad social.

El pueblo hondureño vive actualmente acechado por la pandemia y las catástrofes ambientales que han causado cientos de muertes y enormes pérdidas en el país. Pero también vive otra pandemia: la de la violencia de un Estado que no ha funcionado más que para profundizar las desigualdades, la pobreza y la migración. Una de las regiones de Honduras más lastimadas por el covid-19 y la destrucción causada por el paso del huracán Eta y la tormenta tropical Iota en menos de dos semanas ha sido el noroccidente del país, específicamente el Valle de Sula, que se ha visto devastado por las inundaciones causadas por la crecida de los ríos Ulúa y Chamelecón.

La magnitud de la destrucción hace imposible que hasta la fecha se tenga certeza de los desoladores efectos que estos fenómenos han tenido en la región y en el país, no solo por la destrucción que han causado en el Valle de Sula sino también por la adversidad que provocaron en el departamento de Santa Bárbara y en el amplio territorio históricamente agraviado de La Mosquitia. Al menos tres millones y medio de personas resultaron afectadas por estos fenómenos, mientras que por lo menos medio millón han sido desplazados internos por la misma causa. En este contexto, se ha señalado que los daños de los huracanes duplicarán el déficit habitacional del país, lo cual equivaldría a una necesidad aproximada de 2,5 millones de hogares. Algunos economistas han calculado que el impacto del Eta y de Iota podría alcanzar hasta 40% del PIB o bien generar cinco años de retroceso, lo que podría llevar el índice de pobreza hasta 80% en 2021. A esto se suman las enfermedades que se puedan generar tras el paso de los huracanes y la vulnerabilidad de 1,5 millones de niñas y niños expuestos a los daños.

El impacto del Eta y de Iota podría alcanzar hasta 40% del PIB o bien generar cinco años de retroceso, lo que podría llevar el índice de pobreza hasta 80% en 2021

El Valle de Sula, actualmente arrasado, ha sido históricamente el corazón de la ocupación transnacional en Honduras, desde la histórica presencia de grandes extensiones de plantíos de banano controlados por la United Fruit Company y Standard Fruit Company, hasta grandes terrenos ocupados actualmente por multinacionales de la industria maquiladora.

Desde hace un siglo, esta región de poco más de 6.000 kilómetros cuadrados fue apropiada por las empresas bananeras estadounidenses que se extendieron a través de miles de hectáreas de monocultivo Rcomunicadas por vías férreas que desembocaban en muelles y puertos de la costa para exportar a Estados Unidos. Ahí se produjeron las condiciones de mayor barbarie laboral, como bien lo demuestra la pluma de Ramón Amaya Amador en la novela Prisión verde, pero también los actos populares de mayor rebeldía, tal y como ocurrió con la histórica huelga bananera de 1954, que hizo temblar el poder del dinero frente a la inmensa insurrección obrera que sacudió al país entero, con epicentro en el municipio de La Lima, que actualmente se encuentra severamente dañado.

A partir de la década de 1980, cuando Honduras se convirtió en el apéndice del dominio económico y político estadounidense en América Central, en el contexto de la Revolución Sandinista en Nicaragua y del conflicto armado en El Salvador, grandes sumas provenientes del extranjero ingresaron en el Valle de Sula para ser invertidas en la industria maquiladora de exportación, aprovechando las precarias condiciones salariales que predominan en el país, además de la ubicación estratégica que tiene el Puerto Cortes para exportar bienes manufacturados hacia la Florida. Desde aquellas fechas hasta la actualidad, con el impulso de políticas económicas neoliberales que solo han garantizado la venta del territorio nacional a las grandes empresas, el Valle de Sula pasó a convertirse en el enclave manufacturero exportador sobre el cual recae el grueso de la economía nacional.

Un corredor industrial maquilador que abarca desde Choloma hasta El Progreso se ha formado a lo largo de los años para absorber un enorme ejército de trabajadoras y trabajadores que originalmente migraron desde regiones rurales para instalarse en las líneas de producción. Estos laboran día y noche, 12 horas diarias sin parar, cosiendo prendas básicas y ensamblando arneses exportados al mercado estadounidense. 150.000 trabajadores y trabajadoras de la maquila se han instalado en las diferentes colonias populares del Valle de Sula, enfrentándose y organizándose diariamente contra la permanente vejación y violación de derechos laborales. Este histórico espacio se ha convertido así en un territorio marcado no solo por la explotación de las grandes empresas, sino por la resistencia y la rebeldía que no dejan descansar a los dueños del dinero.

Desde la década de 1990, cuando la maquila se encontraba en pleno apogeo, organizaciones obreras desarrollaron huelgas históricas a lo largo y ancho del Valle de Sula para denunciar bajos salarios, despidos, jornadas extenuantes y trabajo infantil. Desde allí se organizaron campañas globales de denuncia que han puesto en jaque a las marcas de ropa por su responsabilidad y total impunidad en la precarización del trabajo. Además, esta rebeldía también ha sido fundamental para establecer lazos de solidaridad con la organización laboral de otras actividades económicas, en la formación del movimiento sindical de la industria melonera, en el apoyo a las demandas obreras del sector del banano, en la lucha feminista contra la violencia patriarcal, en la rebelión contra los fraudes electorales y contra las políticas neoliberales de privatización de la educación y la salud pública.

Las colonias obreras devastadas por el paso de los huracanes Eta y Iota se fueron construyendo y ampliando con los años a medida que trabajadoras y trabajadores fueron erigiendo sus hogares sin la ayuda de nadie más que su fuerza de trabajo. Por más que los medios de comunicación empresariales y la clase política busquen presentar el actual desastre como una causa ajena y externa, la devastación causada por estos fenómenos meteorológicos (producidos por efectos del calentamiento global) evidencia un robo histórico e institucionalizado de riqueza que, en lugar de quedar en manos de la población que diariamente la crea con su trabajo, ha sido expoliada para quedar en las arcas de las grandes corporaciones maquiladoras y bananeras que por años han ampliado su acumulación a costa de la vida obrera. Este robo institucionalizado ha provocado una escasez generalizada que se refleja en falta de vivienda digna y de seguridad en la reproducción de la vida obrera del Valle de Sula.

El problema no radica únicamente en la fuerza de los huracanes Eta y Iota en Honduras y en el Valle de Sula, sino en las décadas de expoliación de riqueza que han dejado a la población trabajadora del campo y la ciudad al límite de la vida, sin garantías de seguridad, vivienda y trabajo digno. Esta larga historia de explotación y despojo de una economía de enclave como la hondureña es la mayor responsable de las consecuencias catastróficas que ha generado el paso de los huracanes por Honduras. La ausencia de políticas de Estado para la ciudadanía ha quedado, además, al descubierto con la pandemia. El país tiene hoy un sistema de salud público quebrado.

El Estado hondureño brilla por su ausencia a la hora de promover una seria política de prevención y emergencia que sirva para la población damnificada que ha perdido sus hogares y sus trabajos, mientras que muchas corporaciones maquiladoras obligan a su mano de obra a trabajar mientras se anuncian con bombos y platillos «ayudas» a los empleados afectados, cuando estos han dedicado sus vidas a producirles sus ganancias y sus riquezas monopólicas.

Los sindicatos de la industria maquiladora y del sector del banano organizan brigadas para monitorear, recaudar y entregar víveres a la población afectada, además de denunciar los abusos a los que están siendo sujetos por parte de las empresas

Pero Honduras y el Valle de Sula también brillan por una inmensa e incalculable solidaridad popular que se puede ver en las calles, con brigadas de limpieza, recaudación y distribución de víveres y apoyos que sí alcanzan a lapoblación damnificada. Organizaciones de pueblos originarios, así como movimientos barriales y sindicales, responden al escenario adverso, movilizándose y solidarizándose con la población lastimada. Así como han construido sus vidas en la región dañada con su propio esfuerzo colectivo, a contracorriente y con un Estado que históricamente les ha dado la espalda, hoy enfrentan el desastre causado por el paso de huracanes con un sentido de autoorganización para la supervivencia que busca poner la vida por delante.

Los sindicatos de la industria maquiladora y del sector del banano organizan brigadas para monitorear, recaudar y entregar víveres a la población afectada (no solo a los agremiados), además de denunciar los abusos a los que están siendo sujetos por parte de las empresas –muchas de ellas obligan a los trabajadores y trabajadoras a presentarse a la fábrica para trabajar pese a las condiciones adversas–. A pie, en carros y en lanchas, las mismas estructuras organizativas que se han creado en estas industrias para resistir frente a la constante vejación laboral y solidarizarse con otras luchas en el país ahora sirven como sostén de apoyo para la población damnificada.

De esta manera se demuestra, una vez más, que frente a un Estado indolente que se sostiene a punta de fraudes, corrupción y pólvora, y que da la espalda al dolor y las necesidades apremiantes, han sido la autogestión, la autodeterminación y la organización de los trabajadores y trabajadoras la mayor herramienta para enfrentar las consecuencias catastróficas generadas por los huracanes y la pandemia en Honduras, especialmente en su memorable Valle de Sula.

Fuente: https://www.cadtm.org/Honduras-un-valle-de-lagrimas-y-de-resistencias

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