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Tráfico de personas y esclavitud: los infernales destinos para la infancia de Haití

Stevens tenía nueve años cuando su madre lo entregó a una familia que lo esclavizó como sirviente. Rachel cayó en una red de explotación sexual para turistas. Más de 50.000 niños cruzan cada año hacia la República Dominicana como víctimas del tráfico infantil.

Quince pasos da Stevens Guerrier hacia su madre para fundirse en un abrazo. Ella lo estruja por toda la espalda, mesurando la delgadez de su retoño y palpando las cicatrices de sus brazos y rostro.

Son prácticas largamente denunciadas, pero no resueltas: desde la explotación laboral hasta la prostitución y la servidumbre, miles de menores haitianos han sido vendidos con oscuros propósitos

—¿Dónde has estado? ¿Por qué has tardado tanto en venir? —le riñe cariñosamente Nathalie, ahogada en sollozos.

—No sé, tenía ganas de verte —repite el niño de 12 años ruborizado, sin soltarle la mano.

Se acaban de reencontrar después de más de tres años sin verse y sin saber nada uno del otro. Un jueves de mayo del 2017, Nathalie Pierre vendía en el mercado binacional de la frontera de Belladère, entre Haití y República Dominicana, cuando entregó a su pequeño a un hombre dominicano. La promesa de ofrecerle una vida digna en un hogar adoptivo terminó en pesadilla.

“Cuidaba el ganado, me obligaban a hacer muchos trabajos. No querían enviarme a la escuela. Estaba en la miseria. No querían comprarme ropa y dormía en la cocina. Me sentía muy maltratado”, cuenta el menor con la mirada gacha. Malvivió como criado para una familia de Santiago. Aprendió a hablar castellano, pero se niega a utilizarlo debido al trauma.

Stevens Guerrier imaginó cada noche la manera de fugarse de esa prisión. Cada noche pensaba en “volver al regazo” de su madre, explica, pero si sus dueños se hubiesen enterado de que quería escapar, lo habrían detenido. Su situación alertó a un vecino que le ayudó a huir en motocicleta hasta la frontera.

Las autoridades lo hallaron en el mismo cruce del centro del país donde fue abandonado y lo llevaron con la fundación Zanmi Timoun, encargada de acoger a menores supervivientes de trata y reunirlos con sus familias. Tardaron un par de días en encontrar a su madre en una remota comunidad, Capemte, a media hora en coche hacia los arrabales de Belladère. Luego, el par de voluntarios y el niño caminaron más de una hora por un sendero que atraviesa marchitas bananeras labradas por bueyes. Las viviendas de hormigón y varillas desnudas dan paso a chabolas de madera y adobe.

Los obligan a prostituirse, mendigar, y ahora hemos detectado que también para luchar en combates clandestinos

JUNIOR NOISETTE, TRABAJADOR DE ZANMI TIMOUN

“Hice lo mejor para llevar a mis hijos a la escuela, pero tenía muchos problemas. No tenía nada para alimentarlos y estuve resignada a entregarlos”, justifica Nathalie. Meses antes de despedirse de Stevens, ya había regalado a su hijo mayor, del que todavía no ha sabido nada. Esta ama de casa de 28 años tuvo que dejar la venta ambulante para cuidar a su marido, enfermo del riñón e incapacitado para trabajar en la cosecha. Comen lo poco que crece en su terraplén. El matrimonio y sus otros cuatro hijos habitan en un cuchitril de unos 15 metros cuadrados de tablones y techo de latón.

Jornaleros, mendigos… y luchadores clandestinos

La extrema pobreza que azota a una cuarta parte de la población haitiana empuja a miles de familias a abandonar a sus hijos. Una cuarta parte de los cuatro millones de menores en Haití no viven con sus padres biológicos y más de 50.000 cruzan al año ―150 a diario― a República Dominicana, según estimaciones oficiales.

“Allí los obligan a todo tipo de trabajos: prostitución, como lustrabotas, en el campo, mendigando por las calles y recientemente hemos detectado que están siendo utilizados para luchar en combates callejeros con apuestas en Dajabón (ciudad fronteriza dominicana) y en zonas de la costa”, señala Junior Noisette, trabajador de Zanmi Timoun. Han recibido al menos una docena de chicos “con heridas en la cara”, quienes relataron que les habían forzado a pelear por dinero y algunos detallaron que las luchas tenían lugar en la playa. Esta nueva práctica de explotación infantil fue confirmada por la Fundación Lumos y la red Jano Siksé.

Noisette recorre el paso oficial y las trochas ilegales de Belladère, por donde calcula que cruzan de 50 a 100 menores a diario. En agosto interceptaron a una pareja con seis niños de tres a nueve años sin ninguna relación de parentesco. Las familias biológicas admitieron haber pagado a los tratantes de 100 a 200 euros, bajo la promesa de llevarlos a un buen hogar adoptivo.

El fatal mercado fronterizo

Un gentío con enormes bultos en la cabeza, carretillas que se abren paso a empujones y vehículos motorizados repletos de plátanos y sillas abarrotan cada lunes y jueves el paso fronterizo de Ouanaminthe, en el norte del país. Son los días del mercado binacional. A las puertas del puente del río Massacre, varios agentes haitianos (Polifront) blanden sus látigos y ramas para intimidar a la muchedumbre o los sacuden en sus pantorrillas. En el bullicioso trasiego resulta muy complicado identificar a contrabandistas o a menores no acompañados. Pese a ello, la policía halló a dos hermanos abandonados esa mañana del 3 de noviembre, después de que su traficante saliese corriendo al toparse con los patrulleros. El niño de unos seis años y la niña de cuatro aguardan en las oficinas del Instituto de Bienestar Social (IBESR), que rechaza conceder una entrevista solicitada durante un mes.

Los militares dominicanos cobran de 500 a 2.000 pesos (7 a 30 euros) por dejar pasar a traficantes de niños

SYLVESTRE FILS, DIRECTOR DEL OBSERVATORIO DE TRATA

Algunos niños deambulan de aquí para allá vendiendo dulces o limpiando zapatos. Un grupo de adolescentes en minifalda y top coquetea con los agentes para evitar hacer la interminable hilera de medio kilómetro. Un joven con un niño también se salta la fila y atraviesa el portón tras un leve saludo de cabeza a un soldado dominicano, ataviado con casco de combate y fusil.

Ninguna autoridad solicita documentación a los viandantes. “No hay ningún control migratorio, por tanto, ninguna posibilidad ni intención de combatir el tráfico infantil o cualquier forma de trata”, asegura Sylvestre Fils, director del Observatorio de la Migración y la Trata Transfronteriza, creado hace un año como respuesta a la negligencia de ambos países.

Los observadores se mimetizan entre el vaivén de los comerciantes. Han detectado el cobro de sobornos por parte de las Fuerzas Armadas dominicanas para hacer la vista gorda tanto en el cruce de mercancías como de seres humanos. “Los militares no son muy exigentes, piden 500, 1.000, 2.000 pesos (de 7 a 30 euros). Depende de la cantidad de personas que lleve el traficante, pero no hay un monto fijo, es algo muy informal. La red de tráfico funciona permanentemente, por lo que ellos (los contrabandistas) desarrollan una relación con los militares”, asegura Fils.

Explotadas para el turismo sexual

Por esa turbia frontera, un lunes, ingresó Rachel Saint-Jean. Tiene 15 años. Cuando era niña sus padres la abandonaron y creció en las calles de Cabo Haitiano (norte), donde subsistía con algunas amigas. Su novio la convenció para enviarla a estudiar al país vecino, porque en Haití ya no podía permitirse pagar la Secundaria. Le organizó el viaje para verse con el traficante en Dajabón, ciudad limítrofe con Ouanaminthe.

“El señor [traficante] me llevó a su casa, pero estaba llena de gente. Entonces me mudaron a casa de una mujer con otras chicas. Ella solo quería escogerme hombres para que tuviese una historia de amor y me fuese a sus casas”, relata la adolescente, que todavía usa una cadena, regalo del novio que, al parecer, la vendió a una red de explotación sexual.

—¿Los hombres que te escogían eran blancos?

—Sí, blancos.

Varios agentes amenazan con sus látigos a la multitud agolpada en el puente del río Massacre, en la frontera norte de Ouanaminthe, a la espera de cruzar al mercado binacional del lado dominicano. Pincha en la imagen para ver la fotogalería.
Varios agentes amenazan con sus látigos a la multitud agolpada en el puente del río Massacre, en la frontera norte de Ouanaminthe, a la espera de cruzar al mercado binacional del lado dominicano. Pincha en la imagen para ver la fotogalería.AITOR SÁEZ

Rachel Saint-Jean llegó hasta Santiago y de ahí hacia algún punto de la costa norte, una zona turística, por lo que probablemente esos clientes “blancos” eran extranjeros. En las principales avenidas de los destinos más concurridos es habitual encontrar mujeres haitianas, algunas menores, ofreciendo sus servicios por menos de 10 euros.

“Fuimos [con el traficante] a una fiesta juntos y me puse muy ebria. No sé cómo, no recuerdo qué sucedió. Cuando me levanté… [hace una larga pausa] Vi que se había servido él mismo”, dice literalmente la joven para referirse al abuso sexual. Después de cuatro meses secuestrada logró escapar, o bien, la soltaron por su férrea resistencia a intimar con desconocidos: “No estaba de acuerdo, yo solo quería ir a la escuela. El señor me dijo que me dejaría en la calle si no aceptaba”.

Sin capacidad para combatir la trata

Tras regresar a la frontera de Ouanaminthe, el IBESR trasladó a Rachel al albergue de la congregación San Juan Evangelista, que cada año acoge a medio millar de niños y niñas supervivientes de trata. Su directora, la colombiana Alexandra Bonilla, aterrizó en esos confines de Haití tras el terremoto de enero del 2010. A los pocos días de la catástrofe, la detención de una decena de baptistas estadounidenses que intentaban llevarse a 33 infantes de Puerto Príncipe encendió las alarmas. El entonces primer ministro, Jean-Max Bellerive, aseveró que el tráfico infantil era “uno de los mayores problemas” y reconoció la existencia de “tráfico de órganos para niños”.

La hermana Bonilla levantó en esta década un espacioso centro transitorio, prueba de que el inhumano contrabando persiste. “Desde que estoy aquí no he visto que se haya reducido el tráfico de niños. Se mantiene igual o incluso ha aumentado. (…) El Gobierno no tienen los recursos para atajar este problema y sus causas”, lamenta la monja.

Encabezaremos las adopciones para evitar excesos como la pedofilia y el tráfico de órganos

ARIELLE VILLEDROUIN, DIRECTORA DEL IBESR

En 2016, Haití era el octavo país del mundo con mayor índice de esclavitud moderna, sobre todo debido a la enorme trata humana. En el último lustro, se han dado algunos pasos para la persecución del delito y la capacitación de funcionarios fronterizos, como evalúa el Departamento de Estado de EE UU en su último informe anual. Sin embargo, subraya que “el Gobierno no asignó fondos suficientes y no implementó procedimientos para la identificación de víctimas”.

En la práctica, parte de los funcionarios del IBESR mantienen una huelga desde hace tiempo, mientras que la creación del Comité Nacional de Lucha contra la Trata de Personas (CNLTP) se quedó en eso, en el nombre, completamente disfuncional sin presupuesto ni oficinas.

Los orfanatos, primer eslabón del tráfico infantil

El desamparo institucional ha favorecido la consolidación de un vasto entramado de orfanatos que operan como captadores de menores. Tan solo 50 de 750 de estos centros cuentan con licencia para funcionar, según datos oficiales. Un 80% de los más de 32.000 internados no son huérfanos. Para Bonilla, “la mayoría son un negocio y tienen a los niños para atraer donaciones a beneficio de los propietarios”.

Tras el terremoto del 2010, el número de orfanatos se duplicó y, pese a que el Gobierno ha clausurado 150, se siguen abriendo a un ritmo superior, motivados por el ingente lucro que generan. Tan solo un tercio de estas guarderías en Haití recibe unos 60 millones de euros anuales en donaciones, revela un informe de la Fundación Lumos. En contraste, el IBESR, ente nacional para la protección de la infancia, cuenta con un presupuesto de menos de un millón.

El centro Sourire d’Amour es una pocilga. En la entrada hay varios niños de tres a seis años sin pantalones, cubiertos de polvo, sin nada que hacer ni jugar. Las colchonetas de las literas están mugrientas y, muchas, rajadas. Ni hablar de una sábana. Las puertas de los armarios destartaladas dejan ver unas pocas prendas de ropa, seguro insuficientes para los 15 huérfanos. La cochambrosa cocina tan solo cuenta con un asador de carbón y sus estantes están vacíos, al igual que una jaula para guardar la comida. Las empleadas aseguran que la despensa se encuentra almacenada bajo llave en una habitación, pero rehúsan mostrarla.

La hermana Bonilla, junto a algunos de los niños que acoge en el centro de la congregación San Juan Evangelista, en la ciudad fronteriza de Ouanaminthe, en Haití. Pincha en la imagen para ver la fotogalería.
La hermana Bonilla, junto a algunos de los niños que acoge en el centro de la congregación San Juan Evangelista, en la ciudad fronteriza de Ouanaminthe, en Haití. Pincha en la imagen para ver la fotogalería. AITOR SÁEZ

Su propietaria, Inesse Joseph, pastora de una iglesia con el mismo nombre del orfanato, estuvo envuelta en un escándalo en 2007, cuando arrebató de sus familias a 47 chiquillos de comunidades rurales al extremo oeste del país, con la expectativa de que serían adoptados por extranjeros. “¡Demasiadas personas se enriquecen de los pobres! ¡Los encontramos en un estado terrible! ¡Debemos dejar de vender niños!”, vociferó desencajado un representante de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), instantes después del rescate de los pequeños, de dos a siete años, a quienes tuvieron que llevar al hospital por su deteriorado estado de salud.

El orfanato sigue funcionando sin acreditación a la salida de Pétion-Ville, el barrio menos desdichado de Puerto Príncipe. En ese mismo distrito, en febrero del pasado año, murieron 15 niños y niñas en el incendio de un orfanato, también irregular, gestionado por un grupo de estadounidenses miembros de la Iglesia de la Comprensión Bíblica, que nos niegan el ingreso a otro de sus centros. El fuego se produjo por alguna de las velas que se usaban para iluminarse, debido a la carencia de electricidad. Las instalaciones no cumplían con los estándares básicos. “Estaban realmente muy descuidadas (…) Todo lo que vemos son niños viviendo como animales”, destacó la jueza del caso sobre un panorama que, a tenor de las imágenes, se asemeja bastante al Sourire d’Amour.

Además, en muchos de los internados “sufren violencia” y en algunos casos “abusos sexuales y muertes evitables”, según el estudio de Lumos, cuya conclusión es que los orfanatos actúan como tratantes. A fin de restringir el tráfico transfronterizo por parte de estos centros, la Administración haitiana endureció los requisitos para la tramitación de adopciones. “Encabezaremos los procesos (de adopción), lo que evita algunos excesos, porque se ha hablado de pedofilia y tráfico de órganos”, mencionó la directora del IBESR, Arielle Jeanty Villedrouin a comienzos del pasado año.

Impunidad criminal

Por la porosa frontera de 370 kilómetros que divide La Española se contrabandean desde animales hasta drogas y armas. Alexis Alphonse camina a diario más de una hora por un prado de Ferrier, a las afueras de Ouanaminthe, para sentarse toda la mañana bajo un sauce próximo al arroyo que separa a Haití de República Dominicana. Tan solo una piedra amarilla indica que se trata de una frontera.

Algunos transeúntes se arremangan los pantalones para vadear el riachuelo sin mojarse. Alexis los anota con una rayita sobre un portapapeles, testigo de dos décadas de cruces irregulares registrados para la Red Fronteriza Janó Siksé, desplegada en decenas de puntos a ambos márgenes.

Los traficantes son el tercer grupo más rico del país

ALEXIS ALPHONSE, COORDINADOR RED FRONTERIZA JANO SIKSÉ

“Los pequeños traficantes pasan por aquí, con niños, sin preocupación. Cuando los paro, incluso se identifican como traficantes. Desconocen que están cometiendo un crimen, que hay una ley que los puede meter en la cárcel”, exclama. Los contrabandistas son a veces familiares de la víctima o conocidos de la comunidad, donde a menudo son vistos como salvadores por, teóricamente, sacar a sus hijos de la penuria. Se considera como otro empleo cualquiera, aunque “los tratantes conforman el tercer grupo más rico del país”, según Alphonse.

Haití tardó hasta 2014 para aprobar una ley contra la trata humana, que prevé sanciones de hasta 15 años de cárcel y 14.000 euros de multa. No obstante, la Patrulla Fronteriza (Polifront) apenas detuvo a 51 individuos sospechosos en 31 casos de tráfico desde abril del 2019 hasta el mismo mes del pasado año, según el informe de Washington. Ningún expediente llegó a condena. La justicia haitiana solo ha sentenciado seis casos en 2019 y uno en 2017.

La persecución de la trata infantil tampoco mejora en la otra mitad de la isla. La Fiscalía dominicana aumentó las investigaciones respecto a años anteriores, pero redujo considerablemente las sentencias. Tan solo condenó a cinco acusados. La escasa judicialización se debe en gran medida a la complicidad de las autoridades en las redes de trata, desde funcionarios de la Fiscalía hasta policías, como enfatiza el Departamento de Estado de EE UU, que rebajó la calificación de República Dominicana al nivel de Haití.

Servidumbre, la extendida forma de esclavitud infantil

Los coloridos atuendos escolares, que por las tardes inundan alegres las polvorientas calles, disfrazan la desgracia para 1 de cada 15 pequeños. Alrededor de 407.000 niños y sobre todo niñas trabajan como empleadas domésticas. Unos 286.000 tienen menos de 15 años.

Los “niños sirvientes” son conocidos como restavek (quedarse con) y suelen provenir de familias humildes de zonas rurales, vendidos o entregados a hogares con mayor poder adquisitivo. En su mayoría no reciben retribución y soportan condiciones inhumanas y maltratos, tal y como denuncia Unicef, que tacha esta práctica como una forma de esclavitud moderna, socialmente tolerada en Haití.

Nathalie junto a su hijo Stevens, momentos después de reencontrarse. Pincha en la imagen para ver la fotogalería completa.
Nathalie junto a su hijo Stevens, momentos después de reencontrarse. Pincha en la imagen para ver la fotogalería completa. AITOR SÁEZ

Fue otra de las alternativas que Nathalie se planteó ante la imposibilidad de cuidar a Stevens. “Pensé en dárselo a alguna vecina que lo pudiese mantener, pero aquí somos todos muy pobres. Además, aquí hubiese pasado las mismas dificultades, siempre se cree que con los españoles [como llaman a menudo a los dominicanos] tendrán mejor vida”. Nada más lejos de la realidad.

Haití registra unas 59.000 personas viviendo como esclavas y República Dominicana, 42.000; ambos entre los tres países de Latinoamérica con mayor tasa de esclavitud, solo por detrás de Venezuela, según el Global Slavery Index de 2018, que estima en un 70% la población haitiana en riesgo de sufrir esclavitud.

El primer país de América Latina en independizarse, gracias a la única revuelta de esclavos exitosa en la historia humana, padece todavía los estragos de una multimillonaria multa impuesta por Francia por haber perdido su perla del Caribe, sumado al prolongado bloqueo diplomático y comercial del resto aplicado por el resto de naciones como escarmiento. Haití jamás se repuso del saqueo colonial y del alto precio por su libertad.

“¿Qué otra opción tenía?”, se pregunta a menudo Nathalie. ¿Qué otra opción tenía si quería dar de comer a Stevens y a sus otros cuatro hijos en un país donde la mitad de menores sufre malnutrición? ¿Qué otra opción tenía para que su hijo siguiese estudiando, si apenas dos de cada diez adolescentes pueden cursar Secundaria?

En el lugar más pobre del hemisferio occidental la salvación pasa por arriesgar la vida al azar. El abismo en Haití está a 15 pasos, los que tardó Nathalie en perder de vista a Stevens hace tres años. “Cuando se marchó, cayeron lágrimas de mis ojos. Me arrepentí de inmediato, pero me quedé paralizada. Cuando volví a reaccionar, ya era tarde, había desaparecido entre la muchedumbre. Pensé que jamás lo volvería a ver”. No puede dejar de achuchar a su pequeño para creérselo. 15 pasos entre el milagro y el infierno.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2021-03-02/trafico-y-esclavitud-los-infernales-destinos-para-la-infancia-de-haiti.html

 

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Proponen ley para combatir el embarazo precoz y abuso de menores en Panamá

Un anteproyecto de ley que busca reducir los embarazos adolescentes, las enfermedades de transmisión sexual y prevenir los abusos a menores en Panamá fue presentado al Parlamento del país, que mantiene uno de los índices de gestación precoz más altos de la región.

La propuesta de ley plantea que se combatan estos tres problemas mediante la educación, y surge en medio del escándalo de abusos sexuales y maltratos físicos y sicológicos a menores en albergues, instituciones estas que están supervisadas por el Estado a través de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senniaf).

«Estos tres problemas no son de ahora sino de hace mucho tiempo. El caso de la Senniaf los sacó a relucir. El proyecto lo que busca es resolverlos por medio de la educación, que es clave en estos aspectos», explicó a Efe el diputado independiente y proponente del anteproyecto, Gabriel Silva.

Un informe de 700 páginas elaborado por una subcomisión parlamentaria denunció a inicios de febrero pasado que decenas de menores sufrieron abusos sexuales y malos tratos en albergues, muchos de ellos con algún grado de discapacidad, en casos que se remontan a 2015 y que según los testimonios de las víctimas de violación involucran a religiosos y cuidadores e inclusos abortos.

EDUACIÓN, EL ARMA PARA COMBATIR EL PROBLEMA

El anteproyecto de ley del diputado Silva plantea minimizar los embarazos adolescentes, las enfermedades de transmisión sexual y prevenir los abusos a menores en Panamá a través de un plan educativo que se implementará en escuelas públicas y privadas, albergues y centros para jóvenes del sistema penitenciario.

«En Panamá hay un promedio de 29 menores de edad quedan embarazadas todos los días, con sus consecuencias económicas, educativas y de salud. También hay dos problemas más que se intentan resolver, la infecciones de transmisión sexual y los abusos a menores, que van en incremento», añadió Silva.

Panamá arrastra desde hace décadas cifras de embarazos adolescentes que encienden las alarmas internacionales, pues junto con Guatemala y Nicaragua lidera las tasas más elevadas de la región, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

En 2019, unas 4.652 niñas entre 10 y 19 años quedaron embarazadas, y en el primer trimestre de 2020 -los últimos datos registrados-, hubieron 2.652, con una media de 29 embarazos diarios, siendo la comarca indígena Ngabe Bugle y la provincia de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica, las que más afectadas, según datos del Ministerio de Salud (Minsa) de Panamá.

En los últimos años se han presentado algunos proyectos para incluir la educación sexual en las escuelas de Panamá, pero han generado debate y afrontado gran oposición de parte de grupos religiosos y que se autodenomina «profamilia», que han impedido su aprobación.

El plan educativo que plantea el anteproyecto «involucra a los padres» que están «invitados al diseño de los cursos de la escuela, etc», dijo Silva, que sostuvo que hay jóvenes que «se merecen esta educación científica, ser protegidos y apoyados».

Así, se propone un «programa educativo científico, contrastando las ciencias naturales, sin ideologías ni interpretación», con el fin de intentar «resolver el problema sin importar qué aspecto religioso o ideológico esté», añadió el diputado.

En Panamá, según detalló, no hay una política de Estado que eduque a los menores en la salud sexual. Esto se reduce a una decisión particular de las escuelas.

«Los niños y niñas no están siendo educados y la consecuencia son estos embarazos precoces, con 12, 13 o 14 años no saben las consecuencias, cómo prevenirlos ni sus derechos, tiene que saber cuidarse y respetarse a si mismo y a lo demás», argumentó Silva.

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/panam%C3%A1-embarazo-adolescente_proponen-ley-para-combatir-el-embarazo-precoz-y-abuso-de-menores-en-panam%C3%A1/46420428

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República Dominicana: Extenderán programa de ayuda para estudiantes dominicanos en Cuba

América Central/República Dominicana/05-03-2021/Autor (a) y Fuente: acento.com.do

Unos 30 estudiantes en cuba tienen el contrato de manutención vencido, razón por la que se dispuso se le extiendan esos beneficios.

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCYT) informó que está en vías de solución la situación de 30 estudiantes de medicina en Cuba, a los cuales se les venció el contrato de manutención de que eran beneficiados.

El ministro del MESCYT, Franklin García Fermín, dispuso que les sean extendidos los beneficios de manutención con el propósito de que puedan continuar con sus estudios.

En ese sentido, el director general de la Dirección de Becas Internacionales, Roger Thomas Mora, expresó que el MESCYT está en proceso de ejecución de la medida, para lo cual ha estado en contacto con los alumnos para agilizar los trámites que deben cumplirse al respecto.

Observó que la situación actual de los estudiantes se debe a que se vieron obligados a regresar al país producto de los embates causados por la pandemia del covid-19 a nivel mundial, y las restricciones impuestas por los países afectados.

El funcionario aseguró que los alumnos recibirán la ayuda tan pronto culmine el proceso de ratificación de los documentos contentivos de la extensión del contrato, con las universidades y los hospitales cubanos donde cursan sus estudios.

Manifestó que el ministro García Fermín está atento ante cualquier situación de estudiantes dominicanos becados o que reciban manutención, para buscar solución inmediata.

Mora atribuyó que se originen a algunas situaciones con becados por los trastornos ocasionados por la pandemia de covid-19, que ha originado que muchos hayan tenido que regresar al país y volver a retomar sus programas de estudios.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/actualidad/extenderan-programa-de-ayuda-para-estudiantes-dominicanos-en-cuba-8919016.html

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El Salvador: Ormusa recibe premio por su trabajo contra la violencia de la mujer

América Central/El Salvador/05-03-2021/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com

El año anterior, según Fiscalía, hubo 2,858 casos de delitos contra la libertad sexual, el 90 % fueron mujeres.

La violencia feminicida: Es la forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado. La sanción de este delito y casos derivados son penados según la ley de 30 a 50 años de carcel.

La Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa), entidad de la sociedad civil salvadoreña que lucha para erradicar la violencia contra este sector de la población, recibió, este jueves, durante una ceremonia virtual un reconocimiento que le permitirá profundizar su labor en favor de este sector.

Las raíces de Ormusa se remontan a 1983, cuando un grupo de campesinas, obreras y profesionales de los municipios de San Salvador, Olocuilta y Candelaria se reunían de forma voluntaria para promover los derechos de las mujeres, pero fue hasta el 2 de septiembre de 1993 que se constituyeron legalmente como asociación.

El estímulo, que fue otorgado por la Fundación Avon, bajo su iniciativa “La Promesa Avon de poner fin a la violencia contra las mujeres 2020”, consiste en una donación por $72,397.80 que destinará para una campaña de prevención de la violencia sexual.

La cultura de la violación tiene un impacto social, un impacto económico, tiene un impacto en la vida de las niñas y de las mujeres de manera permanente y en este país mucho se ha hablado de la falta de programas de atención emocional”.

Jeannette Urquilla, directora Ejecutiva de Ormusa

Previo a la entrega del reconocimiento, Jeannette Urquilla, directora ejecutiva de la Ormusa, detalló que, al igual que otras organizaciones que hacen una labor similar, presentaron ante dicha fundación un proyecto específico en busca de lograr un financiamiento.

Durante el evento se conoció que el proyecto salvadoreño compitió con más de 111 iniciativas, de las cuales resultaron premiadas ocho de México, además de ocho de la región centroamericana y República Dominicana.

Urquilla expresó que su propuesta está dirigida a hacer más visible, de mejor manera, el tema de la violencia sexual contra las niñas, adolescentes y mujeres en el curso de la vida, algo en lo que han venido alzando su voz de manera conjunta con otras organizaciones y organismos internacionales.

De acuerdo con datos provistos por Ormusa, entre enero y diciembre de 2020 la Fiscalía General de la República (FGR) registró 2,858 casos de delitos contra la libertad sexual, de los cuales el 90 % afectó a mujeres, el 9 % a hombres y 1 % no registrado.

La propuesta con la que la organización salvadoreña compitió y ganó será desarrollada a partir de marzo, durará doce meses y se prevé que cubra más de 100,000 personas.

Ingrid Espinoza, de la mencionada fundación, expresó que los proyectos que favorecen con fondos se enmarcan dentro de cuatro áreas de impacto: fortalecer las instituciones dedicadas a la protección, apoyo y asistencia; la sensibilización para la prevención aumentando consciencia públicas; educación desde los jóvenes para promover la parte de la erradicación de la violencia y apoderamiento; así como promover el empoderamiento económico de las mujeres.

Según detalló, los criterios que establecen para otorgar los reconocimientos son: la puntuación que hacen los jueces en relación a innovación, gestión del proyecto, lugar de impacto, número de beneficiarios y que esté anclado en una de las cuatro áreas de impacto.

“Vamos a intentar y la propuesta va encaminada a contribuir a desmontar de nuestras estructuras sociales, de nuestros imaginarios, todo el contenido de la cultura de la violación que se ejerce contra las mujeres en el curso de vida”, expresó Urquilla.

Ella lamenta que la prevención de este problema es algo en lo que la sociedad y también del Estado salvadoreño tienen una gran deuda.

La campaña nacional incluirá varias actividades: capacitar a funcionarios públicos sobre la temática; trabajar con 40 comités de comunidades organizadas de diferentes municipios en donde la Ormusa tiene presencia.

Como parte de este proyecto también lanzarán conversatorios con comunicadores, un concurso periodístico enfocado en el problema, así como mensajes a través de medios alternativos masivos como las redes sociales, entre otros.

“Necesitamos como país, como nación, avanzar en ese tipo de situaciones que dejan lo que ya hemos conocido en muchos momentos: embarazos en niñas, embarazos en adolescentes, embarazos no planificados, no deseados, etc., sino también muchas veces suicidios feminicidas a raíz de una violación”, afirmó.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/ormusa-violencia-domestica/810544/2021/
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México: Exigen en Chiapas justicia para Berta Cáceres

A cinco años del asesinato de la líder indígena lenca Berta Cáceres en Honduras, la organización Otros Mundos Chiapas exigió que se inicie el debido proceso contra los autores intelectuales del crimen.

Demandó a las autoridades hondureñas el debido proceso en el juicio contra el empresario y exmilitar David Castillo, «cuyas pruebas apuntan a su participación en el crimen y que presuntamente vinculan además a la familia Atala», señalada también como autora intelectual del asesinato por ser dueña del proyecto hidroeléctrico al que se oponía Cáceres.

Explicó que desde que fue perpetrado el asesinato de Cáceres en 2016 «el ministerio público y la fiscalía inventaron y alteraron pruebas, inventaron testigos falsos; generaron intimidación contra el COPINH (Concejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras) y todos los testigos protegidos».

Por ello, Otros Mundos se unió «a los gritos del mundo entero» que exigen justicia por Berta Cáceres, quien fue asesinada en su casa de La Esperanza, Honduras, por luchar contra el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, de la empresa Desarrollo Energéticos S.A. (DESA).

A continuación el comunicado completo:

Hoy 2 de marzo se cumple 5 años del asesinato de nuestra hermana Berta Cáceres, fundadora y coordinadora del Concejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). A partir del 3 de marzo de 2016, la justicia hondureña procuró proteger y ocultar de la responsabilidad a los autores materiales e intelectuales del crimen. El Ministerio Público y la Fiscalía inventaron y alteraron pruebas, inventaron testigos falsos; generaron intimidación contra el COPINH y todos los testigos protegidos.

A cinco años de este repudiable hecho no ha llegado la justicia verdadera para la familia, el pueblo Lenca, el pueblo de Honduras y la comunidad internacional que gritamos con voz firme ¡FALTAN LOS ATALA!

Desde Chiapas, México, nos sumamos a los gritos del mundo entero que exigimos justicia con un debido proceso. Exigimos al gobierno hondureño un debido proceso en el juicio contra David Castillo, cuyas pruebas apuntan a su participación en el crimen y que presuntamente vinculan además a la familia Atala.

Este 2 de marzo de 2021 se cumplen 5 años de caminar junto a Berta. Berta no murió, sino que se multiplicó en la consciencia y en las luchas de los pueblos y movimientos en todo el mundo que claman justicia, que resisten contra el Modelo Extractivo, contra el capitalismo patriarcal, racista y depredador de los territorios, pueblos indígenas y campesinos. Berta significa y reivindica la lucha de las mujeres por defender la vida, a lo largo y ancho de América Latina, por eso Berta se multiplico, Berta soy yo.

JusticiaParaBerta #5AñosJunto A Berta

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Otros Mundos AC

Fuente e imagen: https://desinformemonos.org/exigen-en-chiapas-justicia-para-berta-caceres/

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Na Guatemala, apagou-se do sistema educativo toda evidência dos tempos nefastos da ditadura

De: Ilka Oliva Corado

Tradução do Beatriz Cannabrava, Revista Diálogos do Sul

Para não ir tão longe, aí está o país vencido, que com tudo o que passou em tempos de ditadura era para que a estas alturas, em lugar de neoliberalismo e desmemoria, a sociedade tivesse reconstruído seu tecido social, encarcerado os que cometeram crimes de lesa humanidade a partir do governo e levantado a infraestrutura.

Mas, pelo contrário, está em puro osso. A mesma sociedade carniceira dedicou-se a negar o genocídio, a menosprezar os familiares das vítimas do Conflito Armado Interno, e a se dedicar a ver preguiçosamente e apaticamente como desmantelam o Estado e desparecem todos os recursos, os que desde então se apropriaram das urnas, das vontades e da própria desídia coletiva. Porque não há nada melhor para uma quadrilha que uma sociedade desleixada.

Os testemunhos de sobreviventes do Conflito Armado Interno são inumeráveis. Dianna Ortiz, foi uma sobrevivente das torturas do governo da Guatemala nos tempos da ditadura. Uma monja estadunidense que foi sequestrada por paramilitares e levada a um centro de tortura, onde a violentaram durante 24 horas. Foram contadas 110 queimaduras de cigarro em seu corpo. O que viveu aí não se pode escrever, é impossível repetir, sequer imaginar.

E esta mulher lutou toda a sua vida denunciando o horror que viveu e que viveram os povos originários. E assim como as dela são a denúncias das mulheres ixiles que testemunharam no julgamento por genocídio contra Ríos Montt, mas a sociedade as deixou sozinhas, apontou para elas, as vitimizou outra vez. Com isto demonstrando a pior das ingratidões porque elas viveram esses abusos quando eram meninas.

Há centenas de imagens que foram captadas por jornalistas em que se mostram os corpos torturados de milhares de pessoas; ainda assim a sociedade continua negando o genocídio. Se atrevem a acusar descaradamente que as próprias pessoas buscaram esse tipo de violência. Quem mandou que se metessem em camisas de onze varas.  Entre os assassinados há mestiços e indígenas, mas a ditadura se ensanhou contra os povos originários, queriam que desaparecessem, a típica Guatemala que sempre se acreditou europeia e caucásica, embora o reflexo no espelho lhe diga o contrário.

Por isso queimaram suas casas, metralharam povoados inteiros, os que conseguiram escapar se refugiaram do lado da fronteira com o México e outros foram mais longe, para os Estados Unidos. Essas terras roubadas foram presenteadas a ladrões oligárquicos que hoje são os grandes proprietários de terra do país. A ideia do retorno destas comunidades está cada vez mais longe, pois muitos faleceram no exílio. Na capital guatemalteca quando se caminha pelas ruas, é comum encontrar-se com papéis nas paredes com fotografias dos desaparecidos, que as pessoas passam sem ver. Não eram parentes delas.

Na capital guatemalteca quando se caminha pelas ruas, é comum encontrar-se com papéis nas paredes com fotografias dos desaparecidos. Apagou-se do sistema educativo toda a evidência daqueles tempos aziagos e é raro o docente que fale do tema com seus alunos, e é muito provável que se o fizer, outro companheiro o denuncie e perca o emprego tachado de comunista. Na universidade o descaramento dos docentes ultrapassa todos os limites, não falam do genocídio, mas quando o fazem é a favor do ditadores. Salvo um ou outro que se atreve a dizer o contrário, e é visto como empesteado e começa a ficar na mira de outros docentes. Os alunos tampouco perguntam, porque estão interessados só no diploma, embora tenham que pagar por ele.

Há, é claro, os que sabem a história e se aproveitam dela para tirar benefício pessoal. Aí se contam grandes feministas que usam as indumentárias indígenas quando vão para apresentar seus trabalhos no exterior, para falar dos direitos das mulheres indígenas, recebem diplomas e reconhecimentos, passagens aéreas e estadias pagas, mas que dentro do país são tão racistas com estas mulheres como os próprios fascistas de sempre. Editoras, editoriais, espaços de comunicação fechados às vozes das mulheres indígenas. Para estas feministas as mulheres indígenas não têm voz própria, nem capacidade para falar delas mesmas, nem das problemáticas que vivem em suas comunidades;Elas, mestiças e formadas na universidade têm, sim, é claro, o conhecimento e a capacidade para falar das outras.

Como elas, os grandes humanistas de esquerda, alguns ex-guerrilheiros que arrecadam fundos em conferências internacionais falando da memória histórica, dinheiro que jamais chega aos povos originários, nem aos familiares dos desaparecidos, dinheiro que se perde no limbo. Porque vivem disso, não trabalham, vivem à custa do sangue dos caídos. Há os que dizem que merecem um bom posto no governo e se tornam tapetes dos governos neoliberais, e se lhes vê lambendo as botas das marionetes de turno.

Os grandes intelectuais que são incapazes de escrever um texto se não houver dinheiro no meio, não digamos aproximar-se de uma comunidade indígena se não há fotos e redes sociais onde se exponha a visita do grande pensador. E o que é pior, não se aproximar porque uma coisa é falar dos indígenas (e dar-se a conhecer pela desgraça que eles sofreram) e outra é rebaixar-se a ir aonde eles vivem.

E há os que se contam por milhares, os grandes progressistas, os democráticos, que não são de direita nem de esquerda, os que fazem as lutas na comodidade de uma rede social, mas quando os povos originários saem em manifestação se escondem debaixo da cama de suas casas, porque têm vergonha do minúsculos que são, diante da dignidade dos que em qualquer circunstância saem à luta. Injustos temos sido a grande maioria com os familiares dos sobreviventes, lhes faltamos à memória de todos os que lutaram e lhes arrebataram a vida por haver-se atrevido a sonhar com um país igualitário.

Entre essas massas estamos os da geração da desmemoria, que nascemos nestes tempos e que nunca nos preocupamos em pesquisar por nós mesmos, em informarmos da verdadeira história do país, de seu povo. Vamos ao sabor do vento e o vento é manejado com grandes maquinarias de desinformação pelas máfias oligárquicas. Aqui todos atiramos pedras e escondemos a mão.

Em toda essa mistura de rastejantes, somos os que destruímos a Guatemala, talvez a espuma de toda essa contaminação seja o governo que é o que se vê. E as oligarquias que sabem que com um verniz arrumamos tudo, não vamos além. Eles nos têm ao seu favor. Mas no fundo a podridão somos todos os que não movemos um dedo para que as coisas mudem. Claro está, outra coisa são os povos originários, que são dignidade milenar no país que outrora foi um lugar de muitas árvores.

Fonte:  https://cronicasdeunainquilina.com

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Haití. Se masifican las protestas contra el régimen antisocial e ilegal de Moïse

Haití. Se masifican las protestas contra el régimen antisocial e ilegal de Moïse

El pueblo en lucha haitiano, asimismo, demandó que el Departamento de Estado de Estados Unidos terminé de oxigenar artificialmente al régimen y deje de intervenir en los asuntos internos del país

La movilización popular se tomó la capital de Haití este domingo 28 de febrero, con el fin echar abajo el régimén autócrata y antipopular de Jovenel Moïse, el que constitucionalmente sigue ocupando la Presidencia del país, pese a que su mandato expiró el pasado 7 de febrero.

Así como Puerto Príncipe, también se notificaron manifestaciones masivas en Cap-Haitien, Les Cayes, Jacmel, Grand-Goâve y Mirebalais, exigiendo la salida definitiva de Moïse del poder.

El pueblo en lucha haitiano, asimismo, demandó que el Departamento de Estado de Estados Unidos terminé de oxigenar artificialmente al régimen y deje de intervenir en los asuntos internos del país.

Por su parte, Moïse insiste, a través de la fuerza y el monopolio de las armas, en que juró en 2017 por cinco años y volvió a señalar que busca reformar la carta magna y realizar elecciones el 2022, como dicen todos los presidentes que persiguen perpetuarse en el poder.

El gobernante aún cuenta con el apoyo de Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos, la Unión Europea y la Comunidad de Caribe, todas entidades afines a los intereses del Pentágono.

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/haiti-se-masifican-las-protestas-contra-el-regimen-antisocial-e-ilegal-de-moise/

 

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