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El colonialismo del planeta: los pueblos que mandan y los pueblos que esperan

El colonialismo no murió. Cambió de rostro. Hoy se viste de mercados, deuda y tecnología, mientras los pueblos esperan lo que nunca llega.

El colonialismo no fue un error del pasado ni un capítulo cerrado en la historia. Fue un proyecto global de saqueo y sometimiento. Arrasó culturas, desarmó economías y sembró fronteras de sangre. Se disfraza de modernidad, pero sigue vivo. Los barcos de vela ya no cruzan los océanos con cañones, ahora lo hacen los contenedores con contratos. Las cadenas ya no atan cuerpos, atan presupuestos nacionales. Los ejércitos se camuflan en bases militares y sanciones financieras. La ocupación cambió de uniforme, no de objetivo.

No es solo África, aunque allí la herida sea más evidente. El colonialismo es un virus que infectó al planeta entero. América Latina continúa exportando cobre, litio y soja mientras importa pobreza. Asia se reparte entre fábricas esclavistas y polos tecnológicos controlados por potencias externas. Oceanía sobrevive bajo el paraguas militar de Washington. Europa juega a árbitro global mientras carga con siglos de colonias saqueadas. Y en el centro de todo, el dólar dicta la partitura del poder como látigo moderno.

Los pueblos esperan. Esperan soberanía, esperan justicia, esperan que la modernidad llegue con dignidad y no como imposición. Lo que reciben son deudas impagables, promesas huecas y planes de desarrollo escritos en oficinas del norte. El colonialismo mutó en neocolonialismo y ahora en extractivismo financiero, digital y climático. Es la misma receta de hace quinientos años, servida en bandeja de globalización.

El planeta sigue dividido entre los pocos que mandan y los muchos que esperan. El colonialismo es el guion que se repite: cambian las banderas, se maquillan los discursos, pero la desigualdad se mantiene.

“El colonialismo ya no llega en barcos de vela, llega en contenedores, contratos y algoritmos.”

Antes de la llegada de los invasores

Antes de que aparecieran las carabelas en las costas y los cañones en las montañas, el mundo ya estaba lleno de civilizaciones vivas. América no era un continente vacío esperando “descubridores”. Eran millones de habitantes organizados en imperios, confederaciones y pueblos libres. Los mexicas habían levantado ciudades flotantes con canales y mercados que deslumbraban a los europeos. Los incas administraban un territorio gigantesco con una red de caminos que superaba a Roma. Los mayas contaban los siglos en calendarios más exactos que los relojes que traían los conquistadores.

Asia tampoco esperaba a nadie. India era un centro de ciencia y espiritualidad: de Nalanda a Taxila, universidades que recibían a estudiantes de todo el continente ya funcionaban siglos antes de Oxford. En astronomía medían eclipses y rotaciones mientras en Europa se perseguía a los que dudaban de la Biblia. China no solo inventó la pólvora, el papel y la brújula: creó una economía de seda, porcelana y té que abastecía al mundo entero. Sus expediciones marítimas, como las del almirante Zheng He en el siglo XV, llegaban hasta África oriental con barcos gigantescos que hacían parecer juguetes a las naves portuguesas. Japón, con el shogunato, había desarrollado sistemas de gobierno estables y una cultura refinada que producía acero y espadas incomparables en el planeta.

El corazón de Asia fue también la cuna de imperios que marcaron la historia universal. Persia, bajo Darío y Ciro, construyó caminos y sistemas administrativos que unieron continentes enteros. Alejandro Magno llevó hasta la India un imperio que mezcló Grecia y Oriente, demostrando que Asia no era periferia sino centro de poder. Desde Mesopotamia hasta el Indo, las civilizaciones de la región inventaron escritura, leyes y ciudades mucho antes de que Europa soñara con imperios globales.

En África florecían reinos como Malí, con ciudades como Tombuctú que eran centros de comercio y conocimiento. En Egipto, Nubia y Etiopía pervivían milenios de historia conectados al Mediterráneo y al Mar Rojo. Oceanía estaba habitada por navegantes que cruzaban miles de kilómetros de océano guiados por estrellas y corrientes sin mapas de papel ni brújulas de metal.

La llegada de los invasores rompió un equilibrio milenario. Trajeron hierro y pólvora, pero también epidemias y cadenas. Arrasaron con lo que no entendían y codiciaron lo que brillaba. El mito de que Europa “civilizó” al mundo es un insulto a las civilizaciones que ya existían.

“Hubo mundos enteros antes de que llegaran los mapas de Europa.”

Los imperios de ayer, las potencias de hoy

El colonialismo europeo nació del hambre de poder y de metales. España y Portugal se lanzaron primero, Inglaterra, Francia y Holanda los siguieron. Con cañones, banderas y cruces trazaron mapas que partieron continentes enteros. Durante siglos el mundo fue un tablero de ajedrez jugado desde Europa.

Ese colonialismo clásico dejó cicatrices que todavía sangran. De las plantaciones esclavistas en el Caribe a los enclaves mineros en África. De los virreinatos americanos a las factorías en India. El mundo quedó subordinado a un puñado de metrópolis que crecieron sobre el trabajo y los recursos de los demás. El oro y la plata de América financiaron las coronas de Europa, las especias de Asia alimentaron fortunas en Ámsterdam y Londres, el algodón y el azúcar movieron imperios enteros.

Hoy las banderas son otras, pero la lógica es la misma. El poder no lo ejercen virreyes ni almirantes, sino bancos centrales, fondos de inversión y tratados multilaterales. El colonialismo de ayer se transformó en el club del G7, que concentra más del 45 % del PIB mundial y maneja el pulso de las finanzas globales. Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá controlan no solo mercados, sino también el relato: deciden qué es desarrollo, qué es democracia y qué país merece sanciones.

La fuerza militar sigue siendo un ingrediente central. El gasto militar mundial superó en 2023 los 2,4 billones de dólares, con el G7 y sus aliados representando más de dos tercios. Es la continuidad de la vieja flota colonial, solo que ahora bajo el disfraz de OTAN o coaliciones “humanitarias”.

De los virreinatos a Wall Street, de la Compañía de las Indias a BlackRock, la diferencia es solo tecnológica. El mundo sigue dividido en quienes mandan y quienes esperan.

“El colonialismo cambió de bandera, pero nunca de dueño.”

Estados Unidos: el colonialismo del dólar

Estados Unidos heredó el bastón del colonialismo europeo y lo convirtió en un imperio financiero. Su territorio se expandió a costa de pueblos originarios y de México, pero su verdadero salto fue tras la Segunda Guerra Mundial. Desde 1945 el dólar se convirtió en la sangre del sistema global. No necesitó virreyes ni crucifijos: le bastó con bancos, bases militares y Hollywood.

El dólar es el arma más poderosa del siglo XX y XXI. Más del 58 % de las reservas internacionales del planeta están denominadas en dólares. Cerca del 80 % de las transacciones comerciales globales se liquidan en esta moneda. Esa hegemonía convierte a Washington en juez supremo de la economía mundial. Quien desafía al dólar recibe sanciones. Quien depende de él debe obedecer.

El control no es solo financiero. Es también militar. Estados Unidos gasta más de 900.000 millones de dólares anuales en defensa, casi el 40 % del gasto militar global. Mantiene más de 750 bases en 80 países, un imperio desplegado sin llamarse imperio. Desde el Caribe hasta el Pacífico, desde el Golfo Pérsico hasta África, sus portaaviones sustituyen a las antiguas flotas coloniales.

El FMI y el Banco Mundial, nacidos en Bretton Woods bajo la batuta estadounidense, funcionan como extensiones de ese colonialismo. Prestan dinero con condiciones que desarman economías locales, privatizan recursos y obligan a abrir mercados. Cada préstamo viene con cadenas invisibles que pesan más que las de hierro.

El soft power también juega su rol. Netflix, Silicon Valley y Wall Street construyen un imaginario donde Estados Unidos aparece como inevitable. Sus series, sus redes y sus algoritmos moldean deseos, consumos y hasta elecciones políticas en países que creen ser libres. Es un colonialismo cultural que acompaña al financiero y al militar.

El resultado es claro: Estados Unidos no necesita conquistar territorios, ya colonizó las reglas. Con su moneda dicta la economía, con sus bases impone la fuerza, con sus pantallas define la cultura. Es un imperio que no se declara, pero se siente en cada esquina del planeta.

“El colonialismo ya no se firma con espadas, se imprime en billetes verdes.”

Europa es la vieja colonia reciclada

Europa fue el epicentro del colonialismo clásico. Desde sus puertos zarparon las carabelas que partieron al mundo en pedazos. España, Portugal, Inglaterra, Francia, Holanda y Bélgica construyeron imperios a base de oro robado, esclavos encadenados y territorios fragmentados. Su riqueza se amasó sobre el saqueo de tres continentes.

Hoy Europa ya no domina con flotas y cañones, pero sigue sosteniendo estructuras coloniales bajo nuevas formas. La Unión Europea se presenta como faro de democracia y derechos, mientras empresas europeas controlan minas en África, energía en Medio Oriente y agroindustrias en América Latina. El continente que predica libertad conserva cadenas en forma de contratos y deudas.

Francia es el ejemplo más claro. Con el franco CFA mantiene atados a 14 países africanos que deben depositar parte de sus reservas en el Tesoro francés. En el Sahel despliega tropas, justifica intervenciones y asegura uranio barato para sus centrales nucleares. Alemania, motor industrial de Europa, depende de energía importada y de materias primas externas, pero impone reglas fiscales que asfixian a sus vecinos más pobres dentro de la propia Unión.

Las cifras hablan. El PIB de la Unión Europea representa cerca del 14 % del PIB mundial, pero su dependencia de importaciones energéticas supera el 55 % de su consumo total. Importa gas de Rusia y Argelia, petróleo de Medio Oriente, minerales de África y América Latina. Exporta tecnología, finanzas y reglas.

El colonialismo europeo mutó en burocracia comunitaria y en tratados comerciales. Las antiguas colonias se convirtieron en “socios estratégicos”, aunque el reparto sigue siendo desigual. Europa ya no gobierna con virreyes, pero impone sus intereses a través de regulaciones, subsidios agrícolas y sanciones selectivas.

Frase Filosa: “Europa predica derechos, pero aún reparte cadenas.”

China es la nueva ruta del poder

China pasó de ser víctima de colonización a potencia que desafía a los antiguos imperios. En el siglo XIX sufrió las Guerras del Opio, tratados desiguales y ocupaciones extranjeras. Hong Kong, Shanghái y otras ciudades fueron convertidas en enclaves coloniales. Hoy, un siglo y medio después, China invierte en puertos, carreteras, minas y telecomunicaciones en todos los continentes. Se presenta como alternativa al poder occidental, pero su huella recuerda demasiado al viejo colonialismo.

La Iniciativa de la Franja y la Ruta, lanzada en 2013, es el proyecto de infraestructura más grande del mundo. Más de 150 países han firmado acuerdos con Beijing. La inversión comprometida supera los 1,3 billones de dólares, con puertos en Pakistán, trenes en África, carreteras en América Latina y cables submarinos que conectan continentes. El dragón no llegó con cañones, llegó con préstamos.

China controla ya gran parte de la cadena de minerales críticos. Más del 70 % de la refinación mundial de litio y cerca del 60 % del cobalto extraído en el Congo terminan en empresas chinas. Su dominio no es militar sino industrial: asegura materias primas, construye plantas y ofrece financiamiento donde Occidente impone sanciones.

El dilema es doble. Para algunos países, China representa oxígeno frente al dólar y al FMI. Para otros, es un nuevo colonizador que compra gobiernos con cheques y amarra generaciones con deuda. La narrativa de cooperación sur-sur convive con denuncias de extractivismo y falta de transparencia.

El gigante asiático ya no es el taller barato del mundo. Es un jugador que disputa rutas marítimas, satélites, inteligencia artificial y minerales estratégicos. Cambió la ecuación: el colonialismo ya no es solo occidental, también habla mandarín.

“China no manda con flotas, manda con contratos que pesan más que los cañones.”

Rusia. Del Imperio zarista al imperio energético

Rusia siempre fue un imperio que buscó expandirse hacia mares cálidos y fronteras infinitas. Del zarismo a la Unión Soviética, y de la URSS a Putin, la lógica ha sido la misma: controlar territorio, energía y poder militar. Hoy Rusia no ofrece préstamos blandos ni tratados comerciales como China o Estados Unidos. Su carta es otra: el gas, el petróleo y el uranio.

Europa entera dependió durante décadas de la energía rusa. Antes de la guerra de Ucrania, Moscú abastecía el 40 % del gas natural consumido por la Unión Europea. Esa dependencia fue un arma silenciosa que le permitió influir sin disparar un cañón. Con el petróleo la ecuación es similar: Rusia produce cerca de 10 millones de barriles diarios, lo que la ubica entre los tres mayores exportadores globales.

La guerra en Ucrania mostró que el colonialismo del siglo XXI también se escribe con tanques y oleoductos. Moscú defiende sus esferas de influencia a sangre y fuego, justificando invasiones con la misma lógica de los imperios de antaño. No son solo fronteras: son tuberías, contratos de gas y control de corredores estratégicos.

Más allá de Europa, Rusia se ha convertido en un jugador clave en África y Medio Oriente. Exporta armas, ofrece mercenarios a través del grupo Wagner y asegura acceso a minas de oro, diamantes y uranio. La geopolítica rusa se mezcla con la guerra híbrida: energía, militares privados y diplomacia agresiva.

Las cifras son duras: el presupuesto militar ruso supera los 100.000 millones de dólares anuales, mientras sus reservas de gas natural son las más grandes del mundo, con más de 37 billones de metros cúbicos. Moscú es un imperio energético que sabe que sin su petróleo y gas, el mundo no funciona.

“Rusia no exporta democracia ni tratados, exporta gas, petróleo y guerras.”

Los pueblos que esperan

Mientras las potencias dictan reglas, los pueblos esperan. Esperan desarrollo, esperan soberanía, esperan justicia. Lo que reciben son préstamos que los hunden más, extractivismo que arrasa con sus tierras y promesas que se evaporan en discursos diplomáticos. La historia del colonialismo no es solo la de los que mandan, es la de los que fueron condenados a esperar lo que nunca llega.

América Latina es ejemplo claro. Concentra el 60 % del litio mundial, el 40 % del cobre y vastos recursos agrícolas. Sin embargo, más de 180 millones de personas viven en pobreza, según CEPAL. Exporta minerales y alimentos que sostienen industrias extranjeras, mientras millones carecen de empleo digno o seguridad alimentaria.

Asia del Sur y Sudeste Asiático cargan con la paradoja de ser el taller del mundo y a la vez territorios de explotación. Bangladesh, India, Pakistán y Vietnam producen textiles y electrónicos para corporaciones globales, pero millones de trabajadores sobreviven con sueldos de miseria. La pobreza afecta a más de 400 millones de personas en la región, mientras las cadenas de suministro engordan las cuentas de empresas occidentales y chinas.

Medio Oriente vive atrapado entre petróleo y guerras. Palestina espera desde hace 75 años un Estado que nunca llega, Yemen espera el fin de un conflicto olvidado, Siria espera reconstrucción después de la destrucción total. Las reservas de petróleo y gas son gigantescas, pero sus pueblos viven entre sanciones, bombardeos y éxodos.

África sigue siendo el continente más saqueado. Oro, diamantes, coltán, uranio y petróleo alimentan las economías del norte mientras millones sobreviven con menos de dos dólares al día. Más de 280 millones de africanos sufren inseguridad alimentaria severa, y sin embargo el continente es clave para la transición energética global. África espera justicia, pero recibe intervenciones, deuda y migajas.

Oceanía parece invisible en el mapa del colonialismo, pero carga con sus propias cadenas. Australia y Nueva Zelanda actúan como brazos de Occidente, mientras los pueblos originarios siguen marginados. Las islas del Pacífico, como Kiribati o Tuvalu, esperan acciones frente al cambio climático que amenaza con borrarlas del mapa. Su riqueza marítima es saqueada por flotas extranjeras mientras sus poblaciones enfrentan el riesgo existencial de desaparecer bajo el agua.

Europa del Este y los Balcanes también esperan. Esperan ser tratados como iguales dentro de la Unión Europea, pero se les asigna el rol de periferia barata. Sus trabajadores migran hacia el oeste, sus tierras se venden a fondos agrícolas y su soberanía se diluye entre Bruselas, Moscú y Washington.

La migración es el rostro humano de esta espera global. Más de 280 millones de personas viven fuera de su país de origen (ONU, 2023). Muchos cruzan mares y desiertos para escapar del hambre o la guerra, solo para encontrar fronteras cerradas y discursos xenófobos. La espera se convierte en exilio, y el exilio en condena.

“Los pueblos esperan trenes de progreso y reciben vagones de deuda.”

África en breve

África merece un tratado entero, no un párrafo. Es el continente más saqueado y más resiliente del planeta. Oro, diamantes, coltán, petróleo y uranio han financiado la riqueza de otros durante siglos. Sus pueblos han cargado con esclavitud, hambre inducida, guerras fabricadas y deudas impagables.

Pero esta columna no se detendrá en África porque ya le corresponde una serie completa. Aquí solo basta recordar un hecho: África posee más del 30 % de los recursos naturales del mundo y, sin embargo, concentra la mayor tasa de pobreza extrema global, con más de 460 millones de personas viviendo con menos de dos dólares al día.

El colonialismo nunca se fue de África, simplemente cambió de bandera. Francia todavía ata monedas, Estados Unidos y China disputan contratos, Rusia ofrece armas y mercenarios. África está en el centro del tablero, pero en el margen de la justicia.

“África merece una biblioteca, no un párrafo.”

Lo que se juega hacia 2050

El colonialismo no es un recuerdo, es un presente que define el futuro. Hacia 2050 el planeta enfrentará una tormenta perfecta: crecimiento poblacional, crisis climática, agotamiento de recursos y concentración de poder en pocas manos. Los pueblos seguirán esperando si no rompen las cadenas, y las potencias seguirán mandando si nadie las desafía.

Las cifras son claras. La población mundial superará los 9.700 millones de personas (ONU, 2024). La demanda de alimentos crecerá en un 50 %, el consumo de agua aumentará en un 30 % y la necesidad de energía se duplicará (Banco Mundial, IEA). El litio, el cobre, el hidrógeno verde y las tierras fértiles se convertirán en las armas del futuro. Los países que los poseen serán cortejados o presionados, y los que carezcan de ellos quedarán subordinados.

El cambio climático multiplicará las desigualdades. Sequías, inundaciones y pérdida de suelos fértiles afectarán sobre todo a los países pobres. Mientras tanto, las potencias invertirán en murallas verdes, energías limpias para sí mismas y seguros climáticos, dejando a los demás con catástrofes y promesas vacías.

La tecnología será otra frontera colonial. La inteligencia artificial, el control de datos y la biotecnología estarán en manos de pocos países y corporaciones. Quien controle los algoritmos decidirá la política, la economía y hasta la cultura del siglo XXI. La dependencia digital puede ser más fuerte que cualquier cadena física.

Hacia 2050 la disyuntiva será brutal: emancipación o sometimiento. Si los pueblos logran unir soberanía política, control de recursos e integración regional, podrán romper el ciclo. Si no, el colonialismo se habrá perfeccionado en su versión más invisible y total.

“El colonialismo del futuro no llevará uniforme, llevará chips, contratos y moléculas verdes.”

Colonialismo del siglo XXI: potencias y territorios

EE.UU. → Financiero, militar, cultural → América Latina, Medio Oriente, Asia-Pacífico → Dólar como moneda global, 750 bases militares, control de Silicon Valley

Países: México, Colombia, Irak, Afganistán, Japón, Corea del Sur, Filipinas

Europa (UE) → Comercial, monetario, energético → África, América Latina, Europa del Este → Franco CFA en África, tratados agrícolas, sanciones económicas

Países: Malí, Níger, Senegal, Argelia, Marruecos, Ucrania, Polonia, Argentina

China → Infraestructura, deuda, industrial → África, Asia Central, América Latina → Franja y la Ruta, refinación de litio, contratos mineros en Congo y Bolivia

Países: Zambia, Etiopía, Pakistán, Sri Lanka, Bolivia, Perú, Brasil, Argentina

Rusia → Energético, militar, extractivo → Europa del Este, África, Medio Oriente → Exportación de gas, grupo Wagner, guerra en Ucrania

Países: Ucrania, Siria, Libia, Sudán, República Centroafricana, Níger, Kazajistán

El colonialismo nunca se fue.

Hoy solo cambió de uniforme y se disfraza de dólar, de tratados de libre comercio, de corredores energéticos y de algoritmos que vigilan. Las potencias siguen mandando y los pueblos siguen esperando. Pero la paciencia de los pueblos no es infinita. Cada crisis, cada saqueo, cada humillación acumula una energía que tarde o temprano estalla.

El futuro no está escrito. Hacia 2050 el mundo puede repetir la misma historia con nuevos amos o puede romper el ciclo. La emancipación no se mendiga, se construye con soberanía, con integración regional, con control de los recursos y con dignidad colectiva. No se trata de nostalgia ni de romanticismo. Se trata de sobrevivir como humanidad en un planeta que ya no soporta más abusos.

El colonialismo parece invencible, pero también lo parecían los imperios que ya se desmoronaron. Los pueblos que esperan no lo harán para siempre. La historia demuestra que las cadenas se quiebran cuando la dignidad supera al miedo.

“El colonialismo puede mandar hoy, pero la historia no se arrodilla para siempre.”

Bibliografía resumida

ONU – World Population Prospects 2024

Banco Mundial – Global Development Indicators 2022

FMI – World Economic Outlook 2023

SIPRI – Military Expenditure Database 2023

IEA – World Energy Outlook 2023

Fuente de la información:  https://www.pressenza.com

Fotografía: Pressenza. En las calles de Caracas

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Los fakenews que huelen a polvora

Si algo distingue a Estados Unidos no son sus “valores democráticos”, ni su “ejemplo de libertad”, sino su capacidad industrial para fabricar mentiras de exportación. Mentiras que venden en prime time con gráficos coloridos, lágrimas de cocodrilo en el Congreso y un coro mediático que repite al unísono. Mentiras que, como advertí en mi último artículo sobre la guerra psicológica contra Venezuela, son la artillería previa antes de la pólvora. La historia lo demuestra: cada guerra norteamericana ha comenzado no con un disparo, sino con un titular.


El Maine y la primera gran fake news imperial (1898)

La serie empezó en La Habana, con el acorazado Maine convertido en mártir involuntario. Una explosión accidental en sus bodegas fue presentada como un ataque español. El periodismo amarillo de William Randolph Hearst hizo el resto: “¡Remember the Maine, to hell with Spain!”. El resultado fue la Guerra Hispano-Estadounidense. Estados Unidos entró en Cuba como supuesto libertador, pero se quedó con Puerto Rico, Guam y Filipinas. Décadas después, investigaciones —incluso del propio gobierno gringo— confirmaron que lo más probable era un incendio en los depósitos de carbón. Pero ya no importaba: el imperio había estrenado su traje y a partir de este episodio solo en Latinoamérica intervinieron 76 veces en todos los países.

Vietnam y el fantasma en el radar (1964–1973)

En el Golfo de Tonkín, la historia volvió a rodar. Se anunció al mundo que destructores norvietnamitas habían atacado a buques estadounidenses. Mentira. El segundo ataque jamás ocurrió: fueron ecos de sonar confundidos, manipulados para sonar a agresión. El Congreso, enloquecido de patriotismo, aprobó la Resolución de Tonkín y la guerra estalló. Resultado: tres millones de vietnamitas y más de 60 mil estadounidenses muertos. Décadas después, la NSA y hasta Robert McNamara admitieron la verdad: no había ataque, solo operaciones encubiertas provocadoras de EE.UU. Fue la mentira fundacional de una carnicería que aún tiene traumas y cicatrices en la sociedad estadounidense.


Granada y los estudiantes en “peligro” (1983)

En los años 80, Ronald Reagan necesitaba su guerra chiquita. Encontró el escenario en Granada, una islita caribeña con un gobierno de izquierda. El pretexto: “proteger” a 800 estudiantes estadounidenses de medicina supuestamente en peligro tras un golpe. La universidad declaró que jamás estuvieron en riesgo, y hasta Margaret Thatcher, aliada fiel, se opuso a la farsa. Pero las tropas ya estaban desembarcando. La invasión fue un paseo militar contra un país del tamaño de un barrio de Miami, pero sirvió para mandar un mensaje al Caribe: aquí manda Washington.

Panamá: Noriega, de agente narco de la CIA a villano de manual (1989)

George H. W. Bush necesitaba otra “causa justa”. Fabricó un monstruo a su medida: Manuel Noriega, general panameño y viejo colaborador de la CIA, fue de pronto convertido en el enemigo público número uno. ¿El pretexto? Narcotráfico, amenazas al Canal y “proteger vidas estadounidenses”. En realidad, Noriega se había vuelto incómodo y había que sacarlo. La invasión dejó miles de panameños muertos bajo bombas que arrasaron barrios populares. El Canal quedó bajo control seguro, y la “democracia” panameña pasó a ser otra ficha del tablero.

Irak y el tubito de polvo (2003)

La escena más grotesca de este catálogo fue en Nueva York, en la ONU. Colin Powell levantó un tubito con polvos blancos y juró que era evidencia de las Armas de Destrucción Masiva de Saddam Hussein. Bush y Cheney repetían que esas armas podían usarse en 45 minutos. También agregaron vínculos ficticios con Al-Qaeda. Todo falso: ni armas, ni vínculos. La fuente principal era un informante apodado “Curveball”, desacreditado incluso por la CIA. La mentira abrió las puertas a una invasión que destrozó Irak, mató a millones de civiles y dio vida al monstruo del ISIS. El engaño más caro y sangriento del siglo XXI.

Libia y el Viagra de la guerra (2011)

En 2011, la OTAN, bajo el liderazgo estadounidense, encontró su excusa en Libia. La propaganda aseguraba que Muammar Gaddafi repartía Viagra a sus tropas para ordenar violaciones masivas y que se preparaba una masacre inminente en Bengasi. La prensa lloró por “los derechos humanos”. El resultado: bombardeos, linchamiento de Gaddafi y un país reducido a escombros. Hoy Libia es un estado fallido, con mercados de esclavos al aire libre y una guerra civil sin fin. La mentira del Viagra fue desmontada por la propia ONU, pero ya era tarde: el petróleo había cambiado de manos.
Irán 2025: la mentira en construcción

El guion continúa. Hoy, en 2025, los titulares anuncian que Irán estaba a “horas” de tener la bomba nuclear. Sin pruebas de la AIEA, sin verificaciones internacionales, el gobierno genosida de Israel y Washington decidieron bombardear Irán durante 12 días y finalmente sus instalaciones de uso pacífico nuclear. Se dijo que eran “plataformas militares encubiertas”. Estoy seguro que, como en Irak, el tiempo revelará que no había programa nuclear activo. Pero para entonces, el desastre estará hecho: muertes, crisis energética global y una región al borde de la guerra.


Venezuela el cuento de los narcos:

Finalmente retorna la guerra contra el narco, con acusaciones completamente fantasiosas contra el Gobierno de Venezuela y sus altos mandos de pertenecer a un cartel que para la propia DEA en su informe de 2024 y para la ONUDD en su informe 2025 no existe e informan que Venezuela ni es una ruta segura para el narco, ni tiene cultivos, ni tiene laboratorios. Pero nada de eso importa, es la mentira quien construye los objetivos militares. Recientemente un periodista le pregunta a Dolnad Trump si van a atacar algún objetivo en territorio venezolano y con altanería de siempre dijo: pronto se van a enterar. Amanecerá y veremos.

Entonces, ¿Cuál es el patrón ciminalístico?

De La Habana a Teherán, de Tonkín a Trípoli, el libreto es siempre el mismo:

– Inventar una amenaza.
– Venderla como verdad absoluta.
– Atacar.
– Admitir, años después y con voz baja, que fue un error, a veces.

Y así funciona el “mundo libre”: cada guerra empieza con una mentira, y cada mentira es vendida como cruzada moral. Lo hicieron con Cuba, Vietnam, Granada, Panamá, Irak, Libia e Irán. Y hoy lo ensayan contra Venezuela, con el cuento del “narcoestado” y el “Cártel de los Soles”. Primero te destrozan la mente con propaganda, después te rodean con submarinos nucleares.
Estados Unidos no va a la guerra por libertad, ni por democracia, ni por derechos humanos. Va a la guerra por intereses, por petróleo, por control geopolítico. Y la mentira es su arma preferida. Una mentira repetida en titulares, amplificada por redes sociales y canonizada en los discursos de presidentes poco solemnes.

Venezuela quiere paz y luchará por ella.

Fuente de la información e imagen:  https://cuatrof.net

Fotografía: Cuatro F.

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España: La comunidad educativa de Madrid se planta contra la prohibición de Ayuso del apoyo a Palestina: «No nos va a silenciar»

La comunidad educativa de Madrid se planta contra la prohibición de Ayuso del apoyo a Palestina: «No nos va a silenciar»

Val Torres

indicatos, AMPAS y estudiantes responden al veto del Ejecutivo regional y exigen el cese de la retirada de símbolos y banderas en apoyo al pueblo palestino en colegios e institutos de la Comunidad de Madrid

Sindicatos, Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) y estudiantes han respondido al veto que se conoció este miércoles, impulsado desde el Gobierno de Ayuso, para retirar símbolos y cancelar actividades de solidaridad con Palestina en colegios e institutos públicos y concertados de la Comunidad de Madrid. La comunidad educativa se ha movilizado para exigir a la Consejería de Educación una rectificación y el cese de las presiones para silenciar las voces de la enseñanza que claman por un alto el fuego y que defienden los derechos humanos en las aulas.

Esta respuesta de los profesores la lidera el sindicato minoritario Stem, que este miércoles recordó a la Consejería que toda limitación de la libertad de cátedra debe tener una “base legal justificada y proporcionada”; y la plataforma de profesores Menos Lectivas, que ha lanzado este jueves una campaña de llamamiento a la docencia madrileña para que acudan a clase portando símbolos palestinos como la sandía, la kufiya o los colores de la bandera.

“No nos vamos a callar ante el genocidio. ¡Viva la educación pública, viva Palestina libre!”, anima Menos Lectivas en el comunicado.

Campaña de llamamiento de Menos Lectivas para portar símbolos de apoyo al pueblo palestino
Campaña de llamamiento de Menos Lectivas para portar símbolos de apoyo al pueblo palestino (Menos Lectivas)

A su vez, más de 70 asociaciones de madres y padres de centros públicos y concertados han firmado este jueves un texto de condena al “hostigamiento de la Consejería de Educación a equipos docentes y familias por mostrar su apoyo a la población palestina”. En este comunicado, firmado por AMPAS de colegios e institutos de toda la región, exigen “que se respete la libertad de expresión de toda la comunidad educativa”.

“Educar en derechos humanos no es adoctrinamiento, es uno de los principios básicos de nuestro sistema educativo y de todo nuestro sistema democrático. Por ello, apoyaremos e incentivaremos aquellas iniciativas que, tanto dentro como fuera de los centros educativos se lleven a cabo, para alzar la voz contra este genocidio”, añaden.

Sin embargo, la posición de la Consejería permenece en la negativa de permitir estas inciativas, a pesar de que en 2022 se colocaron símbolos en los mismos centros en favor de la población ucraniana que sufre la invasión rusa. Este miércoles la presidenta madrileña justificó estas acciones represivas con el objetivo de “no politizar” los colegios, a pesar de que la educación en derechos humanos está incluida en el currículo por el que se rige la enseñanza madrileña. “Dejen de intentar adoctrinar”, zanjó Ayuso.

Este jueves han salido nuevos testimonios de visitas o llamadas de Inspección que ordenan retirar banderas o carteles. El ayuntamiento de Rivas, uno de los municipios afectados, se ha rebelado contra estas restricciones y su alcaldesa, Aída Castillejo, ha recordado al Gobierno regional que los colegios son de titularidad municipal, y que la Comunidad de Madrid solo regula la parte curricular y, por tanto, está fuera de su legitimidad decidir sobre estas actividades: “Es evidente que Ayuso y el Gobierno regional solo buscan imponer y recortar la libertad de los centros educativos para educar en valores y derechos humanos”, asegura en una nota hecha pública esta tarde, una carta enviada enviada a los centros educativos y a las AFA de la ciudad en la que destaca que los centros escolares “son espacios donde el conjunto de la comunidad educativa trabaja cada día para construir modelos de convivencia basados en la igualdad, la solidaridad y el respeto a los derechos humanos”.

Por su parte, los estudiantes tampoco permanecen impasibles. Varios adolescentes que tenían programada una reunión este jueves con la ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego, critican las prohibiciones. Su instituto, comprometido con el genocidio en Gaza, continúa en lucha defendiendo estas muestras de apoyo. “No hay ningún tipo de opinión, solo exponemos los hechos, que son brutales y cada uno con su criterio que saque las conclusiones”, dice una de estas estudiantes.

Fuente: https://www.eldiario.es/madrid/politica/comunidad-educativa-madrid-planta-prohibicion-ayuso-apoyo-palestina-no-silenciar_1_12614090.html

Fuente de la Información: https://rebelion.org/la-comunidad-educativa-de-madrid-se-planta-contra-la-prohibicion-de-ayuso-del-apoyo-a-palestina-no-nos-va-a-silenciar/

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Mundo Educativo: Cómo los profesores sustitutos pueden conectar con sus estudiantes

Cómo los profesores sustitutos pueden conectar con sus estudiantes

 

Cuando comencé a trabajar como maestra sustituta, no podía quitarme la sensación de que había dejado algo atrás.

Tras una década como profesora de lengua y literatura a tiempo completo, me costó adaptarme a mi nuevo rol como sustituta. Iba de un aula a otro, siguiendo los planes de otros profesores, preguntándome si me había equivocado. Extrañaba el ritmo de mi propia clase. Algunos días, me preguntaba si aún contaba como profesora «de verdad».

Entonces llegó Halloween. Sustituí a un grupo de séptimo grado en lengua y literatura a mitad de su unidad sobre Rebeldes , una novela que había enseñado durante años. Decidí ponerme mi viejo disfraz de Johnny Cade: vaqueros, chaqueta vaquera, gomina y un toque de negro para los ojos. A medida que avanzaba en el horario del día, la noticia de mi disfraz parecía correr la voz; cada grupo de alumnos que entraba al aula estaba más emocionado que el anterior. Me sentí de nuevo con los pies en la tierra.

Esa experiencia no solo fue divertida, sino también una llamada de atención. Me di cuenta de que no me había dado cuenta de cómo ya conectaba con los estudiantes. Las conexiones eran pequeñas y fáciles de pasar por alto; un estudiante me saludó por segunda vez en una semana con un «Qué bien, ya volviste», mientras que otro me dejó una nota de agradecimiento por ayudarme con un ensayo.

Desde entonces, he encontrado enriquecimiento en la docencia sustitutiva. A lo largo del camino, he recopilado varias estrategias que me han ayudado a mantenerme involucrada y marcar la diferencia, día a día. Estas estrategias, útiles tanto para los nuevos suplentes que aún están aprendiendo , como para los docentes de tiempo completo que están reduciendo sus funciones de suplente, se describen a continuación.

Conectando con estudiantes como sustituto

Empieza con los nombres: Suena básico, pero aprenderse los nombres de los estudiantes es la manera más efectiva para que un sustituto establezca una buena relación. Cada mañana, pido dos copias de las listas del día: una para enviar a la secretaría y otra para guardar. Durante el trabajo independiente, reviso la lista mientras recorro el aula, poniéndome a prueba con los nombres y las caras. Incluso aprenderse unos pocos nombres nuevos cada día suma con el tiempo, y les demuestra a los estudiantes que estoy prestando atención, no solo de paso.

Hazte visible más allá del aula: Estar presente en los partidos y eventos estudiantiles es otra forma fácil de conectar. Siempre que veo camisetas en clase, pregunto a qué hora empieza el partido de esa tarde y me paso unos minutos de camino al coche. La primera vez que lo hice, me sentí un poco incómodo animando a una universidad donde no trabajaba a tiempo completo, pero a ninguno de mis alumnos les pareció raro; simplemente estaban encantados de verme seguir adelante.

Asigne a los estudiantes roles clave: En todas las clases, siempre hay estudiantes que se ofrecen como voluntarios rápidamente. Dependiendo del grado, me gusta asignarles tareas para que me mantengan al día: uno para recordarme los cambios de hora, otro para encargarse de las salidas del baño y otro para darme una señal secreta si la clase necesita un descanso. Asignar estos pequeños roles cambia la dinámica del aula; relaja la tensión que a veces surge cuando un sustituto entra en un aula con una cultura bien establecida, marcada por personalidades fuertes o el estilo distintivo de un profesor. Incluso como un extraño por un día, los sustitutos corren el riesgo de alterar las normas del aula, por lo que este pequeño gesto respeta la experiencia del estudiante y establece una buena relación y confianza.

Lleva un kit de suplentes con listas de reproducción y retos que requieren poca preparación: La mayoría de los planes de suplentes incluyen una tarea clara, pero una vez que los estudiantes terminan, el resto de la clase puede convertirse en tiempo muerto. Quiero que los estudiantes me vean como algo más que un simple sustituto, así que llevo un kit de suplentes personal: una carpeta con secciones que contiene organizadores gráficos, materiales de arte e ideas flexibles que puedo usar en cualquier lugar, en cualquier curso, para aprovechar al máximo esos minutos extra.

Un ejemplo de ello es una lista de reproducción de cortometrajes del sitio web Short of the Week , que incluye una combinación de animaciones, minidocumentales y misterios que despiertan la curiosidad en todos los niveles. Para cada cortometraje, preparo una propuesta para un debate o una escritura, como reescribir el final o narrar la historia desde una nueva perspectiva. Estas películas listas para usar dan estructura a momentos que, de otro modo, serían solo relleno.

También me gusta incorporar algunas actividades grupales interactivas que mantengan a los estudiantes interesados ​​hasta que termine la clase. Me inspiro en juegos clásicos de lluvia de ideas y rompehielos, y luego los adapto a grupos de edad específicos. Una vez, una clase de quinto grado trabajó en conjunto para idear 50 usos diferentes para un clip; un grupo de noveno grado pasó el final de la clase debatiendo una lista de las 10 mejores películas de la década.

Estas actividades requieren poca preparación, pero fomentan el trabajo en equipo y la creatividad. Los estudiantes encuentran una forma sencilla de practicar el pensamiento crítico mientras se divierten, y yo puedo revitalizar esos últimos minutos aportando un poco de mi propia personalidad.

Ofrecer extensiones creativas para la hora de lectura: La frase «Saca tu libro de lectura independiente» es el recurso habitual de los profesores sustitutos cuando los alumnos terminan temprano. Sin embargo, no siempre es fácil conseguir la aprobación al final de la clase. En su lugar, ofrezco una opción sencilla de storyboard: papel en blanco y lápices de colores para que los alumnos conviertan una escena de su libro de lectura independiente en una tira cómica. Muchos profesores ya utilizan herramientas digitales similares; esta versión es más sencilla, pero sigue siendo familiar, y añade un poco de variedad a las rutinas de los alumnos.

Cuando se plantea como una alternativa a la lectura silenciosa, los estudiantes suelen estar ansiosos por probarla. Algunos crean cómics con monigotes, mientras que otros se toman su tiempo para añadir detalles y diálogos. Recojo los guiones gráficos al final de la clase y se los dejo al profesor de tiempo completo, quien puede usarlos como una revisión rápida de los objetivos de lectura o simplemente como prueba de su participación mientras no están.

Ya sea un cortometraje, un reto o una variante de la lectura independiente, creo que cada clase debería incluir un momento de reflexión, algo que haga que el tiempo valga la pena, no se desperdicie. Incluso en días con pocos planes o clases impredecibles, estas actividades demuestran a los estudiantes que te importan, que tus contribuciones son significativas y que hay innumerables maneras de estar presentes y conectar.

Fuente:  Zachary Shell / edutopia.com

Fuente de la Información: https://www.redem.org/como-los-profesores-sustitutos-pueden-conectar-con-sus-estudiantes/

 

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Los BRICS

Ponencia de Eric Toussaint

Una de las cosas que me ha llamado la atención al formar parte de este panel desde el inicio de la conversación es laausencia de referencias o menciones acerca del genocidio en curso en Gaza.

Para mí es fundamental este tema a la hora de realizar un diagnóstico sobre qué es y a qué se dedica este grupo se países conocido como BRICS.

En la declaración final de la cumbre de los BRICS publicada el 6 de julio en Río de Janeiro no aparece en ningún momento la palabra genocidio, ni se utiliza la palabra limpieza étnica.

Por lo tanto, se puede decir que los BRICS no denuncian el genocidio en Gaza.

Además, varios miembros de los BRICS mantienen relaciones económicas y militares con Israel. China es el principal proveedor de Israel a nivel comercial: 20 mil millones de dólares en exportaciones chinas hacia Israel en 2024. En comparación, las exportaciones de Estados Unidos a Israel alcanzaron 9 mil millones de dólares en 2024.

Rusia abastece a Israel de petróleo, carbón y cereales.

Brasil también comercia con Israel, incluso a nivel de armamento.

Nadie hasta ahora en nuestro panel ha mencionado a losEmiratos Árabes Unidos, un pequeño país miembro de los BRICS que mantiene una relación sumamente estrecha con Israel y Estados Unidos. Un país en el cual existe una base militar de Estados Unidos, una base estratégica con los F-35, los F-16, los AWACS, etc.

Los Emiratos Árabes Unidos, junto a Israel y Arabia, están construyendo una ruta terrestre para enlazar el Golfo de Dubái con el Mediterráneo a través de Arabia hasta el puerto de Haifa en Israel. Todo ello en competencia con la nueva ruta de la sede de China.

Los EAU están más en alianza con Estados Unidos que con los BRICS, lo que no les impide ser miembros plenoderecho de los BRICS, operando militarmente en la región. Ocuparon con Israel el archipiélago de Socotra, al norte de Adén, un lugar estratégico para el comercio del petróleo.

Hay muchas personas empeñadas en ver a los BRICS como la alternativa al imperialismo de EEUU y sus aliados, sin prestar atención a la parte más negativa de esarealidad, esto es algo que me preocupa sumamente.

Los BRICS están manteniendo con Israel relaciones comerciales y varios de ellos militares. La India tiene un comercio de 10 mil millones de dólares con muchos intercambios de armas con Israel.

Indonesia, miembro asimismo de los BRICS, utiliza el software de espionaje y vigilancia Pegasus, además deotro también desarrollado por Israel.

  • En resumen, mi primer punto es el siguiente: los BRICS ni hablan de genocidio ni toman la menor medida en cuanto a sanciones contra Israel.

Los BRICS deberían tomar medidas de boicot hacia Israel y no seguir abasteciéndole con materias energéticas que le ayudan a continuar funcionando con normalidad.

El segundo punto es: no creo que los BRICS constituyanun bloque, son una coalición en la cual existen importantescontradicciones. Hay aliados muy firmes de Estados Unidos dentro de esa coalición, por ejemplo, los Emiratos Árabes Unidos o Egipto.

Bien saben ustedes que el gobierno egipcio reprimió la marcha en solidaridad con Gaza, además de recibir 1.300 millones de dólares en ayuda militar de Estados Unidos, a condición de mantener la alianza con Israel. Sin olvidar que el 15% del consumo energético egipcio proviene del gas que importa de Israel.

Queda claro que nos encontramos ante una coalición con contradicciones internas y la idea según la cual representan una alternativa no funciona, porque ellos consideran (así lo dicen en su declaración final del 6 de julio) que el FMI tiene que mantenerse en el centro del sistema financiero internacional junto con el Banco Mundial y, a nivel comercial, la Organización Mundial del Comercio.

No proponen, pues, un modelo alternativo, proponen mantener la globalización neoliberal que está en plena crisis dentro del marco de una ofensiva muy fuerte de Estados Unidos.

Estoy de acuerdo con Claudio Katz cunado afirma que Estados Unidos se encuentra en un retroceso estructural, estoy totalmente de acuerdo, pero al mismo tiempo EEUU está en total ofensiva militar y comercial.

Si ustedes miran la declaración final de Río de Janeiro, no hay una ninguna condena hacia Estados Unidos. Se condenan los ataques contra Irán sin mencionar ni a Estados Unidos ni a Israel. Estados Unidos apoya a Israel y, por su parte, Israel es el brazo armado de Estados Unidos en Oriente Próximo. Estados Unidos está en la ofensiva contra Irán, dejando que Israel agrada Siria, el Líbano o Yemen.

Ninguna mención tampoco hacia los de los hutíes en la declaración final de Río. ¿Por qué? Porque los hutíes son considerados también por los BRICS como peligrosos. Aparte de Irán, que apoyaba a los hutíes, los demás miembros de los BRICS los consideran una amenaza haciasu comercio internacional.

Esa es la razón de la ausencia de cualquier mención de la agresión militar de Estados Unidos e Israel contra los hutíes en la declaración final.

Varios hablan de la desdolarización en curso. Hace más de 10 años decidieron los BRICS crear un fondo monetario propio llamado CRA. No funciona, no existe ese fondo monetario.

Varios países, miembros de los BRICS que necesitan créditos en divisas piden prestado dinero al FMI. Si existiera el fondo monetario de los BRICS, por ejemplo, Sudáfrica podría no acudir al FMI para pedir préstamos y acudir el CRA.

Respecto al nuevo Banco de Desarrollo creado por los BRICS y presidido por Delma Rousseff, he comparado los créditos otorgados por varios organismos internacionales durante  el periodo 2016-2023.

Son los datos que tenemos por completo para todos los años, entre 2016 y 2023. Los créditos del Nuevo Banco de Desarrollo alcanzaron apenas 30.000 millones de dólares. Los créditos del otro banco creado por China,  la AIIB, con sede en Beijing, pero que no es el Banco de los BRICS, alcanzan los 60 000 millones de dólares, es decir el doble de los del NDB.

El Banco Asiático para el Desarrollo, que es el equivalente del BID y forma parte de la familia del Banco Mundial, ha otorgado seis veces más créditos durante el mismo periodo que el nuevo Banco de Desarrollo, es decir 180 000 millones de dólares.

El Banco Mundial ha otorgado 500.000 millones de dólares en créditos en el mismo periodo, es decir, 15 veces más que el nuevo Banco de Desarrollo. Por su parte, el FMI ha otorgado 400.000 millones de dólares en créditos en el mismo periodo.

En cuanto a los bancos chinos, han otorgado entre 700.000 millones y 1.000.000 de millones de dólares. Es decir,otorgaron a través de sus propios canales hacia el resto del mundo más de 30 veces lo que el NDB de los BRICS ha prestado durante el mismo periodo.

Por todo lo anteriormente expuesto, por favor, no hablen del Nuevo Banco de Desarrollo y del CRA de los BRICS como algo en progreso, no corresponde para nada a la realidad. Es tomar sus sueños como una realidad.

Por otro lado, es importante tomar en cuenta que el Nuevo Banco de Desarrollo está otorgando en dólares de EEUU el 75% de sus créditos y que se financia principalmente con emisiones de bonos en dólares.

Como último ejemplo, me gustaría hablar del recientecrédito del FMI hacia Argentina, porque estamos hablando en parte a participantes que radican en Argentina y en general en América Latina. Los BRICS apoyaron dentro del FMI el crédito a Javier Milei otorgado en Abril de 2025.

Hubo un voto unánime en la dirección del FMI para ayudar políticamente a Milei frente a las elecciones de octubre 2025. Y eso va a tener una repercusión importante en las elecciones de octubre. Al mismo tiempo, China confirmó el acuerdo de crédito SWAP con Argentina por 5.000 millones de dólares y apoyó dentro del FMI ese crédito a Argentina.

¿Ustedes piensan que es la prueba de la existencia de una coalición contrahegemónica? ¿Una coalición llamada BRICS ayudando a Milei a superar la crisis económica que está atravesando y con el peligro de ver una victoria de la extrema derecha en otros países de América Latina,como Brasil, en las próximas elecciones?

Termino diciendo que nuestro principal enemigo es el imperialismo norteamericano, sus aliados europeos y de la región del Pacífico y de Oriente Próximo.

Es un error considerar que los BRICS constituyen el inicio de una alternativa a la dominación imperial de EEUU y de sus aliados. Es equivocarse profundamente. Necesitamos una verdadera alternativa a partir de las fuerzas de izquierda reales y de los pueblos en condiciones sumamente difíciles, y no tenemos, efectivamente, que seguir idealizando a los BRICS.

Para leer más sobre los BRICS : Eric Toussaint,  Serie «Preguntas y respuestas sobre los BRICS, 2025» (parte 1 y 2), « ¿Por qué los BRICS no denuncian el actual genocidio en Gaza?”, publicado el 14 de Agosto 2025, https://www.cadtm.org/Por-que-los-BRICS-no-denuncian-el-actual-genocidio-en-Gaza y « La pasividad o la complicidad de los BRICS+ con las guerras imperialistas », publicado el 16 de septiembre de 2025https://www.cadtm.org/La-pasividad-o-la-complicidad-de-los-BRICS-con-las-guerras-imperialistas

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El miedo a la libertad

La libertad puede ser tanto un regalo como una carga. Así lo advirtió Erich Fromm en su libro El miedo a la libertad, escrito en plena Segunda Guerra Mundial, cuando analizó cómo sociedades enteras, cansadas de la incertidumbre, cedieron su agencia a dictadores que habían sido elegidos por la vía democrática.

La verdadera libertad significa responsabilidad. Significa hacerse cargo de nuestras decisiones, aceptar la incertidumbre, convivir con la duda y enfrentar la complejidad de un mundo donde nada está garantizado. La libertad obliga a pensar, a elegir, a equivocarse y a volver a intentarlo. No es siempre lo más eficiente ni lo más cómodo. Implica tomar opciones morales, incluso cuando no hay respuestas claras.

Cuando las personas se sienten sobrepasadas, cuando el mundo se percibe inseguro como hoy, la tentación de renunciar a la libertad crece. Frente al vértigo de la incertidumbre, muchos buscan algo más fácil que la responsabilidad: un líder que les diga qué pensar, en qué creer, a quién culpar y a quién seguir. Es una salida rápida al peso de la libertad, pero con un alto costo para la democracia y la convivencia.

Fromm escribió: “Al rendirse a la autoridad, pasando a ser parte del grupo o cayendo en modo automático, el individuo cree escapar de la angustia de la libertad, pero en realidad pierde su yo.” Esa renuncia es, en el fondo, un pacto con la servidumbre voluntaria: se cambia la autonomía personal por la seguridad de seguir órdenes.

Los síntomas de este fenómeno están presentes en muchos países. El ascenso de liderazgos autoritarios, incluso en democracias consolidadas, muestra cómo el miedo a la libertad erosiona instituciones y derechos conquistados con esfuerzo. Chile no está al margen de esta tendencia. Hoy abundan discursos que culpan a los migrantes de la delincuencia, a la sociedad civil organizada de frenar el desarrollo, a los jóvenes de la violencia, o a las minorías de dividir a la sociedad. Es más fácil señalar con el dedo a “los otros” que reconocer nuestras propias fallas: un Estado imperfecto, partidos políticos incapaces de acuerdos, una élite desconectada y una ciudadanía que muchas veces elige la comodidad de la queja antes que el compromiso de la acción.

Y lo más grave es que muchos están dispuestos a ceder grados de libertad porque creen que los costos del autoritarismo recaerán en otros y no en ellos. Es una falsa seguridad, pues la historia muestra que, tarde o temprano, la arbitrariedad alcanza a todos.

Cada mes de septiembre celebramos nuestra independencia, pero pocas veces recordamos lo que significó para quienes la conquistaron. Bernardo O’Higgins, los hermanos Carrera, Manuel Rodríguez, José de San Martín y tantos otros dejaron atrás la relativa comodidad del orden colonial para asumir el riesgo y la incertidumbre de la libertad. Sabían que la independencia no era sinónimo de seguridad ni de certezas, sino de responsabilidad y de sacrificio colectivo. Esa misma lección sigue vigente hoy: la libertad exige coraje y compromiso, no obediencia ciega ni dependencia de quienes prometen soluciones fáciles.

El desafío que enfrentamos no es solo político, sino también cultural y personal. Defender la libertad requiere valentía para aceptar la incertidumbre, responsabilidad para ejercerla y compromiso para sostenerla en comunidad. La libertad no es un estado de gracia, es un trabajo cotidiano que se construye en las aulas, en los barrios, en las familias y en los espacios públicos.

La tarea de nuestra generación es resistir la tentación de delegar nuestras decisiones en manos de un salvador. Porque renunciar a la libertad en nombre de la seguridad es perder ambas: quedamos sin libertad real y, tarde o temprano, sin seguridad también.

La libertad no es fácil. Pero es la única garantía de dignidad, justicia y democracia. Y eso solo podemos conquistarlo si nos atrevemos a ejercerla en su complejidad, sin rendirnos al espejismo de soluciones simples que nos invitan, en realidad, a ser menos libres.

Fuente de la información:    https://insurgenciamagisterial.com

Fotografía: POSDATA

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El ATP en el marco de la NEM

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

 

Los ATP no sustituyen la función del docente ni del directivo, sino que la enriquecen.

El acompañamiento pedagógico se concibe como un proceso sistemático, con una intención pedagógica que tiene valor formativo para las figuras participantes, en el que se construyen alternativas conjuntas para enriquecer y mejorar la práctica docente” – Mejoredu

Dentro de la estructura del sistema educativo mexicano existe una figura que, aunque en muchas ocasiones ha permanecido en la sombra, desempeña un papel esencial en la vida escolar: el Asesor Técnico Pedagógico (ATP). Esta figura, concebida como un profesional especializado en pedagogía, tiene la encomienda de acompañar, asesorar y apoyar a las maestras, maestros y colectivos escolares en la mejora de sus prácticas educativas. Su labor no es menor, pues se convierte en un puente entre la política educativa, los planes y programas oficiales, y la realidad cotidiana de los salones de clase, donde se desarrollan los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Los ATP no sustituyen la función del docente ni del directivo, sino que la enriquecen. Su misión es propiciar espacios de reflexión colectiva, de diálogo pedagógico y de construcción de propuestas que permitan transformar la práctica educativa en beneficio del aprendizaje de niñas, niños y adolescentes. Se trata de una labor profundamente formativa, que no busca fiscalizar ni sancionar, sino orientar y generar condiciones para que cada escuela avance en su propio proceso de mejora continua.

En el marco de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), esta figura adquiere mayor relevancia. La NEM plantea una educación centrada en la comunidad, inclusiva, democrática y equitativa, en la que cada docente es agente de cambio. En este contexto, los ATP actúan como guías que acompañan a los maestros en la implementación de nuevas metodologías, en la atención a la diversidad y en la construcción de proyectos educativos que respondan a los retos del rezago y a las desigualdades persistentes en los contextos escolares.

Su trabajo se organiza en torno al Servicio de Asesoría y Acompañamiento a las Escuelas (SAAE), que establece que el ATP debe visitar los centros escolares, observar las prácticas docentes, dialogar con los colectivos, diseñar planes de asesoría y acompañamiento, y dar seguimiento a las acciones emprendidas. Esta intervención no se limita a un apoyo técnico, sino que busca fortalecer la autonomía profesional del magisterio y contribuir a la formación integral de los estudiantes. Entre sus responsabilidades está orientar a los docentes en áreas clave como el pensamiento matemático, la comprensión lectora, la ciencia y la tecnología, el desarrollo socioemocional y la construcción de una cultura de paz.

No obstante, esta figura enfrenta retos significativos: falta de reconocimiento social y laboral, nombramientos temporales que limitan la continuidad de los proyectos, sobrecarga de tareas administrativas y, en ocasiones, la ausencia de programas de formación integral que fortalezcan su quehacer. Aun con estas dificultades, los testimonios de docentes y directivos dan cuenta del valor de su acompañamiento, al señalar que sus intervenciones han sido clave para mejorar las prácticas pedagógicas y motivar a los colectivos escolares.

Históricamente, los ATP han transitado de ser considerados “apoyos técnicos” a convertirse en agentes de transformación pedagógica. Sus funciones han evolucionado desde el impulso de la capacitación en las décadas pasadas hasta consolidarse como figuras encargadas de mediar entre la teoría pedagógica y la práctica docente. En las zonas escolares más complejas, especialmente aquellas con rezago educativo, marginación o diversidad cultural y lingüística, el papel del ATP resulta indispensable para garantizar que las políticas educativas se traduzcan en aprendizajes reales y significativos para el alumnado.

El reto hacia el futuro es claro: revalorar esta función y otorgarle la certeza laboral y la formación continua que demanda, pues solo así se podrá consolidar su papel como guía pedagógica y como mediador entre la política educativa y la realidad del aula. Los ATP no son auxiliares administrativos ni figuras decorativas; son actores clave de la transformación educativa. Hacer visible su trabajo ante la sociedad en general y ante el propio sector educativo es una forma de reconocer que, sin su acompañamiento, los esfuerzos por mejorar la educación difícilmente alcanzarán la profundidad que exige la Nueva Escuela Mexicana. Porque la educación es el camino…

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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