Page 1196 of 2493
1 1.194 1.195 1.196 1.197 1.198 2.493

Por una educación pública, gratuita y de calidad

Por Reisel Romero Reyes

Este año se cumplieron cien años de la Reforma de Córdoba. El Manifiesto Liminar, dado a conocer el 21 de junio de 1918, evidenciaba las inconformidades y desafíos de los universitarios de aquel entonces:

Nuestro régimen universitario —aún el más reciente— es anacrónico. Está fundado sobre una especie del derecho divino: el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La Federación Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios, no solo puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la sustancia misma de los estudios. La autoridad en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando.[1]

De esta forma los jóvenes cordobeses, por intermedio de su federación universitaria, convidaban a los universitarios de todo el continente a iniciar un movimiento de lucha estudiantil que diera cumplimiento a sus demandas. Durante todo un siglo, la autonomía, la cátedra libre, la integración latinoamericana y el cogobierno en las universidades, han sido causas esgrimidas las masas estudiantes.

En los marcos de esta efeméride, Contexto Latinoamericano dialogó con Mirthia Julia Brossard Oris, presidenta de la OCLAE.

La primera pregunta estuvo enfocada a partir de que, en febrero de 2018, el Secretariado General de la OCLAE en el cual estuvieron presentes la mayoría de las organizaciones miembros —suman treinta y seis organizaciones en representación de veintiocho países.

¿Cómo quedó la agenda fijada en febrero?

En este encuentro, analizamos cómo nos íbamos a proyectar en función del centenario de la Reforma de Córdoba, porque ese fue un momento decisivo para la OCLAE, ya que coincidió dicho centenario con la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES) que se realizó en Argentina. Para el movimiento estudiantil latinoamericana esta Conferencia fue muy importante pues estuvieron representadas las instituciones de educación superior de todo el continente.

Con respecto al Centenario, pienso que lo más importante es que no se ha reducido únicamente a los jóvenes argentinos miembros de la OCLAE sino que hemos podido lograr una articulación del movimiento estudiantil a nivel continental en torno al tema. Por ejemplo, se han llevado a cabo acciones desde Colombia, Brasil, Panamá, también desde Cuba en el marco del 9no. congreso de nuestra federación. Se puede afirmar que cada organización se está revisando, se está mirando por dentro para ver cómo puede realizar actividades que movilicen a los jóvenes en función de tan importante efeméride.

Hemos vivido en fechas recientes, momentos intensos para el estudiantado latinoamericano…

En el caso de Puerto Rico, el pasado 1ro. de mayo, los estudiantes fueron los primeros que salieron a las calles, debido a las propuestas de la Junta de Control Fiscal acerca de una reducción al presupuesto que se le otorga a la Educación Superior. En Perú se dio una situación compleja desde antes de la Cumbre de las Américas, debido a la posibilidad de que se aprobara una ley de «esclavitud juvenil», según la cual los graduados universitarios podrían ser contratados por un periodo de tres años sin percibir ningún salario, solamente con la promesa de una plaza fija que, en el futuro, no tendría que cumplirse. Todo esto se haría en aras, supuestamente, de la formación profesional de los estudiantes. Por supuesto, semejante injusticia generó un momento de efervescencia en la lucha del movimiento estudiantil peruano, especialmente en la Universidad de San Marcos, en la que se manifestaron y fueron víctimas de la violencia de las fuerzas policiales, que entraron en la Universidad y hasta en las viviendas de los muchachos para reprimirlos y apresarlos.

Durante las recientes elecciones presidenciales en Venezuela y en los sucesos violentos acaecidos en Nicaragua, las organizaciones juveniles de esos países apoyaron decididamente los procesos democráticos y de justicia social impulsados en esos países.

Estas situaciones, generan nuevos desafíos y nuevas reivindicaciones de lucha a lo interno de cada uno de los países y también en la OCLAE en su conjunto. Como organización que agrupa a jóvenes de diversas naciones y que enfrentan diversos contextos, creemos que es un buen momento para que cada organización miembro valore su situación actual, las cosas que se han logrado y las luchas que tenemos que seguir impulsando.

Mencionabas la situación en Perú, ¿cómo participó la OCLAE en el escenario de la Cumbre de las Américas?

La OCLAE participó específicamente en la Cumbre de los Pueblos. Como parte de los espacios que allí se desarrollaron, tuvo lugar un foro juvenil dentro del cual sesionó un taller estudiantil. Yo estuve en ese taller y los resultados fueron muy positivos. Estuvieron presentes jóvenes de Venezuela, Bolivia, Chile, México, Cuba. También tuvieron su espacio los principales líderes del movimiento estudiantil peruano. Cada uno pudo contar las experiencias vividas en sus países y sus banderas de lucha.

Todos los participantes pudimos aprender acerca de las realidades que viven los jóvenes hoy. Creo que la enseñanza más importante que nos llevamos está relacionada con la responsabilidad que tenemos como estudiantes, no solo con los procesos internos de la universidad y demás centros de educación media y superior, sino también con la propia realidad social que vivimos. De igual modo, se resaltó la importancia y la necesidad de mantenernos movilizados y convocados, especialmente en el año del Centenario de la Reforma. Finalmente, participamos en el gran acto de solidaridad entre los pueblos que se realizó como conclusión de la Cumbre.

Perú también fue el escenario de otro combate ideológico, esta vez, ya no como presidenta de la OCLAE sino como representante de la sociedad civil cubana, específicamente representando a la FEU. ¿Deseas compartir algo de esa experiencia?

Es preciso destacar que, mientras se estaba realizando el foro, se había orquestado todo un teatro para que estuvieran presentes organizaciones que no son reconocidas en Cuba ni en ningún otro lugar del continente, sino que son organizaciones pagadas desde el exterior para tratar de establecer un supuesto diálogo, que es imposible cuando no hay personas legítimas representando a nadie. En ese momento, nuestro principal objetivo fue denunciar estas patrañas, así como las posiciones que había asumido la propia Secretaría de Cumbre de la OEA al permitir que se orquestara todo aquello.

En sentido general, las experiencias que nos dejó ese espacio al movimiento estudiantil es precisamente que logramos articularnos todos los que estábamos reclamando causas justas, como por ejemplo, la paz para Colombia, el derecho a una salida al mar para Bolivia, la soberanía de Venezuela y los intentos de desestabilización en ese país, las propias realidades que tenemos en Cuba con la imposición del bloqueo norteamericano y la presencia de la base naval en Guantánamo.

Simbólicamente demostramos que los jóvenes no tenemos que pedirle a la OEA ni a los gobiernos de nuestros países tres minutos —que era el tiempo que nos habían concedido para expresarnos— para exponer nuestras ideas y nuestras banderas de lucha, sino que tenemos que imponer nuestro derecho a expresarnos con libertad en cualquier espacio en el que estemos, para lograr así que las voces de todos los «sin voz» sean escuchadas.

Con la derrota de algunos gobiernos de izquierda el contexto se torna más difícil y complejo para los estudiantes latinoamericanos y caribeños…

Es cierto que no es igual. Cuando tienes gobiernos progresistas, que incluyen en sus planes de gestión gubernamental muchas de las cuestiones que defendemos, esto aporta mucho a la propia vida de las organizaciones. Sin embargo, yo lo veo en otro sentido: a pesar de que hoy existe una mayoría de gobiernos neoliberales, de derecha, y a pesar de las situaciones que se han generado en muchos países, seguimos teniendo estudiantes que se preocupan por mantenerse convocados y movilizados en sus luchas.

Por ejemplo, en Colombia nuestras organizaciones apoyan el proceso de paz y realizan disímiles convocatorias y actividades dentro y fuera de la Universidad, para apoyar dicho proceso. En Puerto Rico, por ejemplo, todas las movilizaciones que tuvieron lugar en el mes de mayo, fueron convocadas y protagonizadas por nuestras organizaciones y estudiantes. O sea, que si bien para lograr una articulación formal o perceptible, pudiera decirse que ayuda muchísimo tener un gobierno progresista, preocupado por las problemáticas sociales y con agendas compatibles con los intereses de los oprimidos, también es cierto que cuando los gobiernos le dan la espalda a sus estudiantes y a sus luchas, esto termina por fomentar y cimentar dentro de los estudiantes el deseo de transformar las cosas.

No creo que el efecto haya sido directamente proporcional. La OCLAE y las organizaciones que la integran, lejos de debilitarse a partir de los golpes que ha recibido la izquierda en Latinoamérica, se fortalece cada día. En Bolivia, donde los muchachos están dándolo todo por defender las conquistas alcanzadas durante el gobierno de Evo; en Venezuela, donde la federación está apoyando al gobierno democrático y bolivariano de Nicolás Maduro; en las causas de todos los estudiantes del continente, allí está más viva que nunca la OCLAE.

En el contexto que hoy vive la región, con una presencia mayor de gobiernos de derecha, defensores de la idea de que la educación sea considerada un bien transable, una mercancía —considerada así incluso por el Banco Mundial—, es vital tener una organización fuerte y unida. Aunque pudiera parecer difícil, confiamos en que podemos alcanzar esa meta. Nos respaldan más de cincuenta años de historia, en los cuales hemos sabido conciliar esa diversidad de posiciones y mantener banderas y causas comunes, que es lo más importante.

¿Cuáles serían entonces los retos más urgentes?

Los principales obstáculos que tiene hoy la OCLAE están asociados a la derechización, el neoliberalismo y la política cada vez más agresiva hacia la región por parte de Estados Unidos, que ha retomado la doctrina Monroe y sus políticas anexionistas. En ese contexto, es preciso mantener el espíritu antiimperialista de nuestra organización, luchar por nuevas reivindicaciones en materia de educación —pública, gratuita, de calidad— y contra la mercantilización de la enseñanza, y reconocer el papel de la universidad como ente de transformación social.

Nosotros reconocemos que en el marco de la OCLAE y a lo interno de las propias federaciones y organizaciones miembros hay diversas tendencias y afiliaciones políticas y pluralidad de criterios. Yo creo que precisamente ahí radica la grandeza, en seguir siendo una organización unida en torno a principios que son comunes, teniendo en cuenta esa pluralidad, pero sin perder la esencia de lo que somos.

Uno de los retos que tenemos como organización es seguir manteniéndonos unidos dentro de la diversidad y la pluralidad política y de criterios que existen a lo interno. Tenemos la premisa de que nuestros principios fundacionales serán respetados en todo momento. Más allá de cualquier tendencia o pluralidad de criterios, nos definen el antiimperialismo, la defensa de la educación pública, gratuita y de calidad, la defensa de la soberanía de los pueblos; principios de lucha que no son para nada negociables.

[1] Fragmento del Manifiesto Liminar citado en La revolución se hace en la calle(Ocean Sur, 2016).

Fuente del artículo: http://www.cubadebate.cu/especiales/2018/09/28/por-una-educacion-publica-gratuita-y-de-calidad/#.W7EUsXtKjIU

Comparte este contenido:

Maestras cubanas y su obra creadora

Por: Marta Denis Valle
Con una hermosa tradición y notables logros en décadas pasadas, merecedores de honrosas distinciones, las docentes cubanas se caracterizan hoy por su alta calificación y desempeño frente al aula y en cargos de gran responsabilidad.

Mujeres representan el 81,9 por ciento de los profesores, maestros y científicos de este país.

Esto se corresponde al hecho de ocupar el 60,5 por ciento de los graduados de la educación superior y el 67,2 por ciento de los técnicos y profesionales, y permanentemente se empeñan en la constante elevación de su formación integral.

La más reciente promoción llevó el pasado agosto a la Doctora en Ciencias Osana Molerio Pérez, al cargo de rectora de la Universidad Central Marta Abreu, de central provincia cubana de Villaclara.

La antes decana de la Facultad de Psicología de ese centro de estudios superiores, es autora de una metodología para el diagnóstico y atención psicológica de pacientes con hipertensión arterial esencial y de otras investigaciones.

Tomemos, en primer término como referencia, el resultado de los últimos comicios legislativos, efectuados el 11 de marzo de 2018, en que de los 605 miembros elegidos, 322 mujeres constituyen el 53,22 por ciento de los integrantes del Parlamento cubano, algo sin precedentes.

Entre esas diputadas de la IX Legislatura un grupo de ellas, destacadas educadoras, ocupan importantes responsabilidades:

Alicia Roberta Alonso Becerra (61 años, Doctora en Ciencias Técnicas), rectora de la Universidad Tecnológica de La Habana.

Arelys Falcón Hernández (49 años, especialista de Segundo Grado en Medicina Intensiva y Emergencias), rectora de la Universidad de Ciencias Médicas de la provincia de Cienfuegos.

Leyda Finalé de la Cruz (54 años, Ingeniera Industrial), rectora de la Universidad de la provincia de Matanzas.

Miriam Nicado García (58 años, Doctora en Ciencias Matemáticas y Profesora Titular), rectora de la Universidad de las Ciencias Informáticas.

Aurora del Carmen Ramos de las Heras (54 años, Máster en Ciencias de la Dirección), rectora de la Universidad de la oriental provincia de Las Tunas.

Diana Sedal Yanes (45 años), rectora de la Universidad de Oriente (Santiago de Cuba), antes decana de la Facultad de Ciencias Sociales de ese alto centro de estudios.

Adianez Taboada Zamora (49 años, investigadora y profesora), rectora de la Universidad Agraria de la Habana.

Otras diputadas son maestras frente al aula y en labores de dirección:

Norguis Caballero Rojas (44 años, Licenciada en Educación Primaria), directora de una escuela en la localidad de San Serapio, provincia de Camagüey.

Marcy Reinoso Torres (51 años), profesora y directora del Instituto Politécnico Ángel Ramírez Pedroso, de Pinar del Rio.

Caridad Acosta Acosta (46 años), maestra de escuela primaria rural, en la provincia de Pinar del Río.

Yulkanne Babastro Marrón (40 años, Máster en Ciencias de la Educación), profesora de informática en la Ciudad Escolar 26 de Julio (antiguo Cuartel Moncada), en Santiago de Cuba.

Sannia Esquivel Romero (47 años, Máster en Ciencias de la Educación), maestra en la escuela primaria Carlos Manuel de Céspedes, Santiago de Cuba.

Maricela Figueredo Rosales (37 años, Licenciada en Informática), maestra de la Escuela Primaria Jesús Figueredo Pantoja, ubicada en la ciudad de Yara, provincia Granma.

Marisol Iznaga Morfa (52 años, Máster en Ciencias de la Educación), profesora de Educación Física en la Escuela Secundaria Básica Urbana Rigoberto Balsinde, ciudad de Palmira, provincia de Cienfuegos.

Glennis López Mojena (39 años, Licenciada en Informática), maestra de la Escuela Primaria Juan Matos Fonseca, en la provincia Granma.

Miriela Lugo Iglesia (39 años), profesora de inglés en un seminternado ubicado en Sierra de Cubitas, provincia de Camagüey.

Idalmis Rosa Mendoza del Toro (47 años, Máster en Ciencias de la Educación), profesora de la sede universitaria de Baraguá, municipio ubicado al sureste de la provincia de Ciego de Ávila.

Ommeris Trápaga Amaro (44 años, Licenciada en Derecho y Doctora en Ciencias Políticas), profesora del Instituto Superior del Ministerio del Interior.

Dalia Aguilar González (45 años), metodóloga de la Enseñanza Primaria, en la Dirección de Educación del Municipio Venezuela, Ciego de Ávila.

Yuleydis Cruz Betancourt (48 años, maestra de enseñanza primaria y directora); promovida a metodóloga de la Dirección Municipal de Educación de Manatí, municipio ubicado al noroeste de la oriental provincia de Las Tunas.

Sara Iris Rodríguez Ramírez (46 años), profesora de español-literatura en un politécnico y un instituto preuniversitario; promovida a metodóloga de esas asignaturas en la Dirección municipal de Educación de Las Tunas.

NOTABLES MAESTRAS DEL SIGLO XX CUBANO

La humilde escuelita cubana, huérfana de abundantes recursos económicos oficiales, nunca careció del talento y dedicación de maestras siempre recordadas por sus alumnos en los 60 años de vida republicana bajo la tutela neocolonial de Washington.

Este es el caso de Dulce María Borrero (1883-1945) y María Luisa Dolz (1854-1928); la primera poetisa, bibliógrafa y notable pedagoga, y la segunda, maestra de primaria elemental y superior; y Doctora en Ciencias Naturales.

Cuando triunfó la Revolución, en 1959, un grupo importante de maestras y profesoras en ejercicio pusieron sus conocimientos al servicio de la nueva Cuba, así como los 10 mil maestros desempleados, en su mayoría del discriminado sexo femenino.

Asumieron con entusiasmo asesorar la Campaña Nacional de Alfabetización, realizada en 1961 por alrededor de 100 mil brigadistas, estudiantes casi niños, muchos de los cuales abrazaron el magisterio para siempre.

La Reforma Universitaria de 1962 contó con profesoras extraordinarias en las ramas humanísticas como Vicentina Antuña (1909-1993), Mirta Aguirre (1912-1980), Rosario Novoa (1905-2002), Hortensia Pichardo (1904-2001), Dulce María Escalona (1901-1976) y Estrella Rey (1921-2008), entre otras.

Fueron seguidas por jóvenes talentosas, entre ellas Isabel Monal (1931), María del Carmen Barcia (1939), Daysi Rivero (1939) y muchas más hasta el presente.

A Sarah Isalgué (1894-1989) y su esposo Salvador Massip (1891-1978), eminentes geógrafos y educadores, se debe El Atlas Nacional de Cuba, obra que revolucionó los métodos de aprendizaje del conocimiento geográfico del país.

Leonela Inés Relys Díaz (1947-2015), una joven alfabetizara en 1961, creó el método cubano ‘Yo, sí puedo’, un programa para poner fin al analfabetismo, el cual se aplica en numerosos países.

De la cantera del año 1961 brotaron cientos de educadoras como María Teresa Ferrer Machado (1947), maestra de primaria, terapeuta en la Especialidad de Retraso Mental, Licenciada en Pedagogía-Psicología y Doctora en Ciencias Pedagógicas.

Para esa diputada de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional (2008-2013) y entonces Miembro del Consejo de Estado, una de las distinciones que más apreció es ‘Profesora tiza de oro’, otorgada por la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU). Fue vanguardia nacional durante nueve años.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=215045&SEO=maestras-cubanas-y-su-obra-creadora
Comparte este contenido:

Ideología y Educación: Alfabetizaciones Obligatorias

Por: Estella Acosta Pérez

Nada es aséptico en educación. En los conocimientos, comportamientos, normas y valores va latente una ideología.

Vigencia de la ideología neoliberal

La batalla ideológica, puede ser irrelevante para algunos modelos de análisis, pero en mi humilde opinión constituye, al menos, una de las mayores dificultades para combatir el neoliberalismo imperante

Después de unos años de sequía en ciertos debates, se percibe una cierta recuperación de algunas ideas claves para la batalla ideológica contra el neoliberalismo. En particular, son muy interesantes los análisis sobre la clase social, la base material o las manifestaciones culturales, las expresiones políticas o las reflexiones críticas sobre el poder autoritario o las perspectivas de la democracia y la justicia social. Desde mi punto de vista, desde el área a la que me dedico, y en particular por la relación trabajo–educación, me parece relevante incorporar la influencia y el poder de la ideología dominante, hegemónica sin lugar a dudas, reproducida a través de poderosos medios audiovisuales e instrumentos masivamente utilizados por la población.

La batalla ideológica, puede ser irrelevante para algunos modelos de análisis, pero en mi humilde opinión constituye, al menos, una de las mayores dificultades para combatir el neoliberalismo imperante. En estos momentos confluyen algunas variables, determinismos aparte, cuya influencia en última instancia va definiendo comportamientos favorables a las pautas básicas de la ideología dominante: individualismo, excesivo valor de una falsa libertad o falso poder de decisión (para consumir), importancia excesiva de posesiones valoradas con jerarquías irrelevantes para el desarrollo humano y social (éxito, fama, moda, imagen, tipos de placeres, etc.)  Si a eso le sumamos la ignorancia absoluta sobre aspectos prioritarios para la vida o la sociedad, despreocupación máxima por los verdaderos problemas que sufren los seres humanos o desconocimiento total de los orígenes de las peores situaciones vividas, la reproducción del modelo hegemónico está garantizada.

Porque, precisamente, el papel de la ideología dominante es ocultar las deficiencias del sistema, reducir en apariencia el origen de los problemas sociales en el poder económico, oscureciendo las contradicciones de clase, encumbrar los valores que determinan la acción para contrarrestar las opciones alternativas. Con unos procedimientos nada conscientes, que llevan implícita una carta de naturaleza, lo “normal”, lo “natural”, “siempre ha sido así”, para que se vean como positivas todas las acciones que favorecen la reproducción de la cultura, la forma de vida, los modelos de empleo, etc. Algunas de esas manifestaciones de la ideología dominante son vitales para el desarrollo del modelo capitalista que promueve el neoliberalismo.

Si a todo ello le sumamos unas condiciones de vida y de trabajo sepultadas en la incertidumbre, en la precariedad, en las escasas perspectivas de futuro, la fuerza de trabajo se convierte en presa fácil para implantar modelos del sálvese quien pueda característicos del neo-taylorismo imperante. Si desde muchas manifestaciones culturales, programas televisivos, desde el deporte o las noticias, se ensalzan las acciones individuales, se realizan cerrojazos informativos sobre las acciones colectivas organizadas, se premian los éxitos en temas irrelevantes, se da excesiva cobertura a las acciones espontáneas y espectaculares, las formas y las reacciones se corresponderán con esas pautas. Si la inmediatez es la norma, la política se transforma en espectáculo, con debates crispados, artificiales, maniqueos, no es posible una mínima reflexión crítica con matices, que obliguen a repensar, a profundizar.

Alfabetizaciones

La alfabetización de la población ha sido un objetivo clave en muchas sociedades para asumir cambios y desarrollo económico y social

No pretendo dar ninguna receta, ni pienso que lo que voy a exponer sea la única alternativa, pero creo que puede contribuir en parte a neutralizar el poder de la ideología neoliberal. Al menos considerar alguna opción de contrarrestar ese poder, como muchas otras veces en la historia de la humanidad, a través de la educación.  No pienso que se pueda cambiar el mundo ni hacer la revolución desde la educación, pero tampoco comparto el determinismo de la estructura económica o la jurídico-política ni el dominio absoluto de la ideología dominante. Además, pienso en la educación como práctica social, no sólo en su variante institucional del sistema educativo. (1)

En muchos momentos se ha considerado la importancia de formar a la ciudadanía para sostener los modelos sociales democráticos, no vamos a citar ni a hacer academia, porque es fácil reconocer la necesidad de disponer de un cierto nivel de conocimientos o como mínimo salir de la ignorancia, para participar de alguna forma en la vida social. La alfabetización de la población ha sido un objetivo clave en muchas sociedades para asumir cambios y desarrollo económico y social, desde el mismo capitalismo industrial incipiente en Gran Bretaña o desde la Revolución burguesa en Francia, hasta la Revolución cubana se plantearon la necesidad de universalizar las herramientas básicas de lectoescritura o matemática.

Desde hace tiempo, algunos pensadores de las ciencias de la educación, como J.C. Tedesco (2) proponen objetivos educativos que abarcan otras alfabetizaciones. La alfabetización digital ya está de moda, incluso como demanda empresarial o visualizada como relevante para evitar la exclusión por razones de edad o nivel de estudios. No deja de ser formar en una herramienta, evidentemente imprescindible para funcionar en las sociedades actuales, superar la segmentación de la población, pero que no garantiza una ciudadanía crítica que pretendemos. La alfabetización científica comienza a entreverse, aunque como cantera de futuras “vocaciones” hacia las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática). En nuestro caso, la alfabetización científica debería cumplir una función específica que permita a la población menos formada no ser caldo de cultivo de manipulaciones, consumo irresponsable, o mantenimiento de “creencias” o falsedades sobre nuestro mundo. La educación científica ha sido siempre una aspiración de las fuerzas progresistas, contra la ignorancia que facilita el sostenimiento del poder religioso, político o simplemente comercial. En este caso sería muy importante la reflexión sobre el sentido de determinados conocimientos (qué hace falta saber), sobre la influencia del método de aprendizaje (no es lo mismo memorizar datos que experimentar) o sobre los modelos de difusión para la población adulta (¿soporíficos documentales?).

No obstante, lo más complejo sería incorporar la alfabetización subjetiva. Empieza a despuntar la importancia de la educación emocional, en algunos casos ligada a la inteligencia que le da una apariencia menos peligrosa. Hasta ahora estos ámbitos se limitaban a enseñar pautas de conducta, normas, valores, algunas veces en determinados temas como mera información. Pero es evidente la influencia de internet y la televisión para la mayoría de las emociones y valores. El feminismo ya ha advertido de la educación sexual por medio de la producción de imágenes pornográficas, como la única educación recibida en la adolescencia masculina. Todavía habría dificultades para una educación sexual más allá del funcionamiento del aparato reproductor, la prevención de embarazos o de enfermedades de transmisión sexual. Porque ligada a las emociones implicaría incluir temas más conflictivos: aborto, mundo LGTBI, etc. Tampoco significa que toda la responsabilidad se deposite en la escuela, pero pueden aparecer dudas sobre la idoneidad de algunos programas o  las posibilidades de la familia para llevar adelante algunas cuestiones o sobre las prioridades, que estarán teñidas de ideología (religiosa muchas veces).

La educación emocional que se desarrolla en la familia sería la base clave, por lo cual las diferentes instituciones sociales y los medios de comunicación deberían ejercer un mayor compromiso, una mayor complicidad con el sistema educativo para conseguir una alfabetización subjetiva alejada de los valores que transmiten el cine, internet o la televisión con programaciones ligadas a la competitividad, la fama, el consumo, en suma el individualismo y la libertad sin principios. Pero, sobre todo, la publicidad apela a emociones y valores porque pretende influir precisamente sobre los deseos. Algunas parecen neutrales, apelando a las bondades del objeto que venden, pero hay otras que sin ningún rubor reproducen emociones o valores denigrantes o perniciosos. Una empieza diciendo “hago lo que me da la gana”, otra corrompe a un árbitro de fútbol infantil con un jamón y demasiadas siguen reproduciendo el modelo femenino que combatimos. Sería toda una investigación desmenuzar otras, pero es indudable el modelo que proponen.

Ni la alfabetización subjetiva ni la científica están entre las prioridades intencionadas de las instituciones, incluida la familia. Se educa de hecho en las emociones, se reciben de hecho las influencias de los medios, en algunos casos existen algunos propósitos al respecto. Todo ello sin reflexión crítica para saber qué sentido le damos a algunas experiencias educativas, sin plantearse seriamente un cambio de modelo de interacciones personales o sociales. Porque el otro riesgo, muchas veces con medidas bien intencionadas, es la psicologización de los problemas sociales que vuelve a transformar en individuales los conflictos de origen social. Al menos, elijamos la duda ante ciertas propuestas de competencias “personales” o interpersonales que están planteando ciertos gurús de recursos humanos, para el futuro del empleo. (3)

Nada es aséptico en educación o formación, en los conocimientos, en los comportamientos o en las normas y valores, va latente una ideología. Habría que comprometerse a la reflexión crítica y a proponer alternativas que puedan contrarrestar el dominio de la ideología del poder. Es necesario profundizar, detenerse a fundamentar las propuestas, con visión estratégica, sin urgencias ni consignas. Son urgentes la financiación, la derogación de las barbaridades de la LOMCE, conseguir un sistema educativo de calidad con equidad, y tantas otras medidas eficaces. Pero si no se realiza en paralelo la apuesta por una fundamentación pausada de las prioridades ideológicas, el futuro seguirá siendo neoliberal, desigual y precario, para las clases trabajadoras.


(1) “Si bien la educación es fundamental para la movilidad social, los jóvenes no necesariamente logran superar el grado de educación de sus padres. Un análisis de 32 países en el marco de la encuesta de la OIT sobre la transición de la escuela al trabajo (encuesta SWTS) mostró que solo el 37 por ciento de los jóvenes trabajadores alcanzaron un grado de educación superior al de sus padres, mientras que aproximadamente el 48 por ciento alcanzó el mismo nivel” Informe inicial El futuro del trabajo.OIT

(2) Directo de la Oficina de educación de la UNESCO con Mayor Zaragoza en los noventa, Ministro de educación de Argentina, Director del Instituto de la UNESCO, asesor de múltiples ministerio en Aca. Latina y África y profesor universitario hasta su fallecimiento en 2017

(3) Acosta Pérez, E (2017): Una digitalización justa y equitativa. www.asociacionisegoria.org Documentos.

Fuente: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/ideologia-educacion-alfabetizaciones-obligatorias/20181005173937156254.html

Comparte este contenido:

¿El minimum minimorum de la educación en México?

Por Eduardo Backhoff

En el caso de la educación, los países del primer mundo, también llamados industrializados, pueden pensar en contar con escuelas de lujo.

Ahora que próximamente iniciará AMLO un nuevo gobierno, que ha prometido resolver de manera contundente los principales problemas que padece nuestro país, entre los que se encuentra la baja calidad de la educación –que ha sido ampliamente documentada en todos los estudios internacionales y nacionales que evalúan el aprendizaje de los estudiantes–, es importante poner los pies en la tierra y exigir que el nuevo gobierno garantice al menos construir un piso mínimo e indispensable para que el Estado pueda ofrecer servicios educativos, si no de alta calidad, al menos decorosos para todos los niños y jóvenes de la población mexicana en edad de cursar la educación obligatoria.

Como dice el dicho “ofrecer no empobrece, lo que aniquila es dar”. Por ello los candidatos siempre ofrecen lo que no pueden dar y después se justifican con diversos argumentos. Últimamente, AMLO ha dicho que no se podrán ver realizadas todas sus promesas de campaña debido a que “el país está en bancarrota”. Independientemente, de si quiso decir que teníamos un quebranto económico o uno moral (según Lorenzo Meyer), lo importante es no perder de vista que todos los servicios que el Estado está obligado a proporcionar a la ciudadanía deben de contar con condiciones mínimas o básicas que permitan a la ciudadanía utilizar servicios decorosos que satisfagan sus necesidades primarias.

 

En el caso de la educación, los países del primer mundo, también llamados industrializados, pueden pensar en contar con escuelas de lujo. Es decir, con edificios elegantemente construidos, con material pedagógico nuevo, con personal docente y administrativo de sobra, con canchas deportivas variadas, laboratorios de ciencia y talleres de artes, con computadoras para cada maestro y estudiante, con conexión a Internet de alta velocidad, etcétera.

 

Sin embargo, los llamados países emergentes o de mediana economía, como es el caso de México, deben aspirar a construir este piso básico de la educación, al que le llamo el “mínimo minimorum”. Este piso no nos permitirá ser competitivos en las evaluaciones internacionales de aprendizaje, toda vez que nuestra base social padece de muchos rezagos educativos, lo que nos pone en desventaja respecto a las sociedades cuyos ciudadanos no tienen poblaciones analfabetas o con graves retrasos escolares. Sin embargo, el “mínimo minimorum” sí nos podrá asegurar que TODOS los escolares cuenten con las CONDICIONES MATERIALES SUFICIENTES y las OPORTUNIDADES DE APRENDIZAJE indispensables para poder aprender lo básico del currículo nacional. Y cuando digo lo básico, me refiero a la base de conocimiento mismo, es decir, que los estudiantes: sepan comprender lo que leen y a expresarse oralmente y por escrito; puedan resolver problemas básicos de matemáticas, conozcan lo estrictamente esencial de las ciencias sociales y naturales, y que puedan aplicar lo aprendido a la vida real.

 

Este piso básico, a mi manera de ver, consiste en lo siguiente: 1) atender al 100% de los niños y jóvenes en edad de asistir a la educación obligatoria y retenerlos dentro de las escuelas, 2) lograr que todos los profesionales de la educación obligatoria tengan una excelente formación inicial y continua, que les permita dominar lo disciplinario y lo pedagógico, 3) asegurar que los normalistas y especialistas en educación mejor preparados sean quienes ingresen al sistema educativo, 4) cumplir con la normalidad mínima en el total de escuelas, lo que implica cumplir con 100% del calendario escolar, y que los docentes lleguen temprano a clases, permanezcan en sus aulas y utilicen herramientas pedagógicas modernas, 5) contar con supervisores y directores, que actúen con independencia gremial, y cuya principal función sea la de apoyar a que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades para aprender, 6) tener un currículo de educación básica con pocos contenidos, que permita dominarlos a profundidad y que esté orientado a la adquisición de habilidades de razonamiento y de solución de problemas, 7) asegurar que todos los centros educativos tengan la infraestructura, el equipamiento y los materiales pedagógicos elementales y funcionales y 8) lograr incorporar a los padres de familia en la educación de sus hijos y a la sociedad civil en la toma de decisiones de los centros escolares. Por supuesto, esta lista se puede extender más, pero es suficiente para entender a lo que me refiero con un mínimum minimorum de la educación.

 

Si bien éste es un piso mínimo para la educación, es necesario advertir que, en una sociedad desigual, también se requiere tener políticas educativas compensatorias que favorezcan la equidad. Es decir, que las poblaciones más desprotegidas y vulnerables tengan mejores condiciones escolares que aquellos que la vida les ha favorecido social y económicamente por distintas razones. Solo así, podremos aspirar a contar con un sistema educativo decoroso, del cual nos sintamos orgullosos todos los mexicanos. Creo que no es pedir demasiado y es bastante realista. ¿Lo podrá cumplir el gobierno de AMLO?

Fuente del artículo: https://www.sdpnoticias.com/nacional/2018/10/04/el-minimum-minimorum-de-la-educacion-en-mexico

Comparte este contenido:

Por una escuela del pensar, sentir y actuar

Por Luis Miguel Cisneros Villanueva.

Resumen

Una tarea pendiente de la educación básica es promover el pensamiento crítico, la expresión de sentimientos y el actuar solidario en los estudiantes; en lugar de ello se enfatiza la memorización, se limita la expresión de emociones y, finalmente, se promueve el individualismo en los educandos. Es una educación excesivamente cognitiva, reproductora y reducida a la formación del capital humano; este tipo de educación “mata” la creatividad de los educandos porque les enseña a memorizar conclusiones de otros reprimiendo su autonomía en el pensar, por el contrario, la escuela alternativa y progresista asume que los niños cuestionan permanentemente el mundo y la realidad que les rodea, por tanto promueve la praxis sobre los contenidos curriculares formando así estudiantes críticos, solidarios e integrales.

Cada uno tiene una semilla escondida, que puede dar valiosos frutos descubrirla y abonarla es nuestra tarea.

José Martí

La alternativa para desarrollar el pensamiento crítico, los sentimientos y la acción autónoma en los estudiantes fue pensada mucho tiempo atrás por José Martí, quien estaba convencido en construir una educación progresista hecha por y para los latinoamericanos, enfocada en tres aspectos importantes: formar sujetos que piensen, sientan y actúen para la transformación individual y colectiva. Martí, el maestro de américa, sostenía que la escuela debería ser sabrosa y útil con el compromiso de desarrollar emocional e intelectualmente a los estudiantes para actuar solidariamente en la escuela y comunidad; así, en esta propuesta alternativa transitan dialécticamente lo emocional, lo racional y lo volitivo. La pedagogía martiana, concretada en la pedagogía de la ternura plantea que la enseñanza es una obra de infinito amor y, por tanto, la escuela debe ser el lugar donde los niños juegan, viven y aprenden colectivamente. En esta perspectiva, Turner y Pita (2002) afirman: “El saber popular que trae el niño al llegar a la escuela y su mundo de afecto, tiene que fundirse con el saber académico, pues resulta imposible separarlo o desecharlo”.

Del mismo modo, se debe reconocer que los educandos saben más de lo que parece, por tanto, los estudiantes necesitan una educación integral que les permita pensar, sentir, hablar, escribir y hacer lo que les inquieta. Lo anterior no supone libertinaje, al contrario, es un proceso autónomo y comunitario para fortalecer la confianza individual en la contribución, mejoramiento y transformación escolar y social. En contraparte, la escuela tradicional impide la libre expresión y no desarrolla –todas- las facultades del ser humano, en cambio las limita o las suprime, en este orden de ideas José Martí afirma:

Son las escuelas meros talleres de memorizar, donde languidecen los niños año sobre año en estriles deletreos, mapas y cuentas donde el tiempo se consume en copiar palabras y enumerar montes y ríos: donde no se enseñan los elementos vivos del mundo en que se habita (…) Todavía los niños no saben leer una silaba, cuando ya les han enseñado; a las criaturas de cinco años a contar, de memoria hasta el cien. ¡De memoria! Así rapan los intelectos, como cabezas. Así sofocan la persona del niño, en vez de facilitar el movimiento y expresión de la originalidad que cada criatura trae en sí; así producen una uniformidad repugnante y estéril y una especie de librea de las inteligencias. (Martí citado en Turner y Díaz, 2007, p. 48, 49).

En efecto, la escuela reproductora[1] de la cultura dominante estandariza y acomoda a los estudiantes en su lugar predeterminado, quitándole toda posibilidad de ser ellos quienes afronten de forma autónoma y crítica la cultura del silencio; por el contrario, la escuela alternativa permite a los niños pensar por sí mismos, manifestar sus sentimientos y actuar solidariamente utilizando una metodología activa, dialógica y lúdica. El juego es alegría que conecta el pensar, sentir y actuar en los educandos, lamentablemente, la escuela reproductora omite o limita la parte lúdica porque en sus espacios se niega la movilidad al ubicar butacas fijas, además muchas actividades son acciones convertidas en rituales que “normalizan” a los estudiantes, ejemplo de ello son las formaciones tipo militar, con órdenes como “tomar distancia”, estar “bien sentados”, a “guardar silencio” entre otras acciones que demuestran intransigencia e impiden ver niños felices en la escuela.

En la educación popular la dimensión lúdica no se usa para facilitar o hacer divertido el aprendizaje sino para problematizarlo haciéndolo crítico y creativo permitiendo la expresión libre de los participantes; por tanto, en la escuela alternativa el “hacer lúdico (…) desafía lo instituido, lo burocrático, lo dogmatizado y que propone el movimiento, la construcción, el debate, la tolerancia, la confrontación dialéctica, la incompletud, la creatividad”. (Algava, 2013, p. 33).

Para garantizar la escuela del pensar, sentir y actuar se requiere refundar la escuela pública y convertir sus aulas en auténticas comunidades de diálogo[2] donde estudiantes y maestros mediante el diálogo, el cuestionamiento, la curiosidad y el respeto a las opiniones de los demás construyen colectivamente los conocimientos. De esta forma el trabajo interactivo y colaborativo cultivará la dialogicidad, la tolerancia y la investigación reflexiva para el bien común.

La clase como comunidad ayuda a los niños y niñas a establecer relaciones de distintos tipos: entre ellos y sus ideas: entre sus propias ideas y las ideas de sus amigos: entre sus propias experiencias y los conceptos y criterios que los ayudan a interpretarlas: entre ellos mismos como personas y los otros como personas. (Lipman y Sharp, 1992, p. 39).

En este espacio solidario, el docente es un miembro más de la comunidad, su tarea es coordinar las actividades fomentando la empatía y tolerancia entre los miembros, estableciendo así una relación dialógica vivencial que supere el razonamiento ligero y/o conversación. El diálogo puede provocar debate y disenso pero también promueve el análisis, la reflexión, investigación y profundización sobre las opiniones expuestas; por el contrario, en la conversación no hay sistematización y tampoco investigación a profundidad.

En el trabajo de la comunidad de diálogo se “evoca un espíritu de cooperación, cuidado, confianza, seguridad, y en un sentido de propósito común y de indagación que evoca una forma práctica autocorrectiva dictada por la necesidad de transformar lo que es intrigante, problemático, confuso”. (Splitter y Sharp, 1996, p. 369). El trabajo escolar sustentado en una comunidad dialógica es el medio para la transformación individual y colectiva dado que reconoce el aporte personal y el de los otros miembros enriqueciendo la construcción de los conocimientos. En esta perspectiva se asume un diálogo constante entre maestros y estudiantes dado que la educación no es un acto de transmitir conocimientos sino de crear las posibilidades para su construcción. Por tanto, ¿Cómo deberá ser el diálogo entre el docente y sus estudiantes? Definitivamente debe ser democrático, no opresor, no confuso y tampoco igualador porque convertiría a ambos en el otro siendo clara la diferencia entre ellos, al respecto Paulo Freire afirma:

El diálogo gana significado precisamente porque los sujetos dialógicos no sólo conservan su identidad, sino que la defienden y así crecen uno con el otro. Por lo mismo, el diálogo no nivela, no reduce el uno al otro. Ni es favor que uno haga al otro. Implica, por el contrario, un respeto fundamental de los sujetos involucrados en él que el autoritarismo rompe o impide que se constituya. Tal como la permisividad, de otro modo, pero igualmente perjudicial. (Freire, 1993, p.145).

Por lo anterior, el diálogo horizontal exige humildad, solidaridad, empatía, amor, confianza y compromiso entre el maestro y los estudiantes para la construcción de otro mundo común y posible; esta relación dialógica posibilita la humanización del mundo al crear alternativas pertinentes con un espíritu crítico comunitario que resuelvan democráticamente las problemáticas escolares y sociales. En suma, la comunidad de diálogo permite la acción reflexiva comunitaria (praxis) hacia la transformación individual y colectiva a partir de aprender juntos; esto demuestra a los estudiantes individualistas que es posible aportar y aprender de la experiencia de los otros.

Por otra parte, una tarea pendiente de la educación mexicana es formar estudiantes críticos; esto no se logra porque se privilegia la transmisión y memorización de conocimientos; la política educativa actual exalta el pensamiento único de las cosas y no prioriza la formación integral del ser humano. Sin embargo, en la escuela alternativa los maestros superan la simple transmisión de conocimientos estáticos, hechos y acabados porque asumen el gran reto de enseñar a pensar críticamente a sus estudiantes concretando así la formación integral, principio para construir una sociedad crítica y propositiva.

Pero, ¿Cómo formar estudiantes críticos con conciencia social? ¿Cuáles son los elementos de la práctica educativa para este fin? ¿Qué metodología utilizar? Las interrogantes sugieren respuestas diversas, no obstante, el primer elemento a considerar es asumir que educar es crear la capacidad de una actitud crítica y permanente en los educandos; por tanto, el pensamiento crítico se debería desarrollar gradualmente en la escuela aprovechando la curiosidad innata de los estudiantes. En esta perspectiva, Matthew Lipman afirma: “Si queremos adultos que piensen por sí mismos, debemos educar a estudiantes a pensar por sí mismos”. En efecto, si la escuela no se desarrolla del pensamiento crítico, los estudiantes repetirán lo que piensan otras personas; la consecuencia futura se reflejará en adultos sumisos, apáticos y sin criterio propio aceptando como verdadero y/o correcto lo expuesto por una persona “mejor preparada”, esto en todos los ámbitos: político, académico, cultural, religioso y otros. El resultado es la resignación social ante las profundas desigualdades promovidas por el sistema capitalista.

Por lo antes dicho, la escuela pública debe refundarse totalmente desde la reorganización del salón de clases y la renovación de la infraestructura, hasta redefinición del currículo con el objetivo de responder a las nuevas exigencias y obtener un mayor aprovechamiento escolar, pero fundamentalmente, para desarrollar el pensamiento crítico que permita el cuestionamiento y transformación de la sociedad posmoderna promotora de un “orden” social predeterminado. Por consiguiente, la escuela del pensar se plantea la formación de estudiantes críticos y propositivos no sólo en el contexto escolar sino también en la sociedad empleando la pedagogía de la pregunta para estimular el pensamiento crítico, la creatividad y la solidaridad, con la finalidad de elevar el nivel académico y la responsabilidad social.

Hasta aquí se ha planteado la necesidad de desarrollar el pensamiento crítico en los estudiantes, pero ¿Qué es el pensamiento crítico? Es un modo de pensar que analiza desde diferentes perspectivas y de manera no convencional las particularidades de cada contexto; asimismo, es un pensamiento correcto, autocorregible, sistemático, profundo y autónomo que anima a cuestionar la realidad estableciendo juicios críticos ante la enajenación de todo tipo. Los sujetos críticos son capaces de establecer un auténtico diálogo con los otros, de explicar conceptos con sus propias palabras, de ir más allá de lo concreto y, finalmente, a construir libremente sus conocimientos.

Considerando los elementos del pensamiento crítico, un objetivo de la escuela pública renovada será enseñar a pensar crítica y libremente a sus estudiantes superando así la simple contemplación de la realidad al promover la reflexión crítica para la transformación individual y social; asimismo, en la escuela del pensar los educandos críticos no emiten juicios apresurados y sin fundamento, por el contrario, se responsabilizan de cada respuesta que emiten siendo sensibles al contexto y como fruto de una reflexión crítica. En efecto, los estudiantes que piensan críticamente son capaces de resolver problemas sin la necesidad de recetas o fórmulas memorísticas, tampoco toman decisiones viscerales, precipitadas, caprichosas, impulsivas o ciegas; por el contrario son congruentes entre el pensar, el decir y el hacer.

Por otra parte, la educación tradicional omite que todo conocimiento comienza por hacer preguntas surgidas de la curiosidad de los estudiantes. Sin embargo, con las preguntas se enseña críticamente y se conoce lo que otros piensan. Por esta razón, en la escuela del pensar se promueve la duda, la reflexión y la pregunta en todas sus actividades. Por tanto, el maestro no busca decir la verdad sino motiva a los estudiantes para que la busquen o construyan a través de las preguntas.

El meollo del asunto no radica en hacer un juego intelectual con la pregunta “¿qué es preguntar?”, sino en vivir la pregunta, vivir la indagación, vivir la curiosidad y demostrárselo a los estudiantes. El problema que se le plantea al profesor es ir creando en ellos, y en la práctica, el hábito de preguntar, de “admirarse”. (Freire y Faundez, 2013, 71-72).

La pedagogía de la pregunta basada en la metodología socrática pondera las preguntas para estimular y permitir que los educandos piensen por sí mismos cuestionando las cosas a profundidad y desde diferentes puntos de vista. Dicho de otro modo, el pensador crítico cuestiona de raíz las cosas, va más allá de las definiciones estáticas y problematiza los contextos con diferentes tipos de preguntas; generalmente no usa las preguntas limitadas porque éstas requieren un bajo nivel de pensamiento. En su lugar emplean preguntas de definición, de análisis, hipótesis, divergentes y evaluativas.

Estimular la pregunta, la reflexión crítica sobre la propia pregunta, lo que se pretende con esta o con aquella pregunta en lugar de la pasividad frente a las explicaciones discursivas del profesor, especie de respuestas a preguntas que nunca fueron hechas. (…) Lo fundamental es que profesor y alumnos sepan que la postura que ellos, profesor y alumnos, adoptan, es dialógica, abierta, curiosa, indagadora y no pasiva, en cuanto habla o en cuanto escucha. Lo que importa es que profesor y alumnos se asuman como seres epistemológicamente curiosos. (Freire, 1997, p. 83).

Otras características de la escuela reproductora son la indiferencia, el desamor y la insensibilidad hacia las problemáticas de estudiantes, maestros y sociedad, porque dicha escuela fue pensada para fomentar la competencia, discriminación, exclusión, intolerancia, la violencia y el acoso escolar ahora llamado bullying. Es preciso señalar que las características mencionadas están incrustadas en toda su estructura como el currículo y su práctica educativa.

Por lo anterior, es urgente la renovación de la escuela pública incorporando otro componente importante: el sentir de la comunidad educativa concretado en la alegría, empatía y esperanza para construir otro mundo posible. En este horizonte Paulo Freire (1997 p. 139) afirma: “siendo una práctica estrictamente humana, jamás pude entender la educación como una experiencia fría, sin alma, en la cual los sentimientos y las emociones, los deseos, los sueños, deberían ser reprimidos por una especie de dictadura racionalista”.

En efecto, la escuela reproductora funciona como una autentica dictadura fomentando los castigos de todo tipo. Pero, además, promueve una problemática añeja: el fenómeno del acoso escolar reflejo de la sociedad posmoderna; lo grave es que la escuela poco o nada hace para revertir esta forma de violencia escolar; es decir, la escuela actual permanece inmóvil e indiferente ante la intolerancia reiterada entre los estudiantes e incluso entre maestros y comunidad, intolerancia reflejada en maltrato emocional, verbal y/o físico.

En el contexto de la cultura de violencia se exalta el control excesivo en las actividades, trabajos y relaciones escolares impidiendo que los sentimientos se expresen en las escuelas; no obstante, éstos deberían ser fundamentales para revertir la deshumanización en esta era del vacío. En contra parte, Emerencia y Díaz (2011) nombran los postulados de una escuela cariñosa: a). Rechazo total de la violencia, b). Rechazo del autoritarismo y del control excesivo, c). Posibilitar una educación significativa, d). Aceptación de la diversidad, e). Educar en valores, y f). Educar para la vida. En suma, la escuela del sentir enfatiza las emociones, alegrías, el amor, la ternura y la esperanza.

Uno de los ejes fundamentales de esta escuela cariñosa que propiciamos está radicado fuertemente en la valoración que asignamos al cariño y al afecto dentro del proceso educativo. Creemos que sólo por medio del cariño y del afecto se puede alcanzar lo más profundo del ser del niño, otorgando el apoyo para que desarrolle su creatividad y su imaginación. (Emerencia y Díaz, 2011, p. 57).

El otro problema grave de la escuela reproductora es que “transmite” los conocimientos de forma rígida consiguiendo que los estudiantes acepten de manera cegada las opiniones de otros; esta escuela inmovilizadora no permite que los educandos reconstruyan, deconstruyan o construyan los conocimientos de forma autónoma, reflexiva, crítica y propositiva; es decir, se impide que los estudiantes actúen libremente en su proceso educacional y se les quita la capacidad de pensar por sí mismos.

Por tanto, la escuela reproductora de la desigualdad, intolerancia y humillación debe cesar; en su lugar, refundar la escuela pública crítica y tolerante para desarrollar en los estudiantes la capacidad para ser verdaderos sujetos integrales, liberándolos del miedo, las órdenes y el autoritarismo impuesto, estudiantes capaces de expresar y defender sus argumentos, su cultura y dignidad sin temor a la represalia. Esta es una tarea escolar ardua porque en muchos casos los estudiantes ya se han acostumbrado a la opresión y el castigo.

Los oprimidos, acomodados y adaptados, inmersos en el propio engranaje de la estructura de dominación, temen a la libertad, en cuanto no se sienten capaces de correr el riesgo de asumirla. Le temen también en la medida en que luchar por ella significa una amenaza, no sólo para aquellos que la usan para oprimir esgrimiéndose como sus “propietarios” exclusivos, sino para los compañeros oprimidos, que se atemorizan ante mayores represiones. (Freire, 1970, p. 46).

La escuela reproductora ejerce un dominio total en los miembros de la comunidad educativa suprimiendo la indignación y lucha por la emancipación colectiva. Por lo anterior se requiere construir espacios de reflexión para la concienciación de los oprimidos que permita la transformación comunitaria.

La pedagogía del oprimido”, aquella que debe ser elaborada con él y no para él, en tanto hombres o pueblos en la lucha permanente de recuperación de su humanidad. Pedagogía que haga de la opresión y sus causas el objeto de reflexión de los oprimidos, de lo que resultará el compromiso necesario para su lucha por la liberación, en la cual esta pedagogía se hará y rehará. (Freire, 1970, p. 42).

Por lo expuesto anteriormente, la escuela del pensar, sentir y actuar requiere de una pedagogía del oprimido donde todos participen en la construcción de su proyecto de educación popular teniendo como objetivo la emancipación individual y colectiva; esta pedagogía debe partir de la concienciación de los oprimidos que les permite liberarse de la manipulación y miedo impuesto para iniciar el proceso de transformación de su realidad.

La escuela alternativa es humanista, democrática, integral y emancipadora, promueve la autonomía en los estudiantes coadyuvando en superar las ataduras y el dominio del que son objeto, la autonomía como acción liberadora para la transformación individual y social que permita salir de la opresión y marginación a los sujetos y comunidades que –incluso- ya se han acostumbrado a sobrevivir en esa condición. La escuela refundada también permite el desarrollo de la identidad en cada estudiante fortaleciendo así su confianza para expresar sus pensamientos y sentimientos en la comunidad de diálogo sin temor a ser discriminado por pertenecer a una cultura diferente; en esta perspectiva, los educandos aprenden a escuchar y a dar razones sobre aquello que les inquieta conocer, sobre sus expectativas y problemas escolares con el objetivo de que la colectividad coadyuve en la orientación del trabajo individual y comunitario.

Una condición importante para la sana convivencia entre los hombres es respetar su autonomía, identidad y dignidad de cada uno; sin embargo, este es un discurso demagógico que la escuela reproductora utiliza para imponer su lógica de dominación dado que en los hechos violenta y extermina la cosmovisión de los pueblos con un pensamiento único de las cosas. Además, en esta escuela autoritaria los profesores minimizan y desprecian la curiosidad de los educandos imponiéndoles la ideología de la clase dominante.

El profesor que trata con ironía al alumno, que lo minimiza, que lo manda “ponerse en su lugar” (…) el profesor autoritario, que por eso mismo ahoga la libertad del educando, al menospreciar su derecho de ser curioso e inquieto, tanto como el profesor permisivo rompe con el radicalismo del ser humano –el de su inconclusión asumida donde se arraiga la eticidad. (Freire, 1997, p. 59).

Por lo anterior, es urgente erradicar el autoritarismo, la indiferencia, la apatía, el individualismo y el aislamiento de las escuelas porque condicionan el pensar, el sentir y el actuar en los estudiantes. En su lugar, se deben construir espacios solidarios para el trabajo colectivo que valoren el intercambio de ideas donde el diálogo y la democracia prevalezcan en todas las acciones educativas con el objetivo de formar estudiantes críticos y autónomos. Pero, ¿Qué significa pensar por sí mismos? Fundamentalmente, pensar libremente sin seguir ciegamente el pensamiento, las acciones o los argumentos de otros sujetos; además, la autonomía en el pensar se manifiesta cuando el educando construye su propia concepción de las cosas, del tipo de persona que quiere ser y el tipo de sociedad donde quieren vivir.

Por lo antes dicho, la escuela pública renovada asume que el conocimiento no se transfiere de un hombre a otro, promueve el pensamiento crítico y emancipador posibilitando que el estudiante construya su conocimiento a partir de sus propios elementos pero también del aporte de sus compañeros; dicho de otro modo, en la comunidad de diálogo los sujetos comparten vivencias, experiencias y aprendizajes superando así el egocentrismo y desconfianza al saber que su opinión y sus aportaciones son igual de importantes en la construcción de alternativas que resuelvan las problemáticas escolares y comunitarias.

El diálogo y la problematización no adormecen a nadie. Concientizan. En la dialogicidad, en la problematización, educador-educando y educando-educador desarrollan ambos una postura crítica, de la cual resulta la percepción de que todo este conjunto de saber se encuentra en interacción. Saber que refleja al mundo y a los hombres, en el mundo y con él, explicando al mundo, pero sobre todo, justificándose en su transformación. (Freire, 1973, p. 61,62).

En efecto, el diálogo, la identidad y el pensamiento crítico posibilitan a los sujetos luchar por aquello que los identifica y los diferencia de los demás. En este orden de ideas la escuela renovada tiene la obligación de potenciar estas características para formar estudiantes autónomos capaces de pensar, sentir, actuar y vivir libremente, evitando así que otros determinen o impongan un pensamiento, una cultura o un estilo de vida ajena a la cosmovisión de los sujetos. Por esta razón es importante construir una escuela alternativa basada en el desarrollo del pensar, sentir y actuar.

De igual forma la escuela pública renovada debe desarrollar de manera decida todas las inteligencias propuestas por Howard Gardner en su teoría de las inteligencias múltiples (1983) y no sólo privilegiar el desarrollo en la lecto-escritura y/o las matemáticas, tan exaltadas en la educación de la actualidad. En su planteamiento, Gardner afirma que la inteligencia es la capacidad desarrollable, ésta no puede considerarse de forma unitaria porque agrupa distintas capacidades específicas con distinto nivel de desarrollo, por lo anterior, plantea un conjunto de inteligencias múltiples, distintas pero semi-independientes. Las inteligencias a desarrollar en la escuela alternativa son las siguientes: “las inteligencias lingüística y logicomatemática (…) la inteligencia musical; la inteligencia espacial; la inteligencia cinestésicocorporal; y dos formas de inteligencia personal, una que se dirige hacia a los demás y otra que apunta hacia la propia persona” (Gardner, 1994, p. 10).

Aunado a lo anterior, recientemente se ha agregado la inteligencia naturalista y la espiritual fortaleciendo la propuesta de las inteligencias múltiples para resolver problemas y/o crear bienes valiosos para las comunidades. El desarrollo de las inteligencias (en mayor o menor medida) permitirá la formación de mejores ciudadanos con sobresalientes escritores, matemáticos, músicos, diseñadores, danzantes, líderes sociales, profesores, biólogos, filósofos y otros. Por lo expuesto hasta aquí: es urgente construir la escuela alternativa del pensar, sentir y actuar que asuma que no todos los estudiantes tienen las mismas capacidades y, por tanto, aprenden de manera distinta.

A modo de cierre abierto

La educación conservadora y tradicional reproduce y adoctrina a los estudiantes en base a las necesidades del mercado global promoviendo la razón instrumental utilitaria; en esta perspectiva, el modelo educativo neoliberal extermina tres elementos importantes (pensar, sentir y actuar) para la formación integral porque:

  1. No desarrolla el pensamiento crítico y autónomo; en su lugar impone un pensamiento ordinario y la memorización de contenidos.
  2. Prohíbe la expresión de sentimientos sobre todo los afectivos; en cambio promueve una cultura frívola, del desapego y del silencio.
  3. Impide que los estudiantes actúen solidariamente porque enfatiza la competencia, el individualismo, egoísmo y egocentrismo.
  4. Exalta -aunque de forma fragmentaria- sólo a dos inteligencias, la lingüística y la lógica matemática marginando a las otras inteligencias.

La consecuencia se refleja en una sociedad posmoderna que vive en la inmediatez, “el aquí y el ahora”: rinde culto al cuerpo, es intolerante, racista, consumista e indiferente ante la injusticia y sufrimiento de los otros. ¿Cómo resolver los problemas educativos y sociales heredados de la globalización capitalista? Sin duda, a partir de la pedagogía crítica y la educación popular concretadas en una educación alternativa promotora de la escuela del pensar, sentir y actuar para la formación integral del ser humano como condición necesaria en la construcción de otro mundo común y posible.

La escuela del pensar, sentir y actuar incorpora una metodología dialógica para el desarrollo del pensamiento crítico, la creatividad, autonomía, ternura y solidaridad con el objetivo de formar estudiantes felices, solidarios y capaces de construir sus propias explicaciones sobre el mundo utilizando la mayéutica y el diálogo que posibilita escuchar varios puntos de vista para posteriormente asumir una postura propia. Es decir, la metodología activa y dialógica debe otorgar elementos valiosos para que los estudiantes sean capaces de enfrentar y resolver los problemas del contexto escolar y social.

Convertir los salones de clases en comunidades de diálogo democráticas permite superar el verbalismo y concretar la praxis para la transformación comunitaria utilizando la reflexión, el cuestionamiento y la investigación sobre los conocimientos; es decir, el trabajo dialógico permite a los estudiantes ser sujetos transformadores y no objetos de transformación. Asimismo, el debate utilizado en la escuela alternativa permite desarrollar el pensamiento crítico, pero requiere que los miembros de la comunidad de diálogo tengan tolerancia, disposición, actitud abierta y respeto hacia los comentarios de sus compañeros. Por consiguiente es fundamental crear un ambiente de clase ex professo donde se permita hablar y escuchar a todos.

Por lo expuesto anteriormente, la escuela pública refundada debe tomar decididamente la urgente necesidad de educar a los niños en el pensar, sentir y actuar para fortalecer la identidad de cada uno, así como la pertenencia a una comunidad de diálogo democrática, dialógica, creativa, solidaria y constructora de conocimientos colectivos. En suma, la tarea fundamental de la escuela alternativa es formar estudiantes críticos, amorosos y con conciencia social para construir otro mundo común y posible que termine con el modelo de hombre y sociedad capitalista.

 

Referencias

  1. Algava, M. (2013). Jugar y jugarse. Las técnicas y la dimensión lúdica de la educación popular. Rosario: América libre.
  2. Emerencia, L. y Díaz, C. (2011). Por una escuela cariñosa. México: Pelicanus.
  3. Freire, P. (1970). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI.
  4. Freire, P. (1973). ¿Extensión o comunicación? La concientización en el medio rural. México: Siglo XXI.
  5. Freire, P. (1993). Pedagogía de la esperanza, un reencuentro con la pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI.
  6. Freire, P. (1997). Pedagogía de la autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. México: Siglo XXI.
  7. Freire, P. y Faundez, A. (2013). Por una pedagogía de la pregunta. Crítica a una educación basada en respuestas a preguntas inexistentes. Buenos Aires: Siglo XXI.
  8. Gardner, H. (1994). Estructuras de la mente. La teoría de las inteligencias múltiples. México: FCE.
  9. Lipman, M. Sharp, A. y Oscayan, S. (1992). La filosofía en el aula. Madrid: De la torre.
  10. Splitter, L. y Sharp, A. (1996). La otra educación. Filosofía para Niños y la comunidad de indagación. Buenos Aires: Manantial.
  11. Turner, L. y Díaz, C. (2007). Pensamiento pedagógico de José Martí. Santiago: Olejnik.
  12. Turner, L. y Pita B. (2002). Pedagogía de la ternura. La Habana: Pueblo y Educación.

[1]Hoy, la escuela reproductora-tradicional es disfrazada en una propuesta “progresista” basada en el modelo por competencias, sin embargo sigue reproduciendo la desigualdad social utilizando la violencia simbólica para imponer la ideología dominante que garantice los privilegios de la clase hegemónica.

[2]Según Ann Margaret Sharp cofundadora del programa de Filosofía para Niños, la comunidad de diálogo, de indagación, cuestionamiento o de investigación es un medio para promover el sentido de comunidad, requisito indispensable para la participación activa en una sociedad democrática. La característica principal de la comunidad, es el diálogo realizado con la cooperación e intervención razonada de todos los participantes incluido el docente, quien coordina los procedimientos lógicos y a la vez se convierte en un miembro más de la comunidad de diálogo.

 

Comparte este contenido:

El pensamiento complejo según el filósofo y sociólogo francés E. Morín

Por Beatriz Villarreal

 

En conocimiento y la ciencia cada vez más expanden sus límites ante los nuevos hechos que lo requieren para analizar, dentro de la globalización y la complejidad actual, la presencia de problemas, temas, procesos o fenómenos que ponen en evidencia la incertidumbre que le generan a la vida y al pensamiento. El concepto de incertidumbre está tomando centralidad para conocer, estudiar, investigar y resolver fenómenos como el consumo masivo de botellas plásticas, o el cada vez más escaso número de puestos de trabajo que genera la economía, hasta teorías de diversa naturaleza como el cambio climático, el concepto de valor-trabajo junto a las nuevas dificultades que se enfrentan para la creación de riqueza. Su actualidad tiene que ver y está relacionado con problemáticas que sufren grupos como son los pequeños pescadores o los asalariados agrícolas.

La complejidad debe ser abordada por la educación y la economía ante la limitación de las respuestas que generan los conceptos desarrollados hasta ahora, al tener que vencer los límites para lograr sus objetivos adecuadamente. Cada vez más bajo el enfoque de la incertidumbre se está incorporando la perspectiva de la inseguridad que generan algunos fenómenos. Son considerados parte o temas de estudio de los complejísimos problemas que están ocurriendo en el mundo como las guerras, la violencia, el narcotráfico, desempleo, la sequía o el hambre. Las conclusiones y resultados necesarios requieren conocimientos nuevos de mayor profundidad que abarquen diferentes expresiones e involucren disciplinas capaces de explicar sus características así como ubicar sus orígenes, causas y potenciar sus soluciones.

El autor francés Edgar Morín define a la complejidad como un tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones y azares que conforman el mundo real como los rasgos necesarios para ordenar lo inexplicable, el desorden y la ambigüedad donde la certidumbre es parte de las estrategias a construir para lograr entenderlos, descifrarlos y explicarlos. La complejidad es vista como la búsqueda de certeza en algunos sistemas económicos-sociales. Por ejemplo, son analizados, donde la dirección a tomar está determinada o relacionada por el azar o la inseguridad, no por la certeza ni por la continuidad como se hacía hasta ahora.

El pensamiento complejo integra la incertidumbre en busca de la organización dentro del contexto global que reconoce, a su vez, lo concreto y singular. Esto puede observarse en algunas investigaciones que se hacen de eventos o sobre fenómenos sociales actuales. Son abordados tomando en cuenta este lado incierto o desconocido. El pensamiento complejo tiene su origen en nuevos conceptos, nociones, descubrimientos y reflexiones que pueden reunirse en una tarea cultural histórica. Esta tarea es el desafío y el camino para la construcción de lo nuevo. Para lograrlo es necesario reaprender, concebir, pensar y actuar. Se requiere de una nueva epistemología como una nueva manera de llegar a conocer y abordar esta problemáticas, y, sobre todo con una nueva ética que valora o incluya a la incertidumbre como parte del estudio. Esta perspectiva de la complejidad da origen, amplía las miradas y perspectivas sobre la realidad social, política, cultural y económica al tomar en cuenta las relaciones singulares como es la nueva ciudadanía terrenal que hay que construir. En el sentido de que todos (as) tenemos que valorar, aportar y construir para obtener esas nuevas respuestas.

Morín considera que la tecnología con las teorías de la información es una perspectiva profunda que tiene capacidad para superar esa incertidumbre, lo inesperado o lo sorpresivo. Pues la información es organizadora, y con más potencial si se apoya en la cibernética que es la teoría de las máquinas autónomas (inteligentes) y la teoría de sistemas de la autorregulación utilizando el diálogo, el uso de recursos como el holograma o imágenes. Estos tres principios dan fuerza al pensamiento de la complejidad para hacer es posible incorporar las partes al todo, si se articulan los principios de: a) orden-desorden, b) separación-unión y, c) autonomía-independencia. Porque en la base de este discurso está la transdisciplinariedad (relaciones entre todas las disciplinas), la reconstrucción y al centralidad del sujeto como productor de conocimiento. Requiere que la mente humana esté preparada para el ejercicio de la lucidez y para producir e interpretar conocimiento. La condición humana debe ser el objeto esencial de toda educación. Estudiar la identidad terrenal capacitando para enfrentar la incertidumbre utilizando el incremento del conocimiento que se está produciendo en el siglo XXI. Con el desarrollo de la ética del género humano (todos y todas) para fortalecer la relación individuo-sociedad-especie por medio de la democracia que concibe a la humanidad como una comunidad planetaria.

Fuente del artículo: https://www.horizontegt.com/new-blog/2018/9/24/beatriz-villarreal-el-pensamiento-complejo-segn-el-filsofo-y-socilogo-francs-e-morn

Comparte este contenido:

Frei Betto: El descuido de la formación ideológica, causa de los retrocesos en gobiernos progresistas en América Latina

Por Frei Betto.

-Para el fraile dominico brasileño, Frei Betto, una de las causas principales de los retrocesos en gobiernos progresistas en América Latina es el descuido en la formación ideológica de la sociedad.

A su juicio, no se trata de un fenómeno nuevo ni propio del continente, pues ya se había dado en la antigua Unión Soviética y en el resto de Europa del Este.

Durante su participación en la II Conferencia Internacional Con todos y para el bien de todos, dedicada a José Martí, Betto defendió esos criterios a la luz del pensamiento político y antimperialista martiano.

Señaló que la región avanzó mucho en los últimos años, se logró elegir jefes de Estado progresistas, conquistar conexiones continentales importantes como la alianza bolivariana, Celac, Unasur, pero se cometieron errores.

Precisó que uno de ellos fue descuidar la organización popular, el trabajo de educación ideológico y “allí entra en juego José Martí porque él siempre se preocupó por el trabajo ideológico”, agregó.

Según el teólogo de la liberación, los retrocesos en una sociedad desigual significan que hay una permanente lucha de clases. “No podemos engañarnos, pues no se garantiza el apoyo popular a los procesos dando al pueblo sólo mejores condiciones de vida, porque eso puede originar en la gente una mentalidad consumista”, aseveró.

El problema está -afirmó Betto- en que no se politizó a la nación,  no se hizo el trabajo político, ideológico, de educación, sobre todo en los jóvenes, y ahora la gente se queja porque ya no puede comprar carros o pasar vacaciones en el exterior.

En su opinión, hay un proceso regresivo porque no se ha desarrollado una política sostenible, no hay una reforma estructural, agrarias, tributarias, presidenciales, políticas. “Encauzamos una política buena pero cosmética, carente de raíz, sin fundamentos para su sustentabilidad”.

Al referise a Brasil, espera que no pase lo peor, el regreso de la derecha al poder. Según su análisis, eso depende mucho de Dilma en los próximos dos o tres años. “Pero lamentablemente, por lo pronto, no hay señal de que va a cambiar la política económica que hace daño a los más pobres y favorece a los más ricos”, afirmó.

Aseveró que el consumismo y la corrupción están matando la utopía en pueblos de nuestra América, como Argentina y otros, porque -señaló- la gente no tiene perspectivas de sentido altruista, solidario, revolucionario, de la vida, se va hacia el consumismo, y eso afecta toda perspectiva socialista y cristiana, que es desarrollar en la gente valores solidarios. “La solidaridad es el valor mayor tanto del socialismo como del cristianismo”, subrayó.

Betto insistió en que en eso radica la falla en gobiernos progresistas. En su opinión no se hizo un trabajo de base, de formación ideológica de la gente.

Agregó que la educación para el amor, para la solidaridad, es un proceso que hay que desarrollar pedagógicamente, y como eso no se cuidó desde un primer momento, ahora se afrontan las consecuencias lamentablemente.

Al abordar el proceso de distopía, es decir, los intentos de presentar la utopía como algo del pasado, reiteró que en los países  como Brasil o Venezuela, los gobiernos se equivocaron al creer que garantizar los bienes materiales  equivalía a  garantizar condiciones espirituales, y no es así.

Betto -en el caso de Cuba- expresó que el gobierno revolucionario, que ha hecho un trabajo ideológico de educación política con el pueblo, ha sido demasiado paternalista.

Explicó que la gente ha mirado a la revolución como “una gran vaca que  le da leche a cada boca”, pero con eso no se moviliza a la gente para un trabajo más efectivo en  la consolidación ideológica relacionada, por ejemplo, con  la producción agrícola e industrial.

Consideró que, aunque admite poder equivocarse, la dependencia de la Unión Soviética llevó a Cuba a acomodarse un poco, y hoy importa  del 60 al 70 por ciento de productos especiales de consumo y eso convirtió prácticamente en una nación que exporta servicios médicos, educadores, profesionales e importa turistas para conseguir más divisas.

Educación política, participación, compromiso efectivo con la lucha, adecuación de la teoría y la práctica, es lo correcto y ahí están los ejemplos de Martí, de Fidel Castro que han vivido dentro del monstruo, como el caso de Martí,  y el de Fidel que proviene de una familia latifundista y se convirtió en revolucionario.

¿Qué pasó en la conciencia de José Martí y de Fidel Castro, quienes  tenían la oportunidad de hacerse un lugar en la burguesía, pero tuvieron una dirección evangélica para los pobres y asumieron la causa de la liberación?, se preguntó.

La respuesta es la que va a indicarnos el camino que vamos a seguir para evitar que el futuro de América Latina sea de nuevo un lugar de mucha desigualdad, de mucha pobreza, porque corremos el riesgo de ser de nuevo neocolonia de Estados Unidos y de Europa Occidental.

Enfatizó que no es fácil vivir en un mundo en el que el neoliberalismo proclama que la utopía está muerta, que la historia ha terminado, que no hay esperanza ni futuro, que el mundo siempre va a ser capitalista, que siempre va a haber pobres, miserables, y ricos, y que, como en la naturaleza, siempre va a haber día y noche y eso no se puede cambiar.

Betto señaló que la derecha se une por interés, y la izquierda por principios, y cuando la izquierda pierde los principios. Y agregó: Cuando la izquierda viola el horizonte de los principios y va por los intereses, le hace el juego a la derecha.

La tarea de la izquierda es movilizarse en la línea de una alta formación política y por ese camino es que debemos trabajar, sentenció.

Sobre las restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, expresó que la Isla debe lograr cómo establecer buenas relaciones con Estados Unidos y administrar bien la suspensión del bloqueo sin tornarse vulnerable a la seducción capitalista.

Mostró su preocupación cuando ve a los jóvenes cubanos irse del país para aprovechar la ley de ajuste porque es señal de que la gente está corriendo contra el tiempo para tornarse ciudadano de Estados Unidos, “porque en el momento en que termine el bloqueo esa ley va abajo”. Pero Cuba tiene que preguntarse por qué jóvenes formados en la revolución quieren ser ciudadanos de Estados Unidos?

“El peligro que hay aquí, dice, es que la revolución la ven esos jóvenes como un hecho del pasado y no un desafío del futuro, y cuando la gente la ve como un hecho del pasado ya mira las cosas no por sus valores, por su horizonte revolucionario, sino por el consumismo”.

El socialismo, aseguró, ha cometido el error de socializar los bienes materiales, y no socializó suficientemente los bienes espirituales, porque un pequeño grupo podía tener sueños de cosas distintas que se podían hacer, y los demás los han tenido que aceptar.

“El capitalismo lo hizo al revés, socializó los sueños para privatizar los bienes materiales… Y ahí llega el sufrimiento de los jóvenes que ponen en su vida cuatro cosas: dinero, fama, poder y belleza, y cuando no alcanzan ninguno de esos parámetros van siempre a los ansiolíticos, las drogas, viene la frustración de los falsos valores, la cual viene siempre desde donde hemos puesto nuestra expectativa”, concluyó.

Fuente del artículo: http://www.resumenlatinoamericano.org/2016/01/30/frei-betto-el-descuido-de-la-formacion-ideologica-causa-de-los-retrocesos-en-gobiernos-progresistas-en-america-latina/

Comparte este contenido:
Page 1196 of 2493
1 1.194 1.195 1.196 1.197 1.198 2.493