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La convivencia intergeneracional: una forma de trabajar la empatía

21 de junio de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Carla Martínez

Felizmente, la investigación pedagógica y psicopedagógica ha llegado a un punto en el que la diversidad de inteligencias que un individuo posee, se reconocen y validan. Poco a poco, el paradigma de la inteligencia matemática que prima sobre el resto, se va deslavando y cediendo paso a un reconocimiento del resto de habilidades y potencialidades de los individuos.

Sin embargo, no es fácil abrir el camino a la enseñanza (sobre todo dentro del aula) a habilidades que mucho tiempo se creyeron como algo que se poseía o no de forma innata. Dentro de estas habilidades, y entre las que se consideran como pilares de la inteligencia emocional, se encuentra la empatía.

Son muchas las estrategias dentro del aula que pueden resultar útiles y válidas para cimentar este tipo de conductas. Evidentemente, resultaría un despropósito pretender que sólo dentro del salón de clases puede lograrse un aprendizaje completo de este tipo de habilidades sin un adecuado refuerzo en casa, pero sí es posible implementar estrategias que incidan positivamente en el proceso.

¿Enseñar empatía?

La idea de enseñar la empatía puede resultar extraña si pensamos en la empatía como un talento innato que se tiene o no. Pero investigaciones más recientes muestran que la empatía es un fenómeno complejo que sí incluye ciertas habilidades que se aprenden. Entre éstas están:

  • La consciencia de lo que sentimos internamente y la habilidad de distinguir los propios sentimientos de los de los demás.
  • Ver las cosas desde la perspectiva del otro (es decir, ponerse en los zapatos del otro).
  • Ser capaz de regular la propia respuesta emotiva ante lo que sucede.

A primera vista estas habilidades parecen muy simples: elementos básicos de las habilidades sociales que adquirimos al crecer de forma casi automática. Pero también es verdad que incluso los adultos podemos tener problemas con este tipo de habilidades. Un ejemplo sería una situación en que una persona se siente incapaz de ayudar a otra que está herida: no porque sienta asco o miedo, sino porque no es capaz de administrar sus propias reacciones ante el dolor y el sufrimiento del otro. La empatía vendría a ser entonces algo que no se maneja en “negro” y “blanco”. Hay grados de empatía y es por ello que tanto en la familia como en el aula es posible reforzar este aprendizaje. ¿Cómo docentes podemos incidir positivamente en este proceso? Aquí algunas claves que pueden resultar útiles:

  1. Hacer caso, poner atención a las necesidades emocionales de un niño (tanto en casa como en la escuela) le permite aprender que las emociones son importantes: las suyas y las de los demás.
  2. Se pueden tomar las experiencias cotidianas dentro del aula para presentar e inducir ideas de reconocimiento de las emociones del otro: cuando hay un compañero enfermo, cuando algún miembro de la clase está pasando por la pérdida de un familiar o simplemente cuando un niño pasa por una situación de estrés.
  3. Ayudar a los niños a descubrir lo que tienen en común con los demás. En este sentido, es interesante exponer a los pequeños a personas con las que aparentemente no tienen “nada” que ver: niños que provengan de otro país, adolescentes, adultos mayores. Y es justo en este detalle del aprendizaje en el aula de la empatía que queremos poner un pequeño acento.

Relaciones intergeneracionales en el aula

El exponer al niño (o a un adolescente) a una situación en que convive con personas diferentes le permite enriquecer mucho sus niveles de empatía, que como veíamos, es uno de los pilares de las habilidades sociales e inteligencia emocional que un adulto debería tener para desenvolverse saludablemente en distintos entornos sociales. Sin embargo, a veces los entornos en el aula están diseñados al contrario: un grupo de pequeños de la misma edad, del mismo barrio, que comparten en cierta medida una historia común.

Es por ello que un factor disruptivo como traer a adolescentes de 14-15 años a realizar actividades de pintura con una clase de niños de entre 3 y 5 años puede resultar una experiencia fascinante para ambos grupos de edad. Reconocer que pueden divertirse con las mismas cosas, que pueden reír juntos, abre las puertas a ese refuerzo en el aprendizaje de la empatía que puede ser tan benéfico.

Otra estrategia magnífica es integrar niños pequeños con personas de la tercera edad. Esta experiencia (explicada con mayor profundidad en el vídeo que encontrarás a continuación) es sólo un ejemplo más de diversas iniciativas que se llevan a cabo en territorio español, ya sea logrando una colaboración institucional entre una residencia para adultos mayores y la escuela, o invitando asociaciones de jubilados que realicen actividades culturales. Una clase de danza intergeneracional o el hecho de que los adultos mayores lean para los pequeños, sensibilizan a los niños ante el hecho de que hay personas diferentes a ellos, pero que se divierten igual. Verse en los ojos de otro no es sencillo, pero con este tipo de actividades dentro del salón de clases es más fácil incidir positivamente en el aprendizaje de la empatía desde una edad temprana.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/la-convivencia-intergeneracional-una-forma-trabajar-la-empatia/

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Malestar de las normales y de los normalistas

21 de junio de 2017 / Fuente: http://www.excelsior.com.mx/

Por: Carlos Ornelas

Los hechos que inquietaron a Aguascalientes la semana pasada son el síntoma de una desazón mayor. Las alumnas de la Escuela Rural Justo Sierra Méndez, de Cañada Honda, protestaron contra el gobierno local y la Secretaría de Educación Pública por dos causas. Primera, las autoridades limitaron la convocatoria de inscripción a 100 candidatos, cuando era de 120. Segunda, la quieren hacer una escuela mixta, cuando, por tradición, es para mujeres.

Brigadas de estudiantes de otras escuelas rurales se manifestaron junto con sus compañeras, desquiciaron el tráfico en una ciudad ya congestionada y rechazaron la oferta de diálogo con el gobierno. Los estudiantes de la Normal Rural de Tenería, Estado de México, retuvieron más de 40 autobuses y usaron unos cuantos para trasladarse a Aguascalientes. Otros, de la Normal Rural de Tiripetío, se enfrentaron con la policía, que arrestó a alrededor de 25 de ellos porque el autobús que habían secuestrado se impactó contra una patrulla y otro automóvil particular. Tras esos hechos, ganaron las normalistas, el gobierno cedió.

Otros resienten la caída de la matrícula como un efecto de una maquinación destinada a disipar a las normales del panorama. Rogelio Alonso, un maestro de Colima, manifiesta: “…al inicio del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, durante el ciclo escolar 2012-2013, se registró una matrícula de 131 mil 25 alumnos en todas las escuelas normales del país. Para el ciclo escolar 2016-2017, disminuyó a 93 mil 766 estudiantes, es decir, 37 mil 259 (28.5%) menos que en 2012”. Relata que la decadencia de la matrícula “pudo haber sido motivada por las campañas de desprestigio hacia la figura del docente y la precarización de las condiciones laborales magisteriales a partir de la promulgación de la Ley General del Servicio Profesional Docente en 2013”. Educación futura, 2 de junio.

Además, seguido escucho quejas de maestros —involucro a algunos de mis estudiantes que cursaron su licenciatura en escuelas normales— sobre las relaciones con los alumnos y sus padres. Ven como un desafío de titanes imponer algo de orden en ciertos grupos; los directores los conminan a no emplear ningún método disciplinario y, si lo usan, se arriesgan a sufrir maltrato por parte de papás o mamás que toleran las faltas de sus hijos. Incluso, sufren amenazas de recurrir a las comisiones defensoras de derechos humanos. Hoy, acusan, los niños tienen derechos, los maestros no. Se sienten víctimas. Ellos también padecen de violencia escolar.

A graduados de escuelas normales no les agrada que egresados de universidades u otras instituciones de educación superior compitan con ellos por las plazas docentes de primaria, que es donde los normalistas tenían el monopolio hasta 2015. En secundaria, desde la fundación de las primeras escuelas, imparten clases profesionales de otras disciplinas ajenas a la pedagogía.

Manuel Navarro Weckmann reclamó: “No se trata de ver con ojos lastimeros la profunda crisis en que la profesión está cayendo de manera intencional por el actual gobierno federal, se trata de exigir, en cada espacio y en cada oportunidad, el respeto por la profesión docente que le ha dado a México las más valiosas, representativas y profundas raíces de su historia nacional y de su pueblo”. Educación futura, 7 de junio.

En resumen, aunque también hay maestros que apoyan la Reforma Educativa, identifico un descontento del gremio con los cambios y con el gobierno de Peña Nieto. La reforma atacó santuarios del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, puso orden en un sistema caótico, impuso límites a la herencia, venta y renta de plazas docentes y hoy los egresados de universidades compiten con ellos por puestos que antes eran de su “propiedad”.

La moral de los normalistas va a la baja, no nada más la matrícula. Los compromisos del gobierno, planteados desde 2014, de diseñar y poner en marcha un programa de fortalecimiento de las escuelas normales se pospone a cada rato. El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación emitió en 2015 cuatro directrices para la formación inicial de docentes, pero no hay noticias de que se pongan en práctica.

Aunque la autocrítica no se da entre los normalistas descontentos —no ven las fallas de su subsistema, la culpa siempre es de otros, del gobierno en particular—, no extraña que el malestar cunda entre sus filas y alimente posturas contra la Reforma Educativa. ¡Se sienten los objetivos de un ataque demoledor!

Fuente artículo: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2017/06/14/1169631

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El pathos trágico de Venezuela en su laberinto (I)

Por: Fernando Esteche

¿Qué pasó (pasa) en Venezuela? 1) La ontología chavista

Chávez fue el mejor hijo de Bolívar, el dilecto. De eso nadie puede tener dudas. Por audacia histórica, por patriotismo nuestroamericano, por generosidad. Fue un estadista con la singular capacidad no sólo de comprender el tiempo histórico en el que vivió, sino de trazar una prospectiva que le permitió comprender cada sutileza de la política internacional. En el marco de un juego geopolítico entendió el antiimperialismo como necesidad casi existencial, como única posibilidad de realización de Nuestra América, por aquello que no se cansó de traernos al presente en cada intervención: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miseria en nombre de la Libertad”.

La Venezuela Bolivariana fundó un proceso de singular riqueza en su intento titánico por desembarazarse de los cepos que el liberalismo occidental le imponía a las formidables fuerzas revolucionarias del bravo Pueblo.

Así surgió una forma de producción política que es justo definir como Proceso Constituyente Permanente , y que nosotros hemos señalado como Revolución Permanente . [1] De eso se trata la ontología del chavismo en su producción histórica y política.

Revolucionar, superar los escollos, adecuarse a las nuevas realidades e incorporar al pueblo en un proceso constituyente; ir construyendo más y mejores herramientas y canales de representación y de democracia popular que se van superando conforme se constituyen, se recorren, se transitan y permiten nuevos estadios en el camino a la democracia directa. Esto, nada tiene que ver con el canon hegemónico de democracia que se nos propone desde las codificaciones de Filadelfia para acá.

Lo que de ninguna manera puede cuestionarse en Venezuela es que no haya sido sometido al escrutinio de la voluntad popular cada uno de los pasos que se fueron desarrollando. Es de una impertinencia descarada que países con bajísimos niveles de participación política se permitan cuestionar la calidad democrática del proceso bolivariano, que, entre todos los países del globo, es el que más elecciones (20 en total) ha concretado en los últimos tres lustros. Elecciones monitoreadas y sometidas a la inspección de las usinas homologadoras de occidente como la Fundación Carter y demás.

Hay numerosas doctrinas de diplomacia que reivindicarán el principio de “no intervención” y de respeto de la voluntad soberana de los pueblos. Doctrinas que debieron, desde finales del siglo XIX en adelante, esgrimirse y sostenerse frente al recurrente y arrogante injerenismo norteamericano en la región.

El pueblo venezolano consagró legal y legítimamente la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que determina en su articulado al Presidente de la Nación y su Consejo de Ministros en condiciones de convocar al poder constituyente:

Art. 347 – El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución .

Art. 348 – La iniciativa de convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente podrán tomarla el Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; la Asamblea Nacional, mediante acuerdo de las dos terceras partes de sus integrantes; los Concejos Municipales en cabildo, mediante el voto de las dos terceras partes de los mismos; o el quince por ciento de los electores inscritos y electoras inscritas en el Registro Civil y Electoral.

De esta manera, la impugnación de la eufemísticamente llamada “oposición” a la convocatoria presidencial para una Asamblea Nacional Constituyente, cuestiona a la mismísima Constitución del estado. La reivindicación del esencialismo republicano que promueven se desbarata y no hay mueca mediática que pueda disimularlo. Lo que se está cuestionando no es la administración de gobierno, sino la República Bolivariana. No se trata de Maduro sino de todos los derechos y deberes que se construyeron a través del proceso constituyente durante el chavismo.

2) El golpe de Estado de la Asamblea Nacional

Para comprender mejor el proceso de inestabilidad institucional como golpe de Estado continuado, es dable recorrer cómo se desarrolló el encaramamiento de la derecha fascista en el poder institucional.

En diciembre de 2015 la derecha, articulada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se impuso en las elecciones legislativas para la Asamblea Nacional. Sin embargo, previo a la publicación de los resultados finales desconocían los comicios, tal como desconocieron todos los resultados electorales entre 1999 y 2015 y la propia Asamblea Nacional. Sin embargo, al conocer su victoria, la derecha aceptó plenamente los comicios.

El antecedente del desconocimiento del triunfo de la elección presidencial de Nicolás Maduro Moros y la violencia impuesta a través del plan “La Salida” (2013, 2014), [2] permiten comprender el desarrollo de una maniobra para la deslegitimación del gobierno y de la República Bolivariana. Ya hemos señalado en artículos anteriores en este mismo portal [3] lo infundado de los argumentos de estos sectores que pretenden impugnar y cuestionar la transparencia democrática y la legitimidad del presidente Maduro.

Producto de una reforma electoral pensada en realidad por la administración Maduro como picardía para sostener una mayoría ficticia, con un volumen de votos absolutos ajustadamente mayor al del oficialismo, la oposición fascista logra mayor cantidad de representantes a la Asamblea.

Numerosos fueron los caminos que la oposición pro-imperialista. Como una Hidra de Lerna , pergeñó para provocar el golpe de Estado continuado. Pensaron en exigirle al presidente la renuncia, en realizar un juicio por insania contra Maduro, en mentir sobre su nacionalidad; intentaron promover una enmienda constitucional para acortar el mandato, convocar una constituyente para volver al esquema representativo de la IV República; las guarimbas ; el referendo revocatorio, entre las más destacadas.

A finales de abril de 2016 decidieron activar el proceso para solicitar el revocatorio. Para concretar dicha convocatoria debían presentar el 1% de las firmas registradas electoralmente -con el objetivo de legitimar a las organizaciones políticas promotoras de dicho proceso- y posteriormente debían recoger el 20% de firmas del padrón electoral.

Este proceso, cuando presentaron el primer 1%, se vio abortado ante la evidencia de por lo menos 600 mil firmas apócrifas entre las que se hallaban 11 mil personas fallecidas, 53 personas no registradas en el padrón, más de 3 mil menores de edad, 1500 privados de su libertad por delitos graves como violaciones u homicidios, con más de 10 mil denuncias por usurpación de identidad. Pese a las advertencias del caso, el Consejo Nacional Electoral-CNE (que según la Constitución Venezolana es un poder autónomo equivalente al legislativo, judicial y ejecutivo) autorizó a que se recolectaran el 20% de las firmas empadronadas. Sin embargo, fueron numerosos juzgados los que plantearon recursos de amparo y suspensión del proceso ante la masividad de las denuncias por usurpación de identidades. La oposición responsabilizó a Maduro de esta situación con el objetivo de ir produciendo un imaginario de inestabilidad institucional.

El 23 de octubre de 2016, la Asamblea Nacional sesionó bajo el ordenamiento de la oposición nucleada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD) y se declaró en abierta rebeldía. Acordaron los siguientes puntos:

  • Declarar que el Presidente Maduro dio un golpe de Estado y que, por lo tanto, quebró el orden constitucional.
  • Solicitar a todos los organismos internacionales la aplicación de sanciones contra Venezuela. Es menester contemplar que sobre los cinco poderes constitucionales, los organismos internacionales atenderán sólo los requerimientos de la Asamblea Nacional desoyendo a los otros poderes legal y legítimamente constituidos.
  • Denunciar ante la Corte Penal Internacional los rectores del CNE y a los jueces que suspendieron el proceso revocatorio.
  • Destituir a los rectores del CNE como así también a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia.
  • Decidir sobre la supuesta doble nacionalidad del presidente Maduro a fin de destituirlo (al respecto, la Cancillería colombiana desestimó formalmente dicha posibilidad).
  • Decidir sobre el abandono del cargo de Maduro a fin de destituirlo (esto se produce cuando se encontraba de gira internacional en los países de OPEP para resolver la regulación del precio del petróleo).

Asimismo, la Asamblea Nacional resolvió desatender las sentencias del Tribunal Superior de Justicia que anulaban sus actuaciones por inconstitucionales además de declararlas “en desacato”, impugnando todas las acciones hasta tanto no se ajuste a derecho. De esta manera, lo que podemos observar es que uno de los poderes constitucionales -polémicamente constituido y con una legitimidad severamente cuestionada- desconoce otro poder (TSJ) e impugna a los dos restantes (Ejecutivo y Electoral) pretendiendo disolverlos.

Esto expone al sistema institucional venezolano a un Estado de excepción, si uno fuera contemplativo; aunque en realidad se trata de un poder en el cual se encaramó la derecha pretendiendo avasallar al resto de los poderes y con ello, a la propia República Bolivariana. Esto hace inevitable la referencia al ascenso del hitlerismo desde el Reichstag, donde la llegada al poder se dio mediante un proceso que desde el parlamento comenzó a impugnar los distintos poderes instituidos.

A pesar de todo lo expuesto, Maduro sigue convocando a la oposición abiertamente anti-republicana a discutir los caminos de resolución de la compleja situación a la que semejantes irresponsabilidades (e irresponsables) arrastraron a Venezuela. Para llevar adelante este diálogo, pidió la intervención de la UNASUR y de los ex presidentes Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández y Martín Torrijos. Por su lado, la oposición pidió la intercesión del Vaticano, a lo que inmediatamente se accedió. Sin embargo, la Iglesia Católica Venezolana es abiertamente opositora y se ha encargado de sabotear este proceso.

El carácter “hidrático” o “multicefálico” de la oposición operada y monitoreada alternativamente por el IRI republicano o la NED demócrata, dificulta la posibilidad de previsibilidad de este sector y la concreción de acuerdos.

3) Quién es quién. De villanos y héroes

En esta tragedia hay algunos personajes interesantes a contemplar para imaginar las posibles resoluciones parciales y comprender las razones de algunos movimientos que, en apariencia asépticos, se encuadran en las distintas maniobras posibles sobre el futuro de Venezuela.

Es el caso de la fiscal General Luisa María Ortega Díaz, quien se encuentra en su cargo desde el año 2007 y fue confirmada por la Asamblea Nacional (pese a que se encontraba declarada en desacato por el TSJ y por lo tanto, sus resoluciones eran nulas). Sobre Ortega Díaz pesan decenas de señalamientos por su parcialidad política a favor del chavismo.

La fiscal es la esposa de Germán Ferrer, diputado del Gran Polo Patriótico. Su hermano es Humberto Ortega Díaz, protagonista junto al Comandante Hugo Chávez en el Movimiento del 4 de Febrero. Se desempeñó en diferentes cargos del gobierno chavista, incluyendo el directorio de la extinta CADIVI (Comisión de Administración de Divisas, actualmente Centro Nacional de Comercio Exterior o CENCOEX).

Ortega Díaz fue una de las que más fervientemente señaló la justeza de la detención del golpista Leopoldo López y ha tenido casos como aquel donde acusó a los miembros de la ONG SUMATE, conducida por la opositora María Corina Machado, por conspiración contra la Nación y por recibir dinero espurio. A su vez, figura entre los funcionarios que el Senado norteamericano señaló como involucrados en violaciones a los derechos humanos, desde la singular mirada que pueden tener desde el imperialismo sobre este tema y la situación venezolana en general.

Sorpresivamente, fue esta funcionaria la que le otorgó cierta legitimidad a las infundadas denuncias de la Asamblea Nacional sobre el “autogolpe” de Nicolás Maduro, desconociendo las propias sentencias de los tribunales venezolanos y cuestionando la decisión del CNE. Comienza así, un curioso derrotero que irá sintonizando cada vez más finamente con la idea de guerra híbrida.

En estos dos meses, donde se pueden identificar un recrudecimiento de las protestas y guarimbas callejeras, fue Ortega Díaz quien ofició de vocera e informante sobre las trágicas muertes que se fueron sucediendo. Sin plantear ningún tipo de control o supervisión de los acontecimientos desde su fiscalía, sino simplemente como cronista de los mismos, responsabilizó al gobierno de Maduro con los mismos argumentos que utilizó la oposición. Además, ha quedado en evidencia la “inacción” que ha mostrado la fiscalía ante las protestas y cómo esta situación propicia un clima de impunidad.

El 19 de mayo, excediendo nuevamente sus funciones de Fiscal General, ya no sólo ofició de vocera del relato opositor, sino que además impugnó la convocatoria a la Asamblea Constituyente. Esto lo hizo, no desde el punto de vista del derecho, sino como valoración política, lo que la convierte, por si ya no lo era, en un actor central que se pretende en una equidistancia –a todas luces desigual- entre el chavismo y la oposición. La señora se va probando el traje para ponerse a la cabeza de un eventual gobierno de transición.

Para el coordinador general del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (PROVEA), Rafael Uzcátegui, “la Fiscalía vive un proceso de reinstitucionalización”. Por otro lado, Lilian Tintori, esposa del encarcelado dirigente opositor Leopoldo López, celebró el accionar de Ortega Díaz: “Se pasó al lado correcto ¡Celebro que la fiscal se pasó al lado correcto!”.

El TSJ en ejercicio de sus incumbencias, con una minoría disonante de su lógica política, es quién ha señalado la gravedad institucional de desacato de parte de la Asamblea Nacional. No parece ser este cuerpo colegiado, como poder independiente, un ariete de la política imperial y de la operacionalización de Guerras de Cuarta Generación o golpe blando como hemos visto en Honduras, Paraguay y como operaron en Argentina y Brasil. De ahí se comprende la cooptación de la fiscal general en la construcción de una legitimidad que exceda la autolegitimación de un propio cuerpo como la AN.

Lo mismo, tanto el CNE y los rectores que lo integran, y el TSJ, han sido cuestionados e impugnados por parciales y por haber sido constituidos bajo la hegemonía chavista. Es claro que lo que están cuestionando es la República Bolivariana con toda la institucionalidad que esto importa.

4) El golpe blando. La violencia, Sharp y Nye.

La evidente maniobra desestabilizadora, que se encuadra en las teorías y manuales de Gene Sharp y Joseph Nye e intenta promover nuevas formas de dominación sobre los pueblos, ha sido profusamente explicitada y denunciada por el mismo gobierno bolivariano.

Las grandes cadenas noticiosas ofrecen la imagen de una Venezuela en rebelión, con un gobierno dictatorial y tambaleante, mal informando sobre hechos trágicos y ocultando la realidad de las agresiones a la República.

Simultáneamente, el inefable Luis Almagro como Secretario General de la OEA, (definida por el canciller de la Dignidad, el cubano Raúl Roa, como Ministerio de las Colonias) impulsa sanciones contra el gobierno del presidente Maduro respondiendo a los reclamos de la derecha anti-republicana. Promueve la aplicación de la Carta democrática y tiene como trágodos y coreutas solícitos al gobierno de Argentina y al gobierno usurpador de Brasil. Asimismo, se suspende a Venezuela del MERCOSUR en atención a la Carta Democrática, con maniobras descaradas y jurídicamente inconsistentes.

Lo que enfrenta Venezuela es un golpe de Estado continuado o ahora llamado golpe de Estado blando. Se trata de una guerra abierta híbrida impulsada por el imperialismo que conjuga tácticas de Guerra de Cuarta Generación con pre-insurgencia callejera combinado con maniobras de aislamiento internacional, a fin de asfixiar y deslegitimar al gobierno.

Las masacres sobre dirigentes y militantes que en Honduras o Paraguay se perpetraron a expensas de lo que ellos llaman golpes blandos, sin mencionar las revoluciones de colores del Magreb, contrastan con la idea que pretende restarle contundencia a los golpes. Se trata sin más de una usurpación del legítimo poder y de una guerra contra los sectores populares.

El eufemismo de golpe blando o golpe suave fue pergeñado por el estadounidense Gene Sharp, a finales del siglo pasado, y ha cobrado singular vigencia en la última década a expensas del redespliegue imperialista en distintas regiones del globo.

Sharp señala que “la naturaleza de la guerra en el siglo XXI ha cambiado (…) Nosotros combatimos con armas psicológicas, sociales, económicas y políticas”. Con sintética elocuencia define las nuevas tácticas que se fueron tomando en guerras de baja intensidad, de cuarta generación, o híbridas.

Sharp plantea un repertorio que abarca desde el debilitamiento del gobierno hasta la fractura institucional. El autor del polémico ensayo titulado “De la dictadura a la democracia” describe 198 métodos para derrocar gobiernos mediante “golpes suaves”. Russian Today las sintetizó en cinco etapas:

  • Promover acciones no violentas para generar y promocionar un clima de malestar en la sociedad, destacando entre ellas denuncias de corrupción, promoción de intrigas o divulgación de falsos rumores.
  • Desarrollar intensas campañas en “defensa de la libertad de prensa y de los derechos humanos”, acompañadas de acusaciones de totalitarismo contra el Gobierno en el poder.
  • La lucha activa por reivindicaciones políticas y sociales y en la manipulación del colectivo para que emprenda manifestaciones y protestas violentas, amenazando las instituciones.
  • Operaciones de guerra psicológica y desestabilización del Gobierno, creando un clima de “ingobernabilidad”.
  • Forzar la renuncia del Presidente de turno, mediante revueltas callejeras para controlar las instituciones, mientras se mantiene la presión en la calle. Paralelamente, se prepara el terreno para una intervención militar, mientras se desarrolla una guerra civil prolongada y se logra el aislamiento internacional del país.

Gene Sharp remite inmediatamente a Joseph Nye y su teoría de poder blando y poder inteligente.

Lo cierto es que en su momento el Comandante Chávez al ver el accionar que a través de la NED se operaba en el Magreb, hizo la primera advertencia que se volvió grito desesperado ante el mundo frente a los acontecimientos de Libia y el asesinato de Gaddafi y sus hijos. En soledad, denunció el magnicidio y advirtió sobre la operación destituyente y disolvente que se había realizado. No le costaba imaginarse en el lugar de Gaddafi. Esta operación se llevó adelante siguiendo puntualmente el protocolo propuesto por Sharp.

Primero en Libia, sin considerar cada una de las revoluciones de colores del Magreb, luego en Siria. Operaciones de falsa bandera, montajes de enfrentamientos de tropas gubernamentales contra manifestaciones desarmadas, aislamiento internacional, gran campaña mediática, disputa de sentidos y luego guerra abierta.

Esta situación llega al extremo cuando vemos que el alcalde David Smolansky, integrante del partido Voluntad Popular, escribió en su cuenta personal de la red social Twitter que el gobierno de Maduro estaba utilizando armas químicas contra la población “como está ocurriendo en Siria”.

También en Honduras, Paraguay y Brasil se desarrollaron y desarrollan procesos de guerra híbrida y se trabaja con el protocolo destituyente. Pero Venezuela es sin dudas, el escenario privilegiado de dicha maniobra.

Quien esto escribe ha podido ver personalmente en Caracas el accionar de grupos juveniles, generaciones que crecieron en el chavismo, de sectores medios y medios altos, perfectamente organizados, coordinados, pertrechados con máscaras anti-gas, cascos y armamento casero; con nociones bien claras de movimiento insurgente y urbano; con jefes de grupos, orden cerrado y orden consecutivo de mando. Esto en medio de masivas concentraciones de sectores del mismo rango social pero absolutamente desentendidos de estas operaciones, aunque les dan contexto.

Ataques a escuelas públicas, a un hospital materno infantil; invasión de bibliotecas estatales con quema de mobiliario; destrozos de señalizaciones urbanas y luminarias; obstrucción de vías de transporte y derribe de árboles sobre calles; saqueos a comercios y ataques a locales partidarios u oficinas gubernamentales; emboscadas a personal de las fuerzas de seguridad, incendios de transportes que no acatan el paro. Guarimbas que empiezan a controlar zonas de acceso a urbanizaciones y cobrar peajes. Quema masiva de vehículos. El paroxismo fue la toma de la sede del TSJ, hecho que expone un grave y delicado ataque a uno de los poderes constitucionales y que ningún medio internacional cuestionó, sino que festejaron.

De eso se tratan las movilizaciones “no violentas” de la oposición anti-republicana de Venezuela. Uno no sabe si ya han pasado a otra etapa de guerra abierta en las calles o a la no violencia del protocolo Sharp, que en este caso se viste de vandalismo y sabotaje.

Una profusa campaña mediática presenta la situación con mayor gravedad y masividad de la que realmente tiene. No hay que dejar de contemplar que estos movimientos de insurgencia callejera atacan al corazón del funcionamiento urbano normal, perjudicando al comercio, al trabajo, la educación, principalmente. Incluso impacta sobre la cotidianidad de la propia base social en que se sustenta.

Un parágrafo singular merecen las trágicas muertes de cuarenta y dos venezolanos en lo que va desde el 3 de abril al 16 de mayo. Sobre esto que se presenta idéntico al caso sirio (como un gobierno asesinando a sus ciudadanos) vale la pena señalar que 25 personas de esas fueron asesinadas por opositores, por ser chavistas o policías. Es decir, más del 60%. Dos motorizados fallecieron por accidentes provocados por trampas y barricadas colocados en rutas por los opositores. Nueve enrolados en la oposición murieron electrocutados al querer saquear un freezer de una panadería.

Hasta la fecha se cuentan tres muertes por acción policial, razón por la cual una docena de funcionarios involucrados han sido detenidos y procesados. Otros tres casos se están investigando, pero son elocuentes las imágenes que los muestran con vida cuando son rodeados por otros opositores y caen exánimes con el resultado trágico de su muerte producida por armas caseras a muy corta distancia. Se investiga si se trata de asesinatos de falsa bandera para acusar al gobierno de los mismos tal como también se probó que ocurrió en Siria.

5) La guerra económica

Hiperinflación, internacionalización de precios, desabastecimiento. Largas colas para conseguir algún producto de la canasta básica. Asignación por libreta de identidad del día para poder hacer compras con precios controlados. Bancarización.

La guerra económica es el plafón en el cual se desarrolla el golpe de Estado continuado y busca generar descontento, desabastecimiento programado e hiperinflación provocada. Claro que hay responsabilidades de impericia gubernamental, de corrupción enquistada en sectores claves del Estado, pero no puede dejar de verse el sabotaje y boicot deliberado por parte de las clases dominantes que controlan el 92% de la producción y el abastecimiento de productos básicos. Fedecamaras-Venamcham es uno de los principales integrantes de lo que llaman “la oposición” y como tal, actúa de manera criminal contra su pueblo.

Por eso hay que señalar que si bien la crisis de precios del petróleo en una economía que el chavismo no supo o no pudo reconvertir y superar impactó de lleno en la vida cotidiana de los venezolanos, hoy que los precios internacionales del petróleo tienden a estabilizarse arrecia la carestía de la vida hacia el interior de Venezuela. Esto se explica principalmente por la guerra económica.

Desarrollan esta guerra las clases empresariales privadas de la derecha anti-republicana, en combinación con la gran banca internacional. Por eso Venezuela ha sido sometida al bloqueo financiero con muy malas calificaciones de las agencias de riesgo (Standar & Poor’s, JP Morgan) siendo este país uno de los más puntuales pagadores de deuda. Se ha montado un cerco, un bloqueo y un boicot de la banca internacional para el acceso a créditos y divisas.

Esto se expresa en acciones pérfidas denunciadas por Maduro, como el abandono de los compromisos contraídos por el City Bank, a través del cual el estado venezolano pagaba todas las cuentas del país para las transacciones en Estados Unidos y en el mundo, lo que demoró la posibilidad de que el gobierno pudiera resolver la importación de alimentos y medicamentos.

El descalabro del mercado cambiario para agudizar la inflación, acciones que sólo pueden realizar grupos poderosos financieros, y la manipulación del mercado cambiario empujando la inflación, ataca de lleno a las políticas de readecuación salarial que define el gobierno.

Así se produce una suerte de vasallaje en el monopolio de esta divisa extranjera a los comerciantes, productores e importadores quienes trasladan el precio al consumidor y al usuario.

6) La posibilidad de la Paz

Según pudimos observar y conversar con distintos analistas políticos en tierra de Chávez, la República Bolivariana de Venezuela enfrenta el desafío de superar esta guerra híbrida planteada desde las necesidades del redespliegue imperialista en la región en combinación con las clases dominantes venezolanas.

El gran desafío es construir la tregua, conseguir la pacificación, en la que no merece hacerse ilusión alguna nadie de que será total, en tanto exista el imperialismo como sistema de producción histórica social.

Hay por lo menos cuatro caminos o planes de construcción de una paz medianamente estable que permitan desarrollar medidas de normalización de la vida cotidiana de los venezolanos.

Uno es el Plan Destituyente, es decir, la culminación del golpe de Estado continuado mediante la renuncia de Nicolás Maduro a la presidencia pero que no resolvería el problema del chavismo en el poder porque debería sucederlo el vicepresidente. Además, los poderes constitucionales CNE y TSJ son definidos por el anti-republicanismo como parte del sistema chavista bolivariano. Es decir, lo que haría falta es la renuncia en masa de los funcionarios del Estado, los cuales esperan poder someterlos a una Justicia readecuada y aggiornada al tiempo de revancha que añora la derecha escuálida. Este Plan no contempla a los sectores populares, no considera a los dignatarios directos de la Revolución Bolivariana que hasta aquí, por prudencia, no han ganado masivamente las calles para defender la República Bolivariana.

Porque si bien es cierto que en comunas populosas como el 23 de enero se han perdido elecciones, no es menos cierto que los cerros y los barrios víctimas directas de la guerra económica tienen muy clara la naturaleza política de la propuesta de la oposición con la que nunca podrían conculcar más allá del descontento que pueda sucederse producto de la carestía de la vida.

Sectores que se reivindican chavistas pero critican a Maduro por su impericia en resolver la crisis y su incapacidad en combatir la corrupción de las propias filas, o eventualmente por haber acertado en combatirla, están pensando en que una posible pacificación venga de la mano del Plan Zamora.

El “Plan Estratégico operacional Zamora” fue presentado en abril por el propio presidente Maduro quien sostuvo que “El Departamento de Estado (EEUU) ha dado la luz verde y el visto bueno para un proceso golpista descarado para la intervención de Venezuela, así lo digo y así lo enfrentaré (…) Frente a este escenario he decidido activar el plan estratégico especial cívico militar para garantizar el funcionamiento de nuestro país, su seguridad, el orden interno, y la integración social, Plan Zamora que me ha sido presentado por el comando estratégico operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB)”.

El presidente anunció activación de la Fase Verde de dicho Plan. Hay quienes piensan en una conmoción interna y una amenaza externa muy grave y sueñan con superar las fases subsiguientes hasta alcanzar el control por parte del Jefe Operacional del Plan, el General Vladimir Padrino López, actual Ministro de Defensa, que desplazaría al presidente Maduro. Cuartelero con terreno, no es un general de escritorio; querido por las tropas y alineado a Diosdado Cabello, quien parecería encarnar mejor que el propio Maduro la herencia de Chávez y que expresa al ala militar de la Revolución Bolivariana.

El General Padrino López se ha mostrado como uno de los más leales al presidente, por lo cual la idea de ser vector de su desplazamiento aparece medio reñida con la realidad, pero en la conmocionada tierra de Bolívar todo es posible desde Páez en adelante.

La implementación radicalizada de dicho plan podría plantearse como una posibilidad transicional con el reaseguro de las Fuerzas Armadas Bolivarianas. Claro que semejante situación es imposible de concebir sin un acuerdo de algún tipo con los Estados Unidos; de lo contrario sería profundizar la inestabilidad y excepcionalidad institucional para ofrecer una excusa al intervencionismo.

La aplicación de dicho plan con o sin Maduro y sin acuerdo con los Estados Unidos redunda en la profundización de la guerra que pasaría ya a un estadio de defensa nacional del tipo sirio.

La otra posibilidad, plantada por quienes piensan en salidas y transiciones, se articula en torno de la Fiscal General y la posibilidad de que encabece una transición que contenga al chavismo y ordene la hidra opositora en una solo lógica institucional.

La propuesta del presidente Maduro ha sido la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.

Ante la ficción del reclamo opositor por democracia, el presidente pergeñó la maniobra ofreciendo más democracia. Así se le arrebató de un saque una de sus principales banderas, que se la ve en figurillas para explicar por qué no acuden al llamado a Asamblea Constituyente.

Algunas críticas que plantearon tienen que ver con que una asamblea no resolverá los problemas estructurales de Venezuela, lo cual es indudablemente cierto. No puede resolver ni la guerra económica, ni el redespliegue imperial ni el sabotaje institucional interno; pero ofrece un escenario democrático de construcción de marcos generales legitimados para intentar resolver estas cuestiones. Como sea, aparece como la propuesta más sensata en el intento de pacificación parcial del país.

7) La imposibiidad de la Paz

“ La Paz en Colombia es la Guerra en Venezuela” nos decía una fuente altamente calificada para el análisis de este proceso de doble impacto.

Siempre se entendió como verdad de perogrullo que la insurgencia colombiana operaba como una suerte de retaguardia estratégica de la Revolución Bolivariana y como contención del injerencismo norteamericano.

Paul Coverdell, relator legislativo ante el Congreso Norteamericano, cuando se presentaba el Plan Colombia definía explícitamente que el objetivo del mismo tenía que ver directamente con el control de Ecuador y Venezuela, dos de las principales (sino las principales) cuencas petrolíferas del planeta.

Cuando los más destacados articuladores de la geopolítica norteamericana definen la etapa de “guerra infinita”, lo que nos están anunciando es justamente que la principal forma de producción política es la guerra, y que eventualmente la política, contrariando en 180º a Clausewitz, aparecerá como continuación de la misma, como momento extraordinario.

Por esto, y porque entendemos que lo que sucede en Venezuela es un plan sistemático de desestabilización en el marco de una guerra de cuarta generación y eventualmente de guerra híbrida, pensar la paz es pensar sólo un momento posible de la política. Se trata de una guerra no declarada por parte de los Estados Unidos, cuya posibilidad de retracción en su redespliegue, es el fracaso continuado que viene sucediéndose de su proyecto de fin de ciclo y de construcción de alternativas de dominación con las (nuevas) derechas.

Hay que entender la victoria de Lenin Moreno en Ecuador a partir de los estragos de la restauración neoliberal que el macrismo operó en Argentina. Del mismo modo, la victoria de Lenin Moreno provoca la agudización de la ofensiva contra Venezuela en la desesperación por contener la reversión del cambio de correlación de fuerzas internacional que habían conquistado. El inminente fracaso de la operación en Brasil, con los escándalos de Temer y la acometida de Lula, son también elementos de contextualización para el aceleramiento del estrangulamiento sobre el proceso bolivariano.

Es una bomba de tiempo y el tiempo corre a favor de los Pueblos. Sólo así se explica la desesperación y urgencias por definir los procesos abiertos.

La posibilidad de intervención extranjera parecería imposible si seguimos pensando en la primavera postneoliberal y fácilmente olvidamos la larga y trágica historia de intervencionismo norteamericano en Nuestra América.

Las nueve bases norteamericanas desplazadas en Colombia configurando un cinturón contrarevolucionario, sumadas a las bases de OTAN en el Caribe -puntualmente las bases de F15 y F16 de Curazao y Aruba a 40 Km de la Península de Paraguaná donde se concentran las mayores refinerías venezolanas-. Son sugestivas las disposiciones, lo que no puede entenderse sino fuera a través de un plan injerencista invasor y apropiador de dicha península en atención a la doctrina de defensa de los intereses vitales ante posibles situaciones de alta inestabilidad política.

Insistimos en que se están subestimando las reservas de subjetividad revolucionaria del Pueblo Bolivariano y de los pueblos todos de Nuestra América. Las demostraciones de las Fuerzas Armadas Bolivarianas comprometidas en el antiimperialismo -milicias de defensa bolivarianas donde se enrolan centenas de miles de venezolanos-, son solo muestras parciales de la enorme capacidad de resistencia que nuestro continente posee para enfrentar una agresión injerencista.

Sostenemos, sin temor al error histórico, que Caracas puede convertirse en la Madrid americana. No nos caben dudas que contingentes de revolucionarios nuestroamericanos están dispuestos a auxiliar al bravo pueblo bolivariano ante un ataque invasor norteamericano.

La gran diferencia es que aquella heroica Madrid luchaba desesperada contra una tendencia histórica que la enterraba. En este caso, la heroica Caracas se mantiene firme a favor del tiempo histórico, que ya está sepultando la era del imperialismo. ¡El mundo ha cambiado, por eso nos vestimos con el optimismo histórico que nos advierte que Venezuela vencerá!

[1] “Revolución Permanente es Proceso Constituyente Permanente. Una mirada de la situación de la política revolucionaria en la Argentina”. Ponencia presentada en el XIII Seminario Internacional “Los partidos y una nueva sociedad”, México DF marzo 2009.

[2] Presentado por Leopoldo López en Estados Unidos el 31 de octubre de 2013, en un restaurante llamado El Arepazo, en compañía de representantes de la organización golpista Fundación Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex). Puesto en marcha luego de las elecciones de 2014.

[3] “Quieren desbolivarianizar Venezuela”. Noticias PIA. 14 de junio 2015. Disponible en http://www.noticiaspia.org/

Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/06/05/el-pathos-tragico-de-venezuela-en-su-laberinto/

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Prueba de cargo contra el capitalismo

Por: Jesús Aller

Sobre estas líneas se muestra la evolución porcentual del PIB para los grandes territorios del planeta entre los años 1 y 2000 según los datos recopilados por el economista inglés Angus Maddison (1926-2010). El gráfico se presenta aquí con escala temporal lineal, y no logarítmica como suele ser habitual, con el fin de poner de manifiesto de forma más clara el carácter excepcional de lo ocurrido a partir del siglo XVIII. Probablemente no exista una imagen que refleje mejor la catástrofe global que supuso la onda expansiva del capitalismo industrial y la opresión colonial a él ligada.

En la figura puede verse que durante muchos siglos las áreas más pujantes fueron China y la India. Europa incrementa su importancia a partir del siglo XII, pero con una posición subordinada respecto a los gigantes asiáticos hasta hace muy poco. La India fue la primera víctima de la debacle y comenzó a desplomarse ya en el siglo XVIII, cuando el imperio Mogol, que había traído una relativa prosperidad al país, inició su declive para dar paso progresivamente a un dominio inglés que destruyó su tejido industrial y lo relegó a la producción de materias primas para la metrópoli. La incorporación de la India al capitalismo se saldó con hambrunas que dejaron decenas de millones de víctimas en la era victoriana, y el descenso siguió en el siglo XX hasta tocar fondo. Sólo tras la independencia se evidencia una débil recuperación, que no se ha de olvidar que llega de la mano de la inserción en la economía global de grandes masas de población en condiciones de cuasi-esclavitud.

El caso de China es ligeramente diferente. Allí, la producción logra mantenerse hasta bien entrado el siglo XIX. En esa época, la dinastía Qing en el poder veía con preocupación el sistema que los británicos habían encontrado para comerciar en el rico y enormemente atractivo mercado chino, que no era otro que la introducción en el país del opio que estaban produciendo en la India, barato y en grandes cantidades. Cuando las autoridades chinas prohibieron este tráfico, que atentaba gravemente contra la salud y las condiciones de vida de la población, la respuesta británica fueron las guerras del opio (1839-42 y 1856-60), que ganadas por ellos supusieron la sumisión colonial de China y el derrumbe de su economía con un ritmo aún mayor que el de la India. Como no podía ser de otra manera, la caída de estos dos gigantes propició la consolidación de Europa como potencia productiva y un ascenso imparable de los Estados Unidos.

Es interesante observar cómo tras su mínimo a mediados del siglo XX, India y China emprenden una subida que es mucho más clara en el caso de China. Como Noam Chomsky recordaba en una ocasión, India y China aportan, de alguna forma, un experimento de evolución de dos economías a partir de una base igualmente desastrosa durante varios decenios y con un modelo de producción capitalista en un caso y centralizada en el otro. El hecho de que con todos sus errores y crímenes, el experimento chino se haya saldado con menos muertes por hambre y con mayores tasas de crecimiento viene a mostrar lo mismo que aprendieron en los años 90 los ciudadanos de la Unión Soviética con su triste experiencia, que por malos que fueran los regímenes de socialismo real, el capitalismo se las arregla casi siempre para ser considerablemente peor.

Angus Maddison dedicó su vida a escudriñar en los documentos del pasado las huellas de la actividad económica, y fue capaz de sintetizar sus estudios en gráficas que muestran la historia del mundo en unas pocas líneas coloreadas. Estos datos, amplia y reverentemente citados en las publicaciones del pensamiento único, se quiere que demuestren sólo la superioridad productiva del capitalismo. Sin embargo, es importante señalar también que esta supremacía se basa únicamente en la rapiña y la imposición bélica, santificadas por una monstruosa cobertura ideológica. Cuando somos conscientes de esto, las curvas de Angus Maddison se convierten en una prueba de cargo decisiva contra la más perniciosa de las doctrinas criminales que ha conocido la historia.

Blog del autor: http://www.jesusaller.com/

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=228138

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Récord de empleo en EEUU

Por: Jorge Castro

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señaló recientemente que el empleo ha adquirido un nivel récord en EE.UU. este año (y lo mismo ha ocurrido en el resto del mundo avanzado), con una pauta de 61% en la franja de 15 a 74 años de edad.

Ha quedado atrás el pico histórico de 2007 (60,8%), que se alcanzó inmediatamente antes de desatarse la crisis financiera internacional 2008/2009, que provocó la primera recesión global desde la década del 30 y creó 46 millones de desocupados en un año.

Agrega OCDE que dos tercios de los puestos de trabajo creados en los últimos siete años tienen un carácter profundamente polarizado. Mientras se han vaciado los del medio de la pirámide económica/social (-9,5 puntos porcentuales), han aumentado 7,6 puntos porcentuales los de la franja de arriba y 1,9 puntos los de abajo.

La polarización responde a causas estructurales: un tercio es obra de la destrucción de empleos industriales provocada por la revolución tecnológica (se han perdido 7,5 millones de puestos de trabajo manufactureros en EE.UU. entre 2001 y 2015) y otro tercio de las pérdidas se debieron al traslado de las operaciones de las transnacionales estadounidenses al mundo emergente (China/México en primer lugar).

Esta transferencia se realizó en la búsqueda de menores costos laborales (outsourcing) como ventaja competitiva crucial en la primera etapa de la globalización, ante todo para las actividades trabajo-intensivas.

La productividad norteamericana no cayó en los sectores de punta en los últimos 10 años (ha crecido 3,5% anual). Solo disminuyó a partir de 2004 en el promedio de la economía (pasó de 2,4% a 0,5% por año), como consecuencia del retraso de las unidades menos productivas, cuya eficacia aumentó 0,3% anual o menos.

La economía estadounidense se sumergió en un proceso depresivo a partir de 2009 (+2,1% anual entre 2009 y 2016); y no fue la obra ni de la caída de la productividad ni de la disminución de la fuerza de trabajo (los baby boomers comenzaron a retirarse a partir de 2010), sino de la drástica reducción experimentada por la tasa de inversión (12,5% del PBI en 2016); y esto sucedió a pesar del récord de rentabilidad de las transnacionales estadounidenses en este período, el mayor en 70 años.

Esta anomalía coincidió con el despliegue de la nueva revolución industrial, que utiliza menos materias primas, fuerza de trabajo y capital, y torna irrelevantes los costos laborales.

Esto ha revertido la tendencia decisiva de la primera fase de la globalización (1991/2008): la búsqueda de los menores costos laborales en el sistema mundial, fuera de EE.UU. El resultado fue que las cadenas globales de producción se extendieron extraordinariamente, y a través de ellas —dentro de ellas— se multiplicó el comercio internacional. Así fue como China se transformó en la primera exportadora del mundo y en la cabeza del intercambio global.

La eliminación de la relevancia de los costos laborales realizada por la nueva revolución industrial es parte de un proceso de reducción sistemática de los costos de producción. La voz de orden ahora de las transnacionales estadounidenses no es más invertir en China, sino en EE.UU. Es lo que se denomina “localización”.

No es solo la potencia retórica de Trump lo que fuerza a las transnacionales a invertir nuevamente en EE.UU. Lo que esclarece la mente de los ejecutivos norteamericanos es el brutal determinismo de los menores costos de producción provocados por la nueva revolución industrial.

La confianza en el capitalismo no es un fenómeno psicológico, sino un sistema de incentivos ineludible en términos de competitividad. Apple produce en China 80% de los equipos de iPhones que vende en el mundo; y ahora ha resuelto invertir más de US$1.000 millones en EE.UU., para crear 6 nuevas plantas industriales y 150.000 puestos de trabajo. “Nada torna a una persona más inteligente que la posibilidad de ser ejecutada en un plazo de dos semanas”, dice Oscar Wilde.

“Localización” es la expresión tecnocrática del reclamo de colocar a EE.UU. primero y hacerlo cada vez más grande. Boston Consulting Group (BCG) afirma que la nueva revolución industrial disminuiría 20%/40% los costos de producción estadounidenses en los próximos 5 años. Productividad y competitividad son ahora sinónimos absolutos en EE.UU.

La regla del capitalismo avanzado ha sido que el capital sustituye al trabajo para aumentar la productividad. Sucede que en el camino se ha apoderado del doble de ganancias que los trabajadores. La productividad aumentó 2,6% anual entre 1991 y 1996, mientras que la retribución laboral aumentó solo 1% por año.

Las transnacionales estadounidenses han sido las grandes ganadoras de la globalización, mientras que la nación americana —encabezada por los trabajadores industriales— ha sido inequívocamente la gran perdedora, tanto en lo económico como en lo social y cultural.

El “fenómeno Trump” nada tiene de casual.

Fuente:https://eju.tv/2017/06/record-de-empleo-en-eeuu/

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Simulacros democráticos argentinos

Por: Emilio Caffasi

Esta semana la política argentina ha vuelto a dar una verdadera exhibición de sus miserias. El jueves venció el plazo para presentar sellos partidarios para las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), aunque sin candidatos ya que el procedimiento establece que serán formalizados 10 días después. A última hora se presentaron exclusivamente todas las opciones de alianzas y alternativas electorales que constituyen cientos en todo el país. Se trata de la primera escala hacia las próximas elecciones legislativas que renovarán parcialmente las cámaras. Sin embargo, el hecho de que se trate de nominaciones partidarias, antiguas unas y novedosas otras, no oculta los nombres de dirigentes que las proponen y organizan, ni los probables encabezamientos de las listas que se propondrán a la ciudadanía en menos de dos semanas. Una primera mirada necesariamente superficial de las alianzas conformadas en cada distrito, dejaría un sedimento de perplejidad ante la diversidad de competencias entre fuerzas que en otras regiones se presentan aliadas. Sólo exponerlas para el conjunto del país, ocuparía todo el espacio de esta página y no haría más que sumar desconcierto. Prefiero intentar comprender las razones de la movilidad a partir de la propia concepción de ciudadanía y representación que esta arquitectura política conlleva.

Las PASO se proponen una intervención del conjunto del electorado nacional en las internas partidarias convertidas en algo muy similar a las “primarias” estadounidenses, aunque aquí tienen un carácter obligatorio. Resultan un “paso” obligado hacia niveles mayores de simulación democrática. Lejos de democratizar los partidos, de garantizar la participación decisoria de sus afiliados y adherentes en la selección de candidatos, se le propone a la ciudadanía, optar por candidatos decididos en transacciones y pactos a puertas cerradas. Su objetivo es disimular (mediante la obligatoriedad y la consecuente disolución del militante informado y comprometido en una masa plebiscitaria indefinible y no vinculante) la crisis de legitimidad y la credibilidad en el sistema. No sólo no amplían la democraticidad del dispositivo electoral, ni partidario ni estatal, sino que alientan la manipulación publicitaria y la ilusión participativa produciendo una suerte de refuerzo imaginario de la legitimidad de los postulantes. El sistema obliga a la “mayoría silenciosa”, a acompañar dócil y pasivamente, todos los entuertos de las oligarquías partidarias. Los partidos dejan de ser colectivos, para ser clientes de los personalismos. La salvedad que podría hacerse es que la obligatoriedad es sólo formal, ya que al menos hasta ahora, si bien están previstas sanciones económicas, no conozco caso en que se hayan efectivizado. Personalmente jamás participé de este simulacro, ya que no milito en -ni adhiero a- partido argentino alguno, sin consecuencia a la vista. Si la tuviera, tampoco lo haría.

Los partidos argentinos conservan ya muy poco de la influencia masiva y participación activa que poseyeron en los años ´70 e inclusive a la salida de la dictadura. Desde la última década del siglo pasado y en todo el actual, sólo mantienen la estructura clientelística con dirigentes “punteros”, asistida por lo que el politólogo italiano Sartori denominó “videopolítica”, estrucurada por la fuerte presencia de los mass-media y sus circuitos oligopólicos. Pero además, la evolución de los partidos sintetizada líneas arriba, ha confluido en esta dinámica. Inducidos a captar electoralmente la mayor masa posible que les posibilite acceder a los cargos, fueron homogeneizando discursos para satisfacer a la mayor proporción posible del mercado electoral. De este modo, se han ido desideologizando progresivamente, lo que se traduce en un tipo de discurso difuso y generalizador, orientado más bien hacia la estrategia seductiva del eslogan que hacia la construcción ideológico–programática de un proyecto de gobierno. Ciertamente no se verifica sólo en el sistema representativo argentino sino que aquí “evoluciona” rápidamente hacia lo que a mediados del siglo pasado el filósofo alamán Leibholz llamaba “democracia plebiscitaria”, en la que predomina el elemento simbólico–personal del líder o en otros términos la opción por el quién gobierna, en la que quedan considerablemente atenuados los restantes contenidos sustantivos de la representación: el qué y el cómo. De este modo, el contenido programático de las propuestas de gobierno de los partidos decae frente a la designación de la confianza en las personas, las estrategias de imagen y los discursos cosmético-simbólicos. Nada de esto resulta en provecho de la democraticidad, sino exclusivamente de la élite política.

Justamente la pregunta sobre “quién” articulará la oposición al devastador gobierno de Macri, resulta el protagonista excluyente de la insólita ingeniería electorera. La principal interesada en encabezarla es la ex presidenta Cristina Kirchner aunque tímidos dirigentes de su propio partido, el “Justicialista” (PJ), se muestran dubitativos cuando buena parte de sus ex ministros han construido otras alternativas. Ante el aparente resquebrajamiento de su otrora indiscutido liderazgo y con el único objeto de evitar cualquier posible competencia, ha presentado una insólita variante propia por fuera de la estructura partidaria que construyó a lo largo de una década: el Frente para la Victoria (FPV) al interior del PJ. Tan sólo para eludir la confrontación con su ex ministro Randazzo (con quién pergeñó, impulsó e implementó este engendro de las PASO) ante la voluntad del último de postularse. El lema llamado “Unidad Ciudadana” (UC) para la provincia de Buenos Aires, es una suerte de frente familiar, integrado por la agrupación “La Cámpora” liderada por su hijo Máximo Kirchner, “Kolina” en manos de su cuñada, la actual gobernadora de la provincia de Santa Cruz, Alicia Kirchner, el “Nuevo Encuentro”, pequeño grupo de un ex intendente antiguamente crítico cooptado durante su gobierno, un partido vecinal del conurbano bonaerense y otro provincial de escasa densidad poblacional. En otras regiones, sin insinuaciones de competencia, se presentan los logos del PJ y FPV unificados.

El quién o posteriormente quiénes, no expresa sólo la disputa caudillista ni el desenfreno de las vanidades, sino que las bancas traen consigo fueros parlamentarios, que si bien no constituyen un reaseguro de plena impunidad ante condena con sentencia firme, complementan la presión sobre el poder judicial, como de hecho sucedió y sucede con el ex presidente Menem, que para obtenerlos y eludir la justicia obtuvo el cargo de senador por el kirchnerismo, habiendo sido su más firme opositor y competidor en la elección de 2003. No es despreciable en un país atravesado por la corrupción pasada y presente.

Lo cierto es que las PASO fueron implementadas por la ex presidenta con el fin, según su ex ministro del interior, al que hoy pretende eludir con su nuevo sello, como un “sistema de selección participativo que va a mejorar muchísimo la calidad de la democracia, la calidad de las instituciones y la calidad de los dirigentes que conducen esas instituciones”. Sin embargo nunca se sometió a él y sólo permitió que en su espacio político se implementara en contados casos provinciales, cuando ambos competidores reconocían su liderazgo. Debe recordarse además que impidió dirimir la última candidatura presidencial por este medio, vetando directamente al hoy pretendido competidor Randazzo para digitar la candidatura de Scioli, con la consabida derrota posterior.

Es así que las PASO sólo fueron utilizadas por la derecha (el PRO, partido del Presidente Macri) mediante la competencia por la candidatura a Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires y por la izquierda radical del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT). Aunque no pueda aseverarse hasta que no sean presentados los candidatos, todo indicaría que en esta oportunidad, el paso de las PASO será sólo una formalidad.

El arreo de la ciudadanía hacia un estéril e ilusorio ejercicio seudo participativo profundizará aún más el mayoritario desinterés por la política. Será llamada a intervenir carente de información sobre los debates políticos internos o las caracterizaciones ideológicas, depositando una boleta en la urna. De este modo, sólo podrá dar cuenta de una ligazón emocional, carismática y personalizada.

Yo paso.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=228072&titular=simulacros-democr%E1ticos-argentinos-

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¿Cacería de brujas?

Por: Rodolfo Bueno

No, Presidente Trump, no son brujas las que cazan sus enemigos, es a usted al que pretenden cazar y es posible que intenten que usted dé su visto bueno al golpe de Estado o al magnicidio que se gesta en su contra. No se explica de otra manera la trampa que le tiende MacCain, quinta columna de su partido en el Congreso, quien, sin presentar la mínima prueba, sostiene que “el proyecto de ley permite finalmente responsabilizar a Rusia por su desvergozado ataque contra nuestras elecciones presidenciales del 2016”.

El método siempre es igual, en este caso se ha creado un bodrio sobre un complot ruso en el que su persona está involucrada; después lo juzgan por ser partícipe de esta ficción. Increíble, son dignos del premio Nobel a la tramoya.

Las sanciones contra Rusia por una supuesta intervención, que deben ser aprobadas por el Congreso estadounidense, van en la realidad dirigidas contra su persona; por eso están ligadas a las sanciones contra Irán, para amarrarle las manos. O las firma, equivalente a que se ponga la soga en el cuello, o no las firma, que casi es lo mismo.

No tienen un pelo de tonto, porque lo meten en un callejón sin salida, pero tampoco de cuerdos, porque dan un paso más hacía el abismo de una nueva guerra civil, cuyos primeros disparos se hicieron en el partido de amistoso de béisbol que jugaban los congresistas y en las peleas callejeras que se dan entre sus partidarios y oponentes.

El método que usan no es político en el sentido de Aristóteles, quien sostiene que “la política es el arte de lo posible”, sino politiquero a la usanza de los bajos fondos, donde todo se embadurna con estiércol, del más apestoso, destinado a caldear a la opinión pública en su contra, más allá de lo caldeada que está ya.

Mientras tanto, el odio irracional crece entre la gente del pueblo, no hay diálogo y menos aún, sentido común. La situación se torna semejante a la que escribía Mao, cuando “una sola chispa puede incendiar una pradera”. ¿Qué hacer? Se diría que meditar y meditar antes de firmar un mamotreto. Si lo firma se habrá adentrado en las fauces del lobo, si no lo firma, la batalla continúa. Si lo firma, tendrá que en adelante firmar todo lo que le presenten, si no lo firma, la batalla continúa. Si lo firma, pasará a la historia como un borrego más, si no lo firma, la batalla continúa. Si lo firma, olvídese de todas sus propuestas electorales, si no lo firma, la batalla continúa.

Pero hay un hecho cierto, independiente de lo que usted haga, el mundo sigue su marcha. Imagínese por un momento que usted lo firmara, Europa no se va a quedar con los brazos cruzados. Eso advierten en un comunicado conjunto los cancilleres de Alemania y Austria, donde sostienen que en el proyecto de ley de EEUU se observa el endurecimiento de las sanciones antirusas, con la finalidad de presionar a los países europeos para introducir en su mercado la venta de gas americano caro en perjuicio del gas ruso. “Las medidas restrictivas que propone Washington claramente contradicen el derecho internacional”, suscriben ambos representantes estatales.

Por su parte, Rusia ha superado ya las viejas sanciones y sabrá neutralizar las que ahora pretenden eliminar su gas del mercado. Al buen entendedor, pocas palabras.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=228066&titular=%BFcacer%EDa-de-brujas?-

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