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Preguntas previas a toda transformación educativa

Por: Profesor Diego Enría

Es hoy lugar común en nuestra comunidad opinar sobre el «Sistema Educativo», juzgándolo con calificativos como: anacrónico, ineficiente, obsoleto, etc. Y la realidad se encarga a diario de confirmar este oscuro diagnóstico.
Se señalan, a título de ejemplos, el «desinterés» de los alumnos (particularmente los de Educación Secundaria); la «precaria preparación profesional» de los docentes; el «escaso presupuesto» destinado a las actividades educativo-culturales; la «burocratización», que asfixia a las instituciones y que traba todo intento de renovación; de la «distancia» cada vez mayor entre la comunidad y la escuela…
Existe, además, un consenso generalizado que reafirma dichos ejemplos, que ha creado, con el transcurrir del tiempo, una actitud de escepticismo colectivo acrítico, que se asume como postura a priori por todos aquellos que, directa o indirectamente, están ligados al quehacer educativo.
Hay coincidencias en el diagnóstico, si bien algunos acentúan más un aspecto que otro. Pero cuando se debate sobre el «medio», no es fácil lograr acuerdos…
El siglo XX nos ha permitido disfrutar de un amplio y profundo desarrollo de las denominadas (genéricamente) «Ciencias Humanas», que nos han otorgado un conocimiento del hombre y de sus relaciones con el mundo, con la cultura, con la sociedad, etc. Y en este contexto, las hoy conocidas como «Ciencias de la Educación» (que muchos, aún, ponen en tela de juicio su «status científico») han experimentado un notable desarrollo. Los progresos conquistados en el campo de la Psicología, Sociología, Antropología, Ciencias de la Comunicación, Lingüística, Ciencias Sociales y de la Cultura, entre otras muchas, han sido capitalizados por los expertos en educación, lo que ha posibilitado el esclarecimiento del «fenómeno educativo».
En nuestro país el auge por las investigaciones didáctico-pedagógicas determinó la creación de importantes centros de estudios superiores, que posibilitan la formación de docentes altamente especializados. Además, son constantes los cursos de perfeccionamiento para educadores, donde se analizan los más diversos temas. Pero, a pesar de todo esto, nuestra educación sigue siendo ineficiente.
Es un error creer que una sola causa origina este pobre nivel educativo. En realidad, podemos nombrar una diversidad de motivos, si bien todos ellos relacionados entre sí (lo que es de por sí lógico). Es evidente que, para que el sistema cambie, debe mediar una decisión de índole política, que hasta el momento nadie ha querido tomar. También es cierto que no todos los docentes adhieren a los proyectos de renovación; y muchos, lamentablemente, no tienen un acceso fácil a los nuevos conocimientos que a diario se originan.
El origen social de la mayoría de los docentes y su posterior formación, subraya cierto individualismo, lo que dificulta un eficaz trabajo en equipo.
Estos, más otros condicionamientos que una lectura objetiva y seria de la realidad nos permitiría señalar, hacen difícil cualquier intento por mejorar el sistema educativo en nuestro país.
Un principio es hoy indiscutible: una realidad tan compleja como nuestra educación, no entra en crisis por una sola razón, sino por una convergencia de factores intra y extraescolares, de muy diversa naturaleza, que poco a poco provocan una situación de crisis.
Pero la crisis que vive hoy nuestra educación no es un hecho aislado.
No es una exageración afirmar que hoy «todo está en crisis». En todo momento histórico, las crisis han representado un profundo sacudimiento de los valores concebidos como tradicionales e inobjetables. Algunos de dichos valores serán suplantados, otros permanecerán, y otros se transformarán…
Esta «atmósfera de crisis generalizada», envuelve desde hace décadas a toda la llamada «cultura occidental», y se ha convertido en una característica ya estable del quehacer educativo, cuestionando y removiendo los viejos valores que dieron sentido a la labor docente y le otorgaron al aprendizaje una profunda significación personal y social.
Pero este fenómeno de crisis generalizada sólo puede ser comprendido desde niveles aún más profundos. Podemos afirmar que lo que hoy está cambiando en la cultura contemporánea, es la «concepción acerca de lo que el hombre es y puede llegar a ser…».
A partir del siglo XVII, las ciencias denominadas «naturales», revolucionaron la idea vigente sobre el mundo. En nuestro siglo, las ciencias «humanas» han renovado (y transformado) la «imagen que el hombre posee de sí mismo…» y de sus relaciones para con la sociedad. En definitiva, y esto es lo importante: «lo que está en cuestión es el hombre mismo…». Parecería que estamos anunciando la «disolución del ser humano…».
El hombre de los inicios del siglo XXI, no sólo está condicionado por la cultura, el trabajo, el lenguaje, etc., sino que es «pensado y definido desde ellos…». Sentimos como una imposibilidad de pensar-nos desde nosotros mismos, en tanto sujetos: nos pensamos y concebimos desde la «estructura», ya sea ésta social, cultural, laboral…
Todo lo mencionado ha llevado a muchos pensadores (particularmente europeos) a proclamar una especie de «muerte del hombre»: sensación que impregna toda la cultura contemporánea: es por ello evidente que, para superar esta cultura de la crisis que nos condiciona, es necesario rescatar en toda su dimensión la «pregunta por el hombre».
Pero, ¿a quién corresponde responder con real fundamento y derecho? Y es la «filosofía» la que se presenta como la ciencia con más derecho propio a responder, dado que la amplitud de su visión y su capacidad de sintetizar coherentemente los resultados de las ciencias particulares, le permite un conocimiento de la problemática humana no sólo comprensivo sino también riguroso. Pero en esto podríamos ir aún más lejos: que la síntesis por ella realizada, además de una organización sistemática de los datos que le brindan las demás ciencias, es también un «juicio de valor», dado que su objeto de estudio -la persona humana- es «suyo» por derecho propio.
Lo antedicho nos coloca ante una exigencia de consecuencias sumamente importantes, particularmente para el quehacer educativo. La «pregunta por el hombre» debería ocupar un lugar de privilegio en todas las discusiones relacionadas a actividades que conciernen al individuo, sean éstas políticas, culturales, sociales, pedagógicas… Es más: debería preceder a la planificación de cualquier actividad referida al hombre, en particular las que conciernen a la acción educativa.
Los técnicos de la educación han logrado avances muy significativos en temas como «metodología de la enseñanza-aprendizaje»; la «adecuación del mensaje»; han perfeccionado la «comunicación educativa», etc. Pero han descuidado notoriamente la reflexión filosófica sobre la «actividad de educar». Cabría preguntarnos si se puede educar sin discutir previamente «¿a quién educamos, por qué educamos y para qué educamos…?».
¿Por qué consideramos de tanta importancia esta reflexión previa? Es muy común que se asuman técnicas o métodos valorados como novedosos. Pero debemos ser conscientes que todos ellos responden a una determinada concepción de aprendizaje, que a su vez es resultante de una visión antropológica determinada, que nos permite comprender y caracterizar «quién y cómo es el sujeto que aprende». Esto es importante concebirlo claramente, porque los métodos y las técnicas de enseñanza-aprendizaje no están revestidos de la neutralidad por algunos pregonada. Si esto no es reafirmado constantemente por los educadores, nos encontramos con situaciones ya conocidas y muy repetidas: creemos estar construyendo en un sentido, cuando en realidad lo estamos haciendo en otro muy diferente.
Afirmamos que es necesario, en cuanto docentes y como institución educativa, definir con claridad y precisión un «sentido», una «intención», una «finalidad», a nuestra tarea. No abrimos aquí juicios de valor sobre cuál debería ser dicho sentido. La «intención» que asumimos personal y comunitariamente condiciona los métodos y las técnicas utilizados en la práctica.
La «Filosofía» debería convertirse en una aliada directa e importantísima de toda reflexión educativa. De ocurrir esto, podríamos comprender, por ejemplo: que las crisis en el campo educativo hay que analizarlas, comprenderlas y enmarcarlas dentro del contexto de «crisis general» de la imagen que el hombre tiene de sí mismo en la cultura contemporánea; y que es imperiosa la necesidad de una «reflexión filosófica» sobre la persona, que preceda a toda acción educadora. La «renovación tecnológica», aunque imprescindible en una sociedad tecnificada como la nuestra, no es suficiente…
Fuente: http://reflexioneseducativ.blogspot.com/2015/05/preguntas-previas-toda-transformacion.html#more
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¿Realidad o ficción la educación universitaria gratuita en la Isla?

Por: Yaritza Santiago Caraballo

Expertos analizan las ventajas y desventajas del modelo que se implantará este año en Nueva York

Obtener un título universitario sin tener que «pagar» matrícula será una realidad este año en Nueva York cuando entre en vigor una nueva política pública adoptada por el estado.

El programa de becas Excelsior, que comenzará en otoño en la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) y la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), permitirá que los estudiantes cuyas familias posean ingresos menores a $125,000 anuales estudien una carrera de entre dos y cuatro años en las universidades estatales «gratis».

Sin embargo, uno de los principales requisitos de esta iniciativa es que una vez los jóvenes se gradúen tendrán que vivir y trabajar en Nueva York durante el mismo número de años que tardaron en completar sus estudios. De lo contrario, deberán devolver el dinero invertido por el estado.

Ante este panorama, surgen varias interrogantes: ¿Podría Puerto Rico emular este modelo?, ¿Es beneficioso condicionar a los graduados a trabajar en el mismo territorio para pagar su deuda?, ¿Podría el estado sufragar los costos?

A juicio de varios expertos en economía, educación y administración pública consultados por endi.com, la medida tiene pros y contras. Y es que, aunque sería beneficioso que miles de estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (UPR) estudien una carrera sin pagar matrícula, las retantes condiciones laborales en el País obstaculizan la retención del talento profesional.

Para el economista JoséAlameda, este programa «tiene sus méritos en Nueva York», ya que los costos de las universidades de Estados Unidos son más altos que en la Isla. En la nación americana, un año de estudios supera el costo de un bachillerato en la UPR, que promedia entre $15,000 y $20,000.

Sin embargo, en Puerto Rico, el escenario es más complicado.

Hoy día, la tasa de participación laboral es baja, de 40% aproximadamente, lo que significa que cuatro de cada 10 personas con 16 años o más tienen un trabajo, según el experto.

“En parte (el programa) sería bueno porque obligas al recurso, una vez termina de estudiar, a servirle a la sociedad que te impartió la educación. Pero tener que quedarte en Puerto Rico es un problema. ¿Quedarme haciendo qué? La situación de empleo en Puerto Rico es estrecha, limitada y muchas carreras tienen mejor ingreso y salario en Estados Unidos”, señaló el profesor universitario.

“Esos estudiantes van a terminar pagando esos estudios cuando empiecen a trabajar en otro país”, agregó Alameda, quien resaltó que un programa de matrícula “gratuita” debería ser voluntario, que los estudiantes decidan si quieren acogerlo o no.

No es una idea nueva

Este tema de política pública no es novedoso. Argentina, por ejemplo, ofrece enseñanza gratuita en las universidades públicas, mas la exención no está condicionada a que el alumno deba permanecer trabajando en el país suramericano.

En el caso de Puerto Rico, los partidos Nuevo Progresista y Popular Democrático también han propuesto una medida similar para la UPR en sus plataformas de gobierno.

Christian Arvelo, exmiembro de la Junta de Gobierno de la UPR y expresidente del Consejo General de Estudiantes de la UPR en Río Piedras, recordó en una columnapublicada la semana pasada que en el 2012 se realizó una consulta en el Recinto de Río Piedras de la UPR sobre cuatro fórmulas de matrícula, siendo la dotación convertible una de ellas. Con la dotación convertible, el universitario toma sus cursos, se gradúa y se compromete en recompensarle al estado lo que este ha invertido en él; pero esta fórmula no prosperó.

“Para muchos, en aquel entonces, la dotación convertible era un concepto novel. Algunos estudiantes no lo entendían y otros lo veían con malos ojos porque se percibía como una limitación a la libertad del estudiantado para expandir sus horizontes fuera de Puerto Rico”, dijo el joven.

“Por ende, lo que hizo el estado de Nueva York no se trata de una matrícula gratuita, se trata de un compromiso de pago por parte del estudiante. Ese pago, sin embargo, no tiene que ser monetario”, expuso Arvelo, quien resaltó que a pesar de ese requisito, ese tipo de estrategia provee una opción para que la educación universitaria sea más accesible.

Necesario un sistema educativo ágil

Por su parte, la secretaria del Departamento de Educación, Julia Keleher, opinó que el éxito de este tipo de fórmula dependerá de un sistema educativo universitario ágil y bien planificado.

“Estamos (en Puerto Rico) en un período de crisis en el cual podemos crear las condiciones y nuevos modelos que apoyarían esa estrategia. Pero empezaría con algo pequeño primero”, manifestó la funcionaria.

Al igual que Keleher, el exsecretario de Educación César Rey apuntó que «sería una medida interesante para implantar en este país» porque la fuga de profesionales no ha tenido freno.

“Con el éxodo significativo que hemos tenido en los últimos 15 años de profesionales y jóvenes en las áreas de medicina, arquitectura, ingeniería, entre otras áreas, este país se está quedando con las personas de 50 años o más. Estamos perdiendo una generación importante”, sostuvo el sociólogo y profesor de la Escuela Graduada de Administración Pública de la UPR en Río Piedras.

“Así que por el momento histórico que estamos viviendo me parece que sería un palo poder pensar que hay maneras de provocar una retención de profesionales en el País”, aseguró.

A su juicio, la Isla necesita retener maestros de inglés y matemáticas, vocacionales, de educación especial, patólogos del habla, médicos especializados, sicólogos escolares, gerontólogos, entre otros. “Hay que mirar lo que nos hace falta, los vacíos”, manifestó Rey.

Pero ante la crisis económica que enfrenta la UPR, ¿puede esta institución sufragar los gastos de matrícula de los estudiantes?, preguntó endi.com.

Yo no lo vería como un gasto, sino como una inversión. Si voy a retener por años a un profesional aquí, estás haciendo una inversión. Además, países que están bien posicionados pasaron por crisis dramáticas, lo que pasa es que decidieron planificar el país y la educación fue la prioridad número uno”, culminó Rey.

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Perú: Urge un solo sistema en la educ. superior

Por: Diario La República

Ya con la Ley Universitaria y la Ley de Institutos solo falta concebir a la educación superior como un solo sistema educativo y no como dos sectores que van de forma aislada. Mientras que en los países desarrollados una persona que siguió una formación técnica puede acceder a los grados universitarios, en el Perú aún esto no es posible. Los estudiantes deben empezar desde cero en los claustros universitarios. Por eso deben existir canales de tránsito del instituto a la universidad.

Hay que ver cómo se incorporan artículos en la Ley General de Educación para que la educación superior sea implementada como un solo sistema educativo.

Un tema importante que trae la Ley de Institutos es la creación de una carrera pública para los docentes. La idea es hacer atractivos los sueldos para tener buenos profesionales, con mucha experiencia. Hasta hace poco ganaban igual que los maestros de escuela.

Fuente:http://larepublica.pe/impresa/sociedad/865829-urge-un-solo-sistema-en-la-educ-superior

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¿Dónde está el negocio de la educación superior?

Por: Williams Alexander Aguirre Antolinez

“Es innegable que al lado de la educación pública coexiste un aparato educativo privado que concentra la mayoría de la cobertura en el país”

Muchos de los derechos de los colombianos han sido acechados desde la década de los noventa por el fantasma de la privatización. Este logró de alguna forma someter a las leyes del mercado los servicios públicos, las pensiones e inclusive, la salud. Así pues, dicho espectro ha venido persiguiendo a la educación superior durante más de 20 años. Sin embargo, el amplio respaldo social que tienen las universidades públicas ha permitido su sobrevivencia tras dos décadas de asfixia financiera. Pese a ello, es innegable que al lado de la educación pública coexiste un aparato educativo privado que concentra la mayoría de la cobertura en el país.

La educación superior en Colombia, en términos generales, se puede financiar de dos maneras diferentes. Por un lado, a través de recursos públicos provenientes del Estado, y por otro, mediante dinero del sector privado. En el primer caso, los recursos pueden ser destinados a la oferta educativa, es decir, dirigidos directamente a las universidades de carácter estatal por medio de transferencias. También, pueden ser destinados a la demanda, lo que se traduce en dirigir los recursos a los estudiantes a través de créditos educativos, becas o subsidios.

El principal argumento expuesto por los partidarios de fomentar la participación del capital privado en la educación superior es esencialmente el mismo que el expresado durante el proceso de mercantilización de los otros sectores. Fundamentalmente dicen que el mercado resulta más “eficiente” que el Estado en la asignación de recursos, retórica que ha calado en un país donde la clase política y los funcionarios sienten muy poco aprecio por lo público. Sin embargo, si bien el Estado colombiano fracasó en el siglo XX en resolver las necesidades de las personas (en aspectos como los servicios públicos y la salud), también es cierto que el mercado no lo ha hecho mejor.

Es importante poder precisar que la educación no se comporta como la mayoría de las mercancías. Los bienes que se producen generalmente cuentan con una estructura de costos que se reduce en la medida que las cantidades producidas se incrementan. Por ejemplo, el costo unitario de producir un par de carros es mucho más alto que el de producir 200 automóviles, es decir, en la medida en que se incrementa la producción resulta más barato producir. La educación funciona con una lógica inversa. Mientras mayor es la cobertura, los costos por estudiante resultan más elevados, porque la ampliación de cupos implica además la expansión física de las aulas, el equipamiento de nuevos pupitres, aumento de planta docente, entre otras cosas.

Además, la tecnología tiene un efecto inverso en la estructura de costos de la educación. Mientras que en una factoría la tecnología tiende a disminuir los costos de producción de las mercancías, en la educación el progreso tecnológico incrementa cada día los costos de conectividad, equipos y softwares. Por ello, podemos afirmar a simple vista que la educación no es un negocio atractivo para los empresarios.

El alto costo de ofertar educación superior es el que genera que en las instituciones que funcionan a partir de dineros privados los precios de las matriculas sean elevados, al punto que solo son posibles de costear para las familias con un alto nivel de renta. Todo ello implica que se reduzca significativamente el mercado de estas instituciones. Entonces, ¿cómo es posible ampliar este mercado a las personas con rentas bajas?

El principal modelo que ha logrado masificar la educación superior privada se basa en la ampliación del crédito educativo, el cual permite que los estudiantes de menores ingresos accedan a la educación con elevados costos de matrícula. Bajo este, se consiguen importantes márgenes de rentabilidad a través de las tasas de interés vigentes en el mercado, lo cual deja ver que el negocio no está en la cobertura, sino en la porción de la misma que se encuentra vinculada a través del sector financiero. Este modelo de financiación (de amplia difusión en los Estados Unidos) genera grandes márgenes de beneficios para las corporaciones crediticias, al tiempo que una amplia inequidad social para los profesionales recién graduados, cuyos ingresos resultan destinados para el pago de sus obligaciones con la banca educativa.

Otra forma de financiación que permite la masificación del acceso a educación superior privada es el del crédito educativo de origen público, que opera generalmente de forma mixta con un sistema de becas y/o subsidios. Su esquema es básicamente el mismo, con la diferencia substancial que el origen de los recursos en este caso es público. Es decir, el Estado prefiere transferir los recursos al sistema educativo a través del sistema financiero, que generalmente termina acopiado por las universidades privadas, en vez de inyectarlos directamente a las instituciones públicas.

La expresión más reciente de este modelo en nuestro país es el programa Ser Pilo Paga, el cual consiste en un sistema de créditos condenables del ICETEX que cubren gastos de matrícula a los cuales pueden acceder los estudiantes interesados en estudiar en instituciones acreditadas de alta calidad. Es preciso mencionar que las matrículas de las universidades privadas por su naturaleza expresan el costo que representa cada estudiante para la universidad, mientras que en las universidades estatales no corresponde al costo total que el estudiante le representa a la institución educativa. Es por esto que un “pilo” en las privadas significa un costo mayor para el Estado, así como un ingreso más grande para la universidad, que un “pilo” en las públicas.

El resultado de la combinación de un modelo que privilegia la financiación, demanda y fomenta el crédito educativo, y la constante asfixia que han sufrido las universidades públicas, en términos de recursos, avizora en el horizonte una profunda crisis de financiación de la universidad pública. Esta se ha venido postergando más por la voluntad individual de las instituciones por resolver autónomamente sus problemas financieros, que por el esfuerzo diligente del gobierno de encontrar solución de fondo a este problema. Al final, la crisis no será otra cosa que el resultado de someter los derechos al interés privado.

Fuente: https://www.las2orillas.co/donde-esta-negocio-la-educacion-superior/

 

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Ciencia, ayer, hoy, siempre.

Houssay no sólo fue un científico brillante. Fue también una mente preclara que supo sumergirse en la cultura y en el fascinante mundo multifacético que circunda a la ciencia y a la tecnología.

Por: Pedro José Depetris.

La Conferencia General de la Unesco proclamó al 10 de abril como el Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología, en honor al natalicio de Bernardo Alberto Houssay, figura suprema de la ciencia vernácula, quien en 1947 recibió el Premio Nobel por sus valiosos aportes en Fisiología y Medicina.

En estos tiempos en que se polemiza sobre la situación y el futuro de la ciencia argentina, sumado a conflictos salariales y a cuestionamientos sobre la calidad educativa primaria y secundaria, resulta aconsejable enfocar nuestra mirada en la figura señera de Houssay, fuente indiscutible de racionalidad e inteligencia.

Houssay no sólo fue un científico brillante. Fue también una mente preclara que supo sumergirse en la cultura y en el fascinante mundo multifacético que circunda a la ciencia y a la tecnología (CyT).

En este espacio, una parte del cual bien podría llamarse “el arte y la política de la ciencia”, Houssay obtuvo para nuestro país una de sus más grandes victorias: la creación, en 1958, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

El Conicet ha sido desde entonces una piedra angular que soporta buena parte del edificio científico y tecnológico argentino. Con los años, y pese a situaciones sociopolíticas no siempre favorables, creció y se impulsó de tal forma que ha arrastrado en su evolución positiva a otras instituciones de CyT nacionales. Inclusive, ha aportado al progreso académico del sistema universitario nacional.

Sin abandonar su visión favorable hacia las aplicaciones de la ciencia y el desarrollo tecnológico, Houssay enfatizaba el valor de la promoción de la ciencia básica o fundamental.

Su discípulo más conspicuo, Luis Leloir, Premio Nobel de Química 1970, lo describió en términos sencillos: “Resulta muy difícil convencer a los gobernantes de que la investigación científica básica merece apoyo. Ellos preferirían lograr el desarrollo de la investigación aplicada sin necesidad de invertir en la básica. Para un científico, esto sería como edificar los pisos altos de un edificio sin construir los de abajo”.

Al conmemorar el Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología y recordar a la personalidad que dio origen a esta celebración, debemos tener presente que es factible trazar un derrotero futuro sólo si conocemos y asumimos el que lo precedió.

Siguiendo las directrices del pensamiento de Houssay, la Academia Nacional de Ciencias (ANC, con sede en nuestra ciudad) y su hermana porteña, la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Ancefn) lanzaron un proyecto conjunto, financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva que culminó, en agosto de 2015, en el libro Estado y perspectivas de las ciencias exactas, físicas y naturales en la Argentina.

Una serie de conclusiones emergieron de este estudio, algunas favorables y otras quizá no tanto.

1) En el período examinado (1997-2012), la inversión argentina en CyT expresada como un porcentual del producto interno bruto (PIB) se mantuvo en torno del 0,5% al finalizar el siglo pasado, decreció en el período 2000-2004 hasta el 0,4% y desde entonces creció en forma sostenida hasta alcanzar el 0,65% hacia el fin del período examinado.

Está aún lejos del 1% del PIB, objetivo buscado desde hace años y ya superado por Brasil (1,21%, en 2012) y por las naciones desarrolladas.

2) La producción científica (publicaciones internacionales) en la que participan autores argentinos fluctuó entre 0,2% y 2%, según las disciplinas. El promedio general se mantuvo en 0,45% durante la última década, después de haber alcanzado casi un 0,6% en 2001.

3) En el ámbito latinoamericano, la producción científica de artículos de y con autores argentinos decreció en términos relativos, de un 20% (en 1996) a un 12,5% (en 2013). Esto es atribuible, en buena medida, al crecimiento numérico de las publicaciones de otros autores latinoamericanos.

4) La proporción de artículos científicos de autores argentinos en coautoría con investigadores extranjeros registra un significativo incremento a partir de la crisis de 2001, trepando desde un 30% hasta alcanzar un 45% en 2014. Esto puede deberse, entre otras causas, a un incremento en la cooperación internacional, aunque también puede ser un factor de importancia la necesidad de contar con apoyo internacional para continuar desarrollando la actividad científica.

Es claro que la investigación y el desarrollo (I+D) necesitan del amparo de una política de Estado que asegure su sustentabilidad en el tiempo, ajena a las fluctuaciones de índole política.

En nuestro país, la investigación científica (sobre todo la básica) es fuertemente dependiente del apoyo del Estado nacional y, en consecuencia, está muy sujeta a los vaivenes económicos que frecuentemente experimenta nuestro país.

En otras palabras, la inflación y la inestabilidad monetaria son enemigos declarados de la investigación en CyT en los países periféricos, como el nuestro.

Los investigadores debemos interpretar las condiciones del entorno que afectan negativamente nuestra tarea y aportar a su solución (para no ser parte del problema), con la buena disposición y el patriotismo que preconizaba don Bernardo, para que la ciencia argentina contemple un futuro promisorio, a partir de hoy y para siempre.

Fuente: http://www.lavoz.com.ar/opinion/ciencia-ayer-hoy-siempre

Imagen: http://staticf5a.lavozdelinterior.com.ar/sites/default/files/styles/landscape_1020_560/public/nota_periodistica/Houssay.jpg

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Todo se vale.

Los defensores de los derechos laborales de los trabajadores de la educación mexiquenses

En tiempos electorales “todo se vale” con tal de ganar el favor de los electores y conservar el hueso. No importa que se prometan las perlas de la virgen, se baje el sol, la luna y las estrellas y los encargados del despacho imperial empleados de primer ralea- entreguen más de 500 millones de pesos en premios y aseguren que los y las maestras importan más que cualquier reforma. Total que el prometer no empobrece, que el dar es lo que aniquila y más cuando se trata de conseguir los favores de casi 250 mil mentores del subsistema de educación obligatoria del sistema público estatal y sus familiares en edad de votar en el Estado de México,  a quienes se les promete defensa en contra de “cualquier reforma”. Pero, si las mercedes imperiales no fueran suficientes, se podría, como lo hiciera recientemente Nuño, recurrir al chantaje y señalar que la “madre de todas las reformas”, la educativa, está en riego, si el Atila del sur llega a la presidencia de la república y priva a niños, niñas y adolescentes de un futuro promisorio que una educación de calidad les traería aparejada y que les permitiría, ser tan competitivos que se convertirían en bocado de cardenal para las empresas multinacionales.

Por: Gustavo Santín Nieto.

A la cruzada en defensa de la heroica reforma educativa, Nuño convoca a las organizaciones aliadas. Mexicanos Primero Asociación Civil y otras similares; a la perniciosa cúpula del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE); a los gobiernos locales encabezados por dos priistas de cepa (Graco Luis Ramírez Abreu y Silvano Aureoles Conejo); a los y las trabajadoras de la educación sin importar su condición gremial; a los medios masivos de comunicación; a la sociedad civil y al clero y a la jerarquía católica; a los legisladores de las dos cámaras; a las madres y a los padres de familia; a la sociedad civil.

Empero y por si algún actor creyese en las lágrimas del cocodrilo mayor y arriara banderas libertarias favorables a las y los maestros que se oponen al quebrantamiento de sus derechos laborales y humanos, de pronto sale el garrote y les recuerda “haiga sido como haiga sido” que lo de Nuño es pura faramalla, que la madre de todas las reformas no está en riesgo. Que la reforma educativa, las leyes secundarias y otras disposiciones relacionadas “con el servicio profesional docente, la formación continua, la evaluación de desempeño y de ingreso al magisterio, así como la autonomía de gestión de los más de 250,000 planteles de educación básica que existen en nuestro país”, se encuentran blindadas por las reformas a los artículos 3 y 73 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y que cuentan con el “aval” de las dos terceras partes de las legislaturas locales. Que de ninguna manera y gane quien gane, se derogarían las medidas adoptadas ya que sería prácticamente imposible, que el Peje se hiciese de las tres cuartas partes del congreso requeridas para lograr una nueva reforma constitucional y que el PRI y el Partido Acción Nacional conservarían los gobiernos y los congresos locales, salvo lo que sucediera en 7 entidades de la nación.

Sin embargo, el miedo no anda en burro y los números en la contienda electoral de la entidad, a la que denominan “la joya de la corona”, obligaría al PRI y a su candidato, a recurrir a medidas algunas extremas, que pondrían en duda la viabilidad de una reforma inconclusa pero largamente acariciada por la oligarquía federal y sus corifeos. Medidas entre las que destacarían declaraciones que justifican la entrega de “subsidios electorales”, previstos según Del Mazo Maza, en programas sociales, mediante los que PRI intentaría comprar el voto de un buen número de electores. Lo mismo que la declaración a través de la que coyunturalmente el candidato del revolucionario institucional, se opondría al titular del ejecutivo así como al encargado del despacho educativo y a la propia reforma, cuando prioriza la defensa de los derechos laborales de “los maestros mexiquenses” por encima de la reforma o del modelo educativo (goo.gl/v4Y12b).

Cuestión de votos, de cuentas, de balances, especulaciones y preguntas. ¿Podría en el Estado de México repetirse la inclinación electoral de maestras, maestros, familiares en edad de votar, madres y padres de familia con quienes tienen contacto, en contra de quien les agravia, conculca sus derechos laborales y les promete pero no les cumple? ¿Serían capaces de votar, como muchos mentores lo hiciesen en Oaxaca y Veracruz, a favor del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y lo convirtiesen en la segunda fuerza electoral, en una posición en la que estuviese cerca de lograr el triunfo presidencial en 2018? Los resultados de las elecciones previas para gobernador en el Estado de México, seguramente motivan la postura que adopta Del Mazo, con la complacencia de Peña Nieto y Nuño Mayer no obstante que les lleve la contra y que con sus postulados fomente una insurgencia magisterial que podría ser similar a la que les causa graves conflictos en Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas.

En 2011, de un padrón electoral de más de 11 millones de votantes, sólo el 44.18% acudió a las urnas y depositó su voto. Tan sólo, más de uno de cada dos sufragistas votó por el PRI (3,018,588), el 61.96%, equivalente a tan sólo 1 de 4 de los votos del total del padrón electoral (11,023,636) para un porcentaje total del 27.38% del padrón. Sólo 1 de cada 5 de los votantes optó por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), es decir el 20.95% (1,020,857), equivalente sólo al 9% de la preferencias de quienes están inscritos en el padrón. Desde 2017, el panorama electoral del Estado de México ha variado y las encuestas electorales indican que las preferencias están parejas entre el PRI, el PAN y MORENA cuestión que torna sumamente atractivo el voto magisterial.

Total que para los novísimos paladines defensores de los derechos laborales de los trabajadores de la educación mexiquenses, el prometer no empobrece, sí en el discurso tengan que enfrentarse con quien se les ponga enfrente. Y como las reformas se encuentran blindadas, si el voto magisterial los lleva la magistratura local, ya habrá suficientes controversias constitucionales que les permitan evadir el cumplimiento de lo prometido. El dar es lo que aniquila.

Fuente: http://www.e-consulta.com/opinion/2017-04-10/todo-se-vale

Imagen:  https://www.neostuff.net/wp-content/uploads/2015/05/reformaeducativa.jpg

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Ética socialista.

Por: Vicente Blanco.

“Sin embargo, para que esto sea posible necesariamente debemos poner en práctica  la Ética Socialista, la cual nos ayudará a desarrollar los principios del Socialismo, o sea la Democracia, la Justicia, la Equidad, la Solidaridad entre otros, y de allí también desarrollar formas organizativas mediante las cuales el pueblo genere capacidad para decidir y transformar la realidad en beneficio colectivo”.   LENIN

          Considero un tema bastante importante a tratar en este proceso de transformación social, pues el mismo juega un papel determinante en las actitudes  de actuación que deben asumir los revolucionarios que se encuentran cotidianamente abocados al logro del sueño de Bolívar  planteado y que se debe consolidar para el fortalecimiento de la soberanía y autodeterminación que como pueblo libre tenemos que mantener como una conquista legada por nuestros antepasados.

         Básicamente, se puede decir que La palabra Ética proviene del griego ethos cuyo significado es costumbre, pero una costumbre ceñida a la moral  y también reguladora del desempeño laboral de las diversas profesiones, para que se enmarquen en unas características que deben poseer para evitar un mal desempeño, de allí los Códigos de Ética de los egresados universitarios para cumplir con su trabajo como por ejemplo el del Contador Público, el Médico Cirujano y el del Periodista por mencionar algunos, pero también en necesario afirmar que debe estar como un componente fundamental, esencial, primordial  e inseparable en el accionar político de todo militante debido a que dentro de una realización de tareas revolucionarias deben aflorar los principios y valores que posee el o la camarada, por la sensibilidad y conciencia social con la que realiza su trabajo buscando con ello el alcance de aspiraciones colectivas.

         Asimismo, es obligante en este caso mencionar el legado ideológico y moral  que nos dejó nuestro Padre Libertador cuando mencionó el 15 de febrero de 1819, en lo que se conoce como una de sus mejores piezas  discursivas “Moral y Luces son los polos de una República” aspectos que sustentan filosóficamente hablando a la Revolución Bolivariana, pues basta con observar los ejemplos de integridad y dignidad que Bolívar nos dejo a los cuales también con mucho respeto hacia el genio de América podemos incorporar los suministrados por otros pensadores latinoamericanos para estar claros en el compromiso histórico que existe.

         Ahora Bien, según  Gramsci “La ética socialista procede de la historia de la emancipación humana, de la lucha de clases y las leyes objetivas del desarrollo continuo de la sociedad, y del impulso creador, transformador de los seres humanos; esto es, de los procesos dinámicos complejos de las relaciones humanas en el desarrollo de la producción de su vida material y espiritual, hacia la satisfacción de sus necesidades materiales, hacia la plena expansión y expresión de sus potencialidades creadoras, hacia la realización de su condición humana integral, solidaria y libre de la vida para la vida.”

         Por ello, en un gobierno socialista, interpretando a ese filósofo italiano, se debe buscar el pleno bienestar para los pobladores hasta alcanzar la suprema felicidad, eso si con un ciudadano plenamente transformado en un ser social, capaz de apropiarse de un pensamiento colectivo de accionar para impulsar de esa manera los valores que se requieren para vivir en sociedad, donde como dijo  Fidel al referirse al  che “el ejemplo” sea la base fundamental que motorice el desempeño de los servidores públicos, para que ellos con su desempeño sean esencia del modelo de hombre y mujer a seguir, en función de las características que debe poseer el individuo  para sentirse realizado en sus aspiraciones fundamentales.

         Ahora bien, ese desempeño  deseado está aun lejos de la conciencia de mucho “revolucionario” que todavía  carece de compromiso con la obra colectiva, con los preceptos y principios éticos  y lo más importante,  la reafirmación de su dignidad como militante de la vida para el alcance de las aspiraciones de la obra colectiva  para identificarse plenamente con los ideales del socialismo y su Ética como un componente primordial, necesario, fundamental, importante, ineludible, inquebrantable  e inmediato de la acción política que debe acompañarlo para la reconstrucción de la patria de Bolívar como compromiso impostergable de la de Revolución Bolivariana y el Sur a seguirse en  el marco que debe acompañar la actuación de cada militante de la lucha por un mundo mejor, máximo cuando se ejercen funciones de gobierno a cualquier nivel, pues son el centro de atención del común de la población por ello el decoro, altruismo, desprendimiento y la entrega deben ser una condición en cada hombre y en cada mujer que acompañen con mística y convicción de militante las gestiones que se realicen como accionar para brindar a los venezolanos un mejor país con una profunda creencia en sus dirigentes políticos revolucionarios.

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