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Árabes asfixiados.

Si la economía y la educación no van bien, los conflictos armados están en apogeo.

Por: Moises Naim.

En los 22 países que conforman el llamado mundo árabe vive tan solo el 5 % de la población mundial. Pero en esos países se produjo el 68,5 % de las muertes que hubo en el mundo por combates armados, se originó el 57,5 % de los refugiados y el 45 % de los ataques terroristas globales (cifras del 2014).

Estas son algunas de las aterradoras realidades que documenta ‘El informe sobre el desarrollo humano en el mundo árabe’, que es producido por el programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).

 Sorprendentemente, el foco de este informe no es la guerra. Es la juventud.

Y esta es una región donde no es posible hablar de los jóvenes sin tomar en cuenta el devastador efecto que los conflictos tienen sobre su presente y su futuro.

Es muy apropiado que el tema del informe sean los jóvenes. Dos tercios de la población árabe tienen menos de 30 años y la mitad de ellos, entre 15 y 29 años. Es el grupo humano con el mayor índice de desempleo del mundo y, dentro de ese grupo, quienes tienen las peores perspectivas de conseguir trabajo son las mujeres jóvenes. El promedio mundial del desempleo entre las jóvenes es 16 %. En los países árabes es el 47 %. Según el Banco Mundial, en los próximos tres años los países árabes tendrían que generar 60 millones de nuevos puestos de trabajo para absorber a los hombres y mujeres que buscarán empleo por primera vez. El informe del PNUD explica que el problema no es solo que las economías árabes no generan suficientes empleos para absorber a estos nuevos trabajadores jóvenes, sino que sus sistemas educativos, que están entre los peores del mundo, no les dan ni conocimiento ni destrezas.

Pero si la economía y la educación no van bien, los conflictos armados están en apogeo. Actualmente, 11 de los 22 países árabes están en guerra. Más aún, la gran mayoría de la población del mundo árabe vive en países que recientemente han sufrido conflictos armados, aún los sufren o tienen un alto riesgo de verse involucrados en uno. De los 350 millones de personas que allí viven, 70 millones están en Sudán, Yemen y Somalia. Otros 67 millones viven en Siria e Irak. Así, entre 1988 y el 2014 el gasto militar de la región aumentó dos veces y media y el gasto per cápita en armamentos llegó a ser 65 % más alto que el promedio mundial.

El Informe sobre el Desarrollo Humano en el Mundo Árabe también documenta las pocas oportunidades económicas que tienen los jóvenes, los muy defectuosos servicios de salud y educación que reciben, la discriminación contra las mujeres y la asfixia política de todos ellos. Este último es un factor crítico que nutre las frustraciones y la desesperanza. Para la mayoría de ellos, el futuro solo está fuera de su país.

Es importante destacar que el primero de estos reportes del PNUD sobre la situación de los países árabes fue publicado en el 2002 y rompió dos tradiciones: la primera es que los estudios críticos sobre la región fuesen predominantemente producidos por expertos extranjeros. La segunda, que la repuesta automática de políticos y líderes de opinión árabes a las críticas sobre la situación de sus países es la de culpar al resto del mundo. En cambio, desde ese primer reporte del 2002, cada año un grupo de respetados expertos árabes ofrece una nueva perspectiva sobre los problemas y sus posibles soluciones.

Los autores no dudan de que muchas de las tragedias del mundo árabe sean secuelas del colonialismo, el imperialismo, la Guerra Fría o la de intervenciones armadas de EE. UU. y Europa que derrocaron las dictaduras en Irak y Libia, por ejemplo. Y también saben que las potencias extranjeras sometieron (y siguen sometiendo) la región a sus intereses y conflictos. Pero la novedad de estos reportes es que reconocen que muchos de los problemas de la región son hechos en casa. Y que, por tanto, pueden ser aliviados cambiando algunas de las condiciones que no son producto de la influencia extranjera, sino de las realidades locales.

Como pasa con todos los informes de organismos internacionales, hay temas que este informe del Pnud prefiere, pragmáticamente, ignorar. Quizás el más importante es el impacto que tienen sobre millones de jóvenes árabes las dictaduras depredadoras y las monarquías corruptas que los asfixian.

Fuente: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/moises-naim/arabes-asfixiados-19-03-2017-69176

Imagen: http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2017/03/18/vinetas/1489854259_325222_1489857776_noticia_normal.jpg

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Reforma educativa.

Por: Marco Antonio Berrelleza.

El 15 de marzo de 1885, durante su primer informe de gobierno,  Francisco Cañedo expresó que la educación en Sinaloa avanzaba, y que el Colegio Rosales “no dilatará en producir alumnos que hayan concluido sus carreras de abogados, ingenieros, escribanos públicos y otras. “Últimamente, el ejecutivo se ha propuesto comprar un edificio para destinarlo al Colegio Rosales, y dedicar donde hoy se encuentra al servicio del Palacio de Gobierno”.

En efecto, Cañedo se quedó con el edificio de La Tercena, local hoy ocupado por el Archivo General del Estado de Sinaloa, en la calle general Antonio Rosales. Tres días más tarde, el 18 de marzo, Cañedo reforma el artículo 82 de la Ley de Instrucción Pública de 20 de diciembre de 1881, en los términos siguientes: “Si los que no habiendo sido alumnos del Colegio Nacional Rosales, ni estando en el caso de la segunda parte del artículo anterior, quisieran comprobar su aptitud en alguno o todos los cursos preparatorios y profesionales, pueden en todo tiempo solicitar el respectivo examen, que les será concedido, sin sujetárseles en él a determinadas obras de texto”.

Esto significaba que cualquier persona podía obtener incluso un título en el Colegio Rosales siempre y cuando demostraran mediante dos exámenes, teórico y práctico, sus conocimientos en el ramo a que aspiraran ser calificados.

Fuente: https://www.debate.com.mx/opinion/Reforma–educativa-20170317-0254.html

Imagen: http://alejandrabarrales.org.mx/wp-content/uploads/2015/05/alejandra-barrales-reforma-educativa.jpg

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¿Revolución educativa? No hay manera

Por: Laura Castro Golarte.

Esta semana se presentó el modelo educativo que entrará en vigor en el ciclo escolar 2018-2019. La verdad no sé a qué le apuesta el Gobierno federal. No es más que un reciclaje del dizque modelo educativo 2016 y un teatro ni siquiera bien montado para justificar mediocridad e ineptitud.

A ver, vamos por partes. Como he escrito y dicho antes, el rezago educativo en México es uno de los pendientes más añejos y urgentes porque desde hace más de 70 años los gobiernos autoritarios decidieron adoctrinar en lugar de educar y gradualmente, como si se hubieran puesto de acuerdo (luego por eso tienen tanto éxito las teorías conspiracionistas), le fueron restando calidad reforma tras reforma, sexenio tras sexenio.

Al mismo tiempo el sindicato de maestros se fortalecía y se convertía en uno de los sectores más poderosos del PRI, capaz de ejercer presión para obtener beneficios para la cúpula sindical vía el uso de los docentes como carne de urna. Con el acceso precario y deficiente a esquemas más democráticos, la alternancia por ejemplo, se registraron cambios político-sindicales que ahora tienen a una de las mujeres más corruptas del mundo en la cárcel, a Elba Esther Gordillo; pero fue por cuestiones políticas, no para hacer justicia, y la prueba más contundente es que ahora el comité directivo del SNTE es un cero a la izquierda. En realidad, peor que eso, porque a sus representados los ha dejado solos mientras goza de la administración de las cuotas sindicales y otros mecanismos para el enriquecimiento por nada.

Con una rimbombancia que hasta parecía de verdad, el Gobierno de Peña Nieto anunció las grandes reformas estructurales para su sexenio, entre ellas, la educativa que, como sabemos, se redujo a una cuestión laboral que afectaba seriamente a los profesores particularmente a los que son trabajadores y no se prestan para ser comparsas del sistema, maestros incómodos pues; y luego, fue un operación ahora sí que trapera, porque si los maestros están mal capacitados es porque provienen de un sistema deliberadamente deficiente creado por el mismo Gobierno sexenio tras sexenio; y ahí está el gravísimo e irresuelto conflicto de la educación normal.

En realidad los profesores, la mayoría, los de verdad, son víctimas del sistema; y los demás, se han adaptado tan bien que se conforman y son mediocres y desobligados, ahí tienen a los comisionados, a los que tienen doble y triple plaza y a los aviadores.

La corrupción y la descomposición alcanzan niveles inconmensurables y en este panorama desolador una vez más pretenden vernos la cara (tristemente en muchos casos lo consiguen) con un modelo educativo que ¿cómo dijo? “Ese es el Sistema Educativo que veo hacia adelante, y por el que trabajamos todos los días para hacerlo realidad” si bueno, el mismo que ya habían dicho que privilegiaría los recursos pedagógicos para que el alumno “aprenda a aprender”; para que “la escuela sea el centro de la transformación educativa” (¿y antes cuál era el centro?); para asegurar “equidad e inclusión” en el Sistema Educativo Nacional (desde hace varios años esto ya estaba definido y se ha llevado a la práctica con grandes dificultades, tendrían mejor que atender cómo se está implementando); el que le dará “alta prioridad a la participación de todos los actores involucrados” (¿todos? ¿quiénes? ¿están todos los que son y son todos los que están?) y para cerrar con broche de oro, el “nuevo” modelo “fortalece la formación y el desarrollo profesional docente”.

Hablan como si se partiera de cero, como si no viniéramos de todo un sexenio de cuestionamiento puntual y constante a las malas decisiones que se han tomado desde el Gobierno, con un secretario que dice “ler”, un Presidente que a lo mejor sí sabe, pero no lo hace; recursos docentes desdeñados y abusados y un sindicato que sólo sirve para el enriquecimiento cupular.

¿Y el modelo que se presentó en 2016? ¿Alguien sabía de los foros a los que se dizque convocó desde 2014? ¿Se van a estar cambiando el modelo ciclo tras ciclo o de qué se trata? Nada nuevo, mucho menos revolucionario y no creo que efectivo.

El reciclaje es burdo, presentan como nuevo y de “vanguardia” un modelo gastado y reciclado mientras un día sí y otro también, se siguen descubriendo fosas clandestinas y restos de seres humanos en Veracruz en una de las realidades más espeluznantes y dolorosas que la corrupción en México nos prescribe. No puede ser que se mantenga la imagen de un México casi perfecto y en el mundo se sabe de estos horrores.

Alguien que no reconoce esta ni otras realidades terribles, que simula que todo está bien, no puede emprender cambios, ni reformas, mucho menos revoluciones educativas en las que podamos creer o confiar. No hay manera.

Fuente: http://opinion.informador.com.mx/Columnas/2017/03/18/revolucion-educativa/

Imagen: http://pe.globedia.com/imagenes/noticias/2013/9/17/revolucion-educativa-mexico-brasil_1_1837469.jpg

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Problemática educativa en Latinoamérica.

Por:  Miguel Mendez Rodulfo.

Las pruebas Pisa y las pruebas Timss (la otra gran evaluación internacional de educación), así como las pruebas Serce y Terce de la Unesco, además de las pruebas Simce, todas ellas evaluaciones que miden la capacidad de los alumnos para resolver problemas, revelan que la desigualdad de origen es el gran desafío para la educación en América Latina, ya que si los alumnos provienen de familias con recursos tendrán acceso a una buena educación; pero si no, recibirán una enseñanza de poca calidad. En Latinoamérica hay dificultades para estimular el deseo en los estudiantes a participar, a entusiasmarse con lo que aprenden. Los estudiantes de la región no resuelven problemas de la vida real y muchos jóvenes no aprecian que lo que aprenden vaya a ayudarlos en la vida. La población estudiantil joven de América Latina, en  comparación a los de otros continentes, resuelve mal los problemas prácticos y cotidianos. En el subcontinente los libros de texto son más voluminosos que en los países desarrollados; también, es común en nuestra región que si los estudiantes no aprendieron un tema en un determinado grado, esa carencia sigue afectando a los alumnos en los siguientes niveles, porque esa falla no se subsana; además, es un hecho que el acceso a la educación preescolar en América Latina debe mejorarse sustancialmente.

En el subcontinente hay más pobreza, desigualdad y desintegración familiar que en los países del norte; además, se invierte menos en educación, en la atención de los alumnos y en la formación docente. Hay más violencia en los hogares y los padres tienen menor nivel educacional. Mayor cantidad de niños viven en condiciones desfavorables, que infantes de naciones desarrolladas. La infraestructura y el equipamiento de los colegios suelen ser precarios; el uso de tecnologías digitales es limitado o inexistente; el tiempo dedicado al aprendizaje escaso; la disciplina excesivamente autoritaria o ausente, y las políticas educativas de los gobiernos son inestables, mal diseñadas y su implementación y efectos poco evaluados.

No obstante este diagnóstico, modelar sobre prácticas exitosas de otros países, siempre mejorará las cosas. Es un hecho que los sistemas con mejor desempeño se enfocan en tres cosas: demandan rigor, es decir, el nivel de exigencia a los alumnos es muy alto; se enfocan en aprender pocas cosas, pero muy bien, y promueven la coherencia, o progresión en el aprendizaje, esto significa que primero se aprende algo muy bien, luego se comprende, y por último se progresa al siguiente paso. En naciones con buenos sistemas educativos, hay una apertura hacia la experimentación creativa, como por ejemplo: si una escuela es mejor puede recibir más dinero, pero debe usar esos montos para ayudar a otra escuela con malos resultados; hay países que tienen como política enviar profesores buenos a colegios en desventaja; en otros Estados un subdirector de un colegio muy bueno que quiere convertirse en director, tiene primero que probar la capacidad dando un giro de 180 grados a un colegio con problemas. Una estrategia infalible en el ámbito educativo es realzar socialmente la profesión de maestro; que sea mucho más atractiva intelectualmente, lo que significa ofrecer más oportunidades para que los profesores colaboren, e invertir más en la profesionalización, enviando cada maestro a 100 horas de actividades o cursos de desarrollo profesional por año. Sin embargo, el mejor entrenamiento para los maestros tiene lugar en los propios colegios, observando buenas prácticas y aprendiendo de los mejores maestros. Es posible mejorar los resultados del aprendizaje, pero para ello se requiere un esfuerzo concertado de la Nación: del gobierno y los colegios, de las familias y autoridades locales, de los empresarios y universidades, de la sociedad civil y de organizaciones no gubernamentales y, prioritariamente, de los docentes y sus alumnos. Se requieren políticas de largo plazo, estables, coherentes y dotadas de suficientes recursos.

Fuente: http://www.analitica.com/opinion/problematica-educativa-en-latinoamerica/

Imagen: http://www.analitica.com/wp-content/uploads/2016/02/Diplomado-de-Educaci%C3%B3n-770×500.jpg

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El Modelo Educativo y el Artículo Tercero

Miguel Ángel Casillas

Además de constatar que el Modelo Educativo presentado por el Secretario de Educación hace unos días llega tarde como señala Rodolfo Ramírez; que comprende un listado de buenos propósitos que casi todos podemos compartir; de coincidir en la exigencia hacia las autoridades para que indiquen qué y cómo recuperaron la gran cantidad de aportaciones que derivaron de la discusión realizada en los últimos meses; y antes de revisar a detalle todos los contenidos propuestos, quizá un ejercicio elemental es observar el grado de congruencia del Modelo Educativo con los preceptos constitucionales.

Dice el artículo tercero:

La educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente, todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia.

El Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos.

I. Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, dicha educación será laica y, por tanto, se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa;

II. El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios.

En orden de prelación, la fracción primera es ineludible, se establece expresamente que la educación será laica. Por tanto, en un sentido de congruencia, el Modelo Educativo debería expresar un compromiso fuerte con el laicismo y formular un proyecto educativo en ese sentido.

Sin embargo, esto no sucede así. Si buscamos alguna referencia al laicismo o a la educación laica en el cuerpo del documento del Modelo Educativo no encontraremos más de tres breves y dispersas referencias en las páginas 188, 201 y 211. Sólo al final del documento, como referencia a la ley y como parte de un glosario. A los redactores del Modelo se les olvidó el laicismo y no refieren a él como un principio estructurante del proyecto educativo nacional.

La fracción segunda es clara, ineludiblemente la educación debe estar basada en los resultados del progreso científico. Por tanto, al igual que respecto del laicismo, el Modelo Educativo debería establecer con claridad su proclividad hacia el pensamiento y el conocimiento científico.

Sin embargo, en el cuerpo del texto del Modelo sólo aparece una breve referencia al pensamiento científico en la página 62 y en el glosario del final aparecen las voces conocimiento interdisciplinar y conocimiento, que se define de la siguiente manera:

Conocimiento. Entendimiento teórico o práctico de la realidad, elaborado por la sistematización de las experiencias adquiridas en diversos ámbitos de la vida. Producirlo conjuga las capacidades de percibir, asimilar, razonar y recordar. Cada persona construye el conocimiento en relación con su ambiente físico y socioemocional. P 203.
Ni una referencia al conocimiento científico.

En el glosario también se definen las voces pensamiento analítico, pensamiento complejo, pensamiento crítico y pensamiento creativo. En ninguno de los cuatro casos se hace referencia al pensamiento científico, a los procedimientos, valores, metodologías y criterios de rigurosidad que caracterizan a la ciencia.

Ambos olvidos son graves, evidencian en el mejor de los casos un descuido inexcusable. Los dos pilares sobre los que descansa el proyecto educativo nacional definido por el Constituyente están fuera de los fundamentos y de las definiciones sustantivas del Modelo Educativo del gobierno federal.

Sin laicismo explícito y sin fundamento en el pensamiento científico el Modelo Educativo abre la puerta a cualquier cantidad de intentos por vulnerar los principios constitucionales. Esto es inadmisible ahora que conmemoramos el centenario de la Constitución, en estos días aciagos en que el pensamiento científico está siendo negado por el nuevo fascismo norteamericano, y cuando observamos la intolerancia de las religiones frente al progreso y a la evidencia de la ciencia.

Para ser congruente con la Constitución, el Modelo Educativo debe declarar abiertamente y sin tapujos su adhesión al laicismo y fundamentar la enseñanza en la ciencia y en sus procedimientos.

 

Fuente del Artículo:

El Modelo Educativo y el Artículo Tercero

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La educación moderna llega a México

Roberto Rodríguez

Comenzó a circular esta semana la versión final del documento “Modelo educativo para la educación obligatoria”, bajo el lema “Educar para la libertad y la creatividad”. El texto consiste en un volumen de 216 páginas y se desglosa en cinco grandes apartados: el planteamiento curricular, la escuela al centro del sistema educativo, formación y desarrollo profesional de los maestros, inclusión y equidad, y la gobernanza del sistema educativo. Cuenta, además, con una sección introductoria, y un capítulo conclusivo, titulado “reflexiones finales: un modelo educativo para el siglo XXI” (documento completo PDF).

El documento viene a reemplazar al publicado el año pasado bajo el título “El modelo educativo 2016” (documento completo PDF), que fue objeto de diversas críticas de especialistas y maestros. Para mejorar el planteamiento del año pasado se organizaron diversos foros y consultas, en agosto y septiembre, cuyos resultados fueron sistematizados por el Programa Interdisciplinario sobre Política y Prácticas Educativas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (documento completo PDF). En la presentación del documento de 2017 se describen las principales diferencias entre el ME-2016 y la nueva versión.

Se indica, al respecto, que esta última desarrolla en forma más sistemática la articulación entre los niveles de estudio, que se explaya en la definición de los perfiles de egreso de cada nivel, y que reconoce la diversidad de los contextos en que se desarrollan las prácticas educativas dando énfasis a la necesidad de adecuar el planteamiento curricular a las escuelas rurales, las comunitarias, las multigrado, las telesecundarias y telebachilleratos, así como a la situación educativa particular de las familias de jornaleros agrícolas y de migrantes.

La introducción inicia con un marco histórico que busca fundamentar la idea del tránsito de un sistema educativo centralista e inflexible a otro, de nuevo cuño, que pretendería reemplazar dicho modelo por otro en que la escuela queda al centro del sistema. Este planteamiento, en la práctica, se concretaría si ocurren los dos supuestos del nuevo modelo educativo: participación de las escuelas en la definición del currículum y efectiva gestión escolar autónoma. Por ahora son apuestas.

Hay que decir que el planteamiento histórico del tema es, al igual que en la primera versión, más bien pobre, que omite varios puntos de inflexión críticos en el desarrollo de nuestro sistema educativo, y sobre todo que, una vez más, prefiere no reconocer que el “nuevo” planteamiento curricular se basa, principal y mayoritariamente, en los planteamientos de la Reforma Integral de la Educación Básica aprobada en 2011 a través del Acuerdo 592 de la SEP (documento completo PDF).

El contraste entre este modelo y la RIEB era importante no para reconocer el alcance educativo de la mancuerna SEP-SNTE durante los gobiernos del PAN sino para que los maestros y los demás interesados tengan claro en qué aspectos se modifica el currículum vigente y la nueva propuesta. Un solo párrafo de la introducción da por saldado ese elemento: “en 2011 se planteó la Reforma Integral de Educación Básica como una política de formación integral de los estudiantes a partir de un perfil de egreso con aprendizajes esperados. Sin embargo, esas modificaciones curriculares (nota: que siguen presentes en el “nuevo modelo educativo”) resultaron superficiales debido a que los cambios necesarios en la gestión del sistema educativo y en la formación de los docentes no fueron suficientes para dar cabida a una verdadera transformación educativa” (pág. 37). Lo dicho, lo nuevo es la autonomía escolar (cuando ocurra), lo demás es lo que ya se había modificado.

En los años sesenta del siglo pasado ocurrió una transformación de gran calado en materia educativa: la adaptación de las ideas de teóricos como Montessori, Decroly, Freinet, Piaget, Ausubel y otros que, en abierta crítica a la enseñanza de tipo conductista, pugnaban por una renovación pedagógica y didáctica centrada en las necesidades de aprendizaje de los alumnos, en su activa participación en los procesos instruccionales, así como en la importancia de la experiencia práctica para el dominio de los conocimientos. En paralelo a esta vertiente, inspiradora del nuevo modelo curricular en nuestro contexto, se desarrolló otra, que sería conocida como pedagogía crítica, cuyos represente más señalado, en esa época, era Paulo Freire. ¿Qué de esta vertiente está recogido en el planteamiento de la SEP?, muy poco, casi nada.

¿Laicidad o humanismo?

Una última observación, de primera lectura. Hay algo que falta y es muy significativo: un desarrollo conceptual sobre la laicidad, tema clave en la definición educativa de nuestro país. Es una ausencia evidente, valga el oxímoron. Al revisar el texto del modelo educativo versión 2017 con el buscador de palabras, sólo una vez (sin contar la sección de glosario) aparece el término laico, y solo para señalar que el nuevo planteamiento curricular “implica un planteamiento renovado que asegure la vigencia de la educación laica, gratuita y de calidad que imparte el Estado” (pág. 187).

El lugar semántico de la laicidad es entonces ocupado, en el nuevo modelo educativo, por la noción de educación con sentido “humanista”, lo que quiere decir, de acuerdo al documento, sensible a los derechos humanos, respetuosa de la diversidad y protectora del medio ambiente, entre otros aspectos. Pero ojo: el énfasis en los derechos humanos, la educación incluida en ellos, no proviene propiamente de la tradición humanista, sino del liberalismo ilustrado. No es esta una cuestión menor, todo desplazamiento ideológico tiene causas y consecuencias.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/la-educacion-moderna-llega-a-mexico/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2017/03/58c7707f12411.jpg

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Europa debe regresar a la escuela del mundo, como alumna

Boaventura de Sousa Santos

Europa tiene que regresar a la escuela del mundo y de su diversidad infinita. Para aprender, tiene que estar dispuesta a desaprender muchas de las concepciones sobre sí misma y acerca del mundo no europeo que la trajeron hasta aquí, a este momento de grado cero de innovación social y política en que está.

Un sentimiento de agotamiento histórico y político recorre Europa y el norte global en general. Tras cinco siglos de imponer soluciones al mundo, Europa parece incapaz de resolver sus propios problemas, y entrega su resolución a empresas multinacionales a través de acuerdos de libre comercio, cuyo objetivo es eliminar los últimos resquicios de cohesión social y de conciencia ambiental adquiridos después de la Segunda Guerra Mundial.

En Estados Unidos, Donald Trump es más una consecuencia que una causa de la descomposición de un sistema político altamente corrupto, disfuncional y antidemocrático, donde el candidato más votado en elecciones nacionales puede ser derrotado por el candidato que obtuvo 3 millones menos de votos de los ciudadanos. Domina la convicción de que no hay alternativas al estado crítico al que se llegó.

Los líderes mundiales, reunidos recientemente en el Foro Económico de Davos, reconocieron que los ocho hombres más ricos del mundo acumulan tanta riqueza como la mitad de la población mundial más pobre, pero no por ello les pasó por la cabeza apoyar políticas que contribuyan a redistribuir la riqueza. Por el contrario, instaron a los desgraciados del mundo a mejorar su desempeño para ser ricos el día de mañana.

Mientras tanto, los instrumentos de análisis y comunicación social global de que disponemos nos impiden ver que fuera de Europa y de los países del norte global hay mucha innovación social y política que podría servir de estímulo para buscar nuevas soluciones globales que garanticen un futuro políticamente más democrático, socialmente más solidario y ecológicamente más sostenible. Curiosamente, algunas de estas soluciones han partido de ideas y experiencias europeas (aunque abandonadas por Europa) reinterpretadas y reconfiguradas a la luz de los diferentes contextos concretos y liberadas de dogmas y ortodoxias. Al mismo tiempo, Europa parece encoger, mientras que el mundo no europeo se expande. El futuro del mundo será mucho menos europeo de lo que lo fue su pasado.

Sería lógico pensar que Europa tiene gran interés en conocer mejor lo innovador que está emergiendo en el mundo. Pero para ello Europa debería estar dispuesta a interrogarse sobre la forma en que a lo largo de la Era Moderna se vio como maestra del mundo e imaginarse a sí misma como alumna del mundo, como coaprendiz del futuro junto con otras regiones y culturas del mundo. Resulta que Europa tiene grandes dificultades para aprender de las experiencias no europeas, sobre todo cuando tienen origen en el sur global, debido a un persistente prejuicio colonial. Al y fin y al cabo, ¿cómo podría Europa beneficiarse de experiencias de “regiones y culturas más atrasadas”, soluciones que, además, remiten a problemas que Europa supuestamente resolvió hace tiempo?

¿Cómo vencer este prejuicio y crear una nueva disposición para aprendizajes mutuos a escala global? Para responder necesitamos dar un paso atrás en el tiempo. El periodo álgido de Europa como poder global e imperial terminó en 1945. Cuando los países periféricos del sur global, muchos excolonias europeas, se volvieron independientes y trataron de escribir su propia historia en un mundo posteuropeo, el camino fue accidentado, con Europa y Estados Unidos cuestionando cualquier intento de desvinculación del sistema capitalista y la Unión Soviética rechazando cualquier alternativa que no fuera la suya.

El movimiento de los no alineados, iniciado en 1955 con la Conferencia de Bandung convocada por los presidentes Nehru (India), Sukarno (Indonesia), Nasser (Egipto), Nkrumah (Ghana) y Tito (Yugoslavia), fue la primera manifestación de la intención histórica de diseñar un camino más allá de la visión bipolar y contradictoria que Europa ofrecía al mundo, ora liberal y capitalista, ora marxista y socialista, dos sistemas poco sensibles a las realidades extraeuropeas, y ambos con exigencias de lealtad incondicional. Esta dicotomización en los asuntos mundiales, dramáticamente ilustrada por la Guerra Fría, planteó dilemas políticos irresolubles a las nuevas élites políticas del sur global, incluso a las más distanciadas de la cultura occidental capitalista y comunista, que veían en ambos sistemas trampas gemelas basadas en la supremacía del “hombre blanco”.

Pero el movimiento de los no alineados fue neutralizado por el neoliberalismo global y la caída del muro de Berlín, y el llamado Tercer Mundo se diversificó hasta el punto de perder contenido. No obstante, esto no impidió que nuevas soluciones siguieran siendo diseñadas y ejecutadas. Siempre que cuestionaran el dominio del norte global y, en particular, del imperialismo norteamericano, este tipo de soluciones se combatieron violentamente: del embargo a Cuba a la destrucción de Irak, Libia y Siria; del Nuevo Orden Económico Mundial a la neutralización de los BRICS (la cooperación entre los llamados países emergentes: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

La verdad es que, a pesar de ello, la tenacidad con que los pueblos del mundo van buscando soluciones de liberación y autonomía continúa sorprendiendo a los analistas. No se trata de romantizar tal tenacidad o de aceptar acríticamente las soluciones resultantes de ella. Se trata solamente de iniciar una conversa del mundo que no se agote en la discusión de las soluciones que una pequeña parte del mundo, el eurocéntrico, legitimó en el pasado. Esas soluciones fueron, sucesiva o simultáneamente, el colonialismo, la evangelización, el neocolonialismo, el imperialismo, el desarrollo, la globalización, la ayuda externa, los derechos humanos, la asistencia humanitaria. Dependiente de estas soluciones, el mundo no europeo terminó casi siempre por adoptarlas, voluntaria o forzadamente, residiendo ahí su condición subalterna respecto a Europa y Estados Unidos. Pero nunca dejó de pensar fuera de la caja eurocéntrica. En este tiempo de aparente eliminación de las alternativas, ese pensamiento puede ser hoy muy valioso para impulsar la posibilidad de nuevos aprendizajes globales como alternativa a la parálisis y a la guerra.

Por parte de Europa, hay dos condiciones principales para ese aprendizaje y ninguna de ellas responde a soluciones rápidas. Ambas implican la construcción de una nueva visión de Europa. La primera condición consiste en someter a un debate profundo el propio concepto de Europa. Debemos comenzar asumiendo que no existe una definición oficial de “europeo”, por lo menos en términos de políticas culturales. ¿Cuántas Europas existen? ¿Cuántos son los países europeos? ¿Qué significa ser europeo? La desintegración de la Unión Soviética, la reunificación alemana y el movimiento a gran escala de migrantes, trabajadores y refugiados por toda Europa crearon una nueva complejidad, tanto en el dominio de las identidades como en el de las fronteras. Por esta razón, muchos autores sostienen que el discurso de “la identidad de Europa” es prematuro.

Así como no hay “una Europa”, sino una pluralidad de definiciones históricas específicas y concurrentes entre sí, existen “identidades europeas” contrastantes y rivales, subordinadas al diseño de las fronteras y a la percepción de la naturaleza de la “europeidad”. Los servicios de inmigración y de fronteras van desarrollando sus propias ideas sobre Europa y la identidad europea, pero sin ninguna conexión con otros niveles de discusión.

La segunda condición, íntimamente relacionada con la primera, se refiere a lo que se entiende por sur global en cuanto mundo no europeo. El sur que confronta a Europa como “el otro” existe tanto dentro como fuera de Europa. En las primeras décadas del siglo XIX, el estadista austriaco Metternich escribía que “Asien beginnt an der Landstrasse”, es decir, que Asia comienza en una calle de la periferia de Viena, la calle donde vivían inmigrantes provenientes de los Balcanes. Entonces, como ahora, la distinción entre los Balcanes y Europa parece clara, como si aquellos no perteneciesen a Europa. Hoy, el sur dentro de Europa son los inmigrantes; los gitanos; los hijos de inmigrantes, algunos de los cuales nacieron en esta misma Europa hace varias generaciones, portadores de pasaportes europeos sin, por ello, ser reconocidos como “europeos como los otros”. Y todavía hay otro sur dentro de Europa que particularmente nos interesa. Es el sur que, siendo periférico en sentido geográfico, lo es también en muchos otros sentidos. Me refiero a Portugal, España, el sur de Italia y Grecia. Históricamente, siempre hubo dos Europas, la del centro y la de la periferia, y la primera nunca imaginó que pudiese aprender algo positivo de la experiencia de la segunda.

El sur fuera de Europa ha sido entendido desde el siglo XV de una forma groseramente reduccionista. Son los países proveedores de materias primas y, más tarde, mercados de consumo a explotar; países cuyas catástrofes naturales hacen necesaria la ayuda humanitaria europea; países incapaces de cubrir las necesidades de su población, dando origen al problema de la inmigración que “aflige” a Europa; países que crean terroristas contra los cuales es necesario luchar con el máximo de inclemencia. Esta visión del sur global continúa dominada por la empresa colonial. Esta estipulaba que las poblaciones y las naciones sujetas al dominio europeo, independientemente de la diversidad de su pasado, estaban condenadas a un solo futuro: el futuro dictado por Europa. Así, el futuro de Europa quedó rehén de los límites que imponía al mundo no europeo. ¿Cuántas ideas y proyectos fueron descartados, desacreditados, abandonados, demonizados dentro de Europa simplemente por no servir al proyecto colonial?

Europa tiene que regresar a la escuela del mundo y de su diversidad infinita. Para aprender, tiene que estar dispuesta a desaprender muchas de las concepciones sobre sí misma y acerca del mundo no europeo que la trajeron hasta aquí, a este momento de grado cero de innovación social y política en el que se encuentra.

Fuente del Artículo:

http://www.la-razon.com/suplementos/animal_politico/Europa-regresar-escuela-mundo-alumna-animal-politico_0_2672732741.html

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