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Los países no se demoran en las encrucijadas (I)

Por: Boaventura de Sousa Santos

El golpe parlamentario-judicial producido en Brasil tendrá repercusiones en la vida social y política del país difíciles de prever, a pesar de que, según la versión oficial y la de Estados Unidos, todo se ha desarrollado dentro de la normalidad democrática.

Aunque también son de prever repercusiones internacionales, no solo porque Brasil es la séptima economía mundial y ha asumido en los últimos años una política internacional relativamente autónoma, tanto en el plano regional como en el mundial, a través de la participación en la construcción del bloque de los BRICS, sino también porque el modelo de desarrollo adoptado en los últimos trece años parecía indicar que son posibles alternativas parciales al neoliberalismo puro y duro, siempre que no se toque su vanguardia avanzada, el capital financiero global (es cierto que los BRICS pretendían tocarlo con el tiempo –banco de desarrollo, transacciones con divisas propias–, por lo que se volvió urgente neutralizarlos).

 Para reflexionar de manera informada sobre las posibles repercusiones, es necesario determinar la naturaleza política y constitucional del régimen político posterior al golpe. Hubo golpe porque no fue aprobado el crimen de responsabilidad que la oposición le atribuye a Dilma Rousseff, el único hecho que en un régimen presidencial puede justificar la destitución. Siendo así, es fácil concluir que hubo una interrupción constitucional, pero su naturaleza es difícil de tipificar. No hubo declaración de guerra, no fue declarado el estado de sitio o estado de emergencia. Fue una interrupción anómala que resultó del hinchamiento excesivo de uno de los órganos de soberanía, el poder legislativo, con el consentimiento e incluso la cooperación activa del único órgano de soberanía que podía impedir la interrupción constitucional, el poder judicial.

Visto a la luz de los influyentes debates de los años veinte del siglo pasado, lo que ha ocurrido en Brasil ha sido el triunfo de Carl Schmitt (primacía del soberano) sobre Hans Kelsen (control judicial de la Constitución). Y lo curioso es que esta victoria estuvo asegurada por el Supremo Tribunal Federal (STF) al consentir, por acción u omisión, las anomalías constitucionales y las extravagantes interpretaciones que se han acumulado a lo largo del proceso. Hubo, por tanto, rendición de uno de los órganos de soberanía al poder soberano. Por eso, en sentido estricto, el golpe fue parlamentario-judicial y no sólo parlamentario. ¿Cuál fue en este caso el poder soberano? Ciertamente, no fue el pueblo brasileño, pues poco antes había expresado su voluntad en las urnas y elegido a la presidenta Dilma. Fue un soberano de varias cabezas constituido por la mayoría parlamentaria, los grandes medios de comunicación, el capital financiero, las élites capitalistas vinculadas a él y Estados Unidos, cuya participación por ahora está poco documentada, aunque se manifestó de diversas formas, de las cuales las más evidentes fueron, por un lado, la visita de John Kerry a Brasil y la declaración a la prensa junto a José Serra (que entonces ni siquiera era un ministro con plenos poderes, pues el proceso de destitución, si bien en marcha, todavía no había alcanzado su fase final) para destacar las buenas condiciones que se abrían para el fortalecimiento de las relaciones entre los dos países.

El siguiente fragmento con algunas de las declaraciones de la reunión de John Kerry mantenida el pasado 5 de agosto con José Serra resulta sorprendentemente esclarecedor: “Me parece honesto decir que en el transcurso de los últimos años las discusiones políticas en Brasil no habían permitido el pleno florecimiento del potencial de nuestra relación” (http://www.state.gov/secretary/remarks/2016/08/260893.htm).

Por otro lado, igualmente esclarecedora es la visita a Washington del senador Aloysio Nunes, el día después de la aprobación del proceso de destitución en la Cámara de Diputados, para mantener conversaciones con el número tres del Departamento de Estado y exembajador en Brasil, Thomas Shannon, la figura más influyente en la definición de la política estadounidense para el continente.

  En este contexto es importante responder a tres preguntas. ¿Cuál es la naturaleza del régimen político de Brasil tras el golpe parlamentario-judicial? ¿Cuál es el significado del acto de rendición judicial? ¿Cuáles son los desafíos para las fuerzas democráticas? En este texto respondo a las dos primeras. Naturaleza del régimen político. Es un régimen que se define más fácilmente de manera negativa que positiva. No es una dictadura como la que existió hasta 1985; tampoco es una democracia como la que existía hasta el golpe; no es una dictablanda o una democradura, designaciones en boga para caracterizar los regímenes de transición de la dictadura a la democracia. Se trata de un régimen anómalo nítidamente transicional sin dirección definida hacia la cual transitar. En los términos de la teoría de sistemas, es un sistema político altamente desequilibrado, en una situación de bifurcación: la alteración más pequeña puede provocar grandes cambios sin que su sentido sea predecible.

  Puede resultar en más democracia o en menos, pero en cualquier caso es de prever que ocurra con alguna turbulencia social y política. El desequilibrio resultó de la ruptura institucional forzada por el sector mayoritario de las élites económicas y políticas, que sintió amenazado su régimen de acumulación capitalista, y de la lógica social del señor/esclavo (en Brasil, la lógica de separación entre la casa grande y la senzala [1]), que legitima muchas de las jerarquías sociales de las sociedades capitalistas con fuerte componente oligárquico de raíz colonial. Fue una ruptura que no tenía como objetivo alterar el sistema político (este, de hecho, se reveló muy funcional), sino tan solo alterar un resultado electoral y restaurar el estado de cosas vigente antes de la intrusión del Partido de los Trabajadores (PT).

  Las élites ahora en el gobierno harán todo lo que esté a su alcance para reparar esta ruptura lo más rápidamente posible. No pueden hacerlo a través del gobierno y con medidas que agraden a las mayorías, dado que la restauración capitalista-oligárquica exige medidas antipopulares. Además, es de prever que la destrucción de las políticas sociales e instituciones del período anterior se lleve a cabo de forma rápida y sin disfraces de reconciliación social. Es de prever otra versión de la doctrina del shock similar a la austeridad impuesta por el FMI y la UE a los países del sur de Europa o a la que está aplicando el presidente Macri en Argentina, con la salvedad de que Macri ganó las elecciones. Remendar la ruptura por vía electoral tampoco es viable porque no es seguro que ganen las elecciones. Les resta, por tanto, usar de nuevo el poder judicial, ahora para reponer cuanto antes la idea de la normalidad institucional. Esto será posible a través de algunas decisiones judiciales compensatorias que creen la idea, tal vez ilusoria, pero creíble, de que las instituciones no perdieron por completo la capacidad de limitar la arbitrariedad del poder político y la arrogancia del poder social y económico. La probabilidad de que esto ocurra depende de las fracturas que puedan surgir dentro del poder judicial, como sucedió en tiempos recientes. Y si ocurriera, ¿sería esto suficiente para reconstruir la normalidad institucional sin la cual la gobernabilidad será muy difícil? Nadie puede predecirlo.

Además, el contexto del golpe parlamentario-judicial hace que este no haya podido concluir con la destitución de la presidenta Dilma Rousseff. Debe continuar hasta que las élites tengan la certeza de que la democracia no supone ningún riesgo para ellas. Y para que el golpe continúe todavía seguirá siendo necesaria mucha intervención del poder judicial.

  El sistema judicial: dos pesos, dos medidas. El papel central del sistema judicial en los equilibrios y desequilibrios del periodo posterior a 1985 debe ser analizado en detalle, ya que esto puede ayudarnos a comprender comportamientos futuros. La operación Lava Jato [2] presenta grandes ambivalencias. Si, por un lado, hizo que grandes empresarios, políticos y contratistas fueran procesados penalmente, rompiendo, de algún modo, con la sensación de impunidad; por otro, su gran base de apoyo es la involucración de personajes de la izquierda brasileña, sobre todo del PT. Es decir, el gran apoyo social y mediático que la operación Lava Jato recibe es por perseguir a la izquierda. Esto resulta evidente cuando comparamos la operación Lava Jato con la operación Satyagraha, que investigó casos de corrupción y blanqueo de capitales que involucraban, principalmente, al banquero Daniel Dantas con las privatizaciones del gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Esta última fue dirigida por el juez federal Fausto de Sanctis y por el delegado de la Policía Federal Protógenes Queiroz. La reacción por parte del SFT a esta operación fue grande y muy diferente a la actual: el delegado Protógenes Queiroz fue condenado penalmente y expulsado de la Policía Federal; el juez federal Fausto de Sanctis sufrió la persecución del entonces presidente del SFT, Gilmar Mendes, que ofició el Consejo Nacional de Justicia (del que también era presidente) para determinar la conducta del juez. Fue un gran envite de la Justicia Federal de primera instancia contra el SFT. Por su parte, el arresto del banquero Daniel Dantas, que llegó a ser esposado, fue, en el fondo, el origen real de la Súmula [3] Vinculante 11 del SFT, que establece: “Solo es lícito el uso de esposas en casos de resistencia y de riesgo fundado de fuga o peligro para la integridad física propia o ajena, por parte del preso o de terceros, justificada la excepcionalidad por escrito, bajo pena de responsabilidad disciplinar, civil y penal del agente o de la autoridad y de la nulidad de la prisión o del acto procesal al que se refiere, sin perjuicio de la responsabilidad civil del Estado”.

  Tal vez esto baste para concluir que en Brasil (y ciertamente el caso no es único) el éxito de la justicia criminal contra ricos y poderosos parece estar fuertemente relacionado con la orientación político-partidaria de los investigados. Pero hay más. La nominación del expresidente Lula como ministro llevó al juez Sérgio Moro a cometer uno de los actos más flagrantemente ilegales de la justicia brasileña contemporánea: permitir la divulgación del audio entre la presidenta Dilma y el expresidente Lula cuando ya sabía que él no era competente para el procesamiento. El ministro del STF, Teori Zavascki, escribió en su despacho: “Fue también precoz y, al menos parcialmente, equivocada la decisión que anticipó juicio de validez de las interceptaciones, obtenidas, en parte importante, sin abrigo judicial, cuando ya había determinación de interrumpir las escuchas”. Esa divulgación dio un nuevo impulso al movimiento a favor del impeachment de la presidenta Dilma. A propósito, el hecho de que la presidenta Dilma haya nominado a Lula da Silva como ministro, incluso si la motivación exclusiva fuese la alteración del foro competente para el juzgamiento, no constituye por sí sola una obstrucción de la justicia. En efecto, en la época en que era presidente, Fernando Henrique Cardoso (FHC) atribuyó el estatus de ministro al entonces Abogado General de la Unión (AGU), Gilmar Mendes, con un objetivo semejante.

De hecho, a fines de la década de los noventa del siglo pasado e inicio del siglo XX, por cuenta de las privatizaciones y el aumento de la carga tributaria, varios jueces federales comenzaron a pronunciar decisiones preventivas (que interrumpen acciones en curso) y a intervenir en el programa económico neoliberal del gobierno de FHC. El ministro Gilmar Mendes era entonces Abogado General de la Unión y criticaba fuertemente la postura de los jueces federales. Hubo varias acciones de improbidad y acciones populares en contra del gobierno de FHC y del propio Mendes. Ante el peligro de que Gilmar Mendes tenga que responder a procesos en primera instancia (sobre todo acciones de improbidad administrativa), fue decretada la Medida Provisoria N° 2.049-22, de 28 de agosto de 2000, que le garantizó un fuero de privilegio y lo preservó. En su artículo 13 parágrafo único, dispuso: “Son ministros de Estado los titulares de los ministerios, el jefe de la Casa Civil, el jefe del Gabinete de Seguridad Institucional, el jefe de la Secretaría General y el jefe de la Secretaría de Comunicación de Gobierno de la Presidencia de la República, y el Abogado General de la Unión”. En ese momento no hubo ningún tipo de cuestionamiento, ninguna alegación de inconstitucionalidad o “criminalización” del presidente Henrique Cardoso por obstrucción de justicia.

La idea de que en la justicia brasileña hay dos pesos y dos medidas parece confirmada y es altamente probable que pronto surjan más pruebas en ese sentido. A título de ejemplo merecerá la pena observar la discrepancia entre el ritmo de la operación Lava Jato centrada en Curitiba y el ritmo de la misma operación centrada en Río de Janeiro –la que investiga a los empresarios ligados más a la derecha, al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), al exgobernador Sergio Cabral y al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSBD).   Pese a todo, es necesario no perder de vista dos hechos importantes. Por un lado, el sistema judicial continúa teniendo un papel central en la institucionalidad democrática brasileña, sobre todo mientras prevalezca el actual sistema político. Por otro lado, como vimos, hubo fracturas al interior del sistema judicial y, dependiendo de las circunstancias, estas pueden ser una contribución importante para renovar la credibilidad de la democracia brasileña. En el momento en que el sistema judicial parece apostado en criminalizar a todo coste una personalidad de la talla nacional e internacional del expresidente Lula, talvez sea bueno recordar a los jueces que en la época de gobierno de FHC fueron objeto de vigilancia y persecución cuando intervenían con medidas preventivas contra la política económica neoliberal adoptada por el gobierno. La política económica que viene de ahí no será menos dura y llega poseída por un fuerte impulso revanchista. También la derecha tiene su “¡Nunca Más!”. La mayor incógnita es saber si las condiciones, que en el pasado construyeron la credibilidad del STF y dieron alguna verosimilitud a la idea de un sistema judicial relativamente independiente del poder político de turno, desaparecerán para siempre después de esta lamentable trama político-judicial. El letargo del Consejo Nacional de Justicia (CNJ) y del Consejo Nacional del Ministerio Público (CNMP) es verdaderamente preocupante.

  Luchas institucionales y extrainstitucionales. En vista de lo que ha sido dicho, lo más probable es que el acto de ruptura institucional provocado de arriba hacia abajo (de las elites contra las clases populares), tendrá que confrontarse en el futuro con actos de ruptura institucional de abajo hacia arriba, esto es, de las clases populares contra las elites. En ese caso, el sistema político funcionará durante algún tiempo con una mezcla inestable de acciones políticas institucionales y extrainstitucionales, dividido entre luchas partidarias y decisiones del Congreso o de los tribunales, por un lado, y acción política directa, protestas en las calles o acciones ilegales contra la propiedad privada o pública, por otro. Estas últimas serán combatidas con elevados niveles de represión y su eficacia es una cuestión abierta.

  Con el golpe parlamentario-judicial, el régimen político brasileño ha pasado de ser una democracia de baja intensidad (eran bien conocidos los límites del sistema político y del sistema electoral, en particular, para expresar la voluntad de las mayorías sin manipulación por parte de los medios de comunicación y del financiamiento de las campañas electorales) a una democracia de bajísima intensidad (mayor distancia entre el sistema político y los ciudadanos, mayor agresividad de los poderes fácticos, menos confianza en la intervención moderadora de los tribunales). Siendo este el régimen político, ¿cuál será la mejor estrategia por parte de las fuerzas democráticas para llevar a cabo las luchas políticas que frenen la deriva autoritaria y refuercen la democracia? De las fuerzas democráticas de derecha no es posible esperar una acción vigorosa. Las diferentes fuerzas de derecha se unen más entre sí cuando están en el gobierno de lo que lo hacen las fuerzas de izquierda. La razón es esta: cuando las fuerzas de derecha están en el gobierno, tienen el control del gobierno y el control reforzado del poder económico que siempre ejercen en las sociedades capitalistas; cuando las fuerzas de izquierda están en el gobierno, en cambio, tienen el control del gobierno, pero no tienen el control del poder económico. Las fuerzas democráticas de derecha son importantes, pero tenderán a ser relativamente pasivas en la defensa de la democracia todavía existente. Por ello, guste o no, es en las fuerzas democráticas de izquierda donde reside la defensa activa de la democracia y la lucha por su refuerzo. Las fuerzas de izquierda en la encrucijada. Las fuerzas de izquierda de Brasil están en un dilema que se puede definir así: todo lo que tienen que hacer a medio y largo plazo para fortalecer la democracia está en contradicción con lo que tienen que hacer a corto plazo para disputar el poder. Como sabemos, este no es un dilema específico de la izquierda brasileña, pero asume aquí y ahora una intensidad muy especial. Si la política fuese una rama de la lógica, este dilema no tendría solución, pero como no lo es, todo es posible. Analizaré sus posibilidades en un próximo artículo.

  Notas:

[1] Casa-Grande e Senzala (1933), traducido al castellano como Los maestros y los esclavos, es una obra del antropólogo Gilberto Freyre que trata sobre la formación de la moderna sociedad brasileña bajo el régimen del monocultivo colonial de la caña de azúcar. La Casa Grande alude al lugar donde vivían los señores explotadores de esclavos que cultivaban el azúcar y la senzala se refiere a las habitaciones de los esclavos negros [N. de los T.].

[2] Operación que investiga una red de corrupción en torno a la petrolera estatal Petrobras. [N. de los T.]. [3] En el derecho brasileño, resumen o sumario de las decisiones judiciales que determinan la comprensión de un mismo tema. [N. de los T.].

Fuente: http://www.alainet.org/pt/node/180518

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El proyecto educativo de la nueva derecha.

Por: Raúl Zibechi.

Ha nacido una nueva derecha adecuada a los tiempos extractivos y de expolio-piratería contra los pueblos; una derecha posterior al Estado del bienestar, que ya no aspira al desarrollo, sino a consolidar las desigualdades, la segregación de la mitad pobre, mestiza, india y negra de nuestro continente. Una derecha implacable formada en el rechazo a lo popular, a la soberanía nacional, a las leyes y las constituciones.

En el terreno educativo, esa nueva derecha busca desembarazarse de los anteriores compromisos, entre ellos la laicidad y la libertad de cátedra, para adecuar el sistema educativo al periodo de guerra y confrontación que atravesamos. El objetivo es retomar el control del conjunto del sistema educativo, desde los ministerios hasta el aula, consolidando una educación antiemancipatoria, en la que el control de la población es el objetivo casi excluyente.

Hace 12 años nació en Brasil la organización no gubernamental Escuela Sin Partido, muy activa en las redes sociales y los grandes medios, articulada con diputados y concejales de los más diversos partidos para hacer aprobar sus propuestas. En su página web (escolasempartido.org/) se puede acceder al programa de seis puntos titulado Deberes de los profesores, en el que se destaca que el profesor no promoverá en el aula sus propias ideas, ni perjudicará a los alumnos que profesen ideas diferentes, ni hará propaganda político-partidaria se limitará a exponer de forma neutra el programa, y otorga a los padres la elección de la educación moral que quieren para sus hijos.

Algunos principios de Escuela Sin Partido parecen compartibles. Sin embargo, conllevan objetivos que nos hacen retroceder más de un siglo. Por un lado, disocia entre el acto de educar y el de instruir. Para ellos la educación es responsabilidad de la familia y la iglesia, mientras los profesores deben limitarse a instruir, o sea a trasmitir conocimiento como si éste fuera neutro, ahistórico, descontextualizado.

La segunda es lo que consideran como adoctrinamiento en el aula. Hablar sobre feminismo, homofobia o derechos reproductivos, por ejemplo, sería tanto como imponer una ideología de género en las escuelas. Todo lo que sea desviarse de la asignatura se considera adoctrinamiento, situación que en los proyectos de ley que ha presentado Escuela Sin Partido en varios municipios y en parlamentos de los estados sería tipificada como crimen de acoso ideológico y abuso de autoridad, punibles con cárcel y penas agravadas.

En el apartado capturando al adoctrinador, en su web, aparece una larga lista de situaciones comunes en las aulas, como difamar personalidades históricas, políticas o religiosas, entre muchas otras. El docente debería mencionar a Hitler, Pinochet o Mussolini sin más, como a cualquier otra personalidad, sin establecer diferencias, dejando a los padres la exclusividad de opinar. Lo mismo respecto a los genocidios, los feminicidios y así, porque está rigurosamente prohibido mentar valores. Consideran que los debates sobre diversidad sexual, contemplados en las currículas de muchos países, serían en este caso inconstitucionales.

Una de las prácticas más graves promovidas por Escuela Sin Partido es el espionaje de la práctica docente para luego denunciarla. Bajo el epígrafe Planifique su denuncia, pide a los alumnos y a sus padres que anoten cuidadosamente o filmen los momentos en los cuales el docente estaría adoctrinando a los alumnos. Promueven actitudes que llevan a los jóvenes a convertirse en policías de los docentes.

Uno de los objetivos centrales de la nueva derecha en el terreno educativo es la descalificación de los docentes que serían culpables de todos los males de la educación, desde el fracaso escolar hasta la baja calidad de la enseñanza. De ese modo consiguen desviar la atención de los problemas estructurales en la educación, focalizando sólo las consecuencias y ocultando sus causas. El profesor siempre es sospechoso de izquierdismo. En paralelo, consideran que los alumnos no tienen capacidad para formar sus propias convicciones y que deben estar sujetos a la autoridad paterna, eclesial o docente.

Como era de esperar, los profesores han reaccionado con campañas de denuncia del proyecto, que ya fue aprobado en el estado de Alagoas, Brasil, y será abordado en otros. Pero no debemos olvidar que lo que se proponen en esta coyuntura, no sólo en Brasil, es frenar en seco al creciente movimiento estudiantil, en particular a los estudiantes de secundaria, que son los menos susceptibles de ser cooptados por las instituciones estatales y de la izquierda electoral.

En efecto, la crisis política brasileña está modelada por las movilizaciones de junio de 2013; una crisis que está lejos de haberse cerrado con la destitución ilegítima de la presidenta Dilma Rousseff. Incluso Chile, el régimen neoliberal modélico por su estabilidad, atraviesa una crisis de legitimidad a consecuencia del potente movimiento estudiantil, que desde 2011 abrió brechas por las que están pasando diversos actores sociales. Uno de los más importantes empresarios, Andrónico Luksic, reconoce que el país se está cayendo y destaca el papel del movimiento por la educación en esta crisis.

En otros países sucede algo similar. En Paraguay los estudiantes se mostraron como un actor potente en pleno gobierno reaccionario de Horacio Cartes. Nuevas camadas de jóvenes rebeldes están presentes en casi todos los países. Ni qué hablar de México, después del parteaguas que fue Ayotzinapa.

Buena parte de los objetivos que se propone Escuela Sin Partido en Brasil parecen utopías de orden que cuentan con escasos apoyos. Sin embargo, no se los debe subestimar. Cuando las crisis políticas se profundizan, aparecen potentes bifurcaciones; la derecha se quita el velo para mostrarse como lo que es: el partido del orden, dispuesto a pasar por encima de todo. Son las izquierdas las que deben decidir si optan por las instituciones o por acompañar las resistencias.

Fuente: http://www.surysur.net/el-proyecto-educativo-de-la-nueva-derecha/#more-54800

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La sociedad del miedo

Por: Marcelo Colussi

El miedo paraliza. Eso no es nuevo, en absoluto. Todos lo sabemos inmemorialmente, y quienes ejercen alguna cuota de poder, además de saberlo, lo utilizan.

El miedo comporta algo de irracional, de primario; la lógica «bienpensante» pierde ahí la supremacía. Alguien asustado, no digamos ya aterrorizado, es presa de las reacciones más viscerales, mas impensadas, dejando totalmente a un lado las decisiones razonadas, frías y llevadas por la lógica. Hacer uso de esas circunstancias en función de un proyecto hegemónico, es algo por demás conocido en la historia: quien manda se aprovecha del miedo del otro para ejercer su poder. Eso es, a todas luces, un mecanismo perverso; pero ¿quién dijo que la perversión no hace parte consustancial de lo humano?

Hoy día, en nuestra hiper tecnocrática sociedad, el manejo de las emociones, en cuenta el miedo, es un elemento de importancia capital para el mantenimiento del sistema. Y obviamente, si alguien maneja y manipula ese miedo, no es el ciudadano de a pie. Él es quien lo sufre, el objeto de la manipulación; los hilos del títere nos los mueve él precisamente. Para eso está lo que la academia estadounidense llama «ingeniería humana». «En la sociedad tecnotrónica el rumbo lo marcará la suma de apoyo individual de millones de ciudadanos incoordinados que caerán fácilmente en el radio de acción de personalidades magnéticas y atractivas, quienes explotarán de modo efectivo las técnicas más eficientes para manipular las emociones y controlar la razón«, dijo uno de los principales exponentes de esa línea de pensamiento, el polaco-estadounidense Zbigniew Brzezinsky.

Esas técnicas -cada vez más refinadas y eficaces, por cierto- responden, por su parte, a un proyecto de dominación global. Lo que antes pueden haber hecho el shamán o la Iglesia católica («La religión existe desde que el primer hipócrita encontró al primer imbécil«, dijo Voltaire. «Las religiones no son más que un conjunto de supersticiones útiles para mantener bajo control a los pueblos ignorantes«, comentó por su parte el teólogo Giordano Bruno), hoy lo realiza la industria mediática (nuestra «religión» moderna).

Pero hoy -y eso es lo que queremos resaltar- el manejo de ese miedo ha cobrado dimensiones tremendas. Los seres humanos no solo vivimos asustados por los avatares naturales que no manejamos, tal como siempre ha sido (catástrofes, muerte, la incertidumbre ante el destino), sino que padecemos, en forma creciente, ante las «catástrofes» humanas. Pero más aún, cosa que torna más patética la situación, ese miedo está racionalmente inducido desde un determinado proyecto de dominación.

En la actualidad ya no nos atemorizan los espíritus ni los demonios que andan sueltos (las religiones, que lidian con todos ellos, están en retirada en un mundo cada vez más tecnocrático). Hoy día tememos… al terrorismo (en los países del Norte) o a la delincuencia (en el Sur empobrecido).

Aunque los motivos de nuestros terrores, si los analizamos con exhaustividad, no son precisamente esos difusos nuevos espantos, sino la percepción que tenemos de ellos.

Ahora bien: la percepción que tenemos de ellos es la que nos construyen los medios masivos de comunicación. La casi totalidad de las percepciones del mundo que vamos teniendo, nos las dan -nos las imponen- esos medios.

Pregúntese el lector cómo es por dentro, por ejemplo, un submarino. En general todo el mundo dará aproximadamente la misma respuesta: un panel de control, palancas, tableros con luces, marineros que reciben órdenes, un capitán al mando de un periscopio, etc. ¿De dónde sale ese «conocimiento»? De los cientos o miles de veces que hemos sido bombardeados con esas imágenes.

¿De dónde salen nuestros paralizantes miedos ante el terrorismo o ante la delincuencia desbocada? De las matrices mediáticas que ya se nos han impuesto. ¿Acaso todos los musulmanes son unos sanguinarios terroristas listos a sacar una bomba de entre sus ropas? ¿Acaso todos los jóvenes de barriadas pobres son unos delincuentes listos a amenazarnos con un cuchillo? Obviamente no. Pero eso son los imaginarios que se nos han impuesto.

Sin dudas el mundo no es un lecho de rosas: hay muertos por doquier debido a acciones violentas. Por supuesto que explotan bombas y hay asaltos a mano armada; por supuesto que existen actos suicidas, en general llamados «terroristas», y por supuesto también que hay delincuencia callejera, robos a mano armada y «áreas rojas» donde ni la policía entra. ¡Vaya novedad! Por minuto mueren dos personas en el planeta debido a la detonación de un arma de fuego. Obviamente no estamos ante un paraíso. Pero según estudios consistentes, diariamente fallecen en el mundo no menos de 2.000 personas por falta de alimentos, y más de 1.000 por falta de agua potable, en tanto que el siempre mal definido e impreciso «terrorismo» produce en promedio… 11 muertes diarias.

Tenemos miedo a las cosas que se nos dice que debemos tenerle miedo. Y curiosamente, esos temores parecen manipulados: en el Norte del mundo la gente vive paranoica con el próximo acto terrorista, que seguramente será de algún denominado «grupo fundamentalista islámico». La muerte de una persona a manos de, por ejemplo, un marido celoso o un paranoico delirante, es ya presentada como ataque terrorista, dando pie a una hiper militarización de la vida cotidiana… y a las guerras preventivas (que, curiosamente, se hacen siempre contra países que tienen petróleo en su subsuelo. ¿Qué casualidad, no?).

En el Sur, en los países empobrecidos y donde la vida es violada a diario por las balas, el hambre y la falta de agua potable, se vive paranoico con la delincuencia que puede aparecer en cada esquina. Pero como dijo un dirigente comunitario de una barriada pobre de algún país latinoamericano: «Todo el tema de la mara [pandillas juveniles] se ha inflado mucho por los medios de comunicación; ellos tienen mucho que ver en este asunto, porque lo sobredimensionan. En realidad, la situación no es tan absolutamente caótica como se dice. Se puede caminar por la calle, pero el mensaje es que si caminás, fijo te asaltan. Por tanto: mejor quedarse quietecito en la casa«. En un punto u otro del planeta para que la consigna es esa: de la casa al trabajo y del trabajo a la casa. Los espantos malos que andan por ahí (musulmanes terroristas o delincuentes) nos acechan, nos hacen la vida imposible, nos van a devorar. Lamentablemente, la ingeniería humana sabe lo que hace… ¡y consigue tenernos quietecitos!

Mantener poblaciones aterrorizadas es buen negocio (para quienes detentan el poder, claro). Nunca tan oportunas como ahora las palabras de la lideresa indígena de Bolivia, Domitila Barrios, con respecto a todo esto: «Nuestro enemigo principal no es el imperialismo, ni la burguesía ni la burocracia. Nuestro enemigo principal es el miedo, y lo llevamos adentro«. El miedo es una reacción psicológicamente muy normal en determinadas situaciones; el miedo puede ser patológico en ciertos casos (neurosis fóbicas, por ejemplo). Pero el miedo del que aquí hablamos (contra el «musulmán malo» o el «delincuente que nos acecha detrás de cada árbol») es una pura invención de la ingeniería humana, preparado desde un proyecto de dominación. ¿Será hora de abrir los ojos?

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217149&titular=la-sociedad-del-miedo-

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How to Appreciate Teachers EVERY Day

It’s National Teacher Appreciation Day. Today, and once every year, our nation shows its gratitude to its teachers. This happens largely through hashtags (#ThankaTeacher) and free food. Then we go back to enforcing the policies, structures, and cultures around teaching that diminish not only how appreciated teachers feel, but also their ability to do their crucial job of helping students learn.

The National TeachStrong campaign has set out to change this. The campaign, with support across the ideological spectrum, has an ambitious goal of redesigning the education system to modernize and elevate the teaching profession. Its vision for doing so is grounded in nine principles that touch every element of the teacher pipeline, from preparation to career advancement. And it has involved teachers in designing what this future should look like. Below are videos from three TeachStrong Ambassador teachers sharing their thoughts about the teaching profession and the need to support the TeachStrong principles:

So, today, on a day where we show our gratitude to teachers, let’s start by listening to teachers about where they see a need to change elements of the education system to better support them in their job every day, and then follow through with action.»

Fuente: https://www.newamerica.org/education-policy/edcentral/appreciate-teachers-every-day/

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Lecciones de una gran maestra a los temas curriculares de hoy

Por: María Victoria Peralta

En los primeros días de septiembre falleció la profesora Viola Soto Guzmán, primera Premio Nacional de Educación, cuando volvimos a la democracia (1991). Profesora de Historia, Curriculista, Maestra de maestros, este premio y otros que recibió en su vida, como el Doctorado Honoris Causa de la U.M.C.E. (2006), dan cuenta de su prolífera y reconocida vida profesional que abrió verdaderas ventanas de pensamiento pedagógico y curricular pertinente a muchos profesores a lo largo de todo Chile en aras a una educación pública democrática y de calidad.

Siendo muchos sus aportes de los que se da cuenta en su último libro: “Toda mi vida dedicada a la Educación Chilena y Latinoamérica”(Editorial Universitaria,2015), queremos resaltar parte de su pensamiento que se expresan en esta obra, en relación a los grandes problemas que debatimos en la actualidad en la Reforma Educacional en curso, y en los cuales –sin dudas – necesitamos de mayor iluminación.

Respecto a las discusiones curriculares que han emergido en el país respecto a educación básica, secundaria (sobre la filosofía), y respecto a la actualización que se está haciendo de las “Bases Curriculares de la Educación Parvularia”, cabe releer su posición sobre lo que implica la elección de un determinado enfoque curricular.

Nos explica que siempre “está dentro de un paradigma dominante e implica decisiones filosóficas, éticas, políticas, económicas, científicas y técnicas, que lo configuran e identifican”, por lo que expresan “decisiones de poder que se toman generalmente fuera de la escuela acorde con determinadas políticas internacionales, generales del Estado y Educacionales”.

Agrega, “que también puede ser motivo de decisión de la institución escolar y/o del profesor del aula, haciendo uso de sus espacios de libertad”. Enriquece estos planteamientos expresando que, “la elección de un enfoque curricular implica penetrar sus constructos teóricos y desarrollar un proceso de reflexión crítica acerca de las circunstancias geopolíticas, económicas, históricas en que se desenvuelve la educación escolar vigente”.

Cierra estas ideas, señalando que un currículum crítico que ella asume, “es un currículum comunicativo, tranza con un tipo de curriculum afectivo práctico en una mezcla permanente de servir a la humanidad en la búsqueda de valores y de buscar fortaleza en el optimismo de las cosmovisiones que nos mueven en medio muchas veces de la confusión y del caos”.(pp.239 y 249)

¿Qué es lo que nos enfatiza en síntesis esta gran Maestra? Que la construcción de un currículo a nivel macro (nacional) o micro (en el aula), siempre está dentro de un determinado paradigma pluridisciplinario que conlleva importantes decisiones de poder y por tanto, de formación humana.

Por ello, se debe reflexionar críticamente sobre esos constructos y asumir posiciones que pueden ser,  plegarse a ellas o utilizar los espacios de libertad que todo profesor tiene en su práctica. Reafirma la importancia de un curriculum que sirva a la humanidad en la búsqueda de valores en un mundo complejo y controvertido.

La pregunta que surge en estos tiempos de Reforma Educacional y Curricular, es si estos paradigmas y constructos se han explicitado y si se ha hecho suficiente reflexión crítica al respecto. Al parecer es insuficiente, ya que ha sido parcial y poco explícita, y sin ellos, el valor de procesos de consulta, disminuye notablemente.

Estamos ciertos que todos queremos “lo mejor” para las futuras generaciones de chilenos que es lo que se decide cuando se hace un curriculum oficial, pero hace falta, mayor explicitación de sus bases para una discusión verdadera.

Esperamos que estas lecciones que nos sigue dando la gran Maestra a través de sus obras, sea recogida, tanto por los tomadores de decisión a nivel oficial, como también por los profesores a nivel de aula, que deben visualizarse como profesionales propiamente tal; es decir, analizando y reflexionando sobre sus decisiones curriculares y sus prácticas en función a una educación de calidad para los niños y niñas.

Un llamado a repensar, reflexionar, remirar y reconstruir una  educación basada en valores, de formación verdaderamente humana justa y democrática  para ser un ciudadano con identidad local y planetaria, quizás podría ser el mensaje final, que nos deja la profesora Viola Soto Guzmán, para todos los educadores de Chile, y para quienes deciden por las grandes orientaciones curriculares.  Ojalá aprendamos esta lección.

Fuente: http://opinion.cooperativa.cl/opinion/educacion/lecciones-de-una-gran-maestra-a-los-temas-curriculares-de-hoy/2016-09-17/065803.html

Imagen: http://www.elespectador.com/noticias/educacion/nueve-de-cada-diez-maestros-aman-su-trabajo-articulo-500742

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Modelo educativo: la otra cara de la consulta

Por: Pedro Flores Crespo

Con el propósito de conocer el Modelo Educativo propuesto por la Secretaría de Educación Pública (SEP), discutir abiertamente su contenido, identificar aciertos y errores y sobre todo, con el ánimo de hacer una propuesta que mejore la iniciativa curricular de la SEP, las universidades Marista de Querétaro (UMQ), la Autónoma de ese estado (UAQ) y la de Guanajuato (UG), organizaron el pasado 14 del presente un foro para revisar, bajo una mirada crítica y plural, la propuesta gubernamental.

Este foro, a diferencia de los que organiza la propia SEP, convocó abiertamente a todo aquel que quisiera discutir la iniciativa oficial, es decir, ningún grupo, gremio o actor social estuvo mayoritariamente representando. Por eso fue plural. Para darle el carácter de crítico, se introdujo una mecánica de trabajo en donde cada participante pudiera expresarse libremente en mesas de trabajo y después en una sesión plenaria.

El resultado fue positivo. Se registraron más de 100 participantes, los cuales no solo provinieron de Querétaro, sino también de los estados de Hidalgo y lógicamente, de Guanajuato. Hubo estudiantes y maestros de algunas escuelas normales, profesores universitarios en servicio y jubilados, así como investigadores educativos.

La mezcla entre docentes experimentados y las nuevas generaciones resaltó interesantes diferencias pero también importantes coincidencias. Entre estas últimas, mencionaría la profunda desconfianza que sienten los mentores sobre los resultados de los foros y el actuar de las autoridades federales —en este caso la SEP. Temen no ser escuchados al expresar sus críticas al Modelo Educativo y razonablemente, se cuestionan, “¿por qué en la elaboración de la ley sobre el servicio profesional docente no nos tomaron en cuenta y ahora sí?”

La suspicacia y desconfianza dibujan la “otra cara” de los foros de consulta sobre el Modelo Educativo y no es claro si esos gestos de recelo desaparecerán con la respuesta que dé al final la SEP o sólo profundizarán las arrugas del viejo régimen. Ante ello, pienso que la autoridad federal ya no sólo tiene un desafío pedagógico o curricular enfrente, sino también uno de legitimidad. ¿Podrá la SEP reconstruir su capacidad para conducir los cambios que son necesarios en el Sistema Educativo Nacional?

Más allá del contenido de los documentos oficiales sobre el Modelo, los asistentes a los foros como el de Querétaro tiene mucho más que decir y lo expresan abiertamente. Por ejemplo, una profesora nos cuestionó a los organizadores sobre el hecho de utilizar en las mesas de trabajo el formato que gentilmente envió la SEP —y que será la base para el procesamiento de información a cargo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Dijo que ese formato restringe los distintos puntos de vista y los encasilla en tres grandes categorías: (1) elementos “positivos”, (2) aspectos a “incorporar o fortalecer”  y (3) factores “críticos” para el logro de los distintos temas (fines de la educación, Escuela al Centro, planteamiento curricular en los distintos niveles, formación docente, inclusión y equidad, gobernanza, condiciones para gestionar el currículum, y contenidos).

Incluso, en consonancia con otras voces públicas, cuestionaron la decisión gubernamental de haber seleccionado sólo al CIDE para ordenar la información de la consulta cuando, según dijeron otros colegas, la educación no es campo de su competencia. Verdad o no, esta inquietud está presente en los foros.

Para tratar de ir más allá del esquema de fortalezas y debilidades, los participantes del encuentro en Querétaro resaltaron la necesidad de saber si la SEP cuenta con evidencia sobre el funcionamiento de iniciativas pasadas como para ahora proponer un cambio curricular distinto. Específicamente, preguntaron si el Acuerdo 592, que trataba de articular los distintos tramos de la educación básica (preescolar, primaria y secundaria) en uno solo, ha dado o no los resultados esperados desde 2011. Para los revisores del Modelo, falta sustentar mucho mejor por qué se planea un cambio curricular como el que propone ahora la secretaría. Este punto refuerza lo dicho aquí hace mes y medio: “el diagnóstico que se presenta en los documentos oficiales levanta la pregunta, ¿cómo o por qué llegamos hasta aquí? En esto, la SEP se quedó corta” (Campus 667, 04/08/16).

Pero disipar la amplia desconfianza social y la suspicacia es un reto mucho mayor que enmendar la propuesta original del Modelo Educativo. Para ello, la SEP tendrá que idear una estrategia distinta y mostrar que los foros de consulta sirven para algo más que cumplir con un requisito formal. Al reconocer la “otra cara” de la consulta, los hacedores de política —y sus respectivos asesores— tendrían que explicar, con base en evidencia empírica y lógica, la necesidad de desarrollar una nueva propuesta curricular. Además, sería plausible que reconocieran los errores cometidos como el plagio contenido en los documentos oficiales y supieran ser humildes para dejarse asesorar por filósofos de la educación y especialistas en diseño curricular y así poder establecer la coherencia entre los fines de la educación, la terminología utilizada en el Modelo y los contenidos curriculares.

Así como el secretario Nuño ha mostrado una genuina determinación por aplicar la Ley, quisiéramos verlo con el mismo aplomo explicando, de manera pública, qué elementos, después de los foros de consulta, se van a incorporar a la propuesta final del Modelo, cuáles no y por qué. Bajo los mismos reflectores que lo cubrían en sus giras por las escuelas, el titular de la SEP podría responder a las agrias críticas al Modelo, rebatiendo argumentos y sabiendo reconocer que puede haber profundas contradicciones entre el cambio educativo propuesto y los actuales esquemas de evaluación.

Ante la “otra cara” de los foros de consulta, la SEP puede mostrar que ya entendió la complejidad por la que atraviesa el cambio educativo y que es sensible a ello. Hacernos sentir a todos partícipes del cambio curricular es una de las últimas cartas que le quedan a este gobierno para tratar de frenar su desprestigio.

Fuente: http://campusmilenio.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=4947:modelo-educativo-la-otra-cara-de-la-consulta&Itemid=152

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¿Por qué nos aterran las preguntas del Dane y no el sufrimiento que generó la guerra a los niños?

Por: Ángel Pérez Martínez

Al leer la muy buena columna de Vladdo “Un niño y tres familias”, publicada en el diario El Tiempo me pregunté: ¿cuánto daño hacemos los adultos a los niños con decisiones técnicas o de buena fe —política educativa—, por negligencia y corrupción —caso La Guajira—, y más grave, por acciones que se realizan con intención de hacerles daño a los niños y jóvenes que vienen la mayoría de veces desde la familia o su entorno más cercano —el escenario de la guerra, explotación, maltrato y violaciones—?

El país debe reconocer que para los daños socio-afectivos o emocionales de los niños no hay registro, así como que el subregistro para las acciones criminales es muy alto. En Colombia no conocemos con exactitud qué ha pasado y qué sigue sucediendo con los niños, de manera especial con los más vulnerables. No obstante, el DANE acaba de suspender por presión de algunos padres de familia uno de los pocos instrumentos que permitió conocer esos dolores de los niños con alguna exactitud: la Encuesta de Comportamientos y Actitudes sobre Sexualidad en Niñas, Niños y Adolescentes Escolarizados, ECAS, que se lleva a cabo desde el año 2006. Los resultados han sido tan duros que en cualquier sociedad sería todo un escándalo: según el DANE el 6,2 % del total de niños y adolescentes que han tenido relaciones sexuales, han sido forzados o intentaron forzarlos a tener relaciones sexuales y el 3,0 % manifestó haber recibido algo a cambio de tener relaciones sexuales, según los datos de dicha encuesta realizada en 2014, la ECAS se efectúa desde el año 2006”.

En una columna que escribí a mediados del mes pasado sobre el tema de la cartilla de educación sexual e identidad de género cité datos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses que traigo de vuelta a colación: sólo en el año 2015 se registraron 26.985 casos de violencia intrafamiliar en Colombia, de los cuales 10.435 casos correspondieron a violencia contra niños, niñas y adolescentes (el presunto agresor correspondió a los padres 32,88% y madres 30,69%). Además, las víctimas de violencia interpersonal alcanzaron para niños (0 a 12 años) y adolescentes (12 a 18 años) 17.509 casos, mientras que los jóvenes son los más afectados, 46.751 casos.

Así mismo, según el Registro Único de Víctimas, se contabiliza 6.937.205 de desplazados por el conflicto interno desde el año 1985 a 2016, de los cuales 2.150.533 son menores de edad (31%). Además, según el documento de análisis de UNICEF Colombia sobre la situación de la infancia y la adolescencia en el país entre 2010 y 2014 unos de cada tres niños vivían en pobreza. Además, niños y adolescentes de “áreas rurales tenían entre 2,4 y 2,8 veces más probabilidades de vivir en pobreza multidimensional (privación del niño y su familia más allá de su medida monetaria) que aquellos que vivían en zonas urbanas. La situación es más crítica entre personas y hogares en situación de desplazamiento. Al menos el 63 por ciento de hogares que se consideran desplazados viven en pobreza y un tercio de ellos, en pobreza extrema. Aunque es imposible saber con certeza cuántos niños, niñas y adolescentes están vinculados actualmente a grupos armados, se sabe que entre 1999 y 2014 el ICBF asistió a 5,694 niños y adolescentes desvinculados de grupos armados ilegales, (28 por ciento niñas y 72 por ciento niños).”

La violencia y la guerra afecta los procesos educativos, la calidad de la educación y las tasas de aprobación y deserción escolar. Solicito a los lectores sólo imaginar más allá del dolor directo causado a miles de niños, el sufrimiento de aquellos niños o adolescentes que vieron o fueron informados del asesinato, herida o secuestro de uno de sus padres, o la tragedia que significó para los niños entre 5 y 12 años el tener que abandonar la escuela, el entorno donde vivía a sus compañeros de estudio y amigos, para llegar a un nuevo colegio con diferente cultura educativa y nuevos profesores y compañeros. Para no mencionar a los profesores que tenían que explicar por qué unos se iban y otros llegaban, además de mantener o lograr la normalidad en el trabajo de aula y académica con dichos niños. Y después pedimos que los colegios oficiales rindan igual que un privado estrato 5 o 6.

Sin embargo, los anteriores datos, que insisto conocemos a medias (hay subregistro), no han causado reacción alguna de los padres de familia y de manera escasa se menciona el sufrimiento de los niños por la violencia y la guerra en los medios de comunicación. En cambio, en la Encuesta de Comportamientos y Actitudes sobre Sexualidad en Niñas, Niños y Adolescentes Escolarizados del Dane, las preguntas causan estupor y todo tipo de reacciones. Estas preguntas no pueden ser ajenas a nuestra realidad social, a la experiencia de anteriores encuestas, así como a las circunstancias y la realidad de vida de los niños. Esperemos que el DANE ajuste el parafraseo de algunas preguntas y aplique dicha encuesta. No puede haber buena política pública si no conocemos con certeza que está pasando con los niños.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/aterran-las-preguntas-del-dane-y-no-el-sufrimiento-los-ninos-angel-perez/232159

Imagen: http://my2editorialyredesociales.esy.es/los-ninos-y-la-proteccion-de-sus-derechos-en-internet/

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