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México – Los CAED y PRONI: la precariedad laboral en tiempos de la 4T

Los CAED y PRONI: la precariedad laboral en tiempos de la 4T

Abelardo Carro Nava

Vivimos en un país donde, por un lado, los políticos de todos los partidos que llegan a ocupar un lugar en Palacio Nacional o en distintas Secretarías de Estado, específicamente en la Secretaría de Educación Pública (SEP), buscan de cualquier forma satisfacer las demandas y exigencias de los organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) o el Banco Mundial, en materia de inclusión educativa o de incorporación a eso que se le conoce como globalización con la enseñanza de una lengua extranjera, pero, por otro lado, en un país donde esos mismos políticos, diseñan programas que no acaban de concretarse para beneficio de la población a los que están dirigidos: niños, niñas y adolescentes (NNA) en edad escolar, ya sea en educación básica o media superior. NNA que, indudablemente, sufren las consecuencias de una serie de decisiones mal tomadas por quienes tendrían que procurar el derecho irrestricto, en este marco, a una educación de calidad.

En este sentido, el tema del Programa Nacional de Inglés (PRONI) o el del Programa Nacional de Fortalecimiento de la Educación Especial y de Integración Educativa (hoy Programa de Fortalecimiento de los Servicios de Educación Especial, FFSEE), impulsado hace unos años por gobiernos emanados de otros partidos políticos muy diferentes al que hoy dirige los destinos del país, nada más no acaban de tomar forma para hacerse una realidad. Es más, con la mal llamada “austeridad republicana”, sufren los embates de una serie de recortes o ajustes presupuestales pues, como se sabe, para el actual régimen hay de prioridades a prioridades que no se visualizan en el ámbito educativo, pero sí en lo clientelar o corporativo.

Por ejemplo, el pasado 17 de noviembre, profesores del PRONI de los estados de Zacatecas y Puebla, denunciaron en distintos medios de comunicación y/o redes sociales, el adeudo de varias quincenas y falta de prestaciones de ley y servicio médico en plena pandemia, pero también el que, en Guerrero, el 15 de noviembre, terminaría el servicio que éstos prestaban en cada una de las escuelas de esa entidad federativa (Noticias en la mira, 2021). Un asunto que no es nuevo, de hecho, en enero de este año, publiqué un artículo que titulé “El PRONI, entre la corrupción y el limbo” (Carro, 2021). Así ha sido y, tal parece, que así seguirá este programa: entre la corrupción y el limbo.

Ahora bien, por lo que toca al tema de la inclusión educativa, durante el sexenio de Felipe Calderón, se impulsaron los Centros de Atención para Estudiantes con Discapacidad (CAED), como parte de las políticas de equidad e inclusión impuestas por los organismos internacionales referidos y, cuyo propósito, fue el de brindar atención especializada de calidad y pertinente a los estudiantes con discapacidad, así como también, integrarlos a la comunidad escolar. De hecho, en 2016, según la SEP, se tenían en operación 275 CAED, teniendo previsto, abrir 225 más en el periodo 2016-2018, y por el cual se aseguraba que, al término del sexenio, se tendrían 500 en todo el país (Boletín 131, SEP, 2016). No obstante, con la llegada del actual régimen, y bajo el pretexto de esa mal llamada “austeridad republicana”, desde hace un par de años, alumnos, padres de familia y maestros que laboran en los CAED, han denunciado por diversos medios de comunicación y redes sociales, la presunta eliminación de estos CAED, así como también, una serie de irregularidades en sus pagos, pero, lo más preocupante, el que los alumnos que cursan sus estudios en estos Centros, tenían serias dificultades para obtener los documentos que avalan la culminación (certificación) de sus estudios (Dis-capacidad, 2019). Un asunto que, hay que decirlo, así se ha mantenido hasta nuestros días. ¡Vaya forma de implementar las políticas educativas de carácter incluyente en nuestro país! En fin.

En este sentido es importante señalar que, en ambos programas, la figura del docente que estaría a cargo de los procesos de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes, tanto para los que cursan el nivel básico para la adquisición de una lengua extranjera o, en media superior, para la atención de alumnos con alguna discapacidad, no reciben esta denominación, la de docentes, sino aquella que, por más que se diga lo contrario, es totalmente incomprensible y hasta denigrante: “asesores externos”. ¿Acaso estos “asesores externos” no planean, desarrollan una clase y evalúan los aprendizajes? Cierto, en ambos casos, no ha habido una completa formalización del servicio educativo que prestan estos profesores; ello explica el por qué no tienen una base definitiva o el que se les pague irregularmente por honorarios (previo contrato), pero ¿ello justifica esa irregularidad a la que han estado sujetos desde hace varios años?, ¿no un gobierno, que se dice del pueblo y para el pueblo, tendría que velar por brindar una atención integral a todos los sectores de la población que así lo requiera con personal calificado y especializado en diferentes rubros?

Y es que, como se sabe, con la suscripción del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) en la década de los noventa, la implementación de políticas internacionales emanadas de los señalados organismos, y la tan anhelada y mal lograda “calidad” educativa en nuestro país, se ha precarizado y desvalorizado el quehacer docente en diversos rubros afectando, como parece obvio, a los trabajadores que prestan sus servicios bajo estas modalidades, pero, desde mi perspectiva, lo más importante y preocupante, el que los alumnos de todos los sectores sociales, y con diferentes capacidades, no reciban lo que propio derecho les corresponde: una educación que les permita afrontar los retos que la vida misma y la sociedad impone, pero también, ser incluidos en esa sociedad altamente demandante derivado de ese mundo globalizado.

Cierto, habrá quien me diga que se ha avanzado en materia de inclusión educativa en nuestro país, no obstante, en mi defensa, diré que el que un alumno con alguna discapacidad intelectual, visual, auditiva o motriz asista a cualquier escuela de México no es un signo de un avance mayúsculo pues, como se sabe, desde hace varias décadas, las maestras y maestros de nuestro país no han recibido la formación especializada para tratar a estudiantes con autismo, hipoacusia, etcétera, que se incorporan a sus aulas escolares.

Curiosamente, si el actual régimen tiene la intención de desaparecer programas “neoliberales”, hasta el momento no hemos conocido (y con seguridad no conoceremos) qué programas substituirían a éstos. Vaya, el que la Secretaria de Educación, PROFESORA Delfina Gómez, haya anunciado el pasado 3 de diciembre (día internacional de personas con discapacidad) que, para 2022, se tendría un aumento superior a los 650 millones de pesos en el PFSEE (Profelandia.com, 2021), no asegura que los CAED seguirán subsistiendo. Creo, la profesora, tendría que tener claro que los Centros de Atención Múltiple (CAM), no son los CAED, y punto.

¿Por qué no brindar una certeza laboral y profesional a estos profesores que no son asesores externos para que, de alguna forma, se avance en una adecuada implementación de las políticas en comento?

Con negritas:

Vaya precarización laboral y docente en un gobierno que se dice humanista.

Al tiempo.

Referencias:

 

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/los-caed-y-proni-la-precariedad-laboral-en-tiempos-de-la-4t/

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México: USICAMM y las nuevas disposiciones para la admisión, promoción y reconocimiento de los maestros

Por: José Antonio Martínez Gutiérrez

«Desde USICAMM se reconoce que los docentes del País tenían razón, es decir, que los procesos que hasta el momento ha realizado estuvieron plagados de inconsistencias…»

Recientemente la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM) puso en marcha en redes sociales una especie de campaña mediática para, primero, dar a conocer las competencias, objetivos y logros alcanzados por ese organismo que sustituyó al Servicio Profesional Docente.

Y segundo, para destacar la travesía de Adela Piña Bernal en sus diversas reuniones con autoridades educativas estatales y funcionarios de la propia USICAMM para mejorar los procesos de admisión, promoción y reconocimiento de los maestros.

En este último aspecto quedó muy claro: desde USICAMM se reconoce que los docentes del País tenían razón, es decir, que los procesos que hasta el momento ha realizado estuvieron plagados de inconsistencias las cuales generaron desconfianza e incertidumbre magisterial.

Como se recordará, la propia Delfina Gómez Álvarez aseguró que se busca que los procesos que realiza USICAMM sean más amigables, ágiles, sencillos y, sobre todo, que se garantice la transparencia (SEP – 21 de noviembre de 2021).

En tanto Adela Piña Bernal difundió un breve clip en donde pide a los docentes estar atentos a la difusión de las nuevas disposiciones que regirán a los procesos de admisión, promoción y reconocimiento para el ciclo escolar 2022-2023.  Y su lógica fue en el mismo sentido que Delfina Gómez.  Cito aquí sus palabras: “Estén atentos para que tengan mucha claridad en todo el proceso que se va a llevar, que se les facilite, que sean mejores, que sean más amigables para todos y cada uno de los maestros que participarán” (Profelandia 16 de diciembre de 2021).

Mi duda es (y tal vez la de muchos docentes) si Delfina Gómez y Adela Piña Bernal están conscientes de las altas expectativas que generan al anunciar mejoras en los procesos de admisión, promoción y reconocimiento.

Que a la mitad de este sexenio, ambas Maestras de profesión, no tienen permiso ni derecho a fallar en la consolidación y funcionamiento de un organismo como USICAMM que hasta el momento tiene como características principales el desastre y la incompetencia.

El comentario aparte:

Bien que desde USICAMM se reconozca a la promoción horizontal como una competencia entre docentes (Profelandia 3 de diciembre de 2021).

Mal que USICAMM no haya establecido criterios y normas para una competencia justa entre maestros.

Y peor aún, que un maestro tenga que competir para conquistar su propia revalorización docente.

Fuente de la información: https://profelandia.com

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SEP: Repensar la evaluación de la docencia

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

«¿Cómo transitar de un modelo individualista a otro combinado que pondere también lo colectivo en la SEP?»

A lo largo de los últimos 10 años, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha destinado una considerable cantidad de recursos humanos, materiales y financieros para evaluar a las y los docentes, así como a las y los directivos escolares y demás figuras educativas, tanto de la educación básica como media superior con la finalidad de “elevar la calidad de la educación”.

Ello, dentro del marco legislativo que se ha establecido en México (según la relación de fuerzas políticas en el Congreso), el cual podría dividirse, dicho esto en forma esquemática, en dos grandes bloques (para evaluar al personal en servicio):

1) Evaluaciones obligatorias con impacto en la estabilidad-inestabilidad en el empleo: Esto mediante la intensificación de programas y procedimientos de evaluación y control hacia las y los docentes y demás figuras educativas, con criterios excluyentes (Reforma al texto constitucional y leyes secundarias de 2013); y

2) Evaluaciones no obligatorias sin impacto en la estabilidad en el empleo (con fines formativos): En concordancia con el esquema anterior, no obstante, en este bloque se han establecido leyes sistemas-programas de evaluación y control hacia el personal educativo, con valores o criterios de no exclusión (Reforma al texto constitucional y leyes secundarias de 2019).

En ambos modelos de evaluación de la docencia y demás figuras educativas de la escuela pública prevalecen, sin embargo, la misma lógica o el mismo abordaje. Es decir, los criterios de “medición individual” se mantienen intactos, sin evaluar de manera integral la práctica docente o directiva in situ, y sin considerar a la valoración del trabajo colegiado.

Al respecto, esto escribió el doctor Ángel Díaz Barriga, investigador emérito del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), de la UNAM, cuando se refirió a “…la necesidad de construir un sistema de evaluación social-integrado, si realmente la aspiración de la política educativa es mejorar los procesos educativos. (…) se parte de (la idea de) mostrar que la evaluación, en general, sobre elementos del sistema educativo y, en particular, sobre el trabajo docente, que se ha implantado en el país sigue una lógica individualista que segmenta los resultados obtenidos. Por ello, no hay una mejora sustantiva en los procesos educativos, sea de aprendizaje, de trabajo docente o de procesos institucionales. Este modelo de evaluación que segmenta e individualiza el acto de evaluación, es el resultado de aplicar una visión gerencial, misma que se ha asumido en rasgos genéricos para construir las políticas de calidad en la educación.” (1)

Así, el modelo de evaluación de la docencia y de otras figuras educativas prevaleciente, tanto en las reforma al texto constitucional de 2013 como en la del 2019, es el de la “evaluación individualista”, que además es incompleta porque no considera directamente la complejidad de las prácticas docentes ni directivas, ni asume la importancia del trabajo colegiado, social, colectivo que se da y se necesita cotidianamente en las escuelas. Esto último no se aplica, hoy, en los procesos de evaluación para promoción vertical y horizontal.

¿Qué sentido tiene promover la “evaluación individualista” y alentar o motivar la carrera profesional individual de las y los trabajadores (profesionales) de la educación, si esos trayectos y reconocimientos no tienen ninguna vinculación con el trabajo colegiado, comunitario, colectivo que se demanda en la escuela? Sin duda, dicha vinculación orgánica en el ámbito del trabajo escolar colegiado, junto con el trabajo individual en aula, tiene efectos importantes a favor del logro académico de las y los estudiantes.

Los efectos de la visión gerencialista de la educación y de la evaluación de docentes con tal enfoque, han sido analizados a fondo y no solamente criticados, puesto que se han colocado sobre la mesa diversas soluciones o ideas distintas. Debido a ello, considero inaceptable que no se exploren, como política pública, vías alternativas o formas diferentes para abordar estos problemas.

¿Cuáles han sido los efectos de la aplicación del modelo “gerencialista” en la educación, y particularmente en la evaluación de docentes? Así lo plantea Díaz Barriga cuando critica a ese modelo dominante: “…Otra consecuencia de ello es un tránsito sutil del reconocimiento de rasgos cualitativos a una serie de indicadores que cuantifican un desempeño académico, lo que en el fondo ocasiona que la mejora del indicador se convierta en la meta; dicha mejora se da al margen de la mejora real del proceso educativo en lo particular o en su conjunto.” (misma obra)

Por otra parte, uno de los defectos intrínsecos, y de origen, de ambos modelos de evaluación docente que prevalecen o que son hegemónicos (adoptados tanto en las políticas públicas educativas llamadas “neoliberales” como de la denominada era “post neoliberal” o de la “4T”), es que la evaluación de docentes y otras figuras educativas, está asociado con un esquema de “incentivos económicos” o con fines compensatorios, que claramente han servido como mecanismos de contención o de tope antes las demandas de aumentos salariales generalizados y progresivos exigidos, de hace más de 40 años, por el magisterio mexicano. El caso del programa Carrera Magisterial, que la SEP implantó en 1992-1993, es un claro ejemplo de ello (2)

El gran reto que tiene el gobierno de la República, a través de la SEP, en materia de evaluación de docentes y directivos escolares, es repensar y reformular nuevas rutas alternativas, y ponerlas en práctica. Por ello me pregunto, entre otras cosas, ¿cómo transitar de un modelo individualista de evaluación de la docencia a otro combinado que pondere lo individual y lo colectivo, que además contemple el análisis de la práctica docente y directiva, así como el trabajo colegiado?

Fuentes consultadas:

(1) Ángel Díaz-Barriga (2017) “De la evaluación individual a una evaluación social-integrada: La institución educativa, su unidad”, en: Docencia y evaluación en la Reforma Educativa 2013, Ángel Díaz-Barriga (coord.), IISUE-UNAM, México, pp. 327-364.

(2) Ver el interesante análisis técnico que publicaron al respecto Graciela Cordero Arroyo, Edna Luna Serrano y Norma Xochilth Patiño Alonso (2013), con el título: “La evaluación docente en educación básica en México: panorama y agenda pendiente”. Sinéctica, no.41 (ITESO). Tlaquepaque. Jalisco, México.


Fuente de la información: SDPnoticias

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Temas para una educación intercultural (I)

Por Ileana Almeida |

Lo que se conserva aún del pensamiento quechua (quichua) luego de siglos de dominación son formas de auténtico conocimiento, que deben ser incluidas en la Educación Intercultural Bilingüe porque generan la cultura.

Para exponer algunas de ellas, nos basaremos en conceptos que expresan valores éticos, estéticos, religiosos. Desde el punto de vista de la moral colectiva, que aún existe en muchas comunidades, prevalece el principio de repartición igualitaria de la tierra entre las familias. Es curioso que la longitud de la medida usada, el tupu, está en proporción inversa a la fertilidad del suelo: el más fértil se mide con la medida más corta, y el más pobre con la más larga.

En el periodo de la sociedad incásica, y aún antes, bajo el régimen comunal, los sentimientos estéticos tuvieron un notable desarrollo. El quechua presenta una rica terminología estética: sumaq, sijlla, paucar,tupa, que expresan encanto, deleite, agrado, placer. En la terminología estética de la literatura griega temprana ocupan un lugar de gran valía las palabras referidas a la luz. En el quechua, asimismo, se nota el intenso gozo que despiertan las imágenes luminosas: brillar=lliphiy, iluminar=kánchay, resplandecer= situy, deslumbrar= surumpiy, fulgurar= illariy, etc.

Es universalmente admirada hasta ahora la red de caminos que los incas construyeron a lo largo y ancho del Tahuantinsuyo, clara evidencia del dominio de una avanzada ingeniería. El Capac Ñan se extiende por territorios de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile. El concepto kápaq=magno, principal, grande, es uno de los más relevantes en la lengua quechua y se lo asocia con el poder incásico. Llama asimismo la atención que, a semejanza de los griegos de la antigüedad, los quechuas-incas, cuando alguna obra alcanzaba perfección, se le atribuía la autoría de la divinidad y se la consideraba qapchi.

Para entender la cultura quechua es preciso conocer sus formas religiosas de la conciencia. Lo que aquí a continuación se expone es solo una muestra de la amplia concepción religiosa de los quechuas. Cómo ha sucedido en otras culturas, en el proceso de desarrollo de la sociedad clasista, los dioses comienzan a asimilarse cada vez más a los soberanos y se crea una doctrina teológica. Si se establece un paralelo con la religión egipcia y se toma el ejemplo del halcón, se advierte que en ambas religiones fue el ave que representó al poder, al sol, a la fuerza, a lo “elevado por encima de todo”. El halcón totémico entre los egipcios compartió el nombre con el dios Horus, en la religión inca, tanto el halcón clánico como el dios supremo, el Sol, llevaron el nombre de Inti. Con el tiempo el Sol, se fue convirtiendo en creencia monoteísta, pero los descendientes del clan real siempre recordaron su relación con el halcón en sus propios nombres: se llamaron, y también sus descendientes ahora se llaman Cusi Huaman = Halcón Feliz.

Bibliografía consultada:

Carrillo, Alberto. La obra de arte y la presencia de la divinidad. Cs001021@ siu.buap. mx
Castel, Elisa. Egipto: signos y símbolos de lo sagrado. Letra H. Editorial Alderabán, Madrid, 1995
Lara, Jesús. Diccionario Castellano-Queshwa, Queshwa-Castellao. Editorial Los amigos del libro. La Paz, 1971
Rostworowski, María. Mediciones y computos en el antiguo Perú. En Runakunap Kawsayninkupaq Rurasqankunaqa=La tecnología en el mundo andino. Universidad Nacional Autónoma de México, México 1981, pag. 397
Spirkin, Alexander. El origen de la conciencia humana. Editoriales Platina/Stilgraf. Buenos Aires, 1965
Valcárcel, Luis. Historia del Antiguo Perú. Tomo II. Editorial Juan Mejía Baca. Lima, Perú, 1964. Pag. 16.

Fuente: https://rebelion.org/temas-para-una-educacion-intercultural-i/

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Salud mental o crisis existencial de la sociedad

Por: Hugo Ghiara

Con el suicidio de una persona tan mediática como Veronica Forqué, saltó nuevamente a primer plano el tema de la salud mental de la población española.

La noticia de la muerte de Veronica Forqué impactó en la sociedad de una forma inesperada; una persona cercana y peculiar, que ocupaba un lugar de privilegio en el corazón de los españoles. Su muerte golpeó en un tema aparentemente encubierto como es el del suicidio, cada vez más frecuente en nuestro país.

Rápidamente inundó las pantallas de televisión, telediarios, programas del corazón y de actualidad, recordando la figura de la actriz y su obra. Se preguntaban … ¿por qué? ¿Por qué así…? ¿Qué le pasaba? …y apareció nuevamente el tema de «la salud mental de nuestra sociedad».

Salud mental o crisis existencial de la sociedad

Durante estos días, ha sido frecuente que en los medios de comunicación aparecieran sicólogos y siquiatras explicándonos sobre la situación de nuestra salud mental colectiva, con datos bastante escalofriantes.

Ellos, los especialistas de la salud mental, reclamaban la falta de medios y de previsión, tanto en la salud pública como en la privada, pero ninguno alertaba sobre este mal creciente como un problema de la sociedad en sí.

¿Cómo se piensan que los especialistas vayan a cubrir tanta demanda? Eso es prácticamente imposible. Si para la vacunación colectiva contra la Covid-19 (un pinchacito de nada y en un minuto) llegamos justos ¿se imaginan pasar a la población por los sicólogos y siquiatras para reparar lo que no pueden reparar? ¿O creen que todo se arregla con ansiolíticos o antidepresivos?

La raíz del problema es otro, no solo se trata de un tema personal, aunque la persona concreta sea la que lo padece. Claro que son necesarios especialistas en estos temas, pero el problema radica en otro lugar, un momento histórico, acelerado, violento y sin referencias adecuadas.

Las personas debemos detenernos al menos un momento para preguntarnos…

Adónde vamos, quiénes somos, qué queremos, qué es lo verdaderamente importante… Pero ¿cómo hacer esto, que es tan sencillo si nadie tiene ni tiempo para si mismo? Cantidad de cosas a hacer, o cantidad de cosas sin hacer, la cabeza llena de «grillos» y poca confianza en los demás… en fin, no parece que así se pueda detener uno un momento para pensar sobre lo importante de su vida.

Hay quienes dicen que cuando alguien recibe un gran golpe en su vida, necesariamente se coloca en una buena situación para replantearse todo, pero ¿esto es así realmente…? Tengo mis dudas, por el mismo argumento anterior, en este contexto social, lo evidente resulta extravagante.

Algunas ideas a tener en cuenta

No sacaremos aquí una bola de cristal, pero sí quiero compartir algunas reflexiones que quizás puedan servir… Posiblemente compartamos el diagnóstico social. Si es así, nos colocamos en situación de hacer algo positivo para nosotros mismos y para nuestra sociedad, abrir este tema como algo importante para todos e intercambiar sobre nuestras experiencias, en nuestro ámbito personal o a través de internet, tal como lo estoy haciendo ahora mismo.

Ocuparnos de otros de una manera diferente a como lo hacemos habitualmente, tratar de ponernos en su lugar, desde sus expectativas, sus frustraciones, sus virtudes… una forma diferente de mirar al otro será también una forma diferente de mirarnos a nosotros mismos.

¿Crees que es tan fácil meterte en un consumismo estúpido cuando te estás ocupando de cosas importantes…? No, no es fácil. Cuando las personas estamos más despiertas, cuando estamos con las ideas claras, no caemos en la estupidez. Las personas ¡somos fuertes!

Ocuparnos de nuestro entorno de una forma renovada es saludable para nuestra sociedad y muy saludable para nosotros mismos. Y ojalá se abra un debate en nuestro entorno, con nuestras familias, con nuestros vecinos y escuchemos qué piensan los otros, qué creen realmente y qué proponen para algo que ningún especialista puede resolver: nuestra propia existencia.

Fuente de la información e imagen:  https://www.pressenza.com

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¿El estrato en la matricula cero, un factor de discriminación en las Universidades? Colombia

Las universidades públicas están desfinanciadas y según el SUE a 2021 la cifra se acerca a 15 billones, necesarios para lograr un equilibrio de mínimos, en las ahora 34 públicas con la llegada de la Universidad intercultural indígena ubicada en el sur y Unitropico ubicada en el oriente. La fórmula más general converge en reformar con urgencia los artículos 86 y 87 de la ley 30 de 1993.

       Se desfinanciaron no por corrupción, ni malos manejos, si no por la presión del estado durante dos décadas para incentivar el crecimiento real por encima de los recursos enviados. Las nuevas necesidades no fueron cubiertas por el estado ensanchando la brecha entre lo real y lo formal. El número de estudiantes, programas de pregrado ofertados, productividad pagada según decreto 1279 de 1993 y las demandas tecnológicas y de infraestructuras duplicaron las necesidades no satisfechas para cumplir con el derecho a la educación. El presupuesto enviado por el estado pasó de cubrir el 70% del ya reducido costo de un estudiante antes del año 2000 a ser inferior al 50% en 2021. Las plantas docentes quedaron rezagadas, las nóminas de docentes ocasionales las superan en número y actividades docentes y la investigación creció de manera exponencial.

      En 2021 el gobierno acogió la fórmula de matrícula cero, como mecanismo de distribución de recursos per-cápita, para más del 80% de estudiantes. Con la matrícula cero las universidades reciben menos del 10% de lo que cuesta el derecho a la educación de un estudiante, por lo que no se atacando la desfinanciación, ni fortaleciendo el sentido de lo público, aunque sea un logro importante de las movilizaciones de jóvenes en 2018, con acompañamiento de rectores, profesores y del interés del gobierno. Sin embargo, si le sumo a las universidades otra contradicción interna (que debilita su razón de ser), al tener que tratar con la identificación de sus estudiantes según el estrato, cuando es de común saber, que estratificar resulta contrario al sistema de derechos. Al estratificar se discrimina y, cuando un sector de jóvenes es tratado con distinción al asociarlos a su pertenencia y posición económica y no a su condición de jóvenes, se pasa la línea de la igualdad pudiendo provocar exclusión o segregar.

        El pacto de derechos económicos, sociales y culturales de 1966, dispone que los estados parte, y Colombia lo es, garantizarán el ejercicio de cada uno de los derechos sin discriminación alguna y al determinar un pago según estrato, aunque sea para pocos, se crea una distinción que afecta el goce de este derecho en condiciones de igualdad a todos los jóvenes, cuyo único requisito de acceso a la universidad debe ser de méritos, otras fórmulas medidas en factores de ingresos, bienes, riqueza material, lamentablemente pueden ocurrir en universidades de interés privado, donde poco pueden importar igualmente la democracia participativa o el reconocimiento de diversidades.

        El estrato es una práctica en apariencia neutra, pero no lo es, en tanto a ciertos jóvenes por causas ajenas a su condición individual, se les aplica una limitante propia de la esfera privada de su familia, no de ellos, que son quienes actúan ante la institución como responsables de su destino, como lo señaló la ilustración siglos atrás. El trato según el estrato origina una posible discriminación directa para un aproximado del 20% o menos de los jóvenes de las universidades públicas, de los cuales cerca de la mitad no tienen aún cedula de identidad, y desde ya reciben un trato menos favorable que los demás de su misma situación y “condición esencial de jóvenes”. En las calles han estado defendiendo la educación pública hombres y mujeres jóvenes, brutalmente reprimidos sin importar el estrato.

       La matrícula cero pagada por el estado según estratos, señala un trato diferencial, que al poner límites a los jóvenes por su pertenencia a una clase social afecta la naturaleza de la universidad pública, llamada a ser ocupada por quienes tengan los méritos, no por clases, ni pertenencia a grupos, ni por quien pueda pagar una matrícula, que, en todo caso, solo cubre la décima parte de lo que cuesta la totalidad de beneficios que compromete la institución. Entrar en la esfera de los diferenciales prohibidos por el sistema de derechos, de los que hace parte la “posición económica, junto con otros tales como origen, raza, color, identidad sexual, religiosa, o política, desvirtúa el artículo 13 del pacto de derechos cuando dispone que “la enseñanza primaria debe ser obligatoria y asequible a todos gratuitamente y que la enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos”, ese todos, indica el derecho de acceso a los jóvenes, sin factores diferenciales de distinción, salvo méritos.

       Esa es la razón fundamental para reivindicar la defensa de la universidad pública con financiación total del estado, no parcial, ni con subsidios por demanda. La desfinanciación es de las instituciones, no de sus estamentos. Llamar a invertir lo que necesitan las universidades, para formar jóvenes y tener laboratorios de ciencia, bibliotecas, conectividad, docentes de alta calidad, siempre será mejor que invertir en batallones, armamentos y soldados, a quienes el estado cubre sin demora el 100% de lo que gastan. La matrícula cero es una estrategia compensatoria, que aunque útil, se separa del marco de los derechos, tampoco ataca la desfinanciación y en cambio pone en la agenda del debate la posible discriminación y vulneración a derechos, conforme a las letras de la Carta de las Naciones Unidas , la Declaración Universal de derechos humanos e inclusive del convenio 111 de la OIT.

       La matrícula cero en síntesis, es una apuesta del gobierno para entregar por demanda un aproximado 10% del presupuesto requerido por las universidades para sostener el equilibrio financiero y presupuestal. Los riesgos internos de déficit y faltantes adicionales cada año, al menor descuido pueden acelerar la privatización, si sus autoridades por desesperación ante el asedio de metas que cumplir caen en la trampa de conseguir recursos como sea o ahorrar hasta ahogarse. Salidas equivocas pueden conducir a degradar garantías y conquistas de docentes y trabajadores, imponer nuevas obligaciones, más tareas, reducir condiciones de tiempos de vinculación de ocasionales con afectaciones salariales y laborales, implementar la virtualidad como fin, no como medio, restar atención a políticas de inclusión y mitigación de la deserción, eliminar sistemas de becas y estímulos, empobrecer los campus y quizá dejar caer edificios icónicos o eliminar lo que parezca que “sobra” de estatutos y normas basadas en la autonomía y cumplir acríticamente los designios del capital.

       Está bien la matricula cero, aunque también adiciona un excesivo desgaste de gestión y tramite, pero la salida en defensa de la educación pública sigue siendo el justo reclamo por financiación total de las universidades y a los jóvenes darles tratamiento de jóvenes iguales, atenderlos con políticas de acceso, participación y bienestar, no como propietarios marcados por la casta, el linaje, el estrato.

P.D. La uptc recibió acreditación de alta calidad por 6 años más, un esfuerzo colectivo de quienes no han abandonado su compromiso ético para seguir siendo una universidad pública a toda prueba.

Fuente: https://rebelion.org/el-estrato-en-la-matricula-cero-un-factor-de-discriminacion-en-las-universidades/

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Aprender a estar bien en sindemia

En la actualidad, muchos investigadores afirman que el COVID-19 en realidad es sindemia y no pandemia. Sindemia, anglicismo derivado de dos palabras: sinergia y epidemia, según su creador, el antropólogo médico Merrill Singer, ocurre cuando “dos o más enfermedades interactúan de forma tal que causan un daño mayor que la mera suma”. No solo enfrentamos una enfermedad de carácter biológico con funestas consecuencias, sino también a una enfermedad social expresada en pobreza e inequidad, carencia o debilidad de servicios básicos, así como con grandes problemas socioemocionales. Asumir un enfoque “sindémico” supone una visión amplia que involucra acciones en el sector salud y en la generación del bienestar físico, mental y social de los individuos y la comunidad, lo que supone estrategias de carácter multidisciplinario, donde la educación tiene un papel fundamental.

El COVID-19 trastocó absolutamente todo, la cotidianidad de las personas y sus familias, y la dinámica de los países y el mundo. Además de afectar la salud y pervivencia, en el sector educativo, ha puesto en serio riesgo la continuidad de los procesos formativos, la protección y bienestar de los estudiantes. También originó un fuerte impacto psicológico en la comunidad educativa, según Unesco, “El cierre de los centros educativos, la necesidad del distanciamiento físico, la pérdida de seres queridos, del trabajo y la privación de los métodos de aprendizaje convencionales han generado estrés, presión y ansiedad, especialmente entre los docentes, el alumnado y sus familias.” El coronavirus, entre otros aspectos, además originó: a) “Fatiga sindémica”, la excepción se alarga y crea incertidumbre causando cansancio expresado en cefalea, ansiedad, insomnio, dolores musculares, pérdida de apetito, temor, además que deriva en maltrato y violencia; y b) “Ensimismamiento tecnológico”, muchos estudiantes han convertido su habitación, la internet y televisión “en su mundo”, perdiendo capacidades de socialización y convivencia. De manera directa, la situación socioemocional de estudiantes, maestros y familias afectó a la calidad de los aprendizajes e incrementó en las tasas de acceso, permanencia y término de los sistemas educativos.

En tiempos que se propone revisar la currícula, leyendo tiempos y contextos, además de cuidar un mejor desarrollo de aprendizajes cognitivos es prioritario que el sistema educativo escuche y entienda la situación de los estudiantes y, de manera sistemática e intencionada, colabore a desarrollar capacidades y habilidades sociales y emocionales que necesitan para relacionarse y desarrollarse en bien de su formación integral. La incorporación de la Educación Socioemocional contribuirá a que los aprendizajes de los estudiantes integren a su vida valores, actitudes y habilidades que les permiten comprender y manejar sus emociones, coadyuvando a construir su identidad personal, cuidado, convivencia, a analizar la realidad y tomar decisiones, y fundamentalmente a ser resilientes, tan necesarios en la actualidad. La Educación Socioemocional es tan importante como aprender a hablar, escribir o cualquier otro conocimiento intelectual considerando que las emociones influyen en cada cosa que hacemos. En tiempos de sindemia las y los estudiantes tienen que aprender a estar bien.

Considerando las consecuencias de la sindemia: ¿Volvemos a la misma educación o hacemos cambios de trascendencia en la currícula y gestión? Por supuesto, para contribuir al desarrollo de capacidades sociales y emocionales de los estudiantes tenemos que realizar ajustes de relevancia en la currícula. Por ejemplo, tenemos que: fortalecer el desarrollo de comunidades en los que los aprendizajes sean construidos en la interacción social; sabernos poner en el lugar del otro desde principios de solidaridad; trabajar en el cuidado y la formación de maestros y familias, su ejemplo ante la incertidumbre es valioso. En el caso específico del desarrollo profesional de equipos directivos y maestros, debemos desarrollar procesos formativos en temas como Pedagogía de la vida y Educación socioemocional.

Lo que es primordial, hay que generar una pedagogía de la vida, donde la vida de todos los seres vivientes sea la base de la construcción de nuevos saberes y conocimientos. En términos de sinergia, la educación debe contribuir a vivir en armonía interna y con la comunidad, madre tierra y cosmos, y a curarnos entre unos y otros.

Fuente: https://www.la-razon.com/voces/2021/12/10/agenda-educativa-2022/

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