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Venezuela: Aproximación al tema de los Movimientos Sociales y la Educación Popular

Aproximación al tema de  los Movimientos Sociales y la Educación Popular

Lourdes Velásquez de Urbáez

Introducción

 Acercarse al tema de los Movimientos sociales y más aún a la Educación Popular, requiere de una investigación documental y de campo que permita contrastar la experiencia con la teoría y, si es posible, teorizar de nuevo esta temática.

Sin embargo, en este ensayo se ha abordado el tema, de la mano de especialistas como Luis Rigal y Mario Garcés quienes poniendo a disposición algunos artículos muy serios y rigurosos han permitido entender un poco el fenómeno sociológico de los Movimientos Sociales, tan arraigados en la historia viva de los pueblos y de quienes teniendo la vivencia en alguno que otro, no los hemos estudiado.

Estos movimientos acompañan al hombre en el devenir de historia acelerando, en muchos casos, procesos liberadores que con otro instrumento, bien sea de carácter  político, social, no se hubieran alcanzado.

Acá se recorrerán la trayectoria del Movimiento de los Sin Techo de Brasil, de los Piqueteros de Argentina y de los Campesinos e Indígenas de Bolivia, movimientos que cambiaron la historia de sus respectivas naciones al punto de hacer retornar el Peronismo en Argentina y llevar al gobierno de Bolivia al indígena Evo Morales.

El auge de los Movimientos Sociales Latinoamericano en el Siglo XXI le plantea nuevos retos al sector educativo por cuanto su fuerte tendencia pedagógica y la emergencia de la Educación Popular requiere de un nuevo docente, nuevos espacios, nueva manera de hacer docencia, repensar la educación, en fin, nuevas políticas educativas.

Este, viene a constituirse en un campo de investigación y de propuestas necesarias en la construcción de un sistema educativo más coherente con las demandas de los pueblos.

Desarrollo

Las grandes crisis son madres de grandes retos y grandes alternativas en la búsqueda de salidas a dichas crisis que tocan al pueblo en colectivo con una misma insistencia y con una única intención: la dominación.

Por ello, el hombre, ser social por excelencia, se agrupa con sus semejantes en la búsqueda no sólo de la solución, sino, además en la manera de hacerlo, en torno a cuál idea y con beneficios al mayor número de colectivos en miras a la a la ruptura con el yugo opresor y a la emancipación.

Ander –  Egg (2013) en su Diccionario de sociología expresa:

“Los movimientos sociales de la segunda mitad del S. XX surgen como reacción crítica frente a algunos problemas que afectan la vida cotidiana, como las consecuencias del deterioro del medio ambiente a causa de la industrialización, como forma de lucha por las discriminaciones en razón del sexo, etc.” (p. 251).

En esta definición se observa cómo es el momento crítico que trae en consecuencia el movimiento social, diciendo con su voz y sus acciones que sí hay salida: la organización, la participación; la búsqueda de la alternativa es en la cotidianidad, desde la cotidianidad y para la cotidianidad.

América Latina ha sido prolija en los Movimientos sociales que han surgido como luces en medio de la oscuridad que las sociedades contemporáneas atraviesan, destacándose en ellos el tema de la lucha, la emancipación y la ética de lo colectivo, observándose que todas estas cualidades persisten en estos primeros años del Siglo XXI.

En este sentido, Revilla Blanco (2010) expresa en su artículo América Latina y los Movimiento Sociales, su mirada a estos colectivos:

“Si nos detenemos en el análisis de los últimos 30 años en la región, el período en el que los países de América Latina retomaron la democracia y la vieron consolidarse como sistema de gobierno, podemos observar que los movimientos sociales fueron claves tanto en la oposición a las dictaduras como en la transición a las democracias.” (p. 53)

Es importante destacar la persistencia en la lucha de estos movimientos en sus acciones de calle, que visibilizaron a quienes estaban anulados en la sociedad y sus voces calladas, incluso representadas por personeros políticos que nada tenían que ver con ellos.

Esta específica circunstancia trae en consecuencia una manera, un estilo diferente por cuanto, de acuerdo a lo expresado por Luis Rigal en su artículo Gramsci, Freire y la Educación Popular, a propósito de los Nuevos Movimientos Sociales:

“Este proceso, complejo y contradictorio, de disolución – reconstrucción del tejido social y de la organización social y de pérdida de legitimidad de los actores colectivos tradicionales, estuvo signado también por la aparición de nuevos actores – trabajadores desocupados; fábricas recuperadas; asambleas en barriales; ambientalistas – y por el fortalecimiento de otros movimientos sociales – campesinos, derechos humanos.” (p. 2)

La misma circunstancia crítica que viven los pueblos, hacen surgir nuevos actores sociales que toman la palestra en la vida pública con discurso y acciones sociales políticas y culturales que hacen nuevo todo el acontecer de la vida ciudadana, pues dan origen a una nueva ciudadanía, a un nuevo modo de entender la condición de ciudadano.

Algunos rasgos que caracterizan a los movimientos sociales son los siguientes de acuerdo a Calderón (1986) citado en Garcés:

“a. Una estructura participativa resultado de su propia experiencia de participación y lucha.

  1. Su propia temporalidad definida por su acción frente al sistema de relaciones históricas.
  2. Un desarrollo en forma multilateral y heterogénea en el espacio, con desarrollo desigual de la conciencia, la organización y la economía.
  3. Efectos sociales específicos sobre las relaciones sociales y la sociedad.” (p. 59)

Evidentemente, estas características tienen que ver con la manera cómo surgieron estos movimientos, que no por decretos, sino jalonados por el momento histórico.

Las atroces dictaduras que vive la región en la década de los sesenta y en muchos casos, disfrazados de democracia, las solapadas atrocidades de los cuerpos represivos, las persecuciones a las ideas y a las voces disidentes, fueron despertando en esos nuevos actores que ya mencionara Luis Rigal: mujeres, jóvenes, indígenas, campesinos, cristianos, esas necesidades de asociarse, y surge, por ejemplo, una mirada diferente de leer el  Evangelio desde la vida, desde el presente, desde el trabajo, la escuela, el barrio y ni sólo desde el púlpito.

Toda esta situación conflictiva, unida a la Revolución Cubana, orienta hacia allá la mirada de estos nuevos actores que comienza a ver su utopía realizable y su sueño realizable en otro nuevo mundo posible.

Surgen del seno de la Iglesia Católica las Comunidades Eclesiales de Base, movidas por el espíritu del Concilio Vaticano II y los Documentos producidos en las Conferencias de Medellín y Puebla en la que se expresa de manera clara y diáfana la opción preferencial por los pobres.

Con sus características específicas en cada país de la región, estas comunidades, haciendo vida en el corazón de los barrios, de los necesitados y excluidos de siempre, se convirtieron en semilleros de nuevos movimientos sociales que se fueron esparciendo por todas partes haciendo visibles a los tullidos, los ciegos y los leprosos del Evangelio que no son más que los mismos rostros conocidos de la vida cotidiana.

En este sentido  las Comunidades Eclesiales de Base despertaron y siguen despertando un espíritu de liberación en los pueblos, dejando un saldo organizativo que ha dado pie a que mujeres, negros, indígenas, estudiantes, en fin nuevos actores sociales se agrupen en la búsqueda de nuevos caminos de participación y lucha por sus derechos y el derecho de los pueblos a la libertad, soberanía, autonomía.

Se destacan en América Latina movimientos sociales con una fuerte incidencia en la liberación de sus naciones. Garcés enfatiza tres grandes movimientos que han impactado la vida en sus países y en toda la región; estos son el Movimiento de los Sin Tierra en Brasil, el de los Piqueteros en Argentina y el de los Campesinos e Indígenas en Bolivia. De la mano de este autor se revisarán estos tres movimientos.

El Movimiento de los Sin Tierra nació con los campesinos brasileros que habían sido expulsados motivado al proceso de modernización de la agricultura. Ante esta situación deciden quedarse en el campo y desde allí emprender la lucha por la tierra; así nació el movimiento, con una base social dispuesta a luchar, a no emigrar hacia las ciudades, ni tampoco a ser colonizados.

Este movimiento, además de tener una raíz de orden económica y hasta laboral, tiene también una raíz ideológica cristiana a través de la creación de la Comisión Pastoral de la Tierra, según lo señala Joao Pedro. Esta comisión estaba liderada por la Teología de la Liberación que le fue dando forma ideológica a este movimiento tan importante.

Este autor resalta el carácter popular del movimiento por cuanto da apertura a la participación de la familia extendida completa y porque, además de ello, participan hombres y mujeres de la ciudad que también luchan por la tierra.

El Movimiento de los Sin Tierra une a la lucha campesina, la lucha de clases, lo que le da fortaleza y cohesión con otros colectivos revolucionarios. La conquista de la tierra no es el objetivo único del movimiento; espacio que se conquista, es un espacio que se consolida en salud, educación, vivienda, empleo y servicios.

Los integrantes de este movimiento tienen su organización interna, su disciplina y la formación de sus propios cuadros. Este movimiento se somete regularmente a autoevaluaciones y reajustes a través de encuentros, congresos y jornadas que realizan cada cierto tiempo.

Entre sus componente más fuertes se destaca la educación realizando cursos de capacitación para los educadores de los asentamientos, seminarios y encuentros que les permite visualizar cuál es la educación que requiere el movimiento agrario, de acuerdo al desarrollo del país y las necesidades planteadas por las comunidades. También estos eventos educativos se encaminan a la formación ideológica de los cuadros del movimiento.

El movimiento de los Piqueteros en Argentina, surge  en los años 90 como salida de lucha de los desempleados, quienes a manera de protesta, cierran las rutas para exigir que sus voces sean escuchadas. Se le sumaron, a sus reclamaciones, las comunidades organizando piquetes y asambleas populares demandando empleo para los desocupados. Sus demandas pronto se convirtieron en la expresión del descontento con el gobierno como lo expresa con tanta claridad, Garcés:

“El resultado fue que de desempleados se transformaron en piqueteros, de negados en la sociedad fueron ganando paulatinamente en visibilidad… Entonces fueron un actor social relevante en la crisis de la sociedad argentina del 2001 que hizo visible el descontento con el sistema político con su consigna ¡Que se vayan todos!.” (p. 63)

El movimiento social entonces pasa de ser una búsqueda de solución a una problemática puntual, a ser la voz de todo un pueblo que comparte la misma suerte, la misma opresión pero también la misma esperanza libertaria. De esta lucha el resultado fue la salida del gobierno de Fernando de la Rúa.

El Movimiento de los Piqueteros ha dado origen a otros movimientos y a otras organizaciones sociales agrupando no sólo a los trabajadores, sino también a los más pobres.

En Bolivia, en la primera década del S.XXI, surge un Movimiento o Movimientos Campesinos e Indígenas que estremecen el país y hasta se logra llevar al gobierno al indígena Aimara Evo Morales, transformando el estado Boliviano a través de un proceso constituyente que le ha costado una fuerte lucha desde su partido creado por ellos, el MAS.

Nuestro autor, Garcés, citando a Chávez y Mokrani (2007) expresa:

“En los movimientos sociales en Bolivia se distinguen varios Hitos:

  1. La marcha por el territorio y la dignidad, que protagonizaron en 1990, los pueblos indígenas de las Tierras Bajas….
  2. La marcha en 2002 de los pueblos de las Tierras Bajas por la Asamblea Constituyente….
  3. La Guerra del Agua en Cochabamba en la que participaron varias organizaciones sociales…
  4. Control de las carreteras y de los espacios conquistados por los indígenas en el año 2000 a través de movilizaciones continuas…
  5. La Guerra del Gas entre el 2000 y el 2003 en el que todas la organizaciones y movimientos sociales reclamaban por la manera cómo la clase elitista manejaba el tema de los recursos naturales…” (p. 65)

Es decir, este movimiento Social ha vivido de  lucha en lucha pero también de logro en logro, dando pasos agigantados hacia la definitiva emancipación.

Estos tres movimientos que Garcés tomó sabiamente de ejemplo, al igual que otros importantes que acá no se mencionan, otorgan gran importancia a la educación, pues ésta garantiza la permanencia de sus valores en  las nuevas generaciones y fortalece ideológicamente a los cuadros para que sigan liderando las luchas que el día a día comunitario va presentando.

En estos nuevos movimientos sociales, la cuestión educativa tiene características que en cierta medida pudieran llamarse alternativas que apuntan a una educación que responda a grupos  en constante lucha por sus reivindicaciones y con la determinación de resguardar no sólo sus conquistas, sino también su cultura.

Rigel, en su artículo sobre los movimientos sociales y la educación señala a los Movimientos sociales como espacios educativos ya que observa en ellos una centralidad en la educación y una práctica política unida a la práctica pedagógica en la lucha por la hegemonía.

Los Movimientos Sociales reconocen la importancia de los saberes construidos comunitariamente por los colectivos, con sus tradiciones, creencias y en la resolución de sus problemáticas locales y nacionales; pero al mismo tiempo perciben la demanda de una educación, en cierto modo, formal, por lo que sienten la necesidad de la alfabetización y la emprenden a través de talleres y de los métodos más creativos, de educación lo que los aproxima, en la realidad a los planteamientos de Freire.

En este sentido, Rigel afirma:

“Esta perspectiva freiriana, estrictamente una perspectiva político – pedagógica, puede ser entendida como una pedagogía para las clases subalternas:

  • en lo político, defiende una opción de transformación social, denunciando los componentes opresivos del orden establecido y defendiendo un modelo más igualitario y más justo.
  • en lo pedagógico, critica frontalmente las concepciones tradicionales (verticalistas, abstractas y acríticas) de enseñanza – aprendizaje y promueve propuestas dialógicas, con circulación de los roles de educador y educando, basadas en la recuperación y revalorización crítica de los saberes del conjunto de los involucrados en el acto educativo y promueve una mirada crítica de la realidad concreta.” (p. 5)

En los Movimientos Sociales, la educación promueve una reflexión de la realidad circundante a fin de transformarla de acuerdo a las aspiraciones de los colectivos, en una relación dialógica entre los diversos actores del hecho pedagógico.

Todos los espacios de los Movimientos Sociales son percibidos como espacios pedagógicos, al mismo tiempo que espacios de lucha; también la lucha por los saberes se libra en buena lid en estos movimientos.

Es una educación que sale del espacio escolar, de lo meramente académico, de lo extremadamente vertical y riguroso, una educación más bien humana y humanizadora, emancipada y emancipadora, una Educación Popular.

Conclusiones

Lo que se ha hablado hasta acá, de la mano de quienes se han dedicado a estudiar la temática permite concluir que:

Los Movimientos sociales han sido en la historia punta de lanza de los grandes cambios que ha vivido la humanidad; estos aunque influidos por alguna ideología, son respuestas espontáneas y rebeldes a la cultura de dominación.

Su esencia es una lucha por la emancipación, por un nuevo orden social que vislumbran posible, por una utopía que exigen ver realizada.

En América Latina recobraron fuerza en la década de los 70 para dar respuesta a los regímenes militares, a las democracias ocultadoras de dictaduras y a la acción colonizadora e imperial de fuerzas extranjeras.

Son movimientos que agrupan, mujeres, trabajadores, desempleados, campesinos, indígenas, en fin, colectivos que deciden organizarse desde su experiencia de grupo.

Esto no implica que se cierren a la participación de otros colectivos, más bien se enriquecen en la diversidad y se abren de lo local a lo nacional.

La Educación Popular, que emerge de los movimientos sociales es un claro ejemplo de la Pedagogía Emancipadora, humanista, cercana, creativa, dialógica.

En estos movimientos se entrecruza lo político con lo social y cultural y por supuesto, lo educativo. Acá lo pedagógico es fundamental y busca adecuarse a las propias características del colectivo, reconociendo la importancia de los saberes comunitarios y al mismo tiempo la búsqueda de una educación formal. Puesto que “el elemento popular siente, pero no siempre comprende o sabe; el elemento intelectual sabe, pero no siempre comprende y, especialmente, siente.” Gramsci.

Bibliografía

Ander Egg. Diccionario de sociología. Centro Internacional Miranda. Caracas 2013.

Revilla Blanco María. América Latina y los Movimientos Sociales: El presente de la Rebelión del coro. Revista Nueva Sociedad 227. 2010 www.nuso,org.

Artículos:

Garcés, Mario. Movimientos Sociales y Educación Popular.

Rigal, Luis. Gramsci, Freire y la Educación Popular.

 

Autora: Lourdes Velásquez de Urbáez

Fuente: CII OVE

 

 

 

 

 

 

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Desmitificando los avances de la lucha contra la pobreza global

Desmitificando los avances de la lucha contra la pobreza global

Nelson Ortega Bonilla

Según el Banco Mundial entre 1990 y 2015 la tasa de incidencia global de la pobreza extrema[1] disminuyó de 36,2% a 10,1%[2], lo cual representa en términos generales una gran avance en la lucha contra este terrible fenómeno social y económico que afecta a los más vulnerables. En el caso de América Latina pasó de 15,2% a 3,8%, mientras que en el África subsahariana de 55,7% a 41,8% y Asia oriental y Pacífico de 60,9% a 2,1%.

En 1990 el total de pobres en el mundo era de 1.850 millones en el mundo[3] mientras que en el 2015 eran apenas unos 745 millones[4]. Al menos -en teoría- estos números parecen altamente significativos; sin embargo, no nos explica cómo se desarrolló esa reducción desde la perspectiva territorial y mucho menos de manera nominal.

El primer problema al analizar estos datos los encontramos sin contextualizar la reducción drástica que China ha tenido en el caso de la pobreza extrema pasando 66,3% a 0,7% entre 1990 y 2015, es decir llevando de más de 754 millones[5] a 10 millones[6] de personas, lo que representa una considerable disminución de 744 millones de pobres, absorbiendo de esta manera el 67% de la cifra mundial con apenas el 19% de la población global. Caso inverso ha ocurrido en el África Subsahariana que entre 1990 y 2013 pasó de 280 millones a 412 millones de personas que vivían en Pobreza Extrema, mientras que América Latina y el Caribe redujo este valor de 65 a 24 millones en el mismo período.

Con cada revolución Industrial, ha habido un cambio significativo en la reducción de la pobreza extrema[7]. Al término de la primera menos del 15% de la población global vivía fuera de ese rango, mientras que culminando la segunda; la miseria era inferior al 50%.  Ahora que nos encontramos en el proceso disruptivo hacia la cuarta revolución industrial, ese 10,1% parece optimista; sin embargo, aún no estamos viendo lo que ha significado en las necesidades de la población que ha traído cada uno de estos procesos transformadores globales.

Según el Banco Mundial casi la mitad de la población mundial vive con menos  5,50 dólares diarios[8], lo que coloca en riesgo a la población, que requiere más que alimentos para sobrevivir en un mundo cada vez más competitivo, y con necesidades de desarrollar nuevas habilidades para insertarse en el mundo laboral, para lo cual resulta fundamental disponer de las herramientas adecuadas.

Cómo explicar el caso del África subsahariana que entre 1990 y 2015 el PIB per cápita pasó de 1.695 a 3.704[9] dólares o en el caso de América Latina y el Caribe de 2.669 a 8.869 dólares[10], sin que eso se tradujera en una reducción significativa de la pobreza o peor aún en el caso del continente Africano en un incremento de la misma. Nos preguntamos entonces qué ha pasado con la supuesta ayuda recibida por los organismos de financiamiento internacional en estas regiones.

Una de las razones para entender este fenómeno se relaciona con la acumulación de capital progresiva que resta posibilidades a la población más vulnerable. En 2015 el 1% mas rico poseía el mas del 50% de la riqueza global[11], mientras que en 2010 era ligeramente superior al 44%, revirtiendo así los cambios positivos desarrollados en la primera década del siglo XXI[12].

Como si fuera poco, frente a la ya desigual reducción de la pobreza global y una repartición de la riqueza cada vez menos equitativa, se suma la pandemia de la COVID-19, donde la disminución de la pobreza había desacelerado ya su ritmo desde el año 2014[13], pero que según el Banco Mundial ha dejado más de 120 millones de pobres en el mundo. Sólo en América Latina y el Caribe según la CEPAL el número de personas en pobreza extrema alcanzarían los 83 millones de personas, con lo que arrastraría los logros obtenidos las últimas tres décadas en términos nominales[14]. En conclusión la distribución desigual de la riqueza, la acumulación de capital en pocas manos y la pandemia están acabando con la esperanza de los países del sur.

Mientras en la narrativa, los organismos internacionales y las potencias occidentales proponen mayor cooperación para luchar contra los males de la pobreza y la pandemia, no podemos dejar de recordar la canción del grupo cubano Buena Fé; “como un espejismo”, donde nos dice que “la limosna quiere ayudar también, luego escabullirse en un mercedes benz”, especialmente cuando arrecian los ataques contra países como Cuba con un bloqueo económico a su población, o mediante el uso de medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela que han desplomado sus ingresos con una caída del 99%, o la “intervención humanitaria” a Libia que destruyó años de progresos sociales y que alcanzaba indicadores sociales y económicos por encima de la región africana.

Cuando el Presidente Chávez llegó al poder en Venezuela en 1998 la pobreza era 49,4%[15], alcanzando niveles superiores al 20% en el caso de la pobreza extrema afectada durante el golpe de Estado de 2002 y el sabotaje petrolero de 2002-2003, que sobrepasó el 25%[16], mientras que en el año 2013 la pobreza alcanzó una cifra de 23,9% según la CEPAL[17]. Definitivamente la tan ansiada cooperación al desarrollo tiene su peor enemigo dentro del sistema de las grandes potencias, que con su soberbia Neo-colonial son capaces de destruir los avances sociales de los países, y en plena pandemia siguen robando activos, bloqueando cuentas y destruyendo mediante una verdadera guerra económica al país suramericano.

            Que no nos agarren incautos con las narrativas del financiamiento, y las reformas estructurales que demandan una mayor liberalización de la economía para resolver el tema de la pobreza, cuando los resultados ya los conocemos y sus causas también, y cada día es más evidente que el rey del capitalismo se encuentra desnudo. Las soluciones las encontraremos sí defendemos desde el sur nuestros propios proceso de desarrollo y le exigimos a las potencias occidentales que respeten la soberanía y la autodeterminación de nuestros pueblos.

[1] Sobre la base de $1,90 por día (2011 PPA) (% de la población)

[2] https://datos.bancomundial.org/tema/pobreza?end=2015&start=1990

[3] https://www.libremercado.com/2016-10-15/el-numero-de-pobres-se-desploma-en-el-mundo-1000-millones-menos-desde-1990-1276584486/

[4] Cálculos propios con la información suministrada por Naciones Unidas sobre proyecciones de población mundial

[5] Cálculos propios con la información suministrada de porcentaje de población en pobreza extrema y población del Banco Mundial.

[6] https://blogs.worldbank.org/es/que-paises-han-reducido-mas-las-tasas-de-pobreza

[7] https://www.libremercado.com/2018-06-04/los-seis-graficos-que-demuestran-la-inedita-mejora-del-mundo-desde-la-revolucion-industrial-1276619159/

[8] https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2018/10/17/nearly-half-the-world-lives-on-less-than-550-a-day

[9] https://datos.bancomundial.org/indicator/NY.GDP.PCAP.PP.CD?locations=ZG

[10] https://datos.bancomundial.org/indicator/NY.GDP.PCAP.CD?locations=ZJ

[11] https://www.elblogsalmon.com/economia/nuevo-informe-el-1-mas-rico-posee-mas-de-la-mitad-de-la-riqueza-mundial

[12] https://www.alainet.org/es/articulo/172894

[13] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/370802

[14] https://www.bbva.com/es/america-latina-mas-de-28-millones-de-personas-entrarian-en-situacion-de-pobreza-este-ano-por-el-covid-19/

[15] https://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/01/111229_venezuela_pobreza_desarrollo_humano_cepal_chavez_j

[16] https://journals.openedition.org/cal/679

[17] https://www.cepal.org/pt-br/comunicados/desacelera-se-reducao-pobreza-indigencia-america-latina

 

Fuente de la Información: CII OVE

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SIMON RODRIGUEZ Y PAULO FREIRE: CAMINOS Y HORIZONTES

Necesitamos abrirnos de imaginación y soñar caminos ciertos para reinventar la educación y la sociedad en todos sus sentidos. Desde el confinamiento por el Covid 19, que hogariza aún más las contradicciones sociales, y las acciones de bloqueo y asedio internacional contra nuestras naciones, que dificultan la satisfacción de nuestras necesidades básicas, tenemos que repensarnos y reasumirnos como sociedad, y con ella nuestra educación. como sociedad y pero también las posibilidades de generar nuevas pautas societales, necesitamos señalar posibilidades de vida que sinteticen lo económico, lo político, lo cultural, lo social. Y, sabemos, la educación (no solo la escolaridad) es un camino privilegiado para lograrlo.

En este proceso de mirar críticamente las realidades y las crisis que habitamos, y prefigurar formas de vida más solidarias, cooperativas, es decir, más humanas, contamos con importantes referencias históricas. Y queremos hoy considerar dos referencias importantes en nuestro historial latinoamericano, encarnadas en las vidas y pensamientos de dos personajes de dimensiones universales: Simón Rodríguez y Paulo Freire.

Rodríguez y Freire viven en momentos históricos diferentes. Rodríguez, en el proceso independentista americano de finales del siglo XVIII y la primera mitad del XIX. Freire durante el siglo XX. Rodríguez lidió con la decepción de una independencia que excluyo al pueblo del poder y de las posibilidades de crear una nueva sociedad, y se aboco a la creación de las nuevas repúblicas desde la educación. Freire se levanto contra las injusticias e inequidades de una sociedad que se vendía a sí misma como democrática, y solo amparaba dictaduras y opresión para las poblaciones más populares. Ambos se enfrentaron a grupos dominantes que encarnaban los intereses de poderosos imperios, y sometían al pueblo a sistemáticas formas de dominación economica, social, militar, cultural y política. Y, como consecuencia de esto, la instauración de mecanismos cada vez más sofisticados de colonización interior, ideológica, que controlaba pensamientos y acciones de las instituciones y las personas.

Tanto Rodríguez como Freire se planteaban, parafraseando al cantor Ali Primera, humanizar la humanidad. Es decir, generar condiciones y procesos que dieran a los seres humanos la posibilidad de crecimiento y desarrollo pleno, y protagonismo en sus vidas y en su desempeño social. Sin embargo, podemos apreciar coordenadas diferentes en cada uno, y es lo que hoy queremos destacar como referencias para abordar nuestras prácticas educativas.

Rodríguez, desde nuestra apreciación, practicaba un camino educativo centrado en una situación «externa» (válidas las comillas), como lo es el trabajo productivo. Los procesos formativos se inician y culminan en que las personas deben organizarse, de modo cooperativo y solidario, para producir bienes y aprender oficios. Más, en este proceso, el maestro se ocupaba del desarrollo del lenguaje, del quehacer científico, del desarrollo corporal y de las técnicas especificas. Pero la idea no era formar «mano de obra» para los patrones, sino de crear ciudadanos republicanos que fuesen sus propios «patrones», que se organizaran en empresas productivas con tanto impacto social que fuesen el factor determinante para que la propia comunidad se gobernara a si misma (Toparquía). Este camino fue luego avalado por personajes relevantes como José Martí, y en Venezuela por educadores tales como Luis Beltrán Prieto Figueroa, creador de las escuelas-granja que luego Cuba desarrollo con tanto ahínco.

Freire, por su parte, con influencia fenomenológica, desarrolla su práctica educativa centrada en la consciencia humana. Esta consciencia se alimenta del ejercicio progresivo de empleo de la palabra, de la lectura crítica del mundo, del dialogo como eje de transformación personal y social. El eje es, con cuidadosas comillas, mas «interno», mas personal (consciencia), pero que solo tiene sentido en la medida que interacciona dialécticamente con otras consciencias, nombrando el mundo y de hecho transformándolo desde este hecho de nombrarlo. Este ejercicio constante de la palabra, desde el mundo de vida de las personas (su universo vocabular) acciona que cada cual reconozca y valorice sus humanas dimensiones (curiosidad, ternura, amor), convirtiéndose en sujeto de su propia vida y de de los procesos sociales en general.

Alguien pudiese decir que la propuesta de Rodríguez es más bien marxista, si no fuese por el hecho de que el pensamiento robinsoniano precede al marxista, enfocado en un materialismo filosófico (los cambios sociales están vinculados directamente con las necesidades de seres humanos concretos), pero enfocado al bien común (sociabilidad, en lenguaje rodrigueano). Desde las necesidades reales fundamentales (alimento, casa, cobijo, compañía), la educación viabiliza el desarrollo de procesos productivos organizados, que conduce a los seres humanos a ser protagonistas de sus propios destinos sociales. El sendero freiriano, por su parte, luce imbuido en valores cristianos (amor, compasión), enfatiza como ya dijimos la consciencia como posibilidad de transformación humana, mediante el dialogo con afinidades buberianas al yo-tu y levinianas, en consideración al «otro».

No obstante, ambos autores convergen significativamente en diversos aspectos. Ambos toman como puntos de partida los seres humanos concretos, específicamente los más humildes, los más segregados, para propiciar las necesarias transformaciones sociales. Ambos suponen la educación como camino privilegiado para asumir esos procesos de transformación colectiva, enfatizando las posibilidades de relaciones humanas signadas por la horizontalidad, la solidaridad (entreayudarse, dialogar), el aprendizaje compartido, y la posibilidad de asumir proyectos colectivos para transmutar las condiciones de vida a una vida más humana, más vivible, si caben los términos. Ambos, como ya vimos, se oponen a los poderes dominantes (imperios, gobiernos cómplices) y a la llamada colonización interior.

Así, tanto Simón Rodríguez como Paulo Freire constituyen referencias importantes para que repensemos la educación, durante la pandemia y luego de ella. Podemos enfatizar, desde nuestras prácticas, el trabajo productivo como eje educacional, derivando de él los aprendizajes sociales necesarios para ejercer la humanidad y la toparquía, aprendiendo oficios (hemos visto que, en esta situación de crisis hasta los educadores y estudiantes requerimos otros trabajos y otros ingresos), pero alejándonos de la competencia ciega, del canibalismo socioeconómico, y enfatizando la socialibilidad, el bien común. O podemos asumir la educación desde el desarrollo de nuestra praxis critica, la concienciación, fortaleciendo la lectura del mundo, de los rostros humanos, y ejercitando infinitamente el dialogo creador, la búsqueda conjunta para salir adelante. O, tal vez, ensayar caminos donde se crucen ambas propuestas, el trabajo y el dialogo fecundo, pero este es tema de otro encuentro.

Por: Julio C Valdez

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Guatemala – Educación: Selectiva y escasa

Educación: Selectiva y escasa

Carolina Vásquez Araya

Las condiciones impuestas por los gobiernos limitan el acceso a la educación.

Entre los efectos más graves de la pandemia y sus restricciones, está el limitado acceso a la educación y el consiguiente enclaustramiento de los segmentos infantil y juvenil de la sociedad. En los países menos desarrollados y en donde se observan grandes desigualdades, el tema de las políticas públicas para la educación ha sido manipulado, no solo desde la conveniencia política de mantener a la ciudadanía incapacitada para comprender, evaluar y participar de forma activa y consciente en los procesos de gobernanza, sino también para instalar un sistema laboral a beneficio del sector económico. Es decir, a menor educación, más mano de obra barata y dispuesta a aceptar condiciones mínimas de trabajo.

Quienes terminan siendo sacrificados –como chivos expiatorios- son las nuevas generaciones. Si la educación pública en la mayoría de nuestros países ha sido deficiente y cada vez más escasa, la pandemia ha venido a poner en evidencia la miserable infraestructura educativa y la pobreza de todo el sistema. Las condiciones de los establecimientos son de terror y, definitivamente, imposibles de utilizar en un ambiente de emergencia sanitaria. Muchas de las escuelas carecen de servicios tan básicos como agua potable y sanitarios decentes, por lo cual enviar a los niños a la escuela sería condenarlos, a propósito, a un contagio seguro.

Las opciones, sin embargo, tampoco son la panacea para ese enorme contingente de niñas, niños y adolescentes en proceso de recibir instrucción. Los gobiernos empiezan a proponer medidas como la educación a distancia, sin considerar que, para una fuerte mayoría de hogares, la tecnología es inalcanzable por vivir en situación de pobreza y no haber tenido nunca acceso a ella. Pero esta realidad no solo afecta a la niñez, tampoco es una solución válida para miles de madres, padres y maestros incapaces de ingresar a un campo de códigos virtuales totalmente nuevo y desconocido. Por lo tanto, las soluciones planteadas desde las cúpulas resultan únicamente factibles para un porcentaje minoritario de la gran población estudiantil.

Sumado a ello está el confinamiento de este segmento, para el cual el ejercicio, el entretenimiento y el contacto con sus pares ha sido limitado al extremo de provocar depresión, alteración de la conducta y, en algunos casos, hasta intentos de suicidio por vivir encerrados en ambiente de violencia doméstica. Los niños, niñas y adolescentes necesitan el juego y el contacto social como una de las actividades más importantes para su desarrollo. Privarlos de ese factor fundamental durante un tiempo prolongado tendrá efectos de corto, mediano y largo plazos, con el agravante de provocar, como efecto colateral, una inevitable tensión en el seno del hogar.

Es imperativo poner la educación y los derechos inalienables de la niñez y la juventud en el centro del debate político y no subestimar el impacto que esto tendrá en la vida y el desarrollo de las naciones. Dado que es un sector históricamente marginado, cuyas demandas suelen ser acalladas por la fuerza y la represión, otorgarles un espacio de participación en la toma de decisiones podría representar un cambio positivo y necesario para encontrar alguna salida a la crisis actual. En países tan proclives a privilegiar los intereses del sector empresarial por encima de los intereses de la ciudadanía, los gobiernos se han sometido a la regla de “a menos educación, menos participación política” y, por lo tanto, menos peligro de perder cuotas de poder. Ya es hora de cambiar la polaridad política en la dirección correcta.

 

El confinamiento de niñas, niños y adolescentes es un grave problema social.

elquintopatio@gmail.com @carvasar

Fuente de la Información: CII OVE

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México: Conozco perfectamente los problemas de la educación mexicana y estaré cerca de los maestros: Delfina Gómez

Conozco perfectamente los problemas de la educación mexicana y estaré cerca de los maestros: Delfina Gómez

 Erick Juárez Pineda

En su primer mensaje a los integrantes de los Consejos Técnico Escolares (CTE), la Secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez, aseguró que estará muy cerca del magisterio, de las madres y padres de familia, de las figuras educativas y de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes del país.

Por ello, anunció que próximamente tendrá una página web en donde podrá comunicarse directamente con los docentes, además de que pronto visitará los estados, las escuelas, las comunidades, “porque solamente así podemos conocer la realidad de nuestras escuelas”.

Externó sus condolencias a todos aquellos que han perdido familiares, amigos y seres queridos a lo largo de los últimos meses, y les manifestó su profunda admiración y respeto, “pues a pesar de sus pérdidas, han continuado laborando por el bien de la educación de mexicanas y mexicanos”.

Dijo tener la mejor disposición para dialogar con maestras y maestros, para impulsar sus aportaciones, con el fin de robustecer la Educación Púbica de México.

Señaló que conoce perfectamente los problemas de la educación mexicana, los diagnósticos o las recomendaciones de algunos especialistas en la materia, por lo que los cambios que se iniciaron hace dos años en el sector, continuarán con mayor velocidad y profundidad.

Consideró que mejorar la calidad de la educación, sólo es posible con la participación comprometida de los maestros, de las autoridades educativas y de los padres de familia.

Comentó que, en la quinta sesión de los Consejos Técnicos Escolares, se abordaron temas sensibles, como la salud emocional de las comunidades escolares y los avances en el aprendizaje de niñas y niños.

La Titular de la SEP expuso también que los alumnos resienten de manera especial el confinamiento y sus consecuencias, así como las pérdidas de familiares y amistades.

En este sentido, dijo que como docentes deben construir canales de comprensión, empatía y apoyo emocional dentro de las comunidades escolares, para desarrollar estrategias prácticas y certeras para registrar y evaluar los avances de los educandos en medio de estas condiciones extraordinarias de aprendizaje.

“Nosotros como maestros, con nuestras caricias, y a veces con nuestras palabras en este momento, podemos hacer la diferencia de la vida de un niño; por ello, muchas gracias, maestros, por lo que están haciendo”, expuso.

Hizo un reconocimiento a aquellos maestros que buscan los medios por los que pueden llegar a sus niños, que puede ser desde una tele, un video, hablando por megáfono; los que van a tocar a las casas y van a dejar material, “esos maestros son mis maestros”, señaló.

Autor: Erick Juárez Pineda

Fuente de la Información: http://www.educacionfutura.org/conozco-perfectamente-los-problemas-de-la-educacion-mexicana-y-estare-cerca-de-los-maestros-delfina-gomez/

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Guatemala: Cuando las y los plebeyos claman por un proceso constituyente plurinacional

Cuando las y los plebeyos claman por un proceso constituyente plurinacional

Salieron de sus casas y comunidades a media noche, en muchos casos. Trayendo consigo pancartas y mantas con sus demandas. Atol, tortilla y frijoles para su desayuno y almuerzo… Llegaron, y se encontraron con sus compañer@s de destino en uno de las cuatro puntos de ingreso al corazón político y económico del país, la ciudad de Guatemala.

Son casi las 6 de la mañana. La ciudad comienza a despertar con pereza a su caos cotidiano. Las y los recién llegados, con aroma a tierra campesina y mística indígena, descienden de los buses y camiones… algunos mastican sus tortillas en grupo, sentados de cuclillas. Otr@s, buscan sus mantas y carteles… comienzan a darle forma al río de multitudes multicolores que serpenteantes ingresarán, por las cuatro entradas, a la “gran ciudad de Guatemala” con aire colonial republicano y aroma castizo.

Algunos gritan consignas, otros, miran con admiración los “gigantes bosques de cemento” que desfilan en sentido contrario a su paso. Y, así, ante la mirada indiferente de muchos citadinos colonizados, el aplauso de otros vecinos indignados o solidarios con las luchas y sueños postergados de los pueblos, los NO CIUDADANOS ingresan. Toman la ciudad, para gritar frente al Congreso de la República y a la Casa Presidencial sus protestas y propuestas contenidas por siglos.

Son el movimiento social vapuleado por tradicionales izquierdas y derechas. Son las y los desprestigiados por los patrones y los caporales del país. Criminalizados y asesinados por ejercer dignidad, exigir la nacionalización de los bienes privatizados, y promover un proceso constituyente plurinacional. Son el movimiento CODECA. Son los indeseados por la bicentenaria República criolla de Guatemala.

¿Por qué salen ahora hacia la ciudad que los detesta?

Al igual que en el resto de los países de Abya Yala, el originario (sea millennials o generación z) nace para ser sirvienta en las casas patronales de la República. Así lo asume el sentido común hegemónico del país oficial. Por ello, las y los originarios jóvenes pueden y deben de ingresar a la ciudad de Guatemala como “sirvientas o como guardias de seguridad”. Humildes y obedientes… Pero, esta vez, no ocurre ello.

Indígenas y campesinos organizados en comunidades en resistencia, articulados en el movimiento CODECA, “paralizan” y “toman” la ciudad desde sus cuatro puntos de escape, para reiterar su indignación y repudio al putrefacto bicentenario sistema colonial republicano, y proclamar nuevos tiempos de cambios estructurales.

Proponen la nacionalización de bienes y servicios privatizados. Para ello traen y presentan un anteproyecto de Ley al Congreso. Proclaman proceso de Asamblea Constituyente Plurinacional con temas y contenidos que ya vienen consensuando desde casi una década atrás.

Durante la Colonia española a las y los originarios “se los admitió” como sirvientes obedientes. Durante la República se los asumió como “adornos” para la industria del turismo, aunque a veces incomodaban con sus protestas. Pero, ahora, las y los sobrevivientes a la Colonia y a la República vienen como sujetos sociopolíticos colectivos. Sí. No vienen para mendigar caridad, ni “incidencia” política. Vienen para proponer la urgente necesidad postergada de repensar el país y crear un Estado Plurinacional. Esto es lo que hace crujir hasta a las más profundas estructuras psicológicas individuales y colectivas de la oligarquía criolla mestiza y de sus caporales en el panóptico de la llamada ciudad de Guatemala.

La sola presencia de est@s NO CIUDADANOS de la República bicentenaria es la materialización más diáfana del fracaso de las políticas coloniales y eugenésicas que Guatemala criolla mestiza impulsó de forma fallida por dos siglos.

Las y los sobrevivientes al holocausto colonial y republicano, ingresan al corazón político del país, no como víctimas, ni como siervos. Ingresan como auténticos sujetos sociopolíticos plebeyos, cargando y gritando sus propuestas plurinacionales.

Esto es lo que ofende, en buena medida, al orgullo criollo mestizo. No ofende tanto el gemido lastimero de las y los heridos/sobrevivientes de la República. Les ofende que las y los “heridos por la colonia y la República” hablen, propongan, anuncien verdades con hidalguía y dignidad. CODECA, al momento, es la innegable constatación de la auto derrota intelectual y moral de la oligarquía criolla mestiza de la Guatemala oficial. CODECA es la conciencia digna e indomable del país. Eso les duele.

“Cáncer social que crece incontenible en el país”

Así se refería el entonces Presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina (ahora encarcelado), en 2014, a CODECA en su desesperación por sostener vigente el saqueo neoliberal.

Éste “cáncer social”, en 2018, por primera vez en la historia republicana de Guatemala, creó su propia organización política MLP (Movimiento para la Liberación de los Pueblos) y disputó el poder en las elecciones del 2019, quedando en 4to lugar en los resultados, de un total de 22 organizaciones políticas que compitieron.

Lo hicieron así como hacen (ayer y hoy) sus acciones colectivas de protestas y asambleas. Con sus propios recursos. Comiendo tortillas con aguacate. Debajo de los árboles. Viajando en camiones de carga o a pie. Sin banderas o símbolos patrios del criollo. Muchos de ellos, con sus equipos de telefonía celular conectados al internet, mostrando al mundo lo que los medios corporativos escondieron por siglos.

Esta mística y método de CODECA, reactiva en la memoria selectiva de clase de la oligarquía y de sus capataces culturales clasemedieros aquella mítica paranoia compartida que no les deja en paz: “Los indios vienen desde las montañas por nosotros”. Por eso, cada que CODECA activa en las calles la oligarquía ofendida activa todos los recursos legales, policiales, militares y mediáticos para desprestigiar e intentar anular a los “indeseados sujetos sociopolíticos plebeyos”.

Nadie sabe a ciencia cierta cuál será la ruta histórica que tomará este movimiento indocampesino, cada vez más plurinacional rural/urbano. Desde el 2019, tomaron la vía electoral, con organización política propia, para hacer los cambios estructurales mediante el proceso constituyente popular y plurinacional. Se acercan las elecciones del 2023, y el “cáncer social” del 2014, ahora, es un “cáncer sociopolítico” que crece incontenible en un país pandémico y oscuro.

Ellos y ellas saben que destituir gobernantes es como cambiar al administrador de la finca llamada Guatemala para no cambiar nada. Y los movimientos destituyentes del año 2015 les confirman en esta certeza. Por ello, con sus propios lenguajes y métodos, colocan progresivamente en el imaginario colectivo de Guatemala la pregunta de: ¿Por qué Guatemala debe ser una finca? ¿Por qué no puede ser un país soberano?.

Ollantay Itzamná. Defensor latinoamericano de los Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos

Blog del autor: https://ollantayitzamna.com/

@JubenalQ

Fuente de la Información: https://rebelion.org/cuando-las-y-los-plebeyos-claman-un-proceso-constituyente-plurinacional/

 

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Niños sin infancia

Por: Andreu Navarra

Un amigo profesor me explica que un par de sus sesiones con un grupo fueron sustituidas por un taller de Minecraft monitorizado por personal externo

Leo un interesante trabajo de Gregorio Luri10 tesis sobre el videojuego, y pienso: “Por fin algo de opinión basada en el logos y no en la doxa, un decálogo documentado y redactado desde la lógica, y no desde la urgencia o la conveniencia”. Porque el texto es valiente y está limpio de tópicos.

Cuando hablamos de juventud y educación, son precisamente los tópicos lo que más sobra y la vez lo que más abunda. Cuenta Luri que afirmar que el exceso de videojuegos es perjudicial resulta una perogrullada. Porque es nocivo cualquier exceso, no sólo el de videojuegos. Una copa de vino es saludable: cinco botellas podrían resultar mortales. Una manzana es sana y depurativa, treinta resultarían venenosas. Por lo tanto, hay que ampliar la lente. Porque resulta que existen estudios que demuestran que el consumo de juegos violentos no te convierte en violento. Para orientarnos en los diagnósticos de lo que les ocurre a nuestros jóvenes, el camino correcto es poner el acento de la observación de lo que hacen los adultos. Para darnos cuenta, por ejemplo, de qué tipo de infancia enjaulada estamos proporcionando a nuestros niños. Se pregunta Luri, y tiene razón, cuántos de nuestros niños han tenidos cabañas en el árbol, y cómo jugaban nuestros abuelos. Y tiene razón: descabezaban gatos, despanzurraban perros, se arrojaban pedruscos…

Lo cual me hace pensar en qué tipo de pedagogía floral estamos proporcionando a nuestros menores. Para averiguarlo no hace falta más que charlar con los alumnos de primero de ESO. Dicen que en la escuela “no hacían nada, sólo dinámicas”. No estoy en contra de la educación emocional, pero sí de que sustituya el vector técnico y el tiempo que se debe invertir en adquirir contenidos académicos. La primaria no puede convertirse en una policía moral y emocional. Esa utopía evangélica y ese control podrían estar detrás de algunas explosiones actitudinales incomprensibles en secundaria, que todo profesor ha presenciado y para las que actualmente no hay respuesta.

La educación emocional no se puede convertir en un intento de domesticación socioeconómica. Para educar en valores y en carácter, ya teníamos la ética. El desmoche de las Humanidades traerá un aumento de la visceralidad mental, no un descenso de la rebeldía. La rebeldía seguirá existiendo, pero no asomará bajo la forma del reformismo, sino como constelación de motines banales.

Me escribe un amigo profesor. Me explica que un par de sus sesiones con un grupo fueron sustituidas por un taller de Minecraft monitorizado por personal externo a su centro. Me escribe porque está perplejo: tuvo que situarse en el fondo del aula para vigilar que la clase no se desmandara. Los alumnos jugaban excitados, profiriendo gritos de victoria o decepción según iban ganando o no misiones del videojuego. Lo que no consiguió entender fue la finalidad educativa de las partidas: era verdad que los monitores se expresaban en inglés, pero no había nada que aprender: se trataba de una sesión recreativa. Lo que puede llevarnos a lanzar algunas hipótesis: ¿no tendrá que ver el llamado Nuevo Paradigma educativo con nuestra imposibilidad como adultos para proporcionar una niñez infantil, imaginativa, aventurera, creativa, memorable? ¿No se estará convirtiendo nuestra escuela en el salón recreativo que ya no puede ser el hogar, por la crudeza extrema del mercado laboral? ¿Estará tratando el sistema educativo de reemplazar a unas familias incapaces ya de educar, por asfixia o por negligencia lúdica?

¿En qué punto cambiamos los objetivos pedagógicos por las actividades de ocio en nuestros centros docentes? Nuestras cúpulas políticas ya no desean que los profesores enseñen: la idea de fondo es que, juntos, exprofesores y alumnado se conviertan en copartícipes de juegos que contribuyan a apuntalar una ilusión de éxito social, de equidad o de inclusión. Hay incluso quien piensa que lo progresista es que el docente acabe metamorfoseado en un creador de contenidos molones.

¿Qué tipo de sociedad puede aflorar ante todas estas estas necedades? Paralelamente, nos obsesionamos con el futuro de nuestros hijos (y con sus rendimientos, en una clave taylorista) y les robamos con ello su presente y su biografía memorable. Nos hundimos en rutinas y ortodoxias, y nos llevamos con nosotros a nuestra juventud, para que sea igual de conformista. Les proporcionamos una infancia sin aventuras y sin diversiones alocadas. Su presente necesita expansión, vida y vacaciones de moralidad. Me cuentan mis alumnos de primero de ESO que sus tutoras buscaban conflictos donde no los había. Deseamos crear ángeles y ciudadanos luminosos desde muy temprano, donde lo que hay es personas. ¿Cómo debe reaccionar un niño ante la pedagogía de la felicidad si no le da la gana ser feliz ni luminoso, o no siempre? ¿Es que no existen la rabia y la protesta, la tristeza y la negación? ¿Qué profesor inteligente no se alegra de que su mejor alumnado sea contestatario y rebelde? Confundimos el capricho con la revolución, la seguridad con la creatividad. Intentamos moldearlos en una estrechez moral contraproducente. Qué desgracia tener que vivir en esta época neovictoriana. Ya lo dijo Albert Camus: el hombre rebelde es el hombre que ha aprendido a decir no. Nuestros sermones pueden resultar bastante hipócritas, porque la vida libre no es moral, es vida.

Nos da miedo que nuestros jóvenes experimenten y construyan su libertad. Nuestros hijos no son ángeles ni artefactos ideológicos. Dejemos que jueguen, y dejemos, luego, que aprendan y que adquieran responsabilidades. Que entiendan cómo es el mundo en realidad y no en nuestras utopías. Les estamos robando su autonomía y su derecho a cuestionar, porque nos creemos superiores y consolidados, cuando lo que más le mostramos es puro miedo derivado de nuestra pura desorientación.

Por descontado, afortunadamente, muchos de nuestros jóvenes nos dirán no.

Fuente: https://elpais.com/educacion/2021-02-17/ninos-sin-infancia.html

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