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La noción de trabajo decente, ¿un ardid de la teología del capitalismo?

Por: Eduardo Camín

 

El lenguaje es una de las herramientas usuales para interpretar y comprender la realidad. En nuestros días es habitual la utilización del lenguaje fingido, para controlar la forma de pensar o legitimar desigualdades. Y ciertas nociones o enunciados que surgen de un determinado contexto se convierten en claves para objetivar cuestiones hasta entonces no objetivadas.

Un concepto muy manido en estos tiempos es el del trabajo decente, emergente del actual contorno socio-histórico en donde la situación laboral es endeble y la categoría trabajo ha perdido significación, un concepto que se constituye en un término altamente valorativo y explicativo de la realidad, pero que, paradojalmente lleva implícito su déficit.Ponencia sobre el trabajo decente

Si bien el sentido ético es el carácter más visible de este término, cuestión que puede llevar a confundirlo con un anhelo, las dimensiones que la constituyen estructuran una sólida noción analítica y dan cuenta de cómo puede ser el trabajo, o bien, de cuánto adolece hoy en día y en cada lugar esta actividad vital, ese acto social propiamente humano.

En el marco de este proceso de formación de una nueva cultura civilizatoria, en la que teoría e historia van configurando nuevos escenarios de conocimiento y realidades sociales, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) adoptó en 1999, el Programa de Trabajo Decente ,con el cual se compromete a promover las condiciones que brinden oportunidades para que los hombres y las mujeres puedan conseguir un trabajo digno y productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana.

Y lo definició como “el trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad, en el cual los derechos son protegidos y que cuenta con remuneración adecuada y protección social” (OIT 1999a: 4).

Después de aquella 87ª reunión de la OIT, esta organización ha elaborado varios documentos en los que se profundiza en el concepto. En el 2000, el entonces Director General Juan Somavia, presentó una nueva metodología en la que el trabajo decente debe entenderse como un concepto integrador, en cuya realización es necesario combinar aspectos relativos a los derechos, el empleo, la protección y el diálogo en un todo.

Además debe constituir una meta, un marco para la definición y la actuación de políticas, un método de organización de actividades y programas, y una plataforma para la asociación con otras entidades (OIT 2000: párrafos 1.1 y 3.5).

Trabajo decente en condiciones indecentes

El trabajo decente | Voces en el FenixCuando hablamos de trabajo, hemos limitado su significado habitual al empleo, al trabajo asalariado. Pero abarca mucho más que eso, en capacidad creadora, construcción social, desarrollo humano, solidaridad… Muchos de los trabajos que desarrollamos, sin ser empleos, son imprescindibles para la vida humana (el trabajo en el hogar y la familia, el del cuidado, el voluntariado…) y sin ellos el empleo no se podría sostener.

La OIT acuñó el término “trabajo decente” y lo convirtiera en su prioridad a partir de 1999, entendido desde la promoción de oportunidades para que hombres y mujeres pudieran conseguir un trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana.

Desde ese momento comenzó a diseñar estrategias internacionales para que el trabajo decente ocupara un lugar central en las políticas de los gobiernos y, con ello, se lograra un progreso social y económico que fortaleciera a personas, familias y comunidades. El objetivo era reafirmar que el trabajo decente es fuente de dignidad personal, indispensable para reducir la pobreza y alcanzar un desarrollo equitativo, global y sostenible.

La realidad neoliberal: ¿cómo andamos de trabajo decente?

Nuestras sociedades se han ido configurando de tal manera que lo no-productivo, lo que no es útil para obtener beneficio en el menor tiempo posible, se desecha, se descarta. En el actual contexto globalizador, el mundo se mueve alrededor de la “economía”, del mercado: trabajo, política, sociedad, ocio, relaciones, la persona es un todo. Nada queda fuera del alcance del culto al dios dinero, que convierte todo en mercancía. Incluidas las personas. Una economía que destruye toda noción de vida.

La lógica del modelo económico neoliberal dominante ha impuesto una nueva configuración del trabajo en la que el desempleo y la precariedad son lo habitual, lo normal, puesto que lo nuclear no son las personas sino la rentabilidad. Desde esa perspectiva, el empleo, y las personas que lo desarrollan, se vuelve inestable, inseguro, a merced de las fluctuaciones del mercado.El trabajo decente sigue lejos para mujeres latinoamericanas

Éste es el que acaba decidiendo qué persona y en qué lugar trabajará o no hoy, en qué empresa, con qué horario, en qué puesto, por cuánto salario. Se precariza el empleo y, con él, la vida de las y los trabajadores y de sus familias. Tanto que cada vez es más difícil planificar el futuro: se dificultan las relaciones familiares y sociales, así como la participación.

Del trabajo decente pasamos a una “flexiprecariedad”, a la fragmentación del mundo del trabajo ante las diversas y siempre cambiantes modalidades de empleo, con constantes salidas del mercado laboral y con retornos, la mayoría de las veces, en peores condiciones.

El salario cada vez cumple menos su función de dar estabilidad, seguridad y cubrir necesidades personales y familiares. Ahora tener un trabajo no asegura estar fuera de la pobreza: miedo a perderlo es, muchas veces, miedo a la exclusión que acecha.

Las malas condiciones de trabajo también se manifiestan en los bajos ingresos. En 2019, más de 630 millones de trabajadores en todo el mundo –el 19 por ciento de todos los empleados– no ganaron lo suficiente para salir ellos y sus familias de la pobreza extrema o moderada, que se define como la situación en la que los trabajadores ganan menos de 3,20 dólares al día, en términos de paridad de poder adquisitivo.

Así, se niega en la práctica el derecho al trabajo: Los derechos laborales son un obstáculo para la rentabilidad; se estigmatiza la negociación colectiva, pues el objetivo es que el trabajador – y su familia – sea “flexible”, se adapte a las exigencias de la producción.

Sin embargo, nunca en la historia ha habido tanta riqueza acumulada como ahora. El problema del hambre es solucionable, al igual que la posibioidad de que todas las personas puedan vivir dignamente. Es un problema de equidad, de solidaridad y de justicia, que debe traducirse en prioridades políticas, económicas y sociales.

Necesitamos trabajo y sustento … y nos ofrecen empleo cada vez más precario, cada vez más indecente. Este es el problema por resolver. Y no tiene solución viable razonando con la lógica del lucro, del dinero.

Covid 19, realidad convertida en ardid

El Derecho del Trabajo en la emergencia del Covid-19 | Blog Alternativas | EL PAÍSSomos conscientes de las consecuencias del Covid-19 en el empleo son profundas, de gran alcance y sin precedentes. El ajuste del empleo suele seguir a la contracción económica con cierto retraso. La presente crisis, los cierres y otras medidas han afectado al empleo directamente y en una magnitud mayor a la prevista inicialmente al comenzar la pandemia.

Vivimos la crisis más grave desde la Segunda Guerra Mundial, con un rápido aumento de la destrucción de empleo en el mundo Para captar con mayor precisión las características actuales de la crisis del COVID-19.

El Estado podría –y debería– ampliar sus competencias para ofrecer siempre oportunidad de trabajo e ingreso a cualquier personas empleadas de empresas privadas, públicas o cooperativas lanzadas al desempleo por las fluctuaciones de la demanda. Ante esta situación, el empleo –tenerlo o no, las condiciones en que se desarrolla, los ingresos que aporta– condiciona enormemente la vida de las personas, de las familias y de la sociedad entera.

Hasta hoy el empleo es un elemento decisivo en la inclusión social y no tenerlo aboca a muchas personas y familias a la pobreza o la exclusión. En el modelo capitalista, el capital privado sufraga una parte de la vida del obrero que no tiene nada que ver con la esfera productiva. Cumple, por tanto, una función social, que convierte al capitalista en un gestor que goza de un importante poder para condicionar la vida de un número de personas.

El capitalismo sustrae a los actores reales de la actividad económica la soberanía material sobre sus vidas: los convierte en juguetes zarandeados por estrategias empresariales orientadas al máximo beneficio para el capital.

El «impotente» discurso de los gobiernos sobre el “trabajo decente” se ha transformado, en definitiva, en una versión laica de las encíclicas papales. Obviamente, la caridad no es vocación de las empresas.

Los dueños de empresa y los operadores financieros tienen todos los motivos del mundo para felicitarse por el estado de cosas y vivir la vida que se presenta como una situación y una época bendita, ya que ninguna teoría, ninguna manera de pensar; ninguna acción seria se opone a ellos. El virus tampoco, lo hará.

Entonces, ¿por qué continuar en la retórica discursiva de la «indignación» en los foros sociales, en las cumbres mundiales y renunciar a una acción seria en sus propios países, que se oponga a este estado de las cosas?

Una de las tentaciones permanentes es acabar aceptando el mensaje mil veces repetido, de que las cosas son así y no hay alternativa posible. Hasta que no se elabore una propuesta real y valiente para intentar salir de la situación presente – y no simplemente para paliar sus efectos más atroces, con planes de emergencia, ayudas sociales y trabajo decente – su destino político seguirá preñado de melancolía.

¿Será cierto que un mundo de transformación seguirá reduciéndose en la nostálgica llorona de un universo perdido en décadas de miseria. ¿El mundo de las modernidades nacionales, y la retórica del discurso del neoliberalismo conservador globalista, seguirá marcando el sentido de los tiempos? … A esta barbarie parece que vamos encaminados.

Fuente e imagen:  http://estrategia.la/2020/09/12/la-nocion-de-trabajo-decente-un-ardid-de-la-teologia-del-capitalismo/

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Vendedores de humo y revalorización del magisterio

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz*

 

En la mayoría de sus discursos, el secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, no ha dudado en ensalzar la figura del docente. Ha insistido, en más de una ocasión, que los maestros son insustituibles, destacando una y otra vez la relevancia social de su función, en sintonía con uno de los ejes del ideal educativo oficial: la revalorización del magisterio. En abril del año pasado, al presentar la nueva Reforma Educativa, Moctezuma Barragán advirtió a los medios de comunicación que el mero cambio de discurso –de la denostación al reconocimiento– se había traducido (según una encuesta de la que no dio mayores detalles) en un incremento del nivel de aprecio de la sociedad hacia los profesores: puede que tenga razón, pero no es suficiente.

Además de las palabras, la revalorización del magisterio ha sido respaldada por un marco legal: el título cuarto de la Ley General de Educación (LGE) reconoce que deberá buscar, entre otros fines, fortalecer el desarrollo y superación profesional del docente mediante la formación, capacitación y actualización; fomentar el respeto a la labor docente y a su persona; reconocer su experiencia, así como su vinculación y compromiso con la comunidad y el entorno donde labora, y otorgar un salario profesional digno.  Tales propósitos son replicados, de manera literal, por la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros.

Así pues, la revalorización del magisterio ha sido cobijada no sólo por los discursos, sino también por un marco legal que sienta las bases para su operación. Evidentemente ambos elementos, las palabras y las leyes, son insuficientes para concretar la tan anhelada recuperación de la notoriedad del docente. A casi dos años del inicio de un nuevo gobierno, el endulzamiento del oído del profesorado no ha estado acompañado de acciones que redunden en condiciones profesionales y salariales más favorables para los maestros.

De hecho, los discursos y las leyes parecen ir en sentido contrario de algunos hechos recientes en la vida pública: el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2021 contempla la reducción presupuestal de más del 95% para la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), de la que dependen las Escuelas Normales. Nuevamente, pese a que las leyes educativas mandatan el fortalecimiento de estas instituciones (LGE, título cuarto, capítulo II) y a que las palabras de las autoridades apuntan hacia la corrección de su situación de abandono, los hechos se oponen con fuerza. Independientemente de que la cuestión presupuestal sea enmendada a partir del debate legislativo, ¿qué mensaje envían los autores de la propuesta? Si el sexenio pasado estuvo marcado por la asfixia de la matrícula normalista, éste podría distinguirse por propinar a estas instituciones un golpe presupuestal brutal.

Por si fuera poco, en el PPEF se advierte otra situación contraria a la revalorización magisterial: se prevé la disminución del 49% del presupuesto destinado al Programa para el Desarrollo Profesional Docente. Por más que se hable de austeridad y de pulcritud en el ejercicio de los recursos, ¿cómo pueden estas cifras conciliarse con el supuesto interés por tener maestros mejor preparados? ¿son congruentes con lo establecido en las leyes educativas? ¿no es éste un agravio al derecho de los docentes de acceder a opciones formativas dignas?

Uno de los asuntos de mayor relevancia en relación a la revalorización del magisterio fue la polémica evaluación docente. Si bien fue un logro digno de celebrarse el despojarle su carácter punitivo, el cambio en la evaluación ha quedado inconcluso. Se mencionó que, a partir de la nueva Reforma Educativa, se daría énfasis a su enfoque formativo para que sus resultados fueran la base para generar opciones de capacitación y actualización del magisterio; nada de eso ha sucedido aún, pese a que está marcado en la ley: no se han promovido ejercicios evaluativos diagnósticos para los profesores y, de este modo, las ofertas formativas siguen desvinculadas de las necesidades particulares. Así pues, las intenciones por hacer de la evaluación ya no un instrumento para despedir profesores, sino para fortalecerlos, quedaron a medias.

En términos económicos, la revalorización del magisterio sigue a la espera. Sin contar el aumento salarial de este año, que se suscita en condiciones especiales, el de 2019 fue apenas superior (0.15%) que el último de la administración federal anterior. Pese a que ya se cuenta con un marco normativo que mandata un salario profesional digno, desde el 2018 los maestros no han podido participar en algún programa de incentivos que, en otras épocas, hacía del sueldo de los maestros mexicanos uno de los más elásticos (no mejor pagados) de la OCDE; sería hasta 2021 que los profesores podrían gozar de algún estímulo en sus bolsillos. Así pues, el estancamiento salarial del magisterio durará, cuando menos, los tres primeros años del gobierno actual.

De este modo, se observa que falta mucho por hacer realidad la revalorización del magisterio. No se esperaba que de la noche a la mañana se resolviera la compleja situación docente, pero tampoco acciones a todas luces contrarias a la revalorización magisterial, tales como los intentos de reducción presupuestal mencionados. No se menosprecia la importancia de un cambio de discurso que reconoce la importancia del docente, sobre todo después de años de linchamiento pública y tampoco se minimiza la trascendencia de contar ya con un marco legal propicio para hacer realidad mejores condiciones para el profesorado.

Hasta el momento los discursos optimistas sobre la revalorización del magisterio no concuerdan con las condiciones actuales de los docentes ni mucho menos con las intenciones que se han dejado entrever en relación a la asignación presupuestal. Las palabras seguirán siendo huecas y las leyes letra muerta mientras no haya una auténtica dignificación de la labor docente. Mientras siga el divorcio entre el discurso y la realidad, los promotores de la revalorización del magisterio correrán el riesgo de quedar como auténticos vendedores de humo.

Fuente e imagen: https://proferogelio.blogspot.com/2020/09/vendedores-de-humo-y-revalorizacion-del.html?m=1

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Criando ratas

Por:  Daniel Seixo

Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine, o estrellas del rock. Pero no lo seremos, y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados.

El club de la lucha

«No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. ¡Maldita sea!«

Charles Bukowski

«Es rarísimo que por un momento estemos aquí y al siguiente hayamos desaparecido. En un par de generaciones, a nadie le importará una mierda. No seremos más que unos gilipollas con ropas graciosas en fotografías descoloridas que un triste descendiente con demasiado tiempo libre saca del aparador para mirar de vez en cuando.«

Irvine Welsh

La vida es como el mar, tienes que ahogarte para sentir su intensidad.

Blow

Nacer, crecer, reproducirse y morir. Algo aparentemente sencillo hace no tanto tiempo, convertido en nuestros días en una maldita odisea propia de héroes modernos, tristemente encarcelados en una espiral de consumo y plena decadencia civilizatoria. Supongamos por un instante que has nacido en la parte privilegiada del mundo, esa de las tres comidas al día, los anuncios en televisión y las marcas comerciales. Una realidad muy alejada de las guerras, el hambre crónica, los matrimonios infantiles o las consecuencias de las acciones estadounidenses que desgraciadamente pueblan de dolor gran parte de este planeta. Supongamos que has tenido esa suerte –porque no olvidemos que nacer en uno de esos países supone en sí mismo un gran golpe de suerte– entonces entrarán en juego otros muchos factores en tu desarrollo vital.

Entre ellos los más destacables e inamovibles, se encuentran tu sexo – no es lo mismo ser un hombre que una mujer, las violaciones grupales, el techo de cristal, las miradas a tu escote, los insultos como necio ritual de cortejo, la explotación sexual, laboral, reproductiva o simplemente evitar que te asesinen por no someterse al control masculino, todo eso son cosas que un hombre se ahorrará por el hecho de nacer con un puñetero pene entre sus piernas– tu color de piel – admitámoslo, incluso cuando tus padres te hayan traído al mundo en este estado tan democrático, los policías del barrio no saben nada de eso y siempre resulta más fácil cachear y humillar a un joven negro que a un blanco, tampoco a la hora de entrar a un pub de moda, en tu última entrevista de trabajo o al plantarte ante los padres «conservadores» de ese nuevo ligue la cosa resulta sencilla siendo negro o amarillo, por no hablar de los malditos cabeza rapadas o algún que otro «nostálgico» alterado por el peso electoral de los de Santiago Abascal– y muy especialmente tu clase social, este último factor lo atraviesa irremediablemente todo y va a condicionar de forma definitiva todas tus vivencias. No en vano, incluso en un país supuestamente avanzado como España la pobreza infantil afecta a un 28,3 % de los niños y niñas, es decir, 2,2 millones de infancias que no soñarán con esa última videoconsola, una bicicleta mountain bike, vacaciones en la playa o incluso con cosas tan simples como cereales de marca para desayunar. Y que en caso de que se atrevan a hacerlo guiados por la hiperpresente publicidad, pronto se acostumbrarán en sus vidas a las decepciones continuas.

Solo la clase obrera tiene el poder de transformarlo todo, para comenzar un nuevo proyecto común

Lo normal tras ese golpe vital de suerte inicial que ha hecho que no pases tus primeros años en Afganistán víctima de un matrimonio infantil, el opio o alguna guerra que no debería significar nada para ti, es ver como tu infancia transcurre en un barrio obrero. Tu introducción a la sociedad, sucederá viendo a tus padres más bien poco por sus jornadas maratonianas de trabajo. Pero no te preocupes, internet, tus amigos y algún que otro influencer de moda te servirán como guía sustitutiva mientras los adultos de la casa continúan inmersos en la ficción de que un trabajo que los ahoga y una educación pública sin apenas recursos, no suponen realmente un condicionante para el desarrollo de los más pequeños de la casa.

No sé exactamente a que edad comienza la sexualización de los menores, pero te aseguro que será pronto, especialmente –otra vez– si no has nacido con pene. Posturas insinuantes para fotos en redes sociales que «te hacen parecer mayor», pervertidos intentando contactar contigo por redes sociales, maquillaje, ropa de Zara para niña –aunque realmente ya cueste mucho diferenciar entre sus supuestas modelos y niñas e incluso entre las líneas para adultas y niñas– estrellas Disney que pasan inmediatamente a estrellas pornomusicales… Todo te llevará directamente a comenzar a vivir tu sexualidad a una edad demasiado temprana, cuando aún tus decisiones no son del todo racionales. Es ahí cuando el porno entrará en escena, en este caso los hombres «tienen ventaja». Pronto las clases y cualquier otra cosa pasará a un segundo plano y las competiciones de testosterona terminarán en maratones de sexo duro en internet, intentos desesperados por perder la virginidad y sexo rápido, patriarcal y aunque nos te lo parezca, insatisfactorio. Pero vamos, esto tampoco es ninguna sorpresa, son la generación de Pornhub en el bolsillo, casas vacías a todas horas y una nula educación sexual más allá de series para adolescentes en las que las drogas, las relaciones rápidas y el sexo casual es presentado como glamuroso. Lo raro es que esta gente no tenga al menos una sobredosis o un aborto al mes –aunque si fueses estadounidense andarías realmente cerca– se han pasado toda su escasa vida inmersos en cosas que no deberían conocer hasta ser adultos y en muchos casos saben mucho más de todo eso que sus propios padres. Los adolescentes simplemente buscan su identidad en un mar de estímulos mientras el mundo se desmorona y sus padres intentan no ser desahuciados por no pagar el alquiler con un sueldo cada día más menguante.

Tras eso, si tienes suerte, llegará la universidad, un curso de FP o directamente te tocará buscar curro en algún centro comercial o en el taller del barrio. No sé, puede que te decidas a montar un bar y ser eso que llaman emprendedor, pero con ese historial familiar de propiedades al límite del embargo que llevas encima y esa cara de proletario que no te quitas ni con el nuevo peinado de Cristiano Ronaldo, lo más seguro es que de tu banco te echen a patadas antes de que consigas abrir la boca. Vamos chaval, vives en un país en el que 4 de cada 10 jóvenes no tienen trabajo, os han llamado ninis porque «jóvenes que saben que lo tienen muy crudo hagan lo que hagan y muestran su desencanto total y absoluto por el sistema cobijandose en el consumo y el puro hedonismo», en realidad quedaba muy largo para las campañas de criminalización en los informativos de la mañana. Vas a encadenar trabajos basura durante muchos años independientemente de tu formación, pero si esta es buena, tarde o temprano conseguirás despegarte solo un poco de esos otros que decidieron dejar los estudios en busca de un sueldo que les permitiese ser adultos o simplemente sobrevivir. Sea como sea, la buena vida se ha terminado para ti, trabajos duros, horas extra sin remunerar, miedo al despido, sumisión ante un ejército industrial de reserva desesperado y alienado con las dinámicas del patrón.

El mundo real ya estaba hecho una mierda y el coronavirus tan solo nos ha otorgado tiempo para reflexionar sobre nuestros pecados en esta global sociedad de consumo

Todo parece una jodida broma, pero es el cuerpo material de lo que va a ser tu vida, puedes adornarlo con un buen coche, un peinado caro, una buena casa y cenas en un restaurante de moda dos veces a la semana si las cosas te van realmente bien. Pero si has nacido en un barrio humilde y obrero, yo no contaría demasiado con eso. Esos sueños son como la lotería, requieren muchas papeletas de saliva en el culo de tus jefes, una pizca de suerte e intentar que todo eso llegue mientras puedas disfrutarlo. Ya sé que la MTV o Netflix te ha vendido otra cosa, pero despierta, ninguno de los cretinos de Friends podría pagarse aquellos malditos pisos con trabajos precarios y muchos de tus amigos que todavía siguen, o han regresado tras un despido inoportuno, a casa de sus padres. No es casualidad que el 53,1% de los jóvenes de entre 25 y los 29 años y el 25% de los que ya tienen entre 30 y 34 años todavía vivan en casa de sus padres. Si cruzamos esos mismos datos con nuestro desempleo juvenil, incluso a los políticos ineptos que nos gobiernan deberían salirle las cuentas.

Y ahora que ya eres adulto, decide si quieres y puedes tener hijos, paga sus pañales, intenta conciliar algún trabajo basura con sus horarios, preocuparte de su educación, llevarlos al parque, preocúpate especialmente de que no vean porno en internet, háblale sobre las drogas, sufraga la universidad y en definitiva repasa todos y cada uno de los puntos de esta pesadilla que te ha llevado hasta aquí, pero ahora viendo como es otro el que la sufre y se arrastra poco a poco a una sociedad que se hunde y a una vida que lo hace con ella. ¡Eh!, las cosas no deberían ser así, pero también se supone que ya no existe una guerra de clases y a ti te están atizando de lo lindo sin que muevas un dedo por cambiarlo, campeón. La vida no es justa.

Llegado el momento jubílate y prepárate poco a poco para la muerte entre un mar de medicamentos que seguramente tengas que pagar en su mayor parte, aunque si las reformas de las pensiones continúan este ritmo, seguramente la parca te pille camino del trabajo o incluso camino a casa de algún chaval que permanece todavía ajeno a todo lo que se le viene encima, pero que ha decido encargar una hamburguesa a domicilio transportada por un viejo currante al que no le queda otra opción que funcionar como falso autónomo en forma de chico de los recados de una clase adormecida y preocupada únicamente por sus seguidores en Instagram y ese mundo virtual que sin duda parece más apetecible que su propio futuro.

Vamos, no nos deprimamos por esta bofetada en la cara a estas alturas, el mundo real ya estaba hecho una mierda y el coronavirus tan solo nos ha otorgado un tiempo extra de reflexión sobre nuestros propios «pecados» en esta sociedad global de consumo. Pero en lugar de eso, hemos decidido en el mejor de los casos seguir actuando igual pero en esta ocasión con una mascarilla barata en nuestra boca, ¿quizás decorada con algún estampado que pretenda reflejar esa personalidad e identidad que nos falta e intentamos constantemente cubrir con cualquier producto de consumo?

Supongamos por un instante que has nacido en la parte privilegiada del mundo, esa de las tres comidas al día, los anuncios en televisión y las marcas comerciales, una realidad muy alejada de las guerras, el hambre crónica, los matrimonios infantiles o las consecuencias de las acciones estadounidense

No hemos cambiado ni un ápice y esto se termina amigos. En el fondo todos sabemos que tras los atentados del 11-S las cosas no volvieron nuca a ser iguales en materia de derechos sociales y libertades, la crisis económica de 2008 nos arrebató nuestro modo de vida y nos obligó a apretarnos el cinturón renunciando a derechos laborales que nunca regresarían y tras todo esto muchas cosas van a cambiar para siempre en nuestras cada día más asfixiantes vidas y ninguna de ellas lo hará previsiblemente para bien. Aunque parezca irreal, Occidente está descomponiéndose ante nuestros pies y nunca el final de toda una civilización es agradable para aquellos que la sufren, especialmente para los perdedores del Imperio derrotado, aquellos que apenas vislumbraron más que una ilusión de sus pingues beneficios.

“Cómo han cambiado irremediablemente nuestras vidas. Siempre es el último día de verano y nos quedamos fuera, en el frío, sin una puerta para volver a entrar. Hemos tenido más oportunidades de revolución social de las que por derecho nos corresponderían, para muchos la vida les pasa de largo mientras viven a todo tren con los réditos de la explotación de trabajo de nuestra clase social. Mientras que otros, a lo largo de nuestras vidas hemos dejado trozos de nuestras esperanzas y nuestras ganas de luchar aquí y allí, y ahora apenas nos queda el suficiente corazón para seguir luchando, pero forzamos una sonrisa, sabiendo que no existe otra salida que seguir en esta constante lucha de clases, derrota tras derrota, hasta la esperada victoria final. Ya no hay apenas movimiento obrero en los estados, ni partidos realmente socialistas en nuestros parlamentos, pero aun así la lucha es parte de nuestra vida. No podemos evitarla, ni esquivarla. Es esa parte vital que realmente no necesito explicarles en estas páginas, ese motivo por el que la sangre les ha hervido lentamente de rabia y frustración mientras llegaban al desenlace de este humilde artículo. Es eso que puede y debería hacerlos despertar ante tanta injusticia.”

De nosotros depende cambiar el desarrollo de los acontecimientos, solo la clase obrera tiene el poder de transformarlo todo para comenzar un nuevo proyecto común. Pero eso, no va a hacerse solo. Y si quieren evitar que de ahora en adelante generación tras generación cometamos los mismos errores, es hora de moverse. Es hora de luchar para cambiar las cosas.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/criando-ratas/

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El ecopacifismo tiene nombre de mujer Petra Kelly

 

Por: María Torres

En 1982 recibió en Suecia el premio “Right Livelihood Award” conocido como el premio nobel alternativo por forjar y poner en práctica una nueva visión uniendo los intereses ecológicos con el desarme, la justicia social y los derechos humanos.

Decía Petra Kelly que «ser tierno y al mismo tiempo subversivo: eso es lo que significa para mí, a nivel político, ser «verde» y actuar como tal. Entiendo el concepto de ternura en sentido amplio. Este concepto, para mí también político, incluye una relación tierna con los animales y las plantas, con la naturaleza, con las ideas, con el arte, con la lengua, con la Tierra, un planeta sin salida de emergencia. Y, por supuesto, la relación con los humanos. Ternura entre las personas, también en el seno de un partido alternativo y no violento, que apuesta públicamente sin cesar por la suavidad, la descentralización, la no violencia. […] Nuestro rumbo debe llevarnos, sin compromisos, en otra dirección ecológica. Eso significa ponerse a andar políticamente por la vía suave. Esa vía suave significa aprender a concebir nuestro planeta, incluyendo la atmósfera, los océanos y los continentes, como una unidad orgánica viva. Nuestro ecosistema es el universo. No lo dividamos en fragmentos y caigamos en la falsa creencia de que nos basta con entender una pequeña parte para entender también el todo. Respetémonos a nosotros mismos y a nuestro entorno. La tierra y yo tenemos las mismas raíces. La tierra la hemos tomado prestada de nuestros hijos.»

Petra Karin Lehmann nace el 29 de noviembre de 1947 en Günzburg, Baviera, dentro de la Alemania dividida tras la II Guerra Mundial. Vivió en Alemania hasta los 13 años en que su madre se casó con alto oficial militar norteamericano apellidado Kelly. La nueva familia emigra a EEUU, en donde Petra adoptará el apellido de su padrastro.  Kelly pasó su adolescencia en el estado de Georgia hasta que en 1966 se matricula en ciencias políticas en la Universidad de Washington, licenciándose en 1970. Durante su periodo estudiantil, Petra frecuenta los ambientes de la izquierda estadounidense y declara su admiración por Martin Luther King. En 1968 apoyará y trabajará para el candidato demócrata a la presidencia Robert Kennedy.

En 1970 regresa a Europa para realizar estudios de postgrado. Tras una breve estancia en Alemania, Kelly se traslada a Ámsterdam para realizar un máster en estudios europeos. En 1971 comienza a trabajar en el Instituto Europeo de la universidad holandesa como ayudante de investigación, pero pronto regresa a Alemania con su impresionante currículum académico y su obsesión por desterrar las múltiples injusticias del mundo.  Las raíces de su pensamiento estaban en la creencia en un reparto económico mundial de carácter sostenible y ecológico y en el cese de la producción armamentística y nuclear.

Tras empezar a trabajar en la Comisión Europea (en la que estuvo 12 años, desde 1971 hasta 1983) Kelly se involucra como activista internacional en diversos países de Europa, por lo que su fama internacional en estos ámbitos será notable durante los años 70, convirtiéndose en un referente  en los movimientos de no violencia, ecologismo, feminismo y derechos humanos. La no violencia y el pacifismo serán campos preferentes en su actuación y su gran utopía un mundo sin armas. Emprendió, conjuntamente con el filósofo Bertrand Rusell, una batalla por una Europa libre de armas nucleares.

1979 será un año histórico para Petra Kelly y su lucha. En el mes de marzo crea junto con otros políticos de izquierda el Partido Verde Alemán, Die Grünen), el primer partido político ecologista de la historia, que nació de la unión de pacifistas, ecologistas, antifascistas, asociaciones de vecinos y de derechos civiles y el movimiento feminista. De ese mosaico tan diverso emanó, a mediados de los setenta, la BBU (Bundesverband Bürgerinitiativen Umweltschutz), que se convertiría en un partido político: Die Grunen (Los Verdes).

La fundación oficial no será hasta enero de 1980. Kelly fue la primera candidata verde al Parlamento Europeo, consiguiendo además que las políticas medioambientales entrasen por primera vez en una agenda política europea.

A partir de esa fecha compagina su actividad parlamentaria con su dedicación a numerosas iniciativas sociales y humanitarias. Algunas de sus acciones más destacadas corresponden a la década de los ochenta. Al inicio de esta articuló un tribunal de guerra, en Núremberg, donde sentó en el banquillo de los acusados a EEUU, URSS, Inglaterra, China y Francia por la producción masiva de armas.

En el año 1983, en Berlín y Moscú, organizó numerosas protestas antinucleares y manifestaciones por los derechos humanos y participó en varios mítines y bloqueos en las bases militares norteamericanas. Su preocupación por hallar una solución no violenta al conflicto OTAN – Pacto de Varsovia le lleva en junio de 1984 a organizar un congreso para buscar una salida dialogada.

Conjuntamente con otros miembros de su partido, en 1985 ocupa durante dos días la embajada alemana en Pretoria (Sudáfrica) para protestar contra la cooperación económica y política alemana con Sudáfrica durante el Apartheid.  En Irlanda lucha contra el establecimiento de las centrales nucleares y las armas atómicas. Y consigue el Gobierno Alemán curse una disculpa oficial por el bombardeo de Guernica.

Todas estas acciones, excepto la organización del congreso, supusieron para Kelly arrestos y estancias en la cárcel.

En 1982 recibió en Suecia el premio “Right Livelihood Award” conocido como el Premio Nobel Alternativo por forjar y poner en práctica una nueva visión uniendo los intereses ecológicos con el desarme, la justicia social y los derechos humanos. En 1983 Kelly es elegida como parlamentaria en el Bundestag alemán por Los Verdes, convirtiéndose en su portavoz. Además obtiene el galardón de la mujer del año concedido por la organización “Women´s strike For Peace”. En 1984 renuncia a su puesto de portavoz de Los Verdes, aunque continua como parlamentaria hasta 1990. A pesar de que la influencia y el carisma de Kelly, los primeros desgastes hicieron acto de presencia. Muchos compañeros de filas no veían bien su popularidad, a esto hay que sumar el desencanto de Petra por los fracasos de su lucha, la incomprensión de sus ideas por parte de los altos mandatarios políticos, y sobre todo, el cambio súbito que experimentó su país con la reunificación de las dos Alemanias. El panorama internacional tampoco era mucho mejor: la lucha por el desarme, a pesar del fin de la Guerra Fría, no tenía visos de prosperar. La cultura de la guerra se había instalado en el mundo con más crudeza que nunca. El fracaso verde en las elecciones de 1990 terminó de hundirla y tras su salida de la ejecutiva se dio de baja en el Partido.

Petra Kelly conoció a su compañero sentimental el general Gerd Bastian, durante su campaña contra los misiles norteamericanos Pershing II. El general Bastian que era un alto mando del ejército alemán abandonó su carrera militar para incorporarse a la militancia ecopacifista mediante su anexión a Los Verdes. Abandonó la vida militar por estar en desacuerdo con  las políticas de la OTAN y el desarrollo de los euromisiles.

Los cadáveres de Petra Nelly y el general Bastian fueron encontrados el 2 de octubre de 1992 en la ciudad de Bonn. La versión oficial, que presenta numerosas dudas, explica que el general disparó a su amante mientras dormía y después se suicidó. Las causas de este crimen nunca se esclarecieron.

Petra Kelly logró ver muy poco de aquello por lo que ella había luchado. Pero quedan sus ideas, su legado decisivo a la lucha ecológica de los siglos XX y XXI y su aportación al pacifismo. Un magnífico ejemplo de vida comprometida hasta las últimas consecuencias.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/el-ecopacifismo-tiene-nombre-de-mujer-petra-kelly/

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OPINIÓN: La lucha campesina contra el emporio minero

Por: Tlachinollan

 

A las 5 de la mañana del 3 de septiembre, más de 700 habitantes de la comunidad de Carrizalillo se apostaron en la entrada de la minera Equinox Gold, actual operadora de la extracción de oro del proyecto Los Filos en el municipio de Eduardo Neri. Por el trato despótico y racista del gerente, quien recurrentemente incumplía con las cláusulas del convenio, los trabajadores decidieron cerrar toda la operación de la mina a cielo abierto y de la mina subterránea.  Esta acción de fuerza nos rememora lo que sucedió el 8 de enero de 2007, cuando los ejidatarios tomaron la decisión de bloquear la mina ante la postura arrogante de los empresarios mineros que se negaban a incrementar el pago de la renta de las tierras ejidales, fijada en mil pesos anuales. La reacción fue virulenta por parte del gobierno de Zeferino Torreblanca quien mandó policías del Estado a desalojar a las familias que se atrevieron a desafiar al emporio minero Gold Corp.

De nueva cuenta se reactivó el conflicto por incumplimiento del convenio firmado el 3 de abril del 2019, ahora por la minera Equinox Gold, que fue suscrito por un periodo de 6 años. Con el aval del gobierno federal, que en estos meses de la pandemia consideró a la actividad minera como esencial, las empresas que trabajan en Guerrero se sintieron cobijadas, y por eso algunas no dejaron de trabajar, como sucedió en el mes de mayo, en la comunidad de Tehuixtla, municipio de Teloloapan, con la minera Capela, donde murieron 2 trabajadores y 3 quedaron heridos.

El 13 de mayo cuando se dio el anuncio de la nueva normalidad, a través del sistema de semáforos, la actividad minera fue considerada como parte de las actividades esenciales. Con este respaldo presidencial la empresa Equinox Gold, desde el 16 de mayo convocó de manera precipitada, a los trabajadores subcontratados provenientes de varios estados del país. Ignoró que en Guerrero la curva de la pandemia iba en pleno ascenso.  La minera movilizó a 500 trabajadores para preparar el inicio de sus actividades. Implementó un protocolo de seguridad sanitaria que no le dio importancia a la instalación de campamentos para el resguardo de los trabajadores que se aplicaron la prueba PCR.

Actuaron de forma displicente y no le dieron importancia al contagio que podría suscitarse dentro de las comunidades rurales. Para la empresa la vida de los campesinos queda supeditada al mega negocio del oro, por eso no se preocuparon en instalar un triage para detectar y atender a la población que presentara algunos síntomas del coronavirus. Fue grande su sorpresa cuando aplicaron 170 pruebas, donde resultaron positivas 42 personas, que al parecer no presentaban síntomas. Los representantes de la minera, en lugar de implementar medidas de confinamiento para los trabajadores positivos los regresaron a sus domicilios, poniendo en riesgo a más personas y a sus familias.

Por su parte las comunidades de Carrizalillo, Xochipala y Mezcala se vieron obligadas a tomar sus propias medidas de seguridad para contener el contagio. Instalaron filtros sanitarios y acordaron impedir la entrada a trabajadores de otros lugares. Ante la falta de resultados inmediatos de las pruebas PCR que se aplicaban a la población, la situación se salió de control, porque ninguna persona se aislaba y todos realizaban sus actividades. Las consecuencias han sido fatales ante el incremento del número de contagios que hay en la mina, y en las mismas comunidades. Hace dos meses se registró la muerte por COVID-19 de un trabajador sindicalizado, de 32 años, originario de Carrizalillo, quien padeció las consecuencias del trato discriminatorio y racista que caracteriza al gerente de la minera.

Una de las cláusulas que más se incumplen en el presente convenio está relacionada con la atención médica de los trabajadores. Este servicio se ha dejado de brindar, a pesar de que existe un fondo anual asignado para la compra de medicamentos. El gerente en todo momento regatea la entrega, y lo más truculento, es que triplican el precio de los medicamentos, además de que la entrega se hace con un mes de retraso. Lo contrastante en esta relación, abismalmente inequitativa, es el servicio del agua que los habitantes de Carrizalillo siguen padeciendo desde que la empresa Gold Corp instaló su infraestructura hidráulica para consumir 250 millones de litros de agua al día mezclada con 19 toneladas de cianuro para el lavado del metal. Los habitantes de Carrizalillo, que padecen varias enfermedades a causa de la contaminación ambiental y del agua misma, no cuentan con este líquido de manera suficiente para su uso cotidiano. A pesar de las ganancias millonarias que obtienen con la extracción de mineral, la empresa de manera burda y cínica ha incumplido con el compromiso de trabajar en un nuevo proyecto que restablezca la red de agua potable, y sobre todo que no esté contaminada de arsénico.

La lucha de los ejidatarios de Carrizalillo, además de mejorar los precios en la renta de la tierra; de garantizar la atención médica, y contar con suficiente agua potable en sus viviendas, su pelea con la empresa es asegurar el empleo para la población local. Se firmó una cláusula de que se asignaría un porcentaje 60/40 para contratar a trabajadores de Carrizalillo, y hasta la fecha, el gerente ha argumentado que la empresa tiene otros compromisos y que no es fácil cumplir con este acuerdo. Queda claro que para los emporios mineros la población local es desechable, no forma parte de su proyecto extractivista, sólo requiere su riqueza natural. Esto mismo sucede con la renta de maquinaria y de camiones, que de manera permanente bloquea la contratación de estas unidades que poseen algunas familias de la comunidad, incumpliendo el acuerdo de darle prioridad a los trabajadores locales con el porcentaje de 60/40.

En el convenio hay una cláusula destinada al otorgamiento de becas para estudiantes de nivel medio superior y superior, con el fin expreso de que los jóvenes alcancen un nivel de especialización para desempeñar un trabajo calificado. De igual manera, el gerente general ha dejado sentir su desprecio por este deseo de las familias de que sus hijas e hijos alcancen una formación profesional. Cada mes tienen que acudir a sus oficinas para pedirle que libere los recursos. Se trata de 110 becas con un monto de 2 mil 200 pesos que, en la vía de los hechos, el gerente cree que no se lo merecen por ser hijas e hijos de campesinos.

Ante este trato arrogante y discriminatorio del gerente Juan Carlos Flores, los ejidatarios de Carrizalillo han tomado la decisión de no tenerlo como interlocutor para negociar este convenio. Más bien exigen su despido. Así se lo expresaron en una carta al ingeniero Peter Burger vicepresidente de operaciones en México “es importante que usted sepa que, hasta el día de ayer viernes 4 de septiembre le dimos la oportunidad a la empresa de rectificar su actuación de omisión ante nuestros planteamientos, los cuáles como se lo mencionamos al gerente interino todavía la asamblea nos proporcionó un margen de diálogo para destrabar el conflicto.” Sin embargo, para el día sábado 5 de septiembre, la mesa agraria del ejido de Carrizalillo, le enfatizó al vicepresidente una carta de renuncia del gerente, como requisito para reanudar el diálogo, de lo contrario, quedarían cerradas totalmente las operaciones de la mina Los Filos. De igual manera, concluirían el convenio firmado con la empresa en 2019 por el incumplimiento de varias cláusulas que atentan contra sus derechos como trabajadores y como dueños de las tierras.

La lucha que han emprendido los ejidatarios de Carrizalillo muestra las profundas contradicciones que existen entre los intereses del capital minero y los derechos laborales de los trabajadores. La vocación depredadora de este emporio avasalla, no sólo el entorno natural, sino la vida de sus pobladores, truncando el futuro de las nuevas generaciones. Es abismal la riqueza que han acumulado estas empresas mineras, que, a más de 15 años, han destruido el hábitat; sobreexplotado el agua del Rio Balsas; envenenado los mantos freáticos; desertificado las tierras de esta cuenca; cancelado la vida campesina; desplazado de manera forzada a familias; propiciando la violencia intracomunitaria y generando pactos con el crimen organizado, que se han erigido como guardianes de la mina.

La depredación y el atraso social es como el fierro quemador que destruye el tejido comunitario y deja en condiciones de extrema vulnerabilidad a sus pobladores, que han cimentado su vida en la agricultura. El malestar de los campesinos se empieza a extender en las comunidades vecinas, ante el atraco de la empresa minera que se siente respaldada y protegida por las autoridades de los 3 niveles de gobierno, y por la misma Guardia Nacional que subió para atemorizar a los ejidatarios y criminalizar su protesta. La minería a cielo abierto forma parte de los santuarios del capitalismo salvaje, que tiene como sus protectores a los gobiernos en turno, dejando a su suerte a las comunidades campesinas, que siempre han estado asediadas por los dragones del capital.

Fuente e imagen: http://www.tlachinollan.org/opinion-la-lucha-campesina-contra-el-emporio-minero/

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Horizonte electoral en Latinoamérica: Unidad con contradicciones o derrota del campo popular.

Por: Javier Tolcachier

 

En los meses por venir tendrán lugar varias citas electorales en la región. En Octubre deberán celebrarse elecciones en Bolivia y un plebiscito en Chile sobre la posibilidad de cambiar la Constitución. En Noviembre, los ciento cincuenta millones de electores brasileños estarán llamados a designar autoridades municipales. En Diciembre, la cita electiva será en Venezuela para renovar la composición de la Asamblea Nacional y normalizar su funcionamiento. En Febrero de 2021 se votará para elegir un nuevo ejecutivo y cámara legislativa en Ecuador.

Si bien las preocupaciones cotidianas de los pueblos probablemente estén de momento mucho más centradas en las necesidades de supervivencia que en cuestiones de superestructura política, no será lo mismo cual sea el signo que resulte triunfante en esas contiendas.

En su costado aliciente, las experiencias recientes de Argentina y México han mostrado que para las poblaciones de dichos países, luego de la asfixia neoliberal de apenas un período en el primer caso y de una larga agonía de continuados sexenios en el segundo, los gobiernos de Fernández y López Obrador constituyen hoy un respiro y una apertura a mejores posibilidades para las mayorías.

En ambos casos, la vía que posibilitó la derrota de los candidatos de las finanzas corporativas y del sometimiento neocolonial fue el logro de una unidad con contradicciones, pero con el suficiente potencial para dar término a la catástrofe social anterior.

Mirado en perspectiva histórica, el fenómeno no es novedoso. Todas las revoluciones ocurridas en el primer decenio del siglo XXI tuvieron como común denominador la construcción de mayorías a través de la acumulación de sectores diversos alrededor de un programa alejado del yugo neoliberal.

Las derechas y el capital, por su parte, también buscan sumar. Toman para ello como eje la demonización de los gobiernos populares, siendo asistidos por el golpismo, la manipulación mediática y la corrupción del poder judicial, marionetas cuyos hilos se anudan en el deseo geopolítico de los Estados Unidos de retomar su preeminencia perdida en la región.

Bolivia, retomar el hilo constitucional y un renovado Proceso de Cambio

Luego de sucesivas postergaciones, la ley aprobada indica que deberá votarse el 18 de Octubre. La reedición  de una campaña sucia contra Evo aún sin ser candidato (idéntica a las usadas en todas las campañas anteriores) junto al recrudecimiento de las persecuciones a líderes sociales y personalidades del MAS indican que la campaña electoral de odio de la derecha ha comenzado.

Aún cuando en los recientes bloqueos se verificaron indicios de fisura en el consenso popular, aún cuando la candidatura de Luis Arce no haya conformado del todo al sentir indígena, es obvio que, dada la enorme polarización, el ex ministro de Evo contará con la mayoría de los votos en la elección.

La estrategia de los sectores reaccionarios estará, por tanto, puesta en maniobras de proscripción del masismo, de autoproscripción para favorecer la acumulación alrededor de un candidato o de aglutinar el voto antievo en una segunda vuelta. El primer caso producirá una oleada de indignación difícil de contener, salvo desatando una mortífera represión. Si la intención del imperialismo occidental (EEUU+Europa), enfocada en recuperar la explotación leonina de los recursos naturales del país, es guardar las formas, pondrán todos los recursos a su alcance para “bajar” algún candidato, fomentar el divisionismo en el seno del sector indígena-campesino-trabajador, apostar a sumar para una segunda vuelta o seguramente todas a la vez.

La opción del campo popular es clara: Unidad más allá de las contradicciones o legitimación del golpismo en las urnas.

Chile, nueva Constitución o nada

Una semana después de la cita electoral en Bolivia, tendrá lugar en Chile el plebiscito que abrirá el camino para desarmar la dictadura neoliberal impuesta a sangre y fuego por el poder corporativo y su sicario Pinochet.

A la pregunta ¿Quiere usted una Nueva Constitución?, los chilenos deberán responder con un claro Apruebo o Rechazo. Sin embargo, como continuidad de la tendencia tramposa instalada en la arquitectura de la vieja constitución, los herederos del viejo régimen instalaron una segunda pregunta mucho más confusa para el ciudadano de a pie.

Acerca del tipo de órgano que deberá redactar la Nueva Constitución, el elector tendrá como opciones “Convención Mixta Constitucional” o “Convención Constitucional”. El casi imperceptible “mixta” introduce la posibilidad de que integrantes del Congreso – considerado la “política de la cocina” (es decir, de las componendas) por la mayoría de los chilenos – conformen un 50% de la convención, fortaleciendo su carácter “reformista” y no refundante.

Otro truco formal es la cláusula de que dos tercios de los convencionales sean necesarios para aprobar el nuevo texto constitucional. Lejos de querer reflejar a una amplia mayoría de chilenos, como señalan sus defensores, la traba de los dos tercios fue una de los principales cerrojos de la constitución pinochetista para impedir su modificación.

A un año de la gesta de Octubre en la que “Chile despertó”, también aquí las opciones son nítidas: Apruebo y Convención Constitucional. La ahora impermitida aspiración de una Asamblea Constituyente Plurinacional, Soberana y Paritaria, como el reclamo de amplios sectores sociales, deberá constar en el reclamo “AC” con el que pueden ser refrendadas las papeletas. Esto quedará como horizonte real de lucha posterior para un pueblo endeudado, empobrecido y maltratado por treinta años de dictadura mercantil, para el cual será necesario seguir creando conciencia y consolidar un sujeto político popular decisivo.

Brasil, la necesidad de fortalecer el antifascismo desde abajo

En la actual tragedia sanitaria, social y política que atraviesa el Brasil, una elección municipal puede parecer un detalle sin importancia. Sin embargo, muchas de las decisiones cotidianas que afectan a la población son tomadas por gobiernos locales y autoridades federales. Al mismo tiempo, es precisamente desde las entidades municipales, desde los concejales y prefectos, más cercanos a la base social, desde donde debe erigirse la resistencia y alternativa a la monstruosidad hoy gobernante en los poderes ejecutivo y legislativo, siempre mucho más cercanos al poder económico concentrado.

El panorama de las municipales es diverso y todavía confuso. Bolsonaro no logró legalizar su nueva fuerza política (Alianza por el Brasil), cuya estructura reposa en el entramado de iglesias neopentecostales. Sin embargo, es obvio que la extrema derecha posicionará a sus candidatos en otras listas (Republicanos, PSL, etc.). La izquierda mantiene fuertes diferencias y, salvo en unas pocas ciudades, no ha logrado alianzas en la mayor parte de las grandes capitales. El cálculo de las fuerzas progresistas es lograr pactos en segunda vuelta para evitar que, como parece a priori, los partidos conservadores como el PSDB – golpeados en el ámbito nacional por sucesivos escándalos y la falta de figuras aglutinantes – retomen el control estratégico de los principales municipios.

Para no fracasar en el intento de retomar la senda de gobiernos soberanos y solidarios, es evidente la necesidad de un frente popular que nuclee a todas y todos, pero sobre todo, que retome una íntima ligazón con los sectores populares.

Venezuela, unidad en defensa de la autodeterminación

Las principales naciones protagonistas del régimen capitalista pro-occidental, los medios de confusión a su servicio, gobiernos súbditos y títeres locales advierten que no aceptarán el resultado de las elecciones legislativas en Venezuela por efectuarse en condiciones viciadas. No se refieren con ello a la situación de bloqueo financiero y comercial, las extendidas medidas coercitivas unilaterales del gobierno de Donald Trump, la demonización de la que ha sido objeto la revolución bolivariana durante más de 20 años, los ataques a la soberanía nacional mediante intrigas, las amenazas de invasión, el apoyo continuado al golpismo, la instalación fallida de un gobierno paralelo, entre otros factores, sino a supuestas irregularidades producidas por el gobierno en la composición del poder electoral o en las directivas de algunos de los partidos políticos contendientes en las presentes elecciones.

Venezuela es una nación bajo asedio imperial y ese es el factor esencial que debería ser removido para garantizar circunstancias de relativa normalidad en el funcionamiento político del país.

Para reemplazar el actual legislativo, de mayoría opositora y de conducta de bloqueo interno durante los cinco años desde la peor derrota electoral del chavismo, se aprestan a participar, además del oficialista Gran Polo Patriótico (GPP), numerosos partidos opositores y organizaciones regionales.

También aquí hay fricciones internas en el universo de facciones que apoyan a la revolución y competencia entre los partidos opositores por ocupar los puestos con mayor proyección política en la futura Asamblea.

La mejor opción para los revolucionarios en la coyuntura sigue siendo la unidad en la diversidad, favoreciendo la participación popular, una distribución equilibrada de poder dentro de sus filas y valorando la existencia de un contrapoder democrático. De este modo, pueden fortalecerse los consensos en un proceso de diálogo participativo, debilitando así las opciones violentas y revanchistas locales y extranjeras.

Ecuador, separar la paja del trigo

Las elecciones presidenciales y legislativas están previstas en Ecuador para el 7 de Febrero de 2021. Si bien de acuerdo al cronograma dado a conocer por el CNE la inscripción de candidaturas recién procederá formalmente a partir del 18 de Septiembre, una veintena de candidatos ya han sido nominados por las más diversas agrupaciones.

La profusión de candidaturas, a las que se suman las de asambleístas y representantes al Parlamento Andino, hace, al menos en principio, poco inteligible el panorama. Sin embargo, es previsible que tan sólo tres fuerzas políticas concentren los votos en primera vuelta. Por el progresismo, Andrés Aráuz, joven ex ministro de Economía de la Revolución Ciudadana, respaldado por Rafael Correa; Guillermo Lasso, banquero representante del neoliberalismo salvaje y Cristina Pérez, la cara bonita – ex Miss Guayaquil y presentadora televisiva – del socialcristianismo manejado por Jaime Nebot.

Otras propuestas, como las del indigenismo, la socialdemocracia o las débiles continuidades del actual desgobierno (Construye – ex Ruptura o lo que queda del otrora mayoritario Alianza País) serán sin duda factores de dispersión del voto. Lo mismo, con expresiones menores de la derecha como el ex presidente derrocado Lucio Gutiérrez, el ex prefecto de Azuay Paul Carrasco, el Movimiento Suma o la Unión Ecuatoriana del ex fiscal del Estado Pesántez Muñoz.

Sorprendente, y con muchos interrogantes que se disiparán más adelante, fue la renuncia de Otto Sonnenholzner, ex vicepresidente de Moreno, a ser candidato, a quien los medios aliados habían posicionado con fuerza en la escena política. En realidad, éste representaba  una renovación generacional gatopardista, o vino viejo en odres nuevos, a la usanza de “Marito” en Paraguay, Carlos Alvarado en Costa Rica o Bukele en El Salvador.

De hecho, faltan aún muchos meses para la contienda y muchas cosas pueden ocurrir. Lo que es seguro para el campo popular es que, más allá de las contradicciones evidentes que pudiera suscitar el regreso de la Revolución Ciudadana al poder político, es la única opción no alineada con el sometimiento del Ecuador a los poderes del capital y del imperialismo. Facilitar una nueva unidad alrededor de esa candidatura para resistir la profundización del sometimiento a los dictados del gobierno estadounidense, aparece como la alternativa más coherente.

Un escenario social de fragmentación e incertidumbre

¿Por qué parece delinearse un horizonte de tintes grisáceos? ¿Adónde reside la dificultad para nuclear y organizar masivamente voluntades y cimentar mayorías consistentes? ¿Cuál es la lectura de trasfondo que, a primera vista, pareciera desteñir el futuro inmediato, invitando a sentidos pragmáticos más que a hondas transformaciones? ¿Dónde quedó el ímpetu emancipador y revolucionario? ¿Acaso estas líneas dejan translucir la derrota cultural de los proyectos populares de cambio emergidos en la primera década del siglo XXI? No es el caso.

Sin embargo, hay factores sicosociales que no son idénticos a los de finales del siglo pasado, a los que se debe prestar la debida atención en la coyuntura y que posiblemente no estén siendo suficientemente recogidos en el análisis.

Hay un avance momentáneo de las corrientes retrógradas en todo el mundo que no se debe, como habitualmente se cree, a particulares estrategias exitosas de recolonización, sino que éstas se aprovechan de tendencias en un marco de evidente decadencia sistémica que pueden resumirse en los siguientes factores:

1.     La vertiginosa aceleración del tempo histórico, que irrumpe como desestabilización de paisajes conocidos, superando a la capacidad de adaptación de amplias capas poblacionales.

2.     La incertidumbre generalizada sobre la dirección de los acontecimientos, que genera la desgarradora necesidad de asideros estables, lo que supone ansiedades de regreso a mundos reconocibles, localizables idealmente en el pasado.

3.     La disolución de vínculos de contención y relación sociales, provocados por el desgaste de valores y hábitos que daban sustento a lazos anteriores, secundado por la difusión de ideologías individualistas. La soledad absoluta en un universo enrarecido es una sensación compartida por muchos seres humanos.

4.     La exclusión de una sociedad gobernada por la concentración económica, la angustia del éxito y la falta de alternativas suficientes para mayorías empobrecidas,  azotadas por la desigualdad y el fracaso individual como destino colectivo.

5.     La falta de sentido existencial en las propuestas de acumulación material propuestas incluso desde una redistribución más justa de los recursos comunes.

6.     La reacción pendular por los avances conseguidos en la igualdad de condiciones de la mujer, los negros, los indígenas, las disidencias sexuales y otros colectivos discriminados.

7.     La reacción de identidades culturales a un proceso de globalización dirigido por el poder multinacional.

Como correlato de la conjugación de estos vectores, sumados al desgaste por burocratización de los procesos de cambio y la permanente amenaza contrarrevolucionaria de ahogar en la nada a los derechos humanos de las mayorías, se ha producido cierto enlentecimiento o degradación en los proyectos de humanización o la franca reversión a cargo de fuerzas conservadoras en dirección política regresiva.

Hacia un nuevo sujeto cultural, social y político humanista

Más allá de la coyuntura presente, que presenta obstáculos a las aspiraciones comunes de felicidad, justicia, coherencia y unidad, entre otras, existen, como en cada bifurcación de la historia, opciones que recogen lo mejor del momento anterior y lo proyectan de manera renovada a la próxima fase de la evolución social.

Podría ocurrir que esas opciones fueran apenas un sustrato esencial a veces no reconocible en el fragor y la fanfarria de la confrontación con la injusticia y el difícil ascenso hacia una sociedad plenamente humana.

Podría ser que en los pliegues de las nuevas sensibilidades generacionales, en sus poderosas vertientes feministas, en las exigencias de cuidado medioambiental y de otras especies, en la utilización a escala y para beneficio humano de las posibilidades tecnológicas, anide parte de la respuesta.

Podría ser que en la sed de horizontalidad, de democratización real, de desconcentración del poder, de libertad, creatividad y buen trato, en un sutil clamor por un nuevo paradigma en el que la espiritualidad y la lucha por mejores condiciones objetivas de vida no sean términos excluyentes, esté parte del enigma futuro.

Podría ser que lo que hoy aparecen como verdades de identidad irreconciliables y definitivas exacerbando el racismo, la violencia, el secesionismo y el desencuentro, encontraran una luz de esperanza en un nuevo humanismo integrador de las diferencias. Si así fuera, estaríamos ante la presencia embrionaria de un nuevo sujeto cultural, social y político cuyo objetivo será, sin concesiones ni exclusión alguna, la superación revolucionaria del dolor y del sufrimiento que hoy padece la humanidad.

(*) Javier Tolcachier es investigador del Centro Mundial de Estudios Humanistas y comunicador en la agencia internacional de noticias Pressenza.

Fuente:  https://insurgenciamagisterial.com/horizonte-electoral-en-latinoamerica-unidad-con-contradicciones-o-derrota-del-campo-popular/

Fotografía: BBC

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La realización de los sueños.

 

Por: Ilka Oliva Corado

 

Recuerdo patente ese instante, las palabras atragantándose en mi garganta si poder salir se arremolinaban, el corazón me latía a mil y el encantamiento apenas me dejaba dar el paso. Salí de aquel lugar atolondrada a encontrarme con la luz pálida de la tarde abrazando la noche, miré a mi alrededor, tomé aire y caminé con dirección a la parada de autobuses, estaba en la zona 1 de la capital guatemalteca y tenía 17 años.

El magisterio de Educación Física se estudia todo el día de lunes a viernes, para que los alumnos descansáramos un poco nos daban una tarde libre a la semana, a mi sección le tocaba los miércoles. Entonces yo a veces agarraba a volar pata por la zona 1, sola porque me gustaba observar y detenerme donde quisiera, así fue como entré a varias iglesias por el puro afán de respirar el aroma del incienso ese que me gusta, ver las formas de los cirios y sus colores y el lucerío de las candelas agonizantes quemándose lentamente llevando consigo mismas a saber ni cuántos predicamentos de los feligreses que las dejaban ahí. El silencio muy peculiar de esos recintos, el aire frío que pasa por debajo a las bancas como una corriente que toca los talones.

Yo que no había pasado de las calles del arrabal y de los corredores del mercado La Terminal, caminar por la zona 1 fue un descubrimiento monumental, como impresionante fue el instante en que conocí el arco del edificio de correos, recuerdo haber entrado y también observado lentamente todo. No digamos el día que caminé en las cercanías del teatro nacional, aquel gran animalón. Digo caminar porque no tenía dinero ni para comprarme un chicle. Esa limitación del dinero lo había vivido siempre con las necesidades básicas de calzado, comida, la mensualidad del colegio pero en esas caminatas comencé a vivirla cuando entré a las librerías y no podía comprarme un libro. Me enamoraba de ellos y los dejaba ahí en las estanterías, con el corazón roto. Entonces cuando cada dos meses nos daban por parte del gobierno un cheque con la cantidad exacta para un bus diario de transporte urbano para 60 días, yo me lo gastaba en libros. Del banco me iba directamente a las librerías y ahí dejaba hasta el último centavo, lo del dinero del pasaje veía después al trote cómo lo arreglaba. Esos libros fueron mi compañía aquellos años. Me los compraba en las versiones que hacían para estudiantes en libros de bolsillo, buscaba los más baratos para poder comprarme la mayor cantidad posible.

Pero aquella tarde caminando por las cercanías de la iglesia Santo Domingo vi en una estantería que anunciaban la proyección de un documental, yo no sabía qué significaba siquiera esa palabra, no sabía qué era un documental pero entré llamada por el nombre y mi eterna curiosidad. Tuve tanta suerte que la entrada era gratuita y justo entrando y a los minutos comenzó, todo aquello me maravilló. El recinto de paredes blancas como las casas de los pueblos de paredes rústicas pintadas con cal, una enorme manta blanca colgada de la pared y las imágenes en blanco y negro que salían de un aparato tan pequeñito que yo no podía creer que tanta atrocidad, tanta hermosura y tanta historia cupieran en algo tan pequeño. Salí de ahí con el corazón partido en mil pedazos y con un revuelo de sentimientos y palabras que me hormigueaban en los labios, en ese instante me di cuenta y supe por primera vez que era incapaz de expresar. Lo que había causado en mí ver el documental sobre la vida de Ana Frank no se lo pude contar a nadie nunca. Fue tan profundo lo que sentí que ese día lloré ese tipo de llanto que no sale en lágrimas sino que se anuda en el pecho.

Para esos años la poesía que había empezado a escribir en mi adolescencia estaba enterrada tres metros bajo tierra, la dejé de tajo, todo lo que había empezado a escribir a los 14 años de edad se perdió, lo enterré. Como enterré la pintura. Hasta que pasaron los años y lejos de aquel tapial donde me sentaba a horcajadas a escribir viendo hacia las montañas verde botella , una madrugada la poesía volvió a mí para salvarme la vida una vez más. He publicado 15 libros desde entonces, lejos de aquellos edificios, de aquellas calles, de aquel tapial. Pero, ¿por qué tener un blog y publicar libros? Mi blog es mi bitácora, mi diario, la única forma en que puedo expresar mis sentimientos más profundos es por medio de la escritura y es mi única forma de comunicación real, pura. Podré hablar, hacer videos, por ahí acceder a alguna entrevista (a las que les rehúyo porque no me gustan) pero la única forma en que puedo expresar la profundidad de mis adentros es a través de la escritura.

Soy una necia. Mis libros reflejan mi necedad, mi insistencia y mi agradecimiento. Mi amor propio en el que trabajo todos los días porque el amor también se aprende como se aprende a caminar.

Son esa obstinación por darle cobijo a la adolescente que vagaba desorientada por las calles de la capital. Decirle que puede crear sus propios libros, que puede expresar por medio de la poesía, los relatos, que puede pintar los garabatos que desee. Y que no le importe si otros critican su inestabilidad emocional, debido a sus formas. Porque no hay formas precisas para expresar la profundidad del alma. Mis libros son mi forma de amarla, de abrazarla, de darle cobijo y calor. Y son ese instante, aquel instante en la puerta de aquel edificio, acompañándola de regreso a su casa después de haber descubierto no solo la magia monumental del documental, a Ana Frank, pero la profundidad de sus silencios y su inexpresión.

Y a través de ella a las adolescentes que tienen miedo de soñar porque les dijeron que los sueños no son para los pobres, para las locas, para las putas, para las huele pega, para las mamás solteras, ni para las que venden en los corredores de los mercados. Ni para las que trabajan en casas de lunes a sábado y salen los domingos a dar una vuelta al parque, vagando desorientadas en las calles polvorientas de las grandes urbes, con los brazos adoloridos de tanto trapear pisos y encerarlos. Sí, mis libros también son para ellas y sé que algún día nos vamos a encontrar aunque sea a través de las hijas de sus hijas, pero ese día nos vamos a fundir en un abrazo único y cálido finalmente. Para ustedes es mi letra y mi pintura que significan la insistencia de las enajenadas a las oportunidades y a la realización de los sueños.

Nota: El 8 de septiembre de 2019, publiqué mi libro Norte, mi libro número 15. Esta fotografía no la publiqué, pero es mi fotografía favorita de esa serie tomada por la magnífica Moira Pujols. Y lo celebro como celebro a cada una de mis pinturas y a cada una de mis crías.

Fuente e imagen: https://cronicasdeunainquilina.com

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