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El movimiento feminista no retrocede ante la extrema derecha: «El machismo también es una pandemia que hay que combatir»

Autora: Sabela Rodríguez Álvarez

Con el inicio de la pandemia, la mirada de la ultraderecha buscó un objetivo concreto: el movimiento feminista. La celebración de la marcha del 8M, que congregó a más de cien mil personas en Madrid, ha sido utilizada por la extrema derecha institucional y social para cargar contra la gestión de la crisis. Esta batalla se ha desplazado ahora al terreno judicial y ha aterrizado en el Juzgado de instrucción número 51 de Madrid. Su titular, Carmen Rodríguez-Medel, investiga al delegado del Gobierno en Madrid por permitir la manifestación.

La Comisión 8M lo tiene claro: «No somos parte de ese juego. No queremos serlo. Y no vamos a entrar en él». Lo dicen a través de un comunicado en el que recuerdan que el movimiento «se ha convertido en la excusa para un discurso reaccionario que trata de opacar tanto lo que ya era invisible como cualquier posibilidad de debatir sobre ello». Los ataques, advierten, «no son sólo simbólicos», sino que han cristalizado en una serie de ataques por parte de «quienes estaban intentando manipular la realidad con informes falsos y maniobras políticas». Algunas activistas, denuncian, han sufrido «prácticas que se saltan las garantías de un estado de derecho». Y añaden: «Se nos ha presionado para que fuésemos a hacer declaraciones policiales en pleno estado de alarma. Se nos ha señalado con nombres y apellidos»

La Comisión 8M recuerda que quienes les «han puesto en la diana ni siquiera entienden qué es el 8M». «Somos mujeres comunes organizándonos para luchar por lo común. Somos un movimiento social, horizontal, asambleario. Somos tú y yo, somos nosotras. Y, sobre todo: no salimos a la calle solo el 8 de marzo. Y esto es, quizá, lo que más les asusta». En todo caso, las activistas dicen estar «acostumbradas» a que se las «criminalice». «También sabemos que, cuando se empieza a criminalizar las luchas sociales, ese camino no tiene fin. En un momento como este, salvaguardar los derechos fundamentales también es la garantía de que podamos seguir hablando de lo esencial, y trabajando por ello».

Yolanda Díaz es activista y una de las promotoras de la iniciativa Emergencia Feminista. En conversación con infoLibre insiste en que «es todo ruido» y forma parte de una estrategia bien conocida para las feministas: «Una vez más, culpabilizan a las mujeres». Pero ellas, afirma, llevan «más de tres siglos luchando por los derechos de las mujeres y a muchas les ha costado la vida». Recuerda que el discurso y los movimientos de la extrema derecha demuestran «más que nunca el machismo y la homofobia», pero sobre todo persiguen un fin: «Nos quieren ver temerosas, pero las mujeres somos valientes». «Quieren que nos quedemos en el ámbito privado y que sólo ellos tengan el poder». Pero el movimiento feminista no prevé desviarse del camino. «Nuestra senda va a ser la misma: seguir luchando». También durante el confinamiento, señala, mostrando su «disconformidad dentro de casa, a través de las redes y en las calles». A juicio de Díaz, «el ruido siempre ha existido, para tapar lo verdaderamente importante», pero no entra en los planes del movimiento amilanarse. «Los asesinatos machistas siguen, el machismo sigue y nosotras vamos a seguir diciendo que el virus del machismo es la pandemia que se debe combatir«.

En todo caso, insiste Soleto, «la batalla que se está librando en torno al 8M tiene más que ver con el clima de crispación política que con nosotras» y aunque entiende que el resultado no «beneficiará al movimiento feminista», se pregunta si realmente «alguien cree que esto puede ser perjudicial para todo el trabajo» hecho hasta ahora. «Yo en marzo de 2021 estaré manifestándome y conmigo al menos otras 120.000 más», augura.

«Este baile no va con nosotras». Lo resume así Marisa Soleto, presidenta de la Fundación Mujeres. «A las posiciones de la ultraderecha siempre le ha venido muy bien el discurso agresivo contra las mujeres«, de manera que el «uso específico del 8M tiene más que ver con ese posicionamiento ideológico» y no con que «las manifestaciones tuvieran efectos relacionados con la pandemia». En Madrid, recuerda, la movilización congregó a «cerca de 120.000 personas que en ningún caso es comparable con los dos millones que nos subimos al metro ese día».

En todo caso, insiste Soleto, «la batalla que se está librando en torno al 8M tiene más que ver con el clima de crispación política que con nosotras» y aunque entiende que el resultado no «beneficiará al movimiento feminista», se pregunta si realmente «alguien cree que esto puede ser perjudicial para todo el trabajo» hecho hasta ahora. «Yo en marzo de 2021 estaré manifestándome y conmigo al menos otras 120.000 más», augura.

La extrema derecha y la crispación

Aunque las movilizaciones feministas se celebraron en decenas de países, únicamente en territorio español se ha vinculado, vía judicial, la expansión de la epidemia con la realización de las marchas. Diferentes colectivos feministas de dimensión internacional desconocen acciones similares en otros países y tampoco el Instituto Europeo por la Igualdad de Género (EIGE) tiene noticias al respecto, aunque está investigándolo. El uso de la denuncia como herramienta de la extrema derecha se ha consolidado en suelo español por parte de partidos como Vox o agrupaciones como Abogados Cristianos.

El equipo de Santiago Abascal ha encontrado en la vía judicial un instrumento al que aferrarse para ejercer su particular oposición, sin mirar los resultados: el partido ultra ha presentado decenas de querellas contra representantes políticos que han quedado en el archivo. Abogados Cristianos también ha ocupado titulares de manera habitual por constituirse como una máquina de presentar denuncias, esta vez relativas a delitos contra sentimientos religiosos.

Nuria Alabao, periodista y autora del capítulo Género y fascismo: la renovación de la extrema derecha europea, contenido en el libro Un feminismo del 99% (Lengua de Trapo, 2018), recuerda que «esta estrategia está muy vinculada con Vox», que a su vez procede de una «escisión neocon del PP». En ese sentido, destaca que existe un antecedente en cuanto a tensión emocional, en marzo de 2004, tras los atentados de Atocha en Madrid. Entonces «hay un intento, en un momento de tensión emocional muy fuerte, de utilizar eso para excitar los ánimos en una especie de necropolítica». En aquel momento, analiza Alabao, se utiliza una suerte de «teoría de la conspiración para introducir dudas sobre la autoría de los atentados», con el objetivo de «impugnar el resultado de unas elecciones que habían dado la victoria al PSOE».

A día de hoy, tanto las manifestaciones ultra como la batalla judicial «no llevan el membrete de Vox, pero la tonalidad de las expresiones sí lo son». El objetivo, entiende, pasa por «agitar los ánimos» para lograr sus objetivos políticos. «Ellos han puesto el foco en el 8M porque es algo de lo que pueden responsabilizar al Gobierno«, desgrana la periodista, pero «no llegarán muy lejos» porque aunque la celebración de las marchas «pueden ser discutibles, no podían prohibirse en aquel contexto». En todo caso, continúa, a la formación de Santiago Abascal «le viene muy bien porque es el único partido español manifiestamente antifeminista».

Sin embargo, la conexión de las filas ultra con otros movimientos europeos, especialmente del este, es evidente. Estos sectores han tenido sus propias expresiones misóginas durante la pandemia. La diferencia esencial tiene que ver con quién ostenta el poder: en Polonia y Hungría, con la extrema derecha en el Gobierno, la estrategia ha venido a golpe de legislación. En el primer país a través de la puesta en marcha de una ley restrictiva contra el aborto y en el segundo contra las personas trans.

Lo recuerda Violeta Assiego, activista y abogada por los derechos humanos. «El movimiento fascista, o los fundamentalismos contemporáneos, están centrando sus ataques en los derechos de las mujeres y las disidencias sexuales, pero está tomando un cuerpo diferente en cada país», dice al otro lado del teléfono. En España «lo hace por la vía judicial y contra el 8M», pero en otros países la estrategia se adapta a las circunstancias propias. «Mi sensación es que el 8M es el escenario que están utilizando aquí los fundamentalismos contemporáneos para desestabilizar al Gobierno», por tanto la peculiaridad en suelo español es que la ultraderecha «está tratando de recuperar el poder político» y lo hace intentando matar dos pájaros de un tiro: perjudicar al Gobierno y «desactivar la confianza de la gente en un movimiento imparable que está conquistando muchos espacios». Si la extrema derecha estuviera en el poder, sospecha la abogada, «impondría medidas que sí vemos en otros países».

 

Fuente de la Información: https://www.infolibre.es/noticias/politica/2020/05/29/el_movimiento_feminista_no_retrocede_ante_ruido_extrema_derecha_nos_quieren_ver_temerosas_pero_las_mujeres_somos_valientes_107246_1012.html

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UNESCO: Nuevo informe de las Naciones Unidas demuestra que algunos países no protegen a los niños de la violencia

Por: UNESCO

En un momento en que la atención se ha centrado en los esfuerzos para detener la propagación de la pandemia de COVID-19, uno de cada dos niños en el mundo sigue padeciendo violencia física, sexual o psicológica, según un nuevo informe publicado por la UNESCO, la OMS, el UNICEF, la representante especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños y la Alianza para la eliminación de la violencia.

El Informe de la situación en 2020 sobre la prevención de la violencia contra los niños en el mundo – pone de relieve el número creciente de niños que son víctimas de heridas, impedimentos físicos y homicidio porque los países no siguen las estrategias implementadas para protegerlos de estos. Este informe, el primero de su tipo, proporciona un panorama de los logros alcanzados por los países en lo relativo al marco “INSPIRE”, un conjunto de siete estrategias para combatir la violencia contra los niños.

El informe contiene las primeras estimaciones mundiales de los homicidios entre niños de menos de 18 años. Se estima que, en 2017, 40.150 niños han sido víctimas de homicidio. Se basa también en los datos del informe de 2019 elaborado por la UNESCO, Detrás de los números: para poner fin a la violencia y el acoso escolares, a la vez que hace hincapié en que el acoso es un problema considerable en todo el mundo, con el 32% de los alumnos entre 11 y 15 años de edad víctimas de acoso escolar por parte de sus compañeros, al menos una vez durante el último mes.

“Con la pandemia de COVID-19 y el cierre de los establecimientos escolares que esto conlleva, hemos constatado un aumento de la violencia y del odio en línea – incluido el acoso. Ahora que los centros escolares comienzan su reapertura, los niños expresan su temor de regresar a la escuela”, declaró Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO. “Todos debemos responsabilizarnos con velar por que todos los niños se sientan seguros en la escuela. Debemos reflexionar y actuar conjuntamente para poner fin a la violencia en el ámbito escolar y en nuestras sociedades en general.”

Avances desiguales en la aplicación de las estrategias de prevención de la violencia

Según el informe, las leyes que prohíben los castigos corporales infligidos a los niños en todos los lugares, incluida la escuela, tienen el potencial necesario para reducir el número de actos violentos perpetrados contra los niños, así como entre niños. No obstante, mientras el 79% de los países han respondido al informe que prohíbe los castigos corporales, solo el 30% de los que lo han hecho, estima que las personas responsables de los actos violentos contra los niños, independientemente del motivo, y entre los que se encuentran los docentes, serán sancionadas.

“Este informe nos recuerda sin ambages que no es suficiente disponer de buenas políticas y que debemos trabajar constantemente para garantizar que estas políticas se apliquen”, declaró Stefania Giannini,

Subdirectora General de Educación de la UNESCO. “No podremos lograr una educación inclusiva y equitativa para todos si los niños no pueden aprender en escuelas seguras y libres de violencia, incluida la violencia perpetrada por los alumnos, los docentes y otros miembros del personal escolar, así como los castigos corporales.”

La respuesta ante el COVID-19 y su repercusión en los niños

Las medidas de confinamiento y el cierre de los centros escolares han limitado las fuentes habituales de apoyo a las familias y a las personas (los amigos, la familia ampliada, los profesionales). Las víctimas tienen aún menos posibilidades de gestionar las crisis y de reorganizar su vida cotidiana. Se ha observado un aumento considerable del número de llamadas a los centros de ayuda telefónica a los niños maltratados y a las víctimas de violencia conyugal.

Mientras las comunidades en línea se han vuelto esenciales para que numerosos niños sigan aprendiendo, jugando y beneficiándose de un apoyo, se ha observado un recrudecimiento de los comportamientos nefastos en líneas, entre los que figuran el ciberacoso, las conductas de riesgo y la explotación sexual.

Enlaces realcionados

Informe de la situación en 2020 sobre la prevención de la violencia contra los niños en el mundo (leer el comunicado de prensa de la OMS)

Respuesta educativa de la UNESCO ante la pandemia de COVID-19

Detrás de los números: para poner fin a la violencia y el acoso escolares

Acción de la UNESCO en materia de acoso y violencia escolar

Fuente de la Información: https://es.unesco.org/news/nuevo-informe-naciones-unidas-demuestra-que-algunos-paises-no-protegen-ninos-violencia

 

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La escuela cerrada, costos pedagógicos desiguales

Por: Emilio Tenti Fanfani.

 

a experiencia indica que todas las catástrofes, tanto las naturales, como las sociales ( el Covid-19 combina ambos factores) perjudica más a los desposeídos. Eso sucede con los terremotos, las inundaciones, las sequías o las crisis económicas y financieras. Los que más pierden son los que menos tienen. Esto pasa en el caso de la suspensión generalizada del servicio educativo en casi todo el mundo.

Esta experiencia inédita hace evidente realidades que en tiempos normales no se ven a primera vista:

  • En la escuela las nuevas generaciones aprenden cosas que la familia no puede enseñar, porque no tiene los recursos necesarios para hacerlo, en primer lugar la competencia pedagógico/profesional y en segundo lugar el tiempo y otros recursos didácticos. Ojalá que la emergencia nos recuerde que hay cosas importantes que solo se pueden aprender en esas instituciones especializadas que llamamos escuelas, colegios o universidades.
  • La emergencia también permite tomar conciencia que la escuela no solo enseña, sino que también cuida de los niños y adolescentes, función que en una etapa anterior del desarrollo de nuestras sociedades correspondía a la familia y en especial a las madres. Cuando la escuela suspende su funcionamiento, la mayoría los niños quedan «abandonados a su suerte», ya que la mayoría de las madres se han incorporado al mercado de trabajo. Este fenómeno es particularmente relevante en las familias de los sectores populares. Esta constatación debería servir para valorizar el papel multifuncional de la escuela en los procesos de reproducción social.

El reconocimiento social del valor de la escuela debería favorecer un plan de inversión en su estructura física con el fin de garantizar un piso común de calidad e higiene del edificio escolar, objetivo pendiente en el sistema educativo nacional. Al mismo tiempo habrá que aprovechar la ocasión para mejorar los mecanismos de comunicación entre los ministerios, las instituciones escolares y las familias para potenciar el diálogo y la interacción entre estas instancias. Lo que se tuvo que hacer por necesidad deberá potenciarse y mejorarse en tiempos normales.

La situación excepcional que vive el mundo obligó a las instituciones y agentes escolares a desarrollar una oferta de educación a distancia, la mayoría de las veces en forma apresurada y con recursos insuficientes e inadecuados. El Estado argentino, en sus diversas instancias, desde los ministerios de educación a las propias instituciones desplegó una serie de iniciativas tendientes a ofrecer oportunidades de aprendizaje a través del uso de las nuevas tecnologías de enseñanza con el fin de garantizar una cierta continuidad en el trabajo escolar.

La necesidad de actuar en forma rápida obligó a utilizar diversos recursos disponibles (plataformas, medios masivos de comunicación, interacción directa de los docentes con sus alumnos usando distintos dispositivos, etc.). En muchos casos las circunstancias obligaron a improvisar, ya que no había tiempo para programar, desarrollar y luego implementar programas específicos. Más allá de estos esfuerzos dignos de apreciación, las condiciones objetivas conspiran contra los intereses de aprendizaje de los sectores sociales más desfavorecidos.

Es probable que para estos sectores lo más oportuno sea ofrecer materiales (audiovisuales, impresos, etc.) de interés para adultos, niños y adolescentes con el fin de fomentar la lectura recreativa, desarrollar el gusto por la misma, así como la realización de juegos. En relación con esto, sería bueno divulgar las 10 cosas que el pedagogo italiano Francesco Tonucci sugiere hacer a los padres con sus hijos. Cosas simples (como cocinar juntos, explicar cómo funciona el sistema eléctrico de la casa, construir muñecas o pelotas de trapo, reconstruir la historia familiar revisando un álbum de fotografías, leer juntos un periódico o un cuento, etc.) que «educan» más allá del curriculum escolar cuyo cumplimiento tanto desvela a muchos pedagogos formalistas. La emergencia obliga a utilizar la imaginación para darle una dimensión educativa a múltiples objetos, procesos y experiencias que se pueden vivir en el interior del hogar o en el barrio (allí donde en verdad no existe una vivienda digna de ese nombre).

El tiempo que vivimos nos debe inducir a reflexionar porqué las nuevas generaciones se sienten más atraídas por los ambientes virtuales que por los reales. ¿Por qué nos cuesta tanto que nos atiendan en la casa y en las aulas y dejen de lado su celular? La actual obligación de recurrir a la realidad virtual debería convertirse en una oportunidad para aprovechar sus potencialidades en el plano de la realidad, tan propicia para la creación, la modelación, la transformación, capacidad que muchas veces no tiene la realidad escolar preacondicionada, regulada, programada para recorrer un camino con etapas preestablecidas de desarrollo de determinadas competencias evaluables. En este sentido la emergencia puede ser una oportunidad para repensar la realidad escolar con sus tiempos y espacios fragmentados entre aulas, grados, materias, horarios preestablecidos, etc. etc. Estos son momentos en que ciertas transformaciones que en tiempos normales tardan mucho tiempo en concretarse, se pueden precipitar por la fuerza de la necesidad. Pasada la emergencia, habrá que analizar qué pudimos aprender de la improvisación, qué cosas debemos perfeccionar, qué cosas retener, qué cosas rescatar y cómo articular la realidad espacio-temporal de la escuela con las posibilidades que ofrece la realidad virtual.

Más allá de lo que se hace y pueda hacer en estas circunstancias y la creatividad desplegada por padres de familia, maestros y niños, es preciso ser realistas. Una vez más, los más perjudicados son los sectores desposeídos, ya que en su caso se conjugan dos pobrezas, la pobreza de la oferta de educación a distancia y la pobreza de los necesarios recursos familiares, de diverso tipo como el espacio habitacional precario, el hacinamiento, los ambientes insalubres e inseguros, la pobreza o ausencia de equipamientos tecnológicos, la conectividad a internet, el nivel clima educativo del hogar, la presencia de los adultos y su disponibilidad de tiempo para acompañar las actividades escolares de los niños y adolescentes, etc.

El sistema escolar también tiene sus amplias zonas de pobreza. Según un informe reciente del Banco Mundial que usa datos del programa PISA (2018), poco más de la mitad de los sistemas educativos encuestados dijeron que la mayoría de los estudiantes de 15 años están en una escuela sin una plataforma efectiva de apoyo de aprendizaje en línea. Este es el caso en todos los países participantes de América Latina y el Caribe. Por otra parte también existen limitaciones por parte de los docentes, ya que en la Argentina en opinión de los directores sólo el 55% de los docentes tienen «recursos profesionales efectivos para aprender cómo usar dispositivos digitales».

El mismo informe del Banco Mundial reconoce que existe una fuerte asociación entre los recursos tecnológicos y humanos del sistema escolar y el nivel socioeconómico de los alumnos. Esto implica que quienes más perderán en materia de aprendizaje serán los que ocupan las posiciones más desfavorecidas en las distribuciones de recursos sociales estratégicos tales como la propiedad, el ingreso, el poder y el conocimiento. Desde ya habrá reflexionar sobre el tiempo de post-emergencia y redefinir las políticas educativas tendientes a fortalecer la escuela pública para dejarla en mejores condiciones para contrarrestar la fuerza de las inercias que tienden a reproducir las desigualdades sociales de todo tipo que presenta la sociedad argentina actual.

Fuente del artículo: https://www.lanacion.com.ar/opinion/la-escuela-cerrada-costos-pedagogicos-desiguales-nid2358685

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Argentina: La grieta invade el ámbito académico en ciencias sociales o De la muerte del debate público

La grieta invade el ámbito académico en ciencias sociales

o

De la muerte del debate público

Miguel Andrés Brenner

Facultad de Filosofía y Letras, UBA

Buenos Aires, Argentina

Junio de 2020

Recuerdo a inicios de la década de los años setenta del siglo pasado, cuando hacía poco estaba cursando la carrera de sociología, en la entonces Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, que participé como asistente-alumno a un evento de magnitud histórica, que quedó en el olvido. Se concursaba la cátedra Sociología Sistemática. Habían dos competidores, Juan Carlos Portantiero y Justino O’Farrell, el primero dentro del marxismo, el segundo dentro de las “cátedras nacionales” con fuerte pregnancia peronista. Eran dos grandes académicos en aquel entonces. En el aula magna de la sede de la vieja facultad, repleta de asistentes, se dio un debate muy apasionado entre los integrantes de ambas cátedras postulantes en el concurso, demasiado apasionado. Debate público al fin, añorado en la actualidad.

Hoy se da una “grieta” en el ámbito académico, un debate similar sería casi imposible. Los de un posicionamiento excluyen a los de otro posicionamiento. El famoso “ágora” (del griego ἀγορά, asamblea, de ἀγείρω, ‘reunir’​) de la antigüedad griega feneció. Los de un lado miran con desconfianza a los del otro lado. El “pensamiento único” que se asigna a la derecha en tiempos de neoliberalismo, invade con su espíritu todo el espectro académico.

Así, por ejemplo, el video con perspectiva educacional-figura más abajo-en su inicio y final, en tanto haya discordancia, puede llegar a oscurecer el centro del panorama explicativo del modelo neoliberal en educación. Valga el caso de una mirada “progresista” que pudiera no aceptar algunos de sus motivos, a partir de lo que se invalide todo el texto fílmico, sin poder discriminar entre lo valioso y no lo valioso desde el propio encuadre político.

Pero, también en el mismo “progresismo” hay grietas. Comento una experiencia que viví,aunque debido a motivos de discreción no puedo mencionar las fuentes de información. En un encuentro, previo a la asunción de Alberto Fernández a la presidencia de la nación, se realizó un encuentro a efectos de diseñar los lineamientos de las futuras políticas educativas. Los expositores fueron seleccionados estrictamente dentro del ámbito del poder académico vigente, excluyendo a otros que aún pudieran tener miradas o expectativas diferentes, pero no disociadoras.Ni uno de ellos fue elegido (*), y los motivos pueden ser diferentes. Obviamente, es difícil que, independientemente de su aceptación o no, fueran también candidatos para ocupar cargos políticos en el nuevo período gubernamental.Y se da la posibilidad, otra forma de grieta, de no darles cabida simplemente por cuestiones de poder.

Hicimos alusión a la grieta.La palabra grieta aparece en nuestro país durante la primera década del siglo XXI. Tiene que ver con un uso lingüístico que señala la división maniquea de la sociedad argentina entre kirchneristas y antikirchneristas. Dicho enfrentamiento político posee una alta y promovida dosis de irracionalidad, odio, prejuicio, intolerancia, de pura matriz emocional.

Proviene del latín “crepâre” (estallar). Según el Diccionario de la Real Academia Española tiene tres acepciones, de las que subrayamos para nuestro caso aquellas que aluden al término “solidez”:

  1. Hendidura alargada que se hace en la tierra o en cualquier cuerpo sólido.
  2. Hendidura poco profunda que se forma en la piel de diversas partes del cuerpo o en las membranas mucosas próximas a ella.
  3. Dificultad o desacuerdo que amenaza la solidez o unidad de algo.

Grieta se usa a manera de metáfora. Un término nos permite comprender el significado de algo, nos permite comunicar algo a alguien, nos permite posicionarnos de alguna manera en el plexo de las relaciones humanas, en el caso al que aludimos, nos referimos al posicionamiento político. La solidez (firme, macizo, denso) de los cuerpos es estudiada originalmente por la física. En tal sentido, la grieta menta una “estallido” que hace casi imposible el diálogo. El diálogo supone al menos una base de acuerdo como punto de partida, si aquella no existe, tampoco el diálogo. Entonces, son los aspectos emocionales más negativos desde los que se entiende la realidad. Y, si vamos al ámbito académico, la “grieta” en el mismo significa la disolución de lo epistemológico o científico.

Hagamos un juego de imaginación. Consideremos el siguiente breve video en materia de política educativa: https://youtu.be/Qp8obtMJ-kI . Dejo a la libre consideración de cada lector del presente texto la mirada interpretativa que haría alguien que se ubica dentro de la derecha, dentro de la izquierda, dentro del progresismo. Hagamos la salvedad de que dichos posicionamientos pueden ser ambiguos por lo genérico de cada uno de los mismos. Y otro interrogante más: como docentes, ¿sería dicho video materia de nuestra enseñanza?

 

(*) Ni uno de los 64 académicos fueron tenidos en cuenta. La propuesta fue por el mérito de estos, sin habérseles consultado al respecto.

Fuente de la Información: Otras Voces en Educación

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Evaluar en un contexto de aprendizaje diferente

Por: Juana M. Sancho

En estos tiempos de pandemia, en los que el alumnado está aprendiendo de forma diferente en contextos diferentes, resulta más pertinente si cabe promover un sistema de evaluación del aprendizaje con la plena participación del alumnado. Y que permita al profesorado conocerlo mejor, descubrir facetas desconocidas y calibrar de forma más conveniente cómo plantear el próximo curso.

No me cansaré de repetir, una vez más, con D. C. Phillips, que el aprendizaje es contextual, involucra a personas reales que viven en contextos sociales reales y complejos de los que no se pueden abstraer de manera significativa. Por difícil que parezca para algunos investigadores, responsables de políticas educativas y educadores -quizás porque nos pasa como a los peces que si estudiasen su medio ambiente lo último que descubrirían sería el agua, los aprendices están contextualizados. Pertenecen a un género, tienen una orientación sexual, un nivel socioeconómico, son parte de una etnia, de una cultura de origen; tienen intereses -y cosas que les aburren; pueden o no haber desayunado; y viven en barrios con o sin frecuente violencia, les atraen (o se enfrentan con) la personalidad de sus docentes, etc. Pero, sobre todo, no solo aprendemos en la escuela, el instituto o la Universidad, si no, ¿cómo podríamos explicar los desarrollos humanos hasta la aparición de estas instituciones? Aprendemos en cada uno de los momentos de nuestra vida, desde que nos conciben hasta que desaparecemos. Y la mayoría de nuestros aprendizajes son subliminales (Mlodinow), suceden sin que seamos conscientes de ellos. Y, poco a poco, van modelando nuestra forma de ver el mundo, nuestros marcos de pensamientos y emociones, nuestros estereotipos, prejuicios y nuestra apertura o cerrazón a otras formas de explicarnos, entender y acercarnos al mundo.

La educación formal es sumamente importante, mucho más en el mundo actual, sobre todo para quienes no están en condiciones de “salir de su casa educados”. Todas las personas que hemos tenido acceso a ella sabemos de su importancia. Y contamos con innumerables pruebas, como la del premio Nóbel de Literatura Albert Camus, quien al acabar la ceremonia de entrega envió una carta a su maestro, el Sr. Germain, en la que manifestaba: “Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza no hubiese sucedido nada de esto”. O la de Malala Yousafzai, premio Nóbel de la Paz, que estuvo a punto de morir por defender su derecho y el de todas las niñas a la educación formal. Un derecho recogido, hace 72 años, en artículo 26.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Un derecho que, según Oxfam Intermon, se le sigue negando a más de 1.000 millones de personas que sufren pobreza extrema y no tienen acceso a agua potable y a otros servicios básicos como la salud y la educación. Y que, incluso en los países que garantizan el acceso a todos los ciudadanos a la educación, estos la disfrutan en condiciones de gran desigualdad. Algo que se está evidenciando, una vez más, en nuestro país en estos momentos de pandemia, en los que más del 10% del alumnado no tiene acceso a recursos digitales. E incluso algunos que disponen de ellos, no cuentan con las condiciones físicas, emocionales y culturales para seguir las indicaciones de los centros para seguir con la docencia.

Pero sin educación formal, no hay justicia social y esto, para mí, como para otras muchas personas es un gran reto.

Cuando el alumnado llega a la escuela, no llega como una vasija vacía, como demasiado a menudo la forma de planificar y poner en práctica la enseñanza parecen pensar. Cuando entran por la puerta de la escuela, no se dejan su cuerpo, sus experiencias, emociones, afectos, cultura, contexto socioecómico, etc., en la puerta. No llegan solo como un cerebro para ser modelado, sino como entramado de conocimientos, habilidades, destrezas y carencias, al que a partir de ahora se suma la Escuela. Comienza un devenir en el que la centralidad de la institución formal desdibuja la importancia de los diferentes ecosistemas por lo que transitamos las personas a lo largo de la vida. “En los ecosistemas humanos, la perspectiva ecológica considera a las personas en sus entornos físicos, sociales y virtuales como un sistema unitario que vive dentro de un contexto cultural e histórico particular, consumiendo, reciclando y produciendo recursos, incluyendo información y conocimientos, y cambiando (aprendiendo y desarrollando) a través del proceso de interacción” (Jackson, 2013, p. 2). Por lo que, en estos momentos, aunque el alumnado no pueda asistir a las aulas, no por eso está dejando de aprender. Porque de alguna manera sigue conectado con su entorno, especialmente el virtual, y porque siguen aprendiendo día a día en situaciones totalmente imprevisibles. Siguen aprendiendo, pero otras cosas y de otras formas.

Esta argumentación para plantear dos cuestiones. La primera discutir algunas voces “avisando” que se “está perdiendo el curso”, que el alumnado dejará de aprender el 11% de lo que debía aprender. La segunda, la necesidad de aumentar la imaginación pedagógica y aprovechar este tiempo de incertidumbre explorar formas de aproximarnos al “aprendizaje auténtico”.

A la primera he dedicado toda la primera parte de este texto. A la segunda dedico la segunda parte.

¿Cómo explorar lo que estamos aprendiendo?

Aquello que se denomina enseñar y aprender es sólo recordar. Platón.

La necesidad de mejorar los sistemas de evaluación para garantizar que nos permiten pronunciarnos mejor sobre el aprendizaje del alumnado, más allá de su capacidad para responder a un examen de papel y lápiz, cuenta con una larga trayectoria. Los movimientos de cambio educativo, se vienen refiriendo a la importancia de transformar la evaluación del aprendizaje en la evaluación para el aprendizaje (Stoll, Fink y Earl, 2004). En un proceso que permita al alumnado sentirse más implicado, conocer mejor sus modos de aprender, sus logros y sus dificultades. Y al profesorado comprender mejor el proceso del alumnado y estar en mejores condiciones de acompañarlo

En estos tiempos de pandemia, en los que el alumnado está aprendiendo de forma diferente en contextos diferentes, resulta más pertinente si cabe promover un sistema de evaluación del aprendizaje con la plena participación del alumnado. Y que permita al profesorado conocerlo mejor, descubrir facetas desconocidas y calibrar de forma más conveniente cómo plantear el próximo curso.

Una investigación de este tipo podría plantear al alumnado la elaboración de una “ecología” de su aprendizaje que fuera conectando todo lo que va aprendiendo y reflexionando sobre sus modos de aprender, en tiempos de confinamiento. En función de las condiciones de cada estudiante, se podría sugerir que utilizasen todos los medios de los que disponen para irse respondiendo a una serie de preguntas de aquí a final de curso (también pueden continuar en verano). Podrían crearse un blog o utilizar cualquier recurso a su alcance o que vayan descubriendo y distintos alfabetismos (oral, visual, audiovisual, musical, multimedia,…).

La propuesta sería. En este tiempo en el que han cambiado de forma significativa tus entornos de aprendizaje y socialización, pregúntate:

  • ¿Qué he aprendido sobre mí mismo?
  • ¿Qué he aprendido sobre mi familia?
  • ¿Qué he aprendido sobre mis amigos?
  • ¿Qué he aprendido sobre la situación excepcional que vivimos?
  • ¿Qué he aprendido sobre el mundo en general?
  • ¿Cómo lo relaciono con lo que voy aprendiendo con lo que estaba aprendiendo en la escuela?
  • ¿Qué me preguntaría o me he preguntado?

Las respuestas, que pueden ir progresando, se pueden ir entrelazando. El profesorado las podría ir compartiendo periódicamente y extraer importantes conclusiones orientadas a la mejora.

Un proceso así aumentaría la implicación del alumnado en su aprendizaje y su capacidad para detectar sus fortalezas y debilidades.

Sé que no es fácil. Pero, como educadora, no dejo de pensar que la “locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes” (frase atribuida a Albert Einstein y a Rita Mae Brown en Sudden Death, 1983). ¡Intentemos algo diferente para unos tiempos y contextos de aprendizaje diferentes!

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/04/28/evaluar-en-un-contexto-de-aprendizaje-diferente/

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Estos son los siete consejos de Harvard para salir a la calle con los niños durante la pandemia

Por: Carolina García

Los expertos aconsejan que para conseguir salidas seguras hay que llevar siempre una mascarilla y gel hidroalcohólico en el bolso, y mantener los dos metros de distancia social

La Escuela de Salud de Harvard (Boston, Estados Unidos) ha publicado esta semana sus recomendaciones para que los niños y niñas puedan salir seguros y tranquilos de casa. Siete pautas que, si se cumplen, ayudarán a cuidarnos y a cuidar al resto de la sociedad. Los menores de 14 años pueden dar un paseo en España desde el pasado 26 de abril, un alivio que implica que estos pequeños pueden pasear una hora al día, siempre con un adulto y en un radio de un kilómetro de su casa. A pesar de las recomendaciones del Gobierno, que no para de recordar que seguimos en plena pandemia del coronavirus, algunos progenitores ya incumplieron el pasado domingo las directrices, saliendo a pasear dos adultos con sus hijos, juntándose familias enteras e, incluso, viéndose corrillos de niños jugando juntos. No fue lo mayoritario, pero estos escenarios se dieron.

La desescalada del confinamiento comienza en España el próximo 4 de mayo y debemos estar atentos. El cumplimiento de las normas es vital para combatir al virus y, como recuerdan los expertos de la Escuela de Salud de Harvard, “salir a la calle puede ser una gran idea tanto para la salud mental como física tuya y de toda tu familia. Pero, como para cualquier acción que se toma en este tiempo de la covid-19, debe hacerse de forma segura”.

Estas son las siete recomendaciones que plantean estos expertos. E insisten: “Reflexiona sobre ellas antes de ponerte los zapatos y salir a la calle. Pueden parecer muchas, pero merece la pena seguirlas cuando salgas de casa para hacer algo de ejercicio, simplemente salir o divertirte».

  1. Ten cuidado con todo lo que tocas desde que sales hasta que vuelves a casa. Para aquellos que viven solos, esto no puede suponer una gran hazaña. Pero para aquellos que viven en grandes comunidades, habrá que estar atento. «Por ejemplo, con los botones del ascensor o a los pomos de las puertas”, citan los expertos. También proponen un juego para hacer con los niños y niñas: “Imaginar que todas las superficies están muy calientes y necesitas protección para tocarlas, como puede ser llevar guantes o tener un pañuelo de papel a mano”.
  2. Siempre lleva contigo un gel hidroalcohólico, “de esta manera podrás lavarte las manos, siempre que lo desees”.
  3. Elige un sitio en el que haya la menor cantidad de gente para pasear: “Puede ser algo difícil en las zonas urbanas, pero siempre se puede encontrar un rincón”.
  4. Mantén siempre la distancia mínima de dos metros cuando salgas a la calle.
  5. Sal a la calle solo con gente que vive contigo. Esta es una reiteración que ha hecho de forma constante el Gobierno de España, “solo salir con convivientes”. “Es tentador encontrarnos con nuestra familia, mientras paseamos”, prosiguen los expertos, “y puede que los niños tengan un problema grave con esto, porque estén deseando hablar con niños o ver a sus amigos”: “Habla con tus hijos de una forma fácil sobre las consecuencias que podría tener esta acción”.
  6. No toques cosas. Solo se puede caminar, “no está permitido subirse a un tobogán, sentarse en un banco ni compartir el balón”. La razón esencial es porque no sabes quién lo ha tocado y cuándo. Para los expertos, tener un gel hidroalcohólico a mano es vital para cuando a los niños y a otras personas se les olvida este punto.
  7. Lleva contigo una mascarilla. “Lo mejor es que se quede en tu bolso junto con las botellas de agua y algo de comida”, prosiguen los autores, “pero si en algún momento no puedes mantener la distancia de seguridad de dos metros, siempre puedes sacarla y ponértela”. De acuerdo con las asociaciones de pediatría de EE UU y de España, los menores de dos años no deben llevar mascarilla por razones de seguridad, pero “para los demás, no está de más llevarla, por si acaso”, concluyen.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/04/29/mamas_papas/1588147590_432011.html

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Los pediatras apuestan por un sistema de «burbujas socializantes» en la vuelta de los menores de 6 años a las aulas

Por: ABC

Se propone también un compromiso o acuerdo firmado por los padres de que el niño no irá a la escuela si tiene > 37,5ºC, fiebre, tos, diarrea u otras manifestaciones que sugieran enfermedad.

La Asociación Española de Pediatría (AEP) ha actualizado sus recomendaciones para la reapertura de centros educativos de edad infantil (menos de 6 años) en la que se incluyen medidas específicas a considerar en relación con la vuelta a las aulas de los más pequeños. Esta actualización, que se redacta acorde a las nuevas evidencias científicas, así como a la evolución en nuestro medio de la pandemia y a la situación epidemiológica en el momento actual de la epidemia COVID-19 en nuestro país, pone el acento en la importancia de la socialización en la enseñanza en los más pequeños y en que también ellos puedan volver a su «nueva normalidad», lo que incluye la vuelta a las escuelas infantiles. Este documento complementa a la propuesta anteriormente elaborada por la AEP en el mes de mayo 2020, que incluía pautas para la vuelta al colegio en todos los niveles educativos.

La nueva sociedad en la que vivimos, con la incorporación muy temprana de las mujeres tras la maternidad al trabajo y los amplios horarios laborales, ha propiciado la necesidad de muchas familias de incorporar a los niños muy tempranamente a la Escuela Infantil. Por ello debe considerarse, como un entorno educativo prioritario que debe prevalecer al aspecto puramente de guardería o cuidado como se entendía clásicamente. Pero, además, la Escuela infantil, nos ofrece la oportunidad de detectar y compensar posibles carencias de las familias en relación con la estimulación de los aspectos del desarrollo del niño, así como otro tipo de necesidades de carácter nutricional, afectivas o sociales. «La edad comprendida entre los 0 y 6 años es extremadamente vulnerable y sensible a los cambios, además de ser una etapa fundamental para el desarrollo emocional, educativo y la implantación de hábitos de vida saludables. Muchas familias, por diversas circunstancias familiares, económicas, sociales o formativas, no pueden ofrecer a los pequeños los estímulos adecuados para este desarrollo», asegura la doctora María José Mellado, presidente de la AEP.

« La evidencia científica, más reciente, nos ha demostrado que los pequeños no son los “grandes contagiadores” como se pensaba al inicio de la pandemia y, como ya sabíamos, la COVID-19 representa en los niños alrededor de 1% de los casos globales y cursa en la inmensa mayoría de los casos de manera leve en la edad pediátrica. Otro aspecto determinante para esta nueva directriz, es el momento epidemiológico, en el que se propone la reapertura que es claramente favorable en cuanto a número de casos de nuevos diagnósticos», explica la doctora Mellado.

Desde la AEP se considera que las propuestas generales emitidas anteriormente se mantienen válidas, en los menores de 10 años. En este sentido, la AEP propone, que, si se mantiene en el aula la distancia entre alumnos al menos de entre 1,5 metros como recomienda la OMS, puede contemplarse la retirada durante la clase de las mascarillas, que en muchos casos serían desplazadas del lugar óptimo y manoseadas; perdiendo así su efecto preventivo y flexibilizar los horarios de entrada y de salida de forma que se permita una mejor distancia física entre alumnos y se eviten aglomeraciones en la puerta de la escuela.

Para las entradas y salidas, estancia en las aulas, y, sobre todo; para las pausas de recreo y de comidas, nos planteamos crear grupos fijos de compañeros de un número reducido de niños, una especie de «burbujas socializantes» con un mismo profesor que facilite el contacto mínimo con otros grupos. Estos grupos facilitarían también el aislamiento posterior y trazabilidad de la infección en caso de aparición de algún caso. La burbuja debe ser lo suficientemente pequeña para que puedan observarse una normas claras de comportamiento. Esta medida posiblemente sea más efectiva cuanto más se complemente con medidas de higiene. Es recomendable también la actualización del calendario vacunal antes de la reincorporación a las aulas.

No llevar al niño a la escuela con fiebre

Se propone un compromiso o acuerdo firmado por los padres de que el niño no irá a la escuela si tiene > 37,5ºC, fiebre, tos, diarrea u otras manifestaciones que sugieran enfermedad o que ha estado en contacto con algún familiar enfermo o personas posiblemente infectadas, en cuyo caso debe ser atendido por el pediatra para que valore el aislamiento. Es importante tener en cuenta que este grupo de edad es el que presenta una mayor frecuencia de procesos febriles, y una menor capacidad de comunicar sintomatología, por lo que el profesor debe estar atento a inicio de fiebre en la escuela y a cuadros compatibles con la enfermedad.

Para el personal que trabaja en la escuela debe seguirse el mismo protocolo de vigilancia de temperatura, síntomas y aislamiento si ha contactado con personas sospechosas de enfermedad, además de asegurar el uso de mascarillas y todas las medidas de prevención rigurosas entre el personal educativo. Debería habilitarse una zona de «aislamiento» por si la aparición de la fiebre ocurre una vez los niños o los profesores ya están en la escuela.

Otro aspecto clave es maximizar el tiempo en el exterior, al aire libre, dado que la transmisión del virus es claramente más frecuente en ambientes interiores o cerrados, y relativamente infrecuente en el exterior. Se recomienda, por tanto, que aquellos centros que dispongan de espacios al aire libre trasladen una parte o la totalidad de actividades docentes al exterior. En cuanto a la comida, lo ideal sería que cada grupo pudiera comer en la propia aula, minimizando así el contacto con otros niños y el de compartir superficies o material de comedor. Los comedores, si se utilizan, deberán ser muy rigurosos en cuanto a la higiene, uso individual de utensilios y mantener la distancia de seguridad (puesto que no se puede usar mascarilla comiendo). La alimentación debe ser sana, adecuada a la edad y con nutrientes de alto valor biológico. En los centros en los que sea jornada continua se podría recomendar que, en la medida de lo posible, coman en sus domicilios, al igual que en guarderías.

Se deberán articular protocolos para trabajar conjuntamente con los equipos de Pediatría de Atención Primaria y con los Servicios Sociales Comunitarios de referencia, para atender de forma integral y prioritaria a los niños con necesidades especiales y apoyar a sus familias. También habría que tener implantados canales de evaluación del funcionamiento adecuado del centro, la implantación en el inicio de tareas en casa mediante la tecnología digital (dibujos, letras etc.); así como valorar ayudas a las familias más vulnerables (maternidad reciente, monoparentales, extensos horarios laborales, cambios de horario en jornada de trabajo etc.) que precisen ayuda concreta en este periodo de reincorporación de los más pequeños a las escuelas infantiles.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-pediatras-apuestan-sistema-burbujas-socializantes-vuelta-menores-6-anos-aulas-202006161318_noticia.html

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