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Día X de cuarentena…

Por: Abelardo Carro Nava

De repente, cual fotografías de esas instantáneas, vienen a mi mente varios recuerdos de mi infancia. Mis padres, fieles a las enseñanzas de sus padres, seguían a pie juntillas su ejemplo. No había otra forma de ser “alguien” en la vida. Finalmente, quienes nacimos en condiciones económicas limitadas, teníamos claro que el trabajo dignifica al hombre, y vaya que hay razón en ello.

Levantarse, desde pequeño, muy temprano para acompañar a mi padre y hermanos al campo, a la “pizca” o “trasiego”, era de lo más divertido. ¿Cómo podría ser pesado o aburrido si desde niño era el mundo que habíamos conocido?, ¿cómo negarse, si de tal actividad, obteníamos algún dinero para que mis padres solventaran otros gastos?, ¿cómo no ser parte de algo que, a decir de tus padres, era para el bienestar de la familia?

Pasadas algunas horas de labriego llegaba el desayuno. Ese menú exquisito que se conformaba por abundantes “gorditas” cocidas en comal de barro, con masa de maíz antes cosechado, harta salsa y solo unas cuantas pizcas de queso; y un atole, sí, un atole también de masa cuyo color y consistencia guardo en mis adentros.

El trabajo no menguaba. Las horas pasaban y el calor atosigaba. Sí, esa era la hora en que debíamos volver a casa. ¿Un baño? Ni pensarlo, primero debíamos realizar las tareas asignadas: barrer el patio, escombrar los cuartos, acomodar la leña, limpiar el pequeño establo, en fin, siempre había algo que hacer y rehacer para ayudar en los deberes domésticos. ¿Y luego? Las pequeñas tareas escolares que mis padres nos encomendaban: leer un cuento, resolver problemas matemáticos, repasar lo que en el ciclo escolar habíamos trabajado. ¿Y los juegos? ¡Claro que había espacio para los juegos! Sí, esos momentos que, después de la comida, se propiciaban con los demás niños de la cuadra, una “cascarita” le llamaban. Yo, desde luego, era el portero y, por ser el más pequeño, siempre era el que me “brincaba” a las casas de los vecinos cuando la pelota se nos volaba.

El tiempo pasaba y la cena llegaba, pero antes un baño, sí, un baño que verdaderamente disfrutaba. El correr del agua calientita sobre mi cuerpo, ha sido de las experiencias más extraordinarias que aún conservo.

Sentados en la mesa, mi padre tocaba su guitarra y “La Malagueña” cantaba. No sé si esa canción era la única que se sabía, pero recuerdo claramente cómo siempre se entonaba. La noche llegaba. Unas cuantas horas de descanso y de nuevo la jornada.

No, no eran vacaciones como las que hoy conocemos. La televisión era un lujo que no podíamos darnos en esos momentos. El dinero no alcanzaba para comprar un producto de esa naturaleza. Sin embargo, leer una novela, nos llevaba a mundos insospechados.

Aún recuerdo a María, sí, aquel texto de Jorge Isaacs que me tuvo al borde de las lágrimas. Su muerte, fue uno de esos hechos incompresibles que, desde luego, mi padre con sus sabias palabras, me explicaba. O bien, ese mundo de aventuras y misterios que, con Julio Verne y su Viaje al Centro de la Tierra, viví intensamente. No, no eran las vacaciones como las que ahora conocemos y, mucho menos, los juegos que ahora vemos. Hacer un paracaídas con una bolsa de plástico a la que se le ataban unos estambres en un extremo y del otro, las manos de un luchador, también de plástico, era todo un suceso. Esas competencias con los vecinos para ver cuál “volaba” más alto eran interminables; las apuestas siempre giraban en torno a nuestro gran tesoro: un dulce o un chicle que, como parece obvio, gané una y otra vez, para envidia de todos.

De vuelta a la realidad, de un tiempo a la fecha me he preguntado ¿qué tanto, como sociedad, hemos cambiado para pensar que un televisor es un gran aliado en contra del aburrimiento y el desasosiego?, ¿por qué las tabletas y los videojuegos han sustituido esas “cascaritas” tan amenas que sosteníamos con nuestros amigos?, ¿qué hemos hecho, como sociedad y gobierno, para que todo sea tan diferente pero, lastimosamente, igual que antes? Sí, tal vez se deba a un problema de clases sociales, y a lo que alguna vez algún profesor de la universidad definió como capitalismo. Sí, esa forma de vida que, por más que se diga lo contrario, genera grandes desigualdades sociales por el libre mercado.

Tengo claro que los tiempos ya no son los mismos de aquella, mi infancia, y que las condiciones económicas han acelerado nuestro ritmo de vida; desde luego, hay quienes vamos al día, viviendo y sobreviviendo con lo que hacemos y con lo que tenemos. Por ello comprendo, que las responsabilidades que tenemos en casa, las hemos sustituido con ciertos artefactos tecnológicos que derivan en la poca atención que, de alguna u otra manera, brindamos a nuestros seres queridos.

Tal vez sea momento, mientras vivimos esta pandemia generada por algo que los científicos han llamado coronavirus, de reflexionar sobre lo que hemos hecho y cómo lo hemos hecho o estamos haciendo. Bien se dice que la educación comienza en casa y, desde luego, coincido en ello.

Asignar pequeñas tareas a nuestros hijos logrando que comprendan el porqué de éstas, no es algo de otro mundo. Sé muy bien, porque me pasa lo mismo, que a veces cinco minutos significa destinar un tiempo que no teníamos contemplado porque nuestras actividades, sobre todo, laborales o domésticas, nos meten en un trajín de eventos sin sentido porque, inevitablemente, el sustento es lo primero; sin embargo, desde mi perspectiva, esos cinco minutos pueden ser tan valiosos en las personas como su vida misma. Muchas veces me han preguntado cómo podemos fomentar los valores universales en los nuestros. Mi respuesta ha sido inequívoca: comunicarnos, escucharnos, respetarnos, amarnos, etcétera; son, desde luego, pequeñas acciones que pueden generar ambientes favorables que propicien un sentido de corresponsabilidad y conciencia en los que hacemos y cómo lo hacemos.

No lo olvidemos pues, que los mexicanos, sin distingo de género, somos “luchones”, y es precisamente esa fuerza y ese carácter, lo que puede llevarnos a trabajar para ser mejores seres humanos. Hombres y mujeres empáticos…

Si la educación comienza en casa, y ustedes coinciden en ello, es un buen momento para seguir trabajando en ello. Así, con pequeñas acciones que, seguro estoy, más adelante tendrán grandes resultados colectivos, mimos que nacerán en la individualidad de los individuos.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/dia-x-de-cuarentena/

Imagen: https://pixabay.com/illustrations/tv-man-sofa-tv-room-apartment-1529259/

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Cómo evitar el aislamiento y soledad durante el distanciamiento social

Por: Paulette Delgado

Es justo en estos momentos donde necesitamos fortalecer más que nunca las conexiones humanas, aunque no sean cara a cara.

El COVID-19, enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2, no sólo está amenazando la salud física y la vida de muchas personas, también nos está afectando en el campo emocional. Con su llegada, son cada vez más los países que sugieren (o imponen, en algunos casos) a su población el distanciamiento social como medida preventiva para evitar el contagio. Aunque esta medida nos ayuda a disminuir la posibilidad de extender la propagación de este virus, puede provocar soledad y aislamiento, poniendo en riesgo nuestra salud mental.

Es justo en estos momentos donde necesitamos fortalecer más que nunca las conexiones humanas, aunque no sean cara a cara. Elizabeth Dorrance Hall, directora del Laboratorio de Comunicación y Relaciones Familiares, señala que la ventaja es que ahora estamos más equipados que nunca para mantener relaciones sociales a distancia, ya que la tecnología ayuda a las personas a mantenerse cercanas incluso en épocas de distanciamiento físico.

Para no perder la comunicación entre la familia y los amigos, la Dra. Dorrance recomienda las videollamadas ya que son una gran herramienta para mantenernos conectados y sentirnos cercanos a pesar del distanciamiento ya que el video nos permite poder ver los comportamientos no verbales de la otra persona, gestos que por chat o mensaje de voz no se podrían percibir. Las videollamadas también nos ayudan a entender mejor el estado de ánimo de la otra persona y establecer una comunicación más clara y efectiva. Aspectos como el tono de voz, gestos peculiares, expresiones y mirada, son varios de los elementos que ayudan a tener una mejor conexión más cercana con otros, que por mensaje de texto no podríamos tener.

Además de las videollamadas, la Dra. Dorrance comparte los siguientes consejos para evitar sentirse solos durante la cuarentena:

  • Hablarle a algún amigo o familiar con el que se compartan gustos similares y ver una serie o película al mismo tiempo. Al final, pueden platicar e intercambiar puntos de vista sobre lo que vieron y hacer sugerencias y recomendaciones para ver la próxima ocasión.

  • En caso de tener una pareja a distancia, planear citas o comidas de manera virtual. Planear el menú, abrir una botella de vino y verse por videollamada ayudará a sentirse más conectados, a pesar de la distancia.

  • Unirse a comunidades en línea con personas que comparten gustos similares. Facebook cuenta con muchos grupos diferentes para todo tipo de intereses, así como páginas de internet especializadas desde fanáticos de un grupo musical hasta grupos de entusiastas del cine, fotografía o la repostería.

  • Aprovecha la cuarentena para aprender algo nuevo e invita a alguien para que te acompañe, ya sea tu pareja, hijos o algún amigo. Aprender a tejer o a tocar un instrumento puede ser un excelente momento para conectar con otros.

  • Debido a la cuarentena se están popularizando plataformas de videollamadas como Zoom o House Party, que permiten hacer videollamadas en grupo e incluso jugar a algún juego juntos. También es una gran herramienta para entretener a los niños, pueden conectarlos con algún amigo o familiar para que les cuente un cuento, les enseñe algún truco de magia o simplemente para platicar.

A pesar de que la tecnología nos puede ayudar a mantener la comunicación con seres queridos en tiempos de distanciamiento social, la incertidumbre y ansiedad que provoca el aislamiento prolongado, puede deteriorar y tensar  las relaciones familiares de aquellos que viven la cuarentena en familia, señala la Dra. Dorrance. Es por eso que a continuación, compartimos algunos consejos para mantener sanas relaciones familiares y de amistad.

Cinco estrategias para mantener relaciones de calidad en tiempos de distanciamiento social: 

  1. Positividad: Debido al constante bombardeo de malas noticias sobre el COVID-19, interacciones alegres nos ayudan a animar al otro, por lo que ser positivos es más importante que nunca.

  2. Apertura: Ser abierto con los demás, discutir sobre la manera en que estamos afrontando la situación y cómo nos sentimos. Esto también aplica en la manera en que nos revelamos ante el otro y la reacción que tenemos al escuchar de manera activa. Esto se demuestra por medio del contacto visual, uso de afirmaciones no verbales o mostrar interés en lo que los otros tienen que aportar.

  3. Garantías: Muchas veces garantizamos que nuestros seres queridos saben lo que significan para nosotros, por lo que damos por sentado esa relación y no expresamos nuestros sentimientos. En esta época de aislamiento social es clave tomarse el tiempo para externar lo mucho que valoramos a la otra persona, aunque se trate de tus hijos, pareja o familiares que ves todos los días.

  4. Tareas: Una relación, ya sea amorosa o de amistad, involucra a dos o más personas, por lo que debemos compartir la responsabilidad de mantener la conexión. Para mejorar la comunicación, podemos asignar tareas o actividades para continuar la relación. Por ejemplo, quién hablará, a qué hora y por qué plataforma. Hacer esto, dice la Dra. Dorrance, produce mayor satisfacción ya que se evita el sentimiento que uno hace más que el otro. Que una de las dos partes haga más esfuerzos por mantener la comunicación puede llevar a conflictos donde una de las dos partes no se sienten valorados o se sientan culpables de no aportar mucho a la relación. Otra manera es compartir el trabajo de planear actividades que pueden hacer juntos, ya sea juegos de mesa en línea o planear actividades para cuando acabe el aislamiento.

  5. Redes: Este apartado involucra mantener las conexiones con amigos y colegas o incluso, crear nuevas conexiones, ya sea por videollamada, mensaje privado o grupal, así como también conectar a otras personas con intereses en común. Por ejemplo, conectar a un amigo que nunca ha hecho trabajo remoto con otro que tiene experiencia trabajando desde casa, para que lo apoye y guíe en su adaptación.

¿Qué actividades estás haciendo para mantener la comunicación con tus seres queridos? ¿De qué manera están evitando sentirse solos o aislados? Comparte tus tips para mantenerse positivos en tiempos de distanciamiento social.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/distanciamiento-social-covid19

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Entrevista a Noam Chomsky sobre la pandemia: «La escasez de ventiladores revela la crueldad del capitalismo neoliberal»

El renombrado filósofo y disidente Noam Chomsky en su oficina del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en septiembre de 2016 (MARTIN BIALECKI / PICTURE ALLIANCE VIA GETTY IMAGES)

Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

El Covid-19 ha tomado el mundo por asalto. Hay cientos de miles de personas infectadas (posiblemente muchas más que los casos confirmados), la lista de muertes crece exponencialmente y las economías capitalistas se han estancado, lo que hace prácticamente inevitable una recesión global.

La pandemia había sido anticipada mucho antes de su aparición, pero las acciones tendentes a prepararse para esa crisis se restringieron a causa de los crueles imperativos de un orden económico en el que “la prevención de una catástrofe futura no produce beneficios”, señala Noam Chomsky en esta entrevista exclusiva para Truthout. Chomsky es profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y profesor laureado en la Universidad de Arizona, autor de más de 120 libros y de miles de artículos y ensayos. En esta entrevista argumenta que el propio capitalismo neoliberal es responsable de la respuesta inadecuada de Estados Unidos ante la pandemia.

C.J. Polychroniou: Noam, la epidemia de la nueva enfermedad del coronavirus se ha propagado a la mayor parte del planeta, y Estados Unidos tiene ya más casos que cualquier otro país, incluyendo China, donde se originó el virus. ¿Cree que es una evolución sorprendente?

Noam Chomsky: La escala de la plaga es sorprendente, impactante diría yo, pero no su aparición. Ni el hecho de que Estados Unidos esté teniendo la peor respuesta ante la crisis.

Los científicos llevan años avisando de la aparición de una pandemia, insistiendo en ello desde la epidemia de SARS de 2003, causada también por un coronavirus, para la cual se desarrollaron vacunas que no pasaron de la fase preclínica. Ese era el momento de empezar a poner en práctica sistemas de respuesta rápida que nos prepararan para otra epidemia y guardar la capacidad de reserva que pudiera necesitarse. También se podrían haber puesto en marcha iniciativas para desarrollar defensas y modos de tratamiento para una probable reaparición de un virus relacionado.

Pero los avances de la ciencia no son suficientes. Tiene que haber alguien que tome decisiones. Y esa opción se ve obstaculizada por la patología del orden socioeconómico contemporáneo. Las señales del mercado eran evidentes: la prevención de una catástrofe no produce beneficios. El gobierno podría haber intervenido, pero lo impide la doctrina imperante: “el gobierno es el problema”, nos dijo Reagan con su sonrisa radiante, lo que significaba que es preciso delegar la toma de decisiones, aún más, al mundo empresarial, comprometido con la obtención de beneficios y libre de la influencia de quienes deberían preocuparse por el bien común. Los años siguientes inyectaron una dosis de brutalidad neoliberal al orden capitalista sin restricciones y a la retorcida forma de mercado que desarrolla.

La gravedad de la patología se pone en evidencia a través de uno de sus fallos más dramáticos (y letales): la falta de respiradores, que constituye uno de los principales cuellos de botella a la hora de enfrentarse a la pandemia. El Departamento de Salud y Servicios Sociales anticipó el problema y contrató a una pequeña empresa para que fabricara respiradores baratos, fáciles de usar. Pero intervino la lógica capitalista. La empresa fue adquirida por una gran corporación, Covidien, que marginó el proyecto y “en 2014, sin haber entregado ningún respirador al gobierno, la dirección de Covidien comunicó a funcionarios del instituto [federal] de investigación biomédica su deseo de rescindir el contrato, según tres antiguos funcionarios federales. Los directivos se quejaron de que el contrato no era lo bastante beneficioso para la compañía”.

Es una verdad que no admite duda.

Pero entonces intervino la lógica neoliberal, que dictó que el gobierno no podía intervenir para salvar el enorme fallo del mercado que ahora está creando el caos. Tal y como argumentó muy diplomáticamente el New York Times, “la paralización de la iniciativa que pretendía crear un nuevo tipo de respirador barato y de fácil uso pone de manifiesto los peligros de subcontratar a empresas privadas proyectos con grandes implicaciones de salud pública; su foco en la obtención del máximo beneficio no siempre está en consonancia con el objetivo del gobierno: estar preparado para una futura crisis”.

Dejando a un lado la reverencia ritual al bondadoso gobierno y a sus loables objetivos, el comentario no deja de tener razón. Podríamos añadir que el foco en el máximo beneficio tampoco está “siempre en consonancia” con la esperanza de “supervivencia de la humanidad”, tomando prestada la frase de un informe eliminado del JPMorgan Chase, el mayor banco de Estados Unidos, en el que se advertía de que “la supervivencia de la humanidad” estaba en peligro de seguir el rumbo actual, al que contribuía las inversiones del propio banco en combustibles fósiles. Así que Chevron canceló un proyecto de energía sostenible rentable porque obtenía más beneficios destruyendo la vida en la Tierra. ExxonMobil ni se planteó una inversión de ese tipo porque antes habría realizado cálculos de rentabilidad más precisos.

Y era totalmente lógico, según la doctrina neoliberal. Como nos explicaron en su día Milton Friedman y otras luminarias neoliberales, la tarea de los directivos de las grandes empresas es maximizar los beneficios. Cualquier desviación de esta obligación moral destruiría los cimientos de la “vida civilizada”.

En todo caso, nos recuperaremos de la crisis del Covid-19, pagando un precio importante y posiblemente terrible, especialmente para la población más pobre y vulnerable. Pero no nos recuperaremos del deshielo de la banquisa polar y de otras consecuencias devastadoras del calentamiento global. También en este caso la catástrofe será producto de un fallo del mercado, en este caso de proporciones verdaderamente demoledoras.

La Administración actual había sido ampliamente informada de la probabilidad de una pandemia. De hecho, el pasado octubre tuvo lugar un ejercicio de simulacro a alto nivel. Durante todos sus años como presidente, Trump ha reaccionado de la manera a la que nos tiene acostumbrados: retirando la financiación y desmantelando cualquier parte relevante del gobierno e implementando regularmente las instrucciones de sus amos corporativos para eliminar las regulaciones que dificultan los beneficios y salvan vidas –y dirigiendo la carrera hacia el abismo de la catástrofe medioambiental, con diferencia su mayor crimen; de hecho el mayor crimen de la historia si consideramos las consecuencias.

A principios de enero ya había poca duda de lo que estaba ocurriendo. El 31 de diciembre China informó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la propagación de síntomas similares a los de la neumonía de causas desconocidas. El 7 de enero, China informó a la OMS de que los científicos habían identificado el origen de la enfermedad como un coronavirus y habían conseguido secuenciar el genoma, que pusieron a disposición del mundo científico. A lo largo de enero y febrero, la inteligencia estadounidense intentó captar la atención de Trump de todas las formas posibles sin conseguirlo. Los funcionarios informaron a la prensa de que “no conseguían convencerle de que hiciera nada a ese respecto aunque las luces de alarma estaban encendidas”.

Pero Trump no permaneció callado. Emitió una serie de declaraciones confiadas informando al público de que el coronavirus no era más serio que una tos; que tenía todo bajo control; que estaba manejando la crisis a la perfección; que era muy grave pero que él ya sabía que era una pandemia antes que nadie; y así sucesivamente, con todo el repertorio de lamentables afirmaciones. La técnica está bien diseñada, como la práctica de ir soltando mentiras tan deprisa que el propio concepto de verdad desaparece. Pase lo que pase, Trump está seguro de que sus leales seguidores le defenderán. Cuando disparas flechas al azar, alguna tiene que dar en el blanco.

Para rematar este impresionante record, el 10 de febrero, con el virus recorriendo el país de punta a punta, la Casa Blanca publicó su propuesta de presupuesto anual, que amplia aún más los fuertes recortes en todas las principales partidas sanitarias responsabilidad del gobierno (de hecho, en prácticamente cualquier cosa que pueda ayudar a la gente) al tiempo que incrementa la financiación de lo que realmente importa: el ejército y el muro [con México].

Una consecuencia de esto es el escandaloso retraso de las pruebas y lo limitado de estas, muy por debajo de otros países, lo que imposibilita el uso de estrategias de seguimiento de los contagios que han evitado que la epidemia se descontrole en las sociedades funcionales. Incluso los mejores hospitales carecen de suficiente equipamiento básico. Estados Unidos es en estos momentos el epicentro de la crisis.

Este ejemplo es apenas una pequeña muestra de la malevolencia trumpiana, pero lamentablemente ahora no tenemos más espacio para profundizar.

Aunque resulta tentador echar la culpa a Trump de la desastrosa respuesta ante la crisis, si queremos prevenir futuras catástrofes, es preciso que miremos más allá de su figura. Trump asumió el poder en una sociedad enferma, afligida por 40 años de neoliberalismo profundamente enraizado.

La versión neoliberal del capitalismo lleva en vigor desde los tiempos de Reagan y Margaret Thatcher. No debería hacer falta detallar sus funestas consecuencias. La generosidad de Reagan con los superricos tiene una relevancia absoluta en la crisis actual, cuando se prepara un nuevo rescate. Reagan se apresuró a levantar la prohibición de los paraísos fiscales y otros mecanismos destinados a trasladar la carga fiscal al público, además de autorizar la recompra de acciones –un mecanismo para inflar el valor de las acciones y enriquecer a la dirección de las empresas y a los muy ricos (que poseen la mayor parte de las acciones) al tiempo que se debilita la capacidad productiva de la compañía.

Estos cambios en la regulación tienen enormes consecuencias, del orden de decenas de billones de dólares. Por lo general, las reglas se han diseñado para beneficiar a una pequeña minoría mientras el resto tiene que luchar por mantenerse a flote. De esa manera hemos llegado a tener una sociedad en la que el 0,1 por ciento de la población posee el 20 por ciento de la riqueza y la mitad de abajo tiene un patrimonio neto negativo y vive a base de endeudarse un mes tras otro. Mientras los beneficios crecían y los salarios de los grandes directivos se disparaban, los salarios reales se han estancado. Como muestran los economistas Emmanuel Saez y Gabriel Zucman en su libro The Triumph of Injustice, los impuestos son básicamente planos en todos los grupos de renta, excepto en el más elevado, donde descienden.

El sistema sanitario privado (y con ánimo de lucro) estadounidense es desde hace tiempo un caso de escándalo a escala internacional, pues tiene un coste que duplica al de otras sociedades desarrolladas y uno de los peores resultados. La doctrina neoliberal le asestó otro golpe al introducir en él medidas empresariales de eficiencia: servicio bajo demanda y falta de reservas para contingencias. A la menor alteración, el sistema se viene abajo. Lo mismo ocurre con el frágil orden económico forjado sobre los principios neoliberales.

Este es el mundo heredado por Trump, el objetivo de su ariete. Aquellos interesados en reconstruir una sociedad viable a partir de las ruinas que queden tras la crisis actual harían bien en prestar atención al aviso de Vijay Prashad: “No volveremos a la normalidad, porque la normalidad era el problema”.

Sin embargo, incluso ahora, con el país en mitad de una emergencia de salud pública distinta de cualquier cosa que hayamos visto en mucho tiempo, al público estadounidense se le sigue diciendo que la sanidad universal no es una propuesta realista. ¿Es el neoliberalismo el único responsable de este punto de vista típicamente estadounidense sobre la salud?

Es una historia compleja. Para empezar, durante mucho tiempo las encuestas mostraban actitudes favorables hacia la sanidad universal, a veces incluso un fuerte apoyo. En los últimos años de la era Reagan, en torno al 70 por ciento de la población pensaba que la Constitución debería garantizar los cuidados sanitarios y el 40 por ciento pensaba que de hecho ya era así –asumiendo que la Constitución era la depositaria de todo lo que es evidentemente correcto. Las encuestas mostraban un gran apoyo al derecho a la sanidad universal, hasta que comenzó la ofensiva de propaganda de las compañías, advirtiendo de la enorme carga fiscal que eso supondría, algo parecido a lo que hemos visto recientemente. Entonces el apoyo popular desapareció.

Como suele ocurrir, la propaganda tiene un elemento de verdad. Los impuestos subirán, pero los gastos totales descenderán bruscamente, como muestran los datos de países comparables. ¿Cuánto? Hay algunas estimaciones interesantes. Una de las principales revistas médicas del mundo, The Lancet de Reino Unido, publicó recientemente un estudio que estimaba que la implantación de la sanidad universal en Estados Unidos “probablemente supondría un ahorro del 13 por ciento en el gasto sanitario nacional, equivalente a más de 450.000 millones de dólares anuales (según el valor del dólar en 2017)”. El estudio continuaba afirmando:

“Todo el sistema podría financiarse con un menor desembolso que el que contraen las empresas y las familias que pagan las pólizas sanitarias junto con las partidas asignadas por el gobierno. Este cambio a una sanidad de un solo pagador beneficiaría especialmente a los hogares de menores ingresos. Además, estimamos que el acceso a los cuidados sanitarios para toda la población estadounidense salvaría más de 68.000 vidas y 1,73 millones de años de vida cada año, en relación con la situación actual”.

Pero los impuestos tendrían que subir. Y parece que muchos estadounidenses prefieren gastar más dinero siempre que no sea en impuestos (aunque por otro lado eso suponga la pérdida de decenas de miles de vidas cada año). Este es un indicador sintomático del estado de la democracia estadounidense, según la percibe la gente; y, desde otra perspectiva, de la fuerza del sistema doctrinario diseñado por el poder empresarial y sus lacayos intelectuales. El ataque neoliberal ha intensificado este elemento patológico de la cultura nacional, pero las raíces son mucho más profundas y se pueden observar en muchos ejemplos. Se trata de un tema que merece la pena investigar más.

Algunos países europeos están gestionando la propagación del coronavirus mejor que otros, pero parece que los que han tenido más éxito en esta tarea se sitúan fuera del universo occidental (neo)liberal. Hablamos de Singapur, Corea del Sur, Rusia y la misma China. ¿Cree que este dato nos aporta información sobre los regímenes capitalistas occidentales?

Ha habido diferentes reacciones frente a la propagación del virus. China parece haberla controlado, al menos por ahora. Al igual que los países de su periferia, incluyendo a democracias no menos dinámicas que las occidentales, que tomaron muy en serio los primeros avisos. La mayor parte de Europa retrasó la toma de decisiones, pero algunos países actuaron con presteza. Alemania parece mantener el record global en cuanto a baja mortalidad, gracias a la reserva de instalaciones sanitarias y capacidad de diagnóstico y a la respuesta inmediata. Lo mismo parece ocurrir con Noruega. La reacción de Boris Johnson en Reino Unido fue vergonzosa. Pero los Estados Unidos de Trump van a la cola.

Sin embargo, la diligencia con que actuó Alemania con su población no se extendió más allá de sus fronteras. La Unión Europea ha demostrado estar cualquier cosa menos unida. No obstante, las sociedades europeas enfermas podrían pedir ayuda al otro lado del Atlántico. La superpotencia cubana está lista para ayudar una vez más con médicos y equipo. Mientras tanto, su vecino yanqui se ha dedicado a retirar la asistencia sanitaria a Yemen, donde ha contribuido a crear la mayor crisis humanitaria del mundo, y utiliza la oportunidad que le presenta la devastadora emergencia sanitaria para endurecer sus crueles sanciones y asegurar el máximo sufrimiento de sus supuestos enemigos. Cuba es su víctima más prolongada, desde los tiempos de las guerras terroristas y el estrangulamiento económico de Kennedy, aunque milagrosamente ha conseguido sobrevivir.

A propósito, debería ser extremadamente perturbador para los estadounidenses comparar el circo montado por Washington con los informes serenos, comedidos y objetivos de Angela Merkel sobre cómo manejar la epidemia.

Las distintas maneras de responder a la crisis no parecen depender de si el país es una democracia o una autocracia, sino de si su sociedad es funcional o disfuncional –lo que en la retórica de Trump se resume como “países de mierda”, como el que él mismo se esfuerza en crear bajo su mandato.

¿Qué piensa del plan de rescate económico del coronavirus, valorado en 2 billones de dólares? ¿Es suficiente para prevenir otra posible gran recesión y ayudar a los grupos más vulnerables de la sociedad estadounidense?

El plan de rescate es mejor que nada. Ofrece un alivio limitado a algunos de los que lo necesitan desesperadamente y contiene fondos suficientes para ayudar a los verdaderamente vulnerables: las lastimosas corporaciones que acuden en tropel a papá Estado, con el sombrero en la mano, ocultando sus copias de Ayn Rand* y suplicando una vez más que el sector público las rescate tras haber pasado sus años gloriosos amasando inmensos beneficios y ampliando estos con una orgía de recompra de acciones. Pero no hay de qué preocuparse. La caja negra será supervisada por Trump y su Secretario del Tesoro, en quienes se puede confiar que serán justos e imparciales. Y si deciden ignorar las demandas del nuevo inspector general y del Congreso, ¿quién va a evitarlo? ¿El Departamento de Justicia de Barr? ¿Un impeachment?

Deberían haberse diseñado mecanismos para que la ayuda llegue a quienes la necesitan, a los hogares, más allá de la miseria que parece habérseles asignado. Eso incluye a las personas trabajadoras que tenían verdaderos empleos y al enorme precariado que malvivía con empleos temporales e irregulares, pero también a otros: a quienes ya habían tirado la toalla, los cientos de miles de víctimas de “muerte por desesperación”** –una auténtica tragedia americana–, los sin techo, los presos, todos los que habitan viviendas tan inadecuadas que no es posible el aislamiento y el almacenamiento de comida, y muchos otros que no son difíciles de identificar.

Los economistas políticos Thomas Ferguson y Rob Johnson lo han explicado llanamente: Mientras la sanidad universal que es común en otros lugares se considere algo inalcanzable en Estados Unidos, “no hay ninguna razón por la que se deba aceptar un seguro único financiado por las empresas” Estos autores hacen un compendio de maneras sencillas de superar esta forma de robo corporativo.

Como mínimo, la práctica habitual de rescatar con dinero público al sector empresarial debería exigir como contrapartida la estricta prohibición de recompra de acciones, una participación importante de los trabajadores en la gestión de la empresa y el final de las escandalosas medidas proteccionistas de los mal llamados “acuerdos de libre comercio”, que garantizan enormes beneficios para las grandes farmacéuticas mientras aumentan el precio de los medicamentos mucho más de lo que sería razonable. Como mínimo.

Esta entrevista ha sido editada para facilitar su lectura.

N. de T.: *Filósofa y escritora rusa que obtuvo la nacionalidad estadounidense y que defendía el egoísmo racional, el individualismo y el laissez faire y rechazaba el altruismo y el socialismo.

**Chomsky hace aquí referencia a la “epidemia” de suicidios de trabajadores en EE.UU. (del orden de 150.000 cada año), y a un libro de Anne Case y Angus Deaton, ganadores del Nobel de Economía en 2015 y autores del libro Deaths of Despair and the Future of Capitalism, al que cita indirectamente el filósofo.

Fuente de la entrevista: https://rebelion.org/la-escasez-de-ventiladores-revela-la-crueldad-del-capitalismo-neoliberal/

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¿Cómo se enfrentan a la Selectividad los países europeos?

Por: Carmen García. 

 

Desde el inicio de la pandemia, los colegios, institutos, universidades y centros de formación han echado el cierre temporal como medida preventiva. Esta medida ha afectado a prácticamente el 90% de alumnos del mundo que se han quedado sin clase durante estas semanas. De esta forma, todo el calendario escolar se ha visto modificado, rompiendo con la cotidianidad y a la espera de establecer nuevas fechas para los momentos más determinantes. La selectividad es uno de los exámenes más importantes a los que se enfrentan los estudiantes de bachillerato a la hora de acceder a la universidad y algunos países europeos ya han tomado una decisión en cuanto a esta prueba se refiere.

En España, las comunidades autónomas están fijando estos días cuáles serán las fechas definitivas tanto para la evaluación ordinaria como extraordinaria de la EvAU. No obstante, a pesar de que todavía no se conoce exactamente cuándo se realizará en todas las regiones, se sabe de antemano que esta prueba ordinaria se hará entre el 22 de junio y el 10 de julio.

Francia

El pasado viernes, el ministro de Educación de Francia, Jean-Michel Blanquer, anunció la cancelación definitiva de «Baccaulauréar», la Selectividad en este país, que estaba prevista para mediados de junio. Este examen será sustituido por las notas derivadas de la evaluación continua a los alumnos.

Italia

Por su parte, Italia está ultimando un decreto ley para regular la liquidación del año académico y preparar el regreso de septiembre. Se trata de un aprobado general, es decir, que todos los alumnos pasen al próximo curso sin importar las notas obtenidas. En cuanto a la selectividad (maturità), la ministra de Educación ha aclarado que esta prueba se mantendrá, pero se celebrará exclusivamente mediante un examen oral de una hora a través de alguna plataforma online.

Reino Unido

Desde el Reino Unido, el mundo educativo también ha dado un giro completo. El Gobierno de Boris Johnson no solo canceló las pruebas GCSE, que se realizan a los niños de 15-16 años para obtener el título de secundaria, sino que tampoco se llevará a cabo el «A-level», la selectividad. En el nuevo sistema de evaluación acordado, la nota final se basará en el progreso académico del alumno en los últimos cursos, la valoración de los docentes y la participación en la clase.

Noruega

Los países nórdicos son conocidos como los mejores en educación. En Noruega, la cancelación de estas pruebas no conlleva mucha preocupación, ya que solo representan el 20% de la calificación final, mientras que el trabajo que realizan durante el curso suma el 80% restante.

Alemania

El Arbitur, el término con el que se conoce la selectividad en Alemania, es una prueba conocida fundamentalmente por su dureza. El gobierno alemán ha decidido no suspender este examen, pero sí que se realizará bajo estrictas normas de higiene y manteniendo la distancia entre los alumnos.

Países Bajos

El Gobierno de los Países Bajos es otra de las naciones que ha suspendido el examen de acceso a la universidad. En su lugar, la nota válida para acceder a la educación superior será la de los exámenes finales escolares. Hasta el momento, la Selectividad contaba un 50% y los finales otro 50%.

Irlanda

El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, todavía no ha dado indicaciones claras sobre la realización del «Leaving Certificate», la EvAU en Irlanda. Sin embargo, ha explicado que el examen se hará «por las buenas o por las malas», evitando así que los estudiantes pierdan un curso escolar.

Letonia

El primer ministro de Letonia, Krisjanis Karins anunció que los exámenes centralizados de selectividad para alumnos de secundaria, que debían celebrarse a finales de marzo se pospusieron hasta mayo.

Estados Unidos y China

Estados Unidos es el país está más afectado por la pandemia del coronavirus. El número de contagios ya supera los 300.000 y se prevé que la situación empeore durante las próximas semanas. En este fatídico escenario, el SAT, la EvAU estadounidense, que estaba prevista para el 2 de mayo ya ha sido cancelada y muchas universidades están ajustando sus criterios de admisión.

China es uno de los países reconocidos por su dureza extrema en educación. Su sistema educativo es uno de los que más despuntan y los estudiantes están sometidos a una gran presión. La selectividad recibe el nombre de «GaoKao» y es considerado el examen de selectividad más duro del mundo. Al año se presentan 10 millones de estudiantes. Esta vez, el coronavirus ha aplazado la prueba al 7 y 8 de julio.

Fuente del artículo: https://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/10465359/04/20/Como-se-enfrentan-a-la-Selectividad-los-paises-europeos.html

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La educación en tiempos de cuarentena

Por: Julián De Zubiría.

 

  • Mi última columna en la Revista Semana estará dedicada a analizar el tema que originó mi vinculación seis años atrás. En esta ocasión, tengo en cuenta el contexto que la humanidad está viviendo en la actualidad. Las dos preguntas que intento abordar son las siguientes: ¿Por qué la educación no puede parar? y ¿por qué no podrá seguir siendo la misma después de la cuarentena?

Mil quinientos millones de niños y jóvenes fueron enviados a sus casas en los 137 países que han decretado cuarentenas durante los últimos dos meses. Sin duda, ha sido la mejor de las decisiones por el favorable impacto que esta medida puede tener para detener la expansión del extraño virus. Sin embargo, la educación es un derecho y, en consecuencia, en sentido estricto, no puede parar. Si los Ministerios de Educación no asumieran su responsabilidad, estarían violando el sagrado derecho que tienen los niños y niñas de recibirla.

En Colombia la medida se adoptó desde el pasado 16 de marzo y cubrió a 9,8 millones de estudiantes. El problema grave es que todavía no hay un plan general para brindar educación de calidad a la gran mayoría de ellos. Es cierto que casi nadie estaba preparado para este cambio abrupto, pero ya llegó el momento de pensar en serio en el tipo de educación que recibirán durante su permanencia en casa. Es posible que, en el caso de los escolares, este tiempo se extienda, pues la distribución del virus sería inmanejable con millones de niños circulando todos los días libremente por las calles o transportándose en buses.

Un buen grupo de universidades y algunos colegios privados, se adaptaron rápidamente y dieron efectiva respuesta a las nuevas demandas. Formaron a sus docentes, ampliaron sus contratos con plataformas digitales, y como tenían muy buenas condiciones previas y altos niveles de conectividad, pudieron brindar educación virtual. Lo que era una excepción, se volvió la regla, y en un tiempo breve, los profesores lograron continuar sus procesos educativos mediante plataformas para el trabajo sincrónico y disincrónico. Aun así, no es posible seguir esta ruta en la educación pública, dado que tan solo el 4% de los municipios tiene buena conectividad, el 63% de los bachilleres del 2018 no tenía acceso a Internet desde sus hogares y, en las zonas rurales, tan solo el 9% de los jóvenes disponen de computador. La pandemia volvió a mostrar las inmensas inequidades de nuestro país. En este caso, en acceso a la virtualidad y conectividad. Lo que debería ser un derecho, en Colombia, sigue siendo un privilegio.

El MEN ha debido convocar a las asociaciones de directivos docentes, profesores, padres de familia y estudiantes, para conformar comités que ayudaran a diseñar una política a mediano plazo. No lo hizo. Intentó desesperadamente encontrar respuestas en sus funcionarios. Por eso envió a sus maestros a trabajar en lo que se llaman “semanas institucionales” y, luego, decretó vacaciones para maestros y estudiantes. El 19 de abril culminan y no hay un plan estratégico por fases para garantizar formación escalonada, selección de contenidos pertinentes para todas las áreas y grados, distribución de materiales o conectividad por etapas.

En educación, tenemos los ojos vendados desde hace mucho tiempo, porque no garantizamos pertinencia, contextualización, equidad, ni calidad. Es por ello que, aunque no puede parar, la educación tampoco puede seguir haciendo lo que siempre ha hecho: trabajos mecánicos, rutinarios y repetitivos, que no enseñan a leer, pensar y convivir a nuestras próximas generaciones. Llegó el momento de replantear el sistema y de incorporar un verdadero plan de renovación para garantizar un mínimo de calidad en la educación pública para los próximos meses.

En primer lugar, en Colombia hay que retomar la televisión y la radio. Esa es la única posibilidad en el corto y mediano plazo. De manera organizada y sistemática, hay que trasladar las aulas de todos los grados y áreas a la televisión. Esto exige la conformación de un comité pedagógico muy diverso, plural y amplio, de manera que se garantice una adecuada selección de contenidos pedagógicos. La pertinencia y la contextualización han estado ausentes en la educación colombiana de tiempo atrás, mucho más en tiempos de incertidumbre en los que se han tomado la mayoría de las decisiones sin la reflexión y participación necesaria. En estos momentos, la voz de los rectores y los maestros es muy importante para no tomar una decisión de esta trascendencia recurriendo exclusivamente a los criterios de los funcionarios del MEN o a la disponibilidad técnica de las programadoras. Solo las madres irresponsables “conectan” a sus hijos al televisor para poder ellas hacer otras cosas. De eso, no se trata la educación. Hay que elaborar un plan articulado nacional y regionalmente en televisión y en radio, para evitar la duplicación de esfuerzos y garantizar mínimos en la calidad, pero hay que aprovechar la coyuntura para impulsar las competencias que hoy no se forman en los niños: creatividad, pensamiento, convivencia, autonomía y lectura crítica.

Hoy en día, más de 5 millones de niños reciben alimento diario en sus instituciones educativas. Salvo casos muy excepcionales, no tiene sentido obligar a desplazar a familiares a las instituciones educativas para recoger el alimento cada semana, como ha dispuesto el MEN. La opción más viable, es entregar a las familias bonos mensuales canjeables en supermercados de cadena. Con muy buena planeación y acudiendo a la responsabilidad social, evitamos la propagación del virus. Además, se equivoca el MEN al pretender que sean los maestros quienes los entreguen. Un bono canjeable elimina la innecesaria movilidad semanal de los familiares y los docentes, en mayor medida, mientras dura la fase exponencial en el crecimiento de los contagios, que está previsto hasta mediados de mayo, aunque podría prolongarse si la cuarentena se levanta antes de tiempo y se decreta lo que eufemísticamente han llamado “aislamiento inteligente”.

Una tercera responsabilidad del Estado tiene que ver con la formación de los docentes para el manejo de la virtualidad. En Colombia el 78% de las personas tienen celular. Los docentes tendrían que formarse en la virtualidad mediante la utilización de estos dispositivos. Hay que entender que más que un problema técnico, es un problema de tipo pedagógico, que ayudaría al país a repensar los propósitos y contenidos esenciales que deberían primar en la educación básica: desarrollar el pensamiento, la creatividad, la autonomía, la solidaridad y la lectura. La formación en la virtualidad debería ser aprovechada para seguir cualificando la formación de los profesores e impulsar la necesaria transformación pedagógica que les debemos de tiempo atrás a las nuevas generaciones. Los docentes tienen la responsabilidad de cualificar su formación pedagógica y digital, el MEN la responsabilidad de brindar las condiciones para que sea posible y entre todos, tenemos que garantizar la calidad de la educación de la cual hemos carecido.

Los estudiantes universitarios han levantado la consigna de bloquear las universidades públicas, dado que muchos de ellos no tienen acceso a Internet. Se equivocan: ellos no pueden pedir que se viole el derecho a la educación. La consigna tiene que ser otra y ya ha sido adoptada en países como China, Estados Unidos, Italia o Bolivia: hay que garantizar conectividad gratuita desde el celular para todos los estudiantes universitarios que no cuenten con esta posibilidad. Así mismo, hay que divulgar que las diversas plataformas digitales permiten la conexión también mediante el uso del teléfono fijo.  Por tanto, vía celular o telefonía fija, todo estudiante universitario debe continuar sus estudios de manera virtual. Mediante alianzas con el sector privado, el Estado debe garantizar cuanto antes la conectividad. Es su obligación constitucional y ética. La consigna que deberían levantar los estudiantes universitarios en estos momentos es la de la conectividad gratuita para garantizar que se cumpla el derecho a la educación.

Los padres y madres tienen que entender que sus descendientes permanecerán en sus casas un tiempo prolongado y que, mientras dure este aislamiento, sus hijos no podrán contar con el apoyo y el consejo de sus maestros y tampoco podrán compartir juegos, deportes o actividades con ninguno de sus compañeros. En este contexto, ellos tienen la obligación de acompañar sus procesos emocionales y de orientarlos en las nuevas tareas que exige la convivencia prolongada, como serían las de arreglar los cuartos, ayudar en los oficios y el aseo general de las casas. La educación siempre debe responder a las necesidades del contexto y hoy, éstas, son algunas de ellas. El problema grave es que en Colombia la mitad de los padres golpea con un palo o un cinturón a sus hijos. Esta situación se podría agravar en una época de cuarentena y confinamiento en casa como el que todos estamos viviendo. En este extraño periodo en el que están prohibidos los abrazos, necesitamos desterrar el maltrato y aprovechar la oportunidad para que los padres dialoguen y compartan más con sus hijos. Puede ser una gran oportunidad que les de la vida y ojalá la aprovechen para proveerles seguridad, jugar con ellos y señalarles en qué han avanzado. Los profesores tenemos que hacerlo todos los días del año con grupos de 35 o 40 estudiantes. Ahora los padres lo deberían hacer con 2 o 3 niños, quienes, precisamente son sus hijos.

La responsabilidad de los maestros es cualificarse pedagógicamente y formarse en las nuevas competencias digitales que nos ayudarán a repensar la educación. Deberán orientar a los padres de sus estudiantes en las nuevas competencias que temporalmente asumirán, evaluar los procesos formativos y llevar a cabo el seguimiento del desarrollo académico y socioafectivo, de cada uno de sus alumnos. En épocas de incertidumbre, miedos y encierro, la prioridad es la salud mental de todos, empezando por la de los niños.

Ninguno puede ser indiferente a la profunda tragedia que estamos viviendo como sociedad al tener que luchar contra un enemigo microscópico que, ante el más mínimo descuido, nos infecta. Todos somos responsables para que esta crisis no se prolongue en el tiempo y para que no volvamos a la normalidad que estábamos viviendo antes, porque ahí está el engendro que hoy ha explotado: en el consumo frenético, en la destrucción de la selva, el descongelamiento de los glaciares y las crecientes inequidades sociales y económicas con las que hemos convivido. El problema más grave es que este cambio cultural no será posible sin contar con el liderazgo de los diversos educadores. La educación no puede parar a pesar de la pandemia, pero tampoco podrá volver a ser la misma. No parará, porque como sociedad, no podemos dejar que niños y jóvenes se queden sin su derecho a estudiar y no volverá a ser la misma, porque las crisis, bien manejadas, son excelentes oportunidades para impulsar el desarrollo.

PD: Agradezco inmensamente a la Revista Semana la gran oportunidad que me brindó al abrirme sus espacios durante los últimos años para ayudar a ampliar la reflexión pedagógica en el país. Sin embargo, no comparto el enfoque editorial que ha venido tomando la Revista y, en consecuencia, he decidido renunciar a partir de la fecha a su gentil ofrecimiento ¡Mil gracias a todos!

Fuente del artículo: https://www.semana.com/opinion/articulo/la-educacion-en-tiempos-de-cuarentena-columna-de-julian-de-zubiria/661969

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Leer la palabra y el mundo

Por: Rodrigo J García. 

 

Llego el ‘Covid-19’ y los centros educativos cerraron, al tiempo que se informaba a la opinión pública del ‘remedio’ a esta situación escolar: La enseñanza teleinformática.

El término ‘remedio’ no dejaba de ser una expresión tranquilizadora e incluso mágica. Sabemos que ni las instituciones educativas, ni sus profesionales cuentan con la formación necesaria y que los centros escolares carecen de recursos informáticos y pedagógicos para transformar rutinas académicas y expositivas en interacciones online educativas.

Muchos estudiantes tampoco poseen la infraestructura necesaria; una situación que se agrava en los grupos sociales más débiles y en los que necesitan apoyo educativo específico para el acceso y gestión de los aprendizajes.

Más allá de la falta de previsión de las administraciones educativas y de la torpeza de algunas de sus decisiones, estas circunstancias pueden brindarnos una oportunidad.

LA CRISIS SILENCIOSA

Leer la palabra y el mundo
FOTO: GIANLUCA BATTISTA

MARTA CRAVEN NUSSBAUM.

Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales (2012).

«Me preocupa que otras capacidades igualmente fundamentales (…) corran riesgo de perderse en el trajín de la competitividad (…). Nos referimos a la capacidad de desarrollar un pensamiento crítico; la capacidad de trascender las lealtades nacionales y de afrontar los problemas internacionales como “ciudadanos del mundo”; y por último, la capacidad de imaginar con compasión las dificultades del prójimo

Marta C. Nussbaum. La crisis silenciosa

Quizá haya llegado el momento de desplegar otros modos de acercar a los estudiantes al conocimiento, construir otro tipo de relaciones de enseñanza y aprendizaje y definir bases para una escuela diferente; y no solo por el hecho —de por sí muy relevante— de que ciertos aprendizajes puedan o no sustentarse telemáticamente, sino por algo mucho más incierto y exigente: La vuelta a la escuela, al instituto, a la universidad…

Es fácil prever que este regreso no va a ser una simple continuidad; seguro que exige otros comportamientos profesionales diferentes. Nos podemos encontrar en un entramado de usos sociales complejos, más interconectados y preocupados por el conocimiento y la gestión de la información. En este nuevo escenario la participación y el control de las instituciones, el análisis sistémico de la realidad y el sentimiento de ciudadanía global van a estar muy presentes.

Para cuando se produzca esa ‘vuelta’ sería muy provechoso que nos pillara mínimamente ‘entrenados’ y aprovechar así el actual estado de confinamiento para ejercitar otros comportamientos docentes, aunque esto suponga ‘elaborar el duelo’ por la pérdida voluntaria de algunos estilos de enseñanza que han llevado a nuestro sistema educativo al actual desajuste: Las cifras de un 17,9% de abandono escolar son bastantes elocuentes.

Por tanto, ahora tenemos la ocasión de desplegar otras relaciones de enseñanza y aprendizaje, utilizando la experiencia de profesionales que las vienen construyendo, desde hace años, en busca de una escuela más democrática, comprometida y justa, preocupada por la formación de estudiantes libres, autónomos, con conciencia ética, rigurosos y responsables en sus aprendizajes. Cada vez vamos tomando más conciencia de que es poco funcional seguir afianzando formatos de enseñanza sostenidos en una idea del conocimiento como algo ‘hecho’, cosificado y fragmentado, a cuyo dominio se accede mediante la realización de deberes reiterativos, prefijados en un libro de texto físico o digital, y bajo la amenaza de que pueden ‘entrar en el examen’.

LA IMPORTANCIA DEL ACTO DE LEER

Paulo Freire y la historia de un manuscrito... (Pablo Gentili)
Paulo Freire y la historia de un manuscrito… (Pablo Gentili)

PAULO FREIRE

«La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ahí que la posterior lectura de ésta no pueda prescindir de la continuidad de la lectura de aquél. Lenguaje y realidad se vinculan dinámicamente. La comprensión del texto para ser alcanzada por su lectura crítica implica la percepción de relaciones entre el texto y el contexto.»

Feire, P. La importancia de leer y el proceso de liberación.

Pongámonos, por un momento, en la situación de un docente de Educación Secundaria, en la materia de Lengua Castellana y Literatura, que contacta telemáticamente con sus estudiantes de cuarto de ESO o de Bachillerato. Les plantea trabajar algunas habilidades de competencia comunicativa y decide que, en lugar de remitir ’online’ un listado de deberes para el próximo examen, les propone entrar en un itinerario de aprendizaje diferente: Un proyecto pedagógico, de libre acceso en la Red, denominado por sus creadoras “Leer la palabra y el mundo”.

Con el ánimo de familiarizarlos con la lógica de este itinerario didáctico les plantea, por ejemplo, la lectura de algunos párrafos del ensayo ‘Los nuevos estados de vigilancia’ de Ignacio Ramonet, disponible en uno de los módulos: ‘Cerca de la Distopía.

Para ilustrar mejor este proceso transcribimos, a continuación, un fragmento de dicho ensayo…

UN ENSAYO: ‘EL IMPERIO DE LA VIGILANCIA’

Leer la palabra y el mundo
BANKSY

IGNACIO RAMONET

La idea de un mundo situado bajo “vigilancia total” ha parecido durante mucho tiempo un delirio utópico o paranoico, fruto de la imaginación más o menos alucinada de los obsesos de la conspiración. Sin embargo, hay que reconocer la evidencia: vivimos, aquí y ahora, bajo la mirada de una especie de imperio de la vigilancia. Sin que lo sepamos, cada vez más nos observan, nos espían, nos vigilan, nos controlan, nos fichan. Cada día, nuevas tecnologías se refinan en el seguimiento de nuestro rastro. Satélites y drones de mirada penetrante nos siguen desde el espacio. En las terminales de los aeropuertos, escáneres biométricos analizan nuestros andares, “leen” nuestro iris y nuestras huellas digitales. Cámaras de infrarrojos miden nuestra temperatura. Las pupilas silenciosas de las cámaras de vídeo nos escrutan en las aceras de las ciudades o en los pasillos de…

» Continúa en el Poyecto pedagógico: Leer la palabra y el mundo. Módulo (Cerca de la Distopía).

Una vez leídos todos los párrafos facilitados en el itinerario didáctico de esta temática (‘Los nuevos estados de la vigilancia) nos encontramos con una serie de actividades variadas: de compresión lectora, que piden relacionar determinados enunciados con aquellos párrafos de la lectura que son coincidentes en esa idea; de elaboración de respuestas a la pregunta ¿Alguna vez habéis tenido la sensación de que el ordenador o el móvil ‘os espiaba’?; de argumentación, invitando a pensar en las consecuencias del despliegue de ese ‘imperio de la vigilancia’ e incluso de ampliación y profundización, visionando una entrevista con Edward Snowden y solicitando conclusiones o que se pronuncien sobre esta temática, después de haber accedido a noticias como… “Yahoo espió los correos electrónicos de sus clientes a petición del FBI y la NSA”, “Evgeny Morozov: ‘Los datos son una de las más preciadas mercancías’ ”, Nos falta empatía hacia los vigilados, cuando los vigilados somos nosotros”.

Viñetas del dibujante Stuart McMillen de comparación entre dos grandes distopías del siglo XX: ‘1984’ de George Orwell y ‘Un mundo feliz’ de Aldous Huxley.
Viñetas del dibujante Stuart McMillen de comparación entre dos grandes distopías del siglo XX: ‘1984’ de George Orwell y ‘Un mundo feliz’ de Aldous Huxley.

Hasta aquí, podemos considerar que la tarea y las actividades planteadas no dejan de ser parecidas a las desplegadas habitualmente en las rutinas escolares. La diferencia se encuentra en el enfoque utilizado para su elaboración y en la finalidad y sentido que la enseñanza de la Lengua Castellana y Literatura tiene para las docentes creadoras de este material.

Como muestra del enfoque pedagógico que preside esta innovación, transcribimos, a continuación, algunas referencias teóricas y consideraciones que las autoras facilitan en la presentación didáctica del módulo —Cerca de la Distopía  al que nos venimos refiriendo.

LEER Y ESCRIBIR SON CONSTRUCCIONES SOCIALES.
Emilia Ferreiro

«Leer y escribir son construcciones sociales. Cada época y cada circunstancia histórica dan nuevos sentidos a esos verbos. Sin embargo, la democratización de la lectura y la escritura se vio acompañada de una incapacidad radical para hacerla efectiva: creamos una escuela pública obligatoria, precisamente para dar acceso a los innegables bienes del saber contenido en las bibliotecas, para formar al ciudadano consciente de sus derechos y obligaciones, pero la escuela no ha acabado de apartarse de la antigua tradición: sigue tratando de enseñar una técnica”.

Incluso hoy, cuando la investigación tanto ha avanzado en el conocimiento de los procesos lectores, hay una dimensión que sigue quedando extramuros de la escuela: la perspectiva socioculturalLa lectura crítica de los medios de comunicación —prensa, radio, televisión, internet— sigue siendo una de las asignaturas pendientes de nuestro sistema educativo. Y no es posible concebir hoy una lectura de la palabra que no vaya ligada, como ya reclamara Paulo Freire, a la lectura del mundoNo queremos lectores competentes «a secas», capaces de descifrar una instrucción o esquematizar un texto. Pretendemos contribuir a la formación de lectores que se pregunten quién dice qué y a qué intereses responde esa precisa construcción de un titular o una portada; lectores capaces de comparar, contrastar, evaluar; de leer entre líneas y tras las líneas. El aprendizaje de la lectura tiene mucho que ver con la formación de una ciudadanía democrática capaz de leer también lo que el Poder pretende esconder… (Continúa en Presentación para el profesorado)

‘Leer la palabra y el mundo’ es el proyecto pedagógico que da sentido a estos materiales y al itinerario didáctico que los sostiene. Es una iniciativa surgida desde la reflexión colectiva de cuatro profesoras de Educación Secundaria de Lengua Castellana y Literatura, de distintos Institutos Públicos de Educación Secundaria de la Sierra de Guadarrama, en Madrid: Guadalupe JoverÁngeles BengoecheaRosa Linares y Flora Rueda (Grupo Guadarrama).

El proyecto ‘Leer la palabra y el mundo’ responde a ese enunciado de Paulo Freire que vincula la lectura de la palabra y la lectura del mundo. Se organiza en cuatro secuencias de creciente grado de dificultad, una para cada curso de la Educación Secundaria Obligatoria, aunque intercambiables en algún momento y utilizables en otras etapas educativas. Cada secuencia elige un hilo conductor —los mitos, los derechos civiles, la ropa que vestimos, las distopías contemporáneas— para agavillar un conjunto de textos diversos —orales, escritos y audiovisuales— y acompañar tanto el proceso de lectura como el de interpretación y de producción oral y escrita. Así se vertebran las actividades sugeridas en cada uno de los centros de interés que componen cada módulo.

Tendremos ocasión, en entradas posteriores, de describir con cierta profundidad el papel que estas profesoras confieren a la competencia comunicativa en la formación de estudiantes autónomos, libres y responsables.

Lo mismo que hemos mencionado la posibilidad de uso telemático, vamos a entrar, a continuación, en un aula física para observar esa vinculación que hace la profesora entre el dominio lector y la necesaria interpelación de la realidad. El escenario, en este caso, es un aula de primero de ESO, y la temática que trabajan: La Biblia’, una parte del módulo: ‘Mitos de aquí y allá’.

EL SACRIFICIO DE ISAAC (DIARIO DE CLASE)

El sacrificio de Isaac
El sacrificio de Isaac CARAVAGGIO

GUADALUPE JOVER

 Uno, dos, tres, cuatro, cinco; uno, dos, tres, cuatro, cinco; uno, dos, tres…

Chicos y chicas van entrando en el aula. Ya saben de qué va el reparto de números. En apenas un par de minutos la clase está organizada en cinco grupos de seis personas. Hoy toca que sea el azar el que los conforme.

Empezamos.

Nos endontramos en primero de ESO, en el mes de octubre, en el itinerario didactico Mitos de aquí y de allá, y familiarizados ya con los cuentos africanos y los mitos griegos, hoy nos asomamos a otro de esos libros determinantes en la conformación del imaginario colectivo occidental: la Biblia.

El fragmento seleccionado es el de “El sacrificio de Isaac”.

 Mirad estos cuadros… ¿Qué vemos? —decenas de manos el alto—. ¿Qué creéis que está pasando? —y aquí mil hipótesis—.

Leemos en voz alta el fragmento correspondiente al sacrificio de Isaac, proyectado en una pantalla a la vista de todos. Houda no tarda en levantar la mano.

 Profe, en el Corán es diferente.

 ¿Cómo que en el Corán es diferente? —primera noticia de que Abraham apareciera en el Corán—.

 Sí. Que en el Corán la historia de Abraham es diferente.

 ¿Y cómo es?

Houda nos cuenta que en el Corán Abraham no va con Isaac sino con Ismael, el hijo que había tenido con la esclava Agar, y que no lo lleva engañado, sino que le explica lo que Dios le ha pedido. Houda nos cuenta muchas cosas. Yo estoy atónita.

Algunos de sus compañeros —Anás, Moha, Khaoula, Osama— intervienen para añadir o matizar algo. Escucho fascinada. Fascinada y avergonzada. Tanto, que confieso mi desconocimiento del Corán como algo imperdonable —así lo veo en ese momento— en alguien que quiere aproximar a niñas y niños a un cierto mapa de la cultura… desde una perspectiva intercultural.

Continuamos.

Observamos que el texto se organiza en torno a cinco breves diálogos, y chicas y chicos deliberan acerca de qué acto de habla domina en cada uno de ellos: las órdenes, sin duda, siempre acatadas. Este primer paso nos permitirá pautar la elaboración de un buen resumen del texto, y abordar una cuestión determinante en el episodio.

Sí, el sacrificio de Isaac ha sido presentado siempre como el paradigma de la obediencia debida. Pero ¿dudó Abraham? ¿Qué pensó Isaac? ¿Cómo reaccionó luego Sara, esposa de Abraham, al enterarse de lo sucedido?

Dividimos cada equipo en dos subgrupos de tres. Cada miembro del grupo asumirá un papel y contará, en diferente formato, su particular vivencia:

  • Abraham, en forma de monólogo interior;
  • Isaac, en forma de relato;
  • Sara, en diálogo con su esposo.

No siempre las percepciones concuerdan. Más allá de la disparidad de puntos de vista —sin duda hemos enriquecido el texto bíblico—, cada escrito es revisado y corregido por cada uno de los compañeros del grupo. Leemos algunos en voz alta.

Y sobreviene el coloquio, que no tarda en transformarse en acalorado debate¿Es siempre la obediencia una virtud?

Para conocer la fundamentación del módulo del que forma parte la tarea docente que hemos descrito recurrimos al apartado de ‘Presentación para el profesorado’ y lo ilustramos recogiendo dos de los párrafos.

MÓDULO: MITOS DE AQUÍ Y ALLÁ
Presentación para el profesorado

Resulta casi inevitable abrir unos materiales orientados al desarrollo de la lectura crítica en la educación secundaria con un itinerario centrado en los textos narrativos. La competencia lectora de los estudiantes y su propio horizonte de expectativas convierte a estos textos en los que menos resistencias les ofrecen, y los más adecuados por tanto para iniciar un recorrido que salga al paso de las dificultades lectoras con que habitualmente tropiezan. Por otra parte, se trata de un territorio idóneo también para desarrollar sus habilidades de interpretación: la capacidad de leer no solo entre líneas sino también tras las líneas de un texto; la capacidad de traer los textos a nuestro horizonte y emitir juicios propios acerca de su contenido, la intención con que fueron creados o la forma en que son transmitidos.

Este módulo se centra en un motivo inequívoco, el de los mitos, aunque intenta huir de la tradicional acepción que con frecuencia los vincula exclusivamente al legado grecolatino. El itinerario ofrece un recorrido por diferentes relatos fundacionales de diversas tradiciones culturalesla tradición oral africanala mitología clásicaLa Bibliael Popol Vuh (libro sagrado del antiguo pueblo quiché de Centroamérica), el Mahabhárata (la gran epopeya de la cultura india) y Las mil y una nochesEn un mundo globalizado como el nuestro y en unas aulas inevitablemente multiculturales como las nuestras, nos preocupa que chicas y chicos puedan verse reconocidos en los relatos que la escuela ofrece. Un itinerario como éste constituye, a nuestra manera de ver, un modo sugestivo de aproximarnos a las raíces de quienes antaño quedaban lejos pero hoy nos son ya próximos, y constatar, simultáneamente, las fecundas diferencias entre unas tradiciones y otras y la asombrosa recurrencia de motivos y episodios … (continúa en Presentación para el profesorado)

Finalizamos esta entrada, anunciando su continuidad y mostranto una de las actividades sugeridas, en este caso, utilizando el género del ‘comic’ y poniéndolo en relación con otro de los grandes mitos, descrito en la gran epopeya india recogida en el libro del Mahabhárata.

MAHABHÁRATA. TEXTO 2

GRUPO GUADARRAMA

Vamos a leer ahora un episodio del Mahabhárata en donde Bhima, uno de los cinco hermanos Pándava, se convierte en el protagonista debido a su fuerza. Junto al texto, os ofrecemos las tres páginas del cómic que corresponden a ese episodio. Como veis, se han eliminado los diálogos de los bocadillos. Vuestra tarea consiste en rellenar estos bocadillos con los diálogos (en estilo directo) que os vais a encontrar expresados en el relato en estilo indirecto.

  • Ejemplo de estilo indirectoBhima dijo que tenía mucha fuerza.
  • Ejemplo de estilo directo: (en el bocadillo, lógicamente, solo escribiríais lo que aparece en negrita y sin comillas) Bhima dijo: «Tengo mucha fuerza». 

Viñetas 1-2: Los Pándavas y su madre Kinti se ocultaron en el bosque. De todos ellos, era Bhima el que mostraba mayores dotes para enfrentarse a las amenazas y riesgos de este lugar. Si, por ejemplo, tenían que cruzar un río, ahí estaba Bhima para solucionar el problema con su enorme fortaleza.

Viñetas 3-6: Sucedió que en una parte del bosque, cerca de donde los Pándavas se encontraban, vivían dos ogros hermanos llamados Hidimba e Hidimb. Apenas Hidimb olió y olió a los Pándavas, pidió a su hermana que capturara a alguno de ellos para comérselo durante la cena. Esta, acostumbrada a las maneras despóticas de su hermano, obedeció inmediatamente, guiada por su poderoso olfato de ogra. Olfateando todo el tiempo durante el camino, descubrió a los Pándavas.

Viñetas 7-9: Cuando por fin los encontró, los Pándavas y su madre se encontraban durmiendo en un claro del bosque. Únicamente Bhima, que hacía la guardia, estaba despierto. Hidimba, escondida tras un matorral, observó al más fuerte de los Pándavas y quedó admirada de su potente físico. Se dijo a sí misma que nunca había visto un hombre tan fuerte, tan musculoso, y que si se presentaba ante sus ojos con la forma de ogra podría asustarlo. Decidió, pues, transformarse en una joven humana. Cuando Bhima la vio, muy sorprendido, le preguntó quién era y de qué palacio venía, pues por su presencia la había confundido con una princesa. Hidimba le comunicó que era hermana del dueño del bosque, un ogro, que devoraría a todos en cuanto supiera que estaban en su bosque y acto seguido le pidió que la siguiera…. (Continúa en MAHABHÁRATA )

LECTURAS

Feire, PLa importancia del acto de leer. En Resumen Latinoamericano. 2018.

Marta C. Nussbaum. La crisis silenciosaEn Sin fines de lucro: por qué la democracia necesita de las humanidades. Katz.. 2010.

¿Y los contenidos gramaticales? —algo por lo que siempre se les pregunta—. Al margen de que, según el curso, sean objeto de una sistematización específica, se abordan al hilo de las actividades de producción y comprensión textual. Pongamos un ejemplo: el uso de sinónimos, hiperónimos y pronombres es esencial al redactar un texto para evitar repeticiones; pero desenvolverse bien con unos y otros es clave también a la hora de no perder el hilo de una lectura por no reconocer, por ejemplo, cuál es el referente de determinado pronombre. Todos estos problemas de comprensión lectora acaban pasando factura a nuestro alumnado en las clases de Historia y Biología… o en la resolución de problemas de matemáticas.

Continuará…

(*) Versión para profesionales en ResearchGate (Descargar en pdf).

(**) El Grupo Guadarrama está compuesto por Ángeles BengoecheaGuadalupe JoverRosa Linares Ros y Flora Rueda profesoras de Lengua Castellana y Literatura en Institutos de Educación Secundaria de la Sierra de Guadarrama (Madrid). Coautoras de publicaciones y materiales ‘online’ de desarrollo de la competencia lectura y la educación literaria como: Cuatro propuestas en línea para la ESOConstelaciones literarias: Sentirse raro. Miradas sobre la adolescenciaFrente a la adversidad y Tres días en la ópera. En la misma línea conceptual de los materiales del Proyecto Leer la palabra y el mundo, han elaborado la secuencia didáctica: Constelaciones literarias para bachillerato, una incursión por los clásicos de la literatura universal.

(***) Hacemos una mención especial a Maribel García, profesora de la Universidad el Estado de Nueva York (SUNY) y la Universidad de Boston en Madrid, por el diseño y maquetación ‘online’ de los materiales.’

(****) Agradecemos a la comunidad educativa y de manera especial a los estudiantes de los Institutos de la Sierra de Guadarrama de Madrid, participantes en el desarrollo de estos materiales, por su colaboración y apoyo a este tipo de iniciativas educativas innovadoras.

(*****) La imagen de cabecera es un detalle de una de las ilustraciones de la profesora Luz Beloso para el libro “A soidade das medusas” de Iria Collazo. Editorial Galaxia.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2020/03/30/escuelas_en_red/1585565138_409646.html

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Efectos del COVID-19

Por: Fabiola Guarneros Saavedra.

El escenario es catastrófico. El mundo vive una crisis sanitaria, humana y económica sin precedentes y la salida aún no se vislumbra. Los gobiernos están a prueba una vez más en su capacidad de respuesta, contención y planeación presupuestaria y fiscal, ya perdieron muchas oportunidades y hoy sus sistemas económicos y de salud colapsan.

Las acciones de gobierno en el mundo —y México no es la excepción— se están llevando a cabo sobre la base de prueba y error. Y, en algunos casos, la emergencia sanitaria está adquiriendo elementos de crisis política, como se ve en la contradicción frecuente entre autoridades locales y gobiernos centrales, o entre integrantes del propio gabinete.

La pandemia del coronavirus ha obligado a que los países cierren sus fronteras, las economías se paralicen y las sociedades entren en cuarentenas severas. Los efectos serán devastadores, además de los miles de vidas se perderán empleos, oportunidades de inversión; disminuirán los salarios, aumentará la pobreza, quebrarán empresas; habrá un menor crecimiento económico, menor integración en cadenas de valor, deterioro de las capacidades productivas y del capital humano, y se hará un boquete en la educación.

¿Qué harán los gobiernos? ¿Qué hará México? ¿Sirve un pacto de gobernabilidad con los sectores productivos del país? ¿Cuál es la estrategia económica que caminará a la par de la contención sanitaria? Las respuestas las tendremos hoy en el mensaje que dará el presidente Andrés Manuel López Obrador durante la presentación de su plan económico.

Debemos tener presente que México, como los países de América Latina y el Caribe, enfrentan la pandemia desde una posición más débil que la del resto del mundo, ya lo advirtió la CEPAL en su informe especial sobre COVID-19, presentado el viernes pasado.

Basta ver el impacto de este virus en los sistemas de salud públicos, cuya infraestructura es insuficiente para enfrentar la pandemia. “La mayoría de los países de la región se caracteriza por tener sistemas de salud débiles y fragmentados, que no garantizan el acceso universal necesario para hacer frente a la crisis sanitaria del COVID-19”, dice la CEPAL en el informe América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19.

La recomendación es fortalecer el sistema de salud con una mayor asignación de recursos públicos, pero justo es uno de los rubros en el que menos se invierte. Los países de la región gastan en promedio el 2.2% del PIB en salud, lo que está lejos del 6% del PIB recomendado por la OPS para reducir las inequidades y garantizar el acceso y la cobertura universal.

La crisis del coronavirus afectará el número de empleos, la calidad del trabajo y a los grupos más vulnerables, como los trabajadores en el sector informal. “La pérdida de ingresos laborales se traducirá en un menor consumo de bienes y servicios, y puede llevar a muchos trabajadores a situaciones de pobreza”, advierte el organismo de la ONU.

La realidad es que esta crisis tendrá impactos mayores en los más vulnerables: personas con problemas de salud, adultos mayores, personas con discapacidad, jóvenes desempleados, personas subempleadas, mujeres, trabajadores sin prestaciones y migrantes.

Los niños también serán las otras víctimas de la pandemia, pues el cierre de planteles educativos impacta en el terreno del aprendizaje y en la seguridad alimentaria de los alumnos de las escuelas de tiempo completo.

“La suspensión de las clases tendrá un impacto más allá de la educación, en la nutrición, el cuidado y la participación de los padres (especialmente de las mujeres) en el mercado laboral”, señala el informe.

Aunque se han hecho planes para promover el uso de dispositivos digitales en los sistemas educativos —en México han sido un fracaso—, muchas instituciones no cuentan con la infraestructura de tecnologías digitales necesaria. Además, no en todos los hogares del país se tiene acceso a las computadoras y a internet, así que los procesos de enseñanza y aprendizaje a distancia no están garantizados.

¿Qué recomienda CEPAL? Que los gobiernos pongan en marcha medidas de protección del empleo y de los ingresos de los grupos más vulnerables. Contemplar un subsidio de desempleo y un ingreso básico de emergencia, así como proteger a las pequeñas y medianas empresas.

El organismo considera que, para abordar la emergencia económica, se requieren también acciones de política fiscal para reorganizar presupuestos e implementar paquetes de estímulos, a fin fortalecer los sistemas de salud, proteger los ingresos y minimizar la contracción de la economía.

“La salida de la crisis dependerá de la fortaleza económica de cada país”, dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL. ¿Iremos por ese camino?

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/fabiola-guarneros-saavedra/efectos-del-covid-19/1374184

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