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Universidad e investigación científica en la Venezuela en tiempo de crisis

Por: Karl Tulin

“El que manda debe oír aunque sean las más duras verdades y aprovecharse de ellas para corregir los males que produzcan los errores”

Simón Bolívar

Inicio este escrito con unas premisas que servirán de filtro a posibles lectores, que alimentados por radicalismos políticos, son propensos a entablar discusiones estériles en las que no pretendo malgastar energía. Mi intención, además de catártica, es recordar con añoranza el impulso iniciado a comienzos de este siglo en búsqueda y el establecimiento sostenible del necesario desarrollo académico de la institución universitaria y la investigación científica como elementos fundamentales para la construcción del “país potencia”, ese que tanto se menciona desde la esfera gubernamental, pero que no se manifiesta de manera real, aunque sí de forma virtual y discursiva. La ocasión es propicia para manifestar lo que la mayoría de personas que laboran en las universidades e instituciones científicas nacionales conoce: las penurias actuales referidas a la infraestructura, al presupuesto institucional y al tema salarial, lo que obviamente atenta contra la existencia y misión de esas instituciones.

De entrada manifiesto mi postura en pro de la democracia socialista, creo en el proyecto del socialismo bolivariano del siglo XXI impulsado por el ímpetu, gallardía y valentía de Hugo Rafael Chávez Frías. Soy un profesor ubicado en el mayor estrato del escalafón universitario (Profesor Titular a Dedicación exclusiva), con el más alto grado académico (Ph.D), soy un científico, digamos que consolidado, con más de cinco decenas de libros, monografías y artículos publicados en revistas científicas de circulación nacional e internacional; con ello se reflejan mis áreas de interés académico-científico y sirven de sostén al desempeño como profesor de pregrado y postgrado, permitiendo la capacidad de haber dirigido, en calidad de tutor, un poco más de tres decenas de trabajos conclusivos de grado en los niveles de licenciatura, maestría y doctorado.

Como premisa final he decidido adoptar el anonimato para evitar posibles discusiones infructuosas, tanto con antichavistas de ignorancia política supina, como con chavistas fanáticos, en especial con las “termitas rojas rojitas”, esos que definiera Roberto Hernández Montoya en su artículo Termitas; esa rapaz especie con encendido verbo revolucionario como único elemento para mantenerse en el entorno gubernamental y así continuar con el devastador daño que le hacen a la patria y a la revolución. Con esta última premisa supongo no perder mi energía vital, ni ser tildado de desleal o traidor.

Las instituciones científicas y universitarias nacionales han pasado por etapas que fluctúan entre una oscura decadencia y un destacado esplendor; la última de ellas es evidenciada durante la primera década del presente siglo. Con el ascenso al poder de Hugo Chávez esas instituciones tuvieron el último de esos períodos de brillo, luego del oscuro lapso que transitó durante la segunda presidencia de Rafael Caldera y sus flamantes ministros de Cordiplan y Educación, ¿recuerdan las frases: “estamos mal pero vamos bien” y “la educación venezolana es un fraude”? ¿Hemos salido de ello? Son varios los hechos que dan muestran de esa luminosidad, traigo a la memoria algunos de ellos:

1. Devolución del Jardín Botánico de Caracas a la casa que vencía la sombras. Ese hermoso paraje capitalino le fue arrebatado a la Universidad Central de Venezuela por uno de sus ilustres catedráticos: Rafael Caldera, el mismo presidente del proceso de pacificación que fue manchado por la continuación de la persecución política de períodos presidenciales anteriores, por un considerable número de asesinatos y desaparecidos del ámbito universitario y por losmacabros allanamientos militares a varias universidades autónomas del país, entre ellas a aquella que sí vencía las sombras.

2. Importante ajuste salarial en todos los sectores laborales del espectro universitario, ello a pesar de las dudosas negociaciones que sobre el tema tejían (aún se hace con actores de la especie de termitas rojas rojitas) las oscuras y nada académica dirigencia de FAPUV, FAPICUV y otros órganos sindicales de los cuerpos administrativos y obreros de las instituciones científicas y universitarias del país.

3. Reconocimiento y cancelación, en muy corto tiempo, de las prestaciones sociales a los jubilados de todo el personal universitario. Por la forma en que fue realizado ese pago, se anuló la tradicional práctica proselitista de las autoridades rectorales para cumplir con ese compromiso. También se llevó a efecto el pago del fideicomiso derivado de los pasivos laborales generados desde mediados de la década de los años 1970, una deuda considerada impagable pero que se materializó gracias a la labor del entonces ministro de Educación Superior, Samuel Moncada; el mismo que actualmente defiende al país de los ataques de la derecha latinoamericana y mundial más troglodita, y que emanan de los devaluados espacios políticos en la OEA y en la ONU.

4. Importante impulso a las actividades de postgrado e investigación científica, vale recordar las misiones Ciencia (2006) y Alma Mater (2009). Hubo un significativo aumento tanto en las subvenciones a las actividades científicas y de innovación tecnológica, como en el auspicio y subvención a la organización de diversos eventos de carácter académico-científico. También se promovió la incorporación de un mayor número de personas a programas como el PEII (Programa de Estímulo a la Investigación e Innovación); igualmente se democratizó y aumentó la acreditación y subvención a proyectos que fueron contemplados en el “Proyecto Nacional Simón Bolívar” en su “Primer Plan Socialista del Desarrollo Económico y Social de la Nación” para el período 2007-2013.

5. Considerable aumento en el número de instituciones universitarias, colocando a Venezuela a la vanguardia en latinoamericana, y quizá en niveles geográficos mayores, en lo referente al número relativo de estudiantes universitarios. Viene a mi memoria un programa en cadena televisiva nacional en el que le fue presentado al presidente Hugo Chávez el proyecto de la Universidad de las Ciencias Exactas, allí le fue mostrado al presidente hasta la maqueta de las instalaciones que albergaría esa novedosa y necesaria universidad; transcurridos más de 10 años de esa cadena televisiva, esa futura universidad continúa como papel de trabajo. A lo largo de su vida como presidente de la República, fueron varias las ocasiones en las que Hugo Chávez manifestó y expuso la necesidad que tenía la patria (¡hoy aún más!) de competentes profesionales en Matemáticas, Física y Química e idóneos investigadores científicos.

Con esta muestra de acciones gubernamentales emprendidas por Hugo Chávez en pro del desarrollo educativo, científico y tecnológico, el país se encaminaría, con el sostenimiento de sus planes, a la consolidación de un cuerpo científico nacional y de instituciones universitarias con un alto nivel académico como ejes básicos y fundamentales para el alcance del país potencia, el real y necesario. Lamentablemente, vista la situación que actualmente atravesamos, es trivial notar el asombroso deterioro no solo de estos elementos estructurales, sino también en casi todos los pilares que deben sostener la construcción de la sociedad provista del ideal bolivariano: “mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”. Este daño sufre una gigantesca aceleración con la enfermedad y muerte del presidente Hugo Chávez; tal desgracia arreció la acción devastadora de las termitas rojas rojitas desde sus hábitats en casi cualquiera de los organismos del estado: empresas básicas, gran parte de los ministerios, Asamblea Nacional, Asamblea Nacional Constituyente, gobernaciones y alcaldías; nidos que aún están allí, muy activos y socavando el proyecto político bolivariano; lo peor es que lucen invulnerables a las múltiples denuncias de diversos sectores de la sociedad, incluyendo las de importantes intelectuales y de numerosos actores políticos afectos a la revolución bolivariana. Otra obvia afirmación es que con la desaparición física de Hugo Chávez se potenciaron, de manera inimaginable y criminal, las acciones desestabilizadoras promovidas desde los Estados Unidos para acabar con el gobierno constitucional de Nicolás Maduro y borrar hasta el menor vestigio del ideal político que propició nuestra primera independencia; acciones estas que con diversas y novedosas formas de guerra, subyacen a sus objetivos económicos y al apetito imperial para apoderarse de nuestros inmensos recursos naturales; esas intervenciones belicistas cuentan con el concurso de una oposición política nacional, que a pesar de estar caracterizada por lo más degradado de los idearios políticos y por sus atajos terroristas y golpistas, ha logrado secuestrar la mayor parte del espacio de los macilentos partidos políticos y de otros organismos opositores; también ha conseguido la adhesión de una importante parte de la población, esa cuya formación y criterios políticos son fundamentados y alimentados de forma subterránea a través de las poco fiables redes sociales. Esos atropellos imperiales de desestabilización y polifacéticos escenarios de guerra contra la patria tienen el apoyo de varios gobiernos títeres, en su mayoría carentes de valores sociales democráticos, con históricos nexos con el narcotráfico, promotores y sostén de ejércitos paramilitares encargados de llevar a cabo las maniobras terroristas y de violaciones de los más elementales derechos humanos.

Efectivamente, le ha tocado muy duro el tránsito como Presidente de Venezuela a Nicolás Maduro, lo que no le exime de específicas responsabilidades; por ejemplo librarse de la plaga de termitas rojas rojitas que le rodean y adulan en su anillo político más próximo. ¿Cuántos del Gabinete Ejecutivo han sido removidos luego de su solicitud, en marzo pasado, de poner sus cargos a la orden? Uno se pregunta, ¿cuántos le hicieron caso? Varias observaciones al respecto, y hasta ruegos, han realizado distinguidos políticos e intelectuales, entre las que se destaca el crítico y autocrítico discurso que hiciera en el mes de diciembre pasado el diputado a la Asamblea Nacional Constituyente, Julio Escalona. Hasta estos días de mediados del mes de julio, el país político aún no se entera de cuántos ministros pusieron su cargo a la orden luego del pedido presidencial. Pocas destituciones se han producido en el tren ministerial a pesar que son muy escasos los funcionarios ministeriales que no se destacan por la ineficiencia, ineptitud y desidia. ¿Qué hay del equipo económico? ¿No es este suficientemente responsable del descalabro de la economía y la merma en el ingreso económico de la mayoría de los venezolanos como para ser destituido? El ingreso mínimo mensual nacional apenas ronda los USD 7 al cambio en las mesas oficiales. Bien es cierto que mediante el sistema de bonos asignados a través del portal de la Patria se contrapesa un tanto esa pérdida; sin embargo, esa forma de compensación salarial no es del todo satisfactoria y resulta ciertamente excluyente.

Retorno al objetivo específico de estas líneas. Hace 6 años el salario de los trabajadores universitarios (obreros, administrativos y profesores) inició una desmedida caída, al punto que en abril de este año, el mayor salario universitario (Profesor Titular a Dedicación Exclusiva) no llegó a los 14 USD mensuales al cambio oficial del sistema Dicom; más desgarrador, ese máximo salario universitario no alcanzaba para comprar al mes o 2,5 kilos de proteína animal, o tres cartones de huevos, o el tratamiento antihipertensivo de mi cónyuge y el propio; o más insolentemente, no alcanzaba para comprar una caja de cerveza, de muy mala calidad por cierto. Este cuadro ha incentivado un peligroso aumento en la desbandada de un altísimo porcentaje del personal universitario hacia el exterior, lo hacen en búsqueda de mejores condiciones de vida y de elementos que el estado venezolano ha dejado de aportar para realizar labores de docencia universitaria e investigación científica. Esos profesionales, en su mayoría con muy altas calificaciones académicas y científicas, era parte sustancial para sostener la esencia de la misión universitaria y científica; es este uno de los graves peligros del éxodo académico-científico. Desgraciadamente la fuga de cerebros, o diáspora científica venezolana como a muchos le agrada decir, es negada u ocultada por voceros ministeriales mediante argucias estadísticas. No develar, comprender ni revertir este inusual fenómeno en el cuerpo académico y científico venezolano, es inmoral y conducirá a una profundización en la desgracia nacional de tener un sistema educativo de muy mala calidad y un deficiente cuerpo científico y tecnológico; ambos elementos son indispensables para recorrer el camino correcto en cualquier proyecto de desarrollo social.

Siguiendo en el tema salarial; luego de la desaparición de las funestas organizaciones FAPUV, FAPICUV y análogas, ha emergido otra que parecía la tabla de salvación para optar a mejores condiciones laborales y a un salario digno, como reza la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; sin embargo, tras tres convenciones colectivas firmadas, y una engavetada bajo el resguardo del más lúgubre ministro de Educación Universitaria que hemos tenido, las condiciones laborales en las instituciones universitarias y científicas del país han empeorado. Esta nueva organización sindical, cuyo rimbombante nombre y siglas es difícil recordar, ha excedido con creces la ineficiencia e incompetencia gremial de aquellas extintas y corruptas organizaciones de la cuarta república. No han sido capaces ni de concretar el programa “CLAP universitario”; de hecho, no pasaron de aplicar una encuesta para saber quienes aceptaban adherirse al programa. Por otra parte, no hay conocimiento exacto de cómo nace ese sustituto órgano, ni de cómo fue constituido su cuerpo directivo: ¿hubo algún proceso electoral nacional que condujera a su conformación? La verdad, lo desconozco. Algo que sí es verdad absoluta: toda su dirigencia es roja rojita, algunos de sus integrantes hasta es diputado a la Asamblea Nacional Constituyente. Hace muy pocas semanas se realizó un casi clandestino y escuálido “Congreso Constituyente de Trabajadora/es Universitaria/os”, ello en el marco de algo denominado “Congreso Constituyente de la Clase Obrera y el Frente Universitario Antiimperialista”. Con tanta escualidez transcurrió el asunto, que apenas en el programa de Venezolana de Televisión: Al aire, se hizo una corta entrevista a uno de esos difusos dirigentes gremiales, la que no pasó de ser un rosario jingles políticos carentes de ideas concretas para lograr la recomposición salarial de los trabajadores universitarios y su ambiente laboral. ¿Algún aporte de la cabeza ministerial sobre el tema?, no se escucha o lee ninguno. Finalizado el evento se esperaban las propuestas que emanarían del congreso ¿Qué se conoce de ellas? Hasta ahora, nada. Lo desgraciadamente cierto es que el salario mensual que percibe cada persona laboralmente adscrita a cualquier instituto de educación universitaria continúa siendo una vergüenza nacional; mientras, esa dirigencia gremial roja rojita permanece haciendo caso omiso a lo exigido constitucionalmente en el tema salarial.

Ahora algunas líneas dedicadas a los programas de pregrado y postgrado, programas de formación de científicos y a los programas de estímulo y apoyo a la investigación científica, desarrollo e innovación tecnológica. Todos ellos tuvieron un importante apoyo e impulso en la gestión presidencial de Hugo Chávez. Es una vergüenza (propia, colectiva y ajena) tener que narrar algunos de sus actuales infortunios, pero es inevitable pues mantenemos la esperanza que esta desgraciada realidad sea conocida por el Presidente de la República.

Así como la deserción profesoral, casi todos los programas de formación de profesionales universitarios están sufriendo una pérdida considerable en el número de estudiantes; en particular, el número de alumnos activos en las carreras de ciencias básicas es aterrador. Genéricamente las razones que conducen a este abandono estudiantil son claras: a) Necesidad de obtener algún rebusque que ayude a compensar el menoscabo en el ingreso familiar provocado por el bloqueo, la guerra, el sabotaje contra el país y la pésima respuesta del equipo económico gubernamental. b) Ausencia de un efectivo y digno programa de becas estudiantiles, los montos de las pocas asignadas son realmente humillantes. c) Desarticulación de los comedores que atendían la alimentación de los estudiantes universitarios más necesitados, y de los sistemas de transporte universitario urbano y suburbano. En ambos aspectos no solo es evidente la responsabilidad ministerial, también está a la vista la ineficiencia, ineptitud y desidia de la gerencia universitaria, sin distinción de ser o no afectos al gobierno.

Con relación a los programas nacionales de postgrado y su natural consorte: la actividad científica, el panorama tampoco es halagador. El éxodo al exterior del significativo porcentaje de académicos y científicos nacionales ha puesto en serio riesgo la continuidad y sostenimiento de los postgrados, aunado a ello está la inexistencia de programas nacionales estables de becas de postgrado; a esto también hay que añadir la incomprensible terquedad en varias instituciones que alojan y ejecutan programas de postgrados al no tener becas para sus propios programas, incluso con características de ayudantías docentes, pero que en paralelo se empeñan en mantener y actualizar unos sistemas arancelarios que se han convertido en piedra de tranca al ingreso de nuevos alumnos a esos postgrados. Es absolutamente paradójica esa testarudez: pensar que con los ingresos arancelarios se sostendrán esos programas, y al mismo tiempo olvidar que sin alumnos esos postgrados no existirían. Tal paisaje agrava aún más la situación e incide de forma negativa en el sostenimiento y creación de nuevos proyectos y líneas de investigación. En el área de las ciencias básicas, casi la totalidad de los estudiantes de postgrados son a su vez parte del personal docente de diversas instituciones universitarias; en consecuencia es obvio que con unos salarios que no alcanzan a cubrir las necesidades alimentarias, no tengan capacidad para pagar esos aranceles, que en algunos casos (incluso en universidades públicas) han sido indexados con el salario mínimo, que si bien es ridículamente bajo en casi cualquier contexto de país subdesarrollado, tal indexación es demasiado alta para un asalariado universitario venezolano. Existen postgrados en ciencias básicas que hace varios años no inician nuevas cohortes, por ende han quedado sin alumnos; hay programas de postgrados que recibiendo la autorización del Consejo Nacional de Universidades para su funcionamiento, no han iniciado actividades pues nadie concurre a los llamados de ingreso, ello por cuenta de las dificultades económicas y la ausencia del necesario apoyo institucional, local o nacional, que han sido narradas.

Sin postgrados sólidos no hay investigación científica, y sin esta no hay postgrados ni estables ni de calidad. Conclusión trivial: los programas de formación de nuevos y necesarios científicos y tecnólogos en el país están técnica y literalmente paralizados o desaparecidos. Igual suerte tuvieron programas tradicionales como el PEII; entre el 2015 y 2016 los investigadores e innovadores acreditados por ese programa dejamos de recibir, sin explicación alguna, el apoyo económico trimestral para llevar a efecto las labores inherentes a la investigación científica e innovación tecnológica, que incluso, ante el devaluado salario, servían de suplemento minúsculo a este. Ante la falta de información oficial podría afirmarse que el PEII se extinguió entre la basta e inoperante burocracia de los órganos directores oficiales de tales actividades. De la misma forma han desaparecido, desarticulados o desmantelados, los programas de apoyo y subvención a la organización de eventos nacionales de carácter científico y tecnológico. Es necesario mencionar que durante un acto televisado en cadena nacional el pasado mes de febrero, el Presidente Nicolás Maduro, en el marco del décimo tercer aniversario de la Misión Ciencia, además de aprobar la creación de centros científicos en cada estado del país, aprobó, “en apoyo alos científicos e investigadores que contribuyen día a día con el desarrollo integral de la Patria”, “recursos para un Bono Científico y la incorporación a un plan de asignación de Viviendas y Vehículos”. Aunque después de cinco meses de sus anuncios no se sabe nada de ellos, hay que decir: ¡enhorabuena Presidente! Ojalá se rectifiquen los errores propios de la Misión Ciencia, no se vuelvan a repetir los de la cuarta república y se tome definitiva y certeramente el rumbo para el logro de los objetivos de esa loable misión. El Presidente Chávez comprometía a la Misión Ciencia como plataforma para formar veinte mil nuevos doctores y darle entrenamiento de postgrado a sesenta mil licenciados. No obstante, según los datos de la Ricyt (Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología), en la que participan instituciones y organismos nacionales de ciencia y tecnología de los países de toda América y la Península Ibérica, el anhelo del Presidente Chávez no se ha logrado; es más, el número anual de doctores graduados en postgrados nacionales hasta el año 2009 (no hay datos desde el 2010) vino en descenso. Con esos datos, no hay duda en asegurar que el equipo asesor en materia de ciencia y tecnología le ha mentido al Presidente Nicolás Maduro, tanto, que lo condujeron a decir en ese acto de febrero pasado, según se lee en el portal web de Telesur, que “Venezuela tiene la capacidad científica para el desarrollo de este campo en el país”; algo absolutamente falso vistas las condiciones actuales de nuestro aparato científico y tecnológico. El Presidente Hugo Chávez lo tuvo claro, para lograr esa capacidad era necesario crear una consolidada masa crítica de científicos y tecnólogos, coadyuvando con una red de postgrados nacionales consolidados, estables y de buena costura académica y científica.

Finalmente, mínimas palabras en relación a la infraestructura física de las instituciones universitarias. Producto de las terroríficas guarimbas, las brutales consecuencias del bloqueo, saqueo y guerra económica contra el país, los sabotajes al Sistema Eléctrico Nacional y demás métodos de destrucción del Estado, la desatención ministerial, su desidia y deshonrosa atención a estas instituciones, lo que unido a la negligencia e inoperancia de la mayoría de autoridades universitarias, han conducido a un lamentable y vergonzoso estado de sus instalaciones que causan indignación. No es exagerado afirmar que la infraestructura universitaria venezolana está en destrucción, o aun destruida, basta visitar y observar cada una de sus sedes para percibir esa cruda y desolada realidad; no exponemos ejemplos para evitarle pensar al lector ajeno al ámbito universitario que se le está mintiendo.

Está en las manos del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela la capacidad de atajar el acelerado deterioro de la universidad venezolana y de la investigación científica e innovación tecnológica, y al mismo tiempo de recomponerlas a objeto de retomar el perdido camino al desarrollo social. Para tal fin son imprescindibles equipos ministeriales (chavistas o no) competentes y conocedores de las precarias y reales situaciones descritas. Numerosas son las críticas que se han hecho y hacen a la gerencia en el MPPEU (antes MPPEUCT), con ese nivel de ineficiencia, ineptitud y desidia nadie puede ser ministro.

Fuente: https://www.ensartaos.com.ve/universidad-e-investigacion-cientifica-en-la-venezuela-en-tiempo-de-crisis/

 

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Crueldad: Pedagogías y Contra-pedagogías

Por: Rita Segato

La forma

Este libro coloca a disposición del lector tres clases ofrecidas en a Facultad Libre de Rosario en agosto de 2016. Para los fines de esta publicación, las clases fueron reescritas en su totalidad. En su reescritura acompañé el itinerario temático de las exposiciones, pero fui completando las lagunas inevitables que dejamos al hablar. También gramaticalicé la expresión, porque la palabra hablada  es, algunas veces, sorprendentemente a-gramatical y antiestética. Pero mantuve, en la medida de lo posible, el estilo de la oralidad.

En las clases he trazado un panorama de mi recorrido por temas y debates desde la investigación para mi tesis doctoral hasta el presente.  Al hacerlo,  me he detenido en algunas experiencias y reflexiones, bañadas aquí apenas por una luz de bastidores, luz esquiva al intenso foco que delimita con claridad los bordes de las figuras cuando tratadas por la tecnología textual que se ha impuesto hoy en la academia. En ese sentido, estas tres clases representan una insubordinación, se acogen al Derecho a la Desobediencia y emprenden una huida ni siempre exitosa en dirección a la conversación, libertaria porque no sujeta el flujo del discurso a otra cosa que no sea su capacidad de nombrar lo que para el interlocutor será reconocible.  Nos han robado el tiempo, y con el tiempo se fue el arte y el placer de conversar. Podemos recuperar todavía algo de su creativa incerteza.

Ofrecí las tres clases aquí transcriptas y revisadas en la Facultad Libre de Rosario el 25, 26 y 27 de agosto de 2016. Ellas dan testimonio del estímulo creativo que recibí de los asistentes y de los organizadores. Aprovecho esta breve presentación para hurgar el diccionario en busca de palabras capaces de expresar mi agradecimiento y mi admiración a los jóvenes que me recibieron y anfitrionaron en la Facultad Libre, representados en la figura del Adriano Peirone. Aún en tiempos sombríos, mi estado de ánimo se recupera cuando recuerdo la dedicación de esos jóvenes a la tarea de mantener vivo el espacio comunitario de la Facultad, que permite la circulación y el debate de los conocimientos a través de los canales del compañerismo y por medio de un gesto educativo que resiste y rechaza la mercantilización del saber tan en la pauta tecno-académica de nuestros días.

A pesar de que revisé, edité, reescribí y complementé abundantemente las notas transcriptas para garantizar su comprensión, las tres clases que aquí se publican representan bien la deriva de mi manera de exponer a lo largo de muchos años. Uso el término deriva para describir lo que en inglés llaman “stream of consciousness”, traducible como “flujo de consciencia”, y estoy convencida de que permite algo próximo a una conversación en un nivel no plenamente consciente con las presencias en la sala – pido venia a los lectores sin tolerancia para todo lo que parezca esoterismo. Naturalmente, en la versión escrita , como dije, por quedar suspendida hasta cierto punto y solo hasta cierto punto la co-presencia de los interlocutores, el diálogo subterráneo entre la expositora y su público, he revisado cada párrafo, cambiando su redacción  y completando su sentido .

El tema

Llamo pedagogías de la crueldad a todos los actos y prácticas que enseñan, habitúan y programan a los sujetos a transmutar lo vivo y su vitalidad en cosas. En ese sentido, esta pedagogía enseña algo que va mucho más allá del matar, enseña a matar de una muerte desritualizada, de una muerte que deja apenas residuos en el lugar del difunto. La trata y la explotación sexual como practicadas en los días de hoy son los más perfectos ejemplos y, al mismo tiempo, alegorías de lo que quiero decir con pedagogía de la crueldad. Es posible que eso explique el hecho de que toda empresa extractivista que se establece en los campos y pequeños pueblos de América Latina para producir commodities destinadas al mercado global, al instalarse trae consigo o es, inclusive, precedida por burdeles y el cuerpo-cosa de las mujeres que allí se ofrecen.

Cuando hablo de una pedagogía de la crueldad me refiero a algo muy preciso, como es la captura de algo que fluía errante e imprevisible, como es la vida, para instalar allí la inercia y la esterilidad de la cosa, mensurable, vendible, comprable y obsolescente, como conviene al consumo en esta fase apocalíptica del capital. El ataque sexual y la explotación sexual de las mujeres son hoy actos de rapiña y consumición del cuerpo que  constituyen el lenguaje más preciso con que la cosificación de la vida se expresa. Sus deyectos no van a cementerios, van a basurales.

La repetición de la violencia produce un efecto de normalización de un paisaje de crueldad y, con esto, promueve en la gente los bajos umbrales de empatía indispensables para la empresa predadora. La crueldad habitual es directamente proporcional a formas de gozo narcísico y consumista, y al aislamiento de los ciudadanos mediante su desensitización al sufrimiento de los otros. Un proyecto histórico dirigido por la meta del vínculo como realización de la felicidad muta hacia un proyecto histórico dirigido por la meta de las cosas como forma de satisfacción[1].

La sujeción de las personas a la condición de mercancía impuesta a las mayorías por el carácter precario del empleo y del salario, así como el retorno y expansión del trabajo servil, semi-esclavo y esclavo, también son parte de lo mismo. La predación de territorios que hasta hace poco permanecían como espacios de arraigo comunal, y de paisajes como inscripciones de la historia, es decir, como libros de historia, para su conversión en commodities por la explotación extractivista en las minas y el agro-negocio son facetas de esa cosificación de la vitalidad pachamámica. Incluyo aquí también la alienación, robo o cancelación de la fluencia del tiempo vital, encuadrado ahora, encarcelado, por los preceptos del capital -competitividad, productividad, cálculo de costo/beneficio, acumulación, concentración-, que confiscan la fluencia que llamamos “tiempo” en la que toda vitalidad está inmersa. La pedagogía de la crueldad es, entonces, la que nos habitúa a esa disecación de lo vivo y lo vital, y parece ser el camino inescapable de la modernidad, su último destino.

El paradigma de explotación actual supone una variedad enorme de formas de desprotección y precariedad de la vida, y esta modalidad de explotación depende de un principio de crueldad consistente en la disminución de la empatía de los sujetos. Como he afirmado en otras oportunidades[2], el capital hoy depende de que seamos capaces de acostumbrarnos al espectáculo de la crueldad en un sentido muy preciso: que naturalicemos la expropiación de vida, la predación, es decir, que no tengamos receptores para el acto comunicativo de quien es capturado por el proceso de consumición. Expropiar el aliento vital pasa a ser visto como un mero trámite que no comporta dolor, que no puede comunicarse, un acto maquinal, como cualquier consumición. Es por eso que podemos decir que la estructura de personalidad de tipo psicopático, no vincular, defectiva en lo que respecta a emociones y sentimientos, es la personalidad modal de nuestra época por su funcionalidad a la fase actual extrema del proyecto histórico del capital: la relación entre personas vaciada y transformada en una relación entre funciones, utilidades e intereses.

Es muy difícil encontrar las palabras adecuadas para describir lo que no es nada, la nada marmórea restante del proceso de consumición y obsolescencia en que se ha transformado la vida en los centros de la modernidad. ¿Acaso no percibimos que todas las obras de la más nueva tecnología inician su proceso de degradación apenas erigidas? ¿No es éste, entonces, un ambiente mortuorio, de decadencia acelerada?

Naturalmente, las relaciones de género y el patriarcado juegan un papel relevante como escena prototípica de este tiempo. La masculinidad está más disponible para la crueldad porque la socialización y entrenamiento para la vida del sujeto que deberá cargar el fardo de la masculinidad lo obliga a desarrollar una afinidad significativa -en una escala de tiempo de gran profundidad histórica- entre masculinidad y guerra, entre masculinidad y crueldad, entre masculinidad y distanciamiento, entre masculinidad y baja empatía. Las mujeres somos empujadas al papel de objeto, disponible y desechable, ya que la organización corporativa de la masculinidad conduce a los hombres a la obediencia incondicional hacia sus pares –y también opresores-, y encuentra en aquéllas las víctimas a mano para dar paso a la cadena ejemplarizante de mandos y expropiaciones.

En este sentido, es muy importante no guetificar la cuestión de género. Esto quiere decir, no considerarla nunca fuera del contexto más amplio, no verla exclusivamente como una cuestión de la relación entre hombres y mujeres, sino como el modo en que esas relaciones se producen en el contexto de sus circunstancias históricas. No guetificar la violencia de género también quiere decir que su carácter enigmático se esfuma y la violencia deja de ser un misterio cuando ella se ilumina desde la actualidad del mundo en que vivimos.

El hombre campesino-indígena a lo largo de la historia colonial de nuestro continente, así como el de las masas urbanas de trabajadores precarizados, se ven emasculados como efecto de su subordinación a la regla del blanco, el primero, y del patrón, el segundo -patrón blanco o blanqueado de nuestras costas. Ambos se redimen de esta emasculación, de esta vulneración de su condición social, laboral, incompatible con las exigencias de su género mediante la violencia. Ante el avance de la pedagogía de las cosas, como también podríamos llamarle a la pedagogía de la crueldad, el hombre indígena se transforma en el colonizador dentro de casa, y el hombre de la masa urbana se convierte en el patrón dentro de casa. En otras palabras, el hombre del hogar indígena-campesino se convierte en el representante de la presión colonizadora y despojadora puertas adentro, y el hombre de las masas trabajadoras y de los empleos precarios se convierte en el agente de la presión productivista, competitiva y operadora del descarte puertas adentro.

A esto se le agrega la expansión  de los escenarios de las nuevas formas de la guerra en América latina, con la proliferación del control mafioso de la economía, la política y de amplios sectores de la sociedad. La regla violenta de las pandillas, maras, sicariatos y todos los tipos corporaciones armadas que actúan en una esfera de control de la vida que he caracterizado como para-estatal atraviesa e interviene el ámbito de los vínculos domésticos de género, introduce el orden violento circundante dentro de casa. Es imposible hoy abordar el problema de la violencia de género y la letalidad en aumento de las mujeres como si fuera un tema separado de la situación de intemperie de la vida, con la suspensión de las normativas que dan previsibilidad y amparo a las gentes dentro de una gramática compartida.

Al hablar de la pedagogía de la crueldad no podemos olvidarnos de mencionar a los medios masivos de información, con su lección de rapiña, escarnio y ataque a la dignidad ejercitadas sobre el cuerpo de las mujeres. Existe un vínculo estrecho, una identidad común, entre el sujeto que golpea y mata a una mujer y el lente televisivo. También forma parte de ese daño la victimización de las mujeres a manos de los feminicidas como espectáculo televisivo de fin de tarde o de domingos después de misa. Los medios nos deben una explicación sobre por qué no es posible retirar a la mujer de ese lugar de víctima sacrificial, expuesta a la rapiña en su casa, en la calle y en la sala de televisión de cada hogar, donde cada una de estos feminicidios es reproducido hasta el hartazgo en sus detalles mórbidos por una agenda periodística que se ha vuelto ya indefendible e insostenible.

A partir de lo dicho, ¿cómo entonces concebir y diseñar contra-pedagogías capaces de rescatar una sensibilidad y vincularidad que puedan oponerse a las presiones de la época y, sobre todo, que permitan visualizar caminos alternativos?  Son cuatro los temas que vinculo a la posibilidad de instalar en el mundo esas contra-pedagogías. Me referiré a ellos de forma muy sucinta y aforística, más que nada como una convocatoria para juntar esfuerzos y seguir debatiendo. El texto de las clases podrá dar pistas para entender mejor lo que propongo.

  1. La contra-pedagogía de la crueldad tendrá que ser una contra-pedagogía del poder y, por lo tanto, una contra-pedagogía del patriarcado, porque ella se contrapone a los elementos distintivos del orden patriarcal: mandato de masculinidad, corporativismo masculino, baja empatía, crueldad, insensibilidad, burocratismo, distanciamiento, tecnocracia, formalidad, universalidad, desarraigo, desensitización, limitada vincularidad. El patriarcado, como he afirmado anteriormente[3], es la primera pedagogía de poder y expropiación de valor, tanto en una escala filogenética como ontogenética: es la primera lección de jerarquía, aunque la estructura de esa jerarquía haya ido mutando en la historia[4].
  1. La experiencia histórica de las mujeres podrá sentar el ejemplo de otra forma de pensar y actuar colectivamente. Una politicidad en clave femenina es –no por esencia sino por experiencia histórica acumulada[5]-, en primer lugar una política del arraigo espacial y comunitario; no es utópica sino tópica; pragmática y orientada por las contingencias y no principista en su moralidad; próxima y no burocrática; investida en el proceso más que en el producto; y sobre todo solucionadora de problemas y preservadora de la vida en el cotidiano.
  1. Las mujeres hemos identificado nuestro propio sufrimiento y hablamos de él. Los hombres no han podido hacerlo. Una de las claves del cambio será hablar entre todos de la victimización de los hombres por el mandato de masculinidad y por la nefasta estructura corporativa de la fratria masculina. Existe violencia de género intra-género, y la primera víctima del mandato de masculinidad son los hombres: obligados a curvarse al pacto corporativo y a obedecer sus reglas y jerarquías desde que ingresan a la vida en sociedad. Es la familia la que los prepara para esto. La iniciación a la masculinidad es un tránsito violentísimo. Esa violencia va más tarde reverter al mundo. Muchos hombres hoy se están retirando del pacto corporativo, marcando un camino que va a transformar la sociedad. Lo hacen por sí, en primer lugar. No por nosotras. Y así debe ser.
  1. De una forma esquemática es posible decir que existen dos proyectos históricos en curso en el planeta, orientados por concepciones divergentes de bienestar y felicidad: el proyecto histórico de las cosas y el proyecto histórico de los vínculos, dirigidos a metas de satisfacción distintas, en tensión, y en última instancia incompatibles. El proyecto histórico centrado en las cosas como meta de satisfacción es funcional al capital y produce individuos, que a su vez se transformarán en cosas. El proyecto histórico de los vínculos insta a la reciprocidad, que produce comunidad. Aunque vivamos inevitablemente de forma anfibia, con un pie en cada camino, una contra-pedagogía de la crueldad trabaja la consciencia de que solamente un mundo vincular y comunitario pone límites a la cosificación de la vida.

En Brasília, el  martes 13 de  febrero de 2018

[1] Para una extensión sobre el tema, ver “La pedagogía de la crueldad”, entrevista que di a Verónica Gago  publicada en  Las 12, Página 12, Buenos Aires, 29 de mayo de 2015

[2] “Patriarcado: del borde al centro. Disciplinamiento, territorialidad y crueldad en la fase apocalíptica del capital”en La Guerra contra las mujeres. Madrid: Traficantes de Sueños, 2016

[3] Ver Las estructuras elementales de la violencia Buenos Aires: Prometeo, 2003 y 2013.

[4] Ver La Crítica de la Colonialidad en Ocho Ensayos y una Antropología por Demanda,Buenos Aires: Prometeo, 2015

[5] Ver “Manifesto in Four Themes” in  Critical Times 1/1, 2018 (de próxima aparición)

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/crueldad-pedagogias-y-contra-pedagogias/

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La violenta amenaza a la educación pública

Por: Rafael Rosell.

La llamada “educación pública” – aquella que provee el Estado – está en problemas, los que son provocados por los mismos que dicen protegerla y promoverla. En estas semanas hemos visto dos claros ejemplos de quienes señalan que es necesario fortalecer la educación pública, aunque hacen justamente lo contrario.

Por una parte, tenemos el paro del Colegio de Profesores. Si bien sus  reivindicaciones históricas son legítimas, es una movilización que daña principalmente a los niños y jóvenes de menos recursos.

Debido a que los alumnos están de vacaciones, las protestas han bajado de intensidad, pero pronto volveremos a ver las posturas encontradas del gremio y del gobierno.

Mientras los estudiantes de colegios particulares se han mantenido en clases durante todo el paro, los de establecimientos púbicos no pudieron hacerlo. De esta forma, solo por venir de familias más pobres, se les ha sido vulnerado el derecho humano básico y fundamental de contar con  una educación de calidad.

La pérdida de un sólo día de clases es irrecuperable, ya que cuando los alumnos que no han tenido una enseñanza sistemática se enfrenten a una prueba de admisión a la universidad, estarán en clara desventaja.

También hemos sido testigos de cómo un grupo minoritario de estudiantes del Instituto Nacional protagonizan caos y violencia; lo que es especialmente grave ya que históricamente este emblemático liceo ha sido considerado como ejemplo de calidad en la educación pública. Aunque no comparto la idea de cerrarlo, entiendo la profunda frustración del alcalde Felipe Alessandri como sostenedor.

Como educador, hay hechos que son incomprensibles, como que algunos de los apoderados agredieran a diputados de la Comisión de Educación que visitaron el colegio y las amenazas de muerte que ha recibido el propio alcalde Alessandri de parte del presidente del centro de alumnos.

Algunos de los responsables de la crisis del Instituto Nacional tienen una visión saturada de ideología añeja y sesgada: no son más de 40 alumnos y de un grupo de padres que actúan como verdaderos activistas.

¿Cómo se entiende que tenga varios centros de padres y que alguno de ellos estén más preocupados de que no se apruebe el TPP-11 que de la calidad de la educación que reciben sus hijos?

La demanda transversal de los estudiantes y sus padres debe ser la urgente mejora de la infraestructura. ¡Pero eso no se logra destruyéndola!

Según la última encuesta CEP, la educación ocupa el cuarto lugar entre los problemas que los chilenos creen que necesitan una solución mas urgente, siendo, además, la inquietud que más sube en importancia.

El mismo sondeo grafica que la evaluación del Estado de la educación baja significativamente desde la CEP de noviembre del 2018.

A miles de padres, apoderados, educadores y autoridades nos preocupa cómo estamos educando a nuestros niños, niñas y jóvenes. Nos inquieta, no las movilizaciones que son una forma de dar visibilidad a una problemática, sino la violencia que algunas veces se genera en éstas, que paralizan a colegios y universidades.

Desde el estallido de las protestas estudiantiles en el 2006, estas muchas veces estuvieron dominadas por la violencia. Lamentable, esa forma de manifestarse nunca fue abiertamente rechazada por sus dirigentes y las autoridades de la época no supieron cómo manejarla.

Incluso más, a que quienes encabezaron esas tomas, que produjeron pérdidas de cientos de horas de clases, destrucción de infraestructura y un daño irreversible en la formación académica, nunca se les exigió que asumieran la responsabilidad sobre sus actos. Al no condenar frontalmente la violencia y hacerla admisible estableciendo excepciones, estamos dando señales negativas a las futuras generaciones.

¡Como sociedad le estamos diciendo a nuestros jóvenes que la violencia es una efectiva herramienta para lograr lo que se busca! Ello porque pareciera ser que el mundo político y la sociedad en general solo escucha los profundos problemas que aquejan al país real cuando explota violentamente el descontento.

La violencia que reina en el Instituto Nacional está minando un símbolo. Durante décadas, este establecimiento ha representado una posibilidad real de inclusión, excelencia académica y oportunidades para miles de talentosos jóvenes que no tuvieron la suerte de crecer en familias privilegiadas.

La educación del siglo XXI debe ser un motor de integración que otorgue herramientas a jóvenes que nacieron en clases con menos capital económico y social y no continuar como un multiplicador de iniquidades.

Solo así, de una vez por todas, podremos “emparejar la cancha” y subir a todos a los patines de una educación pública y privada de calidad.

Fuente del artículo: https://opinion.cooperativa.cl/opinion/politica/la-violenta-amenaza-a-la-educacion-publica/2019-07-23/092419.html

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No hay educación sexual integral en México: expertos

Por: Katia Rejón.

La sexualidad no es sólo reproducción y órganos sexuales

“La educación sexual es absolutamente insuficiente y deficiente”, dice la doctora Sandra Peniche Quintal, la primera mujer profesionista sexóloga en el sureste del país y directora de la clínica Servicios Humanitarios en Salud Sexual y Reproductiva A.C. Ella fue una de las primeras personas que instó a las escuelas a hablar de sexualidad en la península y describe como una odisea hablarle a los estudiantes sobre el tema. “Para mí, la sexualidad es la base de la salud mental y social porque a partir de ahí nos construimos como personas y establecemos vínculos con los demás”, afirma.

Que no hay educación integral de la sexualidad en Yucatán y en el resto del país es una afirmación en la que coinciden especialistas en ginecología, sexología y mujeres entrevistadas. Opinan que los temas de menstruación, métodos anticonceptivos y enfermedades de transmisión sexual, además de impartirse con un contenido menos que básico, es sólo una pequeña parte de lo que significan las 10 letras de la palabra “sexualidad”. No están, mencionan, el placer, los derechos sexuales o la higiene y los cuidados.

El director del Centro de Estudios Superiores en Sexualidad (Cessex), Frederick Santana Núñez, coincide, a grandes rasgos, con Peniche. Opina que no hay educación integral de la sexualidad porque no hay suficientes profesionales que la aborden de manera laica, desmitificante y científica.

“Quienes estudiamos sexología estamos en una constante revisión de nuestros estereotipos y tabúes, y eso que hemos pasado ya por un proceso.

Desafortunadamente, docentes de todos los niveles siguen enseñando con bases sólo biológicas sin tomar en cuenta aspectos sociológicos e históricos. La sexualidad está conformada por muchas otras áreas: médica, cultural, social, sicológica, emocional”, agrega.

La máxima del ciclo de la vida: naces, creces, te reproduces y mueres marca, según los entrevistados, la educación de las personas. “Se le ha quitado este componente primordial a la sexualidad que es el placer contigo misma y con otras personas”, dice Santana. Incluso el informe de la Consejo Nacional de Población del 2016 titulado Situación de la salud sexual y reproductiva de México se centra únicamente en temas como la anticoncepción, fecundidad y embarazo.

La doctora Peniche asegura que las consecuencias de esto es poner en una condición de vulnerabilidad a la niñez y la juventud. La sociedad en general va reproduciendo mitos: que si no hay penetración, no hay enfermedades de transmisión sexual; o que todas y solo las mujeres que no desean ser madres terminarán con tumores.

Llegar a la vida adulta y sexualmente activa con desconocimiento del cuerpo ha tenido consecuencias para las mujeres entrevistadas. M.L. fue con seis médicos antes de saber que tenía vaginismo, una condición que provoca que el piso pélvico se tense involuntariamente y que, a decir de M., causa muchísimo dolor físico. Lo supo apenas en enero pasado, aunque desde hace dos años comenzó a buscar respuestas: un médico la mandó a un siquiatra sin explicarle por qué; dicho facultativo tampoco supo decirle qué tenía, otro más le pidió que volviera cuando pudiera tener penetración.

“Ha sido una de las peores cosas que me ha pasado. Me ha traído depresión y preguntarme cosas acerca de mi cuerpo. No tener penetración no había sido importante hasta ahora porque me di cuenta de que la gente piensa que si una mujer no puede tener penetración, entonces no está completa”, dice en entrevista.

Dejó de ir con el último doctor porque los ejercicios que le recomendaba estaban enfocados en que pudiera tener coito, pero antes de eso ella quiere usar tampón, ponerse una copa menstrual, pensar en embarazarse o hacerse revisiones médicas como una colposcopia.

“No se trata de eso [penetración], se trata de tener control sobre mi cuerpo. Algunos doctores asumen que no he tenido sexo en mi vida por esta idea falocentrista de que si no tienes penetracion no puedes tener placer sexual”, explica. Aunque es una condición que se puede tratar, en Mérida le ha costado mucho trabajo encontrar ginecólogos expertos en el tema.

También ha intentado contactar a más mujeres, pero todavía no conoce a otra en la ciudad. M.L. dice que esto es estadísticamente imposible, pero tampoco hay estadísticas oficiales sobre cuántas mujeres tienen esta condición. Ensayos académicos calculan que entre un dos y cinco por ciento de la población femenina la padece. Es probable que no estén diagnosticadas o, como dice M., normalicen los síntomas antes de ir con un especialista. De las cosas que le hubiera gustado saber en la escuela está el conocimiento de cómo funciona su cuerpo y lo que tiene que hacer para cuidarlo.

El cuerpo de las mujeres y su sexualidad

“Tú no conociste al doctor Erosa Barbachano pero él ponía empeño en la educación sexual y les enseñaba a los hombres, no a las mujeres, cómo lavarse el pene; sobre todo para los que tienen prepucio, pero ahora ni eso. Las sotanas, que tienen que ver con el control de la población y el abuso de las mujeres, han impedido que haya un avance como debiera de ser del siglo pasado hasta la fecha”, cuenta la doctora Sandra Peniche.

Me recuerda que seis meses antes de que yo naciera se reconoció mundialmente a las mujeres como seres humanos con derechos. Hasta 1993 se pensaba que los derechos de los hombres englobaban los derechos de todos los demás sectores y sus necesidades eran las mismas que las de todas las personas.

“El terreno recorrido desde entonces a la fecha es corto, y ese es un factor del problema que hay en la salud pública y mental. No se puede entender la depresión de las mujeres sin hablar de sexualidad, reproducción y derechos violados”, afirma la doctora Peniche.

P.J. tuvo tres veces cistitis, inflamación de la vejiga urinaria, con intervalos de dos o tres meses cada una. La tercera vez fue con un urólogo quien afirmó que era “muy raro” lo que le pasaba y concluyó que la vagina infectaba las vías urinarias.

“Me mandó a hacer papanicolau, que no tiene relación alguna, y hasta baños de asiento. El segundo urólogo me sugirió una dosis más fuerte de pastillas y si no, tendría que hacerme cirugía. Mandé mail a un tercer urólogo diciendo que mi esposo estaba desesperado porque no podíamos tener sexo [P.J. es soltera] y entonces me atendió muy bien y me mandó a hacer exámenes de laboratorio”, explica.

P.J. investigó por su cuenta y encontró documentos de investigación médica donde explicaba que era un padecimiento muy común entre las mujeres en etapa de premenopausia y activas sexualmente.

“Todas las bacterias o bichos que viven en los intestinos ‘colonizan’ el área perineal, así que terminan infectando las vías urinarias durante el coito. Lo solucioné yo sola con una costumbre india -de la India, me han dicho- : Lavándome el culo en lugar de limpiarme con papel después de ir al baño”, termina.

Otras mujeres compartieron experiencias de malos diagnósticos, tratamientos con demasiados efectos secundarios, falta de empatía e información completa de los diagnósticos y padecimientos, así como de las reacciones que pueda tener un medicamento en el cuerpo y sus secuelas en la salud.

“Estuve al borde del suicidio. Fui a sicólogos, siquiatras (…); mi ginecóloga lo sabía pero supongo que no era importante para ella. Luego de dos años le dije que uno de los efectos secundarios en la caja del anticonceptivo que ella me recetaba era la depresión y no quería seguir tomando ese medicamento. Ella me dijo que no creía que fuera mi caso. Dejé el anticonceptivo y a esa ginecóloga, y volví a cantar”, dice otra entrevistada que prefiere omitir su nombre.

“Todo el personal médico debería sensibilizarse en estas situaciones, pero de entrada no está en su matrícula la sensibilización o inteligencia emocional. Hay un estudio de la doctora Cecilia Leo que es una propuesta para que el personal médico tenga más empatía y humanización al momento de dar diagnósticos. No todo es malo, hay especialistas en ginecología que tienen otra mirada”, confirma Santana.

Además de la falta de confianza con los profesionales de la salud sexual, así como una desinformación en temas de educación sexual, algunas mujeres entrevistadas confesaron una desconexión con sus cuerpos, quizás desde la educación en casa. “Nadie me dijo que era tan importante saber eso, o a lo mejor tenían miedo de que explorara mi sexualidad”, dice otra mujer de 23 años.

La doctora Sandra Peniche ve con preocupación que las mujeres adopten modelos masculinos de comportamiento sexual donde prevalece el irrespeto, abuso y violencia sin que haya una verdadera reflexión sobre sus cuerpos.

“Somos usadas y lo peor que nos puede pasar es que nos usemos en el mismo contexto de los hombres a nosotras mismas”, dice.

El cuidado del cuerpo

El responsable del programa de Cáncer en la Mujer en Yucatán, Jorge Arturo Rubio Cejas, opina que sí hay un esfuerzo de otorgar educación sexual pero el acceso a información incorrecta o la prevalencia de los mitos en torno al tema hace que llegue en menor grado. Coincide en que en algunas ocasiones los estilos de vida son irresponsables en cuanto a la salud sexual y la percepción de riesgo de las personas no es alta, es decir, piensan que no les ocurrirá a ellos.

Cuando las personas comienzan la vida sexual es cuando se exponen a embarazos o enfermedades de transmisión sexual, es por eso que en esta etapa tanto hombres como mujeres deben iniciar sus exámenes periódicos. La edad promedio del inicio de la vida sexual de las mujeres oscila entre los 17 y 18 años de edad. En el caso de las jóvenes con bajo nivel de escolaridad, tienen una mayor posibilidad de ser madres a una edad más temprana.

El examen del papanicolaou, así como otras revisiones anuales tales como la exploración y autoexploración mamaria son fundamentales en el cuidado de la salud sexual de las mujeres. Los expertos aseguran que en general la prevención es algo que no es frecuente. “Si no tienes una enfermedad, ¿quiénes van a sus chequeos? Es impresionante ver que hasta que uno no siente un dolor, no va al médico. No sólo de la salud sexual, a que chequen el azúcar, o a ver si me falta algo. Lo sexual es todavía menos común ¿que yo me vaya a hacer un papanicolau, una prueba de sífilis, de VIH sin un solo síntoma? Muchas de esas infecciones a veces son silenciosas y asintomáticas”, comenta Frederick Santana.

Los tumores malignos son la tercera causa de muerte en las mujeres a nivel mundial, y los más comunes aparecen en las mamas, en el cuello uterino y le sigue el cáncer de ovario en tercer lugar. Le ocurre sobre todo a mujeres entre 25 y 64 años por lo que las campañas de salud se centran en estas edades, comentó Jorge Rubio Cejas, del programa de Cáncer en la Mujer en Yucatán.

En Yucatán existen campañas de programas nacionales para la prevención del cáncer cervicouterino y mamario.

Jorge Arturo Rubio Cejas apuntó que el estado tiene tasas de mortalidad por debajo de la media nacional en el caso de cáncer cervicouterino; y por arriba de la media en el caso del cáncer de mama.

En los dos casos es posible detectar a tiempo. El cáncer de mama tiene un factor genético, entre otros factores de riesgo como atrasar o no dar lactancia, la obesidad, el cigarro y el alcohol. Sucede sobre todo entre mujeres de los 25 a los 69 años de edad por lo que a partir de los 20 años Rubio recomienda una autoexploración mensual y una exploración de rutina, pues con especialistas la probabilidad de encontrar nódulos más pequeños es mayor a la de la autoexploración.

A partir de los 40 años de edad se recomienda hacer el ultrasonido y la mastografía, también se puede solicitar el ultrasonido antes de esa edad si se cuenta con algunos factores de riesgo.

Explica que en Yucatán las mujeres pueden hacerse exploraciones médicas en los centros de salud, y si hay algún indicio de probabilidad, una mastografía en Mérida, Progreso, Valladolid y en una unidad móvil, pero sólo después de haber sido canalizadas por parte de un médico del centro de salud.

“Muchas veces vienen mujeres del interior del estado que nunca antes habían venido a Mérida y las dejan solas. Llegan a un lugar nuevo, ven un aparato enorme y, el procedimiento puede ser incómodo: las van a tocar médicas, les pedirán que tomen posiciones incómodas, probablemente sientan dolor”, agrega.

Comenta que en el Hospital O’Horán hay una Clínica de la Mujer para usuarias del seguro popular donde ofrecen servicios de colposcopia, ginecología, oncología, entre otros para atender cáncer de mama, ovario y cuello uterino.

Para éste último, menciona, no hay un proceso para intervenir antes de que se manifieste.

VPH: muertes que se pueden evitar

Una mujer va por primera vez al ginecólogo a los 25 años de edad y es diagnosticada con papiloma humano. Todo lo que sabe de ese virus es que es mortal y causa del cáncer cervicouterino, ignora que existen más de 200 tipos de VPH y que casi todas las personas sexualmente activas se contagian de algún tipo de este virus a lo largo de su vida.

Todavía más: que cerca del 80 por ciento de los hombres son transmisores del virus en algún momento de su vida.

En el 2013, el Instituto Nacional de Salud Pública de México publicó en su página oficial una declaración del doctor Aurelio Cruz Valdez, titular de esa dependencia en ese entonces: “Hay cifras muy reveladoras sobre la salud en etapas juveniles, como el hecho de que 95 por ciento de las mujeres menores de 30 años con vida sexual activa ya hayan tenido una infección con Virus de Papiloma Humano.

La mayoría llega a controlarlo con su propio sistema inmune, pero aquellas que no logran controlar el virus terminan por desarrollar cáncer temprano”.

Para este reportaje fueron entrevistadas cuatro mujeres diagnosticadas por VPH, todas relacionaron su diagnóstico con cáncer. En algunas ocasiones, dependiendo del grado de la lesión por VPH, ésta puede ser autoeliminada por el sistema inmunológico o motivado por una biopsia.

En otros casos, es necesario un tratamiento más invasivo pero el cáncer cervicouterino causado por el VPH puede ser evitado cuando se detecta a tiempo pues su evolución es muy lenta, ginecólogos mencionaron un lapso de hasta 10 años.

Aún así, en México se registran entre 4 mil y 6 mil casos al año de cáncer cervicouterino y cada día fallecen entre 11 y 13 pacientes, de acuerdo con la doctora Lucely del Carmen Cetina del Instituto Nacional de Cancerología.

Rubio apunta que los factores de riesgo son las infecciones vaginales recurrentes, falta de tratamiento adecuado, múltiples parejas sexuales sin condón, el alcohol y el cigarro. “Pueden dar una infección por el virus mas no tener cáncer. El cáncer es un proceso que puede tardar hasta 10 años, pero si hay factores de riesgo es más rápido el desarrollo”, agrega.

Para detectar el virus del papiloma, las mujeres de entre 25 y 36 años deben hacerse un papanicolau anual; y de 35 a 64 se les hace una prueba PCR. Si hay lesiones, entonces el especialista manda a una atención colposcópica para analizar si se trata de VPH y en qué grado. Cuando el cáncer es muy avanzado, se turna a oncología.

“Algunas mujeres no pueden acceder a un centro de salud y es la población a la que damos apoyo pero también cubrimos a otras usuarias. En el caso de las mujeres en poblaciones alejadas hay caravanas de salud cuya frecuencia es de acuerdo al calendario, puede ser cada semana o cada dos semanas y programan a las pacientes”, indica Rubio Ceja.

Los hombres tienen la facultad de embarazar y enfermar, explica la doctora Peniche, ya que las mujeres heterosexuales no tienen otra manera de adquirir enfermedades si no es a través del coito.

“No hay responsabilidad para ellos porque su propia anatomía les protege. La diferencia biológica es que toda la vagina y la vulva es mucosa, y a la mucosa entra lo que sea; para que el cuello se lastime también tiene que ver con trastornos hormonales y violencia coital. Entonces, cuando a las mujeres les dicen sus esposos: te dio cáncer cervicouterino, deberían contestar: no, tú me lo pegaste”, reclama.

Desde hace años, la asociación que dirige tiene una campaña de prevención tanto para hombres como para mujeres. A través de la colposcopia y el papanicolau se pueden detectar lesiones por el virus del papiloma, pero es necesario que acudan a las revisiones periódicas pues no hay síntomas.

“La colposcopía en el primer nivel de atención porque puedo detectar muchísimo antes de que salga en el papanicolau porque las lesiones se ven antes que eso. Tiene que haber una campaña de educación y promoción de conocimiento público, se tiene que garantizar que por todos los medios se hable de esto e incluir a los hombres, decirles: eres responsable de no infectar”, agrega.

Las campañas de prevención son una alternativa a la falta de educación sexual integral en las escuelas y una posibilidad de ampliarlo a las personas no escolarizadas. Rubio Ceja dice que las campañas de VPH dirigidas a los hombres suelen ser las mismas que las de VIH, pero específicamente las de papiloma son orientadas a las mujeres porque ellas son las afectadas. “Pero es un buen punto el que se está mencionando, incluir a los hombres en las campañas de concientización, al fin y al cabo es una enfermedad de transmisión sexual”, coincide.

“Los hombres podemos tener VPH y en menor medida sucede algo. Sí hay muertes por cáncer de pene pero es menos común y tiene que haber muchos factores de riesgo. Es mucho más sencillo y visible detectar una lesión en los hombres, en el caso de las mujeres las lesiones son internas”, plantea.

Algo importante es que aunque existe ya una vacuna contra VPH para las personas menores de 25 años, ésta no protege de todos los virus del papiloma, no protege de hecho de los más comunes en la entidad, de acuerdo con la doctora Peniche. Rubio Ceja añade que protege de los más cancerígenos, aunque esto no significa que otros tipos de VPH menos oncogénicos no puedan derivar en cáncer.

La educación sexual en el futuro

Por último, el director del Cessex afirma que la nueva reforma de educación contempla la educación integral de la sexualidad como algo transversal, laico y científico. En abril pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue cuestionado sobre el tema y contestó que el contenido será dictado por pedagogos y expertos y tendrá siempre un respaldo científico y no dogmático.

Mientras tanto, en México surgen proyectos como la Pussypedia, una enciclopedia gratuita, online y bilingüe sobre la vagina hecha por 200 expertas en la materia. Porque no hay hasta ahora un libro de biología lo suficientemente grande para explicar la atrofia vulvovaginal, la barrera dental de látex, la congelación de óvulos; con una carta de derechos sexuales, el consentimiento y la advertencia de los efectos secundarios de productos tan promocionados como las duchas vaginales.

La sexualidad, dicen los que saben, es más que el coito y los órganos reproductivos, es todo el abanico de características físicas, emocionales y psicológicas de una persona, y todavía no se ha abierto del todo.

Fuente del artículo: https://www.lajornadamaya.mx/2019-07-22/No-hay-educacion-sexual-integral-en-Mexico–expertos
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Niñez: ¿Costo u oportunidad?

Por: Carolina Vásquez Araya

Sin una niñez bien alimentada, tarde o temprano todos sufrirán hambre.

La niñez y la juventud representan la renovación indispensable para garantizar la permanencia y transmisión de valores, tradiciones y ese complejo legado cultural que conforma el patrimonio intangible de una nación. Sin esa dinámica de cambio generacional resulta imposible conservar el equilibrio del tejido social y, más importante aún, las capacidades de crecimiento y desarrollo para una sociedad cuyo principal recurso es el aporte productivo y creativo de sus integrantes. Sin embargo, en la mayoría de países latinoamericanos regidos por sistemas basados en un modelo de economía de mercado, la niñez ha pasado a convertirse en un renglón pasivo sin incidencia alguna en los programas políticos.

En países como Brasil y Chile, en donde el sector económico tiene el poder de decidir sobre un asunto tan sensible y alejado de su territorio como la educación, ha quedado en evidencia el dramático desequilibrio en las prioridades cuando se trata de los derechos inalienables de la niñez y la juventud. Con el cierre de establecimientos educativos “no productivos” y la eliminación de materias del pensum escolar por “no ser relevantes” como ha sucedido en Chile con la asignatura de Historia, se transparentan las intenciones de esos sectores poderosos cuyos intereses se contraponen de manera frontal con el desarrollo de una sociedad ilustrada, capaz de ejercer una ciudadanía fuerte y responsable.

Eso que sucede en dos naciones con algunos pasos más en la vía del desarrollo se repite en países mucho menos avanzados, en donde incluso se reduce la inversión estatal para fortalecer a otros sectores de mayor poder político, como sucede en Guatemala con las fuerzas armadas. La negligencia en el trato del tema educativo ha sido, en este país centroamericano, una política de Estado desde hace muchas décadas. Con el cierre de institutos vocacionales y el abandono de la red de escuelas públicas, la niñez guatemalteca carente de recursos –la abrumadora mayoría- es sometida a enfrentar las peores condiciones para tener acceso a una educación mediocre y sin mayores perspectivas.

Es evidente la intención detrás de esta “no-política educativa”: La creación de un contingente de seres humanos carentes de herramientas para progresar en el ambiente laboral de manera digna; un gran reservorio de esclavos cuyas opciones quedan reducidas a un salario de miseria o al desempleo. Un relevo generacional pobre y desprovisto de capacidades intelectuales debido a la desnutrición crónica, apto únicamente para las labores más duras en situación de explotación. Todo lo cual proporciona la excusa perfecta para mantener el sistema con la farsa de que para dar empleo es preciso flexibilizar las leyes laborales. Este cuadro tan poco promisorio es el sello de identidad de Guatemala, un país que pudo ser ejemplo positivo para el resto de la región.

El maltrato hacia la niñez y la pérdida de derechos de este sector tan importante se refleja no solo en la educación, también en la privación de recursos para el desarrollo de sus comunidades y en la falta de inversión pública en áreas como la infraestructura vial, la red de hospitales y centros de salud o en la raquítica presencia del Estado en áreas rurales, cuya incidencia en la mayor o menor calidad de vida de la población toca a todos sus integrantes.

Invertir en la niñez es invertir en el futuro de la nación; un axioma repetido hasta el cansancio. Sin embargo, quienes tienen el control del Estado y sus instituciones se han empecinado en colocar a este gran segmento poblacional en la columna de los costos. Caro pagará el país por esta manipulación del valor de la niñez y por no darle el trato que merece.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/ninez-costo-u-oportunidad/

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Polarización en acceso a la educación superior

Por: Hugo Aboites

En 2003 Karina y Elizabeth murieron en la Ciudad de México cuando eran apenas adolescentes. Pero no fueron víctimas de la inseguridad capitalina, ocurrió que, por su cuenta, cada una decidió quitarse la vida, en desesperanza por no haber logrado ingresar a una preparatoria de la UNAM y a la Anexa a una Normal. Lo hicieron, además, cuando comenzaba un periodo de esperanza en la educación en la ciudad. Impulsados por las protestas universitarias de 1996, 1998 y 1999-2000 contra las cuotas y la evaluación para el acceso, los jóvenes rechazados de las principales instituciones habían conseguido que se abriera una mesa donde autoridades de la UNAM, IPN, UAM, y jóvenes rechazados podían dar una discusión. En ese momento también Andrés Manuel López Obrador creó una prepa en cada delegación y la universidad del Peje (UACM), sin colegiatura y sin examen de selección. Después de un periodo –1996-2000– sumamente conflictivo y que al final llevó al encarcelamiento y enjuiciamiento de más de mil estudiantes, esta combinación de, por un lado, impulsar que las instituciones federales en conjunto dieran soluciones a grupos específicos de rechazados y, al mismo tiempo, que el gobierno local ampliara sustancialmente el acceso a la educación superior, trajo un inusitado periodo de estabilización y crecimiento de la educación.

Suena a paradoja, pero ahora que tanto a escala federal como local gobierna la misma opción partidista,se ha oscurecido el futuro de esa convergencia. A la demanda de jóvenes rechazados de que también este año se instale la mesa de acuerdos, la SEP se niega verbalmente y por escrito descalifica el pase directo (eliminación del examen de selección) que los rechazados siempre han planteado. Esta demanda, que al inicio de los años 2000 era considerada absurda, con el paso del tiempo fue ganando posiciones. No sólo la retomaron las preparatorias y la universidad creadas en esos años en la Ciudad de México, sino que la gratuidad y libre acceso también son rasgos propios de los 100 nuevos planteles de nivel superior a escala nacional. En la UNAM desde hace seis décadas no se hace examen para los estudiantes de sus preparatorias que buscan pasar a la licenciatura y también existe libre acceso a ciertas instituciones de la SEP. Decisiones como la de la UAM (2008) –de no considerar sólo el resultado del examen para el ingreso, sino además tomar en cuenta el promedio– también muestra la relativa pérdida de confianza en estos exámenes incluso para seleccionar a los que pueden aprender. El examen de selección, sin embargo, sigue siendo uno de los más firmes baluartes de la opción neoliberal en el seno de la educación superior, es rápido, igualitario, transparente –se dice– y además produce ingresos. Pero tiene efectos profundamente discriminatorios, y por eso en agosto de 2016 (en Jalisco) el ahora presidente López Obrador decía que cuando triunfe nuestro movimiento vamos a cancelar los exámenes de admisión, eso se va a suprimir, todos van a poder estudiar y en diciembre de 2018 presentó la iniciativa de modificaciones al artículo tercero que incluía el derecho pleno a la educación en el nivel superior (y, por tanto el fin de las evaluaciones para el ingreso).

La reacción, sin embargo, fue muy fuerte. En San Lázaro, los partidos de derecha y la mayoría de diputados de Morena, convergieron y lograron hacer que este derecho fuera reservado sólo para las personas que cumplan con los requisitos dispuestos por las instituciones públicas (artículo 3, X). Podría pensarse que esto da mayor flexibilidad para explorar alternativas, pero en su carta a los rechazados (Subsecretaria ES, Of. 500/2019-0596) la SEP se inclina por definir que el requisito fundamental son los criterios académicos en condiciones de igualdad y equidad… transparentes –los adjetivos usualmente adjudicados al examen estandarizado– y rechaza como injusto con otros candidatos, el pase directo.

Es decir, que si la intención de AMLO era el que los exámenes de selección fueran desapareciendo resultó lo contrario. No sólo porque ahora el ejercicio de un derecho queda condicionado a lo que cada institución disponga como requisito por arbitrario y contra derecho que éste sea, sino porque además, en su carta, la interpretación a que apunta la SEP es que el requisito significa examen. Y con eso, el papel socialmente restrictivo que han jugado estos exámenes quedaría ahora fortalecido como nunca antes. Hasta quienes desean ingresar a los nuevos planteles de educación superior en la CDMX deberán tomar un curso y presentar un examen (Instituto de Educación Superior, 29/5/19).

En estas circunstancias, cerrar unilateralmente por parte de la SEP un espacio de 15 años que ha servido para disminuir tensiones y acordar el ingreso de miles, no parece prudente. Sobre todo cuando las instituciones involucradas están dispuestas a escuchar y acordar.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/polarizacion-en-acceso-a-la-educacion-superior/

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Nuevas leyes para la educación: Momento de reiterar antiguas y nuevas demandas

Por: Claudia Santizo

La revisión de las nuevas leyes de educación, tanto la Ley General de Educación como sus leyes secundarias, es una oportunidad para reiterar la demanda de hacer cambios de fondo en el sector educativo. Por un lado, cambiar la centralización y el corporativismo del sistema educativo. Por otro, abrir espacios a la participación de directores, docentes y padres de familia en la toma de decisiones del sector.

Eliminar la administración vertical del sistema educativo

La centralización del sistema educativo es uno de los mayores problemas. Las decisiones verticales, de arriba hacia abajo, por lo general no tienen suficiente información acerca de las necesidades reales de alumnos, docentes y directivos. Además, el sistema educativo del país no considera mecanismos que permitan, desde debajo, retroalimentar a la autoridad acerca de los problemas que existen en escuelas, en las aulas y en el aprendizaje de los alumnos.

Las autoridades en turno reiteradamente suponen que saben pero no es así. Conocer modelos o propuestas pedagógicas no significa que éstas sean adecuadas para toda circunstancia. En ese aspecto, son los directores y docentes los que necesitan adecuar esas propuestas a las realidades de las escuelas y alumnos. Por ello es importante que en las leyes de educación sean creados espacios para que las comunidades escolares pueden tomar decisiones.

Cabe aclarar que lo opuesto a la centralización no es descentralizar, sino sustituir la estructura vertical en la toma de decisiones con la creación de una estructura horizontal donde tiene cabida la opinión de las figuras educativas y de los padres de familia o bien de los adultos responsables de la educación de los menores.

La reforma de 2013 estableció la autonomía de gestión de las escuelas. Esa autonomía puede tener diferentes significados. Se puede entender autonomía como la forma de gobierno de las escuelas privadas. No es seguro que en algún momento, con seriedad, fuera pensado que una perspectiva privada fuera viable en la educación pública. Ahora se abre la oportunidad de interpretar a la autonomía escolar, o cualquier otro nombre que se le quiera dar,  como la práctica en la cual las comunidades escolares tienen espacios de participación para el diseño del modelo educativo desde las mismas escuelas y con base en su práctica cotidiana.

En una perspectiva centralista, vertical, se ha desestimado la posibilidad de que los directores y docentes puedan aportar o tener capacidad para ajustar el diseño del modelo educativo. Sin embargo, optar por esa dirección ofrece mayores posibilidades de éxito para mejorar la educación que reciben los estudiantes.

El gobierno de AMLO tiene la propuesta de desarrollar una nueva escuela. Aun no son claros los detalles de esta propuesta. La experiencia difundida de un modelo pedagógico aplicado en San Luis Potosí puede ser la idea general de la propuesta de la nueva escuela. Sin embargo, el problema no es el modelo desarrollado en SLP sino la perspectiva centralista- vertical de que se puede aplicar en las escuelas públicas un modelo pedagógico sólo por mandato de la autoridad. Es el error reiterado, una y otra vez, de suponer que la autoridad es la única que sabe lo que le conviene a las escuelas, directores, docentes y alumnos.

Eliminar el corporativismo en el sector educativo

La relación del gobierno con el SNTE desde mediados del siglo XX representa un arreglo político-sindical. El sindicato no se mete con la política educativa a cambio de posiciones en el sistema político. Por su parte, el gobierno comparte o entrega las decisiones laborales, incluyendo el control de plazas, a los liderazgos sindicales. La pregunta actual es qué tanto cambiará esta relación en la etapa del gobierno de AMLO.

La comunicación, o retroalimentación, entre las autoridades educativas y las comunidades escolares no se debe confundir con los arreglos político-sindicales entre el gobierno y los liderazgos sindicales. ¿Será posible separar y diferenciar estos dos tipos de relación que están entreveradas por las disputas políticas? No lo sabemos y la única posibilidad de cambio real está en las manos de los directores y docentes de las escuelas.

Reducir el papel del individualismo y aumentar el trabajo colaborativo de docentes

La reforma de 2013 colocó en las capacidades y preparación de los docentes y directivos la mayor responsabilidad de las fallas del sistema educativo; esa reforma postuló que los alumnos no aprenden porque el docente no está bien preparado. De ahí el énfasis en la capacitación y evaluación de cada docente.

El trabajo colaborativo, no individual, es sistemáticamente desestimado en las leyes de educación. Numerosas experiencias relatadas en diversos estudios señalan las ventajas del trabajo colaborativo, de las virtudes del métodos de trabajo de comunidades de aprendizaje. La colaboración de directivos y docentes, e incluso la participación de padres de familia es un mecanismo factible para introducir innovaciones educativas.

Un modelo pedagógico novedoso no sólo depende de la capacitación proporcionada a los docentes sino del ajuste de dicho modelo en la práctica cotidiana y de acuerdo con las circunstancias de escuelas, alumnos y familias. Un método de trabajo para aprender en la práctica es el de las comunidades de aprendizaje.

El aprendizaje de los alumnos no sólo es un problema educativo 

El problema de la educación es complejo, es decir, intervienen múltiple factores. Las fallas en los aprendizajes de los alumnos no sólo se deben a las capacidades de los docentes, principalmente afectan las condiciones socioeconómicas y de escolaridad de la familia. Numerosos estudios en México y en otros países explican por qué  los alumnos con menor desempeño, y menor posibilidad de continuar sus estudios, provienen de familias con desventajas socioeconómicas y menor escolaridad en la familia. La desigualdad es un fenómeno que se reproduce.

La educación como factor para mejorar la condición social y económica de las personas, y sus familias, depende de la posición socioeconómica de donde parte la familia. Por ello, el objetivo de proporcionar acceso al sistema educativo es insuficiente. Mejorar la calidad del servicio educativo también es insuficiente. Una beca tampoco es suficiente. Las familias en condición social desventajosa requieren que sus hijos tengan ambientes, en la escuela y más allá de ella, que permitan su desarrollo educativo durante toda su etapa escolar. Este esfuerzo sostenido necesita ser financiado por el Estado.

En conclusión, son múltiples los factores que afectan la educación. Un factor puede pesar más que otro en diferentes circunstancias. Por ello, un real transformación de la educación no es posible lograrla con un sistema educativo vertical cuyo objetivo principal es el control: el control político de los docentes, el control de los modelos pedagógicos y el control de los padres de familia. Por ello, la centralización y el corporativismo son los mayores problemas  del sector educativo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/nuevas-leyes-para-la-educacion-momento-de-reiterar-antiguas-y-nuevas-demandas/

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