Chile / 9 de noviembre de 2017 / Autor: PRENSAMERICA INTERNACIONAL / Fuente: Vimeo
Fuente: https://vimeo.com/241634096
Chile / 9 de noviembre de 2017 / Autor: PRENSAMERICA INTERNACIONAL / Fuente: Vimeo
Fuente: https://vimeo.com/241634096
España / 12 de noviembre de 2017 / Autor: Fundación Sur / Fuente: Audio URCM
En “Africanía” charlamos con José maría Mella, catedrático de Estructura Económica y Economía del Desarrollo de la Universidad Autónoma, sobre la educación superior en Ghana, así como su experiencia como profesor en este país de la Universidad Kwame Nkrumah.
Producción: Fundación Sur | Relacionado con : Fundación Sur | Duración aproximada: 00:55:00
Hablamos en “Africanía” con José María mella, profesor durante el curso académico 2016-2017 de la Universidad Kwame Nkrumah, sobre la importancia de la formación superior en África, así como de su implementación tanto teórica como práctica y sobre la relevancia de la cooperación internacional universitaria.
Africanía es el primer y único programa de la radio española, con más de trece años de emisión, que trata íntegramente de la actualidad del continente africano y de sus diferentes expresiones culturales. Su principal objetivo es informar con claridad y sencillez, desde la reflexión y el análisis, del día a día de África. Además, cada programa cuenta con un protagonista, del máximo interés, que aporta su personal visión y experiencia profesional sobre la política, la cultura, la economía, etc. Toda esta información se sirve bien guarnecida con los infinitos ritmos y estilos musicales que nos traen todo el olor, sabor y sonido de África, dando prioridad a los músicos africanos instalados o de paso por estos lares, a quién se les tiene, siempre que hay oportunidad, en directo. Un espacio que combina seriedad y humor para desvelarles los misterios de un continente cercano.
Africanía lleva en antena desde 1997 y se emite por emisoras locales, comunitarias y culturales, así como web radios, de España e Iberoamérica. Además, puedes escucharlo a lo largo de toda la semana, así como todos los programas desde 2006, en: http://www.audio.urcm.net y en el Portal del Conocimiento sobre África de la Fundación Sur (http://www.africafundacion.org).
Africanía es un programa realizado bajo la dirección de Rafael Sánchez, Subdirector General de la Fundación Sur, anteriormente conocida como Centro de Información y documentación Africana (CIDAF), con la colaboración puntual de los más destacados profesionales. Se pretende habilitar a la sociedad, a través de la formación e información, para participar en el desarrollo y renovación mundial, trabajando sobre la base de la diversidad cultural para desestructurar prejuicios y crear una dignidad global que integre a las sociedades africanas y que permita su desarrollo económico y social.
Fuente de la Entrevista:
http://audio.urcm.net/Africania-29-10-17
Japón / 12 de noviembre de 2017 / Autor: CEAAColmex Centro de Estudios de Asia y África / Fuente: Youtube
UNESCO / 12 de noviembre de 2017 / Fuente: CRES2018
La Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y el Caribe 2018 (CRES 2018) es una reunión de dimensión regional organizada de manera conjunta entre el Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC) de la UNESCO, la Universidad Nacional de Córdoba, el Consejo Interuniversitario Nacional de Argentina (CIN) y la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación y Deportes de la República Argentina (SPU).
Es el evento más importante del Sistema de Educación Superior de América Latina y el Caribe. Rectores y rectoras, directores y directoras, académicos, docentes, estudiantes y representantes de numerosas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales se reúnen para analizar y debatir sobre la situación del sistema educativo en la región y delinear un plan de acción para la próxima década, orientado en la necesidad de reafirmar el sentido de la educación como bien social, derecho humano y responsabilidad del Estado.
Fuente:
http://cres2018.org/
Colombia / 12 de noviembre de 2017 / Autor: Manuel Humberto Restrepo Domínguez / Fuente: Rebelión
Las universidades publicas colombianas quedaron en pie a pesar de las mas duras adversidades que haya padecido universidad alguna en el mundo, durante los cincuenta años de guerra que termina, porque las FARC ya no existen como insurgencia armada y el ELN tiene silenciados sus fusiles. Lograron quedar vivas aunque débiles y en lucha consigo mismas y contra los coletazos de guerra, pero cumplieron de la mejor manera la tarea encomendada por la sociedad para formar los hombres y mujeres profesionales de un país retrasado en libertades y urgido de soluciones de fondo a sus mas urgentes necesidades de conocimiento, tecnología, convivencia pacifica y bienestar.
A manera de ejemplo, la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (en la que soy profesor desde hace 30 años) graduó entre 1966 y 2016 a mas de 91.000 estudiantes, procedentes de sectores populares, extraídos del ámbito rural o que hacían transito a las nacientes ciudades. Resulta gratificante, que a pesar de la guerra y sus marañas, no hay evidencia de casos de egresados que se se hayan destacado por alguna trayectoria criminal o que hayan utilizado su saber para perseguir, intimidar o aprovechado su profesión como refugio de fechorías. Se conoce en cambio de la enorme capacidad de rebeldía y espíritu de lucha, que deja una cuota de estudiantes, profesores y trabajadores convertidos en silenciosas victimas. La Universidad Nacional por su hondo significado para la nación multiplica todas las cifras, pero además fue la que abrió los espacios para reconocer la diversidad y la diferencia en las aulas y el pensamiento libre. Las otras 30 universidades hicieron cada una lo suyo, pusieron a debate su experiencia y trazaron caminos para que otros alentaran sus recorridos.
La educación publica universitaria no fue ajena a los contenidos del manifiesto de Córdoba Argentina de 1918 (manifiesto liminar) y acogió como suyos los principios esenciales de lo publico como la autonomía política, docente y administrativa; la selección de docentes por concursos públicos; la asunción de responsabilidades políticas frente a la nación y la defensa de la democracia; la creación de cátedras libres y electivas a decisión de los estudiantes y; la democratización de la enseñanza, que sirvió para contrarrestar la educación que estaba convertida en privilegio de las elites y forjada con las reglas y conductas de la escolástica y desde ahí marcar la ruta del siglo XX. Seguramente en 2018 vendrá una gran movilización global de la educación publica, (autónoma, gratuita, democrática y popular) en conmemoración de los 100 años de Córdoba y los 50 de mayo del 68, que representan las luchas sociales universitarias mas significativas, que cimentaron las bases de la universidad publica actual, dejando atrás lo que era “el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y -lo que es peor aún- el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así el fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la Ciencia, frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático” (manifiesto de córdoba).
Después de la entrada al universo de las libertades vino la guerra y las universidades publicas colombianas tuvieron que enfrentar las arremetidas del estado y de sectores de poder obsesionados con derrotar el espíritu de lo publico como concepto, principio y practica social común. Usaron practicas de guerra sucia, queriendo derrotar la inteligencia a la que no dejan de considerar aliada de las insurgencias armadas. Extendieron la estigmatización llamando a la sociedad a mirarlas y tratarlas con recelo y también con desprecio y entre análisis sesgados escondieron las maravillas de lo que ocurría respecto a la ciencia y la cultura. Políticamente las elites metieron allí clientelas, promovieron su ineficiencia y fragmentación y bajo chantaje les entregaron presupuestos deficitarios, a cambio de controlarlas, las acostumbraron a sobrevivir y mientras los soldados de la guerra estaban cubiertos con altos presupuestos del estado, los estudiantes sobrevivían entre incertidumbres y carencias para cubrir los mínimos necesarios para educarse, teniendo que recurrir a la protesta para existir.
A manera de síntesis se podría señalar que con el fin de la guerra las universidades quedan con la suficiente dignidad para sobreponerse y asumir los compromisos con la construcción de paz en los territorios. Su realidad revela que están desfinanciadas; tienen un altísimo déficit democrático; su sentido esta tomado por reglas de mercado y; se debilitan a medida que se extienden. Son los resultados de haberlas gestionado con lógica de guerra y de conducirlas según el trazado del capital que las empujó a desviarse de su misión, a descentrarse y fluir sin un horizonte común. Muchas aun no entienden que su vida institucional se ahoga entre replicas de lo que hacen otras, copian, plagian, siguen modelos y recetas genéricas aplicadas por funcionarios exentos de responsabilidad por los daños provocados. La guerra les cambio la baja por la alta velocidad de sus procesos y esta velocidad las paraliza, les impide tener en cuenta la fragilidad del ser humano que la compone y que esta convertido en instrumento de metas, que solo cuenta si esta cerca al poder y se somete a negarse a ser en sí mismo, y de suma se acostumbra a permanecer al margen de su existencia política.
Pero el panorama que queda puede ser fácilmente revertido, si se piensa que la paz es lo nuevo y se inventan otras maneras de decir y hacer las cosas que correspondan a este tiempo y se nutran con un espíritu democrático y de cambio. Sin guerra viene otro momento, que no podrá vivirse con las mismas reglas, sencillamente porque la paz es contraria a la guerra y nadie tiene recetas y quien pretenda enseñarlas, ofrecerlas o venderlas (que es aun peor, es un farsante), si se tiene en cuenta que durante la guerra las universidades no tuvieron paz, los jóvenes recibieron trato de combatientes, asistieron a cientos de funerales de sus mejores hijos arrebatados por la barbarie, hubo profesores y estudiantes asesinados frente a las aulas, mutilados, desaparecidos, presos acusados con falsedades, miles injustamente derrotados por la precariedad económica que les impidió sostenerse en las aulas y millones mas que no pudieron ingresar y obtener un carnet de estudiante, que es quizá el mejor de todos los carnet que existan en la historia de la humanización. Las imágenes de tanques, caballos y motorizados entrando victoriosos a los campus universitarios se encargarán de contar que fueron tratadas como campos de batalla y que se trató de acallar con balas y mentiras al pensamiento critico por creer que era parte del alzamiento armado y porque gracias a él la verdad sería posible, esas serán las señales de la memoria recordando lo que no puede volver a ocurrir.
Se acaba la guerra y las universidades publicas tendrán el encargo de protegerse del olvido y convertir a la memoria en la fortaleza que conduzca su futuro. No se trata de quedarse en el pasado si no de saber conectar y desconectar los tiempos, de reajustar el sentido y el significado de su saber y hacer y usar a la ética como la savia que conecta. La paz propone otros momentos, tiempos mejores para poner a prueba lo que aprendieron para no dejar escapar la dignidad entre las dificultades que las llevaron incluso a entrar en alianzas de todo tipo con empresarios, políticos y partes descompuestas de la dinámica social que a cambio de fortalecerlas las debilitan, las tienen atadas a una competencia desigual hecha a la medida del interés privado que las corrompe y del que deben desprenderse.
El momento es otro y aunque desigualdad, inequidad, exclusión e injusticia sirvan para explicar que hoy mas que nunca están dadas las condiciones y vigencia de la lucha armada para cambiar las cosas y derrotar a las elites, la sociedad y en particular la que compone la población potencial de las universidades publicas, igual que las victimas, ha renunciado a la guerra y su decisión es sin retorno. Las generaciones de profesores, estudiantes y trabajadores de hoy tendrán que actuar con convicción ética y compromiso político en la construcción de paz, usando su imaginación, creatividad, ciencia y solidaridad. Las armas no serán más el recurso legitimo para resolver diferencias y será la inteligencia la llamada a reencontrar el camino de grandeza de las universidades públicas. Esa es la mas importante conclusión para llamar a la universidad publica a reconstruirse, en colectivo y desde abajo, a aprender de los jóvenes que saben cambiar de dirección, adaptarse a las circunstancias variables, detectar de inmediato los movimientos que comienzan a producirse y a actualizar su propia trayectoria, porque de ella depende su supervivencia (Bauman, retos de la educación). La universidad por ser parte de las invenciones de la cultura tiene que reinventarse y rápido, repensarse de otra manera no solo en la escena meramente económica, como lo hace ahora, y crear poder para apuntar y aportar sus saberes y quehaceres con miras a construir una nueva ciudadanía de paz y una sociedad de derechos, situada por fuera de la trampa economicista.
P.D Con datos de la encuesta de cifras y conceptos 2017 (que no controlamos), estas columnas ocupan el segundo lugar de mas leídas en Boyacá, y con datos de periodicoeldiario.com, algunas superan 20.000 lectores. Así que Gracias por sus lecturas que representan afectos. Me corresponde seguir con disciplina esta tarea que alienta el alma y que por fortuna no cumple metas ni sube indicadores de nada.
Fuente del Artículo:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=233704
Fuente de la Imagen:
Perú / 12 de noviembre de 2017 / Autor: FILOSOFÍA TV / Fuente: Youtube
Por: Miguel Ángel Pérez
Estamos a unos pocos días para que los distintos partidos (como fuerzas políticas nacionales) den a conocer o hagan publico el anuncio en donde publiciten los distintos candidatos a la presidencia de la republica, a las gubernamentales (para el caso de elecciones estatales) y de diputados y senadores. Aquí parece que primero son los nombres y luego los proyectos.
La educación se teje y se entreteje en los pasillos de la política, paradójicamente los asuntos educativos no son tratados ni por educadores ni por académicos, son tratados por políticos bajo las reglas de dicho campo. La política y la educación caminan de la mano desde hace mucho tiempo, sus fronteras son difíciles de precisar, debido a que son un asunto de atención y de servicio público. La educación es tratada y abordada desde los espacios del poder. Para este escenario en donde los debates confunden la descalificación de las personas antes que la discusión de ideas o de proyectos sobre todo los de largo aliento, es preciso contribuir con reglas claras en el debate educativo al cual no hemos sido invitados.
Es conveniente comenzar a precisar los puntos sobre los cuales girará el debate educativo de los días que vienen. Si bien el asunto de la evaluación, la reforma y el modelo educativo han copado la atención, a lo largo de los años que lleva el actual gobierno, la idea es comenzar a generar una nueva agenda que logre superar el estancamiento de los puntos tratados hasta ahora, que sirva de contra-peso y que sea capaz de comprometer a los candidatos en una agenda verdadera de cara a las necesidades sociales de los ciudadanos en los temas y en los asuntos educativos. Si bien existen infinidad de puntos pendientes considero que se pueden sintetizar en cuatro grandes ejes de discusión para pensar en una plataforma de gobierno. Dichos ejes pudieran ser los siguientes:
Junto a las anteriores un quinto punto de acción estaría pensado en desmantelar la obsesión por la evaluación y la saturación del discurso eficientista que ha terminado por descontextualizar las acciones educativas de las necesidades de los mexicanos.
Por último necesitamos educar a los políticos y que las sucesiones políticas estén ausentes de demagogia, de mentiras y de promesas incumplidas. Darles la palabra a los y las educadores y educadoras, que sean ellos y ellas los que marquen el rumbo del rostro de la educación que necesita nuestro piais para los próximos seis años. Esa es la tarea en este esencio de sucesión presidencial.
Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-educacion-en-la-sucesion-la-sucesion-en-la-educacion/