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Didáctica de la innovación

Argentina / 24 de septiembre de 2017 / Autor: Mario Dehter / Fuente: Mariodehter.com

Los agentes del ecosistema educativo en Iberoamérica padecemos divergencias conceptuales entre “educar para la innovación” y la “innovación educativa” confundidos por la tendencia a sobredimensionar el papel de lo que la tecnología digital puede y debe lograr en las escuelas.

Si bien los estudiantes incapaces de navegar en el paisaje digital no son capaces de participar en nuestra vida social, económica y cultural, tenemos que poner a cada cosa en su lugar. En caso contrario, llenaremos al concepto de la “didáctica para la innovación” en una serie de declaraciones rimbombantes, vacías de sentido e inútiles.

Confieso que yo no comprendo “ni j” a la gran mayoría de los “speakers” cuando en “estado TED-style relatan, en menos de 20 minutos, conceptos “raros” que no funcionan para la instituciones y estudiantes que conozco; aseguro que estoy hablando de decenas de instituciones y de varios miles de estudiantes en Iberoamérica.

En el pasado, la educación consistía en enseñar “algo” a la gente; explicar qué era y mostrar cómo se gestionaba. Eso ha sido operativo mientas que ese “algo” no sufría modificaciones y siempre estaba en un mismo escenario estable. Ahora, se trata de ayudar a los estudiantes a desarrollar competencias para trazar su propio camino a través de escenarios socioeconómicos inciertos, tecnológicamente volátiles y políticamente ambiguos.

Para lograr una didáctica de la innovación que sirva a la gente y enriquezca a la sociedad tenemos que innovar en la educación: crear nuevas metodologías, innovar en los diseños instruccionales y desarrollar nuevos contenidos que resuelvan a las necesidades que sabemos que están por llegar a mediano y largo plazo. Para ello, no es suficiente por sí misma la “tecnología digital”.

En estos días, ya no sabemos exactamente cómo se desarrollarán las cosas, a menudo nos sorprendemos y necesitamos aprender de lo extraordinario, y a veces cometemos errores en el camino. A menudo, serán nuestros errores y fracasos los que permiten entender adecuadamente lo que sucede, los que crean el contexto para aprender y crecer. Esto sería, desde mi punto de vista, la base de la didáctica para la innovación.

El mundo contemporáneo ya no recompensa a las personas sólo por lo que saben, sino que las personas triunfan por lo que pueden hacer con lo que saben y por la velocidad con lo que pueden encontrar dónde y cómo aprender lo que deben saber.

Este es el principal factor diferenciador de la didáctica para la innovación: la educación se está transformando en aplicar el pensamiento crítico, solucionar problemas bien diagnosticados y tomar decisiones en escenarios inciertos o cuando no se dispone de toda la información necesaria para elegir la mejor opción posible.

La didáctica para la innovación no se limita a instruir sobre las formas eficaces de trabajar con eficiencia, sino que, además, incluye el aprendizaje de colaborar y cooperar para diseñar y usar herramientas que se pueden compartir en diferentes trabajos.

El ecosistema educativo en Iberoamérica debe perder el miedo a la irrupción de la tecnología digital que los estudiantes esconden entre los cuadernos y los libros; debemos evitar que nuestros estudiantes se sientan obligados a apagar todo lo que tiene un botón de encendido.

Hay que lograr que la “tecnología digital” sea un instrumento para facilitar a la didáctica para la innovación y abandonar la fantasía que saber usar el Word para copiar información de Wikipedia, o elaborar una planilla de Excel para trazar un poliedro es “educación para la innovación”.

La tecnología digital proporciona excelentes plataformas para la colaboración en la creación de conocimiento donde los profesores pueden compartir y enriquecer los materiales de enseñanza. Y, de hecho, si nos fijamos en los países con los estudiantes más expertos en el uso de la tecnología digital, ellos suelen establecer más conexiones con sus profesores incluso en tiempos y espacios ajenos a las aulas.

El uso de la tecnología digital para apoyar a la educación para la innovación debe facilitar metodologías didácticas basadas en la investigación y espacios de trabajo colaborativos.

La tecnología digital es nuestra mejor apuesta para mejorar el aprendizaje experiencial, fomentar procesos de aprendizaje basados en proyectos y la investigación, facilitar las actividades prácticas y el aprendizaje colaborativo, ofrecer una evaluación formativa en tiempo real y favorecer a la integración de toda la comunidad regional e internacional en los procesos educativos que tienen lugar en la institución educativa.

Tenemos muchísimos buenos ejemplos tales como los laboratorios remotos y virtuales, los cursos online interactivos, software para la experimentación y la simulación, las redes sociales y los “juegos serios”.

Ahora bien, aunque podamos definir de varias maneras qué es la educación para la innovación, para cumplir sus propósitos es necesario desarrollar las competencias didácticas de los instructores y estrategias que aseguren su perfeccionamiento continuo.

Los responsables de la formulación de políticas educativas necesitan mejorar sus propios conocimientos y la manera de apoyar a la “didáctica de la innovación” sin obnubilarse porque simplemente facilitan el acceso a la tecnología digital.

Nada de esto va a funcionar sin que los instructores se conviertan en agentes activos de cambio, no sólo implementando innovaciones tecnológicas, sino también que sean capaces de diseñarlas.

Una cosa es clara: la tecnología digital puede amplificar una gran enseñanza, pero una gran tecnología digital nunca reemplazará la enseñanza deficiente.

Fuente del Artículo:

Didáctica de la innovación

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El futuro de las universidades

Colombia / 24 de septiembre de 2017 / Autor: Catalina Uribe / Fuente: El Espectador

En una reciente entrevista, Dan Levy, profesor de políticas públicas de la Universidad de Harvard, auguró el fin de muchas universidades. Según Levy, las pocas universidades que seguirán funcionando serán las que se repiensen a sí mismas en la sociedad digital. Ya no tendrá sentido que haya profesores dando la misma clase. Por el contrario, habrá un profesor de referencia que le llegará a estudiantes alrededor del mundo haciendo uso de las nuevas tecnologías.

A pesar de caer en el error de pensar las universidades únicamente como transmisoras de conocimientos, y no como formadoras de ciudadanos, la entrevista da para pensar en el futuro de la educación superior, más aún cuando la moda de ciertos políticos es reducir el presupuesto destinado a investigación y formación.

Es una realidad que la educación está cambiando. Cada vez son más los profesores y alumnos que se valen de plataformas virtuales para acompañar el proceso de aprendizaje. Las nuevas tecnologías están simplificando la vida de muchos, así como democratizando el acceso al conocimiento. Sin embargo, estas herramientas digitales deben ir acompañadas de cambios en las prácticas y actitudes frente a la educación.

Durante años hemos estado acostumbrados a una especie de listas de control que nos dan los criterios para evaluar si alguien está lo suficientemente educado para desempeñarse en una profesión. De ahí salen las planeaciones arbitrarias de currículos que culminan en diplomas supuestamente eternos que permanecen a pesar de la rapidez con la que cambia el mundo. Oímos más veces la pregunta: ¿por qué siguió estudiando?, en vez de: ¿por qué no se ha actualizado?

Pero tanto universidades como estudiantes deben entender que el profesional de hoy es el estudiante del futuro. Un profesional que debe actualizarse no solo en contenidos, sino en habilidades que le otorguen además la capacidad para reevaluar y pensar el mundo en su respectivo tiempo. Los ojos jóvenes que leyeron cierto conocimiento a los 20 años leerán el mismo texto con madurez y experiencia a los 50. Así, aunque la esencia de las universidades permanecerá, estas posiblemente tendrán un enfoque más personalizado, rescatando diferentes estilos de aprendizaje, y adaptándose a experiencias y contextos particulares.

Fuente del Artículo:

http://www.elespectador.com/opinion/el-futuro-de-las-universidades-columna-714117

Fuente de la Imagen:

http://www.talcualdigital.com/Nota/119454/la-universidad-del-futuro

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Programa Entre Tiempos: Querido Profesor (Homenaje a la figura del maestro)

España / 24 de septiembre de 2017 / Autor: Ana Martínez Concejo / Fuente: Cadena Ser

Llevamos días hablando de la vuelta al cole desde muchos puntos de vista: del precio de los libros, de los uniformes, de cómo deben afrontar los niños el regreso a las rutinas diarias, del peso de las mochilas, de las carencias de la educación pública, etc. Muy pocas veces sin embargo se pone el foco en los profesores y eso es lo que hoy les proponemos: hacerles un pequeño homenaje a través de las voces de quienes algún día fueron maestros, también de quienes lo son hoy. Incluso de los que sin dedicarse a la enseñanza, tuvieron o tienen una especial vinculación con las aulas.

Recuperaremos de nuestra Fonoteca las voces de los escritores José Luis Sampedro, José Saramago, de la escritora y pedagoga Josefina Aldecoa, del actor Fernando Fernán Gómez y de la actriz María Galiana, del expresidente de la Junta de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra y del expresidente de Estados Unidos, Barack Obama. Además, un grupo de profesores ha compartido con nosotros cómo han vivido su inicio de curso este año.

Junto a Ana Martínez Concejo, que dirige y presenta el programa, estarán como siempre María Romero, que pone la música, y Ana Más, que se encarga de los oyentes. María nos trae una lista de canciones de profesores que cambiaron las aulas por la música. Ana Mas nos presenta a Sara, una oyente a la que lo que más le gusta de la radio son los anuncios, tanto que ahora trabaja en una agencia de publicidad.

Fuente:

http://cadenaser.com/programa/2017/09/15/entre_tiempos/1505479608_114212.html

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Destino del país, educación y la cuarta revolución industrial (4)

Uruguay / 24 de septiembre de 2017 / Autor: Renato Opertti/ Fuente: El Observador

 

En el artículo anterior se señalaba que una agenda de cambios educativos en diálogo con las necesidades de desarrollo del país y las implicancias de la cuarta revolución industrial, implica revisar el concepto de educación y de sistema educativo, de cara a ampliar y democratizar oportunidades de aprendizajes desde cero a siempre. Ahondando en los aspectos conceptuales, entendemos que dicha agenda se sustenta en cinco ejes fundamentales en la dirección de formar y de aprender sin umbrales, a saber: aprendizaje personalizado, protagonismo de los estudiantes, un currículo ligado al mundo real, ambientes de aprendizaje innovadores y flexibles, y relaciones de mentor entre docentes y estudiantes. Analizaremos hoy el primero de los cinco ejes que es el fundamento de los otros cuatro.

Aprendizaje personalizado implica básicamente dos aspectos complementarios: (i) que los estudiantes, entendidos y respetados como seres singulares, aprenden con herramientas de estudios / recursos de aprendizaje adaptados a sus capacidades (Dunwill, 2016; Henny, 2016; McClure, 2016) y (ii) que los docentes abordan el desafío que los estudiantes aprendan en un ambiente de aprendizaje flexible y personalizado que puede implicar clases más enfocadas en la apropiación de la tecnología como medio de instrucción común a diversas áreas de aprendizaje y asignaturas, y su uso extendido, para contribuir a que los procesos formativos tengan mayor sentido y entusiasmen al estudiante (USCRossierOnline, 2014; EDUY21, 2017).

La personalización de los aprendizajes está crecientemente respaldada en los desarrollos de la psicología cognitiva y de las neurociencias que abonan la idea que cada cerebro es un mosaico único de características (Joel, 2015). Todas las personas a diferentes edades tienen un potencial de aprendizaje a descubrir y fortalecer, que es el correlato que cada uno es un ser especial/único que aprende de manera singular en interacción con sus pares, docentes, familias y otras personas/instituciones relevantes.

Nacemos con aproximadamente 85 billones de neuronas y uno de los mayores desafíos que enfrenta el sistema educativo yace en estimular el crecimiento y la conexión entre las mismas, así como su intensidad, fortalecimiento y eficiencia. El grado de solidez de la propuesta educativa va a marcar fuertemente a diferentes edades las posibilidades de desarrollo del alumno en un conjunto de saberes y competencias que son claves para su desempeño competente en la sociedad como persona, ciudadano y miembro de la comunidad.

Hoy se dispone de evidencia concluyente que la calidad de la experiencia del entorno de una persona –en este caso, si los estímulos del ambiente educativo son adecuados y enriquecedores– están modificando constantemente nuestra sinapsis –básicamente el mecanismo de comunicación entre dos o más neuronas – y remodelando nuestro cerebro. Lo que se conoce como neuroplasticidad implica que el cerebro cambia físicamente cuando aprendemos algo nuevo (Reigosa-Crespo et.al., 2012; Moll & Lent, 2016; Ribeiro, et.al., 2016; Book of the Brain, 2017). Si bien la neuroplasticidad del cerebro es mayor en los inicios de la vida – aproximadamente a la edad de 6 años se tiene el 90% de las neuronas de un adulto– ocurre a lo largo de la vida, lo cual argumenta en favor de la necesidad de facilitar oportunidades de formación sin fronteras etarias.

El cerebro incide pues en los aprendizajes, pero asimismo los aprendizajes estimulados por sus entornos inciden en el desarrollo del cerebro. Es una relación de ida y vuelta que demanda por los menos dos tipos de consideraciones básicas. Por un lado, la necesidad de un conjunto coordinado de políticas sociales y familiares vinculadas a estimulación temprana, licencias de maternidad para madres y padres, modalidades integrales de atención a la infancia, asignaciones familiares con contraprestaciones verificables, estilos saludables de vida y nutrición. Su objetivo principal es apoyar un desarrollo integrado de la persona en los períodos críticos de la infancia, la niñez y la adolescencia.

Por otro lado, un sistema educativo que encare decididamente los desafíos de aprendizajes asociados a diferentes edades. Por ejemplo, se sabe que, durante la niñez, la memoria, las competencias sociales, así como la alfabetización básica en lectura y matemática se desarrollan largamente entre las edades de 4 a 8 años, mientras que el uso de estas competencias para sostener mayores y más complejos aprendizajes tienen lugar entre los 8 y 12 años (Filgueira & Porzecanski, 2017). Básicamente estas competencias y conocimientos se traducen en un crecimiento de la conexión entre neuronas (sinapsis) denominada materia gris. La educación inicial y primaria son claves como base de todo el andamiaje del desarrollo del alumno. Si no lo hacen bien, simplemente los problemas se trasladan al nivel siguiente.

Asimismo, el período de la adolescencia es crecientemente caracterizado como una ventana de oportunidades ya que el cerebro que sigue en período de crecimiento es particularmente receptivo a las influencias ambientales positivas. Lo que sucede es que el número de conexiones sinápticas –materia gris– alcanzan su pico a la edad de 11 años para la niña, y de 12 para el niño. A posteriori se verifica un proceso de depuración quedando aquellas conexiones entre neuronas que son más estimuladas su uso. El sistema educativo cumple un rol crítico en contribuir a ampliar, fortalecer y hacer más rápidas las conexiones entre las neuronas en los adolescentes –denominada materia blanca– lo cual es fundamental para un desarrollo integrado y equilibrado de las competencias emotivas, sociales y cognitivas. Precisamente, el desarrollo y la maduración de la corteza prefrontal que está asociado a la capacidad de planificación, control y empatía, ocurre primariamente durante la adolescencia y es logrado plenamente a la edad de 25 años (Filgueira & Porzecanski, 2017; Book of the Brain, 2017).

Un sistema educativo como el nuestro, con altas tasas de expulsión de la educación media, puede, sin intención alguna, contribuir a transformar la adolescencia de una ventana de oportunidades en una ventana de vulnerabilidades que afecten y en muchos casos, sentencien su desarrollo en un sentido negativo.

En suma, la personalización de los aprendizajes en ambientes educativos enriquecidos y apoyados por políticas sociales y familiares robustas, es una respuesta adecuada al reconocimiento de la singularidad de las personas en sus maneras de aproximarse a y de efectivamente educarse y aprender.

Fuente del Artículo:

http://www.elobservador.com.uy/destino-del-pais-educacion-y-la-cuarta-revolucion-industrial-4-n1115739

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Chile: Debate sobre Educación: ¿Y la calidad, cuándo?

Chile / 24 de septiembre de 2017 / Autor: Nicolás Vergara y Matías del Río / Fuente: Radio Duna

Nicolás Vergara y Matías del Río en la sección “Temas País”, conversaron con Harald Beyer, Director del Centro de Estudios Públicos; Ricardo Paredes, rector del Duoc UC; y Cristián Bellei, investigador del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la U. de Chile; sobre la necesidad de ampliar el debate en temas educacionales más allá del lucro y la gratuidad.

 

 

La educación es uno de los temas que más controversia ha generado, no solo a nivel de colegios, sino que también a nivel político.

Si bien existen universidades como la Católica y la Chile que encabezan los rankings a nivel internacional, como el de la revista Times Higher Education (THE)a nivel escolar el país tienen uno de lo peores niveles de los 35 miembros de la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico (OCDE) .

Frente a esto, en Hablemos en Off , el rector del Douc UC, Ricardo Paredes, aseguró que “hemos perdido mucho tiempo y dinero, y no hemos discutido los temas importantes en educación”.

Por su parte, el director del Centro de Estudios Públicos y ex ministro de Educación, Harald Beyer, se refirió a los proyecto que no han logrado avanzar en el Congreso y aseveró que “el país en los temas educacionales se ha demorado mucho”.

Según el miembro del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile, Cristián Bellei , “el país ha perdido la convicción sobre la necesidad de tener el sistema público como la columna vertebral de la educación”.

Los tres expertos concordaron que no solo el lucro y la gratuidad son los temas que hay que discutir en educación, sino que hay que ampliar el debate sobre calidad, tecnología y la forma en la que se está enseñando.

Fuente: 

Debate sobre Educación: ¿Y la calidad, cuándo?

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Innovación educativa: 5 tendencias que puedes aplicar en el aula

España / 24 de septiembre de 2017 / Autor: Educaweb / Fuente: Educaweb

La innovación educativa tiene un enorme potencial. Vivimos en la era de Internet y la tecnología está presente en todo lo que nos rodea, cambiando el escenario social; económico; cultural y educativo. Pero aplicarla no significa limitarse a impartir materias con el apoyo de tablets o pizarras digitales, supone cambios en los planes y programas de estudio, los procesos educativos, la aplicación de las TIC y las mejoras comunicativas y, por supuesto, creatividad en la gestión y dirección del centro educativo.

¿Cuál es el papel del profesorado en este contexto? Pere Marqués, Director en Red de Educadores DIM-EDU (Didáctica, Innovación, Multimedia), lo tiene claro: el rol del profesorado debe ser activo y comprometido. La clave del éxito es que los docentes perciban la innovación como un «elemento necesario, fácil, útil y eficiente».

¿Qué tipo de docente te gustaría ser? Si quieres ser una persona experta en innovación educativa, te interesa conocer las últimas tendencias:

1. Gamificación educativa

¿Te atreves a impartir tu materia como un juego? La gamificación consiste en utilizar elementos del juego para mejorar el compromiso y la motivación de los participantes. Ruth S. Contreras Espinosa, coordinadora del Observatorio de Comunicación, Videojuegos y Entretenimiento (OCVE) del InCom-UAB y la UVic-UCC, considera que en el contexto educativo «la gamificación tiene potencial para moldear el comportamiento de los usuarios como un nuevo método de enseñanza-aprendizaje, para motivar a los estudiantes y hacer que estos desarrollen un mayor compromiso con las asignaturas y en su aprendizaje.»

¿Qué necesitas? Planificación, imaginación, una integración adecuada del juego en el plan de estudios, la estructura técnica necesaria para realizar el juego y un sistema para evaluar los resultados.

2. Pedagogía inversa o Flipped Classroom

¿Eres de los que piensa que hay temas que el alumnado puede aprender autónomamente y otros que requieren de un trabajo en el aula? Esta metodología didáctica consiste en transferir ciertas tareas que habitualmente se realizan en clase al trabajo en casa. De esta forma, en el aula se realizan actividades que requieren más participación e interacción, y en casa, a través de soportes audiovisuales, se trabajan algunos ejercicios que antes se realizaban en clase.

¿Qué necesitas? Planificación de la materia y estructuración de los recursos y contenidos,  conocimientos técnicos para grabar videos, Podcasts u otros soportes multimedia y la infraestructura técnica adecuada. Por supuesto, un sistema para evaluar los resultados.

3. Aprendizaje colaborativo

La capacidad para trabajar en equipo, la responsabilidad y las habilidades comunicativas son algunas de las competencias básicas para el proyecto de vida y profesional de cualquier persona. Cuanto antes se empiecen a trabajar, mejor. El aprendizaje colaborativo se basa en actividades grupales, acciones para las cuales es necesaria la ayuda entre estudiantes. De esta forma, cada alumno contribuye en la mejora de su propio aprendizaje y también al de los demás, generando una interacción positiva.

¿Qué necesitas? Planificación y organización de las actividades, análisis y reflexión. Conocimientos técnicos para plantear actividades variadas y la infraestructura adecuada. Un sistema para evaluar los resultados.

4. Aprendizaje Basado en Proyectos

Esta innovación requiere una reestructuración de los contenidos pedagógicos y de las metodologías didácticas. En los últimos años el Aprendizaje Basado en Proyectos ha ido ganando popularidad en nuestro país por su gran impacto sobre el aprendizaje del alumnado. ¿En qué consiste? El docente plantea un conjunto de tareas basadas en la resolución de problemas y preguntas y el alumnado investiga de forma autónoma sobre el tema para finalmente, presentar su proyecto delante del resto de la clase.

¿Qué necesitas? Planificación y organización de las actividades, creatividad, flexibilidad. Un sistema para evaluar los resultados.

5. Realidad virtual

La realidad virtual te permite complementar tus explicaciones ampliando las posibilidades. Por ejemplo, un profesor de historia del arte de bachillerato podrá explicar las principales características del arte helenístico mientras sus alumnos realizan una visita virtual al Museo de Pérgamo de Berlín. Quizás la principal dificultad reside en encontrar los contenidos virtuales que se adapten a tu materia… ¿te atreves a crearlos?

¿Qué necesitas? Planificación y organización de las actividades, conocimientos técnicos, recursos, materiales, dispositivos e infrastructuras. Un sistema para evaluar los resultados.

6. Y de propina… ¡formación!

Una tendencia que nunca pasa de moda: la formación de los docentes. Para innovar en el aula, debes ser capaz de manejar de forma adecuada y pedagógica las TIC y combinar las metodologías tradicionales con actividades más creativas. En este sentido, la formación continua es fundamental. El primer paso es acceder a formación específica en el uso instrumental de las TIC y lograr las destrezas básicas en el manejo de la tecnología. Pero si quieres ir un paso más allá, te recomendamos que te formes en competencias transversales para aprovechar al máximo las posibilidades de la tecnología en el contexto educativo, como la creatividad, el liderazgo o la resolución de conflictos.

Fuente del Artículo:

http://www.educaweb.com/noticia/2017/09/19/innovacion-educativa-5-tendencias-puedes-aplicar-aula-15112/

Fuente de la Imagen: 

http://juanfratic.blogspot.mx/2016/10/hablando-de-innovacion-en-educacion-las.html

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Movimientos sísmicos y Educación

México / 24 de septiembre de 2017 / Autor: Juan Carlos Miranda Arroyo / Fuente: SDP Noticias

Muchas preguntas surgen cada vez que ocurre un sismo ¿Cómo fueron los movimientos del temblor? ¿Cuánto duró el fenómeno? ¿Cuál fue su origen? ¿De qué magnitud fue?  En fin, como éstas hay otras preguntas que no sólo son de interés público, sino que también son cuestiones de alto valor científico y técnico.

También a los educadores y estudiantes nos interesa este fenómeno: ¿Cómo podríamos explicar a los niños y a los jóvenes qué es un sismo y cómo se evalúa? La explicación científica básica o de divulgación indica que: “Un sismo es un rompimiento repentino de las rocas en el interior de la Tierra. Esta liberación repentina de energía se propaga en forma de ondas que provocan el movimiento del terreno…” (Fuente: Servicio Sismológico Nacional, Inst. de Geofísica, UNAM)

¿Cómo se origina? “La capa más superficial de la Tierra, denominada litósfera es una capa rígida compuesta por material que puede fracturarse al ejercer una fuerza sobre él y forma un rompecabezas llamado Placas Tectónicas. Estas placas viajan como «bloques de corcho en agua» sobre la Astenósfera, la cual es una capa visco-elástica donde el material fluye al ejercer una fuerza sobre él. Estos desplazamientos aleatorios de las placas son debidos a movimientos convectivos en la capa intermedia de la Tierra o manto, esto es, material caliente del interior de la Tierra que sube a la superficie liberando calor interno, mientras que el material frío baja. Este fenómeno provoca el movimiento de las placas y es justo en los límites entre placas, donde hacen contacto unas con otras, se generan fuerzas de fricción que mantienen atoradas dos placas adyacentes, produciendo grandes esfuerzos en los materiales. Cuando dichos esfuerzos sobrepasan la resistencia de la roca, o cuando se vence la fuerza de fricción, se produce la ruptura violenta y la liberación repentina de la energía acumulada, generándose así un temblor que radia dicha energía en forma de ondas que se propagan en todas direcciones a través del medio sólido de la Tierra.”

Hay datos que pueden generar preguntas de investigación para desarrollar proyectos de aprendizaje con nuestros estudiantes: El sismo de este 19 de septiembre de 2017, tuvo las siguientes características: Magnitud: 7.1, ocurrido el 2017-09-19 a las 13:14:40 horas (tiempo del Centro de México). Referencia de localización del epicentro: 12 km. al sureste de Axochiapan, Morelos. Latitud: 18.4°. Longitud: -98.72°, profundidad: 57 km. Réplicas: 23 (la mayor de magnitud 4.0) hasta las 5 am. del 20 de septiembre, según la información del Servicio Sismológico Nacional.

¿Cuál es la diferencia entre la medición de magnitud e intensidad de un sismo? “Son escalas para medir el tamaño o el impacto de un temblor. La escala de magnitud se obtiene de forma numérica a partir de registros obtenidos por sismógrafos y está relacionada con el tamaño y la energía liberada durante un temblor. La escala de intensidad se asigna en función a los daños o efectos causados al hombre y sus construcciones.”

“Existen diferentes formas de medir la magnitud, esto quiere decir que existen diversas fórmulas matemáticas para calcularla. De hecho, actualmente ya no se usa la escala de Richter original, la cual es algo antigua y en su momento se hizo para ser utilizada con un tipo de sismómetro que ya no se usa y en otra región geográfica diferente a México.” (SSN, UNAM)

Los datos científicos sobre los sismos y la relación que éstos tienen con sus aplicaciones tecnológicas (por ejemplo, en la construcción de edificios o casas), son elementos de gran relevancia para evitar desastres o catástrofes, sin embargo, los investigadores que se dedican al estudio de estos fenómenos indican que los sismos no se pueden predecir, tal como se puede hacer con un eclipse de sol.

Desde el punto de vista educativo, una de las actividades esenciales para lograr que la población de una zona de alta sismicidad, como es el caso de México, evite una tragedia y pueda salvar la vida y sus bienes, es realizar actividades de aprendizaje, a través de la promoción de una cultura de la protección civil y la prevención, en términos de lo que deben hacer las personas antes, durante y después de que ocurra un evento como éstos.

Pero quizá lo más importante que nuestros niños, jóvenes y adultos podemos aprender de este tipo de escenarios adversos, es poner en práctica aquellas actitudes que expresan apego y sentido humano como la solidaridad, la cooperación, la perseverancia, dedicación y apoyo colectivo. En ese contexto, el trabajo en equipo y organizado, con liderazgo, constituyen piezas vitales para salir adelante de situaciones como las que se viven en nuestro país.

Grandes lecciones

A propósito de esto que comentamos, acabo de ver una imagen en Internet, sobre el rescate de una persona viva en un edificio de la Colonia Lindavista, ubicada al norte de la Ciudad de México. Al momento en que lo llevaban los cuerpos de rescate, sobre una camilla hacia la ambulancia, el señor llevaba sus manos unidas… La imagen simbólica de lo que la sociedad debe tomar como gran lección. Pensé: ¿Qué significado tiene unir las manos como aprendizaje individual y grupal?  Saber, como aprendizaje de la vida, que las manos no se sueltan; saber que vamos juntos en esto, sobre todo, cuando suceden este tipo de acontecimientos.

Don José Luis, de 67 años, volvió a nacer y con él también renacieron la esperanza y muchas enseñanzas.

 

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