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Cultivar el amor por la lectura en Jordania.

El programa jordano “Amamos la lectura” basado en las tecnologías digitales con el objetivo de cultivar en amor por la lectura en todos los ámbitos fue galardonado con el Premio de Alfabetizacion UNESCO-Rey Sejong 2017.

Por: Unesco.

Preocupada por la falta de bibliotecas en Jordania, Rana Dajani, fundadora del programa “Amamos la lectura” creó este programa en 2016 con la idea de establecer una biblioteca en cada barrio. De este modo, ha deseado cultivar el amor por la lectura entre los niños y crear la posibilidad de respaldar el acceso a la educación en las situaciones en que el aprendizaje formal no es posible.

“La alfabetización amplía nuestros horizontes, permitiéndonos descubrir el mundo que nos rodea, nuestras capacidades, así como convertirnos en los agentes del cambio al inspirarnos en el valor de los héroes de los relatos que leemos”, afirmó al explicar qué la motivó a crear esta iniciativa.

Desde entonces, el programa ha llegado a 30 países de todo el mundo y congregó en Jordania a 1 000 bibliotecas de 12 gobernaciones.

En 2016, unos 20,000 educandos, entre los que figura un 60% de mujeres, se beneficiaron de este programa.

El programa funciona como una organización de base, y recurre a voluntarios que organizan sesiones regulares de lectura en voz alta en los espacios comunitarios públicos, mediante libros adaptados a las diferentes edades, atractivos, neutros en cuanto a sus contenidos y redactados en las lenguas locales.

Una comunidad virtual se ha ido creando en torno a una aplicación móvil que vincula a todos los voluntarios de “Amamos la lectura”. Gracias a esta aplicación, los voluntarios pueden compartir sus experiencias e intercambiar los conocimientos, algo que garantiza y permite mejorar la sostenibilidad, el seguimiento y la evaluación del programa. A los voluntarios y a los padres también se les propone una formación en línea sobre los métodos que permiten brindar ayuda a los niños para que lean en voz alta. Asimismo, la aplicación propone una biblioteca digital de libros infantiles.

Empoderar a las comunidades de refugiados gracias a la lectura

El modelo “Amamos la lectura” se aplica también en otras comunidades y en situaciones en las que la educación formal ha sido suspendida, como por ejemplo, en los campos de refugiados. El programa permite empoderar a los miembros de las comunidades de refugiados que se encargan de los círculos de lectura en el seno de la comunidad y cubren la brecha existente hasta tanto los sistemas educativos propuestos puedan establecerse, algo que pudiera llevar meses en algunos casos.

“Después de haber participado en la formación, comencé a leer historias a los niños en el centro comunitario”, señaló Gassan, un joven sirio que vive ahora en el campo de refugiados Baqaa, en Jordania. “Estas historias les gustaron y las compartieron con sus familiares, algo que atrajo aún más personas. Quedé realmente sorprendido de la influencia ejercida por la lectura en los niños. Ahora hemos creado una iniciativa conjuntamente con el director del centro comunitario a fin de limpiar las calles del campo de refugiados. Gracias a esta iniciativa, puedo afirmar que la influencia de la lectura se ha extendido no sólo a los niños, sino también a toda la comunidad en nuestro alrededor”.

Rana Dajani respalda la idea de alentar a las personas para que se conviertan en agentes del cambio mediante la creación de entornos favorables a la reflexión y a la iniciativa empresarial de naturaleza social. “La alfabetización nos ayuda a conocer a los demás, tanto como nos conocemos mejor a nosotros mismos y comunicamos mejor unos con otros, para construir juntos un futuro mejor”, afirmó. “Al proporcionarnos notoriedad, credibilidad y visibilidad, el Premio nos ayudará a difundir ‘Amamos la lectura’ en todo el mundo para que se convierta en un movimiento social y pueda favorecer el amor por la lectura en cada niño de cada barrio”.

Este año, los Premios Internacionales de Alfabetización de la UNESCO serán otorgados a los galardonados de Sudáfrica, Canadá, Colombia, Jordania y Pakistán durante la celebración del Día Internacional de la Alfabetización el 8 de septiembre. La ceremonia de entrega de premios tendrá lugar en la Sede de la UNESCO y forma parte de esta celebración mundial. Este año el tema de los Premios de Alfabetización es la alfabetización en la era digital.

Fuente: http://es.unesco.org/news/cultivar-amor-lectura-jordania

Imagen: http://es.unesco.org/sites/default/files/styles/img_688x358/public/planting-seed-love-reading-jordan-c-unesco-we_love_reading.jpg?itok=c6b6wsJu

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Cambios educativos.

Por: Fernando Ayala Vicente.

Llega septiembre y, como si de un renacer se tratara, surge de nuevo, desperezándose en un primer momento, la vida en nuestros pueblos y ciudades.

Hoy, quisiera referirme a una de las situaciones con la que nos encontramos y que siempre nos llama la atención: la vuelta a las aulas.

Desde el punto de vista histórico, tendremos que resaltar que el sistema educativo ha ido teniendo numerosos cambios, de acuerdo a las épocas, y en los últimos años, relacionado con las leyes que lo contextualizan.

Pero, sin duda, por partir de un origen determinante para la realidad actual, hemos de reseñar las modificaciones sustanciales que tuvieron lugar a partir de la Revolución Industrial.

Fue en ese momento, cuando se ideó un sistema pretendidamente universal. En el que los obreros pudieran capacitarse para desempeñar su trabajo. En el que las clases pudieran acoger a un elevado número de alumnos y se tuviera un continuo intercalado entre las distintas materias que contarían con diferentes profesores. Allí, también, se estableció una jerarquía para determinadas asignaturas.

A partir de entonces, la situación ha devenido en adaptaciones al medio, cambios estructurales: edificios más modernos y funcionales, materiales que permitían el aprendizaje con más facilidad, profesorado cada vez más y mejor formado….

En paralelo se sucedían las teorías pedagógicas y su aplicación iba directamente influida por el medio político en el que se desenvolvían. Así, democracias y dictaduras beligeraban en pro de llevar a buen término sus propósitos adoctrinadores.

Hoy, la dinámica viene determinada por la pugna partidista. De esta forma, y a falta de un Pacto Nacional por la Educación, convivimos con el permanente descalabro de la utilización endogámica de las supuestas virtudes o perniciosos efectos ( según quien lo describa), del modelo educativo imperante.

En realidad, lo cierto es que esta semana se ha vuelto a escuchar el bullir de miles de chicas y chicos, la mayoría deseosos de reencontrar sus amistades, de contar su bullanguero verano, de fabular increíbles nuevos mundos, de continuar viviendo….

Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/cambios-educativos_1038392.html

Imagen: https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcR2_G7OPQWgMJBo5Rw82ofh5cAdug2iOBpmugHWsgIzrragy64x

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Educación crea dos nuevos ciclos de FP de logística y forestal.

Las enseñanzas se impartirán en el León Felipe de Benavente y el Alfonso IX de Zamora.

Por: La Opinión de Zamora.

La Consejería de Educación autorizó ayer oficialmente, mediante la publicación en el boletín oficial de Castilla y León, de dos nuevas especialidades de formación profesional para la provincia de Zamora, logística y forestal. Es la formalización oficial de la decisión que la consejería había tomado meses atrás para poner en marcha especialidades que, al menos teóricamente, deben conectar con el tejido productivo de la provincia.

El instituto Alfonso IX de la capital, que tradicionalmente ha contado con estudios agrarios, implanta este próximo curso el ciclo formativo de grado superior denominado «Gestión forestal y del medio natural», en la modalidad presencial.

Por su parte, el instituto León Felipe implanta «Transporte y logística», que es otro ciclo formativo de grado superior de modalidad presencial.

Fueron quince los ciclos formativos creados ayer oficialmente por la Consejería de Educación en las distintas provincias de la comunidad.

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/zamora/2017/08/29/educacion-crea-nuevos-ciclos-fp/1028388.html

Imagen: http://zamoranews.com/media/k2/items/cache/db530e45f5f44436bab85a58b10d607a_XL.jpg

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El nuevo modelo educativo y las elecciones del 2018

No recuerdo un currículo escolar cuya vigencia iniciara tres meses antes de un cambio de gobierno federal. El nuevo plan y los programas de estudio (PPE) de la educación básica publicado por la SEP en el DOF el 29 de junio pasado, entrarán en vigor gradualmente a partir de agosto de 2018, con “doce ciclos lectivos de vigencia mínima”.

La vigencia mínima obligatoria es inusual, sobre todo si consideramos que el PPE es una norma administrativa implementada por un Acuerdo (07/06/17) firmado por el titular de la SEP. Una simple instrucción del nuevo presidente derribaría el modelo educativo de Peña.

Lo novedoso no es el PPE per se. El documento sigue las líneas de las reformas educativas de México desde la década del 2000 y el Acuerdo de Articulación de 2011. También sigue, aunque de manera obtusa, a las dos grandes líneas de reforma educativa del mundo, el conductismo renovado y el constructivismo. El nuevo currículo mexicano se las ha arreglado para navegar entre los dos paradigmas, como si los redactores trataran de mezclar en un cóctel dos visiones opuestas de la educación.

En fin. La pregunta es, ¿qué sucederá? Se aproximan tres etapas por las cuales tendrá que pasar el nuevo currículo.

Primera, el destape. En esta etapa, si la educación será el producto que cautive al elector, la única variable de control es para el partido en el poder. El gobierno actual es el único que puede usar a la educación como moneda de cambio, pues la reforma educativa fue lanzada por el gobierno de Peña. En este tenor, el candidato sería Nuño. Para el resto de los contendientes, el tema es completamente exógeno. Nada qué hacer. Ningún otro partido o candidato colocaría a la educación como el tema central de su campaña.

Segunda, el período electoral. Aquí observaremos dos posibles caminos. Si el candidato oficial es Nuño, el ring de las campañas será la educación, “va con todo”. Los candidatos opositores no tendrán más opción que utilizar a la educación como costal de box. A darle duro. La reforma educativa será fuertemente atacada, no por sus méritos y debilidades técnicas, sino por su valor político. Si se desprestigia a la reforma; se desprestigia a su candidato. Si el candidato oficial no es Nuño, la educación dormirá en sus laureles como tema colateral por algunos meses, hasta la siguiente etapa.

Tercera, la transición. Aquí el árbol de decisión se bifurca aún más. Si Nuño es el candidato ganador el PPE se aplicará como está previsto; el juego termina con certidumbre total. Si Nuño no fuera el candidato o perdiese las elecciones, la educación entrará en un impasse. La bifurcación quedaría así. Si Nuño como candidato pierde (recordemos que en la segunda etapa el tema del ring es la reforma educativa), en parte sería por el golpeteo de los candidatos opositores. Ellos habrían expuesto a la reforma educativa a partir de los pendientes estructurales, a saber: pobreza, desigualdad, segregación, centralización, democratización auténtica de los sindicatos, nueva formación inicial de maestros antes de una reforma curricular para estudiantes, descentralización real de la política educativa hacia estados y municipios, la revisión del poder del INEE, etc.

En dicho tenor, el presidente electo, tendría un dilema: ¿Qué hacer con la reforma educativa cuando ya se tienen dos PPE tanto para educación básica como para media superior? Además, sería un modelo que bien podría jalar tanto al conductismo como al constructivismo. Para abundar, el candidato electo debe enfrentar los argumentos de que en la redacción del modelo participaron muchas personas, expertos, maestros y opinantes.

¿Cuál es el escenario más factible? Bueno, dada la magnitud de la reforma y del modelo, y que difícilmente en tres o cuatro meses de transición podría organizarse un equipo que produzca una nueva reforma, el presidente electo tendría dos opciones: 1) continuar con la reforma y el modelo educativo al pie de la letra (o cercano a lo que ya está cocinado); 2) ordenar una postergación de al menos un año para estudiar el tema. Si el presidente electo proviene de un espectro ideológico y político muy diferente al del candidato del partido oficial, el escenario dos es el más probable. Si el presidente electo proviene de un candidato cercano a la ideología oficial, por ejemplo, un candidato oficial diferente a Nuño, pero cercano a Peña, el primer escenario es el más factible.

¿Qué deben entonces hacer las escuelas, los editorialistas de libros de texto y las autoridades locales? Prepararse para los dos escenarios, pero elegir un paradigma. Pueden desde ahora seleccionar, conductismo o constructivismo, sin importar quién gane. Ya sea con el modelo actual o con un nuevo modelo, la política educativa tendrá, a fuerza, que ubicarse entre alguna de las dos filosofías. En otras palabras, lo que pasa en el aula se queda en el aula.

Fuente del Artículo:

El nuevo modelo educativo y las elecciones del 2018

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La violencia en las aulas: del acoso al ciberacoso

Por: Fausto Segovia Baus

Desde 2012 al 2016, las autoridades han reportado 343 denuncias por delitos sexuales perpetrados en las aulas o detectados allí, en todo el país. Esta noticia y otras del mismo talante causan incredulidad, sobresalto y desconfianza en ciertos planteles, que tienen la obligación de velar por la integridad de los educandos y por su salud física, social, moral y espiritual. Reflexiones críticas frente al acoso y ciberacoso, y las alternativas de “mínimos morales” ante un fenómeno que está fuera de control.
El problema de la violencia es estructural, dicen los expertos. Pero esta declaración –aunque valedera- no alude a las causas de este fenómeno que se expande en la familia y la escuela, dos instituciones básicas de la sociedad donde se forman y practican valores humanos. ¿Qué está sucediendo con la Ética? ¿Está secuestrada o ‘domesticada’? ¿O hay un vacío ético? ·
Relativismo
La violencia en las aulas es un efecto, y al mismo tiempo una causa de un conflicto global, que delata el síntoma de una enfermedad mayor: el relativismo moral o anarquismo ético, que asuela el mundo por la caída creciente de los referentes que consiste en el ‘decaimiento’ de los valores que antes se consideraban inmutables o inamovibles, y que ahora impactan en los hábitos y comportamientos en todos los escenarios de la vida humana.
Padres, profesores y estudiantes somos partes constitutivas de una misma sociedad, que vemos con preocupación el ascenso vertiginoso de diversos tipos de violencia, en las propias familias y en las aulas escolares. Los casos que atiende el sistema de justicia del Ecuador, en relación a la conflictividad familiar solo son comparables con los del narcotráfico, los cuales revelan la gravedad del problema y la urgencia de políticas públicas y programas específicos, de carácter multidisciplinario, que permitan un cambio radical de la matriz educativa, que ayuden a personas concretas a desarrollar conductas prosociales.
Los dogmas en decadencia
Frente al derrumbe –no de los valores humanos sino de sus prácticas-, caben nuevas visiones de sociedad y de educación, que perfilen una transformación integral del sistema educativo. Porque –en realidad- el tema del acoso escolar –que es una forma sutil de corrupción-, ha rebasado las fronteras del currículo o del marco de la escuela y las familias. O como una cuestión exclusiva de los profesores de psicología o religiosos.
Los malos tratos entre iguales y la exclusión social en las escuelas son inaceptables, desde todo punto de vista, y tienen ahora nuevas fachadas y contenidos diferentes, y a veces divergentes de los cánones o normas instaladas otrora por los dogmas, o por el laicismo difundido en la retórica, pero no en las actitudes y comportamientos.
El caos ético es entonces caldo de cultivo que se incuba en las familias –donde se han descubierto casos de abuso sexual-, y en los espacios escolares centrados en enseñar contenidos y no a pensar, sentir y actuar como iguales, y a respetar la integridad de niños y jóvenes. Causa grima constatar la existencia de ciertos docentes –muy poco decentes- acusados de abusos sexuales en las aulas escolares. Ante lo cual un proceso de depuración –no solo reglamentario- es urgente.
Educación de las emociones
Una carencia enorme en la formación de los seres humanos es la educación emocional. Y esta carencia no se cura con cursos, diplomas o posgrados. Adela Cortina, investigadora española, autora de “La Ética de los Mínimos”, reconoce “la existencia de una dimensión ética en el ser humano, a la que ninguno puede renunciar. Esto es innegable. Pero algunos neuro científicos aseguran que se puede fundamentar una ética universal desde el cerebro. Y eso es lo que está por ver”.
Ella sostiene -junto con Apel y Habermas- “la racionalidad del ámbito práctico, el carácter necesariamente universalista de la ética, la diferenciación entre lo justo y lo bueno, la presentación de un procedimiento legitimador de las normas y la fundamentación de la universalización de las normas correctas mediante el diálogo”.
Mínimos morales
Un punto de partida para sostener una propuesta viable –según Cortina- serían los derechos humanos (el ámbito ético de tales derechos), como marco de la promulgación de los códigos jurídicos vigentes. Al respecto, un criterio válido para promulgar dichas normas sería contemplar la variedad de creencias que se encuentran en las distintas culturas a las que los hombres pertenecen. “Así –dice la escritora- los derechos humanos son un tipo de exigencias cuya satisfacción debe ser obligada legalmente, y por tanto protegida por los organismos correspondientes, y el respeto por estos derechos es la condición de posibilidad para poder hablar de hombres y mujeres con sentido”.
El tema de fondo es ‘que en una sociedad democrática y pluralista tiene sentido no inculcar en los jóvenes la imagen o modelo del hombre ideal, pero tampoco la sociedad debe renunciar a transmitirles actitudes sin las que es imposible la convivencia democrática. De allí la importancia de explicitar los mínimos morales que una sociedad democrática debe transmitir: los principios, valores, actitudes y hábitos a los que no se pueden renunciar, pues hacerlo sería renunciar a la vez a la propia humanidad. Tal vez no responde o no puede responder a todas las aspiraciones que compondría una moral de máximos, pero es el precio que hay que pagar por pretender ser transmitida a todos”, afirma Cortina.
El acoso y el ciberacoso
Las preguntas son, en este contexto, más numerosas que las respuestas. Frente al acoso frecuente –amplificado ahora por las redes sociales y la Internet- no caben recetas ni dogmas, sino “puentes de diálogo tendientes a dilucidar cuál es el bien, ya que es un error pensar a los hombres como individuos capaces de acceder en solitario, a la verdad y al bien. El diálogo permite a la ética situarse a medio camino entre el absolutismo, que defiende unilateralmente una moral determinada y el relativismo que disuelve la moralidad, entre el utopismo, que asegura la llegada inminente de un mundo perfecto y el pragmatismo, que elimina toda utopía perdiéndose en la inmoralidad”.
La disolución del sujeto y la sociedad, en los términos de Zygmunt Bauman, al parecer no es la alternativa práctica, pero si explica razones que el intelectualismo, el utopismo y el pragmatismo, no lo pueden resolver. Por eso, el tema de la violencia –acoso y ciberacoso incluidos- ingresa necesariamente en el territorio de la ética, del mismo ser humano que es esencialmente –nos guste o no- violento.
Y frente a aquello no hay otra alternativa que seguir conociendo a las personas, aprender a manejar sus derechos, comunicarnos más y realizar –si cabe el término- un clic a nuestras conciencias, para compadecer, conmoverse e impresionarse. Y buscar, comunitariamente, salidas originales, con mínimos morales y muchas, muchísimas prácticas sociales, con enfoques más contextuales, más ecológicos y participativos, que insistan en acciones pedagógicas que viabilicen la gestión democrática de la convivencia, la educación de las emociones, los modelos colaborativos, la coeducación, la formación de actitudes y valores, con nuevos supuestos teóricos y nuevas metodologías. La tarea no será fácil.
Fuente de la Noticia:

 https://www.elcomercio.com/blogs/la-silla-vacia/violencia-aulas-acoso-ciberacoso-faustosegovia.html.

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Principales hallazgos de la investigación educativa en el eje de equidad

Para que toda la población reciba una educación de calidad, como lo establece el cuarto objetivo de la Agenda para el Desarrollo Sostenible es importante identificar si hay grupos sociales que, de manera sistemática, tienen dificultades para ejercer su derecho a la educación.

En el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) un grupo de investigadores realizamos una revisión de cuáles han sido los principales hallazgos de la investigación educativa sobre este tema, esto lo llevamos a cabo a petición del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y corresponde además con uno de los principales objetivos de la Universidad Iberoamericana que es promover la justicia social, y con otros dos objetivos de gran importancia para el INIDE: realizar investigación con incidencia social y promover la equidad educativa. En este espacio comparto lo que encontramos en dicho trabajo.

En México los mayores problemas para el acceso y la permanencia en el sistema educativo, y los bajos niveles de Iogro, los presentan cuatro grupos: la población que vive en condiciones de pobreza, las personas que viven en lugares con altos niveles de marginación, la población indígena y las niñas y niños que pertenecen a familias de jornaleros agrícolas migrantes. Sobre estos grupos, nuestra interpretación de lo que encontramos se resume en lo siguiente: Las desigualdades educativas se originan en tres grandes ámbitos: a) Condiciones del contexto socioeconómico y territorial; b) Características de la oferta educativa (o la ausencia de ésta) y c) Factores que se relacionan con las peculiaridades que presenta la demanda. A continuación, detallo cada uno de esos elementos.

Con respecto al contexto, las oportunidades educativas de las personas se ven afectadas por las inequidades sociales y económicas que existen en los lugares donde operan los sistemas educativos.  Factores como la pobreza, la marginación o el nivel general de desarrollo social y económico de las poblaciones, municipios y entidades federativas, afectan las oportunidades educativas de sus habitantes.

En especial hay dos factores contextuales importantes: las características de los territorios y las condiciones socioeconómicas de las familias.  El hecho de radicar en zonas rurales o en lugares donde prevalecen condiciones de marginación social se relaciona con la poca cantidad y la mala calidad de los servicios educativos a los que la población tiene acceso. Esto afecta a toda la población, con independencia de su nivel de ingreso. Si, por ejemplo, en una zona rural no hay escuelas de nivel medio superior, esto afecta de forma negativa las oportunidades de educación de todos, incluso de los que tienen ingresos más altos.

Por otra parte, el pertenecer a hogares pobres, limita las oportunidades de acceder a la educación de los estudiantes que viven en las condiciones más precarias. De forma inversa, incluso cuando habitan en territorios con una amplia disponibilidad de escuelas, los estudiantes pobres no tienen acceso a las mismas, por la necesidad de trabajar o por la imposibilidad de cubrir los costos de transporte, alimentación, uniformes, libros y materiales escolares que implica asistir a la escuela.

En relación al tema de la oferta, aunque el contexto puede influir en el logro educativo, no determina por completo los resultados de la educación, como lo muestra la existencia de escuelas que atienden a alumnos de bajo nivel socioeconómico que logran que sus estudiantes obtengan resultados académicos satisfactorios. Por tanto, hay factores escolares que pueden originar, reproducir o disminuir condiciones de desigualdad. Los principales elementos  son: a) Las inversiones  que destina  el Estado al financiamiento de la educación, la cual debe ser  proporcional a la ampliación de la matrícula; b) La formación docente debe ser  adecuada y a los maestros se les debe preparar para que puedan adaptarse a  los contextos en los cuales tendrán que laborar; c) La existencia de modelos  pedagógicos apropiados y pertinentes a las circunstancias sociales, culturales y  medioambientales en las que están insertas las escuelas; d) El diseño de currículos a  partir de las necesidades de los sectores desfavorecidos; la existencia y  distribución apropiada de materiales pedagógicos y escolares; e) Las condiciones de  la infraestructura escolar acorde al entorno; f) La gestión escolar y el apoyo directivo  y de supervisión que genere apoyos pedagógicos, más que control y vigilancia; g) La  existencia de apoyos colectivos, de pares y externos al trabajo docente; h) El que las  escuelas promuevan la participación activa de padres de familia y miembros de las  localidades o barrios en aspectos centrales de la gestión escolar y en el desarrollo  educativo de los estudiantes, entre otros aspectos.

Buena parte de los estudios consultados señalan que los recursos educativos asignados a los sectores más pobres han sido de menor calidad que los destinados a la educación de los grupos socioeconómicamente más favorecidos, lo cual no contribuye a disminuir las desigualdades educativas si no, por el contrario, fortalece la reproducción de la desigualdad educativa y hace que se profundicen las brechas existentes.

En relación a las características de la demanda, es importante considerar el perfil de los estudiantes, sus necesidades, sus perspectivas y realidades con respecto a la educación, así como cuestiones de género y etnicidad.

Existe una discrepancia entre el “alumno real” y la imagen del “alumno ideal” que las instituciones y autoridades educativas esperan encontrar en las escuelas, por lo que se requiere reducir dicha brecha. En ese sentido uno de los principales retos del sistema educativo es adaptarse a las condiciones reales de vida de los alumnos que atiende. En especial se debe considerar el hecho de que la mayoría de estudiantes que asisten a la educación pública provienen de hogares pobres y sus necesidades y condiciones son por completo diferentes a las de alumnos que pertenecen a familias de clase media.

Con excepción de las niñas y niños migrantes, un rasgo que caracteriza a las poblaciones más vulnerables es que prácticamente todos los niños en edad de cursar la primaria asisten a la escuela y luego las tasas de asistencia escolar se reducen conforme se incrementa la edad. Esta es una tendencia que se presenta en toda la población, como se expone en el diagnóstico del que parte el Programa Sectorial de Educación, de acuerdo con el cual, en 2010:

La cobertura neta llega a 87.3 por ciento a los cinco años de edad, cuando termina la educación preescolar; aumenta y se mantiene ligeramente superior al 96 por ciento durante los seis años de educación primaria; en la secundaria disminuye año con año para situarse en 87 por ciento a los 14 años de edad, cuando finaliza dicho ciclo. A los 15 años, cuando los jóvenes tendrían que estar iniciando la educación media superior, la cobertura disminuye a 79 por ciento. Tres años más tarde, a los 18 años de edad, cuando se esperaría que los jóvenes hubieran concluido dicho nivel, menos de la mitad de población continúa estudiando. (SEP, 2013:29).

En el caso de las niñas, niños y adolescentes que viven en poblaciones rurales, que pertenecen a comunidades indígenas, a hogares en condiciones de pobreza o que residen en localidades marginales, se observa este mismo patrón, sólo que con tasas de asistencia más bajas en secundaria y educación media superior. Por ello, cuando esos grupos se comparan con el resto de la población, se observa que sus tasas de asistencia en la edad de cursar el preescolar (de 3 a 5 años) y en la edad de asistir a la primaria (de 6 a 12 años) son similares a los que presenta la población en general. Sin embargo, las brechas se incrementan con la edad, por lo que las diferencias más amplias se observan en la educación media superior.

Las niñas y niños hijos de jornaleros agrícolas migrantes presentan un patrón totalmente distinto al descrito. En ese caso las investigaciones coinciden en que la tasa de asistencia en la edad de asistir a la primaria es de entre 14 y 17%. La asistencia irregular a la escuela, originada en la incorporación al trabajo infantil y en los constantes traslados de las familias migrantes, imposibilita que las niñas y niños concluyan la primaria y eso impide que continúen estudiando la secundaria y el nivel medio superior. En el caso de los migrantes, no sólo existen brechas con respecto a la población en general si no, incluso, en relación a lo que ocurre con otros grupos vulnerables. De todos los grupos analizados, este es el único donde se puede afirmar que existe una exclusión generalizada del derecho a la educación; casi la totalidad de las niñas y niños migrantes no concluyen la educación básica obligatoria, un ejemplo de ello es que sólo un 4% logra cursar el sexto grado de educación primaria.

Las causas del abandono escolar son diversas, porque es un problema que se origina en factores económicos, educativos y familiares. No obstante, en el caso de los grupos vulnerables, juegan un papel muy importante las condiciones de pobreza en las que viven las familias de los alumnos. Los jóvenes pobres deben incorporarse al trabajo para contribuir al ingreso familiar y las escuelas no se adaptan a las condiciones en que viven y trabajan los estudiantes; lo cual no es un problema marginal pues se estima que el 53.8% de las niñas y niños menores de 17 años vive en condiciones de pobreza. Ese problema es particularmente dramático en el caso de las niñas y niños migrantes, quienes se incorporan de manera generalizada al trabajo desde muy temprana edad, lo cual es el principal factor que explica por qué tantos alumnos potenciales están fuera de la escuela.

Como ya se mencionó, con excepción de los migrantes, las niñas y niños de 6 a 12 años que forman parte de grupos vulnerables presentan tasas de asistencia escolar casi idénticas a las del resto de la población, por lo cual, en el caso de los niños en edad de cursar la primaria, no se presentan diferencias en cuanto a  cobertura. Sin embargo, las investigaciones consultadas coinciden en que existen importantes diferencias en cuanto al aprovechamiento escolar. De  acuerdo a los resultados de pruebas estandarizadas nacionales (Excale y Planea) e internacionales (PISA), los alumnos que residen en localidades rurales obtienen  menores calificaciones que los que viven en ciudades y los estudiantes de  escuelas indígenas tienen un desempeño menor a los que asisten a escuelas no  indígenas, los estudiantes que viven en localidades con altos niveles de  marginación tienen peores niveles de logro que los que viven en comunidades de  baja marginación y los estudiantes de hogares pobres un menor desempeño que  los que provienen de familias no pobres. En el caso de las niñas y niños migrantes no se tienen datos sobre su desempeño, pero debido a la escasa asistencia escolar y a que no llegan a concluir la educación básica, se puede inferir que su nivel de logro debe ser aún mucho menor al de los grupos mencionados.

Las causas del bajo nivel de logro educativo que presentan los alumnos que provienen de grupos vulnerables son complejas, pues en el aprovechamiento influyen factores escolares, el nivel educativo de los padres, el capital cultural de las familias y las condiciones socioeconómicas de los hogares, entre otros aspectos. Sin embargo, la única forma en que la escuela puede de alguna forma revertir o contrarrestar el “efecto cuna” es mediante la asignación de mayor cantidad y calidad de insumos materiales y de maestros y directivos mejor preparados, tal como lo autoriza la Ley General de Educación en el caso de poblaciones con rezago educativo. Sin embargo, como ya lo expuse, las investigaciones consultadas coinciden en señalar que a la educación de los grupos vulnerables se asignan menos recursos e insumos de menor calidad. A las escuelas que los atienden se envía a los maestros, directores y supervisores con menor nivel de preparación, a docentes “castigados” o con poca experiencia y no existe un sistema de incentivos para atraer y retener en las escuelas que atienden a niños pobres, indígenas o migrantes a los maestros mejor formados y más experimentados.

Por los motivos anteriores, la investigación educativa en México aporta elementos para establecer que, en el caso de los grupos más afectados por la inequidad educativa, no se está cumpliendo con el principio de igualdad de trato y menos aún con el mandato de discriminación positiva previsto en la legislación vigente.

Referencias

ONU (Organización de las Naciones Unidas). Objetivos de desarrollo sostenible. 17 objetivos para transformar nuestro mundo. http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education/ Consultada el 24 de agosto de 2017

SEP, Secretaría de Educación Pública. Programa Sectorial de Educación 2013-2018. México, D.F.: SEP, 2013.

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Why universities must defend democracy

By: Henry Giroux

The march in Charlottesville, Va., earlier this summer by white supremacists, neo-Nazis and other right-wing extremists illuminated the growing danger of authoritarian movements both in the United States and across the globe.

It’s signalling a danger that mimics the increasingly forgotten horrors of the 1930s.

Neo-Nazis in the United States, and possibly those worldwide, appear especially emboldened because they’ve found a comfortable, if not supportive, place at the highest levels of the U.S. government.

President Donald Trump’s administration has included white supremacist sympathizers like Steve Bannon, Jeff Sessions and Stephen Miller. All three embrace elements of the nefarious racist ideology that was on full display in Charlottesville.

Trump’s refusal to denounce their Nazi slogans and violence in strong political and ethical terms has suggested his own complicity with such movements.

It should surprise no one that David Duke, a former imperial wizard of the Ku Klux Klan, told the media in the midst of the violence in Charlottesville that white supremacists were “going to fulfil the promises of Donald Trump … to take our country back.”

‘God bless him’

Nor should it surprise anyone that Trump’s silence delighted the far right.

The Daily Stormer, a white supremacist website, even had this to say: “No condemnation at all. When asked to condemn, he just walked out of the room. Really, really good. God bless him.”

It appears that the presence of Nazi and Confederate flags celebrating a horrendous history of millions lost to the Holocaust and slavery, of lynchings and church bombings, and the assassinations of Black civil rights leaders like Medgar Evans and Martin Luther King, Jr., did little to move Trump.

Charlottesville has resurrected elements of a past that resulted in some of the worst crimes in human history. The ideology, values and institutions of a liberal democracy are once again under assault by those who don’t believe in equality, justice and democracy.

All of these alarming developments raise serious questions about the role of higher education in a democracy.

What role, if not responsibility, do universities have in the face of a new wave of authoritarianism?

What purpose should education serve when rigorous knowledge is replaced by opinions, the truth is labelled “fake news” by the president of the United States and his devotees, unbridled self-interest replaces the social good and language operates in the service of fear, violence and a culture of cruelty?

Universities must hold up democratic ideals

Surely, institutions of higher education cannot limit their role to training at a time when democracy is under assault around the world.

Colleges and universities must define themselves anew as a public good, a protective space for the promotion of democratic ideals, of the social imagination, civic values and a critically engaged citizenship.

Renowned education professor Jon Nixon argues that education must be developed as “a protected space within which to think against the grain of received opinion: a space to question and challenge, to imagine the world from different standpoints and perspectives, to reflect upon ourselves in relation to others and, in so doing, to understand what it means to assume responsibility.”

Given the ongoing attack on civic literacy, truth, historical memory and justice, surely it’s all the more imperative for colleges and universities to teach students to do more than master work-based skills.

Instead, we must educate them to become intelligent, compassionate, critically engaged adults fully aware of the fact that without informed citizens, there is no democracy.

There’s much more at stake here than protecting and opening the boundaries of free speech. There is the more crucial necessity to deepen and expand the formative cultures and public spheres that make democracy possible.

Educators cannot forget that the struggle over democracy is about much more than the struggle over economic resources and power. It’s also about language, agency, desire, identity and imagining a future without injustice.

Return to authoritarianism not far-fetched

As the historian Timothy Snyder has observed, it’s crucial to remember that the success of authoritarian regimes in Germany and other places succeeded, in part, because they were not stopped in the early stages of their development.

The events in Charlottesville provide a glimpse of authoritarianism on the rise and shine a spotlight upon the forces that are trying usher in a new and dangerous era, both in the United States and worldwide.

While it may seem far-fetched to assume American-style totalitarianism will soon become the norm in the United States, a return to authoritarianism is clearly no longer the stuff of fantasy or hysterical paranoia.

That’s especially since its core elements of hatred, exclusion, racism and white supremacy have been incorporated into both the highest echelons of political power and throughout the mainstream right-wing media, especially Fox News and Breitbart.

The authoritarian drama unfolding in the United States includes the use of state force against immigrants, right-wing populist violence against mosques and synagogues and attacks on Muslims, young Blacks and others who do not fit into the vile script of white nationalism.

Charlottesville was just part of a larger trend of domestic terrorism and homegrown fascism that is on the upswing in the United States.

Trump’s administration, after all, has announced it will no longer “investigate white nationalists, who have been responsible for a large share of violent hate crimes in the Unites States.”

U.S. President Donald Trump speaks to the media in the lobby of the Trump Tower in New York in the days following the white supremacist violence in Charlottesville, Va. (AP Photo/Pablo Martinez Monsivais)

Trump has also lifted restrictions imposed by the Obama administration in order to provide local police departments with military surplus equipment such as armed vehicles, bullet-proof vests and grenade launchers.

These actions accelerate Trump’s law-and-order agenda, escalate racial tensions in cities that are often treated like combat zones and reinforce a warrior mentality among police officers.

Equally telling is Trump’s presidential pardon of Joe Arpaio, the notorious white supremacist and disgraced former sheriff of Maricopa County, Arizona. Not only did Arpaio engage in racial profiling, despite being ordered by the court to desist, he also had a notorious reputation for abusing prisoners in his Tent City, which he once called “a concentration camp.”

A nod to domestic terrorism

There is more at work here than Trump’s endorsement of white nationalism; he’s also sending a clear message of support for a culture of violence that both legitimizes and gives meaning to acts of domestic terrorism.

What’s more, there’s a clear contempt for the rule of law. And there’s also an endorsement not just for racist ideology, but for institutional racism and consequently the primacy of the race-based incarceration state.

In his various comments, tweets and policies, Trump has made clear that he does not see himself as the leader of the country, but as the head of a right-wing movement fuelled by rage, isolation, social atomization and communal disintegration, galvanized by a culture of fear and bigotry. He preys upon a populist hatred of democracy.

At the moment we’re seeing a looming collapse of civic culture.

A healthy democracy always struggles to preserve its ideals, values and practices. When taken for granted, justice dies, social responsibility becomes a burden and the seeds of authoritarianism flourish.

We may be in the midst of dark times, but resistance is no longer an option but a necessity.

And educators have a particular responsibility to address this growing assault on democracy. Any other option is an act of complicity, and a negation of what it means for education to matter in a democratic society.

Source:

https://theconversation.com/why-universities-must-defend-democracy-83481

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